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Suicidio asistido

Ronairys Sánchez López 100395572


¿Qué es suicidio asistido?

Es aquel en el que se le proporciona a una persona, de forma


intencionada y con conocimiento, los medios necesarios para
suicidarse, incluidos el asesoramiento sobre dosis letales de
medicamentos y la prescripción o el suministro de los mismos. Es la
persona, en este caso, el que voluntariamente termina con su vida.
Legislación sobre suicidio asistido en el mundo
El suicidio asistido, dependiendo de la legislación del país puede ser
asimilable al auxilio al suicidio, en relación con el final de la vida,
consiste en la ayuda o asistencia a otra persona que desea terminar con
su vida. En la mayoría de los países la legislación lo contempla
como delito punible, en otros son toleradas las conductas de mera
cooperación no necesaria o complicidad
(Noruega, Dinamarca, Alemania, Austria y España) y solamente en
algunos es legal (Suiza, Bélgica, Luxemburgo, Holanda y en los estados
de California, Oregón, Washington, Vermont y recientemente Hawái de
los Estados Unidos). ​En Latinoamérica los países que autorizan bajo
diferentes causales son Argentina, Uruguay y Colombia.
En 2008, en México fue aprobada una ley que permite a los enfermos
terminales solicitar legalmente el suicidó asistido, la cual incluye una
cláusula de conciencia que permite a los médicos negarse a aplicar el
procedimiento y transferir el caso a otro médico.
¿Quién suministra la ayuda?
La ayuda puede ser facilitada por profesionales médicos, enfermeras u
otras personas. Algunos países europeos, como los Países Bajos y
Bélgica, han regulado el suicidio asistido como una atribución de los
profesionales de la medicina y la enfermería. En cambio, Suiza permite
tanto el suicidio médicamente asistido como el auxilio al suicidio, es
decir, cualquier persona puede ayudar a otra a suicidarse sin
consecuencias jurídicas y no tiene que realizarse necesariamente en un
contexto médico o de enfermería.
¿Qué medicamentos se usan?
Se utiliza la familia de los barbitúricos ( actúan como sedantes del
sistema nervioso central, como hipnóticos y anticonvulsivos) siendo el
pentobarbital el fármaco más utilizado. Este no se utiliza para nada mas
en los Países Bajos.
El pentobarbital también se ha utilizado para el suicidio asistido en
Oregón y para la eutanasia por el grupo suizo Dignitas. El pentobarbital
se usó para este propósito al norte del territorio australiano, antes de
que la eutanasia se convirtiera en ilegal.
Dignitas es un grupo suizo que
ayuda y asiste a morir, con la
asistencia de médicos y
enfermeras calificados, a personas
con enfermedad terminal y
enfermedades graves físicas y
mentales. Además proporciona el
suicidio asistido para personas con
plenas facultades mentales que
deben someterse a un informe
médico riguroso preparado por un
psiquiatra, que establecerá la
condición del paciente, aspectos
todos ellos requeridos por la
legislación y la Corte Federal de
Suiza.
El auxilio al suicidio no debe confundirse con la eutanasia ni con la
inducción al suicidio. A diferencia de la eutanasia, en el suicidio asistido
la actuación del profesional médico se limita a proporcionar al paciente
los medios necesarios para que sea él mismo quien se produzca la
muerte. El elemento distintivo no radica en el medio que se emplea,
sino en el sujeto que la lleva a cabo: en la primera la eutanasia, otra
persona es el agente activo respecto de quien la solicita; en el segundo,
el paciente es el sujeto activo, asistido y aconsejado por un médico.
Tampoco debe confundirse con la inducción al suicidio, que consiste en
quebrar la voluntad de la persona, que no deseaba suicidarse, para que
lo haga.
Casos judiciales
En 1992, el médico estadounidense Jack Kevorkian fue sentenciado a
una pena de 10 a 25 años de prisión por haber participado en el
suicidio asistido de 130 de sus pacientes supuestamente terminales al
haber inventado una máquina que permitía que los pacientes se
autoadministraran una sustancia mortal. El argumento de Kevorkian
era que la asistencia al suicidio era un servicio médico prestado a
pacientes para quienes su sufrimiento les resultaba insoportable y no
tenían posibilidades de curarse. Su objetivo no era asesinarlos, sino
ayudarlos a terminar con su sufrimiento.

Betty y George Coumbias.

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