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Las flotas, el control del comercio y el consulado

de comerciantes fueron los medios que usó la


Corona española para garantizar el monopolio
comercial con sus colonias del Nuevo Mundo. Este
monopolio abarcaba tanto el flujo de mercancías
como el de metales preciosos.
Flotas
Para proteger sus cargueros, España envió varios buques de guerra
reales hasta el Caribe; los buques escoltaban a los barcos del tesoro
a casa. El convoy de buques mercantes y buques de guerra se
llamaba flota de tesoros, la cual realizaba envíos de manera
periódica al año.
Asimismo, las naves comenzaron a evolucionar: se perfeccionó el
galeón como barco estándar en la flota de tesoros. Este era un
buque de gran capacidad de transportar grandes cantidades de
carga y armas.
Además, se incorporaron naves más pequeñas utilizadas para
comunicación entre los barcos de la flota. También eran comunes
buques de suministro acompañando a la flota para transportar los
alimentos.
El sistema de la flota del tesoro funcionaba de manera regular ya en
la década de 1560. Contaban con dos flotas: Tierra Firme y Nueva
España. La primera hacía la ruta hacia América del Sur y la segunda
hacia México.
A mediados de la década de 1560, una tercera flota
llamada Galeones de Manila comenzó a navegar entre la colonia
española de Filipinas y Acapulco, en la costa oeste de la Nueva
Control del comercio

Durante el siglo XVI España y sus colonias tenían en la extracción de


plata un «cultivo comercial». Durante todo el período colonial fue la
principal exportación a Europa.
Dentro del Virreinato, la plata fue un estimulante del comercio
interprovincial. Los centros mineros como Zacatecas, Taxco y
Guanajuato florecieron durante este período.

Para mantener un estricto control sobre la exportación de plata,


solo Veracruz, Cartagena y Portobello podían comerciar
directamente con España. Y, en España, solo Sevilla tenía el
monopolio del comercio.
Esto hizo que floreciera una clase comercial influyente con
conexiones en los puertos comerciales de las colonias.
Consulado de comerciantes

Con este nombre se conoció al gremio de mercaderes fundado


inicialmente en Sevilla en 1543. El consulado gozaba de derechos
de monopolio sobre los bienes enviados a América. Contaba con
una flota regular, llamada Flota de las Indias Occidentales, que
manejaba gran parte de la plata que generaba este comercio.
De igual manera, se fundó un consulado de comerciantes en la
ciudad de México en 1594. Estaba controlado por comerciantes
mayoristas peninsulares que comerciaban a larga distancia.
Llegaron a involucrarse en el comercio minorista local y también
invirtieron en bienes raíces urbanas.
LA EVANGELIZACIÓN EN LA
NUEVA ESPAÑA
Conclusión
La evangelización de los indígenas, fue de suma importancia para
una conquista si no pacífica, si más liviana en cuanto a la violencia
que ejercían los conquistadores producto de la oposición de los
llamados indios a estos. Con la evangelización, se logró pacificar a
gran parte de individuos de los pueblos conquistados y se aminoró
aunque no del todo, la violencia ejercida a los indios. Es cierto que
en el proceso de conquista y evangelización se perdieron muchas
fuentes de historia del mundo indígena, pero también es cierto, que
gracias a los frailes conscientes de esto y que documentaron toda
la información que pudieron rescatar, hoy día se conocen muchas
de las costumbres, fiestas y tradiciones del México prehispánico.
Ya con la evangelización en la mayor parte del territorio de nueva
España y con cimientos firmes, la iglesia evoluciona de su papel de
instructor espiritual hacia un actor de suma importancia en la
política y economía de la nueva España; este, es un tema que
debe ser tratado aparte.
Evangelizadores destacados

Ya se ha nombrado a Pedro de Gante que aportó mucho a la


empresa evangelizadora en nueva España; él fue el fundador de
la primera escuela en américa en 1523 en Texcoco, lugar
localizado en el ahora estado de México. Toribio de Benavente o
Motolina como se hacía llamar por los indígenas, evangelizaba y
enseñaba oficios a los pobladores nativos. Hubo otros
evangelizadores que también procuraron rescatar la historia y
costumbres de los ancestros de los pueblos indígenas, en esto
destacó Bernardino de Sahagún que entre sus obras, la más
conocida sobre el México antiguo es, Historia general de las
cosas de Nueva España.

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