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La

Transgresió
n de
La transgresión de Elí:
Cuando la
debilidad se
vuelve pecado
La transgresión
de Jacob:

El uso de medios
carnales para obtener
la bendición divina
La transgresión de Sansón:
Carisma sin carácter
He aquí un triste
ejemplo de alguien
que tenía carisma y
dones
sobrenaturales,
pero no tenía un
carácter cristiano
sólido que los
respaldara.
Alexander Cely
El coqueteo con el desastre

También la podríamos llamar


"la transgresión de coquetear
con el mundo"
Se produce cuando nos volvemos
demasiado amistosos con las cosas que
Dios no aprueba, o cuando establecemos
permanentemente relaciones que no le
agradan.
En la vida de Sansón vemos un hombre
que nunca se convirtió oficialmente en
apartado de Dios, pero destruyó su propia
vida porque coqueteó con el mundo.
Para volar hacen falta dos alas

Al igual que Sansón algunos piensan que pueden


"volar" en el ministerio, pero insisten en hacerlo
con una sola ala. Tienen grandes esperanzas,
pero quedan amargamente desilusionados. Esto
se debe a que hacen falta dos alas para volar en
la voluntad de Dios: carisma y carácter.
Carisma

Carácter
Siete ventajas
espirituales
Siete ventajas espirituales
l. El llamado de Dios
2. Una buena preparación
3. Señales y prodigios
3. Señales y prodigios
5. La presencia palpable del
Espíritu
6. Milagros asombrosos
7. Larga vida en la obra
VAYA MÁS ALLÁ DE LA BENDICIÓN
INICIAL
"Es ley de vida: el carácter es el que
lleva la unción, y no viceversa".

En el carácter
de Sansón
podemos
observar varios
defectos que
terminaron
formando parte
de su caída.
La impulsividad
La personalización del ministerio
La deslealtad
En Jueces 14:19­2 leemos: "Se volvió a la casa
de su padre. Y la mujer de Sansón fue dada a su
compañero, al cual él había tratado como su amigo".

En Lucas 3:8, Juan el Bautista dice: "Haced, pues, frutos


dignos de arrepentimiento". El fruto de nuestro
arrepentimiento debe ser evidente y
obvio, de manera que los demás lo vean.
No podemos proceder deslealmente,
ignorando los compromisos y las
promesas que hayamos contraído. No
podemos alejarnos de nuestras
responsabilidades y de la gente en un
arrebato de cólera.
El hombre que no cuida de su propia
familia, no tiene razón ninguna para estar
representando a Dios desde el púlpito.
Las miradas sensuales
La pérdida del sentido común

Sansón se volvió tan insensible ante la


dirección de Dios, que llegó al punto de
ponerse a jugar con su unción. Cuando
Dalila le preguntó cuál era la fuente de su
fuerza, bromeó con ella mintiéndole, y
después usó aquella fuerza que le había
dado el Señor para salirse de la situación.
Esto es peligroso.
Le dijo: "Si me ataren con siete mimbres verdes que
aún no estén enjutos, entonces me debilitaré y seré como
cualquiera de los hombres" (Jueces 16:7).
No obstante, sus enemigos no se dieron
por vencidos. Dalila le siguió
preguntando cuál era la fuente de su
fuerza. Finalmente, él le dijo la
verdad; le contó el secreto que el Señor
le había dado. Tiró sus valiosas perlas a
los cerdos.
Un pastor dijo en
una ocasión en
Argentina:
"La esencia del
pecado es la
estupidez".
Sansón oyó que la mujer le preguntaba:
"Yo te ruego que me declares...cómo
podrás ser atado para ser dominado"
(Jueces 16:6),

y tomando una
decisión
sumamente
irracional, se lo
comenzó a decir.
Perdió su sentido
común.
Un falso sentido de seguridad

Sansón era moralmente inestable. No


podía soportar las presiones
constantes. Pero Dalila se le quejó y
lo molestó día tras día, hasta que se
sintió agotado (Jueces 16:16).
Cuando la gente
coquetea con el
mundo, llega un
momento en que su
alma se siente
cansada hasta la
muerte. Al llegar a
ese punto, dice: "Ya
no puedo resistir
esta tentación. Es
demasiado fuerte".
El entumecimiento
espiritual

Sansón se insensibilizó a las


cosas de Dios. Pensaba que su
vida nunca cambiaría. Había
aprendido el arte de equilibrar
la unción de Dios con el pecado
que había en su vida. Se había
convertido en un hombre de
muchas pasiones.
En Jueces 16:20 podemos leer la triste
evidencia de cuán insensible se había
vuelto Sansón respecto a las cosas de
Dios:
Y le dijo: [Sansón, lo filisteo sobre ti! Y luego que
despertó él de su sueño, se dijo: Esta vez saldré como
las otras y me escaparé. Pero él no sabía que Jehová ya
se había apartado de él.
No sabía que había estado jugando con la
unción y con las cosas del mundo por
tanto tiempo que, sin más advertencias,
el Espíritu Santo se apartó de su vida.
Andar por el camino de la
santidad
Tal vez usted pregunte:
"¿Me está diciendo
usted que Dios me pide
andar en una santidad
total y absoluta?" Así
es. Debemos ser
totalmente santos, o
estar totalmente
arrepentidos.
¿Es posible algo así? No por
nosotros mismos. Ni usted
ni yo podemos producir ese
tipo de santidad. Por eso
predico que la santidad es
un milagro del cielo.
El mismo que lo salvó
milagrosamente, lo va a santificar de
una forma igualmente milagrosa. El
mismo Jesús que murió por su
salvación, también murió por su
justificación, su justicia, su sabiduría
y su santificación.
Como dije antes, los relatos de la
Biblia acerca de las
transgresiones de sus personajes
no han quedado escritos para
entretenernos.

Necesitamos aprender de los


errores de los que vivieron antes
que nosotros. Estas resoluciones lo
van a guiar en la dirección
correcta:
• Tome la resolución de no usar la unción a
expensas del carácter.
• Decídase de inmediato a dejar de coquetear
con el mundo.
• Decídase a reducir sus pasiones a una sola:
Dios y su Reino.
• Decídase a pasar de las victorias ocasionales
a una victoria permanente en Cristo.
• Decídase a alejarse de sus debilidades, a fin
de tener un carácter fuerte y sólido.
• Decídase a convertirse en una persona
completa.
• Decídase a aprovechar las oportunidades de
restauración.
Una oración de arrepentimiento

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