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Más desinformación
HOMO-VIDENS
A las estadísticas falsas hay que añadir, como factor de distorsión, la entrevista casual. El
entrevistador al que se le manda cubrir un acontecimiento e incluso un no acontecimiento con
imágenes, pasea por la calle y entrevista a los que pasan. Así, finalmente, es la voz del pueblo
la que se hace oír. Pero esto es una falsedad absoluta por que a la hora de la publicación se
tiene en cuenta un bajo porcentaje de la información brindada por la fuente.
La desinformación se alimenta de dos típicas distorsiones de una información
que tiene que ser excitante a cualquier precio: premiar la excentricidad y
privilegiar el ataque y la agresividad.
La televisión llega siempre con rapidez al lugar donde hay agitación, alguien
protesta, se manifiesta, ocupa edificios, bloquea calles y ferrocarriles o se
ataca algo o a alguien . Se podría pensar que esto sucede porque un ataque
puede resultar un espectáculo, y la televisión es espectáculo. En parte, esto
debe ser así. Pero el mundo real no es espectáculo y el que lo convierte en eso
deforma los problemas y nos desinforma sobre la realidad.
Por lo general, la televisión lleva a las pantallas sólo a quien ataca, al que se
agita, de tal modo que la protesta se convierte en un protagonista
desproporcionado que siempre actúa sinceramente (incluso cuando se ha
equivocado de parte a parte).