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Mientras decido conocerte SE RETIRA PRONTO

by san-01

Aviso: Se presentan temas delicados y de violencia leer bajo su jurisdicción.

Mis pies corren a una velocidad inigualable, las gotas de lluvia mojan mi ropa
haciendo el proceso mucho más pesado, más dificil.

Mi visión se entorpece, se nubla además de que mis ojos arden y ya no sé si es por


aquellas gotas frías que caen del cielo nocturno o son las gotas saladas que caen de
mis ojos.

Intento calmar inútilmente mi respiración acelerada pero mi cuerpo tembloroso me


hace saber que en este preciso momento eso es algo imposible.

Siento que mi cabeza da vueltas y mis ojos van de un lado a otro, en mis oídos
escucho como de mi boca sale el aire, la desesperación me está consumiendo.
Choco contra un pecho fuerte y sus manos inmediatamente van a mi cadera quizá
como un acto reflejo o evitando que cayera al suelo pero esa simple acción manda
corrientes eléctricas a todo mi cuerpo.

Bajo la cabeza avergonzada.

Siento su mano csliente en mi barbilla la cual levanta para que vea su rostro y mis
ojos se abren como nunca antes al ver con quien me he topado esta noche lluviosa de
Londres.

-Oh,no.

(...)

-No sé si conocerte porque, al hacerlo, cruzare la línea, una línea que lo definirá todo
para bien o para mal.

¿Absorbente?
Tal vez.

¿Peligro?
Siempre.

¿Conocerse?

Habrá que averiguarlo.

Aviso: SE RETIRA PRONTO.

OBRA REGISTRADA EN INDAUTOR.

●No acepto adaptaciones


Prologo

Aviso: Se presentan temas delicados y de violencia, leer bajo su


jurisdicción

Mis pies corren a una velocidad inigualable, las gotas de lluvia mojan mi ropa
haciendo el proceso mucho más pesado, más difícil.

Mi visión se entorpece, se nubla además de que mis ojos arden y ya no sé si es por


aquellas gotas frías que caen del cielo nocturno o son las gotas saladas que caen de
mis ojos.

Intento calmar inútilmente mi respiración acelerada pero mi cuerpo tembloroso me


hace saber que en este preciso momento eso es algo imposible.

Siento que mi cabeza da vueltas y mis ojos van de un lado a otro, en mis oídos
escucho como de mi boca sale el aire, la desesperación me está consumiendo.

Choco contra un pecho fuerte y sus manos inmediatamente van a mi cadera, quizá
como un acto reflejo o para evitar que cayera al suelo.

Esa simple acción manda corrientes eléctricas por todo mi cuerpo.

Bajo la cabeza avergonzada.

Siento su mano caliente en mi barbilla la cual levanta para que vea su rostro y mis
ojos se abren como nunca antes al ver con quien me he topado esta noche lluviosa de
Londres.

-oh no.

(..)

-No sé si conocerte, porque, al hacerlo, cruzare la línea, una línea que lo definirá todo
para bien o para mal.

¿Absorbente?

Tal vez.

¿Peligro?
Siempre.

¿Conocerse?

Habrá que averiguarlo.

N/A

Por favor léanla denle una oportunidad.

No se arrepentirán.

Una historia nueva, atraparte, misteriosa, apasionada.

¡¡Voten y comenten mis adorados lectores!!


La realidad

1er comentario y le dedicó el cap

Mi vida no es perfecta, está muy lejos de serlo en realidad.

Demasiado lejos que duele.

Cuando mamá nos dejo, todo cambio drásticamente y para mal, nunca supe porque
mi madre nos quiso dejar, no lo comprendía o quizá no quería admitirlo, por Dios, era
una niña cuando se fue, pero cuando lo viví en carne propia lo entendí.

Mi padre maltrataba a mi madre todos los dias.

No sabía que pasaba, tal vez lo veía muy normal o puede ser el simple hecho de que
me mintieron con lo que, en realidad, estaba pasando ya que mi madre me decía otra
cosa.

-Papi y yo siempre que nos escuches gritar o algo que se rompa estamos jugando ¿si
princesa?-Me dijo una noche de lluvia que le preguntaba porque siempre se
escuchaban gritos en su habitación mientras ella acariciaba mi largo pelo negro con
una hermosa sonrisa en su rostro.

Recuerdo a mi madre hermosa, una mujer con pómulos definidos y una piel cremosa
junto con aquellos ojos azules como el mar más claro y tranquilo.

Yo era igual a ella, se podría decir que era una mini réplica de ella

No me enorgullezco de ello

-¿Puedo jugar?-pregunte tan inocente como podía serlo, hubiera rogado que esa
inocencia no me la quitaran, hubiera peleado como nunca, suplicado hasta cansarme
y cuando eso pasase, tomaría aire y volvería a suplicar.

-No cariño-Río nerviosamente-Te pueden hacer daño-Me dijo besando mi frente.

Yo rei, todavía recuerdo esa risa, todavía la puedo saborear, de vez en cuando me
viene a visitar.

-Ahora duerme mi querida Elaine recuerda que siempre estaré ahí-seu dedo delicado
y su uña de color menta, señslo el lugar en el que está mi corazón -Se fuerte-Dijo
arropándome y dándome mi osito blanco que siempre estaba conmigo, desde que
nací,lbo amaba por que tenía bordado un mensaje oculto entre su pelaje suave.

«Eres mi luz,te amare por siempre


Mamá»

Al día siguiente no la encontré en su habitación,el closet estaba vacío dejando ver el


muró lleno de humedad
Zack, mi hermano menor, el más pe que lo de la familia, estaba llorando con su
pijama de cochecitos en su cuna alzando sus bracitos hacia mi.

Lo tome entre mis brazos y lo abrace con fuerza, oliendo ese aroma característico que
hay en los bebés y baje a prepararle su biberón como miadre me había enseñado, el
único pensamiento que cruzo mi mente en esos momentos fue que mamá había
salido a hacer las compras.

Cuando la tarde llego, yo seguía en la casa cuidando de Zack y mi madre ni había


vuelto , el único que volvio como todos los días fue uno de mis hermanos mayores,
Adam, a quien observo ir a la nevera y sacar un refresco bebiendoselo casi por
completo en un solo trago.

Cuando se da cuenta que lo estoy observando frunce el ceño.

-¿Que?-Me preguntó de mala gana.

-¿Donde está mamá?-Mi voz no se hubiera escuchado si no hubiera tanto silencio, él


me causa mucho terror.

-Donde más,aquí en la casa-dice obvio y yo niego frenética con la cabeza.

-No,ella no está en casa,no me llevo a la escuela y sus cosas no están-Menciono


mientras Zack ríe en mi regazo.

-¿¡Que!?-Grita tan fuerte que Zack empieza a llorar y yo inmediatamente lo acuno en


mis pequeños brazos, Adam sube corriendo las escaleras y poco tiempo después
aparece enfrente de mí con el celular pegado en la oreja llamando a papá.

En minutos la casa está hecha un desastre, los gritos no paran en ningún momento y
las peleas inician.

Huyó a mi habitación y me escondo ahí aun con Zack en mis brazos.


Pasaron las horas y en algún momento el silencio gobernó el lugar, permanecí quieta,
mis músculos me pedían a gritos que los moviera pero me aterrorizaba el simple
hecho de moverme, de respirar.

La puerta se abre con tanta fuerza provocando que se estrelle contra la pared y
regresa a su lugar pero una figura le impide que regrese por completo, mi padre
busca por la habitación, sus ojos se posan en Zack que está acostado en mi cama,
dormido, por qrte de magia se fija en mi y entra hecho una furia, sus pasos sonando
fuerte contra el suelo de madera y sus manos hechas puños con los ojos inysctsdos
de un color rojo puro.

Huele muy mal.

Me toma por los brazos con demasiada fuerza que me lastima y el primer golpe llega.

Mi pómulo arde y siento que mi pelo será arrancado de mi cuero cabelludo en


cualquier segundo, el segundo golpe aparece contra mi pequeño abdomen,el tercero,
el cuarto, no grite, ni un solo sonido salió de mi boca para no despertar a Zack, solo
las lágrimas eran testigo de mi sufrimiento.

-Eres una perra dessgradecida-Me grita y con el otro golpe.

Llegaron millones de insultos, millones de golpes y con ellos muchas marcas en mi


cuerpo, sacando así el brillo de mis ojos azules.

-¡ELA!-grita mi padre desde el comedor sacándome de mis tortuosos pensamientos


haciéndome regresar al presente.

Sirvo la comida en tres platos y le entrego uno a Zack para que me ayude a
llevárselos.

-Con cuidado ¿si?-le sonrió y el asiente intentando parecer seguro pero noto un
pequeño temblor en sus manos.

Le sonrió intentando reconfortarlo lo cual consigo.

Salimos de la cocina y ponemos los platos enfrente de las tres personas.

-Nosotros ya comimos así que cuando terminen me avisan para lavar los platos -Les
sonrió falsamente intentando ocultar mi nerviosismo.

-Perfecto, así no tendré que verte la cara-dice una voz grave y pastosa, mi padre.
Mientras me alejo escucho las risas de mis hermanos, lamentablemente estoy
acostumbrada a sus burlas, tomo a Zack entre mis brazos,intentando así, no
comenten alguna tontería y subimos a mi habitación.

Mi nombre es Elaine Vran y el niño de mis ojos por quien me he levantado cada
mañana que juega con sus carros en mi habitación es Zack Vran, Adam a quien no
puedo llamar hermano y Brad, su sombra.

Me levanto temprano para preparar el desayuno y luego dejar a Zack en su escuela,


voy al primer trabajo del día que conseguí por las mañanas regreso rápidamente para
limpisr la casa y luego voy por mi niño hermoso, preparo la comida, la sirvo, me
arreglo para ir a trabajar en una cafetería cercana que gracias a mi mejor amiga
conseguí el empleo.

Mi panza ruge hambrienta ya que no he podido comer nada porque la comida no


alcanzaba para todos.

Zack levanta su hermosa cerita y se acerca.

-¿Otra vez el monstruo de las tripas Te vino a visitar?-Me preguntó ladrando su


cabeza regalandomebuna sonrisa enorme, asiento regresandole la sonrisa viendo el
brillo de sus ojos azules, Zack es una mini réplica de mi madre pero en hombre.

-Tranquilo, ya desaparecerá en unas horas-afirmó y le revuelvo el pelo haciéndolo


reír.

-Ve a jugar, en un rato nos vamos-Él asiente y corre hacia sus carros.

Bajo las escaleras y al entrar a la cocina me encuentro con gran pila de platos que
hay que lavar.

Solo serví tres platos ¡Tres! ¿De donde salieron lo demás?

Suspiro resignada acercándome y empiezo a lavar, mis manos se están congelando


con el agua fría, no podemos darnos el lujo de gastar el agua caliente.

Al momento en que voy a poner un plato en el lugar donde se secan, se me resbala


de las manos.

Oh no
Lo que daria yo

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Mi corazón empieza a latir frenético,temiendo lo peor.
Cierro los ojos con fuerza y mis manos tiemblan cuando los recuerdos regresan.
-Estupida,estupida,estúpida
me repito sin parar.
Escucho como la televisión se apaga y segundos despues mi padre aparece por la
puerta de la cocina.
Lo observó con sus manos hechas puños y su ceño fruncido, las arrugas que se
forman en los surcos bajo sus ojos, su cabeza calva y esa panza gorda por tanto
alcohol.
-Fue un accidente,se me resbaló de las manos, no volverá a pasar-Trató de hacerlo
entender mientras me agachó y recojo los pedacitos de cristal,mis manos tiemblan
provocando pequeños cortes en mis dedos.
Mi padre me da un golpe con la punta de su zapato en mi abdomen sacándome todo
el aire provocando que caiga al suelo sosteniendo la parte afectada de mi cuerpo, mis
lágrimas no lo detienen porque el siguiente golpe da directo en mi cara.
La fuerza del impacto hace que vea lucecitas, parpadeo desesperada y cuando logro
que mi visión se aclare veo a mis hermanos parados en la puerta observando la
escena que se representa ante sus ojos, les suplico con la mirada que me ayuden y
veo un poco de esperanza cuando Brad lo iba a hacer pero así como aparecio esa
pequeña esperanza, se fue en el segundo que Adam lo detiene tomándolo del brazo y
niega con la cabeza, otro golpe hace que deje de mirarlos, mi mente viaja a mi
madre.
-Se fuerte-En este preciso momento soy incapaz de seguir sus palabras.
¿Como ser fuerte?
¿Como,cuando no sabes cómo serlo?
Otro golpe llega y mi mente ya no reacciona,mis ojos se quieren cerrar,ya no siento el
dolor,solo siento como mi cuerpo se va desvaneciendo.
-¡La va a matar!-Escucho en las tinieblas como Brad grita, es un susurro en mi
mente, un eco.
Mis ojos se cierran y ya no sé más,ya no puedo más.
(...)
Mis ojos se abren con pesadez, me duele todo el cuerpo, me palpita el rostro.
Me topo con un cabello negro y una cabecita está recostada en mi pecho y siento
unas manitas en mi cintura apretándome .
-Hola pequeñín-susurró acariciando algunos de sus mechones.
Él se levanta y me mira con sus ojos rojos he hinchados.
-¿Estás bien Ela?-Dice con un con un puchero y quitándose una lágrima que resbalaba
por su mejilla.
Lo abrazó con fuerza queriendo borrar el miedo que veo en sus ojos.
-Estoy bien-Le susurro y beso su cabeza.
Veo que estoy en mi habitación, siempre despierto aquí después de una paliza.
-Oye-Lo llamo y él levanta su carita para verme, sin soltarme-. ¿Donde están los
demás?-Pregunto al no escuchar mucho ruido por la casa.
-Brad está es su habitación papá salió y Adam no se-Dice encogiéndose de hombros.
Asiento y me levanto de la cama intentando no hacer una mueca por el dolor
mientras me dirijo al baño.
Al entrar me encuentro con el espejo y veo mi pelo negro hecho un desastre, mi cara
tiene sangre seca en algunos lugares, está roja e hinchada y mi ojo derecho está
inflamado, seguro y me sale un buen moretón.

Levanto mis brazos para hacerme una coleta y veo mi reloj, bajo el brazo
y sacudo mi muñeca para acomodarlo y ver la hora.
-Demonios-masculló al ver que llevo dos horas de retraso de mi entrada habitual al
trabajo además de ir a dejar a Zack con la señora Tamara, rápidamente termino de
hacerme la coleta, esparzo un poco de base de maquillaje en mi mano y la aplicó con
prisa por mi cara intentando ocultar, sin éxito, lo evidente.
Salgo corriendo del baño y veo a mi niño con su mochila en la puerta de la habitación,
le sonrió y beso su mejilla.
-Ese es mi niño-Abro la puerta y salimos con rapidez.
-¿Tienes todo?-le pregunto mientras bajamos por las escaleras, él delante de mí y
asiente sin quitar su vista de los escalones.
Al llegar al final me encuentro con Brad mirándome fijamente, freno y lo veo hacerse
a un lado sin decir nada y yo paso a su lado sin siquiera darle una mirada.
-Lo siento-Le escucho decir a mi espalda en un susurro.
No me detengo hasta llegar a la puerta y abrirla.
-Yo también-Le contestó antes de cerrar la puerta tras de mí.
Corro por las calles con Zack en brazos ignorando el dolor y lo dejo con la señora
Támara que me hace el favor de cuidarlo.
-Portante bien-Le digo agachada a su altura.
Zack hace un puchero y sus ojos azules empiezan a llenarse de agua.
-No, no llores amor, vendré por ti en un rato, sabes que tengo que ir a trabajar-Le
digo acariciando sus brazos y con mi pulgar limpio sus mejillas mojadas, asiente
lentamente y entra a la casa.
-Gracias-Le digo a Támara y ella me sonríe cálidamente.
-Ve tranquila a tu trabsjo, yo cuido de él-Dice haciendo movimientos con las manos
para que me fuera de ahí.
Al llegar a la calle de la cafetería que no se encuentra muy lejos del hogar de Tamara,
entro por la parte de atrás donde entra todo el personal y busco a mi jefe una vez
dentro con mi delantal puesto.
Es un señor de mayor edad, con sus habituales lentes redondos y su pelo blanco
junto con aquella actitud hogareña y amable.
-¡Señor Len!-Le gritó cuando lo encuentro sentado en uno de los taburetes frente a la
máquina registradora platicando con Judy, una de mis compañeras y podría decir que
amiga.
Él voltea y veo confusión en su rostro hasta que se da cuenta que quien lo llamo fui
yo, su semblante cambia rápidamente a uno preocupado, se levanta de su lugar, le
dice algo a Judy para luego caminar a paso apresurado hacia mi.
-Pero niña ¿Que te ha pasado?-Me pregunta poniendo sus manos arrugadas, las
cuales demuestran que el tiempo no pasa en vano, que ha tenido una larga vida con
muchas experiencias, en mis hombros.

-Lo siento, he tenido un percance-Sonrió tranquila, es eso lo que provoca este amable
señor.
-Claro, claro-Hace un ademán restándole importancia pero en su mirada puedo ver
que no se cree ni una palabra que he dicho.
-No volverá a pasar-Digo rápidamente cuando veo que abre la boca con intención de
cuestionarme.
-Lo sé, tranquila-suspira y se quita sus gafas apretándose el puente de la nariz-Te
toca cerrar hoy-me informa.
-Pero..-intento excusarme.
-Reglss son reglas-Dice palmeandome el hombre mientras pasa por mi lado hacia su
oficina.
Suspiro resignada y me dirijo a la cafetera.
-¡Ela!-Grita mi mejor amiga cuando me ve llegar y me paro a su lado, me estruja
fuerte entre sus delegados brazos y no pude evitar el siseo de dolor que escapa por
mis labios provocando que ella se separe de mi rápidamente.
-No otra vez- Dice con tristeza.
-No te preocupes Holie, estoy bien-Le doy una sonrisa que sale más como una
mueca.
-No puedes seguir así-En su rostro aparece una sombra de disgusto, de
desaprobación.
-Dime algo que no sepa, haber dime, ¿Que quieres que haga?-La miró de reojo
mientras hago el café que está apuntado en la notita.
-Sal de tu casa-Afirma provocando que se me escape una risita sarcástica.
-Si tú, como si fuera tan fácil-Bufo y pongo mis ojos en blanco.
-Lo es-Vuelve a afirmar pero esta vez pareciera más desesperada.
Dejó la taza en la barra y me volteo para verla con mis brazos cruzados.
-Sabes mejor que nadie que no me iré y dejaré a Zack a su suerte como mi madre lo
hizo con nosotros-Espeto bruscamente empezando a cabrearme.
-Ella...-Intenta decir algo pero levanto la mano interrumpiendola.
-He llegado tarde, no quiero más problemas, me voy a mi puesto de trabajo-Doy
media vuelta y le acerco a las mesas para tomar las órdenes.
Las horas pasan como si temieran llegar tarde a algún lugar y en cierta forma lo
agradezco.
Las once están a punto de ser y será hora de cerrar la cafetería.
-Ela-Me llama Holie y levanto la cabeza de la mesa que estaba limpiando.
-Ahora no, Holie-Le digo y veo como baja la cabeza arrepentida haciendo que su pelo
rubio caiga como una cortina.
-Sabes que no era mi intención hacerte enfadar, me preocupas, eso es todo-Su tono
es triste y de reojo veo como juega con sus manos.
Suspiro y dejó el trapo en la mesa para darle toda mi atención.
-Lo sé-suspiro-Créeme que soy la primera en querer salir de ahi, daría lo que fuera
pero lamentablemente no puedo, no tengo dinero suficiente y por nada del mundo
dejaré a Zsck-Mi boca se siente seca, me cuesta decir todo eso.
Admitir en voz alta que no puedo irme de ese maldito lugar.
-Pide la custodia de Zack-Me da esa opción pero lo que no sabe es que lo que ella
haya pensado o se le haya ocurrido yo ya lo pensé un millón de veces, he buscado
como loca por todos los lugares posibles, la manera de hacerlo, pero no es tan fácil.
-No tengo el dinero para pelear por la custodia, mis trabajos no dan mucho para
mantener a un niño con los requisitos que pide la ley y si así fuera, ¿Que diría? ¿Que
contestaría cuando me preguntaran en donde pienso vivír? Haz visto lo que piden por
el alquiler, ¡Es una locura!, No me darían la custodia Holie y mi padre me prohibiría
verlo y si eso llega a pasar, me muero si no puedo defenderlo de ellos-La logorrea
salió disparada como nunca y en mi garganta está impresa una tristeza inigualable.
Holie no dice nada, no puede decir nada porque sabe que todo lo que dicho es
verdad.
-He vivido así durante años, no moriré por unos años más-Digo y retomó mi tarea.
-Te pueden matar a golpes-Dice y yo me levanto con brusquedad.
-No tengo otra opción, entiende por favor-Aprieto los puños con fuerza intentando
contener mi furia.
-Deja el tema Holie, estoy muy cansada,de verdad-Le pido lo las tranquiliza que
puedo estar mientras la miro, ella levanta las manos en son de paz y yo agradezco
internamente porque de haber continuado no sé de qué hubiera sido capaz.
-De acuerdo-Dice y noto en su tono un poco de incertidumbre, se da la vuelta con
dirección a la salida ya que su turno ha acabado.
Toco mi pecho y una lágrima escapa de mis ojos, sabiendo que de alguna manera esa
rubia tiene razón.
Lo que daría yo por sacar a Zack y a mí de ese lugar.
N/A
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Mi mundo se paraliza

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Escuchen la canción en todo el cap plis.

El reloj marca las once y el local está vacío,cuando estoy apunto de dejar caer la
persiana, veo por la ventana como cae la lluvia sin compasión de los que no estaban
preparados para este frío y húmedo clima.

Me incluyo en ello.

Dejó caer la persiana como si ese pequeño y desinteresado acto pudiera refugiarme
un poco màs en el calor que me brinda el lugar, pero sé que me he demorado lo
suficiente.

Estoy colocando la cerradura al local y mi celular vibra en mi bolsillo lo saco y


pensando que es Támara.

-Támara,Lo se,se que voy tarde pero..-empiezo a decir justo cuando descuelgo la
llamada pero soy interrumpida.

-¡Ela!-grita ¿Brad?

-¿Brad?-repito su nombre confundida.

-Lo siento mucho-dice y yo ruedo los ojos.

-Brad eso me lo dijiste antes de que saliera de casa,nada va a cambiar con tus
disculpas ¿sabes?-digo enojada hasta hoy después de muchos años,eso ya no sirve.

-No es por eso-Lo escucho suspirar y mi corazón se paraliza.

-¿Que hiciste Brad?-intentó mantener la calma.

-Yo quería ayudarte,quería que supieras que no sería lo mismo cuando regresaras a
casa-dice con la voz ronca y es notorio que está llorando.

-¡¿Que hiciste Brad?!-Gritó histérica por el teléfono tratando de entender.

Que no sea lo que estoy pensando, por favor.


-Fui por Zack,el no quería venirse conmigo pero...-se calla.

-¡¿Pero Que?!-gritó frustrada por su mudez instantánea.

-Pero..cuando íbamos en la calle el logro soltarse de mi agarre y se hecho a correr-


suspira
Justo lo que no quería escuchar.

Mi mundo se viene abajo,la luz de mis ojos,mi mundo da vueltas,lo único que me
sostenía esta perdido en no se donde.

¿Y si alguien lo rapto?

¿Y si no sabe como regresar a casa?

Esta lloviendo y no tiene quien lo arrope.

Las calles son peligrosas.

Estoy paralizada.

-¿Desde cuando no está contigo?-digo sería y con un nudo en la garganta.

-Desde hace una hora-dice apenado.

Un sollozo escapa de mis labios.

-¡Te odio!-le gritó y cuelgo.

Empiezo a correr por las calles sin importarme si me mojo o no.

Lo único que me importa es encontrar a Zack.

-¡Zack!-gritó a todo pulmón y las lágrimas caen de mi ojos.

Mis pies corren a una velocidad inigualable las gotas de lluvia mojan mi ropa haciendo
el proceso más pesado,mi visión se entorpece gracias a aquellas gotas frías que caen
del cielo nocturno.

Mi respiración es acelerada y mi cuerpo tiembla sin control alguno.

Corro entre la gente como loca.


El maquillaje a desaparecido de mi rostro dejando a la vista los hematomas de los
golpes de hace unas horas,mi cabello chorrea igual que mis ojos.

Si no lo encuentro mi vida ya no tiene sentido,me moriría en el instante uno en el que


él faltará.

Es mi única alegria en mi pesadilla infernal.


Mis pensamientos solo están en él.
En mi Zack.
Cuando lo cargue por primera vez,cuando mamá me enseño a prepararle el
biberón,cuando dio sus primeros pasos,cuando dijo mi nombre,cuando jala mi cabello
o cuando sonríe por algo que hicimos juntos,el brillo en su mirada..
-¡¿Donde estas Zack?!-vuelvo a gritar limpiando mi cara de las gotas que me impiden
ver bien.
Choco con un pecho fuerte sacándome de mis pensamientos y sus manos toman mis
cadera,mandando corrientes eléctricas a todo mi cuerpo.
Bajo la cabeza avergonzada.
Levanta mi mentón con su mano caliente y mis ojos se abren como platos al saber
con quien me he topado esta noche lluviosa de Londres.
-Oh,no-susurró y me separo
-¿Estas bien?-Me pregunta con su voz varonil.
Niego lentamente mi corazón va a mil por hora y salgo de mi transe para volver a la
desesperación.
-Me tengo que ir-digo desesperada por encontrar a Zack.
Iba a empezar a correr pero el aprieta mis cadera más fuerte impidiendo moverme.
-¿Necesitas ayuda?-Me dice con las gotas empezando a caer por su babilla
cuadrada,mojándolo de pies a cabeza.
-¡Necesito irme!-le gritó y empiezo a correr de nuevo,corro y corro,solo pensando en
mi pequeñín.
Voy a casa de la señora Támara,subo las escaleras rápidamente y tocó frenética
teniendo la esperanza de que la llamada de Brad haya sido una mala broma.
Ella abre asustada y cuando me ve frunce el ceño.
-Dime que está aquí-suplicó y ella niega con la cabeza.
-Vino por el Brad,hace un rato-dice y yo solo suspiro entrecortadamente por la
tristeza.
-¿Que pasa Ela?-Me pregunta yo caigo de rodillas al suelo y cubro mi cara.
Ella intenta levantarme pero no lo logra.
-Zack-sollozo-Zack huyó de Brad y está perdido-lloró mientras me paro para bajar
corriendo las escaleras sabiendo que no puedo perder ni un solo segundo chocando
de nuevo con un pecho duro.
Levanto la cabeza y veo unos profundos ojos verdes que me miran raro.
Detrás de él hay un coche súper lujoso estacionado.
-¿A quien buscas?-Me pregunta serio.
Y lo único que piensa mi mente es ¿Me siguió?
-A mi hermano-digo desesperada.
-¿Como es?-vuelve a preguntar sin quitar su mirada de mi.
-Es de tez clara, delgado, ojos azules,mide 1.32,pelo negro,traía un suéter gris unos
tenis blancos y un pantalón negro-termino con un nudo más grande en la garganta
recordando a mi pequeñín.
El marca algo en su teléfono y empieza a dar ordenes,cuelga y me observa.
-Ya informe a mi equipo de seguridad y ellos a la policia-asiento con la cabeza
,cualquier ayuda en estos momentos es buena,hasta viniendo de un coplero extraño.
Necesito encontrarlo como dé lugar.
-Bueno,gracias por tu ayuda pero seguiré buscando por mi parte-le informó pero el
toma mi brazo.
-Sube-dice señalando su auto.
-No subo con extraños,y no tengo tiempo-digo y veo al cielo con tristeza.
Rogando misericordia para que en medio de esta tormenta pueda encontrar a mi
hermano.
Su celular suena de nuevo.
-Diga-contesta y el solo asiente a lo que le dicen tan concentrado.
-Sube-vuelve a decir.
Un trueno cae haciéndome saltar.
-Ya te dije..-iba a empezar pero el me interrumpe.
-Se donde está-contesta serio y siento que vuelvo a la vida.
Me trepo al auto sin que lo vuelva a decir y conduce con demasiada velocidad que si
estuviéramos en un día normal le diría algo ahora quiero llegar lo antes posible donde
está Zack.
El auto frena y veo a un hombre en cuclillas hablando con un niño, un niño con un
tenis blanco y el otro pie cubierto con solo un calcetín.
Abro la puerta y bajo lo más rápido posible y me hecho a correr hacia Zack..
-¡Zack!-le gritó mientras corro hacia el,el me ve y corre a mis brazos.
Me abraza con fuerza escondiendo su cabeza en mi cuello y yo lo cargo abrazándolo y
besando su cabeza que está apoyada en mi pecho
Veo al cielo y las gotas siguen callando.
Veo al frente y noto que el hombre que a regresado a Mi lado a la luz de mis ojos
mirándome.
Y vocalizo un gracias a lo que él asiente y cierro los ojos con fuerza.
S/A:
Uff, mi corazón corre como un loco.
No se les olvide seguirme en Instagram.
Estoy como: @s_a_escritora.
Link en mi perfil.
Un lindo sueño que durara poco

Primeros 2 comentarios y les dedicó el cap


-¿Estas bien?-pregunto tomando su rostro y observándolo con detenimiento para ver
si se hizo daño.
-Estoy bien-contesta con timidez sin soltar mi cuello, está agarrado a mi como sí
fuera su salvavidas.
-Dios,no sabes el susto que me diste Zack-digo besando su frente y hago su pelo para
atrás.
"Pensé que te había perdido"
Esa frase era la que se ocultaba entre mis palabras.
-No lo vuelvas a hacer, ¿Entendido?-lo regaño y él asiente cabizbajo.
Lo bueno es que recordó lo que dije que tenía que hacer en caso de que se alejara de
mi lado por alguna razón.
-No lo volveré a hacer Ela pero no me quería ir con Brad,tenía mucho miedo-dice
cabizbsjo con la voz temblorosa como sí estuviera a punto de llorar.
-Tranquilo, ya estás conmigo, no dejaré que nada malo te pase-Lo acuñó en mis
brazos aún bajo la lluvia-.Nadie te hará daño.
-Vamos al coche-dice una voz grave a nuestro lado y al girarme veo esos benditos
ojos verdes.
-Ya le he causado muchas molestias, tomaré un taxi, muchas gracias-veo a mi niño
entre mis brazos con adoración y luego lo vuelvo a ver.
-De verdad.
Él niega firme con las manos en los bolsillos de su caro pantalón, tan impasible como
si la lluvia no lo estuviera mojando por completo y el aire frío no penetrara en su piel.
-Nada de eso, me alegra haber podido ayudarla y mi casa no se encuentra lejos de
aqui, así podrían secarse y dormir hasta que la tormenta pase-dice sin mostrar una
expresión facial, solo veo un hombre serio con un tono de tranquilo.
Él ve su reloj y luego a mí.
-Aparte, dudo mucho que a las dos de la mañana pase un taxi por aquí-se encoge de
hombros y ve a nuestro alrededor achicando los ojos para tener una visión más clara.
Siento que caí en una dimensión desconocida y extraordinariamente rara.
-De verdad no es necesario-insisto para que ya nos deje ir.
-Insisto en que lo es, acepte por haberla ayudado a encontrar a este pequeñín-dice
acariciando el pelo de Zack, un simple gesto despreocupado y sincero.
-El problema es que no lo conozco y sería una imprudencia de mi parte subirme al
coche de un desconocido y todavía ir a su casa, ¿No lo cree?-preguntó cansada física
y mentalmente.
-Lo entiendo y tiene usted todo el derecho de ser precavida pero la he ayudado a
encontrar a su hermano y si quisiera, que no es el caso, secuestrarla o hacerle algún
daño, ¿no cree que ya lo habría hecho?-en todo momento que suelta esas palabras no
separan su mirada de la mía.
-Tengo mujeres de sobra señorita, solo estoy intentado ser humanitario, eso es todo
además mi reputación es importante y un caso legal no me beneficiaría en nada-mr
dice con prepotencia.
Mi mente intenta procesar toda la información y me preguntó que es lo que debería
de hacer.
Por una parte no puedo irme al hogar de un completo desconocido pero tiene toda la
razón en que a esta hora sería y es muy complicado que encuentre un taxi por aquí y
me tienta más a aceptar el que Zack este temblando como nunca en mis brazos .
-De acuerdo-digo acompañado de un suspiro de resignación y cansancio.
Nos dirijimos al coche en silencio y con prisa, él llega antes que yo al coche y me abre
la puerta de copiloto como todo un caballero.

Le agradezco el gesto con una sonrisa, cuando entró


la calefacción caliente nos recibe y se me escapa un suspiro de satisfacción.
Él me observa detenidamente y sus ojos claros ya no lo son tanto, sus músculos se
tensan, aguta la cabeza en negación y cierra la puerta con algo de brusquedad y lo
observo a través de las gotas que caen el parabrisas rodear el auto para sentarse en
el asiento del piloto.
Preferiría mil veces que me llevara a mi casa, evitaría muchas molestias para él y
para mi pero...
La realidad y siendo completamente honesta conmigo misma, quisiera por un
momento estar alejada de lo que es mi vida en estos momentos, solo tomarme un
pequeño descanso de aquel estrés que me provoca el no saber en qué momento mi
"padre" cruzará la puerta de mi habitación y me golpeara.
Solo...por un instante ver por mi y por la luz de mis ojos que tengo entre mis brazos.
El transcurso en el coche es silencioso, uni tranquulo, de esos que disfrutas, no uno
de esos incomodos y aterradores.
Entramos a un fraccionamiento, reconozco que es uno de los lugares más caros de
Londres.
Pasamos por casas enormes y entre más nos alejamos de la entrada las casas se van
haciendo más y más grandes.
Frenamos enfrente de un portón negro, el cual se abre y sale un señor, un guardia
que lo saluda con respeto y una gran sonrisa.
Seguimos el camino iluminado por luces colocadas en el piso hasta topar con una
casa enorme con más de diez ventanas.
Parece hotel.
¿Vive él solo aqui?
Si es así, es deprimente y solitario.
Tener tanto para ti solo, ¿Qué haces?
Es de un color blanco inmaculado, con la puerta de un color caoba delicado que para
llegar a ella debes cruzar un puente de madera con flores en él barandal y luces de
colores iluminando el agua que hay debajo de este con peces de muchos colores y
tamaños.
Estaciona el auto debajo de una plataforma de madera y yo despierto a Zack que se
quedó dormido en mis brazos en el trayecto.
-Zack-digo y beso su mejilla, el abre sus ojitos adormilado.
-Mira-señaló el agua con los peces y él se levanta entusiasmado para salir corriendo
cuando abro la puerta del coche.
Salgo del coche y veo el asiento todo mojado con pena.
-No te preocupes, lo secaran endeguida-dicen a mi lado y yo asiento sin decir nada,
sintiéndome intimidada.
-Es un Niño increíble-dice después de un rato en silencio, lo veo y observo como mira
a Zack.
-Si que lo es-sonrió y veo a Zack, el pequeño está inclinado viendo los peces y
regreso mi mirada al señor que tengo al lado.
A quien cacho observándome haciendo que yo bajé la cabeza rápidamente con un
color en las mejillas que es notorio desde el espacio.
-¿Por que tienes esos moretones en el rostro?-Me pregunta sin discreción alguna.
Me tenso en mi lugar, era obvio que me iba a preguntar, no tengo nada de maquillaje
y las marcas que tengo no son invisibles.
-No es nada, me caí por las escaleras de mi casa, soy algo torpe, eso es todo-digo
algo borde intentando alejar el tema de nosotros.
A él no le concierne mi vida, como a mí no me concierne la suya.
-B..bueno, yo voy con -carraspeo un poco intentando quitar ese tonto tartamudeo
que me invadió por completo.

-Voy con Zack-digo dejando atrás a ese hombre que mueve muchas cosas
en mi interior.
Camino con algo de dolor porque ahora que la adrenalina ha salido por completo de
mi sistema los pinchazos de dolor me recuerdan que no se han ido muy lejos.
-Ela, esto es padrísimo.
Una sonrisa deslumbrante aparece en su rostro, borrando rastro de todo lo que había
pasado.
Me agacho para estar a su altura y poder admirarlo más de cerca, necesitando un
poco de esa inocencia y de esa felicidad.
-Vaya que lo es-respondo sin alejar mi vista de él soltando un suspiro que llama su
atención y me da un fugaz beso en la mejilla.
-Vamos dentro, es tarde y ha sido un día muy pesado-aparece una voz varonil,
envolviéndonos.
Me levanto rápidamente e inevitablemente una mueca de dolor se expresa en mi
rostro y rápidamente la cambio por una sonrisa pero los ojos verdes del magnate
enfrente de mi dicen que no actué lo suficientemente rápido.
-Claro.
Tomo la mano de Zack rápidamente y empezamos a caminar hacia la casa con él
enfrente de nosotros
Todo es tan impoluto, los pisos tan relucientes que te puedes reflejar en ellos, como
si los acabarán de limpiar, todo estéticamente bien decorado con una gama de blanco
hasta el negro más oscuro que existiese en la faz de la tierra pero a pesar de tal
belleza se siente fría y en cierta forma triste, sola.
-Les mostrare sus habitaciones-su voz suena como un eco en aquella inmensidad.
Sube por una de las escaleras que parecen salidas de un cuento de hadas, de aquel
castillo lleno de bellezas y reliquias imposibles de tocar, de tener.
Cargo a Zack para seguir el ritmo apresurado que lleva y mi boca se abre y se cierra
como un pez fuera del agua, intentando decir algo para hacer este incómodo silencio
algo más relajado pero no consigo que ninguna palabra coherente se forme en mi
mente y salga de mis labios.
-En está dormirá Zack-abre la puerta que está enfrente de nosotros y veo una cama
enorme con un edredón blanco.
Contiene aparatos de lujo y eso me pone la piel de gallina.
Mirar tanto, tener todo eso es...
Lo seguimos en la recámara y abre otra puerta que nos guía a otro dormitorio.
-En está dormirás tu..-me observa y yo atontada contesto después de unos largos
segundos.
-Elaine pero todos me dicen Ela-él asiente sin ningún atisbo de emoción.
Veo la habitación en la que dormiré por esta noche y no puedo decir que un rayo de
alegría se instala en mi rostro al ver la cama grande con colchas calientitas y suaves.
Es un sueño, un lindo sueño que durará poco, lamentablemente.
-No es necesario que nos de una habitación a cada uno, me refiero a que
agradecemos el gesto pero podemos estar en una habitación sin ningún problema-
digo nerviosa y fuerzo una sonrisa.
"Hemos compartido habitación y cama desde, bueno...todos estos años.
-No hay problema en que cada uno tenga la suya, nos sobran habitaciones-se encoge
de hombros restándole importancia pero igual de serio.
¿Solo sabes hacer ese gesto?
Concuerdo en que este así conmigo porque soy una extraña y no le contesté de forma
agradable cuando me preguntó por los golpes.
Pero no es para tanto, ¿O si?
-De acuerdo-acepto su ofrecimiento.
-Los dejare solos para que se puedan cambiar y acomolar-dice y sale de la habitación
dejando la puerta entre abierta.
-Muy bien muchachote, a la ducha-digo con las manos en la cadera y Zack asiente,
tan obediente como siempre.
Entramos al baño entre risas y al ver el interior mi boca se abre por tal belleza, un
ventanal enorme que da a la ciudad, desde aquí se aprecia el Big Ben.
Una tina circular colocada estratégicamente para no perderte la vista y una regadera
tipo lluvia justo arriba.
-Woooow-susurra Zack ganándome las palabras.
-No toques nada-lss palabras salen rápidamente de mi boca porque parece que todo a
la vista puede romperse.
(...)
Zack ya está listo con unos shorts y una blusa que le quedan casi perfectos a ese
niño, todo prestado por el señor de la casa
-Ela-me llama Zack mientras yo seco mi cabello con la toalla.
Me veo en el espejo del cuarto que está enfrente de la cama en la que se encuentra la
luz de mis ojos, mi mano rosa la suavidad de la bata blanca de algodón que traigo
puesta y lo saboreo.
-¿Que pasa?-preguntó sin voltearme ya que lo observo por el espejo.
-¿Papá te golpeará cuando regresemos a casa?-dice con un miedo paloable en su voz
y yo me tenso en mi lugar.
Me veo en el espejo y veo a una chica lo suficientemente maltratada, con un rostro
inflamado y algunas manchas púrpuras cubriendo algunas zonas.
Suspiro y camino hacia él para sentarme a su lado en la suave cama y luego tomarlo
y ponerlo en mi regazo.
¿Que le digo a un niño de seis años?
¿Como no asustarlo con la verdad?
-¿Por que la pregunta chiquitín?-trató de evitar la respuesta a toda costa.
-Porque hoy vi como te golpeaba en la cocina-Zsck habla con una tristeza notable en
sus ojos.
-¿Que?-intento donar lo más serena posible con lo que me ha dicho.
-Baje por un vaso con agua y vi como papá te golpeaba y luego como Brad te cargaba
subiéndote a tu habitación-dice con sus ojitos puestos en mí, me paro de la cama y
empiezo a caminar por la habitación sin saber que decir.
¿Como desmiento lo que ha visto?
¿Como le digo que mi padre nos odia por parecernos a mamá?
Tomo mi rostro entre mis manos y las bajo frotando mi cara con frustración pero me
doy cuenta que alguien está parado en la puerta de la recamara, veo a quien me ha
brindado techo por esta noche observarme con las manos hechas puños.
Y dejo de respirar.
N/A
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Eres feliz ¿no?

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Lo veo enfrente de mi con los puños cerrados y su mirada se clava en mis ojos,su
mandíbula está tensa intento respirar pero parece como si el aire se hubiera
extinguido mi corazón ya no reacciona.
¿Que hago?
¿Como intentas escudarte cuando te han descubierto?.
¿Como ocultar lo es evidente?
El maltrato en mí es evidente, no hay forma de mentir.
El se acerca y yo me alejo.
-¿Zack podrías irte a la otra habitación por favor?-pide sin dejar de verme.
-No dejare a mi hermana sola-el pequeño cruza sus brazos y pone mala cara.
-Zack-digo y sabe que tiene que irse a su habitación.
Se levanta de mala gana y se va a la habitación pisando fuerte.
Me encamino tras él pero toma mi brazo aquel hombre que al míralo veo decisión de
que, aunque yo no quiera,terminará descubriendo cosas de mi en cualquier momento.
-Iré a dormirlo y vendré a hablar con usted-afirmó sin verlo.
Él me suelta y continuo mi camino hacia Zack, quien ya está acostado en la cama
viendo cómo las gotas de lluvia se resbalan por el gran ventanal.
-Zack, él no es malo, no me hará ningun daño-digo tomando asiento a su lado.
-Todos son malos igual que papá y mamá.
El corazón se me estruja al escucharlo hablar de esa manera, porque me hace ver
qué por más niño que sea su percepción de las cosas es más avanzada de lo que yo
quisiera.
-No es así, mira, en el mundo existen personas que no son felices y quieren que los
que mantienen el alma colorida se vuelva gris, sin vida justamente como ellos, pero
el que está detrás de esa puerta-señaló la puerta sin quitar mi vista de mi pequeño
que me mira con atencion.
-Es un gran ángel que me ha ayudado a encontrare pequeñín.
Veo como ese mecanismo de defensa decae un poco y le da paso a una pequeña
sonrisa.
-¿Como sabré qué personas tienen color y quienes no?-pregunta ladrando su cabeza
sin dejar de verme con una esencia de inocencia dulce y bellamente tranquilizante.
-Por el brillo de sus ojos-susurró, como si fuera mi más preciado secreto.

-Pero tú no tienes es brillo y eres feliz ¿no?


Su pregunta me agarra desprevenida, como dije, es un niño muy inteligente para la
edad que posee.
-Porque tú eres mi brillo Zack-susurro.
Esas palabras salen con honestidad de mis labios y veo como en su mirada aparece
un brillo intenso como nunca antes.
-Asi que mantén siempre ese brillo sabiendo que yo lo necesito.
Lo arropo y beso su frente con todo el amor que me es posible, engordando mi
corazón.
-¿Me contarás un cuento para poder dormir?-comenta con un bostezo además de
tallarse los ojos con cansancio.
-Claro.
Pienso en cual podría contarle ya que no tengo ningun libro de cuentos aquí, entonces
a mi memoria llega el cuánto que mi madre me contaba todas las noches y un nudo
se forma en mi garganta.
-Había una vez,un castillo...-empiezo a narrarlo con las gotas de lluvia golpeando
contra el ventanal y el sonido fuerte del aire haciéndose presente.

En un rato tengo a mi bello príncipe en el país de los sueños, con su


respiración lenta y una tranquilidad plasmada en su rostro que me hace sonreír.

Le levanto con mucho cuidado y lo arropo aún más, beso su mejilla y apagó la luz de
la mesita de noche y entro en mi habitación.

Suspiro y recargo mi espalda en la puerta y cierro los ojos.

Eres feliz, ¿no?

Esa pregunta se reproduce en mi mente como un tornado, arrasando con todo a su


paso, sin compasión.

-¿Por que no contestaste a la pregunta que te hizo?-esa voz me saca de mi tornado


personal, asustámdome en el proceso.

-No tenía relevancia alguna-contesto cansada.

-¿No tenía importancia?

Se levanta de la orilla de la cama en la que estaba sentado con aire de confusión y


una lentitud agonizante.

-Exactamente-pongo mis manos en jarras de manera defrndiva y lo veo fijamente.

-Te golpean en tu casa y dices que no tiene importancia, no eres feliz y ¿¡No tiene
importancia!?
La vena de su cuello parece que estuviera a nada de explotar y su pecho sube y baja
con frenesí, se toma el pelo notablemente frustrado.

-Señor Mamdi, no es de su incumbencia lo que pase o no en mi vida, sobre todo


agradezco su atención y su gran ayuda pero eso, que le quede claro, no le da derecho
a nada-sentencio con la voz lo las tranquila posible pero firme, algo irritada por su
ansia de querer saberlo todo.

-Tienes usted toda la razón pero si no es feliz y sobre todo si sufre maltrato, no logro
comprender como no ja salido de esa casa-su voz suena más tranquila pero todavía
conserva una fina capa de curiosidad.

Lo observo más detenidamente y me doy cuenta de sus fibrosos brazos con una
tonalidad tostada bella y si sigo con su pecho y abdomen y no dudo que se te corte la
respiracion y absolutamente no dudo que debajo haya una bella tabla de chocolate y
de pronto lo tengo tan cerca de mi que hasta al aire le cuesta pasar entre nosotros.

Levanto la mirada y le encuentro con un color verde esmeralda apabullante.

-Por que no tonos nacimos en cunas de oro señor Mandi, porque no puedo pedir la
custodia de mi hermano para sacarlo de ahí, ¡Porque no tengo dinero para pelear y
mucho menos me animo a pensar en que no me deje verlo mi padre!
Así que si, prefiero vivir mil años en tormento que uno solo sin él a mi lado-lo suelto
todo sin pararme a pensar.

Él pone sus manos a cada lado de mi cabeza acorralándome entre él y la puerta, sin
salida alguna.

No sé inmuta por las palabras que he dicho, nada, solo una expresión decidida por
algo que no sé si quisiera conocer.

-¿Harías todo por ese niño?-inquiete viéndome a los ojos con su cabello húmedo
delatando una dicha reciente, está un poco revuelto dándole un aire peligroso.

Su pregunta, por alguna extraña razón, no le sorprende.

-Hasta morir si es necesario-susurró nerviosa por su cercanía, nerviosa por todo lo


que él representa.

Él sonríe de lado como si supiera lo que está provocando.


-Pero eso a usted no le incumbe en absoluto, no confunda las cosas, agradesco lo que
ha hecho por mi y mi hermano pero no por eso le contaré todo acerca de mi vida, no
espere eso de mí, no me conoce y no quiero que lo haga.

Lo reto con mi mirada y él me mira con la misma intensidad que lo hago yo, los
nervios han quedado fuera de esta situación.

-En efecto, no la conozco pero usted tampoco me conoce a mi señorita, cuando algo
me párese fascinantemente extraordinario intento entenderlo a como de lugar-dice
con arrogancia.

Su aliento fresco se mescla con el mío mientras pronuncia esas palabras, su colonia
varonil me embriaga.

-Y ¿Por...por que un hombre como usted estaría dispuesto a entender a alguien como
yo?

Me odie por ese tartamudeo del inicio pero en segundos recompuse mi postura segura
y desafiante, no iba a permitir que se saliera con lo que sea que quisiese salir.

-Porque de una cosa estoy seguro, no es usted en la que estoy interesado, estoy
interesado en conocer lo que conforma su ser-dice.

Sus palabras se graban a fuego en mi mente, lo dice con tanta fuerza, con una
seguridad que te hace temblar.

Se aleja de mi tal y como apareció, su caminar seguro y dominante como el de un


felino, atrae tentadoramente como un hipnotismo.

-Pues yo no estoy interesada en déjalo conocerme y sí así fuera, conocerme implica


conocerlo y digamos que no es una propuesta llamativa señir-replico sincera y con
mis pulmones cargados de aire.

El detiene su andar y se voltea completamente cruzando sus brazos.

-Lo hará.

Asiente como si confirmara lo que ha dicho y se voltea para salir por la puerta como
si esta conversación hubiera terminado.

-Lo dudo-digo entre dientes.


-Acepto el reto-dice y sale por la puerta dejándome sola en la habitación.

N/A
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Mañana sera un dia frio

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Mi mente da vueltas en lo que acabo de vivir.
Uff, intenso.
No se quien esta durmiendo en la misma casa que yo, pero al parecer, he vivido
muchos años con peores personas, él es un ángel en comparación, con todo y su cara
sería y esos ojos que te miran como si incordiaras su paz, pero es un ángel.
No lo conozco y me provoca una tranquilidad inquietante, lo sé, contradictorio pero no
hay mejores palabras para describirlo.
Solo conozco su nombre y eso por lo que ha salido en las noticias, revistas, en todos
lados se habla de él.
«El empresario que ha cambiado la manera de hacer negocios»
«El hombre que ha crecido más que cualquier otro empresario a su corta edad»
¡Wade Mandi!
Eso es lo único que sé y que quiero saber, no estoy interesada en conocerlo para
nada, no tendría por qué estarlo.
Veo por el enorme ventanal que está de mi lado derecho y me acuesto de lado para
admirar la luna que se ve borrosa entre la terrible tormenta.
Mañana será un día frío.
Observo como las gotas resbalan con suavidad para desaparecer después dejando un
rastro húmedo, mi cuerpo se siente caliente bajo las mantas y por primera vez desde
hace mucho tiempo, no tengo frío y es tan malditamente delicioso y triste.
Suspiro y apagó la luz de la mesita de noche dejándome llevar por el placer de
sentirme caliente y en una cama lo suficientemente grande para dormir sin tener que
encajarme la madera.
(...)
-Ela-anuncian mi nombre.
Alguien me sacude y yo abro los ojos con pesadez y los tallo para enfocar bien mi
vista en un cuerpecito que está encima de mí.
Unos ojos azules me reciben junto con una sonrisa enorme.
-Buenos días a ti también.
Lo agarro rápidamente y le doy besos por toda la cara y él me intenta quitar con sus
manos.
-Ela, Ela-dice con desespero, escurriéndose entre mis brazos y toma mi cara con sus
manitas para que le preste atención.
-¿Que pasa?-me pongo en alerta para cualquier situación.
-El señor Wade me ha pedido que te despierte y que bajemos a desayunar.
Se baja de la cama y noto que trae su ropita ya seca puesta para que en segundos
desaparezca de mi vista.
-¡Zack!-le gritó para que regrese pero no lo hace.
-¡Zack!
Vuelvo a intentarlo y me paro rápidamente de la cama, tomo mi ropa que está
doblada en una silla y me visto como un rayo para salir tras esa bala.
Mientras me dirijo a las escaleras me hago una coleta alta y cuando estoy delante de
ellas me acomodo uno de mis tenis que estaba mal puesto.
-Zack-susurró buscándolo con la mirada y moviendo la cabeza de un lado a otro.
-¿A quien buscas?-Me susurran al oído provocando que salte por el imprevisto y
pierda el equilibrio pero sobretodo hace que casi caiga por las escaleras.
Casi porque este hombre tiene la manía de tomarme por la cintura.
¿No nos podemos encontrar de una manera diferente?

Siento si pecho pegado al mío y mis manos están puestas en sus hombros.
-¿Estas loco?-le golpeó el pecho sin fuerza provocando que él ría.
-Ya nos tuteamos, es un avance-sonríe mostrándome su perfecta e impoluta
dentadura y yo ruedo los ojos.
Mi acción le causa gracia, le estoy divirtiendo como si yo fuera un bendito bufón,
golpeó sus manos intentando que me suelte, lo cual hace enseguida.
-Busco a mi hermano para irnos.
Respondo a su pregunta y retomo mi camino, dejándolo atrás pero supuse que era
muy facil, y claro, supuse mal.
Me toma del brazo y me gira para volver a estar frente a frente.

-Como que ya se te hizo costumbre, ¿No?-le riño y me zafo enojada.


El señor Mamdi me observa por un tiempo y yo alzó la ceja cuestionando el porque
me giro.
Cosa que capta pero no contesta.
-Debe estar en la cocina, vamos-pasa por mi lado y desaparece por un pasillo,
dejándome ahi, sin entender que demonios acababa de pasar.
-Pero si será..
Murmuró y bajo las escaleras adentrándome en el camino que había visto que tomo y
el olor a café invade mis fosas nasales provocando que mi estómago ruja por tanto
tiempo que lleva sin alimento.
-Mira Ela, la señora Tomasa me hizo un hot cake en forma de carro-levanta el pan
con mucho entusiasmo mostrándomelo pero lo único que aprecio es lo que veo en
sus ojos, lo ven con adoración y una sonrisa que derrite el corazón de cualquiera.
-También me dijo que podía comer los que yo quisiera y tú también, puede que hoy el
monstruo de las tripas no te visite.
Continuó sin mirsrme para luego darle un buen mordisco al pan.
Mi corazón se aceleró con vergüenza por lo que ha dicho sin querer mi pequeño
hermano, tragó saliva sin saber que decir, algo es mejor que quedarme callada.
-Esta muy lindo-asiento y le sonrió evitando la mirada de los demás.
-Ven, siéntate cariño-dice la mujer que por lo que dijo Zack se llama Tomasa y abre
una silla para que me siente.
-Gracias-asiento y me siento sin quitar mi vista de Zack quien come con tranquilidad
y gozo.
Ojalá y algún día, uno pronto, pueda volver a verlo asi.
Giro mi cabeza y veo al afamado hombre con una taza de café en su mano derecha
mientras la otra sostiene el periódico del día, el cual me impide verle el rostro, un
saco negro se desliza a la perfección por su musculoso cuerpo que derrocha a simple
vista que ha sido conseguido por arduos ejercicios y entrenamiento, justo a la talla y
debajo una camisa blanca con una corbata negra acentuando el color de la camisa.
Este hombre está dedicado para matar.
-Señorita-me llaman sacándome de mis pensamientos.
-¿Si?-digo levantando la vista hacia la mujer.
-¿Que desea para desayunar?
Me ofrece con una sonrisa cálida y dulce, me recuerda tanto al señor Len.
-Nada, no tengo hambre pero gracias-le doy mi mas sincera sonrisa.
-Prepárale algo por favor Nana-pide el señor de la casa sin siquiera levantar la mirada
del periódico.
-He dicho que no tengo hambre, gracias-digo con fuerza y seguridad dejando claro
que no me puede ordenar nada.
Cruzo mis brazos sobre mi pecho como protección y veo a Zack metido en su mundo
imaginario mientras juega con su hot cake.

Siento una mirada y giro.mi cabeza para ver a Wade mirarme con
intensidad la cual con gusto enfrentó.

-¿Que?-inquieto molesta.

-Desayunarás algo si quieres salir de esta casa-advierte con una mirada que me dice
que no está jugando y que en este momento es él quien da las órdenes.

Maldita manía de empresarios y su jodida necesidad del control.

-No me puedes retener, ni mucho menos obligarme.

Le lanzó una mirada de odio y aprieto tanto los dientes que siento que se pueden
romper.

-¿Quieres apostar?
Me sonríe con prepotencia y se reclina en su asiento con pose de acatas o acatas, tú
decides.

-Pero si serás..-susurro sin dejar de verlo.

-¿Disculpa?-dice sin dejar su cara sería de lado pero si se inclina hacia mi.

-Un hot cake estaría bien-digo viendo a Tomasa mientras muerdo mi mejilla para no
desparramar lo que mi mente me ruega que le grite.

-¿Y de tomar?-pregunta el bendito señor de los infiernos.

Le doy una mirada furiosa y veo como inútilmente intenta contener su sonrisa y me
hace un gesto con la mano de que diga que quiero.

-Un café-murmuro y cierro los ojos con fuerza.

Neandertal.

Tomasa pone el café humeante enfrente de mí y lo tomo con delicadeza, es un


privilegio poder tomarlo, tomo un sorbo mirando al mister mandón y al despegar la
taza de mis labios le sonrió falsamente acto que él regresa alzando su taza.

Con la lengua disfruto del sabor que quedó en mi boca.

(...)

-Listo, ahora nos vamos-digo y me levanto con mis trastes sucios en mano para
lavarlos pero rápidamente Tomasa se interpone en mi camino.

-Yo los limpio señorita-habla tranquilamente con intención de quitármelos pero niego
con la cabeza.

-Es mi trabajo, por favor, a menos que quiera quitármelo, claro-dice y yo alarmada
abro los ojos y niego entregándole de mala gana los platos sucios.

-Gracias-sonrió y ella hace un ademan con la mano restándole importancia.

Tomo la mano de Zack y nos encaminamos a a salida de la cocina.

-¡Espera!
Escucho una voz masculina a mi espalda y freno girándome hacia él con confusión.

-Yo los llevo-dice caminando a la salida y en el camino lo veo tomar sus llaves y otras
pertenencias.

-Señor, de verdad estoy profundamente agradecida por todo lo que hizo por nosotros
pero ya ha sido suficiente-digo y paso por su lado aprovechando que freno para
verme.

Decidida salgo del lugar y empiezo a caminar con Zack aferrado a mi mano, escucho
el desbloqueo de un auto pero aun así no me giro para verlo.

-Solo sube quieres-en sus palabras hay un tono de exasperación y frustración


impresionantes.

-Ya le dije que no.

Este hombre es más terco que yo y eso es decir mucho.

-Bien, tú lo quisiste así-su profunda voz invade mis oídos y yo giro para mirarlo
confundida.

Él camina hacia mi seguro y con sus manos acomodando su saco, el frena únicamente
cuando está a un centímetro de mi rostro y veo como aquellos orbes verdes me miran
con profundidad y ¿Diversión?, no entiendo nada.

De la nada siento como la manita de Zack se suelta de mi agarre y veo hacia él y no


lo encuentro, levanto la vista y lo veo en los brazos de señor Mandi.

¿Qué demonios?

-Pero..¿¡Qué le pasa!?-grito y corro hacia el con sumo enfado.

Jamás, una persona había provocado que me enfadara tantas veces en dos días.

El pon a Zack en asiento trasero de un BMW y cierra la puerta para luego


enfrentarme.

-Entra-sntencia y camina al lado del conductor.

-Ojala y ya no tenga que verte de nuevo.


Refunfuño mientras camino al coche y me subo en el lado del copiloto.

Del celo caían pequeñas gotas de agua como si fueran las ultimas en querer caer
después de la tormenta, las nubes predominan en el cielo y gracias a la calefacción
del coche, no sentimos aquel frio.

Me atrevo a dibujar en el vidrio del coche distrayendo mi mente de lo que


probablemente nos recibirá en casa.

Suspiro con pesar, no puedo hacer más que sacar un poco de aquel miedo en esa
simple y egoísta acción.

-Llegamos-dice el hombre a mi lado en un susurro, como si supiera también lo que


gobierna mis pensamientos.

Veo la fachada de mi casa y un nudo se forma en mi garganta.

Solo de pensar en mi padre gritándome a diestra y siniestra hace que la piel se me


ponga de gallina y que me encoja en mi asiento y lo peor de todo es que el señor
Mandi lo nota.

-Sí quieres vamos a dar una vuelta...-empieza pero yo niego con mi cabeza sin
despegar mi mirada de la puerta negra.

-No, es mejor ahora que al rato-digo mientras desabrocho mi cinturón para voltear y
ver a Zack.

-Vamos-señalo con la cabeza la casa y el asiente lentamente no muy convencido.

Me reincorporo en mi asiento y lo veo.

-De verdad no tengo palabras para decirle que le estaré agradecida de por vida-le
sonrió y bajo del coche.

Abro la puerta de atrás y saco a Zack y cierro, doy unos pasos y me giro para
despedirme con la mano y él hace lo mismo.

Entramos a la casa y mi corazón se paraliza al ver todo en la casa roto.

-¿Dónde estabas?-me dice mi padre parado frente a mí con los brazos cruzados.
-Brad-iba a empezar pero me interrumpe.

-Brad ya me conto.

Yo levanto una ceja en dirección a mi hermano que nos observa desde el sofá pero
cuando se cruza con mi mirada inmediatamente agacha la cabeza.

-Tú-señala con su índice a Zack que está escondido tras de mi-.Tendrás una lección
por no obedecer a tu hermano mayor-se acerca amenazante y yo no me quito de su
camino.

-¡No!-grito con todas mis fuerzas y el golpe llega a mí, otro más y otro.

Prefiero ser yo, mil veces yo antes que él.

N/A
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Peticiones y angustias

Primeros 2 comentarios y les dedicó el cap


En las tinieblas, en aquella soledad además de un dolor agobiante, el sonido de algo
azotarse llega a mí.
Mis ojos pesan demasiado y no me atrevo ni a parpadear, bueno, creo que no lo
hago, por los fuertes gritos de Zack y su llanto.
Él es el que me hace soportarlo todo pero lamentablemente mi cuerpo esta vez me
pedía que me quedara en el suelo sucio y con pedazos de cosas rotas.
Esto nos define, lo roto.
Porque hace años que esta familia está rota y no se cansaron de demostrármelo, de
enseñarme que es estar roto.
En mi lucha veo a gente desconocida entrar en mi casa y separar a mi padre de mí y
luego percibo un roce en mi piel, uno ligero y suave.
Veo en esa dirección y mi corazón late aún más rápido al encontrar unos ojos verdes
que me miran con profunda preocupación.
Wade
¿Qué haces aquí?
Quiero preguntar pero mi voz no sale, paso saliva y esa simple acción me desata un
infierno en mi interior.
-No te duermas, Ela, la ambulancia ya viene en camino-susurra en un tono tranquilo
mientras acaricia mi pelo.
-Ten..tengo sueño-musito en voz extremadamente baja.
Observo a mí alrededor y veo a mi padre forcejear con unas personas que lo retienen
mientras lo esposan, luego veo a Zack en brazos de una señora y él grita y llora
desconsoladamente.
-Zack-pronuncio sin fuerza intentando levantarme para ir con él.
-No te muevas, él está bien quien lo carga es una policía al igual que los demás,
tranquila-me informa pero veo alerta en sus ojos, algo no está bien.
Mi padre grita como loco y Adam junto a Brad inmediatamente se estremecen con
miedo pero no hacen nada.
Están estáticos en su lugar siendo solo observadores, lo que siempre han sido.
Una cabecita se interpone en mí campo de visión y cuando mis ojos se focalizan en él,
una sonrisa aparece en mi rostro.
-Ela, por favor, tú no me dejes, tu no-dice mientras besa toda mi cara, me suplica
con lágrimas corriendo por su rostro.
-Hey, tranquilo, esta no es la primera vez que pasa y aún sigo aquí, te cuento un
secreto-le sonrió y el asiente ya más tranquilo, le acaricio la cabeza aunque eso me
provoque un dolor infernal que no demuestro.
-No me duele-le susurro y él sonríe
Sabiendo que las palabras que le dije, no es la primera vez que las escucha.
Respiro intentando llenar mis pulmones de aire y veo a Wade observarme con sus
ojos verdes tan intensamente que me provoca algo, no se que, pero es agradable y
me aterra.
Escucho la ambulancia y me altero de solo pensar que dejare a Zack solo por un
momento.
-Wade-lo llamo desesperada, es la primera vez que lo llamo por su nombre de pila en
voz alta.
-¿Qué pasa?-me pregunta tan rápido como se acerca.
-Quédate con mi hermano, no te separes de él ni un segundo, te lo suplico, por favor-
digo tomando con dificultad su mano y apretándola con toda la fuerza que me queda.
-No lo dudes-respondió sin pararse a pensarlo un poco.
-Gracias-le susurro y le doy un intento de sonrisa.
-Zack, hazle caso en todo lo que te diga, por favor, hazlo por mí-cuando termino de
hablar mi pequeño asiente.
Mis ojos se empiezan a cerrar, es inevitable.
-No, no cierres lo ojos.
Me exige Wade pero lamentablemente mi cuerpo ya no acata órdenes y hace lo que
crees es mejor, cerrar los ojos.
N/A
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Conflicto.

Narra Wade.

No entiendo que es lo que me está pasando.

Yo no soy así

¡Por Dios! SOY UN MANDI

Los sentimientos no van conmigo y hacer este tipo de cosas mucho menos, claro si no
hay un beneficio de por medio.

Pero mírenme, aquí estoy, sentado en mi auto sin despegar mi vista de la casa de
una chica que no conozco y causa mucha intriga en mi ser.

De la chica empapada que choco conmigo la noche anterior en plena tormenta con
una mirada desesperada y angustiada por la búsqueda de un pequeño, un pequeño
que la hace perderse como nunca he visto a alguien hacerlo.

Veo como toma la mano de su hermano con fuerza aferrándose a él, quien camina a
paso lento y con miedo.

¡Maldito el que toque un solo pelo de esa chica!

La observo entrar con cautela y luego solo una puerta es lo que queda.

Esa chica tiene algo, ese algo que llama la atención de los hombres que no somos
tontos y la dejamos pasar así como así.

Me gusta tener todo bajo mi control.

Pero esa chica es tan..tan ella, una persona que no puede estar controlada de la cual
no sabes que esperar y eso que solo llevo menos de dos días conviviendo con ella.

-¡No!

Escucho un grito desgarrador y observo por todos lados de la calle pero no hay nadie
y luego un llanto, el llanto de un pequeño, todas mis alertas se activan y no puedo
evitar ver la casa, de ahí proviene.
Tomo mi teléfono torpemente y marco el número de mi jefe de seguridad.

-Vamos a entrar a la casa-informo sabiendo que él no está lejos de mi coche, nunca


estoy solo.

No espero respuesta y bajo rápidamente del coche y entramos a la casa derrumbando


la puerta.

Lo que veo hace que en mi sangre corra pura furia e instintivamente aprieto mis
puños.

Una mujer de pelo negro tirada en el suelo y un señor parado enfrente de ella
golpeándola sin remordimientos dirigiéndole miradas de odio.

Mi equipo se mueve raídamente y los separa, Joel, uno de mi equipo de seguridad


habla por teléfono mientras me observa y asiente con la cabeza.

Camino hacia Ela y la rodeo para poder ver su rostro ya que solo veía su espalda y lo
que veo me hace querer matarlo con mis propias manos, hacerle pasar el peor
infierno, uno inimaginable.

Tomo su rostro entre mis manos cuando estoy inclinado junto a ella he intento limpiar
con un trapo la sangre que sale de su nariz pero solo me observa, como si no
estuviera del todo consiente.

-No te duermas Ela, la ambulancia ya viene en camino-susurro con tranquilidad


mientras acaricio su cabello.

Sus ojos se cierran y abren con mucha dificultad, eso me asusta, no está bien.

¡Maldición!

-Tentengo sueño-si no estuviera tan centrado en ella, no hubiera podido escucharla.

Juro que matare a ese bastardo y a sus dos hermanos.

¿Cómo es que lo permitieron?

¿Cómo no la defendieron?

¡Es su hermana! ¡Es familia!


Ella es una mujer que no merece ser maltratada en ningún sentido, nadie merece ser
maltratado de esta forma tanbrutal.

En estos momentos se ve tan indefensa tanto o más que ayer que me es difícil
reconocerla con la que me enfrento ayer en la noche, ¡Con la de hoy en la mañana!

-Zack-dice cuando su vista se enfoca en el e intenta levantarse para ir con su niño,


como aun así de adolorida quiere ir con ese niño, es impresionante el amor que le
tiene.

-Tranquila, no te muevas, Zack está bien, quien lo carga en este momento es una
policía, igual que todos los demás.

Tomo sus hombros intentando que no se mueva y se quede quieta, no sabemos la


gravedad de sus lesiones, veo como sus ojos me miran y puedo ver en lo profundo de
aquel color su dolor, su angustia y es desesperante no saber qué hacer.

Sus ojos observan la habitación con detenimiento y mis ojos van hacia el lugar,
estando alerta.

Un movimiento a mi izquierda hace que volte y vea a un niño de no más seis años
arrodillado con los ojos llenos de agua y la cara mojada junto al cuerpo de quien ha
dado todo por él, que sigue dándole sonrisas a pesar de todo.

-Ela, por favor, tú no me dejes, tú no-susurra entre sollozos y luego besa toda la cara
de la chica, con suplica, con mucho anhelo.

Mi ceño se frunce en extrema confusión ante su confesión.

¿Quién los dejo?

¡Odio no entender nada!

-Hey, tranquilo, esta no es la primera vez que pasa y aún sigo aquí, ¿Te cuento un
secreto?-le sonríe con tranquilidad, como si nada estuviera mal, solo ellos y su
burbuja de felicidad, una que explota para mí cuando ella toca la cabeza del niño
aguantando el dolor, intentando no demostrárselo.

Mis ojos se abren como platos y volteo a ver al padre de esta chica y me quiero parar
solo para darle su merecido pero mi cuerpo me pide que no la deje sola ni un
segundo más, no otra vez, decido seguir observando la escena que se representa con
conmoción.
¿Cómo puede seguir siendo fuerte por él, por ese niño en un momento como este?

¿Quién es ella?

-No me duele-le susurra y él sonríe.

Sí estaba impresionado, estoy simplemente sin palabras, me hizo observarla, me hizo


querer saber cómo lo logra.

¿De qué está hecha?

¡Tengo envidia! Mucha envidia que jamás había sentido, envidia por la capacidad que
tiene de amar y ser fuerte al mismo tiempo, por aquella tranquilidad que transmite en
momentos catastróficos, por como lo mira y su vida da un giro de ciento ochenta
grados.

Ella voltea y me atrapa observándola, no quita su mirada haciendo que yo no quite la


mía, intentando que por esa simple conexión, logre conocer un poco más de ella.

Que esos ojos me quiten todas mis dudas y todo lo que quiero, no, que necesito
saber.

-Wade-me llama inquieta además de que su tono delata mucha desesperación.

-¿Qué pasa?

Me acerco rápidamente a ella inspeccionando su cuerpo en busca de algo que valla


mal, anqué lo único que pueda ver es su rostro, solo ese daño ya que su ropa cubre
todo lo demás.

-Quédate con mi hermano, no te separes de él ni un segundo, te lo suplico, por favor-


susurra.

Toma mi mano con dificultad y la aprieta pero es un simple roce, observo su delicada
mano que está congelada en comparación con la mía pareciera que hierve.

-No lo dudes-digo tan rápidamente que en mi cerebro tengo que recordar que fue lo
que dije.

-Gracias-me susurra y hace una mueca como si me quisiera decir a mí también que
todo va bien.
-Zack, hazle caso en todo lo que te diga, por favor, hazlo por mí.

Veo como su respiración es lenta y a simple vista dolorosa, sus ojos se empiezan a
cerrar.

-No, no cierres los ojos-le exijo pero su cuerpo me demuestra que no tengo ni una
sola pizca de poder sobre él.

S/A

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No me mires así

Primeros 2 comentarios y les dedicó el cap


Narra Wade:
Cuando llega ese momento en el que sabes que pudiste haber hecho más y te
reprimes, te juzgas porque sí tu hubieras actuado ya sea o más rápido o haber
llegado un segundo antes o dos, en este momento, tal vez, Zack no estaría llorando y
gritando en mis brazos, Ela estaría sin un solo rasguño y yo estaría trabajando.
-¡Ela reacciona!
Es lo único que se escucha en la habitación, el grito desgarrador del niño que
sostengo con fuerza.
Las personas de la habitación están congeladas ante la reacción de Zack y sus
hermanos mayores se intentan acercar a ella mientras los paramédicos entran a
hacer su trabajo.
-No se le acerquen-me interpongo en su camino y les demuestro mi peor faceta, mi
carácter infernal.
-Tú no eres quien para impedir que veamos a nuestra hermana-me reta él, se cree
muy maduro sacando el pecho peto ese título le queda muy, pero muy grande.
Me rio sin una pisca de gracia haciendo que su rostro se contraiga en confusión.
-¿Ahora si le dices hermana?, ¿En este preciso momento decides preocuparte por ella
cuando nuca lo has hecho?-digo furioso.
En su rostro veo ira, una ira que no es capaz de soltar por tanto federal en su casa.
-Lo haces justo cuando la vez debatirse entre la vida y la muerte, cuando tu no hiciste
nada por ayudarla, por defenderla como un hombre-doy un paso hacia adelante,
amenazándolo, vamos, dame una maldita razón para golpearte.
Este gilipollas se merece una lección y lamentablemente no seré yo quien se la dé.
-Tú no sabes nada, no te metas en mi camino, puedes terminar igual que mi tonta
hermana-habla sin pensar mostrándome sus amarillentos dientes.
Mi sangre hierve al escucharlo hablar así de ella, como si para él siempre fue y es
alguien que solo sirve para ser el receptor de sus golpes.
-Se nota que lo tuyo es ser un bocazas, no has oído hablar de mí, ni siquiera por tu
cerebro intoxicado pasa el nombre de con quien estás hablando-sonrió con malicia al
verlo dudar, al ver que él no es el depredador, que es quien se está metiendo con el
maldito tiburón.
-¿y?-suelta altanero pero con mucha menos seguridad en sí mismo.
¿De verdad niño?
-Soy Wade Mandi, uno de los mejores empresarios a nivel internacional con
conexiones por todo el mundo, tengo el poder suficiente para destruirte, puedo
meterte a la cárcel con cargos por solo estar parado frente a mí, no persigas algo que
no puedes alcanzar porque puede salir mal, muy mal-digo sin ni un solo cambio en mi
tono de voz, con mi facción seria que he perfeccionado con paciencia a la hora de
hacer negocios.
-¿Creías que no sé nada de ti o de ti?-paso mi vista de una a otro y disfruto el ver
como sus rostros empiezan a perder color.
-Eso creí-asiento hacia ellos y me doy la vuelt con Zack aun en mis brazos
mirándome extraño, como si me admirara.
-Se lo merecían-le regalo una sonrisa y el solo asiente.
Al salir el frio clima nos recibe y algunas gotitas se estrellan en mi rostro y ropa, doy
pasos largos a mi coche y lo abro para subir raidamente a Zack en el asiento trasero
y colocar su cinturón con habilidad.
Me subo enfrente del volante y arranco escuchando el rugir del potente motor, busco
en la pantalla del coche el único contacto que se me podrá ayudar.

-¿Bee?-pregunto justo cuando contesta y escucha su suave risa.


-Hermano, milagro que te acuerdes de tu bella y fabulosa hermana-su voz es
tranquila, con esa pisca de diversión que siempre ha estado, y que sobretodo, la
caracteriza.
-En otro momento los juegos Bee, necesito tu ayuda-menciono sin quitar mi vista del
frente, sin perder ni un segundo la ambulancia.
Un absoluto silencio se crea al otro lado de la línea y suspiro al saber lo que se viene.
-La última vez que me dijiste eso fue...
-Calla, calla mujer-la interrumpo antes de que empiece a recordarme cosas de las que
me avergüenzo-. ¿Me ayudaras?
Ella suspira exageradamente con toda la intención de que la escuche y juro que está
poniendo sus ojos verdes en blanco, provocando que sonría.
-¿Dónde nos vemos?
-En el hospital Fragu.
-Pero, ¿!Qué demonios hiciste Wade Mandi!?
Oh, oh.
Uso mi nombre completo, solo lo hace cuando se enfurece o cuando peleamos.
-Solo ven, ¿si? Te explico cuando pueda, no es nada grave-dije y colgué
inmediatamente.
Tenía suficientes preocupaciones encima como para aventarme la historia con mi
hermana y escuchar sus argumentos del porque no estaría de acuerdo o en efecto un
gran sermón como el que me daría mamá.
-Hermanos-bufo y escucho un sonido parecido proveniente de la parte de atrás,
provocando que vea por el espejo retrovisor a Zack.
Tiene los brazos cruzados y el ceño fruncido con sus ojos neutros, ni una sola lagrima
escurre por ellos, hay más furia en ellos que otra cosa.
-Hey-lo llamo y sus ojos se encuentran con los míos.
-Mmm-me contesta con desinterés.
-Tu hermana necesita ese brillo, ¿recuerdas?
Veo al frente un momento y luego otra vez por el espejo encontrándomelo con la
espalda recta y con sus ojos brillantes.
-Cierto-dijo él con su mejor intento de sonrisa.
Ella es buena.
Sabe cómo hacer que este niño sea bueno y feliz, a pesar de todo, por más golpea su
única razón está sentado atrás con un suéter limpio y sin ningún rasguño.
Ese amor, esa lealtad a sus convicciones, esa fortaleza de soportarlo todo. Sacar lo
más puro y bueno de las personas parece su súper poder y a la vez, la manera en la
que ha sobrevivido tanto tiempo.
Al llegar al hospital acelero un poco más con ansias de verla y saber que todo está
bien.
Tomo el ticket del estacionamiento y en el primer lugar que veo vacío estaciono mi
auto, bajo con prisa y ayudo a Zack a bajar y lo cargo para avanzar a pasos largos y
firmes a la entrada de él hospital mejor capacitado de todo Londres.
Las puertas de vidrio se abren dándonos la bienvenida al lugar más blanco del
planeta, con ese característico olor a desinfectante y material quirúrgico
Mis pasos suenan sobre el piso de baldosas y me dirijo a la recepción que está a mi
derecha y me encuentro con una chica de cabello rubio parada hablando con otra
chica con el cabello recogido en un moño y un gafete en su blusa.
La Chica rubia voltea al escuchar pasos acercarse y veo esos ojos verdes iguales a los
míos bajo unas pobladas pestañas negras.
Se acerca rápidamente a mi haciendo sonar sus tacones, cuando está lo
suficientemente cerca un olor a vainilla invade mis fosas nasales.

-No me digas que...-dijo ella, mientras señala al niño con un dedo y me


mira esperando una explicación.

-No es lo que está pensando tu retorcida mente Bee, es el hermano de una...-me


callo al no saber cómo llamarla.

¿Conocida?

¿Chica?, buag, muy borde

-Amiga-digo seguro y ella alza una ceja, al saber que yo no trato así a mis amigas y
mucho menos estaría con un crio en mis brazos.

La miro esperando que suelte, lo que sea que su mene esté pensando, que de seguro
no será nada bueno por esa sonrisita en su rostro.
-Bueno, y esa amiga tuya, ¿Dónde está?-pregunta con esa sonrisa de "No me haces
tonta, dime la verdad"

Veo a Zack que hace un puchero mientras la ve y ella al notarlo, se da cuenta que
está vez sus instintos y suposiciones han fallado.

Bee extiende sus brazos hacia Zack para cargarlo y él se inclina hacia ella
permitiéndole consolarlo.

-Cuídalo como a tu vida, luego te cuento-dije, y camine hacia la recepción-. Necesito


saber de ella.

Me acerco a la señorita con el gafete que esta concentrada en su computadora y al


percatarse de mi presencia, me sonríe.

-¿En qué puedo ayudarlo?-dijo ella, con un tono que dudo mucho se para algo
laboral.

-Me podría decir cómo se encuentra la señorita Elaine Vran, fue ingresada hace unos
minutos-le doy mi mejor sonrisa y ella asiente nerviosa buscando su nombre en la
computadora, evitando a toda costa el contacto visual.

-La paciente permanece inconsciente, le están haciendo algunas pruebas todavía y


revisando la gravedad de sus lesiones.

Levanto la mirada y yo asiento, me doy media vuelta en dirección a la sala de espera

-¡Cuando sepamos más le aviso!-grita llamando la atención de las personas.

Me giro hacia ella y le sonrió para luego retomar mi camino, tomar asiento y observo
como las manecillas del reloj avanzan poco a poco como si no tuviera ánimos de
seguir corriendo.

(..)

El tiempo no ha sido rápido desde que estoy sentado en esta silla pero parece que
todavía falta una eternidad para saber cómo se encuentra.

Tengo la cabeza escondida ente mis manos y el cabello alborotado de tantas veces
que he pasado mi mano con desesperación.
Un carraspeo me hace levantar la mirada encontrándome con la misma mujer pero
más maquillada y con una médico a su lado que me mira con sorpresa al reconocer
quien soy.

-La paciente ha despertado, tiene unos fuertes hematomas en el área del tórax junto
con una lesión no tan grave en una de sus costillas, no se perforo ningún órgano y su
brazo izquierdo presenta una torcedura por lo que se le puso un cabestrillo para que
no lo mueva pero este será retirado en unos dias-me informa la doctora con su
expediente en mano y con la otra chica a su lado, siendo una firme estatua.

-Gracias-digo por esa valiosa información y suspiro intentando tranquilizar mis


pensamientos para no salir de ahí y matarlos por provocarle tanto dolor.

¿Cómo puede ser posible que una persona dañe en tal magnitud a otra siendo
familia?

-¿Puedo pasar a verla?-pregunto con un interés muy raro en mi antes de que se dé la


vuelta para irse.

La doctora me ve dudosa, ya que claramente no soy parte de la familia de ella.

-Solo será un momento y evite que se altera, no le ayuda en nada a su recuperación,


¿entendido?-levanta una ceja con autoridad y me mira expectante a lo que yo solo
asiento-. Sígame por favor.

Se da la vuelta y empieza a caminar hacia una de las puertas donde solo pasan
médicos y algunos de ellos con familiares, caminamos por el pasillo t la luz es tan
blanca que se refleja en el suelo, el trayecto es largo hasta que se para enfrente de
una habitación y se hace a un lado para que sea yo quien entre primero.

Antes de tomar la perilla veo por un pequeño vidrio en la puerta a Ela acostada en la
cama con su cara algo hinchada y con el labio roto el cabestrillo azul pegando su
brazo a su pecho.

Tengo la mandíbula tan tensa que siento que en cualquier momento podre romperme
algún diente.

Respiro hondo y abro la puerta con parsimonia y su rostro viaja rápidamente a mí,
con esos ojos que muestran algo, algo que llego como un rayo, sin ser avisado y que
desapareció de la misma manera.

-Hola-susurro mientras me acerco a ella lentamente y veo como busca algo detrás de
mí.

-¿Dónde está Zack?-pregunta sin rodeos.

-Tranquila, está con mi hermana porque no era prudente que pasara con él hasta acá,
¿no crees? Sí de por si me fue difícil conseguir que permitieran que estuviera conmigo
en la sala de espera.

Me siento junto a ella en un espacio libre en la cama y ella se intenta mover


provocando una mueca de dolor.

-No te muevas, ni un solo esfuerzo, de verdad te lastimaron-le digo y la veo


intensamente, intentando romper su armadura ante mí.

-No me mires así-me dice poniéndose colorada e inmediatamente evitando mi mirada.

-¿Así como?-le doy mi sonrisa más arrogante cuando termino de hablar.

-Con lastima-mi sonrisa se desvanece-.No soporto que me miren así.

En su tono se encuentra el fastidio y sobretodo rencor para luego demostrarme esos


mismos sentimientos en aquellos remotos ojos azules.

-No te miro con lastima-niego con el ceño fruncido, ofendido por tal insinuación.

- ¿No?, ¿Entonces cómo?-cuestiona con una ceja alzada fulminándome con su mirada.

Y yo, por primera vez en mi vida...

No sé qué decir.

N/A
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Se que voy hacer

1er comentario y le dedicó el cap


Narra Ela:
La oscuridad, es un pozo sin fondo.
Mi corazón parece que ya no quiere continuar en ese camino de miseria, y no lo
culpo.
Un golpe es una ilusión perdida.
Una palabra y tu autoestima parece decaer tan abajo que lo creyeras imposible.
Y ni hablar del amor, algo que parece inexistente, utópico.
¿Cuándo nos volvimos seres caminantes sin corazón?
¿Cuándo la envidia y el coraje abordo nuestro pensamiento?
¿Cuándo?
Es triste, demasiado diría yo.
Mis pensamientos deprimentes solo son escuchados por mí.
¡Esto debería ser gritado a los cuatro vientos!
Se escucha un sonido y mi cabeza salta como resorte, con temor, para ver en esa
dirección.
Viendo hacia una puerta de cristal que lamentablemente se me hace conocida y no
me refiero a que he estado en este hospital porque está claro que yo no podría pagar
algo así, sino que, he estado en tantos hospitales que reconozco las similitudes que
tienen unos de otros.
-Hola-susurra aquel hombre que entro en mi vida sin permiso y, claro, sin un solo
aviso.
Lo observo, con ese caminar lento y elegante mientras se acerca a mí, con su camisa
ya no tan blanca por as pequeñas motitas rojas que resaltan en algunos lugares.
Busco detrás de él y en la puerta pero lo que busco no lo encuentro.
Mi corazón se acelera y la garganta se me seca, mis manos tiemblan pensando lo
peor.
¿Dejo a Zack con las personas que me han hecho llegar hasta aquí?
-¿Dónde está Zack?-pregunte, nerviosa tan rápido que me fue difícil detenerme, con
unas ansias que me carcomen por dentro.
-Tranquila, esta con mi hermana porque no era prudente que pasara con él hasta acá,
¿no crees? Sí de por si me fue difícil conseguir que permitieran que estuviera conmigo
en la sala de espera.
Se sienta junto a mí hundiendo el colcho y por inercia mi cuerpo se desplaza hacia él,
me muevo intentando alejarme pero unos pinchazos de dolor me hacen detenerme y
quejarme.
-No te muevas, ni un solo esfuerzo, de verdad te lastimaron.
Sus dientes están apretados al decir lo último y veo lo tenso que están sus hombros,
parece muy molesto y si ponemos es mirada verdosa, es de esas miradas que sabes
que solo te dan por pena, con lastima, de esas que te dicen que será difícil, muy difícil
que logres algo bueno en la vida.
-No me mires así-murmuro moleta y desvió mi mirada hacia la pared.
-¿Así como?-dijo él, dándome su mejor sonrisa arrogante.
-Con lastima, no soporto que me miren así-gruño indignada.
Veo como su sonrisa desaparece en el segundo que esas palabras dejan mi boca y
aparece su ceño fruncido.
-No te miro con lastima-niega con la cabeza.
¡Ay, por favor!
Estoy herida mas no ciega.
-¿No?, ¿Entonces cómo?
Levanto una ceja desafiándolo a que me diga otra cosa.
Él se me queda mirando sin decir ni una palabra y cuando veo como poco a poco abre
la boca para decir algo la puerta se abre de nuevo.

Una mujer de pelo castaño recogido en una coleta, delgada y veo algo que
brilla en el lado derecho de su pecho y veo que es una placa.
Voy de ella a su compañero que es más alto, con unos ojos cafés y la misma placa en
el mismo lado de su cuerpo.
Policías.
-Permiso-dice la mujer que no parece tener más de veinticinco años.
Wade se levanta y estrecha las manos de los policías con mucha familiaridad.
-Soy el agente Daver y ella es la agente Bora-se presentan sin despegar sus miradas
de mi haciéndome sentir incomoda.
Asiento en forma de saludo y al ver la forma en cómo se mantienen viéndome e
inspeccionando todo, más que nada, por el simple hecho de que estén parados
enfrente de mí, sé por qué están aquí, no es tan difícil de adivinar.
-Señorita Vran
-Solo Ela-Lo interrumpo de inmediato cunado dice ese apellido, hago una mueca de
completo desagrado.
Él mira a su compañera que asiente en comprensión a mi petición provocando que el
agente Daver haga lo mismo.
-Ela, ¿Sabe porque nos encontramos aquí?-dijo la agente Bora, mientras sacaba una
libreta.
Voy recordando lo sucedido y mi pulso se acelera haciendo sonar fuertemente un
aparato que está a mi lado izquierdo.
-S..si-susurro.
-Tranquila Ela, todo ha pasado-dice Wade, toma mi mano con fuerza, yo lo miro
extrañada pero él no se aparta.
-Somos agentes policiales, estamos aquí por el ataque del señor Javier Vran hacia
usted-cuando dice esas palabras inconscientemente aprieto la mano de Wade.
-¿Tiene algo que declarar?-me pregunta el agente Daveer.
-No-pronuncio y veo la suave colcha.
-Tiene que saber que es necesario su declaración para la demanda-me dice la agente
y yo niego con la cabeza.
-No quiero poner ninguna demanda-digo y veo a Wade que me mira incrédulo y luego
a otro lado, a algo que no pueda juzgarme.
-Sabemos que tiene miedo pero...-lo interrumpo con una risa sin una pisca de gracia.
-¿Miedo?-vuelvo a reír y niego con la cabeza-.No señores, por favor, no se confundan,
sería la primera en poner esa demanda pero contéstenme algo, sí es el caso de que
yo pongo la demanda, ¿Zack a dónde iría? ¿Qué sería de nosotros?
Pregunto interesada de saber que sería de mi pequeñín y de mí, me muero si él está
lejos de mí.
-En ese caso, tu eres mayor de edad, tus hermanos y tú seguirán en su casa en
cuanto a Zack...-se ven por un momento y luego la agente me mira.
-¿En cuanto a Zack?-pregunto angustiada por lo que veo en sus miradas.
-Él se quedara en un hogar temporal en lo que tú o tus hermanos encuentren un
hogar seguro para el niño y un trabajo que les de los suficientes ingresos para darle
lo que necesite, sí es que no tienen más familiares, si los tienen el niño iría con ellos-
en su voz se encuentra el dolor y el pesar al decir esas palabras, como si las hubiera
dicho mucho últimamente.
-Déjeme ver si entendí, usted está diciendo que si yo no tengo un hogar seguro y un
trabajo que me pague bien, ¿no puedo tener a mi hermano?
-Básicamente, si-murmura y en sus ojos veo molestia.
-Pero, yo trabajo-digo con esperanza.
-Perdone la honestidad con que le diga esto, usted tiene dos empleos, ¿correcto?-
pregunta con su vista clavada en la mía.
-Correcto.
-El tiempo que asara con el niño es muy limitado y esos dos empleos no le dan el
monto económico para darle lo necesario al niño-dice la cruda verdad y yo no sé
cómo lidiar con eso.
Y es ahí donde volvemos a mi punto, regresamos al inicio.
-¿Ven?, no pondré la demanda-digo seguroa y con la frente en alto.
-Ela-susurra Wade mi nombre como advertencia.
-No, olvídenlo, no separaran a Zack de mi lado, se pueden retirar-aviso señalando la
puerta con mi mano, invitándolos a salir.
-Señorita...-me intenta persuadir el policía, bajo mi mano cansada, me niego a
escuchar más.
-Nunca le han pegado a Zack, no lo he permitido y así continuaran las cosas no lo
alejan de mí, no me alejo de él, fin de la historia.
El silencio por fin se hace en la habitación pero es uno muy tensa, los policías niegan
con la cabeza decepcionada pero no me importa.
He hecho todo por ese niño, no lo alejaran de mí.
-Por favor-les pido a los policías con la mano otra vez alzada con dirección a la puerta
diciendo sin palabras que me dejen tranquila y así lo hacen.
-Sabes que estas cometiendo un grave error-habla Wade recordándome su presencia,
suspiro cansada.
-Para nada-digo segura-.Era alejarme de lo único que me mantiene viva y eso no va a
ocurrir.
Pienso en Zack, solo y con completos desconocidos y un escalofrío me recorre
completa de solo imaginarlo.
-Elaine-dice mi nombre completo y lo miro, enfrento su precioso rostro y esos ojos
me miran inquietos.
-No Wade, no me conoces, no actúes como si lo hicieras, este es mi mundo, la
realidad de muchos, mi vida, no tiene ningún derecho en opinar nada en absoluto-
digo con la mirada más furiosa que nunca dirigida hacia él.
Veo mi brazo y arranco la intravenosa que tenía conectada y me quito el aparato de
mi dedo con ayuda de mi tro brazo que esta inmovilizzado.
-¿Qué haces?-pregunta alterado.
Alejo las sabanas que me cubren y me siento en la orilla de la cama del lado contrario
de donde se encuentra Wade.
-¿No es obvio?-lo miro sobre mi hombro y lo veo parado atento a cada uno de mis
movimientos, dejo de prestarle atención y me levanto con cuidado.
-¿¡Estás loca!?-dice en voz alta y yo me encojo de hombros ya de pie frente a él, lo
único que nos divide es la cama y lo agradezco, de lo contrario, no sé qué haría Wade
al verlo tan tenso.
-¿Has visto este lugar?-digo señalando con mi mano toda la habitación-.Ni en un
millón de años terminaría de pagarlo y sobre todo tengo que cuidar a Zack-le informo
con una sonrisa al ver su rostro de consternación y sobre todo frustración al no saber
qué hacer en esta situación.
Camino lentamente al baño y siento como el me sigue, entro al baño y prendo la luz
la cual alumbra todo el lugar con su intensidad.
-Yo pagare el hospital de eso no tienes que preocuparte y cuidare de Zack-me dice
seguro a mi espalda, freno de inmediato y volteo con incredulidad marcada en mi
rostro pero también mucha desconfianza latiendo en mi corazón.
-¿Qué quieres Wade Mandi?
N/A
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¿Cualquier solucion?

Primeros 3 comentarios y les dedicó el cap


-¿Qué quieres Wade Mandi?-pregunto entrecerrando los ojos, viéndolo con toda la
intención de intimidarlo, lo cual no logro.
-Yo no quiero nada-dice encogiéndose de hombros.
Sonrió con ironía.
-Nadie hace algo por nada, todo tiene un precio.
Un muy caro precio.
Me giro y me coloco enfrente del espejo, lo que veo me desmorona, ya no me
sorprende encontrarme así, de una manera triste y real, ya no me duele saberme y
verme llena de moretones de diferentes colores, lo único que es nuevo es verme con
un cabestrillo en la mano, nunca llegaba a verme con uno, no podía permitírmelo.
¿Para qué? Si al día siguiente iba a pasar lo mismo.
Contadas fueron las vece que aparecí en un hospital, a mayoría era en mi casa y
curarme con el poco jabón que tenía.
Lo único que me sorprende es verme avergonzado por el espécimen que me mira a
través del espejo.
Ver que otra persona vea lo que has estado pasando y este ahí para ti, es nuevo y
hace que mis labios tiemblen y mis ojos se llenen de lágrimas.
Él me observa mientras enjuago mi cara y hago una mueca de dolor por las punzadas
que aparecen en mi torso más específico en mis costillas pero reprimo el sonido de
dolor que quiere escapar de mis labios.
¿Cuántas veces no lo he soportado?
Seco las gotas que resbalan de mi rostro y algunas las aprovecho mojando mis labios
secos y adoloridos,
Suspiro con satisfacción y veo por el espejo al hombre parado a mi espalda, sus ojos
puestos en mi espalda, frunzo el ceño y giro la cabeza para encontrar la bata médica
desabrochada hasta mi espalda baja.
Me muevo rápidamente hasta que logro estar pegada a la pared.
Él se acerca y pone una mano a la altura de mi cabeza y la otra a la altura de mi
cintura, acorraladme.
-Pondrás esa demanda-me exige y yo frunzo el ceño.
Pero..., ¿Quién se cree?
-¿Piensas que te hare caso?-digo con una sonrisa arrogante y levantando una ceja-
.No te metas Wade.
Aprieto la mandíbula al ver esa tonta sonrisa en su rostro y se acerca más.
Mi corazón se acelera con rapidez, late tan fuerte y rápido que siento se saldrá de mi
pecho, la sangre viaja por mi cuerpo con rapidez, calentando todo a su paso.
-No estoy jugando-me advierte-.Ese mal nacido tiene que estar tras las rejas.
Su aliento acaricia mi rostro, ese olor a menta junto a su colonia cara es abrumante.
¿Por qué tiene que oler tan bien?
No le basta con verse bien, algún defecto tiene que tener
¡Por Dios!
Pongo mi mano sana en su duro pecho y he intento alejarlo pero me duele aquel
intento y desgraciadamente él lo nota.
-¿No te das cuenta?-me pregunta con prepotencia-.Algún día terminaras muerta.
Sentencia mandando un escalofrió por mi espalda, me recuerda a Holie en estos
momentos.
-Pero Zack estaría conmigo-refuto.
-¿Por cuánto tiempo?, ¿Unos meses?, tal vez unos días contando que si sale hoy de
donde lo tienen detenido, no quiero imaginar su enojo-dice serio y esas palabras
hacen que el miedo crezca en mí y él lo nota.

-Estoy aterrada, si eso querías conseguir pues muchas felicidades-susurro


y trago saliva con dificultad.
-Claro que no, solo quiero que entiendas que esto va a empeorar que la vez en que
decida hacerte más daño no habrá nadie que lo detenga y luego que, ¿eh?, Zack ira
de un hogar temporal a otro y tú no podrás cuidarlo desde la tumba.
Sus palabras son tan crudas que duele y me atormentan ya que no puedo negarlo.
Tiene razón.
Veo para otro lado sin saber que decir he intento alejarme de él, lo cual impide.
-Esto no es un juego Ela-susurra más tranquilo, con más compasión.
Nadie ha dicho que sea un juego, yo sé que no lo es y sí lo fuera iría perdiendo y
tendría muy pocas posibilidades de ganar.
Toma con delicadeza mi mentón y me hace verlo.
-No es tan fácil-susurro muy bajo, con mucho pesar oculto.
Solo sus ojos son mi única vista, una pacífica.
-Lo es si pones la demanda-insiste y yo quito su mano de mi cara.
-¿No escuchas?, alejaran a Zack de mi lado y eso no lo voy a permitir, no todo es tan
fácil como lo es para ti-gruño bastante molesta por su terquedad, por su falta de
entendimiento.
-Pero Ela...-insiste pero yo niego con la cabeza haciéndolo parar.
-Sal del baño Wade-le pido mirándolo a los ojos suplicándole que me deje tranquila.
Él retrocede y se dirige a la puerta abierta pero antes de cruzarla y yo poder cerrarla
a su espalda, se detiene.
-Lo entiendo-susurra mirándome sobre su hombro-.De verdad lo hago y me cuesta
trabajo aceptarlo, espero que tu también entiendas qe esta no es la manera de hacer
las cosas, este solo es el camino fácil-dice y se encoge de hombros.
-¿Fácil?, ¿Crees que lo que estoy haciendo es fácil?-me rio y niego con la cabeza,
incrédula ante sus palabras.
Lo sigo fuera del baño y tomo su mano para que me enfrente.
-¡Pero claro que me es fácil!-la ironia es notable en mi voz-No lo entiendes, dame una
solución en la que conste que no apartaran a Zack de mi lado y la hare con gusto, de
lo contrario no opinaras más acerca de esta decisión, la única que tengo.
Lo miro a los ojos con furia y con mis manos hechas puño conteniendo las ganas de
golpearlo por atreverse a opinar en algo que no le concierne.
Él se da la vuelta y empieza a caminar por la habitación con una de sus manos en la
barbilla.
-¿Cualquier solución?-pregunta, deteniéndose y mirándome con esos ojos verdes,
parece un felino acechando a su presa.
-Con tal de que Zack este a mi lado, cualquiera-asiento sin quitar mi vista de la suya.
Yo sé, en lo más profundo y doloroso de mi ser que no hay otra solución, me pase
noches en vela pensando en soluciones que nos salvaran de la tortura que vivíamos a
diario y no la hallaba, jamás encontré una que nos permitiera estar juntos.
No hay escapatoria, seguiré viviendo como lo he estado haciendo durante estos años.
Sola.
Sus ojos siguen puestos en cada movimiento que hago, cada respiración que tomo,
cada parpadeo y eso me pone incomoda porque no estoy acostumbrada a que la
gente me mire y me gustaría que se mantuviera así, nadie observaba lo maltratada
que estaba.

Algo caliente se apodera de mis mejillas.


-Encontrare una solución y mientras lo hago te pido que permanezcas aquí, no te
preocupes por nada, yo cuidare de Zack-dice y sale por la puerta sin dejarme opinar.
¡No! No estoy de acuerdo
Es un desconocido el que me ha dicho eso y obviamente no lo permitiré.
Con toda intención de irme me dirijo a la puerta pero esta se abre antes de que yo
llegue a ella, dándole la entrada a una enfermera.
-Por favor, vuelva a la cama-dice calmada y yo niego con la cabeza.
-Estoy bien, tengo que irme-digo e intento pasar por su lado lo cual impide.
-Necesita descansar-dice más alterada.
-Como dije, necesito irme-digo y pasó por su lado pero toma mi brazo con fuerza.
Miro su mano aferrada a mi piel y luego a sus ojos.
-Primero, no me toque, y segundo, tengo todo el derecho de irme de este hospital-La
miro esperando que retire su mano lo cual no hace.
-¡Dije que me suelte!-grito y empiezo a removerme para que me suelte.
Más enfermeros entran en la habitación y hacen que me acueste en la cama, grito
como loca para que me dejen ir pero no me hacen caso.
Siento un pinchazo en mi brazo y un líquido frio sube por mi brazo para luego
esparcirse por todo mi cuerpo debilitándome.
-Me quiero ir-susurro sin fuerzas.
-El señor Mandi nos pidió que la mantuviéramos aquí-dice un enfermero.
¿Y?
Él no es nada mío, ¡No tiene ningún derecho!
¡No puede mandar sobre mí!
¡No puede tomar decisiones que no le incuben!
Mi cuerpo empieza a sentirse liviano y mis ojos empiezan a sentirse pesados, mi boca
se siente seca y le cuesta mucho trabajo pronunciar cualquier palabra.
Maldito Wade y su tonto poder.
(.)
Mis ojos se sienten pesados, me cuesta pasar saliva y siento que solo estoy
balbuceando incoherencias.
Los sonidos no son claros y de repente todo cambia.
El pitido de una maquina es lo primero que escucho, mis ojos ven entre la oscuridad
el techo que era blanco, gris y mis dedos empiezan a moverse a través de la suavidad
que le dan las mantas.
Me siento en la cama y observo la habitación, una pared de vidrio que me deja ver los
edificios de Londres, es lo que delata que no estoy en la misma habitación.
Veo mi brazo y noto que el cabestrillo ya no está, duele un poco pero ya lo puedo
mover con tranquilidad.
Veo por el ventanal y la luna me saluda junto el cielo negro.
Estoy confundida hasta que recuerdo lo sucedido.
-Wade-murmuro con rabia y como si lo hubiera invocado entra en la habitación como
si nada.
-Hola bella durmiente-dice cuando me ve con una sonrisa enorme en su rostro.
Lo fulmino con la mirada con todo mi cuerpo tenso.
-Eres despreciable-digo con rabia y vuelvo a ver por el ventanal.
-Lo hice por tu bien-se justifica.
-No tenías ningún derecho a hacer lo que hiciste, podría demandarte, ¿sabes?-lo miro
de reojo parado frente a la cama mirándome.
-Inténtalo, creo que ya sabemos cómo terminaría eso-dice con diversión y yo aprieto
las sabanas entre mis manos.
-No me interesan tus acciones de bondad, parece que quisieras ser un súper héroe
solo que en versión pirata, descuida tu secreto está a salvo conmigo-digo con
sarcasmo mientras lo veo.
-¿De verdad?, eso no me ofende-dice sonriente.
-Solo vete y déjame tranquila, no quiero tu capa rondando por mi ciudad-le doy una
sonrisa falsa mientras señalo la puerta con mi mano.
Escucho su potente risa, es linda, clara, varonil, honesta.
-Te tengo una solución-canturrea y se sienta a mi lado en la cama ignorando
olímpicamente mi pedido.
-¿Cuál?-pregunto cautelosa al ver el brillo en su mirada y esa sonrisa enorme que no
desaparece de su rostro.
Esto no es bueno
Miro su rostro tranquilo y seguro.
Nada bueno.
-Esta solución no te separara de Zack-dice y una sonrisa aparece en mi rostro-.Pero...
Mi sonrisa desaparece y el nerviosismo toma control de mis pensamientos, de todo en
mí.
-Tampoco te separara de otra persona-dice y todavía veo la sonrisa en su rostro.
No entiendo nada, lo miro intentando adivinar su tan elaborado trabalenguas.
-Se claro, ¿De qué hablas?-mi ceño esta fruncido y mis ojos no dejan de observarlo,
él se acerca más al punto en que su echo está pegado al mío y sus labios rosando la
piel de mi oreja.
-Serás la señora de Mandi-susurra y se aleja para ver mi rostro y veo en sus ojos algo
peligroso.
N/A
Voten y comenten mis adorados lectores!
Riesgos

Primeros 2 comentarios y les dedicó el cap

En mi mente lo único que se repite es una sola frase.

Serás la señora de Mandi.

Es como si mi mente se hubiera trabado con esas palabras.

¿¡Que!?

Me empiezo a reír sin control alguno, me duele el estómago de tanto reír,

¿Hace cuánto que no me reía así?

¿Hace cuánto que una risa honesta no salía de mis labios?

Wade me mira con confusión haciendo que la risa desaparezca de mi rostro.

-Estás loco-digo secando las lágrimas que están en mi rostro-.De verdad, ¿Nunca
pensaste en ser comediante?

-No, no es algo que llame mi atención para trabajar en ello-dice regresándome la


broma.

-Déjame decirte que serias exitoso.

-Ya soy exitoso y no es siendo comediante, ¿Te digo que si serás tú pronto?-inquiere
con un brillo en la mirada.

-Una chica que seguirá soportando a su padre para que no le quiten a su hermano-
asiento ante mi confesión, sin una pizca de emoción.

A él se le transformo el rostro, se va acercando provocando que yo me aleje de él


pero no puedo alejarme más ya que termino completamente acostada en la cama con
el sobre mí.

-Necesito espacio personal Wade-murmuro nerviosa.


-Te dije que encontraría una solución y esa es que te cases conmigo-dice con
tranquilidad, como si me estuviera contando un secreto.

-Eso no sucederá-lo reto acercando mi rostro al suyo, un poco más-No me interesa


ser la señora de nadie.

-Dijiste que harías cualquier cosa por tu hermano- dice con el ceño fruncido,
totalmente confundido.

Se separa de mí, levantándose de la cama para pararse enfrente del ventanal con las
manos en sus bolsillos.

-Y lo haría, lo hago-digo sentándome en la cama sin dejar de observarlo.

-Eso no parece, no lo harías todo-sentencia sin despegar sus ojos de la ciudad


iluminada y eso causa una rabia tremenda en mí.

-No me conoces, no sabes que haría o dejaría de hacer, daría mi vida por él-digo, me
paro de la cama y doy unos pasos hasta estar frete a él.

-Entonces cásate conmigo-dice tomando mis caderas para acercarme a él.

-¿Por qué?-le pregunto poniendo mis manos encima de las suyas intentando que las
quite de mi cuerpo pero no sede en ningún momento.

-¿A qué te refieres?

-¿Por qué tanto empeño en que me case contigo?, no entiendo que ganas tú con esto,
no entiendo el porque te has obsesionado con ayudarme, ¡Solo llevamos menos de
dos días que nos vimos! ¿ Y mágicamente quiere que me case contigo?

Doy un paso atrás intentado alejarme, él niega con su cabeza dejándome ver la
diversión que demuestra su sonrisa.

-No tienes que entenderlo, me pediste una solución-niego con la cabeza poniéndolo
serio-.Me pediste una solución en la que tú no tuvieras que alejarte de Zack y así
poder poner la demanda contra tu padre-dice seguro y yo veo a otro lado
mordiéndome el interior de la mejilla.

Yo y mis palabras.

¿Cuándo razonare antes de hablar?


-¿Qué cambia con que yo me case contigo?-pregunto sin mirarlo.

Veo nuestras manos, mis manos heladas al tacto contra las suyas que
emanan calor a mi cuerpo.
-Tú podrás poner la demanda y en el proceso tu y yo nos casaremos, tendrás una
pareja y será más fácil que te den la custodia de Zack y ni hablar del hogar seguro y
un trabajo en mi empresa aparte del monto económico que tengo para darles, todo lo
que necesitas para tenerlo a tu lado-se encoge de hombros como si no estuviera
hablando de algo serio.
Achico mis ojos intentando ver en sus ojos alguna pista que me de las razones por las
que hace esto.
Todo lo que dijo es tan cierto, suena tan bien.
Y recuerdo que no contesto a mis preguntas.
-¿Tu que ganas con todo esto?
-Todo.
-¿Todo?-alzo las cejas incrédula y el asiente-. ¿Cómo...-intento interrogarlo pero no
me deja.
-Ela, es la única forma en la que tengas a Zack y a tu padre tras las rejas-dice
soltándome.
Aprovecho eso y me alejo tomando mi cabeza entre mis manos.
¡Dios!
Si acepto, Zack se queda conmigo y mi padre, si así se le puede llamar, estará en la
cárcel.
Si no, el llegara a casa enfurecido y en el segundo en que me vea, me matara a
golpes por lo que paso, por haber estado detenido y no podre cuidar a Zack, ni verlo
más.
Si lo hago estaré atada a un hombre que no conozco.
Pero no quiero conocerlo.
Sacrificios, sacrificios.
Uno más en mi vida, no la cambiara.
-sí acepto, podremos reglas-digo girando sobre mis pies para verlo parado en el
mismo lugar en que lo deje, de espaldas a mi viendo por la ventana.
-Depende de que reglas quieras poner-se gira para mirarme y veo seriedad en su
rostro, el hombre risueño se fue y regreso al magnate frio y calculador que parece
ser.
-Primero no dormiremos juntos, segundo esto solo durara un año para que yo pueda
construir una vida lejos de ti, con todo lo necesario para Zack, tercero, nada de sexo
y lo último pero no por eso menos importante, en realidad es lo más importante-digo
viendo por el ventanal como unos edificios van apagando sus luces-NO INTENTARAS
CONOCERME.
Lo miro y veo en sus ojos rabia y algo más, algo que hace que sus ojos claros se vean
muy oscuros.
-Primero que nada, al casarnos todo tiene que ser real a ojos de todos, el dormir
juntos no está a discusión-dice con un voz potente y decidida y n ese momento
conozco a el gran temido y afamado negociador Wade Mandi.
-Pero-intento intervenir
-Nada de peros, la casa está llena de empleados, no me arriesgare a que algo tan
simple llegue a oídos de la prensa como no te conviene a ti que llegue a oídos de la
trabajadora social y te quiten a Zack-argumenta y yo me muerdo el interior de la
mejilla sin saber que decir.
-El plazo de nuestro matrimonio será el que tú quieras por mí no hay ningún
problema-continua implacable.
Se encoge de hombros seguro de lo que dice y toca su mandíbula en un acto
inconsciente.
Se ve tan sexy cuando hace eso, esa seguridad, ¿Cómo lo hace?
¿¡Qué demonios estás pensando Elaine!?
¡Él es horrible!
Sigue queriendo creer eso-dice mi subconsciente.
-y-se queda callado mirándome de pies a cabeza.
-¿y?-volteo los ojos harta
-Lo del sexo, tienes que saber que soy un hombre muy activo en ese ámbito-dice con
esa mirada verdosa depredadora.
Abro lo ojos sorprendida por su crudeza y sinceridad al decir esas palabras.
Su confesión me desequilibra un poco y me hace sentir algo incomoda pero intento,
intento muy arduamente que no me afecte.
-¿Quieres que te felicite?-digo con ironía-.Eso no está a discusión, aparentaremos ser
la pareja perfecta ante el mundo pero olvídate, escúchame bien, olvídate de que
habrá cosas intimas entre nosotros.
-La vida da mil vueltas Ela-me sonríe y acaricia su labio inferior-.Pero bueno,
entonces tendre que buscar eso lejos de casa.
No está jugando.
Lo dice con el mismo tono seguro y prepotente haciendo que lo mire incrédula.
-Ah ah, olvídalo, no señor, no lo harás por el mismo hecho en el que yo tendré que
compartir habitación y ¡No solo eso! También la cama contigo-protesto indignada.
Me acerco a él amenazante o por lo menos eso intento.
-Eso lo platicaremos luego-la picardía es notable en su voz.
¿No me está escuchando acaso?
¡No es algo que tengamos que discutir luego!
¡El sexo es una opción!
¡NO!
Quiero decir que el sexo NO es una opción.
¿Qué rayos te pasa Ela?
-Y por último, lo de conocerteterminare conociéndote quieras o no-sentencia y puedo
escuchar claramente el martillo caer golpeando la mesa como en una sala de juicio.
Esto es una declaración.
-No me conocerás, ni mucho menos yo a ti, no tengo interés en hacerlo ni en que tú
lo hagas.
Me siento en la cama y el cruza sus brazos haciendo que sus músculos se levanten y
marquen en aquella ajustada camisa blanca.
Esta para
-Eso lo veremos, ¿Entonces?, ¿Qué dices?-susurra sensualmente lamiendo su labio
inferior.
Sus ojos brillan con arrogancia sacándome de mi escrutinio.
-¿Qué?-murmuro y me quiero esconder al ver una sonrisa aparecer en su rostro.
Me he jodido sola.
Escucho su risa y siento mis mejillas arder, aprieto mis ojos con fuerza por la
vergüenza que me aborda.
-Ni te he tocado y ya pierdes la consciencia con tan solo verme-ríe otra vez mientras
niega con la cabeza.
¡Qué tonta!
-¿De qué hablas?, estás loco, yo pensaba en otra cosa, tú arrogancia arruina todo en
ti-trato de herirlo pero recibo una carcajada de su parte tan sincera que tiene que
agarrarse el estómago por tanto reír.
-Intenta convencerte de ello-dice, mostrándome esa dentadura perfecta
¡Demonios, lo odio!
-¿Entonces, que dices?
Mi mente intenta regresar al tema, dejando por completo de lado lo que acaba de
pasar, esperando que se quede en la ignorancia durante mucho tiempo.
-¿Aceptas o no?-pregunta otra vez al ver que solo me le quedo viendo.
Esto será otra clase de tortura, pero necesito estar segura.
El problema es que, estando a su lado, no sé si vaya a lograrlo, a conseguirlo.
Pero al final del día es un riego que uedo y debo correr.
-Acepto-digo sintiendo que acabo de pactar con el mismísimo diablo.
N/A
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¿Lo estará?

Primer comentario y le dedicó el Cap


Los riesgos y el peligro siempre van de la mano.
Una mano que puede sostenerte tan fuerte que nunca llegaras a tocar el suelo o una
que te deje caer o una que no le importe dejarte caer, que no tenga la más mínima
intención de salvarte, que esa mano, tanto, que esa misma mano llegue a dar su
primer golpe.
Que llegue a marcarte de por vida, que cree tantas inseguridades y moretones en tu
ser, que tenga la capacidad de hacerte vulnerable, debe, en cuestión de segundos.
Siento que me estoy arriesgando peligrosamente.
Me aterra pensar en lo que pasara, en queviviré al lado de un hombre que no amo y
no conozco.
Me atormenta, me paraliza.
Me arriesgo.
Me convierto en otra persona.
Todo por él.
Por aquel pequeño que saca mis más sinceras sonrisas.
Así que
Si alguien me hubiera dicho que estaría comprometida y me casaría en unos días, no
lo creería.
Me reiría en su cara tan fuerte que en la profundidad del océano seria escuchada.
Pero, aquí estoy, acostada en la habitación de un hospital prestigioso y costoso,
intentando que todo en mi mente se aclare, que acepte aquella decisión tan
descabelladamente loca tome.
-Los agentes policiales estarán aquí en unos momentos para tomar tu declaración-
dice aquella voz grave, aquella que callo en mi vida.
Solo asiento con ganas de correr y esconderme como cuando era niña, detrás del
hombre que admiraba y tomar la mano de la mujer que me enseñó a amar.
Eso solo es un sueño, una anhelación de querer seguir siendo niña, inocente, con
muchos sueños eh ilusiones de seguir el ejemplo de mi madre, de quien me
abandono.
Madre
Esa palabra ya no existe en mi vocabulario hacía mucho tiempo atrás.
Una mano cálida quita una traicionera lágrima que resbalaba por mi mejilla,
-Todo estará bien-susurra con compasión haciendo que lo vea y me encuentre con un
desconocido que ha tenido más piedad que mi propia sangre.
Me sonríe intentando que me crea aquella absurda oración.
¿Lo estará?
¿Todo ira para mejor?
Todo es tan incierto que causa escalofríos en mi interior.
-Quisiera creerte-susurro y observo como la puerta es abierta por los mismos policías
de la otra vez.
-Hola Ela-me dice la agente y le sonrió pero sale más como una mueca.
-Vemos que tu prometido te ha convencido en poner la demanda-dice el agente
Daver con una sonrisa burlona a Wade, quien bufa con diversión.
Mi prometido
¿Cómo saben ellos que es mi prometido?
-Su prometido nos fue a buscar a la estación para ver la manera en que el infante
Zack se pudiera quedar con ustedes y nos comentó de su compromiso, felicidades por
cierto-dice la agente Bora al ver mi cara de confusión.
Oh vaya, si ellos supieran.
-Si-suspiro soñadora-.Es un gran hombre al que he elegido.
Miro a Wade, en sus ojos veo un pequeño haz de luz, una sonrisa que no parece
fingida y una seguridad irritante, lo miro, miro confundida a aquel hombre a través de
una capa falsa de sonrisas y elogios.

-Muy bien, le haremos unas preguntas, usted conteste con total


honestidad por favor-me pide el agente Daver sacando una grabadora.

-Antes-digo nerviosa y carraspeo para aclararme la garganta.

Todos en la habitación me miran expectantes.

-Quiero saber cómo transcurrirá todo-pido y juego con mis manos, intentando
calmarme.

-Bueno, usted dará la declaración de los hechos y responderá nuestras preguntas


como lo ha hecho su prometido aquí presente y se iniciara con el proceso de juicio,
ustedes tendrán que ir a tribunal para testificar, para ese momento ustedes ya
estarán casados para ese momento y el niño estará con ustedes en lo que se les da la
custodia-dice y mi corazón se acelera con fuerza.

¿Ni así sería seguro que me quedaría con Zack?

¿Tendré que volver a ver a mi padre? ¿Me tendré que enfrentar a él?

Veo a Wade y asiente con la cabeza en compresión a mis miedos, como si leyera mi
mente.

-Todo saldrá bien-vuelve a decir tomando mi mano apretándola, reconfortándome.


¿Esto valdrá la pena?

Asiento y el policía carraspea llamando nuestra atención.

-Comencemos entonces-dice y aprieta un botón en la grabadora.

-¿Podría decirme que es lo que recuerda?-dice la agente Bora con calma y yo miro un
punto fijo en la pared de enfrente.

¿Lo que recuerdo?

Ojala no pudiera recordar.

Narro lo que paso, con el miedo absorbiendo mi sangre, con el terror latiendo en vez
de mi corazón, con el dolor tocando cada esquina de la habitación.

-¿Es la primera vez que sucede?-su voz se está metiendo tan profundo en mi cabeza.

Ojala lo fuera, ojala y mis brazos no dolieran cada vez que me levanto de la cama,
ojala y mis dedos pudieran agarrar un lápiz sin dolor,ojala y mis ojos no derramaran
tantas lagrimas como lo han hecho.

Tomar agua caliente en las noches y tomarla como si fuera sagrada, que cuando pasa
por mi garganta alivia el dolor de mis gritos contenidos o cuando llega a mi estómago
calentando los órganos que fueron golpeados, ese delicioso alivio momentáneo.

-No, la cifra es tan grande que no podría decirla-susurro como si estuviera perdida.

Las preguntas continuaron, implacables, imparables.

¿Tengo testigos que comprueben mi historia?

Los de mi trabajo, los del mercado, mis amigos cercanos, la gente que camina a mi
lado.

¿Se habrán dado cuenta?

¿Me puede dar el nombre de los hospitales a los que he ido?

Todos los hospitales de la ciudad conocen mi historia, mi nombre.


Y más preguntas así, más respuestas en mi cabeza, más, más, más.

-La demanda será puesta y se les avisara cuando tengan que recurrir a testificar, eso
es todo por nuestra parte-se despiden con apretones de manos y sonrisas tensas.

Suspiro por que por fin toda está dicho.

-¿Estas bien?-me pregunta mi prometido.

Y aun así, no quiero contestar, no quiero contestar a cualquier pregunta.

Las preguntas siguen bailando en mi cabez viendo en que sitio entran y se queden ahí
para siempre.

Él me mira con preocupación, en sus ojos veo la intensidad y el ruego de querer


entrar en mi mente y saberlo todo.

-¿Cuándo nos casaremos?-pregunto, siendo yo quien está del otro lado, el


que tiene el control.
-Estaba pensando
Tocan la puerta y el camina hacia ella para abrirla dejando entrar a un médico de
cabello negro y ojos azules.
-Buenas Noches soy el doctor Freman-dice acercándose a la cama y tomando mi
expediente entre sus manos.
-Muy bien-dice y me da una mirada rápida-.Veo que se ha recuperado bastante
rápido-dice dejando el expediente en su lugar y cruzándose de brazos sin dejar de
mirarme.
-Luce sorprendido-dice Wade tomando asiento a mi lado.
-Una disculpa, pero es raro encontrar a alguien con las lesiones que tuvo usted y esa
recuperación tan pronta-dice y revisa las maquinas sin mucha atención.
-Doctor Freman, ya no puedo estar en estas cuatro paredes, tengo un niño del que
cuidar-digo con desesperación.
El doctor hace una mueca de duda e iba a hablar pero Wade le gana.
-¿Mi prometida puede estar en reposo en su casa?-dice recalcando la palabra Mi.
Mi interior se revuelve al escucharlo hablar así.
Veo a Wade y noto como en sus ojos hay desagrado hacia el doctor cuando lo ve y no
entiendo el porqué.
El doctor nos ve y luego su reloj.
-Solo puede salir si firma una responsiva de que sale del hospital porque así lo
decidieron y si guarda absoluto reposo, sus costillas están tomando su lugar rápido
pero no por eso no hay que cuidarlas y el brazo seguirá inmovilizado por algunos días
más y tendrás que venir a revisión-dice y nos mira con advertencia.
Una gran sonrisa aparece en mi rostro.
Veré a Zack.
-No lo sé Ela, es muy arriesgado-dice Wade y se soba la mandíbula.
-Por favor, me cuidare, lo prometo-le pido viéndolo con ojitos suplicantes.
Wade me mira inseguro y luego me sonríe asintiendo con la cabeza.
-Así será doctor-dice Wade y yo lo miro con felicidad que parece, él apreciara.
-Sígame para tramitar los papeles de la salida-dice el doctor dándome una mirada
rápida con una sonrisa de lado para luego salir por la puerta seguido de un Wade con
el ceño fruncido y las manos hechas puños.
Wade no tarda en regresar y con una sonrisa enorme que me hace míralo con
confusión y duda.
-Muy bien señorita es hora de irnos de este hospital-dice palmeando los papeles con
esas manos grande y esos brazos musculosos.
No puedo evitar mirarlo y quedare en una ensoñación.
¿Quién podría?
¡Tengo ojos señores!
Él deja los papeles en el asiento de una silla y me ayuda a sentarme en la cama y
luego toma mis caderas para ayudarme a levantar.
Su rostro muy cerca del mío, sus brazos alrededor de mi cintura con fuerza y mis
manos tomando sus hombros y su pecho pegado al mío.
Su calor traspasa la bata calentándome, mandando corrientes por mi espalda,
electrificanés y poderosas corriente que me hacen temblar y él lo nota.
¿Por qué no me para sola?
Ya lo había hecho antes y nos hubiéramos evitado este incomodo momento.
Carraspeo y me separo haciendo que me suelte y de un paso atrás.
Veo mi bata evitando verlo y sobre todo preguntándome si iba a salir solo con eso
puesto.
-Tranquila, ya viene mi hermana con algo de ropa para que te cambies-habla
tranquilo y yo asiento.
Unos golpes en la puerta se escuchan asustándome, no estoy acostumbrada a ese
sonido, no estoy acostumbrada a que tanta gente entre y salga de mi habitación, he
estado con más desconocidos estos últimos días que en todos mis años de vida, con
desconocidos que se preocupan por mí.
Una chica asoma su cabeza por la puerta y pasa al ver a Wade, es joven de unos
veintidós años quizá un poco más, su cuerpo es delgado y irme, como el de una
deportista, su cabello es de un color rubio platinado provocando que sus ojos verdes
resalten más y los note más. Son iguales a los de Wade,
Me eh de imaginar que les ha de dar unos dolores de cabeza a su hermano y padre.
Es hermosa.
-Hola-saluda y le da un beso en la mejilla a su hermano entregándole una bolsa.
Sus ojos risueños se posan en mí y me sonríe.
-Hola-repito su saludo.
-Así que tú eres
-Mi prometida-rápidamente interviene Wade.
La chic abre los ojos con sorpresa y voltea a ver a su hermano con incredulidad.
-¿¡Que!?-exclama ella poniéndose cada vez más roja de la furia.
Su hermana abre la boca para decir algo a lo que recibe una mirada de advertencia
de Wade, una mirada que me provoca escalofríos.
-Luego hablamos-le dice mirándola y yo me dirijo al baño para darles espacio.
Wade me da la mochila antes de que entre al baño y yo le intento dar una sonrisa
pero no me sale.
Entro al baño intentando refugiarme de aquella guerra que se ha desatado.
Me cambio rápido y tomo el pomo de la puerta abriéndola con cuidado y por esa
rendija pequeña que abrí logro escuchar los gritos.
Me alejo de ella hasta que mi esplada toca la pared.
Tapo mis oídos intentando que los recuerdos no aparezcan, me resbalo por el suelo y
aprieto mis oídos con fuerza.
No por favor.
S/A
Voten y comenten mis adorados lectores!
Me siento completa

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¿Saben cuánto afecta los gritos y las peleas a los niños?

Muchos dirán, lo que se escucha como una excusa barata y simple

Son normales los gritos, son normales las peleas.

¿Saben que no es normal?

Inculcar el miedo en alguien.

¿Saben la capacidad de la mente de un niño?

¿Saben los traumas que se albergan en su cabeza?

Somos seres humanos, no somos perfectos.

Sé que existen las peleas, pero no es normal que sean a diario, si pelean
constantemente ya nos es normal y menos si es a gritos.

Vivir y crecer en un hogar con gritos es lamentablemente triste y estresante.

Un grito no es más que aumentar la voz gracias a la euforia y la adrenalina y el


sentimentalismo que provoca una acción.

Un golpe eses un arma usada como impotencia hacia algo que se cree no se puede
solucionar hablando, algo que es con la intención de herir, de provocar dolor.

Un niño, no es tonto mas no tiene el conocimiento como un adulto, su mundo es el


aprendizaje, son esponjas que absorben todo. Su mundo es la inocencia.

Donde un juguete es una nueva sonrisa o un juego una nueva risa.

El mundo está cambiando rápidamente pero

¿Quién dice que nosotros lo hacemos?

Así que antes de alzar la voz piensa en quien está a tu alrededor.


Demasiadamente a nadie le importo que yo estuviera detrás de la puerta o presente
en como mi padre le gritaba a mi madre y viceversa, cuando vi un hematoma en el
rostro de mi madre.

Cuando recibí el primer golpe con mi osito de peluche en mi mano.

Nunca me gustaron los gritos, no cuando entendí el por que eran.

Me dan miedo, una sensación petrificante.

He intenten con todas mis fuerzas que Zack no creciere en el mismo ambiente pero
no siempre es como uno quiere.

No lo aleje de la realdad porque sabía que era necesario, solo le oculte algunos
detalles, no quería que creciera de la misma manera en que yo lo hice.

Mi corazón corre a una velocidad que me hace querer gritar, los pensamientos me
abordan sin piedad, recuerdos, recuerdos dolorosos están aquíen mi cabeza.

El suelo esta frio pero no me importa, si el frio logra que desvié mi atención, no me
importa, simplemente quiero que se alejen.

Gritos, gritos fuertes es lo único que escucho, cosas romperse, más gritos.

Y sin poder evitarlo, sollozo, alto y claro y las lágrimas salen sin parar, no otra vez.

Salgo de mi trance gracias a que alguien me toma delicadamente de los brazos,


asustándome, haciendo que abra los ojos de inmediato pero me tranquilizo al ver un
par de esmeraldas mirándome con preocupación.

Está en cunclillas a mi altura, quito las manos de mis oídos lentamente y me tiro a
sus brazos aferrándome a su cuello, abrazándolo con fuerza.

-Tengo miedo-digo inconsciente temblando en sus brazos.

Veo hacia la puerta encontrándome con la chica que mira la escena con tristeza y
pena.

.Tranquila, no te pasara nada-dice sobándome la espalda y algunas pequeñas gotas


de agua caliente siguen saliendo de mis ojos.
-Los veré abajo-dice la chica y desaparece del lugar.
Él me levanta con cuidado entre sus fuertes brazos pegándome a su torso
impregnándome de su olor, llevándome a la cama y recostándome ahí.
Sus ojos ven los míos y con sus pulgares seca algunas lágrimas que se aferraban a mi
piel.
Su boca se abre y cierra como si quisiera decir algo pero no está seguro de que sea
eso.
-¿Qué paso?-Pregunta cruzándose de brazos y mirándome con el ceño fruncido.
-Nada-susurro sintiendo mi garganta seca y adolorida.
-Ela, no puede ser nada-dice y se sienta en la cama sin quitar su intensa y perforante
mirada de mí.
-No es nada-digo recuperando un poco de mi voz.
Me muevo al lado contrario de donde esta él y me paro de la cama.
-¿Cómo que nada?,¡Estabas llorando en el baño!-dice subiendo el tono de vox
provocando que yo haga una mueca.
Él abre sus ojos tan grande que parece que se le van a salir, sorprendido, como si se
acabara de dar cuenta de que el mundo es redondo.
Una gran revelación apareció ante sus ojos.
-Vámonos por favor-le pido dirigiéndome a la puerta esquivando su mirada que me
pregunta si es de lo que se dio cuenta a lo que tanto le temo.
Solo escucho sus pasos a mi espalda y volteo a observarlo, él está tomando sus cosas
del sillón y trae la mochila que contenía la ropa colgada en su hombro, veo en su
muñeca un caro reloj y como brillan sus gemelos contra la luz.
Me giro al ver como endereza su postura, camino hacia la puerta pero una mano
toma la mía deteniendo mi paso.
Una rara e inexplicable sensación de seguridad invade todo mi sistema y no me
agrada.
-Traeré una silla de ruedas, no puedes caminar mucho, esperarme aquí-dice soltando
mi mano provocando un impulso en mi de querer volver a tomar la suya.
Lo veo salir por la puerta y cerrarla dejándome parada en aquella habitación blanca
con olor a alcohol que quema mis fosas nasales.
Veo la luz blanca del techo, el sillón café reluciente pero incomodo, la cama con
sábanas blancas hecha un desastre y las maquinas a su lado apagadas, el piso de
madera clara parecida al cedro.
No extrañare este lugar en lo absoluto o eso espero.
Que simpático, ¿no?
Que antes me desvivía por estar en cualquier lugar incluyendo este antes de ir a casa.
La puerta se abre dejando pasar a una enfermera que empuja una silla de ruedas y
detrás de ella a Wade, quien está revisando unos papeles con suma concentración.
Su ceño esta fruncido y sus labios gruesos y rosados apretados en una fina línea, sus
ojos moviéndose de un lado a otro, su pelo perfectamente peinado, su mandíbula.
-¿Señorita?-escucho una voz suave que hace que el levante la vista y me atrape
mirándolo.
Carraspeo y agito mi cabeza mandando lejos mis pensamientos.
La enfermera me señala con sus pálidas manos la silla y me siento en ella
torpemente, ella acomoda mis pies, fija uno que otro seguro y quitando otro, el que
impedía movernos.
Pasillos y más pasillos con cuadros coloridos colgados en las paredes es lo que
observo, señores de mayor edad sentados, esperando a ser llamados.

Mis oídos captan la risa de un niño haciendo que lo busque con la mirada,
encontrándome con un niño en brazos de su madre riéndose por las cosquillas que
esta le provoca.
En los ojos de ella se ve el amor que le tiene y en los de el niño una alegría infinita-
Sonrió al verlos, tan desconectados de todo lo que pasa a su alrededor, los observo
hasta que giramos en una esquina y los pierdo de vista.
Juego con mis manos más intenso cada vez que nos acercamos a las puertas de
cristal de la salida, una mano se posa sobre las mias deteniendo mis movimientos y
alzo la vista para encontrarme con una verde.
Suspiro lentamente al recordar que no voy a casa de mi padre.
El quita su mano y carraspea arreglando los puños de su camisa.
Veo al frente y siento el aire refrescar mi piel cuando las puertas de cristal se abren y
veo a la hermana de Wade hablando por teléfono y cuando nos ve cuelga y se acerca
para habla con su hermano.
Ellos camina enfrente de mi dirigiéndonos al auto.
Al llegar veo a una señora bajar de la parte trasera del auto y luego como se asoma
un piecito y luego otro para que un pequeño niño salte y salude a Wade con una
sonrisa en su rostro.
-¡Zack!-le grito y el inmediatamente voltea y al verme corre a mi velozmente.
Me inclino hacia delante con los brazos extendidos y cuando llega a mí, abrazo con
fuerza su pequeño cuerpo.
Lo extrañe tanto.
Por fin lo tengo de nuevo conmigo.
Ahora me siento completa.
-Ela-dice y noto algo mojado en cuello, lo separo de mi para tomar su rostro entre
mis manos viendo sus ojos llorosos y beso infinitas beses su rostro.
-Aquí estoy, no me iré a ninguna parte-le digo viéndolo a los ojos sonriéndole y el
asiente.
-Campeón dile que le guardaste-dice Wade alborotándole el cabello provocando que
Zack ria.
Su acción me sorprende de sobremanera y mucho más ver a Zack tan feliz con un
extraño.
-Te guarde el brillo Ela-dice sacandome de mis pensamientos.
Señala sus ojos con orgullo haciéndome sonreír.
-Con razón estoy súper recuperada-le digo besando su cabello.
-Bueno, es hora de irnos-dice Wade y me alza en brazos provocando un gritito de mi
parte.
-Puedo caminar Wade-le digo aferrada a su cuello y veo como Zack corre al coche y
se sube con ayuda de la señora y de la hermana de Wade.
-El doctor dijo que ningún esfuerzo-habla mientras camina al lado del copiloto y me
pone en el asiento.
-Esto es exagerar-digo cuando toma el cinturón de seguridad esforzándome porque
una sonrisa no escape de mis labios pero falló estrepitosamente.
Wade también se ríe mientras lo abrocha y cuando lo logra se aleja pero tomo su
mano antes de que salga por completo.
-¿Quién es ella?-le susurro y veo a la señora por el espejo retrovisor como juega con
Zack en el asiento de atrás.
-Ella es Helga, mi ama de llaves, iba a traer a mi nana pero tenía muchas cosas que
hacer hoy-dice y yo asiento en comprensión.
Él cierra la puerta y yo me giro mi cabeza al asiento de atrás.
-Soy Ela, un gusto Helga-le digo con una sonrisa.
-El mío señorita Ela-dice con una sonrisa y yo niego con la cabeza.
-Solo Ela, por favor-le pido y ella asiente.
Wade abre la puerta del piloto y se sube con unas gafas de sol puestas y prende el
auto para salir de ahí una vez por todas.
-¿Antes de ir a tu casa podemos ir a la mía por unas cosas?-le pido y el niega con la
cabeza sin despegar su vista de las calles.
-No necesitaras nada de esa casa-Me dice tomando mi mano la cual no aparto.
-Pero
-Deja atrás esa vida, no te faltara nada-me mira rápidamente con una sonrisa y yo
asiento.
-Te pagare todo-al parecer dije algo gracioso porque el ríe.
-Eres mi prometida, no me tienes que pagar o deber algo-me dice y yo lo miro
confundida.
Entonces escucho la voz de una mujer y recuerdo que Helga esta atrás junto con su
hermana, quienes son ignorantes ante nuestro trato así que lo único que puedo hacer
es asentir.
Y no se vuelve a decir una palabra en el camino, bueno, nosotros no lo hacemos pero
los de atrás se la pasan entre risas y juegos.
Los veo por el espejo retrovisor y algo en mi pecho se calienta por verlo feliz y
tranquirlo, como si el también supiera que algo mejor nos espera y se lo permite,
fácilmente lo acepta.
¿Cómo lo hace?
No tengo la menor idea.
Pasamos el mismo portón que la otra vez solo que ahora la luz me permite ver todo
mejor, las curvas que toma, los arboles verdes y frondosos, lo grande que es esta
propiedad, todo.
El apaga el coche cuando estamos enfrente de la casa, de mi nuevo hogar.
Al parecer no fue un tan corto sueño.
Abro la puerta y bajo rápidamente del coche, evitando la ayuda de Wade, quien se
pone a mi lado rápidamente mirándome mal.
Veo a Zack dirigirse al puente y camino hacia el atrapándolo en mis brazos con
fuerza.
-No me despegare de ti ni un segundo-digo contra su cabeza.
-Pero necesitas descansar-habla mi prometido a nuestro lado haciéndonos saltar por
su inesperada aparición.
Lo miro con una mueca sin soltar a Zack.
-No hay excusa-dice encogiéndose de hombros.
Niego sin estar de acuerdo pero no digo nada, él hace que entremos a la casa y me
dirijo
Más bien me obligan a ir a la habitación, una diferente a la que había estado la última
vez, huele a Wade.
Me volteo para preguntarle donde estará Zack pero lo veo abrir una puerta que
conecta a otra habitación.
Al entrar veo muchos juguetes en repisas y una colcha de superhéroes en su cama.
-Se lo compre mientras tú estabas en el hospital-dice desde atrás en mi oído
mandando un escalofrió por mi cuerpo.
-Gracias-volteo y veo que su cara está muy cerca de la mía.
Unos centímetros de sus labios, un solo movimiento y nuestros labios se unen.
Un solo movimiento
Un muy lindo pecado

Primer comentario y le dedicó el cap


Ese momento en el que estas tan cerca de alguien, en el que la distancia es solo un
suspiro en el viento frio, en el que si pestañeas esos labios carnosos y tentadores te
invitan a pecar a su lado.
Un muy lindo pecado.
Con esos ojos verdes esmeralda y esa piel que parece ser esculpida por los
mismísimos dioses del olimpo creando la viva imagen de la tentación.
No me muevo, no puedo.
Mi mente solo piensa pero sin crear un pensamiento coherente, una sola idea.
No nos tocamos, ni un rose, solo un congelamiento mutuo.
Pero es tan atrayente, tan malditamente...
-¡Ela!-grita Zack en la lejanía de esta ensoñación.
Wade carraspea y desvía sus ojos hacia otro lado provocando que yo sobe mi cuello
con notable nerviosismo.
-¿Qué paso Zack?-le pregunto caminando hacia donde está.
-Mira el dinosaurio que me compro el señor Mandi-dice alzando su juguete hacia mi
haciendo que sonría.
Hace mucho que no tenía un juguete nuevo.
Esa sonrisa lo vale todo. Esto es un avance en nuestras vidas.
-Esta padrísimo-digo revolviendo su cabello y volteo hacia Wade, a quien encuentro
recostado en una pared con los brazos cruzados a la altura de su pecho mirándome,
mirándome con una intensidad tan grande que me incomoda.
-Pequeño dime Wade o...-empieza pero lo interrumpe Zack.
Con una palabra que hace mucho, pero mucho tiempo no tiene significado para mí.
-Papá-dice el niño con una sonrisa de ilusión pero tensándome como nunca antes
ante su inesperado comentario y espero nerviosa la negativa de Wade.
Estuve a punto de explicarle pero una voz se adelanta a la mía.
-Sí tú quieres así me puedes decir campeón-dice acercándose a nosotros y no dudo
que yo tenga la boca abierta por el asombro.
¿Quién es este hombre?
No, no me interesa saberlo.
-Bueno Zack te tenemos una noticia tu hermana y yo-dice tomándome por sorpresa
de la cintura y pegándome a él.
Él solo nos mira de uno a otro y se detiene en mi con una mirada de miedo que yo
calmo cuando le sonio.
-Bueno, Wade y yo-miro a mi futuro esposo y regreso la vista a Zack-.Nos vamos a
casar.
Lo miro sin saber que reacción esperar, pero de seguro lo que pasó no era una de mis
perspectivas.
Zack llora.
Mi bebe, el niño de mis ojos está llorando.
-¿Qué pasa amor?-le digo poniéndome de rosillas para estar a su altura.
¿No le gusta la idea?
Si es así, ¿Qué hago?
Quito un mechón de pelo que caía por su frente y acuno sus mejillas entre mis
manos.
Él continúa llorando con sus manitas en sus ojos y lo abrazo intentando tranquilizarlo.
Su cuerpecito deja de temblar y lo separo de mí para verlo a los ojos.
-¿Por fin tendré una verdadera familia?-me pregunta con ilusión en su mirada e
inevitablemente mis ojos se llenan de lágrimas.
Me parten en dos sus palabras, siento como mi pecho se oprime al verlo y escucharlo
hablar así.
¿Por qué tuvo que vivir lo que vivió?
¿Por qué las cosas no fueron deferentes?
¿Por qué nos toca vivir esto?
Son preguntas que no tendrán respuesta, quizá nunca, pero juro que hare de Zack a
partir de hoy en adelante el niño más feliz del mundo.
-Si, seremos una familia-dice Wade al notar lo difícil que me es hablar a mí en este
momento.
Se pone a mi lado y con su imponente altura y lo grande que es nos cubre a los dos
con sus brazos.
Abrazo a los dos hombres que serán parte de mi vida.
Tal vez por poco tiempo pero intentare que sea el mejor para Zack.
Me levanto y le doy la espalda mientras lagrimas silenciosas se escapan de mí.
-Zack ve a bañarte porfavor-le pido si verlo.
-Si mami-dice y pasa por mi lado corriendo y dando saltitos hasta que lo veo
desaparecer tras una puerta.
Caigo de rodillas al suelo con mis manos cubriendo mi cara mientras lloro, sin
importarme el dolor físico.
Lloro por todo lo que está pasando, por todo lo que paso, solo sintiendo como un
remolino de emociones me absorbe y no me deja ir.
Me dijo mamá, a mí, a su hermana mayor la considera una madre.
Dejo de tocar el suelo gracias a que alguien me levanta y me lleva en brazos hasta la
que será mi nueva habitación.
Siento una suavidad bajo mi cuerpo y me hago bolita en la cama, temblando y
respirando entrecortadamente.
Siento como Wade me acerca a su cuerpo y me abraza con fuerza, no lo aparto, solo
quiero caer dormida porque estoy lo suficientemente cansada tanto física como
mentalmente para lograrlo.
No quiero pensar, son demasiadas emociones en un día.
-Ela, tranquila-me susurra en el oído con calma, me carga y me pone en su regazo
acunándome, dándome el calor que necesito.
Esas fueron las únicas palabras que dijo, se mantuvo ahí para mí mientras pasaban
los segundos, aquellos minutos que formaban horas.
Hasta que caí dormida.
N/A:
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Es alentador.

Mis parpados se negaban a abrirse, pesados e hinchados por tanto llorar.

Llevo mis manos a ellos y siento todavía un rastro húmedo en ellos, mi garganta seca
igual que mis labios los cuales lamo en busca de un poco de alivio.

Al abrir mis ardidos ojos la luz del sol me da la bienvenida al mundo consiente con
una intensidad molesta que cubro con mi mano.

Me intento levantar pero algo me aferra a la cama y al guiar mi mirada hacia mi


vientre me encuentro con un fibroso brazo.

Veo al responsable de lat parte humana y abro los ojos como platos al toparme con
tal personificación divina.

Estuve a punto de gritar y empujarlo de mi lado pero me tranquilizo al recordar sus


palabras.

Suspiro resignada y cociente de que tendré que acostumbrarme a tener alguien


mayor a los seis años en mi cama.

Quito su mano con cuidado y me levanto lentamente de la cama para ir a la recamara


de Zack a quien encuentro sentado en el sofá rojo frente a la televisión.

Detengo mis pasos para observarlo.

En su mirada encuentro felicidad e impresión al ver con detalle los colores de sus
caricaturas, caricaturas que solo podía apreciar un ratito en la televisión vieja y
desgastada de la sala.

Escuchar su risa es refrescante, verlo así es alentador.

-Hola pequeñín-digo sentándome a su lado y beso su mejilla.

Él me sonríe y se lanza encima de mí haciéndome reír y a la vez hacer una mueca de


dolor.

-Campeón, con cuidado que todavía no está lastimada-dice una voz ronca a nuestra
espalda, busco con mi mirada a el portador de esa voz topándome con un torso
desnudo.
¿Pero este hombre de que esta hecho?

La luz brillando en su piel dándole un color dorado y su sonrisa perfecta haciendo que
un hoyuelo se forme en su mejilla izquierda.

Me levanto nerviosa de sillón evitando verlo, así que demuestro falso interés en la
caricatura de Zack.

-¿Qué quieren para desayunar?-digo rápidamente con el ansia de salir de esa


habitación.

-No tienes que hacer el desayuno, mi nana se encarga de el-me dice y toma mi mano
volteándome hacia él.

Mis manos quedan en sus pectorales y las suyas en mi cadera, muy, pero muy
pegados el uno del otro.

-Te la traigo en un segundo-le dice a Zack, el aludido solo nos mira raro pero deja de
hacerlo para prestarle atención a su programa.

Wade me guía a nuestra habitación con una mano en mi espalda baja dejándome
pasar primero y escucho como cierra la puerta.

-¿Qué tiene que hablar co-empiezo pero soy callada por sus labios.

Son tan suaves, tan malditamente suaves, su boca sabe a menta y besa de maravilla.

Inconsciente y sin experiencia intento regresarle tímidamente el beso, él me pega a la


pared y yo tomo su cabello entre mis dedos atrayéndolo más a mí.

Wade toma entre sus dientes mi labio inferior jalándolo y chupándolo dejándolo
hinchado para regalarme una sonrisa.

-Buenos días futura esposa.


Besos

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Estoy sin aliento.
Ese beso fue una montaña de emociones, algo tan simple pero tan hermoso.
Mi primer beso y fue con un total extraño, un extraño que me hizo sentir.
No quiero sentir.
Porque s sientes, es más probable, más fácil, que te hagan daño.
Uno tanto físico como mental.
No quiero que me sigan haciendo daño, no quiero seguir sufriendo, no quiero que las
personas que dicen quererme me sigan destruyendo.
Lo veo a los ojos con una variedad de emociones que me abruma y me confunde aún
más ver un brillo, algo distinto en sus ojos que los hace más hermosos junto con sus
labios hinchados y rojos convertidos en una sonrisa.
Yo carraspeo cerrando los ojos por un segundo intentando tranquilizar a mi
alborotado interior, niego con la cabeza y paso por su lado.
-¿Ela?-interroga queriendo saber que me ha pasado.
-mmmm-respondo haciendo la cama.
Wade toma una de mis manos y me hace verlo.
-¿Qué pasa?
-¿Debe pasar algo?-quito mi mano de la suya.
Se intenta acercar a mí pero soy más rápida y paso por su lado para terminar de
hacer la cama.
-¿Por qué no quieres que te toque o que siquiera esté cerca de ti?-Me pregunta
parado en donde lo deje con los brazos cruzados observando cada movimiento que
hago.
-No es tan sencillo dejar que un extraño te toque, a parte habíamos quedado en que
no habrían muestras de ningún tipo cuando no fuera necesario-le digo
enderezándome e imitando su misma postura quedado frente a frente divididos por la
cama.
-Serás mi mujer, si te quiero besar lo hare-Me dice con un tono que delata que no
está bromeando.
-No te confundas, eso no pasara, seré tu mujer de palabra pero solo de ese modo-lo
señalo-.Te recuerdo que esto no es porque yo quiera, lo hago por él y nada más por
él.
Camino hacia la habitación de Zack dando a entender que esta discusión término.
Wade toma mi brazo con delicadeza y hace que gire mi cabeza hacia él.
-y yo te recuerdo que sin mí, ese niño-señala la puerta de la habitación de Zack-.No
podría estar a tu lado.
Su mandíbula esta tensa y su ceño fruncido y yo le sonrió falsamente.
-Lo sé-lo veo de cabeza a pies-.Créeme- digo soltándome bruscamente de su agarre
continuando mi camino.
-Amor hay que arreglarse-le digo al entrar a su habitación.
No rechista, apaga el televisor y se levanta del sillón y como si hubiera vivido durante
años aquí se dirige al baño.
Me siento en su cama y suspiro con fuerza, mis ojos recorren la habitación.
Pasan por la tele, los muebles brillosos, las repisas llenas de juguetes pero uno en
especial llama mi atención.
Un oso blanco que me trae muchos recuerdos, me paro de la cama y con paso
apresurado me dirijo a él tomándolo entre mis manos alzando su pelaje y observo la
nota de mi mamá.
La acaricio con las llemas de mis dedos, letra por letra, llenándome de sensaciones
inquietantes.
¿Qué hace esto aquí?

¿Cómo llego aquí?

Jure que lo tenía bien escondido en una caja debajo de la cama enterrado por vieja
ropa y duros recuerdos.

Abrazo el peluche contra mi pecho con fuerza cerrando los ojos.

-¿Por qué nos dejaste?-susurro y abro los ojos viendo el paisaje colorido enfrente de
mí.

Un lago azul con uno que otro pato, unos árboles frondosos y verdes detrás y el cielo
claro y despejado como hacía días no se veía por aquí.

Un carraspeo me saca de mis recuerdos ya borrosos por el tiempo y giro rápidamente


escondiendo a mi espalda el peluche.

Me encuentro con un hombre enfundado en un traje azul rey con una camisa blanca
y una corbata del mismo e intenso azul, sus manos están en los bolsillos del pantalón
dándole un toque más imponente, su pelo bien peinado, su loción se percibe hasta
donde estoy parda pero sigo viendo en sus ojos una pizca de molestia.

-Necesito que me acompañes-dice extendiendo su mano hacia mí.

-Necesito arreglarme-odio el nerviosismo que se escucha en mi voz.

-'Pedí que te compraran algo de ropa para unos cuantos días, luego iras tú y
compraras lo que te haga falta, te espero abajo en diez minutos, no más-su tono se
escucha severo poniendo mi piel de gallina.

El conocido magnate ha vuelto con total seriedad.

Sale de la habitación sin esperar respuesta mía, lo cual me frustra y hace que mi
sangre hierva de enojo.

Entro en la habitación y veo en mi mesita de noche un frasco y un vaso de agua, me


dirijo a el y tomo todos los medicamentos que me receto el doctor.

Ya casi no me duele la costilla y a decir verdad nunca he tenido el tiempo de


prestarle atención a mis heridas, simplemente sigo, no hay tiempo para otra cosa, no
se estar quieta, nunca pude detenerme.

Me dirijo a una de las puertas que está al lado de un gran espejo.

Al entrar me impacta lo blanco de las paredes, observo de un lado una infinidad de


sacos, camisas, zapatos de vestir, corbatas y uno que otro pantalón para hacer
deporte y del lado contrario

Una gran cantidad de ganchos y tres prendas colgadas.

Dos pantalones y un vestido blanco.

En el centro del closet encuentro una pequeña mesa de vidrio donde se observan
varios relojes, lentes de sol y gemelos para las camisas de Wade.

Al fondo un ventanal vertical y a los lados de este dos espejos de cuerpo completo.

Tomo el vestido blanco al recordar que tengo poco tiempo t entro al baño que se
conecta con el closet.

¿Todo en esta casa se conecta?

Tomo una ducha rápida me peino el cabello con los dedos y me pongo las sandalias
que estaban debajo del vestido de un color durazno pastel.

Salgo y bajo corriendo las largas escaleras y al irme acercando cada vez más a la
cocina escucho las risas de Zack.

Calmo mi andar y al entrar a la cocina la encuentro vacia.


Sigo buscando guiándome por el sonido de las voces las cuales me llevan al jardín
trasero.

Me quedo parada en la puerta corrediza de cristal viendo a Zack con un balón de


futbol americano en sus manos, corriendo por todo el jardín perseguido por Wade.

Abro la puerta y el aire fresco de la mañana vuela mi cabello mojado hacia atrás.

Zack al verme me sonríe y yo a él, me quito los zapatos disfrutando del suave pasto.

-¡Ela!-me grita Zack y tapo con mi mano mis ojos para verlo sin que el sol me
moleste y solo veo como me lana el balón que cacho torpemente.

Zack y Wae me observa y yo empiezo a correr por el pasto escuchando sus risas.

Zack intenta interceptarme pero no lo logra y cae en el pasto muriéndose de la risa.

Volteo a ver si está bien distrayéndome, Wade me toma de la cintura alzándome y me


tira al pasto verde con él encima.

Yo me rio tanto que las lágrimas salen de mis ojos y el estómago me duele.

Suspiro cuando logro tranquilizarme y veo sus verdes ojos y su bella sonrisa.

Giro mi cabeza para poder verlo mejor, nosotros y el sonido de los pájaros de fondo.

Se acerca lentamente y mis labios reciben los suyos con muchas dudas.

¿Qué haces Ela?

-iug-dice una vocecita a nuestro lado y los dos volteamos a verlo.

Zack está de brazos cruzados con el ceño fruncido haciendo una mueca de asco.

Suelto una risita y cubro mi boca al ver el porque me estoy riendo.

Wade se levanta y me ayuda a levantarme, lo miro con una ceja alzada esperando
que me explique que acaba de pasar y el hace una seña con la cabeza para que vea
el interior de la casa encontrándome con a varios empleados observando la escena
con rostros felices.
Oh, acabamos de dar un espectáculo.

Lo veo y el me guiña un ojo y yo ruedo los míos.

Le aviento el balón a Zack quien lo atrapa fácilmente.

Wade me jala y choca sus labios con los míos en un beso más hambriento, más
necesitado.

Me separo indignada mirándolo mal.

-No te aproveches.

Lo empujo juguetonamente ante los ojos de todos pero con una clara advertencia
escondida ahí.

-Oh créeme-dice mientras se acerca y me toma de la cintura-.Aprovecho las


oportunidades muy bien.

Dice con una sonrisa de sé que te encanto y me roba un beso y se va riendo a la


casa.

-¡Eso ya lo veremos!-le grito y él frena para volteando a verme.

Se ríe y niega con la cabeza y por fin entra a la casa.

Bufo con frustración.

N/A
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Que ego

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Este hombre me sacara de mis cabales con su sínica sonrisa y risa malditamente
sexy.
-¿Qué fue eso?-Me pregunta Zack con confusión.
Suspiro.
-Nada, no fue nada-niego con la cabeza y me dirijo a la casa.
Volteo y veo Zack en medio del enorme jardín darle vueltas al balón.
-Entra, ya se nos hizo tarde y tienes que desayunar antes de ir a la escuela-digo con
una sonrisa mientras hago una señal con la mano para que venga hacia mí, él pasa
por mi lado corriendo adentrándose a la casa y yo lo sigo no sin antes ponerme mis
zapatos.
-Desayunas y subes a lavarte los dientes-digo y asiente.
Subo las escaleras y entro de nuevo a la habitación y me tumbo de espaldas a la
cama.
Pensando en todo mientras veo el techo, pienso en mi padre, en el juicio, en Zack.
Pero quien predomina y domina mis pensamientos es aquel demonio de ojos verdes.
Mi vida es un completo desastre.
Suspiro y tomo una almohada pegándola a mi rostro para gritar y no ser escuchada.
-Si sigues así te enfermaras-dice una voz masculina, una muy conocida por cierto.
Me quito la almohada de la cara y me levanto sobre mis codos para verlo, ruedo los
ojos y me levanto para ir a recoger el desastre que provoco Zack en su habitación.
-¿Por qué estás tan molesta?-me pregunta siguiéndome a la habitación.
-No estoy molesta-digo y empiezo a recoger los juguetes del suelo.
-¿No?, porque parece todo lo contrario-dice con sarcasmo.
-Escucha-paro de recoger y me volteo hacia él encontrándolo recargado en el marco
de la puerta con los brazos cruzados.
Que sensual se ve en esa postura.
-Tengo demasiadas cosas que resolver como para molestarme de algo que no vale la
pena-le digo y sigo recogiendo.
-¿A qué te refieres?-dice y escucho sus pasos acercarse.
-Que no me interesa agregar a mi lista de cosas por hacer estar bien, molesta o lo
que sea contigo, ¿entiendes?-digo colocando el ultimo juguete que traía en las manos
en la repisa.
Wade me toma por la cintura y pega mi espalda a su pecho.
-Creo que no has entendido, tendrás que agregarme a esa larga lista porque
literalmente en unos días estaremos casados-dice apretando mis caderas.
-Créeme, lo sé-le digo y lo intento separar-.Suéltame.
Él me gira ara estar cara a cara y niega a mi petición.
-Wade, no es divertido-digo intentando otra vez separarme pero vuelvo a fallar
haciéndolo reír.
-Si lo es-dice acercando su rostro.
-No, no lo es-gruño-.Si no me sueltas por las buenas lo haras por las malas-le
advierto y el alza una ceja con notable diversión es sus hipnóticos ojos.
-¿Qué harás?-pregunta divertido.
Le doy un pisotón furiosa por su tonto juego logrando que me suelte y gruña de dolor
brincando en un solo pie.
-Eso-lo señalo con una sonrisa dejándolo ahí.
Entro en mi habitación para buscar mi bolsa.
Siento como me giran y luego algo blando a mi espalda.

-Pero que

No termino de hablar porque unos dulces y suaves labios sellan los míos, no le
respondo el beso.

Se separa con una enorme sonrisa y yo le doy una mirada fulminante.

-Vete acostumbrando futura esposa que asi será cuando yo quiera-dice y se levanta
arreglando su saco.

Abro la boca para refutar.

-Te espero en cinco abajo-dice y sale por la puerta dejándome con la palabra en la
boca.

-Engreído, patán, arrogante-gruño con frustración-.No lo soporto.

-¿A quién no soportas?-pregunta Zack con la boca llena de pasta.

-mmm.. a una conductora-digo y el ve la televisión apagada y luego a mí con el ceño


fruncido.

-pero-dice señalando la televisión.

-¿No te tienes que ir a enjuagar la boca?-pregunto levantándome rápidamente


siguiéndolo al baño.

-¿Listo?-pregunto peinándolo y el asiente.


Bajamos las escaleras entre juegos y risas para salir a la cochera donde por supuesto
el gran dictador está ahí.

-Puntual-dice viendo su caro reloj y yo arremedo lo que dijo sin pronunciar palabra.

-¿Qué esperan? Suban-dice quitándole los seguros a un BMW negro.

Caminamos a él y subo a Zack y abrocho su cinturón de seguridad y luego me dijo a


mi asiento, donde Wade me espera con la puerta abierta.

Asiento en agradecimiento y el cierra mi puerta rodeando el vehículo para subirse


como el conductor.

Veo por el espejo retrovisor como Zack mira todo con fascinación moviendo sus
piecitos feliz.

Ese niño me va a matar.

Arranca y salimos hacia la escuela, el trayecto es corto y tranquilo escuchando una


llamada de Wade de trabajo.

Lo bajo del auto y le acomodo su nuevo y suave suéter de la escuela.

Nota mental, agradecerle a Wade el gesto.

-Portate bien-digo y beso su mejilla.

-Nos vemos campeón, diviértete-le dice Wade y chocan sus puños.

Zack corre a la entrada de su escuela con la mochila colgada a su espalda y frena y se


volte a vernos.

Me despido con la mano y a él se le ilumina la cara y vuelve a correr al interior de la


escuela.

Veo a mi lado a Wade viendo hacia la escuela y luego a mi.

-Vamos-dice y vuelve a abrirme la puerta se sube a su lado.

-¿A dónde vamos?-pregunto viendo las calles desconocidas y lujosas tiendas.

-Te dije que te quería mostrar algo-dice y yo niego con la cabeza.


-Nunca me dijiste eso-le reclamo y él se hace el desentendido.

No vuelve a decir nada y sigue conduciendo con tranquilidad.

Da varias vueltas y estaciona el auto enfrente de una gran puerta.

Toma mi mano y nos dirigimos así al interior del lugar que posee unos extraordinarios
jardines.

Nos ofrecen unas bebidas y cada uno toma una y caminamos por os extensos jardines
con el intenso sol en su mayor esplendor.

-¡Señor Mandi!-exclama una voz con entusiasmo a nuestra espalda llamando nuestra
atención,

Es una señora mayor con pelo blanco y un estilo de la moda impresionante.

Caminamos hacia ella con un sonrisa.

-¿Quién es ella?-pregunto sin borrar mi sonrisa.

-Ya sabrás-dice imitando mi gesto.

Al llegar con la señora mi futuro esposo le da la mano y ella lo abraza como si no se


hubieran visto en mucho tiempo.

-Querido, cuando recibí tu llamada me lleve una grata sorpresa-le dice con una
sonrisa y luego sus ojos cafes se posan en mí.

-Pero que belleza-dice tomando mi rostro entre sus manos-.Me dijiste que era bonita
pero es hermosa.

Le sonrió por su alago.

-Elaine, un gusto-me presento extendiendo mi mano.

-y muy dulce-dice la señora abrazándome.

-Oliva, pero dime Oli por favor-dice cuando se separa.

-Bueno, ¿Cuándo es la boda?-pregunta mirándonos.


-¿Qué?-las palabras salen de mi boca sin poder evitarlo.

-Amor, Olivia..

Oli-lo corrige.

-Oli-la mira con una sonrisa-.Es planificadora de bodas.

Lo mato.

Juro que no sale vivo de aquí.

-Pero no se queden ahí, pasen, pasen-dice y nos guía al interior de un edificio.

Hay muchas flores de diferentes tipos por todo el lugar brillando en todo su esplendor
gracias a las paredes de color crema.

-¿Por qué no me lo dijiste?-le doy un codazo cuando Oli se entretiene con un


empleado.

-Porque no habías venido-dice viendo todo menos a mí.

-Es una locura, es una boda, no el recibimiento de la rina de Inglaterra-susurro


molesta.

-Soy Wade Mandi, un magnate y uno de los hombres más codiciados del mundo,
todos los medios querrán filmar mi casamiento, no será cualquier boda-habla y
avanza más rápido hacia Olie dejándome atrás.

-Pero serás-me callo al ver que Oli me observa y sonrió.

Todos querrán filmar mi boda

OH POR DIOS.

Que ego.

N/A
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Manos a la obra

Primer comentario y le dedicó el cap


Escuchen la canción por fa.
Estoy parada observando como mi futuro esposo habla con la organizadora de bodas.
Esto lo hace real.
Escoger flores, colores, invitaciones, manteles
¡Dios!
Volteo a todos lados y observo todo.
Esto está pasando muy rápido.
No sé si pueda seguir con esto.
Es demasiado.
¿No es demasiado todo lo que he pasado?
¿Me rendiré ante algo relativamente fácil?
Mi corazón se acelera desbocado y mi mente se abruma.
Es demasiado difícil.
Estoy saliendo de un tremendo lio para meterme en otro.
¿Esto es lo que el destino quiere para mí?
Salgo corriendo de aquel lugar, intentando controlar mi respiración y que mi mente
deje de atormentarme.
Abro la puerta y al salir al jardín inspiro el aire fresco.
Camino por aquel lugar de inmensos jardines, recorriéndolos lentamente, apreciando
la variedad de colores y olores que aglomeran en el aire.
Escuchando el agua salir de una manguera y alguno que otro aspersor, entre el canto
de los pájaros escucho uno galopes.
Me dirijo hacia ese sonido encontrándome con una pequeña caballeriza de madera.
Distintos caballos se encuentran, cada uno tan fuerte e imponente pero uno en
especial llama mi atención.
Un caballo negro como la noche asoma su bella cabeza haciendo relucir ese color
oscuro y peligroso.
Me dirijo hasta el final de las caballerizas para poder admirarlo con fascinación,
estando enfrente de él.
Es preciosos.
-Hola amigo-digo y acero mi mano lentamente intentando tocarlo.
El bello animal huele mi mano y me deja acariciarlo.
-Buen chico-susurro con una sonrisa perdiéndome en sus ojos, recordando.
Flashback:
-Ves como él no te hará daño-dice mi padre acariciando un caballo negro mientras me
ve.
-Da miedo papi-dice la voz de una pequeña niña de siete años.
-Yo te protegeré, acércate a ella con cuidado y lentamente-me dice y hago justo lo
que me dice, cayendo en sus palabras.
-Vamos Eli, no le tengas miedo, ellos lo huelen, son muy perceptivos-dice y extiende
su mano hacia mí la cual tomo.
-Muy bien pequeña-me felicita cuando acaricio al caballo todavía aferrando su mano.
-Ellos no te harán daño, son leales-me dice agachándose a mi altura mientras yo
acaricio al caballo, veo cual de todas las puertas es la suya y veo su nombre grabado
en la puerta.
Rose
-Igual que yo, jamás te pondría en peligro pequeña-me abraza y se levanta para da
vueltas conmigo haciéndome reír.
Fin del Flashback.
-Creo que alguien no siguió sus palabras-susurro y una lágrima resbala por mi mejilla
alterando al caballo que se calma cuando lo acaricio.

-Ela, aléjate con lentitud-dice una voz grave como si estuviera en peligro.
No quito mi mano ni dejo de observar al hermoso semental que está enfrente de mí,
sabiendo aun así que Wade me advierte y me observa.
-No es malo ni peligroso Wade-susurro tragando el nudo en la garganta.
-Lo es, hazme caso por una vez y aléjate de ese caballo-dice con frustración y notable
preocupación.
Niego con la cabeza, necia a demostrar algo que quizá soo yo entienda.
-¡Ahora!-grita alterando al caballo, este se agita y golpea la puerta de su lugar.
-Oh, tranquilo-intento calmarlo, acaricio su cabeza logrando mi objetivo.
Quito mi mano y enfrento a Wade que me mira estupefacto.
-¿Cómo-intenta preguntar pero niego.
-Creo que Oliva nos estará buscando-digo y paso por su lado hacia la salida de las
caballerizas.
-¿Por qué te fuiste?-toma mi brazo deteniéndome y yo me suelto con brusquedad.
-Quería un poco de aire, eso es todo-Digo y continúo mi camino.
-¿¡Que es lo que sucede contigo!?-grita molesto y yo giro molesta y me acerco a él
con paso furiosos.
-¿¡Quieres saber que sucede conmigo!?-Grito-.¡Todo sucede! ¡Me casare en menos de
dos semanas! ¡Que mi padre se ira a la cárcel y su juicio será en menos de un mes!
¡Me mude con un hombre que no conozco y para menos me tae a planificar mi boda
sin saberlo!-Explote.
Lo miro con furia y con la respiración acelerada, le doy la espalda para retomar mi
camino.
-¡No eres la única que está pasando por mucho! Pero esto lo hago por todos, por ti,
por el niño, por mí, ¡no es fácil! Pero deberías de poner un poquito de tu parte-dice
con un esfuerzo monumental por no gritar pero con la furia palpable en todo él
mientras se acerca a mí.
Odio que tenga razón.
Suspiro con pesar por mi comportamiento.
-Lo siento, ¿si?- juego con mis manos apenada-.Es solo que
Me callo y lo veo.
Él alza las cejas esperando que termine mi oración.
-Es solo que hay que regresar a planificar esa boda-digo y me giro.
Pero antes de avanzar suspiro y giro de nuevo hacia el con mi mano extendida para
que la tome.
Wade sonríe y la toma con seguridad.
-Aparenta amor, esto será una locura-le susurro con una sonrisa mirando sus ojos.
-¿Qué es la vida sin un poco de locura?-dice y empezamos a caminar tomados de la
mano.
Respira.
Sabes porque estás aquí.
Un año.
Y Zack es tuyo.
Un pequeño sacrificio.
La gloria llegara a ti.
Es simplemente casarse, ¿nada verdad?
-Al fin-suspira Oli cuando nos ve entrar al edificio.
Firma algo que le entrega un chico y se acerca a nosotros.
-¡Hay que preparar una gran boda!-grita alzando sus manos y Wade me da un
apretón en la mano llamando mi atención.
-No estás sola en esto-dice con una sonrisa.
-Juntos-le sonrió.
-¡Manos a la obra!-grita Oliva y nos jala al interior del lugar.
()
Estoy parada afuera de la escuela de Zack con Wade a mi lado esperando que mi
pequeño salga.
El timbre del colegio suena avisándome que en unos cuantos minutos Zack estará a
mi lado.
-Si, avísenme si cambia algo-cuelga Wade guardando su celular en el bolsillo del
pantalón.
Empiezo a observar a los niños salir pero mi mirda se topa en alguien que está entre
los padres de familia.
-¿Wade?-lo llamo sin quitar mi mirada de esa persona.
-¿Qué pasa?-escucho su voz.
-Vigila la entrada y cuando salga Zack lo llevas al coche, no te separes de él ni un
segundo-pido viendo como aquella persona se acerca a la entrada del colegio.
-¿Qué pasa Ela?-pregunta más alarmado.
-Haz lo que te pido, ¡ahora!-digo y lo dejo atrás dirijiendome a mi hermano Adam.
-¿Qué haces aquí?-le digo tomándolo del brazo con furia.
Él se sorprende al verme y luego sonríe con malicia.
-Vine a ver a mi hermanito-se encoge de hombros como si fuera algo normal y yo veo
detrás de él a Wade con Zack en sus brazos y suspiro con tranquilidad.
-Lárgate ahora mismo y no habrán consecuencias Adam-gruño y él se ríe.
-Ela, Ela, pagaras por lo que le hiciste a papá-me toma del brazo con fuerza y me
arrastra lejos de los demás padres que solo ven la escena, lucho con todas mis fuerza
haciendo que le cueste trabajo y de la nada me pone sobre su hombro provocando
que grite de dolor.
-No hagas esto-digo entre dientes y pataleo con todas mis fuerzas aunque me duela
como el infierno hacerlo.
-¡Suéltame!-grito furiosa y veo como sus pies corren alejándose de la escuela.
Lo golpeo y muerdo pero no logro conseguir que me suelte.
Me baja con brusquedad al suelo haciendo que golpe mi espalda contra el pavimento.
Me levanto rápidamente y veo que estamos solos en una calle desconocida para mí.
Lo veo y noto la misma mirada que me daba mi padre antes de golpearme.
Es idéntico a él.
No le doy tiempo a nada y me echó a correr.
Pero no todo es como siempre quieres.
N/A
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Estoy perdida

Primer comentario y le dedicó el cap


-¿A dónde vas?-me jala del pelo y me da un puñetazo en la mejilla que me hace caer
al suelo.
Toco mi pómulo con la mano temblorosa y veo sangre en mis dedos.
Me toma del cabello con fuerza haciéndome gritar del dolor y pega mi esplenda a su
pecho.
-¿No te quedo claro? Hare que pagues por lo que le hiciste a papá-dice con furia y yo
intento retener mis lágrimas.
Huele a cigarro y sudor.
-Siempre le hiciste caso en todo, nunca pudiste desafiarlo, eres igual de cobarde que
él-digo con furia y siento como golpea mi estómago sin soltarme de su agarre.
-Siemsiempre..le tuviste miedo y querías que estuviera orgulloso de ti, pero mírate,
sigues siendo el mediocre de siempre, sin ser capaz de pensar por ti mismo-gruño
aguantando el dolor.
Le pego en el estómago con mi codo logrando que me suelte y lo aprovecho para
tomarlo por los hombros y golpearlo en sus genitales haciendo que caiga al suelo.
Me alejo corriendo de ahí sabiendo que mi vida depende de ello.
Corro y escucho unos pasos atrás de mí, no volteo, no me detengo ante nada y siento
como alguien me jala a un callejón.
Me siento desfallecer, estoy perdida, me matara.
No puedo gritar ya que cubre con su mano mi boca, mis sentidos están alterados.
Me gira para enfrentarlo y lloro.
Es Wade.
Me hace una seña de que guarde silencio y lo hago cuando el quita su mano de mi
boca.
Me lanzo a sus brazos y el me agarra con fuerza.
-La tengo, vengan a recogernos-dice apretando un botón en su oreja.
Me separa de él y se tensa al ver mi rostro, el cual toca con sumo cuidado.
No dice nada solo rosa con sus dedos el área golpeada y noto como sus músculos se
van tensando cada vez más.
Una camioneta negra se para en la entrada del callejón y de ella baja un señor en
traje con un aparato en su oído.
Todo un guardaespaldas
Wade y yo subimos a la camioneta.
-¿¡y Zack!?-pregunto alterada al no verlo en la camioneta.
-Esta con mis mejores hombre en casa, está bien-Me dice serio viendo por la
ventana.
-Busca a Adam y tráelo ante mí-exige y yo me tenso.
-¿Qué vas a hacer?-pregunto asustada por su forma de actuar.
-Nadie toca lo que es mío-gruñe haciendo sus manos puños, esa simple acción me
altera y asusta de sobremanera.
Él me mira con intensidad y al ver que mis ojos siguen puestos en sus puños los
deshace rápidamente.
-No vas a hacer nada, ¿me escuchaste?-lo riño mirándolo a los ojos provocando que
tense su mandíbula y vea por la ventana.
-Te acaba de golpear-dice mimándome sin entenderme y señalando mi mejilla.
-Pero tú eres mejor que él y no vale la pena que él mundo se entere de que has
golpeado a alguien, eso no ayudara en nada a la adopción de Zack-le digo y eso lo
hace calmarse un poco.
Él no dice nada y no me mira, sus ojos siguen puestos en la calle.
-Wade..-le pido.
-Cancela mi orden-dice entre dientes haciéndome suspirar tranquila y luego me ve.

-Tú-me señala-hablaremos cuando lleguemos a casa-dice con una mirada


severa.
El camino a casa fue muy tenso y silencioso.
No me gusto para nada.
La camioneta frena enfrente de la casa y Wade me abre la puerta para que baje lo
que agradezco con asentimiento de cabeza y él no dice nada, solo camina al interior
de la casa.
¿Por qué esta así?
Entro a la casa y Zack corre a mí y me abraza por la cintura.
Acaricio su pelo y él ve hacia arriba.
-¿Por qué no fuiste por mí a la escuela?-me pregunta con sus ojos azules brillando.
-mmm.por..mm-volteo buscando ayuda y veo a Wade mirándome con sus brazos
cruzados esperando que responda la pregunta de Zack,
-Tenía unas cosas que hacer, no vuelve a pasar-le doy un beso en la frente y él
sonríe.
-Subiré un momento a mi recamara y luego hacemos o que quieras-le alboroto el
pelo y el ríe despegándose de mi corriendo a la cocina.
Subo las escaleras lentamente, notablemente cansada y entro en mi habitación.
Voy a un armario donde están las toallas y tomo una pequeña para curar mis heridas.
Me giro y me veo en un espejo.
Veo un gran moretón que se está formando en mi mejilla junto con un poco de
sangre.
Mis ojos se llenan de lágrimas y lo odio.
Mi familia se rompió y me duele en el alma.
No quiero ser una adulta más, quiero ser una niña donde nada le reocupaba, donde
solo jugaba con mis muñecas.
Donde era feliz.
Sacudo mi cabeza tratando de que mis pensamientos se alejen y seco mis ojos.
No me había dado cuenta que me había acercado tanto a la espejo a tal punto que mi
nariz puede sentir el frio que emana.
Me volteo y doy un respingo al ver a Wade parado frente a mí.
Tan atormentada que no lo note.
-Me asustaste-le digo cabizbaja.
-No vuelvas a dejarme fuera-me dice molesto.
-¿De qué hablas?-frunzo el ceño sin entender.
-De que si algo pasa quiero que me lo digas, estoy aquí para protegerte, vamos a
casarnos y de nada servirá si sigues tratando de enfrentarlo y resolverlo todo tu sola-
dice cruzado de brazos con su mirada perforando la mía.
-No te quería meter en mis problemas, ¿entiendes?-paso por su lado y el me abraza.
-No, ahora también son mis problemas-susurra y un escalofrió me invade completa.
Se siente bien estar aquí, en sus brazos.
Es como si todo frenara y me relajara de una manera extraordinariamente rara.
Me separa y toma mi rostro entre sus grandes y firmes manos.
-No quiero que te metas en esto-digo con fuerza aparentando estar molesta.
La verdad es que estoy muy confundida con todo lo que siento.
-¿Por qué no?-me pregunta buscando mi mirada y yo me separo de él.
-Porque no te voy a meter al infierno, créeme, yo estoy acostumbrada, pero no voy a
permitir que te hagan daño por mi culpa-afirmo con el corazón hecho un nudo, uno lo
suficientemente fuerte para que la sangre se detenga en mi cuerpo.
-No me conoces, no sabes nada de mí, de cómo ha sido mi vida y el que toma las
decisiones de ella soy yo, me corresponde a mi decir en que quiero involucrarme y en
que no y una de ellas es que me meteré en tu vida, estoy en ella-me dice firme y yo
lo miro incrédula.
-Escúchame bien una vez por todas, no te meterás en mi vida, veras lo que yo quiero
que veas- le afirmo acercándome retadora-.Y que te quede claro, que no quiero
cnocer nada de ti, ¡no me importa!
Me doy a vuelta y me dirijo al baño.
-No quiero que me intentes conocer, vete rindiendo de una vez-lo veo parado en
donde lo deje y cierro la puerta al entrar al baño.
Me recargo en la puerta y cierro los ojos.
Por favor entiende.
Quiero eso, ¿no?
Quiero no conocerlo, ¿verdad?
¿Qué me está pasando?
Pero es que es ver sus ojos y la manera en la que me mira que hace que olvide todo.
Y ni hablar de cuando sus labios están encima de los mios, aquella dulzura de su boca
y la manera en que ve a Zack
Me estoy perdiendo.
Tengo que odiarlo.
No puedo verme vulnerable.
No otra vez.
Suspirando y con el corazón acelerado me acerco a los cajones para buscar e alcohol
que limpiara mis heridas.
La puerta se abre bruscamente y veo a Wade.
-Esta no es tu decisión, no permitiré que me trates así, entiende tú, conoceré de ti lo
que ni tú conoces de ti misma, aunque no quieras-Se acerca a mí-.No te hare daño.
La manera en que sus manos acarician mi rostro, la dulzura que hay ahí, las cosas
que prometen sus ojos son desarmadoras y aquella manera de deducir mis miedos,
su confesión esparalizante.
-No puedes saberlo-le susurro.
-Lo sé, porque sé que no puedo dañarte a ti, nunca a ti.
Me besa y lágrimas salen de mis ojos, lloro en su boca respondiendo su delicado
beso.
Estoy perdida.
N/A
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Eres un pecado con labios de angel

Primer comentario y le dedicó el cap


Reproduzcan en todo el capítulo plis.

Separo mis labios de los suyos, abro mis ojos lentamente y veo esos profundos ojos
verdes un poco más oscuros de lo normal.

Que hermosos son.

Como dos gemas preciosas.

Este hombre está dedicado para matar.

Nuestros alientos están mezclándose y nuestros labios rosándose.

Que bien saben.

Su mano en mi cintura me sube al lavabo y se coloca entre mis piernas y une


nuestros labios.

Siento fuego en mi interior.

Es un beso como si me quisiera decir:

Oye, no tengas miedo.

Estoy aquí.

Es hambriento, apasionado, necesitado.

Tomo su suave cabello entre mis manos y lo pego más a mí.

Sus manos aprietan mis caderas y me pega más a él.

Un suspiro sale de mi boca y él lo disfruta.

Pero recuerdo, recuerdo que no me puedo permitir ser débil,

No puedo ser dañada de nuevo.


No sé si lograría soportarlo.

Ya no me siento tan fuerte.

Esto solo durara un año.

Me separo y me bajo bruscamente del lavamanos.

-No-sentencio y salgo del baño.

Por favor no me sigas.

-¿Por qué?-toma mi brazo y me pega a su pecho.

Su ceño fruncido y su boca hinchada por nuestro beso.

Esos labios.

Encajando a la perfección con los míos.

¿Por qué lo estas complicando todo?

Eres un pecado con labios de ángel.

Son mi bendita perdición.

-No hagas esto-le suplico y el toca mi labio inferior con su pulgar.

Un simple roce que electrifica todo mi cuerpo.

-¿Por qué?-vuelve a preguntar.

Porque no puede ser posible tontuelo.

Nos haremos mucho daño.

No quiero que sufras.

No quiero hacerte daño.

-No tienes que saberlo-le digo y paso por su lado sin ver su rostro.
Entro de nuevo al baño y tomo el alcohol.

Lo tomo y lo vierto en la toalla y lo acerco lentamente a mi rodilla raspada y ese


movimiento provoca un inmenso dolor en mis costillas.

Grito de dolor.

No lo soporto.

Se siente como mil cuchillas clavándose en mi piel.

-¿Qué sucede?-entra corriendo Wade y toma mi rostro buscando cual es el problema.

Mi abdomen arde.

-¡No lo soporto!-grito tomando mi torso intentando aliviar el dolor.

Wade ve mi movimiento y sin pensar dos veces sube mi vestido.

En es momento no me importa.

Porque veo en el espejo una mancha morada y amarilla en mi estómago.

-Oh no-musita Wade al ver lo que yo veo.

Yo agarro con fuerza del lavabo cuando me inclino por el dolor que me provoca.

Mis piernas se debilitan.

Esto es insoportable.

Frio sudor resbala por mi piel.

Wade baja el vestido blanco y me toma de la cintura evitando que caiga al suelo.

-¡Wade!-grito de dolor y me aferro a sus brazos.

Me toma en brazos y corre por la casa.

-¡Román!-grita bajando las escaleras y el nombrado sale corriendo de la cocina.

-Trae cualquier coche, ¡Rápido!-le grita y este al ver la situación sale disparado.
Mi niño sale corriendo del susto de la cocina.

-¿Ela?-pregunta sorprendido al verme en brazos de Wade.

-¡Ela!-grita con fuerza y corre a nosotros.

-¿¡Que le hiciste!?-le pega a Wade.

Intento pasar saliva por mi garganta para explicarle.

Mis labios se sienten secos y fríos.

-Él me encontró así-digo y Zack detiene sus movimientos-.Me está ayudando.

Una bocina suena afuera y el corre hacia la puerta.

-Zack-susurro.

-¡Tomasa!-grita y ella sale detrás de nosotros con Zack en sus brazos como si
entendiera que le pide Wade.

Wade sube al coche y recuesta mi cabeza en su pecho.

Una fría manita se posa en rodilla y veo a Zack verme con preocupación y le intento
sonreír.

-Ela-dice Wade y yo lo veo.

-Estarás bien-me da un beso en la frente.

-No lo aguanto-me quejo y Wade ve mi abdomen cubierto por la tela y veo en su cara
que sabe que esto no esta bien.

Que este podría ser el final.

Mis ojos se quieren cerrar pero observo a aquel niño y le susurro.

-Te amo-digo el llora abrazado a Tomasa.

-Más rápido-Exige Wade y ve mis ojos.


-No, no te duermas.

Es un gran hombre.

Al que no conozco y tal vez

Nunca conoceré.

N/A:

¿Que les parece?

¿La continuó?

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¡¡Hola a todo el mundo!!


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Que les parece un...

¡Miraron time!

Comenten que aman de los personajes y cuál es su favorito!!


Si llegamos a más de 15 comentarios y 15 votos.
De hoy a mañana
Inicia un...

¡¡MEGA MaRATON TIME!!


¿Lograremos hacerlo? 1/?

Lo prometido es deuda
¡Maratón time!
Primer comentario y le dedicó el cap.
Narra Wade:
Lo veo en cámara lenta.
Veo como ella cierra sus ojos y no los vuelve a abrir.
-¿Ela?-le susurro y no responde.
Trato de sentirle su pulso y es una osadía tenebrosa cuando lo encuentro débil.
Su suave piel está débil.
Esto no está pasando.
-Más rápido Román-grito exasperado por aquella situación que no está en mis manos.
No me la quites.
Veo al cielo.
¿No te ha sido suficiente con quienes te has llevado y apartado de mi lado?
El coche frena y bajo corriendo con Ela en brazos.
-¡Ayuda!-grito deseperado.
Unas personas salen con una camilla y pongo a Ella ahí y ellos corren al interior del
edificio y yo detrás de ellos.
Veo que pasan unas puertas gritando cosas.
Se que no puedo entrar.
Como quisiera entrar.
Saber que se recuperara.
Tomo mi cabello con frustración y me giro viendo a Zack parado en el pasillo viendo
las puertas.
Me trae recuerdos dolorosos, verlo ahí.
Una vez yo estuve ahí.
Parece ido.
-Ven aquí-lo tomo y lo abrazo con fuerza y él llora con fuerza.
Yo sé lo que se siente.
Se el miedo que corre por sus venas en este momento.
No es agradable.
-Ella estará bien-le susurro y beso su cabeza.
Tiene que estarlo.
Me siento en la sala de espera con el aun en mis brazos.
Yo hubiera querido que alguien estuviera conmigo en esos momentos.
Que alguien me abrazara y me diera que todo iba a estar bien.
Han pasado muchas horas.
Horas de incertidumbre.
Nadie sale a decirnos nada.
Me levanto con desesperación y cuidado al ver a Zack dormido en la silla de al lado.
Me acerco al mostrado y veo a dos enfermeras platicando.
-Necesito saber de ella, díganme por favor-le imploro a la señorita y ella me ve con
cansancio.
No es la primera vez que me acerco al mostrador, no me he podido mantener quieto.
No sabiendo que ella está ahí, rodeada de peligro.
-La paciente salió hace unos minutos de la operación, espere a que el doctor le de
mas información-dice y yo asiento.
Al menos sé que salió de la operación de la cual me pidieron consentimiento.
Camino de un lado a otro de la sala esperando al doctor.
Veo a Zack y lo cubro con mi chaqueta ya que la temperatura se siente más fría.

-¿Familiares de la señorita Elaine Vran?-pregunta una voz masculina y de


inmediato estoy parado frente a él.

-Yo, ¿Cómo está?-pregunto cruzándome de brazos.

-¿Usted que es de ella?-me pregunta poniendo una pluma en el bolsillo de su bata.

-Su prometido-digo con frustración.

-Ella está estable-iba a continuar el doctor pero otra enfermera se acerca a él.

-La paciente que está en la habitación 184 acaba de desprtar y pregunto por su
prometido, ¿Quién es?-pregunta viendo en la habitación.

-Es él-el doctor me mira y una sonrisa enorme se instala en mi rostro.

Ya despertó.

Mi pequeña ya despertó.

(...)

Narra Ela:

Mis ojos pesan demasiado.

Es como si mi cuerpo me advirtiera que no debo abrir los ojos.


Que me quede así.

Pero mi mente me exige levantarme y continuar por el niño de ojos azules y quizá por
algo más.

Y eso hago.

Abro mis ojos de golpe.

La luz me ciega por un momento y volteo mi cabeza evitándola, viendo un cuedro de


unos pequeños y indos girasoles colgado en la pared de enfrente.

Observo, de nuevo, los cables conectados a mi brazo y escucho como pequeños


pitidos son emitidos por otra.

Observo una televisión enfrente de mí y al lado de mi cama una silla vacía.

Tomo un aparato entre mis dedos y paso salía por mi garganta.

Aprieto el botón y en unos minutos una enfermera entra.

-Al fin despiertas-dice y me regala una sonrisa calida.

Es una señora grande y en sus ojos se percibe la experiencia y las ganas de ayudar.

-¿Qué paso?-pregunto confundida.

Una sensación rara se instala en mi estómago y lo toco con dolor.

-Tuviste una hemorragia interna-dice con pesar.

Abro los ojos impactada y toco mi estómago sin poder creer sus palabras.

-¿Qué?- susurro al sentir como mi piel pierde todo color.

¿Cómo fue eso posible?

Y mi bendita memoria me planta ante mis ojos un recuerdo, uno reciente.

Recuerdo a Adam maltratarme sin ningún remordimiento.

Eso más las lesiones que traía igual a resultado en el hospital.


Ve mi abdomen y luego a la enfermera con pánico.

-Tranquila, ya no estás en peligro-dice y revisa los tubos con medicamentos.

-¿y mi prometido?-pregunto viendo la silla vacía.

-Iré a avisarle que ya despertaste, ha estado muy preocupado, lo has asustado


mucho-dice y me sonríe luego camina a la puerta y desaparece por ella.

Una hemorragia interna.

No puede ser.

Cubro mi boca con mi mano y niego.

Un escalofrió me recorre al pensar en el llanto de Zack y la mirada de Wade cuando


vio mi abdomen en el baño.

La puerta se abre y entra un hombre guapo de camisa blanca que me regala una bella
sonrisa.

-¿Cómo te sientes?-Me pregunta acercando la silla a la cama para sentarse y tomar


mi mano.

-Bien, supongo-me sonrojo al ver sus labios y recordar omo se aseaban por mi piel.

Él lo nota y sonríe.

-Me alegra que estés bien-susurra y se inclina dándome un beso lento.

-¿Cómo esta Zack?-le pregunto preocupada.

-Mi hermana lo está cuidando junto con Tomasa, está bien, tuve que despertarlo y
decirle que estabas bien.

Suspiro y volteo rápido.

-¿Con tu hermana? ¿La que ya conocí?-pregunto y el asiente.

-¿Tu hermana sabe que te casaras y adoptaras a un niño?-pregunto sin quitar mi


mano cuando empieza a hacerme caricias.
-Mi hermana sabe eso pero no a detalle-dice encogiéndose de hombros.

Lo observo con más detalle viendo sus ojos un poco rojos con unas ojeras tremendas
bajo ellos y su pelo café oscuro despeinado.

-Gracias-le digo sincera a lo que el solo me sonríe.

¿Por qué lo hiciste tan perfecto Dios?

-La boda, ¿Qué pasara con ella?-le pregunto y él tensa un poco su mandíbula y se
pone muy recto en su lugar a lo que frunzo el ceño sin saber porque esa reacción.

-No saben cuanto tiempo tendrás que estar aquí y por ahora no te puedes mover
mucho, así que la boda se aplazara hasta que estés bien-dice y observa la
habitación.

-Algo me ocultas, ¿Qué no me estás diciendo?-pregunto y aprieto su mano.

-No te oculto nada-dice y me sonríe-.Es solo la boda.

La boda.

Mi padre no me entregara ante el altar y mi madre no me vera vestida de blanco y


me abrazara con lágrimas en los ojos ese día..

Mis hermanos no estarán presentes.

Nadie d mi familia estará.

Espera un momento Ela, detente un segundo.

Si va a estar el ser más importante y por quien he estado sobreviviendo.

Mi pequeño Zack.

Sonrió con tristeza y Wade lo nota.

-¿Qué pasa?-Me dice y acaricia mi mejilla y voltea mi cabeza para que lo vea.

-No estarán en mi boda-digo triste y veo la pena que demuestra sus ojos, todo su
rostro.
-No merecen estarlo-dice y acaricia mi mejilla aun viéndome a los ojos.

¿Cómo evito enamorarme de él?

¿Cómo?

Si por más que lo intento él está logrando derribar todos mis muros.

¿Cómo niego lo que empiezo a decir?

Y tiene razón.

No merecen estar en mi boda.

Nunca se ganaron mi afecto y duele que eso sea verdad, que yo misma acepte ese
hecho.

-Te hare feliz-susurra en mi oído y un escalofrió placentero me recorre entera.

Giro sorprendida topándome con su rostro a unos milímetros de los míos.

Sus ojos me observan con intensidad haciendo que mi mente formule preguntas que
no tienen respuesta.

Aún.

¿Qué gana él con esto?

¿Por qué hace esto?

Mis ojos ven los suyos intentando encontrar en ellos las respuestas que tanto
necesito, pero no lo logro.

Solo veo un hombre con carácter y dulzura.

Y siento que

Intentamos ver

A través de nosotros.
Para así derrumbar barreras y lograr, de una vez por todas, conocernos.

¿Lograremos hacerlo?

N/A

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Tormentos 2/?

Primer comentario y le dedicó el cap.


Escuchen la canción en todo el cap plis.
Canción: (James Arthur: Train Wreck).
Mi corazón late muy rápido, solo puedo adentrarme en sus ojos y perderme en aquel
color de armonía y esperanza.
¿Por qué esto está siendo tan difícil?
¿Por qué algo tan lindo se está convirtiendo en un tormento para mí?
Muy fácil.
Ya no creo.
Ya no confió.
Me han desilusionado mucho, tanto, que ya no quiero, ya no puedo confiar en
palabras vacías.
¡No quiero esto!
Quiero vivir.
Quiero ver al hombre que ame con amor y no con miedo de sentir lo que siento.
Estoy dañada.
Demasiado rota.
Me rompieron.
¡Esto está siendo difícil e injusto!
Quiero amar.
¡Quiero amar!
Una lágrima escapa y se aventura en el camino sedoso de mi piel.
Mis ojos lloran.
Mi cuerpo duele.
Mi alma tiene miedo.
Mis demonios me persiguen.
¿Es malo sentir miedo?
Y lloro en sus brazos, lo que nunca he podido llorar.
Lloro por él.
Loro por mí.
Él me abraza y me susurra cosas lindas al oído.
-No luches más-susurra y besa mi mojada mejilla.
Sí supieras.
Esto no es fácil.
No lo estás haciendo fácil para mí.
Lo veo y uno nuestros labios con desesperación, permitiéndome besarlo.
Permito saber que se siente.
Quiero saborear y no pensar.
Pero me es imposible.
Uno mi frente con la suya mirándolo con la respiración agitada,
¿Qué me has hecho?
Él me mira distinto.
Mi mente cruel y difícil de controlar me tortura otra vez al recordarme que esto es
solo un simple negocio para él.
Nadie es bueno.
Nadie hace algo por nada.
-¿Por qué haces esto?-susurro con los ojos cerrados y sintiendo su aliento en mi cara.
-No lo sé-susurra y moja sus labios, tentándome.
-Lo sabes-digo y me alejo volviéndome a poner mi coraza.
Me hará daño.
-¿Por qué esa actitud?-pregunta esquivando mi pregunta.
-¿Qué actitud?-digo y veo la televisión apagada.
Oh si, este juego es de dos.
-No cambies de tema, no lo evadas-dice y lo miro con una sonrisa sínica.
-Tú fuiste el primero en cambiarlo y evadir el tema-gruño y él se levanta de la silla
molesta.
-Saldré un momento-dice y yo me tenso.
No me quiero quedar sola.
Y se lo hago saber.
-No me dejes sola-le suplico frenándolo en el camino ala puerta.
-¿Qué?-voltea con notable confusión en su rostro.
Me veo débil.
Me siento débil.
-No te vayas-le pido y él se acerca sentándose a mi lado en la cama.
-¿Por qué?-pregunta con una mirada seria.
Con sus ojos entrecerrados esperando una información valiosa para él, analizándome.
-Porque tengo miedo-susurro y lo veo por un segundo y luego a la puerta-.Porque
siento que por esa puerta entraran mis hermanos y me mataran, me golpeara o sera
mi padre viniendo por venganza-digo sin quitar mi mirada de la puerta apretando con
fuerza la sabana.
-Ya no puedo sola-admito y lo veo.
-No permitiré que te han daño, nunca más-dice y toma mi mano con delicadeza y
firmeza.
-Tú me harás daño-digo sin pensar y abro los ojos al darme cuenta de lo que dije.
Veo como se tensa y me mira con dolor.
-¿Por qué dices eso?-su pregunta me agarra desprevenida.
-Por...porque no sé qué intenciones tengas-respondo lo primero que se me viene a la
mente.
-Créeme que mis intenciones son las mejores-dice y toma mi rostro entre sus manos
como si temiera tocarme.
-¿A favor de quién?-lo miro entrecerrando mis ojos-.¿De ti o de mí?
-De ambos-dice y ve mi rostro con ansiedad, intentando hacerme entender que no es
el malo de la historia.
Él sabe que esta es una guerra en la que o se pierde todo o se gana.
Y Wade está dispuesto a ganarlo todo.
Ganarse el corazón de una chica de coraza de acero.
Porque ella ya se ganó su corazón.
Y ella es ignorante ante eso.
Y él no lo quiere admitir.
Porque los miedos dominan sus mentes y sus pasados sus almas.
La puerta se abre abruptamente y Wade se levanta rápido enfrentando la puerta.
Protegiéndome como dijo que lo haría y tapándome la visión de quien está en la
puerta.
Me muevo un poco pero no logro ver nada.
Él se hace a un lado un poco dejándome ver por un segundo a esa persona.
Mi corazón se para.
Mis manos tiemblan.
Esto no puede estar pasando.
Esto es algo irreal.
Me quiero esconder.
Quiero despertar.
-No puede ser-susurro.
S/A
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¿¡Por que!? 3/?

Primer comentario y le dedicó el cap.

Mis ojos se vuelven llorosos y me paro lentamente de la cama sin dejar de observar
a la persona que entro en mi habitación.

Ignorando el dolor y las palabras de Wade que se escuchan difusas, incoherentes.

Esto tiene que ser irreal.

Dejo de caminar cuando camina hacia mí.

-Hija-susurra y siento mis piernas flaquear.

Escuchar esa voz, esas palabras de nuevo fue un muy duro y banal golpe.

-No puede ser-susurro y niego con la cabeza.

Mi madre.

Quien me dio a luz esta parada enfrente de mí.

Aquella mujer que creía mi héroe está ahí de pie a unos centímetros de mí.

Con su cabello lacio corto hasta los hombros, sigue siendo hermosa.

Sus ojos me llevan al día en que nos abandonó y una punzada fuerte se instala en mi
pecho.

-¿Qué haces aquí?-digo sorprendiéndome por mi tono frio y tajante.

La miro con mucho odio y un rencor acumulado por todos estos años de ausencia.

-Vine a verte-su voz me atormenta, su tranquilidad me desquicia.

-¡Vete de aquí!-grito furiosa sintiendo como mi cara se pone roja-.¡No te quiero ver
nunca más!

¿Cómo se atreve?
-Hija-dice y da un paso adelante con inseguridad.

-No me llames así, no tienes ningún derecho a llamarme así, ¡Mi nombre es Elaine
señora!-digo dando un paso al frente con coraje, ella me ve y agacha la cabeza.

Wade se interpone entre nosotras tapándola de mi vista y le dice algo incomprensible


para mí y se escucha el portazo que da al salir.

Me acuesto y me hago una bolita entre las sabanas.

Sollozo sintiendo como las lágrimas resbalan lentamente por mi rostro hasta llega a
mis manos que cubren mi boca.

-No puedes estar en esa posición-dice Wade y me acomoda en la cama.

Acostada completamente recta.

La fuerza de los recuerdos es implacable, incomparable.

-¿¡Por qué!?, ¿¡Por qué apareciste!?-grito a la nada.

Unas enfermeras entran corriendo y me intentan tranquilizar.

-Señorita cálmese o le tendremos que suministrar un calmante-dice tomándome por


os hombros con tranquilidad.

No le hago ningún caso, sigo desolada, triste, perdida.

Poco a poco caigo en un sueño profundo.

Recordando el último beso de mi madre en mi frente.

Me despierto desorientada y aturdida.

Pero la sensación de ahogamiento y rencor siguen ahí.

Recordándome lo que paso.

Mi madre estuvo aquí y las lágrimas aparecen, por más que le pido a mi mente que
se controle, me es imposible evitarlo.

Busco en la habitación a Wade pero no está, la habitación está vacía y silenciosa.


Me quedo observando a través del ventanal.

Como las nubes son llevadas por el viento y pequeños ajaros de distintos colores
pasan rápidamente dirigiéndose a algún sitio, miro con atención los colores con mis
ojos goteando, cada gota con un recuerdo distinto.

De los pocos que tengo de ella.

La puerta hace un sonido y no volteo, me quedo observando la ciudad.

-Despertaste-dice Wade y escucho sus pies chocar contra el suelo, aminando.

Solo asiento perdida.

-Ela-me llama.

-¿Tu sabias?, ¿Tu sabias que ella estaba aquí?-le pregunto y lo veo.

-Sabía que estaba en la ciudad, no sabía que vendría a verte-asiente y se cruza de


brazos cuando se sienta a mi lado.

-Ella me abandono-sollozo mordiendo mi labio intentando controlarme.

-Shh, no pienses en eso, piensa en otra cosa-susurra mientras me abraza.

-Ella no sabe el sufrimiento que vivi-susurro contra su pecho el cual amortigua mis
palabras.

Flashback:

Estoy asustada.

Demasiado asustada, mis manos tiemblan sin control alguno, mis ojos no se
despegan de aquella puerta blanca rota como mi alma.

Mi cuerpo espera impaciente y agobiado ante tanto suspenso sabiendo que en


cualquier momento mi adre entrara por esa puerta oliendo a alcohol barato.
Veo como mi puerta es abierta y cierro los ojos sin querer ver que pasara.

No puedo ver aquellos ojos inyectados en un rojo vivo y algo desorbitados y todo
pasa lentamente.

Mi cara se voltea bruscamente y mi mejilla empieza a punzarme, mi cabello negro


desordenado cubriéndome de aquel ser despreciable.

-No sirves para nada-Me jala del pelo haciéndome caer.

-Eres una puta-grita y ríe mientras otro golpe llega.

Abro los ojos por aquella inesperada patada que me arrebata el aire y veo hacia la
puerta encontrándome con mii hermano Brad observando la escena.

No hace nada.

Sus ojos ven los míos y quiero que vea mi sufrimiento, quiero que no duerma como
yo no lo he hecho en años por el miedo.

-Te quiero-vocalizo-.Pero me has defraudado.

Vocalizo claramente y él agacha la cabeza.

Fin del Flashback.

Mi cuerpo tiembla y mis ojos se cierran con fuerza al recordar aquello y trato de no
decir lo que siento.

Pero mi boca no tiene filtro.

Eso es malo.

Muy malo.

-Ella se fue y nos dejó con alguien que sabía era peligroso, era muy pequeña cuando
el primer llego y ella no estaba, ella me dejo-me sacudo por el descontrol de mi
cuerpo ante la tristeza, ante el llanto.

Wade se tensa y me aprieta más contra él.

-No dejare que te toquen, ni un solo pelo, ni un solo roce-susurra n mi oído y besa mi
hombro.

Me separo un poco de él y veo sus ojos y luego sus labios.

Y lo beso.

Le demuestro mi tristeza y desesperación en ese beso y él lo permite, permite que


me descargue con él y lo empiezo a golpear débilmente con mis puños chiquitos.

Wade toma mis manos, deteniéndome y me abraza.

-Estoy destrozada-susurro contra su pecho y él acaricia mi cabello.

-Yo te armare de nuevo, lo juro-dice separándose y tomando mi barbilla-.Ya no temas


mi pequeña guerrera, está guerra está terminada.

Y deseo creerle pero se en el fondo de mi corazónque este es solo él inicio de una.

De muchas lágrimas.

De mucho coraje.

De mucha tristeza.

-Sabes que eso no es cierto-acaricio su mejilla más tranquila-.Esto apenas comienza.

-No por mucho-afirma con seguridad, disfrutando de mi roce.

Esa seguridad que me da fuerzas, con ese porte tan varonil que me derrite y me hace
querer fundirme en él, con esa protección que nunca sentí ni tuve.

¿Esto es lo que se siente?

¿Así se siente el saberse protegida?

Una sensación que te infla el pecho y llena tu sangre de seguridad, una que al mirarlo
sabes que no hay un mejor lugar que sus brazos.

-¿Qué me estás haciendo?-susurro en su boca.

-Estoy intentando quitar esa barrera para conocerte-sonrie al decirlo.


-No intentes hacerlo-le aseguro.

-¿Por qué?-pregunta suspirando uniendo su frente con la mía.

-No te gustara lo que encontraras.

-Dime que es lo que temes-toma mi mano y las entrelaza con la suya.

Siento el calor de su mano traspasarse a la mía, observando la diferencia de tamaño


cuando están unidas.

Me armo de valor para enfrentar poco a poco mis demonios.

-No sé si quiero conocerte porque, al hacerlo, cruzare la línea, una línea que lo
definirá todo para bien o para mal-veo sus ojos y aquella sonrisa perfecta.

-Tienes que alejarte de mí-digo enojada por su actitud burlona.

-¿Eso es lo que quieres?-me pregunta levantando una ceja-.Solo dilo y eso sucederá.

Toma mi rostro entre sus manos para que enfrente su mirada y yo intento no verlo.

-¡Dilo!-habla fuerte y mie ojos ven los suyos.

S/A
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Todavia hay esperanza 4/?

1 comentario y le dedicó el cap


Lo sé,se que quieren matarme pero tuve unos problemas y no puede actualizar pero
los recompensare
Lo juro
Disfruten....
Mis ojos se cristalizan con el simple hecho de pensar en él.
En que no esté en mi vida y en que, si lo está, saldrá dañado.
No soporto pensar en la maldita idea de que él no esté a mi lado.
Pienso en que si se queda a mi lado saldrá herido.
Y no puedo permitirlo.
Pero me siento tan egoísta por quererlo a mi lado, que me abruman todos estos
pensamientos.
-Te harán daño-susurro y toco su mejilla.
-Que lo intente-dice y acaricia mi mejilla algo sonrojada.
-No-le contesto y suspiro.
Wade me mira confundido.
Dios esta es una gran locura y un grave error.
-No quiero que te alejes-niego con la cabeza y respiro profundo.
Uno mi frente con la suya.
-Es solo que tengo miedo-susurro.
¿Cuándo me he vuelto débil?
¿Es Wade mi gran debilidad?
-No temas, no te atormentes con lo que no puedes controlar, con el futuro-me besa.
Sin dejarme replicar, sin permitir que un solo sonido salga de mis labios, sino que,
miles de sensaciones se esparcen por todo mi cuerpo.
Nos besamos he intentamos que esa conexión nos abra el alma rota y podamos
curarla.
Que nos enfrentemos a nosotros mismos.
Me acuesta en la camilla y me besa con pasión, sus labios dominan los míos y es
delicioso.
Sus grandes manos recorren con delicadeza las curvas de mi cuerpo, apretando con
deseo mi cuerpo contra el suyo.
Mis manos recorren su espalda ancha y musculosa hasta llegar a su pelo, lo tomo con
fuerza y ansia.
Su cabeza baja a mi cuello y lo succiona y besa con experticia volviéndome completa
locamente a su merced.
-Wade susurro en su oído.
Él pega sus caderas con las mías y me quejo por el dolor.
Wade se levanta sobre sus codos y me ve preocupado.
Es la imagen más sexy que he visto nunca.
Sus labios hinchados y rojos, su cabello despeinado y su respiración vuelta un
desastre.
Me rio con ganas y el me acompaña.
No paramos de reír hasta que nuestros ojos se encuentran.
Por primera vez, el miedo ya no me domina y me permito agrandar mi sonrisa con
sinceridad y acaricio su labio inferior con mis dedos.
Él cierra los ojos y los besa.
Hay esperanza.
Esto puede funcionar.
Sus ojos se abren y veo un verde intenso mirándome, mirándome de una manera en
la que mi corazón quiere salirse de mi pecho.
Esa mirada hace que mis bellos se ericen y mi boca ruegue por sus labios.
-Eres tan perfecta-dice y niego con la cabeza.
Él enjaula mi cabeza en sus brazos haciéndome verlo.

-No te hagas menos, eres perfecta-recalca con fuerza la última palabra y


yo lo abrazo con fuerza.

Rodea mi cintura con un brazo y me regresa el abrazo con cuidado.

Se acuesta a mi lado y me pone encima de él, recargo mí cabeza en su pecho y


escucho su corazón.

Cada latido estridente y fuerte.

Alzo mi cabeza y lo veo y él a mí.

Rio apenada y escondo mi cabeza en su pecho.

-Descansa-dice mientras acaricia mi cabello y cierro mi ojos disfrutando de estar con


él, de su olor a colonia cara.

Sin miedo.

Solo con un gran hombre a mi lado.

Bostezo he intento levantarme pero un brazo me lo impide.

Volteo y veo a Wade dormido con un pie en el suelo, boca arriba.


Remarco sus facciones, sus pestañas negras, su nariz pecosa, su mandíbula marcada.

Veo su boca entre abierta con esos grandes y besarles labios llamándome a probarlos
una vez más y lo hago.

Le doy un pequeño beso y él lleva su mano derecha a sus ojos y los talla para abrir
sus ojos con el ceño fruncido.

-Hola-le susurro mordiéndome el labio inferior y él me sonríe.

-Hola princesa-toma mi rostro y me besa con ansias.

Cierro los ojos y disfruto de aquel paraíso.

Tocan la puerta y se separa y yo aún estoy con los ojos cerrados lamiendo mis labios.

Al abrirlos me encuentro con una mirada oscura y una sonrisa pícara.

Se levanta para abrir la puerta pero antes se agacha a mí.

-No vuelvas a hacer eso-dice con la voz ronca.

Abre la puerta y veo aparecer al doctor y a un enfermero.

-¿Cómo estas Ela?-Me pregunta leyendo mi expediente.

-Muy bien-digo con una sonrisa.

Veo a Wade recargado en la pared dándole espacio al doctor pero a mí no, con esa
mirada fija en mis labios y su mano acariciando su barbilla.

Trago grueso.

-Bien, vamos a checar tu herida-dice el doctor llamando mi atención.

Se acerca y revisa mi abdomen y lo palpa preguntando si duele.

-Esto se ve muy bien-dice anota una cosas en la tabla.

-¿Cuándo me podre ir?-pregunto con ansias.


-En unas cuantas semana, lo qu sufriste fue grave Ela-dice y yo asiento entendiendo.

-Bien vendré en unas horas para ver cómo sigue todo-dice y se despide de Wade y
sale seguido del enfermero.

Wade se acerca rápido y yo frunzo el ceño por su acción.

-¿Qué-No continuo porque me besa y yo sonrió.

-¿Y eso?-digo cuando se aleja con una sonrisa y me besa otra vez.

-No vuelvas a morderte el labio, te ves muy bien haciendo eso-dice haciéndome reír.

-¿Ah sí?-muerdo otra vez mi labio provocándolo.

Me besa y toma entre sus dientes mi labio inferior y lo jala soltándolo.

-Si-susurra contra mi boca mientras me ve con advertencia.

Las semanas pasaron volando, no volví a ver a mi madre pero vi un gran crecimiento
en la relación entre Wade y yo, una que me tiene vuelta felicidad y una paz que hace
años no sentía.

Zack ha venido a veme un par de veces pero decidimos que por su seguridad era
mejor que estuviera en casa con Tomasa y Bee la hermana de Wade, que
increíblemente he conocido mucho estos días.

Hoy por fin salgo del hospital con grandes resultados tanto emocionales como físicos.

Me muero de risa con Wade.

Suspiramos cuando podemos respirar y nos miramos con una sonrisa.

Su teléfono suena y él se aleja mirándome y contesta.

Me intento levantar y se acerca rápidamente.

-¿Qué haces?-susurra tapando la bocina de su teléfono.

-Voy al baño-digo obvia y él asiente.

Paso por su lado y le saco la lengua haciéndolo reír y negar con la cabeza.
Entro al baño prendiendo la luz y hago lo que necesito y lavo mis manos y peino mi
desordenado cabello.

Al salir escucho que Wade continua hablando por teléfono.

-Ella sabe eso, no, lo sé, pero sabes que estoy ocupado, dile que recibirá el dinero
que quiera pero que de ninguna manera entraremos a juicio por la custodia del niño...

Me siento desfallecer.

-¿Qué?-pregunto a su espalda y veo como se calla de inmediato y toda su espalda se


tensa.

-¿Qué dijiste?-enarco las cejas y señalo el teléfono cuando estamos cara a cara.

Solo me mira con el teléfono aun pegado a su oído.

-¡Contesta!-grito.

S/A
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Que hombre 5/5

1 comentario y le dedicó el cap.

No sé qué hacer.
Por favor que no sea de mi niño de quien hablan.
Wade cuelga y se acerca con pasos lentos a mí.
Me toma de los brazos y me sienta en la cama.
Estoy en shock.
-Te diré si prometes no alterarte-me pide.
Asiento frenética sin hacerle ningún caso a sus palabras, quiero saberlo.
-Tu madre-él calla y yo alzo las cejas esperando más.
-Tu madre quiere la custodia de Zack-dice y yo me aturdo.
-¿Qué?-susurro sin captar el todo las palabras.
Tu madre quiere la custodia de Zack.
-¡Maldita vieja!-grito y me paro de golpe.
¿Cómo se atreve?
Después de todo este tiempo viene reclamando cosas. ¡Personas!, que ella abandono.
Ni loca lo permito.
No me arrebataran a mi niño.
Ni muerta.
-¿Dónde está?-gruño por la furia y Wade se altera.
-No te ayuda en nada ni solucionara nada si te pones así-dice intentando calmarme.
Intentando.
Porque en este preciso momento nada me calma, con mi niño nadie, pero nadie, se
mete.
Y ella no es la excepción.
Me acerco a él furiosa señalándolo.
-¿Desde cuándo lo sabes?-lo acuso y él se pasa las manos por el pelo.
-Hace dos días-dice y yo sonrió con ironía.
-¿¡Cuando planeabas decírmelo!?-le grito y empujo.
-¡Cuando te recuperaras!-levanta la voz y toma mis brazos.
-Estoy bien hace días-me intento calamar respirando profundamente.
-¿Estás loco?, es del ser más importante de mi vida de quien hablamos Wade-me
intento zafar se su agarre pero no cede y mi visión se ve borrosa por las lágrimas.
-¿y la confianza entre nosotros?-digo con la voz un poco ronca.
-No se trata de confianza, no te quería alterar, estabas muy grave Ela-susurra y yo
quito con mis manos las lágrimas.
-Dime que no me lo pueden quitar-suplico con la voz entrecortada.
Él me mira secando mis lágrimas con sus labios.
-No permitiré que lo arrebaten de nuestro lado-me sonríe dándome seguridad.
Nuestro.
Qué lindo se escuchó eso.
-Necesito salir de aquí, ya-digo y busco mi ropa para cambiarme.
-Con calma, te harás daño-dice y me sienta otra vez en la cama.
Lo miro incrédula, sin saber cómo reaccionar a su preocupación por mí.
¿Cuándo paso que aquel magnate de porte imponente y temido empresario se haya
convertido en la persona que tengo enfrente?
¿O es que?
Nunca me tome el tiempo de poner en duda lo que decían aquellas revistas, formando
una personalidad completamente distinta de él en mi cabeza.

Lo observo traer mi ropa y él se da la vuelta para no verme ya que por


ningún motivo me dejo ir al baño, dijo que si pasaba algo quería estar ahí para
ayudarme.
Lucho con los pantalones y me quejo por el dolor que me provoca la acción.
Él me ve sobre su hombro y me pongo roja.
-¿Puedo?-pregunta aun de espaldas.
-Si, por favor-le pido y él se da la vuelta.
No puedo hacerlo yo misma y eso es frustrante.
Él se agacha enfrente de mí y me ayuda a ponerme los pantalones con cuidado.
Sus manos rosan mis piernas delicadamente y manda escalofríos por mi cuerpo.
Sus manos calientes tocan mi piel fría, erizándola.
Sus ojos nunca abandonan los míos.
Que hombre.
Me derrito con su roce y el respeto que me da.
Él pasa saliva haciendo que su manzana de Adán se mueva de arriba a bajo y ve a
otro lado cuando sus dedos rozan mi ropa interior.
Los sigue subiendo y los abrocha rápidamente y me vuelve a mirar.
¿Este hombre viene de otro planeta?
Sin poder evitarlo y acostumbrada a sus labios, lo beso.
-Gracias-susurro sobre sus labios y le sonrió.
Él se encoje de hombros restándole importancia, con una seriedad que hacía días no
veía.
-Voy a ver si ya nos podemos ir-dice frio y yo frunzo el ceño por su cambio tan
repentino.
Lo veo salir de la habitación con paso rápido y yo me siento en la cama.
-Hombres-bufo y niego con la cabeza.
-¡Ela!-grita Zack corriendo a mi cuando entramos a la casa.
Wade lo agarra y lo carga haciéndole cosquillas.
No lo entiendo pero la escena es tan tierna.
-Con cuidado campeón que está en recuperación-le dice Wade y el niño sonriente que
tiene en brazos asiente frenético.
Lo baja y Zack camina a mí a paso rápido y me abraza rodeando mis piernas con sus
pequeños brazos mirándome con su cabeza echada hacia atrás.
Acaricio su rostro y su cabello.
-Te extrañe-digo y sus ojos se empiezan a aguar provocando que me abrace con más
fuerza.
-No me vuelvas a dejar mami-dice con un tono suplicante.
Mi corazón da un vuelco de alegría pero recuerdo que su verdadera madre está afuera
buscando la manera de llevárselo y sé que tengo que decírselo.
Y no sé cómo hacerlo.
Veo a Wade y el asiente en comprensión a lo que quiero hacer.
-Vamos a sentarnos-le digo y tomo su pequeña mano.
Es ahora o nunca.
No me arriesgare que se entere por alguien más.
-Necesito decirte algo Zack-le digo mientras me siento y Wade a mi lado colocando a
Zack en su regazo.
Zack me mira con miedo y yo acaricio su carita.
-¿Te acuerdas de mamá?-le pregunto y poco a poco se va formando un nudo en mi
garganta.
Él niega.
Era lógico, lo dejo cuando era un bebe.
-La mujer que nos abandonó con el hombre malo-suelta y y se cruza de brazos
molesto con rencor en su mirada.
Nunca había visto ese sentimiento tan lucido en él y me duele apreciarlo en él.
Pero no puedo negar, aunque una parte de mi quisiera hacerlo, que lo que dijo es
verdad.
-Bueno..-me callo al no poder hablar, al no poderlo decir en voz alta.
Wade toma mi mano y la aprieta.
Veo nuestras manos y luego a él que me sonríe.
Agarra el control Ela.
-Ella a regresado-le digo y veo como su cara se pone roja.
-¡No quiero ver a esa señora!-grita fuera de sí.
-Tranquilízate y escúchame cariño-digo y lo pongo en mi regazo con cuidado.
-Ela-me reprende Wade al saber que me puedo hacer daño y niego la cabeza.
-Estoy bien-le digo sin sueltar su mano.
-Ella quiere que estés a su lado, que vivas con ella por un largo tiempo-veo sus ojos y
hay terror en ellos.
-¿Me alejara de ustedes?-dice con la voz quebrada.
-No lo permitiré, luchare por ti cada día con cada respiro de mi vida, no te alejaran de
mi lado Zack, lo prometo-tomo su rostro para que vea mis ojos y se sienta seguro.
-Te amo Ela, eres la única que considero mi madre-dice con una sonrisa y me da
besos por toda la cara.
-Te amo-digo y lo aprieto con fuerza contra mí, abrazándolo,
Siento unos brazos rodearnos y levanto la vista viendo a Wade abrazarnos a ambos.
Esto está tomando lugar.
Las piezas poco a poco se acomodan.
Falta ver si logramos unir todas.

S/A
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Este hombre me ha cubierto con sus alas de angel

1 comentario y le dedicó el cap.

Acostada viendo el techo de aquella habitación blanca con solo la tenue luz que sale
de mi lámpara que esta en mi mesita de noche.

Junto al cuerpo de mi futuro esposo y las sabanas arrugadas entre mis manos.

No puedo dejar de pensar en todo y en todos.

Me duele el corazón y aquel corazón llamado mente.

Recuerdo al hombre que me vio crecer, aquel que me cargaba en sus brazos y
sonreía conmigo, aquel que cambio por algo que desconozco.

Duele saber que las personas cambian por situaciones quizá sean inevitables.

¿Pero es tan débil como para dejarse llevar tan fácil por la ira?

Mis ojos se nublan por el simple hecho de creer o imaginar que si él no hubiera
golpeado a mi madre, ahora mismo estaría dormida en mi cama.

Con mi familia completa.

Me siento tan triste he impotente al no poder hacer nada más que salvar a mi
hermano.

No los pude salvar a ellos.

Ni siquiera sé si me pude salvar a mí.

Volteo y observo a aquel ángel que llego a mi vida.

Con sus grandes brazos y aquellas alas que me cubren y me alojan en la comodidad
de su cuerpo.

Me levanto de la cama, necesitando aire, necesitando despejar aquel miedo e ira que
siento en mi interior.

Me siento horrible, bajo las escañeras recordando el camino al patio.


Cuando unos días atrás Wade me mostro la casa.

Camino por un pasillo oscuro paso por una uerta pero un reflejo llama mi atención y
retrocedo para ver el saco de boxeo en mitad del gimnasio.

El reflejo proviene por la luz de la luna que hace brillar la cadena de la que está
colgada el saco.

Me paro enfrente del saco negro y paso mis dedos por la rasposa superficie de este y
lo golpeo con fuerza.

Haciendo que se mueva solo un poco.

Golpeo de nuevo y quiero gritar.

Un pinchazo de dolor me hace saber que no estoy totalmente recuperada.

Eres la única que considero mi madre.

Recuerdo las palabras de Zack y golpeo el saco otra vez.

Hija.

Aquellas palabras que dese escuchar muchas veces entre los golpes de mi padre.

Eres perfecta.

Susurra la voz de Wade en mi memoria.

-¡NO SOY NADA DE ESO!-grito y paro el saco con mis manos y uno mí frente al saco.

-No soy nada de eso-susurro golpeando débilmente el saco.

Mi respiración es agitada y mis emociones son un mar muy arriesgado de navegar.

Queriendo ser todo eso.

Pero es estúpido desear algo que sabes no pasara.

Mi vida esta hecha un caos.


El pensar que aquella Elaine Vran no es la misma.

Eso no es verdad, he cambiado pero también llevo dentro aquella chica inocente que
quiere creer en la vida, soy la chica que sabe que la vida no es dulce.

Muchos dicen que la gente cambia, yo digo que evolucionamos y nos transformamos
en seres distintos por lo que hemos pasado.

Cada quien aprende de sus errores pero nadie aprende en realidad.

Que alguien me diga quién no ha cometido el mismo error dos veces, me gustaría
saber cómo lo hace.

-No deberías de estar aquí-habla una voz grave ebtre aquella oscuridad.

-Nadie decide eso-digo con indiferencia.

-Deberías de estar en reposo-dice con reproche.

-Ya me encuentro bien-digo seria intentando alejarlo una vez por todas.

-Pero no te han dado el alta-susurra más cerca.

No contesto, no sé qué contestar a eso así que lo ignoro.

-¿Qué haces aquí Ela?-me sobresalto por su tono grave de voz, solo lo usa cuando
está molesto.

Volteo y me lo encuentro recostado en una de las paredes, justo la que esta atrás de
mí.

-No podía dormir-digo y con el dorso de mi mano limpio las os restos de lágrimas que
no cayeron al suelo.

-¿Qué sucede?-pregunta más calmado mientras se acerca.

Veo como camina con esa seguridad característica de él y ese rostro serio pero
tranquilo que de alguna manera me cautiva.

Que me estoy rompiendo y no sé cómo volver a ser fuerte eso sucede.

-No pasa nada-pasó por su lado y salgo de la habitación para ir a la cocina por un
vaso de agua fría.

El pasillo es solitario y oscuro, solo se escuchan nustras respiraciones y pasos.

Es escalofriante.

Me he acostumbrado a eso.

-¿Qué sucede?-toma mi brazo y me pega a la pared-.Dime Ela.

Volteo la cabeza viendo el largo pasillo oscuro evitando su mirada suplicante.

Besa mi mejilla provocando que mi piel se erice y que lo mire por su inesperado acto.

-No sé qué te pasa y lo más probable es que no me lo quieras decir-abro la boca para
decir algo pero él niega y continua.

-Pero te diré que eres una mujer muy valiosa, que has pasado por mucho pero sigues
estando de pie cada mañana, sin saber cómo continuar pero segura de que hay una
persona que te necesita. Te admiro y venero por lo simple que eres, por tu sonrisa al
ver a Zack o tu ceño fruncido cuando estas pensativa, tu risa que alegra hasta la
última célula de mi cuerpo, por el simple hecho de que has llegado a mi vida-susurra
la última parte acariciando mi mejilla con su mano.

-Porque eres la mujer única e inigualable, así que solo te pido que vivas y dejes de
atormentarte con personas que duermen ahora mismo tranquilos.

Y con esas palabras es inevitable que haya una sonrisa plantada en mis labios y que
lo vea de una manera diferente.

Este hombre me ha cubierto con sus alas de ángel.

S/A:

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Mi perfección

Primer comentario y le dedicó el cap.

Sonrío con tristeza.

Sonrío por aquellas palabras que el hombre enfrente de mi me ha dicho.

Sonrío débilmente porque he olvidado como hacerlo.

Sonrío intentando recordar la sensación de felicidad pero lo único que consigo es que
mis ojos se llenen de lágrimas.

Una sonrisa que es desmentida con las lágrimas saladas que forman un trayecto en
mi rostro.

Mojando todo lo que toca.

Él me mira sin entender que es lo que tanto me atormenta.

No sabía que estaba tan dañada.

Veo sus ojos y solo puedo verme en ellos.

Ver a una chica que quiere creer en que algo bueno puede pasarle en la vida.

Nadie garantiza eso.

Y si, sonrío con Zack genuinamente pero él es mi todo, lo amo con lo más profundo
de mi ser y el verlo feliz me hace feliz pero de una manera diferente.

Procuro por él y no por mí y no me quejo de ello.

Aparto la mirada de la suya como si lo que viera me decepcionara y en realidad lo


hace.

Como si su mirada me dijera que de hecho no sirvo para nada.

Es lo que yo quiero ver ahí, es lo que veo ahí.

Deja de torturarme mente maliciosa.


-Déjame sola-le suplico tapando mi boca intentando contener mis sollozos y cerrando
mis ojos para que no vea lo que siento.

Los ojos son el reflejo, la ventana del alma y mi alma no quiere ser vista.

Así que los cierro fuertemente intentando no ver más, intentando alejarme de la
realidad.

-No permitiré que te desmorones-me abraza con fuerza.

Como si quisiera pasarme toda la fortaleza posible.

Quiero que lo haga,

No quiero llorar.

¡No soporto seguir siendo débil!

No quiero.

-¡No quiero que me veas débil!-gruño y me separo de él y camino hacia la cocina.

Al llegar la luz de la luna se cuela por el cristal llamándome a verla.

Abro la puerta corredisa y el aire fresco me da en el rostro, refrescando mi mente,


secando las gotas que cayeron de mis ojos.

Suspiro con tranquilidad.

Me recargo en la pared de al lado y observo las pequeñas estrellas que se muestran


fuertes ante aquella luz artificial.

Quisiera tener su mismo valor.

Quisiera tener esa intensidad y belleza.

-¿Crees que el llorar es una debilidad?-susurran a mi lado.

Suspiro.

-¿Lo es? No lo sé, pero sé que es darle el poder a alguien de verte mal, vulnerable, el
llorar nos hace humanos, nos hace saber que sentimos pero hay que saber porque,
por quien y a quien le demostramos eso-digo sin despegar mi vista del cielo.

Preguntando el porque me tocó vivir esto.

-Estoy de acuerdo pero ¿no crees que el llorar también es una fortaleza? Saber que al
sacar lo que nos atormenta nos dejara ser libres-susurra cerca de mí, sintiendo su
aliento caliente en mi cuello.

No te alejes, no quiero que lo hagas, no por ahora, quizá no en mucho tiempo.

Volteo y su rostro está muy cerca del mío.

-¿Somos libres?-le pregunto con un nudo en la garganta.

-Ela, esa es una respuesta que no está en mí, está en cada persona, todos tienen sus
propias guerras y el mismo armamento, unos no saben aprovecharlo, otros lo ignoran
y unos lo usan, ¿a cuál perteneces?-me pregunta tomando mi rostro entre sus
manos.

Le encanta hacer eso.

Pienso.

Pienso en quien quiero ser.

Alguien que es ignorante.

Alguien que es sabía.

Alguien que no aprovecha.

Pero yo no quiero ser sabia, no quiero ser ignorante, no quiero desperdiciar.

Quiero ser valiente.

Lo miro sonriendo y él me devuelve la sonrisa.

-Cada quien elige quien ser sin importar lo que tenga o no-le digo y su sonrisa se
expande más.

-Cada vez me sorprendes más-habla con admiración.


-Vamos, es hora de descansar-extiende su mano hacia mi y la tomo.

Nos dirigimos a la habitación en silencio.

Observo nuestras manos unidas y sé que él va a ser una persona muy importante en
mi vida.

¿Cómo lo sé?

Porque me acaba de dar una valiosa lección.

Porque se está volviendo algo indispensable para mí.

Wade carraspea sacándome de mis pensamientos, abre la puerta y entramos a la


habitación.

Me acuesto en la suave cama y el a mi lado atrayéndome a su pecho.

Cierro los ojos, tranquila sintiendo caricias en mi pelo.

-No me alejare de ti-susurra y con eso mi corazón late más rápido y me giro para ver
su rostro.

-Wade-comienzo a decir pero me calla uniendo nuestros labios.

Evitando que diga algo que probablemente no le gustaría oir.

¿Por qué?

Solo soy una chica cualquiera.

-Quiero quedarme-susurra sobre mis labios y sin darme cuenta mis ojos se habían
cerrado, los abro y me encuentro con el hombre más perfecto del mundo.

Muchos dirán que la perfección no existe.

Pero existe nuestra perfección y él es la mía.

S/A
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Lo prometo

Al Primer comentario y le dedicó el cap.

-Vamos Zack, llegaras tarde a la escuela-le grito y lo veo bajar corriendo las
escaleras.

-Listo-dice en un susurro y yo me agacho para estar a su altura.

-¿Qué pasa amor?-le digo levantando su carita.

-No quiero que me separen de su lado-dice viendo el piso y moviendo su pie de atrás
hacia delante.

-Yo tampoco-le digo con una sonrisa buscando que me vea-.Y no lo harán Zack, te lo
prometo.

-Lo prometo yo también-Dice una voz que hace que mi corazón se acelere y mi
cuerpo reaccione al saber que está cerca.

Me levanto rápido y giro viendo a Wade en un traje negro con ese porte impecable
como siempre.

Tomo mi pelo y lo arreglo con nerviosismo.

No hemos hablado desde ayer en la noche.

Al recordarlo un escalofrió pasa por mi cuerpo y él lo nota.

Sudor frio baja por mi espalda.

Él me mira con una intensidad muy profunda.

Queriendo decir con sus ojos lo que las palabras no dicen.

Hemos cruzado la barrera.

Wade está conociendo partes de mí que ni siquiera quería mostrarle.

Lo está logrando.
Un carraspeo me saca de mis pensamientos y veo a la persona culpable de ello muy,
muy cerca.

Aclaro mi garganta y me preparo mentalmente para lo que quiero decirle.

-Lo de anoche

-Lo de anoche volverá a pasar, ten más confianza en mí, ya no hay más que ocultar-
sonríe y pone un mechon de mi pelo detrás de la oreja.

-Lo que empezó ya no puede parar-dice y besa mi frente para darse la vuelta e ir a la
cochera.

Antes de cruzar la puerta hacia los coches se voltea y me mira.

-¿No vienes?-pregunta con una sonrisa de triunfo.

-Claro-digo en un susurro emprendiendo marcha hacia él.

Lo que ha empezado no se puede parar

¿Es eso verdad?

¿Lo que inicia no puede ser detenido?

¿Por qué?

Choco con la puerta del auto y escucho la risa de Zack.

-Ela, tienes que abrir la puerta para subir-dice con un tono de obviedad que me crispa
los pelos.

Fulmino con la mirada a mi futuro esposo y subo.

-¿Qué pasa?-pregunta poniendo su mano izquierda en mi muslo calentando esa zona.

Veo su mano y luego a él pasando saliva con dificultad.

-No pasa nada-niego con la cabeza y veo al frente otro de los muchos coches de lujo
que posee.

Wade no dice nada y arranca el coche sin quitar su mano de mi muslo.


Observo por la ventana como las grandes casas se van quedando atrás apareciendo
los pequeños locales de café y a gente salir de estos con un paraguas en manos,
nunca se sabe cuándo va a llover.

Escucho a Zack jugando atrás y recuerdo sus palabras, su miedo.

Necesito encontrar la manera en que esto se detenga sin necesidad de que vayamos
a un pleito legal por él.

No sería nada sano para Zack.

Lo último que quiero es otro interrogatorio en mi vida, ahora por parte de mi madre,
la persona que nos abandonó y no miro hacia atrás.

No entiendo como puede ser capaz de tal atrocidad sabiendo que todo derecho que
ella cree tener lo ha perdido en el momento en que cruzo por esa puerta.

Volteo y veo a Zack jugando con sus carritos como la película que se reproduce en la
pantalla detrás del asiento de Wade.

Esa cosita tan diminuta que ha visto tanto sin ser capaz de detenerlo como lo ha
querido tanto tiempo, tratando de ser fuerte por mí, tratando de no dar problemas ni
ruido para que papá no se moleste.

Y luego está papá.

Suspiro y miro mis manos en mi regazo.

Recordando todas las veces que intente parar sus golpes.

Observo mi brazo con un moretón que ha desaparecido casi por completo.

Recuerdo sus ojos inyectados en una ira que lo consumía entero.

Cada error fue pagado y fue muy doloroso.

Doloroso en muchísimos sentidos.

Llorar en la cama cada noche sin poder dormir, recordando al hombre que era
perfecto para mí.
Queriendo un marido igual.

Que ironía, ¿no?

Que la vida me dio a alguien completamente distinto, más bien, alguien que era
parecido a papá antes de ese cambio radical.

Era.

Porque ahora no encuentro nada igual a él.

Wade Mandi.

Él hombre más codiciado de todo Londres.

Un hombre con carácter, decidido, dulce pero tan fuerte a la vez que hace que
cualquier mujer se derrita.

Por lo menos eso ha logrado conmigo.

Me tiene intrigada la forma en que sin saber que gana con todo esto, me ayudo esa
horrible noche.

Donde luego quiso ser parte de mi mundo sabiendo lo atormentada y desastrosa que
era.

Da más vueltas que una montaña rusa.

Queriendo ser parte de este caos.

De esta mujer con heridas que han dejado marca.

La que se tiene que enfrentar a sí misma y a lo que le hicieron.

Enfrentarse a su mente y miedo a todo y todos.

Supongo que es normal el tenerlo después de que ni siquiera pudiste confiar en tu


familia.

Mientras más pienso menos mi cabeza se decide y todo eso sigue pasando

Mientras decido conocerlo.


El sonido de una campana me saca de mis pensamientos y observo enfrente de mí a
Wade y a Zack riendo y despidiéndose con un choque de puños para que Zack salga
corriendo hacia la puerta de su escuela.

Observo como se da la vuelta y me lanza un beso el cual atrapo con una sonrisa, se
despide con la mano y entra junto sus nuevos amigos.

La puerta del copiloto se abre y Wade entra llenando el lugar con su aroma.

Aprieta mi mano y me ve con preocupación.

Toco mi rostro rápidamente cuando él quita un lagrima con su pulgar.

Mi cuerpo reacciona a mis pensamientos.

Expresa lo que siento.

Un inmenso agradecimiento hacia este hombre y un profundo dolor por lo que he


vivido y no he podido sanar.

¿Es posible sentir dos cosas completamente distintas al mismo tiempo?

S/A
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Consejos

1er comentario y le dedicó el cap.


Narra Wade:
El camino es muy silencioso y le hecho unas miraditas a Ela que se encuentra muy
callada, solo se mueve inquieta como si algo en su interior la desesperara.
Como si algo le gritara y atormentara, el verla así me inquieta, ver como sus ojos
están perdidos de la realidad es desesperante.
Pareciera que no quisiera ver la realidady quisiera vivir en un sueño.
Me estaciono enfrente a unos metros alejados de la puerta de entrada de Zack y
volteo a ver a Ela esperando que se baje y llevemos a Zack pero no se da cuenta.
¿Qué te atormenta mi pequeña?
Volteo y le doy una sonrisa a Zack.
-Vamos campeón-digo y con la cabeza señalo la escuela en que inscribimos a Zack
hace unos días.
No queríamos que se presentara el mismo incidente de la otra vez,.
Bajo del coche y lo ayudo a él a bajar y caminamos a la entrada de la escuela y veo a
Zack con una sonrisa.
-¿Feliz por ir a la escuela?-le pregunto alborotando su pelo.
-Mucho, Ela me dijo que era un lugar divertido y que aprendería muchas cosas, los
días que he venido ha sido genial-dice y sus ojos brillan más de lo normal viendo un
pno fijo enfrente, sigo su mirada y veo a una niña con trenzas riendo despidiéndose
con la mano de su madre y padre.
-¿Quién es ella?-le pregunto y noto como se pone nervioso.
-¿Ella?..es-empieza y patea una piedra que estaba en su camino.
Que ironía, ¿no?
Quitar tan fácil una piedra de tu camino.
-Si, la niña que veias-le digo.
Zack sonríe y yo sonrío.
Este niño no me engaña.
-Mira-lo freno y me agacho a su altura-.Te dare un consejo de hombre a hombre.
El asiente emocionado.
-Bien, no vale la pena que niegues lo que sientes por alguien, no es digno de un
hombre negarlo, admítelo y aselo saber, se que es atemorizante-digo viendo el
interior del auto donde está Ela-.Pero vale la pena arriesgarse, arriésgate las veces
que creas necesarias, algunas no saldrán bien y otras si lo harán pero si no lo
intentas no lo sabrás, se un caballero.
Demuéstrale con una sonrisa cuanto te hace feliz verla feliz o con una mirada lo que
no le puedes decir con palabras y con palabras lo que siente el corazón-veo a Ela y
suspiro.
-¿Eso es lo que sientes por mi hermana?-me pregunta el niño y yo volteo, agacho la
cabeza con una sonrisa y la levanto para encontrarme con su sonrisa.
-Si-digo y me paro-.Ve por tu princesa campeón.
Chocamos los puños.
-Porque yo necesito salvar a la mía-susurro.
-Gracias pa-dice y se va corriendo.
Sonrío y niego con la cabeza.
No te apartaran de nuestro lado campeón, hare lo que sea para ver esa sonrisa en el
rostro de tu hermana.
Camino a la camioneta y subo, veo el rostro de Ela y con mi pulgar seco una de sus
lágrimas y ella rápidamente seca las demás con impresión.
Sus ojos me dicen que está sufriendo mucho, más de lo que podría imaginar.
Tomo su cabeza y la abrazo con fuerza.
Sabiendo que necesita un refugio más que palabras.
Escucho sus sollozos y lo único que mi mente promete es que
Hare de su pesar mi pesar y de sus lágrimas sonrisas, de sus penas alegrías y le daré
amor como mi corazón me lo permita.
Solo nos quedamos sentados aquí, intentando calmarla y que no llore más.
Quiero que confié en mí
Oh mi pequeña, te estoy conociendo como la palma de mi mano.
Aunque no quieras.
S/A
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Enfrentamientos

1er comentario y le dedicó el cap.


Canción: (Timbaland, One republic-Apologize)
Narra Ela:
Sus fuertes brazos me arropan, me abrazan fuertemente protegiéndome de los
tormentos.
Me separo de él y ve su rostro, en el que me regala la más sincera y bella sonrisa
que pude haber visto jamás.
Sálvame.
Ruego en mi mente y le sonrío con agradecimiento.
Agradecimiento infinito porque sin tener que hacerlo ha estado ayudándome en todos
los sentiditos existentes posibles.
Intentando que me recupere de aquella horrible tortura que viví.
-¿Te encuentras mejor?-pregunta poniendo su mano en mi mejilla y yo asiento
aclarándome la garganta.
-Si, me encuentro mejor-digo y me acomodo en mi asiento.
-Podemos pasar la cita con los abogados para otro día-dice y yo niego con la cabeza.
Me seguirá atormentando por más tiempo que le dé.
-Hay que hacerlo lo más pronto posible-le digo viéndolo, asiente con la cabeza y
arranca el auto.
-Aquí vamos-dice y conduce hacia el lugar donde veré de nuevo a mi madre.
Al llegar bajo de auto negro y el frio aire da en mi rostro, me ajusto más la chaqueta
para guardar calor y observo el imponente edifico que se alza ante mí.
Es blanco con demasiadas ventanas y el nombre del bufete en lo más alto de color
negro.
GRAM.
Volteo al escuchar una puerta cerrarse y veo a Wade extendiendo su mano hacia mí,
le sonrío caminando hacia él y la tomo.
Suspirando empezamos a caminar y Wade da un apretón en mi mano y sin saber
cómo, se lo que me quiso transmitir.
Llama al elevador y las puertas se abren, ingresamos y marcamos el piso veinte en
donde será la reunión.
No me despego de Wade y observo en la pantalla instalada arriba de las puertas
pasar los números cada vez que subimos más y más.
Suena ese especial sonido que anuncia hemos llegado.
Se abren las puertas y vemos a nuestro abogado recibirnos con una sonrisa.
-Señores Mandi-Nos saluda y siento un cosquilleo por como me llamaron.
Todavía no.
Aun no tengo ese título pero no digo nada, al fin y al cabo, pronto lo seré.
-Todos están en la sala, les recomiendo mantener la calma y llegar a un acuerdo-nos
dice mientras nos conduce a la sala, abre la puerta y dentro ya se encuentra mi
madre con otros dos hombres.
-Buenos días-saluda Wade al entrar con esa seguridad y seriedad increíbles que me
contagia de cierta forma.
Supongo que sabe actuar delante de muchas personas, ha de ser su pose para hacer
negocios.
Es un empresario después de todo.
Todos se levantan cuando entramos.
-Buenos días-saludo igual que él con la cabeza bien alta y con una seguridad la cual
se siente increíble.
-Buenos días-regresan el saludo y Wade abre una silla para mí.
-Gracias-le digo y solo me sonríe.
La señora que me trajo a la vida queda enfrente de mi.
Siento como Wade se sienta a mi lado y toma mi mano por debajo de la mesa.
Despego mi mirada de la señora y le doy una sonrisa y el besa mi mejilla.
-Estanos aquí para ver si logramos llegar a un acuerdo sobre la custodia del niño Zack
y no tener que ir a juicio-dice el abogado de mi madre y la veo.
Su cabello negro suelto y trae un abrigo gris, sus uñas están pintadas de rojo.
-No tienes ningún derecho a hacer esto-le digo seria.
-Ela, quiero recuperar a mis hijos incluyéndote a ti-dice y yo rio sarcástica.
-Son bastantes años tarde, es mucho tiempo-digo y le doy una sonrisa irónica.
Todos se quedan fríos en su lugar.
-No fue fácil separarme de ustedes-dice y agacha la cabeza.
-Lo fue, ¿aun recuerdas esa noche?- le pregunto con rabia y ella asiente sin decir
nada.
-Aun recuerdas como te veía, como te amaba-le digo recordando.
La cara de la señora enfrente de mí que alguna vez llame madre se contrae en dolor
por mis palabras.
-No me digas eso-susurra viéndome con los ojos llorosos-.Perdóname Elaine.
Rio y niego con la cabeza con mi vista borrosa.
-¿Te duele que te diga la verdad? Así me dolían los golpes de papá la primera noche
que te fuiste sin despedirte-le digo y seco una lagrima molesta.
Ella abre los ojos sorprendida por mi confesión.
-¿Te golpeaba?-dice y yo la miro con obviedad e ironía,
-Hasta dejarme inconsciente, por Dios, ¿creías que por haberte ido no tendría con
quien desquitar su ira?-busco su mirada para que me enfrente.
-Cada insulto, cada golpe, lo tengo grabado a fuego en mi piel-aprieto la mano de
Wade intentando controlarme.
-Hija-dice en medio de un sollozo.
-No me llames así, perdiste ese derecho cuando te fuiste y no regresaste, mi padre
pagaba conmigo porque me parecía a ti, ¡Tantos años! No sabes las veces que me
odie cuando me veía al espejo y me acordaba de ti-subo un poco mi tono de voz y
Wade me abraza.
-No intentes reclamar a Zack, no intentes arrebatarme a lo único que me ha
mantenido con vida-la miro con furia y ella niega otra vez, no habla.
-Soy su madre, él tiene que estar conmigo-dice y yo hago una mueca de desprecio.
-No pensaste en eso cuando te largaste de la casa, tu deber era cuidarnos, no huir
como una cobarde, ¿ahora vienes reclamando cosas que dejaste? Te diste cuenta
muy tarde-le digo y me paro, todos me miran sin entender que estoy haciendo.
-Ela, entiende-me suplica con la mirada.
-Veo que no quieres así que acompáñame-le digo y ella me mira incrédula.
-¿Qué?-dicen todos en la sala.
-Necesito mostrarte algo-la miro con toda la seriedad posible y ella asiente.
-No dejare que le hagas daño-dice el hombre a su lado tomando su mano y yo le
sonrío.
-No se preocupe, no fui yo quien desato esto y por supuesto que no tengo esa
intención, si quieres puedes acompañarnos-digo y salgo de la sala con Wade detrás
mío.
-¿Qué harás Ela?-pregunta Wade cuando estamos eperando el elevador.
-Hare lo que tenga que hacer para que no me quiten a Zack-digo y entro al elevador-
.Hasta abrirme al diablo si es necesario.
Las puertas del elevador se cierran.
S/A
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Entre lagrimas

1er comentario y le dedicó el cap.


Canción: (Timbaland, One republic-Apologize)
Espero con los brazos cruzados y recargada en el auto a que la señora salga del
edificio.
Cuando sale trae unos lentes de sol y está tomada de la mano del mismo hombre que
me dijo que no iba a permitir que le hiciera daño.
-Si no perdió el tiempo-susurro y aprieto la mandíbula.
Ella se pone enfrente de mí y se quita los lentes mirándome con pesar y
arrepentimiento.
Lo seguirás sintiendo por el resto de tu vida, espero.
-Sígueme en el auto-le digo y me subo al auto donde Wade me espera.
-Vamos a mi antiguo hogar-le digo a Wade y voltea su rostro hacia mi rápidamente.
-Ela-me reprende y se quita los lentes de sol mirándome dudoso.
Es todo un adonis.
-Por favor Wade, no quiero discutir-le pido y él asiente.
-Solo te pido que hagas las cosas bien-me mira a través de los lentes que se volvió a
poner y prende el auto.
-Es lo que hago-le digo y miro por la ventana.

(....)
Wade frena y veo la casa en la que pase mi peor infierno y m paralizo recordando,
quiero huir de aquí.
Sintiendo que al entrar volverán los gritos y los golpes.
-Ela, no es necesario-dice Wade buscando con su mirada la mía y cuando la
encuentra solo veo seguridad y protección en la suya así que niego.
-Lamentablemente, lo es-digo más tranquila sabiendo que él está a mi lado.
Al bajar del coche veo un deportivo estacionado detrás de nosotros y a mi madre
temblando en los brazos del hombre, es notable el miedo que emana el lugar, no solo
en una persona.
Se lo que siente porque yo siento lo mismo.
-No Ela-niega con la cabeza y abre la puerta de su auto para subir.
-Tranquila, a esta hora nadie está en casa-digo antes de que se suba al vehículo.
Abro la puerta y el chirrido que esta hace al ser abierta, entro y observo el lugar.
Insalubre es una de las muchas palabras que podrían describir este lugar.
Su olor a cigarro y alcohol me provoca nauseas, platos rotos en el suelo junto a
líquidos de dudosa procedencia y las cortinas cerradas sin dar paso a la luz.
Antes se notaba que estaba descuidada por el tiempo pero ahora, ahora se encuentra
en unas condiciones lamentables, mucho peor.
¿Qué paso aquí?
Entonces veo un pequeño zapato tirado en el suelo y recuerdo por qué regrese a este
lugar donde mis demonios me esperaban.
Donde se escucha entre las paredes los gritos de una niña abandonada, que el
silencio revela aquellos llantos de súplica, donde todavía hay muestras de sangre en
las paredes y se escucha en la lejanía las pisadas de una niña tratando de huir de un
monstruo.
-Cada noche llore por tu partida, le rogaba a Dios que llegaras y nos llevaras contigo,
siempre me acordaba de tus últimas palabras.

Como si supieras lo que me esperaba-digo viendo a casa recordando lo que viví.


-Ela, yo...-intenta excusarse pero a mí no me interesa.

-No te culpo por haberte ido-prosigo y volteo a verla-.Te odie porque tu si


pudiste irte, te odie por haberme abandonado.
Lagrimas caen por mis ojos y la miro a los ojos que suplicaba por ver en la oscuridad
que me absorbía, ella baja la cabeza sin soportar mi mirada que deja ver todo lo que
siento.
Me giro dándole la espalda yendo hacia la cocina con ellos siguiéndome.
-Pase hambre, casi nunca había para comer y cuando lo había se lo daba a Zack.
Flashback:
-Come tranquilo, hay tiempo todavía, disfrútalo-le digo acariciando su cabello.
-¿Tu no comerás?-me pregunta sentado en el banquito de la cocina con sus ojos
azules mirándome con amor y salsa de tomate ensuciando su mejilla.
-No tengo hambre-me encojo de hombros y por dentro mi estómago rogaba por un
pedazo de pan junto con unos sonidos dando a entender que la realidad es que me
muero de hambre.
-¿El monstro de las tripas te vino a visitar de nuevo?-pregunta con una sonrisa
llevándose un poco de fideos a su boca.
-Si, pero sabes que se va pronto-digo y el asiente para seguir comiendo.
Fin del flashback.
-Todas las tardes les servíamos de comer a mis hermanos y a él, no comíamos con
ellos para evitar insultos y golpes pero eso no era suficiente porque si no teníamos
todo tal cual les gustaba, me golpeaban, el único que me ayudaba era Zack a
llevarles los platos-digo cerrando los ojos con fuerza y tragando el nudo que se formó
en mi garganta.
-El primer día que pudo ayudarme se le resbalo el plato y papá...-como me cuesta
decir esa palabra-.Se levantó furioso, sabía lo que venía y no lo iba a permitir así que
me interpuse en su camino hacia Zack y me pego a mí, no iba a permitir a Zack le
arrebataran su niñez como a mí me lo hicieron, me jure protegerlo hasta el último de
mis aliento.
Abro los ojos y veo a Wade enfrente de mí, observo como la ira corre por sus ojos,
por todo él, acaricio su mejilla y de inmediato se relaja un poco.
Paso por su lado y me dirijo a la sala, donde un sofá polvoso y una pequeña tele
gobiernan la habitación.
Escucho las palabras de aliento que le da el señor a mi madre.
No se las merece.
-¿Y tus hermanos?-pregunta mi madre con la voz pastosa.
-Solo eran espectadores, eran la viva imagen de él, nunca lo detuvieron aunque yo
les rogaba con la mirada que me ayudaran y fue todo lo contrario, en vez de
ayudarme cuando mi padre les decía que me golpearan, lo hacían-la miro y sonrío
con tristeza-.También les dolió tu partida.
Camino esquivando el vidrio que está en el suelo y subo por las escaleras de
concreto.
Entro en mi habitación con todo el dolor del mundo.
Voy al colchón individual cubierto por una colcha ya no tan rosa, y agarro el pijama
que tenía Zack puesto el día que se fue ella.
-Aquí pase los peores y mejores momentos de mi vida-sonrío-.Aquí encontré por
quien luchar cada día de mi vida, la luz de mis ojos, mi niño hermoso, donde vi
convertirse a un bebe en un niño, sus primeros pasos, su sonrisa, donde vi
convertirse a un niño de mirada dulce en mi mundo, por quien soporte miles de
golpes, a quien le di la mejor infancia que pude darle, no le falto nada, desde que me
despertaba hasta que me dormía.
Me volteo y veo a los tres en la puerta, me enfoco en ella que lora sin control.
-No me lo quites, dejare que lo veas las veces que quieras pero no lo apartes de mí
lado, me matarías en vida-le suplico que no me aleje de él.
-Oh Ela, cuanto has sufrido mi pequeña-dice con pesar y remordimiento.
-Haz una cosa bien-le pido y ella asiente.
-No te quitare a Zack, no puedo hacerte más daño-dice limpiando sus lágrimas
enfocando sus ojos en los míos-.Podre verlo, ¿cierto?
Me congelo en mi lugar y juego con mis manos.
-Necesito hablar con él, no soy la única que te tiene rencor y creme que intente que
creciera sin el pero es un gran niño, uno muy inteligente, necesito que nos des
tiempo para ver si él te quiere ver-digo y asiente.
Veo a Wade y por primera vez noto en su mirada pesar pero también algo más, me
mira distinto y abre sus ojos hacia mí sabiendo que lo necesito, corro a refugiarme en
sus brazos lanzándome a él, lo beso con fuerza, con necesidad, con un sentimiento
que me da miedo admitir.
-Lo lograste princesa-dice y las últimas lágrimas salen.
-Vámonos-le pido y el asiente tomándome fuerte de la cintura para no soltarme, abro
la puerta de mi recamara y escucho el chirrido de la puerta de entrada.
Alguien entro.
La sangre desaparece de mi rostro.
S/A
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La honestidad duele

Primer comentario y le dedicó el cap.


Escucho como la puerta de entrada es abierta y cerrada, me tenso en mi lugar.
No los puede encontrar, quien sea que entro, no puede ver a nadie aquí.
-¡Escóndanse!-hablo más fuerte pero cuidando de que quien sea que sube por las
escaleras no me escuche.
Mi madre y su acompañante se esconden en el armario y Wade no se mueve de mi
lado.
-Por favor-le suplico y él a regañadientes se mete al baño sin cerrar del todo la
puerta.
Estando y cuidando de mí en todo momento.
La puerta de mi recamara es abierta y parece que todo pasa en cámara lenta hasta
que veo su rostro y el a mí.
-¿Ela?-pregunta como si creyera que lo que ve no es real.
-Solo vine por unas cosas-hablo y él se intenta acercar a mí pero yo retrocedo.
-No sabes cuánto me arrepiento de todo lo que hice-dice con pesar y yo lo miro con el
ceño fruncido.
-Pero hasta ahora que no me tienes a tu lado te das cuenta de eso-le digo y veo su
rostro.
-Te rogaba que me ayudaras, te suplique que me auxiliaras y solo bajabas la cabeza
y te retirabas siendo un maldito ¡cobarde!-le grito y veo sus ojos ponerse rojos por el
llanto contenido.
-¡Crees que no lo sé! Yo sé que debí protegerte, sé que debí haber luchado contra
papá, ¡Pero no pude! No pude hacerlo, no pude salvarte-susurra eso último y yo lo
miro con las lágrimas derramándose por sus palabras.
-Brad, no sabes cuánto hubiera dado por que me abrazaras o que me ayudaras pero
siempre tus disculpas llegaban tarde, no hiciste nada bien, era tu hermana y me
decepcionaste, me fallase cada día de estos últimos años-por fin le digo lo que siento,
lo que sentí.
De sus ojos se derraman lágrimas mirándome, alza su mano lentamente temiendo a
mi reacción pero me paralizo cuando acaricia mi mejilla y giro la cabeza para que no
me toque provocando que baje su mano derrotada.
-Sé que estoy condenado por ti, sé que yo no merezco tu perdón, no merezco nada-
dice y lo veo.
-Un día, un bendito día intentaste hacer las cosas bien y me dijiste que todo sería
diferente-recuerdo ese día y él también por la forma en que se tensa.
-Solo eran palabras al aire, ahora, en este momento de mi vida, ya no te necesito, ya
no necesito a alguien de mi misma sangre que tenía que llamar hermano, ¿sabes por
qué?-le pregunto entrecerrando mis ojos y las cejas fruncidas.
Brad agacha la cabeza y no me mira.
-¡Alza la cabeza y mírame!-grito-.Por primera vez alza la cabeza y mírame-susurro.
Levanta la cabeza lentamente y me mira con sus ojos cafes y el pelo color chocolate
revuelto y largo.
-Porque ahora tengo a quien me proteja, ahora tengo un verdadero hombre a mi
lado, alguien que lo dio y sigue dando todo por mía cambio de que yo esté a su lado,
alguien que me respeta-le digo con una sonrisa y el hace una mueca de dolor.
Me estoy comportando como una maldita.
Pero no tengo ganas de fingir algo que no siento.
Se lo merece.
-Ahora tiene a alguien que la ama-dice Wade saliendo del baño y se pone a mi lado.
Brad abre sus ojos con sorpresa al igual que yo solo que por cosas completamente
diferentes.
¿Ha dicho que me ama?
-Me das mucha lastima Brad pero yo sé que eres mejor que todo esto, se que en ti si
hay una pizca de bondad, de ahora en adelante has las cosas bien, no te conviertas
como papá porque alejaras a todos los que te quieren y te lleguen a querer-digo y
doy un paso dudosa hacia delante.
Se tensa cuando lo abrazo y yo me siento extremadamente incomoda pero aguanto lo
más que puedo cuando me regresa el abrazo.
-Vete de esta casa, haz tu vida y no me vuelvas a fallar, conviértete en ese hombre
del que estaría orgullosa-digo y el me aprieta con más fuerza sin hacerme daño.
Me separo de el con ansia.
-Perdóname Elaine-me pide y yo niego con la cabeza.
-No puedo, ahora no puedo-digo.
-Ten una buena vida-le digo y tomo la mano de Wade.
-¿Me podrías dejar a solas?, todavía necesito recoger algunas cosas-le pido a Brad
quien asiente.
Se dirige a la puerta y la abre pero antes de salir se voltea y me ve para por fin salir
cerrando la puerta a su espalda.
Salir de mi vida.
Mi madre sale del armario pasmada junto al otro hombre.
-Es hora de irnos-digo y abro la puerta asomo la cabeza y veo la puerta del cuarto de
Brad cerrada.
Les hago una seña con la mano y ellos salen y bajan apresurados las escaleras.
Entro a la habitación y veo a Wade ahí.
Veo el pijama de ZZack entre mis manos y lo dejo en la cama con cuidado.
Wade toma mi mano y vamos a la puerta, volteo la cabeza y me despido de todo lo
que hay ahí.
Bajamos las escaleras apresurados y salimos de la casa y ya no encuentro el auto
deportivo del que salió mi madre.
Subo a la camioneta dejando todo eso atrás y veo a Wade ponerse sus lentes de sol.
-Que haría sin ti-le digo y lo abrazo.
-Lo mismo me pregunto-dice contra mi cabeza.
Lo suelto y acomodo mi cabeza en su hombro.
-Vámonos de aquí-le pido y él asiente.
Me intento reincorporar en mi asiento pero no me deja.
-No, quédate así, puedo manejar, solo quédate así-me pide y yo vuelvo a acostar mi
cabeza en su hombro.
Arranca y veo la casa justo a la ventana dl cuarto de papá a Brad asomado mirando
hacia nosotros.
-¿A dónde vamos?-pregunta Wade, despego la mirada de la de Brad y veo el reloj del
auto.
-Vamos por mi angelito-le digo y él asiente.
-Vamos por mi campeón-dice plasmando una sonrisa en mi rostro.
El amino es silencioso además de cómodo, solo escuchamos la música de jazz que
reproduce alguna estación de radio y no me despego ni un momento de Wade.
Por primera vez en mucho tiempo.
Ya no siento miedo.
Me siento protegida.
Me siento amada.
S/A
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Necesitamos ser más que esto

1er comentario y le dedicó el cap.

Entre sus brazos fuertes mi corazón está tranquilo, mi respiración es pasiva, mis ojos
lo ven con admiración que desee sentir de nuevo.

Wade me regreso a la vida.

Me construyo de las cenizas.

Estaciona el carro enfrente de la escuela de Zack y me ve con una sonrisa.

Lo que veo en sus ojos me agranda el corazón, en sus ojos puedo ver cuánto me
ama, me lo demuestran puramente.

Él sabe que mi corazón es suyo.

Que mis ojos ya no ven más haya que a él.

Wade está ganando todo de mí y es aterrador.

-Vamos-dice besando mi frente y yo de mala gana me alejo de él para bajar del


coche.

Espero ver el auto de mi madre detrás del nuestro ya que no lo vi fuera de la casa,
pensando que solo se alejarían unas cuadras y nos seguirían.

Pero no fue así.

-Fue un día muy emocional, supongo que quería ir a descansar, créeme Ela, fueron
golpes muy duros los que se vivieron hace un rato, me dolió ver cuánto te rompieron,
me enoje tanto por ver lo que tanto rogabas-dice con notable furia en su interior.

Baja la cabeza con los puños apretados y poco a poco esa tensión desaparece.

-Necesitamos hablar, necesitamos ser más que esto-dice y yo asiento.

Toma mi mano para acercarme y envolverme en sus brazos.

Entramos a la escuela y pido que dejen salir a Zack.


Esperamos a que su maestra lo traiga y la puerta se abre veo platicar con felicidad
con su maestra.

Al vernos sus ojos brillan y sonríe aún más.

-¡Mamá, papá!-grita y corre hacia nosotros con su mochila en su espalda.

Nunca me acostumbrare a como mi pecho se infla de orgullo al escuchar esas


palabras.

-Hola-le decimos y él nos abraza.

-Tenemos que hablar-le digo y beso su mejilla.

Zack me mira con miedo y yo niego con la cabeza.

-No es nada malo, vamos-dice Wade tranquilizándolo y nos encaminamos al coche.

Wade arranca y empieza a manejar por las calles de Londres y yo lo miro confundida
al no reconocer el camino.

Veo a lo lejos un centro comercial y lo entiendo todo.

Bajamos y tomo la mano de Zack que va saltando y Wade toma mi cintura.

Entramos y escuchamos mucho ruido por las voces de las personas, caminamos entre
varias tiendas hasta llegar a la comida rápida.

Zack y yo vemos todo, cada color y los olores nuevos de la comida rápida.

Tomamos asiento y Wade va al que dice es el lugar en el que venden las mejores
hamburguesas de todo Londres,

Llega con cuatro hamburguesas, tres refrescos grandes y muchas, muchas papas
fritas.

Salivo al ver las amarrillas y deliciosas papas fritas.

Veo a Wade y él ve a Zack con adoración mientras juega con su carrito.

Wade se sienta a mi lado y me sonríe dándome una papa la cual tomo y devoro en
segundos.

-Zack-lo llamo y el levanta su vista de la hamburguesa.

-Ya no te alejaran de nuestro lado-le digo y él sonrie como nunca antes lo


había visto.

-¿Enserio?-pregunta mirándome y luego a Wade.

-Enserio-dice Wade revolviendo su cabello y Zack salta en su silla con emoción.

-¡Genial!-grita haciéndonos reír.

Pasamos la tarde entre juegos de maquinitas, charlando y sobre todo riendo como
una familia feliz.

()

Entramos a la casa riendo con muchos peluches en las manos de diferentes tamaños
y formas.

-Zack, tengo que pedirte un favor-Zack lo mira y yo también con una ceja alzada.

-¿Podrías prestarme a tu mamá esta noche?-le pide poniéndose a su altura y me


guiña un ojo haciéndome reír.

Mi corazón se estruja.

Zack me mira y luego asiente frenético sin dudarlo.

Beso la mejilla de mi pequeño angelito y Wade se levanta y me mira.

-Arréglate querida que esta noche es nuestra noche-susurra y yo asiento con las
mejillas más rojas que nunca.

-Tengo que salir a ver unas cosas de la empresa pero vendré por ti a las ocho-pasa
por mi lado diciendo y sube por las escaleras para bajar unos minutos después con
otro traje.
-Te veo luego-dice y me da un beso rápido y sale seguido de Román.

Toco mis labios con la punta de mis dedos y sonrio como tonta.

-¡Alguien está enamoradaaa!-grita Zack y yo niego viéndolo bailar y gritar.

Asiento rápidamente al recordar que hay más personas en la casa.

Subimos las escaleras con Tomasa la cual no para de platicar y hacernos reír.

Le pido que cuide a Zack mientras me arreglo lo cual hace encantada.

Enero en mi habitación y me dirijo al baño para darme una ducha rápida.

Al salir de ella envuelvo mi cuerpo en una toalla y veo muchos productos y varios
aparatos electrónicos que he visto por la tele.

Tomo la plancha y la conecto leyendo las instrucciones y la paso por mi cabello viendo
como este queda completamente liso y así hago con todo mi largo cabello.

Paso al vestidor y lo primero que llega a mí es el olor a Wade.

Mis pies caminan en la suavidad de la alfombra y tomo una de las camisa de Wade
entre mis manos y la huelo profundamente cerrando los ojos.

Toda una delicia.

Me cambio y me llevo los talones en la mano y me siento en la cama para


ponérmelos.

Me levanto y doy unos cuantos pasos hacia el espejo de cuerpo completo y sonrío
orgullosa.

Mi vestido es de un color beige ceñido al cuerpo, me llega un poco más arriba de las
rodillas, mi cabello suelto y liso, mi rostro maquillado ligeramente sin necesidad de
cubrir ni un moretón y mis tacones negros estilizándome.

Salgo de la habitación y checo el reloj que está colgado en la pared, ya es hora.

Tomo mi bolso y bajo las escaleras con cuidado, me acerco a Zack y le doy un beso
en la mejilla, él se aleja para que lo deje ver su programa y Tomasa ríe por su acción
y me alaga por cómo me veo lo que agradezco infinitamente.
Me acerco a la puerta y está se abre y veo como Wade entra sin percatarse de mi
presencia, cierra la puerta y alza la vista y me mira sorprendido.

-EEla-tartamudea y yo me sonrojo.

-¿Nos vamos?-le pregunto y el asiente abriendo la puerta de nuevo sin dejar de


verme.

-¿Estoy mal?-le pregunto y él niega embobado pero frunce el ceño cuando abre para
mí la puerta del coche.

-No, ¿Por qué piensas eso?-interroga y yo entro al auto.

-Porque no dejas de verme-le digo y rio.

Se ríe y rodea el coche entrando en el precioso Audi.

-Estas hermosa-me dice y me regala una media sonrisa.

El camino es silencioso y algo raro.

Veo como de vez e cuando Wade me hecha miraditas y se aclara la garganta


acomodándose en su asiento.

La noche a caído y varios locales están cerrados.

Llegamos a un lujoso restaurante estilo rustico pero moderno

Huele a madera y varias luces tenues cuelgan del techo dándole ese toque acogedor.

Nos dirigen a la mesa y nos piden nuestros abrigos y observo el lugar y noto una
pista de baile en el centro.

-Qué lindo lugar-digo y Wade retira mi silla par que me siente y así lo hago.

Le doy una sonrisa y él toma asiento enfrente de mí.

-Lo es-dice y pide vino y algunas entradas.

-Ela, necesito hablar contigo-dice serio y el bocado que traía en la boca pasa lento por
mi garganta.
S/A
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Rendida

1er comentario y le dedicó el cap.

Canción: (Jason Mraz-I wont give up)

Veo su rostro y lo único que puedo ver es la seriedad que aparece en él.

Siempre dije que era absurdo como la gente se ponía por esas simples palabras.

Y es verdad, siempre me quejaba de cómo la gente entraba en pánico al escuchar


esas palabras pero bien dice que no es hasta que las escuchas que entiendes en
realidad ese miedo.

El necesitamos hablar es como si te dijeran.

Oye, si tú, tal vez

Ahí es donde vienen todas las benditas posibilidades y una de ellas atormenta mi
mente en estos momentos.

Esto no va a funcionar y ya me arrepentí de ayudarte.

No creo que Wade sea tan cruel para decir eso, ¿Verdad?.

Wade aprieta mi mano sacándome de mis tortuosos y tal vez penosos pensamientos.

Levanto mi vista y me encuentro con su mirada preocupada y le sonrío.

-Te pusiste pálida, tranquila, no es nada malo-dice regalándome una sonrisa


reconfortante.

Tomo mi copa y le doy un pequeño sorbo refrescándome la garganta para reír


nerviosamente.

-Oh-digo-.Eso es un alivio.

-Lo que te quiero decir es queya no podemos seguir como estamos-dice


confundiéndome mientras me mira directamente a los ojos.

-Me refiero a que ya no puedo ver más haya que una vida contigo-me dice y mis ojos
se abren como platos por la sorpresa.

-No digas nada por favor, déjame terminar-dice cuando ve mi boca abrirse así que la
cierro y asiento.

-Creía tenerlo todo, que iluso era ante eso, mi vida era miserable hasta el momento
en que te golpeaste contra mi esa noche lluviosa, con tus ojos supliendo ayuda y
robándome el alma con tan solo una mirada, ya no puedo seguir diciéndome que
hago esto solo por ayudarte porque eso sería egoísta de mi parte, yo no puedo evitar
verte y sonreír como un loco enamorado, y si, tal vez sea pronto pero también puede
ser demasiado tarde-Me dice levantándose.

Extiende su mano hacia mí, la tomo y nos dirige a la pista de baile y empieza a sonar
una hermosa y lenta melodía.

Mi corazón se acelera cuando su mano toma con firmeza la mía y la otra tomando mi
cintura pegándome a él.

Mi otra mano va a su hombro y lo escucho.

-Hoy encontré a aquella mujer con la que siempre decían que existía, hoy encontré
aquella luz que decían que brillaba, hoy encontré a la mujer de mi vida y me dolió-
dice y hace que dé una vuelta y regrese a él.

-Me dolió ver lo que suplicabas y no haber llegado antes, hubiera querido llegar antes
y ver crecer a aquel ser que se volvió tu todo y lo volviste mi todo con cada palabra
que le dices y cada mirada que le dedicas, lo criaste bien Ela-Me dice y yo sonrió con
un nudo en la garganta moviéndonos por toda la pista.

-No creía en el amor pero ahora lo hago, creo con todas mis fuerzas y siento mucho
que creas que estas rota, para mí eres bella con tus cicatrices porque llegaste a mí
con ellas y no te las quiero quitar solo quiero sanarlas-Me dice y yo asiento
inconscientemente e inmediatamente.

-Es imposible que te guste-le digo y el niega riendo.

-¿Por qué? Si tienes todo lo que me gusta-susurra sobre mis labios robándome un
beso.

-Me gusta tu alma, me gustan tus ojos, tu sonrisa y tu risa, me gusta cómo eres pero
lo que más me gusta de ti es tu valentía-dice enroscándome en sus brazos y yo lo
miro.
-Pero no es solo gustar es amar y lo que más amo es saber que tengo la oportunidad
de estar a tu lado -dice y yo lo miro incrédula-.Es probable que en este momento te
parezca una locura y que no eres más de lo que tú piensas, oh querida, que
equivocada estabas y no trates de comerte la cabeza porque por más que te niegues
no te dejare, no te abandonare y lo único que te puedo dar como garantía es mi
corazón.

Me derrito en sus brazos.

-No me rendiré a un nosotros-dice parte de la canción dejándome muda.

No puedo más, ya no puedo más, lo único que puedo hacer es lanzarme a sus brazos
así que me alejo y él baja la cabeza con desilusión pero le sorprende cuando me lanzo
a sus brazos sin importarme la gente que nos mira.

Ya no me esclavizare a mis pensamientos, por fin abrire las puertas al amor.

-Te amo-lo digo y el corazón se me infla, las mariposas en mi estómago son soltadas
y un peso de encima se me quita.

Él me sonríe y me baja.

-No puedo decir no, no quiero, sin saberlo ya era tuya, tú y tu bendito carácter que
vinieron sin permiso y me salvaron sin pedirlo y ahora, lo único que ruego es por ti
todas las noches a mi lado y tu fuerza para alentarme a seguir y yo lo único que
puedo darte como garantía es un corazón con muchas cicatrices dispuesto a ser
curado con tus besos, con tus sonrisas, con tu perfecta presencia-le susurro en los
labios.

Me besa y sonreímos en medio del beso.

S/A:

El amor, el amor.

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Velada

1er comentario y le dedicó el cap.


Bailamos esas melodías lentas que endiosan el momento.
Bailamos con la alegría en nuestros rostros y con nuestras almas convirtiéndose en
una sola.
Miro sus preciosos ojos verdes y veo cuanto amor esta profesado en ellos.
Solo puedo agradecer a la vida aquel hombre puesto en mi destino y estoy dispuesta
a arriesgarme por él, a darlo todo y tenerlo a él.
La velada pasa entre la mejor música para mis oídos que es nuestra risa y aquella
imagen de nuestras manos unidas.
Sin necesidad.
Sin miedo.
Solo él y yo.
Es aquella noche en la que se y estoy segura, en la que las estrellas bajan del
firmamento solo para brindarnos brillo en nuestras vidas y mirar nuestro gozo.
Sonrío y me siento en el cielo.
¿Se necesita más que esto para ser feliz?
Porque yo no necesito más que a este hombre y a mi angelito.
¿Por fin seré feliz?
Y ese pensamiento es borrado con una sonrisa sincera que me regala.
Esto por fin empieza a sentirse bien.
Entramos a la casa y subimos las escaleras con cuidado ya que todo está muy oscuro.
Me quito los tacones y lo llevo en la mano y a Wade agarrado de la otra.
Suelto su mano para abrir la puerta de Zack y entramos en silencio.
Veo su lucecita de noche prendida reflejando dibujos en el techo.
Me paro al lado de su cama y beso su cabeza.
-Descansa mi angelito-susurro y apago la luz.
Wade besa su cabeza y me toma de la mano.
Entramos a nuestra habitación y voy al armario a cambiarme poniéndome un camisón
negro de seda para dormir.
Entro al baño y me quito el maquillaje y la joyería.
-¿Wade cómo van?-pregunto saliendo del baño pero mi voz se va de viaje al ver a
Wade sin camisa.
Veo a otro lado y escucho su risa.
Él me toma de la cintura y me hace verlo.
-Hey, ¿Por qué esa cara?-dice noto la diversión en su rostro.
-No te burles-le digo golpeando su pecho suavemente.
-Amor nos casaremos, seré tuyo y tu mía, no tienes que avergonzarte por verme así-
me suelta y señala su cuerpo.
-Si, yyo-carraspeo-.Yo lo sé, solo que no estoy acostumbrada a verte así
todavíaamor.
-Ven-toma mi mano y nos guía a la cama, se sienta y me sienta en su regazo.
-Jamás, jamás haremos algo que tu no quieras, te amo demasiado para hacerte
daño-dice y me acaricia la espalda.
-Yo lo sé-suspiro y pongo mis brazos alrededor de su cuello-.Es solo que es difícil de
asimilar, me casare contigo.
Sonrío al decir lo último escuchando su melodiosa risa.
-Así es, hablando de eso, está casi todo listo dolo faltan algunos detalles-.Dice y me
da un beso suave y corto-.Tenemos que ir mañana a ver que todo esté bien para que
así por fin seas mía ante la ley y ante el mundo.
Sube el tono de voz y yo beso su nariz.
-Yo sé que soy tuya, eso es lo que importa-le digo y el ríe.
Estamos muy risueños hoy al parecer.
-Vez porque no te puedo dejar ir, sería un tonto si lo hiciera-dice.
-Probablemente- digo como si estuviera pensando.
Wade se me levanta y no empieza a dar vuelta.
-Deja de hacer eso que despertaremos al niño-le doy un beso silenciando nuestras
risas.
-Vamos a dormir-bostezo-.Fue un día largo.
Wade camina conmigo aun en sus brazos y me acuesta en la cama y me envuelve
entre las sabanas quedando su rostro muy cerca del mío.
-Gracias-murmuro mesclando su aliento con el mío.
-¿Por qué?-pregunta sentándose a mi lado y empieza a hacerme caricias en el pelo.
-Por llegar a mí vida, por salvarme, por todo-le digo y acaricio su mejilla despejando
de su frente alguno mechones de pelo que le caían.
-Nos has salvado estamos agradecidos-dice y yo me carcajeo.
Respiro intentando tranquilizarme y cuando lo logro lo veo viéndome.
-No me agradezcas, con tal de escucharte reír es más que suficiente para mí-susurra
y la luz de la luna ilumina su rostro.
Se acerca a mí y sus labios tocan mi frente besándola, es dulce, romántico, fuerte y
protector al igual que él.
Se levanta y camina hacia el baño y yo lo sigo con la mirada pero se voltea y camina
rápidamente hacia mí.
Sus labios besan, devoran lo míos sin piedad y con asias robándome el aliento.
-Amar es lo que un sabio dijo que sentiría cuando el corazón se acelerara-dijo sobre
mis labios.
-Creo que mi corazón está corriendo-dice y me vuelve a besar.
-Descansa preciosa-me dice y se aleja pero yo tomo su mano y lo miro angustiada.
-Dime que no te iras, que esto no es un sueño-le suplico con la mirada y el me mira
con pesar.
Entendiendo mi miedo.
-No tienes por qué temer, sé que te han herido y tienes miedo a que te defraude pero
eso no sucederá, ¿No te es suficiente todo lo que hecho y dicho?-me pregunta y se
vuelve a sentar a mi lado.
-Lo sé, solo que-digo y bajo la mirada sin poder continuar.
-Ela, mírame-exige y lo hago.
-Sé que tienes miedo, ¡Carajo!, odio ver esa expresión en tu rostro, me rompe el
alma-dice y se levanta exasperado.
Quito las sabanas que me cubren y me levanto tomando su brazo.
-Lo siento-digo y él se voltea y acuna mi rostro entre sus manos.
-Jamás pidas perdón por algo que tu no hiciste-mira mis ojos preguntándome si lo
entendí.
-Hubiera deseado que jamás vivieras eso y haber evitado esos miedos, hay amor-
suspira y me abraza-.No te dejare nunca, no te abandonare.
Besa mi cabello y me aprieta con fuerza hacia él.
-Por favor, no vuelvas a pensar que sería capaz de dejarte-me pide y yo pongo mi
barbilla en su pecho mirándolo.
-Confía en mí-pide y yo me enderezo aun con sus manos a mí alrededor.
-Lo hago-suspiro y el enarca una ceja-.Lo intento pero no es tan fácil como crees,
odio sentirme insegura porque nadie me dio seguridad, nunca conocí eso-me encojo
de hombros avergonzada.
-Pues yo te enseñare como es y que se siente estar a salvo, segura-dice con
seguridad y una pizca de diversión-.Ahora ven aquí.
Me aprieta más hacia él en un abrazo reconfortante.
Aspiro su aroma y cierro los ojos.
Escuchando aquel silencio, escuchando su corazón.
Estando juntos.

S/A
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Sorpresas

1er comentario y le dedicó el cap.


-Te ves hermosa-Me dice la organizadora de bodas, Oliva.
Me miro en el espejo de la tienda con mi vestido blanco y no puedo evitar pensar que
mañana es mi boda.
Mi boda.
Es increíble como la vida te pone en tu camino cosas y momentos maravillosos.
Inesperado, como todo lo bueno en la vida.
Me miro y miro como el vestido cae de una manera delicada y elegante además de
observar cada costura, cada detalle bordado y los brillos en él.
Veo mis hombros descubiertos y en la parte superior puro encaje mostrando
pedacitos de piel, de la falda se une el velo liso y limpio como si mil ángeles lo
hubieran creado.
Es simplemente perfecto.
Me voy a cambiar con pesar de quitarme ese hermoso vestido, una dependienta me
ayuda a quitármelo para que no ocurra ningún desastre en las modificaciones, las
pocas de ellas, que se tienen que hacer.
Me pongo mi ropa y tomo profundas respiraciones.
Salgo de los probadores y me encuentro con Oli hablando por teléfono, ve por la
tienda y al verme me hace una seña de que espere y asiento.
-Señorita-me llaman y veo a un señor de mayor edad mirándome.
Se me hace algo conocido pero no sé de dónde.
-Dígame-le digo con una sonrisa.
Sus ojos se empiezan a aguar y yo lo miro preocupada y a nuestro alrededor
buscando a alguien que viniera con el pero nadie ve en nuestra dirección.
-¿Le ocurre algo?, ¿se siente mal?, ¿Llamo a emergencias?-le pregunto y el niega con
la cabeza, me sonríe cálidamente y veo la alegría a través de sus gafas cuadradas.
-No, no es nada de eso-dice y hace un ademan con la mano para restarme
importancia.
-¿Esta seguro?-le digo y sorpresivamente me envuelve en sus brazos, abrazándome.
Sin saber que hacer le devuelvo el abrazo insegura y el me susurra.
-Has crecido mucho Ela-dice y yo me alejo mirándolo sorprendida.
-¿Disculpe?-le pregunto con notable confusión en mi rostro.
-¿No te acuerdas de este viejo?-dice con una sonrisa.
Lo miro más detenidamente, fijándome en su suéter con el cuello de la camisa por
fuera, sus pantalones cafés y calcetas extravagantes y sus zapatos pulcramente
lustrados.
Un momento
-No es posible-susurro y niego con la cabeza.
-Hola mi hermosa doncella-dice con la voz entrecortada.

-Oh mi dulce caballero-digo entre lágrimas y el me abraza.

-Pensé que estabas-No continuo y el toma mis hombros con sus manos.

-¿Muerto?-dice con una sonrisa y yo asiento.

-Cariño, hoy más que nunca sigo con vida-dice y yo sonrío.

-No lo puedo creer, te tengo aquí-lo abrazo emocionada y el ríe.

-Siempre-dice con dulzura.

-¿Qué haces aquí?-le pregunto y nos sentamos en un sillón cercano.


-Me entere que te casabas y no me podía perder eso-dice tomando mi mano.

-Mi viejito lindo-lo miro con cariño.

-Pero.., ¿Cómo?-pregunto y él voltea viendo a Oli.

-Tu prometido pidió que me contactaran-dice y yo veo a Oliva mirándonos con una
sonrisa.

-No lo entiendo-le digo y ríe.

-¿Vamos por un helado y nos ponemos al día?-pregunta y yo asiento.

Nos paramos y caminamos hacia Oliva, iba a hablar pero ella niega.

-Todo está listo-le sonríe a mi viejito-.Un placer conocerlo por fin señor Dert.

-El mío señorita-dice estrechando su mano.

Los miro sin entender que pasa aquí.

-Wade quería darte una linda sorpresa-dice encogiéndose de hombros.

Miro a mi abuelo y el asiente de acuerdo con eso.

-Bien, disfruta y no te preocupes por nada-Me da un abrazo despidiéndose.

-Nos vemos mañana-le grito y ella ríe.

-Así será-me devuelve y sale de la tienda.

-Vamos-Me jala mi abuelo y caminamos por las calles de Londres hasta encontrar una
heladería.

Entramos y nos sentamos en una mesa para dos, toman nuestros pedidos y en una
velocidad inigualable nos los entregan.

-Abuelo, ¿tú y mamá-No me deja terminar.

-Tu madre cometió errores que a mí como su padre me defraudaron, le cerré las
puertas de la casa y de mi vida-murmura y niega con el ceño fruncido.
Notablemente enojado.

No digo nada al respecto ya que el tendrá su razón y no quiero amargar el momento.

-¿Por qué no me buscaste antes?-le pregunto sin entender.

-Tu madre no me contestaba las llamadas, no hable con ella desde la última vez que
nos vimos, eras muy pequeña, te busque pero dado a que se habían mudado no logre
saber más de ustedes, por más que lo intentara y mi bella Linsey lo sabe-dice
recordando a la abuela y come un poco de su helado.

-Ella me dijo que habías muerto-dije y el ríe.

-Y quizá así sea, para ella-niega con una sonrisa triste.

-¿Te quedaras para mi boda?-le pregunto cambiando de tema y el asiente


entusiasmado.

-Si claro, y si me lo permites me gustaría entregarte -pide y yo no logro ocultar la


variedad de emociones que sus palabras me provocan.

-¿Tútú quieresentregarme?-le pregunto parpadeando varias veces intentando alejar


las lágrimas y el abuelo asiente.

-Así es, mi niña yo sé que has sufrido demasiado y que-carraspea-.Tu padre no estará
tanto como tus hermanos y túmadre.

Lo dice con pesar y toma mi mano.

-Pero quiero ser yo quien esté ahí para ti-aprieta mi mano y yo me paro y lo abrazo.

-Sería un honor-le digo y ríe quitándose las lágrimas de los ojos.

-¿Cómo fue que Wade te contacto?-le pregunto sentándome de nuevo en mi lugar.

-No lo sé, lo que sé es que lo consiguió y aquí estoy, no fue difícil saber quién era
pero fue una sorpresa saber de ti-dice señalándome con la cuchara-.Después de que
me contactara lo busque en lo que está muy de moda, lo que le llaman internet, eres
famosa.

Me dice con una sonrisa y yo ruedo los ojos.


-No me lo digas-me rio y él conmigo.

Hablaos bastante tiempo de todo, de nuestras vidas, de los recuerdos que tenemos.

Me hacía falta hablar con él.

Lo que me recuerda que tengo que hablar con Wade.

Mi teléfono suena y miro el identificador de llamadas.

Lo invoque con el pensamiento.

Me disculpo con mi abuelo y tomo la llamada.

-¡Amor!-le digo en el segundo que descuelgo la llamada.

-¡Sorpresa!-grita y yo rio.

-No tengo manera de agradecerte pensé que estaba muerto, simplemente no puedo
creer que este aquí conmigo-brinco en mi lugar y escucho su risa al otro lado de la
línea.

-Me alegra que te haya gustado tanto como para saltar-susurra y yo miro confundida
por el teléfono.

¿Cómo?

-Voltea-grita una voz a mi espalda, volteo y lo veo al lado del abuelo riendo.

Corro a él y le salto encima rodeando mis brazos en su cuello y lo beso por toda la
cara.

-Gracias, gracias, gracias-digo repetidas veces haciéndolo reír.

Un carraspeo nos interrumpe y me bajo de un brinco poniéndome roja.

-Lo siento abuelo-le digo jugando con mis manos pero la vergüenza se me pasa al ver
algo especial en sus ojos.

-¿Eres feliz?-me pregunta y yo asiento.


-¿Él te hace feliz?-interroga señalando a Wade.

Veo a mi hombre y asiento con una sonrisa enorme.

-Jamás había sido tan feliz hasta que él entro en mi vida-le digo y asiente serio.

-Muy bien-palmea el hombro de Wade y lo mira.

-Tienes mi bendición hijo-dice y yo me quedo boquiabierta.

Este es uno de los mejores días de mi vida.

Los veo estrecharse la mano con felicidad.

En definitiva que lo es.

S/A
¡¡Voten y comenten mis hermosos lectores!!
Un nosotros

1er comentario y le dedicó el cap.


Escuchen la canción en todo el cap plis.
Disfruten...
Canción: (Christina Perri-Human)
Estoy nerviosa.
Mis manos tiemblan y mi respiración es entrecortada.
Esto realmente está pasando.
¿En qué me metí?
El gran y tan esperado día a llegado y no sé si estoy lista para él.
Mi corazón me grita que corra y diga acepto en ese altar pero mi mente juega en
contra y susurra que esto solo durara poco, que la vida no puede estar dándome
tanto sin hacerme daño.
Me veo en el espejo y se que estoy lista físicamente.
Que me veo hermosa en blanco.
Con el velo en mi cara salgo corriendo de la habitación dejando a todos pasmados.
Corro por la mansión y llego al cuarto en donde esta Wade.
Me recargo en la puerta y respiro profundamente.
-¡No abras pero necesito hablar!-grito y escucho asos en la habitación.
-¿Ela?-pregunta asustado.
-Dime que esto será para siempre-le ruego.
-Lo será, no tienes que temer a nada-dice a través de la puerta y yo vuelvo a
respirar.
-De verdad seré tuya-rio y el conmigo.
-¡Por un nosotros amor!-grita y yo me alejo.
-Por un nosotros-susurro y corro de regreso a la alcoba.
Me retocan el maquillaje y sonrío.
Mi abuelo aparece detrás de mí y nos vemos en el espejo.
Toma mi mano y veo el notorio cambio de edad.
Me sonríe.
-Solo aquel que está listo pregunta si lo está-dice y yo suspiro-.Y en vez de
preguntarle a cualquiera fuiste corriendo a su puerta porque es el único en quien
confías y te apoyas-dice y una lagrima traicionera escapa de mi ojo derecho.
Salimos y caminamos por el pasillo.
Veo a Zack en la entrada y corre a mis brazos.
-¡Ela, estas preciosa!-dice y me da un beso en la mejilla.
-¿Lista para que seamos una familia?-pregunta y yo sonrío.
-Lista-digo y el aplaude.
La música empieza a sonar, llegamos al inicio de la alfombra roja y veo a mi abuelo.
Me ofrece su brazo y yo engancho el mío en él.
Veo al frente y suspiro.
-Solo soy humana, me rompo, pero puedo hacer esto-susurro ara mí.
Camino y veo como el jardín me da la bienvenida, como las flores brillan con la
iluminación colgando y a Zack tirando pétalos enseñándome el camino.
El camino a mi nueva vida.
A una junto a él.
Junto al hombre que me enamoro y me encontró gracias a Zack.
El camino al altar lleno de vida y la luz de la luna en mi camino.
Miro al frente y veo a Wade verme con una sonrisa que me abre el alma, lleva un
smoking negro, elegante siendo él.
Es tan sexy.
Mi corazón se acelera y mi mente ya no quiere correr.
Él no me dejara caer.
Paramos enfrente de él y tomo la mano que me ofrece, es ahí donde lo creo, donde
estaré unida a él de por vida.
Y lo ansió.
-Puedes retractarte de pasar toda la vida conmigo-le susurro y él ríe.
-¿Retractarme?, cariño si lo único que quiero es estar a tu lado-dice besando mi
mano.
La misa pasa y es hora de decir nuestros votos.
Nos vemos frente a frente y el inicia.
-Mi corazón será abierto para que tú puedas refugiarte, para que puedas hacer lo que
quieras, ya no tengo nada porque tú eres todo para mí, te seré leal y cuidare de ti,
amor no dejare que te hagan daño, me incluyo en ello, mi vida cobro sentido cuando
llegaste a mí, así que aquí, ahora y siempre seré tuyo-dice mirándome a los ojos
creando una conexión en la que solo existimos nosotros.
Lagrimas se acumulan por la emoción y lo profundo que me llegan sus palabras.
-Vaya-rio y seco mis lágrimas-.¿Cómo supero eso?.
Digo sacándole una sonrisa y escuchando las risas de nuestros invitados.
-Amor-digo y paso saliva tragando el nudo que se me forma en la garganta-.Aquí
ante Dios y ante la ley me entrego a ti, me entrego con los ojos cerrados, en
tormentas y días soleados prometo amarte, prometo ser lo mejor por y para ti,
prometo crear un nosotros y seguir conociéndote, seguir a tu lado sin pedir nada a
cambio-susurro las últimas palabras con la voz entrecortada por el llanto.
Lo veo y veo sus ojos rojos, se quita las lágrimas con los dedos y me mira.
Él es perfecto.
Volteamos con sonrisas y nos apretamos la mano.
-Si alguien se interpone que hable ahora o calle para siempre-dice el padre y nadie
dice nada.
-BuenoLos declaro marido y mujer-Fue lo último que escuche para perderme en un
par de ojos verdes.
-Juntos-le digo sobre sus labios.
-Por siempre-susurró y nos besamos.
Todo desaparece.
Solo él, yo y este beso que ha salido nuestra unión.
Tengo quien me levante, más bien, quien no me dejara caer.
-Te amo-susurró en sus labios y el me sonríe.
-y yo a ti-dice y caminamos fuera del lugar.
Entramos a la casa y vemos a Oliva.
-Felicidades-dice y nos abraza-.La recepción esta lista, cuando quieran irse estaremos
listos-dice y asentimos.
Zack corre a nosotros y lo levantamos,
-¡Por fin!-grita haciéndonos reír.
Noto como todos empiezan a retirarse, volteo con Zack en brazos y veo a Wade con
su mano extendida hacia mí.
-¿Vamos?-pregunta y yo asiento tomando su mano.
Este día será largo.
S/A
¡¡Voten y comenten mis adorados lectores!!
Liberación

1er comentario y le dedicó el cap.


Disfruten lo que tienen crearme, no hay que valorar cuando no podemos hacer nada.
El orgullo mata oportunidades.
Seamos inteligentes.
Solo hay una vida, no aten sus manos por miedo.

Disfruten...
Canción: (Jason Mraz-I wont give up)
La felicidad rodea el ambiente, mis risas unidas a las de mi ahora esposo suenan
como la mejor melodía.
Veo como Zack corre con los hijos de los amigos y socios de Wade, sonrío al ver como
la felicidad brilla en sus ojos, disfruto de ver como todos ríen y celebran el
compromiso más esperado del año.
Mi vista corre entre la gente y la melancolía aborda mi ser al ver a la familia de Wade
y a él riendo por algo que dijo Bee, mi corazón se estruja al ver una gran familia
unida y odio pensar en mi familia.
Ellos no se merecen estar aquí
Se repiten en mi mente las palabras de Wade.
Sé que no se lo merecen pero yo merecía tenerlos a mi lado, quería tenerlos a mi
lado en uno de los días más importantes de mi vida.
¿En qué momento las risas se volvieron gritos?
Creía que mi abuelo me daría el soporte que necesitaba, no me malinterpreten es y
ha sido de gran apoyo en estos momentos pero, no es lo mismo.
Me falta ese aire de mi madre a mi lado, de mis hermanos tomando mi mano en la
pista de baile y de aquel padre que me refugio en sus brazos cuando tenía frio.
-¡Amiga!-llega Holie y me abraza por la espalda.
Me giro y veo una sonrisa deslumbrante en su rostro.
-Tremendo hombre, ¿he?-me dice y las dos vemos a Wade.
-Así es-murmuro y ella me voltea a ver y cuando pasa su expresión cambia a
preocupación.
-¿Qué pasa?-me pregunta y deja su capa en una mesa.
-Me duele que mi familia no esté aquí, la familia que ame-le digo y ella me mira con
pesar.
Abre la boca y yo niego.
-Lo se Holie, creme que lo sé-suspiro sabiendo lo que me iba a decir.
-Voy a tomar algo de aire-le digo y me alejo un poco de la fiesta buscando un refugio
en el que pueda desahogarme.
Me escondo atrás de unos árboles y permito soltar aquellas lágrimas acumuladas en
mis ojos que llevan y se resbalan con un dolor profundo en ellas, intento no arruinar
el maquillaje o mi ánimo pero sé que ni una ni la otra saldrá intactas de aquí.
Mi cuerpo experimenta muchísimas emociones que me son abrumadoras, reveladoras
e hirientes dejándome deseos incompletos y un sabor amargo en la boca.
Seco mis lágrimas con el dorso de mi mano he intento que mi respiración ahora
errática se vuelva tranquila pero me es imposible gracias a una mano que se posa en
mi hombro, me volteo asustada y me encuentro con un señor de pelo negro y ojos
azules como los míos.
Una sonrisa educada sale de mis labios y el la corresponde.
-Perdone si la he asustado es solo que-guarda silencio y solo me observa como si
fuera una maravillosa ilusión, grabándome en su mente, mientras continua su
evaluación hacia mi persona yo lo miro confundida.
El señor abre sus ojos sorprendido por su arrebato y se da la vuelta alejándose de mi
con una prisa que me es imposible de alcanzar con mis tacones evitándome
detenerlo.
-¡Señor!-grito con todas mis fuerzas pero él no se voltea sino que continúa su camino
aún más rápido.
Wade llega a mi lado y lo reconozco por su aroma pero mi vista sigue fija en el punto
en que perdí de vista a aquel hombre.
¿Qué quería decirme?
¿Qué buscaba en mí?
-¿Pasa algo?-Me pregunta algo alterado y yo niego la cabeza.
Frunzo el ceño y volteo a verlo.
-Nada-suspiro-No pasa nada-le sonrío haciéndole sabe que estoy bien.
-Vamos, es hora de abrir la pista de baile-toma mi mano y nos volteamos para ir
hacia donde están todos los invitados, de camino giro mi cabeza por última vez y no
veo nada.
Desapareció.
Sacudo mi cabeza restándole importancia y observo la luz de la luz de las velas y las
lámparas que han sido encendidas con tenue luz dándole ese toque delicado y
sumamente romántico al lugar cuando la noche baja a saludarnos.
El gran techo iluminado de luces haciendo parecer que estamos bajo el estrellado
cielo.
Una suave melodía nos da la bienvenida y sonrió al reconocer la canción, es la
primera canción que bailamos juntos, con la melodiosa voz de Jason Mraz, Wade me
toma de la cintura y me atrae hacia él con fuerza quitando todo espacio entre
nosotros.
Mis pies cobran vida propia moviéndose en sincronía junto con los de mi marido, mis
ojos encuentran los suyos y me regalan calidez mientras su boca forma una gran
sonrisa que promete un gran futuro juntos.
Uno muy prometedor.
En sus manos alguien que me hará arder en fuego puro y su pecho un refugio para
esconderme de mis demonios.
Su risa una nueva oportunidad para ser feliz y un beso que calla hasta los mismísimos
ángeles del celo.
Sellando con amor lo que las palabras no pueden expresar, nos sonreímos sabiendo
que hemos encontrado a nuestra otra parte del hilo rojo, cuando voy a besarlo
alguien jala m vestido y hace que voltee y vea hacia ese lugar.
Veo a una pequeña niña sonriéndome.
-Déjame ir, tenemos nuestra propia familia, estas a salvo ahora, estamos bien-
susurra como si supiera que necesitaba escuchar esas palabras y le sonrío a mi
pequeña yo.
Volteo para ver a mi pareja y veo en sus ojos amor.
-Estamos bien-susurro y volteo a aquel lugar y ya no hay nada.
Wade besa mi mejilla haciéndome reír.
-Muy bien.
S/A
Se que muchos me quieren matar pero créanme cuando les digo que no he podido
actualizar.
¡¡Lo adoro mis hermosos lectores!!
Lo mejor para él

1er comentario y le dedicó el cap.


Una semana ha pasado de la boda y he sido la mujer más feliz de la tierra.
Wade me ha hecho muy feliz.
No nos pudimos ir de luna de miel por el trabajo su trabajo.
No me importo mucho porque se que pronto podremos hacerlo y creo que sería lo
mejor por todo lo que ha pasado en tan poco tiempo.
Aparte de que teníamos los tramites de la custodia de Zack en la mira y lo de mi
padre.
No puedo creer que en una semana será su juicio.
Todo está pasando tan rápido.
Es increíble como hace tan poco estaba en un estado de miseria para luego conocer
con quien compartiría mi vida.
Mi vida ha sido todo un torbellino.
Y hoy no es la excepción.
Hoy mi madre conocerá a Zack y viceversa.
Estoy muerta de miedo, todo lo hago por él, siempre quiero que sea feliz, no quiero
que todo este embrollole afecte.
Corro por la casa de un lado a otro.
Estoy incontrolable, salgo de mi habitación pensando en las maneras de hacer sufrir
aella, sí le llega a hacer daño a mi niño.
Me estrello contra algo firme y salgo de mis pensamientos al ver al único con quien
podría estamparme de esa forma.
Le sonrío y retrocedo para verlo mejor ya que por lo menos me saca una cabeza de
altura.
-Respira y tranquilízate-me toma por los hombros y le hago caso a su orden.
-Lo siento-me disculpo y ahora es él quien me sonríe.
-¿Por?, ¿por estar nerviosa?, ¿por querer lo mejor para tu hermano, nuestro hijo?-me
pregunta alzando una ceja y yo asiento con el pecho inflándose de orgullo al
escucharlo.
¿Existe hombre más perfecto?
Que alguien me pellizque sí es que estoy soñando.
-No te tienes que disculpar, es normal-susurra acercándose a mis labios y sin poder
evitarlo lo beso y luego lo abrazo.
-Gracias-susurro contra su pecho.
Me separo y me giro para ir a ver como esta Zack pero una mano se cierra en mi
muñeca girándome.
Rio y pongo mis manos sobre su pecho.
-¿Qué?-le pregunto con una sonrisa que se va desvaneciendo al ver su expresión de
culpabilidad.
-¿Qué pasa?-le pregunto asustada.
-Te tengo que decir algo-el timbre interrumpe sus palabras y yo me altero.
-Ya llego-digo en un chillido asustado.
Él me suelta y yo bajo corriendo las escaleras pero freno y regreso hacia donde deje a
mi esposo.
-Me lo dices al rato, ¿Va?-le pido y beso sus labios.
-Si-sonríe-.Corre, corre.
Me empuja y yo bajo las escaleras con prisa pero con agilidad para no caerme con
mis tacones blancos, al llegar a la puerta mi corazón late desesperado, suspiro y
arreglo mi vestido.
-Tranquila-me digo cerrando los ojos.
-Hola Sera-la saludo cuando abro la puerta y la veo parada con un regalo.

Ella hace una mueca al escuchar su nombre pero se recompone y me


sonríe.

Me hago a un lado para que entre a la casa.

Mi vestido azul claro vuela por la corriente del aire poniendo mi piel de gallina.

Ella entra y ve todo con cautela y suma atención.

-¿Zack sabe que estoy aquí?-pregunta buscándolo con la mirada y yo asiento.

-Él lo sabe-digo y ella mueve sus manos nerviosa.

-Él está arriba con mi esposo-digo y ella me mira sorprendida-.Iré por él.

Dejo a Sera con Tomasa y sub las escaleras rápidamente, me dirijo a la habitación de
Zack y escucho voces provenientes de ella.

Ve la puerta casi cerrada por completo y me asomo por la rendija y veo a Wade
hablando con Zack.

No logro escuchar solo veo como Zack asiente a las palabras de Wade y luego se
lanza a sus brazos.

Toco la puerta y pasó, ellos levantan la mirada y veo a Zack sus ojitos me
demuestran lo asustado que esta, me arrodillo frente a él sonriéndole.
-Los dejare solos-dice Wade y le sonríe a Zack y este asiente en comprensión.

Me encanta su complicidad.

Wade cierra la puerta al salir y yo toma las manos mi ángelito.

-Todo estará bien, solo quiere conocerte, yo voy a estar ahí todo el tiempo, siempre-
acaricio su cabello intentando darle un poco de ánimo.

Él niega con su cabeza.

-Amor, sé que no la quieres ver pero solo inténtalo, ¿si?-El niega haciendo puchero.

Le hago cosquillas sacándole una sonrisa pero se vuelve a poner serio.

-Hagamos esto, la ves hoy y si no la quieres volver a ver, no lo harás-le digo y alzo
su cabecita con mi mano.

-¿Lo prometes?-me pregunta y yo asiento.

-Lo prometo-sonrío y él baja de la cama y toma mi mano.

Bajamos las escaleras y veo como Wade está apoyado en la pared serio, lo miro
confundida pero él niega para restarle importancia.

Camino a la sala y Zack agarra más fuerte mi mano, Wade viene detrás de nosotros y
al dar la vuelta veo a Sera viendo uno de los cuadros colgados en la pared blanca.

Se voltea al escucharnos llegar y sus ojos van a la personita que está a mi lado, cubre
su boca con emoción al ver a Zack el cual se esconde detrás de mi sin soltarme la
mano.

Bajo la mirada y veo sus ojos azules mirándome y luego al frente y regresa su mirada
a mí y yo asiento hacia él.

Él suelta mi mano y camina hacia nuestra madre, mis ojos se llenan de lágrimas pero
las quito enseguida.

Unos brazos fuertes rodean mi cintura dándome valor.

-Estará bien-susurra yo asiento.


-Eso espero-susurro y veo como mi madre se inclina a la altura de Zack, él frena y
niega con la cabeza como si no creyera lo que ve.

Mi garganta se aprieta con miedo.

-Hola-le dice Sera viéndolo a los ojos.

Él pone su mano en su mejilla.

-¿Eres real?-le pregunta y ella asiente con las lágrimas resbalando por sus mejillas.

-Lo soy-le dice con la voz entrecortada y Zack se avienta a sus brazos.

-Ellos sabrán solucionarlo-me dice Wade al oído.

-Lo se-digo con una sonrisa.

Dejo a mi madre y a Zack ponerse al corriente y voy a la cocina a hacer la comida o


por lo menos ayudarle a Tomasa en lo que me deje, claro, sin despegar mi mirada de
ellos.

-Sí las miradas matara-dicen a mi espalda.

-¿Qué?, no, nada de eso, solo estoy cuidando a Zack-le digo a Wade mientras pico la
verdura.

-¿No ves lo feliz que está?-me pregunta y yo suelto el cuchillo y me doy la vuelta para
verlo con los brazos cruzados.

-Lo veo, ese es el problema-digo con el ceño fruncido.

-¿Cuál es el problema?-dice y se cruza igual que yo copiando mi postura.

-Que no quiero que se ilusione y ella-no termino y los veo jugando en el sillón de la
sala y Wade toma mi rostro haciéndome verlo.

-Tienes miedo a que se vaya como lo hizo cuando eras una niña-afirma y yo lo miro
preguntándome como lo sabe todo, como sabe que decir en el momento indicado.

-¿Tú eres perfecto verdad?-le digo y pongo mis manos en su cuello.

-Yo-voltea evitando mi mirada y yo bajo mis brazos de su cuello.


-Me estas asustando Wade-le informo buscando su mirada hasta que tomo su rostro
entre mis manos y lo hago verme-. ¿Qué pasa?

-Hay algo de lo que tenemos que hablar-dice serio y mi estómago se hace chiquito.

S/A
¡¡Voten y comenten mis hermosos lectores!!
Heridas

1er comentario y le dedicó el cap.

Odio cuando existen miles de posibilidades.

De esas que crea tu mente mostrándote todas las miles de cosas horribles que
pueden ser de todo el mundo.

Eso es un asco.

Lo miro esperando que me explique qué es lo que sucede, que es lo que tiene que
decirme para que se ponga de esta manera.

Wade se alborota el pelo frustrado y yo enarco una ceja.

-Somos un matrimonio, no existe nada que pueda ser tan grabe para que te pongas
de esa forma-lo señalo de arriba abajo.

-Es que esto-suspira frustrado-.Digo, este tema esdelicado-suspira y se pasa una


mano por la cara.

-Pues dímelo-digo frustrada.

-¡Mami!-gritan a mi espalda y me volteo no sin antes dedicarle una mirada a Wade de


que esto no ha acabado aquí.

Me alejo y me acerco a Zack que está en la puerta con un juguete en su mano.

Me pongo a su altura y tomo sus manos viendo el juguete que trae en su mano.

-¿Todo bien?-le pregunto interesada con una sonrisa.

-Si, es linda conmigo pero-se rasca la cabeza nervioso igual que lo hace Wade.

-¿Pero?-le digo sin borrar mi sonrisa pero con un miedo que me carcome por dentro.

-Pero no sé si será suficiente para perdonarla-dice triste y lo abrazo.

Me separo de él y lo cargo para ponerlo encima de la mesa de la cocina.


Wade se pone a mi lado y lo despeina.

-Zack, eres tú el único que puede decir en qué momento estás listo para perdonar-le
digo y volteo pidiéndole ayuda a Wade.

-Campeón hay batallas y decisiones difíciles en la vida pero siempre sabrás como
resolverlas y siempre, siempre contaras con nosotros sabiendo que la decisión que
tomes será la correcta-le habla de una forma que te tranquiliza, es un buen padre.

Estoy muy orgullosa.

Sonrío y beso a los dos hombres de mi vida.

-Jamás estarás solo-le susurro a Zack abrazándolo fuerte y Wade se une a nosotros.

Un carraspeo nos interrumpe y todos nos separamos y vemos hacia la puerta.

-Perdón por interrumpir-se disculpa la mujer de pelo negro.

-No se preocupe-habla seco Wade y yo lo miro sorprendida.

Ella lo veo incomoda y carraspea viendo a otro lado.

-¿Podemos hablar?-me pide y yo veo a los presentes en específico a Zack y asiento.

Da un buen ejemplo para él.

Me acerco pasando por su lado saliendo de la cocina dirigiéndome a la sala.

La espero y le indico que tome asiento enfrente de mí.

-¿Y bien?-pregunto y ella me mira.

-Haz criado muy bien a Zack-me felicita y yo rio sarcástica.

-Hice tu trabajo-le digo con rabia y veo como su rostro se descompone.

Cierro los ojos.

-Lo siento-le digo y los abro-.Es solo que ha pasado mucho en muy poco tiempo.

-Lo sé, sé que me fui y te abandone, debí quedarme o llevarlos conmigo-dice


mirándome a los ojos.

-No creo que quiera hablar de eso ahora contigo-le pido.

-Ela yo-me dice pero me levanto y ella imita mi acción.

-No quiero más excusas, no quiero saber nada, ni de ti ni de si llegaste a pensarnos


una sola vez, tu trabajo era quedarte, estar ahí para mí y ahora que alguien me ama,
ahora que formo por fin mi familia, ¿vienes a felicitarme?-le digo sin arrepentirme-
.Creo que no necesito saber eso y menos viniendo de ti, lo veo en él y sé que hice
todo lo que estuve a mi alcanzar para que sea quien es.

Ella asiente sin decir nada.

¿Qué podría decir?

Hija no tengo excusas pero entiéndeme

Bah, tonterías.

-Quiero que estés cerca de él pero eso no significa que quiero que estés cerca de mí,
como se lo dije a él, todo toma tiempo y las heridas que tú no curaste siguen
ardiendo, quiero que Zack tome las decisiones que crea correctas para él, lo eduque
para ser una buena persona de gran corazón, firme a sus creencias, forme mi familia
y no sé sí quiero que estés en ella-La veo con firmeza-.Y si quieres estar en ella dame
tiempo.

Le pido y me dirijo a la cocina sin voltearme a verla.

-Sabes dónde está la salida-digo sin dirigirle una mirada continuando mi camino hacia
mi familia.

Me recargo en una pared con las manos antes de entrar a la cocina y derramo unas
cuantas lágrimas poniendo mi frente contra ella.

-Me heriste mucho mamá-lloro cubriendo mi boca.

Me siento un rato en el suelo e intento tranquilizarme pero mi mente intenta


encontrar respuestas a mis preguntas.

Y es inútil.
S/A
¡¡Voten y comenten mis hermosos lectores!!
Risas

1er comentario y le dedicó el cap.


Me levanto del piso y me seco las lágrimas que se negaban en abandonar mi rostro.
Ela, no es el momento de ponerte así, no lo es.
Entro a la cocina y veo a mis dos hombres riendo.
Ellas al verme cesan las risas y sus rostros cambian completamente.
-¿Qué pasa?-toco mi cara y ellos no dicen nada.
Wade se levanta de su asiento y se acerca a mí tocando mi rostro.
-Tu maquillaje corrido te delato-susurra en mi oído y besa mi cabeza.
-¿Qué?-me exalto y salgo de la cocina para ir a mi recamara.
Entro al baño y noto que parezco bendito mapache.
Bufo y busco mi desmaquillaste.
-¿Amor?-pregunta Wade tocando la puerta.
-Salgo en un momento-grito he intento arreglarlo que sea que es mi cara ahora.
-Ela, necesitamos hablar-pide y yo pongo mis manos en el lavabo, recargándome y
suspiro.
-No quiero malas noticias, no puedo más-digo abriendo la puerta y lo veo recargado
en la pared al lado de esta.
Él niega y me abraza al ver como mis ojos se vuelven a llenar de lágrimas.
-Ella cree que lo que hizo es fácil de perdonar-sollozo contra su pecho.
-Pero-empieza Wade pero lo interrumpo.
-No hay pero Wade, no hay manera en que mi mente y mi corazón entiendan lo que
hizo y mucho menos dejarme vivir lo que viví, ella sabía lo que se sentía y aun así no
le importo dejarnos con un padre maltratador-digo separándome y veo como hace
una mueca por mis palabras.
-Lo se princesa-dice rendido.
-¿Qué es lo que querías decirme?-cambio de tema intentando alivianar el ambiente lo
cual no funciona.
-Nada importante-dice y me atrae a sus brazos.
-Todo lo que tengas que decirme es importante Wade-le digo acariciando su mejilla.
-Créeme, no lo es-suspira y me sonríe.
Asiento agarrándome fuerte a él aspirando su aroma tranquilizándome.
Wade me separa un poco para verme a los ojos.
-Júrame que pase lo que pase, no te alejaras de mi lado-me pide y yo me separo un
poco más de el para verlo mejor estando muy confundida con sus palabras.
-¿Qué?-murmuro viendo esos ojos que me vuelven loca.
-Ela, júramelo-presiona otra vez desesperado.
-¿Pero que tendría que pasar?-le pregunto y el niega.
-Júramelo-vuelve a decir sin darme ninguna explicación.
-Te lo juro-le digo acariciando su rostro y lo abrazo intentando calmar su angustia.
-Tranquilo, no tiene que pasar nada pero si te sientes más seguro si, si amor, te lo
juro-le digo al oído para luego besarlo en el cuello.
Él me toma de la cadera y yo sonrío en su cuello.
-No hagas eso-me pide y hago caso omiso de ello.
-Es en serio Ela-dice cuando lo vuelvo a hacer y lo hago otra vez sin detenerme.
Él me carga haciendo que rodee mis piernas en su cintura, rio y él posa sus manos en
mis glúteos.

Me acuesta en la cama con el encima y me empieza a besar furiosamente.


Cierro los ojos disfrutando de su contacto.
Wade se separa y se quita con agilidad la camisa haciéndome babear por él.
Me lo como con la vista, su rostro, luego ese torso que demuestra muchas horas de
ejercicio y sigo bajando viendo esa perfecta v.
Wade se vuelve a inclinar sobre mí sonriéndome maliciosamente.
-Tú te lo buscaste-susurra y sus manos acarician mis piernas.
-Lo sé-le digo sobre sus labios, ansiosa.
Él gruñe y me besa otra vez, atacándome implacable.
Sus besos bajan a mi cuello y mi respiración se acelera disfrutándolo.
Mis manos se pasean por su suave piel y cierro los ojos cuando sus dedos hacen
contacto con mis pantis.
Gimo en su oreja y el pega sus caderas a las mias robándome un suspiro.
-¡Mami, papi!-grita un pequeña voz y los dos nos searamos enseguida.
-¿Dónde están?-pregunta y yo me arreglo con rapidez el vestido.
La puerta se abre y veo a un pequeño Zack con el juguete que le regalo mi madre en
su mano.
Él se nos queda viendo con el ceño fruncido.
-¿Qué le paso a tu camisa pa?-le pregunta y yo rio,
Él me mira con advertencia algo más profundo y oscuro en sus ojos.
Lujuria.
Tiene una sonrisa macabra y al saber lo que planea corro y tomo a Zack en brazos.
Salgo corriendo riendo y bajo a Zack al notar que Wade no nos sigue.
-Escóndete-le susurro y él asiente y corre.
Yo hago lo mismo pero no sé en donde esconderme.
-¡Amor!-canturrea y yo bajo corriendo las escaleras y camino por la casa silenciosa.
Veo la cocina y paso de largo hasta llegar al lugar donde lavan la ropa, no escucho
nada y me hago hacia atrás viendo la puerta.
Pero siempre tiendo a chocar contra algo y ese algo es la secadora.
Algo que estaba encima de esta cae haciendo mucho ruido y cierro los ojos.
Veo lo que se cayó y es algo de metal, lo pongo de nuevo encima de la secadora y al
voltear hacia la puerta noto qu está abierta y ahí parado, en mi única salida, esta
Wade.
Da unos pasos hacia mí y yo hacia atrás hasta que choco con una pared.
El me acorrala con sus brazos y su nariz recorre mi cuello y la cima de mis senos.
Trae puesta una camisa que de los brazos esta remangada y huele deliciosamente a
perdición.
-Esta noche-susurra y muerde el lóbulo de mi oreja-.No dormirás mi amor-murmura y
me mira a los ojos, diciéndome que es un hecho, no una advertencia.
Paso saliva y veo sus labios, su mandíbula que me dan ganas de morderla y esos ojos
que me dicen seré suya y que lo gritare con fuerza.
-Tienes tres segundos para huir porque cuando te atrape, no tendré compasión-dice
besándome con fuerza y jalando mi labio inferior.
-Uno-empieza a contar cuando suelta mi labio y se aleja.
No sé cómo logro caminar al sentir mis piernas de gelatina pero lo logro.
Salgo de ahí y corro escondiéndome detrás de la isla de la cocina.
No me muevo suspiro intentando controlar mis hormonas y escucho unos pasos
correr.
Veo como Zack se pone a mi lado y yo lo miro risueña.
-¿Por qué no te escondiste?-le pregunto y él me sonríe.
-Lo estoy haciendo ahora-dice y yo rio fuertemente pero me tapo la boca enseguida y
el hace lo mismo, el silencio se hace presente para escuchar unas pisadas.
Wade.
Me asomo y veo sus pies caminar en dirección contraria.
Suspiro.
-Ya se fue-le digo y él ve atrás de mí.
Volteo y veo a Wade mirándonos.
-Corre-le digo a Zack y los dos nos levantamos como rayos pero no soy tan rápida y
él logra tomarme de la cintura.
-Te tengo-dice en mi oído poniendo mi piel de gallina.
-Suéltala ahora malvado-grita Zack junto con una espada de juguete en su mano.
¿De dónde saco eso?
Ese niño tiene juguetes por todos lados.
Por fin los tiene.
-Jamás-le dice Wade y me pone en su hombro.
-Zack, sálvame-le pido y él corre detrás de nosotros.
Wade me suelta en el sofá y se pone enfrente de mí.
-Ella ahora es mi rehén, tendrás que pasar sobre mí-le dice fingiendo otra voz y yo rio
pero me contengo al instante al ver lo serio que es esto para Wade.
-Lo hare-dice valiente salvador.
-Zack es peligroso-dramatizo y él niega.
-Resiste me pide y empieza a luchar con sus espadas, la de Wade ficticia y caen al
suelo y Wade se queja por la apuñalada que le dio Zack.
Zack se levanta y corre a mí y me abraza.
-Estas a salvo-me dice y yo lo abrazo.
-Oh, gracias mi valiente caballero de
-Arg-grita Wade abalanzándose hacia nosotros para hacernos cosquillas.
En definitiva estoy casada con el mejor hombre.
Quien haya dicho que es un ogro, estaba muy equivocado.
Deberían poner en las revistas
Wade Mandi el mejor padre y esposo que jamás hayan podido ver.
Oh si.
Eso lo definiría por completo.
Y lo amo tal cual es.

S/A
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Impacto

1er comentario y le dedicó el cap.


Si, mi madre volvió al día siguiente y al siguiente de ese sin perderse de ningún
momento para estar con Zack, sin embargo, tampoco volvió a intentar acercarse a mí
y lo agradecía internamente.
No tenía ningún interés sobre ella.
Estuvimos hablando con nuestros abogados sobre cómo se llevara el juicio de mi
padre.
A quien tendré que ver otra vez.
Zack se quedara con Sera y Tomasa en la casa, no confio completamente en ella
como para dejarlo solo con ella y no lo quiero llevar, no quiero que presencie eso.
Es un niño.
Una de las mejores cosas a pasado esta semana y es que la custodia por fin es de
nosotros.
Por fin legalmente nadie me lo puede quitar.
Me muevo inquieta en la cama sin poder dormir.
Volteo y veo a Wade dormir tranquilo.
Él ha sido mi mayor soporte, sin él mi vida no sería lo que es hoy.
Me salvó y no abra modo de agradecerlo.
Me levanto con cuidado de la cama y voy a ver a Zack.
Siempre me ayudo para dormir ver lo tranquilo que se ve dormido.
Me siento a su lado en la cama y acaricio su rostro.
Las lágrimas no tardan en acumularse en mis ojos.
Me duele el hecho de que mañana veré a mi propio padre tras las rejas.
Quisiera que hubiera sido de otra forma.
No lo es.
La vida sabe lo que hace muchos dicen.
Espero que de verdad haya sabido lo que hacía.
Beso la cabeza de mi niño y me levanto de la cama, abro la puerta y lo veo.
Cierro la puerta y bajo por un vaso de agua fría.
Me siento sobre la isla de la cocina y veo hacia fuera.
El silencio de la casa es agradable creo que siempre aprecie cunando todo era
tranquilidad.
Cundo sabía que él no estaba en casa.
Recuerdo todo lo que me hizo pasar desde pequeña, todos los insultos, los golpes,
todas las botellas de alcohol en la mesa.
Mis gritos.
Cierro los ojos con fuerza y ya no siento lastima por lo que pasara, por lo que pagara
por los actos que cometió.
Al fin se hará justicia.
Unas manos calientes se posan en mis piernas sacándome de mis pensamientos.
-No te escuche-le digo y él se pone entre mis piernas.
-¿En que estabas pensando?-me pregunta curioso y yo sonrío con tristeza.
-En nadaen todo-suspiro-.En él.
Me abro con él una vez más.
-Ve a dormir, soy yo y mis tonterías, ya sabes-le pido y lo empujo pero no se mueve.
-Tus problemas son los míos, tus tonterías para mí son las cosas más importantes,
jamás me iré a dormir sabiendo que tú no estás tranquila-me dice alzando mi rostro-
.Habla conmigo amor.
Lo abrazo con todas mis fuerzas.
-Sé que no debería estar pensando ni un poco en él, me hizo tanto daño que el simple
hecho de verlo mañana me atormenta, me atormenta que sea capaz de dañarme otra
vez, trato de mentalizarme pero me paralizo, no tengo la fuerza como para
enfrentarme a él-le digo en un susurro y el me separa un poco.
-Ela yo-me intenta decir pero yo niego.
-Lo sé-acaricio su mejilla-.El saber que tú vas a estar ahí me da el valor de que no
puede dañarme, de que ya no estoy sola, tú eres mi nuevo motor Wade-le digo y veo
en su mirada algo que no logro descifrar.
Veo sus labios y me acerco a él viendo sus ojos y lo beso.
Lentamente dándome la tranquilidad que necesito.
S/A
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Enfrentamiento

1er comentario y le dedico el cap.

El sonido del martillo se hace presente en la sala y no estoy nerviosa.

Tengo en quien apoyarme.

La sala guarda silencio y veo como mi padre va llegando.

Su barba descuidada que lo caracteriza y esas bolsas por el cansancio.

Su mirada recae en la mí y veo ira en ella.

Se intenta acercar a mí pero los barrotes no se lo permiten y eso me hace respirar de


nuevo.

Una mano aprieta la mía y volteo a ver a Wade sonriéndome.

Volteo y veo a los presentes en la sala, a la familia de Wade dándonos todo su apoyo.

A mis hermanos, uno con una mirada mordaz y otro intentando darme apoyo.

Me giro y veo a la jueza entrar iniciando el juicio.

Todos a los que citaron van pasando, yo fui la primera y no tuve miedo en hablar, eso
es lo correcto.

Luego fue Adam que me dio una puñalada al corazón al decir tantas mentiras sobre
mí y mi esposo.

Luego fue Wade que narro la vez que me encontró casi inconsciente en la casa.

Así pasaron varias personas conocidas, vecinos, compañeros de trabajo, etcétera.

Luego pasa Brad y sé que otra puñalada me espera pero mi sorpresa es otra cuando
empieza a decir la verdad, cada vez que hablaba me miraba haciéndome saber que
quería redimir sus errores.

Entonces pasa.
Llaman a mi padre.

Sabía que iba a inventar mil historias sobre mi persona pero jamás imagine lo que
paso, ni una de todas las posibilidades que mi mente se esforzó en pensar.

-Sé que estoy condenado, así que para que seguir engañando y fingiendo-me mira y
una sonrisa de suficiencia aparece en su rostro.

-He acabado mi interrogatorio-dice el abogado.

-Pero señor abogado hay que ser sinceros-ríe y veo como lo bajan del estrado.

-Lo que nadie se atrevió a decir ni siquiera mi amada ex esposa que sabe Dios donde
está-grita-.El porque te odiaba tanto a ti y a tu amado niño Zack,

Mi corazón se acelera y no despego mi mirada de él.

-¿Tú amado esposo no te lo dijo?-grita de nuevo y los oficiales se detienen.

Wade se para advirtiéndole con la mirada algo que desconozco, veo a Wade y luego a
mi padre.

-¡Basta!-le grita Wade.

La jueza pide que se lleven a mi pare y él se resiste.

-¿No le dijiste Wade Mandi?-pregunta burlón y mi cara se torna pálida.

-No le dijiste que no soy su padre-dice y una exclamación de sorpresa sale de los
presentes-.¡No soy su padre!, ni de ella, ni del bastardo de Zack.

Eso me cae como una bomba al estómago.

Todos en la sala guardan silencio y me miran.

Yo fijo mi vista en Wade y veo arrepentimiento en la suya.

Volteo a ver a la basura que está tras las rejas que me mira con una sonrisa.

-Si Elaine, por eso te hice sufrir tanto, te odiaba y sigo odiandote con todo mi ser-
habla entre risas y la jueza hace sonar el martillo.
Sacándonos a todos de aquel doloroso impacto.

La jueza empieza a dictar sentencia pero mi mente solo divaga en lo que las palabras
del señor que creía mi padre causaron en mí.

Todo lo que sufrí, las mentiras.

Wade

El martillo vuelve a sonar y me hace regresar a la realidad.

Da por terminado todo este infierno y yo soy la primea en salir de ahí.

Todos me miran pero no presto atención, solo me enfoco en salir de ahí.

-¡Tú y Zack no son mis hijos!-grita de nuevo y la risa se hace presente en el lugar.

¿Tú amado esposo no te lo dijo?

Se repite otra vez en mi mente.

-Ela-alguien toma mi brazo y me hace girar para estar cara a cara.

Entonces veo aquellos ojos verdes.

S/A

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Dolor

1er comentario y le dedicó el cap.


Estamos en la recta final.
Creía que había sentido dolor.
Creía que el dolor más fuerte ya lo había sentido, que nada podría lastimarme ya.
Pero cuando crees algo siempre te vienen a demostrar que estas equivocado.
Jamás había sentido ese dolor.
Tan desgarrador y demoledor que siento romperme en vida.
Veo sus ojos verdes y no digo nada.
No puedo.
Es como si mi voz hubiera desaparecido.
Veo esos ojos que me miraron tantas veces y no me decian nada, me mentían.
-Déjame explicarte-me pide con sus ojos inyectados en tormento.
Él toca mi rostro pero doy un paso hacia atrás.
No logro comprender nada.
Solo pienso en las palabras y la persona que pudo herirme otra vez y en la persona
que no lo evito.
Me alejo de él negando y salgo del lugar.
Me pongo mis lentes de sol y me hago paso entre los reporteros.
Me es muy difícil.
Mi mente me agobia y luego ellos que no paran de aturdirme con sus flashes y
preguntas.
Esto es imposible.
Me altero al verlos encima de mí y lo único que hago es correr, empujándolos,
sintiéndome asfixiada.
Tomo un taxi y me alejo de ahí.
Ya en el taxi intento calmar mi respiración tan caótica.
Le doy la dirección de la casa y en el camino mi corazón se va rompiendo más de a
poco y es un asco.
También aparece otro sentimiento.
Algo mucho más peligroso.
La ira.
La ira por todo lo que pase con alguien que no era nada mío y solo la canalizo en una
persona.
En ella.
En la mujer que me toco por madre.
Llegamos y le pago al chofer.
Me quedo parada frente a la casa observándola.
Recuerdo la primera vez que estuve aquí.
Veo su rostro serio y una sonrisa triste aparece al recordarlo.
Escucho unas puertas cerrarse y giro la cabeza viendo dos autos.
Veo a Wade bajarse de uno y a su familia de otro.
-Tengo que encontrarla-dice desesperado.
Ellos al verme se quedan quietos y solo veo a Wade que me mira sorprendido por
encontrarme ahí.
-Toma a Zack y pase lo que pase tiene que estar contigo-le pido y entro a la casa sin
esperar respuesta.
Escucho las risas y mi furia aumenta.
Entro a la sala y Zack al verme corre a mis brazos.
-Amor, ¿Cómo estás?-le pregunto y él me sonríe, veo a esa señora como me mira y
yo enfoco otra vez mi vista en Zck.

-Muy bien-dice y yo asiento.


-Oye, necesito que me hagas un favor, ve con Wade, ¿si?-le pido y él asiente.
Se despide con la mano de nuestra madre y corre a buscar a Wade.
Me acerco a mi madre y sin darle tiempo a decir nada le doy una bofetada.
Eso se sitio malditamente bien.
-¿Cuándo creías que me iba a enterar?-le pregunto y ella se soba la mejilla.
-Hija, ¿Qué te pasa?-me pregunta y yo le sonrió sarcástica.
-¿Me dejaste con un hombre que no es mi padre y me preguntas que me pasa?-le
recrimino y ella se pone pálida.
-Fuiste una maldita bruja en todos los sentidos-me rio sin gracia.
-No me insultes-dice indignada.
-¿Qué no te insulte?, ¿Cómo no hacerlo?, haber, te largaste con tu amante como una
cualquiera sabiendo que dejabas a tus hijos atrás y todavía peor, los dejaste con el
hombre más maldito de la tierra sabiendo que no era nuestro padre-digo y me
acerco.
-No Ela, escúchame-me pide y niego.
-¿Para qué intentes redimirte?, deje que Zack te viera pensando que te lo merecías,
que tonta-me doy la vielta tomando mi cabello con frustración.
-Vale, Ela, yo estuve con otro hombre porque me enamore , tú padre era un
monstruo-dice y yo volteo con rabia en la mirada.
-¡No es mi padre!-le grito furiosa.
-No podía dejarlo por miedo-continua ignorando mi comentario-.Luego me embrace y
te tuve y momentos después a Zack, él se enteró que lo engañaba y empecé a temer
por mi vida, no tenía nada-se excusa y yo la miro con incredulidad.
-Zack y yo sufrimos por tener una ramera como madre-exploto y siento escozor en mi
mejilla.
-Te dije que pararas de insultarme-me señala indignada.
Me volteo y le regreso la bofetada.
-No me vuelvas a poner tus sucias manos encima, si te duele la verdad no lo siento,
pero de mi te acurdas Sera-gruño y doy un paso amenazante hacia ella-.¿Te escuchas
cuando hablas?, eres absurda.
-¿De qué hablas?-pregunta asustada y en ese momento escucho un carraspeo.
Volteo y veo a Wade caminar con ese porte elegante y seguro de sí mismo junto con
un aura fría.
-No volverá a ver a nuestro hijo-le dice serio.
-Pero es mi derecho-se queja y él niega con una sonrisa macabra.
-Oh créame, perdió sus derechos hace mucho tiempo y si no quiere que la denuncie,
más le vale que no se acerque de nuevo a mi familia, nos les hara más daño-en su
mirada noto ira y seriedad.
-Tú no puedes hacer eso-se queja la mujer.
-¿Acaso no sabe quién soy?, créame, puedo hacer su vida un infierno con mover un
dedo-dice y un escalofrió recorre mi cuerpo al escucharlo.
Dios, se ve tan sexy cuando se pone así.
Ella toma su bolso y todos nos volteamos hacia la puerta sorprendiéndome al ver a
Zack junto a Bee atrás de él.
Mi madre sonríe con malicia y se acerca a Zack para abrazarlo pero él se aleja y corre
a mis brazos.
-Lo hago por tu bien-le digo intentando que entienda y el asiente.
-Lo sé, tu siempre fuiste la que sufrió más-me dice y yo lo abrazo con fuerza.
Wade escolta a la mujer a la puerta y luego regresa.
-Ven Zack, vamos a jugar-le dice Bee y yo asiento.
-Amor, yo tengo que salir pero regreso pronto, te dejo con Wade y Bee, ¿si?-le pido y
el asiente y se va a jugar con Bee.
-¿A dónde vas?-me pregunta Wade interponiéndose en mi camino y yo paso por su
lado.
-Cuídalo, vengo por el al rato-le digo y él me toma del brazo y yo me suelto
bruscamente.
-No me toques-le advierto.
-Escúchame-ruega y yo sigo mi camino.
Azoto la puerta al salir.
Veo mi reloj.
Siete con ocho minutos.
Veo el cielo y sé que va a llover y no me importa.
Camino por la ciudad y voy al lugar donde encontré a Zack con la ayuda de Wade.
Me siento debajo del árbol y pienso en todo.
Wade debió decírmelo.
Las lágrimas salen de mis ojos sin poder contenerlas más.
Los truenos suenan y la lluvia fría empieza a caer.
No me muevo, solo me quedo ahí en mi tristeza.
Pensando.
Sufriendo.
Intentando recuperarme.
S/A
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Entre la lluvia

1er comentario y le dedicó el cap.

¡EPÍLOGO!

Disfruten...

El tiempo corre y sé que es lo suficientemente tarde como para regresar a casa.

No quiero hacerlo pero sé que tengo una responsabilidad ahí.

Mi preciado y amado hijo.

Tengo que enfrentar mis miedos por él y Wade no es la excepción.

Aunque sería injusto decir que le tengo miedo, cuando la realidad es que no,
simplemente que no sé qué hacer, es frustrante.

Me pongo de pie aun con las gotas de lluvia cayendo del celo oscuro, empapándome
de cabeza a pies.

Empiezo a caminar pero las luces de un auto me ciegan por un momento y escucho la
puerta ser azotada.

Enfoco mi vista y veo al único que no estaba preparada para ver todavía.

Justo en este lugar.

Wade Mandi.

Mi amado esposo.

Él se acerca y yo me intento alejar caminando al lado contrario al que él esta.

-¡Ela!-me grita haciendo que pare y voltee a verlo.

-¡Wade, no quiero hablar contigo!-le grito pero él me toma de la cintura


posesivamente.

Noto la furia en sus ojos.


-¿Por qué no regresaste?, ¿sabes la hora que es?-me pregunta molesto muy cerca de
mí y yo lo miro enojada.

-No me di cuenta de la hora-le informo seca.

Las gotas resbalan por su cuerpo y veo sus duras facciones, sus ojos pintados en
preocupación.

-Necesito que me escuches-me suplica y yo lo empujo.

-¿¡Por qué!?, ¿¡por qué de todas las malditas personas en el mundo tenías que ser
tú!?-le pregunto mirándolo con fuerza.

-No te lo dije porque te heriría-contesta y yo niego.

-Y aun así no lograste protegerme, me heriste por no contármelo, ¡Me mentiste!, ¡creí
que todos podían decepcionarme menos tú!-le grito sintiendo un nudo en mi
garganta.

Un trueno suena en medio de nuestra pelea.

-Tú eras el único que no me había mentido y cuando me entere por boca de ese
maldito...no me dolió el hecho de que no fuera mi padre, oh no, Dios sabe cuánto
rogué no llevar su sangre, sino que me dolió que tú-me acerco y toco su pecho con
mi dedo índice-.No me lo hayas dicho y que él pudo aprovechar eso en mi contra.

Wade se hace el pelo para atrás con frustración y quita las gotas de lluvia de su cara
con fuerza.

-¿Sabes cuantas veces intente decírtelo?-me pregunta con sus ojos escudriñándome.

-Pero no me lo dijiste por tantas oportunidades que tuviste-digo cansada.

-Entiéndeme, estabas muy herida y no quería ser yo quien te rompiera más, ¡Me dolía
verte así, Elaine!, ¿¡me entiendes!?-grita desesperado.
-Wade, ¡No puedo más!, mi vida es un maldito desastre, tú y Zack fueron mi bendito
milagro para vivir, para mí fue doloroso el hecho de que me lo ocultaras, que no me
dijeras algo tan importante-le digo intentando que entienda lo que sentí.

-Me segaron todas las emociones y que tú no me lo hayas dicho fue la gota que
derramo todo-saco todo con él.
La lluvia no para, sigue su transcurso como sí nada estuviera pasando.

Cuando en realidad todo pasa.

-Y justamente por eso no pude hacer nada-me dice acercándose-. ¿Crees que si
hubiera sabido las intenciones de ese bastardo no te hubiera preparado?

Yo lo miro incrédula.

-¿Me lo abrías dicho?-le pregunto y él guarda silencio, solo mirándome, teniendo una
guerra consigo mismo-.Creo que ya se la respuesta.

Me doy la vuelta alejándome.

-¡Te amo!, y si esto no lo podemos supera juntos y solucionarlo, ¿en que nos
convierte?-dice a mi espalda y yo suspiro agachando la cabeza.

Maldita sea, odio cuando tiene razón.

Su brazo aferra el mío volteándome y sus labios se unen con los míos.

Nos besamos, ahí, bajo la lluvia, en el lugar que nos unió más que nunca.

Me separo y miro sus ojos verdes.

-Nunca quise hacerte sufrir, siempre quiero verte feliz, no dudes eso nunca, no de mí,
por favor-dice tomando mi rostro entre sus manos y mirándome con desesperación,
queriendo que vea su miedo y honestidad en aquellos ojos verdes.

-Debí dejar que me explicaras las cosas antes de ponerme así-susurro y él niega.

-Debí hablar contigo y mencionarlo, jamás te ocultare algo-afirma y me sonríe.

-¿Por qué fuiste a la cárcel?-le pregunto y él pone un mechón de pelo tras mi oreja.

-Quería saber si podíamos llegar a un arreglo para que no tuvieras que verlo-me dice
y yo ladeo mi cabeza y le sonrío.
-No debiste intentar darle algo más de lo que se merece-le digo y él mira hacia el
cielo.

-Ahora lo sé-dice regresando su mirada a mí.

Me mira y me abraza con fuerza.

Respiro profundamente y oculto mi rostro en su cuello.

Nos quedamos en silencio bajo la lluvia, yo sintiendo como el agua fría cae sobre mi
piel pero nunca antes me he sentido tan cómoda como en aquel momento.

-Mi mamá sufrió maltrato físico -me susurra y yo levanto la cabeza y miro a sus ojos,
totalmente sorprendida.

-Mi mamá fue maltratada, yo era muy pequeño...no pude salvarla, a ella no-dice con
la voz rota y mi corazón se estruja con fuerza.

Acaricio su cabeza y veo sus ojos, llenos de remordimiento, de tristeza.

-¿Por qué no me lo dijiste?-le pregunto en voz baja con el sonido de la lluvia a


nuestro alrededor.

-No podía, no quiera que me temieras, no crei que quisieras saberlo, ni siquiera sabía
si yo estaba preparado para contarlo-susurra y ve al cielo con mucho tormento
pintando sus facciones.

-Nunca podría temerte-le susurro y lo abrazo con fuerza.

-Tengo miedo de no ser lo que necesitas-murmura y yo lo aferro más a mí, sintiendo


su dolor, su angustia, queriendo consolarlo.

-Lo eres-le susurro y beso su mandíbula.

-Cuando te vi correr por las calles, con esa mirada atormentada, vi los ojos de alguien
que sufre, lo mismo que se veía en los ojos de mi madre-murmura y un escalofrió
viaja por mi cuerpo.

-Por eso me seguiste, por eso me ayudaste-susurro, entendiéndolo todo al fin, me


alejo para ver sus ojos.

Me mira y asiente.
Acaricia mi mejilla con su mano, con suavidad, con dulzura y respeto.

-No la salve a ella pero pude salvarte a ti y, en el proceso, una parte de mí, la que
siente culpa-dice y yo sonrío con lágrimas en los ojos.

-No fuiste culpable-le digo y él asiente.

-Ahora lo sé, lo entendí al ver a Zack, es solo un niño-dice y yo asiento.

-No puedes atormentarte, no cuando has hecho demasiado por mí, no tienes que
tener miedo en convertirte en alguien que maltrata, me salvaste, nos salvaste y me
diste una segunda oportunidad, me hiciste vivir, eres bueno y lamento haberte hecho
pensar lo contrario.
Acaricio su mejilla y él me atrae a su cuerpo abrazándome con fuerza.
Se separa y toma mi rostro entre sus manos.

Acerca su rostro al mío y su aliento caliente se une con el mío, unimos nuestras
pieles, nuestros labios se acarician y siento que lo hace con tranquilidad.

Cuando nuestros pulmones empiezan a exigir aire nos separamos solo para unir
nuestras frentes.

Nuestros ojos se miran y se dicen todo lo que necesitan, todo nuestros secretos y
pesare y al final, hay tranquilidad.

-¿Vamos?-pregunta señalando el auto con la cabeza.

Caminamos hacia él sin separarnos y cuando los dos estamos dentro el calor nos
recibe.

Lo veo y él a mí y nos reímos sabiendo lo que pensamos.


En aquel recuerdo.

El camino es silencioso hasta que su voz lo inunda.

-¿Sabes? Todo esto inicio por él, gracias a él estamos juntos-susurra sin despegar la
mirada del llovioso camino.
Pienso en sus palabras y asiento.

-Todo siempre fue por Zack-afirmo y rio.


-Aún recuerdo como me decías que no te conocería en absoluto, aún recuerdo todo lo
que paso mientras decidías conocerme-pone su mano sobre mi muslo y lo aprieta
haciéndome reír.

-Y tú, necio me decías que lo harías, que me conocerías sin yo saberlo-sonrió


pensando en eso.

-Míranos ahora, conocemos más de lo que nadie podría imaginar-dice feliz y yo


concuerdo con él.

-Creo que en el fondo siempre supe que no habría manera de evitarlo-le digo y volteo
a verlo.

Él me ve y sonríe con fuerza.

Nos reímos todo el camino a casa recordando no tan viejos momentos, sabiendo que
ya nada nos podría separar.

Todo estaba en su lugar.

Las piezas del rompecabezas estaban ensambladas en su lugar y mostraban un muy


bonito panorama.

S/A
¡Voten y comenten mis adorados lectores!
Regalo

1er comentario y le dedicó el cap.

Esta historia ha llegado a su fin y les quiero agradecer a ustedes.


Ustedes son y le dan vida a cada capítulo.
Mil gracias.
Espero y me sigan leyendo
Los adoro mis hermosos lectores
Disfruten...

¡¡Un capítulo extra como regalo!!

A la mañana siguiente el juicio de mi padre era noticia mundial.

Mi familia y yo estábamos en la mira de todos los periodistas y reporteros de toda la


ciudad.

No nos importó.

Mi vida por fin estaba tomando lugares lindos, por fin todo parecía claro.

Al que consideraba mi padre no saldría de la cárcel en mucho, mucho tiempo y eso


me aliviaba.

Es triste saber que una persona haya cambiado así.

Él gano lo que sembró y esas fueron sus horribles consecuencias.

Mi madre a desaparecido, es como un fantasma para todos.

Es bueno no verla, pensé que traería buenas cosas a nuestras vidas sí ella regresaba.

No fue así.

Sus mentiras envenenaron todo a su paso.

Estoy aquí desayunando afuera, en el jardín disfrutando del sol y la brisa fresca que
trae el viento.

Tomo de mi jugo de naranja y sigo leyendo aquel libro dulce y apasionado.

Tomo un pedazo de fruta pero al masticarlo un asco me invade.

Haciéndome aventar todo y correr hacia cualquier baño que este cerca.

En la casa solo se encuentra Tomasa y ella no se da cuenta de nada.

Vomito lo poco que he ingerido y me lavo la boca intentando quitarme ese horrible
sabor.

Salo de ahí sin darle mucha importancia.

Seguramente algo me cayó mal.

Recojo todo lo que avente y al recogerlo veo el periódico y en él una foto de Wade y
yo cuando nos casamos, nos estamos sonriendo.

Entro en la casa y busco en mi mente algo que hacer pero no se me ocurre nada.

Todos estos días me he mantenido ocupada y ahora que todo ha pasado, no tengo
que hacer y se siente raro.

Tomo mi bolso y salgo de la casa.

Román me espera en la entrada y le agradezco cuando me abre la puerta, avanzamos


y otra camioneta viene detrás cuidándome.

Wade y su paranoia.

Al llegar a mi destino abro la puerta haciendo sonar la campanilla de aquella pequeña


cafetería.

El olor tan familiar a vainilla y bizcocho recién hecho se impregna en mi nariz


haciéndome sonreír.

Busco entre la gente a mi mejor amig y al verla corro a ella asustándola.

Ella se gira molesta pero al verme sonríe y me abraza con fuerza.


-¡Ela!-grita y brinca conmigo.

-¡Holie!-le regreso el grito tan efusivo.

-Te extrañe, mírate-me separa tomándome de la mano-.Estas hermosa, desde que te


vi en la boda parece haber pasado un año.

-Yo también te extrañe-ella se seca las lágrimas y la vuelvo a abrazar.

-¿Tienes tiempo?-le pregunto y ella titubea pero una voz que extrañe
escuchar se hace presente.
-¡Chiquilla!-gritan y yo volteo encontrándome con aquel ser que me brindo trabajo.
-¡Señor Len!-le grito y corro a él para abrazarlo.
-Estas hermosa, te vez mucho más sana y fuerte pero sobre todo feliz-me dice
tomando mis manos entre las suyas arrugadas y le sonrío.
-Es todo gracias a mi ángel guardián-le digo y asiente orgulloso.
-Me alegro-dice y suelta mis manos viendo a Holie.
Volteo y la veo.
-Tú tomate el día y ve a disfrutar de tu amiga-le dice y las dos brincamos de emoción.
Ella se quita el delantal y salimos de ese lugar.
()
La invito a almorzar a un restaurante y reímos poniéndonos al corriente de todo lo
que nos ha pasado desde la última vez que nos vimos.
Hago una mueca de asco y me disculpo levantándome de la mesa para ir al baño y
pasa exactamente lo mismo que en la mañana.
¿Qué me pasa?
Salgo y tomo asiento de nuevo.
-¿Estas bien?, te ves pálida-Dice Holie y yo niego.
-He estado así desde la mañana, con unas nauseas insoportables-le digo y ella sonríe.
-¿Qué?-le pregunto sin entender su sonrisa.
-Estás embarazada-canturrea y yo niego.
-¿Cómo crees?, estás loca-digo y tomo de mi bebida.
Abro los ojos y la miro.
-¡Oh por Dios!-chillo y las dos reímos.
Pagamos y salimos del lugar.
Le pido a Román que nos lleve a un hospital y se preocupa diciéndome que le debe
decir a Wade y lo tranquilizo diciéndole l que pasa y que quiero estar segura antes de
decirle a Wade.
Entramos y pedimos una cita con una ginecóloga.
Nos sentamos en la sala de espera y muevo mis manos nerviosa.
Me nombran y Holie pasa conmigo.
La ginecóloga me empieza a hacer preguntas y al terminar vamos a la famosa
máquina.
-Ahí está señala algo en la pantalla, un mini puntito.
-Felicidades-exclama y las lágrimas no tardan en aparecer.
-Es súper chiquito-menciono y rio.
Ella me receta algunas vitaminas y me da una cita para el próximo mes.
Empiezo a planea la sorpresa en mi mente.
Veo a Holie que me mira con complicidad.
Esto será increíble.
()
Las pisadas de bebe están desde la entrada hasta el inicio de las escaleras donde hay
una mesa con globos y un Zapatito junto con una nota que dice:
Hola papá y hermano.
-Ya llegaron-susurro al verlos por la ventana de la sala.
Corro escaleras arriba y los veo entrar escondida en donde no puedan verme.
-¡Mami!-grita Zack.
-¡Amor!-grita Wade cerrando la puerta.
Veo las miradas de confusión en su rostro al ver las pisadas, las cuales siguen y Wade
toma el zapato entre sus manos y se lo muestra Zack que abre la boca sorprendido
luego abre Wade la nota.
-Hola papá y hermano-dice en voz alta y sus ojos se abren y Zack grita de emoción.
-¡Ela!-grita Wade y sube de dos en dos los escalones y yo me escondo en nuestra
habitación.
Wade abre la puerta y me ve con los ojos rojos.
-¿Es verdad?-pregunta alzando la mano donde trae la nota y ve el zapato en su
mano.
Asiento con una sonrisa y el viene a mí y me toma entre sus brazos.
-Vamos a ser papas otra vez-dice con la voz entrecortada dándonos vueltas.
-Wade, Wade-le digo y él me baja preocupado.
No me des vueltas así-le pido y el ríe nervioso.
-Perdón amor-dice nervioso y me besa con pasión.
Pone una de sus manos en mi panza acariciándola con adoración.
Zack entra y corre a mí.
-¡Voy a tener un hermanito!-grita y yo asiento.
-o hermanita-le digo y él asiente.
Todos reímos y comentamos de todo acerca del nuevo integrante.
Bajamos a comer pero el timbre suena y yo me dirijo a abrir viéndolos desaparecer
en la cocina riendo.
Más felices de lo que llegaron.
Abro la puerta con una sonrisa y veo al señor de la boda, me sorprendo totalmente y
luego lo miro confundida.
-Hola hija-dice con una sonrisa.

¡Voten y comenten mis adorados lectores !


¡Noticia!

Mis adorados lectores.


He creado una nueva historia.
Es intensa, te roba el aliento y también el corazón.
Les presento...
ENTRE SANGRÉ Y TINTA
Espero verlos por allá.
Cambio y fuera.
No se olviden de seguirme en Instagram.
Link en mi perfil.
Epílogo

1er comentario y le dedicó el cap.


Como lo prometí aquí está el tan esperado...
Epílogo
Disfruten...
Creía que podía ir a cualquier lugar.
Estar con mi familia y disfrutar.
Me vi en todos los escenarios posibles siempre.
Menos en este, otra vez.
Estar parada en la puerta de mi casa un lindo viernes por la tarde donde la felicidad
abordaba la casa.
Donde sabía que estaba embarazada.
Pero ver al señor que dice ser mi padre cambia las cosas.
Yo lo miro pasmada sin saber que hacer o decir.
-¿Estas bien?-pregunta dando un paso hacia mi y yo no me muevo, es como si mi
cuerpo se paralizara.
-¡Amor!-escucho a Wade y él se pone a mi lado tomándome de la cintura.
-Él.. yosus-señalo al hombre y a mí pero las palabras salen trabadas de mi boca.
-Estas pálida, ¿Qué hace aquí?-pregunta preocupado.
¿Lo conoce?
-Wade, yo soy el padre de Ela-dice y yo me aferro a Wade sintiéndome desfallecer.
-Ela-me agarra Wade y yo niego viendo al hombre de ojos azules.
Wade me carga y entramos a la casa.
Mi esposo me pone en el sofá y veo al señor parado viéndome con preocupación.
Wade sale de la sala y regresa a los pocos segundos con un vaso de agua fría.
-¿Cómo esta tan seguro de eso?-le pregunto y él me sonríe.
-Porque sabría reconocer en cualquier lugar a la hija que vi nacer-susurra y eso me
da en el corazón.
-No, no es cierto, no puede llegar a la casa de una desconocida y decirle que es su
hija, es noticia mundial lo que me paso, ¿Cómo sé que no lo dice por dinero?-digo el
hace una mueca al escucharme.
-Créeme Ela no me hace falta dinero-dice y veo a Wade quien asiente.
-Usted dijo que estuvo el dia de mi nacimiento lo cual no es cierto ya que no estuve
con usted todo este tiempo-refuto a sus palabras sin creer nada de lo que diga.
Me paro cruzándome de brazos enfrente de él a lo que Wade se pone a mi lado
preocupado.
-Tranquilo, estoy bien-le digo y el asiente pero no se aleja.
-Tú madre te alejo de mi lado-dice y yo rio, ¿porque no dudo eso?
-¿Cómo se llamaba mi madre?-le pregunto sabiendo que eso no ha salido en ninguna
noticia.
-Sera-dice y yo abro los ojos sorprendida.
-¿Qué?-sacudo mi cabeza negando.
-Un día que me fui a trabajar la regresar encontré una nota y tu cuna vacía-dice y las
lágrimas quieren aparecer ero no las dejo.
-¿Por qué no me buscaste antes?-l pregunto más cautelosa mi cuerpo se quiere dejar
convencer.
-¿Crees que no lo hice?-sonríe con tristeza-.Lo hice, no tuve suerte, busque a tu
madre y tampoco tuve resultado y cuando te vi en la empresa de Wade, tan parecida
a tu madre, no dude-dice pero niego.
-Y no me lo dijiste, te esperaste, te ocultaste, ¿Por qué?-le digo y él me toma de los
hombros y una sensación extraña me invade.
-Porque no estaba seguro, no hasta que tu madre me lo confirmo, no hasta que el día
de tu boda me anime a acercar-susurra y yo miro sus ojos azules-.Pero no pude
decírtelo por el mismo motivo de ahora, temía que no me creyeras aparte de que era
el día de tu boda.

-¿Y me culpas por ello?-le pregunto-.Es irreal.

Suspiramos y ese acto nos hace sonreír.

-No me da miedo ir a hacernos una prueba de paternidad-dice y yo miro la confianza


con la que dice esas palabras.

-Iré por mi bolso-le digo y subo las escaleras lentamente.

Wade entra detrás de mí y lo miro.

-Es una locura, ¿cierto?-le pregunto y el me atrae a su pacho.

Bajamos y beso a Zack en la cabeza dejándolo con Tomasa, odio dejarlo.

Vamos al hospital y pedimos la prueba, nos sacan sangre y nos dice que en unas
horas, gracias al poder de mi esposo y del que dice ser mi padre, estarán los
resultados.

Los tres regresamos a la casa y esperamos lo resultados, yo juego con Zack quien me
pregunta acerca del señor pero evado sus preguntas y continuamos jugado.

-Los resultados llegaron-dice Wade con el celular en la mano.


Dejo a un Zack dormido en el sillón y me levanto a la espera igual que el señor Harry.

Wade los lee y nos mira y se enfoca en mí.

-Es tu padre-dice y es como si un balde de agua fría me cayera encima.

Veo a Harry sin creerlo.

-Arruino nuestras vidas .le digo con las lágrimas escurriéndose por mi rostro.

-Oh cariño-dice Harry y me abraza.

-Esto no es un sueño, ¿verdad?-le pregunto y el me abraza con más fuerza.

-No, no lo es-dice y besa mi cabeza con cariño y miles de sensaciones me invaden.

Wade me abraza y yo respiro su aroma, mi favorito en todo el mundo.

-Hola Harry-se estrechan las manos saludándose.

-Necesitamos tiempo-le digo a Harry y el asiente comprensivo.

-Lo sé, es muy repentino-dice y ve a Zack.

-Hablare con él cuando despierte-le digo y él asiente con los ojos rojos.

Se despide prometiendo que vendrá mañana.

Y así lo hizo.

Meses después

-Puja Ela-me anima la doctora.

Yo pujo y l sudor recorre toda mi cara.

Wade me tiene tomada de la mano y besa mi cabeza cuando yo descanso.

-Ya veo la cabeza-dice y yo sonrío.

-Vamos Ela-susurra y yo vuelvo a pujar.


Descanso al sentir como sale de mi interior.

No creí que el escuchar el llanto de un recién nacido me llenaría tanto.

-Viene el otro-dice la doctora y yo vuelvo a pujar.

-Vamos Ela, ya casi-susurra Wade y escucho el segundo llanto.

Esa sensación es inexplicable.

-Gracias amor-me besa y yo no puedo de la felicidad.

Cuando nos dan el alta del hospital salimos y iles de cámaras nos esperan a la salida,
nos montamos en la camiones y al entrar a la casa cada uno lleva una bebe en
brazos.

Yo tengo a la pequeña y hermosa Anee y Wade al hermoso y fuerte Dominik.

Mis hermosos mellizos.

Zack corre a nosotros queriendo ver, de nuevo, a sus hermanos.

-Hola-les susurra y haciéndonos sonreír.

Sonrío al ver que toda la familia está aquí.

Todo está bien.

Beso a Wade.

-Fue un placer conocerte-le digo sobre sus labios y él me sonríe.

-Un verdadero placer-me dice y reímos.

Vemos a nuestro hijos y cierro la puerta a mi espalda.

FIN.

S/A

Les agradezco el haberle dado una oportunidad a esta historia que ha llegado a su fin.
Es hermoso el habernos sorprendido juntos en cada capítulo de esta historia.

Los adoro.

Mil gracias.

¡¡Voten y comenten mis adorados lectores!!

Nos leemos pronto.


Historia nueva.

¡¡Mis adorados lectores!!


He creado una nueva historia.
Creanme que no se la quieren perder.
LES PRESENTO...
ENTRE SANGRE Y TINTA.
Los leo por allá.
Los quiero mis adorados lectores.
Corran, corran a leerla.
Cambio y fuera

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