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antología de

obras de teatro
argentino
desde sus orígenes a la actualidad
Antología de obras de teatro argentino. Desde sus orígenes a la actualidad: > presentación
sainetes urbanos y gauchescos, 1800-1814 / Cristóbal De Aguilar...[et.al.]. ;
compilado por Beatriz Seibel ; con prólogo de: Beatriz Seibel Es claro que el INT ha asumido desde sus comienzos que la tarea
-1ª ed.- Buenos Aires: Instituto Nacional del Teatro, 2006.
306 p.; 22x15 cm. (Historia Teatral)
editorial es parte fundamental del fomento teatral; para ello, ha
establecido subsidios para distintas publicaciones y ha editado
ISBN-10: 987-9433-47-5 numerosos títulos como parte sustantiva de su política de difusión, tanto
ISBN-13: 978-987-9433-47-8
1. Teatro Argentino. I. Seibel, Beatriz, comp. II. Seibel, Beatriz, prolog.
en lo que hace a textos dramáticos como en lo relativo a ensayos.
CDD A862 Sin embargo parecía faltar -como seguramente faltarán otras en el
futuro y habrá que completar o al menos hacer un aporte para ello- una
Fecha de catalogación: 08/11/2006
colección que fuera lo suficientemente abarcativa e inclusiva como el
Esta edición fue aprobada por el Consejo de Dirección del INT en Acta Nº148/06.
Ejemplar de distribución gratuita - Prohibida su venta
territorio mismo que se pretende abarcar: la iniciativa fue, pues, poner
manos a la obra con una serie que recopilara textos históricos, siguiendo,
en principio, un orden cronológico con la idea de aportar un panorama
general del transcurrir de nuestra riquísima historia teatral.
CONSEJO EDITORIAL Ha habido otras importantísimas colecciones similares en tiempos
> Roberto Aguirre pasados y fueron fundamentalmente para alentarnos a tomar la decisión
> Rafael Bruza de revisitar los textos que se publicarán en nuestra serie: el intento es que
> Ariana Gómez
> Nerina Dip nuestra colección pueda complementar los aportes anteriores y volver a
> Carlos Pacheco poner en distribución títulos prácticamente imposibles de captar por
nuestra comunidad teatral.
STAFF EDITORIAL
Como tantas otras veces, tenemos la sensación de estar concretando
> Carlos Pacheco
> Raquel Weksler un maravilloso sueño.
> Elena del Yerro (Corrección)
> Mariana Rovito (Diseño de tapa)
> Gabriel D’ Alessandro (Diseño interior) Raúl Brambilla
> Grillo Ortiz (Ilustración) Director Ejecutivo
© Inteatro, editorial del Instituto Nacional del Teatro Instituto Nacional del Teatro

ISBN-10: 987-9433-47-5
ISBN-13: 978-987-9433-47-8

Impreso en la Argentina - Printed in Argentina.


Queda hecho el depósito que marca la Ley 11.723.
Reservados todos los derechos.

Impreso en Buenos Aires, Diciembre de 2006.


Primera edición: 3.000 ejemplares
antología de obras de teatro argentino 7
Antología de obras de teatro argentino

> prólogo

Esta Antología se propone ofrecer una muestra del rico patrimonio


de obras teatrales producidas en nuestro territorio, desde los primeros
tiempos hasta la actualidad. Son piezas muchas veces olvidadas,
conservadas en bibliotecas entre miles de textos, o en ediciones agotadas,
o se trata de obras que se han mantenido inéditas y ahora vuelven a la
memoria para ser revalorizadas.
El criterio de selección ha sido elegir obras interesantes para poner
hoy en escena, que pueden aportar nuevas resonancias y nuevas lecturas,
ya sea respetando sus textos, o realizando adaptaciones o reescrituras.
Con frecuencia vemos en escena adaptaciones y reescrituras de los clásicos
europeos que logran conmovernos, y nuestros clásicos merecen también
ser revisados y considerados. El objetivo de la publicación es entonces
colaborar para enriquecer el repertorio de los grupos teatrales, directores
y actores, y difundir el conocimiento del teatro argentino para todos los
sectores y el público.
A lo largo de más de dos siglos, la producción de obras teatrales ha
sido muy vasta y la selección se extiende a todos los géneros sin
exclusiones y a todo el país. La gran cantidad de obras estrenadas y
publicadas en Buenos Aires sin duda ha incidido en el número, pero
desde este primer tomo se incluyen piezas producidas en las actuales
provincias, aun con las serias dificultades existentes en ocasiones para
obtener sus textos.

ANTECEDENTES

1. TEXTOS DRAMÁTICOS NO ESCRITOS

El territorio que hoy llamamos República Argentina está habitado


desde hace casi 13.000 años. Como en todas las culturas, la escena nace

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Antología de obras de teatro argentino

con los rituales de los pueblos originarios, de los que derivan todas las de España, tiene origen religioso en el medioevo; de alabanza sacramental,
especializaciones de los distintos géneros teatrales y líricos, las danzas y los pasa a serlo de los pueblos donde los cómicos actúan, o de los cómicos
juegos. Los rituales aborígenes de nuestro territorio, sin textos dramáticos mismos, o de los reyes o señores. La Loa sirve de introducción a la comedia
escritos, muestran una rica teatralidad con expresivos elementos. principal acompañada de música y canto; en 1717 el programa se completa
Queremos dejar constancia de su existencia. con la comedia No puede ser, guardar una mujer de Agustín Moreto, autor
español del Siglo de Oro.
Estoy aquí cantando, el viento me lleva. La coronación de Carlos III se celebra en varias ciudades y en
Sigo las pisadas de aquellos que se fueron. Corrientes incluyen en 1761 la representación de una Loa de autor local,
Los del infinito me han hablado. que se conserva anónima, con cuatro personajes mitológicos que rivalizan
Las pisadas de los que se fueron están aquí. en rendir homenaje al Rey, a quien se compara con el sol. En el estilo
Canto de Lola Kiepja, la última selk-nam. neoclásico de la época, Eolo, dios de los vientos, Neptuno, dios de las aguas,
Ceres, diosa de las frutas, y Flora, diosa de las flores, cantan en coro al
comienzo y al final, acompañados con música, los versos alusivos a la
2. LAS LOAS coronación; luego intervienen en monólogos y diálogos.
En la época de la Colonia, las primeras informaciones sobre Una Loa para cualquier función - El año 1775 en Buenos Aires, de
espectáculos aparecen en el siglo XVII, cuando ya se han fundado las autor desconocido, es publicada por Bosch, quien supone que fue
principales ciudades, no muy pobladas. Sin espacios específicos, las representada y es probable que lo fuera por actores aficionados.
funciones se presentan en diferentes ámbitos. Las celebraciones reales de
la corona de España, nacimientos, bodas o coronaciones, son motivo de
3. EL SIRIPO
fiestas con desfiles de máscaras, luminarias, toros, juegos de cañas y
representaciones de comedias; los actores serían cómicos de la legua o En 1757 se construye en Buenos Aires el primer coliseo estable, aunque
aficionados. Otras fiestas reúnen acontecimientos religiosos y cívicos. El de corta vida: el Teatro de Óperas y Comedias, en las calles Alsina entre
crecimiento de las ciudades en el siglo XVIII proporciona mayores datos Defensa y Bolívar (nomenclatura actual), vereda sur, que en 1761 se
sobre espectáculos, celebrados para festejar acontecimientos de la familia clausura definitivamente. En 1783 se inaugura la Casa de Comedias, cuya
real, fechas religiosas, sucesos del lugar. denominación popular, Teatro de la Ranchería, se debe al terreno en que
En 1717, en Santa Fe, se representa "la primera pieza teatral argentina", se levanta, conocido como "la ranchería de los jesuitas", por un depósito de
el primer texto que se conserva de autor local. Es una Loa de Antonio productos de las misiones. Su ubicación: la esquina de las calles actuales
Fuentes del Arco, para agradecer al rey Felipe V la supresión de un Perú y Alsina, manzana sudoeste. La fecha estimada de inauguración del
impuesto a la yerba mate. Los protagonistas son tres caballeros, se indica Teatro de la Ranchería, 30 de noviembre, se instituye como Día del Teatro
música, y es muy interesante la referencia a ríos, selvas, ciudades y Nacional, según decreto del Poder Ejecutivo del 3 de julio de 1979, por
elementos geográficos locales. La Loa, género dramático breve procedente

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Antología de obras de teatro argentino

iniciativa del Instituto Nacional de Estudios de Teatro. Juanita Ibaita, quien será la primera graciosa y cantora, son nacidas en
Los espectáculos comienzan en las ocasiones solemnes con una loa Buenos Aires. Ingresan al teatro por lazos familiares, según es tradicional.
alegórica, siguen con la comedia principal de tres a cinco actos, con Las actrices, poco numerosas, son muy apreciadas por el público pero
alguna tonadilla en el intermedio, y acaban en el fin de fiesta con un víctimas de hondos prejuicios sociales. La "nota de infamia" que sufren los
sainete, tonadilla o baile. Vale aclarar que la "tonadilla escénica" es una cómicos, una condena europea, no les permite recibir los sacramentos, ser
pieza breve, similar al sainete, donde es fundamental el canto; tiene de enterrados en camposanto, desempeñar cargos públicos, ejercer derechos
uno a siete personajes-cantantes. La orquesta toca una sinfonía para la civiles o políticos, y los padres pueden desheredarlos. En el siglo XIII,
apertura, interpreta la música incidental de la obra, ameniza los Alfonso X de Castilla, uno de los cuatro reinos cristianos en que se dividía
entreactos y acompaña los cantos y bailes. la mayor parte de España, (en la otra reinaban los moros), declara en las
El repertorio del Teatro de la Ranchería está constituido por obras Partidas: "Otro sí (son infamados) los que son juglares é los remedadores é
importadas de España y la única pieza de autor local estrenada en esta sala los facedores de los zaharrones (espectáculo burlesco) que públicamente
–en 1789– es la tragedia en 5 actos Siripo de Manuel de Lavardén, no andan por el pueblo ó cantan ó facen juegos por precio, esto es porque se
hallada. Está inspirada en la leyenda de Lucía Miranda, cautiva española envilecen ante otros por aquel precio que les dan. Mas los que tañeren
apresada por los indios que destruyen el Fuerte Sancti Spiritu; el estrumentos ó cantasen por facer solaz á sí mesmos, ó por facer placer á sus
protagonista es el cacique indígena Siripo. Este relato se halla en el amigos ó dar solaz a los reyes ó á los otros señores, non serían por ende
capítulo VII de La Argentina de Ruy Díaz de Guzmán (1612). enfamados". La intención es que sólo se use el teatro con fines religiosos;
La compañía dramática de la Ranchería, contratada por los empresarios, parece seguro que el arte dramático empezó en España durante el siglo XI
está compuesta para 1785 por quince actores y siete actrices, más el y que se aplicó exclusivamente a solemnizar las festividades de la Iglesia y
personal de apuntadores, dependientes y colaboradores (cobradores, los misterios de la religión.
peones, guardarropa, carpintero, peluqueros) que en 1790 suman dieciséis En Roma y en algunos estados papales, si bien los comediantes no
personas. La orquesta, incluido su director y maestro compositor, son diez están excomulgados, las mujeres están prohibidas en escena; entonces los
personas más y se menciona a los "esclavos músicos". También hay esclavos papeles femeninos son interpretados por actores, cantantes y bailarines
negros y mulatos entre los peones del teatro y Juana María Bertelar, varones, en travesti. Además esto favorece la existencia en la ópera de los
segunda graciosa y cantora, sería una mulata esclava. castrati, sopranos masculinos, una práctica corriente hasta fines del siglo
El elenco se integra con actores españoles que están de gira, aficionados XVIII, que consiste en castrar a los niños antes de la pubertad, justificada
que actúan en la ciudad, nuevos intérpretes criollos; los primeros galanes son por la Iglesia Católica, porque San Pablo prohibe que las mujeres canten
el español Juan Antonio Cárcamo y el joven Esteban Antonio Sendeza, el en la iglesia.
primer “barba” el chileno Domingo Salazar, etcétera. Cuando se inaugura el El Teatro de la Ranchería, "galpón provisorio de madera con techo
teatro en 1783, los personajes femeninos son cubiertos por hombres, pero de paja", se incendia la noche del 15 de agosto de 1792 por un cohete
pronto se logra incorporar mujeres. Las primeras actrices criollas, como volador disparado durante una fiesta, desde la cercana iglesia de San Juan
Josefa Ocampos que hará una importante carrera de primera dama y Bautista.

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Antología de obras de teatro argentino

En la época de la Colonia coexisten múltiples teatralidades. En las 1959; ha sido puesto en escena en las últimas décadas, inclusive adaptado
ciudades, hay compañías profesionales en las salas, fiestas y ceremonias a comedia musical. Ágil y chispeante, muestra a Rosa, la protagonista que
en las calles, teatro en los colegios religiosos, volatineros en los teatros y enfrenta a su padre, enamorada del estudiante y poeta Arganto,
otros espacios, expresiones afroamericanas en calles y en sitios cerrados. representante de la ilustración cuyo lenguaje no entienden ni su padre ni
En las áreas extraurbanas, hay contrapuntos de improvisadores en zonas el criado. En un sorpresivo final, el criado se lleva a la muchacha para
rurales, espectáculos religiosos indígenas en las misiones jesuíticas, fiestas obligarla a casarse. Según la fórmula del Siglo de Oro español, los criados
mestizas que unen celebraciones patronales católicas con ritos aborígenes tienen paralelismo bufonesco con los señores.
de fertilidad, y rituales en zonas aborígenes.

2. SAINETES GAUCHESCOS
LOS TEXTOS PUBLICADOS EN ESTE TOMO
Estas piezas breves de ambiente rural incluyen música y bailes y son
1. SAINETES URBANOS comedias burlescas con lenguaje campesino. En el teatro Coliseo se
anuncian muchas veces sólo como "sainete", sin mencionar su título ni el
Cristóbal de Aguilar (Sevilla, España, 1733-Córdoba, Argentina, 1828), autor. Por otra parte son muy populares, y se representan durante años,
escribe en Córdoba una serie de obras, entre ellas varios sainetes, que no introduciendo variantes de actualidad. El valiente fanfarrón y criollo
consta si fueron representados. Este autor andaluz radicado en Córdoba socarrón, también conocido como El criollo socarrón o El gaucho, hallado
desde niño, desempeña cargos públicos y desde 1800, cuando padece serias por Jacobo de Diego en Montevideo, en 1979, resulta ser la 1ª parte de
dificultades económicas, se dedica a su producción literaria de poesías, Las bodas de Chivico y Pancha, a veces anunciado como La 2ª parte de El
diálogos y piezas teatrales. Es considerado el mayor dramaturgo de la época gaucho, publicado por Bosch en 1910, con el comentario "popularísimo
colonial. El sainete titulado El carnaval es una cautivante pintura de en 1826", aunque su estreno es anterior y se repone en muchas
ambientes; La industria contra la fuerza y Venció al desprecio el desdén son oportunidades. En el caso de estos sainetes se han encontrado los textos
sainetes muy divertidos y de gran interés por presentar desenlaces opuestos en pero no los autores y el hallazgo de una 1ª y una 2ª parte muestra su éxito
un tema muy popular del período, el derecho a elegir marido, negado a las de público. En Las bodas de Chivico y Pancha sale a escena la difundida
mujeres. Se supone que fueron escritos entre 1805 y 1806 y se perciben los danza del cielito, con sus variantes de la época, el pericón y la media caña;
ecos de la comedia del español Agustín Moreto El desdén con el desdén, de allí se baila "pericón de media caña".
1654, que tuvo larga influencia. Los sainetes urbanos son piezas breves, Después del incendio del Teatro de la Ranchería en 1792, Buenos
comedias burlescas ambientadas en las ciudades. Aires no cuenta con sala estable para teatro hasta que se inaugura el
Juan Cruz Varela (Buenos Aires 1794-Montevideo 1839), poeta y Coliseo Provisional el 29 de abril de 1804, en las actuales calles
dramaturgo, habría escrito el sainete A río revuelto ganancia de pescadores Reconquista y Tte. Gral. J. D. Perón. Tiene capacidad para unas 1.600
mientras estudiaba en la Universidad de Córdoba entre 1810 y 1816. No personas, entre palcos, tertulias, galerías, cazuela, bancos, gradas, lunetas
hay noticias de representación en su época y permanece inédito hasta y entradas de pie. Los sainetes gauchescos serían presentados desde 1814

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Antología de obras de teatro argentino

en el Coliseo, cuando llega de Montevideo el actor español Joaquín Pancha en 1938, en el espectáculo Cien años de teatro argentino, en la
Culebras, donde consta que se representan desde 1811. Feria de Buenos Aires en Retiro, y lo repone en 1943. Gente de Teatro
El tema de la 1ª y la 2ª parte de El gaucho es el casamiento de la Asociada presenta El amor de la estanciera en la Muestra de Teatro Breve
muchacha con el criollo, buen hombre de campo, aparentemente tonto Argentino, con la dirección de Orestes Caviglia y actuación de Benigno
pero finalmente el más pícaro, que vence a sus rivales españoles. Es el Ginzo, Leonor Galindo y Marcelo Krass entre otros, el 29 de enero de
mismo caso que en el sainete más elaborado El amor de la estanciera, con 1963, en el Teatro Argentino. Éstas son algunas de las reposiciones de
el rival portugués; estas piezas constituirían un ciclo que sube a escena estos sainetes que se han ofrecido en Buenos Aires.
después de la Revolución de Mayo. En conclusión, la dimensión fundamentalmente social de la risa, la
Hay numerosos datos sobre las representaciones de la 1ª y la 2ª parte demostración de que los valores y normas sociales son sólo convenciones
de El gaucho, como en 1827, cuando en el Coliseo, en agosto, se presenta que pueden ser cambiadas, una imagen de la fiesta, una sátira de la
el sainete Las bodas de Chivico y Pancha con la niña-actriz Dominguita sociedad, es lo que proponen los sainetes urbanos y gauchescos que
Montes de Oca en el personaje de Chingolo, "aumentado con la hemos elegido para comenzar esta colección.
referencia de lo que le ha sucedido y lo que ha visto en la ciudad"; en
noviembre vuelve a representarse y se anuncia como La segunda parte de Beatriz Seibel
El gaucho. La crítica elogia a Dominguita, "admirable en el baile como en
el representado". Otra variante es el baile de la media caña en forma
cómica, interpretado por el actor Felipe David en el rol del Sacristán.
Esto muestra que las niñas actrices hacen personajes de varones, que los
dos sainetes son ampliamente conocidos por presentarse con frecuencia,
y que comparten el monólogo de Chingolo con agregados de actualidad
para atraer al público. Hay menciones de la representación de Las bodas...
en 1831, 1835, 1838, 1843, 1844, 1846, 1850, con los comentarios de
actualidad y variantes en los bailes.
En cambio la única referencia probable a El amor de la estanciera en
escena es la de “un inglés”, que observa entre 1820 y 1825: "Cuando en
el teatro se representa un personaje portugués, el intérprete lleva traje de
colorinches y se contonea ridículamente sobre el escenario, en medio de
la hilaridad y los aplausos del público". Bosch en 1904 supone que El
amor de la estanciera se presenta entre 1792 y 1795, lo cual no está
constatado y no parece probable.
En el siglo XX, el Teatro del Pueblo ofrece Las bodas de Chivico y

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El carnaval
Cristóbal de Aguilar
> el carnaval
Diálogo entre seis personas

PERSONAJES
DON ARNESTO DE SILBA, hombre formal
DOÑA ANDREA ARCE, mujer de don Arnesto, señora de peso
DON MIGUEL DE LUZA, mozo de juicio
POLONIA, criada
DOÑA SEGUNDA CASCABEL, viuda, tormenta
DON FADRIQUE VIVERO, tronera

SALA ADORNADA EN QUE ESTARÁN DON ARNESTO, DON MIGUEL Y


DOÑA ANDREA, ESTA TOCANDO EL SALTERIO, Y LOS TRES CANTANDO
BOLERAS, COMO SE SIGUE.

En las carnestolendas
por desventura,
a las más de las gentes
les da locura
de que no sanan
hasta pasar tres días,
que es cosa rara.

Aun a gentes de canas,


por experiencia,
se les tiene observado
les da demencia,
mal insanable,
de que al año siguiente
siempre recaen.

antología de obras de teatro argentino 23


el carnaval
Tocan la puerta. Ese humor jamás es bueno.
ANDREA: ¡Polonia, mira quién toca MIGUEL: Es uniforme, señora,
la puerta, camina presto! el que logro en todo tiempo.
POLONIA: Mi sa* Segunda es quien viene. ANDREA: Usted siempre tan bizarra:
ANDREA: ¿Con quién? señal de salud, eso es bueno.

POLONIA: Con un caballero. SEGUNDA: No estoy muy buena, porque


ayer, jugando al afrecho,*
ANDREA: Diles que entren, y vete
me dieron un feroz golpe
a traer las luces luego.
en un ojo con un huevo,
Vase Polonia. que hube de ver las estrellas;
Entran doña Segunda y don Fadrique. y según va, me recelo
que me veré precisada
SEGUNDA: Me alegro de ver a ustedes
a sangrarme luego, luego.
sin novedad. ¿Usted bueno,
señor don Arnesto? ¡Vaya, ANDREA: Si, señora, he reparado
madama, cuánto me alegro bastante hinchado el izquierdo.
de hallarla tan divertida! No se exponga usted al aire
Así se hace en este tiempo. sin habérselo cubierto,
porque he visto de otro tanto
FADRIQUE: Señores, a la obediencia a una muchacha perderlo.
de ustedes.
SEGUNDA: No, señora, ¿para qué?
TODOS: Estimamos, caballero, Ya a estos golpes están hechos
las expresiones de usted. mis ojos, brazos y espaldas;
ARNESTO: Que ustedes lo pasen bien esta es la pauta del tiempo.
de salud, mucho me alegro. ARNESTO: A la verdad, es bien cara
SEGUNDA: Señor don Miguel... y tan cara que aquellos
que le son apasionados
MIGUEL: Madama.
pueden decir sin recelo
SEGUNDA: No está usted como del tiempo,
que es un ojo de la cara
muy taciturno lo miro.

*Sa: señora. * Jugar al afrecho: tirar huevos

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el carnaval
lo que les cuesta. Buen precio. al soldado que huye el cuerpo
Pero, pues tanto les gusta, es a quien llegan las balas
hágales muy buen provecho. puntualmente más presto?
SEGUNDA: Yo jamás perdí ninguno, MIGUEL: Sin embargo, el exponerse
y no hay año que no juego a ese o a cualquier riesgo
una docena de días: sin necesidad alguna,
siete u ocho por lo menos desde luego no lo apruebo.
antes de carnestolendas Y mucho menos a este
y los tres días enteros que –si he de hablar lo que siento–
de esta gran solemnidad. es, a más de temerario,
MIGUEL: Pero puede usted perderlo, bestial, bárbaro y grosero.
y no es prudencia exponerse No se enoje usted, madama,
a un riesgo tan verdadero si hablo con tal desprecio
por la falible esperanza de los juegos que de manos
de salir bien del empeño suelen llamarse, entendiendo
como los años pasados; que antes que yo naciera
porque dice aquel proverbio hombres de mucho talento
que el cántaro que a la fuente los tenían bautizados
continuo le llevan bueno, con estos elogios mesmos.
en fuerza de tanto ir, FADRIQUE: Es preciso muchas veces
algún día traerá menos tener uno sufrimiento
algún pedazo y acaso para escuchar ciertas cosas
no volverá sino en tiestos.* que no tienen fundamento.
SEGUNDA: Esas desgracias suceden ¿Conque al tirarse uno a otro
a los que juegan con miedo, –sean duraznos o huevos–
como supongo en usted. seis u ocho pelotazos,
Nada; dureza, y a ellos: dé donde diere con ellos,
si me diste un buen porrazo, dicen esos hombres doctos,
doyte tres o cuatro buenos. que es bárbaro, que es grosero?
¿No sabe usted que en la guerra ¿En qué libro habrán dejado
explicado todo eso?
* Tiestos: pedazos de vaso de barro.

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el carnaval
MIGUEL: En el que usted leería Y para que vea cierto
en la escuela en algún tiempo, que ese libro (que se hizo
cuyo nombre por común sin más fin ni más objeto
podrá acaso retenerlo que para educar a niños,
en la memoria, y se llama enseñándoles preceptos
Catón cristiano.* de laudable educación)
FANDRIQUE: Me acuerdo. lo dice así, lea atento
Y aunque lo leí despacio la página cincuenta y siete,
(porque tardé en aprenderlo en el renglón décimo tercio,
sus dos años poco más y verá que a los que juegan
y de punta a cabo tengo de manos llama en efecto
dadas lecciones en él villanos, que generalmente
más que en la cabeza pelos), conocemos por groseros.
no he visto que el tal Catón Esto es una suposición
hable de tirarse huevos de jugar sin instrumento
en tiempo de carnaval, que pueda ofender a otro,
ni que bautismo haya hecho sino solo por ser juegos
poniéndoles tales nombres. de manos, sin lastimarse
Lo que firmemente creo uno a otro ni en un pelo.
es que usted se habrá engañado, Conque no debe extrañarse
y tengo también por cierto que a aquellos que, desde luego,
que no hay muchacho ninguno o puedan quitar la vida
que ignore que el tirar huevos o dejar un miembro leso*
no tiene otro nombre alguno se les llame a boca llena
sino jugar al afrecho: barbarie, en todo derecho.
yo no sé si me he explicado. SEGUNDA: Ahora quedamos bien,
MIGUEL: Sí, señor. Bien comprendo ¡caramba, qué magisterio!
todo cuando usted ha dicho; Bien haya la decisión,
pero tenga usted por cierto hacen muy pocos momentos
que no padezco yo engaño. que estábamos más honrados

* Catón cristiano: obrita con nociones de religión. * Leso: herido o dañado.

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el carnaval
los afectos a esos juegos. que se ha dicho, sin recelo
Yo dificulto bastante digo y diré a sus mercedes,
que usted pronunciara esto sin que a sus clases ni un pelo
a presencia de señores les agravie, que esos hechos
y señoras de altos puestos, hágalos quien los hiciere,
que autorizan esta clase siempre serán en mi aprecio
de simple divertimento, bárbaros, irracionales,
siendo ellas mismas las que inciviles y groseros.
acaso no juegan menos ARNESTO: ¿Cómo se podrá eludir
que las de clase inferior. la fuerza de este argumento?
MIGUEL: Madama, no tengo miedo ANDREA: A mi entender no hay respuesta,
jamás a hablar la verdad pues pone de manifiesto
con franqueza: la venero con las pruebas el perjuicio
mucho por hacerle agravio, inseparable a que el cuerpo,
y por lo mismo no tengo y acaso la misma vida,
chico ni grande embarazo precisamente está expuesto.
para repetir lo mesmo
FADRIQUE: ¿Con qué habremos de tirar?
delante de cuantos duques,
¿Con jazmines?
condes y duquesas fueron,
son y serán hasta el día MIGUEL: Desde luego,
del juicio, porque el respeto mejor sería con nada;
que a estas personas se debe pero, al fin, es más modesto,
no puede en ningún evento más fino y sin riesgo alguno
ser en perjuicio de ella. tirar flores que no huevos.
Serán esos caballeros ARNESTO: Allá en mis mocedades,
y señoras, que usted dice, como entre sueños me acuerdo,
muy nobles: sus privilegios asistí a cierta asamblea
los respetaré yo siempre celebrada en este tiempo;
hasta lo sumo que debo, y tengo presente era
porque la razón lo pide; el asunto de estos juegos
pero, prescindiendo de esto, flores, anises y olores
si juegan del mismo modo

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el carnaval
tirados de cuerpo a cuerpo, encima de su merced.
pero jamás hacia el rostro Pues yo, como soy discreto,
(y ya se ve lo diverso nadita que se me dio;
de unas materias tan tenues fui a mudarme ropa luego
comparadas con los huevos). y volví a corresponder
Sin embargo, un capitán con una olla de sebo
que se halló allí, forastero, y hollín de la chimenea,
tuvo la desatención y diciendo “¡allá va afrecho!”
de dar con un dulce seco las puse a las picaronas
a una señora en la frente; frititas como un buñuelo.
mas si no parte al momento A fe que el señor Catón
de la sala, como un aire, cristiano no dirá que esto
creeré lo hubieran muerto se llama juego de manos,
a estocadas, fijamente, sino de ollas y cuernos.
seis u ocho caballeros Aquí no hubo golpe alguno,
que tomaron el agravio los vestidos se perdieron:
por su cuenta todos ellos. salimos tales a tales,
FADRIQUE: También fue delicadeza, ¿y quién hace caso de eso?
por vida de mi chapeo, MIGUEL: No hubo contusión ni herida
en esa ninfa de alcorza* en ese acaecimiento;
el ofenderse por eso. pero, ¿perder un vestido
¿Qué haría su alfeñiquez** es de tan poco momento
si el capitán forastero que no dude posponerse
le hubiera tirado a ella, al más insulso recreo
como a mí anoche, un buen cuerno de dar una pesadumbre
lleno de ceniza y agua, al que lo pierde? Muy ciego
y encima carbón y afrecho? ha de estar quien no conozca
Sin duda hubiera creído que esos no se llaman juegos.
que se le caía un cerro FADRIQUE: ¿Y cómo se llamarán,
señor mío, en su dialecto?
* Alcorza: baño de azúcar.
** Alfeñiquez: de alfeñique: golosina. MIGUEL: Sé su nombre, no lo ignoro,

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el carnaval
pero por ciertos respetos si este otro establecimiento
es fuerza olvidarme de él. de carnestolendas era
SEGUNDA: Señor don Miguel, ¿qué es esto? de perjuicio o de provecho?
¿Conque sacamos en limpio Unos hombres más profundos
que ni con agua y afrecho, que la cueva de Cisneros,
con huevos, ni cosa alguna y que hasta hoy no se oye
ya divertirnos podremos? a los más ancianos viejos
Si a usted lo hicieran virrey, más que daca los romanos,
pobre carnaval, yo creo toma los romanos: ¡bueno!
para mí, lo desterraba MIGUEL: No importa su poderío,
sin duda de todo el reino; sus conquistas y gobierno,
y aun lo hacía enterrar vivo para que dejen de haber
a fin de que en ningún tiempo sido hombres todos ellos,
pudieran resucitarle y hombres sin religión.
los que tienen otro genio. Esto basta para hacerlos
MIGUEL: Sí, señora, puede usted el horror del cristianismo
desde luego así creerlo. y para que los miremos
Y entiendo haría un servicio, incapaces de dar tono
a Dios, al rey y a los pueblos, en tiempo; que el Evangelio
razonable en extirpar es nuestra ley, y detesta
las reliquias de unos juegos estos juegos porque en ellos
cuyo origen vergonzoso hay muchos inconvenientes
fue el gentilismo.* repugnantes al severo
moral que ella nos prescribe.
FADRIQUE: ¿Y por eso
les llama usted vergonzosos? SEGUNDA: Pero, según yo me acuerdo,
¿Conque los que establecieron poco ha le oí a usted
todo un Imperio Romano decir que eran groseros
serían algunos lerdos y bárbaros porque traen
que no sabrían discurrir aquellos remotos riesgos
que usted nos quiso abultar;
* Gentilismo: religión de los gentiles o idólatras.
mas ahora lo que veo

34 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 35


el carnaval
es que añade inconvenientes que cada uno de ellos
segundos a los primeros. es una ginebra entera.
¡Jesús, qué delicadeza Señora, no nos cansemos,
de conciencia! Ni por pienso, las carnestolendas tienen
si usted fuera confesor, más almas en los infiernos
lo fuera mío un momento. que las que usted imagina:
Vea usted qué pecadazos ojalá no fuera cierto.
pueda haber en que a lo menos FADRIQUE: Usté habla solo de oídas:
–ya que se excluya el tirar ¿no es verdad?
por juguete algunos huevos–
MIGUEL: Pero es tan cierto
anden mujeres y hombres
lo que afirmo como es
mezclados, ya sea corriendo
que la pólvora y el fuego
unos tras otros, saltando,
si se unen, es preciso
bailando, en fin, divirtiendo
se verifique el incendio.
el tiempo en tan inocente
e indiferente recreo. FADRIQUE: Pues para que vea usted
que yo no lo sé por cuento
MIGUEL: ¡Ah, señora, son peores
como usted, sino de vista,
estos aun que los primeros,
oiga lo que en esos juegos
porque estos tiran al alma,
que usted condena por malos
aquellos solo a los cuerpos!
en el campo y en el pueblo
Y por más que canonice
se practica, y quedará
usted esos sus bureos*
desimpresionado presto
con los indebidos nombres
de las gordas paparruchas
de inocentes, serán ellos
que le han encajado. ¡Es cierto
siempre, siempre, cuando menos,
que mienten algunos hombres
una ocasión de pecado,
como el mayor embustero!
y gravísimo en extremo.
Si es al campo, señor mío,
Sé muy bien lo que allí pasa:
van las familias, es cierto,
no lo he visto por mí mesmo,
a jugar carnestolendas
pero estoy muy cerciorado
con muchísimos sujetos
* Bureo: entretenimiento, fiesta no lícita. y sujetas convidadas;

36 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 37


el carnaval
pero ¿qué tenemos de eso? porque todo es un secreto,
Por la mañana temprano, hablando junto al oído
en dispertándose, luego, unos a otros. En comiendo,
lo primero persignarse, el que no quiere dormir,
pidiendo con todo esfuerzo a jugar como primero;
que por aquella señal a la noche contradanzas
los libre Dios del violento hasta las doce, y laus Deo.
combate del enemigo; ¿En cuál de estas menudencias
y, preparados con esto, que distribuyen el tiempo
venga ahora la guitarra se encuentran los pecadazos*
se toca y baila; el almuerzo que usted pondera y yo niego?
–se menudean sus tragos MIGUEL: Ya, si usted lo niega todo,
sin andar con cumplimientos–; predicamos en desierto.
se chacotea un ratito.
ANDREA: No lo negaré yo, no,
¡A jugar!, pero con tiento:
antes en prueba de ello
uno coge cuatro yuyos
podría alegar un lance
y va con ellos corriendo
que ha muy poquísimo tiempo
y le refriega la cara
sucedió a cierta señora
a una mujer; esta luego
que incauta llevó a esos juegos
corre tras él y le hace,
una hija suya, y lloró
sobre poco más o menos,
su indiscreción sin remedio.
pagar en igual moneda
lo que le estaba debiendo; ARNESTO: A nadie puede ocultarse
que hacen los demás lo mismo el peligro verdadero
o con yuyos o el afrecho. que hay en las asambleas,
Que, rendidos de esta lucha, bajo el dorado pretexto
se sientan luego en el suelo de ser entre gente honrada.
a jugar juegos de prendas; Los nobles y los plebeyos
y me acuerdo que entre ellos son hechos de un mismo barro;
hay uno de tanta gracia nadie tiene el privilegio
que es un purito silencio:
ruido, ni imaginarse, * Pecadazos: aumentativo de pecados.

38 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 39


el carnaval
de andar por entre las llamas Todo lo que he dicho a ustedes
sin quemarse: cuando el fuego en infinitos paseos
de nuestra concupiscencia a que he concurrido yo
no fuera en sí tan violento, antes de mi casamiento,
la misma ocasión lo haría en tiempo de mi difunto
encenderse en un momento. y en mi viudez, es cierto.
Luego, entrarse voluntario FADRIQUE: Ea, pues, mi sa Segunda
en la ocasión, e ileso ¿nos marchamos o qué hacemos?
querer salir sin caer, No sacaremos partido,
ese es un cuento de cuentos. no, con estos caballeros.
SEGUNDA: Señor, no andemos a dizques,* Ellos están en sus trece,
a la experiencia me atengo. nosotros en doce y medio.
Si fueran ciertos acaso Conque mejor es dejarlo:
esos lances tan funestos, que se lleven todo el pleito
ni los señores saldrían con tal que nos dejen libre
al fin de ellos tan contentos y a salvo nuestro derecho
como salen, ni las damas para usar de él esta noche
tan gustosas en extremo. en casa de don Fulgencio,
Ellos se vuelven a casa donde sé que se han juntado
a carcajadas riendo, muchachas como un espejo
ellas parlando y cantando, a jugar carnestolendas,
que es la señal del contento. y es lástima perder esto;
Conque, ¿dónde están entonces el don Fulgencio es de humor:
las señas de lo funesto escrúpulos, ni por pienso.
de esas pobres diversiones? SEGUNDA: Vamos, pues. Mi sa Andrea,
Digamos –y eso es lo cierto–
que, en dando que ha de rabiar Se levantan todos.
el perro, aunque sano y bueno el ratito ha estado bueno,
esté, a fuerza de palos en no habiendo oposición
lo quieren quitar de en medio. en lo que se trata, es cierto
* Dizques: plural de "dicen que".

40 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 41


el carnaval
que es una pura friolera a usted que en toda mi vida
y en esto no hay sentimientos. vi un hombre tan majadero.
ANDREA: Los entendimientos son ARNESTO: Es fuerte desvergonzado
naturalmente guerreros, el dichoso caballero.
bien que rinden sus banderas ¿No reparó usted la audacia
si hallan razón para hacerlo. con que desmintió el aserto
Celebraré se mejore usted. que usted discreto le opuso?
SEGUNDA: Señor don Arnesto, adiós. MIGUEL: Sí, señor, pero a un jumento
Señor don Miguel, lo mesmo. de esa clase ¿quiere usted
ARNESTO Y MIGUEL: que le hiciera cargo de eso?
Madama, mande a su afecto. Es una especie de hombres
de quien yo jamás me siento,
FADRIQUE: A la obediencia, madama.
porque conozco que nace
Agur, agur, caballeros.
su ningún comedimiento
LOS DOS: Vaya usted muy norabuena. en hablar, no de malicia,
Vanse doña Segunda y don Fadrique de elación o de desprecio,
sino de ningunas luces,
ANDREA: ¡Polonia, alumbra presto! de la escasez de talento,
de una educación villana,
Siéntanse los tres.
en fin, de ser unos necios.
MIGUEL: ¡Bravo par de calaveras, ANDREA: Apenas entró en la sala
son la viuda y el cortejo! ya dije para mí: cierto
Vaya, vaya, no creyera que, para primer visita,
tan obtuso entendimiento son escasos cumplimientos
en gentes cuya presencia los que gasta en saludar
prometía más talento. este gentil caballero.
¡Qué malísima crianza Pero cuando empezó a hablar
y porte tan truhanesco tan sin propósito, luego
manifiesta el don Fadrique! conocí la veta a fondo,
A fe mía, le prometo y más cuando el argumento

42 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 43


el carnaval
a favor de los romanos. morirse de un tabardillo
Yo no oí más desconciertos porque, al fin, despacha presto.
ni solemnes disparates Ahora van al sarao,
en mi vida. Desde luego, y entre otros como ellos
si no es loco enteramente, juegan, bailan y retozan
está en vísperas de serlo. poco menos que jumentos.
Allí habrá huevos de agua
MIGUEL: ¿Y a nuestra doña Segunda con que batirse los sesos
acaso le falta un pelo acaso de un pelotazo.
para ser loca in utroque? * No faltarán desatentos
¿Aquel continuo meneo, que pasen más adelante,
los quiebros, las contorsiones, y si el dicho don Fulgencio
y los ridículos gestos es hombre de tomo y lomo*
que para hablar afectaba, –como lo dijeron ellos–
no es serlo en ambos derechos? habrá tragos de mistela;
ARNESTO: ¿Y dónde dejan ustedes ésta subirá al cerebro
aquel “caramba” truhanesco, y, puestos en este estado,
tan impropio a una señora ¡válgame Dios de los cielos,
de mediano nacimiento, qué consecuencias tan graves
que con tonillo insultante precisamente preveo!
nos echó? ¿No estuvo bueno? ARNESTO: Las que el vil libertinaje
ANDREA: Yo juzgo que su marido trae consigo este tiempo
poquísimo sentimiento del perverso carnaval.
podría tener al dejarla, ¡Ay, amigo, gracias demos
aunque fuese por el medio al Señor, que por su amor
repugnante del morir. no ha permitido doblemos
a este ídolo fantasma
MIGUEL: Desde luego yo lo creo, la rodilla, como vemos
porque un cascabel así que doblan generalmente
unido a un marido cuerdo grandes, chicos y plebeyos,
es una muerte civil, temiendo el perder el juicio
y es mejor en tal extremo
* In utroque: en ambos. Se decía de aquellos que eran graduados en Derecho Civil y Canónico. * De tomo y lomo: importante.

44 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 45


estos tres días enteros
por obsequio a su deidad,
ojalá no les dé el premio.
ANDREA: La gracia del caso es
que, infatuados y ciegos,
siendo ellos unos locos,
llaman locos a los cuerdos.

FIN

46 CRISTÓBAL DE AGUILAR
La industria contra
la fuerza
Cristóbal de Aguilar
> la industria contra la fuerza
Sainete

PERSONAJES
DON DIEGO DE ARENESES, hombre interesado y caprichoso
DOÑA PEPITA, su hija
DON FLORINDO MAZEDA, mozo superficial y de conveniencia

DON JOSÉ DE ARANDA,* pretendiente de Doña Pepita, mozo de


grandes prendas y talentos
CASILDA, criada de Doña Pepita
JAIME Y TERESA, padrinos de una boda

ESCENA I

PEPA, DIEGO

DIEGO: Hija, muchos cuidados me cuestas


y quiero salir de ellos,
esta semana que entra.
Don Florindo y Don José,
uno y otro en competencia,
solicitan con instancia
tu mano. Yo bien quisiera
dejarte a ti la elección
más libre en esta materia,
En esta pieza, José Luis Trenti Rocamora modernizó la grafía pero veo que vosotras
y la puntuación, la dividió en cuadros y escenas, y suprimió las mujeres, luego os lleva
los "Don" y "Doña" que el autor colocara antes de los
nombres. Además las partes destruidas del original fueron
la atención quien más suspira.
completadas, para poder seguir la lectura sin tropiezos. Aquel que en vuestra presencia
Selección dramática de Cristóbal de Aguilar, Instituto
Nacional de Estudios de Teatro, Buenos Aires, 1950. *Don José aparece indistintamente con los apellidos Aranda y Videla.

antología de obras de teatro argentino 51


la industria contra la fuerza
aunque con cortas palabras su tertulia, mejor mesa,
dice mucho en corta arenga. en el coliseo palco,
Y finalmente el que sabe en el paseo franqueza
ganar la benevolencia y una mesita de banca
a costa de sumisiones, o ruisifan [sic] en que puedan
comedimiento y protestas. circular treinta medallas
En esta suposición con moderada prudencia.
ya ves, que el que mejor piensa
PEPA: Yo estimo y estimaré
es aquel que sin pasión
padre mío cuanto quieras,
mira las cosas de afuera, vuestro paternal consejo.
a que se añade, ser padre. La sumisión y obediencia
Mis canas, mis experiencias, que en todos tiempos se os debe
parece que me autorizan no la ignoro, mas quisiera
a tomar la mano en esta que diérais gratos oídos
acción, y así decido en la presente materia
que sin replicarme seas de que tratamos, a una
esposa de Don Florindo; hija que aunque sólo cuenta
y quédese enhorabuena diez y ocho años no más,
sin ti el señor Don José quiso el cielo poseyera
de Aranda. Su parentela con un razonable juicio,
ni él mismo no desmerece algún poco de prudencia
este enlace, pero Pepa y que conoce por esto
él es, aunque muy buen mozo, que con sumisión atenta
de muy cortísimas rentas, bien puede haceros presente,
y a ti y a mí lo que importa sin agraviar la obediencia,
es un hombre que sostenga cuanto con justos motivos
el esplendor de la casa piensa exponeros.
con toda aquella decencia DIEGO: Di, Pepa,
correspondiente, esto es: pero ten por entendido,
su coche, buenas libreas, que si intentas con salemas*
gran aparato de casa,
*Salema es un pez muy atractivo por sus colores. Aquí se emplea en el sentido de zalamería.

52 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 53


la industria contra la fuerza
eludir lo que yo mando, que me permitáis licencia
lo harás de agrado o por fuerza. para elegir a mi arbitrio
PEPA: Mi padre, a cuatro palabras esposo, y pues congenia
se reduce mi respuesta Don José tanto conmigo,
éstas son: tengáis presente sed servido, sea esta
a favor de mi defensa, la unión que enlace dos almas
la libertad que hoy el cielo que nacieron para ello.
me concedió por que hiciera DIEGO: Quince días doy a Vm.
en la actual circunstancia de término, por que vea
perfecto uso de ella. que no soy ningún tirano,
En esta virtud, señor, pero pasados si encuentra
con reverente protesta repulsa mi voluntad,
os digo que no paséis yo haré que Vm. me obedezca. (Vase).
a violentar mi inocencia
ordenando de la mano ESCENA II
a Don Florindo Mazeda, PEPA
pues ésta la he reservado
PEPA: ¡Válgame Dios, es posible
para Don José Videla.
que el amor a las riquezas,
DIEGO: ¡Hola, qué decididita al fausto y la vanidad,
está Vm. en la materia! hagan a un padre más fuerza
Pues sepa y tenga entendido, que la amable libertad
que el señorito Videla de una hija! ¡Oh, infeliz Pepa
no es con quien se casará tú perder a un hombre amable
Vm., y si proterba lleno de mérito y prendas
se mantuviese en sus trece, personales, que te ama
irá a habitar una celda y lo amas con terneza!
del monasterio que a mí Tú anteponer a su amor
se me ponga en la cabeza. cuatro puñados de tierra
PEPA: Vuelvo a repetir, señor, que posee Don Florindo
pretextando mi obediencia en su mayorazgo y renta.
a todos vuestros preceptos, Tú despreciar un talento,

54 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 55


la industria contra la fuerza
discreción y gentileza se la ponga a Don José
como la de Don José mala, que no es bien comprenda
por un fanfarrón tronera no es él el favorecido.
cuyo mérito consiste No quiero tengan arengas
en unas pocas talegas con su rival, que a su tiempo
de pesos, que desperdicia yo trazaré de manera
juzgándolo por grandeza. la cosa, que no perciba
No, primero moriré ni sentimiento, ni queja.
de una calentura lenta Es buen mozo y no hallo ser
con que el pesar me consuma conveniente se proceda
en la estrechez de una celda, a una violenta expulsión
que no admitiré otras bodas de casa; porque esto suena
sean ellas las que sean a rompimiento y no quiero
sino aquellas que feliz reñir con su parentela… (Vase).
puedan hacerme en la tierra.
Entra Don Diego. ESCENA IV
PEPA
ESCENA III PEPA: ¡Ahora, sí estamos mejor,
PEPA, DIEGO fingir cara placentera
a quien no puedo sufrir
DIEGO: Señorita, me olvidaba
un minuto en mi presencia!
de una prevención, y es esta:
Si viniera Don José
cuidado que a Don Florindo
antes, yo le diera cuenta
cuando a nuestra casa venga del conflicto en que me hallo.
a visita, Vm. le ponga Su entendimiento y prudencia
una carita que en ella y el tierno amor con que me ama
dé a entender su repugnancia, pudiera en esta tormenta
porque como soy Armenta, ser el Iris favorable
que si llego a traslucirlo que la bonanza trajera
probará mi saña fiera. a un corazón afligido.
No por esto digo a Vm. Sí, es indispensable Pepa,
que de ninguna manera que a la mayor brevedad

56 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 57


la industria contra la fuerza
todo lo que pasa sepa. Llamar pienso a Don José
y después que de mí sepa
ESCENA V que estoy expuesta a perderle
PEPA, CASILDA y él a mí, le daré cuenta
del ardid que he meditado
CASILDA: Señorita, Don Florindo por ver si acaso lo aprueba.
para entrar pide licencia.
PEPA: Mira, decidle Casilda ESCENA VII
que estoy un poco indispuesta,
PEPA, CASILDA
que después que me mejore
recibiré sus finezas, CASILDA: Ya estoy de vuelta, señora.
y vuelve al instante acá. PEPA: ¿Qué te dijo?
CASILDA: Voy señorita. (Aparte) Si fuera CASILDA: Frioleras
esta respuesta conjuro; como aquellas que acostumbra;
salía el diablo fuera me dijo que si es jaqueca
y dejaba a esta infeliz que os pusiérais unos parches
sosegar… (Vase). de hollín de la chimenea
y que…
ESCENA VI
PEPA: No me digas más.
PEPA
Parte a toda diligencia
PEPA: Contra la fuerza y di a Don José Aranda,
es imposible chocar, que importa que a verme venga
según muestra la experiencia. al instante, y si lo hallas
Esto es verdad, pero en caso vuélvete con ligereza
que el ardid no prevalezca, a tu cuarto y en él haz
la industria ha hecho prodigios centinela hasta que venga,
infinitos y así Pepa para que me avises luego.
este que ahora te ocurre
puede ser que deje ilesa CASILDA: ¿Y si mi amo me encuentra
tu libertad oprimida al salir o entrar, qué digo?
de una tirana violencia.

58 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 59


la industria contra la fuerza
PEPA: Dile que vas a la tienda que la que mi pecho encuentra
a buscar un poco de hilo en el corazón de aquel
para urdir...* (Vase). joven, que igualmente prueba
la atracción que fino el mío
ESCENA VIII hace del suyo. ¡Oh, quiera
el cielo sernos propicio;
CASILDA
qué felicidad la nuestra!
CASILDA: Quien tal creyera Pero suframos, amor,
que con la misma verdad que alguna esperanza queda
se engañe de esta manera. en el meditado arbitrio;
Es cierto que ella va a urdir valor y a la diligencia.
porque al llegar a la puerta
le oí decir que la industria Llega Casilda.
se hizo contra la fuerza,
y que tenía un ardid ESCENA X
prevenido contra ella. PEPA, CASILDA
¿Cuál será? ¿Pero el diablo
CASILDA: Pues que soy ciega,
acaso ventajas lleva
en la mitad del camino
en armar una tramoya
le encontré, le dije que era
a una mujer si lo intenta?
importante una visita
Pero me voy correndito
con prontitud y cautela.
antes que mi señora venga. (Vase).
Él me quiso detener
a saber de mí qué era
ESCENA IX
lo que con tal precisión
PEPA solicitas su presencia.
PEPA: Los minutos se hacen horas Yo nada le contesté,
aquella que amando espera sino sólo que viniera
el objeto que idolatra. conmigo y en la antesala
No atrae con más vehemencia a besar tu mano espera.
el imán así al acero PEPA: Dile que entre, Casilda.
*Urdir: preparar los hilos para pasarlos al telar.

60 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 61


la industria contra la fuerza
ESCENA XI que eso en mí es tan imposible
PEPA, JOSÉ como si ahora cayera
un astro del firmamento.
JOSÉ: (Detenido en el umbral de la puerta dice:)
No, dueño mío, no es ésa
Señora, ya está en la puerta
la razón que a separarnos
esperando tus preceptos
llegaría, sino ésta:
el que de vuestra belleza
Que siguiendo su intención
vive esclavo.
me ha me ha propuesto este dilema
PEPA: Dueño mío mi padre: o darle la mano
entrad. ¿Qué reserva es ésta a Don Florindo, o una celda
cuando sabes tienes franca perpetua en reclusión.
en mi corazón la puerta? Ya veis que de esta manera
Tomad asiento y oíd no seré de Don Florindo
–si es que el sentimiento os deja mas tampoco seré vuestra.
libre de oído– el puñal En tal caso decidme
que el corazón me atraviesa. ¿qué otro recurso nos queda
Mi padre, ¡ah cruel codicia!, para no ser desdichados?
mi padre obstinado intenta Mi imaginación no encuentra
con plazo de pocos días, sino uno solo y costoso.
que a Don Florindo Mazeda
JOSÉ: Mi siempre estimada Pepa,
dé la mano, que es lo mesmo
el corazón me ha partido
que si la muerte me diera;
tu noticia. Mi alma dejas
porque habiendo os entregado
llena de mil sobresaltos,
mis sentidos y potencias
temores, ansias y penas.
a vos, como a dueño mío,
Yo desfallezco, yo muero
es preciso falleciera
ahora mismo a tu presencia,
si por una tiranía
¡ay adorada Pepita,
en la precisión me viera
ahora sé por experiencia
de abandonar vuestro amor.
que el afecto con que te amo
Pero no creáis que esta
es consecuente con la pena
resolución fuera hija
que experimento al oiros!
de haber cedido a la fuerza,

62 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 63


la industria contra la fuerza
¡Yo perderos, dulce Pepa! tan eficaces que sirvan
¡Yo veros en otros brazos! de mitigarle la pena
Antes la parca severa que dio causa a su deliquio.*
con su cortante guadaña (Con admiración y alegría)
siegue mi vida, que vea ¡Gracias al cielo, ya alienta,
a mi idolatrado hechizo ya mira! ¡Oh, dueño amable!
con otro dueño. Qué esperas
Dando un suspiro dice Don José a Doña Pepa
¡oh, muerte!, da a un infeliz
el golpe fatal y sea JOSÉ: ¡Ay, mi amadísima Pepa!
testigo del sacrificio PEPA: Serénate, ten de mí
mi siempre adorada prenda. compasión, que en esta escena
(Hace como que desfallece). si no he perdido la vida
Pero yo… yo… si ya… o dolor próxima he estado a perderla
el pecho apenas alienta, porque siendo yo tan tuya,
adiós mi dulce embeleso ¿cómo es posible que viera
que la lengua titubea, expirar a quien amaba
el corazón desfallece, sin que también falleciera?
mi sangre es hielo en las venas ¿Cómo os sentís?
y en breve verás cadáver
JOSÉ: Vuestra vista
mi desgraciada existencia.
oh, señora, es la que alienta
Cae abatido a los pies de Doña Pepita, que levantándose al mi abatido corazón.
instante por un poco de agua, le echa al rostro y le dice:
PEPA: Y al mío esperanza la vuestra.
PEPA: (Con turbación)
JOSÉ: Pero decidme señora
Oye, señor, dueño mío
–si es que esta especie no sea
no estoy en mí, si volviera
resulta de mi deliquio–
del letargo le diría,
¿no me dijiste que encuentras
pero parece que en fuerza
un solo arbitrio que alcance
del baño abre los ojos,
a entorpecer la violencia
cielos, mitigad mi pena
de vuestro padre o me engaño?
y estas lágrimas que siento
sobre su rostro haced sean
*Deliquio: desfallecimiento.

64 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 65


la industria contra la fuerza
Dilo, por si valer pueda que si me desfigurase
que el náufrago navegante con alguna estratagema,
que perece en la tormenta de suerte que monstruosa
si por acaso columbra a los ojos pareciera
o ve alguna tabla suelta de Don Florindo, al instante
en aprieto semejante haría en él la tibieza
echa la mano de ella; el principio de la acción
y a ocasión ha valido y daría fin a ella
a infelices de que fueran por el aborrecimiento,
libres del triste naufragio desprecio, indiferencia.
y a salvamento salieran. Libre ya de un pretendiente
PEPA: No fue ilusión, es verdad tan contrario a mis ideas
me interrumpió la sorpresa el paso que seguiría
del desmayo que os tomó sería por consecuencia
pero ya libre de ella que cediendo Don Florindo
os lo propondré por si de su pretensión, por fuerza
vos dueño mío lo apruebas. cesaba la de mi padre
Algunos hombres que aman a que la mano le diera.
extremosamente piensan Y vednos aquí ya libres
que en todo tiempo amarán de la furiosa tormenta
al objeto que los prenda; que a los dos nos amenaza.
y se engañan porque luego Mi padre aprecia tus prendas
que éste falte la belleza, y si no os concedió el fiat
el mismo objeto les es de mi mano, no es por tema*
repugnante y a ver llegan sino porque en parangón
quien de un extremo a otro extremo de las ingentes riquezas
pase con inconsecuencia. de Don Florindo, no valen
Bien sé, que esto no es amar, cosa ninguna, ni pesan
pero vamos a la treta. según su pasión al oro
Fundada en estos principios tu entendimiento y tus prendas.
se me ha puesto en la cabeza
*Oposición caprichosa.

66 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 67


la industria contra la fuerza
Con que viendo ya vacante es menester darle cuenta
mi mano y que conservas de toda la maniobra
voluntad invariable porque ayude a sostenerla.
hacia mí, es cosa hecha Es una muchacha de sigilo
que por su parte no habrá y no importa que lo sepa
embarazo que entorpezca al caso. Yo he de fingir
nuestras deseadas bodas. que entré al baño por la siesta,
JOSÉ: Pero mi estimada Pepa, supuesto lo tomo en casa,
¿y si acaso sale errado que al salir de él una fiera
tu supuesto? parálisis me baldó
un brazo y entrambas piernas
PEPA: Nada temas
que me ensordeció de modo
que una mujer industriosa
que ni con una trompeta
si es un poquito resuelta
puedo oír cosa ninguna,
sabe con sagacidad
que es necesario muletas
eludir la mayor fuerza.
para que pueda tenerme
JOSÉ: Bien, ¡pero desfigurarte! en pie, después que aparezca
No véis mi adorada Pepa convaleciente y que al fin
que es exponerse a ser tú en virtud de mi sordera
homicida de ti misma. fingida, cuando me hablen
Yo no podré permitiros daré siempre unas respuestas
que con tan costosa prueba ridículas semejante
hayas de darme tu mano. a una sorda verdadera.
No Pepa mía, no Pepa. Tú, dueño mío verás
PEPA: ¡Sosiégate, que mi ardid sin que verdad ello sea,
aunque disforme aparezca hablar dos mil disparates
no me hará perder un pelo, a la que amas de veras.
el menor de mi cabeza! Los demás lo sentirán;
mas qué importa, si con esta
JOSÉ: ¿Pues qué pretendes hacer?
tramoya se logra el fin
PEPA: Escucha la estratagema: a lograr nuestras ideas
Primeramente a Casilda

68 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 69


la industria contra la fuerza
religiosas, que terminan de figurón, su tramoya.
en que yo tu esposa sea Vaya, el primer papel sea
y tú mi esposo adorado. Casilda. Voy a llamarla
JOSÉ: Siendo de esta manera e instruirla de la arenga.
el ardid, convengo en ello, (Llama a Casilda).
porque sin que tú padezcas ¡Casilda! Ésta está sorda.
cosa alguna, se dispone ¡Casilda! Parece trueca
la más extraña comedia por el suyo mi papel.
que pudo idear Cervantes, ¡Casilda!...
y creeré dulce Pepa
que el vaticinio que has hecho ESCENA XIII
tenga efectiva certeza. PEPA, CASILDA
PEPA: Pues déjame maniobrar Sale Casilda.
bajo ya de la supuesta
licencia que me permites CASILDA: Vengo de afuera.
para ahora mismo emprenderla. PEPA: ¿De dónde? ¿Quién te mandó?
Mas te encargo dueño mío
CASILDA: Mi amo, a que le dijera
que continúe tu asistencia
al notario que el despacho
en casa, como hasta aquí.
de los contratos es fuerza
JOSÉ: Eso me encargas, quisiera se abrevie, porque ya urge
no separarme un instante el matrimonio que intenta
adorada dulce prenda contraiga Vm. esta semana
de tus ojos, porque en ellos con Don Florindo Mazeda.
mi vida cifrada queda.
PEPA: Está bien, ¿y qué os parece
Quédate, adiós… (Vase).
el novio?
CASILDA: A mí, señora
ESCENA XII
si me permitís licencia
PEPA os diré claritamente
PEPA: Por dónde que me parece un tormento,
empezaré esta comedia quizá para Vm. será

70 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 71


la industria contra la fuerza
alguna cosa estupenda, de cuanto os amo y sabed
porque lo entiende mejor, que mayor premio os espera
mas para mí aunque sea si fielmente me ayudaras
yo la más tonta del mundo, a salir con esta empresa.
no daré por su fachenda* Yo aborrezco a Don Florindo,
un caracol y me alargo. mi padre obstinado intenta
En fin, ¿quiere Vm. que vuelva casarme con él; me ha dicho
a traerle el chocolate? que si me niego indiscreta,
PEPA: No, Casilda, óyeme atenta. me ha de encerrar de por vida
Bien sabéis cuánto te estimo en la estrechez de una celda.
y la confianza entera Al contrario, a Don José
que hice de ti en todo tiempo; lo amo con tal terneza
bajo este pie, yo quisiera que primero moriré
que en el conflicto en que estoy que infiel sea a la promesa
fueras tú la medianera que hice de darle mi mano;
que me ayudase a salir mi situación es ésta.
de él… Yo, buscando algún arbitrio
para evadirme de esta
CASILDA: Sea, señora, el que sea,
opresión, he discurrido
contad siempre con Casilda,
fingir con toda viveza
que por serviros dispuesta
que al salir ayer del baño
estoy a cuanto ordenares
una perlesía* fiera
aunque sea entrar en guerra
me baldó manos y pies,
campal con los doce pares
que me insultó una sordera
de Francia a lanza y rodela.
tan total que nada oigo
PEPA: En virtud de cuanto estima y que sólo con muletas
mi amistad tu fina oferta podré ayudada de ti
(Le da un anillo) dar tal, cual paso…
toma este bello diamante
CASILDA: ¿Y qué intentas
y en él la más clara prueba
hacer con tanto aparato?

*Fachenda: jactancia. *Perlesía: debilidad muscular acompañada de temblor.

72 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 73


la industria contra la fuerza
PEPA: Toma, que Don Florindo me vea por imposibles que encuentren
de esta suerte y que al mirarme los rompen con la cabeza.
manca, coja y con muletas PEPA: Ahora bien, Casilda mía,
y más sorda que una tapia, mano a la obra y ten cuenta
desista de tal prebenda que tú has de ser la informanta
y dejando el campo libre de todos cuantos vengan
cesen ya todas mis penas. a saber lo sucedido,
CASILDA: ¿Y qué dirá vuestro padre? porque yo no tengo lengua
PEPA: Se conformará por fuerza hasta que cante victoria
con el tiempo y como sabe saliendo con esta empresa.
que Don José tiene puesta Yo esperaré recostada
su voluntad en mi persona, en esta silla y tú mientras
apelará con cautela pasa al cuarto de mi padre
a complacerle, accediendo y dale menuda cuenta
a las bodas que por ahora niega. de todo lo acaecido.
Yo estoy de acuerdo con él, No olvides fingir sorpresa,
y en tal caso bien de prisa espanto, lágrimas, gritos
admitirá el desposorio y toda aquella salema
antes que el tiempo se pierda. con que sabe alucinar
Se efectuará y después nuestro sexo cuando intenta
que ya remedio no tenga hacer que alguna mentira
lo hecho de forma alguna, por una verdad se tenga.
conocerán que la fuerza Parte, pues, no pierdas tiempo.
se vence con el discurso, CASILDA: Va a empezar la comedia,
con el ardid y la treta. algún día había de hacer
Moveré manos y pies, papel mi persona en ésta
arrojaré las muletas que se va a representar.
y oiré la voz más delgada PEPA: Ciérrame al salir la puerta.
aunque sea a media lengua.
CASILDA: Está bien… (Vase).
CASILDA: Bien dicen que las mujeres
cuando dan en un tema,

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la industria contra la fuerza
ESCENA XIV le cerró entrambas orejas
PEPA de suerte que no oye nada.

Doña Pepa se sienta en una silla. DIEGO: Parte luego, haz diligencias
de un doctor, el que primero
PEPA: Haré un ensayo encuentres, no te detengas.
a ver qué tal representa CASILDA: Mientras tanto quede Vm.
Pepita la perlesía. en este cuarto con ella
(Mueve trémula la cabeza, dejando caer los brazos sin movimiento).
pero no le hable palabra
Alguna cosilla cuesta, que es en vano.
como es el primer ensayo
puede no salir completa DIEGO: Marcha a priesa.
la ficción, más repetida CASILDA: Como un trueno. (Vase).
ni la mejorcita enferma
de perlesía ha de hacer ESCENA XVI
tantos mohines y gambetas PEPA, DIEGO
como yo, pero mi padre
no tardará… Paseándose, dice Don Diego.

DIEGO: ¡Válgame Dios qué tragedia


Entran atropelladamente Don Diego y Casilda.
tan terrible y en qué caso
y circunstancia! Siquiera
ESCENA XV esta fatal perlesía
PEPA, CASILDA, DIEGO nos hubiera dado tregua
de efectuarse las bodas,
DIEGO: ¡Hija, Pepa!
al fin, lo de menos fuera
¡Ah, hija de mis entrañas!
la maldita parálisis,
¿Qué desgracia ha sido ésta
pues Don Florindo sufriera
que me ha contado Casilda?
de buena o mala gana
CASILDA: No esperes de ella respuesta este accidente, y la Pepa
porque ese aire maligno dotada ya por su padre
después de baldarle las piernas, aunque baldada, era dueña
brazos y pescuezo,

76 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 77


la industria contra la fuerza
de un saneado caudal. ESCENA XVII
Pero ahora cuando vea Dichos, CASILDA
una mujer hecha un tronco
CASILDA: A la carrera
y que sólo con muletas
partí y a medio camino
podrá dar algunos pasos,
encontré al Doctor Vrisuela;
sorda y de por vida enferma,
le impuse del accidente
decidirá, ya se ve,
con la mayor prudencia
los conciertos.* Ya no queda
del origen, los progresos,
recurso para apremiar
síntomas y demás señales
a Don Florindo; aquí es ella.
de la enfermedad y me dijo
Yo he desdeñado imprudente
que era inútil la asistencia
a un mozo de tantas prendas
de ningún facultativo
como a Don José de Aranda,
para un mal que desespera
por pillarle las talegas
a todos cuantos doctores
a Don Florindo y ahora
tiene la universidad entera;
sin que remediarlo pueda
y se burla de purgantes, píldoras,
perdí rosín y manzanas.
aguas, recetas y de cuanto
¡Oh, si prevenirse pudieran
en sí toda la farmacopea;
los futuros contingentes,
y al despedirme me dijo:
cómo de otra manera
que si le hacían a la enferma
procediéramos los hombres!
el menor medicamento,
Al fin paciencia y con ella
al punto el hoyo le abrieran.
veremos a Don José
Con que según este fallo
que aunque no ignoro que es fuerza
mejor será señor verla
de razón el mucho amor
hecha un tronco que no darla
que siempre tuvo a la Pepa,
cosa con que luego muera.
puede ser que le haga entrar
en el partido. La puerta DIEGO: Yo me conformo Casilda
oigo sonar. La Casilda respecto la diligencia
es sin duda… que vienes de practicar,
con que sólo se le atienda
* Conciertos: convenidos. a su persona y alivio,

78 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 79


la industria contra la fuerza
lo demás tenga paciencia CASILDA: ¿Quiere que le ponga vela
y tengámosla nosotros, a esa Santa que le dije?
pues el cielo así lo ordena, PEPA: Unas tres o cuatro presas
pregúntale tú Casilda no más, pero sin ají.
cómo se siente, que apenas
DIEGO: No vi jamás tal sordera,
tengo valor de mirarla.
enteramente ha perdido
Casilda le grita al oído. el oído. Si quisiera…
CASILDA: Señorita, óigame atenta. pero yo le propondré
¿Cómo se siente de males? a ver si a mí me contesta.
¿Me conoce? Si está lela. ¿Pepa no quieres tomar
sopa en vino con pimienta,
Doña Pepa menea la cabeza así a todas partes como fatua. A
que es contra la mala hora?
gritos:
PEPA: ¿Que me pelen la cabeza?
Tenga mucha confianza
Ni pensarlo, si este mal es
en una santa que apenas
en los brazos y piernas.
hay quien no sea su devoto,
por lo que se experimenta DIEGO: No digo esto, sino
de prodigios concedidos que antes de comer las presas
a los que a ella se encomiendan. tomes una sopa en vino.
Diga con el corazón PEPA: ¿Don Rufino? ¿El hijo de Doña Elena?
sino puede con la lengua ¿Y qué quiere?
¡Santa Freta [sic] de mi vida
DIEGO: Esto es en vano, Casilda.
líbrame de esta tragedia!
Se acerca a Casilda y le dice al oído.
PEPA: ¡Qué sé yo del molinillo!
CASILDA: ¡Válgame Dios, qué sordera! CASILDA: Dice que aunque sea a fuerza
(Gritando) procure tomar en vino
¿No quiere tomar un caldo, cuatro adarmes de pimienta
señorita?... oriental…
PEPA: En la alacena PEPA: ¡Qué desatino!
me parece que lo vi. ¿Pañal y estando yo enferma
de puro frío? Es matarme.

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la industria contra la fuerza
DIEGO: Es perdida diligencia ESCENA XX
el hablarle, a nadie oye. Dichos, FLORINDO
Dale Casilda las presas
FLORINDO: Le vôtre servant monsieur.
de gallina que pidió.
Don Diego se levanta con muchos cumplimientos y le arrima
Tocan la puerta. una silla cerca de la de la enferma.
Pero antes mira la puerta Servitor Madamucela,
que están tocando. ayer pasé a ver a Vm.
CASILDA: Allá voy… (Vase). y me dijo la Pucela
que aún estaba recogida.
ESCENA XVIII Doña Pepa le hace contencias con la cabeza y sigue de la
PEPA, DIEGO misma suerte mientras está Don Florindo.

DIEGO: Es menester darle cuenta DIEGO: Sí, señor, y después de esa


a Don Florindo del caso, visita se entró en el baño
¿pero qué dirá? ¿Qué fuera? con robustez, sana y buena
Pero no, mejor será… y al salir de él, un mal aire
Sale Casilda. que llaman gota serena,
la insultó dejándola
sin uso en brazos ni piernas,
ESCENA XIX
Dichos, CASILDA Mientras Don Diego le está haciendo esta relación a Don
Florindo, estará éste con admiración mirando a Doña Pepa de
CASILDA: Ya sube por la escalera pies a cabeza.
Don Florindo a ver a Vm.
y tan falta del oído
DIEGO: Dile que pase a esta pieza que a ninguno nos contesta.
en que estoy y que dispense. Se le consultó al momento
CASILDA: (Aparte) al Licenciado Vrisuela,
Estamos según mis cuentas que es uno de los mejores
en la segunda jornada profesores y se cierra
de esta graciosa comedia. (Vase). en que toda medicina
le es muy nociva a la enferma
Entra otra vez con Don Florindo

82 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 83


la industria contra la fuerza
por la complicancia que traen y quiere saber de ella
con la tal gota serena, según él le dé el diseño,
la multitud de accidentes ¿si bastarán nueve piezas
que le son por consecuencia de cinta negra de hule
sociables. Yo no he podido o serán menester treinta?
pasar allá… CASILDA: ¿Y si yo me desgañito?
FLORINDO: ¡Qué simpleza!, pues ya me faltan las fuerzas
cuando en estas circunstancias para gritar, que no soy
es precisa su asistencia clarinete ni trompeta
a Madama... para estar siempre en un tono
(Hablando a Pepita) de contrapunto. Está buena
¿Con qué, y pues la conveniencia del día.
vea el diablo cómo enreda Contemple Vm. la prebenda
las cosas, y yo venía que me ha causado. ¡Ay, es nada
a consultarla qué piezas yo era ayer sólo llavera
de cintas se necesitan y por mis grandes pecados
para la cucarda nueva he ascendido a trompetera!
que se ha inventado en París. (Le habla fuertemente en el oído).
¿No la ha visto Vm. mi Pepa? Allá voy, lo que le dijo
PEPA: ¿La jaqueca? No señor Don Florindo, es acerca
si es otra, arrastro las piernas de un moño para el sombrero
tengo los brazos baldados de estos a modo de cresta.
y apenas con las muletas PEPA: ¿A la siesta? Sí, señor,
apoyándome en Casilda esa misma hora era
podré dar un par de vueltas. cuando yo salí del baño.
FLORINDO: No ha entendido una palabra. CASILDA: Lo ve Vm. para que crea
DIEGO: Casilda, en la misma oreja que pues a mí no me oye
grítale que Don Florindo no oirá a un cañón de a cuarenta.
trata de una escarapela FLORINDO: En efecto, desconfío
que se ha inventado en París que ya en su vida oír pueda.

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la industria contra la fuerza
En fin, abrirá los ojos sana, robusta y completa
y sale la misma cuenta. como las demás mujeres
DIEGO: Amigo, estas cosas son a quien no da pataleta.
para nuestra inteligencia Nada de eso hay al presente,
una pura obscuridad, con que en esta inteligencia
pero pues el cielo ordena clarito, sin fruncimientos,
este golpe para entrambos, mentiras ni estratagema,
los dos tengamos paciencia. que muy buena prole haga
al que enamorarse quiera
FLORINDO: ¿Paciencia? Los capuchinos
de ella, que yo por mi parte
que la tengan en enhorabuena.
le cedo la preferencia.
DIEGO: Pero Vm. y yo tenemos
DIEGO: Es verdad; pero el amor
que conformarnos por fuerza
anterior, ¿no le hace fuerza
o de grado, según fuere
a un hombre que la amó tierno?
nuestra virtud.
FLORINDO: El amor tenga paciencia
FLORINDO: Vm. entienda
que el querer no se inventó
que si lo dice por mí
sino para cosas buenas.
no se aflija, Doña Pepa
A Doña Pepa la quise
es muchacha y con el tiempo
por su garabato y prendas,
puede mudar de sistema
si éstas ya se le acabaron,
la perlesía y entonces
es preciso que con ellas
se casará enhorabuena.
se haya acabado mi amor
Porque por ahora, amigo,
y le eche un réquiem eternam.
está hecha una muñeca
¿Qué hay de particular
de movimiento. Tratamos
en que yo ya no la quiera?
es verdad de que ella fuera
El amor se va y se viene
mi costilla, en atención
a manera de veleta,
a que no había sordera,
si a las cuatro apunta al norte
temblor de pies, ni de manos,
a las cinco da la vuelta
que no andaba con muletas,
y se encara para el sur
y en fin, que era una mujer
tan fija como antes era;

86 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 87


la industria contra la fuerza
esto no debe extrañarle No quiero, mas que lo mande
es preciso que así sea, Hipócrates o Avicena.
porque como tiene alas FLORINDO: Ya escampa y llueven pepinos.
a dos por tres ya se vuela. Amigo Don Diego, fuera
Yo no hablo de memoria, estoy de lo contratado,
varias historias nos cuentan quédese Vm. con su Pepa
que por quita allá esas pajas que yo me iré muy contento
los que antes amantes eran a ver si mi suerte encuentra
–como no es esclavitud una Teodora, Juliana,
esto de amar a las hembras Mónica, Rita o Lorenza,
por tiempo determinado– que no sea de adición,
sacaron el cuerpo afuera. con las orejas abiertas,
Y mire Vm. es conveniente de piernas y brazos sana,
esta mudanza, pues fuera que no es fuerza sea Pepa.
un Diocleciano martirio Abur, Don Diego y mandar
querer una cosa misma Pepitona a la obediencia. (Vase).
hoy, mañana y pasado.
No, señor, ropita nueva,
ESCENA XXI
que lo demás es estar
PEPA, CASILDA, DIEGO
como forzado en galeras.
Ya Vm. ve que yo me fundo DIEGO: ¡Oh, qué tarde he conocido
y no hablo de paporreta* a este estafermo* tronera!**
sino con citas de historias Porque aunque tiene razón
muy recientes y modernas. de excusarse, bien pudiera
PEPA: ¿Casilda hablan de sangrarme? con discreción y modales
políticos dar espera
CASILDA: (Al oído)
a su repulsa hasta que
No, señora, es de veletas.
tranquilizado me viera.
PEPA: ¿Por cima de las calcetas? En fin, vamos al remedio

* Estafermo: monigote.
* Paporreta: paparrucha. ** Tronera: persona desbaratada.

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la industria contra la fuerza
salga pato o gallareta, ESCENA XXII
iré a ver a Don José PEPA, CASILDA
y le ofreceré a la Pepa
CASILDA: ¿Separarme yo de ella?
en matrimonio, él la quiso
Ni un minuto. Señorita,
en todo tiempo y pudiera
¿qué le parece la fiesta?
si su amor fue verdadero
Levántese y pegue saltos
admitirla aunque la vea
que ya está nuestra comedia
tan enferma y mal parada.
en punto de caramelo.
Él ignora la tragedia
que ha sucedido, porque Se levanta y hace cabriolas y dice:
hace tres días que no llega PEPA: Casilda casi revienta
a casa; cuando la mire mi corazón de alegría,
y llegue a saberla lela te he de cumplir la promesa
y asimplada que la [ha] puesto que te hice, luego al punto
la perlesía, ya es fuerza que se corra a esta comedia
que no le haga cara buena el telón.
a una propuesta que lleva
todo el desprecio en sí misma, CASILDA: Aunque Vm. pierda
y mucho más si supiera de contento y regocijo
que el dichoso Don Florindo las dos últimas potencias
por mueble inútil la deja. del alma, por Dios señora,
En fin, la ventura ha sido déjeme a mí la primera.
hija de la diligencia PEPA: No, no me he de olvidar Casilda,
en todo tiempo, allá voy ya verás cuando yo sea
a buscarle, pues la Pepa señora de mis acciones
si pierde esta coyuntura cómo premio tus finezas.
se quedó siempre soltera. Pero logremos el rato
Casilda, sólo te encargo que intermedia la comedia
no te apartes de la Pepa, en celebrar los pasajes
que no tardaré yo mucho. (Vase). que han intervenido en ella.
¿Has visto igual mentecato
que el tal Don Florindo?

90 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 91


la industria contra la fuerza
CASILDA: Lleva de partidas tan selectas
tan creído el embolismo* como Don José, suceda
que si verdadero fuera a la aflicción y el dolor,
no le hubiera persuadido la alegría más completa.
mejor. CASILDA: Buen ánimo, señorita,
PEPA: Para un calavera que ya estamos a la puerta
como él, menos bastaba. o borde del tercer acto…
¿Pero has visto en mis respuestas
Tocan la puerta.
desatinos semejantes?
Yo me mordía la lengua Chitón, que tocan la puerta
por reprimirme la risa, cada muchuelo a su olivo
y tú con esa trompeta siéntese que mi amo llega.
de tu voz me la aumentaba, (Se va corriendo a abrir la puerta y vuelve).
tu disimulo y fachenda Es, señorita, Don José
era otro nuevo motivo que llega con impaciencia
de no poder contenerla, a saber de Vm. el efecto
solamente mitigaba que produjo nuestra arenga.
esta pasión la presencia PEPA: ¿Qué esperas? Vuelve corriendo
tristísima de mi padre. hasta que suba con presteza.
El abatimiento lleva (Sale y vuelve a entrar con Don José).
en su frente taciturna.
Ah, pobre padre, tu Pepa ESCENA XXIII
no ha dirigido esta trama
Dichos, JOSÉ
a darte la menor pena.
Si ella la urdió fue forzada JOSÉ: Mi hechizo, mi bien, mi alma,
de la opresión y la fuerza, ¿soy de vida o ya la fuerza
pero presto querrá el cielo de mis desventuras quieren
que al verme robusta y buena darme una muerte violenta?
y casada con un hombre PEPA: Vuelve en ti dueño querido,
tomad asiento, que es nuestra
* Embolismo: embuste. la victoria.

92 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 93


la industria contra la fuerza
JOSÉ: ¿Qué me dices? ha sido tu discreción
PEPA: Salió la tramoya puesta en la fina estratagema
en solfa tan a lo vivo que a la violencia opusiste
que Don Florindo nos deja haciendo fuerza a la fuerza.
a los dos el campo a salvo. ¿Cómo podré yo pagarte
Produjo dos mil inepcias cuánto tu amor se desvela
en mi desprecio, mi padre en facilitar al mío
le arguyó con entereza que tu corazón posea?
aunque con modo suave, En fin, mi amada, no tengo
pero nada le hizo fuerza. alhaja que daros pueda
Se fue con una tronada, de mi mayor estimación
sin despedirse siquiera que mi pecho en que tú reinas
con alguna cortesía con el absoluto imperio
propio de un hombre que deja de sentidos y potencias.
afligida a una familia. CASILDA: La tramoya ha sido suya,
Mi padre viendo su terca los meneos de cabeza,
tenacidad en reprochar las convulsiones, los mohines
mi mano, se marchó fuera y las graciosas respuestas.
en tu busca a proponerte Pero elógieme también
lo mismo que tú deseas; a mí que fui trompetera
muy desengañado ya en los dos primeros actos
de que es un loco de veras de nuestra tragicomedia,
el que antes apreciaba y casi desgarré sangre
por un hombre de vergüenza, con los gritos que a la oreja
probidad y distinción. llamé la atención del patio.
Ved si la victoria es nuestra. PEPA: Quién duda que a ti se deba
JOSÉ: Ya respiro, Pepa mía, la mitad de este artificio
ya el corazón bambalea en que sola yo no fuera
de regocijo en el pecho. posible salir con él,
El Iris de esta tormenta por más esfuerzos que hiciera.

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la industria contra la fuerza
¡Tú has levantado los fuelles ESCENA XXV
de este órgano y las teclas Dichos, CASILDA, DIEGO
quedaron a mi cuidado!
Entran Don Diego y Casilda, y Don José se levanta a
Con que de esta manera cumplimentarlo.
en el órgano de amor…
tu has sido mi compañera. DIEGO: Vengo amigo de su casa
de Vm., y vi en la puerta
JOSÉ: Este reloj premiará
al criado que me dijo
su sigilo y su fineza.
que muy poca delantera
Dale un reloj a Casilda. Casilda, viendo el reloj. que hubiera llevado yo
le hubiera encontrado en ella.
CASILDA: Amén, a las nueve en punto
En fin, le dejé un recado
según veo por la muestra,
encargándole dijera
voy a dar a mi señorita
a Vm. que lo había buscado.
la última pataleta,
porque mi amo no tarda. JOSÉ: Sí, señor, entré en la iglesia
luego que salí de casa
Tocan la puerta.
y de ella pasé a ésta;
Miren si me erré en la cuenta donde hallé la novedad
a su puesto cada uno de la pesadumbre horrenda
que voy a abrirle la puerta. (Vase). con que está Vm. por el mal
de su hija Doña Pepa.
ESCENA XXIV Yo lo siento cuanto puede
PEPA, JOSÉ sentir quien la ama de veras,
y si estas circunstancias
Se sienta Doña Pepita, aparentando su accidente y habla.
mi inutilidad contempla
PEPA: Dueño mío disimula. Vm. que puede servir
JOSÉ: Señora tened paciencia de algo, mande con certeza
por unos pocos instantes, que ejecutaré en su alivio
que ésta es la última escena. cuanto alcanzaren mis fuerzas.
DIEGO: ¡Ay, amigo!, mucho puede
una amistad verdadera

96 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 97


la industria contra la fuerza
en los críticos instantes en tal conflicto, quisiera
en que el infortunio cerca consultar un sano consejo
mi afligido corazón, como el de Vm. que me abriera
y a esta casa toda entera. el camino enmarañado
Y pues os hallo propicio que mi discurso no acierta
voy a hablaros con franqueza: a encontrar, y le protesto
en peores circunstancias que aquella ingenuamente
no pudo venirnos esta persona que me proponga
perlesía de Pepita. queda desde hoy electa
Ella ya Vm. le ve, como muerta, por mi parte, si conviene
se ha baldado entrambos brazos, en darle la mano ella.
se ha amortecido las piernas, JOSÉ: Si Vm. no lo solicita
y por remate de males hombre de gran conveniencia,
le ha cogido una sordera ya me está ocurriendo uno
tan extraña que no atina que pudiera entrar en esta
a dar completa respuesta negociación.
a nada. Yo precisado
DIEGO: ¿Y quién es?
a pasar luego a Sigüenza
en prosecución de un JOSÉ: Es un Don José Videla,
mayorazgo que me heredan. amigo de Vm. y amante
Dejar a mi hija sola tiempo ha de Doña Pepa.
mayormente estando enferma DIEGO: Amigo, con alma y vida
es tiranía inhumana, quede aceptada su oferta,
omitir la diligencia y en señal de gratitud
de mi viaje es perder por la nobleza que encierra
el mayorazgo y su renta. en sí la acción, sean mis brazos
En esta complicación le paga de esta fineza.
de males mi ingenio encuentra
Se abrazan mutuamente.
un arbitrio solamente
que es el casar a la Pepa. PEPA: Casilda, ¿a dónde va don José
El con quién es el asunto se despide? ¿Va a otra tierra?

98 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 99


la industria contra la fuerza
CASILDA: No, señora, no se va de la ajena voluntad
sino que acá se nos queda. si es que las dos no se acuerdan.
PEPA: A la casa de moneda DIEGO: Sí, amigo, ya estoy en ello.
de Potosí, y tan lejos. Casilda, dile a la oreja
DIEGO: Ya Vm. ve la pobre Pepa que si quiere a Don José
al estado que ha venido, por su esposo, que él la acepta
nada oculto a Vm. ella lleva si su voluntad recibe
consigo una perlesía, con agrado esta propuesta.
una incurable sordera, CASILDA: No extrañaré que ahora oiga
y unas manos sin acción; porque a una tapia si fuera
pero lleva en su cabeza posible y le preguntaran
honor, probidad, cordura, ¿queréis casarte? dijera:
madurez, juicio y prudencia. sí señor, cincuenta veces.
Éste es el presente estado Yo hablo con experiencia
de mi infeliz hija, vea ahora lo verán: ¡señorita!
Vm. bien si así la quiere (Gritándole fuertemente al oído).
y se contenta con ella. Dice mi amo que espera
Soy ingenuo, amigo mío, saber de Vm. si le agrada
y a sujeto de sus prendas el señorito Videla
venderle gato por liebre que está aquí para su esposo,
más que favor fuera ofensa. porque sólo esto se espera
JOSÉ: Señor Don Diego, repito para firmar los contratos
una y mil veces la oferta, y efectuarse esta misma
¡la quiero con el alma y vida! noche el desposorio. ¿Es cierto?
Coja, sorda, manca y renga, DIEGO: Sí…
más que a cuantas sin lección PEPA: Sí, padre mío, lo acepta
encierra la Europa entera. con entera voluntad
Pero parece preciso vuestra hija. Enhorabuena.
el consentimiento de ella,
CASILDA: ¿Qué les dije? ¿Me engañé?
pues la amable libertad
¡Toma, si tendré experiencia!
debe quedar siempre exenta

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la industria contra la fuerza
DIEGO: A la verdad, es lo primero Esto supuesto ordenad
que con acierto contesta. señor, las demás que restan
JOSÉ: Hay días que aún los más sordos que yo quedo a vuestra orden
oyen algo. La sordera y a las de Madama Pepa. (Vase).
como los demás achaques DIEGO: Adiós señor Don José,
tienen sus creces y menguas. no tarde Vm. en dar la vuelta.
DIEGO: Sin duda eso será,
ojalá que así siguiera. ESCENA XXVI
JOSÉ: Ojalá, pleito por menos PEPA, CASILDA, DIEGO
aunque tullida existiera. DIEGO: No ha sido poca fortuna
DIEGO: Pues amigo, aquí no resta que el lance se nos viniera
otra cosa que ahora mismo a las manos tan rodado,
hacer que el notario extienda porque de no, queda Pepa
los despachos, y esta noche para tía sin remedio.
se desposen enhorabuena. Yo me voy Casilda a estas
Yo pasaré incontinente diligencias que has oído,
a ver a Doña Teresa no te apartes de la Pepa
mi hermana, y a su marido ni un instante, solamente
para que padrinos sean. ponle la bata chinesca,
Y en una silla poltrona la gorra negra y las plumas.
se conducirá a la Pepa Componla de tal manera
a la Parroquia y quedamos que supla la compostura
hoy mismo del todo fuera su tullimiento, y sordera.
de cuidados. Que todo esté preparado
JOSÉ: Pues señor, para que a las siete y media
parto con vuestra licencia marche ella con los padrinos
a disponer ciertas cosas a nuestra Parroquia misma
que piden mi diligencia, a desposarse. En seguida
y dentro de pocas horas vaya Pedro a la nevera
estaré luego de vuelta. y compre para refresco

102 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 103


la industria contra la fuerza
los helados de canela, el papel de estarme quieta,
una docena de vasos, cuando soy, ya me conoces,
agua de guindas, y almendras, más viva que una centella!
docena y media; bizcochos Vaya, tráeme la bata
imperiales, libra y media. color de canario y venga…
¿Has entendido? pero no, mejor estoy
CASILDA: Ya estoy. puntualmente con ésta
¿Y podrá tomar la enferma verde, es color de esperanza
si se le antoja algo de esto y como yo estoy con ella,
por parvedad de materia? quiero que el color anuncie
lo que acá en mi pecho queda.
DIEGO: ¿Con que su achaque es de frío
Sácame la gorra blanca
y quieres que le convengan
esa sembrada de perlas,
helados? ¡Por vida mía
ponle plumas encarnadas
que no sé cómo tú piensas!
que signifiquen que en guerra
CASILDA: Es que siempre oí decir desigual venció la industria
que un clavo a otro clavo llega al poder y a la violencia.
a sacar, y en nuestro caso
Va adentro Casilda y saca lo que pide y se lo pone en la
¿quién quita que sucediera?
cabeza.
DIEGO: No olvidéis lo que te he dicho
CASILDA: Aquí está la gorra ya.
que me voy a toda priesa
¡Naranjas! Que estás con ella
a ver a mi hermana y cuñado,
cual general que ha ganado
ciérrate luego esa puerta. (Vase).
una victoria completa.
El bastón no más os falta,
ESCENA XXVII lo suplirá la muleta.
PEPA, CASILDA
PEPA: Tu humor te envidio, Casilda.
Doña Pepa se levanta de la silla y dice: CASILDA: Nacer en Carnestolendas
PEPA: ¡Fuera de potro, Casilda como yo nací y tendréis
que ya no tengo paciencia esa misma preeminencia.
para estar representando Tocan.

104 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 105


la industria contra la fuerza
La puerta tocan, al potro PEPA: Aunque diga cuanto quiera
señorita y yo a la oreja. lo hecho, hecho estará.
JOSÉ: Pues mira mi dulce Pepa
ESCENA XXVIII ¿quieres tomar un consejo
Dichos, JOSÉ que a uno y otro nos convenga?
Va a abrir y vuelve con Don José. PEPA: Sí, mi dueño, siendo tuyo
pronta está tu amante Pepa
JOSÉ: ¿He tardado, prenda mía?
a abrazar el que le diere
PEPA: A la que amante os espera tu entendimiento y prudencia.
cada minuto parece
JOSÉ: Pues bajo de ese supuesto
que el tiempo retrocediera.
soy de sentir que en la escena
JOSÉ: ¿Vuestro padre no ha venido última de nuestras bodas
aún de la diligencia cuando casados nos vea
que dijo que a practicar tu padre, cese el engaño,
se marchaba a toda priesa? intriga y hablen las veras.
PEPA: No, pero no tardará, La ingenuidad y sencillez
fue a ver a Doña Teresa es un rasgo de nobleza
mi tía y su marido que aminora a los culpados
para que padrinos sean el delito si confiesan
de nuestras bodas. humildemente la culpa,
Yo iré a ellas con muletas y no necesiten la pena.
pero os protesto que al punto Y este proceder entiendo
que desposada me vea que el juicio y razón lo aprueban,
con vos, mi adorado dueño, cuando haga admiración
les haré ver –porque sepan de verte sana, perfecta,
cuánto el amor sutiliza– antes de satisfacerle
que a pie firme doy la vuelta. con las rodillas en la tierra
y con ternura decirle:
JOSÉ: ¿Y qué dirá vuestro padre
Padre mío, aquí está vuestra
al encontrarse con esta
hija pronta a recibir
metamorfosis tan rara?

106 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 107


la industria contra la fuerza
el castigo que merezca del regocijo que a entreambos
por el engaño en que os hizo nos posee en esta fiesta.
estar. Mi culpa os es manifiesta… PEPA: Mi tía, siéntese aquí,
Dispensame vuestra gracia celebro verla tan buena.
para levantarme y sea
TERESA: Y yo siento el accidente
todo paz, todo alegría,
que al presente te molesta,
pues que me ves sana y buena.
pero me alegra encontraros
PEPA: El consejo es como tuyo de novia, querida Pepa.
y en él unes con destreza
DIEGO: Señores ya son las siete,
virtud, religión y honor,
la Parroquia está tan cerca
verdad, candor y nobleza.
que atravesando la calle
Te prometo practicarlo
luego se encuentra con ella.
sin discrepar una letra.
Vamos que estará esperando
Tocan la puerta. el cura. Casilda, a Pepa
CASILDA: Ellos son, me voy a abrir llévala tú de la mano
señorita pataleta, apoyada en la muleta,
que presto una buena crisis y vayan que a breve rato
la ha de dejar sana y buena. (Vase). ya los contemplo de vuelta.
Yo me quedo a disponer
Vuelve a entrar Casilda con Don Diego, Don Jaime y Doña algunas cosas que es fuerza
Teresa, padrinos de la boda.
preparar.

ESCENA XXIX Se levantan todos y salen, y Don Diego se queda paseándose


y dice:
Dichos, TERESA, DIEGO, JAIME

DIEGO: ¡Oh, amigo, a la obediencia ESCENA XXX


celebro la prontitud; DIEGO
nos ganó Vm. la palmeta!
DIEGO: Hoy fuera para mí el día
JAIME Y TERESA:
más feliz si yo pudiera
Sobrinos dadme los brazos
dar este estado a mi hija
recibiendo en ellos muestras

108 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 109


la industria contra la fuerza
en una salud completa. después de los desposorios.
Pero los bienes y males Aquí están: A ver…
de este mundo así se alternan. Sí... las mismas:
¡Pobre muchacha, en la edad broche, collar, zarcillos.
más florida, cuando era ¿Pero dónde están las perlas
la sazón más oportuna que no las encuentro aquí?
de disfrutar las finezas Vedlas, allí están, ponerlas
de un hombre que la idolatra, quiero en el bolsillo,
es cuando está casi muerta, gócelas muy enhorabuena.
sin sensación en sus miembros, Se las daré cuanto entre
sin oídos, sus potencias y mi bendición obtenga.
perturbadas y por fin
Ruido de gritos.
como una estatua de piedra.
¡Si yo llegara algún día ¿Pero quién grita, qué es esto? (Asoma a la puerta).
a verla robusta y buena, Casilda entra a gritos y llena de gozo dice:
creo que perdiera el juicio
de alegría! ¿Qué no hubiera
algún remedio eficaz ESCENA XXXI
aunque necesario fuera CASILDA, DIEGO
dar por él cuanto poseo, CASILDA: Señor, las noticias buenas
para que a gozar volviere que os traigo piden albricias
una cumplida salud? de buen tamaño. Está buena
En fin, tengamos paciencia, y sana mi señorita…
que con la resignación
DIEGO: ¿Qué dices
todo mal se sobrelleva.
mujer, es cierta
Veamos mientras que vuelven
la noticia? ¿O tú te burlas?
quiero ver en las gavetas
de este escritorio, las joyas CASILDA: Es en realidad tan cierta
de diamantes que conserva como que en breves minutos
mi amor, de su buena madre la veréis entrar tan buena
para feriarla con ellas como antes de su accidente.

110 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 111


la industria contra la fuerza
Ya se acabó la sordera, os protesto, no hubo mengua
ya viene por su pie firme del filial amor que os debo,
sin apoyo ni muletas, ni del respeto que a vuestra
todos quedaron pasmados autoridad corresponde.
sin saber de qué dependa Fue sólo buscar aquella
novedad tan repentina, libertad que los mortales
pero ella es tan cierta en tan sumo agrado aprecian,
como lo es que hay milagros. y pues me veis empleada
DIEGO: (Saca de la faltriquera y le da). con tan digno esposo, buena
Toma en albricias de esta y sana como antes,
novedad tan oportuna dadme los brazos y sea
esta mirilla de perlas, esta boda celebrada
y quédate que me voy con paz, regocijo y fiesta.
corriendo yo mismo a verla. (Va a salir). DIEGO: Tenéis derecho a mis brazos
hija mía, por la seria
CASILDA: ¿Para qué? Si ved ahí suben
confesión que de tu culpa
de prisa por la escalera
haces hoy a mi presencia.
vedlos ahí.
Yo te perdono el ardid
Entran todos con regocijo haciendo contencias a Don Diego, y que opusistes a mi terca
Doña Pepa se arrodilla a los pies de su padre.
oposición y el cuidado
que me debió tu dolencia.
ESCENA XXXII Recibe mi bendición
Dichos, PEPA, TERESA, JOSÉ, JAIME paternal, y que por en señas
PEPA: Padre mío de que te la doy con gusto
aquí está vuestra hija llena del todo estés satisfecha,
(Le da unas joyas)
de la mayor confusión
toma esas joyas y haced
a vuestros pies, por clemencia
de ellas el uso que quieras.
perdonad si os engañé
aparentándome enferma JAIME: Nunca quedó más airosa
de perlesía, que en esto vuestra paternal clemencia

112 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 113


que perdonando un defecto
que la sencillez confiesa
con tanta ingenuidad.
TERESA: Hermano, goza a la Pepa
y a su esposo tantos años
cuantos tu hermana desea.
JOSÉ: Y yo señor, os suplico
para daros justa prueba
de mi gratitud, adoptéis
un hijo que en todo tiempo
estará a vuestra obediencia.
CASILDA: Y por fin, dice Casilda
a todos, vivan con cuenta.
Nadie fie del poder,
la autoridad y la violencia,
porque en el caso presente
según el drama nos muestra
ya Vms. ven que no vale
contra la industria la fuerza.

FIN

114 CRISTÓBAL DE AGUILAR


Venció al desprecio
el desdén
Cristóbal de Aguilar
> venció al desprecio el desdén
Sainete

PERSONAJES
DOÑA RUFINA DEL OLMO
INÉS, su criada
DON VICTORIO DE MONCADA
PANTOJA, su criado

CUADRO PRIMERO
ESCENA I
VICTORIO, PANTOJA

(Don Victorio hablando con Pantoja y paseándose por la sala dice:)


VICTORIO: Pantoja, dispón las cosas
para marchar a Sigüenza
mañana por la mañana.
Paga fonda y lavandera,
y el dinero y los papeles
acomoda en la maleta,
porque he de salir de aquí
antes que la aurora venga.
PANTOJA: Corriente: ¿y a qué fin vamos
de una hora a otra a Sigüenza?
¿No decíais que Segovia
En esta pieza, José Luis Trenti Rocamora modernizó la grafía
sería el réquiem eternam
y la puntuación, la dividió en cuadros y escenas, y suprimió
los "Don" y "Doña" que el autor colocara antes de los de vuestros huesos y míos?
nombres. Además las partes destruidas del original fueron Supuesto hallásteis en ella
completadas, para poder seguir la lectura sin tropiezos.
alma, vida y corazón,
Selección dramática de Cristóbal de Aguilar, Instituto
Nacional de Estudios de Teatro, Buenos Aires, 1950. y toda vuestra existencia

antología de obras de teatro argentino 119


venció al desprecio el desdén
en la beldad de Rufina. de no rendir la bandera
¿Qué viento dio a esa veleta de la libertad que goza
movimiento tan veloz, a hombre ninguno. Desprecia
que estando apuntando cierta los obsequios inocentes,
a Segovia, en este instante las atenciones, y llega
señala para Sigüenza? a tal punto su entusiasmo
Por mi vida, yo no encuentro que se burla de cualquiera
en esto otra conveniencia que la persuada a que abrace
sino entablarla de andantes, el matrimonio. Una fiera
andando de Seca en Meca se vuelve cuando concibe
imitando a Don Quijote. que en tal caso, estar ligera
VICTORIO: Pantoja, mi suerte adversa sería preciso a un hombre.
es quien causa esta mudanza. Nada quiere la soberbia
Esa mujer, quien creyera… altivez, sino mirar
Rufina, Rufina es rendidos a los que aprecian
quien de Segovia destierra su mano, y en desdén
a un hombre que la idolatra, hacer alarde que lleva
y que su desdén observa ver semejante opinión
hace más de cinco meses de todas las que se dejan
con una constancia eterna. obligar de un tierno amor.
Bien que no soy solamente He aquí lo que desespera
el despreciado, pues entran a un corazón que la ama,
a la parte en sus desdenes pero que por experiencia
el Marqués de Valenzuela conoce, que el obligarla
y un caballero escocés es lo mismo que ofenderla.
que su tertulia frecuentan En este triste supuesto
como yo, solicitando es preciso que yo muera
lograr su mano. Ella lleva si permanezco a su vista.
un sistema caprichudo El marqués de Valenzuela
que ha producido la terca y el escocés por lo mismo
pasión que a los libros tiene, abandonan su presencia

120 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 121


venció al desprecio el desdén
para siempre, no queriendo otra cosa que el desprecio,
sufrir tanta indiferencia. la burla y la indiferencia?
Ved, Pantoja, si hay motivo ¿No tendré tentado yo
que me obligue a que prefiera cuánto discurrirme pueda
una retirada honrosa que ver si algún vislumbre
al desprecio que me espera. de inclinación reverbera
PANTOJA: Conforme. hacia mí? Esta mujer
parece nacido hubiera
VICTORIO: ¿Cómo conforme?
para burlar el amor.
¿Deja duda en que el sistema
de no admitir boda alguna PANTOJA: Digo que no me hacen fuerza
que ha elegido, pierda en ella todos esos espantijos
un punto de su vigor? y que el conseguir que os quiera
No, Pantoja, no lo creas: o no os quiera, eso es conforme
si ella aprendió que el casarse os portaréis vos con ella.
es el vínculo o cadena VICTORIO: Pantoja, si la idolatro,
que priva a su voluntad si he hecho cuanto pudiera
de su amable independencia, el más fino amante hacer
se mantendría en su dictamen en su obsequio, ¿qué más resta
contra cuantas diligencias que hacer?
de obsequios y rendimientos PANTOJA: Que no le hagáis caso,
hacerle amante pudiera. que cese el mimo y terneza,
PANTOJA: Conforme. que cuando os haga un desdén,
VICTORIO: ¡Hombre de Dios! le hagáis vos cuatro docenas,
¿Qué conformidad es esa? que dejéis de visitarla
¡Dale con este conforme! todos los días, que al verla
¿No te he dicho que aunque fuera os mostréis indiferente,
su pretendiente un Adonis, y finalmente que a ella
y la amara tan de veras le hagáis entender que estáis
como el acero al imán, prendado de otra belleza,
no recabaría de ella aunque sea imaginaria,

122 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 123


venció al desprecio el desdén
y si con estas recetas se tratan de otra manera:
no se muriere por ti verbigracia, todo inverso,
antes que la Pascua venga, por la blandura, dureza,
pongo el pescuezo en el hoyo a sus desdenes, desprecios,
que me corten la cabeza. a su gesto, indiferencia,
en una palabra, en todo
VICTORIO: Pantoja, tú estáis borracho,
fingir que nada les cuesta
o has perdido la cabeza.
el sufrirles sus caprichos
¿Conque no puede obligarla
aunque se mueran por ellas.
la humilde condescendencia,
Son estas muy advertidas,
la cortesía, el buen trato, y están con el ojo alerta
y ha de inclinarla la necia para notar si las aman,
desatención? Vaya, tú y viendo que no les llevan
sin duda que a una botella la corriente, antes las miran
debes ese documento. con desprecio, luego apelan
PANTOJA: No lo debo a la botella, –como son tan orgullosas–
porque en mi vida bebí a que ninguno las venza,
otra cosa, como suena, sino que dominen siempre
que agua pura; mas lo debo a aquel que les contrarresta.
al mundo, y su doctor escuela, Y catate ya en el caso
a mi mucha observación, de que lo estimen, y quieran,
y en fin a mis experiencias. a aquel que antes miraban
Ustedes los de estos tiempos con desdén e indiferencia,
no saben más cantinela ¿y esto por qué? Porque algunas
son de la casta de aquellas
que los suspiros, las ansias,
plantas que solo dan fruto
las finezas, las protestas,
al que más las apalea.
el billetito y regalo,
Sea testigo el olivo,
sea la dama que sea.
el castaño y carrasquera.
No señor, a estas altivas,
Y en fin, si vuestro viaje
presumidas y que asientan
no tiene otro objeto, fuera
plaza de filosofantes
del desdén con que ella os trata

124 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 125


venció al desprecio el desdén
por esa manía terca que un hombre de entendimiento,
que ha adoptado, bien podéis por muy mediano que fuera,
quedaros, con la certeza pudiera dar tal consejo.
que si tomas mi consejo, ¿Despreciarla? ¿No atenderla
ganastes el pleito apenas con aquella urbanidad
conozca no le haces caso. que exige su sexo? ¿Verla
Y apuesto mis dos orejas, como por casualidad
que si entro en la danza yo y con aquella reserva
a ayudaros, es tan cierta de ser muy rara ocasión,
la boda, como lo es cierto y esperar correspondencia
que el peral produce peras. con un trato semejante?
Bien entendido que esto Si tal consejo admitiera
es bajo de la protesta
merecía yo que el mundo
que habéis de hacer, de obligaros
por un loco me tuviera;
a no faltar ni una letra
y con razón, porque el medio
a cuanto yo os ordenare,
de obligar, no es la extrañeza,
aunque os parezca simpleza,
ni el desprecio, pues sabemos
que el enfermo que no cumple
que aun a las fieras más fieras
lo que el médico le ordena,
si no logra la salud el halago y las caricias
la culpa es suya, y no ajena. las enternece, y violenta
a mirar agradecidas
VICTORIO: Pero Pantoja…
al que se porta con ellas
PANTOJA: No hay pero, con afable suavidad.
pera, manzana o camuesa.
PANTOJA: Por cierto, noticia fresca.
Lo dicho, dicho, o tomar
Ya sabemos que los tigres,
mi dictamen, o a Sigüenza
los leones y panteras,
a suspirar, y gemir
y todo cuanto avechucho
sin esperanza.
hay en la naturaleza
VICTORIO: Paciencia se amansa con el cariño,
es menester para oirte el halago y la fineza.
Pantoja. Nunca creyera ¿Y qué sacamos de aquí?

126 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 127


venció al desprecio el desdén
¿Qué la Rufinita sea y entendidas por antojo,
más docilcita que un oso, estas pasiones obcecan
o una víbora? ¿No es esa su razón, y no responden
la consecuencia que vos a la atención con fineza,
queréis sacar? y al obsequio con cariño,
VICTORIO: Y es tan cierta, sino con impertinencias,
y ajustada a la razón, con desdenes, con melindres,
que es innegable su prueba. y con doscientas docenas
de desbarros, que producen
PANTOJA: Conforme el que los arguyere.
los vinos de su soberbia:
VICTORIO: Sea el hombre que sea. luego a las de este calibre
PANTOJA: Pues yo soy el que defiendo es fuerza de otra manera
que es nula la consecuencia, se las trate, pues que obran
y lo pruebo de este modo: contra la naturaleza,
los animales observan contra la razón y contra
al hombre si los persigue, lo que la crianza enseña
si los maltrata, o si encuentran a todo bien educado.
en él que lejos de hacerles Ya véis que en esta materia
perjuicio, da ciertas muestras no hay sofisma ni argumento;
de quererlos aliviar Pantoja no tiene letras,
en sus comunes urgencias. ni sabe más que leer
Si encuentran según su instinto en cartas, a duras penas,
esta partida postrera, pero al mejor estudiante
como en ellos las pasiones de Salamanca le apuesta
no obran, es consecuencia a que no sabe otro tanto
que manifiesten al hombre como él sabe en la materia.
una igual correspondencia. VICTORIO: Ese argumento, Pantoja,
Pero en mujeres altivas, conozco que tiene fuerza,
atoradas en soberbia, y que no hallo qué decir
en presunción, en orgullo, en contra de tu experiencia;
y que se creen discretas, pero mi genio… mi genio,

128 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 129


venció al desprecio el desdén
la carita que les muestra PANTOJA: ¡Toma! ¡Eso solo!
a los que con cortesía Dicen que es una embustera,
la visitan, y la obsequian. (Vase). que no conoció crianza,
que su lectura hace en ella
lo que el viento cuando sopla
ESCENA II
muy recio en la chimenea,
y que algún día querrá
PANTOJA, INÉS
lo mismo que ahora desprecia,
INÉS: Es verdad, bien lo conozco, pero que se ha de quedar
y la cara de vergüenza para tía reverenda.
se me cae cuando advierto Y con gran deseo queda
la incivilidad y torpeza que tuviera esta necia
con que corresponde a todos el hombre que debía ser
los que su casa frecuentan. su marido, pero de esta
Estas sus filosofías… sufrirá nadie le cumpla
PANTOJA: Acaso mejor dijeras la promesa que en ella
bachillerías. le hiciera el marqués,
pues todos, como con priesa,
INÉS: Son causa
la van a dejar mañana,
que orgullo y soberbia tenga,
y sin ni siquiera verla.
no sólo mi opinión es;
a la racional ley alejan INÉS: ¿Cómo creer tal bufonada?
de unas personas sin méritos, PANTOJA: ¿Bufonada? Cosa cierta
mas de común no son estas, que sé de muy buen origen.
sino que de alto linaje INÉS: ¿Entonces tu amo queda
los que no pacientemente se crean pretendiente sin rivales?
la visita, pero hartados
PANTOJA: ¿Mi amo? Dios nos defienda.
ya abandonan, de manera
Tanto piensa él en su mano
no parecen jamás, hasta
como yo en ir a Rabena
que ni por la calle vuelvan
a pelear con el turco.
a pasar.
INÉS: ¡Qué dices!

130 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 131


venció al desprecio el desdén

PANTOJA: Como suena, PANTOJA: En su casa mesma.


con que le escribe de Murcia INÉS: ¿Tú la conoces?
el conde de Carazena,
PANTOJA: Y mucho;
ofreciéndole su hija.
no hay día que no la vea
Única, rica, discreta
cuando mi amo le manda
y hermosa como una rosa,
por mi medio alguna esquela.
con diez mil pesos de renta
¡Pero qué preciosidad!
anual, y le hace ascos
Vaya, no he visto belleza
todavía a la propuesta.
en todo cuanto he andado
Y yo sé muy bien por qué.
más humana, más atenta,
INÉS: Pues yo creía que fuera más agraciada, y garbosa.
amante de mi señora. Todo esto lo embelesa
PANTOJA: Como yo del mal de piedra. a mi amo, ya se ve,
¿Sabes por qué le hace ascos? mas ella también se lleva
Porque aquí, quién lo creyera, un mozo como un pimpollo,
hay una dama en que tiene no, no es zonza. Está cierta
toda su voluntad puesta, que hombre por hombre, ninguno
y tanto que no hace caso le aventaja, ni en nobleza,
de la excesiva riqueza ni en aquellas cualidades
con que de Murcia le envida que cualquiera dama aprecia.
el conde. Muere por ella, INÉS: ¿Creerás, Pantoja, que estoy
y creo, que al fin, y al postre, reventando porque sepa
ella será la princesa mi señora todo esto?
jurada.
PANTOJA: Nada me da que lo sepa.
INÉS: ¿Cómo se llama?
INÉS: Sí, porque el darle a morder
PANTOJA: Mujer. el ajo a una mujer de estas,
INÉS: Donosa respuesta. como son por lo común
¿Y dónde vive, no sabes envidiosas, les preserva
tampoco?

132 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 133


venció al desprecio el desdén
el ajito, de que aumenten apreciable de que resulta la amable libertad. Esta alhaja de
el viento que en la mollera más precio en sí que el oro de Ofir, que los diamantes de
depositan, que es el mal Persia, y que todo cuanto ha producido la naturaleza, esta
de que adolece mi enferma. prenda es de las que desapropia la mujer que
PANTOJA: Apruebo la medicina, se casa para no recuperarla jamás.
pero con sal y pimienta (Representando).
ha de ser administrada ¡Oh! ¡Y cuántos hombres pretenden
para que eficacia tenga hacerse dueños de ella
el purgante. Ya me entiendes. con el disfraz del cariño
ocultando con destreza
INÉS: Perfectamente; a la letra
la esclavitud que preparan
voy a ponérselo en pico
a la que incauta se entrega
ahora mismo.
a su cruel despotismo!
PANTOJA: Y yo a la tienda Bien haya, sí, la que lleva
a comprar café y bizcochos mi sistema, y oye el lazo.
para mi amo. Adiós prenda. Ella vivirá contenta,
INÉS: Abur, Pantoja, ¿hasta cuándo? se burlará de los hombres,
y aun será capaz con esa
PANTOJA: No tardaré dar la vuelta. (Vase).
filosofía, hacer de ellos
esclavos, que con atenta
CUADRO SEGUNDO sumisión rindan respetos
al ídolo que veneran. (Se sienta).
ESCENA I
¡Oye Inés!, trae luces:
RUFINA prepara la cafetera
que hoy no quiero chocolate.
Sale Doña Rufina con un libro en la mano paseando y leyendo
Si vinieren esas pelmas
lo que se sigue, y en acabando deja el libro sobre la mesa y se
sienta. de mis amantes, decidles
que estoy hoy con la jaqueca
RUFINA: No hay cosa alguna en el mundo más lisonjera y halagüeña
y no para conversar.
para la humanidad que la independencia, aquella independencia

134 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 135


venció al desprecio el desdén
ESCENA II de una novedad que lleva
en sí el signo del desprecio?
RUFINA, INÉS
INÉS: Si me permitís licencia
INÉS: El marqués de Valenzuela os impondré del motivo,
y el extranjero ayer noche según sé por cosa cierta,
sé que partieron de priesa pero os dispondréis a oír
por la posta con destino algunas cosas tan nuevas
de no volver. que jamás habrán llegado
RUFINA: ¡Buenas piezas! sin duda a tu inteligencia.
¿Y en eso paró el amor No os agradarán, es cierto,
que los dos a competencia mas ya que queréis saberlas
decían me profesaban? os revelaré el motivo
¿Y con esa desvergüenza de la repentina ausencia
sin venir a despedirse, del marqués y el escocés,
o algún recado siquiera, y del que en vísperas queda
se marcharon? Ved hay de hacer lo mismo.
cumplido con evidencia RUFINA: ¿De quién?
lo que acabo de leer.
INÉS: Del que más fino os corteja.
Los hombres solo dan muestra
de que aman, hasta tanto RUFINA: ¿De Don Victorio decís?
logran echar la cadena INÉS: Ni más ni menos.
del dominio que pretenden
RUFINA: ¿Es cierta
entablar, a las expensas
esa noticia o es vaga?
de la incauta que los cree.
Mira tú cual se rieran INÉS: Es tan real y verdadera,
de mí, si tal [sic] pertrechada como es cierto que la causa
no me hallara de la nueva sois tú misma, según cuentan.
filosofía, que el cielo El caso es este: Pantoja
me hizo adoptar por sistema. que ni lo suyo reserva
¿Y cuál pudo ser la causa cuando tocan a hablar claro,
me dijo con gran reserva

136 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 137


venció al desprecio el desdén
sabía de positivo como a una segunda Elena.
que iban tirando mil piedras Un pozo de discreción,
contra ti los dos, porque afable, hermosa, halagüeña,
dicen que sois desatenta, única, rica y con dote
incivil, y mal criada, de una porción de talegas.
fundada en ese sistema Y con todo este atractivo
de no rendir al amor que cualquiera apeteciera
ni aquello que la prudencia como una felicidad,
llama atenta urbanidad. dice Pantoja, que la echa
Que a vuestra necia soberbia a pasear porque anda
le pesaría algún día aquí mismo en la pretenza
cuando pasado se hubiera de cierta gallarda joven,
ese entusiasmo que ahora que la pone en las estrellas
os perturba la cabeza. Pantoja, cuando describe
Que a ellos no faltan mujeres el pormenor de sus prendas,
para esposa y donde quiera, su pulidez, hermosura,
de tan buenas cualidades la discreción, y belleza.
como pueden ser las vuestras. RUFINA: ¿Y no te dijo quién es,
Y en fin, que echando mil chispas o cómo se llama esa
ni despedirse siquiera dama, que es la favorita?
quisieron, porque notases
INÉS: No pude por más estrechas
la indignación que en sí llevan.
diligencias, que al intento
RUFINA: Bien. ¿Y qué dice de mí el otro? hice, hacer que me dijera
INÉS: Pantoja no tocó en esa su nombre, ni dónde vive,
materia, pero me dijo y el camastrón con destreza
que en ninguna cosa piensa me respondió se llamaba
su amo menos que en ser mujer.
vuestro marido, y lo prueba RUFINA: ¿Y de la vivienda
con que un conde, allá de Murcia donde mora no te dijo
le ha escrito haciéndole oferta tampoco?
de una hija, que la pinta

138 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 139


venció al desprecio el desdén
INÉS: En la casa mesma que pendía de admitirle
donde nació, dijo, vive por mi esposo. Las protestas
con su padre. más solemnes uno y otro
RUFINA: ¿Y el bribón por qué reserva hicieron en mi presencia,
decir lo menos, si ya prometiéndome serían
vació toda la talega? inmutables sus firmezas;
Don Victorio, es hombre aleve,
INÉS: Haría escrúpulo de ello.
no ha omitido diligencia
RUFINA: ¡Qué delicada conciencia! para conseguir mi mano.
Mira, tráeme ese libro, ¡Y ahora los tres se rebelan,
y tú márchate allá afuera. me insultan, y huyen de mí
Si viniese Don Victorio como si olvidado hubieran
avísame antes que quiera su solicitud, sus ruegos,
pasar adentro. ¿Has oído? y mi constante firmeza
INÉS: Sí, señora. (Vase). en no aceptar a ninguno
por seguir aquel sistema
de vivir en libertad!
ESCENA III No ignoro que desespera
a una continua porfía
RUFINA
una negativa eterna.
RUFINA: No creyera tanta Pero pregunto, ¿en qué está
falsedad en los hombres mi delito? ¿En que no quiera
si la evidencia no hiciera admitir ninguna boda?
palpable mi desengaño. ¿A todos tres no les queda
Todos tres me dieron muestras el derecho a salvo, para
de solicitar mi mano. procurar damas que tengan
El marqués de Valenzuela otro modo de pensar?
se declaró por dos veces; ¿Acaso en esta materia
el escocés con franqueza puede haber extravagancia?
me dijo que no aspiraba Ellos así se lo piensan
a otra dicha, sino a aquella graduando mi opinión

140 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 141


venció al desprecio el desdén
de caprichuda y soberbia, en su esposa la virtud
pero ahora quiero yo de su conducta, está fuera
reflexionar con prudencia de oprimir su libertad,
si ese sentir de los tres pues, que si llaman cadena
con que gradúan de necia, a ese enlace, es porque une
incivil y descortés dos almas en una misma;
mi conducta, tenga fuerza de cuya estrechez resulta
mayor, que aquel que yo opino. la satisfacción completa
Para esto, vaya fuerza que produce a los esposos
por este rato, el capricho. esta mutua dependencia.
El amor propio contenga No entiendo que haya más cargos
sus instancias, hasta que que hacer contra mi sistema.
oídas las partes sean, Ahora, Rufina, ¿qué dices
y de la sentencia el juicio. a los que acusan? Respuesta
La razón el fiscal sea exigen tus contendores,
de esta cuestión en que hoy y el contestarles es fuerza.
se ha de pronunciar sentencia Hable la razón y sigan
definitiva. Ea, pues, su concepto las potencias…
veamos lo que se alega (Se suspende un momento como reflexionando y luego sigue diciendo:)
contra mí: dicen que pierdo Comprendo, sí, comprendo
la edad de la primavera que la libertad perfecta
sin adoptar el partido consistir en darle suelta
ventajoso que me espera todo lo que relación tenga
dando la mano a uno de ellos, con lo virtuoso y justo,
que cuando pasado sea pues de ninguna manera
ese tiempo y reflexione será libre el que la hiciere,
mi soledad, será fuerza consistir en darle suelta
mudar dictamen, y entonces cuando quieran las pasiones.
es ociosa diligencia Así de esta manera
tal solicitud, y al fin ha de entenderse el ser libre,
que con esposo y querencia aquella esposa discreta

142 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 143


venció al desprecio el desdén
que dé el lleno a los deberes tener su voluntad puesta
de su estado, está tan fuera en otra dama, y entonces
de reputarse cautiva, despreciará la primera
que antes llamarse la dueña de unas bodas que apartado
merece de sus acciones, mire con indiferencia.
viendo estas por consecuencia Sin embargo puede ser
actos de la libertad que el criado acaso mienta.
justa, prudente y perfecta. Bueno será sondearlo
Por esta parte conozco con discreción, y viveza,
que pierda el pleito y que ciega y según se encuentre el vado
he estado creyendo ser pasar, o quedarse en tierra.
libre la que más desprecia El no tardará en venir
el yugo del matrimonio. y ahora de otra manera
La reflexión ha hecho mella es menester recibirle,
en mi entendimiento y debo que ya conozco la necia
confesarme una indiscreta. vanidad, que hasta el presente
¿Pero qué remedio hay ha cegado a mis potencias.
a lo perdido? El sistema (Silencia y dice:)
que he seguido lo abandono, Llamaré a Inés. ¡Ae, muchacha!
pues la razón lo detesta.
Yo sé que no me ha faltado
ESCENA IV
cierta inclinación secreta
al matrimonio, y que solo RUFINA, INÉS
lo ha impedido la siniestra
INÉS: ¿Quiere Vm. la cafetera?
definición que yo daba
a la libertad. Aunque quiera RUFINA: No, luces sí, que ya es tarde.
convenir ahora en dar INÉS: Voy al instante por ellas. (Vase).
a aquel que secreta
RUFINA: Venga ahora el disimulo,
se inclina mi voluntad
en este estado es prudencia
no ha lugar, pues él confiesa,
el disimular ignorancia
según dice su criado,

144 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 145


venció al desprecio el desdén
de aquello que con certeza VICTORIO: Lo creo.
dijo Pantoja a la Inés. No hay cosa como las letras.
Yo alabo a Vm. su buen gusto,
Aparece Inés con luces.
porque instruyendo, deleitan,
Oigo golpes en la puerta, y hacen al hermoso sexo
mirad quién es, y avisad. mucho honor.
INÉS: Voy, señora. (Vase). RUFINA: Sin embargo si Vm. hubiera
RUFINA: ¿Si será la hora esta de elegir una mujer
de perder mis esperanzas? (Sale). para esposa, yo creyera
Bien lo merezco. Paciencia. no la buscara lectora.

INÉS: Es el señor Don Victorio VICTORIO: Soy franco, y en mi respuesta


que tocaba la puerta, lo ha de conocer Vm.
y ya está aquí en la antesala. Es verdad, no la quisiera
lectora.
Entra Don Victorio.
RUFINA: ¿Pero por qué?
VICTORIO: El porqué, señora, queda
ESCENA V
sepultado en el silencio.
RUFINA, VICTORIO
Cada cual tiene su idea,
y no es prudencia impedir
VICTORIO: ¿Madama, qué soledad, pues, es esta? a nadie siga con ella.
RUFINA: No estoy tan sola, que acabo RUFINA: ¿Pero si por darle gusto
de escuchar una discreta la elegida, conviniera
conversación. en abandonar los libros,
VICTORIO: Ya lo entiendo. es regular la admitiera,
¿Su lectura predilecta respecto estar removida
es verdad? la causa de no quererla?
RUFINA: En ellos he hallado VICTORIO: Ingenuamente os confieso
una diversión completa señora que la tuviera
toda mi vida. por algún tiempo indecisa
de si la elegida era

146 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 147


venció al desprecio el desdén
ella, u otra, hasta que el tiempo porque se me está esperando
me diese seguras pruebas cierta persona, que es fuerza
de su constancia, porque cumplimentarla, y así
ya saben la cantinela: será con vuestra licencia
el que malas mañas tiene hasta otra ocasión.
nunca, o muy tarde las deja. RUFINA: Es justo
RUFINA: Graciosa comparación. no faltar a la promesa
VICTORIO: Puede acaso no ser buena que habéis hecho de ir a ver
pero es la que me ocurrió a esa persona. Ve a verla
más prontamente a la vena, y decidle en nombre mío
que como la claridad que ojalá no sea ella
es en cualquier materia tan desgraciada a los ojos
el alma de los conceptos, del que sus gracias aprecia
quise echar mano de esta como es la que este recado
comparación, que aunque simple, le dirige.
presenta perfecta idea VICTORIO: ¡Buena es esa!
de lo que se ejemplifica. ¿Pues conocéis vos acaso
RUFINA: Yo sería muy grosera a esa persona?
si el sentido en que graciosa RUFINA: Sé de ella,
llama a aquella cantinela, aunque no su nombre y casa,
se dirigiera a abatir lo bastante para hacerla
vuestro discurso: no intenta con vos hoy este cumplido.
mi respuesta ajar a nadie. Perdonad, y daos prisa,
La comparación es buena, que puede estar esperando.
muy propia y muy merecida VICTORIO: Aunque el enigma no acierta
aquella que el sayo venga. mi discurso, sin embargo
¡Inés, trae chocolate! prometo hacer a la letra
VICTORIO: Si es por mí, os lo aprecia lo que me habéis encargado.
mi voluntad: muchas gracias. (Levantándose). Quedaos con Dios. (Vase).
Madama, ando de priesa

148 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 149


venció al desprecio el desdén
ESCENA VI aprender. Erré la senda;
pero vamos al remedio
RUFINA
que aunque tarde, acaso llega
RUFINA: Y en mis penas en circunstancias que alcance
me dé constancia y valor, a hacer propicia mi estrella
resignación y paciencia. variando ya de rumbo.
¿Qué es esto que por mí pasa? En fin voime un rato afuera
No hace dos días que eran por si divierto este mal
para mí todos los hombres que un instante no me deja. (Vase).
como si alguno existiera
en el mundo. Los miraba
con desdén e indiferencia, CUADRO TERCERO
y aun me causaban fastidios ESCENA I
sus más corteses finezas.
¡Y hoy, celosa, despreciada, VICTORIO, PANTOJA
llena el corazón de pena! Salen Don Victorio y Pantoja.
¿Qué es esto Rufina, di,
VICTORIO: Produjo admirable efecto
qué metamorfosis es esta
todo cuanto tu viveza
tan violenta y repentina?
me pronosticó. La Inés
¡Ah! ¡Tu indiscreción dio materia
le hizo una pintura extensa
por causar tal mudanza!
de cuanto tú le contaste
Dichosa y feliz tú fueras
sobre lo que dicen de ella
si deponiendo tu orgullo
aquellos que la pretenden,
correspondido le hubieras
y ella celosa, o dispuesta
al que con tantos desprecios
a abrazar mejor partido
antes trataste. Padezca
que el que su necio sistema
el corazón que no supo
le produjo hasta el presente,
usar de cortés prudencia.
se ha producido tan llena
¡Oh, lecturas, qué mal uso
de confusión a mi vista
hice de ti! No era esa
que aunque con mucha modestia
la lección que en ti debía

150 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 151


venció al desprecio el desdén
casi casi me indicaba VICTORIO: Y bien, Pantoja, ¿qué dices?
estar del todo resuelta ¿No parece que mi estrella
a abrazar el matrimonio me anuncia propicio el hado?
de que antes huía necia. Ya la feliz diligencia
¡Si oyeras lo que me dijo de mi desprecio, ha surtido
acerca de que le diera cuanto desear pudiera.
un recado de su parte ¿Qué más me resta que hacer
a quien sospechaba ella para que a Rufina bella
que yo iba a cumplimentar le dé la mano de esposo?
en separándome de ella! PANTOJA: ¿Sabes qué? Que cante ella
Vaya si me enternecía. la palinodia, y que diga
Te prometo hice violencia a vista, ciencia y paciencia
para mantenerme firme de todos, que el casamiento
y no darle una completa es la cosa más excelsa
satisfacción. de cuantas contiene el mundo,
PANTOJA: Linda cosa en pena de que indiscreta
hubieras hecho. ¡Qué buena! lo usó tantas veces,
No de balde estaba yo por mantener una ciega
con las orejas alerta pasión a la libertad
a ver cómo sacudías mal entendida.
de ti la araña. Si oyeras, VICTORIO: Y si ella
si oyeras, todo lo he oído. no obstante ver mi desvío
VICTORIO: ¿Dónde, Pantoja? y mi fingida entereza
PANTOJA: Allá afuera, se da a partido, y me ofrece
con la Inés en la antesala. su mano, ¿qué más completa
Yo le pedí su licencia victoria, para triunfar
para escuchar dos palabras de su anterior resistencia?
cuando os vi entrar, y ella atenta PANTOJA: Tanto mejor, para que entonces
me concedió que escuchara ahorramos la molestia
tocies, quocies yo quisiera. de andar con satisfacciones,

152 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 153


venció al desprecio el desdén
que calientan la cabeza, Tocan la puerta.
y echamos mano del grano Pero mira que la puerta
soplando la paja afuera. están tocando.
VICTORIO: Bien. ¿Pero por dónde o cómo PANTOJA: Allá voy. (Vase).
podrá saberse que queda
VICTORIO: Cuando uno está más de priesa
ella pronta a ser mi esposa,
parece que al mismo paso
y yo a poseer en ella
las visitas lo molestan.
todo lo que más estimo,
Vaya, veamos quién es
cuando a aquellas indirectas que corta será la audiencia.
con que se explicó, cerré
enteramente la puerta Sale Pantoja.

con el desprecio que hice PANTOJA: La que tocaba es la Inés


como si nos las oyera? y ya sube la escalera.
PANTOJA: Volviendo allá a visitarla, VICTORIO: Dile que entre.
y si os tocara la tecla,
con prudente disimulo
ESCENA II
ir arriando bandera
poco a poco, hasta que al fin
quede la plaza por vuestra Dichos, INÉS

y se rinda a discreción, PANTOJA: Aquí está.


capitulando con ella
Sale Inés.
que en casa no ha de haber libros
de filosofía nueva, INÉS: Señor, mi ama me envía
ni otros que el de doctrina a traeros esta esquela. (Le da un papel).
cristiana, o de novenas. y dice que si os dignáis
leerla y darle respuesta
VICTORIO: Me conformo, pues no hallo
se la mandéis con Pantoja
otro arbitrio que esclarezca
porque estoy algo de priesa.
su resolución, que este
que me propones. VICTORIO: Dile Inés a tu señora
Voime a hacer la diligencia que llevará la respuesta
ahora mismo en este instante. Pantoja oportunamente.

154 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 155


venció al desprecio el desdén
INÉS: Está bien. (Vase). que el mimarla, era perderla,
y al contrario el despreciarla
PANTOJA: Adiós mi perla. medio para poseerla?
¿Digo, si entenderé yo
cómo esto se marea,
ESCENA III con cincuenta años de mundo,
y otros tantos de experiencia?
VICTORIO, PANTOJA
VICTORIO: Mi dicha ha llegado al colmo.
VICTORIO: Pantoja, ¿qué será esto?
Pantoja, yo voy a verla
PANTOJA: Acaso serán boleras y a darla de mis desaires
que querrá cantar aquí satisfacción tan completa,
por alguna solfa nueva. como no imagine que amo
VICTORIO: (Abre la esquela). a otra persona que a ella.
Veamos: PANTOJA: ¡Linda cosa! Pues ya puedes
"Señor Victorio de Moncada. Muy señor mío: confieso decir que haces una buena
haber tenido a Vm. desde que lo comuniqué cierta honesta embarrada. Eso es nadar,
voluntad, que mis caprichos no dieron lugar a y ahogarse en la ribera.
manifestársela. No ignoro igualmente que Vm. me la tuvo VICTORIO: ¿Y qué quieres que haga, hombre,
algún día, y que si hoy no existe en su corazón Rufina, es si véis con cuánta terneza
porque sus indiscreciones le sacaron de él. La confesión me pide no la retarde
sincera de mi arrepentimiento creo, que pueda colocarla a su papel la respuesta?
otra vez en su estimación, si es que no la ocupa ya otro
objeto más digno. Esta sola noticia espera para entregarse al PANTOJA: Yo no digo que no vayas,
pues sería una simpleza
sentimiento o al gozo, su desgraciada sierva. Rufina".
despreciar aquello mismo
¿Qué es esto que yo he leído?
por que has echado la tela
¿Es ilusión o es certeza?
tanto tiempo, pero quiero
PANTOJA: Nada otra cosa que haber que vayas de tal manera
caído en la ratonera dispuesto, que al aceptar
el ratón que andaba dando la mano, conozca ella
alrededor de ella cien vueltas. que te es indiferente
¿Lo veis? ¿No os decía yo admirarla o repelerla.

156 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 157


venció al desprecio el desdén
VICTORIO: Pero hombre, ¿qué dirá pues ya no hay riesgo que crea
al ver en mí tal dureza? que estabas ciego en amarla,
PANTOJA: Que diga lo que quisiere. y que morías por ella.
Lo que a ti importa es que crea VICTORIO: He de seguir tu dictamen
que le haces un gran favor, hasta el fin. Tus experiencias
aunque ata [sic] a tu sayo veas, veo que me han conducido
que es ella quien te lo hace. por medio de la tormenta
VICTORIO: Bien, pero dame una idea al puerto tan deseado
de qué le diré, y el cómo. de su posesión. Tú queda
aquí mientras que yo evacuo
PANTOJA: Muy fácil. De esta manera: esta diligencia.
Madame, a los pies de Vm.
PANTOJA: Algo arriesgadilla es
He recibido la esquela
porque si hay pataleta,
en que me ofrece su mano.
llanto, suspiros y ansias
Ni la desprecia, ni acepta
al oír la indiferencia
por ahora mi cariño
con que le responde, adiós,
hasta que una diligencia
se perdió la diligencia.
evacue, que me embaraza
poder darle con franqueza Sale Inés.
el sí, o el no; en breve tiempo
tendréis segura respuesta. ESCENA IV
Esto la pondrá en cuidado
y hará ver, que siempre quedas PANTOJA, INÉS
tú superior, pues la admites
INÉS: ¿Y vuestro amo, Pantoja?
en virtud de sus promesas.
Y después de un par de horas, PANTOJA: Salió a la calle.
volver a darle la cierta INÉS: La puerta
noticia de la admisión. la encontré de par en par,
Entonces di cuanto quieras y creí que aquí estuviera.
sin fingimientos ni embustes, PANTOJA: ¿Y qué tenemos de nuevo?

158 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 159


venció al desprecio el desdén
INÉS: Mi ama ha dado una vuelta Pantoja, que quiero seas
increíble. Ya no hay libros. tú e Inés los dos testigos
Ahora todas son quejas de mis esponsales previas.
contra sí, porque ha perdido
Vanse los dos.
el buen tiempo en su sistema.
En una palabra, ahora
quiere casarse por fuerza CUADRO CUARTO
con tu amo Don Victorio. ESCENA I
¿No es graciosísimo el tema?
Ella me manda a llevar RUFINA, INÉS
la respuesta de una esquela Sala de Doña Rufina, quien estará con Inés.
que le envió, y no ha tenido
RUFINA: Ten cuidado, Inés, si viene
aún contestación de ella.
Don Victorio y parte pronto
Me encargó que no tardara
a abrirle luego al instante.
fuera con ella, o sin ella
Estoy llena de zozobras
y así me voy. Adiós, pues. (Vase).
hasta oír mi desengaño.
Lo amo: yo fui traidora
ESCENA V a mi misma voluntad
no correspondiendo airosa
PANTOJA, VICTORIO a la fe que él me tenía.
VICTORIO: A la obediencia Inesuela. Paciencia, que aunque dudosa
No sirvo para fingir, estoy de poder llamarme
pero al fin la diligencia correspondida, es forzosa
está practicada ya la resignación, pues tuve
según quedamos en ella. la culpa yo. En esta hora
Me ha suplicado abreviara acaso me está esperando
lo más pronto que pudiera oír de su misma boca
la resolución, y es justo un no quiero. ¡Santo cielo!
ceder en esta materia. Si tal sucede, desploma
Vámonos allá los dos, sobre un corazón amante

160 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 161


venció al desprecio el desdén
la triste pesada loza os doy la mía, y con ella
que sepulte mi esperanza
Danse las manos
para jamás ser dichosa,
pero si por un afecto os recibo por esposa.
de vuestra piedad… PANTOJA: Y para que si algún día
Inés, ved, ahí tocan. quiere imprimirse esta historia
se vea queda completa,
Va Inés a abrir y vuelve a entrar con Don Victorio.
si Inés quiere ser mi novia,
por mi parte yo la admito,
ESCENA II y está aquí mi mano pronta.
INÉS: Yo la tomo por la mía,
Todos
pronto, contenta y gustosa.
VICTORIO: Adorada prenda mía,
Se dan las manos.
vengo a daros la gustosa
noticia de que he resuelto TODOS: Y para que el patio crea
seáis vos mi digna esposa que el mundo es una tramoya
y yo tu amante marido, en que muda lo subsistente
pues que el cielo con piadosa porque todo se trastorna,
disposición determina vaya la vuelta que han dado
unir dos almas que ansiosas los que declaman la historia.
logran en el matrimonio
hacer de dos una… FIN
RUFINA: Y yo con todo el afecto
de mi corazón, tu esposa
me ofrezco ser, y entre tanto
que se celebre la boda
sirva mi mano, y palabra
de esponsales.
VICTORIO: Yo, señora,

162 CRISTÓBAL DE AGUILAR antología de obras de teatro argentino 163


A río revuelto
ganancia de
pescadores
Juan Cruz Varela
> a río revuelto ganancia de pescadores
Sainete en un acto

PERSONAJES
ROSA
JAVIER, padre de Rosa
BENITO, confidente de Rosa
ARGANTO, poeta pretendiente
DON SILVESTRE, pretendiente
UN SACRISTÁN
UN ABOGADO

LA ESCENA SERÁ EL CUARTO DE ROSA, CON TRES O CUATRO SILLAS Y UNA


MESA. APARECE ROSA SENTADA, OLIENDO UNAS FLORES, Y UN POCO
DESPUÉS SALE JAVIER CON BASTÓN.

ROSA: ¡Oh, qué olor tan refulgente


se esparce por esta sala,
de este ramillo de flores
que me mandó esta mañana,
en símbolo de su fe,
Arganto, prenda de mi alma!
JAVIER: Dime, Rosa de los diablos,
¿eres demonio o muchacha?
ROSA: Padre mío, no hay motivo
para esa pregunta airada.
JAVIER: Párate, que soy tu padre,
y no has de estar tú sentada

antología de obras de teatro argentino 167


a río revuelto ganancia de pescadores
hablándote yo; metida y lo quiero sobre mi alma,
en camisa de once varas, es a Arganto, a ese poeta,
echando mil terminazos cuya altisonante fama
que no se entiende lo que hablas, ha encendido en mis médulas,
y sin saber, gran zoquete, ha puesto en mi vena cava
principios de buena crianza. y ha infundido en mis arterias
tan dulce amorosa llama;
ROSA: Si no la sé, es porque usted que si llego a ser su esposa,
nunca ha procurado darla. seré la más feliz dama,
JAVIER: No me faltes el respeto; que llena de vanidad
pues de la primera guantada, se sentará en su ventana
te haré, diablo, que no seas diciendo a las envidiosas
otra vez desvergonzada. que por esa calle pasan:
“Aprended a ser felices,
ROSA: Muchas gracias, padre mío,
vedme a mí, que estoy casada
eso de usted esperaba. con el poeta mejor
(Aparte)
que habita en el orbe”.
Me moriré de aflicción
si no salgo de esta casa. JAVIER: Calla,
jamás consentiré yo,
JAVIER: Cállate, y di qué resuelves;
calavera lo que tratas:
con don Silvestre casada
ese Arganto es un pedante,
te he de ver aquí a dos días;
es un trompeta, un matraca,
él en extremo te ama.
que porque ha sido estudiante,
¿Tú le correspondes?
y sabe dar dos patadas,
ROSA: Padre mío, fuera ingrata, hablar cuatro latinorios,
y al mismo tiempo traidora, y gritar “ergo” en las aulas,
si mi mano tan deseada ha creído merecer
le diera a ese don Silvestre; tu mano.
a ese importuno canalla,
ROSA: ¡Jesús, que rabia!,
en fin, a ese mal nacido
¡querer disminuir el mérito
vejestorio que me mata.
Yo, señor, a quien estimo que a mi Argantito acompaña!

168 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 169


a río revuelto ganancia de pescadores
¿No repara usted, señor, JAVIER: Pronto lo querrás, muchacha.
cuando ese poeta habla, ROSA: Jamás podré ni mirarlo.
los términos de cultura
JAVIER: A que te doy de patadas.
que profiere en abundancia?
¿A más de esto no es buen mozo? ROSA: No será la primera vez.
¿no tiene preciosa cara?; JAVIER: Ni la última, malvada.
¡qué importa que las orejas
ROSA: En fin, no me he de casar.
las tenga un poquito largas,
si su nariz es bonita JAVIER: Pues, Rosa, teme mi rabia.
del largor de media cuarta! ROSA: Las personas que son libres,
¡Y su boca!... y con más razón las damas,
deben casarse tan sólo
JAVIER: Calla, tonta;
carguen con mi cuerpo y alma, con el joven a quien aman.
con mis sentidos y potencias, JAVIER: Y las hijas que a sus padres
con mis brazos y mis patas, ninguna obediencia guardan,
con mi barriga y espalda, a palos y garrotazos
con mis cuadriles y lomos, se les enseña a guardarla.
con mi cogote y garganta,
BENITO: (Entra).
con mi riñón y costillas,
Señor, el viejo que enamorado
con mi cabeza y mi panza
dos legiones de demonios, de mi señorita anda…
o tres, si les da la gana, ¡voto a Judas, que no sé
o cuatro, si ellos quisieren, su nombre!: ¿cómo se llama?
o cinco, si hicieren falta, JAVIER: Di lo que quiere, que el nombre
como mis ojos te vean a ti no te importa nada.
con ese Arganto casada.
BENITO: Sí me importa.
Don Silvestre es un buen hombre,
que aunque no habla palotadas, JAVIER: No te importa.
es honrado, y a más de esto, BENITO: Pues ya no he de hablar palabra,
hija mía, te idolatra. ni he de decir el recado
ROSA: Yo le aborrezco cruelmente. con que el vejete me manda.

170 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 171


a río revuelto ganancia de pescadores
JAVIER: Vamos, no porfíes más, de que nadie entre a mi casa:
que don Silvestre se llama. ni Arganto, ni San Arganto,
BENITO: ¡Ah! Pues ese don Silvestre ni el Rey, ni el Cura, ni el Papa,
dice que permiso aguarda ni todo aquello que huela
para venirle a besar a cosa de hombre.
a mi señora las plantas. BENITO: Bien; vaya
ROSA: Dile que vaya a besar… usted a su diligencia,
que quedará la muchacha
JAVIER: No me hables nada, muchacha.
muy segura con Benito;
BENITO: Pero, vamos, ¿qué le digo? y si alguno viene a casa
JAVIER: Dile que espere y no entre, no falta una buena piedra
que yo le diré la causa. con que darle por la cara.
(Aparte)
BENITO: (Yéndose)
Engañando al viejo así
No hay otra causa, sino
me va muy bien con mi ama.
que no quiere la muchacha.(Se va).
JAVIER: Está bien, Benito; adiós.(Se va).
JAVIER: Voy a ver a don Silvestre,
y llevármelo a su casa, ROSA: ¡Ojalá en treinta semanas
con él volveré, a fin no volviera este vejete
de que una visita te haga: a martirizarme el alma!
ámalo, hija mía, mira BENITO: No se aflija, señorita,
que es hombre de prendas altas, que ya vendrá a toda pata,
y serás siempre feliz llevándose por delante
si con él te ves casada. las puertas y las ventanas,
BENITO: (Vuelve a entrar). el poeta don Arganto,
Señor: el vejete enamorado a quien usted tanto ama.
está en la puerta de guardia, ROSA: Dices bien; solo con eso
con su sombrero y capote, se consolarán mis ansias;
esperando a que usted salga. pero, cuidado, no seas
JAVIER: Ya voy; tú tendrás cuidado tú tan tosco en tus palabras;

172 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 173


a río revuelto ganancia de pescadores
habla con mayor cultura, BENITO: Señor: hable usted la lengua
y si Arganto viene a casa, que me enseñó mi madrastra,
veme a avisar, que yo voy si no me quedo en ayunas
a escobillarme la manta.(Se va). sin entenderle palabra,
y ayunan a un mismo tiempo
BENITO: (Solo).
mis orejas y mi panza.
Bien está: como una breva
de blanda está la muchacha; ARGANTO: Cállate; que los balazos,
el demonio del poeta la munición y metralla
le ha caído mucho en gracia, que ha disparado el cañón
y yo lo estimo también, del amor contra mi calva,
porque es mozo y tiene plata. me tienen en situación
de casarme con la amada
Entra Arganto saltando y haciendo mil cortesías; saluda de
este modo a Benito.
prenda de mi corazón;
que aunque es malo que lo diga,
ARGANTO: Buenas auroras, Benito; es parte de mi barriga,
te beso lo que es besable, y de mi cuerpo un riñón,
te quiero lo que es querible, de mi pecho es un rincón,
te amo lo que es amable, es letra de mi papel,
y entiendo lo inteligible: es blanco de mi clavel,
¿Qué tal mi salutación? ojos de mi voluntad,
sin que la escriba en papel de mi frente la mitad,
es mejor que aquella otra mi tambor y cascabel.
del arcángel San Gabriel. ¿Has sabido, Benitito,
¿No es verdad? si soy de Rosa amadito?
BENITO: Muy señor mío BENITO: Por hablar con esos términos
como usted me habla en francés, de cultura, que usted gasta,
yo no le entiendo palabra. le digo a usted, mi señor,
ARGANTO: ¿Qué francés, ni qué campanas, en tres o cuatro palabras,
altisonantes, batientes, que mi señora lo quiere,
revellines y murallas? más que el ratón a la rata,

174 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 175


a río revuelto ganancia de pescadores
más que el gallo a la gallina, BENITO: Con terneza y con constancia.
más que el chivato a la cabra, ARGANTO: ¿Sin mudanza o mutación?
más que la lechuga al nabo,
BENITO: Sin mutación ni mudanza.
y más que el fuego a las aguas.
ARGANTO: Al cabo has de ir aprendiendo ARGANTO: Pues voy a darte un recado,
para que esta misma hora
a usar tropos y metáforas;
lo digas a tu señora
pero dime ¿es similvero
conforme yo te lo he dado.
que me dilige tu ama?
BENITO: Así me gusta que usted
BENITO: Similveros ni diliges,
hable en la lengua española;
señor, no entiendo palabra;
¿qué recado le he de dar?
le suplico que no me hable
otra vez en lengua extraña; ARGANTO: Óyeme, y calla la boca.
deje usted ese saber BENITO: Oiga usted, señor amado;
para cuando hable con mi ama. el recado es excusado,
ARGANTO: Para mayor claridad, pues mi amita me ha mandado…
lo que te digo, Benito, ARGANTO: ¡Hombre! Ya tú eres poeta.
es, ¿si estás enteradito
BENITO: Señor, con esta receta…
que me tiene voluntad
tu amita Rosa? ARGANTO: Mas, ¿qué ha dicho tu amita?

BENITO: Es verdad. BENITO: Que si usted venía a casa


le avisase prontamente,
ARGANTO: ¿Quién te lo ha dicho?
que vendría sin tardanza
BENITO: Ella misma. a recibir a su amado
ARGANTO: ¿En realidad de verdad? con brazos, ojos y patas.

BENITO: En verdad de realidad. ARGANTO: No obstante, yo quiero irme,


poco después volveré,
ARGANTO: ¿Sin faltar y sin mentir?
el recado dejaré
BENITO: Sin mentir y sin faltar. y tú procura servirme.
ARGANTO: ¿Con constancia y con terneza? BENITO: Con cuatro libras, de gusto
desde hoy te serviré.

176 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 177


a río revuelto ganancia de pescadores
ARGANTO: Pues dile a tu señorita (Aparte)
que me quiera muy discreta, Un pobretón de demonio
pues a más de ser poeta había sido este pergenio.
nada me falta, nadita; ARGANTO: No es preciso: solamente
tengo una bolsa llenita que digas a tu ama quiero,
de hormillas y de botones, que excepto solo el dinero,
tengo este par de calzones, y cama y ropa corriente,
medio pliego de papel, tengo todo lo demás
un cuchillo, un cascabel, en mi casa. Adiós, verás
un plato y dos calderones; cómo prontamente vuelvo.
tengo a más de esto una silla,
BENITO: ¿Y dónde va usted, señor?
que aunque no tiene espaldar,
si se quiere recostar ARGANTO: Voy a ver si me regalan
le buscaré una almohadilla; palillos fuego-vomentes.
media onza de arenilla BENITO: Yo no conozco esas gentes.
también tengo bien guardada: ARGANTO: ¿No sabes tú lo que son
en fin, no me falta nada palillos fuego-vomentes?
fuera de ropa y dinero
y eso porque yo no quiero BENITO: Ni por la imaginación
robar; pero si mi amada se me han pasado esos entes.
Rosa se casa conmigo… ARGANTO: Son los cigarros, que así,
Pero, ¿dónde vas, Benito? los cultos los llaman hoy,
BENITO: Voy a traer un papelito pues cuando pitando estoy
para apuntar al momento, vomito fuego; ve aquí
esa riqueza que usted por qué se llaman así.
tiene en su casa, pues veo BENITO: Bien está. Venga usted pronto.
que si yo no las apunto ARGANTO: (Yéndose)
se me olvidarán, y luego, Volveré sin dilación;
no sabrá mi amita Rosa ¡oh, cuánto, cuán mucho siento
lo rico que es su mozuelo. el no haber podido usar

178 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 179


a río revuelto ganancia de pescadores
con aqueste muchachuelo lo quiero más que a mi alma.
mis términos de cultura,
Sale el Sacristán con sombrero, sotana y bastón; y sin hablar
y mi lenguaje moderno!; ni ver a nadie –paseándose– dice:
pero yo los usaré,
en volviendo, sin remedio. (Se va). SACRISTAN: A la una al Kyrie eleison,
a las dos al campanario,
BENITO: (Solo, gritando)
a las tres al incensario,
Amita Rosa; ama Rosa,
a las cuatro a procesión,
venga usted, mi mariposa,
a las cinco a extremaunción,
no se muestre perezosa,
a las seis a ayudar Misa,
acérquese presurosa,
a las siete, la camisa
que ha venido don…¡por vida,
me puse, la sobrepelliz,
que no encuentro consonante!
a las ocho, a un infeliz
ROSA: (Sale). que le estaba dando risa,
¿Qué es esto Benito mío? fui a ayudar a bien morir;
¿Pero que ya eres poeta? a las nueve, a repetir
BENITO: Don Arganto me enseñó. la novena del Rosario;
a las diez, un relicario
ROSA: ¿Y qué estuvo aquí mi perla?
fui a llevar a componer
BENITO: Sí señora, pronto vuelve, a las once, fui a traer
y dice que usted lo quiera, la sotana de mi cura;
que es muy rico: tiene hormillas, y a las doce a mi hermosura
un cuchillo y una mesa, la vengo a abrazar y ver.
medio pliego de papel,
una silla patituerta, Al decir los dos últimos versos, ve a Rosa y la va a abrazar, y
a lo que ve a Arganto, que va entrando a la sazón, corre en
media onza de arenilla, puntas de pie y, callado, le empieza a dar trompadas; a este
un plato con dos calderas; mismo tiempo, Benito se tira al suelo riéndose, y el Sacristán,
en fin, tan sólo dinero corriendo, dice lo que sigue:
y ropa no sé que tenga.
SACRISTAN: Kyrie eleison, eleison,
ROSA: Eso no importa, pues yo que me rompan la cabeza;
nunca soy interesada; Domine ad ajuvandum
aunque no tenga dinero me festina, con presteza.

180 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 181


a río revuelto ganancia de pescadores
SACRISTAN: Querida Domina mea,
ARGANTO: Demonio de sacristán, ego siendo sacristán,
¿qué bruja, di, tan traviesa dabo tibi, si tú quieres,
te ha metido en la cabeza rentas meas que me dan.
que enamores tú también?
BENITO: (Desde el suelo)
¿No sabes que solo a quien
El poeta habla en francés,
es poeta, como yo,
y este sacristán en griego.
la gracia se concedió
de enamorar esta Rosa? ARGANTO: Ven, monigote, te ruego
y preguntemos cuál es
SACRISTAN: Usted enamore en verso,
al que quiere la morena.
yo la enamoraré en prosa.
BENITO: Esto sigue, es cosa buena,
ARGANTO: Pero si ella no te quiere.
aquí le levante yo. (Se levanta).
BENITO: (Desde el suelo)
Sabe Dios si le querrá. ROSA: Vete, Benito, a la puerta,
y ve si vienen los viejos,
SACRISTAN: Adivinaste: la niña
que no quiero que me encuentren
con más razón amará
con estos mozos.
no a un poeta como tú,
sino a un triste sacristán. BENITO: No quiero.

ROSA: Señores, por Dios, les pido… ROSA: Vete, Benito, no hagas
que me impaciente.
BENITO: (Desde el suelo)
Déjelos: veamos las fiestas BENITO: No quiero.
de qué modo acabarán; ROSA: Ya ves, Benitito mío,
¡ojalá le rompan el alma que si mi padre…
al diablo del sacristán! BENITO: (Más alto)
SACRISTAN: Tal vez que la muchachuela No quiero.
se esté muriendo por mí. ARGANTO: Vete, que yo te daré
¿No es así, niña? un verso para cantar.
ROSA: ¿Por ti? SACRISTAN: Veré que dentro de poco
¿Qué más, infame, quisieras? haré que seas sacristán.

182 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 183


a río revuelto ganancia de pescadores
BENITO: Voyme por obedecer ROSA: ¡Jesús, alhajita mía!,
a aquel que me ha hecho poeta, ya sabes que soy discreta.
y me ha dado una receta ARGANTO: Vamos, señor Sacristán,
para que no hable mi jeta migre usted luego de aquí,
sino en verso; voyme ya. que tan sólo me ama a mí
(Se va corriendo). esta muchacha: larán.
ARGANTO: (A Rosa) SACRISTAN: Si me quiere robaré
Vamos, sombra del Oriente, incienso en la Catedral
vamos, reina de las flores, para que pueda su casa
albañal de resplandores, y sus polleras sahumar.
y antorcha del Occidente;
ARGANTO: No, Rosita, que yo a ti
hable tu labio trompeta,
te enseñaré a bien parlar;
del sacristán o el poeta,
términos campanilludos,
¿a quién quieres más querida?
solamente hemos de usar.
ROSA: A ti, antorcha de mi vida.
ROSA: Ya sabes, Arganto mío,
SACRISTAN: ¡Oh, pulcra Domina mea!, que soy firme para ti,
¿por qué contra esta librea y mi amor dista del suyo
de sotana y de manteo como el cenit del nadir.
tan irritada te ves?
ARGANTO: ¡Oh, qué culta estás, mi vida!,
Si tú diligis a mí,
¡que rimbombombante estoy!
ego deligebo a ti,
y con esta dileccione Entra Benito corriendo, y gritando dice:
in utroque corazone...
BENITO: Oigan, oigan con los diablos,
ROSA: Cállese usted, Sacristán, que ya vienen los dos viejos,
no puede usted concebir cada cual con su bastón
el fastidio que dan y caminando ligero.
los monigotes a mí.
SACRISTAN: ¿Sí? Pues bajo de esta mesa
ARGANTO: ¿Y los rimbombos poetas guardo muy bien mi pellejo.
te placen, paloma mía? (Se esconde debajo de la mesa).

184 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 185


a río revuelto ganancia de pescadores
ARGANTO: (A Rosa) BENITO: (Desde el suelo)
Pues yo, luciente farol ¡Ay, Jesús!, ¡ay!, ¡ay!, ¡ay!, ¡ay!
de mi vida balbuciente,
ROSA: (Llorando)
me voy: porque es evidente
que mis pulcros consonantes Yo me muero de dolor
no me podrán libertar al ver a mi poetita.
de los palos que los viejos SILVESTRE: No, mi querida Rosita,
irritados me han de dar. centro de todo mi amor;
ROSA: ¡Cuánto lo siento, mi Adonis! soy viejo, pero conservo
BENITO: Los viejos se acercan ya. para ti todo mi corazón.

ARGANTO: (Asustado) ROSA: Quítese, usted don Silvestre,


Y la puerta, ¿dónde está? porque no le puedo ver.

BENITO: (Riéndose) ARGANTO: ¿Todavía no has de entender,


Desde que se hizo la casa vejete, que no te quiere?
está en el mismo lugar. JAVIER: (Le pega).
Calla la boca, trompeta.
Arganto va a salir, a tiempo que por la misma puerta entran
don Javier y don Silvestre, los que se encuentran con Arganto. BENITO: (Desde el suelo)
Javier levanta el palo para pegarle; Arganto retrocede Si le pegan más se muere.
asustado; Rosa se asusta; Benito, riéndose, se tira al suelo;
don Silvestre, con señales de amor, se acerca a Rosa. Don SILVESTRE: ¿Y por qué la señorita
Javier, corriendo a Arganto, dice los dos primeros versos que no me ha de querer a mí,
siguen, concluidos los cuales se para. sabiendo que soy honrado,
y que puedo subsistir,
JAVIER: Poetilla del demonio, sin andar importunando,
indecente malandrín. por aquí ni por allí,
ARGANTO: No me trate usted así, para que me den un pan,
insolente vejestorio, como usted, so malandrín?
porque con un latinorio, ARGANTO: Pero usted no sabe hablar
y un término altisonante… en el estilo francés.
JAVIER: ¡Qué altisonante ni diablos! (Le pega). JAVIER: Cállate, diablo. ¡Rosita,
al señor has de querer!

186 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 187


a río revuelto ganancia de pescadores
SILVESTRE: ¿No me ama usted, señorita? BENITO: Salga, que no lo han de ver.
ROSA: (Contando con los dedos) SILVESTRE: Calla, muchacho, que quiero
Una, dos, tres, cuatro, cinco, mi casamiento ajustar.
y seis veces digo a usted,
que sólo de mi Argantito BENITO: Pero, señor, si yo quiero
he sido, soy y seré. que se asome el Sacristán.

JAVIER: Pues su esposa no serás. ROSA: No se canse, don Silvestre,


su esposa nunca seré,
ARGANTO: Pues me voy al abogado, porque ya el centro encontré
para que al momento venga,
en el que descansa Rosa,
y un punto no se detenga,
y así, sólo seré esposa
y mis derechos sostenga,
de Arganto, mi dueño amado.
y con justicia mantenga
lo que a mí más me convenga. JAVIER: Este muchacho malvado
JAVIER: Que diablo de tenga y venga tiene la culpa de todo,
salvajón de los demonios. (Le pega). pues dejó entrar en mi casa
a este poeta o demonio;
ARGANTO: Ahora veréis, vejestorios, voy a darle una paliza
lo que ha de costar la fiesta. (Se va). a este muchacho tan torpe.
BENITO: (Desde el suelo, gritando) Levanta don Javier el palo para darle a Benito, pero a lo que
Tan, tan tan, Sacristán. este le habla, se suspende. Benito se levanta del suelo.
JAVIER: Calla, Benito. BENITO: No me pegue usted, señor,
SILVESTRE: Señora, y le diré con verdad,
en todo el mundo no habrá que bajo de aquella mesa
quien te quiera más que yo, está oculto un sacristán.
ni marido has de encontrar
que más valga. Al decir esto, sale el Sacristán apresurado de debajo de la
mesa y, asustado, dice:
BENITO: (Gritando)
¡Sacristán! SACRISTAN: Kyrie eleison, eleison,
voyme ya, no me hagan nada,
ROSA: (Aparte a Benito)
a oír la misa cantada,
Benito, mira que importa
el secreto. ¿Callarás?

188 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 189


a río revuelto ganancia de pescadores
y a tocar a prebendados, En la gaceta ha venido
pues no quiero en este mundo la derrota de un ejército.
más circunloquio primero, ABOGADO: (Se sienta).
ni circunloquio segundo. Oigamos a las dos partes
Va don Javier corriendo al Sacristán para pegarle, y al salir este para juzgar con acierto.
huyendo, entran por la misma puerta Arganto y el Abogado; al
SILVESTRE: Yo, señor, soy un pobre hombre,
verlos el Sacristán, se vuelve diciendo los primeros versos que
siguen: que no tengo que alegar,
sino que mi don Javier
SACRISTAN: Miserere mei pronto, me ha prometido casar
señor Domine abogado, con su hija; yo la idolatro,
porque aqueste don Javier y ella no me puede hablar.
quiere mihi dare palos.
ABOGADO: ¿Y la otra parte, qué dice?
ARGANTO: Sí, señor, apropincuemos
BENITO: ¿Quién, yo?
y ajustemos al momento
mi deseado casamiento. ABOGADO: No, animal.

ABOGADO: Vamos, señor don Javier, ARGANTO: Señor dueño de lo justo,


justicia est certum derechum yo tengo mucha razón,
de dare quod suyo es, pues me dio su corazón
y no dar lo que es agenun. la niña, y yo de ella gusto;
¿Entiende usted? que el viejo o el Sacristán…
JAVIER: Sí, señor. SACRISTAN: ¿Y cuándo yo digo nada?
ABOGADO: Y después de saber eso, ARGANTO: Comen de mi propio pan,
¿cómo ha pretendido usted, y me usurpan el derecho
del modo más indiscreto, que las leyes, dicho y hecho,
casar esta pobre moza me conceden y me dan.
contra su gusto y su genio? ABOGADO: Dice usted mucha verdad.
ROSA: Sí, señor; líbreme usted ARGANTO: Soy poeta sobre todo.
de ese viejo majadero. ABOGADO: Que se pruebe de algún modo.
BENITO: (En voz alta) ARGANTO: Proponga usted el asunto

190 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 191


a río revuelto ganancia de pescadores
en que he de poetizar. ARGANTO: En la línea equinoccial,
ABOGADO: La historia ha de ser el punto al lado del polo antártico,
sobre que se ha de tratar. a los dos grados del ártico
entre la zona glacial,
ARGANTO: César, Pompeyo, Sansón,
donde el hemisferio austral
Cartesio, Ulises, Menandro,
divide nuestro horizonte,
Holofernes, Alejandro,
a cuatro millas de un monte
Aníbal, Numa, Escipión,
inaccesible y fragoso,
Jerjes, Darío, Gedeón,
es la patria del famoso
Menelao, Jonatás,
gran poeta Anacreonte.
Séneca, Herodes, Anás,
Aquiles, Nemrod, Samuel, ABOGADO: ¡Raro ingenio!
Epaminondas, Abel, JAVIER: ¡Raro bárbaro!
Mecencio, Eneas, Caifás, ROSA: ¡Qué talento tan agudo!
Quinto Curcio, Faraón,
SILVESTRE: Como punta de colchón.
Leonidas, Mintas, Virgilio,
Aristóteles, Ovidio, ABOGADO: Pues, señor don Javier mío,
Diógenes, Turno, Solón, la recta justicia ordena,
Filipo, Marcial, Platón, según dice Justiniano,
con Tito, y con Vespaciano, Gómez, Vinio y Avicena,
asolaron el Romano el Conde de la Cañada,
Imperio. ¡Que barbarismo! los Digestos y Porsena,
y lo dejaron lo mismo San Ambrosio y Tertuliano,
con Santo Tomás, etcétera,
que la palma de la mano.
que no se puede a la niña
ROSA: ¡Jesús, qué sabiduría! de ningún modo o manera
JAVIER: ¡Cáscaras con el salvaje! casarla contra su gusto
con un hombre que no quiera.
SILVESTRE: ¡Qué bestia lo pariría!
JAVIER: Buenas bestias son usted,
ABOGADO: Amigo, muy bien lo hace. la muchacha y el poeta.
ARGANTO: Geógrafo también soy. ABOGADO: Calle usted, porque si no
ABOGADO: La prueba esperando estoy. yo le ajustaré la cuenta. (Se para).

192 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 193


a río revuelto ganancia de pescadores
JAVIER: Vaya usted enhoramala, Desde este punto, hija mía,
y nunca a mi casa vuelva. te niego mi bendición.
ABOGADO: ¿Cómo es eso de noramala? ROSA: Bravas penas paso yo.
¡por vida de mis guedejas! SACRISTÁN Para eso tiene la mía.
SILVESTRE: Pues si usted ni es abogado (Le echa la bendición).
ni ha visto el Cristo siquiera. SILVESTRE: Rosa, ya no te habré de querer.
ABOGADO: Que más se quisiera usted; ARGANTO: Para eso te quiero yo.
yo a los dos meses no más
de haber entrado en la escuela Se van los dos viejos.
supe la primera hoja
ROSA: (Al Abogado)
de mi cartilla, entera;
Señor, gracias impotentes
y de la escuela salí os tributa mi albedrío,
escribiendo de cuarenta. porque habéis al gusto mío
ARGANTO: Señor Juez, ¿qué hacemos pues? cooperado diligente.
ABOGADO: Echar a estos insolentes. ABOGADO: Dé usted la mano de esposa
BENITO: Corriente, amigo, corriente. a don Arganto y que él,
en señal de ser su esposo,
SACRISTAN: Por activa y por pasiva, se la estreche a usted también.
por gerundio y subjuntivo,
por el modo indicativo, ARGANTO: Rebosando en mil delicias
por el verbo sum, es, fui, se la estrecho muy gustoso;
por participio y trebejos ven acá, fermosa mía,
ya se acabó tu disgusto,
aporreemos a estos viejos,
ya serás feliz ahora
y que se vayan de aquí.
casada con tu Argantuco.
JAVIER: ¿A quién aporrear? ¿A mí?
ABOGADO: La paga de mi trabajo
ABOGADO, SACRISTÁN, ARGANTO, BENITO: es tan solo lo que espero.
Sí, señor, y prontamente.
ARGANTO: Mi Sacristán, mi Benito,
Los cuatro empiezan a aporrear a los dos viejos. amigos los tres a un tiempo,
démosle al abogadillo
JAVIER: (Huyendo)
palos, en vez de dinero.

194 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 195


a río revuelto ganancia de pescadores
Los tres van a porrazos sobre el Abogado. ARGANTO: Toma obsequios. (Le pega)
ABOGADO: (Corriendo) SACRISTAN: Toma tu también. (Le pega).
Pícaros, después que yo
los dejo tan bien casados. Se agarran a pelear, y lo que los ve Benito, carga con la
muchacha y se la lleva, diciendo:
ARGANTO: Démosle hasta que se vaya.
BENITO: Ahora me la llevo al cura,
Le dan.
y me caso sin temores;
ABOGADO: (Se va huyendo) porque a que me dé el sí
¡Vayan ustedes al diablo! la obligaré a pescozones:
ROSA: ¡Jesús, cuánto me divierten Señores, a río revuelto
estos apacibles ratos! ganancia de pescadores.

ARGANTO: Querida mía, el poeta


no puede tener contrarios,
FIN
porque a todos vence
o a palos o a terminazos.
SACRISTAN: Ahora falta solamente
que yo le haga mis cariños
a mi novia refulgente,
por participio de presente,
y al son del Kyrie eleison.
ARGANTO: ¡Cariños a mi mujer!
¡Un demonio para ti!
SACRISTAN: ¿Y la una mitad no es tuya
y la otra para mí?
ARGANTO: No me hables otra palabra
sobre ese particular.
SACRISTAN: No hay remedio, mis obsequios
un momento ha de aguantar.

196 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 197


El valiente fanfarrón
y criollo socarrón
o El gaucho 1ª Parte
Anónimo
> el valiente fanfarrón y criollo socarrón o el gaucho 1a parte
Sainete

PERSONAS QUE HABLAN EN ÉL

1ª. JUANCHO
2ª. JUSEPA
3ª. PANCHA
4ª. CHIVICO
5ª. GARCÍA, valiente fanfarrón
6ª. UN SACRISTÁN
7ª. EL ALCALDE DEL PAGO
ALGUACILES
8ª. CHINGOLO

LA ESCENA REPRESENTA UN RANCHO, EN EL QUE HABRÁ DOS CABEZAS DE


VACA POR ASIENTOS, UN BANQUILLO, UN BRASERO EN MEDIO, CON
FUEGO Y EN ÉL UNA CALDERA CON AGUA CALIENTE. AL CORRERSE EL
TELÓN APARECE JUANCHO EN UNA CAMA HECHA DE SU RECADO; JUSEPA
Y PANCHA SENTADAS EN UN CUERO JUNTO AL FUEGO TOMANDO MATE Y
SOPLANDO EL FUEGO LA UNA CON LA POLLERA, SE SIENTA JUANCHO EN
LA CAMA Y DESPUÉS DE BOSTEZAR Y ASPEREZARSE DICE:

JUANCHO: Pucha, como mei dormido decho parece ques tarde ¿Jusepa
has saco leche? Echa, pues, viamos un mate.
Sale debaxo del poncho con botas y espuelas, bosteza, arrima
una cabeza al fuego, se sienta junto a su hija, dándole palmadas.

Hija dun cabrón, la muchacha,


si estás gorda, Dios te guarde:
¡Si pareces una vaca!
besá la mano a tu Padre. (Le da la mano).

antología de obras de teatro argentino 203


el valiente fanfarrón...
PANCHA: ¿Mi padre la bendición? (Rascándose la cabeza). y es ño Chivico me hace.
JUANCHO: Dios te bendiga, y te guarde, y te haga una santa ancina, JUANCHO: Aonde diablos se habrá ido (Se levanta y se asoma).
como la yegua é tu madre. este animal: más-sperate
JUSEPA: ¡Animal! ya empieza el bruto: (Le da mate) aya había estado en el vajo:
no siá sonso; tome y calle Chivico és, ben lo pispastes
que más se quisiera uste sopla Jusepa ese fuego
anoche ha estao de bayle: mate chirle me encaxaste.
demontre el viejo baboso, JUSEPA: No hay yerva: ¿por qué tu anoche
a-quioras vino á acostarse. del fandango no agarraste?
PANCHA: ¿Con que usté se fue al fandango, JUANCHO: Aora mi amigo Chivico
y no ha venido á yevarme? veremos si alguna trae.
JUANCHO: Y en verdá que me pesó Dentra Chivico
por que casi no había nadie:
CHIVICO: Lao sea Dios.
yo hice tocar zapateao
JUANCHO Y JUSEPA :
y no había quien bailase:
Paa siempre.
¡no ei visto Chinas mas sonsas,
fandango mas miserable! JUANCHO: Amigo Chivico, bajese.
ni cigarros ni aguardiente Sale Chivico con el sombrero á medio sacar y una bolsita en la
paa remojar el gasnate: cintura la que traera yerva.
ve, hija, si está mi caayo,
echa pues, vieja otro mate. CHIVICO: Güenos días les de Dios.
JUANCHO: Dentre, amigo, Dios le guarde;
Se va Pancha rascándose la cabeza a dos manos.
habrá galopao mucho
¿Ño Chivico no ha güelto? velay aquí onde sentarse.
el se fue al Pueblo ayer tarde. (Le arrima una cabeza al fuego).
Sale Pancha lo mismo que fue. ¿Como le ha ido en el Pueblo
que hay por aya de novedades?
PANCHA: Mi padre no está el caayo
puee ser quee soltase: CHIVICO: Jó una perra el mancarron,
aya viene uno al galope, de gordo está que no vale

204 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 205


el valiente fanfarrón...
á juerza dé-espuela apenas y ¿ña Jusepa es barro?
lo hei hecho que galopase: aquí en el pago es en balde
decho está torpe y pesao; yo la echo á sacar la oreja
¿no ve como estoy é-sangre? de tapao, aunque me ganen:
¿Como está ña Jusepa? por eso ño García
JUSEPA: Guena páa guste me mande; cierto que anda que se lambe;
¿y á uste como le había ido? y ese Doctor Sancrinstan
pero al pobre ¡Dios le guarde!
CHIVICO: Siempre de verla con ambre.
que se ande, no más, chanciando,
JUANCHO: ¿Amigo Chivico yerva verá que caro le sale,
por fortuna no nos trae? pues también al guapetón
CHIVICO: Sí amigo media librita le hei arrimar el come-carne. (Da el mate).
(Saca la bolsa de la cintura). JUANCHO: No se-noje amigo viejo.
nesta bolsita trage
CHIVICO: Ño Juancho uste no sabe
por que too está tan caro
yo me enfao con razon,
que dá miedo: ¡Dios nos guarde!
mucho tengo que contarle.
Tome pues ña Jusepa
y valla sebando mate; JUANCHO: Voy arrimar mi Caayo… (Se para y se aspereza).
Ña Panchita, ¿como le ha ido? Pero igame, amigo, antes
Uste siempre, ya se sabe ¿no mi ha visto por fortuna
como la Rosa de Mayo. aquel malacara grande?

PANCHITA: Sí Señor, Dios se lo pague. (Rascándose á dos manos). CHIVICO: ¿Aquel que solía estar
¡Ha ño Chivico! cierto en la e los alazanes?
que se ha perdido-el bayle. JUANCHO: Sia-partao é la yegua
JUSEPA: Toma el mate, che Panchita y yo no se onde pase:
levantate y alcánzale. (Le da el mate). hei campeao por too eso
ni el rastro hei podido hallarle:
CHIVICO: Uste y ña Jusepa
¡un animal tan siguro,
habrán zapatao bastante;
que nunca suele-apartarse!
¡ah! ¡ña Panchita vieja!
No há haber otra que la iguale, CHIVICO: ¿El no tenía su marca?

206 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 207


el valiente fanfarrón...
JUANCHO: Del jamon haci-esta parte (Se señala á sí mismo). con usted, ña Panchita
al lao el enlazar me ha-e quitar que me case
tenía esta marca acordate: ya le he-icho muchas veces
(Saca el cuchillo y pinta la marca en el suelo) que una guantada lencage;
aquí le hacía como flor pero uste se hace la sonsa
y media luna al remate. y le exa que se abrase.
CHIVICO: Dice bien ora me acuerdo: PANCHITA: Ora, ¿pues yo queide hacer?
es la é la estancia grande. Avisel-usté á mi padre.
JUANCHO: Esa mesma, vé por ahí CHIVICO: Aorita nomas que vamos
si acaso me lo topases: toitito heide contarle
voy á ensiyar paa que vamos que por que yo me hago sonso
á mudar y campiar carne. (Vase sacando el recado). amí... si no hay quien mengañe:
cierto que á estos dos lagartos
CHIVICO: Ahora vamos al campo
los conosco días hace.
y han e venir al instante
el Guapetón y el dotor Sale Juancho, refregándose las manos y se suena en el
émanos á juguetearse poncho que trae.
Vms. tienen la culpa
JUANCHO: Amigo Chivico, vamos. (Se para, vase).
que han é exar manosearse.
CHIVICO: Si seño quando gustare.
JUSEPA: Ño Chivico le consta
Queen con Dios hasta luego. (Vase).
que yo no doy mano á nadie:
ño García es un hombre JUANCHO: Poné un asao, si hay carne. (Vase).
que he confiao le traes. JUSEPA: Hecho el diablo está Chivico:
CHIVICO: Pues ña Jusepa uste haz-muy bien denojarse;
¿por que no lo echa á la calle? pero si ño García
no hei visto hombre mas infame
JUSEPA: Por ques amigo de Juancho
ya le heícho que no juegue
y Juancho puede enojarse.
y no quiere sosegarse.
CHIVICO: No, pues á ese Sancrinstan
PANCHITA: El Dotor es muy travieso
puee quel diablo lo cargue:
pero el siempre me trae

208 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 209


el valiente fanfarrón...
recortes de ostia y por eso sea su vicario á Capite. (Arrima una cabeza y se sienta).
yo no me atrevo á pegarle. GARCIA: ¿Doña Chepa esta Vmd. muda?
JUSEPA: Pues verás como Chivico JUSEPA: ¡Ora! ¿que quiere que se hable?
á tu padre ha de avisarle.
GARCIA: Saludarnos con cariño
PANCHITA: Mejor: ojala los eche y mas á este fino amante.
si Chivico ha enojarse.
SACRISTAN: Panchita mia, ¿que tienes?
Vamos á ver la quajaa,
¿que no has querido mirarme?
no se que sa vinagre... (Sale, se asoma y vuelve).
vaya, tu quieres recortes
ya vienen los dos postemas
toma que aquí te los trage. (Le da recortes)
vamonos al corral, madre.
GARCÍA: Valla Chepita un cigarro
JUSEPA: Dexalos no mas que vengan,
del Paraguay que es mas suave.
vení á mi lao sentate.
JUSEPA: Estimo mucho. (Lo toma, enciende y pita).
Sale el Sacristán de negro, corto, ridículo, un palito en la mano.
García de chaqueta, espada en cinto, un par de pistolas á la GARCIA: ¿Es ámi, ó al cigarro?
cintura, y caravina debajo del brazo.
JUSEPA: Quien lo sabe...
SACRISTAN: Hic est domus; bueno vá. SACRISTAN: García amigo malorum,
GARCIA: Deo gracias. aquí hay novedad notable:
mucho silencio estas caras
SACRISTAN: Amica, ave.
nada tienen hoy de afables:
JUSEPA: No os mires; sopla el fuego (Aparte á Pancha) no nos convidan siquiera
dejalos nomas; cayate. con el divino brevage
GARCIA: Hermosísima Jusepa. á quien los Doctores damos
SACRISTAN: Pancha, Panchorum de Panchis. propio el nombre de Zumaque.
Doña Jusepa en su gesto
GARCIA: Permítame que á su lado... vivo retrato es del angel
SACRISTAN: Permítame que arrimarme... á quien Príncipe tenebrosum
GARCIA: Pueda llegar este amante. llamaron Obispos y Frayles.
Mi Panchita, mil pucheros
SACRISTAN: Sea Cardenal á latere,
está aciendo y mil visages
y en esta monda y lironda

210 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 211


el valiente fanfarrón...
y entre lagrimas y mocos Juancho no es de güenas pulgas
dá indicios de sus pesares: y el pago no quiere que hable
vaya Pancha de mi vida asi U. con el dotor
¿un cariñito no me haces? será bueno que se larguen:
dame á besar esa mano vamonos Pancha al corral
con que hoy sin duda ordeñaste... la quaaja no se pase.
Quiere tomarle la mano y ella la retira con enfado. Vanse las dos

PANCHITA: No sea confiado, antes que SACRISTAN: Ahora sí que nos dejaron
una guantaa le zampe. qual suele decirse amabilis.
SACRISTAN: No, yo de ese proveido Ay amor! requien eternum
le doy traslado á la parte. (Señalándole). Pancha, requiestat in pace.
García, ¿que te parece?
GARCIA: Jusepa, monina, vaya
el tal Chivico vergante
¿á tu García constante
ya á la hora de esta le ha dado
no le dás una manopla
á Juancho el muy votarate,
con que tanto incendio aplaque?
de todos nuestros amores
JUSEPA: Haga chispa, como no; cuenta y si ellos vuelven... zape
que no venga a incomodarme y nos encuentran aquí
le heícho muchas veces; está á riesgo que nos casquen.
pero uste ni caso que hace:
GARCIA: ¿Como es eso de cascar?
Chivico anda maliciando,
vaya que eres un cobarde
y á Juancho que ha é contarle,
teniendo al lado un García,
esta mañana lo ijo
¿que puede haber que te espante?
de uste y el doctor los lances;
¿Digo, son estas de corcho?
y á Pancha le ijo hoy
(Las pistolas).
que un guen guanton le soplase,
¿Esta espaa nada vale?
al Doctor, y que á el y á uste
pues dígome si esta acaso
yo al infierno los mandase:
la traigo yo aquí devalde.
con que así ño García
(Por la carabina).
Chivico quiere casarse,
¿Pero que digo con armas?

212 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 213


el valiente fanfarrón...
como un poquito me enfade muchas cosas que uste inora
á punta-pies solamente que hay en su casa avisarle.
arrollase cien gigantes. Ño Juancho, yo soy mozo
Por cierto es bonito el niño! pobre, como todos saben,
que con fiestas no se anden, pero soy mozo de prendas,
que los Juanchos y Chivicos buen lomiyo, buen herrage,
han de volar por los ayres. mis guenas gergas, guen poncho,
No nos hemos de ir, siguro está que me falten,
Doctor, amigo, corage, y tengo gracias á Dios
y si acaso hay de nuevo algo mi tropilla de animales.
dejame a mí esos salvages. Soy mozo traajador
SACRISTAN: Eso sí, amigo García y en cualquier yerra ó aparte
vive un hombre bonitatem: no yerro tiro de lazo
y con tan buen adjutorium ni echo las bolas en valde.
vaya el amor adelante. JUANCHO: Es cierto amigo, y por eso
GARCIA: No hay cuidado mi Dotor le hei ofrecío á Pancha darle.
que aquí el cobre bien se vate. CHIVICO: Por eso mismo, sí seño,
SACRISTAN: Pues vamos, vamos García ya el diablo está por llevarme
allá al corral á ayudarles, porque ha he saber uste
que están apretando quesos que quando uste al campo sale
y á mí algo me aprieta el hambre. ese guapetón García,
y ese que habla ese lenguage...
Vanse. Pito. (Telón). Aparece selva corta. ese Dotor Sancrinstan
Salen Juancho y Chivico y al salir dice Juancho. que en jamas lo entiende naides,
lo estan expiando y lueguito
JUANCHO: Dejele la rienda arriba,
se vienen á chacotearse
ni pa pienso hay maniarse
con ña Jusepa y Pancha:
sientese amigo Chivico
eyos suelen recelarse
viamos su yesquero saque.
de mí, pero atras del horno
CHIVICO: Ahora, ño Juancho, quiero suelo yo á veces estarme:
(y perdone que lenfade)

214 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 215


el valiente fanfarrón...
y desde allí lo hei visto se alborotan los baguales.
y casi echo un disparate, JUANCHO: Tal vez sea Chingolito
y así uste ponga remedio, que aora Blas mi compadre,
por que si esos siempre entrasen al Pueblo se lo yevo
en su casa ño Juancho y puee-que ya no tarde.
yo del Pago heide ausentarme:
CHIVICO: El nomas tiene-éseos,
la verdad no mas leígo
porqués cosa que se lambe
y haguste lo que gustare. (Se levanta). por andar violando potros,
JUANCHO: Con que toitito eso había y es muchacho é corage.
¿por que no ma icho antes? JUANCHO: Por cierto amigo, que lo es
yo pondré remedio en too, y de un bagual ha hecho á parte:
conmigo no han de chanciarse: montemos, saque las volas
dígame, amigo, ¿Jusepa no se-cosa que dispare.
y Pancha que es lo que hacen?
Vanse.
CHIVICO: Ña Jusepa los reta Aparece un rancho con su banderita y su palenque. Sale
¡pero eyos-que sosegarse! Chivico.

JUANCHO: Si supiera yo que en CHIVICO: Hy pu... en el sayno negro


casa aora los encontrase, cierto que me le agaché,
derechito había dío y al primer tiro de bolas
por que el caso ejimportante. tun, tun, tun aya se fue.
CHIVICO: Tan fixo es que están
Sale Juancho.
alla como uste es Juancho González.
JUANCHO: Pues, amigo, venga, monte, JUANCHO: Dejalo nomas Chingolo
vamos un susto a pegarles. que se revuelque-en el suelo:
Mejor será con las bolas vamos á tomar un trago
los caracus ablandarles. por que uste ha de traer dinero.
CHIVICO: Como uste disponga, amigo, Se acercan al rancho, hablan con uno; sacan un baso y se
montemos pues; pero aguarde ponen á tomar, recostándose al palenque. Sale Chingolo.
que por aquellas quchillas

216 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 217


el valiente fanfarrón...
CHINGOLO: ¿Peo ha visto ño Chivico JUANCHO: Amigo Chivico ha visto
que gordesta que moruno? que-e too da razon?
CHIVICO: Ña Jusepa lo ha e-querer Decime no hubo fandangos
paa que sea su cojudo. de Cielito y Pericon?

JUANCHO: ¿Muchacho donde ha andao CHINGOLO: Huvo pero yo no estube,


que tey estao-sperando; por que el amigo Ramon
y-espues de tantos días ansina que fue de noche
nos venís alborotando? á una Casa me llevó
que le llaman la Comedia
CHINGOLO: Hey andao por el pueblo
del Diablo Predicador.
con el amigo Ramón,
¡bien haya el hombre! por Cristo JUANCHO: ¡La pu...cha! ¿Que
tan amigo éprosicion. es lo que has dicho?

JUANCHO: Vaya, contanos que viste. CHINGOLO: ¿Que no lo cré? Sí seño.


Es una casa muy grande,
CHIVICO: ¿Amigo Chingolo que vió?
toda por dentro es galpón
CHINGOLO: Yo ví un Santo muy grandote, donde se sienta la gente
que llevaban entreos, y también me senté yo;
con un perro, que sin duda y por cierto que a un matucho
debía ser muy comilón, que medio ansí me toco,
pues un panbaso en la boca casi le saque el mondongo
tenía de este grandor. (Señala en el cuerpo). por tan malo y guapeton.
JUANCHO: Hombre que Santo era ese? Cerca del techo había un zarzo
y en toitito el reedor
CHINGOLO: Dis-que San Pasqual baylon.
galopeaban las mugeres
JUANCHO: ¿Que mas viste Chingolito? como yeguas, sí seño
CHINGOLO: Ví, peo que se yo y como moscas á veces
muchos Padres que allí andaban formaban un peloton
cantando queinchion, quera imposible-rrar tiro
con un cogote lo mismo cogiéndolas en monton
que lonjas de mancarrón. yo no see quee miraban

218 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 219


el valiente fanfarrón...
(mas que todas unas dos) JUSEPA: Muchacha, atiza ese fuego
que por aquí les colgaba no se cosa que se pague.
á manera-e fiador.
Sopla Pancha, sentandose en el cuero y Jusepa después de
A cada istante, relinchos,
limpiar se sienta y todos lo mismo que antes.
coseaban, les daba tos,
y sin quitarme la vista, SACRISTAN: Y yo me vuelvo al lugar
hasta que menojé yo, que ocupaba parum antes.
y sacandome las bolas
ya iva a arrimarles por Dios GARCIA: Y yo junto á mi Jusepa
quando ansina que me vieron vuelvo otra vez á clavarme.
ningunita me chistó. JUSEPA: Mejor fuera que se fueran
Abajo hay dos andanaas a moler alla otra parte.
da quartos y un corralon
GARCIA: Con que mi amada Jusepa
onde vajo echando fuego
por la boca un mancarron, no he de poder ablandarte.
en que venía montado SACRISTAN: Con que mi adorada Pancha
el comediero mayor. que no hai de desenojarte.
JUANCHO: Andate á esa Chingolo Mira Pancha de mi vida,
mirá que sa puesto el sol oye, que voy á contarte:
y Pancha comesta sola ya yo he ojeado una Casulla
tendrá-pagado el fogon. de espolin viejo y telille
un jubon completamente
CHIVICO: Decile que caliente agua
dos amitos con encajes
y que alla vamos los dos.
te tengo para pañuelos.
JUANCHO: En estando toos juntos
PANCHA: ¿Y eso el Cura ya lo sabe?
nos contarás. (Vase).
SACRISTAN: Como saberlo? Nequaquam
CHINGOLO: Sí seño.
todo eso es de rapio rapui
¡Ah mancarron ardiloso!
por que el que sirve al altar
revolcáte; aya voy yo. (Vase).
de él mismo ha de sustentarse:
Pito. (Telón). Vuelve la escena 1ª. Salen Jusepa, Pancha, del vino para las misas
García y el Sacristán; García con las mangas arremangadas; te daré el que gustares
Jusepa vá á limpiarse las manos y dice:

220 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 221


el valiente fanfarrón...
también te daré puñados CHINGOLO: Quite alla só monigote
de incienso para zahumarte aparte nos torve el paso
y de arina de las hostias mire que vengo caliente
haras tortas a millares y le he de arrimar un guascaso.
mira bien á un Sacristan Mi madre la bendición.
Pancha mía lo que vale JUSEPA: Dios tihaga un Santo muchacho.
y si un hombre que [...]
CHINGOLO: ¿Pancha como te va llendo
por un gaucho ha de dejarse.
ya tienes deamano el guacho?
GARCIA: Jusepa del alma mía
PANCHA: Desde que te fuiste tu
¿que este valor no te agrade?
que no viene por el rancho
¿No ves que por mis respetos
con la yegua é-mi madre
todos han de respetarte?
anda medio alborotao.
El más pintado del Pueblo
viéndole á tí por la calle JUSEPA: ¿Chingolo, no te sentas?
hasta el suelo de temor habeis de venir cansao.
el sombrero ha de quitarse CHINGOLO: Valla pues nos sentaremos.
por que aquel que al pasar tú
JUSEPA: Decime, ¿no has visto a Juancho?
hasta el suelo no se incare
sabrá con este abanico Se sientan todos.
tu García echarle al ayre. CHINGOLO: Aya con ño Chivico
JUSEPA: Y el Seño alcalde á usté lo deje tomando un trago.
¿no lo soplará en la carcel? SACRISTAN: Amigo Chingolo, venga
GARCIA: ¿A mí? ¿Jusepa estás loca? de lo que ha visto cuente algo.
vaya; estupendo dilaste. CHINGOLO: Tantas cosas tengo vistas
De un García se estremecen que ya ni memoria hago
aun las furias infernales, pero me acuerdo que ví
y así sin temor mi Reyna lo mismo que usté un diablo
dale á tu García un guante. de la Cruz á la Cola
Sale Chingolo. ni mas ni menos pintao.
SACRISTAN: Exi torar maledicit.

222 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 223


el valiente fanfarrón...
GARCIA: ¿Era de apié o de acaballo? SACRISTAN: A tu Dotor Pancha mía
CHINGOLO: Hechaba llamas de fuego ¿no le das osculum pacis?
por la boca y por el rabo; Hace que vá ha abrazar a Pancha, se saca esta una chancleta
ansí como uste sería y se levanta.
en lo torpe y mal hablao.(Al Sacristán)
PANCHA: Mire con este zapato
Tomá Pancha este rosquete (Lo saca del poncho)
tengo la geta de incharle.
mi madre tome un pambazo.(Id. de la camisa)
Mire que agora mismito GARCIA: Jusepa, en batalla estamos
yo del horno le hey sacao, tira ¿y a que no has de darme? (Saca la espada).
voy á ver un bagualon SACRISTAN: García, amigo, ahora es tiempo
que en el campo hemos boliado fuego al enemigo, ataque.
y como estraña las casas
Toca el Sacristán ataque con la boca, embiste a Pancha; y ella
ha de estar alborotao. le dá chancletazos; Jusepa le tira palos a García y el los ataja
Che Pancha yo no hei comío con la espada, y á un rato agarra la escoba de Jusepa, y el
Sacristán la chancleta, y se retiran.
poneme pues un asao,
mirá que cuando no como SACRISTAN: Victoria por Federico (A García)
suelo ser un poco bravo. tu has ganado este estandarte
Eche á un lao la osamenta, yo he ganado este Chapín (Mostrando)
la pucha que viene armao... del Gran Gigante Palafre.
(Salta por sobre García y queda mirándolo. Vase). PANCHA: (Enfadada) Bueno está señó Dotor
GARCIA: Vaya pues encanto mío; yo á Chivico heide avisarle.
pico de pulida plata JUSEPA: Al punto que venga Juancho
no le das á tu García de too le heidar parte.
el pie, la mano ó la pata.
Salen Chivico y Juancho: este con un lazo enrrollado en la
Le agarra la mano, ella da un tirón y se levanta, agarra la mano y dice:
escoba y dice Jusepa.

JUSEPA : Con esta escoba en los lomos JUANCHO: Aquí estoy Jusepa queraá,
le heide dar como magarre ¿que querías avisarme?
yo leide hacer atrevido SACRISTAN: Mortus sum.
anímese por su madre. (Tiembla haciendo sonar los dientes)

224 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 225


el valiente fanfarrón...
CHIVICO: ¿Por qué tiembla? y que cuando salgo al campo,
SACRISTAN: Es el mucho frío que hace. al instante á chacotearse
con mi muger y mi hija
JUSEPA: Ño García ha querido conmigo...
vienen (estoy de corage
GARCIA: Fino mostrarse: que rabío) y to tras el horno
No es justo que una señora hoy he venido á-pearme,
barriera y yo la mirase conque hei podido muy bien
con que le quité la escoba, e-lo que pasa enterarme,
y ella ha querido enojarse y ansí ni uste ni el Dotor
y decía que en viniendo me pisan mas los humbrales.
vos había de avisarte.
SACRISTAN: Yo humilis servus et pauper
JUANCHO: (Con sorna y risa)
obedezco sin chistarle.
Decho es muy cumplío usté
es cierto no hay que admirarse. GARCIA: Señor Juancho extraño mucho
que de ese modo me hable;
CHIVICO: ¿Y uste con ese zapato
parece que se ha olvidado
que tiene en la mano caase?
que soy García-Olivares,
PANCHA: Yo con él... de quien este pago entero
SACRISTAN: Pisaba mal, tiembla de solo mirarme:
y en la dotorería, este arte ¿usted da credito a un hombre
de hacer zapatos se aprende bruto y de tan mal pelage?
y es por Barbara celarim. CHIVICO: (Haciéndole cara) Bruto y pelao será él
CHIVICO: Mas barbaro será él. y uste como habla repare.
(Hace que le va á dar y el se echa en el suelo). GARCIA: Si me enfado verá el bestia...
JUANCHO: Amigo Chivico aguarde. CHIVICO: Chapetón, salí á la calle.
Ño García informado (Se echa el poncho al abrazo y vase).
estoy: ya no hay que escusarse:
GARCIA: Bribon ahora lo verás.
hoy Chivico me ha contao
(Toma la carabina en una mano y en otra la espada y vase).
todas sus abelidades
que uste y el Dotor me ha icho JUANCHO: Voy a Chivico á yudarle.
socupan siempre en espiarme

226 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 227


el valiente fanfarrón...
Pito. (Telón). Selva corta; Chivico reculando con el cuchillo en (Palméandolo y agarrandole la oreja)
la mano y siguiéndolo García con espada, y carabina; atras
Juancho con el lazo armado. Escondido el Sacristan...

CHIVICO: ¡Aora lo verás, valadron! SACRISTAN: Fate


GARCIA: ¿Que no haya quien nos aparte? en acabando con el
ámi querran ensillarme,
JUANCHO: Este bagual no es damano y así hospite in salutare
mejor será que lo enlace. (Lo enlaza). bueno será dispararse.
CHIVICO: No la floje, amigo viejo
Sale corriendo y al irse lo ve Chivico y lo bolea.
dexeme que lo esarme.
Tira Juancho y Chivico lo desarma CHIVICO: Aquel abestruz se escapa
pero ¡quando habia derrarle!
GARCIA: Que me matan compañero SACRISTAN: ¡Ay que las piernas me han roto!
señor Juancho usted se apiade. Eleyson y mas me amparen.
Sale Jusepa corriendo. CHIVICO: Oiganle, el de los latines
JUSEPA : Juancho, Chivico, por Dios ya verá ora que le valen.
no se pierdan, mien lo que hacen. Sale corriendo Pancha.
JUANCHO: Cayate sonsa, queora PANCHA: Mi padre, ño Chivico,
vamos nomás amanzarle, al Juez viene y gente trae.
corre traime mi recao
Chivico, amigo piale. Sale el Juez y acompañam.to.

Marcha Jusepa. Con la punta del lazo le atan los pies. JUEZ: ¿Que bulla hay aquí, que es esto?
JUANCHO: No es naa, Seño Alcalde
GARCIA: ¿Que vais á hacer hombres?
nos estamos divirtiendo.
JUANCHO: Naa, como se doma enseñarle.
GARCIA: Con la perra de tu madre
Jusepa con el recado. habrá de ser, que diversión
como un borrico apialarme.
JUSEPA : Aquí ta el recao yá.
(Se va desatando el lazo).
JUANCHO: Oygan el bagual arisco
SACRISTAN: Y á mí tambien sin respeto
y esta suave como...

228 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 229


el valiente fanfarrón...
como á un abestruz bolearme, esto el Seño que pasa
sin mirar que soy graduado sentencie lo que gustase,
en utroque y en utraque. que su merced es el cuchillo
JUEZ: Este es un gran atentado nosotros somos la carne.
y es menester castigarle. JUEZ: (A García y Sacristán)
JUANCHO: Escucheme su merced... En este caso la culpa
en ustedes dos recae:
CHIVICO: Su Paternidá saplaque.
y el remedio debe ser
JUANCHO: Ha é saber su Señoría... que uno con Pancha se case.
CHIVICO: Su ecelencia ha-enterarse…
SACRISTAN: Yo por mí, abrenuncio Satana
JUEZ: Hable uno solo no mas. por mil razones legales,
JUANCHO: Pues, Seño, este es el lance. prima que soy Sacristán
D.n García y el Dotor y el concilio dare
vinieron aquí a jugarse non potest un eclesiástico
co-mi muger y mija; ni nubere, ni nubare.
yo los piye y al istante Secunda por que las bolas
les ixe que-e-mi casa de Chivico han de alcanzarme
volandito se ausentasen. si con sentimiento queda
Por eso ño García de este sucísimo enlace:
luego quiso propasarse y así echando un vade retro
lenvistió con la s-copeta cedo á García mi parte.
á Chivico y a-rrimarle GARCIA: ¿A mí? ¡bueno fuera eso!
el lazo me ví forzado ¿Yo había de matrimoniarme
por que no le isparese, y tener por suegro un hombre
y como le ví tan bravo que si me viera enojarme
quise un guen reparo darle. traiga el recado, me ensille
El Sanscrinstan quiso huir y como potro me amanse?
mas Chivico sin cortarse Señor Juez sepa que yo
la-rrimó las tres marías mas quiero que mande á horcarme.
paa-queno se-scapase:
JUEZ: ¿Y Chivico que dice á esto?

230 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 231


el valiente fanfarrón...
CHIVICO: Sí seño quiero casarme. e entremos, vaya darle
JUEZ: Pues dale la mano á Pancha. al muchacho pa-que traiga
del Pueblo too al instante.
CHIVICO: Sí: del corazón me nace.
Dentre su mercé Seño
Se dan las manos les echa la bendición. que uste ha de romper el bayle
pues en la Compaña honrada
JUANCHO: Dios los haya bien casaos. tenemos quien toque y cante.
¡Ah Panchita te enyenaste!
TODAS: Vamos que vivan los novios
que Chivico-sta de peya,
y aquí el Saynete acabe
y parece un guey grande,
pidiendo todos rendidos
morrudo novio te llevas.
nos dispensen sus piedades.
JUEZ: Pues todos hagan las paces.
JUANCHO: Sí seño, y á su mercé
y á toos los circunstantes FIN
nos han dacer el favor
para el fandango quedarse.
JUSEPA: Su ecelencia Seño Juez
ojala que nos honrase.
JUANCHO: Votavá no macordaba
que hoy no puee ser el bayle.
SACRISTAN: Dice bien Juancho pues no hay
ni agua con que labarse.
JUSEPA: Pues-erá para mañana
que yo necesito antes…
JUANCHO: Cayese no sea habladora
quien le mete á U. nia naide
así esta yegua también…
Dispense seño Alcalde,
too está-ora mesmo pronto

232 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 233


Las bodas de
Chivico y Pancha
o El gaucho 2ª Parte
Anónimo
> las bodas de Chivico y Pancha o el gaucho 2a parte
Sainete

PERSONAJES
JUANCHO
CHIVICO
CHANO
CHINGOLO
ALCALDE
GARCÍA OLIVARES
SACRISTÁN
JUSEPA
PANCHA

ESCENA
INTERIOR DE UN RANCHO. BANCOS Y CABEZAS DE VACAS UN IJAR PARA
SENTARSE LAS MUJERES, UNA MESA CHICA DONDE HABRÁ UN CHIFLE CON
AGUARDIENTE, CIGARRILLOS Y UN JARRO DE HOJA DE LATA. APARECEN
JUSEPA Y CHINGOLO ACOMODANDO LOS TRASTES.

JUSEPA: ¿Hais visto hombre más atao


que este Juancho? Ya me hace
que agorita han de venir
de la Ilesia, y pa mudarse
no hai de tener tiempo. (Sale).
JUANCHO: ¡Vieja!
¿Ya rigañáis? ¡Si es de balde!
Sois la lonja.
El manuscrito de Las bodas... está firmado “por Collao”. JUSEPA: La verdad:
El apuntador Francisco Collao sería el copista de la obra,
en Montevideo. El autor no es conocido.
maldito V. lo que hace,

antología de obras de teatro argentino 237


las bodas de Chivico y Pancha...
metío allá en la cocina, Mientras que voy a lavarme
se está fajándose al mate y componer todo, Juancho,
y yo que tengo aquí tanto componga aquello, y no ande
que hacer…Quitá vos, salvaje. bebiéndose el aguardiente. (Vase).
(A Chingolo) JUANCHO: Chingolo, hijo, andá arrimate
Agora vienen los novios, a ver si vienen los novios,
y la gente, y mi comadre, redepente no se encajen.
y no ha de haber hecho naa. Hoy nos himos de sacar
la frisa luego en el baile;
JUANCHO: Callate sonsa, callate.
y después ma vis de echar
¿Pensaréis que estao ocioso? la tropilla de animales
¡Yegua vieja!, te engañastes: al corral; con eso ansina,
¡quién ha ordeñao sino yo! mudaré el patán. ¡Quién sabe!
Andá a la cocina, andate, Puede que se ofresca armar
veréis la fogata que hay una volteadita grande
y tamañita de grande de dos cuadras, para que Chano…
truje una rastra e leña. ¡Cuándo es posible que falte
con su parejero!, y yo tengo
¡Che!, más viamos esperate.
ganas de quebrarle
¿Qué tal es el aguardiente? el carozo.
Voy un güen quiño a fajarle. (Bebe).
CHINGOLO: Pues, ño Juancho,
JUSEPA: Deje eso, no sea animal. (Se lo quita). no tiene que discuidarse,
¿Ya quería emborracharse? porque el zaino de ño Chano
Di ahi cuando venga la gente no es de fiar. En las Cañuelas
no ha de haber qué convidarles, el otro día, al tostao
porque es capaz, de un resuello, de ño Lucho, en un instante
V. el chifle, de acabarse. lo hizo miar, y yo gané
JUANCHO: ¡Pucha la vieja! Por pocas un rial, como todos saben,
ma vis hecho que mi ahogase. a las del zaino.
JUSEPA: ¡Bien implao pa que no sea JUANCHO: Chingolo,
tan bruto! Chingolo, andate callate, no siais salvaje.
a ispiar si la gente viene. ¡Ojalá quisiera Chano

238 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 239


las bodas de Chivico y Pancha...
correr luego! Pero el dianche Si este diablo no echa carne,
es que estoy medio cortao mijor será no tabiar.
con esta boda. A la tarde, Hoy no juego aunque me maten,
aunque sea una changadita sino a carreras: sigura
de seis pesos hei de darle, es que el bayo patán gane.
que estos están seguritos ¡Ah, patán viejo! Hoy habéis
en la chupa. Pero andate el fandango di costearme.
Chingolito, y avisá Voy a soplarme otro quiño,
si vienen. antes que Jusepa… (Bebe).
CHINGOLO: Ya voy… Aguarde, Sale Jusepa; le quita el chifle de un manotón a Juancho.
ño Juancho… miri: si corre,
¿me llevará un real? JUSEPA: Large,
bruto, caballo, animal,
JUANCHO: Discuidate:
bagual del diablo, salvaje,
andá no más sin cuidiao,
hombre viejo, sinvergüenza.
que sigura va del lance.
Mírenle la cara: trague
CHINGOLO: Está güeno. No se olvide. (Vase). que parece un charabón;
JUANCHO: Voy un güen quiño a fajarle, acabe, pues, de atorarse,
agua que no ve Jusepa. (Bebe). una vez que el aguardiente
¡Pucha! Si quema el gaznate si ha empeñao en que se acabe.
el dianche del aguardiente. Di ahí cuando la gente venga
¡Juancho viejo, te enllenastes! no ha de haber qué convidarles.
Hoy ha de haber taba y pato; ¿Por qué no bebe meaos?
sigurito; ma esperate, JUANCHO: Si hoy es día de alegrarse,
voy a ver si estoy de suerte. (Saca la taba y tira). no te enojés vieja sonsa;
Esta es mi guenacha… Carne… ¡si iba para ver qué tal sabe!
¡Pucha, si estoy güeno!... Culo… Como estáis hoy güena moza,
¡Con los diablos la insuciaste!… estáis moniando… ¡Es de balde!
¡Culo otra vez! ¡Voto al diablo! ¡Que! Ni la mejor potranca
Se ha empacao, no hay que darle; de un año puede igualarte.
de hecho, está mala la suerte. ¡Ah, Chepa vieja! (La abraza).

240 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 241


las bodas de Chivico y Pancha...
JUSEPA: ¡Oh, pues! yo le arrime una sentada
No sia bárbaro. Al instante al chifle, pues si a fajarle
vaya a hachar el costillar, llegan, lo han de espabilar.
y luego arrime bastantes Voy a echar un trago grande
brasas junto al asao. (Sale). pa que me suavise el pecho
y pa bailar con coraje.
CHINGOLO: Ño Juancho, ño Juancho, aguarde.
Ai viene la montonera. Al concluir de beber, sale Juancho, con poncho y sombrero.
¡Si da miedo! ¡Dios nos guarde!
JUANCHO: ¡Eso sí, vieja, eso sí!
Viene el doctor, Don García,
y en ancas de su comadre, ¡Guasquiati no más, guasquiati!
la novia; y también ai vienen No, si Juancho es el borracho
muchas mujeres pa el baile, que anda olfatiendo la carne
muy compuestas, ¡si parecen como tábano, y agora
una tropilla e baguales! como mosca te pegásteis…
¡La pucha en el queso! Ma, echá un poquito, a ver.
JUSEPA: ¿Che? JUSEPA: No seais caballo, quitate.
Andá ve el agua, y el mate. ¿Yo bebía, por si acaso?
Yo iba a mirar si hay bastante;
Vase Chingolo.
quítese, que ai llegan ya.
Vaya, pues, póngase el poncho
Dentro: “¡Qué viva la novia!”.
pa que los reciba. ¿Qué hace?
Alrededor del aguardiente JUANCHO: Apiarse
no más está. ¡Valga el diantre caballeros: váyanse
el hombre sonso! bajando, y pasen pa aelante.
JUANCHO: Decís Salen García, Sacristán, Chano, comparsas de ambos sexos,
bien, que ahora han de arrimarse Pancha y Chivico; mientras éstos hablan con Juancho, Jusepa
a pedir la bendición, acomoda las mujeres en el ijar y a los hombres en los bancos,
y es menester presentarse y les reparte cigarros.
como un juez. (Vase). PANCHA: Mi padre, la bendición. (De rodillas).
JUSEPA: No, por si acaso, CHIVICO: Ño Juancho, aora que es mi padre,
será muy bien hecho que antes la bendición écheme.

242 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 243


las bodas de Chivico y Pancha...
JUANCHO: Dios los bendiga, y los guarde, y fiero, que mi cuidao
y los haga bien casaos. por nadita a mí ha de darme,
Agora hay que aconsejarles. y si Jusepa le viene
Silencio todos, Señores, a quitar, también fajale;
y verán si Juancho sabe porque el hombre es la cabeza,
y sino que me desmienta y la mujer ya se sabe.
el Dotor que está delante Vos también, Chivico, hijo,
y de hecho es hombre sabido. tu obligación escuchame.
Hijos, miren pues, reparen Si hubiese una vaca arisca
que se han de llevar en paz que por caso se separe,
en toditos los instantes: enlazala y traela al tambo;
hagan de cuenta que ya si un ternero se soltare
son como dos animales y se va, es tu obligación
acollaraos. Si el uno acollararlo a su madre.
y otro tiran por su parte, Cuando la lleves a misa,
se romperá la collera; sea en tus ancas y dale
y así es preciso que anden su güen rebozo y pollera
a una, di suerte que de angaripola. Acordate
ni pa nada se separen. que cuando vengás borracho
Vos Pancha, habéis a Chivico no heis de venir a peliarte
de coserlo y remendarle, con tu mujer: calladito
y cuando venga del campo entrá no más, y acostate:
lo habéis de esperar con mate; que así lo hago yo, y mi vieja
y no como a mí, que a veces tiene el cuidao de atarme
vengo, y la yegua e tu madre el caballo. Y de esta suerte
no tiene ni agua caliente, vivirán como dos ángeles.
ni el diablo que a ella la cargue. Pancha, si Chivico anda
Derecho que habéis de andar moniado, no más fajale
en cuanto Chivico mande; con la coyunda, o la escoba,
y si no, hijo, doblá el lazo como Jusepa lo hace
y duro no más ñublale conmigo, y de esta manera

244 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 245


las bodas de Chivico y Pancha...
(como el Señor Cura sabe
decir cuando echa el sermón) SACRISTÁN: Muy bueno, bravo.
derecho irán por el aire JUANCHO: Atención todos, Señores.
a la Santa Gloria. Amén. Señor Dotor, vaya, lárguese.
TODOS: ¡Viva ño Juancho! SACRISTÁN: Pancha divina, en tu nombre
SACRISTÁN: Galafre le doy un beso a este jarro,
no hablo más que V., amigo. al mirarte tan gallarda
como está en julio un espárrago.
JUANCHO: Señores, Dios se lo pague.
El cielo, de hermosos hijos,
Ahí verán que el viejo Juancho
te proporcione unos cuantos,
no es burro; y puedo apostarles
y con güevos de avestruz
a que ni el Cura lo dice
te hagan continuos regalos.
mejor, ahí está delante
Ninguna vaca se atreva
el Dotor, ¿qué le parece?
cuando la estés ordeñando
Ma güeno será el gaznate
a tirar coz ni cornada,
que remojemos un poco.
ni echar su aquello en tus manos.
Tomá, che, Jusepa, dales.
Y con el noble Chivico,
Echa Juancho aguardiente en el jarro, se lo da a Jusepa y ésta con quien te has acollarado,
a las demás mujeres. viváis como dos palomas
o dos bueyes en un carro.
SACRISTÁN: Cierto que el amigo Juancho
Jusepa, lechuga fresca,
sabe muy bien esplicarse:
mil años el Cielo os guarde,
ni el gran profeta Balán
siendo de tal ensalada
es capaz de que le iguale.
tu esposo Juancho el vinagre.
En los días de mi vida
Y así, Nonga, Lusa y Cata,
vi otra arenga semejante,
pimpollos de rosa ufanos,
ni espero jamás ver, asinos
mil veces dichosos quesos
alteros de aures más grandes.
que aprieten tan lindas manos.
JUANCHO: No Dotor, a su merced
TODOS: ¡Que viva el Señor Dotor!
le toca echar adelante
JUANCHO: A Don García Olivares
la salú…

246 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 247


las bodas de Chivico y Pancha...
le toca decirnos algo. TODOS: ¡Viva, Viva!
¡Pucha con el Dotor! El dianche SACRISTÁN: Se olvidó
es pa versos; no hei visto sin duda este botarate
hombre más sabio. Lárguese del chasco del otro día,
ño García; no se deje pues yo no puedo olvidarme
pisar del Dotor. ¡Que diazque! de los golpes de Chivico.
Ñúblele a su mala cara.
CHANO: Vaya, Señó Juancho, largue,
GARCIA: García Olivares, para que beba mi ahijao
Señor Juancho, nada entiende y que empiese ya a alegrarse.
de poesías, ni alifafes.
JUANCHO: Tomá, pues, Chivico viejo,
Es un hombre así no más;
largate no más, largate.
ni jamás cuando a juntarse
nos llegamos cuatro amigos CHIVICO: Pues señores, toititos
honraos en alguna parte, los que presentes se hallen,
o en alguna pulpería, brindo por mi Pancha vieja
pa con un trago alegrarse, y los demás circunstantes.
no hay más que decir Jesús, TODOS: ¡Qui viva el novio, que viva!
y empinar. Y así es de balde,
porqui yo no sé más versos. SACRISTÁN: ¡Habrase visto salvaje
Pero tan noble conclave, más grande! Para tirar
que aquí estoy a su mandao las bolas y comer carne,
de cualquier modo ya sabe, tiene habilidad tan sólo.
y si se le ofrese algo JUANCHO: Tomá pues, Chano y largate
a cualquiera circunstante, con una décima linda.
o a estas damas, la persona
CHANO: ¿Con qué quieres que me large?
de Don García Olivares
toitos la conocen, JUANCHO: Hacelo, no estéis moniando.
y sus armas liberales CHANO: Pues si ya ha de ser, callarse,
están prontitas y listas con este vaso que bebo
para sacar al instante pa refrescar el gaznate
la cara por tan honraa hei de brindar por toititos
compañía. Jesús y Ave… (Bebe). y por nuestras libertades.

248 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 249


las bodas de Chivico y Pancha...
TODOS: ¡Que viva el padrino, viva! JUANCHO: Qué no he de poder, Chepa vieja,
JUANCHO: Ah Chano, que te largastes mirate no más, mirate.
como patriota del fino. (Sale). Ma Jusepa, che, escuchá,
güeno juera que sacases
CHINGOLO: Ña Jusepa, ¿sebo mate?
el asao y la mazamorra,
JUANCHO: Salite de aquí, Chingolo, antes de empezar el baile.
con tu mate; ma esperate:
CHIVICO: Es verdad, Seña Jusepa.
che, no me había acordado.
Con su licencia, comadre, JUSEPA: Vení, Panchita, a ayudarme.
echate una salú linda, JUANCHO: Che, Chano, dime, ¿has traído
y un güen quiñito. Esperate, a tu malacara grande?
deciles algo a los novios
CHANO: En ése vengo montao.
antes que bebas, salvaje.
JUANCHO: Pues hoy, viejo, hei de quebrarle
CHINGOLO: ¿Y qué les hei de decir?
el carozo en seis cuadritas
JUANCHO: Una salú, pues; largate. con mi oscuro y hei ganarle
CHINGOLO: No sé más versos que aquellos sin rebenque, a cuerpo libre.
que cantaba su compadre. CHANO: Como V., Ño Juancho, mande.
JUANCHO: Pues bien, no li hace, dicilos. Lei de correr a su oscuro
y por fuerza hei de ganarle.
CHINGOLO: Voy a decirlos, mi padre. (Canta).
El hombre que quiera siempre JUANCHO: No me gana, amigo viejo.
que una mujer a él lo quiera,
Habrá salido Jusepa con un asado clavado en su asador, y
ñúblele muchos guarcasos, Pancha con una olla de mazamorra y otra de leche.
pero ninguna moneda.
Pero che, vieja, esperate,
LOS HOMBRES:
que venís con cumplimientos;
¡Que viva Chingolo, viva! largame, no más largame
JUANCHO: Así era yo con tu madre, el asao y tú tráeme
y pues todos han bebido, una de las fuentes grandes
voy un güen quiño a fajarle. para hacerle a las mujeres…
JUSEPA: Largue so viejo, atrevido, (Pausa).
ya no puede ni miniarse. Señores, no hay más que arrimarse.

250 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 251


las bodas de Chivico y Pancha...
Che, metele tu cuchillo, Sacan los gauchos sus parejas para el baile, y Chivico saca a
Pancha.
sacá una tajaa grande
para ti, y el Sacristán, Eso sí, Chivico viejo,
que el no hai de traer comecarne. a tu mujer ya sacastes;
CHIVICO: Allá voy, pues Señó Juancho. Ño Sacristán, con Jusepa
(Pausa). entre también en el baile.
SACRISTÁN: Pero si no sé bailar
JUANCHO: ¡Qué estás haciendo, salvaje!
(A Jusepa).
esa media caña.
De la olla de mazamorra JUANCHO: Dale,
para toas, apartale. Jusepa le enseñará.
JUSEPA: Ya empieza este borrachón. Che Perico, pues largate.
(Pausa). Toca Perico y bailan, y así que han concluido la figura, se
levanta García y dice a Chano:
SACRISTÁN: Este asado está elegante,
y con mazamorra y leche, GARCÍA: Cédame V. esa mujer,
hacen un buen maridaje, que ya ha bailado bastante.
y de todas las comidas
CHANO: Aparte, no seia sonso,
son éstas las saludables.
recienito empieza el baile,
Después que todos hayan comido, Juancho se levanta y dice: ¿y ya me quiere mandar?
No eche pelos, Ño Olivares.
JUANCHO: Señores, muy güen provecho
les haga a los circunstantes. GARCÍA: El bruto y sonso será él,
y como habla repare;
TODOS: Muchas gracias, Señó Juancho.
no quiera que un bofetón
Llevan las ollas y el asador. en esa cara le encaje.
CHANO: A mí encajarme, qué risa;
JUANCHO: Vamos a empezar el baile.
tome pues, so botarate.
Che Perico, pues templá,
y seguidito ñublale Saca el cuchillo y arremete a García; éste saca su daga y se
cielito bueno y hermoso defiende; todos los gauchos se arman a favor de Chano;
Pancha separa a Chivico, Jusepa a Juancho; el Sacristán se
hasta mañana a la tarde. gana en medio de las demás mujeres, las cuales andan a

252 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 253


las bodas de Chivico y Pancha...
tirones con él y le rompen la sotana; Chingolo sale para afuera ALCALDE: Hable uno solo, y no más.
gritando: ¡Que se matan, que se matan!, y todo es una pelea
hasta que vuelve a entrar éste. JUANCHO: Pues Señor, éste es el lance:
ha e saber Su Señoría
CHINGOLO: ¡Que se matan! ¡Que se matan! (Vase). que se fueron a casarse
GARCÍA: Que no haiga quien nos separe. con mi hija Pancha, Chivico,
y trajeron para el baile
CHANO: Ahora verás, malandrín.
a todos estos paisanos,
CHIVICO: No le perdonés Chano, dale. el Sacristán y Olivares;
JUSEPA: Sosegate, Juancho. comimos en paz y gracia,
y se dio principio al baile;
JUANCHO: Dejá,
dimos la primera güelta,
dejá que vaya a ayudarle.
y Ño García Olivares
MUJER: ¿Qué hace V. aquí, Sacristán? le dice al paisano Chano
SACRISTÁN: Qué he de hacer yo, resguardarme; que su lugar desampare;
y no querer que di un tajo Chano le dijo con modo,
vayan mañana a enterrarme. che García, ma esperate
MUJER: Vaya fuera, vaya fuera. (Sale). que me divierta otro poco;
mas él nada, que a insultarle
CHINGOLO: Mi padre, mi padre, aguarde. se puso tan fieramente,
El Señor Alcalde viene que da vergüenza el contarle;
y consigo gente trae. Chano, que no gasta pulgas,
Sale el Alcalde con dos gauchos con sables y pistolas, y al repeló su comecarne,
verlo todos guardan los cuchillos. y fuimos a separarlos
antes que lo coloriase.
ALCALDE: ¿Qué bulla es ésta, Señores?
De todo lo que ha pasao,
Todos los cuchillos guarden
Señor, aqueste es el lance.
y digan lo que ha pasado.
ALCALDE: Ya veo que de esto sólo
JUANCHO: V. E. ha de informarse.
tiene la culpa Olivares.
CHANO: Ha e saber Su Señoría.
SACRISTÁN: Todo es verdad, mas ahora
GARCÍA: V. S. ha de cerciorarse. en mis vestidos repare,

254 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 255


las bodas de Chivico y Pancha...
y verá como me han puesto Vase Chivico.
estas mujeres del diantre; Eso sí, Chivico viejo
bueno estoy para ayudar ah, guen gaucho, si es de balde:
a misa mañana… le arrimó las tres marías,
ALCALDE: Calle. ni por pienso ha de miniarse.
Seño Juancho, siga V. Sale Chivico.
divirtiéndose, y si entrare
en su casa un bochinchero, CHIVICO: Eh, pucha, en el saino viejo
de éstos, de tan mal pelaje cierto que me agaché
como el Señor, a patadas y al primer tiro de bolas,
échenlo luego a la calle. tun, tun, tun, ayá se fue.
JUANCHO: Dejálo no más, Chingolo,
Sigue el baile.
que se revuelque en el suelo,
vamos a tomar un trago
FIN pues V. ha de traer dinero.
Sale Chingolo.

Agregado de la época de Rosas. Se daba al principio: Pero Chingolito, hijo,


¿dónde aparecés por Dios,
JUANCHO: Vamos pues, amigo viejo. después de un puñao de días
CHIVICO: Vamos; mas Ño Juancho aguarde, que te juiste con Ramón?
que por aquella cuchilla CHINGOLO: Por el pueblo hei andado siempre,
se alborotan los baguales. con el amigo Ramón,
JUANCHO: Tal vez sea Chingolito, eh pucha en el gaucho viejo,
que se jue con mi compadre si es amigo en prosición.
hace días al pueblo JUANCHO: Y Chingolo, ¿di, que has visto
y ya tarda… Mas perate, por el pueblo? Di.
no digo, si él es amigo,
CHIVICO: ¿Qué vio,
y de un bagual ha hecho aparte.
amigo Chingolo viejo?
Saca las bolas, Chivico,
Díganos pues lo que vio.
no sea que se dispare.

256 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 257


las bodas de Chivico y Pancha...
que mandaba la patrulla,
CHINGOLO: Hei visto en el pueblo cosas, y al pobre ya me lo arrió.
amigo, que da calor; El de fraque le decía:
cosa linda amigo viejo: –Señor, por amor de Dios,
ni un paisano se escapó yo le daré a V. cien pesos
de tomar arma esta vez si me suelta. –No, Señor,
por nuestra Federación. le responde el jefe lindo.
JUANCHO: Chingolo, ¿deicís de veras? –Han de servir como yo,
CHINGOLO: Mi padre, calle por Dios, y como servimos todos
le contaré lo que hei visto por nuestra Federación.
con el amigo Ramón. Yo me alegraba mi padre
El martes por la mañana, de ver aquel guapetón
llegamos al corralón con su fraque muy estirao,
donde va mi padre siempre que entre medio lo metió
con el hijo ei Salvador; de los Soldados, el Jefe,
y yo no más que me apiaba y a la cueva lo mandó.
y metía el mancarrón, La patrulla, que da vuelta,
cuando en la calle sentimos por la esquina, y me topó
un alboroto, por Dios. otro de casaca e seda
Salimos, y vimos todos y ya la mano le echó;
con dos más un Cilador le hizo la misma pregunta
o Soldao, no sei qué era, y el pobre le respondió
que allí no más agarró que la tenía en su casa.
a un paisano muy finchao –¿Y sirve?, ¿en qué batallón?
con su fraque y pantalón, Le pregunta el jefe viejo,
y le pregunta si tiene y allí no más se cortó
papeleta. –No, señor, el paisano de casaca;
el paisano, tiritando ni siquiera respondió.
ya de miedo, respondió. ¡Eh pucha en el hombre rudo!
–Entonces, venga conmigo Allí no más me lo unió
le dijo el jefe mayor con el otro de futraque,

258 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 259


las bodas de Chivico y Pancha...
y en menos que de un Leison galopean las mujeres
bolearon como unos treinta como yeguas, sí Señor,
en aquel alrededor. y como moscas, a veces,
Nos largamos a la plaza formaban un pelotón,
con el amigo Ramón que era imposible errar tiro
y en la esquina de ño Pedro cogiéndolas en montón.
tomamos vino Carlón, Yo no sé qué mi mieraban,
hasta emborracharnos, viejo, más que todas, unas dos,
por nuestra Federación. que por aquí les colgaba
a manera de fiador;
JUANCHO: Y dime, Chingolo, ¿no hubo
a cada instante, relinchos,
ni cielo ni pericón?
coseaban, les daba tos,
CHINGOLO: Hubo, pero yo no estuve, y sin quitarme la vista,
por el amigo Ramón; hasta que me enojé yo,
ansina que jué de noche, y sacándome las bolas,
y la tranca le pasó, ya iba a arrimarles por Dios,
con su comecarne lindo cuando ansina que me vieron,
a una casa me llevó, ningunita me chistó.
que la llaman la Comedia Abajo hay dos andanadas
del Diablo Predicador. de cuartos y corralón,
JUANCHO: ¿Qué es lo que ha dicho, muchacho? donde bajó echando fuego
por la boca un mancarrón,
CHINGOLO: ¿Qué? ¿No lo cre? Sí señor; en que venía montao
es una casa muy grande, el Comediero mayor.
toda por dentro es galpón,
JUANCHO: ¿Hai visto, amigo Chivico,
donde se sienta la gente
y también me senté yo; que de todo da razón?
y por cierto que a un matucho Ni nadita le ha escapao
que medio ansí me tocó, de cuanto Chingolo vio.
casi le saco el mondongo Vámonos a casa, amigo;
por tan malo y guapetón. Chingolo, adelante vos
Cerca del techo hay un zarso, irás, y a tu madre vieja
y al toito al reedor le dirás que al asadar

260 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 261


le de vuelta para que ase
el matambre, que allá voy.
CHINGOLO: Eh mancarrón ardiloso,
revolcate, allá voy yo.
Vanse. Mutación.

FIN

262 ANÓNIMO
El amor de la
estanciera
Anónimo
> el amor de la estanciera
Sainete

PERSONAS QUE HABLAN

JUANCHO PERUCHO
PANCHA
CANCHO
} Padres de:

CHEPA

MARCOS FIGUEIRA, portugués

Sale Cancho

CANCHO: Maldita sea la yegua,


andariega y relajada,
que había sido mañera;
me ha perdido la manada.
Todo el campo he caminao
y muy cansado me hallo;
lo que más siento es ahora
que estropee mi caallo.
Sale Juancho Perucho.

JUANCHO: (Desde fuera)


Lao sea Dios.
CANCHO: Apéese nomás.
JUANCHO: Todo el día he caminao,
y ya me vuelvo hacia tras.
CANCHO: ¿Ha andado usted comprando?

antología de obras de teatro argentino 267


el amor de la estanciera
JUANCHO: Sí, señor. Con este frío en aquel último cerro.
de puro galopear Con un empeño venía…
traigo el caallo rendido. CANCHO: Diga pues, amigo, que lo trae.
CANCHO: ¿Ha encontrado un alazán, JUANCHO: He andado galopeando...
un bayo y un cebrunito,
CANCHO: Hable nomás.
un tordillo y un picaso,
una yegua malacara, JUANCHO: Siempre me volveré atrás,
con una potranca overa, porque Señoa Chepa…
con un redomón gateado CANCHO: Acabe, pues, de una vez.
y un cojudo con collera?
JUANCHO: La vide estar ordeñando;
JUANCHO: Sí, señor. Según las señas cierto me pareció bien.
que su mercé ha relatao,
CANCHO: ¿Y qué pretende, usted amigo?
he encontrado esa manada
Hable, pues, no sea corto.
allá abajo, en un bañao.
Entre un pajonal estaba JUANCHO: Tengo mi hacienda, y quisiera.
un cojudito de paso, Pero si soy como un potro,
un cebruno mancarrón, no sé cómo he de decir.
con un pangaré de paso. CANCHO: ¡Valiente hombre, tan corto! [¡callao!]
CANCHO: ¿Reparó mi amigo, en el hierro? Acabe pues, de parir.

JUANCHO: Sí, señor. Era redondo, JUANCHO: De hecho tengo vergüenza:


con un calamonsito a un lado esto es cosa de morir.
y otro metido en el fondo. Por fin, ya que usté me alumbra:
quisiera, y a Señoa Chepa,
CANCHO: Mire, usté, mi hierro es este: presentarle un andador
(Hácelo en el suelo con el dedo). y que su mercé lo sepa.
tiene aquesta raya aquí, Volveré pues, otro día
otra tiene a modo de arado porque me hallo turbao.
y un calamonsito a su lado. Le traeré una ternera
JUANCHO: Pues, señor, de aquese hierro porque pruebe mi ganao.(Vase)
he visto unos animales Sale Pancha.

268 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 269


el amor de la estanciera
CANCHO: Cierto, vieja, que quisiera que es lo que hemos menester.
comunicaros mis cosas. Por fin, Pancha, determino
PANCHA: Siempre vos habéis de andar dar a nuestra Chepa estao.
con razones enfadosas. Por cierto que este mozo
está muy enamorao.
CANCHO: Mirá, vieja respondona,
no me quisiera enojar, PANCHA: Cancho, mirá lo que hacéis;
pero si otra vez me habláis, no te llevéis de marañas,
os tengo que patear. que un Portugués la pretende;
Atiende pues, mujer vieja: por fin, es hombre de España.
sabrás como a la muchacha Trae cosas que vender
me la ha pedido un amigo, de cintas y lensería;
mozo que no tiene tacha. cierto, a mí me ha parecido
Él es un buen enlazador hombre de buenas partidas.
y voltea con primor; Ayer tarde llegó al rancho
al fin, es un hombre de facha. y le presentó unas ligas;
Monta un redomón ligero él conmigo se ha empeñao
y bisarro lo sujeta para que a vos os lo diga.
y aunque bellaquee mucho CANCHO: Mujer, aquestos de España
cierto lo pone maceta. son todos medio bellacos;
Tiene sus buenos caallos, más vale un paisano nuestro
corredores, y de paso, aunque tenga cuatro trapos.
sobre todo un malacara PANCHA: Decime pues, hombre viejo,
que puede imitar al Pegaso; más que ese es Juancho Perucho;
tiene sus treinta lecheras, pues no véis que es un salvaje
que le han parido este año, que no habla poco, ni mucho.
y ha hecho porción de quesos,
ricos y de buen tamaño; Sale Chepa.
tiene sus ducientas reses
CHEPA: Mi padre, vengo a decirle
gordas que se pueden ver,
que un hombre le busca afuera.
entre toros y novillos,
CANCHO: Veremos lo que me quiere.

270 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 271


el amor de la estanciera
PANCHA: Vamos pues, a ordeñar, Chepa. de una yente muy cumprida.
Teño una gran viola,
Sale Marcos Figueira.
muito fermosa y lucida.
MARCOS: Deus sea con vosé, Vusei tenerá un suyecto,
Sior Cansio Garramuño. por su herno, de muito nome;
Eu so Marcos Figueira, y se folgará tea Pancia
huome qui no refunfuño. sendo sogra de un tal home.
Eu quisiera qui vosé También seu filla Chepina
me tumase pur su erno, me teñerá por seu criado
qui, a fe, qui le servirei e venerarei seu graza
en verano e in iverno. sendo seu marido unrrado.
¿Vosé queire ser mi sogro? PANCHA: ¿Qué os parece, viejo Cancho,
Casarei con sua filla de este mozo Portugués?
e li darei muitas cousas
CANCHO: Que es un bellaco timado
e una pulera amarilla.
y quiere engañarnos. Pues
So parente mui cercao
amigo, mi hija Chepa
dul gran Marquez de Rubeyra,
con usté no ha de casar,
que du Rex Don Juan quinto
porque le tengo un marido
foi camareiro primeiro.
que había sido de su andar.
Tive algunas fanfurriñas
¿Y qué decís vos, muchacha?
con un guapo Casticiau
e filo con sua folla CHEPA: Mi padre muy cortés es;
fuir a muitas malbadas. yo quisiera al portugués.
Vein tudo su abulario CANCHO: ¿Y vos, Pancha, qué decís?
de noso seu gurrufeiro
PANCHA: Bisarro a las maravillas;
ha de turnar a vivir;
trae su buena guitarra,
con sua folla en la mau
cintas, pañuelos y hebillas;
foi aprecidu in um serro
tiene su recado nuevo
y de seu cavalo branco
con cabezadas de plata,
tein seus estribus di ferro.
mandil y estribos de bronce,
So cabaleiro fidalgo

272 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 273


el amor de la estanciera
que es lo que a Chepa la mata. darei volta a las estanzas
Bien podéis, pues, admitirlo. e vendrei por a resposta,
CANCHO: Eso veremos después. que certu nu habrá mudanza. (Vase).
No sé por qué no me agrada CANCHO: Veni, pues, hija Chepinga,
este mozo Portugués. ¿cuál novio os parece bien?
Él presume de nobleza CHEPA: Mi padre, usté con mi madre
y me ha ensartao una historia, pueden escurrir a quién.
que para haber de explicarla El Portugués me acaricia
ya me falta la memoria; u Juancho Perucho no;
Juan Perrucho es morrudo sólo me dijo una tarde:
y sabe bien enlazar bien haya quien te parió.
y que quiera, que no quiera,
CANCHO: Y vos, vieja, ¿qué os parece?
con Chepa se ha de casar.
Váyase, amigo, a otra parte PANCHA: El que este Portugués fuese.
si quiere novia buscar CANCHO: Sois una vieja bellaca
porque a mi hija Chepinga y opuesta a mi parecer;
no pretendo ahora casar. pues por vida de mi agüela,
MARCOS: Tiu Cancio, mire lo que fala, Juancho Perucho ha de ser.
que eu so Marcos Figueira, PANCHA: Miren que viejo tan malo,
fillo de Amarudi Ayala con sus locuras me mata.
e de Rufina Nogueira; Cancho, ¿por qué despreciáis
teño meu caudaliño, a un hombre que tiene plata?
di facenda mui corrente,
CANCHO: Mirá, mujer porfiada,
qui a dexei in um pobo
siempre habéis de ser mañera;
in caz de un meu parente.
no me seas respondona
CANCHO: Por fin veremos, amigo, que os abriré la moyera.
lo que se ha de resolver,
PANCHA: Qué hombre tan malvado es este.
que quiero comunicarlo
Ya reviento de coraje.
con mi hija y mi mujer.
Mirá, Cancho, lo que hacéis
MARCOS: Pasarei más adiante, porque sois un gran salvaje.

274 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 275


el amor de la estanciera
CANCHO: ¿Qué modos son esos Pancha? y deje pues de reñir,
Vieja de dos mil diablos, que entre marido y mujer
mirá que os daré de coses algo es menester sufrir.
y lo juro por San Pablo. Por la Virgen se lo pido,
Madre de Dios del Pilar,
PANCHA: Qué coses me habéis de dar
déjela, porque ya es tarde
vos que sois un gran caallo;
y tenemos que ordeñar.
viejo chocho, marrullero,
andá reñí con el gallo. CANCHO: Quitáteme allá, Chepinga,
que te cases ya no quiero.
CANCHO: Pancha, ya me conocéis:
Por Dios, que a puro lasaso
mirá que os he de voltear. le he de desollar el cuero.
Ya me tenéis enfadado
y os tengo que espolear; CHEPA: Váyase a ordeñar, mi madre,
no me seáis bachillera, no impaciente más al viejo
porque si desato el lazo porque de hecho está enojado.
Tome pues mi consejo.
todo ese cuerpo malvao
os tengo de hacer pedasos. PANCHA: Voyme, porque este malvao
PANCHA: Qué habéis de hacer, viejo sonso. me la tiene que pagar;
más valiera que callara
Mirá que os irá muy mal
y me ayudara a ordeñar.
porque yo sabré arañaros;
por fin, sois un animal. CANCHO: Chepa, yo voy hacia el río
a repuntar el ganao;
CANCHO: ¿Qué decís, maldita vieja?
hija mía, cuando vuelva
Verás que no soy cobarde.
ténme un costillar asado.(Vase).
Quiere pegarle y Chepa lo agarra.
Sale Juancho Perucho.
CHEPA: Mi padre, ¿qué es lo que hace?
JUANCHO: Lao sea Dios.
No aporrée usté a mi madre;
no le haga pues ningún caso, CHEPA: Ya viene pues, este sonso.
mire que está apasionada Cierto, me trae molida.
y no suceda un fracaso. JUANCHO: ¿Cóo le va, Señoa Chepa?
Váyase por vida suya Usté había sido mi vida.

276 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 277


el amor de la estanciera
CHEPA: Y vos sois un animal. Iba en él la vieja a misa,
JUANCHO: Ta güeno. yéndose me lo dejó,
por tanto que me quería
CHEPA: Sois un caallo con freno. y mucho me lo encargó.
JUANCHO: Ta güeno. En su enfermedad penosa
CHEPA: Chancho de suciedad lleno. too se me iba en llorar,
porque con tantos descursos
JUANCHO: Ta güeno.
cada instante iba a ensuciar;
CHEPA: Puerco bruto, muy moreno. no sé cómo tuvo cuerpo
JUANCHO: Ta güeno. paa vasiarse tanto,
pudriendo todo la cama,
CHEPA: Carnero metido en sieno.
que era una cosa de encanto;
JUANCHO: Ta güeno. al fin Dios se la llevó
CHEPA: ¿Qué pretendéis por acá? y la fuimos a enterrar,
pero tuvo mucho amor
JUANCHO: A usté, no más.
al caallo de su andar.
Sale Cancho. Tengo una buena manaa
de caallos asiados
CANCHO: Estaba por acá, amigo. y ligeros como un viento,
¿Has visto, Chepa, mi cincha, un corredor gateado,
que yo no la puedo hallar? sobre todos un rosillo,
Mirá pues si me la hallas, un castaño y un rosado,
mientras yo me pongo a mear. un morillo y un tordillo,
¿Cóo le va, amigo Juancho? un bello alazán tostado;
JUANCHO: Así no más, bueno. pero cierto un malacara
¿Y Señoa Pancha? y un melado con un bayo
son de mi mayor estima,
CANCHO: Parece que está ordeñando.
con un pangaré y un zaino.
JUANCHO: Ai le traía un ternero A su mandao están toos,
gordo, que estaba mamando, señor Cancho, hablo verdad,
y paa Señoa Chepa y al de la señoa Chepa,
traigo el caallo picaso. que le tengo voluntad.

278 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 279


el amor de la estanciera
CANCHO: Viva su mercé mil años, PANCHA: Cierto, Chepa, me parece
amigo Juancho Perucho, te vas haciendo ardiloza;
que siento que lo estimamos ya te inclinas a Perucho
yo y mi hija Chepa mucho. porque tenés las quimeras;
CHEPA: Yo estimaba al Portugués, más valiera que casaras
por él me andaba muriendo, con Marcos de las Figueiras.
pero a este Juancho Perucho CANCHO: ¿Qué es lo que habláis en secreto?
medio ya lo voy queriendo. Di, Pancha, eres el pecado;
Por fin es hombre de campo mirá que me tienes ya
y sabe bien enlazar; con tus cosas enfadado.
él me cogerá las vacas Aquí está Juancho Perucho,
y me ayudará a ordeñar. el que tu yerno ha de ser,
JUANCHO: Quisiera Señoa Chepa, que es mi gusto, y el de Chepa.
ser su criado alentao; Por fin, tiene que comer.
sepa que mucho la estimo
JUANCHO: Yo, tía Pancha de mis ojos,
y que estoy a su mandao.
ha días que ando muriendo
Lo mismo digo a tía Pancha,
por ver a Señoa Chepa
aunque no está aquí presente,
con mi caallo sintiendo.
y a su padre señor Cancho,
Ai le tengo a usté unos quesos,
con todos sus parientes.
presentárselos quisiera;
Sale tía Pancha. por vida suya los tome
porque son de mis lecheras;
PANCHA: ¿Qué hace aquí Juancho Perucho? también un poco de charque
¿Qué está hablando con tu padre?
de un novillo muy morrudo,
¿Y tú por qué no has venido
que maté días pasados,
a ordeñar, que ya es tarde?
y cierto era muy fornido.
CHEPA: Ha traído una ternera A señor Cancho le tengo
paa usté, gorda y hermosa, un poco de mantequilla
y a mí un caallo de paso, que hice ayer por la mañana,
bonito como una rosa. cierto gorda y amarilla.

280 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 281


el amor de la estanciera
MARCOS: Deus sea con vosés. sin duda no me conoce
pues habla usté mil locuras.
Cancho habla de afuera.
MARCOS: Vusé me deu esperanzas
CANCHO: Apéese, nomás. pur isu bine directo;
Válgate Barrabás, pos, querendo sua filla
dentre pues digu qui todo está feito.
que cojea de los pies.
JUANCHO: Bien se puede ir, amigo.
MARCOS: (Entra cojeando) Mire, tome mi consejo:
Teño dau uha rudada: guárdese pues de mis bolas,
u cabalo disparou no ve que no quiere el viejo.
e cum suas fanfurriñas
MARCOS: ¿Quein mete a vusé in isu?
de un barrancu me tirou.
¿Cuñose a Marcos Figueira?
Trao as costas doentes,
as pernas y as rudelas JUANCHO: ¿Quién es ese jaguetón,
e cum uhu pedra groza que verá como lo enlaso
me tornei fora as moelas. y lo arrastro por el suelo
¿Me poden facer a cama, haciéndolo mil pedasos?
purque queiro discansar? MARCOS: ¿Sabe vosé con quém fala?
Y que sua filla Chepa Qui con mi folla valente
que me beña a descalzar, teño feito tantes mortes
suposto es mia muller qui ya me teme a yente.
que on despois de miña persoa. A un taz Faustino de Concas,
Que ainda con un bigairo un home muitu trapaseiro,
disponeremos a boda. le di ua forte pancada
CANCHO: No le tengo dicho, amigo, que le derribei u sombreiro.
que con él no ha de casar; Él era baicio de espardas
váyase pues a otra parte, e di narices cumpridas,
que aquí no se ha de curar. con seu fosiño de porco.
Muy confiado había sido, Eu les fis a quitar sua vida.
no tenga tantas lisuras; Tenia as patas tortas;

282 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 283


el amor de la estanciera
me costou muiti trabaicio. E asim, seo Juancho Perucho,
Di valente curaje era eu la teño di levar
e me fujo rua abayxo. a mi señora Chepina.
Vendeus pedras pur vinto Cum ela mi hé di casar.
y porcos brabos inteiros, JUANCHO: Ya le digo que se calle,
carcaras pur galiñas no me sea respondón,
e levó muito dineiro. que por vida de mi agüela
Tamben purqui un Casticiau le he de dar un bofetón.
me tocó miña conteira,
CHEPA: Por Dios, que no riña vuesa merced,
saqué valente a folla
señor Marcos, que ya es tarde,
e tiei pancada feira.
pues siempre me casaré
Punta el uha espirgarda
con quien quiera mi padre.
e queriendu disparar;
Y así de balde se cansa,
de sosto mi ensuciei tudo
no se meta con Perucho,
y até fui orinar.
que había sido el diablo
Eu li pidi pur as chagas
y lo aporreará mucho.
di Nosso Pay Yessus,
No faltará otra estanciera
por sua Pasou Divina
con quien se pueda casar,
y pur sua Bindita Cruz.
más pulida y más morruda,
Eu toum me quitó a folla
que mejor sepa ordeñar.
e me tirou a bainha,
Mire que enlaza muy bien
disendu: “Perru mazanu,
y él solo voltea un toro
fincate aquí de rudillas”.
y le puede atropellar
Me fiso besar seus pes
con su caallito moro.
e, turnando a levantar,
me dis: “Compre vosta follina PANCHA: Ya esto no tiene remedio,
yus la volverei a quitar”. amigo Marcos Figueira,
Tambein tive uha camurra porque el viejo es cabesudo
y seus barranganerias y ha querido echarlo fuera.
con un fidalgo muito brabo; MARCOS: Vutu a Deus, sior Cansio,
e le fis a quitar sua vida. que vuse mi fase enfadar;

284 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 285


el amor de la estanciera
y ten tumandu miña folla PANCHA: Este hombre se ha vuelto loco,
cum Chepa mi he de casar. o si ha bebido, está malo;
Mo tein vosé qué decir tráigame acá la picana,
de minia nobre pesoa. que lo he de moler a palos,
Qui cum Chepina ha di ser. que esto Marcos Figueiras
Logo si fará a boda. han visto furia más rara;
Vusé no me ha de sumbar suelte luego la escopeta,
qui el conto lo tiño ulido; o le arañaré la cara.
y antes qui veña a noite
MARCOS: Deixemé, por Deus, tea Pancia,
teño di ser suo marido.
qui si no me hei di casar,
CANCHO: ¿Qué es lo que habla, Portugués, pur a vida di miu pay
desvergonzado, tiñoso? qui lus teñu di matar.
Que si lo cojo de un pie Veñan, viram mis esforsos
le he de arrojar en un pozo. us maganus estanceirus,
Vaya a la punta de un cuerno, pos revento de valante.
que aquí no se ha de casar. Eu les hei de quitar u cueiro.
No me replique, porque
lo tengo que hacer mear. Sale Cancho con un lazo, Juancho con unas bolas, Chepa con
una picana y Pancha con el hierro de herrar, y todos cargan
JUANCHO: Oiga, el hombre Portugués, sobre Marcos.
y qué mañero había sido.
Por vida de Juancho Perucho, CANCHO: ¡Muera el pícaro atrevido!
que lo he de echar en el río. JUANCHO: ¡Del ombú lo hemos de ahorcar!
Ya sé que Chepa me quiere, PANCHA: ¡Le he de moler las costillas!
el viejo y vieja también,
y me toca defenderlos CHEPA: ¡La lengua le he de picar!
por siempre jamás. Amén. MARCOS: Por Deus pido a voseés,
MARCOS: Eu sacarei mi espingarda e por sua bendita Mai,
pos no tein mas que falar, no me morran ni me aforquen.
purque a esto Juancio Perucio E por Jesus Noso Pay,
eu li teñu di matar. cases u Juancio Perucio
(Saca la escopeta). con su filla Chepiña.

286 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 287


el amor de la estanciera
Eu cocinarei gostoso JUANCHO: Sí señor. Casarme quiero,
e malere a fariña; que el amor es un caallo
servirei mui pontoal y ya me tiene rendido,
en tudo o que quiseren; no puedo pues sujetarlo.
e asin mandemme voseés
CHEPA: Pues yo estoy ya reventando
in lu que gostosos foeren.
por casarme con Perucho,
CHEPA: Padre, ya no le matemos: porque estoy enamorada
bástele su rendimiento, y el amor pica mucho.
pues tan humilde se postra
CANCHO: Pues dense los dos las manos.
y sírvale de escarmiento.
Dios los haga bien casados
CANCHO: Bien está. A cocinar vaya y les de un hijo morrudo
y disponga la comida, para que guarde el ganado.
bien compuesta y sasonada
MARCOS: Muitu u corasoum padece.
y la olla bien cocida.
Ardi como una figueira,
PANCHA: Que haga unos buenos guisados. pos mi quedu sin teer
Ai tiene charque y menudos; ulido a tabaqueira.
puede matar un carnero Ah, ingrata Chepa, ¿qui é istu?
y haga un hervido morrudo. ¡Me morro di sentimentu!
CHEPA: La cabeza del carnero No é posibel qui eu sane
la puede poner a asar, di este disaire viulentu.
paa que coma Perucho
PANCHA: Mi yerno Juancho Perucho,
si lo hemos de festejar.
goce por muchos años
JUANCHO: Sea muy en hora buena. en compañia de Chepa
Yo cabeza comeré, y nunca pues le haga daño.
y a la salú de mi Chepa Cuide usté de su mujer
un tragito beberé. y cuídela con el ser,
CANCHO: Con que, amigo Juancho Perucho, que ella es moza muy morruda
y sabe ordeñar y hacer quesos.
¿ustée quiere por esposa
a Chepa de Garramuño, JUANCHO: Dios se lo pague, Señoa,
hija de Pancha Ardilosa? y le dé salú cumplida,

288 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 289


el amor de la estanciera
ya sé que Chepa es fortacha; y en apritando los quesos,
la quiero como a mi vida. te ha de espulgar y peinar.
CANCHO: Marcos, vaya a encender fuego; CHEPA: Eso haré de buena gana,
mientras desuello el carnero, mas si quisiera comer
pise el ají con la sal y el pelo se le endurece,
y lave bien el mortero. siempre carnero ha de ser.
Vanse Cancho y Marcos. Sale Cancho.

JUANCHO: Chepa, ya eres mi mujer, CANCHO: Ya me parece que Marcos


y yo vuestro marido; ha guisado la comida;
de balde has corcoveado, bien podéis poner la mesa,
que ya mi puesto he cumplido. bien asiada y pulida.
No te puedo encarecer,
Sale Marcos.
mi vida, lo que te quiero;
hija, no puedo esplicarme; MARCOS: Doña tia Pancia, na mesa.
por fin, yo por ti me muero. Ya está tudu cosiñadu,
CHEPA: Amado Juancho Perucho, muitu terno e sabruciñu,
medio ya te voy queriendo; certo mui ben sasunadu.
procurá pues de agradarme CHEPA: ¿Y qué es lo que hay que comer?
que por ti me estoy muriendo, Marcos, ¿qué es lo que ha guisado
según el viejo mi padre paa regalar a Juancho,
me aconseja que te quiera, que es morrudo y alentado?
te cuide con alma y vida,
MARCOS: Teñu feito masamurra,
como tú no me lastimes.
cun locru di galiña,
PANCHA: Juancho, habéis de ir al pueblo u asadu di carneiro
y comprar manta y camisa, e una boa perdisiña.
pollera y unos zapatos,
Ponen la mesa y sale Marcos con los platos. Siéntanse.
que lleve Chepinga a misa.
Ella ordeñará las vacas, CHEPA: Comé pues, Juan Perucho;
vos las habéis de enlazar

290 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 291


el amor de la estanciera
padre, eche la bendición se había de mesquinar.
porque su mercé es más viejo Otro, che, no somos de esos
y el que tiene más razón. que en pie se van a orinar.
Van comiendo. JUANCHO: Chepa de mi corasón,
relata otro sonsonete,
JUANCHO: Cierto, mi Señora suegra, que quiero ver, por la mía,
que la cabeza está rica; el primor de tu caletre.
por fin, de mano de Chepa,
CHEPA: La fuerza del amor que te he cobrado
la tomaré por reliquia.
es tanta, que no sé cómo esplicarla.
CANCHO: Un sonsonete ha de hacer, Si la encaresco, el pecho se acobarda
mi hijo Juan Perucho, y queda frío y como nieve helado;
a la salú de su Chepa, ya no cabe en mi loco pensamiento
porque ella lo estima mucho. el gusto que endulza la esperanza
JUANCHO: Vaya pues, todos escuchen: de gozar una vida en contento,
tanto es lo que te quiero, Chepa mía, por tener de ti, Juancho, confianza.
que por mirarte, el alma me enguillotro, Mucho estimé el regalo que me hiciste
con más fuerza que lo hace un potro del caallo picaso, manso y bueno,
chúcaro y enlazado el primer día. con quien divertiré pesares tristes;
Cuando como, por verte se me enfría yo te presentaré un morrudo freno
la carne, por mirar la de tu cara, y un caallito de mi andar cojudo,
quedando yerto con tu vista rara, pues por ti muero y en tormentos peno.
helándose conmigo la comida. CANCHO: ¡Que ingenios tan soberanos!
Son tus ojos dos flechas luminares, Los dos lo han hecho muy bien.
que al corazón me llegan sus heridas, También mi bendición los alcance
espuelas que me pican los ijares. por siempre jamás. Amén.
Por fin, ya la memoria es la perdida
PANCHA: También la mía les echo:
pues aun de mis caallos no me acuerdo.
Dios los conserve en su gracia;
Ves aquí mi pasión encarecida.
por los siglos de los siglos
CHEPA: De balde pareci sonso siempre estén gordos de grasa.
por lindo, cuando

antología de obras de teatro argentino 293


el amor de la estanciera
MARCOS: ¡Eu morro di sentimentu! y yo, mi caallo,
¡O corasón fas fariña! mucho reposo.
Intérrenme logo ao ponto MARCOS: (Canta):
e poña uha crusesiña. Vivan todos vusedes
CANCHO: Traiga su guitarra, Marcos, con paz cumprida,
que un fandango hemos de hacer que eu di sentimentu
y ha de bailar Chepa y Juancho, perdo ua vida.
Cancho y Pancha, su mujer. CANCHO: (Canta, y repiten todos):
(Saca la guitarra). Aquí dio fin el baile
MARCOS: Aquí istá pois, a viola, y el casamiento.
mui disposta y encurdada: ¡Viva pues, han quedado
tein uhas voces galañas todos contentos!
e fica muitu ben temprada.
CANCHO: (Canta): FIN
Mi yerno Juancho Perucho,
con sus lecheras
y sus caallos, viva
con su estanciera.
PANCHA: (Canta):
Viva mi hija Chepa
con su marido,
en paz y unión perfecta
y gusto cumplido.
JUANCHO: (Canta):
Viva mi vieja suegra
y mi señor suegro,
que con mi mujer Chepa
mucho me alegro.
CHEPA: (Canta):
Tenga mi padre y madre,
paz con mi esposo,
294 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 295
> índice

> Presentación de la colección ........................................................................ pág. 7

> Prólogo ................................................................................................................ pág. 9

Sainetes urbanos

> El carnaval .......................................................................................................... pág. 21


CRISTÓBAL DE AGUILAR

> La industria contra la fuerza ........................................................................ pág. 49


CRISTÓBAL DE AGUILAR

> Venció al desprecio el desdén ...................................................................... pág. 117


CRISTÓBAL DE AGUILAR

> A río revuelto ganancia de pescadores ...................................................... pág. 165


JUAN CRUZ VARELA

Sainetes gauchescos

> El valiente fanfarrón y criollo socarrón o El gaucho 1º parte .............. pág. 201
ANÓNIMO

> Las bodas de Chivico y Pancha o El gaucho 2º parte ............................ pág. 235
ANÓNIMO

> El amor de la estanciera ................................................................................ pág. 265


ANÓNIMO
antología de obras de teatro argentino
se terminó de imprimir en CILINCOP S.A
Av. Diaz Velez 3461, Buenos Aires.

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