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DERRIBADOS, PERO NO

DESTRUIDOS
TEXTO: 2 CORINTIOS 4:7-18

Ahora tenemos esta luz que brilla en nuestro corazón, pero


nosotros mismos somos como frágiles vasijas de barro que
contienen este gran tesoro. Esto deja bien claro que nuestro
gran poder proviene de Dios, no de nosotros mismos.
Por todos lados nos presionan las dificultades, pero no nos
aplastan. Estamos perplejos pero no caemos en la
desesperación. Somos perseguidos pero nunca abandonados
por Dios. Somos derribados, pero no destruidos. Mediante el
sufrimiento, nuestro cuerpo sigue participando de la muerte
de Jesús, para que la vida de Jesús también pueda verse en
nuestro cuerpo.
Es cierto, vivimos en constante peligro de muerte porque servimos
a Jesús, para que la vida de Jesús sea evidente en nuestro cuerpo
que muere. Así que vivimos de cara a la muerte, pero esto ha dado
como resultado vida eterna para ustedes. Sin embargo, seguimos
predicando porque tenemos la misma clase de fe que tenía el
salmista cuando dijo: «Creí en Dios, por tanto hablé». Sabemos
que Dios, quien resucitó al Señor Jesús, también nos resucitará a
nosotros con Jesús y nos presentará ante sí mismo junto con
ustedes. Todo esto es para beneficio de ustedes, y a medida que
la gracia de Dios alcance a más y más personas, habrá abundante
acción de gracias, y Dios recibirá más y más gloria.
Es por esto que nunca nos damos por vencidos. Aunque nuestro
cuerpo está muriéndose, nuestro espíritu va renovándose cada
día. Pues nuestras dificultades actuales son pequeñas y no
durarán mucho tiempo. Sin embargo, ¡nos producen una gloria
que durará para siempre y que es de mucho más peso que las
dificultades! Así que no miramos las dificultades que ahora
vemos; en cambio, fijamos nuestra vista en cosas que no
pueden verse. Pues las cosas que ahora podemos ver pronto se
habrán ido, pero las cosas que no podemos ver permanecerán
para siempre.
• Hay dos cosas que todos los que estamos oyendo este
sermón tenemos en común:

• NADIE quiere DESFALLECER y TODOS queremos ser


SALVOS.
1. LA AFLICCIÓN ES PASAJERA.

• Así que alégrense de verdad. Les espera una alegría inmensa, aunque
tienen que soportar muchas pruebas por un tiempo breve. Estas pruebas
demostrarán que su fe es auténtica. Está siendo probada de la misma
manera que el fuego prueba y purifica el oro, aunque la fe de ustedes es
mucho más preciosa que el mismo oro. Entonces su fe, al permanecer
firme en tantas pruebas, les traerá mucha alabanza, gloria y honra en el
día que Jesucristo sea revelado a todo el mundo. 1ª. Pedro 1:6-7 NTV
2. LA AFLICCIÓN ES LEVE.

• Porque esta leve tribulación momentánea produce en


nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de
gloria; 2ª Corintios 4:17 RVR60
3. LA AFLICCIÓN NOS LLEVA A EL
GALARDÓN.

• He peleado la buena batalla, he terminado la carrera y he permanecido


fiel. Ahora me espera el premio, la corona de justicia que el Señor, el Juez
justo, me dará el día de su regreso; y el premio no es solo para mí, sino
para todos los que esperan con anhelo su venida. 2ª. Timoteo 4:7-8 NTV
4. LA AFLICCIÓN ES LA ANTESALA A LA
ETERNIDAD CON EL SEÑOR.

• Considero que los sufrimientos del tiempo presente no


son nada si los comparamos con la gloria que habremos
de ver después. Romanos 8:18 DHH
CONCLUSIÓN
• Entender que el poder de Dios y la vida de Su Hijo son manifestados en
nuestra debilidad.
• Reconocer que Dios nos sostiene en nuestras aflicciones y no dejará que
seamos destruidos.
• Creer que nuestras aflicciones no dirán la última palabra.
• Creer que nuestras aflicciones son pasajeras.
• Mirar las aflicciones como la oportunidad para experimentar un eterno
peso de gloria.

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