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EJERCICIO DE LA NOVENA AL SEÑOR

DE LOS MILAGROS
ORACIONES PARA TODOS LOS DÍAS
En el nombre del Padre...
ORACION
(Para todos los días)
¡Señor Jesús! Tú sentiste transportes de alegría
inefable, porque Tu Padre había revelado sus
secretos a los humildes y sencillos. Te damos
gracias porque a una indiecita, en los comienzos de
nuestra historia latinoamericana, la hiciste
instrumento de tus maravillas. Aquella mujer nos
recordó que más importaba la libertad de un
hombre que la posesión de una imagen.
Suscita en nosotros el recuerdo de esta lección
evangélica, siempre que nos postremos ante Ti,
Señor de los Milagros para pedirte un favor o
agradecerte un beneficio.
Acrecienta nuestra fe en tu presencia que se
manifiesta de diversos modos, ya te adoremos en la
Eucaristía, ya te consideremos en Tu Evangelio, o
cuando nos postremos ante tu Cruz o te veamos en
nuestros hermanos, especialmente en los que más
sufren y en los que más luchan por el logro de sus
aspiraciones hacia una vida más digna del hombre.
Bendice a los peregrinos que al visitarte
experimentan deseos sinceros de vida más cristiana
y más entregada al servicio de sus hermanos.
Bendice a los enfermos que, cuando fallan los
recursos humanos, depositan en Ti su confianza
ilimitada. Amén.
Padre Nuestro - Ave María - Gloria
DIA PRIMERO
Consideración: El sitio predeterminado por Dios
Admira la caridad con que Dios quiso extender los
beneficios de la redención a los moradores de
América.
Antes de 1492 el Nuevo Mundo era ignorado de las
naciones civilizadas. Millares de seres humanos,
sumidos en las sombras del paganismo, erraban por
las selvas, ensombrecidos todavía más por los
vicios y la idolatría. Pero Cristo que vino al mundo
como luz para todo ser racional, quiso que fuesen
cristianos los descubridores de las tierras
americanas, para que desde el primer momento
fueran iluminadas por la fe verdadera. Al ver al
misionero enarbolando la cruz y predicando a
Jesucristo, las almas se dejaron conquistar y los
habitantes de estas tierras fecundas entraron a
formar parte privilegiada en el rebaño de Cristo.
¡Qué alegría la de este pastor divino al ver cómo
venían numerosas ovejas extraviadas, haciendo
realidad “la redención copiosa a los ojos de Dios”!
Ocupando los valientes castellanos el territorio
colombiano, confluyeron por el norte, por el sur y
por el oriente a las tierras de los indios bugas. En
1556 fundaron una villa junto al cerro "Pan de
Azúcar". No era ese el lugar señalado por Dios
para escenario de sus maravillas. Diez años más
tarde los vecinos pidieron que se trasladara la
fundación al valle grande junto a las márgenes del
Guadalajara. Y allí casi en el centro geográfico del
Valle, se asentó definitivamente la ciudad de Buga,
que el santísimo Redentor iba a convertir en
precioso relicario para guardar el primer tesoro
celestial que regalaría a los colombianos: EL
CRISTO MILAGROSO. El que había venido a
buscar la oveja perdida; el que llamó a Sí a los
pobres, a los desheredados, a los que lloran y
sufren, aparecería de un modo extraordinario y
sencillo, como un día en Belén, en manos de una
indiecita para ser la esperanza de los que no tienen
otra en este mundo, que la del "Padre Nuestro que
estás en los cielos"

Jaculatoria: ¡Gracias, Señor, por habernos hechos


cristianos! ¡Aumentadnos la fe!

Medítese brevemente y pídase la gracia que se


desea conseguir en esta novena.

Práctica: Recorrer el Viacrucis o meditar los pasos


ante un Crucifijo.
ORACION
Oh buen Pastor, que para atraer a vuestras ovejas
os revestisteis de carne mortal y quisisteis pasar por
privaciones y sufrimientos, desde la cuna de Belén
mostrasteis predilección por los humildes y desde
el Gólgota les tendisteis también los brazos a los
pobladores del nuevo mundo Conservadnos la fe de
nuestros padres e iluminad a los que aún están en
las sombras del paganismo. Conceded a la Iglesia
muchos sacerdotes que apacienten la grey con la
palabra y con el ejemplo para que, formando un
solo rebaño bajo un solo Pastor, con mente pura y
corazón dócil, Os sigamos a Vos que tan
amorosamente nos habéis buscado. Amén.
Gozos

Señor, que por tu bondad


quisiste bajar del cielo
-Danos alivio y Consuelo, en toda necesidad.

V iniste, pastor divino,


buscando nuevas ovejas,
que con sus dolientes quejas,
pedían guía y camino.
-Todo contigo nos vino:
vida camino y verdad.
-Danos alivio y Consuelo, en toda necesidad.

T u efigie en las ondas brilla,


quizás labrada en los cielos,
viene a colmar los anhelos.
-Creciste, y tal maravilla,
testimonia tu bondad.
-Danos alivio y Consuelo, en toda necesidad.

O h Cristo, con tus dolores,


tus Gracias y tus perdones,
nos robas los corazones,
de justos y pecadores.
-Siempre nos haces favores,
sin mirar nuestra maldad.
-Danos alivio y Consuelo, en toda necesidad.

N o quisiste que en las llamas,


tu imagen se consumiera,
y para que el mundo viera,
con que Inmenso Amor nos amas.
-el sudor que allí derramas,
cura toda enfermedad.
-Danos alivio y Consuelo, en toda necesidad.

P or dar a tus peregrinos,


templo bello y espacioso,
Al Guadalajara undoso,
mostraste nuevos caminos.
-Ya das tus brazos divinos,
a toda la humanidad.
-Danos alivio y Consuelo, en toda necesidad.

M ultiplicas los portentos:


curas mudez y sordera,
gota, cáncer y ceguera,
mil cuitas y sufrimientos.
-Cuántos pródigos contentos,
regresan con tu amistad.
-Danos alivio y Consuelo, en toda necesidad.
C onserva tu templo ufano,
de su historia en los registros,
que contra Ti y tus ministros,
se alzó sacrílega mano,
-y que intentaron en vano
hacer ruinas tu ciudad.
-Danos alivio y Consuelo, en toda necesidad.

J esús Milagroso,
abarca con tu cruz el patrio suelo,
que te ama y sirve con celo,
como a su Dios y monarca,
-haz tu basílica un arca
de paz y caridad.
-Danos alivio y Consuelo, en toda necesidad.

Señor, que por tu bondad


quisiste bajar del cielo
-Danos alivio y Consuelo, en toda necesidad.

V/ Te adoramos, Oh Cristo; y te bendecimos.


R/ Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.
Oración
Oh Dios, que renovaste los milagros de tu pasión
en la invención gloriosa de tu cruz, concédenos que
con el precio de este leño de vida, consigamos los
medios de alcanzar la vida eterna. Amén.
DIA SEGUNDO
Consideración: Caridad heroica de una india
En 1580, Buga no pasaba de ser un caserío, aunque
ya tenía cabildo civil y un conventillo de monjas.
Trasladado el vecindario a la orilla derecha del río,
en la izquierda prefirió seguir habitando su choza
una india, lavandera de profesión.
Alma recta, recibió con docilidad las enseñanzas
del misionero, y. al influjo de la gracia, se
transformó en jardín de virtudes cristianas. Su amor
a Dios se revelaba en sincera caridad para con el
prójimo. Y fue su devoción preferida la de Jesús
Crucificado.
Por eso, toda su ambición era la de conseguir uno
de esos grandes y hermosos cristos que traían de
Quito.
Con tal objeto trabajó largo tiempo hasta llegar a la
suma requerida. Ya se la iba a encomendar al
párroco, cuando acertó a pasar por allí, conducido a
la cárcel, un pobre padre de familia, conocido suyo.
Lloraba aquel infortunado el abandono y miseria en
que dejaba a su mujer y a los hijos. Al informarse
la cristiana de que el motivo del arresto era el de no
poder pagar una deuda de setenta reales, corrió por
sus economías y las puso todas en manos del
hombre atribulado.
Imagínate la alegría del prisionero, y con qué júbilo
debieron mirar los ángeles aquel acto de caridad, y
la inmensa satisfacción que llenaría el corazón de
la indiecita por haber podido hacer tan buena obra
Jaculatoria: ¡Señor de los Milagros, haced que
entre nosotros cesen los odios y reine la Caridad!
Medítese brevemente y pídase la gracia que se
desea conseguir en esta novena.
Práctica: Recordar las obras de misericordia y
ejercitarse en una de ellas.
ORACION
Señor de los Milagros, dadnos entrañas de caridad
para compadecer a los que sufren. Dadnos valor
para sacrificar nuestro bienestar con tal de poder
socorrer y consolar. Cambiadnos esos corazones
duros que movidos por el odio no saben perdonar;
que movidos por la envidia o la ambición siembran
la discordia; que egoístas no les importa ni el dolor,
ni la tristeza, ni el desamparo en que gimen sus
hermanos, Oh Jesús, que vinisteis a servirnos y a
sufrir por nosotros, mirad cuán contrario espíritu se
apodera hoy del mundo; y concedednos a todos el
que nos amemos como hermanos y vivamos en
paz. Amén.
DIA TERCERO
Consideración: El Cristo Aparece En El Rio
Con nuevos bríos y con la satisfacción interior del
sacrificio realizado, la india siguió lavando ropa.
En su alma se había acrecentado inmensamente la
gracia divina, al influjo de la caridad, y al mismo
tiempo que sentía más amor a Dios, se persuadía de
que también era de El más amada. No tardó en
llegarle la recompensa por la caridad que había
practicado.
Estando un día en su lavadero, vio avanzar sobre
las aguas del río un objeto brillante, Logró cogerlo.
Y al sacarlo del agua, ¡Oh maravilla! ¡era un
pequeño y devoto Crucifijo!
La sorpresa le arrancó un grito de alegría. Examinó
el Crucifijo: era pequeño, de madera, poco
artístico, pero colmaba todas las ansias de su
corazón. Apasionada por el divino Redentor,
estrechó contra el pecho el regalo que le venía del
cielo. Porque, ¿de dónde más podía venir? Río
arriba, en ambas márgenes, no había habitación
ninguna de cristianos; todo eran sombríos bosques
y tupidos guaduales, por donde nadie transitaba.
Con la persuasión de que el Cristo era suyo, se lo
llevó a la choza, le improvisó un altarcito y,
haciendo hornacina de un cajón, allí entronizó a su
Señor y le rindió los primeros homenajes de un
culto que, andando los tiempos, conmovería a toda
una nación.
¡Oh admirables caminos del Señor, para realizar
sus obras más prodigiosas de la manera más
sencilla y natural!
Jaculatoria: ¡Mi Dios y mi todo, no permitáis que
os pierda con el pecado mortal!
Medítese brevemente y pídase la gracia que se
desea conseguir en esta novena.
Práctica: Honrar al Milagroso en casa o en la
iglesia, con algún homenaje.
ORACION
Bendito seáis, Señor que recompensáis la caridad
con tesoros de inagotables riquezas. Y a pesar del
olvido en que os visteis en épocas anteriores, no
dejasteis de hacer milagros. Ahora también
nosotros os agradecemos los muchos con que nos
habéis favorecido, y os suplicamos que, sin mirar a
la maldad de nuestros tiempos, no consintáis se
agoten para los culpables vuestro poder y vuestra
bondad. Por el amor que tuvisteis a la indiecita,
concedednos el perdón de nuestras culpas y la
gracia de serviros mejor. Amén.
DIA CUARTO
Consideración: Portentoso Crecimiento Del Cristo
La afortunada india comenzó a venerar el Cristo de
las aguas, con devotas prácticas.
Lo alumbraba, lo adornaba con flores del campo y
ramitas de arrayán, y ante su imagen pasaba largas
horas en recogida oración,
Una noche, ya en horas avanzadas, se despertó al
ruido de unos golpecitos misteriosos que parecían
sonar en la hornacina donde guardaba su Cristo. Se
levantó, prendió una luz para investigar la causa
del ruido y... al acercarse a su tesoro advirtió ¡Oh
maravilla! que el Cristo había aumentado en
tamaño.
¿Pero no sería una ilusión de sus ojos debilitados?
¿No sería toda una fantasía engendrada por las
sombras que proyectaba la débil luz de la candela?
La luz del nuevo día evidenció, sin lugar a dudas,
que el Cristo había crecido.
Con todo, no se resolvió a informar al Párroco.
Mas, como la imagen siguió creciendo
misteriosamente en días sucesivos, cuando llegó a
tener la talla como de un niño de ocho años,
decidió dar parte a la autoridad. Ya no era el Cristo
que ella había sacado del río, El cura y los notables
de la villa cruzaron la corriente y vieron con sus
propios ojos lo que la india aseguraba.
Desde aquel día, la choza se convirtió en un lugar
obligado de peregrinación. Los prodigios
empezaron a sucederse sin interrupción, avivando
más y más la fe, confirmando la universal
confianza y encendiendo el amor de los devotos del
Señor de los Milagros.
Jaculatoria: Dadme, Señor, que con digna
recepción de vuestros sacramentos, se aumente en
mí la gracia.
Medítese brevemente y pídase la gracia que se
desea conseguir en esta novena.
Práctica: Ofrecer una misa por la conversión de
los pecadores más endurecidos.
ORACION: Por la Iglesia perseguida
Os rogamos Señor, por los fieles de los países que
vuestros enemigos han sojuzgado. Escuchad los
gemidos de los cautivos; aliviad las miserias de los
huérfanos, confortad la flaqueza de los débiles;
sostened las fuerzas gastadas de los ancianos,
atended los lamentos de las viudas; dad protección
a los fugitivos, y que los sacerdotes que sufren
persecución por vuestro nombre encuentren asilo
en vuestro corazón. Que todos esos vuestros hijos,
Señor, sostenidos por vuestra cruz, no desfallezcan
ante la amenaza ni ante la seducción. Acrecentad
en ellos la constancia, aumentadles la paciencia en
las adversidades para que, glorificados en la
persecución, pasen a glorificaros en el cielo. Amén.
DIA QUINTO
Consideración: Reconozcamos el Evangelio en el
relato del Señor de los Milagros
Jesús exclamó un día: "Te alabo, Padre, Señor del
cielo y de la tierra, porque has mostrado a los
sencillos las cosas que escondiste a los sabios y
entendidos" (Lucas 10, 21).
En la tradición popular de la indiecita que encontró
entre las aguas del río la imagen del Cristo
Milagroso, se realizó esta frase del Evangelio. La
mujer entendió maravillosamente que la esencia del
mensaje cristiano está en la caridad. Ella vio la
imagen viva del Señor en el hermano endeudado,
en el prisionero. Lo asegura el mismo Jesús cuando
invita a disfrutar de su reino a quienes visitaron a
los presos, porque así lo visitaron a El mismo
(Mateo 25, 36). En la indiecita se aunaron la
sencillez, la fe y la caridad para que mereciera
sorprender entre las aguas del río la imagen de
Jesús Crucificado.
Y más aún, la mujer encuentra el Crucifijo
mientras se dedica al trabajo. Nosotros también
podemos encontrarnos con el Señor, no sólo en la
oración, sino también en las tareas diarias, supuesto
que las emprendemos para cumplir con el deber, en
el acatamiento de la voluntad divina, para
procurarnos el sustento o para ayudar a nuestros
hermanos. El trabajo así realizado nos proporciona
la ocasión de encontrarnos a diario con Cristo.
Quiso además el Señor servirse de una indiecita
para entregarnos este regalo de su imagen. Eran los
comienzos de la historia latinoamericana. Cristo
quería atraer el pueblo conquistado, identificarse
con él. Porque El pertenece a todas las culturas, a
todos los pueblos; su Evangelio se adapta a todas
las situaciones, para transformarlas y santificarlas.
En esto consiste la obra de la Evangelización.
Jaculatoria: A Vos, Señor, todo honor y gloria•
NO permitáis que me desaliente en vuestro
servicio.
Medítese brevemente y pídase la gracia que se
desea conseguir en esta novena.
Práctica: Sobrellevar sin quejarse, alguna
humillación o privación.
ORACION: De San Agustín
Oh Dios, que por la redención del mundo quisisteis
nacer y ser circuncidado, ser reprobado y entregado
con el beso del traidor Judas; ser atado con sogas y
llevado como inocente cordero; ser
ignominiosamente presentado delante de Anás,
Caifás, Pilato y Herodes; ser acusado por testigos
falsos; ser maltratado con oprobios y azotes, y
escupido y herido con una caña; ser vendado y
despojado de las vestiduras; ser levantado en una
cruz entre ladrones; ser amargado con hiel y
vinagre, y ser herido con una lanza, Señor, por esta
santísima muerte libradme de las penas del infierno
y llevadme donde llevasteis al buen ladrón,
crucificado con Vos, pues vivís y reináis con el
mismo Dios Padre y el Espíritu Santo, por los
siglos de los siglos. Amén.
DIA SEXTO
Consideración: Arrojado A Las Llamas El Cristo
Comenzó A Sudar
A los veinticinco años de su hallazgo, la fama del
Cristo de Buga había llegado a regiones lejanas.
Corría 'la voz de que había crecido, que curaba
enfermos, que consolaba afligidos y convertía a los
pecadores… Las gentes dieron en llamarlo EL
SEÑOR DE Los MILAGROS. También se decía
que había desviado el río y que se volvía pesado.
En fin: ¡que era un Cristo vivo!
Al rumor de estas noticias, se alarmaron las
autoridades de Popayán. No tardó en llegar a Buga
un Visitador Eclesiástico enviado por el Obispo
para que informara sobre la devoción que causaba
tanto revuelo. Y el sacerdote venía resuelto a
cumplir con su deber. Al examinar la efigie, le
pareció tan deforme y deteriorada que, a su modo
de ver, no era devoción lo que inspiraba sino
superstición. En consecuencia, y apoyándose en
leyes y costumbres de la Iglesia ordenó quemar el
Cristo. A pesar de la pena que esto le causaba,
nadie contradijo, ¡tanto era el respeto a las
autoridades en esos tiempos!
Arrojado el Cristo a las llamas, sucedió algo que,
por el momento, llenó de terror a los circundantes:
la efigie no ardía; sudaba y se perfeccionaba… Dos
días consecutivos se prolongó el portento. Ante los
ojos atónitos del Visitador, algunos acudieron con
algodones para recoger aquel sudor milagroso que
después les alcanzaría favores extraordinarios. Con
el suceso, ya no se pensó en destruir la reliquia,
antes bien, las mismas autoridades se encargaron
de registrar los hechos ante notario público. Varios
sacerdotes firmaron el documento en 1665, y entre
otras firmas está la de Doña Luisa Sánchez de la
Espada, viuda del Alférez Real de la Vega, que
tenía entonces 75 años… Con seguridad, ella
presenció el prodigio.
Jaculatoria: Señor, no me dejéis caer en la
tentación y apagad las llamas de mis pasiones.
Medítese brevemente y pídase la gracia que se
desea conseguir en esta novena.
Práctica: Antes de terminar la novena hacer una
confesión, como si fuera la última de la vida.
ORACION: De San Pío V
Señor mío Jesucristo crucificado, Hijo de la
Bienaventurada Virgen María:
- Abrid vuestros oídos y escuchadme como
escuchasteis a vuestro Eterno Padre en el
Tabor.
- Abrid vuestros ojos y miradme, como mirasteis
desde la cruz a vuestra dolorosa Madre.
- Abrid vuestros labios y habladme, como
hablasteis a San Juan para llamarlo hijo de
María.
- Abrid vuestros brazos y abrazadme, como los
abristeis en la cruz para abrazar el género
humano.
- Abrid vuestro corazón y encerrad en él el mío;
oíd mis súplicas y concededme lo que os pido,
si fuere del agrado de vuestra santísima
voluntad. Amén.
DIA SEPTIMO
Consideración: El Rio Se desvía Milagrosamente
Para llegar a la ERMITA en que se convirtió la
choza de la india, había que cruzar el río, lo cual
era un grave inconveniente y más en los días en
que bajaba caudaloso. Cuando en 1627 se trató de
reconstruirla, opinaban unos que se levantara en la
plaza principal, de modo que estuviese cerca de las
viviendas y sin el inconveniente del río; pero los
más preferían el lugar del hallazgo. A éstos les dio
razón el cielo; pues en la noche que siguió a la
discusión el río tuvo una gran crecida, se abrió un
nuevo cauce y dejó libre el lugar en donde había
aparecido la venerada efigie. La capilla que
entonces se alzó fue durante cerca de cien años,
testigo de plegarias y prodigios. Con los dineros
reunidos entre 1650 y 1730 el padre Cristóbal Gil
reformó la ERMITA haciéndola de 3 naves, con
presbiterio y camarín. El terremoto de 1766 la
averió; pero, reparada, siguió recibiendo peregrinos
durante casi dos siglos. Fue un deseo de los
patriotas en 1815 construir el templo; pero el
Redentor reservaba este privilegio a los Padres
Redentoristas, quienes, en 1907 entregaron al culto
lo que hoy es la Basílica del Señor de los
Milagros.
De este modo admirable el Señor, que dijo: “si
tuvierais fe como un granito de arena, trasladaríais
las montañas”, trasladó la corriente del río, para dar
lugar a un océano de gracias.
Jaculatoria: Señor, haced que mi alma sea para
Vos un templo adornado con todas las virtudes.
Medítese brevemente y pídase la gracia que se
desea conseguir en esta novena.
Práctica: En honor del Milagroso alumbrar cada
año la Cruz de Mayo.
ORACION: De San Alfonso
Miradme, oh mi dulce y buen Jesús, desde el trono
de ignominia que los hombres os levantaron.
Confieso que por mis culpas merecía que me
arrojaseis en el infierno; más, ya me arrepiento y
quiero amaros con todo mi corazón… Cordeles que
atasteis a Jesús, atadme con El, espinas que
coronasteis su cabeza, heridme de amor a Él;
clavos que crucificasteis a Jesús, atravesad mi
corazón sobre su cruz a fin de que viva y muera
unido a El. Amén.
DIA OCTAVO
Consideración: Llega A Roma La Fama Del Cristo
De Buga
Las obras de Dios llevan siempre el sello de la
oposición humana. Así sucedió con la devoción al
Cristo de Buga en sus comienzos; y aun en
nuestros días encontramos personas que por
impiedad o por envidia no se rinden a la evidencia
de los prodigios.
Con el milagro que sucedió cuando se quiso
quemar el Cristo, la autoridad eclesiástica depuso
sus recelos, y la devoción creció
extraordinariamente. Se tomaba nota de las
maravillas que sucedían en la Ermita, para informar
al Obispo de Popayán y a la Inquisición de Lima.
Desgraciadamente la mejor documentación se
perdió cuando falleció Monseñor Diego del Corro,
quien la llevaba a Lima.
Años después (1783), la Curia de Popayán resolvió
impetrar de la Santa Sede privilegios en favor de
los que veneraban al Milagroso en su santuario. Era
pedir que Roma dijera la última palabra y le
confirmara al Señor de Buga su carácter
verdaderamente sobrenatural y divino. Se encargó
al Rector del Colegio Real y Seminario de San
Francisco de Asís de Popayán escribir un extracto
compendiado de los favores y prodigios ocurridos
en la Ermita. En Roma el documento fue
detenidamente examinado.
Pesadas las razones con la sagacidad, madurez y
calma que en tan importantes asuntos se
acostumbra, el Pontífice Pío VI respondió con 22
Breves Perpetuos que concedían a los devotos del
Milagroso copiosas indulgencias. En lo sucesivo
Roma mirará con benevolencia todo cuanto se haga
para honrar al Cristo de Buga: ratificará el que los
misioneros Redentoristas sean los capellanes del
santuario; para bendecir el nuevo templo enviará a
su Delegado Apostólico; y cuando todo el
Episcopado colombiano pida el título de
"BASILICA" para el magnífico santuario, sin la
menor dificultad, Pío XI hará firmar el documento
por su secretario el futuro Papa Pío XII.
Jaculatoria: Señor, que vuestro nombre sea
glorificado en toda la tierra.
Medítese brevemente y pídase la gracia que se
desea conseguir en esta novena.
Práctica: Aconsejar a los enfermos la Novena del
Señor de los Milagros.
ORACION: Oración del enfermo a Jesús
Crucificado
Te miro, Señor Crucificado en tu lecho de agonía.
No hay parte sana en tu cuerpo. Terrible sed te
quema la lengua, la garganta y las entrañas.
Ni tu madre bendita, que sería maravillosa
enfermera, te puede aliviar el tormento con un
sorbo de agua fresca. Grumos de sangre te
ensombrecen la vista. No es posible que cambies la
postura para tener una sensación de comodidad
pasajera.
Y te han dejado solo. No te asisten en la muerte tus
amigos, a excepción de Juan, de tu madre y de las
devotas mujeres. Los demás se fugaron en esta
hora de prueba. Yo me quejo porque gotean
lentamente las horas de mis largos insomnios o
porque los sedantes son ineficaces para quitarme
los dolores punzantes o porque no encuentro
acomodo esta cama que me cansa.
Perdóname, porque tus dolores y tu soledad y tu
incomodidad atroz, superan los míos. En el cáliz en
el que ofreces tu agonía y tu muerte, deposita la
gota de mis padecimientos, fundidos con tu
ofrecimiento al Padre. Amén.
DIA NOVENO
Consideración: Asombroso crecimiento de la
devoción al Señor de los Milagros.
En las tres últimas décadas Buga ha sido testigo de
una creciente afluencia de peregrinos. En los
domingos, días festivos, en los "puentes", durante
las vacaciones escolares son impresionantes las
multitudes que acuden a los pies del Señor de los
Milagros. Los domingos y en días de fiestas,
religiosa o civil, un “contador” mecánico registra el
número de los que suben al camarín. Oscila entre 8
y 10 mil. Pero no todos los peregrinos suben. No
tienen tiempo de hacer cola que comienza en las
calles. Les basta con cumplir con sus promesas en
el recinto de la basílica.
En Semana Santa, en las Rogativas son miles y
miles los devotos que llegan en vehículos, a pie, de
día y de noche. No exageramos al decir que
anualmente llegan a Buga más de un millón de
peregrinos. Provienen de todos los rincones de
Colombia, Panamá, Venezuela, Ecuador, Puerto
Rico; y a veces Estados Unidos y de Europa.
La misa de cada 14 de mes para los enfermos es
participada por una fervorosa muchedumbre. Se
celebra, recordando la de Lourdes, con la procesión
y bendición del Santísimo.
En las parroquias que los Redentoristas tienen en
Cúcuta, Popayán, Bucaramanga, Manizales,
Medellín tiene también su nota distintiva la
celebración de los “catorce” mensuales. Pero en la
de La Soledad de Bogotá, el fenómeno devocional
es sorprendente. Hay misa cada hora, desde las 7
de la mañana hasta las 7 de la noche. No se vacía el
templo ese día. Y son muchos los fieles que se
acercan al sacramento de la reconciliación. Doble
provecho,
La devoción se ha adueñado de otros países. En
León, ciudad de México, hay un gran templo, en
cuyo frontispicio se lee: Parroquia del Señor de los
Milagros de Buga. Y en la entrada se muestran
muletas y cantidad de exvotos que testimonian
gratitud por favores recibidos.
En Panamá-ciudad hay igualmente una parroquia
con el mismo nombre. Es un hermoso templo
donde se rinde fervoroso culto al santo Cristo. Y
hay más altares de imágenes en otras iglesias
panameñas. A Buga llegan para la fiesta de
septiembre hasta 200 y 300 peregrinos del Istmo.
Número que se triplica en las Rogativas de cada
septenio.
En Villa Carolina de Puerto Rico, existe también
una parroquia con el mismo título. Tiene categoría
de santuario muy frecuentado. Y se le tributa culto
en otros lugares de la Isla, Mayagüez, Arecibo,
Manatí, Vega Baja, parroquias de San Agustín y
Nuestra Señora de los Ángeles en la capital.
De Bélgica y de Estados Unidos se han recibido
cartas en que pedían datos sobre esta devoción, a
fin de incorporarlos en sendos libros, acerca de
afamadas imágenes de Jesús Crucificado en el
mundo.
El Cristo de la “indiecita” sigue creciendo en los
corazones de sus devotos y en los lugares donde
ellos propagan está saludable práctica de culto,
Jaculatoria: Señor de los Milagros, tened piedad
de los pobres, de los enfermos y de los pecadores.
Medítese brevemente y pídase la gracia que se
desea conseguir en esta novena.
Práctica: Hacerse apóstol de la devoción al Señor
de los Milagros de Buga.
ORACION: Para implorar la misericordia de Dios.
Señor Dios, Rey Omnipotente, en vuestras manos
están puestas todas las cosas; si queréis salvar a
vuestro pueblo, nadie puede resistir a vuestra
voluntad. Vos hicisteis el cielo y la tierra y todo
cuanto en ellos se contiene; Vos sois el dueño de
todas las cosas.
¿Quién podrá, pues, resistir a vuestra voluntad?...
Por tanto, Señor, Dios de Abraham, tened piedad
de vuestro pueblo, porque nuestros enemigos
quieren perdernos y exterminar vuestra herencia.
Así, Señor, no despreciéis esta parte que
redimisteis con el precio de vuestra sangre. Oíd,
Señor, nuestras oraciones; sed favorable a nuestra
suerte; levantad el azote de vuestro justo enojo, y
haced que nuestro llanto se convierta en alegría
para que, viviendo, alabemos vuestro Santo nombre
y continuemos alabándole eternamente. Amén.

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