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Amando

a Dios
con nuestra
mente
“Ama al Señor tu Dios con todo tu
corazón, con todo tu ser y con toda tu
mente” —le respondió Jesús—”

• Mateo 22:37
La honra se inicia en el amor.
“Ama al Señor tu Dios con todo tu
corazón, con todo tu ser y con toda tu
mente” —le respondió Jesús—”

• Mateo 22:37
“Porque cual es su pensamiento (de un
hombre) en su corazón, tal es él”

• Proverbios 23:7
Amamos a Dios con nuestra mente
al permitir que nuestra manera de
pensar sea transformada.
“No se amolden al mundo actual, sino sean
transformados mediante la renovación de
su mente. Así podrán comprobar cuál es la
voluntad de Dios, buena, agradable y
perfecta”
• Romanos 12:2
Amamos a Dios con la mente
cuando buscamos descubrir la
voluntad de Dios.
“Estén, pues, muy atentos a la manera que
tienen ustedes de comportarse, no como
necios, sino como inteligentes. Y aprovechen
cualquier oportunidad, pues corren tiempos
malos. Así que no sean irreflexivos; al
contrario, traten de descubrir cuál es la
voluntad de Dios.”
• Efesios 5:15-17
La honra se inicia en el amor.
Amamos a Dios con nuestra mente cuando
ponemos nuestros pensamientos en las
cosas eternas.
• Romanos 8:5-9

Los que siguen la mentalidad humana, sólo piensan en


satisfacerla, pero los que viven según el Espíritu sólo
piensan en satisfacer al Espíritu. El que se deja controlar
por su mentalidad humana tendrá muerte, pero el que deja
que el Espíritu controle su mente tendrá vida y paz.
Cuando alguien se deja controlar por su mentalidad
humana, está en contra de Dios y se niega a obedecer la
ley de Dios.
• Romanos 8:5-9

De hecho, no es capaz de obedecerla; los que


tienen la mentalidad humana no pueden
agradar a Dios. En ustedes no predomina la
mentalidad humana sino la del Espíritu,
porque el Espíritu de Dios vive en ustedes. El
que no tiene el Espíritu de Cristo, no
pertenece a Cristo.
“Ya que han sido resucitados a una vida nueva con Cristo,
pongan la mira en las verdades del cielo, donde Cristo
está sentado en el lugar de honor, a la derecha de Dios.
Piensen en las cosas del cielo, no en las de la tierra. Pues
ustedes han muerto a esta vida, y su verdadera vida está
escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo —quien es
la vida de ustedes — sea revelado a todo el mundo,
ustedes participarán de toda su gloria.”

• Colosenses 3:1-4
“Pues, «¿Quién puede conocer los
pensamientos del Señor ? ¿Quién sabe lo
suficiente para enseñarle a él?» . Pero
nosotros entendemos estas cosas porque
tenemos la mente de Cristo.”
• 1 Corintios 2:16
“En fin, hermanos, piensen en todo lo que
es verdadero, noble, correcto, puro,
hermoso y admirable. También piensen en
lo que tiene alguna virtud, en lo que es
digno de reconocimiento. Mantengan su
mente ocupada en eso.”
• Filipenses 4:8

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