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Buenos días, madre directora, distinguido jurado calificador, docentes y compañeros.

Mi
nombre es Gonzalo Miguel Ojeda Carranza de el aula de quinto grado mi discurso e sobre la
muerte .Todo en Cristo. Hoy quiero hablarles sobre algo que a veces nos asusta y parece
misterioso: la muerte. Todos hemos escuchado sobre ello, pero ¿alguna vez te has preguntado
por qué sucede? Es un tema que puede parecer oscuro, pero también es una oportunidad para
reflexionar sobre la vida y la fe.

A veces, la muerte puede parecer triste y hacer que sintamos cosas extrañas en nuestro
corazón. Pero, ¿qué pasa si pensamos en ello de una manera diferente? Imagina que la muerte
es como el final de un libro. Cada persona tiene su propia historia, llena de capítulos increíbles,
risas y tal vez algunas lágrimas. Y cuando llegamos al final, es como cerrar ese libro y guardarlo
en una biblioteca gigante llena de historias increíbles.

Quizás la muerte no sea el final, sino solo el comienzo de algo nuevo y emocionante. Tal vez
nuestras historias continúan en algún lugar especial. Aunque no podamos verlo, es como si
estuviéramos en la siguiente aventura de nuestras vidas.

En la tradición católica, encontramos consuelo en las palabras de Jesús: "Yo soy la resurrección
y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá" (Juan 11:25). Estas palabras nos invitan a
mirar más allá de la muerte como el final, recordándonos que hay esperanza y renovación en
nuestra fe.

La muerte, vista a través de la fe católica, se convierte en un paso hacia la vida eterna. San
Pablo nos dice: "Porque, así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán
vivificados" (1 Corintios 15:22). Aquí encontramos la promesa de que la muerte no tiene la
última palabra, sino que la vida eterna nos espera.

Al recordar a quienes han partido, nos encontramos consuelo en la creencia de que están en la
presencia amorosa de Dios. El Salmo 23 nos guía: "Aunque camino por valles tenebrosos, no
temeré mal alguno, porque tú estás conmigo" (Salmo 23:4). Nos reconforta saber que Dios está
a nuestro lado, incluso en los momentos más difíciles.

La Eucaristía también juega un papel fundamental en nuestra fe. Recordamos las palabras de
Jesús en la Última Cena: "Hagan esto en memoria mía" (Lucas 22:19). Al participar en la
Eucaristía, nos conectamos con la presencia de Cristo y con aquellos que han ido antes que
nosotros.

En conclusión, la muerte, aunque dolorosa, no tiene la última palabra para aquellos que creen.
En la fe católica, encontramos a consuelo, esperanza y fortaleza para enfrentar la pérdida. La
muerte puede ser difícil de entender, pero también nos recuerda lo especial que es cada día
que estamos aquí. Entonces, sigamos viviendo nuestras vidas de la mejor manera posible y
hagamos que cada capítulo de nuestra historia sea increíble. Recordemos siempre las palabras
de Jesús: "Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo" (Mateo 28:20).
Confiemos en que la vida eterna nos guarda, y que aquellos que amamos están en las manos
amorosas de Dios.

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