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5.

Más desinformación
HOMO-VIDENS​

Cristhian Julián Guerrero Suesca


Mediática II
Analicemos qué es la verdadera desinformación: no
informar poco (demasiado poco), sino informar mal,
distorsionando.

• La cámara de televisión entra fácil y libremente en


los países libres; entra poco y con precaución en
los países peligrosos; y no entra nunca en los
países sin libertad. De lo que se deduce que cuanto
más tiránico y sanguinario es un régimen, más lo
ignora la televisión y, por tanto, lo absuelve.

• Aunque sea de un modo involuntario (pero sin


preocuparse excesivamente), la televisión penaliza
a los países libres y se protege de los países sin
libertad en los que las dictaduras gobiernan
matando.
Distorsiones informativas
Falsas Estadísticas: Son resultados estadísticos que tienden a ser falsos por la
interpretación que se les da. En esta clase de falsedades se ejercita también la prensa; pero es
la televisión la que las ha impuesto a todos como dogmas. Porque para la televisión los
cuadros estadísticos debidamente simplificados y reducidos al máximo son lo mas importante
en un cuadro estadístico.

A las estadísticas falsas hay que añadir, como factor de distorsión, la entrevista casual. El
entrevistador al que se le manda cubrir un acontecimiento e incluso un no acontecimiento con
imágenes, pasea por la calle y entrevista a los que pasan. Así, finalmente, es la voz del pueblo
la que se hace oír. Pero esto es una falsedad absoluta por que a la hora de la publicación se
tiene en cuenta un bajo porcentaje de la información brindada por la fuente.
La desinformación se alimenta de dos típicas distorsiones de una información
que tiene que ser excitante a cualquier precio: premiar la excentricidad y
privilegiar el ataque y la agresividad.

En cuanto al primer aspecto, me limito a observar que la visibilidad está


garantizada para las posiciones extremas, las extravagancias y las
exageraciones. Cuanto más descabellada es una tesis, más se promociona y se
difunde, se tiende a destacar los charlatanes, los pensadores mediocres, los que
buscan la novedad a toda costa, y quedan en la sombra las personas serias, las
que de verdad piensan. Todo esto tiene un significado: Ponerse a disposición
de un (interés mal entendido).
El segundo aspecto consiste, en privilegiar
el ataque y la agresividad. Esto puede
suceder de diferentes modos. La televisión
americana es agresiva en el sentido de que
el periodista televisivo se siente revestido
de una (función crítica) y es, por tanto, un
adversario, constitutivamente predispuesto
a morder y bajar la buena imagen del
poder, en cambio se prefiere mantenerlo
bajo sospecha y acusación. Esta
agresividad se considera en Estados
Unidos como una ética profesional,
aunque después, un segundo objetivo,
menos noble, es el de (crear público) y
complacerlo.
ASPECTOS DESINFROMATIVOS DE LA TELEVISIÓN

 La televisión llega siempre con rapidez al lugar donde hay agitación, alguien
protesta, se manifiesta, ocupa edificios, bloquea calles y ferrocarriles o se
ataca algo o a alguien . Se podría pensar que esto sucede porque un ataque
puede resultar un espectáculo, y la televisión es espectáculo. En parte, esto
debe ser así. Pero el mundo real no es espectáculo y el que lo convierte en eso
deforma los problemas y nos desinforma sobre la realidad.

 Por lo general, la televisión lleva a las pantallas sólo a quien ataca, al que se
agita, de tal modo que la protesta se convierte en un protagonista
desproporcionado que siempre actúa sinceramente (incluso cuando se ha
equivocado de parte a parte).

 En el código de la televisión está escrito simbológicamente el alterar partes de


la información. Y está llegando a ser incluso una norma que el entrevistador
debe simpatizar con sus entrevistados (de tal manera que un asesino se
convierte en un “pobre” asesino que nos tiene que conmover). Y esto es un
mal código para una pésima televisión.
Informar es comunicar un contenido o decir algo. Pero en la jerga
de la confusión mediática, información es solamente el bit,
porque el bit es el contenido de sí mismo. Es decir, en la red,
información es todo lo que circula. Por tanto, información,
desinformación, verdadero o falso, es valido y se puede adoptar
en cuanto el receptor lo decida y sienta la necesidad de confirmar
y revisar a detalle dichos datos que sean informativos o
desinformativos.

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