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ERRORES HABITUALES DURANTE EL COMMISSIONING O

PUESTA EN MARCHA DE UNA INSTALACIÓN INDUSTRIAL

No cabe duda que el commissioning de una instalación es una


etapa muy importante en la vida de ésta. De esta fase
dependen en cierta medida sus prestaciones, su
disponibilidad y su rendimiento. Es muy habitual cometer una
serie de errores en esta fase, que se detallan en este artículo
La puesta en marcha de una instalación
industrial, ya sea una nueva línea de
producción, una máquina, una puesta en
marcha de una instalación existente a la
que se ha realizado una revisión muy
intensa, etc. es una fase muy importante
en el ciclo de vida de esta instalación, y
sin duda va a condicionar el rendimiento,
la disponibilidad y por supuesto, su
mantenimiento
Un buen diseño de la instalación, una
correcta elección de equipos y una buena
ejecución del proyecto son aspectos
absolutamente básicos para que una
nueva instalación industrial pueda
alcanzar los valores de producción,
rendimiento y disponibilidad que se espera
de ella.
Entre el diseño y construcción de la planta
y la plena producción hay un proceso, la
puesta en marcha inicial, que marcará la
vida de la instalación. Este proceso, muy
cuidado en general en los grandes
proyectos industriales, en muchas
ocasiones no está tan cuidado en
pequeñas instalaciones y en plantas de
menor tamaño, como las plantas de
cogeneración, por ejemplo.
¿Y por qué es tan importante realizar una
buena puesta en marcha inicial de la
instalación? Porque muchos de los errores
cometidos en ese proceso no se corrigen
jamás, o tardan mucho en solucionarse
El primer error lo comete generalmente el
promotor de la planta, el cliente final o la
dirección general de la empresa, en caso de
que se haga con personal y recursos propios.
Ésta quiere que acabe de una vez el proceso de
construcción y presiona a los responsables de la
puesta en marcha para comenzar la explotación
de la instalación de la forma más rápida posible,
obligándole a que resuma su lista de tareas,
comprobaciones, pruebas y ajustes para realizar
una buena puesta en marcha.
El segundo lo suele cometer el
responsable de la puesta en marcha
cuando no tiene claramente estructurado
todo el proceso, con una planificación
detallada y una idea muy clara de todas y
cada una de las pruebas y ajustes que
pretende hacer, y con un criterio muy
definido sobre las condiciones que se
deben cumplir para dar cada prueba y
ajuste como finalizado.
El tercer error durante este periodo consiste en
iniciar el commissioning sin que los sistemas
que se ponen en marcha estén finalizados
correctamente. Antes de iniciar este proceso hay
que comprobar que la construcción y/o montaje
de la instalación se ha realizado de acuerdo al
proyecto y se ha finalizado en sus puntos más
importantes, quedando tan solo pequeños flecos
que es posible ir terminando durante el proceso
de puesta en marcha (esos pequeños detalles
no finalizados correctamente suelen recogerse
en una lista de puntos pendientes o punch list).
El cuarto error, como decíamos, se produce al
pasar a la siguiente fase sin haber concluido la
anterior de forma totalmente satisfactoria. Así,
no debería iniciarse el commissioning frío si en
la entrega de la planta al equipo de puesta en
marcha éste ha detectado problemas graves; no
debería comenzarse el commissioning caliente
si el commissioning frío no ha terminado de
forma exitosa; no debería comenzar la prueba
de prestaciones si quedan puntos importantes
en alguna de las fases anteriores; no deberían
ponerse en marcha algunos sistemas sin tener
una serie de servicios básicos asegurados....
El quinto error suele ocurrir si, para acabar el
proceso de puesta en marcha lo antes posible,
se dejan en control manual alguno o muchos de
los puntos que estaban diseñados para ser
controlados de forma automática: así, el control
de niveles, de dosificaciones, de caudales, de
revoluciones, pueden quedar en modo manual
cuando se dispone de todos los equipos
necesarios para funcionar automáticamente.
Este es un error demasiado habitual, y causa
entre otras cosas que la cantidad de personal
necesaria para operar la planta o la instalación
se incremente o la disponibilidad de la
instalación disminuya.
El sexto error consiste en dar por
finalizada la puesta en marcha cuando
todavía quedan equipos por probar o por
arrancar, y dejar este proceso en manos
del personal de producción o
mantenimiento, que pueden no estar
suficientemente preparados para hacerse
cargo de un trabajo así, que en absoluto
es habitual para ellos.
Durante el commissioning, y con el fin de
corregir errores que se han detectado
durante el proceso, se producen cambios
tanto en los programas informáticos que
controlan autómatas y dispositivos
programables, como cambios y
modificaciones en la propia instalación
(tuberías, tendidos de cable, cambios de
equipos, etc).
El séptimo error consiste en no elaborar
planos e información final (también
llamada <as built>) que recoja todas las
modificaciones producidas durante el
proceso de puesta en marcha, o incluso
anteriores. El problema que se encuentra
el operador de la instalación, y el
mantenedor, es tan grande como habitual,
ya que lo que existe en la realidad no es lo
mismo que lo que se refleja en la
información técnica en la que se está
basando para realizar una intervención, un
diagnótico o una modificación posterior
El último error consiste en saltar
conscientemente la fase final: la
optimización de la instalación.
La planta no sólo debe producir, sino
hacerlo de la forma más eficiente posible

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