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Formas antiguas y nuevas

de solucionar los
problemas sociales
Aunque las organizaciones sindicales han desempeñado un papel
fundamental en el diálogo social entre trabajadores, empleadores y
gobiernos, el número de afiliados ha descendido drásticamente en muchos
países en los últimos años. Werner Thönnessen, rememorando su larga
carrera en el movimiento sindical alemán e internacional, examina algunas
formas antiguas y nuevas de adaptación de los sindicatos a esta tendencia,
además de hacer frente a los desafíos de la globalización.
De cualquier modo, hay razones para afirmar que las formas
tradicionales de solidaridad siguen siendo un motivo de
afiliación sindical. Todos los años, los sindicatos alemanes
ganan millones de euros en los tribunales laborales y sociales
como compensación al trato injusto recibido por sus afiliados.
Aunque es cierto que las huelgas son más infrecuentes que hace 20 años,
siguen constituyendo un último recurso cuando fracasan las negociaciones
para conseguir mejores condiciones de trabajo, como lo demuestran
algunos ejemplos recientes en el sector de los servicios públicos. Las
huelgas que mantuvieron los trabajadores del metal canadiense durante
doce semanas acabaron en un acuerdo favorable con una empresa
multinacional; la huelga que mantuvo durante casi dos años el sindicato
británico AMICUS obligó a una empresa a readmitir a los trabajadores
injustamente despedidos; y en la República de Sudáfrica, una huelga ya
anunciada contra las gasolineras y los concesionarios de automóviles, fue
desconvocada porque los empleadores hicieron unas concesiones
considerables.

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