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25 DE MAYO 1810 ARGENTINA - 2024

Los niños de la Sala Roja y la Sala Verde realizaron una investigación


sobre la indumentaria de las diversas clases sociales de la época. En la
Argentina colonial de 1810, la vestimenta constituía un distintivo
esencial que delineaba claramente el estatus y los roles de cada grupo
en la sociedad. Tendremos el placer de presenciar un desfile en el cual
se exhibirá esta vestimenta.

Entre ellos se encontraban:

La clase alta se distinguía por sus prendas lujosas y elegantes.


Los caballeros vestían trajes formales confeccionados con telas finas
como la seda o el terciopelo. Chaquetas y chalecos adornados,
pantalones ajustados y negros, medias de seda, zapatos elegantes y
negros. eran parte de su atuendo cotidiano, reservando los fracs, galera
y bastón para ocasiones aún más formales y nocturnas.
Las damas lucían vestidos exquisitamente elaborados, confeccionados
con telas de alta calidad, estilo imperio, con grandes escotes y
adornados con encajes, bordados y joyas.
Habitualmente de colores claros como marfil o blanco, demostrando así
su alto poder adquisitivo. Sus cabellos ordenados en un rodete alto.
Sus vestidos largos realzaba su figura con corpiños ajustados.
Accesorios como guantes y abanicos, los cuales contaban con un
idioma particular. Mediante diversos movimientos y posiciones del
abanico, se podían transmitir mensajes discretos en entornos sociales
donde la comunicación directa no era apropiada. Aquí hay algunos
ejemplos de estos códigos:

- Abanico abierto frente al rostro: "Sígueme."


- Abanico cerrado tocando la mejilla derecha: "Sí."
- Abanico cerrado tocando la mejilla izquierda: "No."
- Mover el abanico rápidamente: "Te amo con intensidad."
- Mover el abanico lentamente: "Estoy casada."
- Cerrar el abanico rápidamente: "Estoy celosa."
- Dejar caer el abanico: "Te pertenezco."
- Cubrirse los ojos con el abanico abierto: "Te quiero."

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- Pasar el abanico por la frente: "Me has cambiado."
- Sujetar el abanico abierto en la boca: "Soy soltera."
Estos gestos formaban parte de un sofisticado lenguaje que permitía a
las mujeres comunicar sentimientos y deseos de manera discreta,
aprovechando la moda del abanico que era común en esa época.
Esta vestimenta era común en las tertulias o reuniones no tan formales.

En contraste, la clase media, los campesinos, adoptaban una


vestimenta más modesta y funcional es decir, era más práctico para su
vida cotidiana y sus labores. Utilizaban ponchos, un sombrero bajito y
un pañuelo al cuello para atarse en la cabeza de necesitarlo.
Pantalones rectos, camisas blancas, corbatas, descalzos o con
calzados, heredados de los adinerados, conformaban su atuendo diario,
manteniendo un estilo más práctico y menos ostentoso que la clase alta.

Las campesinas llevaban vestidos menos ornamentados,


confeccionados con telas más económicas pero aún elegantes como el
algodón. Sus prendas eran más simples y prácticas, adaptadas a las
actividades cotidianas, a menudo complementadas con delantales al
realizar tareas domésticas. También solían vestir camisas y polleras,
todas telas de colores, ya que los colores claros eran difíciles de
mantener y muy costosos. Era común reunirse en las pulperías con el
fin de ser un lugar de sociabilidad donde los pobladores se reunían a
conversar sobre acontecimientos políticos, chismes y a realizar
actividades de esparcimiento.

Por último, la clase baja, los esclavos, la vestimenta de estas personas


eran las antiguas prendas de sus amos, la cual formaba parte de su
herencia, por lo que vestían como podían o con lo que les regalaban
sus dueños. Ellos debían realizar trabajos como cocineros, mozos de
cuadra, criados, mayordomos, toneleros, herederos y fabricantes, para
lo cual ellos deberían tener un una vestimenta cómoda y arreglada para
realizar dichos trabajos.
Las esclavas, no es correcto decir que las esclavas usaban polleras
rojas con lunares blancos, como se decía habitualmente, más bien
utilizaban vestimentas con telas lisas o a lo sumo a rayas, camisas
simples de telas muy precarias y pañuelos que cubrían su cabello. Ellas

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debían trabajar con ropa cómoda ya que su labor era más doméstica y
tenían que complir con el lavado de ropa de las damas en el río. La
vestimenta en la Argentina colonial reflejaba las diferencias de clase
social de manera evidente, siendo un aspecto crucial en la identidad y el
posicionamiento dentro de la sociedad de la época.

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