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TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD (TDAH)

Es una disfunción de origen neurobiológico que conlleva una inmadurez en


los sistemas que regulan el nivel de movimiento, la impulsividad y la
atención.
“El TDAH puede presentarse con hiperactividad o sin ella”, especifica a
Cuidate Plus Azucena Díez, presidenta de la Sociedad Española de
Psiquiatría Infantil de la Asociación Española de Pediatría y miembro del
departamento de Psiquiatría de la Clínica Universidad de Navarra. “Estos
niños tienen menos capacidad para atender o se mueven más de lo que se
esperaría para su edad”.
Dado que es un trastorno del neurodesarrollo, para que se considere
TDAH los síntomas tienen que aparecer antes de los 12 años. Si no aparecen
antes, no se puede hacer un diagnóstico. “No hay TDAH que comience en la
edad adulta”, añade.
SÍNTOMAS
Los niños con TDAH son muy inquietos impulsivos y tienen problemas para prestar atención y
concentrarse. A pesar de intentarlo, son incapaces de escuchar correctamente, de organizar sus
tareas, de seguir instrucciones complejas, de trabajar o jugar en equipo. El actuar sin pensar (la
conducta impulsiva) provoca problemas con padres, amigos y profesores. Suelen ser niños inquietos,
siempre en movimiento, incapaces de permanecer sentados mucho tiempo o con una constante
inquietud (que se ve en tamborileo de dedos o en el movimiento constante de los pies o las piernas).
Esta patología puede afectar negativamente al rendimiento de los niños en el colegio, así como a
otros aspectos de su vida familiar y social.

Las manifestaciones pueden dividirse en tres grupos:


1. Síntomas relacionados con la inatención
La presidenta de la Sociedad Española de Psiquiatría Infantil explica que el principal síntoma es que
los infantes no son capaces de mantener la atención que se espera para su edad durante mucho
tiempo. Además, a estos niños les cuesta ponerse a hacer todas las tareas que suponen un esfuerzo
mental. “Está como en su mundo, se distrae con facilidad y va de un tema a otro”, afirma.
El principal lugar donde se aprecian estas manifestaciones es en el ámbito escolar. Los profesores a veces
presentan quejas en este sentido, pero también aparecen en casa: cuando un niño tiene que organizar sus cosas,
también está muy despistado.

En general suele caracterizarse por:


•No atiende detalles, comete errores.
•Dificultad para mantener la atención.
•Sordera ficticia.
•No sigue instrucciones, no termina las tareas.
•Dificultad para organizarse.
•Evita tareas que requieren esfuerzo continuado.
•Olvida y pierde cosas necesarias para su actividad.
•Fácil distracción por estímulos externos.
•Olvidadizo en las actividades diarias.
2. Síntomas relacionados con la hiperactividad
La hiperactividad puede ser muy evidente en niños
de menor edad y va desapareciendo con el
crecimiento. Se manifiesta de forma diferente
dependiendo del niño aunque suele caracterizarse
porque están siempre en movimiento, corren, saltan,
tienen dificultades para estar quietos, hablando mucho
y de forma precipitada y sin pensar.
Los síntomas más frecuentes en este bloque son:
•Inquietud, se mueve en el asiento.
•Se levanta cuando debería estar sentado.
 
•Corre y salta en situaciones inapropiadas.
•Dificultad para jugar tranquilamente.
•Excitado a menudo, "como una moto".
•Verborrea.
•Responde antes de que finalice la pregunta.
•Dificultad para guardar el turno en actividades de
grupo.
•Interrumpe a otros en los juegos, conversaciones,
etc.

3. Síntomas relacionados con la impulsividad


Aquí tiene cabida todo lo que hace referencia a las
situaciones en las que los niños actúan sin pensar en
las consecuencias de sus actos. “Los niños con TDAH
suelen ser personas muy impacientes que a veces
corren riesgos innecesarios y sin pensar en las
consecuencias negativas que tienen”, advierte Díez.
PREVENCIÓN

La psiquiatra Azucena Díez aclara que el TDAH se trata de una


disfunción cerebral que no se puede prevenir. No obstante,
indica que los cuidados generales de salud a lo largo del
embarazo y las campañas de prevención de consumo de
alcohol y tabaco en la gestación, así como un parto bien
asistido podrían ser una fuente de prevención, casi la única.
“De hecho, esto lo vemos con los niños adoptados,
quienes tienen diez veces más posibilidades de desarrollar este
trastorno que los niños que han nacido en nuestro país”, dice
Díez. “Esto se puede deber a un mayor consumo de tóxicos o
también a embarazos y partos no atendidos”.
Por otro lado, la especialista indica que existe otro tipo de
prevención que se podría denominar secundaria: empezar el
tratamiento lo antes posible una vez que la patología está
diagnosticada. De esta forma podrían prevenirse otras
complicaciones asociadas al TDAH.
Psicol. Carmen R. Miranda Bustíos

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