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San Pablo-1
San Pablo-1
1
La colocación intermedia de los Hechos entre los 4 evangelios y las cartas
revela que desde tiempos muy remotos no se ha comprendido que su género lite-
rario era exactamente el mismo que el del Evangelio. Lucas, para esta segunda
parte de su gran obra, se sirve del mismo género teológico que había empleado
en el Evangelio, pero ampliando el horizonte, para narrar las vicisitudes por
las que pasó el mensaje de Jesús hasta encarnarse en una comunidad nueva
abierta a todos los seres humanos.
Lucas traduce en una obra literaria de carácter teológico su persuasión de que
la obra iniciada por Jesús continúa y se inserta en la historia de la humani-
dad. Cf. Mateos, Juan: NUEVO TESTAMENTO, Ediciones Cristiandad, Madrid 1987,
pgs. 613-614
2
I. El Autor:
A) Criterios externos:
Ireneo de Lyon (muerto hacia el 200) dice que Lucas, autor del E-
vangelio y de los Hechos de los Apóstoles, fue compañero y colaborador
de Pablo; apoya su afirmación en los pasajes en primera persona plural
(las llamadas ―secciones nosotros‖) contenidos en los Hechos: 11,28
(recensión occidental); 16,10-17; 20,5-15; 21,1-18; 27,1-28,16. Su
contemporáneo, algo más joven, Tertuliano de Cartago, señala también
que Lucas, el ―compañero de Pablo‖ es el autor de los Hechos. Otro tan-
to afirma Clemente de Alejandría (150-215). El antiguo Canon romano, de
los alrededores del 200 (Fragmento de Muratori), sostiene que Lucas na-
rra en su Evangelio lo que oyó y en los Hechos lo que personalmente vi-
vió.
2
El término Lo,goj ―logos‖ aparece 65 veces en esta Obra. Contra 33 en Mt; 24
en Mc; 33 en Lc. y 40 en Jn. 17 en 1Cor; 12 en Heb; 18 en Ap. Los demás, menos
de 10 veces cada uno.
3
Este libro ha sido llamado, con razón, ―El Evangelio del Espíritu Santo‖ o
el ―Quinto Evangelio‖.
3
B) Criterios internos:
4
Para Juan Mateos ―El autor de los Hechos es el mismo que el del tercer Evan-
gelio; lo prueba la semejanza de los prólogos, que dedican ambos libros a Teó-
filo, y la alusión a la obra anterior al principio de los Hechos (1,1). Lo
corroboran las semejanzas de estilo y vocabulario, los constantes paralelos,
el esquema común a ambos libros, la bisagra que los engarza, etc.‖ Sin embar-
go, al momento de juzgar acerca de las ―secciones nosotros‖, afirma que ellas
son un procedimiento literario, con intención teológica, que si se interpreta
históricamente fundamenta la identificación del autor con Lucas, el ―médico
querido‖ de Col 4,14 y Flm 24, con lo cual pareciera no estar de acuerdo Juan
Mateos, aunque tampoco lo afirma explícitamente. Cf. Nuevo Testamento o.c. pg.
622.
Luis Alonso Schökel en su ―Biblia del Peregrino‖ afirma: ―El autor es el mis-
mo del Evangelio; la tradición antigua lo llama Lucas. Testigo de algunos he-
chos (si no es cita de fuentes o recurso narrativo). Parece pertenecer al cír-
culo de Pablo. Cf. pg. 236
El Nuevo Testamento de la T.O.B se interroga: ―Faut-il pour autant conclure
que le trosième évangile et les Actes ne peuvent pas avoir pour auteur un com-
pagnon de Paul et que la candidature de Luc est donc radicalement exclue?
C’est au moins discutable‖. Cf. pg. 361
4
II. La Obra:
A) El Título:
5
Este último le abandonó (2Tim 4,10) y de Epafras no consta que siguiera a
Pablo todo el tiempo que abarcan las ―secciones nosotros‖.
6
―Toda la crítica reconoce que Hechos y el Evangelio de Lucas vienen a ser
como dos partes de una misma obra, bien fuera que el autor lo planease así en
conjunto, o que añadiera posteriormente esta segunda parte, una vez escrito el
Evangelio. Evidentemente el estilo es el mismo en los dos libros. Podría ha-
blarse hasta de un plan total de la obra lucana que comenzase al principio del
Evangelio y llegase hasta el final de Hechos. De Jerusalén a Roma‖. Cf. AA.VV.
COMENTARIO AL NUEVO TESTAMENTO, La Casa de la Biblia 5ª, 1995, pg. 342.
5
7
―El título actual del libro, que data de fines del siglo II, no corresponde
exactamente a su contenido. ―Hechos‖ presupone que se trata de un libro histó-
rico; ―apóstoles‖ parece indicar que los protagonistas del libro son los Doce,
cuando en realidad el único de ellos que juega un papel importante es Pedro,
que, junto con Juan, representa a los Doce. En cambio, a partir del capítulo
13, Bernabé y, sobre todo, Pablo, a quienes el autor del libro llama también
―apóstoles‖ (cf. 14,4.14), se convierten en protagonistas de la segunda parte,
destinada a narrar las peripecias de la misión encomendada por el Espíritu a
la Iglesia «cristiana» de Antioquía. Un título como ―La expansión universal
del Evangelio‖ reflejaría mejor el contenido de la obra‖. Cf. Mateos, Juan:
NUEVO TESTAMENTO, o.c. pg. 613.
8
―Al principio de su segundo libro Lucas ha puesto un prólogo-bisagra en el
que se repiten con variaciones muy interesantes los temas más importantes
enunciados al final del Evangelio. En el encabezamiento inicial se contiene
una noticia cuyo contenido consiste en recordar al lector que la vida y obra
de Jesús no ha concluido con la ascensión del personaje principal, sino que
toca a los apóstoles, elegidos por El bajo la inspiración del Espíritu Santo y
comisionados para anunciar el Evangelio, hacer que esta buena noticia se en-
carne en la comunidad de creyentes‖. Cf. Rius-Camps, Josep: DE JERUSALEN A
ANTIOQUIA. Génesis de la Iglesia Cristiana (Hch 1-12), Ediciones El Almendro,
Córdoba 1989, pg. 40.
6
tesco literario. El Prólogo de los Hechos, que como el del tercer Evan-
gelio se dirige a un tal Teófilo (Lc 1,1-4 y Hch 1,1), hace referencia
a este Evangelio como a una ―primera parte‖, cuyo contenido resume y
vuelve a tocar los últimos sucesos (apariciones del resucitado y ascen-
sión) para empalmar con ellos la continuación del relato. El lenguaje
es otro nexo más que vincula estrechamente los dos libros entre sí. Las
características de vocabulario, gramática y estilo que se encuentran a
lo largo de los Hechos y que confirman la unidad literaria de esta
obra, se pueden descubrir también en el tercer Evangelio; y este dato
no deja ya ninguna duda de que se trata de un mismo autor en ambas
obras.
Libro de los Hechos comprende dos grandes partes: una, en la que Pedro
desempeña el papel principal; otra, consagrada a Pablo; la primera, que
tiene por horizonte primeramente a Jerusalén, luego Palestina y la pro-
vincia de Siria; la segunda, que rompe definitivamente con este marco
geográfico para orientarse hacia Roma.
2) Composición:
Introducción (1,1-14) :
fragio, llegada a Roma. Este es uno de los relatos más vivos de toda la
obra, tal como Lucas sabe componerlos, preciso y con frecuencia conmo-
vido, pues el evangelista admira profundamente al apóstol (viaje de la
cautividad).
Epílogo: 28,30-31 :
9
Con esta manera de terminar la obra da la impresión de haber quedado incon-
clusa o de que en su transmisión se haya perdido un final desconocido. Se
plantea así el problema de la ―unidad‖ y ―totalidad‖ del libro que se afronta-
rá más adelante.
10
Paronomasia: semejanza fonética entre dos vocablos muy parecidos pero de
significado distinto.
11
Lítote: atenuación, figura que consiste en decir menos de lo que se quiere
expresar (griego: li,toj ―lítos‖: pequeño, tenue).
12
de ser testigos ―hasta los confines del mundo‖ (1,8): Pablo llega a la
capital del imperio ―predicando el Reino de Dios y enseñando lo que se
refiere al Señor Jesús Mesías con toda libertad, sin estorbos‖ (28,31).
La obra sería más bien una ―biografía de la Palabra‖ en su marcha hacia
los confines del mundo, hasta llegar a ellos.
SUJETO OBJETO
12
Cf. Cuadernos Bíblicos, 21: Los Hechos de los Apóstoles, pg. 12
14
H) El Género Literario:
Sin embargo, no se puede decir que los Hechos representen una obra
histórica en sentido propio, porque Lucas pretende narrar no una histo-
ria humana, sino salvífica, o sea el camino del Evangelio desde Jerusa-
lén hasta Roma, en conformidad con la misión confiada por Cristo resu-
citado a los doce. Por esto, la designación de Lucas como ―primer his-
toriador cristiano‖ (Dibelius) debe ser usada con cautela. Esto signi-
fica que los Hechos son una obra histórica con carácter propio.
13
Cf. Mateos Juan, Nuevo Testamento o.c. pg. 620 § 2 (leer): la tesis teológi-
ca de la docilidad al Espíritu en la apertura a los paganos, da razón del tér-
mino de la obra.
15
14
Lucas ―al componer los discursos puestos en boca de los más diversos perso-
najes ha intentado reflejar la mentalidad que los inspiraba en el momento de
hablar, pero sin asumir necesariamente su contenido‖ (Lucas no se identifica
con el contenido de cada discurso). ―Se da el caso de que un mismo personaje,
por ejemplo Pedro, haga afirmaciones contradictorias, según hable o no inspi-
rado por el Espíritu Santo‖. Cf. Mateos Juan, Nuevo Testamento, o.c. pg. 615.
15
The Acts of the Apostles, Cambridge, 1948, pgs. 55ss.
17
16
Cf. AA.VV. ―COMENTARIO BIBLICO «SAN JERÓNIMO»‖, T. III Ediciones Cristian-
dad, Madrid 1972, pg. 423.
17
―El destinatario de los Hechos es el mismo Teófilo a quien se dedica y
dirige el tercer evangelio. Pero es natural que no fuese él solo, sino un gru-
po de cristianos o una comunidad en la que este personaje tenía alguna impor-
tancia, quienes recibiesen la obra de Lucas. Son cristianos de proveniencia no
judía, como el mismo autor‖. Cf. AA.VV. COMENTARIO AL NUEVO TESTAMENTO, La
Casa de la Biblia 5ª, 1995, pg. 341.
18
Cf. Biblia de Jerusalén pg. 1545.
18
la llegada de Pablo a Roma, o sea hacia el 62-63, antes del fin del
proceso; sin embargo, a propósito de la fecha del libro hay un dato
claro: según su prólogo (Hch 1,1) la obra fue escrita después del
Evangelio. Pero el Evangelio según Lucas y más todavía el de Marcos que
le precede (año 65), tendrían que situarse en fechas muy anteriores,
que la crítica moderna en su conjunto no cree poder admitir19.
J) El Texto:
19
En los últimos años, a partir de la datación y el análisis de algunos frag-
mentos de papiros, se han venido proponiendo fechas más tempranas para la com-
posición de algunas obras del Nuevo Testamento; como por ejemplo, el Evangelio
según Marcos y la obra de Lucas: cf. Investigaciones y propuestas de José
O’Callaghan y Peter Carsten Thiede.
20
―Cuando un determinado personaje ha realizado personalmente el éxodo inicia-
do por Jesús fuera de la institución judía, Lucas deja de ocuparse de él‖ cf.
Mateos, Juan: Nuevo Testamento, pg. 620. Cuando Pablo deja de resistirse al
Espíritu y acepta su vocación de dirigirse al mundo pagano, sin anteponer su
amor por el pueblo judío, se termina la obra que lo tuvo a él como último pro-
tagonista humano, es decir, el libro llamado ―Hechos de los Apóstoles‖.
21
―Las ediciones críticas adoptan el texto ―ordinario‖, por considerar el
―occidental‖ como una revisión posterior. De todos modos, a pesar de lo preca-
rio de su transmisión textual y del peso de las autoridades, nunca han faltado
quienes defiendan la originalidad de la recensión ―occidental‖, por conservar
lecturas muy primitivas. De un análisis minucioso de ambos textos, parece más
bien imponerse que la recensión ―ordinaria‖ tiende a quitar hierro a ciertas
expresiones demasiado atrevidas y a pulir el texto‖ cf. Mateos, Juan: Nuevo
19
A) La fe y el Bautismo:
B) La Cristología:
Testamento, o.c. pg. 623. Cf. Rius-Camps Josep: ―De Jerusalén a Antioquía‖
o.c. pgs. 347-351: Apéndice II: El Texto ―Occidental‖ y la Teología de los
Hechos‖. Allí afirma: ―A pesar de los grandes progresos que se han hecho en
los últimos años, el problema de la relación entre ambas recensiones y entre
éstas y el texto primitivo de los Hechos permanece insoluble‖ pg. 347.
En opinión contraria a la de Juan Mateos y Josep Rius-Camps ―É. Delebecque,
Les deux Actes des Apôtres (Paris 1986), concluye, después de un paciente co-
tejo de ambas recensiones, que la rec. occid. representa una segunda redac-
ción, más ampliada, de la rec. oriental o alejandrina, y que una y otra
proceden de la pluma de Lucas‖ cf. Idem pg. 351 nota 572.
Cf. también en Cuadernos Bíblicos Nº 102 ―Los manuscritos de la Biblia y la
crítica textual‖, Editorial Verbo Divino 2000, la concisa presentación que
hace del problema Charles Perrot en la página 26.
En síntesis, el texto llamado occidental ―sería por lo tanto una forma secun-
daria, aunque si no se excluye que en algunos casos pueda reflejar lecturas
antiguas y originales. El problema es resuelto en los comentarios caso por
caso. En verdad, la tradición occidental se debe considerar como antiquísimo
testimonio de una lectura interpretativa de los Hechos‖. Cf. AA.VV. LOGOS,
Corso di Studi Biblici, Elle Di Ci, Torino 1994 pg. 192.
20
C) El Espíritu Santo:
Para san Lucas la historia de la Iglesia está marcada por una reno-
vada manifestación del Espíritu. Después de Pentecostés, el misterio
del descenso del Espíritu sobre los discípulos se renueva de continuo
(cf. 4,31: segundo o pequeño Pentecostés; 10,44-47; 11,15: con ocasión
de la conversión de los primeros paganos; 19,5-6: en la recuperación de
los primeros disidentes de la comunidad. Gracias a la energía divina
del Espíritu, la comunidad de los creyentes lleva a cabo eficazmente el
misterio y la obra de Jesús en la historia.
D) La Eclesiología:
22
Cf. Ancilli, Ermano: DICCIONARIO DE ESPIRITUALIDAD, T. II, Editorial Herder,
1983, cols. 223-224.
22
nifica que ellos, así como son descritos por el autor y en la clave in-
terpretativa en la cual él los coloca, tienen valor revelador para no-
sotros y nos manifiestan el plan divino de salvación. En particular la
fe de los primeros cristianos, su oración, su caridad, son presentadas
como modelos de realización auténtica del ideal evangélico.
Las fuentes a las que se puede acudir con seguridad para el estudio
de Pablo son, en orden de importancia y de fiabilidad, sus cartas y Los
Hechos de los Apóstoles. En cuanto a las cartas se tienen en cuenta
principalmente los siguientes textos: Gal 1,15-23; 2,1-14; Fil 3,5-6;
4,16; 1Cor 7,7; 16,5-8; 2Cor 2,1.9-13; 11,32-33; 12,2-4.14.21; 13,1.10;
Rom 11,1; 15,22-28. Las cartas reflejan al vivo la experiencia paulina;
expresan el modo dramático como Pablo vivió siempre la propia experien-
cia cristiana y apostólica. Su valor documentario aumenta si se piensa
que ellas ofrecen los datos fuera de un esquema biográfico organizado.
En efecto, cuando Pablo habla de sí mismo no está haciendo una biogra-
23
Cf. AA.VV. COMENTARIO AL NUEVO TESTAMENTO, o.c. pg. 345.
24
Cf. Idem.
23
fía sistemática, sino que escribe siempre por algún otro motivo especí-
fico. Ofrece de sí mismo informaciones sobrias, fragmentarias, ocasio-
nales, pero siempre precisas y particularizadas, porque nacen en el
momento en el cual el dato biográfico es vivido por el apóstol.
25
Se trata de uno de los tres escritos u obras que componen los ―Actos de Pa-
blo‖. Tecla era una joven de Iconio que, a partir de la predicación de Pablo
se convirtió en una fervorosa cristiana, hizo voto de virginidad, ejerció con
mucho celo el apostolado y fue repetidamente liberada de manera prodigiosa de
peligros mortales. El libro, al menos en su núcleo fundamental es obra de un
presbítero del Asia Menor, el cual escribió por su excesiva admiración por el
Apóstol. Se remonta al siglo III. Los otros dos escritos u obras son: el mar-
24
A) El nombre:
B) El lugar de nacimiento:
27
Cf. Josefo, Flavio: ANTIGÜEDADES JUDAICAS, 18.4,2
26
28
Cf. Idem
29
Claudii vita, 25.
27
30
Cf. Primera Carta de Clemente (1Clem) 5,5.
Para un cuadro cronológico esquemático, cf. Cuadernos Bíblicos Nº 21: LOS
HECHOS DE LOS APOSTOLES, pg. 6. En realidad, ―Los datos cronológicos presentes
en los Hechos y en el epistolario paulino no permiten elaborar una cronología
absoluta suficientemente completa y segura‖. ―A pesar de los intentos hechos,
la cronología paulina permanece aún en gran parte oscura. Los estudios recien-
tes, en los cuales han sido puestos en discusión resultados que parecían en
gran parte adquiridos, merecen atención y quizás un día alcanzarán un consenso
más amplio. Por el momento, la posición clásica es aún la más seguida" Cf.
AA.VV. LOGOS, Corso di Studi Biblici, Vol. 6 o.c. pgs. 66 y 68.
31
J. Jeremias: PER COMPRENDERE LA TEOLOGIA DELL’APOSTOLO PAOLO, Brescia 1973
pg. 7 citado por AA.VV. IL MESSAGGIO DELLA SALVEZZA, Vol 7, Elle Di Ci, Torino
1976 pg. 33.
32
Cf. Comentario de la TOB.
28
Hay que tener en cuenta además que Pablo de Tarso representa un caso
particular, quizá único, dado el carácter excepcional de su genio. Más
que apoderarse, él domina toda realidad con la cual se encuentra; cris-
tianiza, o mejor ―pauliniza‖ cuanto toma en préstamo. De aquí se des-
prende la dificultad, cuando se analiza su pensamiento, de establecer
distinciones bien claras en la dinámica de los diversos influjos cultu-
rales sufridos y la necesidad de superar la búsqueda de las diversas
corrientes espirituales con las cuales se conecta el Apóstol, buscando
más bien ―colocarse, por decirlo así, en el corazón de la doctrina a
fin de comprenderla desde dentro. Sólo bajo esta condición se podrá
captar su lógica interna y su desarrollo armonioso. Allí donde no se
habrían visto más que miembros ―dispersos‖ más o menos artificialmente
recogidos, aparecerán lazos fortísimos que vinculan entre ellos los
diversos elementos de la doctrina del Apóstol‖33.
1) Los datos de las fuentes. Gal 1,13-14: este pasaje está situa-
do en un contexto donde Pablo debe probar el origen divino de su apos-
tolado y lo hace explicando cómo fue su conducta antes y después de su
vocación. Aquí habla directamente de su comportamiento en el tiempo en
que estaba aún en el judaísmo. Los datos del texto son fundamentalmente
dos: el deseo sincero de ser un judío perfecto y la conducta correspon-
diente; la consiguiente actividad persecutoria de la Iglesia. Es inte-
resante notar que se presenta no solo genéricamente como un judío inte-
gral, sino como un hebreo perfecto de corte fariseo, es decir, como el
mejor entre los mejores de Israel. Pablo era, por tanto, inaccesible a
toda humana comunicación y adoctrinamiento por parte del cristianismo.
Fil 3,4b-6: este pasaje está dirigido polémicamente contra los ju-
daizantes: Pablo posee todos los privilegios humanos de que ellos se
vanaglorian; sin embargo, -a diferencia de ellos- los ha rechazado para
conquistar a Cristo. Los datos del texto son: Pablo es un hebreo perte-
neciente al grupo de aquellos que hablan el arameo aún en tierra
extranjera, por tanto de tendencia ortodoxa y rigorista. Prueba de es-
to, es el hecho de que fue circuncidado el octavo día. Es de corriente
farisea: el dato es obvio en tal contexto familiar. Su conducta es co-
herente con los principios que profesa (―irreprensible‖). La actividad
persecutoria es presentada como una consecuencia necesaria de la since-
ra radicalidad del propio judaísmo.
33
A. Feuillet, Mort du Christ et mort du chrétien d’après les épîtres pauli-
niennes, RB 66 (1959) 510 (481-513). Citado por AA.VV. IL MESSAGGIO DELLA SAL-
VEZZA, o.c. pg. 35.
29
Hch 23,6b: Este versículo hace parte del discurso de defensa que
Pablo pronunció en Jerusalén delante del Sanedrín en el año 58. Los da-
tos del texto son: el apóstol afirma ser fariseo no sólo por elección
personal, sino por tradición familiar.
Hch 26,4-5.9-11: este texto ofrece una parte del discurso de defen-
sa que Pablo pronunció delante del gobernador Festo y del rey Agripa en
Cesarea Marítima en el 59-60. Los datos de este texto se resumen en los
ya vistos: su juventud pasada en Jerusalén, fariseo convencido y fiel,
la actividad persecutoria como consecuencia de su genuino judaísmo.
34
Cf. AA.VV. IL MESSAGGIO DELLA SALVEZZA, Vol 7 o.c. pg. 40 nota 31.
30
35
El ―merismo‖ por ejemplo, es característico de esta mentalidad: expresar la
totalidad de una cosa mediante los términos contrarios: cielo y tierra;
principio y fin, etc.
36
Pablo asume la realidad que piensa en su globalidad. No es distintivo, sino
comprehensivo o complexivo; no separa, sino que condensa. Ejemplo: en 1Cor 9,
l2 se habla del ―Evangelio de Cristo‖, esta expresión indica sintomáticamente
la polivalencia del lenguaje paulino, evoca simultáneamente los siguientes da-
tos: a) el mensaje que tiene como contenido el anuncio de la salvación reali-
zada por Cristo; b) su concreta predicación, con los milagros y los signos
concomitantes; c) la recompensa que corresponde al apóstol por esta predica-
ción; d) la fuerza de Dios que, mediante el anuncio, realiza la salvación en
el creyente; e) el cristianismo mismo como realidad salvífica; f) Cristo
vitalmente poseído por el fiel. Cf. más adelante pg. 50.
31
A’: 28-34: retoma el tema dando las normas prácticas, gracias al aporte
de B37.
37
Pueden verse otros ejemplos en: IL MESSAGGIO DELLA SALVEZZA, Vol 7, o.c. pg.
44 nota 39.
38
Cf. Página anterior.
32
39
―Su uso del método de la diatriba indica que tuvo alguna formación helenís-
tica‖. En la carta a los Romanos ―utilizando el método de la diatriba, crea un
interlocutor ficticio, siempre un supuesto judío cristiano, que pide u objeta
aclaraciones‖. Cf. Mateos, Juan: N.T. o.c. pgs. 775 y 781.
40
Se trata, entonces, de un helenismo sicológico.
33
41
Armonioso. Justo equilibrio de las facultades.
34
42
―La Biblia no es el primer libro que Dios escribió para nosotros, ni el más
importante. El primer libro es la naturaleza, creada por la Palabra de Dios...
Dios quiere comunicarse con nosotros por medio del ―libro de la vida‖. A causa
de nuestros pecados ya no se puede percibir claramente... a Dios... dentro de
la vida que vivimos. Por eso, Dios escribió un segundo libro, que es la
Biblia... no para sustituir el primero, sino para ayudarnos a comprender mejor
el sentido de la vida que vivimos.
San Agustín lo escribió así: La Biblia, el segundo libro de Dios, fue escrita
para ayudarnos a ―descifrar el mundo‖, para devolvernos la ―mirada de la fe y
de la contemplación‖ y para transformar toda la realidad en una gran revela-
ción de Dios‖.
De aquí se desprende una exigencia hermenéutica: no se puede leer y estudiar
la Biblia sin una referencia a la realidad de ayer y de hoy. De otro modo se
es infiel a la Palabra de Dios y no se imita a Jesucristo. Cf. Mesters,
Carlos: UN PROYECTO DE DIOS, Bogotá 1988, pg. 7. Y también: FLOR SIN DEFENSA,
Bogotá 1987, pgs. 67-68.
35
43
―Una cierta dependencia de Pablo con respecto a la cultura griega es hoy re-
conocida sin dificultad, pero en los casos particulares los estudiosos se pro-
nuncian con grande cautela‖ Cf. AA.VV. LOGOS, Corso di Studi Biblici, Vol 6
o.c. pg. 77.
36
44
―El nazireato se contraía mediante un voto y debía ser continuado sin inte-
rrupción, pues de otra manera debía empezarse de nuevo. Deberes negativos
eran: a) abstención de toda bebida alcohólica. b) Abstenerse de cortarse el
cabello. c) Evitar todo contacto impuro, especialmente el contacto de los
37
45
Cf. Curso de Introducción General a la Biblia
46
―El epistolario del NT comprende una colección de trece cartas que reclaman
explícitamente la paternidad del apóstol Pablo. Ellas son agrupadas general-
mente de la siguiente manera: ―cartas mayores‖ (o ―grandes cartas‖) (Romanos,
1-2 Corintios, Gálatas y 1-2 Tesalonicenses –que otros llaman las primeras-).
―Cartas de la cautividad‖ (Efesios, Filipenses, Colosenses y Filemón), llama-
das así porque el apóstol se presenta en ellas como prisionero; ―cartas pasto-
rales‖ (1-2 Timoteo y Tito), las cuales deben su nombre al hecho de que en
ellas el apóstol confía a cada uno de los dos destinatarios el cuidado de una
determinada región. Al epistolario paulino pertenecen cartas seguramente
auténticas (Romanos, 1-2 Corintios, Gálatas, Filipenses, 1 Tesalonicenses y
Filemón) y otras cuya autenticidad no es segura o es negada por un cierto
número de estudiosos (Efesios, Colosenses, 2 Tesalonicenses y Pastorales): las
cartas de este último grupo son llamadas también ―deuteropaulinas‖.‖ Cf. AA.
VV. LOGOS, Corso di Studi Biblici, Vol. 6, Editrice Elle Di Ci, Torino (Leu-
mann) 1996, pg. 39
39
47
―No hay que buscar en los escritos paulinos una exposición sistemática ni un
compendio del mensaje de Jesús. Son escritos ocasionales que tratan de cues-
tiones particulares o explican ciertos puntos controvertidos. Gal y Rom, por
ejemplo, se centran en la cuestión de la Ley, caducada con el Mesías; 1Cor
trata de problemas de la comunidad; Col refuta las doctrinas que amenazaban a
aquella iglesia; Flp, por su parte, comunica noticias y expresa agradecimien-
to... No falta, sin embargo, en ninguna carta, la aplicación del Evangelio a
aspectos de la vida concreta, según los problemas que presentaba su difusión
en los diversos ambientes... La doctrina de Pablo que no es invento humano
(Gal 1,1), supone la vida y enseñanza de Jesús, pero se centra en su obra re-
dentora, cruz y resurrección, y en el Señor presente en la comunidad. Su
importancia reside, sobre todo, en la transposición del mensaje evangélico a
nuevas categorías cultuales, judías y helenísticas‖. Cf. Mateos, Juan: NUEVO
TESTAMENTO, o.c. pg. 778.
48
Cf. Segalla, Giuseppe: PANORAMAS DEL NUEVO TESTAMENTO, Editorial Verbo Divi-
no, Estella 2000 pgs. 247-249.
40
B) El ―Corpus‖ Paulino:
52
Pablo es considerado como un gran escritor. Según Dibelius ―el más grande
escritor del cristianismo de los orígenes‖.
53
Cf. Segalla, Giuseppe: PANORAMAS DEL NUEVO TESTAMENTO: ―El «corpus» paulino‖
o.c. pgs. 250-252.
Leer y comparar con juicio crítico (Estilo, contenido, rigor científico).
Leal J. : PABLO, San. Enciclopedia de la Biblia, Vol V, cols. 718-753.
Fitzmeyer, Joseph A. S.J. VIDA DE SAN PABLO. Comentario Bíblico ―San Jerónimo‖
Tomo III pgs. 547-564.
42
Como se dice, Pablo no escribe por escribir o por hacer arte, sino
por las necesidades prácticas de su ministerio. Por esto mismo, él con-
cibe la palabra únicamente en función apostólica, como medio para ha-
cerse entender y es esta preocupación la que lo mantiene atento al uso
de determinados términos con preferencia a otros, cuando se trata de
expresar importantes verdades de fe. En el marco de esta precisión es
exacta la afirmación que hace Ferdinand Prat en su obra: ―La Teología
de san Pablo‖: ―El (Pablo) utiliza el vocabulario usual -porque es ne-
cesario también que se haga entender- pero no tiene la pretensión de
exclusivismo en la elección que hace, ni de constancia en el uso de las
palabras que toma en préstamo: toda palabra para él es buena con tal
que traduzca bien el pensamiento del momento. Su lenguaje se enriquece
y se modifica con la edad, con los países que atraviesa, con las diver-
sas sociedades que frecuenta: es personal en sus ideas, pero ecléctico
en la forma como las expresa...‖.
2) Significados específicos:
54
Cf. AA.VV. Vocabulario de las epístolas paulinas, Cuadernos Bíblicos 88,
Verbo Divino, Estella (Navarra) 1996.
43
Hay algunos autores, como Bultmann por ejemplo, que piensan que la
palabra sw/ma ―sôma‖ en san Pablo expresa siempre toda la persona. El
cuerpo no es por lo tanto algo externo o postizo para el hombre, como
si fuese añadido a la persona (por ejemplo, al alma) ―el hombre no
tiene un sw/ma ―sôma‖, sino que es un sw/ma sôma‖ (Bultmann). Lo cual in-
dica que sw/ma ―sôma significa al hombre en su totalidad como persona.
Este término designa, pues, al hombre total, como organismo unificado,
complejo y vivo, incluso como persona, especialmente cuando es el
sujeto a quien acontece algo o es el objeto de su propia acción. Como
sw/ma ―sôma‖ el hombre está en grado de volverse a sí mismo objeto de su
acción. Tiene por tanto una relación consigo mismo. Esto se ve por
ejemplo, en 1Cor 9,27, donde Pablo dice que trata duramente su cuerpo,
a fin de que no se le vaya de la mano, teniendo necesidad de él para la
tarea de la predicación (―a fin de que no venga yo mismo descalifica-
do‖) v. 27; cf. Rom 6,12-13; 12,1; 8,13.
55
Cf. AA.VV. IL MESSAGGIO DELLA SALVEZZA, Vol 7, o.c. pgs. 663-667 : Confron-
tar las importantes anotaciones sobre la ―Personalidad Corporativa‖.
44
56
Robinson, John A.T. EL CUERPO (Estudio de Teología Paulina), Barcelona,
1968, pg. 12. En esta obra el autor hace un profundo estudio sobre los térmi-
nos sw/ma ―sôma‖ y sa,rx ―sarx‖ en el pensamiento paulino.
45
57
La oposición más comprensible será: espiritual contrario a temporal.
58
La Teología de san Pablo, Editorial JUS, México 1947, Segunda Parte pgs.
460-461.
46
59
Cf. De Lubac, Henri: THEOLOGIE DANS L’HISTOIRE I, Desclée de Brouwer, Paris
1990, pg. 115. Allí el autor trae las siguientes observaciones: La triparti-
ción no debe ser comprendida como implicando en el hombre tres substancias, ni
tampoco tres ―facultades‖: ella distingue más bien como una triple zona de
actividad de la periferia al centro, al corazón. Se opone a una antropología
bipartita que ofrece a muchos una explicación suficiente. O mejor, la comple-
ta. Comenta 1Tes 5,23 diciendo: ―es todo el hombre que es conservado; espíri-
tu, alma y cuerpo subrayan simplemente la totalidad... El hombre bajo cada uno
de sus aspectos...‖ ¿Por qué para expresar la totalidad, Pablo enumera tres
elementos? ¿Se tratará de una antropología popular?
Existe hoy una especie de fobia muy extendida: la fobia del ―platonismo‖. Si
1Tes 5,23 hace pensar en Platón, no es sólo porque se lo lea en la carta a los
Tesalonicenses; se le encuentra citado también en Orígenes. Se trata de una
antigua tricotomía platónica asumida por san Pablo, afirma algún autor. La
fobia del platonismo es común a algunos exegetas; véase por ejemplo, la nota
rebuscada de la T.O.B. a este versículo.
Esta tricotomía no tiene nada de platónica, dice de Lubac. Lo que se encuentra
en la obra de Platón es totalmente diferente a lo que se lee en san Pablo. San
Pablo no tomó nada de una antropología griega de tres componentes. Los térmi-
nos que usa san Pablo no son propiamente platónicos.
Si se quisiera encontrar a la tricotomía paulina un cierto antecedente griego
de alcance filosófico, no sería del lado de Platón que convendría buscar.
Sería más bien en Aristóteles; pero san Pablo, a diferencia de éste, en vez de
nou/j ―nous‖ habla de pneu/ma ―pneuma‖, término semítico, sugerido por Gn 2,7:
―espíritu de vida‖ (~yYix; tm;vi.ni ―nišmat hayyîm‖). Espíritu, alma, cuerpo, tal es
entre los semitas, la división más corriente, concerniente al compuesto
humano.
El pneu/ma ―pneuma‖ es la sede de la vida superior: moral, religiosa, mística;
es la sede de la vida cristiana, la cual no es asunto de sentimientos, sino de
fe. Dice Huby: pneu/ma ―pneuma‖ es: ―principio del pensamiento, sede de la vida
moral y religiosa y cima del alma‖.
Según 1Cor 2,11 pneu/ma ―penuma‖ no es una parte constituyente del hombre como
tal, al mismo nivel del cuerpo o del alma. Pneu/ma ―Penuma‖ es aquello que
constituye al hombre en su valor único entre todos los seres de este mundo;
aún más, lo que hace de él un ser superior al mundo; sería un elemento que más
que del hombre, estaría en el hombre.
47
60
Prat, Ferdinand: TEOLOGIA DE SAN PABLO, o.c. Segunda Parte pg. 60
48
2) Significados específicos:
61
El griego yuch, ―psykhê‖ traduce el arameo ―näfshâ‖ ( nfs), aliento de la
garganta, vida animal (el ―alma‖), por oposición a pneu/ma―pneuma‖ que traduce
el arameo ―roûhâ‖ ( ruah), insuflación divina, soplo de las narices (el
―espíritu‖): ver Gn 2,7. Cf. Heb 4,12: la separación del alma y del espíritu
es una forma aramea de designar concretamente el punto íntimo del hombre,
según la distinción entre la respiración gutural (alma) y la respiración nasal
(espíritu).
Así pues, ―Espíritu, alma, cuerpo‖ es entre los semitas, la división más co-
rriente, con respecto al compuesto humano. San Pablo permanecería así en campo
semita y no griego. Cf. De Lubac, Henri o.c.
62
El pneu/ma ―pneuma‖ es la sede de la vida superior: moral, religiosa, místi-
ca; es la sede de la vida cristiana, la cual no es asunto de sentimientos,
sino de fe. Dice Huby: pneu/ma ―pneuma‖ es ―principio del pensamiento, sede de
la vida moral y religiosa y cima del alma‖. Pneu/ma ―Pneuma‖ es aquello que
49
constituye al hombre en su valor único entre todos los seres de este mundo;
aún más, lo que hace de él un ser superior al mundo; sería un elemento que más
que del hombre, estaría en el hombre.
50
VEn Cristw|/ ―En Khristô‖ = EN CRISTO – vEn Cristw/| vIhsou/ ―En Khristô Iêsou‖
= EN CRISTO JESUS
1) Presencia de la expresión:
2) Su forma:
3) Fórmulas análogas:
66
Cf. también: 2Cor 5,14a h` avga,ph tou/ Cristou/ ―hê agápê tou Khristou‖ Zerwick
o.c. n. 36.
67
―be‖ = en, entre, sobre, por, según, a la manera de, cerca, junto a, con,
a causa de, a propósito de, acerca de; más infinitivo = en, cuando, mientras,
bien que, porque, etc.
52
c) oi` tou/ Cristou/ ―hoi tou Khristou‖ y afines: Véase 1Cor 3,23; 15,
23; 2Cor 6,15; 10,17; Gal 3,29; 5,24; Rom 8,9; 9,3; 14,8. La expresión
no significa simplemente ―pertenencia de partido‖, aunque este concepto
se encuentre también en Pablo (1Cor 1,11; Rom 16,10). Significa, en
cambio, la participación real, íntima, en Cristo-Vida (cf. zw|opoiou/n
―zôopoioun‖ = hacer vivir, de 1Cor 15,45), por la cual se participa
también en sus misterios: en sus tribulaciones (2Cor 1,5; Fil 3,10; Col
1,24) como en sus disposiciones interiores (2Cor 5,14; 10,1; Ef 3,19;
2Tes 3,5). Es por todo esto que el cristiano no se pertenece más a sí
mismo, sino a Cristo, muerto y resucitado por él (1Cor 6,15; 2Cor 5,15;
Rom 14,6-9; 7,4).
4) Origen de la fórmula:
12,12b; 2Cor 6,15; Col 3,11). Debe notarse que aún en este caso ―en
Cristo‖ expresa principalmente la realidad comunitaria de la unión
efectuada entre nosotros y Cristo; de preferencia es la comunidad la
que es llamada ―en Cristo‖ (1Tes 1,1; 2Tes 1,1; Gal 1,22).
I. El Autor:
68
Cf. Pimiento, José de Jesús Monseñor: CARTA PASTORAL: CUARESMA Y PASCUA DE
1986 (Folleto pgs. 17-18). Magisterio Episcopal, Tomo I, pgs. 189-191.
69
Sin embargo, cf. las afirmaciones de Juan Mateos en su edición del N.T. o.c.
pg. 989 § 4.
54
zas literarias entre ambas cartas indican que han existido manipulacio-
nes. Ninguno de estos argumentos, sopesados cuidadosamente, basta para
impugnar la atribución tradicional de 2Tes a Pablo. De hecho en las
epístolas mayores y en las de la cautividad se encuentra más del 80%
del vocabulario de 1-2Tes; la materia tratada impone con frecuencia un
vocabulario especial. Las enseñanzas escatológicas tienen su base en la
doctrina de Cristo y en el esquema apocalíptico tradicional de los ju-
díos sobre el fin de los tiempos; en los dos casos hay signos que pre-
ceden al fin, pero no se refieren a él de modo que determinen el tiempo
exacto. Las semejanzas literarias constituyen quizá el argumento más
fuerte, pero no es sorprendente que dos cartas escritas en breve espa-
cio de tiempo y sobre temas parecidos empleen una terminología pareci-
da70. En cuanto a las diferencias de estilo y de tono e incluso de
perspectivas doctrinales que algunos han puesto de relieve, se explican
por el hecho de que entre una y otra carta la comunidad evolucionó.
II. La Obra:
Dirección y saludo usual (1,1): Es el más breve entre todos los sa-
ludos protocolares de las cartas paulinas. En efecto, se limita a la
indicación de los remitentes, de los destinatarios y al saludo. Se dis-
tingue del de las demás cartas por la omisión del título de ―apóstol‖.
70
―Es evidente que no pocas frases de 2Tes siguen muy de cerca a otras de
1Tes, lo que cuadra más con un imitador del estilo de Pablo que con la espon-
taneidad de éste‖ Juan Mateos, N.T. o.c. pgs. 1001-1002
71
Cf. Nouveau Testament, TOB, Paris 1972, pg. 613
72
Lo mismo Juan Mateos en su N.T.: ―Podría atribuirse a un discípulo de Pablo
que, a fines del siglo I, quiere salir al paso de ciertas inquietudes por el
retraso de la venida del Señor, que se había pensado inminente‖ o.c. pg. 1001.
55
está presente en casi todas las cartas paulinas (menos en Gal, 1Tim y
Tit) y los verbos de oración están acompañados por adverbios tempora-
les: pa,ntote( ―pántote, avdialei,ptwj adialeíptôs‖73. La oración parte del re-
cuerdo de la vida interna de la comunidad que es especificada con la
tríada: ―la actividad de su fe, el esfuerzo de su amor y la constancia
de su esperanza‖ (1,3); se remonta luego a los orígenes de la comuni-
dad: elección divina y poder del Espíritu (1,4-5a) y finalmente des-
ciende a considerar la comunidad frente a las otras Iglesias locales
(1,7: tu,pon ―typon‖, modelo) y frente al mundo: anunciadora de la pala-
bra del Señor (1,8). Es la demostración más clara de que ellos se con-
virtieron al servicio de Dios (1,9).
73
Siempre, sin cesar.
56
74
75
Cf. pg. 26 de este mismo curso.
60
2) Segunda carta: son pocos los datos de que se dispone, pero pa-
recen suficientemente claros: a) el escrito es posterior a otra carta
enviada por Pablo (2,15); b) fue escrita cuando Timoteo y Silvano se
encontraban junto con Pablo (1,1). Del primero se deduce que es poste-
rior a 1Tes; del segundo que fue escrita en Corinto, porque la pre-
sencia simultánea, que se encuentra ya al inicio de la primera carta,
tuvo lugar en Corinto en el desarrollo del segundo viaje misionero (cf.
Hch 18,5). Fue escrita, por lo tanto, pocos meses después de la prime-
ra, es decir, hacia la mitad del año 51. Esta apreciación que ha sido
la tradicional es sostenida todavía por algunos estudiosos modernos.
Sin embargo, un número siempre mayor de especialistas sostiene hoy que
la Segunda Carta a los Tesalonicenses no fue compuesta personalmente
por Pablo. Los argumentos son numerosos; uno de ellos es que las se-
mejanzas terminológicas y temáticas en lugar de ser una prueba de la
autenticidad, plantearían todo lo contrario: es difícil que un escritor
creativo como Pablo se repita de una manera tan servil. También la te-
mática escatológica que ofrece en ella no se adapta bien a su tiempo,
sino que parece de época posterior, etc.76
III. La Doctrina:
76
Cf. Biblia de América pg. 1460: Introducción.
77
Cf. AA.VV. LOGOS, Corso di Studi Biblici, Vol 6, o.c. pgs. 103-106.
61
1Tes 4,14: pisteu,omen o[ti VIhsou/j avpe,qanen kai. avne,sth ―Creemos que Jesús mu-
rió y resucitó‖. Aislada del contexto, la frase tiene todas las carac-
terísticas de un verdadero acto de fe: pisteu,omen ―pisteúomen: creemos‖,
que tiene como objeto dos acontecimientos: muerte y resurrección. El
uso de avne,sth ―anéstê‖ hace pensar que Pablo asumió esta fórmula de la
tradición78. Además, la falta de cualquier explicación del valor para
nosotros de los dos acontecimientos (cf. en cambio la otra antiquísima
fórmula de 1Cor 15,3: ...muerto por...) hace pensar que se trata de uno
entre los más antiguos anuncios cristianos.
1Tes 2,15: u`po. tw/n VIoudai,wn( tw/n kai. to.n ku,rion avpokteina,ntwn VIhsou/n... los
judíos, esos que mataron al Señor Jesús...‖. La muerte de Jesús es sim-
plemente recordada como hecho histórico. Sin embargo, al nombre Jesús
se añade aquí el apelativo ―Señor‖. Este, interpreta el hecho histórico
y reclama un acto de fe: Aquel que murió, que fue matado, es el Señor.
1Tes 5,9-10: 9 ouvk e;qeto h`ma/j o` qeo.j eivj ovrgh.n avlla. eivj peripoi,hsin swthri,aj dia.
tou/ kuri,ou h`mw/n VIhsou/ Cristou/ 10 tou/ avpoqano,ntoj u`pe.r h`mw/n ―Dios no nos ha desti-
nado al castigo, sino a obtener la salvación por medio de nuestro Señor
Jesús el Mesías que murió por nosotros‖. La interpretación catequística
se hace aquí más abundante. El inciso ―por nosotros‖ u`pe.r h`mw/n interpre-
ta la muerte en sentido salvífico, y ésta es considerada dentro del
plan o designio de Dios sobre la humanidad.
2Tes 2,13-14: 13 o[ti ei[lato u`ma/j o` qeo.j avparch.n eivj swthri,an evn a`giasmw/|
pneu,matoj kai. pi,stei avlhqei,aj( 14 eivj o] Îkai.Ð evka,lesen u`ma/j dia. tou/ euvaggeli,ou h`mw/n eivj
peripoi,hsin do,xhj tou/ kuri,ou h`mw/n VIhsou/ Cristou/Å ―Dios los escogió como
primicias para salvarlos consagrándolos con el Espíritu y dándoles fe
en la verdad. Para eso los llamó por medio de la buena noticia que
anunciamos, para que sea de ustedes la gloria de nuestro Señor, Jesús
el Mesías‖. Aquí el hecho ―resurrección‖ designado como gloria, es
interpretado en proyección salvífica. Su marco es siempre el designio
salvífico de Dios que actúa por medio del Espíritu.
1Tes 1,9-10: 9 kai. pw/j evpestre,yate pro.j to.n qeo.n avpo. tw/n eivdw,lwn douleu,ein qew/|
zw/nti kai. avlhqinw/| 10 kai. avname,nein to.n ui`o.n auvtou/ evk tw/n ouvranw/n( o]n h;geiren evk Îtw/nÐ
nekrw/n( VIhsou/n to.n r`uo,menon h`ma/j evk th/j ovrgh/j th/j evrcome,nhjÅ ―abandonando los ído-
los se convirtieron ustedes a Dios, para servir al Dios vivo y verdade-
ro, y aguardar la vuelta desde el cielo de su Hijo, al que resucitó de
la muerte, de Jesús, el que nos libra del castigo que viene‖. Es el
texto más rico en contenido. Recuerda la reacción humana al anuncio del
Evangelio (se convirtieron de... a...) y la situación existencial del
cristiano frente a la verdad recibida (aguardar). La verdad fundamental
es: Dios resucitó a Jesús y, en consecuencia, Jesús nos librará del
castigo que viene.
78
Cf. AA.VV. IL MESSAGGIO DELLA SALVEZZA, V. 7, o.c. pg. 102 nota 20
62
En relación con los fieles, en cambio, hay al menos tres frases muy
significativas: ―Dios nos ha destinado...‖ (1Tes 5,9: evqeto h`ma/j étheto
hêmas); ―Dios los escogió...‖ (2Tes 2,13: ei[lato u`ma/j ―heílato hymas‖);
―Dios los llamó...‖ (2Tes 2,14: evka,lesen u`ma/j ―ekálesen hymas‖; cf. 1Tes
2,12). Se podría también añadir ―amados por Dios‖ (1Tes 1,4: hvgaphme,noi
u`po. Îtou/Ð qeou/ ―êgapêménoi hypó Theou‖), pero aquí no se especifica la fi-
nalidad del actuar de Dios, mientras sí lo es en los pasajes preceden-
tes. Este actuar tiende a la salvación (1Tes 5,9; 2Tes 2,13), que nega-
tivamente es liberación del castigo (1Tes 1,10; 5,9) y positivamente
79
―La fe de la Iglesia se puede sintetizar en esta palabra: Jesús es el Señor,
porque contiene el corazón del dogma‖ (C.M. Martini)
63
5) La vida cristiana. Del actuar del Padre, del Hijo y del Espí-
ritu se debe pasar a la respuesta humana. También aquí se puede proce-
der mediante constataciones. Pablo llama a los fieles de Tesalónica
―gente distinta‖ en relación con los paganos. Son diferentes porque
viven en la santidad ―sin dejarse arrastrar por la pasión, como los
paganos que no conocen a Dios‖ (1Tes 4,5; cf. 2Tes 2,13); diferentes
porque ―todos viven en la luz y en pleno día‖ (1Tes 5,5).
Pero este tender hacia adelante es muy distinto del tender hacia
adelante de aquellos que no conocen a Dios y no tienen esperanza. El
cristiano tiende hacia allí con las obras de la fe, el esfuerzo de la
caridad, la paciencia de la esperanza (1Tes 1,3) o como se dice en 5,8
―revestidos con la coraza de la fe y de la caridad y del yelmo de la
esperanza‖.
80
Literalmente ―vaso‖ (skeu,oj ―skeuos‖). El uso de este término con el signifi-
cado de mujer, esposa, está atestiguado en la literatura rabínica. La frase
del v. 4 significa, entonces, ―vivir (sexualmente) con la propia esposa en
santidad y honor‖. Las relaciones sexuales son legítimas únicamente dentro del
matrimonio, de un esposo con su esposa.
64
circunstancia (evn panti, ―en pantí‖) (1Tes 1,2; 2,13; 3,10; 5,16-18; 2Tes
1,3.11). Fundamento de esta continua oración es la fe: llamados a la
salvación (1Tes 5,9; 2Tes 2,13-14), comprometidos en la evangelización
de los hermanos (2Tes 3,1; 1Tes 1,8), continuamente asaltados por la
tribulación (1Tes 3,3; 2Tes 1,3-4) descubrimos nuestra impotencia fren-
te a una responsabilidad tan grande. Sólo Dios y el Señor Jesús pueden
afirmarnos en todo bien de palabra y de obra (2Tes 2,17) y llevarnos a
la salvación (1Tes 3,12-13). Colocada nuestra vida en proyección esca-
tológica, la oración se convierte en una absoluta necesidad.
B) Enseñanzas escatológicas:
Los cristianos estaban, sin embargo, preocupados por los que morían
antes de la venida de Cristo. La consolación que Pablo trata de infun-
dirles es que sus muertos están, también ellos, en la espera de encon-
trarse un día, junto con aquellos que están aún vivos, con el Señor
(escatología individual), o simplemente un permanecer aún en espera de
encontrarse un día con El (escatologia intermedia), en cuyo caso surge
la pregunta acerca de en qué consiste esta situación intermedia.
81
Tomo III o.c. pg. 578.
82
Cf. Artículo ―Parousie‖ DBS VI (1960) 1362.
65
De todos modos en este sentido las cartas dejan muy claro que los
creyentes deben saber esperar con paciencia la venida de Cristo, mien-
tras toman parte activa en la vida social, ganándose el pan con su pro-
pio trabajo (2Tes 3,6-15). La historia humana sigue su curso sin que
sea posible determinar por anticipado cuál será su duración. Aún perma-
neciendo sobre el horizonte de la vida cristiana, el fin debe ser espe-
rado con paciencia, sin fugas imprudentes hacia delante.
I. El Autor:
83
―Morir en Cristo‖ (1Tes 4,16) significa que la muerte no nos ha separado de
El y que El ha realizado en nosotros su misión mesiánica...
84
Cf. Artículo: ―El simbolismo en el Apocalipsis‖ de Ugo Vanni S.J.
66
II. La Obra:
Saludo y acción de gracias (1,1-9): Los vv. 1-3 ofrecen el más am-
plio y elaborado exordio epistolar de Pablo después del de la carta a
los Romanos (1,1-7). En él se desarrollan sobre todo los apelativos
teológicos que se refieren a la Iglesia destinataria (v. 2). En los vv.
4-9 se tiene la acción de gracias, elemento característico de las car-
85
―La autenticidad de las dos cartas enviadas con el nombre de Pablo a la co-
munidad de Corinto no es puesta en duda por ningún estudioso de importancia.
En efecto, en ellas se reflejan vivamente la personalidad, el estilo y las
ideas del apóstol; allí se descubren además numerosos datos que permiten si-
tuarlas en el ambiente histórico-geográfico y cultural en el cual él se desem-
peñó‖ Cf. AA.VV. LOGOS, Corso di Studi Biblici, Vol 6, o.c. pag. 108.
86
Cf. AA.VV. COMENTARIO BIBLICO ―SAN JERONIMO‖, Tomo IV, Ediciones Cristian-
dad, Madrid 1972 pg. 11. El manual ―LOGOS‖ o.c. conserva sustancialmente esta
misma división, poniendo aparte el c. 15: cf. Vol 6 pg. 113.
67
Cuanto Pablo les dice, los Corintios pueden comprenderlo por su pro-
pia experiencia. Basta que miren un poco su comunidad. Ellos deben dar-
se cuenta de que solo por gracia de Dios han llegado a la fe y no por
méritos personales o por la acción de algún misionero más capaz que los
otros (vv. 26-31). El método de predicación de Pablo ilustra la afirma-
ción de 1,25; 2,1-5.
- 4,14-21: Conclusión. Cuanto les ha dicho hasta ahora, debe ser to-
mado como una amonestación paternal (vv. 14-15). El no pretende sino
llevarlos por el justo camino que él mismo ha recorrido (v. 16; cf.
11,1; Fil 3,17) y les envía a Timoteo para que él personalmente lleve a
término esta obra de persuasión (v. 17). Luego también él irá a Corin-
to, y si los perturbadores no se convierten (v. 21), está listo a usar
maneras enérgicas para restablecer el orden en la comunidad (vv. 18-
20).
Del modo como Pablo se expresa parece que los argumentos adop-
tados por él recojan una tradición cristiana muy venerada. Esto se
puede deducir del triple insistente: h` ouvk oi;date ―ê ouk oidate‖ de los
vv. 2.3.9. Este párrafo y el siguiente constituyen un buen ejemplo de
conversación epistolar paulina. El estilo es deudor, sobre todo, de la
diatriba cínico-estoica, con su procedimiento mediante frases breves,
martilladas y nerviosas, con el tono constantemente vivo y apasionado
gracias a la sucesión veloz de interrogantes y exclamaciones. Pablo
inicia hábilmente con el argumento más fuerte, el teológico, procedien-
do luego en un progresivo ―decrescendo‖ hasta lograr colocar a sus in-
terlocutores en la posición de sacar ellos mismos la conclusión valora-
tiva de su propio comportamiento.
69
87
―Los argumentos con que Pablo intenta mantener su postura son flojos y vaci-
lantes, apoyados en las costumbres de la sociedad griega (vv. 13-15) y tiene
que acabar invocando el uso general (v. 16)‖. Cf. Mateos Juan, NUEVO TESTAMEN-
TO, o.c. pg. 862.
72
88
Cf. la lista en ―IL MESSAGGIO DELLA SALVEZZA, Vol. 7, o.c. pg. 208.
89
―Los vv. 34-35 son problablemente una interpolación posterior que contradice
a 11,5‖. Cf. Mateos, Juan: NUEVO TESTAMENTO, o.c. pg. 871.
90
Cf. AA.VV. IL MESSAGGIO DELLA SALVEZZA, Vol 7, o.c. pg. 213.
74
91
―Entre las epístolas paulinas, la Segunda Epístola a los Corintios es más un
escrito de combate y de persuasión que una exposición sistemática como la de
la epístola a los Romanos. El apóstol Pablo usa en ella un estilo vivo y apa-
sionado para defender su apostolado frente a sus adversarios y para afirmar su
dependencia exclusiva de Cristo. Con dominio, el apóstol mezcla, en sus exhor-
taciones, acentos diferentes: amor y amonestación, cólera y ternura; él quiere
mantener a todo precio la unidad de la Iglesia de Corinto y contribuir a su e-
dificación profunda‖: cf. T.O.B. Nouveau Testament, o.c. pg. 521 § 1.
75
92
Cf. más adelante: ocasión y fecha de composición de 2Cor pg. 86-88.
76
zas que lo sostienen en las pruebas. Aquí esboza su contexto que está
constituido por el clima gozoso y glorioso del triunfo final. El Após-
tol actúa, sólo porque está sostenido por la fe (v. 13). Cree que resu-
citará como Jesús para estar siempre con El (v. 14; cf. 1Tes 4,17; Fil
1,23), cree que la propia experiencia de vida (v. 15: ta. pa,nta tà pánta)
beneficia a los fieles (v. 15) y a él personalmente (vv. 16-17; cf. Rom
8,18). Todo esto lo orienta en una constante perspectiva de eternidad
(v. 18).
93
Vv. 6b-10. Cf. La nota en: IL MESSAGGIO DELLA SALVEZZA, Vol 7, o.c. pg. 230.
78
F) Conclusión: (6,11-7,16).
vv. 7-8: llamado apremiante. Hace mención de los dones más co-
nocidos de la Iglesia de Corinto, reconociéndoles también a ellos y no
solo a los Macedonios, méritos encomiables (v. 7). Y sin que sea para
ellos una obligación, deben saber que la colecta constituye una prueba
de lo genuino de su caridad (v. 8).
94
Cf. la nota explicativa sobre las debilidades en: IL MESSAGGIO DELLA
SALVEZZA, Vol 7, o.c. pgs. 248-250.
83
95
―Estamos lejos de haber escuchado la ―última palabra‖ en lo que respecta a
la formación y estructura de la Primera carta a los Corintios. Las voces que
se inclinaban a ver en ella un ―mosaico de cartas‖ (muchas veces en conjunto
con la 2Cor) cobraron cada vez mayor fuerza desde principios de siglo; pero
ahora, esas voces parecen, en gran parte, silenciadas. Sin embargo, el pro-
blema sigue sin resolverse‖ pg. 192. Cf. E. De la Serna: Los Orígenes de 1
Corintios, Bíblica (1991) 192-216.
En su artículo, Eduardo de la Serna, después de haber analizado varias pro-
puestas con respecto a la composición de 1Cor (un mosaico de cartas, unidad,
interpolaciones) sugiere que Pablo escribió a los Corintios para responder in-
terrogantes que le fueron presentados por escrito. Al enterarse oralmente que
la situación había empeorado decidió incluir, en una ―segunda edición‖ una se-
rie de perícopas relacionadas con la unidad y el amor. Esto explicaría la uni-
84
A veces se afirma que las razones hasta ahora aducidas son de inne-
gable peso. Esto es verdad sólo en teoría, es decir en la hipótésis
apriorística de que Pablo deba comportarse según nuestros criterios
subjetivos. En realidad, él está cultural y temperamentalmente bastante
lejano de nuestros esquemas mentales occidentales. Además, en sus car-
tas no encontramos el teólogo que pule en su escritorio su tratado, si-
no el pastor que provee epistolarmente a las necesidades inmediatas de
sus Iglesias, dejándose llevar por la imprevisibilidad de las reaccio-
nes sicológicas propias de la intervención directa en el ejercicio con-
creto de una responsabilidad. Es también apriorístico el postulado de
que la diversidad de estilo entre las dos partes (cc. 1-9 y 10-13) exi-
ja y manifieste necesariamente la existencia de dos cartas diversas. El
fenómeno en sí dice sólo que se trata de dos momentos sicológicos dife-
rentes, justificables por la diversa temática, muy posible de por sí en
una misma carta. El hecho de que la hipótesis sea seductora no lleva
automáticamente a concluir su validez objetiva. Además, es necesario
recordar que todas estas diversas hipótesis se fundan no sobre hechos
históricos objetivos e inexpugnables, sino más bien sobre una recons-
trucción conjetural, efectuada con el fin de probar una tesis98.
98
Philippe Roland afirma en el artículo citado, después de un minucioso estu-
dio de orden literario que los caps. 1-9 constituyen una carta completa enmar-
cada por una bella inclusión (la ―acción de gracias‖ mencionada en 1,11, luego
en 4,15, exactamente en el centro de la obra, y finalmente, 2 veces en 9,11 y
9,12). Los caps. 10-13 no tienen ningún vínculo con esta parte y se pueden
identificar, sin vacilación, como ―la carta escrita en lágrimas‖ de la cual
habla 2 Cor 2,4. Es casi la misma posición que adopta Juan Mateos. Cf. o.c.
pgs. 83-84. El manual ―LOGOS‖ Vol 6, o.c. afirma que ―la teoría que ve en la
2Cor una colección de diversas misivas enviadas por Pablo a Corinto se va
afirmando siempre más. En el último período de su permanencia en Efeso, y lue-
go durante el viaje que lo llevó por última vez a Corinto, el apóstol había
escrito varias veces a los cristianos de aquella ciudad. Un redactor habría
fundido las diversas misivas de tal modo que produjo un escrito aparentemente
unitario...‖ cf. pg. 127.
86
En tiempos de Pablo, Corinto era una ciudad bulliciosa y con una po-
blación cosmopolita venida de todas partes del Imperio romano. Era un
centro de gobierno y de comercio. Era también un célebre centro depor-
tivo. Allí tenían su sede los juegos ístmicos. Atletas de toda Grecia y
del Imperio afluían a Corinto para competir en estos torneos. En el
marco de un mundo pagano, notoriamente indulgente con los excesos
sexuales, Corinto tenía fama por la corrupción de sus costumbres y por
su libertinaje; llegó a formarse todo un vocabulario para designar la
vida corrompida que se llevaba en Corinto: korinqia,zesqai ―korinthiázes-
thai‖ significaba vivir deshonestamente, korinqi,a ko,rh ―korinthía kórê‖
(joven corintia) era sinónimo de prostituta y korinqia,sthj ―korinthias-
tês‖ equivalía a explotador99. La vida cultural y religiosa era también
floreciente: había escuelas, teatros, literatos y filósofos; existía un
mosaico de cultos debidos a las diversas presencias étnicas. Primaba el
culto a Afrodita. La colonia hebrea tenía allí su sinagoga (Hch 18,4.7-
8.17).
99
El pasaje de Rom 1,18-32, escrito desde Corinto, da una idea de la impresión
que la ciudad hizo sobre el apóstol. Cf. N.T. de Juan Mateos, pg. 829ss.
87
Esta carta parece, por tanto, que haya sido escrita en la primavera
del año 57 desde Efeso. En efecto, que haya sido escrita en la pri-
mavera se deduce de 1Cor 16,5-9 y quizá también de 1Cor 5,7-8, dado que
el tema pascual -como es probable- haya sido estimulado por la fecha
litúrgica. Además, el año 57 se ha postulado por el hecho de que el
viaje proyectado aparece como inminente (1Cor 16,5-8) y no puede por lo
tanto coincidir con el viaje en la primavera del año siguiente.
Por tanto, para evitar males mayores regresa a Efeso, modifica sus
propios planes de viaje (1,23-2,1) olvidando -por motivos tácticos- su
propio regreso a Corinto prometido anteriormente (1,15-16) y escribe la
―carta intermedia‖, más conocida como la ―carta escrita con lágrimas‖
(2,4). En efecto, ella le causó profunda tristeza (2,4) y fue bastante
dura (2,9; 10,1.9), hasta el punto de haber sacudido y entristecido de
tal manera a los Corintios (7,7-11) que Pablo se arrepintió de haberla
escrito (7,8). De la carta, el portador es quizás Tito. El tendrá que
entendérselas para que sea acogida favorablemente y retorne la normali-
dad a la Iglesia, con el acuerdo de esperar luego a Pablo en Tróade (2,
12-13).
III. La Doctrina:
Todos estos temas tan variados están unidos por un mismo Espíritu
que animó y guió al Apóstol en la composición de su escrito. En pala-
bras de J. Huby: ―Jesucristo es la luz que esclarece las diversas
exposiciones, el centro en el que hay que hacer que todas converjan.
San Pablo no enseña cosa alguna sin referirse a El. Condena todo espí-
ritu de división en la comunidad, porque Cristo es uno. La sabiduría de
Dios, que él opone a la sabiduría del mundo, está encarnada en Cristo,
manifestada en su Cruz. En el cuadro que traza del ministerio apostóli-
co presenta a los Apóstoles como cooperadores de Dios y servidores de
Cristo. La pureza moral que exige de los fieles es motivada por su con-
dición de miembros de Cristo... Amor de Jesucristo y unión de todos los
fieles en Él, mediante la caridad, serán los últimos saludos del Após-
tol (16,21-24), porque a lo largo de toda esta carta esos pensamientos
y esos deseos han llenado su corazón‖101. Además, en esta carta, Pablo
presenta la acción salvífica de Dios en clave Trinitaria, mostrando có-
mo en la muerte de Cristo en la Cruz se reveló plenamente el poder mi-
sericordioso de Dios, que continúa obrando mediante el Espíritu Santo
para la salvación de toda la humanidad.
100
―La primera carta a los Corintios es un escrito eminentemente práctico, en
el cual Pablo afronta una serie de problemas que se refieren a la vida de la
comunidad. El método que adopta es típicamente teológico, en cuando que proce-
de según un esquema ―triangular‖, que prevé el análisis de la situación, la
confrontación con los datos esenciales de la fe, y finalmente, las soluciones
prácticas que de allí se derivan. En la carta se encuentran, por esto, numero-
sos desarrollos doctrinales que manifiestan, si bien no de modo sistemático,
el pensamiento del apóstol‖. Cf. AA.VV. LOGOS, Corso di Studi Biblici, Vol 6,
o.c. pg. 119.
101
Premiére Epître aux Corinthiens, Paris 1946, 23.
90
102
Cf. Biblia de Jerusalén pg. 1503.
103
―La segunda carta a los Corintios no es solo una apasionada apología que
Pablo hace de sí mismo y de su ministerio en contra de sus adversarios, sino
también una amplia reflexión acerca del ministerio eclesial del cual destaca
las características específicas en el plan de Dios y en la vida de la comuni-
dad‖ cf. AA.VV. LOGOS, Corso di Studi Biblici, Vol 6, o.c. pgs. 130-131.
104
Cf. Notas de la Biblia de Jerusalén y de la TOB.
91
Finalmente, a nuestra época que ama los informes y los datos biográ-
ficos, esta segunda carta a los Corintios le ofrece numerosos detalles
sobre la vida del Apóstol. Esta carta puede interesar al sicólogo, aún
al sicoanalista, al exegeta, al teólogo, al historiador o simplemente
al lector, que pueden descubrir al vivo a un hombre, a un pastor, a un
apóstol enfrentado con problemas nuevos y difíciles, pues en este pe-
ríodo de los inicios de la Iglesia, todo está en búsqueda, ya que todo
debe encontrarse. Sobre esto, 2Cor puede proporcionar indicaciones y
esbozos de soluciones a las iglesias que, en un medio cambiante, buscan
nuevas formas de fidelidad.
92
I. El Autor:
II. La Obra:
105
―Su autenticidad no ha sido puesta en duda ni siquiera por la escuela de
Tubinga: alguna voz en contra no ha tenido ningún eco‖ cf. AA.VV. LOGOS, Corso
di Studi Biblici, Vol 6, o.c. pg. 157.
106
―Armonizar los datos de Lucas con los de Pablo es prácticamente imposible‖
Juan Mateos, N.T. o.c. pg. 919.
93
A) Estructura y análisis:
- 1,13-24: Las pruebas del origen divino del Evangelio y del Apos-
tolado de Pablo. Primero habla de su comportamiento antes de la
conversión que se resume en la hostilidad más absoluta contra la Igle-
sia de Dios y en un apasionado celo por el judaísmo, del cual seguía
las tradiciones con un ardor superior al de sus coetáneos (vv. 13-14).
Luego alude a su conversión como el efecto de una intervención directa
de Dios, que después de haberlo elegido y destinado ya antes de nacer
para una misión especial quiso revelarle a su Hijo dándole de Él un ín-
timo conocimiento, para que lo anunciase a los pueblos paganos (vv. 15-
16a). Por último, menciona los acontecimientos posteriores a la conver-
sión: inmediatamente, sin consultar a nadie y sin preocuparse de tomar
contacto con sus predecesores en el apostolado, se retiró a Arabia (sur
de Damasco) de donde regresó de nuevo a Damasco para atender a la pre-
dicación; después de tres años tuvo un encuentro con Pedro en Jerusa-
lén, donde vió también a Santiago; después de este breve paréntesis fue
a las regiones de Siria y de Cilicia pero sin establecer vínculos con
las comunidades de Judea donde era conocido sólo por la fama de su cam-
bio repentino, que ofrecía a los fieles motivo para glorificar a Dios
(vv. 16b-24).
a) vv. 15-16a. Pablo observa que los apóstoles y los otros judíos
convertidos, aceptando el Evangelio, habían abiertamente reconocido y
públicamente proclamado que la justicia no viene de las obras de la
Ley, sino de la fe en Cristo Jesús; habían admitido que el paso del es-
tado de esclavitud, con relación al pecado, a un estado de justicia no
puede ser fruto de un esfuerzo puramente natural y humano, sino que es
efecto de la fe, don total del hombre a Cristo, realizado bajo el in-
flujo divino (cf. Ef 2,8ss): de aquí se sigue que volverle a dar im-
portancia a las prescripciones de la ley es carecer de coherencia.
Todo esto está conectado con el bautismo, que asocia al hombre –li-
berándolo de toda esclavitud (cf. Rom 7,1-4)- a la muerte de Cristo
(cf. Rom 6,3-11), que se vuelve casi que el sujeto de la actividad del
cristiano (v. 20ab), cuyo actuar debe ser de ahora en adelante guiado
por la fe en el Hijo de Dios, que bajo el impulso del amor se entregó a
la muerte de Cruz (v. 20c; cf. 2Cor 5,14-15).
107
Actitud de ―simulación‖.
96
En los vv. 8-11 san Pablo aplica al caso particular de los Gálatas
los precedentes desarrollos y establece una oposición entre su pasado,
en el cual vivían en la ignorancia teórica y práctica de Dios (v. 8) y
su presente, en el cual están unidos a El por un conocimiento que es
amor; los amonesta que caerán en el antiguo estado de esclavitud, si se
someten a las prescripciones legales (vv. 9-10); y concluye que, si
atienden a los falsos doctores hacen vanas todas sus fatigas (v. 11)109.
108
Los vv. 26-27 deben leerse a la luz de Gal 4,5ss y Rom 8,14ss, donde la
filiación es relacionada con el don del Espíritu, como también de Rom 13,14
donde, con la exhortación a revestirse de Cristo, se pone de presente que la
configuración con el Señor Jesús a nivel del ser en el bautismo, comporta la
capacidad y la exigencia de configurarse con El en el actuar.
109
De paganos, los gálatas habían estado sometidos a supersticiones que les
impedían ser libres (esclavos). Querer someterse a las obligaciones de la
religión judía, respetando los preceptos y observancias, es un modo de volver
a la esclavitud pasada. Cf. Juan Mateos, N.T. o.c. pg. 927.
98
Por último viene el simbolismo de los hijos (vv. 28-31): los cris-
tianos, prefigurados por Isaac, son la progenie espiritual y genuina de
Abraham, con quien tienen en común la fe (v. 28); y advierte que los
judíos, descendencia natural del patriarca, son simbolizados por Is-
mael, de quien imitan el comportamiento porque persiguen a los creyen-
tes, como el hijo de Agar hostigaba a Isaac (v. 29) y cuya suerte si-
guen, porque como él son excluidos de la herencia (v. 30), reservada a
los nacidos según el Espíritu, miembros de la sociedad cristiana, pre-
figurada por Sara (v. 31).
110
En el caso de Sara se destacan únicamente los elementos esenciales del pa-
ralelismo sin desarrollarlos como en el primer caso.
99
Puesta esta premisa, enumera las obras de la carne, es decir los vi-
cios hacia los cuales por tendencia natural se inclina el hombre (vv.
111
―La circuncisión, rito sagrado para los judíos, que los distinguía de los
paganos ―impuros‖, es calificada por Pablo de ―mutilación‖, quizá comparándola
con la castración practicada en el país por los sacerdotes de Cibeles‖. Cf.
Juan Mateos, N.T. o.c. pg. 930. Cf. Cuadernos Bíblicos, 26: San Pablo en su
tiempo pg. 63 §§ 1-2. ―La gravedad de la crisis en Galacia obedece a varios
motivos. Si creemos a Julio César, los galos eran poco constantes (De bello
gallico, II,1; III,10); en este aspecto los gálatas son hermanos suyos. La
misma prontitud y entrega que pusieron antes de acoger al apóstol, la pondrán
ahora en su credulidad con esos predicadores que pretenden intoducirlos en un
grado más perfecto de santidad. Su pasado religioso les predestinaba a buscar
su seguridad en los ritos y ceremonias (cf. Gal 4,10). La circuncisión, que
les parecía un rito bárbaro a los griegos y romanos, no resultaba tan sospe-
chosa en aquellos países entregados al culto de Cibeles y de Atis. Pablo ase-
meja desdeñosamente todas las prácticas judías predicadas por los judíos a
aquellos ritos paganos; adoptarlos sería someterse al culto de ―los elementos
del mundo‖ (Gal 4,9) y adoptar una actitud de esclavos, siendo así que Dios
nos llama a la libertad (Gal 5,1)‖ pg. 67.
100
112
Las conductas que proceden de la búsqueda del propio interés vician las
relaciones humanas (vv. 19-21). Contraste con las que proceden del impulso del
Espíritu, que, por el contrario, establecen una relación humana abierta y po-
sitiva y no pueden ser impedidas por ninguna ley (vv. 22-23). Cf. Juan Mateos,
N.T. o.c. pg. 932.
113
―Especifica quiénes son los adversarios: ―los que desean quedar bien en lo
exterior (v. 12); son antiguos paganos que se han sometido a la circuncisión
cediendo a la insistencia de los judíos. Pretenden sólo evitarse dificultades,
sin darse cuenta de las implicaciones de lo hecho. Desde el principio hay una
hipocresía, pues nadie pretende seriamente observar la Ley judía; sin embar-
go, quieren forzar a los demás a seguir su línea judaizante, y gloriarse de
ello‖. Cf. Juan Mateos, N.T. o.c. pg. 933.
101
114
Cf. AA.VV. IL MESSAGGIO DELLA SALVEZZA, Vol 7, o.c. pg. 261 nota 7 y tam-
bién AA.VV. LOGOS, Corso di Studi Biblici, Vol 6, o.c. pg. 158: ―En los ini-
cios de la era cristiana ―Galacia‖ designaba la región centro-septentrional
del Asia Menor, cuyos centros principales eran Ancyra (la actual Ankara),
Pessinus y Tavio. Estaba habitada por gentes de origen celta (el nombre ―gála-
tas‖ es una variante de ―celtas‖), que en el siglo III a.C. descendieron, bajo
la guía de Brenno, a Anatolia, donde se sedentarizaron. En el año 25 a.C. la
Galacia fue transformada en provincia imperial romana, con capital Ancyra. Le
fueron anexadas algunas regiones centromeridionales del Asia Menor, como Pisi-
dia, Frigia y Licaonia. Es preciso distinguir, por lo tanto, la Galacia pro-
piamente dicha (septentrional) de las otras regiones que posteriormente entra-
ron a hacer parte de la misma provincia romana (Galacia meridional)‖.
102
115
¿Quiénes eran los judaizantes de las comunidades gálatas? Los falsos herma-
nos contra los cuales toma posición el Apóstol eran judeocristianos hetero-
doxos, llamados más tarde precisamente judaizantes, que consideraban el cris-
tianismo como una religión construida sobre la base insustituible del judaísmo
y que no podían entender que se pudiera llegar a ser cristianos sin abrazar,
al mismo tiempo, todas las exigencias de la ley de Moisés, comenzando por la
circuncisión. Les predicaban entonces a los cristianos convertidos del paga-
nismo la necesidad absoluta de aceptar, mediante la circuncisión, el judaísmo:
hacían de la recepción de este rito carnal una condición para la salvación.
Junto con el bautismo y la fe, a su juicio, la ley mosaica conserva su efica-
cia de redención y santificación; el cristianismo es un perfeccionamiento del
judaísmo: aquel no puede subsistir sin éste. De aquí se desprende la violenta
reacción de san Pablo. El subraya la clara y radical oposición entre la doc-
trina evangélica y la enseñanza de los falsos hermanos. Estos, según sus pala-
bras, alteran y desvirtúan el Evangelio (1,7); y no vacila en descargar la
excomunión contra los representantes de estas ideas (1,8-9). Los judaizantes
con su enseñanza socavan los fundamentos de la fe cristiana: llegan a negar,
en efecto, el valor de la muerte redentora de Jesús (2,21). A juicio de san
Pablo, buscar según la opinión de los falsos hermanos la justificación en la
ley y en la circuncisión, es romper con Cristo (5,4). Toda la argumentación
del Apóstol va en este sentido.
103
III. La Doctrina:
A) Temas centrales:
116
―Es difícil establecer el vínculo cronológico entre Gálatas y las demás
cartas, y por consiguiente el momento preciso en que fue compuesta. Sin embar-
go, la semejanza, por una parte, con 2Cor 10-13 y, por otra, con la carta a
los Romanos sugiere que ella haya sido escrita no en Efeso, sino en Macedonia,
poco antes de la última visita del Apóstol a Corinto. La fecha exacta varía,
con base en el tipo de cronología paulina que se prefiera, desde el 54 (más
probable) hasta el 57‖ cf. AA.VV. LOGOS, Corso di Studi Biblici, Vol 6, o.c.
pg. 162.
104
B) Temas complementarios:
117
Dato fundamental de la Antropología paulina.
105
118
En el lenguaje bíblico la justificación es el proceso a través del cual el
hombre adquiere la justicia, es decir, llega a ser justo, amigo de Dios. Solo
adhiriendo a Cristo mediante la fe, él es liberado del pecado y entra en comu-
nión con Dios. En cuanto participación en la vida de Cristo, la fe produce ne-
cesariamente el amor: ―La fe obra por medio de la caridad‖ (5,6). Cf. AA.VV.
LOGOS, Corso di Studi Biblici, Vol 6, o.c. pg. 168.
119
Como conclusión a este estudio de la carta a los Gálatas se puede afirmar,
siguiendo la TOB, que esta epístola interpela a los cristianos de todos los
tiempos e interpela también a la Iglesia. ¿Es el cristiano un verdadero cre-
yente, un hombre a quien su fe lo libra de todo temor? ¿La Iglesia, no sigue
aún en la situación histórica de los Gálatas? Ciertamente ya no existen los
106
―De todas las cartas del Apóstol Pablo -afirma la TOB-, la Epístola
a los Romanos es sin lugar a dudas la más importante. No es solamente
la más larga. Desde el punto de vista doctrinal, es una de las más
ricas -hasta tal punto que con frecuencia se ha querido ver en ella una
carta-tratado- y la más claramente estructurada... históricamente, nin-
guna otra ha tenido igual influencia‖.
I. El Autor:
A) Argumentos externos:
B) Argumentos internos:
II. La Obra:
121
―Nadie pone en duda la autenticidad de la carta a los Romanos‖: Juan
Mateos, N.T. o.c. pg. 781.
108
122
Una división de la totalidad de la obra en cuatro partes que enriquece y
modifica ésta en dos, es la siguiente: Dios en Cristo es nuestra justicia (cc.
1-4), nuestra vida (cc. 5-8), nuestra salvación (cc. 9-11), nuestra paz (cc.
12-15).
109
123
Estas enseñanzas del Apóstol constituyen el mejor comentario a la Primera
Palabra pronunciada por el Señor desde la Cruz.
112
para no usurpar los derechos del juez divino: deben acogerse y respe-
tarse mutuamente.
124
Para una opinión totalmente contraria, con la hipótesis de que se trataría
de una carta de presentación de Febe a la comunidad de Efeso, cf. AA.VV.
Comentario Bíblico ―San Jerónimo‖ Tomo IV, o.c. pgs. 104-105.
125
Fitzmyer S.J. en el Comentario Bíblico ―San Jerónimo‖ (Tomo IV pg. 104), es
de opinión contraria: ―no puede excluirse la posibilidad de que esta doxología
sea una adición no paulina a Rom, añadida quizá cuando se estaba formando el
―corpus‖ paulino‖. De igual opinión es Juan Mateos: ―La doxología final (16,
25-27), que aparece en los manuscritos en diversos lugares de la carta, sobre
todo al fin del capítulo 14, no parece paulina. Ni el vocabulario (Dios sabio)
ni la alusión a escritos proféticos contemporáneos permiten atribuírla a Pa-
114
Como sucede en las otras cartas, la lengua de Rom. tiene las ca-
racterísticas de la Koiné, es decir, del griego entonces comúnmente ha-
blado, del cual Pablo dispone y hace uso como las personas instruídas
de su tiempo y con el cual, aún sin tener pretensiones literarias, lo-
gra dar adecuada expresión a sus pensamientos y a sus sentimientos.
Estos datos proponen el año 57-58 como tiempo apropiado para la com-
posición de Rom., dado que la conclusión del tercer viaje se fecha ge-
neralmente en el 58, con base en los indicios del libro de los Hechos
relacionados con los procuradores romanos de Palestina, Felix y Festo.
En favor de la composición en Corinto está la mención de Febe, dia-
conisa de Céncreas, puerto de Corinto sobre el Egeo (cf. 16,1); como
también de Gayo, que hospedaba a Pablo, y de Erasto, tesorero de la
ciudad (cf. 16,23), que, como resulta de 1Cor 1,14 y 2Tim 4,20, habita-
ban en Corinto. Esto puede ser confirmado por la alusión de Hch 20,2-3
a una permanencia de tres meses en Grecia, que precede inmediatamente a
la partida para Jerusalén: esta estadía allí pudo ofrecerle a san Pablo
tiempo y calma para redactar esta importante carta a los Romanos.
126
La fisonomía y la finalidad de Rom. se puede delinear así: la carta es un
amplio y sólido tratado e ilustración de los puntos centrales del mensaje
cristiano con especial referencia a las relaciones entre antigua y nueva
economía, y más concretamente entre judaísmo y cristianismo (cf. Rom 4.7.9-
11).
117
III. La Doctrina:
A) La justificación:
B) La Historia de la Salvación:
128
Cf. Exégesis posterior a principios del segundo semestre.
119
D) La fe:
E) La Trinidad:
129
Son los principios fundamentales de la ―Antropología paulina‖.
130
Cf. Estructura según la T.O.B., pg. 108 de este curso.
120
B I B L I O G R A F Í A
AA.VV. LOGOS, Corso di Studi Biblici, Vol 1 Editrice Elle Di Ci, Torino
(Leumann) 1994.
AA.VV. LOGOS, Corso di Studi Biblici, Vol 6 Editrice Elle Di Ci, Torino
(Leumann) 1995.
I N D I C E
I. El Autor 2
A) Criterios externos 2
B) Criterios internos 3
II. La Obra 4
A) El título 4
B) Los prólogos de san Lucas 5
C) El material y las fuentes 6
D) La organización del material 7
E) El Plan del libro 8
F) Lengua, estilo y procedimientos de composición 11
G) Unidad del libro de los Hechos 12
H) El Género Literario 14
1) Los Hechos son un libro histórico 14
2) Los Hechos ¿son una apología? 15
3) Los Hechos son un diario de viaje 16
I) Destinatario y fecha de composición 17
J) El texto 18
A) La fe y el bautismo 19
B) La Cristología 19
C) El Espíritu Santo 20
D) La Eclesiología 21
A) El hombre 24
B) El lugar de nacimiento 25
C) La fecha de nacimiento 25
I. El Autor 53
II. La Obra 54
122
III. La Doctrina 60
I. El Autor 65
II. La Obra 66
III. La Doctrina 88
I. El Autor 92
II. La Obra 92
A) Estructura y Análisis 92
B) Los destinatarios de la Carta 101
C) Ocasión, lugar y fecha de composición 102
I. El Autor 107
A) La justificación 117
B) La Historia de la Salvación 117
C) El régimen de la Ley y el régimen del Espíritu 118
D) La fe 119
E) La Trinidad 119
BIBLIOGRAFÍA 120
INDICE 121