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EVOLUCIÓN Y PERSPECTIVAS DE LA LABRANZA DE CONSERVACIÓN EN

MÉXICO

Artemio Martínez Ruiz


Especialista
Centro de Desarrollo Tecnológico “Villadiego” (FIRA)
amartinezr@correo.fira.gob.mx

ANTECEDENTES

La Labranza de Conservación es un nuevo concepto en el uso y manejo de los suelos,


el cual permite sembrar cualquier tipo de grano sin remover o labrar el suelo. En él se
reemplazan herramientas tradicionales de trabajo como el arado, rastras, cinceles y
cultivadoras por sembradoras capaces de cortar rastrojos y raíces, remover una línea
de siembra para dejar la semilla adecuadamente ubicada en el suelo.

La labranza cero con bases científicas, como alternativa a la labranza convencional,


nació en la década de los 40's con el descubrimiento del 2,4-D y otros herbicidas
hormonales, que permitieron a los agricultores controlar las malezas de hoja ancha sin
recurrir a cultivadoras o al azadón. El descubrimiento de la atrazina a fines de la década
de los 50's y de los herbicidas de contacto en la década de los 60's ampliaron la base
química de la agricultura de la labranza de conservación y produjeron oportunidades de
estudio y desarrollo únicos en la historia de la labranza (FIRA, 1996a).

Hoy en día, millones de hectáreas se siembran en el mundo bajo el sistema labranza


de conservación. La evolución de la labranza de conservación o siembra directa en los
diferentes países ha sido diferente, dependiendo de las condiciones y de los incentivos
y programas de los gobiernos locales.

En el marco de una agricultura sustentable, la labranza de conservación se convierte en


la principal herramienta técnica que permite conservar el suelo, aumentar la
eficiencia del uso de agua de lluvia y de riego, además de mejorar sensiblemente
las propiedades físico-químicas del suelo permitiendo en algunos casos aumentar
los rendimientos comparativamente con el sistema convencional. El menor uso de
maquinaria y energéticos y el incremento de los rendimientos permiten hacer de este
sistema productivo y rentable, lo cual lo hace atractivo para los productores, sin
embargo, la adopción por parte de ellos, después de 18 años de transferencia por parte
del FIRA, (Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura) ha sido insignificante
comparado con el enorme potencial a nivel nacional.

Los primeros trabajos científicos en labranza de conservación que se hicieron en


México se establecieron en 1975 por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y
Trigo (CIMMYT), en el estado de Veracruz (Kocher et al, 1983).

Durante el período 1979-1984, FIRA, envió a 18 de sus técnicos al CIMMYT para


capacitarse en el manejo de la labranza cero (FIRA, 1996a). Posteriormente, en el lapso
1987-1989, FIRA realizó 15 cursos a nivel regional, y al término de dichos eventos, se
realizó un curso para formación de instructores en Labranza de Conservación a nivel
nacional. En estos cursos se capacitaron a 636 participantes; de estos, 214 fueron
técnicos de FIRA, 170 técnicos asesores que participaban en el Programa de Asesores
Externos de FIRA, 76 técnicos de la banca privada, 67 de otras instituciones y 109
productores.

También en este periodo se establecieron algunas parcelas demostrativas utilizando


sembradoras hechas en México (Tulancingas), con muy pobres resultados, en principio
por un mal desempeño de estos equipos y por falta de experiencia en el aspecto
práctico y operacional por parte de los técnicos encargados del establecimiento de las
unidades demostrativas.

Sin, embargo, a pesar de los resultados, y asumiendo que el principal problema era la
falta de disponibilidad de equipos adecuados, FIRA se propuso importar estos equipos
con el fin de demostrar las bondades de la labranza de conservación. Fue así como se
inició en 1988 el establecimiento de parcelas demostrativas comerciales en diferentes
partes del país, y particularmente en el Centro de Desarrollo Tecnológico “Villadiego”,
dependiente de FIRA, ubicado en el municipio de Valle de Santiago, Gto.. A partir de
ahí este Centro tiene como objetivo principal la capacitación y adiestramiento a técnicos
y productores mediante la organización de cursos elementales y de especialización con
el fin de lograr una adopción exitosa del sistema.

Son varias las razones por las que no se ha podido masificar la adopción de la labranza
de conservación; una de ellas es el aspecto técnico (manejo de residuos, control de
malezas, fertilización, riego, etc.) en el manejo del sistema para lograr resultados
impactantes que convenza al productor de los beneficios de este sistema de
producción. El desconocimiento de muchos elementos técnicos y de operación del
sistema puede comprometer su crecimiento y eventualmente retraer su adopción debido
a que la labranza de conservación no es una práctica agrícola, sino todo un sistema de
producción que no se puede implementar de manera exitosa sin atender a las
características de la región; donde existen cuestiones como el clima, los suelos, etc.,
que imponen restricciones pero que también brindan oportunidades cuando se conoce
los fundamentos del sistema.

La evolución de la labranza de conservación en México, desafortunadamente es pobre


comparada con el potencial que se tiene en cuanto a superficie y sobre todo porque un
alto porcentaje de esa superficie requiere de sistemas de conservación de suelos y de
manejo eficiente del agua.

El impacto en el ámbito nacional, al 2000 la superficie establecida, se resume en un


estimado de 850,000 ha (Estimación de las oficinas FIRA) distribuidas en diferentes
entidades federativas, así como la venta de alrededor de 4,000 sembradoras
especializadas, 80% de ellas de fabricación nacional. El impacto en otros beneficios son
difíciles de cuantificar como la reducción de la erosión, el incremento de la materia
orgánica, ahorro en costos y combustible, etc.

El futuro de este sistema en México es prometedor, seguramente el esfuerzo conjunto y


coordinado de las Instituciones, organismos privados y sobre todo de los productores,
hará que en poco tiempo sumemos a la derecha un dígito más a la superficie actual en
labranza de conservación.

SITUACIÓN ACTUAL DE LA LABRANZA DE CONSERVACIÓN.

Para entender el porqué no se ha logrado una mayor adopción de la labranza de


conservación como en tros países, describiremos algunas razones de esta situación.

1. FALTA DE CONOCIMIENTOS TÉCNICOS: Este punto puede ser discutible por


algunas personas, sin embargo, es preciso reconocer nuestras carencias en
este renglón para así establecer un programa de investigación que genere los
conocimientos que requerimos en aspectos de control de plagas, enfermedades,
malezas, equipos, etc. Es importante subrayar que la generación de
conocimientos por si sola no resuelve los problemas, se requiere transformarlos
en tecnologías de aplicación inmediata en parcelas comerciales de los
agricultores.

2. FALTA DE TÉCNICOS CAPACITADOS: La adopción de la labranza de


conservación por parte de los productores, requiere del acompañamiento de
técnicos plenamente capacitados y adiestrados para tener éxito, de lo contrario,
es llevar al productor a un rotundo fracaso en demérito de la promoción del
sistema. Es preciso un programa agresivo de capacitación y adiestramiento a
técnicos de empresas privadas (fabricantes y proveedores de maquinaria,
productoras de semillas, herbicidas, etc.), oficiales y asesores independientes.

3. DESARROLLO DE MAQUINARIA Y EQUIPO: Las sembradoras nacionales han


jugado un papel importante en la adopción de la labranza de conservación
porque tienen un costo accesible para los pequeños productores, sin embargo,
requieren desarrollarse aún mas, ya que tienen problemas operacionales debido
a que son copias burdas (se copian las formas y no la tecnología) de los equipos
importados y éstos no fueron desarrollados para las condiciones de nuestro
país, de tal forma que en muchas regiones de nuestro país su desempeño no es
el adecuado. Es necesario enfatizar que no existe la sembradora ideal para
todas las condiciones, por lo que debe haber también una diversidad de equipos
atendiendo a las condiciones de las regiones agro ecológicas. En regiones del
país donde es posible establecer dos o hasta tres ciclos de cultivo al año, se
requieren de sembradoras versátiles y no obligar al agricultor comprar una
sembradora para cada ciclo.

4. CARENCIA DE MODELOS TECNOLÓGICOS: Las diversas regiones agro


ecológicas de nuestro país, demandan modelos tecnológicos acordes a esas
condiciones. En nuestro país es común hablar de paquetes tecnológicos, sin
embargo este concepto sugiere algo cerrado, la idea es hablar de modelos que
dentro de la misma región se le pueda incorporar pequeñas variantes que logre
resultados altamente satisfactorios en la adopción del sistema.

5. EL CONCEPTO DE LA LABRANZA DE CONSERVACIÓN: A pesar de más de


18 años de practicar la labranza de conservación, aun subsiste la idea de que
consiste nada mas sembrar sin remover el suelo, dejando los rastrojos sobre la
superficie. Este concepto es incipiente y le da una connotación de práctica
agrícola y no como sistema de producción. La razón es que no existe
investigación que permita una evolución del concepto. La investigación que otros
países han desarrollado, los ha llevado al concepto de “sistema de producción
sustentable” que permite la rotación de cultivos incluyendo varias especies,
sembradas removiendo únicamente la línea de siembra y dejando cobertura
sobre la superficie.

Este nuevo concepto conlleva muchos beneficios como los siguientes:


a) Permite una reducción considerable de la tasa de uso de herbicidas e
insecticidas, ya que la rotación con varias especies no permite el desarrollo
de las malezas y las plagas.
b) Permite el reciclaje de nutrimentos al incorporar especies con una relación
Carbono/Nitrógeno bajo, las cuales tienen la característica de
descomponerse fácilmente.
c) Permite una estructuración del suelo con mayor facilidad y en menor tiempo.
d) Mayor productividad, menor costo y por lo tanto, mayor rentabilidad.

DESVENTAJAS:

1.- Se requiere conocimientos y destreza para implementarlo.


2.- Mayor compromiso de los agricultores para prepararse y adoptar el sistema de
manera permanente y en desarrollo.
3.- Mayor apoyo de las Instituciones Públicas y Privadas, así como de las empresas que
participan en el sector.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. FIRA. 1996a. Labranza de Conservación para una agricultura sustentable.


Experiencias y logros de FIRA. Boletín Informativo Nº 281, Vol. XXIX. 28
p.

2. Kocher F., A., D. Violic y A. F. Palmer. 1983. Sistemas de Labranza de


Conservación y el agua en el suelo. Simposio “La sequía y su impacto en la
agricultura”. Universidad Autónoma Chapingo. Chapingo, México. 139 p.

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