Está en la página 1de 7

El coste de oportunidad

como tasa de descuento


El Coste de Oportunidad en Finanzas

En Finanzas este concepto de Coste de Oportunidad es fundamental y está implícito en la definición de la rentabilidad
requerida a una inversión.
Si tengo dos alternativas de inversión, los proyectos A y B, y decido invertir en el proyecto A, renuncio a lo que me
pueda ofrecer el proyecto B. En consecuencia, el proyecto A me tiene que ofrecer, como mínimo, lo que me ofrece el
proyecto B.
A la hora de definir la rentabilidad requerida a nuestra inversión, tendremos en cuenta las distintas alternativas a nuestro
alcance y a las que renunciamos por nuestro proyecto de inversión: rentabilidad libre de riesgo, rentabilidad de mercado,
etc.

Cada alternativa de inversión tiene un coste de oportunidad implícito que impactará en la rentabilidad que le pediremos.
Esta rentabilidad requerida la utilizamos a la hora de calcular el valor actual de nuestra inversión como tasa de
descuento. Matemáticamente, es 
la tasa que utilizamos para actualizar o descontar todos los flujos futuros que generará nuestro proyecto para darl
es un valor hoy.

¿Por qué utilizamos la rentabilidad requerida como tasa de descuento?


Al comparar entre distintas alternativas de inversión, en un escenario de recursos limitados, cada una es excluyente de la
otra. Es decir: cada alternativa de inversión tiene como coste de oportunidad las demás.
La tasa de rentabilidad requerida considera en ella todas las alternativas de inversión disponibles (rentabilidad libre de
riesgo y otras inversiones de mercado) para que, descontando al día de hoy todos los flujos que generará mi proyecto en
el futuro, podamos comparar hoy entre iguales.
Por ejemplo, si el proyecto A tiene una rentabilidad requerida del 10% significa que estoy renunciando con este proyecto a
otras inversiones que tienen un 10%.
Si no me ofrece más que eso, el proyecto A no me generará valor añadido: si al actualizar todos los flujos futuros que
generará el proyecto A a la tasa de descuento del 10%, la suma de éstos iguala a la inversión que he tenido que hacer,
significa que he ganado ese 10%, y nada más. Podría haber invertido en las alternativas implícitas que consideré en esa tasa
de inversión y habría ganado lo mismo.
Sin embargo, yo espero más del proyecto A (por eso me decidí por él): la suma de flujos actualizados al 10% espero que sea
superior a la inversión inicial realizada. Esto implicará que he ganado más que ese 10%: habré ganado la diferencia entre la
suma de los flujos actualizados (lo que vale el proyecto) y lo que tuve que invertir (lo que cuesta). Es decir, habré ganado el
equivalente al Valor Actual Neto del proyecto. La rentabilidad concreta que haya ganado (11%, 15%, 120%…) será la 
tasa interna de retorno o TIR del proyecto.
La tasa de descuento para los distintos flujos de caja
Sabemos que hablamos de distintos flujos de caja en función de para qué se destine o, lo que es lo
mismo, a pagar a quién.
Si tienen distintos destinos significa que cada uno tiene un coste distinto o, lo que es lo mismo, una
rentabilidad requerida distinta.
Flujo de Caja Libre o Free Cash Flow
Mide de alguna forma la rentabilidad del negocio, comparando los flujos que genera (Operating Cash Flow) con las
inversiones necesarias para producir esos flujos (inversiones en Activos Fijos o CAPEX). El remanente es lo que
queda para pagar a las distintas fuentes de financiación, ya sean recursos propios o ajenos.
El FCF no tiene en cuenta cómo se financia el proyecto sino la rentabilidad del proyecto per se. El proyecto tiene
que generar rentabilidad suficiente para pagar a las distintas fuentes de financiación del mismo. Me da igual cuáles
sean esas fuentes de financiación, solo sé que tengo que pagarlas.

¿Qué rentabilidad o coste considera todas las fuentes de financiación y, además, lo hace de forma proporcional a la
importancia de cada una?

El Coste Medio Ponderado del Capital o WACC.


El WACC será la tasa que utilizaremos para descontar los Flujos de Caja Libres.

También podría gustarte