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5 CLAVES PARA EL MANEJO ASERTIVO

DE NUESTRA INTELIGENCIA EMOCIONAL


Como se ha dicho en reiteradas oportunidades a lo largo de este
taller, la intensidad emocional varía de una persona a otra. De hecho,
las personas con una intensidad emocional alta, son más pasionales
y expresan sus emociones más vivamente que otras. Por ello, saber
gestionarlas cuando se sienten mal o están frustrados o enfadados
se convierte en un gran desafío para estas personas. Solo es cuestión
de tiempo, paciencia, esfuerzo y práctica desarrollar la destreza
suficiente para gestionar y controlar la inteligencia emocional.
Categoriza tu emociones. 
• Una buena actividad consiste en escribir las cinco
emociones básicas en notas adhesivas o en
tarjetas, así como palabras que pudieras
identificar con situaciones.
• Posteriormente comparte con tus padres y/o
amigos sobre cada emoción y dónde encaja cada
una de esas palabras en la categoría de
situaciones.
• De manera de construir una jerarquía de
emociones, en el cual todos puedan participar.
Pregunte y reflexione con sus padres. 
• Tómese un tiempo para hablar tus padres y
responder algunas de las siguientes preguntas:
• ¿cómo afectan mis estados de ánimo a mis
pensamientos y toma de decisiones?; ¿cómo
describiría mi estilo de comunicación y su efecto
en los demás?; ¿qué rasgos en los demás me
molestan y por qué?; ¿me resulta difícil admitir
que estoy equivocado?; ¿por qué o por qué no?;
¿cuáles son mis puntos fuertes?; ¿cuáles son mis
debilidades?
Usa vocabulario emocional.
Cuando un médico trata de diagnosticar un problema, él o ella te pedirá que
describa el dolor que está sintiendo. Podrían pedirle que use palabras como
agudo, dolorido, calambres, o sensible entre otros. Cuanto más específico sea,
más fácil será para su médico diagnosticar el problema y prescribir el
tratamiento adecuado.
Con las emociones el funcionamiento es parecido: al usar palabras específicas
para describir sus sentimientos, es más fácil llegar a su causa raíz, lo que le
permite lidiar mejor con ellos. Entonces, la próxima vez experimente s una
fuerte reacción emocional, tómate un tiempo para procesar con la situación.
No solo lo que estás sintiendo, sino también el motivo. Trata de dar palabras a
tus sentimientos; luego, determine junto a tus padres lo que quieres hacer
sobre la situación.
Haz una Pausa.
• Comprende que, si siente s que estás
empezando a responder emocionalmente a una
situación, debes primero tomar una pausa.
• Si es posible, realiza una actividad que te
permita controlar esa emoción, oír música,
dibujar, ejercicio o dar un paseo.
• Una vez que hayas tenido la oportunidad de
calmarte, anímate a decidir cómo quieres
avanzar.
Utiliza el truco de tres segundos.
• Si tiendes a contestar rápidamente, aceptas los
compromisos demasiado deprisa y puedes decir algo
que luego lamentarás. Para prevenirlo, podemos
practicar estas tres preguntas rápidas antes de
contestar: ¿es necesario decir esto?; ¿es necesario
que lo diga yo?; ¿necesito decir esto ahora?
• En cambio, si eres más introvertido y a menudo
sientes que desearías haberte expresado en un
momento o situación específica, deberías
preguntarte: ¿me arrepentiré de no hablar más tarde?
• Las preguntas correctas pueden ayudar a cualquier
persona a manejar sus reacciones emocionales y
evitar arrepentimientos.
Aprende a decir no.
• Es genial ser amable y servicial con los demás,
pero los jóvenes tienen que aprender a poner
sus límites. Para ello, podemos hablar con
nuestros amigos y poner ejemplos de
situaciones en las que, si respondemos sí a
todas las solicitudes, podemos elegir el camino
del agotamiento y gastar nuestro tiempo y
energía.
• Debemos explicar que, cada vez que decimos
que sí a algo que realmente no queremos, en
realidad estás diciendo que no a las cosas que
sí queremos.
Una vez compartidas estas experiencias te invito a hacerlas extensivas a tus padres,
hermanos y amigos, a fin de fortalecer la sana convivencia en el hogar. Para todos, estos
tiempos de pandemia han significado un momento de grandes cambios y aprendizajes
profundos. En muchos casos difíciles, donde nuestras emociones se han visto en pruebas.
Hagamos de ellas nuestras aliadas, queridas compañeras de vida, quienes nos protegen del
peligro.

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