Está en la página 1de 8

La Constitución del Imperio del Japón

Traducido por Ito Miyoji.

Contenido

Capítulo I. Del Emperador (Artículo 1-17)

Capitulo dos. Derechos y Deberes de los Sujetos (Artículo 18-32)

Capítulo III. La Dieta Imperial (Artículos 33-54)

Capítulo IV. Los Ministros de Estado y el Consejo Privado (Artículos 55-56)

Capítulo V. De la Judicatura (Artículo 57-61)

Capítulo VI. Finanzas (Artículos 62-72)

Capítulo VII. Normas complementarias (artículos 73 a 76)

Juramento Imperial en el Santuario del Palacio Imperial

Nosotros, los Sucesores del próspero Trono de Nuestros Predecesores, juramos humilde y solemnemente
ante el Fundador Imperial de Nuestra Casa y ante Nuestros otros Ancestros Imperiales que, en cumplimiento
de una gran política coextensiva con los Cielos y la Tierra, Nosotros mantendrá y protegerá de la decadencia la
antigua forma de gobierno.

Considerando la tendencia progresiva del curso de los asuntos humanos y en paralelo con el avance de la
civilización, lo consideramos conveniente para dar claridad y distinción a las instrucciones legadas por el
Fundador Imperial de Nuestra Casa y por Nuestros otros Ancestros Imperiales. , para establecer leyes
fundamentales formuladas en disposiciones expresas de derecho, de modo que, por un lado, Nuestra
posteridad Imperial pueda poseer una guía expresa para el curso que han de seguir, y que, por el otro,
Nuestros súbditos estén en condiciones de disfruten de un rango de acción más amplio al brindarnos su
apoyo, y que la observancia de Nuestras leyes continúe hasta las edades más remotas del tiempo. Con ello
queremos dar mayor firmeza a la estabilidad de Nuestro país y promover el bienestar de todo el pueblo dentro
de los límites de Nuestros dominios; y Ahora establecemos la Ley de la Casa Imperial y la Constitución. Estas
Leyes constituyen sólo una exposición de grandes preceptos para la conducta del gobierno, legados por el
Fundador Imperial de Nuestra Casa y por Nuestros otros Ancestros Imperiales. Que hayamos sido tan
afortunados en Nuestro reinado, de acuerdo con la tendencia de los tiempos, como para realizar esta obra, se
lo debemos a los gloriosos Espíritus del Fundador Imperial de Nuestra Casa y de Nuestros otros Ancestros
Imperiales.

Hacemos ahora con reverencia Nuestra oración a Ellos y a Nuestro Ilustre Padre, e imploramos la ayuda de
Sus Sagrados Espíritus, y les hacemos solemne juramento de nunca, en este momento ni en el futuro, dejar de
ser un ejemplo para nuestros súbditos en la observancia de las Leyes que aquí se establecen.

Que los Espíritus Celestiales sean testigos de este Nuestro Juramento solemne.

Discurso imperial sobre la promulgación de la Constitución

Considerando que la alegría y la gloria de Nuestro corazón es contemplar la prosperidad de Nuestro país y el
bienestar de Nuestros súbditos, por la presente, en virtud del poder supremo que heredamos de Nuestros
Ancestros Imperiales, promulgamos la presente ley fundamental inmutable. por el bien de Nuestros súbditos
actuales y sus descendientes.
El Fundador Imperial de Nuestra Casa y Nuestros otros Ancestros Imperiales, con la ayuda y el apoyo de los
antepasados de Nuestros súbditos, sentaron las bases de Nuestro Imperio sobre una base que durará para
siempre. Que este brillante logro embellezca los anales de Nuestro país se debe a las gloriosas virtudes de
Nuestros Sagrados Ancestros Imperiales, y a la lealtad y valentía de Nuestros súbditos, su amor por su país y
su espíritu público. Considerando que Nuestros súbditos son descendientes de los leales y buenos súbditos
de Nuestros Ancestros Imperiales, no dudamos que Nuestros súbditos se guiarán por Nuestros puntos de
vista, simpatizarán con todos Nuestros esfuerzos y que, cooperando juntos armoniosamente, compartirán
con Nosotros Nuestra esperanza de hacer manifiesta la gloria de Nuestro país, tanto en casa como en el
extranjero, y de asegurar para siempre la estabilidad de la obra que Nos legaron Nuestros Antepasados
Imperiales.

La Constitución del Imperio del Japón

Habiendo, en virtud de las glorias de Nuestros Ancestros, ascendido al trono de una sucesión lineal
ininterrumpida durante siglos eternos; deseando promover el bienestar y dar desarrollo a las facultades
morales e intelectuales de Nuestros amados súbditos, los mismos que han sido favorecidos con el benévolo
cuidado y afectuosa vigilancia de Nuestros Antepasados; y con la esperanza de mantener la prosperidad del
Estado, en concierto con Nuestro pueblo y con su apoyo, por la presente promulgamos, de conformidad con
Nuestro Rescripto Imperial del día 12 del décimo mes del decimocuarto año de Meiji, una ley fundamental del
Estado, para exhibir los principios por los cuales Nos guiamos en Nuestra conducta, y para señalar a qué
deben conformarse Nuestros descendientes y Nuestros súbditos y sus descendientes para siempre.

El derecho de soberanía del Estado lo hemos heredado de Nuestros Antepasados y lo legaremos a Nuestros
descendientes. Ni Nosotros ni ellos dejaremos de ejercerlos en el futuro, de conformidad con las
disposiciones de la Constitución aquí otorgada.

Declaramos ahora respetar y proteger la seguridad de los derechos y de los bienes de Nuestro Pueblo, y
asegurarle el pleno goce de los mismos, dentro del alcance de lo dispuesto en la presente Constitución y en la
ley.

La Dieta Imperial se convocará por primera vez para el año 23 de Meiji, y el momento de su apertura será la
fecha en que la presente Constitución entre en vigor.

Cuando en el futuro sea necesario modificar cualquiera de las disposiciones de la presente Constitución,
Nosotros o Nuestros sucesores asumiremos el derecho de iniciativa y presentaremos un proyecto para la
misma a la Dieta Imperial. La Dieta Imperial aprobará su votación, de acuerdo con las condiciones impuestas
por la presente Constitución, y de ninguna otra manera se permitirá a Nuestros descendientes o Nuestros
súbditos intentar alterar la misma.

Nuestros Ministros de Estado, en Nuestro nombre, serán responsables de la aplicación de la presente


Constitución, y Nuestros súbditos presentes y futuros asumirán para siempre el deber de lealtad a la presente
Constitución.

[Manual de señales de Su Majestad Imperial.]

[Sello privado.]

El día 11 del segundo mes del año 22 de Meiji.

(Confirmado)

Conde Kuroda Kiyotaka,

Ministro Presidente de Estado.


Conde Ito Hirobumi,

Presidente del Consejo Privado.

Conde Okuma Shigenobu,

Ministro de Estado de Asuntos Exteriores.

Conde Saigo Tsukumichi,

Ministro de Estado de Marina.

Conde Inouye Kaoru,

Ministro de Estado de Agricultura y Comercio.

Conde Yamada Akiyoshi,

Ministro de Estado de Justicia.

Conde Matsugata Masayoshi,

Ministro de Estado de Hacienda y Ministro de Estado de Interior.

Conde Oyama Iwao,

Ministro de Estado para la Guerra.

Vizconde Mori Arinori,

Ministro de Estado de Educación.

Vizconde Enomoto Takeaki,

Ministro de Estado de Comunicaciones.

La Constitución del Imperio del Japón

Capítulo I. El Emperador.

Artículo 1. El Imperio del Japón será regido y gobernado por una línea de Emperadores ininterrumpida durante
siglos eternos.

Artículo 2. El Trono Imperial será sucedido por los descendientes varones imperiales, según lo dispuesto en la
Ley de la Casa Imperial.

Artículo 3. El Emperador es sagrado e inviolable.

Artículo 4. El Emperador es la cabeza del Imperio, combinando en sí los derechos de soberanía, y los ejerce,
según las disposiciones de la presente Constitución.

Artículo 5. El Emperador ejerce el poder legislativo con el consentimiento de la Dieta Imperial.

Artículo 6. El Emperador sanciona las leyes y ordena su promulgación y ejecución.

Artículo 7. El Emperador convoca la Dieta Imperial, la abre, la cierra y la prorroga, y disuelve la Cámara de
Representantes.

Artículo 8. El Emperador, como consecuencia de una necesidad urgente de mantener la seguridad pública o
evitar calamidades públicas, emite, cuando la Dieta Imperial no está reunida, Ordenanzas Imperiales en lugar
de la ley.
(2) Tales Ordenanzas Imperiales se presentarán ante la Dieta Imperial en su próxima sesión, y cuando la Dieta
no apruebe dichas Ordenanzas, el Gobierno las declarará inválidas para el futuro.

Artículo 9. El Emperador dicta o hace dictar las Ordenanzas necesarias para la ejecución de las leyes, o para el
mantenimiento de la paz y el orden públicos, y para la promoción del bienestar de los súbditos. Pero ninguna
Ordenanza alterará en modo alguno ninguna de las leyes existentes.

Artículo 10. El Emperador determina la organización de los distintos poderes de la administración y los
sueldos de todos los funcionarios civiles y militares, los nombra y destituye. Las excepciones especialmente
previstas en la presente Constitución o en otras leyes, se ajustarán a las disposiciones respectivas (al
respecto).

Artículo 11. El Emperador tiene el mando supremo del Ejército y de la Marina.

Artículo 12. El Emperador determina la organización y el estado de paz del Ejército y de la Marina.

Artículo 13. El Emperador declara la guerra, hace la paz y concluye tratados.

Artículo 14. El Emperador proclama la ley de sitio.


(2) Las condiciones y efectos de la ley de sitio serán determinados por la ley.

Artículo 15. El Emperador confiere títulos de nobleza, grados, órdenes y demás signos de honor.

Artículo 16. El Emperador ordena amnistía, indulto, conmutación de penas y rehabilitación.

Artículo 17. Se instituirá una Regencia de conformidad con las disposiciones de la Ley de la Casa Imperial.
(2) El Regente ejercerá los poderes que pertenecen al Emperador en su nombre.

Capitulo dos. Derechos y Deberes de los Sujetos

Artículo 18. Las condiciones necesarias para ser súbdito japonés serán determinadas por la ley.

Artículo 19. Los súbditos japoneses podrán, según las calificaciones determinadas en leyes u ordenanzas, ser
nombrados para cargos civiles o militares por igual, y muchos desempeñarán cualquier otro cargo público.

Artículo 20. Los súbditos japoneses están sujetos a prestar servicio en el Ejército o en la Marina, conforme a lo
dispuesto por la ley.

Artículo 21. Los súbditos japoneses están sujetos al deber de pagar impuestos, conforme a las disposiciones
de la ley.

Artículo 22. Los súbditos japoneses tendrán libertad de residencia y de cambiarla dentro de los límites de la
ley.

Artículo 23. Ningún ciudadano japonés será arrestado, detenido, juzgado o castigado, salvo conforme a la ley.

Artículo 24. Ningún sujeto japonés será privado de su derecho a ser juzgado por los jueces que determine la
ley.

Artículo 25. Salvo en los casos previstos por la ley, ningún súbdito japonés podrá entrar ni registrar la casa sin
su consentimiento.

Artículo 26. Salvo en los casos previstos en la ley, el secreto de las cartas de todo súbdito japonés
permanecerá inviolable.

Artículo 27. El derecho de propiedad de todo súbdito japonés permanecerá inviolable.


(2) Las medidas necesarias para el beneficio público serán las previstas por la ley.
Artículo 28. Los súbditos japoneses, dentro de límites que no perjudiquen la paz y el orden y no sean
antagónicos a sus deberes como súbditos, disfrutarán de la libertad de creencias religiosas.

Artículo 29. Los súbditos japoneses disfrutarán, dentro de los límites de la ley, de la libertad de expresión,
escritura, publicación, reuniones públicas y asociaciones.

Artículo 30. Los súbditos japoneses podrán presentar peticiones, observando las debidas formas de respeto y
cumpliendo las reglas especialmente previstas para las mismas.

Artículo 31. Las disposiciones contenidas en el presente Capítulo no afectarán el ejercicio de las atribuciones
que corresponden al Emperador, en tiempos de guerra o en casos de emergencia nacional.

Artículo 32. Todas y cada una de las disposiciones contenidas en los artículos anteriores del presente
Capítulo, que no entren en conflicto con las leyes o las normas y disciplina del Ejército y la Armada, se
aplicarán a los oficiales y hombres del Ejército y de la Marina.

Capítulo III. La dieta imperial

Artículo 33. La Dieta Imperial estará compuesta por dos Cámaras, una Cámara de Pares y una Cámara de
Representantes.

Artículo 34. La Cámara de Pares, de conformidad con la Ordenanza relativa a la Cámara de Pares, estará
compuesta por los miembros de la Familia Imperial, de las órdenes de la nobleza y de aquellas personas que
hayan sido nombradas para ello por el Emperador.

Artículo 35. La Cámara de Representantes estará integrada por diputados elegidos por el pueblo, conforme a
lo dispuesto en la Ley Electoral.

Artículo 36. Nadie puede ser al mismo tiempo diputado de ambas Cámaras.

Artículo 37. Toda ley requiere el consentimiento de la Dieta Imperial.

Artículo 38. Ambas Cámaras votarán los proyectos de ley que les presente el Gobierno, pudiendo iniciar
respectivamente proyectos de ley.

Artículo 39. Un proyecto de ley que haya sido rechazado por una u otra de las dos Cámaras no podrá ser
nuevamente presentado en la misma sesión.

Artículo 40. Ambas Cámaras pueden hacer gestiones ante el Gobierno, ya sea sobre leyes o sobre cualquier
otra materia. Sin embargo, cuando tales manifestaciones no sean aceptadas, no podrán hacerse por segunda
vez durante la misma sesión.

Artículo 41. La Dieta Imperial será convocada todos los años.

Artículo 42. La sesión de la Dieta Imperial tendrá una duración de tres meses. En caso de necesidad, la
duración de una sesión podrá ser prorrogada por Orden Imperial.

Artículo 43. Cuando surja una necesidad urgente, podrá convocarse una sesión extraordinaria, además de la
ordinaria.
(2) La duración de una sesión extraordinaria será determinada por Orden Imperial.

Artículo 44. La apertura, clausura, prolongación de las sesiones y prórroga de la Dieta Imperial, se harán
simultáneamente para ambas Cámaras.
(2) En caso de que se haya ordenado la disolución de la Cámara de Representantes, la Cámara de Pares será
al mismo tiempo prorrogada.
Artículo 45. Cuando se haya ordenado la disolución de la Cámara de Representantes, los diputados serán
designados por Orden Imperial para ser nuevamente elegidos, y la nueva Cámara será convocada dentro de
los cinco meses siguientes al día de la disolución.

Artículo 46. No se podrá abrir debate ni votar en ninguna de las Cámaras de la Dieta Imperial, a menos que
esté presente no menos de un tercio del número total de sus miembros.

Artículo 47. Las votaciones se tomarán en ambas Cámaras por mayoría absoluta. En caso de empate en la
votación, el Presidente tendrá voto de calidad.

Artículo 48. Las deliberaciones de ambas Cámaras serán públicas. Sin embargo, las deliberaciones podrán
celebrarse en sesión secreta, a petición del Gobierno o por acuerdo de la Cámara.

Artículo 49. Ambas Cámaras de la Dieta Imperial podrán presentar respectivamente discursos al Emperador.

Artículo 50. Ambas Cámaras podrán recibir peticiones presentadas por los sujetos.

Artículo 51. Ambas Cámaras podrán dictar, además de lo previsto en la presente Constitución y en la Ley de
las Cámaras, las normas necesarias para la gestión de sus asuntos internos.

Artículo 52. Ningún Miembro de cualquiera de las Cámaras será responsable fuera de las respectivas
Cámaras, de cualquier opinión emitida o de cualquier voto emitido en la Cámara. Sin embargo, cuando un
Miembro mismo haya dado publicidad a sus opiniones mediante discursos públicos, mediante documentos
impresos o escritos, o por cualquier otro medio similar, estará sujeto, en la materia, a la ley general.

Artículo 53. Los miembros de ambas Cámaras estarán, durante la sesión, libres de arresto, salvo
consentimiento de la Cámara, salvo en casos de delitos flagrantes o de delitos relacionados con un estado de
conmoción interior o con una agitación exterior.

Artículo 54. Los Ministros de Estado y los Delegados del Gobierno podrán, en cualquier momento, tomar
asiento y hablar en cualquiera de las Cámaras.

Capítulo IV. Los Ministros de Estado y el Consejo Privado

Artículo 55. Los respectivos Ministros de Estado darán su consejo al Emperador, y serán responsables de él.
(2) Todas las leyes, ordenanzas imperiales y rescriptos imperiales de cualquier tipo que se relacionen con los
asuntos del Estado requieren la firma de un Ministro de Estado.

Artículo 56. Los Consejeros Privados, de conformidad con las disposiciones para la organización del Consejo
Privado, deliberarán sobre asuntos importantes de Estado, cuando hayan sido consultados por el Emperador.

Capítulo V. De la Judicatura

Artículo 57. La Judicatura será ejercida por los Tribunales de Justicia conforme a la ley, en nombre del
Emperador.
(2) La organización de los tribunales de justicia estará determinada por la ley.

Artículo 58. Los jueces serán nombrados entre aquellos que reúnan las calificaciones adecuadas conforme a
la ley.
(2) Ningún juez será privado de su cargo, salvo mediante sentencia penal o castigo disciplinario.
(3) Las normas para el castigo disciplinario estarán determinadas por la ley.

Artículo 59. Los juicios y sentencias de un Tribunal serán públicos. Sin embargo, cuando exista temor de que
dicha publicidad pueda ser perjudicial para la paz y el orden, o para el mantenimiento de la moral pública, el
juicio público podrá suspenderse por disposiciones de la ley o por decisión del Tribunal de Justicia.
Artículo 60. Todas las materias que sean competencia de un Tribunal especial, estarán especialmente
previstas por la ley.

Artículo 61. Ningún proceso que tenga por objeto derechos supuestamente vulnerados por medidas ilegales
del poder ejecutivo, y que será competencia del Tribunal de lo Contencioso Administrativo especialmente
creado por la ley, será conocido por un Tribunal de Justicia.

Capítulo VI. Finanzas

Artículo 62. La imposición de un nuevo impuesto o la modificación de sus tasas (de uno existente) se
determinará por ley.
(2) Sin embargo, todos los honorarios administrativos u otros ingresos que tengan la naturaleza de
compensación no entrarán dentro de la categoría de la cláusula anterior.
(3) La obtención de préstamos nacionales y la contratación de otros pasivos a cargo del Tesoro Nacional,
excepto los previstos en el Presupuesto, requerirán el consentimiento de la Dieta Imperial.

Artículo 63. Los impuestos que se cobran actualmente, en lo que no sean remodelados por nueva ley, se
recaudarán según el antiguo sistema.

Artículo 64. Los gastos e ingresos del Estado requieren el consentimiento de la Dieta Imperial mediante un
Presupuesto anual.
(2) Todos y cada uno de los gastos que excedan las asignaciones establecidas en los Títulos y Párrafos del
Presupuesto, o que no estén previstos en el Presupuesto, requerirán posteriormente la aprobación de la Dieta
Imperial.

Artículo 65. El Presupuesto se presentará primero ante la Cámara de Representantes.

Artículo 66. Los gastos de la Casa Imperial se sufragarán cada año con cargo al Tesoro Nacional, según la
cantidad fijada actualmente para los mismos, y no requerirán el consentimiento de la Dieta Imperial, salvo en
el caso de que se encuentre un aumento de los mismos. necesario.

Artículo 67. Los gastos ya fijados por la Constitución en las facultades del Emperador, y los que hayan surgido
por efecto de la ley, o que correspondan a las obligaciones legales del Gobierno, no serán rechazados ni
reducidos por la Dieta Imperial, sin el consentimiento del Gobierno.

Artículo 68. Para atender necesidades especiales, el Gobierno podrá solicitar la aprobación de la Dieta
Imperial para una determinada cantidad como Fondo de Gastos Continuos, por un número de años
previamente fijado.

Artículo 69. Para suplir deficiencias inevitables en el Presupuesto y atender necesidades no previstas en el
mismo, se establecerá en el Presupuesto un Fondo de Reserva.

Artículo 70. Cuando la Dieta Imperial no pueda ser convocada por las condiciones exteriores o interiores del
país, en caso de necesidad urgente para el mantenimiento de la seguridad pública, el Gobierno podrá tomar
todas las medidas financieras necesarias, mediante Ordenanza Imperial.
(2) En el caso mencionado en el inciso anterior, el asunto se someterá a la Dieta Imperial en su siguiente
sesión, y se obtendrá de ella su aprobación.

Artículo 71. Cuando la Dieta Imperial no haya votado el Presupuesto, o cuando el Presupuesto no haya llegado
a existir, el Gobierno ejecutará el Presupuesto del año anterior.

Artículo 72. La cuenta final de los gastos e ingresos del Estado será verificada y confirmada por la Junta de
Auditoría y será presentada por el Gobierno a la Dieta Imperial, junto con el informe de verificación de dicha
Junta.
(2) La organización y competencias de la Junta de Auditoría se determinarán por ley por separado.
Capítulo VII. Reglas suplementarias

Artículo 73. Cuando en el futuro sea necesario modificar las disposiciones de la presente Constitución, se
presentará a la Dieta Imperial, por Orden Imperial, un proyecto al efecto.
(2) En el caso anterior, ninguna Cámara puede abrir el debate, a menos que estén presentes al menos dos
tercios del número total de miembros, y no se puede aprobar ninguna enmienda, a menos que una mayoría de
al menos dos tercios de los miembros presentes. es obtenido.

Artículo 74. Ninguna modificación de la Ley de la Casa Imperial requerirá ser sometida a la deliberación de la
Dieta Imperial.
(2) Ninguna disposición de la presente Constitución puede ser modificada por la Ley de la Casa Imperial.

Artículo 75. No podrá introducirse ninguna modificación en la Constitución, ni en la Ley de la Casa Imperial,
durante el tiempo de Regencia.

Artículo 76. Los actos legales vigentes, tales como leyes, reglamentos, Ordenanzas o como se llamen,
continuarán vigentes en lo que no entren en conflicto con la presente Constitución.
(2) Todos los contratos u órdenes existentes que impliquen obligaciones para el Gobierno y que estén
relacionados con gastos estarán dentro del ámbito del artículo 67.

También podría gustarte