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AGUSTÍN DE

HIPONA
LA VERDAD, EL TIEMPO, LA
CIUDAD DE DIOS
EQUIPO 3
INTEGRANTES:
L A R A QU I N O OS CA R EDUA R DO
M AY O R A L D E L A C R U Z C A R L O S F E L I P E
A L F O N S O C E R Ó N E D DY A L B E R T O
A L DAVA D O M Í N G U E Z G E R A R D O
P I N TO R A M Í R E Z J E R RY A L B E R TO
LA VERDAD

• Agustín presupone que la verdad debe en todo caso ser eterna y


necesaria. Otra cosa es lo que se cree saber, a base de una sensación
circunstancial. Lo mismo que Platón llega Agustín al concepto de la
verdad en su sentido ideal pasando por la matemática. Se ha
adelantado Agustín a la teoría de Hume sobre el valor y alcance de la
experiencia sensible y a la distinción leibniziana entre verdades de
hecho y verdades de razón.
FUENTE DE LA VERDAD

• Experiencia sensible: la decisión sobre el valor necesario y eterno


de la verdad no tiene ciertamente en ella su base.
• Espíritu: la fuente de la verdad la encuentra en el espíritu del
hombre. A diferencia de Kant, Platón y Descartes, para Agustín el
espíritu está siempre unido y como adherido a algo superior a él.
Tiene una originalísima y peculiar posición en este punto.
FUENTE DE LA VERDAD

• Teoría de la iluminación: Agustín concibe una iluminación


mediante la cual la verdad se irradia desde Dios sobre el espíritu del
hombre. Para la palabra “iluminación” pudo ofrecerle ocasión a
Agustín la Sagrada Escritura, que designa a Dios como la luz que
ilumina a todo hombre que viene a este mundo.
• Esencia de la verdad: el fundamento de la verdad son las ideas y
razones eternas en el espíritu de Dios. La verdad coincide con ellas, y
ellas son las que constituyen el auténtico ser y esencia de la verdad.
Los modelos o tipos en la mente de Dios. En ellos ve Agustín al igual
que platón, el ser verdadero, el “ser en verdad”.
EL TIEMPO
• Para Agustín la percepción del tiempo es como una espiritual distensión de
si mismo y el espíritu mismo es el que mide el tiempo.
• San Agustín considera que el tiempo ha sido creado con el mundo, pero
deja abierta la posibilidad de la existencia de otros tiempos antes del
mundo, reservando así a los seres angélicos una dimensión temporal. Por lo
tanto, la idea central que caracteriza el tiempo según San Agustín es el ser
creado. Por ese motivo, cualquier especulación acerca del tiempo antes de
la creación es absurda, como absurda sería la atribución de temporalidad a
Dios, el Ser eterno: «Tú precedes a todos los tiempos pasados por la
magnitud de la eternidad, siempre presente»
LA CIUDAD DE DIOS
• En el hombre existen dos inclinaciones, según Agustín, la del amor propio
que nos lleva al pecado; y la del amor a Dios que nos lleva a la virtud. En
base a estos dos impulsos humanos Agustín de Hipona traza su teoría de las
dos ciudades. Para el filósofo cristiano, la comunidad de los fieles que se
guían por el amor a Dios es la ciudad de Dios
• La ciudad de Dios, consta de hombres que entran en el eterno orden de
Dios. No se sumergen en las cosas exteriores para gozarlas o gozarse en
ellas, sino que viven en Dios y de Dios, un orden ideal, y en el seno de él los
hombres y el mundo se instalan en la paz y en el sabático reposo de Dios.
LA CIUDAD DE DIOS

• Es la comunidad de los santos y solo vencerá definitivamente cuando


llegue el fin de los tiempos, por lo tanto, la ciudad de Dios no es una
utopía factible en el tiempo como la ciudad ideal de Platón, sino una
realidad que se efectuará solo tras el Juicio Final.

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