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TEXTILES E INDUMENTARIAS EPOCA COLONIAL

INDUSTRIA TEXTIL COLONIAL

En América en el siglo XVI y durante el siglo XVII existía una larga tradición textil indígena y los
españoles supieron aprovecharla. En un primer momento, exigieron las bellas telas indígenas
como tributo, más tarde, entrenaron a los indígenas para producir textiles al gusto europeo.

VARIEDAD DTEJIDOS: Fue un Arte Mayor, un oficio que entre los inkas se desarrolló en talleres
especializados con productos de diversa calidad según los requerimientos del Imperio.

TIPOS DE TEJIDOS INDIGENAS: Muchos textiles se destinaron al intercambio en alianzas políticas,


para el culto y ofrenda a las deidades, o como envoltorio de fardos funerarios, dispuestos unos
sobre otros, en una reiterada opulencia de texturas, colores y símbolos.

TEJIDOS SEREMONIAES: Los Chimú perfeccionaron la artesanía textil, sus tejedores realizaron una
variada gama de piezas ornamentales e indumentaria, destacando entre ellos este excepcional
traje conformado por tres prendas –una camisa, un taparrabo con faldellín y un turbante– que
comparten las mismas materias primas, técnicas textiles e iconografía.

TEJIDOS FUNERARIOS: Tejidos en la vida para honrar a la muerte, los tejedores desarrollaron
técnicas más sofisticadas mediante el telar, como la tapicería, la doble y triple tela y los tejidos de
urdimbres y tramas discontinuas. Entre los recursos decorativos que se dominaron a la perfección
se encuentran el bordado, la pintura en tela y el arte plumario, con los cuales los tejedores
recrearon su entorno natural, social y religioso.

TEJIDOS PRECOLOMBINOS: Los más antiguos tejidos a telar de la costa sur andina, hechos con
algodón en tejido plano y luego pintados, se utilizaron como medios para divulgar la iconografía
religiosa de la civilización Chavín, que hace tres mil años expandía su influencia cultural desde la
sierra central. La llama y la alpaca ofrecieron también su lana para el desarrollo de los textiles y
hay quienes piensan que esto fue un incentivo para su domesticación.

OBRERAJES: Este sistema era similar al de una fábrica: reunía a cientos de trabajadores bajo un
mismo techo y existía cierta división del trabajo. Pero los obrajes no desplazaron a otros tipos de
producción, como la que realizaban los campesinos y la que tenía lugar en los “pueblos de indios”.
Los talleres eran dirigidos por especialistas españoles, mientras que los trabajadores eran
indígenas, en estos lugares se confeccionaban: ponchos, ponchillos, frazadas, jergas, sayales o
pellones.
LA REVOLUCIÓN EN PRODUCCIÓN DE TÉXTILES: La Revolución Industrial (1760-1840) trajo nuevas
tecnologías que transformaron los procesos de producción y distribución de textiles. Su capacidad
de producción llegó a ser superior a la de 36 hiladoras de rueda tradicionales, solucionando la
demanda de hilo de algodón que la rueda de hilar de un sólo hilo no podía abastecer. A mediados
del siglo XIX, aparece un sistema de producción y difusión (desconocido hasta el momento) a
causa de la Revolución industrial. Inglaterra ya abastecía al puerto de Buenos Aires de telas y
manufacturas que poco a poco cubrirían todas las necesidades del mercado rioplatense y
provocarían el empobrecimiento de las economías provinciales. Las mujeres que no cosían su
propia ropa podían comprarla, según su condición social, en las tiendas de ropa o en las pulperías,
donde se vendían faldas de bayeta de fuertes colores, enaguas de lienzo blanco, jubones y
pañuelos para el cuello” A las afueras de la ciudad se encontraban las pulperías, allí se podía
comprar alimentos, ropas, tejidos y productos hechos en la colonia. Era posible conseguir objetos
europeos comprados de contrabando a algún barco inglés que se acercaba a la costa.

VESTIMENTA DE LA ÉPOCA:

Los hombres y mujeres de la “clase media” procuraban asimilar su forma de vestir a las
costumbres de la elite, pero se diferenciaban de esta por la cantidad y calidad de sus ropas. Los
primeros utilizaban fraques, chalecos y corbatas. podían llevar sombreros y guantes.
Las mujeres usaban el rebozo confeccionado con bayetas claras. Otra tela de calidad inferior que
acostumbraban usar era el picote de color blanco. Usaban faldas muy largas, que se ensuciaban o
embarraban todo el tiempo. el talle imperio que se usaba en el río de la plata, era más corto,
dejaba ver los tobillos y se le adosaba una mantilla.
Las damas de clase alta, adoptaron la sencillez de la francia revolucionaria, con colores muy
pálidos, el corte debajo del busto estilo imperio con grandes escotes y telas muy finas y
transparentes como la muselina.
Tampoco usaban peinetones, sólo la pequeña peineta española (tipo teja) caladas y talladas en
carey. Para ir a misa, sobre la peineta se colocaban la mantilla española, el misal y el infaltable
abanico.
Los zapatos eran de tela, generalmente blancos o negros, ellas mismas los cosían y bordaban con
mostacillas, luego los zapateros les colocaban las suelas, sin tacón.

Los caballeros se vestían al estilo inglés combinaban chaqueta oscura, con ceñidos calzones cortos
en blanco, natural o amarillo. Debajo medias de seda blancas. las camisas con cuello “palomita” y
yabot o pañuelo de seda, terminaban en mangas rematadas con puntillas. Era de gran elegancia
llevar galera y bastón, los funcionarios del cabildo usaban pelucas blancas entalcadas, estilo
francés. Los zapatos se importaban de europa y tenían grandes hebillas de bronce, eran muy
costosos.
En cuanto a los miembros del pueblo bajo, se vestían con lo que podían, o le daban los amos y
sus ropas eran similares a las que se usaban en el campo. Los hombres usaban chiripá, calzoncillos
largos, botas de potro, ponchos, gorros de manga y pañuelos con los que protegían la parte de
atrás de sus cabellos (generalmente largos).
Las sirvientas o criadas usaban un rebozo de bayeta con mucha frisa color pasa que medía como
dos varas y media por una y se empleaba igual que la mantilla (esta solo era usada por las señoras
de la elite).
Como los zapatos eran muy caros iban descalzos, cuenta Mariquita Sánchez de Thompson que
“los ricos daban sus zapatos usados a los criados y como estos no podían calzarlos bien, los
“chancleteaban” pisándolos por detrás.

ESTRADO: El estrado era un lugar femenino por excelencia en el que las mujeres de la casa cosían,
bordaban, recibían las “visitas de cumplimiento” y enseñaban labores y modales a niñas y jóvenes,
siguiendo el “ceremonial del estrado” que establecía el comportamiento ideal que debían
mantener.

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