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MUJER

Mujer no es una categoría con


la que se nace, sino una
construcción que proviene de
una formación integral.
¿En que parte de
tu cuerpo ubicas
tu identidad?
ESCRÍBELO EN TU HOJA
“Podemos restaurar el equilibrio y la plenitud en
nuestro mundo. Para que ello suceda, tenemos que
romper el trance en el que hemos estado viviendo
durante demasiado tiempo y estar dispuestas a
escuchar esa voz profunda en nuestro interior.

Esta voz no nos habla en un lenguaje inteligente con


conceptos prefijados, nos habla en un lenguaje que
quizás hemos olvidado, pero cuando lo oímos, nos
resulta tan íntimo como nuestra respiración. Es una
profunda sensación de llegar a casa, y en este llegar a
casa, podemos convertirnos en el hogar para otros:
podemos convertirnos en el hogar para el mundo.”

Chameli Ardagh
Llega un momento en nuestras vidas, en que
la necesidad de algo más se apodera de
nosotras, no es algo palpable, no se puede
definir. La percibimos quizá como una
insatisfacción existencial, un hueco en el alma,
la sensación de que hay algo más, mejor o
diferente a lo que hasta el momento hemos
vivido o el mero presentimiento de que
estamos viviendo en vano.

Es ese el punto de inflexión, desde el cual


comenzamos la búsqueda de nuestra misión,
propósito, motivo, grial, etc.
Al empezar la búsqueda , aparecen también el
miedo a lo nuevo, a lo desconocido y claro,
enfrentamos los consejos de gente que cree
tener sabiduría y que confunde tiempo vivido
con experiencia.

Buscamos encontrar la verdad en otros o a


través de otros. Ahí hacen su aparición los
gurús, maestros, curanderos, chamanes,
sanadores, sacerdotes, espiritistas,
terapeutas, psicólogos, psiquiatras, coaches,
etc.
La validación, el reconocimiento, la sabiduría,
la consciencia y el poder, no están afuera…
están en un lugar muchas veces desconocido,
al que nos cuesta mirar… está en nosotras.

El riesgo de la confusión es real, pero si


estamos dispuestas a reconstituirnos, a
romper el cascarón de la rutina, liberar
nuestro potencial innato y vestirnos de alas,
terminaremos por encontrar las claves que
precisamos para iniciar el vuelo hacia un
mundo lleno de posibilidades infinitas y
proporcionales a la magnitud de nuestro ser.
Quizá no sea fácil. No importa.
Si estamos dispuestas a pagar los precios que
sean necesarios, lograremos pronto :
reconstruir nuestras raíces e identidad,
reconciliarnos con nuestros templos (nuestro
cuerpo y sus ciclos naturales), accesar a
nuestra natural vulnerabilidad sin miedo,
expandir nuestra consciencia, reactivar
nuestra intuición y con ello, posibilitar el
asesoramiento de esa voz interior que nos
habla constantemente y no se equivoca y
finalmente recuperar nuestro poder,
Recuperar nuestro poder, es tener y tomar las
riendas de nuestra vida en nuestras manos y
con ello, encaminarnos a la recuperación del
discernimiento, es decir, de la capacidad
innata que tenemos para elegir.

Pero también es el retorno a la conciencia, a


darnos cuenta de quienes somos y del
potencial que tenemos.
Somos consecuencia de lo
que decidimos, por ello, en
cada decisión nos jugamos
la vida entera.
Una vez que la
mujer, recupera su
poder, lo habita y
comienza a vivir
desde él, entonces
se encamina hacia la
recuperación de su
misión, que es no
es, sino la capacidad
de entregarse de
lleno a aquello que
tiene que hacer para
posibilitar su
evolución de
consciencia.
RECUPERAR NUESTRO
PODER ¿Cómo?

CONSCIEN
CUERPO CIA SABER
CUERPO
La visión judeo cristina del mundo, que inspira la
civilización occidental, considera que el cuerpo y la
sexualidad femenina, representados por Eva, son
responsables de la caída de la humanidad. Así que no
es
precisamente admiración y respeto lo que sentimos por
nuestro cuerpo.

La mayoría de mujeres interiorizamos que hay algo


fundamentalmente mal en nuestro físico, si no ¿cómo
se explican los elevadísimos índices de cirugía estética?

La sociedad nos ha empujado a creer que nuestros


olores y formas naturales son inaceptables, que nuestro
cuerpo es esencialmente sucio y que necesitamos
vigilancia constante de limpieza y frescura para no
ofender.
La denigración de
nuestro cuerpo ha sido
la causa de que
muchas mujeres
tengan miedo de sus
procesos naturales o
sientan repugnancia
por ellos.

Y este miedo ha
favorecido la sumisión
a la medicalización de
las funciones naturales
como el ciclo
menstrual, el parto, la
lactancia e incluso la
crianza.
Nos hemos alejado de nuestra energía femenina y
hemos invalidado importantes y vitales experiencias.

Dejamos de escuchar nuestros cuerpos y nos


desconectamos de nuestro natural ciclo femenino,
llegando incluso a resistirlo, aborrecerlo y ojala borrarlo.

La píldora, por ejemplo ha alejado a diversas


generaciones de sus ciclos y energías femeninas, hasta
llegar a vivir en una cultura en que el útero y sus ciclos
se consideran irrelevantes o incluso negativos, el
Prozac, adormila los estados de animo propios de cada
estadio del ciclo y medicamentos anti dolor menstrual,
son usados indiscriminadamente para acallar las
señales que nuestro útero nos esta enviando… hace
mucho tiempo.
Al convertir en inaceptables los aspectos naturales de
nosotras mismas y una amenaza para nuestra
supervivencia o posición, se desencadena en nosotras
una lucha o huida en nuestro cerebro primitivo.

Es entonces que en nuestras vidas se presentan


episodios o estados de ansiedad, miedo, rabia,
confusión interna, autodesprecio, etc. que crean vidas
insatisfechas, problemas físicos relacionados con
nuestro útero y nuestros ciclos, dificultades en las
relaciones y falta de dirección y propósito y una
constante experiencia de vacío e incompletud que casi,
son un sello característico.
El Ciclo Menstrual
Femenino ( sobre todo la
menstruación como
manifestación física) ha
sido y sigue siendo un
Tabú Social.

Desde tiempos remotos:


la sangre, la capacidad
reproductora, las
múltiples energías
asociadas a un proceso
orgánicamente rítmico,
son importantes
recordatorios de :

• Lo misterioso y
complejo de la vida
• El asombroso poder
creador que pulsa en el
interior de cada mujer.
El ciclo menstrual es lo más básico y terrenal que
tenemos. La sangre es nuestra conexión con lo
femenino arquetípico. La menstruación es un prodigio
biológico con efectos muy beneficiosos sobre el cuerpo
femenino. La ciencia está descubriendo que los efectos
del ciclo menstrual en el organismo son más y mejores
de lo que se creía.

La regla también actúa como un sistema de


autolimpieza mensual que protege el aparato genital
femenino, y los estrógenos refuerzan las defensas del
organismo, aumentando la resistencia de los glóbulos
blancos.
A nivel psicológico, el ciclo menstrual rige la
información y la creatividad. Recibimos y procesamos
información de forma diferente en las distintas fases del
ciclo.

Desde lo espiritual la menstruación es considerada


como “el símbolo de la unidad”. Al igual que los ciclos
de la luna y las plantas, la menstruación representa la
regeneración de la vida. Solo el hecho de conocer
nuestros ciclos y las emociones que despiertan,
aligerara nuestra vida.
Somos MUJERes
CICLICAs
La Doncella /
Fase DinÁmica
• FASE LUNA : Luna
Creciente. Representa el
aspecto enérgico y
dinámico: la luz y
claridad de la luna
creciente
• FASE CICLO : Pre
Ovulatoria. Desde el fin
del sangrado hasta el
comienzo de la
ovulación
• DIAS : 7 a 14 Aprox.
• ESTACION : Primavera
• COLOR : Blanco
Cuando salimos de la menstruación, somos mujeres renovadas, con
fuerzas que no teníamos hace unos días. Estamos llenas de diversión
y entusiasmo. Somos dinámicas, radiantes, confiadas, firmes,
ambiciosas,
sociables y capaces de afrontar los desafíos de la vida.

Estamos centradas en nosotras mismas y con un gran poder de


concentración para encarar nuevos proyectos, somos capaces de
lanzarnos a alcanzar todos nuestros objetivos y a realizar gran parte
de lo que nos proponemos a realizar y/o conquistar.

Experimentamos energías renovadas (si hemos descansado en la fase


anterior, claro) y la voluntad es de participar en el mundo, de forma
más independiente, siendo nosotras mismas, aportando al mundo lo
que hemos “aprendido” en la fase anterior (menstrual, “hacia
adentro”).
La MADRE /
Fase
EXPRESIVA
• FASE LUNA : Luna
Llena. Representa la
fertilidad y la nutrición:
refleja la intensa luz de
la luna llena.
• FASE CICLO :
Ovulación. DIAS : 15 a
21 Aprox.
• ESTACION : Verano
• COLOR : Rojo
Es la expresión interna y externa del amor: somos protectoras,
capaces de asumir responsabilidades, alimentar y dar sustento
Perdemos el interés por nuestra propia persona y nos centramos en
los demás seres, sobre todo en los que más amamos.

Gestar seres y proyectos, nutrir, empatizar y saber escuchar son


potencialidades de esta fase del ciclo, que no solemos tener tan
desarrolladas en las otras tres fases.

Es una época más empática, receptiva, cooperativa, y estamos listas


par conocer mejor al otro así como para co-crear. Es una época en la
que somos más diplomáticas y podemos ceder para un bien común.

Podemos fertilizar los proyectos (familiares, de trabajo, etc.) en estos


días, y es un buen momento para buscar soporte y opiniones de otros
en los que confiamos, para así seguir adelante.
La Hechicera
Fase creativa
• FASE LUNA : Luna
Menguante. Representa
el descenso hacia el
aspecto interior de la
naturaleza femenina:
misterio, magia, pasión,
poder
• FASE CICLO : Pre
Menstrual.
• DIAS : 21 Aprox.
• ESTACION : Otoño
• COLOR : Azul
Es una fase preciosa, es cuando tenemos más capacidades creativas
dentro del ciclo. En esta fase empezamos a sentirnos introspectivas, y
las energías que se mueven son distintas de la fase anterior,
empezamos a revisar nuestro lugar en el mundo de forma reflexiva
pero no tanto como en la fase menstrual.

Puede ser que necesitemos estar a solas, que soñemos más, que
nuestra intuición sea mayor en esta fase, y que la sexualidad sea
distinta (la expresividad/creatividad llega a todos los planos). El velo
entre el mundo espiritual y el mundo físico se empieza a disolver.
Misterio, magia, pasión, poder femenino, magnetismo y atracción

Y puede ser que nos frustremos si en esta fase no tenemos espacio


temporal para estar a solas o para expresar en un lienzo o
interactuando de forma creativa. Es por ello que en nuestra sociedad
de estrés y de “hacer lo que toca”, vivimos mal la fase premenstrual
(se nos ve frustradas), porque no nos permitimos expresar y crear
cuando es lo que más necesitamos en esos días del ciclo.
La SABIA
Fase
REFLEXIVA
• FASE LUNA : Luna
Nueva. Representa la
sabiduría y la
estabilidad: los poderes
del mundo interior: se
retiran las energías del
mundo terrenal para
centrar su conciencia en
el mundo espiritual.
• FASE CICLO :
Menstruación.
• DIAS : 1 a 7 Aprox.
• ESTACION : Invierno
• COLOR : Negro
Es una fase del ciclo, en la que estamos más para adentro, que
podemos ir a las profundidades de esa mujer sabia que somos para
poder escucharla, atenderla y habitarla. Es nuestra ase más espiritual.

Retomar nuestro conocimiento antiguo, rescatar los qués, por qués y


para qués. Introspectivas y mucho más cerca del estado meditativo,
es como estamos en esta fase. Esta es la fase del ciclo en que
estamos abiertas a los mensajes de nuestra intuición y/o del mundo
espiritual sobre nuestra misión en la vida y sobre qué es lo que
realmente necesita nuestra alma para alcanzar la felicidad.

Una fase de limpieza y de “dejar ir”: durante la fase de sangrado


podemos soltar creencias, pensamientos, hábitos que ya no nos son
útiles. Es el recogimiento y el auto centramiento para reunir energías
y así afrontar el nuevo ciclo, por eso necesitamos dormir más.
RECONEctarnos con nuestro cuerpo
y nuestros ciclos
¿PARA QUÉ?
En principio para entendernos y honrar el maravilloso regalo de ser
mujeres con todo lo que ello implica. La finalidad primigenia es que
las mujeres aprendamos a observarnos desde un lugar muy diferente,
más completo, más consciente, más justo para nosotras mismas y
para nuestro contexto. Rescatar del olvido aquello que nos es propio:
nuestra esencia femenina, nuestra sabiduría, nuestro poder.

Se trata de entendernos más y vincularnos con nosotras y los otros


desde un punto más amplio, con menos culpas, más permisos, mayor
disfrute, menos carga… “logrando ser la mejor versión de nosotras
mismas”.

Encuadrar nuestra realidad desde esta perspectiva es pararnos en


nuestra propia vida tomando todo nuestro poder. Esto significa que
una vez que sabemos cuáles son nuestros ritmos naturales, entonces
podemos elegir tomar acción consecuente, coherente y concreta con
ellos.
Consciencia
CONSCIENCIA es la capacidad del
ser humano para percibir la
realidad, reconocerse dentro de
ella, relacionarse con ella y
reflexionar sobre ella; y es
también el acto psíquico por
medio del cual el individuo se
reconoce a sí mismo en el mundo.
Cuando las mujeres desarrollamos nuestra conciencia,
practicamos el arte de darnos cuenta de lo que nos sucede
aquí y ahora, en este preciso instante. Es como si
despertáramos una parte nuestra que hace de observadora de
otra parte nuestra que es la observada.
Una mujer consciente, se da cuenta de lo que sucede en su
cuerpo, de lo que siente en su corazón y de lo que se le pasa
por la cabeza, tiene la llave de la libertad y del Amor en sus
propias manos y hace gala de su poder.
Cuando como mujer me doy cuenta de lo que me pasa,
entonces puedo elegir lo mejor para mi
1.- UNA MUJER CONSCIENTE PUEDE DISFRUTAR DE SU
CICLICIDAD

Una mujer que siente su cuerpo puede percibir las cuatro


fases que atraviesa cada mes entre sangrado y sangrado o
entre luna y luna.
Ser consciente de la fase en la que está la ayuda, por ejemplo,
a organizarse las tareas. Deja para la fase de la Doncella las
labores de mayor actividad y para la fase de la Madre todo lo
que tenga que ver con la comunicación. Para la Hechicera
deja las labores de establecer límites y evaluar algunos
asuntos. Y la Anciana la reserva para aquellas cosas que
necesita mirar desde la quietud, aquellas cosas que necesita
soltar o que huelen a tristeza y despedida. Sabe que en la
Anciana podrá retirarse a su santuario interior y abrirse a su
propia sabiduría y medicina.
2.- UNA MUJER CONSCIENTE PUEDE ABRIR SU CORAZÓN
A OTRAS MUJERES

Muchas de nosotras, al nacer dentro de un sistema patriarcal,


albergamos la creencia de que tenemos poco valor, y
competimos entre nosotras para ser la más valiosa frente a
los otros. Bastantes de nosotras tenemos también algunos
aspectos por elaborar de la relación con nuestra propia madre.
Eso hace que, en lo profundo, nos cueste respetar a las otras
mujeres ya que, inconscientemente, proyectamos en ellas la
figura de nuestra madre.
Una mujer consciente puede comenzar a darse cuenta de
cuando, en su discurso interno, comienza a juzgar otra mujer.
Al tener una cierta práctica en estar presente puede pillarse a
sí misma criticando a la otra, retando a la otra, despreciando a
la otra… Y cuando eso sucede tiene la posibilidad de elegir
soltarlo. Soltarlo para no envenenarse a sí misma, soltarlo
para no envenenar al mundo. Soltarlo para poder ver el brillo
de la otra mujer valorando también su propio brillo.
3.- UNA MUJER CONSCIENTE PUEDE ABRIRSE A LA
EXPERIENCIA DE CONECTAR CON LA NATURALEZA

El gimnasio de la mujer consciente es entrenarse en darse


cuenta de qué está sucediendo en su cuerpo: ¿Hay dolor,
placer, discurso rallado, hambre, cansancio, alegría, tristeza,
densidad…?
Igual que puede darse cuenta de qué le sucede a ella, tiene la
capacidad de darse cuenta de lo que sucede a su alrededor.
Cuando yo puedo sentirme a mi puedo sentir al otro, si no, es
imposible.
Una mujer que siente el mar, la tierra, los ríos… puede elegir
cuidarlos. Y puede cuidarlos de diferentes maneras: Puede
reciclar, puede orar, puede cantar, puede aliarse con otros
para cocrear acciones concretas, puede caminar por la
montaña con una bolsa recogiendo las basuras más
voluminosas, puede limitar los residuos que tira a la basura,
como las toallas higiénicas que están destrozando el hábitat
marino.
4- UNA MUJER CONSCIENTE PUEDE SANAR A OTROS

Todos estamos unidos a los otros, a través del campo de


resonancia morfogenético.
Cuando una mujer consciente, se empodera en su cuerpo, en
su ciclo, en su sabiduría, en su amor propio, en su alma y en
su espíritu, entonces empieza a sanar.
Cuando una mujer consciente sana, ella se transforma en una
obra de amor, ya que no solo se sana a sí misma sino que
sana a todo su contexto (sana a los suyos, a otras mujeres, a
su linaje, al mundo).
SABER
Érase una vez las pacificas
culturas matriarcales de hace
más de 5000 años en las que la
conciencia imperante fue la
femenina. El ciclo menstrual, el
cuerpo de la mujer y su sabiduría
se consideraban sagrados. Eran
sociedades sedentarias,
organizadas, respetuosas ,
conscientes y cuidadosas con el
entorno y unidas a él y con
enarbolaban valores de intuición,
compasión, respeto, fusión,
tolerancia y honrar a la Madre
tierra.
Desde épocas primigenias, las mujeres (siendo niñas aún)
eran formadas al seno de los Círculos de Mujeres, formados
estos por las ancianas respetables, abuelas y/o madres. En
dichos círculos, todas las mujeres tenían la misma importancia
y, por consiguiente, ninguna de ellas era superior a las demás.
Todas ellas, asimismo, se preocupan por el bienestar de su
comunidad y por compartir su sabiduría, nutriendo desde ellas
al resto.
Antes, llegar a la vejez era sinónimo de sabiduría. Las
abuelas eran la biblioteca vida de los pueblos. En la actualidad
esta tradición iniciática se ha perdido, vemos en su reemplazo
mujeres jóvenes extraviadas por falta de formación integral
para la vida, mujeres adultas infelices por falta de
formación iniciática, ancianas frustradas, que son rebajadas,
desechadas, postergadas y consideradas una carga, que no
tienen el espacio ni el permiso para compartir su sabiduría y
experiencia en el sagrado arte de vivir.
“Cuando las abuelas
hablen, la tierra
sanará. Cuando las
abuelas recen, se
revelará la sabiduría.
Cuando las abuelas
canten, la tierra se
manifestará como un
todo”.
COMPARTIR NUESTRA SABIDURIA, PARA
NUTRIRNOS TODAS Y APRENDER a travÉs de los
cÍrculos
La mujer que despierta,
está encargada de
rehumanizar a la
humanidad
Gracias y ¡Aho!

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