Elaborado por: Juan Ramón Fernández Mojica, Efraín Cruz
Palagot, Jorge Antonio Guatzozon Mendoza
El recubrimiento metálico, desde el punto de vista de protección contra la corrosión puede ser: Directa o de Sacrificio. En la protección directa, el metal de recubrimiento debe constituir una capa ininterrumpida, pues si esta se rompe el metal base entra en contacto con el electrolito; por ella la calidad de este revestimiento es de vital importancia. En la protección metálica de tipo sacrificio, en cambio, en el caso de interrupción o desgaste de la película protectora, esta es la que se convierte en el ánodo del sistema electrolito y será el que sufrirá las consecuencias de la corrosión. La galvanoplastia es una técnica que usa la electrodeposición de metales en el revestimiento de un electrodo, para crear sobre este una superficie con características distintas a las del metal en su estado puro. En la galvanoplastia también se usan procesos de enchapado e inmersión, que no involucran el uso de una corriente eléctrica. La electrodeposición, técnica usada en la galvanoplastia, consiste en un proceso electroquímico que se emplea para crear un recubrimiento metálico sobre una superficie conductora, mediante la precipitación de cationes del metal presentes en una solución acuosa. Como se describió previamente, la galvanoplastia consiste en la modificación de las características de la superficie de ciertos materiales a través de la acumulación de metales sobre esta por deposición. De esta manera, las propiedades se modifican mediante la formación de una capa o recubrimiento sobre el material, utilizando el mismo principio de las celdas electrolíticas, donde la superficie que se desea galvanizar funciona como la parte catódica del circuito, mientras que el ánodo está constituido por el metal que se electrodepositará sobre la pieza. Electrodeposición por barrido Electrodeposición por impulsos Deposición electroquímica Strike Se conoce un gran número de aplicaciones que se le han dado a este proceso de electrodeposición. A continuación describiremos las más destacadas: Aumento del espesor en objetos o piezas con dimensiones insuficientes para funciones determinadas en la industria. Reforzamiento de propiedades como la dureza o resistencia de ciertos metales a través de recubrimientos sucesivos. Fabricación de piezas por electroformación (método para la creación de piezas metálicas por la acumulación de metales sobre patrones específicos). El pavonado consiste en la generación de una capa superficial de magnetita, óxido ferroso-diférrico (Fe3O4), alrededor de las piezas de acero para mejorar su aspecto y evitar su corrosión. Los orígenes del pavonado son un tanto inciertos. Lo que sí se conocía es que calentando el acero hasta alcanzar un tono azulado y sumergiéndolo en aceite, aumentaba considerablemente su resistencia a la herrumbre. Al parecer, la apariencia negra azulada del óxido de hierro, es similar al plumaje de un pavo, es lo que le da el nombre al proceso. Existen dos métodos de pavonado: el ácido (frío) y el alcalino (caliente). El alcalino es sin duda el método que proporciona mejor calidad, durabilidad y aspecto, pero requiere mucho tiempo para lograr el resultado deseado.
El pavonado alcalino se obtiene mediante la aplicación de
productos químicos que proporcionan una oxidación superficial de gran adherencia y durabilidad. En cambio el pavonado ácido es mucho más fácil de lograr y en muy poco tiempo, por lo que es el método utilizado habitualmente en la restauración de pequeñas piezas que han perdido el pavonado original. Las piezas resultantes de este tipo de pavonado toman una coloración azulada, por lo que también se le conoce como azulado.
Se trata de la inmersión de las piezas metálicas en una
mezcla de nitrato de potasio y nitrato de sodio a temperaturas de entre 310 y 350°C. Luego de llevar a cabo esta inmersión, las piezas son lavadas con jabón caliente, con lo que termina el proceso de pavonado por inmersión. Este proceso de pavonado se lleva a cabo en hornos a temperaturas de 400°C. Para iniciar el proceso es necesario llevar a cabo la minuciosa limpieza de las piezas metálicas para desprenderles la herrumbre y suciedad. Posteriormente se les recubre con una solución de asfalto al 25%, aunque igualmente se puede utilizar una solución de barniz de aceite en gasolina. El pavonado se puede realizar en metal laminado, pero se utiliza con más frecuencia en los cañones de las armas y en otros componentes de las armas de fuego. El proceso modifica su composición añadiendo nitrógeno mientras es calentado. El resultado es un incremento de la dureza superficial de las piezas. También aumenta la resistencia a la corrosión y a la fatiga La nitruración se aplica principalmente a piezas que son sometidas regularmente a grandes fuerzas de rozamiento y de carga, tales como pistas de rodamientos, camisas de cilindros, árboles de levas, engranajes sin fin, etc Las piezas que se hayan pasado por un proceso de nitruración se pueden usar en trabajos con temperaturas de hasta 500 °C (temperatura de nitruración), temperatura a la cual el nitrógeno comienza a escaparse de la pieza, eliminando los efectos de la nitruración y disminuyendo la dureza de la pieza. No todos los aceros son aptos para nitrurar, ya que en ocasiones el procedimiento puede resultar contraproducente, tales como los aceros al carbón, en los que el nitrógeno penetra demasiado rápido en la estructura y la capa nitrurada tiende a desprenderse. https://www.desenfunda.com/blog/el-pavonado-que-es-y-sus-tipos/ https://www.lifeder.com/galvanoplastia/ https://prezi.com/iv1zxb3dya1v/recubrimientos-metalicos/