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Mientras Decido Conocerte
Mientras Decido Conocerte
by san-01
Mis pies corren a una velocidad inigualable, las gotas de lluvia mojan mi ropa
haciendo el proceso mucho más pesado, más dificil.
Siento que mi cabeza da vueltas y mis ojos van de un lado a otro, en mis oídos
escucho como de mi boca sale el aire, la desesperación me está consumiendo.
Choco contra un pecho fuerte y sus manos inmediatamente van a mi cadera quizá
como un acto reflejo o evitando que cayera al suelo pero esa simple acción manda
corrientes eléctricas a todo mi cuerpo.
Siento su mano csliente en mi barbilla la cual levanta para que vea su rostro y mis
ojos se abren como nunca antes al ver con quien me he topado esta noche lluviosa de
Londres.
-Oh,no.
(...)
-No sé si conocerte porque, al hacerlo, cruzare la línea, una línea que lo definirá todo
para bien o para mal.
¿Absorbente?
Tal vez.
¿Peligro?
Siempre.
¿Conocerse?
Mis pies corren a una velocidad inigualable, las gotas de lluvia mojan mi ropa
haciendo el proceso mucho más pesado, más difícil.
Siento que mi cabeza da vueltas y mis ojos van de un lado a otro, en mis oídos
escucho como de mi boca sale el aire, la desesperación me está consumiendo.
Choco contra un pecho fuerte y sus manos inmediatamente van a mi cadera, quizá
como un acto reflejo o para evitar que cayera al suelo.
Siento su mano caliente en mi barbilla la cual levanta para que vea su rostro y mis
ojos se abren como nunca antes al ver con quien me he topado esta noche lluviosa de
Londres.
-oh no.
(..)
-No sé si conocerte, porque, al hacerlo, cruzare la línea, una línea que lo definirá todo
para bien o para mal.
¿Absorbente?
Tal vez.
¿Peligro?
Siempre.
¿Conocerse?
N/A
No se arrepentirán.
Cuando mamá nos dejo, todo cambio drásticamente y para mal, nunca supe porque
mi madre nos quiso dejar, no lo comprendía o quizá no quería admitirlo, por Dios, era
una niña cuando se fue, pero cuando lo viví en carne propia lo entendí.
No sabía que pasaba, tal vez lo veía muy normal o puede ser el simple hecho de que
me mintieron con lo que, en realidad, estaba pasando ya que mi madre me decía otra
cosa.
-Papi y yo siempre que nos escuches gritar o algo que se rompa estamos jugando ¿si
princesa?-Me dijo una noche de lluvia que le preguntaba porque siempre se
escuchaban gritos en su habitación mientras ella acariciaba mi largo pelo negro con
una hermosa sonrisa en su rostro.
Recuerdo a mi madre hermosa, una mujer con pómulos definidos y una piel cremosa
junto con aquellos ojos azules como el mar más claro y tranquilo.
Yo era igual a ella, se podría decir que era una mini réplica de ella
No me enorgullezco de ello
-¿Puedo jugar?-pregunte tan inocente como podía serlo, hubiera rogado que esa
inocencia no me la quitaran, hubiera peleado como nunca, suplicado hasta cansarme
y cuando eso pasase, tomaría aire y volvería a suplicar.
Yo rei, todavía recuerdo esa risa, todavía la puedo saborear, de vez en cuando me
viene a visitar.
-Ahora duerme mi querida Elaine recuerda que siempre estaré ahí-seu dedo delicado
y su uña de color menta, señslo el lugar en el que está mi corazón -Se fuerte-Dijo
arropándome y dándome mi osito blanco que siempre estaba conmigo, desde que
nací,lbo amaba por que tenía bordado un mensaje oculto entre su pelaje suave.
Lo tome entre mis brazos y lo abrace con fuerza, oliendo ese aroma característico que
hay en los bebés y baje a prepararle su biberón como miadre me había enseñado, el
único pensamiento que cruzo mi mente en esos momentos fue que mamá había
salido a hacer las compras.
En minutos la casa está hecha un desastre, los gritos no paran en ningún momento y
las peleas inician.
La puerta se abre con tanta fuerza provocando que se estrelle contra la pared y
regresa a su lugar pero una figura le impide que regrese por completo, mi padre
busca por la habitación, sus ojos se posan en Zack que está acostado en mi cama,
dormido, por qrte de magia se fija en mi y entra hecho una furia, sus pasos sonando
fuerte contra el suelo de madera y sus manos hechas puños con los ojos inysctsdos
de un color rojo puro.
Me toma por los brazos con demasiada fuerza que me lastima y el primer golpe llega.
Sirvo la comida en tres platos y le entrego uno a Zack para que me ayude a
llevárselos.
-Con cuidado ¿si?-le sonrió y el asiente intentando parecer seguro pero noto un
pequeño temblor en sus manos.
-Nosotros ya comimos así que cuando terminen me avisan para lavar los platos -Les
sonrió falsamente intentando ocultar mi nerviosismo.
-Perfecto, así no tendré que verte la cara-dice una voz grave y pastosa, mi padre.
Mientras me alejo escucho las risas de mis hermanos, lamentablemente estoy
acostumbrada a sus burlas, tomo a Zack entre mis brazos,intentando así, no
comenten alguna tontería y subimos a mi habitación.
Mi nombre es Elaine Vran y el niño de mis ojos por quien me he levantado cada
mañana que juega con sus carros en mi habitación es Zack Vran, Adam a quien no
puedo llamar hermano y Brad, su sombra.
-Ve a jugar, en un rato nos vamos-Él asiente y corre hacia sus carros.
Bajo las escaleras y al entrar a la cocina me encuentro con gran pila de platos que
hay que lavar.
Oh no
Lo que daria yo
Levanto mis brazos para hacerme una coleta y veo mi reloj, bajo el brazo
y sacudo mi muñeca para acomodarlo y ver la hora.
-Demonios-masculló al ver que llevo dos horas de retraso de mi entrada habitual al
trabajo además de ir a dejar a Zack con la señora Tamara, rápidamente termino de
hacerme la coleta, esparzo un poco de base de maquillaje en mi mano y la aplicó con
prisa por mi cara intentando ocultar, sin éxito, lo evidente.
Salgo corriendo del baño y veo a mi niño con su mochila en la puerta de la habitación,
le sonrió y beso su mejilla.
-Ese es mi niño-Abro la puerta y salimos con rapidez.
-¿Tienes todo?-le pregunto mientras bajamos por las escaleras, él delante de mí y
asiente sin quitar su vista de los escalones.
Al llegar al final me encuentro con Brad mirándome fijamente, freno y lo veo hacerse
a un lado sin decir nada y yo paso a su lado sin siquiera darle una mirada.
-Lo siento-Le escucho decir a mi espalda en un susurro.
No me detengo hasta llegar a la puerta y abrirla.
-Yo también-Le contestó antes de cerrar la puerta tras de mí.
Corro por las calles con Zack en brazos ignorando el dolor y lo dejo con la señora
Támara que me hace el favor de cuidarlo.
-Portante bien-Le digo agachada a su altura.
Zack hace un puchero y sus ojos azules empiezan a llenarse de agua.
-No, no llores amor, vendré por ti en un rato, sabes que tengo que ir a trabajar-Le
digo acariciando sus brazos y con mi pulgar limpio sus mejillas mojadas, asiente
lentamente y entra a la casa.
-Gracias-Le digo a Támara y ella me sonríe cálidamente.
-Ve tranquila a tu trabsjo, yo cuido de él-Dice haciendo movimientos con las manos
para que me fuera de ahí.
Al llegar a la calle de la cafetería que no se encuentra muy lejos del hogar de Tamara,
entro por la parte de atrás donde entra todo el personal y busco a mi jefe una vez
dentro con mi delantal puesto.
Es un señor de mayor edad, con sus habituales lentes redondos y su pelo blanco
junto con aquella actitud hogareña y amable.
-¡Señor Len!-Le gritó cuando lo encuentro sentado en uno de los taburetes frente a la
máquina registradora platicando con Judy, una de mis compañeras y podría decir que
amiga.
Él voltea y veo confusión en su rostro hasta que se da cuenta que quien lo llamo fui
yo, su semblante cambia rápidamente a uno preocupado, se levanta de su lugar, le
dice algo a Judy para luego caminar a paso apresurado hacia mi.
-Pero niña ¿Que te ha pasado?-Me pregunta poniendo sus manos arrugadas, las
cuales demuestran que el tiempo no pasa en vano, que ha tenido una larga vida con
muchas experiencias, en mis hombros.
-Lo siento, he tenido un percance-Sonrió tranquila, es eso lo que provoca este amable
señor.
-Claro, claro-Hace un ademán restándole importancia pero en su mirada puedo ver
que no se cree ni una palabra que he dicho.
-No volverá a pasar-Digo rápidamente cuando veo que abre la boca con intención de
cuestionarme.
-Lo sé, tranquila-suspira y se quita sus gafas apretándose el puente de la nariz-Te
toca cerrar hoy-me informa.
-Pero..-intento excusarme.
-Reglss son reglas-Dice palmeandome el hombre mientras pasa por mi lado hacia su
oficina.
Suspiro resignada y me dirijo a la cafetera.
-¡Ela!-Grita mi mejor amiga cuando me ve llegar y me paro a su lado, me estruja
fuerte entre sus delegados brazos y no pude evitar el siseo de dolor que escapa por
mis labios provocando que ella se separe de mi rápidamente.
-No otra vez- Dice con tristeza.
-No te preocupes Holie, estoy bien-Le doy una sonrisa que sale más como una
mueca.
-No puedes seguir así-En su rostro aparece una sombra de disgusto, de
desaprobación.
-Dime algo que no sepa, haber dime, ¿Que quieres que haga?-La miró de reojo
mientras hago el café que está apuntado en la notita.
-Sal de tu casa-Afirma provocando que se me escape una risita sarcástica.
-Si tú, como si fuera tan fácil-Bufo y pongo mis ojos en blanco.
-Lo es-Vuelve a afirmar pero esta vez pareciera más desesperada.
Dejó la taza en la barra y me volteo para verla con mis brazos cruzados.
-Sabes mejor que nadie que no me iré y dejaré a Zack a su suerte como mi madre lo
hizo con nosotros-Espeto bruscamente empezando a cabrearme.
-Ella...-Intenta decir algo pero levanto la mano interrumpiendola.
-He llegado tarde, no quiero más problemas, me voy a mi puesto de trabajo-Doy
media vuelta y le acerco a las mesas para tomar las órdenes.
Las horas pasan como si temieran llegar tarde a algún lugar y en cierta forma lo
agradezco.
Las once están a punto de ser y será hora de cerrar la cafetería.
-Ela-Me llama Holie y levanto la cabeza de la mesa que estaba limpiando.
-Ahora no, Holie-Le digo y veo como baja la cabeza arrepentida haciendo que su pelo
rubio caiga como una cortina.
-Sabes que no era mi intención hacerte enfadar, me preocupas, eso es todo-Su tono
es triste y de reojo veo como juega con sus manos.
Suspiro y dejó el trapo en la mesa para darle toda mi atención.
-Lo sé-suspiro-Créeme que soy la primera en querer salir de ahi, daría lo que fuera
pero lamentablemente no puedo, no tengo dinero suficiente y por nada del mundo
dejaré a Zsck-Mi boca se siente seca, me cuesta decir todo eso.
Admitir en voz alta que no puedo irme de ese maldito lugar.
-Pide la custodia de Zack-Me da esa opción pero lo que no sabe es que lo que ella
haya pensado o se le haya ocurrido yo ya lo pensé un millón de veces, he buscado
como loca por todos los lugares posibles, la manera de hacerlo, pero no es tan fácil.
-No tengo el dinero para pelear por la custodia, mis trabajos no dan mucho para
mantener a un niño con los requisitos que pide la ley y si así fuera, ¿Que diría? ¿Que
contestaría cuando me preguntaran en donde pienso vivír? Haz visto lo que piden por
el alquiler, ¡Es una locura!, No me darían la custodia Holie y mi padre me prohibiría
verlo y si eso llega a pasar, me muero si no puedo defenderlo de ellos-La logorrea
salió disparada como nunca y en mi garganta está impresa una tristeza inigualable.
Holie no dice nada, no puede decir nada porque sabe que todo lo que dicho es
verdad.
-He vivido así durante años, no moriré por unos años más-Digo y retomó mi tarea.
-Te pueden matar a golpes-Dice y yo me levanto con brusquedad.
-No tengo otra opción, entiende por favor-Aprieto los puños con fuerza intentando
contener mi furia.
-Deja el tema Holie, estoy muy cansada,de verdad-Le pido lo las tranquiliza que
puedo estar mientras la miro, ella levanta las manos en son de paz y yo agradezco
internamente porque de haber continuado no sé de qué hubiera sido capaz.
-De acuerdo-Dice y noto en su tono un poco de incertidumbre, se da la vuelta con
dirección a la salida ya que su turno ha acabado.
Toco mi pecho y una lágrima escapa de mis ojos, sabiendo que de alguna manera esa
rubia tiene razón.
Lo que daría yo por sacar a Zack y a mí de ese lugar.
N/A
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Mi mundo se paraliza
El reloj marca las once y el local está vacío,cuando estoy apunto de dejar caer la
persiana, veo por la ventana como cae la lluvia sin compasión de los que no estaban
preparados para este frío y húmedo clima.
Me incluyo en ello.
Dejó caer la persiana como si ese pequeño y desinteresado acto pudiera refugiarme
un poco màs en el calor que me brinda el lugar, pero sé que me he demorado lo
suficiente.
-Támara,Lo se,se que voy tarde pero..-empiezo a decir justo cuando descuelgo la
llamada pero soy interrumpida.
-¡Ela!-grita ¿Brad?
-Brad eso me lo dijiste antes de que saliera de casa,nada va a cambiar con tus
disculpas ¿sabes?-digo enojada hasta hoy después de muchos años,eso ya no sirve.
-Yo quería ayudarte,quería que supieras que no sería lo mismo cuando regresaras a
casa-dice con la voz ronca y es notorio que está llorando.
Mi mundo se viene abajo,la luz de mis ojos,mi mundo da vueltas,lo único que me
sostenía esta perdido en no se donde.
¿Y si alguien lo rapto?
Estoy paralizada.
Mis pies corren a una velocidad inigualable las gotas de lluvia mojan mi ropa haciendo
el proceso más pesado,mi visión se entorpece gracias a aquellas gotas frías que caen
del cielo nocturno.
-Voy con Zack-digo dejando atrás a ese hombre que mueve muchas cosas
en mi interior.
Camino con algo de dolor porque ahora que la adrenalina ha salido por completo de
mi sistema los pinchazos de dolor me recuerdan que no se han ido muy lejos.
-Ela, esto es padrísimo.
Una sonrisa deslumbrante aparece en su rostro, borrando rastro de todo lo que había
pasado.
Me agacho para estar a su altura y poder admirarlo más de cerca, necesitando un
poco de esa inocencia y de esa felicidad.
-Vaya que lo es-respondo sin alejar mi vista de él soltando un suspiro que llama su
atención y me da un fugaz beso en la mejilla.
-Vamos dentro, es tarde y ha sido un día muy pesado-aparece una voz varonil,
envolviéndonos.
Me levanto rápidamente e inevitablemente una mueca de dolor se expresa en mi
rostro y rápidamente la cambio por una sonrisa pero los ojos verdes del magnate
enfrente de mi dicen que no actué lo suficientemente rápido.
-Claro.
Tomo la mano de Zack rápidamente y empezamos a caminar hacia la casa con él
enfrente de nosotros
Todo es tan impoluto, los pisos tan relucientes que te puedes reflejar en ellos, como
si los acabarán de limpiar, todo estéticamente bien decorado con una gama de blanco
hasta el negro más oscuro que existiese en la faz de la tierra pero a pesar de tal
belleza se siente fría y en cierta forma triste, sola.
-Les mostrare sus habitaciones-su voz suena como un eco en aquella inmensidad.
Sube por una de las escaleras que parecen salidas de un cuento de hadas, de aquel
castillo lleno de bellezas y reliquias imposibles de tocar, de tener.
Cargo a Zack para seguir el ritmo apresurado que lleva y mi boca se abre y se cierra
como un pez fuera del agua, intentando decir algo para hacer este incómodo silencio
algo más relajado pero no consigo que ninguna palabra coherente se forme en mi
mente y salga de mis labios.
-En está dormirá Zack-abre la puerta que está enfrente de nosotros y veo una cama
enorme con un edredón blanco.
Contiene aparatos de lujo y eso me pone la piel de gallina.
Mirar tanto, tener todo eso es...
Lo seguimos en la recámara y abre otra puerta que nos guía a otro dormitorio.
-En está dormirás tu..-me observa y yo atontada contesto después de unos largos
segundos.
-Elaine pero todos me dicen Ela-él asiente sin ningún atisbo de emoción.
Veo la habitación en la que dormiré por esta noche y no puedo decir que un rayo de
alegría se instala en mi rostro al ver la cama grande con colchas calientitas y suaves.
Es un sueño, un lindo sueño que durará poco, lamentablemente.
-No es necesario que nos de una habitación a cada uno, me refiero a que
agradecemos el gesto pero podemos estar en una habitación sin ningún problema-
digo nerviosa y fuerzo una sonrisa.
"Hemos compartido habitación y cama desde, bueno...todos estos años.
-No hay problema en que cada uno tenga la suya, nos sobran habitaciones-se encoge
de hombros restándole importancia pero igual de serio.
¿Solo sabes hacer ese gesto?
Concuerdo en que este así conmigo porque soy una extraña y no le contesté de forma
agradable cuando me preguntó por los golpes.
Pero no es para tanto, ¿O si?
-De acuerdo-acepto su ofrecimiento.
-Los dejare solos para que se puedan cambiar y acomolar-dice y sale de la habitación
dejando la puerta entre abierta.
-Muy bien muchachote, a la ducha-digo con las manos en la cadera y Zack asiente,
tan obediente como siempre.
Entramos al baño entre risas y al ver el interior mi boca se abre por tal belleza, un
ventanal enorme que da a la ciudad, desde aquí se aprecia el Big Ben.
Una tina circular colocada estratégicamente para no perderte la vista y una regadera
tipo lluvia justo arriba.
-Woooow-susurra Zack ganándome las palabras.
-No toques nada-lss palabras salen rápidamente de mi boca porque parece que todo a
la vista puede romperse.
(...)
Zack ya está listo con unos shorts y una blusa que le quedan casi perfectos a ese
niño, todo prestado por el señor de la casa
-Ela-me llama Zack mientras yo seco mi cabello con la toalla.
Me veo en el espejo del cuarto que está enfrente de la cama en la que se encuentra la
luz de mis ojos, mi mano rosa la suavidad de la bata blanca de algodón que traigo
puesta y lo saboreo.
-¿Que pasa?-preguntó sin voltearme ya que lo observo por el espejo.
-¿Papá te golpeará cuando regresemos a casa?-dice con un miedo paloable en su voz
y yo me tenso en mi lugar.
Me veo en el espejo y veo a una chica lo suficientemente maltratada, con un rostro
inflamado y algunas manchas púrpuras cubriendo algunas zonas.
Suspiro y camino hacia él para sentarme a su lado en la suave cama y luego tomarlo
y ponerlo en mi regazo.
¿Que le digo a un niño de seis años?
¿Como no asustarlo con la verdad?
-¿Por que la pregunta chiquitín?-trató de evitar la respuesta a toda costa.
-Porque hoy vi como te golpeaba en la cocina-Zsck habla con una tristeza notable en
sus ojos.
-¿Que?-intento donar lo más serena posible con lo que me ha dicho.
-Baje por un vaso con agua y vi como papá te golpeaba y luego como Brad te cargaba
subiéndote a tu habitación-dice con sus ojitos puestos en mí, me paro de la cama y
empiezo a caminar por la habitación sin saber que decir.
¿Como desmiento lo que ha visto?
¿Como le digo que mi padre nos odia por parecernos a mamá?
Tomo mi rostro entre mis manos y las bajo frotando mi cara con frustración pero me
doy cuenta que alguien está parado en la puerta de la recamara, veo a quien me ha
brindado techo por esta noche observarme con las manos hechas puños.
Y dejo de respirar.
N/A
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Eres feliz ¿no?
Le levanto con mucho cuidado y lo arropo aún más, beso su mejilla y apagó la luz de
la mesita de noche y entro en mi habitación.
-Te golpean en tu casa y dices que no tiene importancia, no eres feliz y ¿¡No tiene
importancia!?
La vena de su cuello parece que estuviera a nada de explotar y su pecho sube y baja
con frenesí, se toma el pelo notablemente frustrado.
-Tienes usted toda la razón pero si no es feliz y sobre todo si sufre maltrato, no logro
comprender como no ja salido de esa casa-su voz suena más tranquila pero todavía
conserva una fina capa de curiosidad.
Lo observo más detenidamente y me doy cuenta de sus fibrosos brazos con una
tonalidad tostada bella y si sigo con su pecho y abdomen y no dudo que se te corte la
respiracion y absolutamente no dudo que debajo haya una bella tabla de chocolate y
de pronto lo tengo tan cerca de mi que hasta al aire le cuesta pasar entre nosotros.
-Por que no tonos nacimos en cunas de oro señor Mandi, porque no puedo pedir la
custodia de mi hermano para sacarlo de ahí, ¡Porque no tengo dinero para pelear y
mucho menos me animo a pensar en que no me deje verlo mi padre!
Así que si, prefiero vivir mil años en tormento que uno solo sin él a mi lado-lo suelto
todo sin pararme a pensar.
Él pone sus manos a cada lado de mi cabeza acorralándome entre él y la puerta, sin
salida alguna.
No sé inmuta por las palabras que he dicho, nada, solo una expresión decidida por
algo que no sé si quisiera conocer.
-¿Harías todo por ese niño?-inquiete viéndome a los ojos con su cabello húmedo
delatando una dicha reciente, está un poco revuelto dándole un aire peligroso.
Lo reto con mi mirada y él me mira con la misma intensidad que lo hago yo, los
nervios han quedado fuera de esta situación.
-En efecto, no la conozco pero usted tampoco me conoce a mi señorita, cuando algo
me párese fascinantemente extraordinario intento entenderlo a como de lugar-dice
con arrogancia.
Su aliento fresco se mescla con el mío mientras pronuncia esas palabras, su colonia
varonil me embriaga.
-Y ¿Por...por que un hombre como usted estaría dispuesto a entender a alguien como
yo?
Me odie por ese tartamudeo del inicio pero en segundos recompuse mi postura segura
y desafiante, no iba a permitir que se saliera con lo que sea que quisiese salir.
-Porque de una cosa estoy seguro, no es usted en la que estoy interesado, estoy
interesado en conocer lo que conforma su ser-dice.
Sus palabras se graban a fuego en mi mente, lo dice con tanta fuerza, con una
seguridad que te hace temblar.
-Lo hará.
Asiente como si confirmara lo que ha dicho y se voltea para salir por la puerta como
si esta conversación hubiera terminado.
N/A
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Mañana sera un dia frio
Siento si pecho pegado al mío y mis manos están puestas en sus hombros.
-¿Estas loco?-le golpeó el pecho sin fuerza provocando que él ría.
-Ya nos tuteamos, es un avance-sonríe mostrándome su perfecta e impoluta
dentadura y yo ruedo los ojos.
Mi acción le causa gracia, le estoy divirtiendo como si yo fuera un bendito bufón,
golpeó sus manos intentando que me suelte, lo cual hace enseguida.
-Busco a mi hermano para irnos.
Respondo a su pregunta y retomo mi camino, dejándolo atrás pero supuse que era
muy facil, y claro, supuse mal.
Me toma del brazo y me gira para volver a estar frente a frente.
Siento una mirada y giro.mi cabeza para ver a Wade mirarme con
intensidad la cual con gusto enfrentó.
-¿Que?-inquieto molesta.
-Desayunarás algo si quieres salir de esta casa-advierte con una mirada que me dice
que no está jugando y que en este momento es él quien da las órdenes.
Le lanzó una mirada de odio y aprieto tanto los dientes que siento que se pueden
romper.
-¿Quieres apostar?
Me sonríe con prepotencia y se reclina en su asiento con pose de acatas o acatas, tú
decides.
-¿Disculpa?-dice sin dejar su cara sería de lado pero si se inclina hacia mi.
-Un hot cake estaría bien-digo viendo a Tomasa mientras muerdo mi mejilla para no
desparramar lo que mi mente me ruega que le grite.
Le doy una mirada furiosa y veo como inútilmente intenta contener su sonrisa y me
hace un gesto con la mano de que diga que quiero.
Neandertal.
(...)
-Listo, ahora nos vamos-digo y me levanto con mis trastes sucios en mano para
lavarlos pero rápidamente Tomasa se interpone en mi camino.
-Yo los limpio señorita-habla tranquilamente con intención de quitármelos pero niego
con la cabeza.
-Es mi trabajo, por favor, a menos que quiera quitármelo, claro-dice y yo alarmada
abro los ojos y niego entregándole de mala gana los platos sucios.
-¡Espera!
Escucho una voz masculina a mi espalda y freno girándome hacia él con confusión.
-Yo los llevo-dice caminando a la salida y en el camino lo veo tomar sus llaves y otras
pertenencias.
-Señor, de verdad estoy profundamente agradecida por todo lo que hizo por nosotros
pero ya ha sido suficiente-digo y paso por su lado aprovechando que freno para
verme.
Decidida salgo del lugar y empiezo a caminar con Zack aferrado a mi mano, escucho
el desbloqueo de un auto pero aun así no me giro para verlo.
-Bien, tú lo quisiste así-su profunda voz invade mis oídos y yo giro para mirarlo
confundida.
Él camina hacia mi seguro y con sus manos acomodando su saco, el frena únicamente
cuando está a un centímetro de mi rostro y veo como aquellos orbes verdes me miran
con profundidad y ¿Diversión?, no entiendo nada.
¿Qué demonios?
Jamás, una persona había provocado que me enfadara tantas veces en dos días.
Del celo caían pequeñas gotas de agua como si fueran las ultimas en querer caer
después de la tormenta, las nubes predominan en el cielo y gracias a la calefacción
del coche, no sentimos aquel frio.
Suspiro con pesar, no puedo hacer más que sacar un poco de aquel miedo en esa
simple y egoísta acción.
-Sí quieres vamos a dar una vuelta...-empieza pero yo niego con mi cabeza sin
despegar mi mirada de la puerta negra.
-No, es mejor ahora que al rato-digo mientras desabrocho mi cinturón para voltear y
ver a Zack.
-De verdad no tengo palabras para decirle que le estaré agradecida de por vida-le
sonrió y bajo del coche.
Abro la puerta de atrás y saco a Zack y cierro, doy unos pasos y me giro para
despedirme con la mano y él hace lo mismo.
-¿Dónde estabas?-me dice mi padre parado frente a mí con los brazos cruzados.
-Brad-iba a empezar pero me interrumpe.
-Brad ya me conto.
Yo levanto una ceja en dirección a mi hermano que nos observa desde el sofá pero
cuando se cruza con mi mirada inmediatamente agacha la cabeza.
-Tú-señala con su índice a Zack que está escondido tras de mi-.Tendrás una lección
por no obedecer a tu hermano mayor-se acerca amenazante y yo no me quito de su
camino.
-¡No!-grito con todas mis fuerzas y el golpe llega a mí, otro más y otro.
N/A
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Peticiones y angustias
Narra Wade.
Yo no soy así
Los sentimientos no van conmigo y hacer este tipo de cosas mucho menos, claro si no
hay un beneficio de por medio.
Pero mírenme, aquí estoy, sentado en mi auto sin despegar mi vista de la casa de
una chica que no conozco y causa mucha intriga en mi ser.
De la chica empapada que choco conmigo la noche anterior en plena tormenta con
una mirada desesperada y angustiada por la búsqueda de un pequeño, un pequeño
que la hace perderse como nunca he visto a alguien hacerlo.
Veo como toma la mano de su hermano con fuerza aferrándose a él, quien camina a
paso lento y con miedo.
La observo entrar con cautela y luego solo una puerta es lo que queda.
Esa chica tiene algo, ese algo que llama la atención de los hombres que no somos
tontos y la dejamos pasar así como así.
Pero esa chica es tan..tan ella, una persona que no puede estar controlada de la cual
no sabes que esperar y eso que solo llevo menos de dos días conviviendo con ella.
-¡No!
Escucho un grito desgarrador y observo por todos lados de la calle pero no hay nadie
y luego un llanto, el llanto de un pequeño, todas mis alertas se activan y no puedo
evitar ver la casa, de ahí proviene.
Tomo mi teléfono torpemente y marco el número de mi jefe de seguridad.
Lo que veo hace que en mi sangre corra pura furia e instintivamente aprieto mis
puños.
Una mujer de pelo negro tirada en el suelo y un señor parado enfrente de ella
golpeándola sin remordimientos dirigiéndole miradas de odio.
Camino hacia Ela y la rodeo para poder ver su rostro ya que solo veía su espalda y lo
que veo me hace querer matarlo con mis propias manos, hacerle pasar el peor
infierno, uno inimaginable.
Tomo su rostro entre mis manos cuando estoy inclinado junto a ella he intento limpiar
con un trapo la sangre que sale de su nariz pero solo me observa, como si no
estuviera del todo consiente.
Sus ojos se cierran y abren con mucha dificultad, eso me asusta, no está bien.
¡Maldición!
¿Cómo no la defendieron?
En estos momentos se ve tan indefensa tanto o más que ayer que me es difícil
reconocerla con la que me enfrento ayer en la noche, ¡Con la de hoy en la mañana!
-Tranquila, no te muevas, Zack está bien, quien lo carga en este momento es una
policía, igual que todos los demás.
Sus ojos observan la habitación con detenimiento y mis ojos van hacia el lugar,
estando alerta.
Un movimiento a mi izquierda hace que volte y vea a un niño de no más seis años
arrodillado con los ojos llenos de agua y la cara mojada junto al cuerpo de quien ha
dado todo por él, que sigue dándole sonrisas a pesar de todo.
-Ela, por favor, tú no me dejes, tú no-susurra entre sollozos y luego besa toda la cara
de la chica, con suplica, con mucho anhelo.
-Hey, tranquilo, esta no es la primera vez que pasa y aún sigo aquí, ¿Te cuento un
secreto?-le sonríe con tranquilidad, como si nada estuviera mal, solo ellos y su
burbuja de felicidad, una que explota para mí cuando ella toca la cabeza del niño
aguantando el dolor, intentando no demostrárselo.
Mis ojos se abren como platos y volteo a ver al padre de esta chica y me quiero parar
solo para darle su merecido pero mi cuerpo me pide que no la deje sola ni un
segundo más, no otra vez, decido seguir observando la escena que se representa con
conmoción.
¿Cómo puede seguir siendo fuerte por él, por ese niño en un momento como este?
¿Quién es ella?
¡Tengo envidia! Mucha envidia que jamás había sentido, envidia por la capacidad que
tiene de amar y ser fuerte al mismo tiempo, por aquella tranquilidad que transmite en
momentos catastróficos, por como lo mira y su vida da un giro de ciento ochenta
grados.
Que esos ojos me quiten todas mis dudas y todo lo que quiero, no, que necesito
saber.
-¿Qué pasa?
Toma mi mano con dificultad y la aprieta pero es un simple roce, observo su delicada
mano que está congelada en comparación con la mía pareciera que hierve.
-No lo dudes-digo tan rápidamente que en mi cerebro tengo que recordar que fue lo
que dije.
-Gracias-me susurra y hace una mueca como si me quisiera decir a mí también que
todo va bien.
-Zack, hazle caso en todo lo que te diga, por favor, hazlo por mí.
Veo como su respiración es lenta y a simple vista dolorosa, sus ojos se empiezan a
cerrar.
-No, no cierres los ojos-le exijo pero su cuerpo me demuestra que no tengo ni una
sola pizca de poder sobre él.
S/A
¿Conocida?
-Amiga-digo seguro y ella alza una ceja, al saber que yo no trato así a mis amigas y
mucho menos estaría con un crio en mis brazos.
La miro esperando que suelte, lo que sea que su mene esté pensando, que de seguro
no será nada bueno por esa sonrisita en su rostro.
-Bueno, y esa amiga tuya, ¿Dónde está?-pregunta con esa sonrisa de "No me haces
tonta, dime la verdad"
Veo a Zack que hace un puchero mientras la ve y ella al notarlo, se da cuenta que
está vez sus instintos y suposiciones han fallado.
Bee extiende sus brazos hacia Zack para cargarlo y él se inclina hacia ella
permitiéndole consolarlo.
-¿En qué puedo ayudarlo?-dijo ella, con un tono que dudo mucho se para algo
laboral.
-Me podría decir cómo se encuentra la señorita Elaine Vran, fue ingresada hace unos
minutos-le doy mi mejor sonrisa y ella asiente nerviosa buscando su nombre en la
computadora, evitando a toda costa el contacto visual.
Me giro hacia ella y le sonrió para luego retomar mi camino, tomar asiento y observo
como las manecillas del reloj avanzan poco a poco como si no tuviera ánimos de
seguir corriendo.
(..)
El tiempo no ha sido rápido desde que estoy sentado en esta silla pero parece que
todavía falta una eternidad para saber cómo se encuentra.
Tengo la cabeza escondida ente mis manos y el cabello alborotado de tantas veces
que he pasado mi mano con desesperación.
Un carraspeo me hace levantar la mirada encontrándome con la misma mujer pero
más maquillada y con una médico a su lado que me mira con sorpresa al reconocer
quien soy.
-La paciente ha despertado, tiene unos fuertes hematomas en el área del tórax junto
con una lesión no tan grave en una de sus costillas, no se perforo ningún órgano y su
brazo izquierdo presenta una torcedura por lo que se le puso un cabestrillo para que
no lo mueva pero este será retirado en unos dias-me informa la doctora con su
expediente en mano y con la otra chica a su lado, siendo una firme estatua.
¿Cómo puede ser posible que una persona dañe en tal magnitud a otra siendo
familia?
Se da la vuelta y empieza a caminar hacia una de las puertas donde solo pasan
médicos y algunos de ellos con familiares, caminamos por el pasillo t la luz es tan
blanca que se refleja en el suelo, el trayecto es largo hasta que se para enfrente de
una habitación y se hace a un lado para que sea yo quien entre primero.
Antes de tomar la perilla veo por un pequeño vidrio en la puerta a Ela acostada en la
cama con su cara algo hinchada y con el labio roto el cabestrillo azul pegando su
brazo a su pecho.
Tengo la mandíbula tan tensa que siento que en cualquier momento podre romperme
algún diente.
Respiro hondo y abro la puerta con parsimonia y su rostro viaja rápidamente a mí,
con esos ojos que muestran algo, algo que llego como un rayo, sin ser avisado y que
desapareció de la misma manera.
-Hola-susurro mientras me acerco a ella lentamente y veo como busca algo detrás de
mí.
-Tranquila, está con mi hermana porque no era prudente que pasara con él hasta acá,
¿no crees? Sí de por si me fue difícil conseguir que permitieran que estuviera conmigo
en la sala de espera.
-No te miro con lastima-niego con el ceño fruncido, ofendido por tal insinuación.
- ¿No?, ¿Entonces cómo?-cuestiona con una ceja alzada fulminándome con su mirada.
No sé qué decir.
N/A
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Se que voy hacer
Una mujer de pelo castaño recogido en una coleta, delgada y veo algo que
brilla en el lado derecho de su pecho y veo que es una placa.
Voy de ella a su compañero que es más alto, con unos ojos cafés y la misma placa en
el mismo lado de su cuerpo.
Policías.
-Permiso-dice la mujer que no parece tener más de veinticinco años.
Wade se levanta y estrecha las manos de los policías con mucha familiaridad.
-Soy el agente Daver y ella es la agente Bora-se presentan sin despegar sus miradas
de mi haciéndome sentir incomoda.
Asiento en forma de saludo y al ver la forma en cómo se mantienen viéndome e
inspeccionando todo, más que nada, por el simple hecho de que estén parados
enfrente de mí, sé por qué están aquí, no es tan difícil de adivinar.
-Señorita Vran
-Solo Ela-Lo interrumpo de inmediato cunado dice ese apellido, hago una mueca de
completo desagrado.
Él mira a su compañera que asiente en comprensión a mi petición provocando que el
agente Daver haga lo mismo.
-Ela, ¿Sabe porque nos encontramos aquí?-dijo la agente Bora, mientras sacaba una
libreta.
Voy recordando lo sucedido y mi pulso se acelera haciendo sonar fuertemente un
aparato que está a mi lado izquierdo.
-S..si-susurro.
-Tranquila Ela, todo ha pasado-dice Wade, toma mi mano con fuerza, yo lo miro
extrañada pero él no se aparta.
-Somos agentes policiales, estamos aquí por el ataque del señor Javier Vran hacia
usted-cuando dice esas palabras inconscientemente aprieto la mano de Wade.
-¿Tiene algo que declarar?-me pregunta el agente Daveer.
-No-pronuncio y veo la suave colcha.
-Tiene que saber que es necesario su declaración para la demanda-me dice la agente
y yo niego con la cabeza.
-No quiero poner ninguna demanda-digo y veo a Wade que me mira incrédulo y luego
a otro lado, a algo que no pueda juzgarme.
-Sabemos que tiene miedo pero...-lo interrumpo con una risa sin una pisca de gracia.
-¿Miedo?-vuelvo a reír y niego con la cabeza-.No señores, por favor, no se confundan,
sería la primera en poner esa demanda pero contéstenme algo, sí es el caso de que
yo pongo la demanda, ¿Zack a dónde iría? ¿Qué sería de nosotros?
Pregunto interesada de saber que sería de mi pequeñín y de mí, me muero si él está
lejos de mí.
-En ese caso, tu eres mayor de edad, tus hermanos y tú seguirán en su casa en
cuanto a Zack...-se ven por un momento y luego la agente me mira.
-¿En cuanto a Zack?-pregunto angustiada por lo que veo en sus miradas.
-Él se quedara en un hogar temporal en lo que tú o tus hermanos encuentren un
hogar seguro para el niño y un trabajo que les de los suficientes ingresos para darle
lo que necesite, sí es que no tienen más familiares, si los tienen el niño iría con ellos-
en su voz se encuentra el dolor y el pesar al decir esas palabras, como si las hubiera
dicho mucho últimamente.
-Déjeme ver si entendí, usted está diciendo que si yo no tengo un hogar seguro y un
trabajo que me pague bien, ¿no puedo tener a mi hermano?
-Básicamente, si-murmura y en sus ojos veo molestia.
-Pero, yo trabajo-digo con esperanza.
-Perdone la honestidad con que le diga esto, usted tiene dos empleos, ¿correcto?-
pregunta con su vista clavada en la mía.
-Correcto.
-El tiempo que asara con el niño es muy limitado y esos dos empleos no le dan el
monto económico para darle lo necesario al niño-dice la cruda verdad y yo no sé
cómo lidiar con eso.
Y es ahí donde volvemos a mi punto, regresamos al inicio.
-¿Ven?, no pondré la demanda-digo seguroa y con la frente en alto.
-Ela-susurra Wade mi nombre como advertencia.
-No, olvídenlo, no separaran a Zack de mi lado, se pueden retirar-aviso señalando la
puerta con mi mano, invitándolos a salir.
-Señorita...-me intenta persuadir el policía, bajo mi mano cansada, me niego a
escuchar más.
-Nunca le han pegado a Zack, no lo he permitido y así continuaran las cosas no lo
alejan de mí, no me alejo de él, fin de la historia.
El silencio por fin se hace en la habitación pero es uno muy tensa, los policías niegan
con la cabeza decepcionada pero no me importa.
He hecho todo por ese niño, no lo alejaran de mí.
-Por favor-les pido a los policías con la mano otra vez alzada con dirección a la puerta
diciendo sin palabras que me dejen tranquila y así lo hacen.
-Sabes que estas cometiendo un grave error-habla Wade recordándome su presencia,
suspiro cansada.
-Para nada-digo segura-.Era alejarme de lo único que me mantiene viva y eso no va a
ocurrir.
Pienso en Zack, solo y con completos desconocidos y un escalofrío me recorre
completa de solo imaginarlo.
-Elaine-dice mi nombre completo y lo miro, enfrento su precioso rostro y esos ojos
me miran inquietos.
-No Wade, no me conoces, no actúes como si lo hicieras, este es mi mundo, la
realidad de muchos, mi vida, no tiene ningún derecho en opinar nada en absoluto-
digo con la mirada más furiosa que nunca dirigida hacia él.
Veo mi brazo y arranco la intravenosa que tenía conectada y me quito el aparato de
mi dedo con ayuda de mi tro brazo que esta inmovilizzado.
-¿Qué haces?-pregunta alterado.
Alejo las sabanas que me cubren y me siento en la orilla de la cama del lado contrario
de donde se encuentra Wade.
-¿No es obvio?-lo miro sobre mi hombro y lo veo parado atento a cada uno de mis
movimientos, dejo de prestarle atención y me levanto con cuidado.
-¿¡Estás loca!?-dice en voz alta y yo me encojo de hombros ya de pie frente a él, lo
único que nos divide es la cama y lo agradezco, de lo contrario, no sé qué haría Wade
al verlo tan tenso.
-¿Has visto este lugar?-digo señalando con mi mano toda la habitación-.Ni en un
millón de años terminaría de pagarlo y sobre todo tengo que cuidar a Zack-le informo
con una sonrisa al ver su rostro de consternación y sobre todo frustración al no saber
qué hacer en esta situación.
Camino lentamente al baño y siento como el me sigue, entro al baño y prendo la luz
la cual alumbra todo el lugar con su intensidad.
-Yo pagare el hospital de eso no tienes que preocuparte y cuidare de Zack-me dice
seguro a mi espalda, freno de inmediato y volteo con incredulidad marcada en mi
rostro pero también mucha desconfianza latiendo en mi corazón.
-¿Qué quieres Wade Mandi?
N/A
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¿Cualquier solucion?
¿¡Que!?
-Estás loco-digo secando las lágrimas que están en mi rostro-.De verdad, ¿Nunca
pensaste en ser comediante?
-Ya soy exitoso y no es siendo comediante, ¿Te digo que si serás tú pronto?-inquiere
con un brillo en la mirada.
-Una chica que seguirá soportando a su padre para que no le quiten a su hermano-
asiento ante mi confesión, sin una pizca de emoción.
-Dijiste que harías cualquier cosa por tu hermano- dice con el ceño fruncido,
totalmente confundido.
Se separa de mí, levantándose de la cama para pararse enfrente del ventanal con las
manos en sus bolsillos.
-No me conoces, no sabes que haría o dejaría de hacer, daría mi vida por él-digo, me
paro de la cama y doy unos pasos hasta estar frete a él.
-¿Por qué?-le pregunto poniendo mis manos encima de las suyas intentando que las
quite de mi cuerpo pero no sede en ningún momento.
-¿Por qué tanto empeño en que me case contigo?, no entiendo que ganas tú con esto,
no entiendo el porque te has obsesionado con ayudarme, ¡Solo llevamos menos de
dos días que nos vimos! ¿ Y mágicamente quiere que me case contigo?
Doy un paso atrás intentado alejarme, él niega con su cabeza dejándome ver la
diversión que demuestra su sonrisa.
-No tienes que entenderlo, me pediste una solución-niego con la cabeza poniéndolo
serio-.Me pediste una solución en la que tú no tuvieras que alejarte de Zack y así
poder poner la demanda contra tu padre-dice seguro y yo veo a otro lado
mordiéndome el interior de la mejilla.
Yo y mis palabras.
Veo nuestras manos, mis manos heladas al tacto contra las suyas que
emanan calor a mi cuerpo.
-Tú podrás poner la demanda y en el proceso tu y yo nos casaremos, tendrás una
pareja y será más fácil que te den la custodia de Zack y ni hablar del hogar seguro y
un trabajo en mi empresa aparte del monto económico que tengo para darles, todo lo
que necesitas para tenerlo a tu lado-se encoge de hombros como si no estuviera
hablando de algo serio.
Achico mis ojos intentando ver en sus ojos alguna pista que me de las razones por las
que hace esto.
Todo lo que dijo es tan cierto, suena tan bien.
Y recuerdo que no contesto a mis preguntas.
-¿Tu que ganas con todo esto?
-Todo.
-¿Todo?-alzo las cejas incrédula y el asiente-. ¿Cómo...-intento interrogarlo pero no
me deja.
-Ela, es la única forma en la que tengas a Zack y a tu padre tras las rejas-dice
soltándome.
Aprovecho eso y me alejo tomando mi cabeza entre mis manos.
¡Dios!
Si acepto, Zack se queda conmigo y mi padre, si así se le puede llamar, estará en la
cárcel.
Si no, el llegara a casa enfurecido y en el segundo en que me vea, me matara a
golpes por lo que paso, por haber estado detenido y no podre cuidar a Zack, ni verlo
más.
Si lo hago estaré atada a un hombre que no conozco.
Pero no quiero conocerlo.
Sacrificios, sacrificios.
Uno más en mi vida, no la cambiara.
-sí acepto, podremos reglas-digo girando sobre mis pies para verlo parado en el
mismo lugar en que lo deje, de espaldas a mi viendo por la ventana.
-Depende de que reglas quieras poner-se gira para mirarme y veo seriedad en su
rostro, el hombre risueño se fue y regreso al magnate frio y calculador que parece
ser.
-Primero no dormiremos juntos, segundo esto solo durara un año para que yo pueda
construir una vida lejos de ti, con todo lo necesario para Zack, tercero, nada de sexo
y lo último pero no por eso menos importante, en realidad es lo más importante-digo
viendo por el ventanal como unos edificios van apagando sus luces-NO INTENTARAS
CONOCERME.
Lo miro y veo en sus ojos rabia y algo más, algo que hace que sus ojos claros se vean
muy oscuros.
-Primero que nada, al casarnos todo tiene que ser real a ojos de todos, el dormir
juntos no está a discusión-dice con un voz potente y decidida y n ese momento
conozco a el gran temido y afamado negociador Wade Mandi.
-Pero-intento intervenir
-Nada de peros, la casa está llena de empleados, no me arriesgare a que algo tan
simple llegue a oídos de la prensa como no te conviene a ti que llegue a oídos de la
trabajadora social y te quiten a Zack-argumenta y yo me muerdo el interior de la
mejilla sin saber que decir.
-El plazo de nuestro matrimonio será el que tú quieras por mí no hay ningún
problema-continua implacable.
Se encoge de hombros seguro de lo que dice y toca su mandíbula en un acto
inconsciente.
Se ve tan sexy cuando hace eso, esa seguridad, ¿Cómo lo hace?
¿¡Qué demonios estás pensando Elaine!?
¡Él es horrible!
Sigue queriendo creer eso-dice mi subconsciente.
-y-se queda callado mirándome de pies a cabeza.
-¿y?-volteo los ojos harta
-Lo del sexo, tienes que saber que soy un hombre muy activo en ese ámbito-dice con
esa mirada verdosa depredadora.
Abro lo ojos sorprendida por su crudeza y sinceridad al decir esas palabras.
Su confesión me desequilibra un poco y me hace sentir algo incomoda pero intento,
intento muy arduamente que no me afecte.
-¿Quieres que te felicite?-digo con ironía-.Eso no está a discusión, aparentaremos ser
la pareja perfecta ante el mundo pero olvídate, escúchame bien, olvídate de que
habrá cosas intimas entre nosotros.
-La vida da mil vueltas Ela-me sonríe y acaricia su labio inferior-.Pero bueno,
entonces tendre que buscar eso lejos de casa.
No está jugando.
Lo dice con el mismo tono seguro y prepotente haciendo que lo mire incrédula.
-Ah ah, olvídalo, no señor, no lo harás por el mismo hecho en el que yo tendré que
compartir habitación y ¡No solo eso! También la cama contigo-protesto indignada.
Me acerco a él amenazante o por lo menos eso intento.
-Eso lo platicaremos luego-la picardía es notable en su voz.
¿No me está escuchando acaso?
¡No es algo que tengamos que discutir luego!
¡El sexo es una opción!
¡NO!
Quiero decir que el sexo NO es una opción.
¿Qué rayos te pasa Ela?
-Y por último, lo de conocerteterminare conociéndote quieras o no-sentencia y puedo
escuchar claramente el martillo caer golpeando la mesa como en una sala de juicio.
Esto es una declaración.
-No me conocerás, ni mucho menos yo a ti, no tengo interés en hacerlo ni en que tú
lo hagas.
Me siento en la cama y el cruza sus brazos haciendo que sus músculos se levanten y
marquen en aquella ajustada camisa blanca.
Esta para
-Eso lo veremos, ¿Entonces?, ¿Qué dices?-susurra sensualmente lamiendo su labio
inferior.
Sus ojos brillan con arrogancia sacándome de mi escrutinio.
-¿Qué?-murmuro y me quiero esconder al ver una sonrisa aparecer en su rostro.
Me he jodido sola.
Escucho su risa y siento mis mejillas arder, aprieto mis ojos con fuerza por la
vergüenza que me aborda.
-Ni te he tocado y ya pierdes la consciencia con tan solo verme-ríe otra vez mientras
niega con la cabeza.
¡Qué tonta!
-¿De qué hablas?, estás loco, yo pensaba en otra cosa, tú arrogancia arruina todo en
ti-trato de herirlo pero recibo una carcajada de su parte tan sincera que tiene que
agarrarse el estómago por tanto reír.
-Intenta convencerte de ello-dice, mostrándome esa dentadura perfecta
¡Demonios, lo odio!
-¿Entonces, que dices?
Mi mente intenta regresar al tema, dejando por completo de lado lo que acaba de
pasar, esperando que se quede en la ignorancia durante mucho tiempo.
-¿Aceptas o no?-pregunta otra vez al ver que solo me le quedo viendo.
Esto será otra clase de tortura, pero necesito estar segura.
El problema es que, estando a su lado, no sé si vaya a lograrlo, a conseguirlo.
Pero al final del día es un riego que uedo y debo correr.
-Acepto-digo sintiendo que acabo de pactar con el mismísimo diablo.
N/A
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¿Lo estará?
-Quiero saber cómo transcurrirá todo-pido y juego con mis manos, intentando
calmarme.
¿Tendré que volver a ver a mi padre? ¿Me tendré que enfrentar a él?
Veo a Wade y asiente con la cabeza en compresión a mis miedos, como si leyera mi
mente.
-¿Podría decirme que es lo que recuerda?-dice la agente Bora con calma y yo miro un
punto fijo en la pared de enfrente.
Narro lo que paso, con el miedo absorbiendo mi sangre, con el terror latiendo en vez
de mi corazón, con el dolor tocando cada esquina de la habitación.
-¿Es la primera vez que sucede?-su voz se está metiendo tan profundo en mi cabeza.
Ojala lo fuera, ojala y mis brazos no dolieran cada vez que me levanto de la cama,
ojala y mis dedos pudieran agarrar un lápiz sin dolor,ojala y mis ojos no derramaran
tantas lagrimas como lo han hecho.
Tomar agua caliente en las noches y tomarla como si fuera sagrada, que cuando pasa
por mi garganta alivia el dolor de mis gritos contenidos o cuando llega a mi estómago
calentando los órganos que fueron golpeados, ese delicioso alivio momentáneo.
-No, la cifra es tan grande que no podría decirla-susurro como si estuviera perdida.
Los de mi trabajo, los del mercado, mis amigos cercanos, la gente que camina a mi
lado.
-La demanda será puesta y se les avisara cuando tengan que recurrir a testificar, eso
es todo por nuestra parte-se despiden con apretones de manos y sonrisas tensas.
Las preguntas siguen bailando en mi cabez viendo en que sitio entran y se queden ahí
para siempre.
Sé que existen las peleas, pero no es normal que sean a diario, si pelean
constantemente ya nos es normal y menos si es a gritos.
Un golpe eses un arma usada como impotencia hacia algo que se cree no se puede
solucionar hablando, algo que es con la intención de herir, de provocar dolor.
He intenten con todas mis fuerzas que Zack no creciere en el mismo ambiente pero
no siempre es como uno quiere.
No lo aleje de la realdad porque sabía que era necesario, solo le oculte algunos
detalles, no quería que creciera de la misma manera en que yo lo hice.
Mi corazón corre a una velocidad que me hace querer gritar, los pensamientos me
abordan sin piedad, recuerdos, recuerdos dolorosos están aquíen mi cabeza.
El suelo esta frio pero no me importa, si el frio logra que desvié mi atención, no me
importa, simplemente quiero que se alejen.
Gritos, gritos fuertes es lo único que escucho, cosas romperse, más gritos.
Y sin poder evitarlo, sollozo, alto y claro y las lágrimas salen sin parar, no otra vez.
Está en cunclillas a mi altura, quito las manos de mis oídos lentamente y me tiro a
sus brazos aferrándome a su cuello, abrazándolo con fuerza.
Veo hacia la puerta encontrándome con la chica que mira la escena con tristeza y
pena.
Mis oídos captan la risa de un niño haciendo que lo busque con la mirada,
encontrándome con un niño en brazos de su madre riéndose por las cosquillas que
esta le provoca.
En los ojos de ella se ve el amor que le tiene y en los de el niño una alegría infinita-
Sonrió al verlos, tan desconectados de todo lo que pasa a su alrededor, los observo
hasta que giramos en una esquina y los pierdo de vista.
Juego con mis manos más intenso cada vez que nos acercamos a las puertas de
cristal de la salida, una mano se posa sobre las mias deteniendo mis movimientos y
alzo la vista para encontrarme con una verde.
Suspiro lentamente al recordar que no voy a casa de mi padre.
El quita su mano y carraspea arreglando los puños de su camisa.
Veo al frente y siento el aire refrescar mi piel cuando las puertas de cristal se abren y
veo a la hermana de Wade hablando por teléfono y cuando nos ve cuelga y se acerca
para habla con su hermano.
Ellos camina enfrente de mi dirigiéndonos al auto.
Al llegar veo a una señora bajar de la parte trasera del auto y luego como se asoma
un piecito y luego otro para que un pequeño niño salte y salude a Wade con una
sonrisa en su rostro.
-¡Zack!-le grito y el inmediatamente voltea y al verme corre a mi velozmente.
Me inclino hacia delante con los brazos extendidos y cuando llega a mí, abrazo con
fuerza su pequeño cuerpo.
Lo extrañe tanto.
Por fin lo tengo de nuevo conmigo.
Ahora me siento completa.
-Ela-dice y noto algo mojado en cuello, lo separo de mi para tomar su rostro entre
mis manos viendo sus ojos llorosos y beso infinitas beses su rostro.
-Aquí estoy, no me iré a ninguna parte-le digo viéndolo a los ojos sonriéndole y el
asiente.
-Campeón dile que le guardaste-dice Wade alborotándole el cabello provocando que
Zack ria.
Su acción me sorprende de sobremanera y mucho más ver a Zack tan feliz con un
extraño.
-Te guarde el brillo Ela-dice sacandome de mis pensamientos.
Señala sus ojos con orgullo haciéndome sonreír.
-Con razón estoy súper recuperada-le digo besando su cabello.
-Bueno, es hora de irnos-dice Wade y me alza en brazos provocando un gritito de mi
parte.
-Puedo caminar Wade-le digo aferrada a su cuello y veo como Zack corre al coche y
se sube con ayuda de la señora y de la hermana de Wade.
-El doctor dijo que ningún esfuerzo-habla mientras camina al lado del copiloto y me
pone en el asiento.
-Esto es exagerar-digo cuando toma el cinturón de seguridad esforzándome porque
una sonrisa no escape de mis labios pero falló estrepitosamente.
Wade también se ríe mientras lo abrocha y cuando lo logra se aleja pero tomo su
mano antes de que salga por completo.
-¿Quién es ella?-le susurro y veo a la señora por el espejo retrovisor como juega con
Zack en el asiento de atrás.
-Ella es Helga, mi ama de llaves, iba a traer a mi nana pero tenía muchas cosas que
hacer hoy-dice y yo asiento en comprensión.
Él cierra la puerta y yo me giro mi cabeza al asiento de atrás.
-Soy Ela, un gusto Helga-le digo con una sonrisa.
-El mío señorita Ela-dice con una sonrisa y yo niego con la cabeza.
-Solo Ela, por favor-le pido y ella asiente.
Wade abre la puerta del piloto y se sube con unas gafas de sol puestas y prende el
auto para salir de ahí una vez por todas.
-¿Antes de ir a tu casa podemos ir a la mía por unas cosas?-le pido y el niega con la
cabeza sin despegar su vista de las calles.
-No necesitaras nada de esa casa-Me dice tomando mi mano la cual no aparto.
-Pero
-Deja atrás esa vida, no te faltara nada-me mira rápidamente con una sonrisa y yo
asiento.
-Te pagare todo-al parecer dije algo gracioso porque el ríe.
-Eres mi prometida, no me tienes que pagar o deber algo-me dice y yo lo miro
confundida.
Entonces escucho la voz de una mujer y recuerdo que Helga esta atrás junto con su
hermana, quienes son ignorantes ante nuestro trato así que lo único que puedo hacer
es asentir.
Y no se vuelve a decir una palabra en el camino, bueno, nosotros no lo hacemos pero
los de atrás se la pasan entre risas y juegos.
Los veo por el espejo retrovisor y algo en mi pecho se calienta por verlo feliz y
tranquirlo, como si el también supiera que algo mejor nos espera y se lo permite,
fácilmente lo acepta.
¿Cómo lo hace?
No tengo la menor idea.
Pasamos el mismo portón que la otra vez solo que ahora la luz me permite ver todo
mejor, las curvas que toma, los arboles verdes y frondosos, lo grande que es esta
propiedad, todo.
El apaga el coche cuando estamos enfrente de la casa, de mi nuevo hogar.
Al parecer no fue un tan corto sueño.
Abro la puerta y bajo rápidamente del coche, evitando la ayuda de Wade, quien se
pone a mi lado rápidamente mirándome mal.
Veo a Zack dirigirse al puente y camino hacia el atrapándolo en mis brazos con
fuerza.
-No me despegare de ti ni un segundo-digo contra su cabeza.
-Pero necesitas descansar-habla mi prometido a nuestro lado haciéndonos saltar por
su inesperada aparición.
Lo miro con una mueca sin soltar a Zack.
-No hay excusa-dice encogiéndose de hombros.
Niego sin estar de acuerdo pero no digo nada, él hace que entremos a la casa y me
dirijo
Más bien me obligan a ir a la habitación, una diferente a la que había estado la última
vez, huele a Wade.
Me volteo para preguntarle donde estará Zack pero lo veo abrir una puerta que
conecta a otra habitación.
Al entrar veo muchos juguetes en repisas y una colcha de superhéroes en su cama.
-Se lo compre mientras tú estabas en el hospital-dice desde atrás en mi oído
mandando un escalofrió por mi cuerpo.
-Gracias-volteo y veo que su cara está muy cerca de la mía.
Unos centímetros de sus labios, un solo movimiento y nuestros labios se unen.
Un solo movimiento
Un muy lindo pecado
Llevo mis manos a ellos y siento todavía un rastro húmedo en ellos, mi garganta seca
igual que mis labios los cuales lamo en busca de un poco de alivio.
Al abrir mis ardidos ojos la luz del sol me da la bienvenida al mundo consiente con
una intensidad molesta que cubro con mi mano.
Veo al responsable de lat parte humana y abro los ojos como platos al toparme con
tal personificación divina.
En su mirada encuentro felicidad e impresión al ver con detalle los colores de sus
caricaturas, caricaturas que solo podía apreciar un ratito en la televisión vieja y
desgastada de la sala.
-Campeón, con cuidado que todavía no está lastimada-dice una voz ronca a nuestra
espalda, busco con mi mirada a el portador de esa voz topándome con un torso
desnudo.
¿Pero este hombre de que esta hecho?
La luz brillando en su piel dándole un color dorado y su sonrisa perfecta haciendo que
un hoyuelo se forme en su mejilla izquierda.
Me levanto nerviosa de sillón evitando verlo, así que demuestro falso interés en la
caricatura de Zack.
-No tienes que hacer el desayuno, mi nana se encarga de el-me dice y toma mi mano
volteándome hacia él.
Mis manos quedan en sus pectorales y las suyas en mi cadera, muy, pero muy
pegados el uno del otro.
-Te la traigo en un segundo-le dice a Zack, el aludido solo nos mira raro pero deja de
hacerlo para prestarle atención a su programa.
Wade me guía a nuestra habitación con una mano en mi espalda baja dejándome
pasar primero y escucho como cierra la puerta.
-¿Qué tiene que hablar co-empiezo pero soy callada por sus labios.
Son tan suaves, tan malditamente suaves, su boca sabe a menta y besa de maravilla.
Wade toma entre sus dientes mi labio inferior jalándolo y chupándolo dejándolo
hinchado para regalarme una sonrisa.
Jure que lo tenía bien escondido en una caja debajo de la cama enterrado por vieja
ropa y duros recuerdos.
-¿Por qué nos dejaste?-susurro y abro los ojos viendo el paisaje colorido enfrente de
mí.
Un lago azul con uno que otro pato, unos árboles frondosos y verdes detrás y el cielo
claro y despejado como hacía días no se veía por aquí.
Me encuentro con un hombre enfundado en un traje azul rey con una camisa blanca
y una corbata del mismo e intenso azul, sus manos están en los bolsillos del pantalón
dándole un toque más imponente, su pelo bien peinado, su loción se percibe hasta
donde estoy parda pero sigo viendo en sus ojos una pizca de molestia.
-'Pedí que te compraran algo de ropa para unos cuantos días, luego iras tú y
compraras lo que te haga falta, te espero abajo en diez minutos, no más-su tono se
escucha severo poniendo mi piel de gallina.
Sale de la habitación sin esperar respuesta mía, lo cual me frustra y hace que mi
sangre hierva de enojo.
En el centro del closet encuentro una pequeña mesa de vidrio donde se observan
varios relojes, lentes de sol y gemelos para las camisas de Wade.
Al fondo un ventanal vertical y a los lados de este dos espejos de cuerpo completo.
Tomo el vestido blanco al recordar que tengo poco tiempo t entro al baño que se
conecta con el closet.
Tomo una ducha rápida me peino el cabello con los dedos y me pongo las sandalias
que estaban debajo del vestido de un color durazno pastel.
Salgo y bajo corriendo las largas escaleras y al irme acercando cada vez más a la
cocina escucho las risas de Zack.
Abro la puerta y el aire fresco de la mañana vuela mi cabello mojado hacia atrás.
Zack al verme me sonríe y yo a él, me quito los zapatos disfrutando del suave pasto.
-¡Ela!-me grita Zack y tapo con mi mano mis ojos para verlo sin que el sol me
moleste y solo veo como me lana el balón que cacho torpemente.
Zack y Wae me observa y yo empiezo a correr por el pasto escuchando sus risas.
Yo me rio tanto que las lágrimas salen de mis ojos y el estómago me duele.
Suspiro cuando logro tranquilizarme y veo sus verdes ojos y su bella sonrisa.
Giro mi cabeza para poder verlo mejor, nosotros y el sonido de los pájaros de fondo.
Se acerca lentamente y mis labios reciben los suyos con muchas dudas.
Zack está de brazos cruzados con el ceño fruncido haciendo una mueca de asco.
Wade se levanta y me ayuda a levantarme, lo miro con una ceja alzada esperando
que me explique que acaba de pasar y el hace una seña con la cabeza para que vea
el interior de la casa encontrándome con a varios empleados observando la escena
con rostros felices.
Oh, acabamos de dar un espectáculo.
Wade me jala y choca sus labios con los míos en un beso más hambriento, más
necesitado.
-No te aproveches.
Lo empujo juguetonamente ante los ojos de todos pero con una clara advertencia
escondida ahí.
N/A
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Que ego
-Pero que
No termino de hablar porque unos dulces y suaves labios sellan los míos, no le
respondo el beso.
-Vete acostumbrando futura esposa que asi será cuando yo quiera-dice y se levanta
arreglando su saco.
-Te espero en cinco abajo-dice y sale por la puerta dejándome con la palabra en la
boca.
-Puntual-dice viendo su caro reloj y yo arremedo lo que dijo sin pronunciar palabra.
Veo por el espejo retrovisor como Zack mira todo con fascinación moviendo sus
piecitos feliz.
Toma mi mano y nos dirigimos así al interior del lugar que posee unos extraordinarios
jardines.
Nos ofrecen unas bebidas y cada uno toma una y caminamos por os extensos jardines
con el intenso sol en su mayor esplendor.
-¡Señor Mandi!-exclama una voz con entusiasmo a nuestra espalda llamando nuestra
atención,
-Querido, cuando recibí tu llamada me lleve una grata sorpresa-le dice con una
sonrisa y luego sus ojos cafes se posan en mí.
-Pero que belleza-dice tomando mi rostro entre sus manos-.Me dijiste que era bonita
pero es hermosa.
-Amor, Olivia..
Oli-lo corrige.
Lo mato.
Hay muchas flores de diferentes tipos por todo el lugar brillando en todo su esplendor
gracias a las paredes de color crema.
-Soy Wade Mandi, un magnate y uno de los hombres más codiciados del mundo,
todos los medios querrán filmar mi casamiento, no será cualquier boda-habla y
avanza más rápido hacia Olie dejándome atrás.
OH POR DIOS.
Que ego.
N/A
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Manos a la obra
-Ela, aléjate con lentitud-dice una voz grave como si estuviera en peligro.
No quito mi mano ni dejo de observar al hermoso semental que está enfrente de mí,
sabiendo aun así que Wade me advierte y me observa.
-No es malo ni peligroso Wade-susurro tragando el nudo en la garganta.
-Lo es, hazme caso por una vez y aléjate de ese caballo-dice con frustración y notable
preocupación.
Niego con la cabeza, necia a demostrar algo que quizá soo yo entienda.
-¡Ahora!-grita alterando al caballo, este se agita y golpea la puerta de su lugar.
-Oh, tranquilo-intento calmarlo, acaricio su cabeza logrando mi objetivo.
Quito mi mano y enfrento a Wade que me mira estupefacto.
-¿Cómo-intenta preguntar pero niego.
-Creo que Oliva nos estará buscando-digo y paso por su lado hacia la salida de las
caballerizas.
-¿Por qué te fuiste?-toma mi brazo deteniéndome y yo me suelto con brusquedad.
-Quería un poco de aire, eso es todo-Digo y continúo mi camino.
-¿¡Que es lo que sucede contigo!?-grita molesto y yo giro molesta y me acerco a él
con paso furiosos.
-¿¡Quieres saber que sucede conmigo!?-Grito-.¡Todo sucede! ¡Me casare en menos de
dos semanas! ¡Que mi padre se ira a la cárcel y su juicio será en menos de un mes!
¡Me mude con un hombre que no conozco y para menos me tae a planificar mi boda
sin saberlo!-Explote.
Lo miro con furia y con la respiración acelerada, le doy la espalda para retomar mi
camino.
-¡No eres la única que está pasando por mucho! Pero esto lo hago por todos, por ti,
por el niño, por mí, ¡no es fácil! Pero deberías de poner un poquito de tu parte-dice
con un esfuerzo monumental por no gritar pero con la furia palpable en todo él
mientras se acerca a mí.
Odio que tenga razón.
Suspiro con pesar por mi comportamiento.
-Lo siento, ¿si?- juego con mis manos apenada-.Es solo que
Me callo y lo veo.
Él alza las cejas esperando que termine mi oración.
-Es solo que hay que regresar a planificar esa boda-digo y me giro.
Pero antes de avanzar suspiro y giro de nuevo hacia el con mi mano extendida para
que la tome.
Wade sonríe y la toma con seguridad.
-Aparenta amor, esto será una locura-le susurro con una sonrisa mirando sus ojos.
-¿Qué es la vida sin un poco de locura?-dice y empezamos a caminar tomados de la
mano.
Respira.
Sabes porque estás aquí.
Un año.
Y Zack es tuyo.
Un pequeño sacrificio.
La gloria llegara a ti.
Es simplemente casarse, ¿nada verdad?
-Al fin-suspira Oli cuando nos ve entrar al edificio.
Firma algo que le entrega un chico y se acerca a nosotros.
-¡Hay que preparar una gran boda!-grita alzando sus manos y Wade me da un
apretón en la mano llamando mi atención.
-No estás sola en esto-dice con una sonrisa.
-Juntos-le sonrió.
-¡Manos a la obra!-grita Oliva y nos jala al interior del lugar.
()
Estoy parada afuera de la escuela de Zack con Wade a mi lado esperando que mi
pequeño salga.
El timbre del colegio suena avisándome que en unos cuantos minutos Zack estará a
mi lado.
-Si, avísenme si cambia algo-cuelga Wade guardando su celular en el bolsillo del
pantalón.
Empiezo a observar a los niños salir pero mi mirda se topa en alguien que está entre
los padres de familia.
-¿Wade?-lo llamo sin quitar mi mirada de esa persona.
-¿Qué pasa?-escucho su voz.
-Vigila la entrada y cuando salga Zack lo llevas al coche, no te separes de él ni un
segundo-pido viendo como aquella persona se acerca a la entrada del colegio.
-¿Qué pasa Ela?-pregunta más alarmado.
-Haz lo que te pido, ¡ahora!-digo y lo dejo atrás dirijiendome a mi hermano Adam.
-¿Qué haces aquí?-le digo tomándolo del brazo con furia.
Él se sorprende al verme y luego sonríe con malicia.
-Vine a ver a mi hermanito-se encoge de hombros como si fuera algo normal y yo veo
detrás de él a Wade con Zack en sus brazos y suspiro con tranquilidad.
-Lárgate ahora mismo y no habrán consecuencias Adam-gruño y él se ríe.
-Ela, Ela, pagaras por lo que le hiciste a papá-me toma del brazo con fuerza y me
arrastra lejos de los demás padres que solo ven la escena, lucho con todas mis fuerza
haciendo que le cueste trabajo y de la nada me pone sobre su hombro provocando
que grite de dolor.
-No hagas esto-digo entre dientes y pataleo con todas mis fuerzas aunque me duela
como el infierno hacerlo.
-¡Suéltame!-grito furiosa y veo como sus pies corren alejándose de la escuela.
Lo golpeo y muerdo pero no logro conseguir que me suelte.
Me baja con brusquedad al suelo haciendo que golpe mi espalda contra el pavimento.
Me levanto rápidamente y veo que estamos solos en una calle desconocida para mí.
Lo veo y noto la misma mirada que me daba mi padre antes de golpearme.
Es idéntico a él.
No le doy tiempo a nada y me echó a correr.
Pero no todo es como siempre quieres.
N/A
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Estoy perdida
Separo mis labios de los suyos, abro mis ojos lentamente y veo esos profundos ojos
verdes un poco más oscuros de lo normal.
Estoy aquí.
Esos labios.
-No tienes que saberlo-le digo y paso por su lado sin ver su rostro.
Entro de nuevo al baño y tomo el alcohol.
Grito de dolor.
No lo soporto.
Mi abdomen arde.
En es momento no me importa.
Yo agarro con fuerza del lavabo cuando me inclino por el dolor que me provoca.
Esto es insoportable.
Wade baja el vestido blanco y me toma de la cintura evitando que caiga al suelo.
-Trae cualquier coche, ¡Rápido!-le grita y este al ver la situación sale disparado.
Mi niño sale corriendo del susto de la cocina.
-Zack-susurro.
-¡Tomasa!-grita y ella sale detrás de nosotros con Zack en sus brazos como si
entendiera que le pide Wade.
Una fría manita se posa en rodilla y veo a Zack verme con preocupación y le intento
sonreír.
-No lo aguanto-me quejo y Wade ve mi abdomen cubierto por la tela y veo en su cara
que sabe que esto no esta bien.
Es un gran hombre.
Nunca conoceré.
N/A:
¿La continuó?
Link en mi perfil.
¿Maraton?
¡Miraron time!
Lo prometido es deuda
¡Maratón time!
Primer comentario y le dedicó el cap.
Narra Wade:
Lo veo en cámara lenta.
Veo como ella cierra sus ojos y no los vuelve a abrir.
-¿Ela?-le susurro y no responde.
Trato de sentirle su pulso y es una osadía tenebrosa cuando lo encuentro débil.
Su suave piel está débil.
Esto no está pasando.
-Más rápido Román-grito exasperado por aquella situación que no está en mis manos.
No me la quites.
Veo al cielo.
¿No te ha sido suficiente con quienes te has llevado y apartado de mi lado?
El coche frena y bajo corriendo con Ela en brazos.
-¡Ayuda!-grito deseperado.
Unas personas salen con una camilla y pongo a Ella ahí y ellos corren al interior del
edificio y yo detrás de ellos.
Veo que pasan unas puertas gritando cosas.
Se que no puedo entrar.
Como quisiera entrar.
Saber que se recuperara.
Tomo mi cabello con frustración y me giro viendo a Zack parado en el pasillo viendo
las puertas.
Me trae recuerdos dolorosos, verlo ahí.
Una vez yo estuve ahí.
Parece ido.
-Ven aquí-lo tomo y lo abrazo con fuerza y él llora con fuerza.
Yo sé lo que se siente.
Se el miedo que corre por sus venas en este momento.
No es agradable.
-Ella estará bien-le susurro y beso su cabeza.
Tiene que estarlo.
Me siento en la sala de espera con el aun en mis brazos.
Yo hubiera querido que alguien estuviera conmigo en esos momentos.
Que alguien me abrazara y me diera que todo iba a estar bien.
Han pasado muchas horas.
Horas de incertidumbre.
Nadie sale a decirnos nada.
Me levanto con desesperación y cuidado al ver a Zack dormido en la silla de al lado.
Me acerco al mostrado y veo a dos enfermeras platicando.
-Necesito saber de ella, díganme por favor-le imploro a la señorita y ella me ve con
cansancio.
No es la primera vez que me acerco al mostrador, no me he podido mantener quieto.
No sabiendo que ella está ahí, rodeada de peligro.
-La paciente salió hace unos minutos de la operación, espere a que el doctor le de
mas información-dice y yo asiento.
Al menos sé que salió de la operación de la cual me pidieron consentimiento.
Camino de un lado a otro de la sala esperando al doctor.
Veo a Zack y lo cubro con mi chaqueta ya que la temperatura se siente más fría.
-Ella está estable-iba a continuar el doctor pero otra enfermera se acerca a él.
-La paciente que está en la habitación 184 acaba de desprtar y pregunto por su
prometido, ¿Quién es?-pregunta viendo en la habitación.
Ya despertó.
Mi pequeña ya despertó.
(...)
Narra Ela:
Pero mi mente me exige levantarme y continuar por el niño de ojos azules y quizá por
algo más.
Y eso hago.
Es una señora grande y en sus ojos se percibe la experiencia y las ganas de ayudar.
Abro los ojos impactada y toco mi estómago sin poder creer sus palabras.
No puede ser.
La puerta se abre y entra un hombre guapo de camisa blanca que me regala una bella
sonrisa.
-Bien, supongo-me sonrojo al ver sus labios y recordar omo se aseaban por mi piel.
Él lo nota y sonríe.
-Mi hermana lo está cuidando junto con Tomasa, está bien, tuve que despertarlo y
decirle que estabas bien.
Lo observo con más detalle viendo sus ojos un poco rojos con unas ojeras tremendas
bajo ellos y su pelo café oscuro despeinado.
-La boda, ¿Qué pasara con ella?-le pregunto y él tensa un poco su mandíbula y se
pone muy recto en su lugar a lo que frunzo el ceño sin saber porque esa reacción.
-No saben cuanto tiempo tendrás que estar aquí y por ahora no te puedes mover
mucho, así que la boda se aplazara hasta que estés bien-dice y observa la
habitación.
La boda.
Mi pequeño Zack.
-¿Qué pasa?-Me dice y acaricia mi mejilla y voltea mi cabeza para que lo vea.
-No estarán en mi boda-digo triste y veo la pena que demuestra sus ojos, todo su
rostro.
-No merecen estarlo-dice y acaricia mi mejilla aun viéndome a los ojos.
¿Cómo?
Si por más que lo intento él está logrando derribar todos mis muros.
Y tiene razón.
Nunca se ganaron mi afecto y duele que eso sea verdad, que yo misma acepte ese
hecho.
Sus ojos me observan con intensidad haciendo que mi mente formule preguntas que
no tienen respuesta.
Aún.
Mis ojos ven los suyos intentando encontrar en ellos las respuestas que tanto
necesito, pero no lo logro.
Y siento que
Intentamos ver
A través de nosotros.
Para así derrumbar barreras y lograr, de una vez por todas, conocernos.
¿Lograremos hacerlo?
N/A
Mis ojos se vuelven llorosos y me paro lentamente de la cama sin dejar de observar
a la persona que entro en mi habitación.
Escuchar esa voz, esas palabras de nuevo fue un muy duro y banal golpe.
Mi madre.
Aquella mujer que creía mi héroe está ahí de pie a unos centímetros de mí.
Con su cabello lacio corto hasta los hombros, sigue siendo hermosa.
Sus ojos me llevan al día en que nos abandonó y una punzada fuerte se instala en mi
pecho.
La miro con mucho odio y un rencor acumulado por todos estos años de ausencia.
-¡Vete de aquí!-grito furiosa sintiendo como mi cara se pone roja-.¡No te quiero ver
nunca más!
¿Cómo se atreve?
-Hija-dice y da un paso adelante con inseguridad.
-No me llames así, no tienes ningún derecho a llamarme así, ¡Mi nombre es Elaine
señora!-digo dando un paso al frente con coraje, ella me ve y agacha la cabeza.
Sollozo sintiendo como las lágrimas resbalan lentamente por mi rostro hasta llega a
mis manos que cubren mi boca.
Mi madre estuvo aquí y las lágrimas aparecen, por más que le pido a mi mente que
se controle, me es imposible evitarlo.
Como las nubes son llevadas por el viento y pequeños ajaros de distintos colores
pasan rápidamente dirigiéndose a algún sitio, miro con atención los colores con mis
ojos goteando, cada gota con un recuerdo distinto.
-Ela-me llama.
-¿Tu sabias?, ¿Tu sabias que ella estaba aquí?-le pregunto y lo veo.
-Ella no sabe el sufrimiento que vivi-susurro contra su pecho el cual amortigua mis
palabras.
Flashback:
Estoy asustada.
Demasiado asustada, mis manos tiemblan sin control alguno, mis ojos no se
despegan de aquella puerta blanca rota como mi alma.
No puedo ver aquellos ojos inyectados en un rojo vivo y algo desorbitados y todo
pasa lentamente.
Abro los ojos por aquella inesperada patada que me arrebata el aire y veo hacia la
puerta encontrándome con mii hermano Brad observando la escena.
No hace nada.
Sus ojos ven los míos y quiero que vea mi sufrimiento, quiero que no duerma como
yo no lo he hecho en años por el miedo.
Mi cuerpo tiembla y mis ojos se cierran con fuerza al recordar aquello y trato de no
decir lo que siento.
Eso es malo.
Muy malo.
-Ella se fue y nos dejó con alguien que sabía era peligroso, era muy pequeña cuando
el primer llego y ella no estaba, ella me dejo-me sacudo por el descontrol de mi
cuerpo ante la tristeza, ante el llanto.
-No dejare que te toquen, ni un solo pelo, ni un solo roce-susurra n mi oído y besa mi
hombro.
Y lo beso.
De muchas lágrimas.
De mucho coraje.
De mucha tristeza.
Esa seguridad que me da fuerzas, con ese porte tan varonil que me derrite y me hace
querer fundirme en él, con esa protección que nunca sentí ni tuve.
Una sensación que te infla el pecho y llena tu sangre de seguridad, una que al mirarlo
sabes que no hay un mejor lugar que sus brazos.
-No sé si quiero conocerte porque, al hacerlo, cruzare la línea, una línea que lo
definirá todo para bien o para mal-veo sus ojos y aquella sonrisa perfecta.
-¿Eso es lo que quieres?-me pregunta levantando una ceja-.Solo dilo y eso sucederá.
Toma mi rostro entre sus manos para que enfrente su mirada y yo intento no verlo.
S/A
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Todavia hay esperanza 4/?
Sin miedo.
Veo su boca entre abierta con esos grandes y besarles labios llamándome a probarlos
una vez más y lo hago.
Le doy un pequeño beso y él lleva su mano derecha a sus ojos y los talla para abrir
sus ojos con el ceño fruncido.
Tocan la puerta y se separa y yo aún estoy con los ojos cerrados lamiendo mis labios.
Veo a Wade recargado en la pared dándole espacio al doctor pero a mí no, con esa
mirada fija en mis labios y su mano acariciando su barbilla.
Trago grueso.
-Bien vendré en unas horas para ver cómo sigue todo-dice y se despide de Wade y
sale seguido del enfermero.
-¿Y eso?-digo cuando se aleja con una sonrisa y me besa otra vez.
-No vuelvas a morderte el labio, te ves muy bien haciendo eso-dice haciéndome reír.
Las semanas pasaron volando, no volví a ver a mi madre pero vi un gran crecimiento
en la relación entre Wade y yo, una que me tiene vuelta felicidad y una paz que hace
años no sentía.
Zack ha venido a veme un par de veces pero decidimos que por su seguridad era
mejor que estuviera en casa con Tomasa y Bee la hermana de Wade, que
increíblemente he conocido mucho estos días.
Hoy por fin salgo del hospital con grandes resultados tanto emocionales como físicos.
Paso por su lado y le saco la lengua haciéndolo reír y negar con la cabeza.
Entro al baño prendiendo la luz y hago lo que necesito y lavo mis manos y peino mi
desordenado cabello.
-Ella sabe eso, no, lo sé, pero sabes que estoy ocupado, dile que recibirá el dinero
que quiera pero que de ninguna manera entraremos a juicio por la custodia del niño...
Me siento desfallecer.
-¿Qué dijiste?-enarco las cejas y señalo el teléfono cuando estamos cara a cara.
-¡Contesta!-grito.
S/A
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Que hombre 5/5
No sé qué hacer.
Por favor que no sea de mi niño de quien hablan.
Wade cuelga y se acerca con pasos lentos a mí.
Me toma de los brazos y me sienta en la cama.
Estoy en shock.
-Te diré si prometes no alterarte-me pide.
Asiento frenética sin hacerle ningún caso a sus palabras, quiero saberlo.
-Tu madre-él calla y yo alzo las cejas esperando más.
-Tu madre quiere la custodia de Zack-dice y yo me aturdo.
-¿Qué?-susurro sin captar el todo las palabras.
Tu madre quiere la custodia de Zack.
-¡Maldita vieja!-grito y me paro de golpe.
¿Cómo se atreve?
Después de todo este tiempo viene reclamando cosas. ¡Personas!, que ella abandono.
Ni loca lo permito.
No me arrebataran a mi niño.
Ni muerta.
-¿Dónde está?-gruño por la furia y Wade se altera.
-No te ayuda en nada ni solucionara nada si te pones así-dice intentando calmarme.
Intentando.
Porque en este preciso momento nada me calma, con mi niño nadie, pero nadie, se
mete.
Y ella no es la excepción.
Me acerco a él furiosa señalándolo.
-¿Desde cuándo lo sabes?-lo acuso y él se pasa las manos por el pelo.
-Hace dos días-dice y yo sonrió con ironía.
-¿¡Cuando planeabas decírmelo!?-le grito y empujo.
-¡Cuando te recuperaras!-levanta la voz y toma mis brazos.
-Estoy bien hace días-me intento calamar respirando profundamente.
-¿Estás loco?, es del ser más importante de mi vida de quien hablamos Wade-me
intento zafar se su agarre pero no cede y mi visión se ve borrosa por las lágrimas.
-¿y la confianza entre nosotros?-digo con la voz un poco ronca.
-No se trata de confianza, no te quería alterar, estabas muy grave Ela-susurra y yo
quito con mis manos las lágrimas.
-Dime que no me lo pueden quitar-suplico con la voz entrecortada.
Él me mira secando mis lágrimas con sus labios.
-No permitiré que lo arrebaten de nuestro lado-me sonríe dándome seguridad.
Nuestro.
Qué lindo se escuchó eso.
-Necesito salir de aquí, ya-digo y busco mi ropa para cambiarme.
-Con calma, te harás daño-dice y me sienta otra vez en la cama.
Lo miro incrédula, sin saber cómo reaccionar a su preocupación por mí.
¿Cuándo paso que aquel magnate de porte imponente y temido empresario se haya
convertido en la persona que tengo enfrente?
¿O es que?
Nunca me tome el tiempo de poner en duda lo que decían aquellas revistas, formando
una personalidad completamente distinta de él en mi cabeza.
S/A
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Este hombre me ha cubierto con sus alas de angel
Acostada viendo el techo de aquella habitación blanca con solo la tenue luz que sale
de mi lámpara que esta en mi mesita de noche.
Junto al cuerpo de mi futuro esposo y las sabanas arrugadas entre mis manos.
Recuerdo al hombre que me vio crecer, aquel que me cargaba en sus brazos y
sonreía conmigo, aquel que cambio por algo que desconozco.
Duele saber que las personas cambian por situaciones quizá sean inevitables.
¿Pero es tan débil como para dejarse llevar tan fácil por la ira?
Mis ojos se nublan por el simple hecho de creer o imaginar que si él no hubiera
golpeado a mi madre, ahora mismo estaría dormida en mi cama.
Me siento tan triste he impotente al no poder hacer nada más que salvar a mi
hermano.
Con sus grandes brazos y aquellas alas que me cubren y me alojan en la comodidad
de su cuerpo.
Me levanto de la cama, necesitando aire, necesitando despejar aquel miedo e ira que
siento en mi interior.
Camino por un pasillo oscuro paso por una uerta pero un reflejo llama mi atención y
retrocedo para ver el saco de boxeo en mitad del gimnasio.
El reflejo proviene por la luz de la luna que hace brillar la cadena de la que está
colgada el saco.
Me paro enfrente del saco negro y paso mis dedos por la rasposa superficie de este y
lo golpeo con fuerza.
Hija.
Aquellas palabras que dese escuchar muchas veces entre los golpes de mi padre.
Eres perfecta.
-¡NO SOY NADA DE ESO!-grito y paro el saco con mis manos y uno mí frente al saco.
Eso no es verdad, he cambiado pero también llevo dentro aquella chica inocente que
quiere creer en la vida, soy la chica que sabe que la vida no es dulce.
Muchos dicen que la gente cambia, yo digo que evolucionamos y nos transformamos
en seres distintos por lo que hemos pasado.
Que alguien me diga quién no ha cometido el mismo error dos veces, me gustaría
saber cómo lo hace.
-No deberías de estar aquí-habla una voz grave ebtre aquella oscuridad.
-Ya me encuentro bien-digo seria intentando alejarlo una vez por todas.
-¿Qué haces aquí Ela?-me sobresalto por su tono grave de voz, solo lo usa cuando
está molesto.
Volteo y me lo encuentro recostado en una de las paredes, justo la que esta atrás de
mí.
-No podía dormir-digo y con el dorso de mi mano limpio las os restos de lágrimas que
no cayeron al suelo.
Veo como camina con esa seguridad característica de él y ese rostro serio pero
tranquilo que de alguna manera me cautiva.
-No pasa nada-pasó por su lado y salgo de la habitación para ir a la cocina por un
vaso de agua fría.
Es escalofriante.
Me he acostumbrado a eso.
Besa mi mejilla provocando que mi piel se erice y que lo mire por su inesperado acto.
-No sé qué te pasa y lo más probable es que no me lo quieras decir-abro la boca para
decir algo pero él niega y continua.
-Pero te diré que eres una mujer muy valiosa, que has pasado por mucho pero sigues
estando de pie cada mañana, sin saber cómo continuar pero segura de que hay una
persona que te necesita. Te admiro y venero por lo simple que eres, por tu sonrisa al
ver a Zack o tu ceño fruncido cuando estas pensativa, tu risa que alegra hasta la
última célula de mi cuerpo, por el simple hecho de que has llegado a mi vida-susurra
la última parte acariciando mi mejilla con su mano.
-Porque eres la mujer única e inigualable, así que solo te pido que vivas y dejes de
atormentarte con personas que duermen ahora mismo tranquilos.
Y con esas palabras es inevitable que haya una sonrisa plantada en mis labios y que
lo vea de una manera diferente.
S/A:
Link en mi perfil.
Mi perfección
Sonrío intentando recordar la sensación de felicidad pero lo único que consigo es que
mis ojos se llenen de lágrimas.
Una sonrisa que es desmentida con las lágrimas saladas que forman un trayecto en
mi rostro.
Ver a una chica que quiere creer en que algo bueno puede pasarle en la vida.
Y si, sonrío con Zack genuinamente pero él es mi todo, lo amo con lo más profundo
de mi ser y el verlo feliz me hace feliz pero de una manera diferente.
Los ojos son el reflejo, la ventana del alma y mi alma no quiere ser vista.
Así que los cierro fuertemente intentando no ver más, intentando alejarme de la
realidad.
No quiero llorar.
No quiero.
Suspiro.
-¿Lo es? No lo sé, pero sé que es darle el poder a alguien de verte mal, vulnerable, el
llorar nos hace humanos, nos hace saber que sentimos pero hay que saber porque,
por quien y a quien le demostramos eso-digo sin despegar mi vista del cielo.
-Estoy de acuerdo pero ¿no crees que el llorar también es una fortaleza? Saber que al
sacar lo que nos atormenta nos dejara ser libres-susurra cerca de mí, sintiendo su
aliento caliente en mi cuello.
-Ela, esa es una respuesta que no está en mí, está en cada persona, todos tienen sus
propias guerras y el mismo armamento, unos no saben aprovecharlo, otros lo ignoran
y unos lo usan, ¿a cuál perteneces?-me pregunta tomando mi rostro entre sus
manos.
Pienso.
-Cada quien elige quien ser sin importar lo que tenga o no-le digo y su sonrisa se
expande más.
Observo nuestras manos unidas y sé que él va a ser una persona muy importante en
mi vida.
¿Cómo lo sé?
-No me alejare de ti-susurra y con eso mi corazón late más rápido y me giro para ver
su rostro.
¿Por qué?
-Quiero quedarme-susurra sobre mis labios y sin darme cuenta mis ojos se habían
cerrado, los abro y me encuentro con el hombre más perfecto del mundo.
S/A
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Lo prometo
-Vamos Zack, llegaras tarde a la escuela-le grito y lo veo bajar corriendo las
escaleras.
-No quiero que me separen de su lado-dice viendo el piso y moviendo su pie de atrás
hacia delante.
-Yo tampoco-le digo con una sonrisa buscando que me vea-.Y no lo harán Zack, te lo
prometo.
-Lo prometo yo también-Dice una voz que hace que mi corazón se acelere y mi
cuerpo reaccione al saber que está cerca.
Me levanto rápido y giro viendo a Wade en un traje negro con ese porte impecable
como siempre.
Lo está logrando.
Un carraspeo me saca de mis pensamientos y veo a la persona culpable de ello muy,
muy cerca.
-Lo de anoche
-Lo de anoche volverá a pasar, ten más confianza en mí, ya no hay más que ocultar-
sonríe y pone un mechon de mi pelo detrás de la oreja.
-Lo que empezó ya no puede parar-dice y besa mi frente para darse la vuelta e ir a la
cochera.
¿Por qué?
-Ela, tienes que abrir la puerta para subir-dice con un tono de obviedad que me crispa
los pelos.
-No pasa nada-niego con la cabeza y veo al frente otro de los muchos coches de lujo
que posee.
Necesito encontrar la manera en que esto se detenga sin necesidad de que vayamos
a un pleito legal por él.
Lo último que quiero es otro interrogatorio en mi vida, ahora por parte de mi madre,
la persona que nos abandonó y no miro hacia atrás.
No entiendo como puede ser capaz de tal atrocidad sabiendo que todo derecho que
ella cree tener lo ha perdido en el momento en que cruzo por esa puerta.
Volteo y veo a Zack jugando con sus carritos como la película que se reproduce en la
pantalla detrás del asiento de Wade.
Esa cosita tan diminuta que ha visto tanto sin ser capaz de detenerlo como lo ha
querido tanto tiempo, tratando de ser fuerte por mí, tratando de no dar problemas ni
ruido para que papá no se moleste.
Llorar en la cama cada noche sin poder dormir, recordando al hombre que era
perfecto para mí.
Queriendo un marido igual.
Que la vida me dio a alguien completamente distinto, más bien, alguien que era
parecido a papá antes de ese cambio radical.
Era.
Wade Mandi.
Un hombre con carácter, decidido, dulce pero tan fuerte a la vez que hace que
cualquier mujer se derrita.
Me tiene intrigada la forma en que sin saber que gana con todo esto, me ayudo esa
horrible noche.
Donde luego quiso ser parte de mi mundo sabiendo lo atormentada y desastrosa que
era.
Mientras más pienso menos mi cabeza se decide y todo eso sigue pasando
Observo como se da la vuelta y me lanza un beso el cual atrapo con una sonrisa, se
despide con la mano y entra junto sus nuevos amigos.
La puerta del copiloto se abre y Wade entra llenando el lugar con su aroma.
S/A
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Consejos
(....)
Wade frena y veo la casa en la que pase mi peor infierno y m paralizo recordando,
quiero huir de aquí.
Sintiendo que al entrar volverán los gritos y los golpes.
-Ela, no es necesario-dice Wade buscando con su mirada la mía y cuando la
encuentra solo veo seguridad y protección en la suya así que niego.
-Lamentablemente, lo es-digo más tranquila sabiendo que él está a mi lado.
Al bajar del coche veo un deportivo estacionado detrás de nosotros y a mi madre
temblando en los brazos del hombre, es notable el miedo que emana el lugar, no solo
en una persona.
Se lo que siente porque yo siento lo mismo.
-No Ela-niega con la cabeza y abre la puerta de su auto para subir.
-Tranquila, a esta hora nadie está en casa-digo antes de que se suba al vehículo.
Abro la puerta y el chirrido que esta hace al ser abierta, entro y observo el lugar.
Insalubre es una de las muchas palabras que podrían describir este lugar.
Su olor a cigarro y alcohol me provoca nauseas, platos rotos en el suelo junto a
líquidos de dudosa procedencia y las cortinas cerradas sin dar paso a la luz.
Antes se notaba que estaba descuidada por el tiempo pero ahora, ahora se encuentra
en unas condiciones lamentables, mucho peor.
¿Qué paso aquí?
Entonces veo un pequeño zapato tirado en el suelo y recuerdo por qué regrese a este
lugar donde mis demonios me esperaban.
Donde se escucha entre las paredes los gritos de una niña abandonada, que el
silencio revela aquellos llantos de súplica, donde todavía hay muestras de sangre en
las paredes y se escucha en la lejanía las pisadas de una niña tratando de huir de un
monstruo.
-Cada noche llore por tu partida, le rogaba a Dios que llegaras y nos llevaras contigo,
siempre me acordaba de tus últimas palabras.
Entre sus brazos fuertes mi corazón está tranquilo, mi respiración es pasiva, mis ojos
lo ven con admiración que desee sentir de nuevo.
Lo que veo en sus ojos me agranda el corazón, en sus ojos puedo ver cuánto me
ama, me lo demuestran puramente.
Espero ver el auto de mi madre detrás del nuestro ya que no lo vi fuera de la casa,
pensando que solo se alejarían unas cuadras y nos seguirían.
-Fue un día muy emocional, supongo que quería ir a descansar, créeme Ela, fueron
golpes muy duros los que se vivieron hace un rato, me dolió ver cuánto te rompieron,
me enoje tanto por ver lo que tanto rogabas-dice con notable furia en su interior.
Baja la cabeza con los puños apretados y poco a poco esa tensión desaparece.
Wade arranca y empieza a manejar por las calles de Londres y yo lo miro confundida
al no reconocer el camino.
Entramos y escuchamos mucho ruido por las voces de las personas, caminamos entre
varias tiendas hasta llegar a la comida rápida.
Zack y yo vemos todo, cada color y los olores nuevos de la comida rápida.
Tomamos asiento y Wade va al que dice es el lugar en el que venden las mejores
hamburguesas de todo Londres,
Llega con cuatro hamburguesas, tres refrescos grandes y muchas, muchas papas
fritas.
Wade se sienta a mi lado y me sonríe dándome una papa la cual tomo y devoro en
segundos.
Pasamos la tarde entre juegos de maquinitas, charlando y sobre todo riendo como
una familia feliz.
()
Entramos a la casa riendo con muchos peluches en las manos de diferentes tamaños
y formas.
-Zack, tengo que pedirte un favor-Zack lo mira y yo también con una ceja alzada.
Mi corazón se estruja.
-Arréglate querida que esta noche es nuestra noche-susurra y yo asiento con las
mejillas más rojas que nunca.
-Tengo que salir a ver unas cosas de la empresa pero vendré por ti a las ocho-pasa
por mi lado diciendo y sube por las escaleras para bajar unos minutos después con
otro traje.
-Te veo luego-dice y me da un beso rápido y sale seguido de Román.
Toco mis labios con la punta de mis dedos y sonrio como tonta.
Subimos las escaleras con Tomasa la cual no para de platicar y hacernos reír.
Al salir de ella envuelvo mi cuerpo en una toalla y veo muchos productos y varios
aparatos electrónicos que he visto por la tele.
Tomo la plancha y la conecto leyendo las instrucciones y la paso por mi cabello viendo
como este queda completamente liso y así hago con todo mi largo cabello.
Mis pies caminan en la suavidad de la alfombra y tomo una de las camisa de Wade
entre mis manos y la huelo profundamente cerrando los ojos.
Me levanto y doy unos cuantos pasos hacia el espejo de cuerpo completo y sonrío
orgullosa.
Mi vestido es de un color beige ceñido al cuerpo, me llega un poco más arriba de las
rodillas, mi cabello suelto y liso, mi rostro maquillado ligeramente sin necesidad de
cubrir ni un moretón y mis tacones negros estilizándome.
Tomo mi bolso y bajo las escaleras con cuidado, me acerco a Zack y le doy un beso
en la mejilla, él se aleja para que lo deje ver su programa y Tomasa ríe por su acción
y me alaga por cómo me veo lo que agradezco infinitamente.
Me acerco a la puerta y está se abre y veo como Wade entra sin percatarse de mi
presencia, cierra la puerta y alza la vista y me mira sorprendido.
-EEla-tartamudea y yo me sonrojo.
-¿Estoy mal?-le pregunto y él niega embobado pero frunce el ceño cuando abre para
mí la puerta del coche.
Huele a madera y varias luces tenues cuelgan del techo dándole ese toque acogedor.
Nos dirigen a la mesa y nos piden nuestros abrigos y observo el lugar y noto una
pista de baile en el centro.
-Qué lindo lugar-digo y Wade retira mi silla par que me siente y así lo hago.
-Ela, necesito hablar contigo-dice serio y el bocado que traía en la boca pasa lento por
mi garganta.
S/A
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Rendida
Veo su rostro y lo único que puedo ver es la seriedad que aparece en él.
Siempre dije que era absurdo como la gente se ponía por esas simples palabras.
Ahí es donde vienen todas las benditas posibilidades y una de ellas atormenta mi
mente en estos momentos.
No creo que Wade sea tan cruel para decir eso, ¿Verdad?.
Wade aprieta mi mano sacándome de mis tortuosos y tal vez penosos pensamientos.
-Oh-digo-.Eso es un alivio.
-Me refiero a que ya no puedo ver más haya que una vida contigo-me dice y mis ojos
se abren como platos por la sorpresa.
-No digas nada por favor, déjame terminar-dice cuando ve mi boca abrirse así que la
cierro y asiento.
-Creía tenerlo todo, que iluso era ante eso, mi vida era miserable hasta el momento
en que te golpeaste contra mi esa noche lluviosa, con tus ojos supliendo ayuda y
robándome el alma con tan solo una mirada, ya no puedo seguir diciéndome que
hago esto solo por ayudarte porque eso sería egoísta de mi parte, yo no puedo evitar
verte y sonreír como un loco enamorado, y si, tal vez sea pronto pero también puede
ser demasiado tarde-Me dice levantándose.
Extiende su mano hacia mí, la tomo y nos dirige a la pista de baile y empieza a sonar
una hermosa y lenta melodía.
Mi corazón se acelera cuando su mano toma con firmeza la mía y la otra tomando mi
cintura pegándome a él.
-Hoy encontré a aquella mujer con la que siempre decían que existía, hoy encontré
aquella luz que decían que brillaba, hoy encontré a la mujer de mi vida y me dolió-
dice y hace que dé una vuelta y regrese a él.
-Me dolió ver lo que suplicabas y no haber llegado antes, hubiera querido llegar antes
y ver crecer a aquel ser que se volvió tu todo y lo volviste mi todo con cada palabra
que le dices y cada mirada que le dedicas, lo criaste bien Ela-Me dice y yo sonrió con
un nudo en la garganta moviéndonos por toda la pista.
-No creía en el amor pero ahora lo hago, creo con todas mis fuerzas y siento mucho
que creas que estas rota, para mí eres bella con tus cicatrices porque llegaste a mí
con ellas y no te las quiero quitar solo quiero sanarlas-Me dice y yo asiento
inconscientemente e inmediatamente.
-¿Por qué? Si tienes todo lo que me gusta-susurra sobre mis labios robándome un
beso.
-Me gusta tu alma, me gustan tus ojos, tu sonrisa y tu risa, me gusta cómo eres pero
lo que más me gusta de ti es tu valentía-dice enroscándome en sus brazos y yo lo
miro.
-Pero no es solo gustar es amar y lo que más amo es saber que tengo la oportunidad
de estar a tu lado -dice y yo lo miro incrédula-.Es probable que en este momento te
parezca una locura y que no eres más de lo que tú piensas, oh querida, que
equivocada estabas y no trates de comerte la cabeza porque por más que te niegues
no te dejare, no te abandonare y lo único que te puedo dar como garantía es mi
corazón.
No puedo más, ya no puedo más, lo único que puedo hacer es lanzarme a sus brazos
así que me alejo y él baja la cabeza con desilusión pero le sorprende cuando me lanzo
a sus brazos sin importarme la gente que nos mira.
-Te amo-lo digo y el corazón se me infla, las mariposas en mi estómago son soltadas
y un peso de encima se me quita.
Él me sonríe y me baja.
-No puedo decir no, no quiero, sin saberlo ya era tuya, tú y tu bendito carácter que
vinieron sin permiso y me salvaron sin pedirlo y ahora, lo único que ruego es por ti
todas las noches a mi lado y tu fuerza para alentarme a seguir y yo lo único que
puedo darte como garantía es un corazón con muchas cicatrices dispuesto a ser
curado con tus besos, con tus sonrisas, con tu perfecta presencia-le susurro en los
labios.
S/A:
El amor, el amor.
S/A
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Sorpresas
-Pensé que estabas-No continuo y el toma mis hombros con sus manos.
-Tu prometido pidió que me contactaran-dice y yo veo a Oliva mirándonos con una
sonrisa.
Nos paramos y caminamos hacia Oliva, iba a hablar pero ella niega.
-Todo está listo-le sonríe a mi viejito-.Un placer conocerlo por fin señor Dert.
-Vamos-Me jala mi abuelo y caminamos por las calles de Londres hasta encontrar una
heladería.
Entramos y nos sentamos en una mesa para dos, toman nuestros pedidos y en una
velocidad inigualable nos los entregan.
-Tu madre cometió errores que a mí como su padre me defraudaron, le cerré las
puertas de la casa y de mi vida-murmura y niega con el ceño fruncido.
Notablemente enojado.
-Tu madre no me contestaba las llamadas, no hable con ella desde la última vez que
nos vimos, eras muy pequeña, te busque pero dado a que se habían mudado no logre
saber más de ustedes, por más que lo intentara y mi bella Linsey lo sabe-dice
recordando a la abuela y come un poco de su helado.
-Así es, mi niña yo sé que has sufrido demasiado y que-carraspea-.Tu padre no estará
tanto como tus hermanos y túmadre.
-Pero quiero ser yo quien esté ahí para ti-aprieta mi mano y yo me paro y lo abrazo.
-No lo sé, lo que sé es que lo consiguió y aquí estoy, no fue difícil saber quién era
pero fue una sorpresa saber de ti-dice señalándome con la cuchara-.Después de que
me contactara lo busque en lo que está muy de moda, lo que le llaman internet, eres
famosa.
Hablaos bastante tiempo de todo, de nuestras vidas, de los recuerdos que tenemos.
-¡Sorpresa!-grita y yo rio.
-No tengo manera de agradecerte pensé que estaba muerto, simplemente no puedo
creer que este aquí conmigo-brinco en mi lugar y escucho su risa al otro lado de la
línea.
-Me alegra que te haya gustado tanto como para saltar-susurra y yo miro confundida
por el teléfono.
¿Cómo?
-Voltea-grita una voz a mi espalda, volteo y lo veo al lado del abuelo riendo.
Corro a él y le salto encima rodeando mis brazos en su cuello y lo beso por toda la
cara.
-Lo siento abuelo-le digo jugando con mis manos pero la vergüenza se me pasa al ver
algo especial en sus ojos.
-Jamás había sido tan feliz hasta que él entro en mi vida-le digo y asiente serio.
S/A
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Un nosotros
Disfruten...
Canción: (Jason Mraz-I wont give up)
La felicidad rodea el ambiente, mis risas unidas a las de mi ahora esposo suenan
como la mejor melodía.
Veo como Zack corre con los hijos de los amigos y socios de Wade, sonrío al ver como
la felicidad brilla en sus ojos, disfruto de ver como todos ríen y celebran el
compromiso más esperado del año.
Mi vista corre entre la gente y la melancolía aborda mi ser al ver a la familia de Wade
y a él riendo por algo que dijo Bee, mi corazón se estruja al ver una gran familia
unida y odio pensar en mi familia.
Ellos no se merecen estar aquí
Se repiten en mi mente las palabras de Wade.
Sé que no se lo merecen pero yo merecía tenerlos a mi lado, quería tenerlos a mi
lado en uno de los días más importantes de mi vida.
¿En qué momento las risas se volvieron gritos?
Creía que mi abuelo me daría el soporte que necesitaba, no me malinterpreten es y
ha sido de gran apoyo en estos momentos pero, no es lo mismo.
Me falta ese aire de mi madre a mi lado, de mis hermanos tomando mi mano en la
pista de baile y de aquel padre que me refugio en sus brazos cuando tenía frio.
-¡Amiga!-llega Holie y me abraza por la espalda.
Me giro y veo una sonrisa deslumbrante en su rostro.
-Tremendo hombre, ¿he?-me dice y las dos vemos a Wade.
-Así es-murmuro y ella me voltea a ver y cuando pasa su expresión cambia a
preocupación.
-¿Qué pasa?-me pregunta y deja su capa en una mesa.
-Me duele que mi familia no esté aquí, la familia que ame-le digo y ella me mira con
pesar.
Abre la boca y yo niego.
-Lo se Holie, creme que lo sé-suspiro sabiendo lo que me iba a decir.
-Voy a tomar algo de aire-le digo y me alejo un poco de la fiesta buscando un refugio
en el que pueda desahogarme.
Me escondo atrás de unos árboles y permito soltar aquellas lágrimas acumuladas en
mis ojos que llevan y se resbalan con un dolor profundo en ellas, intento no arruinar
el maquillaje o mi ánimo pero sé que ni una ni la otra saldrá intactas de aquí.
Mi cuerpo experimenta muchísimas emociones que me son abrumadoras, reveladoras
e hirientes dejándome deseos incompletos y un sabor amargo en la boca.
Seco mis lágrimas con el dorso de mi mano he intento que mi respiración ahora
errática se vuelva tranquila pero me es imposible gracias a una mano que se posa en
mi hombro, me volteo asustada y me encuentro con un señor de pelo negro y ojos
azules como los míos.
Una sonrisa educada sale de mis labios y el la corresponde.
-Perdone si la he asustado es solo que-guarda silencio y solo me observa como si
fuera una maravillosa ilusión, grabándome en su mente, mientras continua su
evaluación hacia mi persona yo lo miro confundida.
El señor abre sus ojos sorprendido por su arrebato y se da la vuelta alejándose de mi
con una prisa que me es imposible de alcanzar con mis tacones evitándome
detenerlo.
-¡Señor!-grito con todas mis fuerzas pero él no se voltea sino que continúa su camino
aún más rápido.
Wade llega a mi lado y lo reconozco por su aroma pero mi vista sigue fija en el punto
en que perdí de vista a aquel hombre.
¿Qué quería decirme?
¿Qué buscaba en mí?
-¿Pasa algo?-Me pregunta algo alterado y yo niego la cabeza.
Frunzo el ceño y volteo a verlo.
-Nada-suspiro-No pasa nada-le sonrío haciéndole sabe que estoy bien.
-Vamos, es hora de abrir la pista de baile-toma mi mano y nos volteamos para ir
hacia donde están todos los invitados, de camino giro mi cabeza por última vez y no
veo nada.
Desapareció.
Sacudo mi cabeza restándole importancia y observo la luz de la luz de las velas y las
lámparas que han sido encendidas con tenue luz dándole ese toque delicado y
sumamente romántico al lugar cuando la noche baja a saludarnos.
El gran techo iluminado de luces haciendo parecer que estamos bajo el estrellado
cielo.
Una suave melodía nos da la bienvenida y sonrió al reconocer la canción, es la
primera canción que bailamos juntos, con la melodiosa voz de Jason Mraz, Wade me
toma de la cintura y me atrae hacia él con fuerza quitando todo espacio entre
nosotros.
Mis pies cobran vida propia moviéndose en sincronía junto con los de mi marido, mis
ojos encuentran los suyos y me regalan calidez mientras su boca forma una gran
sonrisa que promete un gran futuro juntos.
Uno muy prometedor.
En sus manos alguien que me hará arder en fuego puro y su pecho un refugio para
esconderme de mis demonios.
Su risa una nueva oportunidad para ser feliz y un beso que calla hasta los mismísimos
ángeles del celo.
Sellando con amor lo que las palabras no pueden expresar, nos sonreímos sabiendo
que hemos encontrado a nuestra otra parte del hilo rojo, cuando voy a besarlo
alguien jala m vestido y hace que voltee y vea hacia ese lugar.
Veo a una pequeña niña sonriéndome.
-Déjame ir, tenemos nuestra propia familia, estas a salvo ahora, estamos bien-
susurra como si supiera que necesitaba escuchar esas palabras y le sonrío a mi
pequeña yo.
Volteo para ver a mi pareja y veo en sus ojos amor.
-Estamos bien-susurro y volteo a aquel lugar y ya no hay nada.
Wade besa mi mejilla haciéndome reír.
-Muy bien.
S/A
Se que muchos me quieren matar pero créanme cuando les digo que no he podido
actualizar.
¡¡Lo adoro mis hermosos lectores!!
Lo mejor para él
Mi vestido azul claro vuela por la corriente del aire poniendo mi piel de gallina.
-Él está arriba con mi esposo-digo y ella me mira sorprendida-.Iré por él.
Dejo a Sera con Tomasa y sub las escaleras rápidamente, me dirijo a la habitación de
Zack y escucho voces provenientes de ella.
Ve la puerta casi cerrada por completo y me asomo por la rendija y veo a Wade
hablando con Zack.
No logro escuchar solo veo como Zack asiente a las palabras de Wade y luego se
lanza a sus brazos.
Toco la puerta y pasó, ellos levantan la mirada y veo a Zack sus ojitos me
demuestran lo asustado que esta, me arrodillo frente a él sonriéndole.
-Los dejare solos-dice Wade y le sonríe a Zack y este asiente en comprensión.
Me encanta su complicidad.
-Todo estará bien, solo quiere conocerte, yo voy a estar ahí todo el tiempo, siempre-
acaricio su cabello intentando darle un poco de ánimo.
-Amor, sé que no la quieres ver pero solo inténtalo, ¿si?-El niega haciendo puchero.
-Hagamos esto, la ves hoy y si no la quieres volver a ver, no lo harás-le digo y alzo
su cabecita con mi mano.
Bajamos las escaleras y veo como Wade está apoyado en la pared serio, lo miro
confundida pero él niega para restarle importancia.
Camino a la sala y Zack agarra más fuerte mi mano, Wade viene detrás de nosotros y
al dar la vuelta veo a Sera viendo uno de los cuadros colgados en la pared blanca.
Se voltea al escucharnos llegar y sus ojos van a la personita que está a mi lado, cubre
su boca con emoción al ver a Zack el cual se esconde detrás de mi sin soltarme la
mano.
Bajo la mirada y veo sus ojos azules mirándome y luego al frente y regresa su mirada
a mí y yo asiento hacia él.
Él suelta mi mano y camina hacia nuestra madre, mis ojos se llenan de lágrimas pero
las quito enseguida.
-¿Eres real?-le pregunta y ella asiente con las lágrimas resbalando por sus mejillas.
-Lo soy-le dice con la voz entrecortada y Zack se avienta a sus brazos.
-¿Qué?, no, nada de eso, solo estoy cuidando a Zack-le digo a Wade mientras pico la
verdura.
-¿No ves lo feliz que está?-me pregunta y yo suelto el cuchillo y me doy la vuelta para
verlo con los brazos cruzados.
-Que no quiero que se ilusione y ella-no termino y los veo jugando en el sillón de la
sala y Wade toma mi rostro haciéndome verlo.
-Tienes miedo a que se vaya como lo hizo cuando eras una niña-afirma y yo lo miro
preguntándome como lo sabe todo, como sabe que decir en el momento indicado.
-Hay algo de lo que tenemos que hablar-dice serio y mi estómago se hace chiquito.
S/A
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Heridas
De esas que crea tu mente mostrándote todas las miles de cosas horribles que
pueden ser de todo el mundo.
Eso es un asco.
Lo miro esperando que me explique qué es lo que sucede, que es lo que tiene que
decirme para que se ponga de esta manera.
-Somos un matrimonio, no existe nada que pueda ser tan grabe para que te pongas
de esa forma-lo señalo de arriba abajo.
Me pongo a su altura y tomo sus manos viendo el juguete que trae en su mano.
-Si, es linda conmigo pero-se rasca la cabeza nervioso igual que lo hace Wade.
-¿Pero?-le digo sin borrar mi sonrisa pero con un miedo que me carcome por dentro.
-Zack, eres tú el único que puede decir en qué momento estás listo para perdonar-le
digo y volteo pidiéndole ayuda a Wade.
-Campeón hay batallas y decisiones difíciles en la vida pero siempre sabrás como
resolverlas y siempre, siempre contaras con nosotros sabiendo que la decisión que
tomes será la correcta-le habla de una forma que te tranquiliza, es un buen padre.
-Jamás estarás solo-le susurro a Zack abrazándolo fuerte y Wade se une a nosotros.
-Lo siento-le digo y los abro-.Es solo que ha pasado mucho en muy poco tiempo.
Bah, tonterías.
-Quiero que estés cerca de él pero eso no significa que quiero que estés cerca de mí,
como se lo dije a él, todo toma tiempo y las heridas que tú no curaste siguen
ardiendo, quiero que Zack tome las decisiones que crea correctas para él, lo eduque
para ser una buena persona de gran corazón, firme a sus creencias, forme mi familia
y no sé sí quiero que estés en ella-La veo con firmeza-.Y si quieres estar en ella dame
tiempo.
-Sabes dónde está la salida-digo sin dirigirle una mirada continuando mi camino hacia
mi familia.
Me recargo en una pared con las manos antes de entrar a la cocina y derramo unas
cuantas lágrimas poniendo mi frente contra ella.
Y es inútil.
S/A
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Risas
S/A
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Impacto
Volteo y veo a los presentes en la sala, a la familia de Wade dándonos todo su apoyo.
A mis hermanos, uno con una mirada mordaz y otro intentando darme apoyo.
Todos a los que citaron van pasando, yo fui la primera y no tuve miedo en hablar, eso
es lo correcto.
Luego fue Adam que me dio una puñalada al corazón al decir tantas mentiras sobre
mí y mi esposo.
Luego fue Wade que narro la vez que me encontró casi inconsciente en la casa.
Luego pasa Brad y sé que otra puñalada me espera pero mi sorpresa es otra cuando
empieza a decir la verdad, cada vez que hablaba me miraba haciéndome saber que
quería redimir sus errores.
Entonces pasa.
Llaman a mi padre.
Sabía que iba a inventar mil historias sobre mi persona pero jamás imagine lo que
paso, ni una de todas las posibilidades que mi mente se esforzó en pensar.
-Sé que estoy condenado, así que para que seguir engañando y fingiendo-me mira y
una sonrisa de suficiencia aparece en su rostro.
-Pero señor abogado hay que ser sinceros-ríe y veo como lo bajan del estrado.
-Lo que nadie se atrevió a decir ni siquiera mi amada ex esposa que sabe Dios donde
está-grita-.El porque te odiaba tanto a ti y a tu amado niño Zack,
Wade se para advirtiéndole con la mirada algo que desconozco, veo a Wade y luego a
mi padre.
-No le dijiste que no soy su padre-dice y una exclamación de sorpresa sale de los
presentes-.¡No soy su padre!, ni de ella, ni del bastardo de Zack.
Volteo a ver a la basura que está tras las rejas que me mira con una sonrisa.
-Si Elaine, por eso te hice sufrir tanto, te odiaba y sigo odiandote con todo mi ser-
habla entre risas y la jueza hace sonar el martillo.
Sacándonos a todos de aquel doloroso impacto.
La jueza empieza a dictar sentencia pero mi mente solo divaga en lo que las palabras
del señor que creía mi padre causaron en mí.
Wade
-¡Tú y Zack no son mis hijos!-grita de nuevo y la risa se hace presente en el lugar.
S/A
¡EPÍLOGO!
Disfruten...
Aunque sería injusto decir que le tengo miedo, cuando la realidad es que no,
simplemente que no sé qué hacer, es frustrante.
Me pongo de pie aun con las gotas de lluvia cayendo del celo oscuro, empapándome
de cabeza a pies.
Empiezo a caminar pero las luces de un auto me ciegan por un momento y escucho la
puerta ser azotada.
Enfoco mi vista y veo al único que no estaba preparada para ver todavía.
Wade Mandi.
Mi amado esposo.
Las gotas resbalan por su cuerpo y veo sus duras facciones, sus ojos pintados en
preocupación.
-¿¡Por qué!?, ¿¡por qué de todas las malditas personas en el mundo tenías que ser
tú!?-le pregunto mirándolo con fuerza.
-Y aun así no lograste protegerme, me heriste por no contármelo, ¡Me mentiste!, ¡creí
que todos podían decepcionarme menos tú!-le grito sintiendo un nudo en mi
garganta.
-Tú eras el único que no me había mentido y cuando me entere por boca de ese
maldito...no me dolió el hecho de que no fuera mi padre, oh no, Dios sabe cuánto
rogué no llevar su sangre, sino que me dolió que tú-me acerco y toco su pecho con
mi dedo índice-.No me lo hayas dicho y que él pudo aprovechar eso en mi contra.
Wade se hace el pelo para atrás con frustración y quita las gotas de lluvia de su cara
con fuerza.
-¿Sabes cuantas veces intente decírtelo?-me pregunta con sus ojos escudriñándome.
-Entiéndeme, estabas muy herida y no quería ser yo quien te rompiera más, ¡Me dolía
verte así, Elaine!, ¿¡me entiendes!?-grita desesperado.
-Wade, ¡No puedo más!, mi vida es un maldito desastre, tú y Zack fueron mi bendito
milagro para vivir, para mí fue doloroso el hecho de que me lo ocultaras, que no me
dijeras algo tan importante-le digo intentando que entienda lo que sentí.
-Me segaron todas las emociones y que tú no me lo hayas dicho fue la gota que
derramo todo-saco todo con él.
La lluvia no para, sigue su transcurso como sí nada estuviera pasando.
-Y justamente por eso no pude hacer nada-me dice acercándose-. ¿Crees que si
hubiera sabido las intenciones de ese bastardo no te hubiera preparado?
Yo lo miro incrédula.
-¿Me lo abrías dicho?-le pregunto y él guarda silencio, solo mirándome, teniendo una
guerra consigo mismo-.Creo que ya se la respuesta.
-¡Te amo!, y si esto no lo podemos supera juntos y solucionarlo, ¿en que nos
convierte?-dice a mi espalda y yo suspiro agachando la cabeza.
Su brazo aferra el mío volteándome y sus labios se unen con los míos.
Nos besamos, ahí, bajo la lluvia, en el lugar que nos unió más que nunca.
-Nunca quise hacerte sufrir, siempre quiero verte feliz, no dudes eso nunca, no de mí,
por favor-dice tomando mi rostro entre sus manos y mirándome con desesperación,
queriendo que vea su miedo y honestidad en aquellos ojos verdes.
-Debí dejar que me explicaras las cosas antes de ponerme así-susurro y él niega.
-¿Por qué fuiste a la cárcel?-le pregunto y él pone un mechón de pelo tras mi oreja.
-Quería saber si podíamos llegar a un arreglo para que no tuvieras que verlo-me dice
y yo ladeo mi cabeza y le sonrío.
-No debiste intentar darle algo más de lo que se merece-le digo y él mira hacia el
cielo.
Nos quedamos en silencio bajo la lluvia, yo sintiendo como el agua fría cae sobre mi
piel pero nunca antes me he sentido tan cómoda como en aquel momento.
-Mi mamá sufrió maltrato físico -me susurra y yo levanto la cabeza y miro a sus ojos,
totalmente sorprendida.
-Mi mamá fue maltratada, yo era muy pequeño...no pude salvarla, a ella no-dice con
la voz rota y mi corazón se estruja con fuerza.
-No podía, no quiera que me temieras, no crei que quisieras saberlo, ni siquiera sabía
si yo estaba preparado para contarlo-susurra y ve al cielo con mucho tormento
pintando sus facciones.
-Cuando te vi correr por las calles, con esa mirada atormentada, vi los ojos de alguien
que sufre, lo mismo que se veía en los ojos de mi madre-murmura y un escalofrió
viaja por mi cuerpo.
Me mira y asiente.
Acaricia mi mejilla con su mano, con suavidad, con dulzura y respeto.
-No la salve a ella pero pude salvarte a ti y, en el proceso, una parte de mí, la que
siente culpa-dice y yo sonrío con lágrimas en los ojos.
-No puedes atormentarte, no cuando has hecho demasiado por mí, no tienes que
tener miedo en convertirte en alguien que maltrata, me salvaste, nos salvaste y me
diste una segunda oportunidad, me hiciste vivir, eres bueno y lamento haberte hecho
pensar lo contrario.
Acaricio su mejilla y él me atrae a su cuerpo abrazándome con fuerza.
Se separa y toma mi rostro entre sus manos.
Acerca su rostro al mío y su aliento caliente se une con el mío, unimos nuestras
pieles, nuestros labios se acarician y siento que lo hace con tranquilidad.
Cuando nuestros pulmones empiezan a exigir aire nos separamos solo para unir
nuestras frentes.
Nuestros ojos se miran y se dicen todo lo que necesitan, todo nuestros secretos y
pesare y al final, hay tranquilidad.
Caminamos hacia él sin separarnos y cuando los dos estamos dentro el calor nos
recibe.
-¿Sabes? Todo esto inicio por él, gracias a él estamos juntos-susurra sin despegar la
mirada del llovioso camino.
Pienso en sus palabras y asiento.
-Creo que en el fondo siempre supe que no habría manera de evitarlo-le digo y volteo
a verlo.
Nos reímos todo el camino a casa recordando no tan viejos momentos, sabiendo que
ya nada nos podría separar.
S/A
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Regalo
No nos importó.
Mi vida por fin estaba tomando lugares lindos, por fin todo parecía claro.
Es bueno no verla, pensé que traería buenas cosas a nuestras vidas sí ella regresaba.
No fue así.
Estoy aquí desayunando afuera, en el jardín disfrutando del sol y la brisa fresca que
trae el viento.
Haciéndome aventar todo y correr hacia cualquier baño que este cerca.
Vomito lo poco que he ingerido y me lavo la boca intentando quitarme ese horrible
sabor.
Recojo todo lo que avente y al recogerlo veo el periódico y en él una foto de Wade y
yo cuando nos casamos, nos estamos sonriendo.
Entro en la casa y busco en mi mente algo que hacer pero no se me ocurre nada.
Todos estos días me he mantenido ocupada y ahora que todo ha pasado, no tengo
que hacer y se siente raro.
Wade y su paranoia.
-¿Tienes tiempo?-le pregunto y ella titubea pero una voz que extrañe
escuchar se hace presente.
-¡Chiquilla!-gritan y yo volteo encontrándome con aquel ser que me brindo trabajo.
-¡Señor Len!-le grito y corro a él para abrazarlo.
-Estas hermosa, te vez mucho más sana y fuerte pero sobre todo feliz-me dice
tomando mis manos entre las suyas arrugadas y le sonrío.
-Es todo gracias a mi ángel guardián-le digo y asiente orgulloso.
-Me alegro-dice y suelta mis manos viendo a Holie.
Volteo y la veo.
-Tú tomate el día y ve a disfrutar de tu amiga-le dice y las dos brincamos de emoción.
Ella se quita el delantal y salimos de ese lugar.
()
La invito a almorzar a un restaurante y reímos poniéndonos al corriente de todo lo
que nos ha pasado desde la última vez que nos vimos.
Hago una mueca de asco y me disculpo levantándome de la mesa para ir al baño y
pasa exactamente lo mismo que en la mañana.
¿Qué me pasa?
Salgo y tomo asiento de nuevo.
-¿Estas bien?, te ves pálida-Dice Holie y yo niego.
-He estado así desde la mañana, con unas nauseas insoportables-le digo y ella sonríe.
-¿Qué?-le pregunto sin entender su sonrisa.
-Estás embarazada-canturrea y yo niego.
-¿Cómo crees?, estás loca-digo y tomo de mi bebida.
Abro los ojos y la miro.
-¡Oh por Dios!-chillo y las dos reímos.
Pagamos y salimos del lugar.
Le pido a Román que nos lleve a un hospital y se preocupa diciéndome que le debe
decir a Wade y lo tranquilizo diciéndole l que pasa y que quiero estar segura antes de
decirle a Wade.
Entramos y pedimos una cita con una ginecóloga.
Nos sentamos en la sala de espera y muevo mis manos nerviosa.
Me nombran y Holie pasa conmigo.
La ginecóloga me empieza a hacer preguntas y al terminar vamos a la famosa
máquina.
-Ahí está señala algo en la pantalla, un mini puntito.
-Felicidades-exclama y las lágrimas no tardan en aparecer.
-Es súper chiquito-menciono y rio.
Ella me receta algunas vitaminas y me da una cita para el próximo mes.
Empiezo a planea la sorpresa en mi mente.
Veo a Holie que me mira con complicidad.
Esto será increíble.
()
Las pisadas de bebe están desde la entrada hasta el inicio de las escaleras donde hay
una mesa con globos y un Zapatito junto con una nota que dice:
Hola papá y hermano.
-Ya llegaron-susurro al verlos por la ventana de la sala.
Corro escaleras arriba y los veo entrar escondida en donde no puedan verme.
-¡Mami!-grita Zack.
-¡Amor!-grita Wade cerrando la puerta.
Veo las miradas de confusión en su rostro al ver las pisadas, las cuales siguen y Wade
toma el zapato entre sus manos y se lo muestra Zack que abre la boca sorprendido
luego abre Wade la nota.
-Hola papá y hermano-dice en voz alta y sus ojos se abren y Zack grita de emoción.
-¡Ela!-grita Wade y sube de dos en dos los escalones y yo me escondo en nuestra
habitación.
Wade abre la puerta y me ve con los ojos rojos.
-¿Es verdad?-pregunta alzando la mano donde trae la nota y ve el zapato en su
mano.
Asiento con una sonrisa y el viene a mí y me toma entre sus brazos.
-Vamos a ser papas otra vez-dice con la voz entrecortada dándonos vueltas.
-Wade, Wade-le digo y él me baja preocupado.
No me des vueltas así-le pido y el ríe nervioso.
-Perdón amor-dice nervioso y me besa con pasión.
Pone una de sus manos en mi panza acariciándola con adoración.
Zack entra y corre a mí.
-¡Voy a tener un hermanito!-grita y yo asiento.
-o hermanita-le digo y él asiente.
Todos reímos y comentamos de todo acerca del nuevo integrante.
Bajamos a comer pero el timbre suena y yo me dirijo a abrir viéndolos desaparecer
en la cocina riendo.
Más felices de lo que llegaron.
Abro la puerta con una sonrisa y veo al señor de la boda, me sorprendo totalmente y
luego lo miro confundida.
-Hola hija-dice con una sonrisa.
Vamos al hospital y pedimos la prueba, nos sacan sangre y nos dice que en unas
horas, gracias al poder de mi esposo y del que dice ser mi padre, estarán los
resultados.
Los tres regresamos a la casa y esperamos lo resultados, yo juego con Zack quien me
pregunta acerca del señor pero evado sus preguntas y continuamos jugado.
-Arruino nuestras vidas .le digo con las lágrimas escurriéndose por mi rostro.
-Hablare con él cuando despierte-le digo y él asiente con los ojos rojos.
Y así lo hizo.
Meses después
Cuando nos dan el alta del hospital salimos y iles de cámaras nos esperan a la salida,
nos montamos en la camiones y al entrar a la casa cada uno lleva una bebe en
brazos.
Beso a Wade.
FIN.
S/A
Les agradezco el haberle dado una oportunidad a esta historia que ha llegado a su fin.
Es hermoso el habernos sorprendido juntos en cada capítulo de esta historia.
Los adoro.
Mil gracias.