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ENTORNOS FÍSICOS

INCLUSIVOS
• 1. Muebles flexibles
• Si bien muchos de nosotros recordaremos los salones llenos de escritorios atornillados al
piso, el futuro salón de clases es flexible. Los muebles, los accesorios y el equipo deben
ser portátiles (incluido el escritorio del profesor) para que puedan organizarse para
adaptarse a cualquier escenario o procesos de aprendizaje. Ya sea que se trate de crear un
espacio central para una discusión de toda la clase, una colaboración íntima en grupos
pequeños o un pensamiento crítico solitario, los muebles deben ser portátiles e intuitivos
para interactuar.
• 2. Acústica del salón o lugar
• Igualmente tan importante como el espacio físico en la creación de un entorno de aprendizaje
inclusivo son buenas acústicas. Todos tienen diferentes sensibilidades para el sonido y un ambiente
aural bien equilibrado puede mejorar la forma en que los estudiantes interpretan a los maestros,
evita que se desconecte y facilita la enseñanza. Los ruidos fuertes y repentinos, como las campanas
de la escuela, deben reducirse al mínimo y, en su lugar, combinarse con señales visuales. Limitar la
reverberación, tener espacios contiguos conectados visualmente pero más silenciosos, y sentar a los
niños en las proximidades del maestro de acuerdo con sus habilidades auditivas son solo algunas
estrategias simples que contribuyen a un ambiente de aprendizaje más inclusivo.
• 3. Control del clima
• En el diseño de un espacio de aprendizaje inclusivo, se debe considerar cuidadosamente la
ventilación natural y la temperatura más la capacidad de controlarla. Los estudiantes con
alergias pueden verse afectados por la mala calidad del aire que causa falta de atención,
inquietud y ausentismo. Lo mismo es cierto para la temperatura, donde los estudiantes con
sensibilidades a las fluctuaciones pueden agitarse e impacientarse, afectando indirectamente el
logro. Mantener una temperatura y calidad de aire estables mejora la comodidad para todos y
promueve un entorno de aprendizaje equitativo.
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• 4. Colorear en el aula
• El color es un factor clave para influir en el estado de ánimo de un aula. Para promover la
inclusión, las diferentes necesidades de los niños deben tenerse en cuenta al seleccionar el
color de la habitación y sus objetos. Una sobrecarga de colores vibrantes y patrones
complejos puede distraer fácilmente o sobreestimular a algunos estudiantes que son hiper
sensibles a los estímulos ambientales. Deben favorecerse los colores neutros o pastel que
son más suaves, al mismo tiempo que se equilibran estos tonos con objetos de colores
distintivos para ayudar a los estudiantes con discapacidad visual.
• 5. Iluminar para aprender
• La iluminación de un salón de clases puede tener un efecto dramático en el aprendizaje. Por lo tanto,
la iluminación del espacio debe revisarse cuando se diseña para incluir. La iluminación natural y la
capacidad de controlar los niveles de luz son las dos consideraciones más importantes. La controlar
la iluminación le permite al maestro ajustar los niveles para crear un ambiente de calma o
estimulante, dependiendo de la actividad y las necesidades de los estudiantes. Cuando no es posible
la luz natural, se prefiere la iluminación incandescente sin parpadeo sobre la fluorescente, lo que
puede reducir el enfoque y aumentar la hiperactividad entre ciertos estudiantes.
• Fuente: https://www.informa.com.au/insight/reimagining-classroom-experience-schools-can-design-inclusive-learning-spaces/
• Flexibilidad: los estudiantes deberían poder realizar fácilmente la transición a espacios
funcionales, como una biblioteca de clases, un centro de alfabetización, un área de
computación, un escenario, un rincón de lectura, etc.
• Pertenencia: los estudiantes deben sentir que el espacio es suyo. Ponga fotos de niños y
un trabajo ejemplar. Coloca carteles con caras diversas.
• Interacción: Al girar sus asientos, los estudiantes deberían poder trabajar rápidamente con
un grupo pequeño.

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