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1. ¿Qué es la ocupación?
La licitud de la ocupación está regulada por la Carta de las Naciones Unidas y por el
derecho conocido como jus ad bellum. (Derecho en la guerra)
2. ¿Cuándo comienza a aplicarse el derecho de la ocupación?
Las normas del derecho internacional humanitario pertinentes para los territorios
ocupados comienzan a aplicarse cuando el territorio cae bajo el control efectivo de
fuerzas armadas extranjeras hostiles, aunque la ocupación no encuentre resistencia
armada y no haya enfrentamientos.
3. ¿Cuáles son los principios más importantes que rigen la ocupación?
Los acuerdos celebrados entre la Potencia ocupante y las autoridades nacionales no pueden
privar a la población del territorio ocupado de la protección otorgada por el derecho
internacional humanitario y las personas protegidas no podrán, en ninguna circunstancia,
renunciar a sus derechos:
La Potencia ocupante debe respetar las leyes vigentes en el territorio ocupado, salvo que
constituyan una amenaza a su seguridad o un obstáculo a la aplicación del derecho
internacional de la ocupación.
Propiedad privada.
El ocupante no podrá confiscar propiedades privadas.
Los víveres y los suministros médicos podrán requisarse exclusivamente para ser utilizados
por las fuerzas de ocupación y su personal de administración (es decir, no se podrán
exportar fuera del territorio ocupado ni utilizar en provecho de personas que no sean las
fuerzas de ocupación, a menos que ello sea necesario en beneficio de la población
sometida a la ocupación) y sólo si se han tenido en cuenta las necesidades de la
población civil.
Propiedad pública.
La Potencia ocupante podrá incautar toda propiedad mueble del Estado que sea útil para
las operaciones militares. (Reglamento anexo de La Haya, art. 53).
Los prisioneros de guerra son miembros de las fuerzas armadas y de otras milicias que han
sido capturados y que reúnen las condiciones establecidas en el III Convenio de Ginebra (III
CG, art. 4 A (2)). Estas personas gozan de los derechos conferidos por el Convenio. Todas las
otras personas retenidas en territorio ocupado están protegidas por el IV Convenio de
Ginebra (IV CG), salvo muy pocas excepciones, como los nacionales de la Potencia ocupante o
sus aliados. Sin embargo, las personas privadas de libertad por razones relacionadas con la
situación de ocupación en ningún caso pueden quedar fuera de las normas consuetudinarias
fundamentales que garantiza el artículo 75 del Protocolo I.
7. ¿Cuál es la base jurídica de las actividades de protección que lleva adelante el CICR en
favor de las personas privadas de libertad durante y después de la ocupación?
El CICR tiene el derecho legal de visitar a toda persona capturada en relación con un conflicto
armado internacional, incluidas las situaciones de ocupación, sobre la base de los Convenios
de Ginebra y sus Protocolos adicionales (III CG, arts. 9 y 126, IV CG, arts. 10 y 143 y
Protocolo adicional I, art. 81).
Si, después de finalizada la ocupación, continúa la violencia, las actividades de protección del
CICR podrán tener las siguientes bases jurídicas:
En conflictos armados no internacionales, el CICR basa sus actividades relacionadas con las
personas detenidas en el artículo 3 común a los cuatro Convenios de Ginebra (y en el
Protocolo adicional II, cuando es aplicable). El artículo 3 establece que el CICR tiene derecho
a ofrecer sus servicios a las partes en el conflicto a fin de realizar acciones de socorro y de
visitar a las personas detenidas por razones relacionadas con el conflicto.
En situaciones de violencia interna que no llegan a ser conflictos armados, el CICR puede
ofrecer sus servicios basándose en su derecho de iniciativa, establecido en los Estatutos del
Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (artículos 5 (2)(d) y 5(3)).
Introducción.
Este título versa sobre las normas del derecho de la guerra y las limitaciones para la
conducción de las operaciones procurándose presentar disposiciones comunes
aplicables en tierra, mar y aire, así como en operaciones conjuntas, con
particularidades por lo que respecta al ataque, a la defensa, a los movimientos y a
las situaciones.
Prohibiciones.
Se prohíbe usar armas que puedan causar:
a) Males superfluos o sufrimientos innecesarios;
b) Daños extensos (duraderos y graves) al medio ambiente natural.
Las zonas protegidas preestablecidas se designan mediante acuerdos entre las
partes beligerantes, o pueden ser reconocidas internacionalmente como:
a) Zonas y localidades sanitarias.
b) Centros que contienen monumentos.
c) Zonas desmilitarizadas.
Represalias.
Están prohibidas las represalias contra:
a) Las personas civiles y los bienes civiles;
b) Los prisioneros de guerra;
c) Los heridos, los enfermos y los náufragos;
d) Las personas y los bienes particularmente protegidos,
e) Los bienes indispensables para la supervivencia de la población civil;
f) El medio ambiente natural.
Para evitar o reducir el peligro que podría resultar de las acciones de combate en curso, se
dará aviso a la parte adversaria (por ejemplo, aviso a las personas civiles antes de dispar o
de desplazarse en una determinada Dirección, aviso a las aeronaves que se acerquen a una
zona peligrosa). Para potenciar el respeto del derecho de la guerra, se harán intimaciones a
la parte adversaria (por ejemplo, para que cesen las violaciones de inmunidad de bienes
cultura- les, para que mejore la visibilidad de los signos distintivos).
Zonas protegidas.
Las zonas protegidas preestablecidas se designan mediante acuerdos entre las partes
beligerantes, o pueden ser reconocidas internacionalmente como:
El ataque debe ser dirigido únicamente contra objetivos militares. El objetivo militar debe ser
identificado como tal, claramente designado y asignado.
Pueden ser atacados los barcos mercantes escoltados por barcos de guerra y las aeronaves
civiles escoltadas por aeronaves militares del enemigo.
Conducción de la defensa.
Movimientos y situaciones.