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Historia del islam

La historia del islam es vasta y compleja. Como suele ser en el caso de las grandes
religiones, tuvo un enorme impacto en la política y la sociedad de su región de origen y
en el mundo entero.

Sus orígenes se remontan a la península arábiga del siglo VII, con la llegada del profeta
Mahoma a lo que estaba poblado por diversas tribus y comunidades nómadas o
seminómadas, como los beduinos, y pequeñas poblaciones de agricultores que ocupaban
los oasis del norte o las zonas más fértiles y densas del sur (hoy en día Yemen y Omán).
Estos pobladores seguían sus propias religiones politeístas, o eran judíos, cristianos o
seguidores del zoroastrismo. Tenían como ciudad sagrada la Meca, donde estaba el pozo
sagrado de Zamzam y el templo de la Kaaba.

En las afueras de la ciudad, Mahoma tuvo una revelación religiosa a sus 40 años, y se
dedicó a predicar la que según él era la antigua y verdadera religión, que judíos y
cristianos habían degradado. Así unificó la región y dio inicio al Estado musulmán. Con
su muerte en 632, ese Estado quedó en manos de sus sucesores, los califas, quienes
fueron los encargados de llevar la religión más allá.

Entre los siglos VI y VII, el recién nacido Imperio Islámico conquistó desde la India, el
norte de África y Asia central, hasta la Península Ibérica y el Mediterráneo, durante tres
dinastías sucesivas: los califas ortodoxos, los califas omeyas y los califas abasidas.

El Corán
El libro sagrado de los musulmanes es el Corán, también llamado Alcorán o Qurán,
donde estaría contenida la palabra de Alá, revelada al profeta Mahoma por el Arcángel
Gabriel (Gibril).

Estando vivo el profeta, sus enseñanzas se transmitieron oralmente, o transcritas en


soportes de cuero, palma, hueso, etc., hasta que se compilaron en papel durante el
califato de Utman ibn Affan, cuando se formularon en sus 114 capítulos modernos,
divididos a su vez en versículos.

En el Corán hacen presencia personajes míticos de la tradición cristiana y hebrea, como


Adán, Noé, Abraham, Moisés o incluso Jesús de Nazaret, quienes son tenidos como
profetas de Dios, es decir, profetas islámicos. Sin embargo, es Mahoma en la tradición
islámica quien tiene, por decirlo así, la última palabra.

El Corán se escribió en árabe clásico, idioma en el que suele recitarse durante la liturgia,
aunque hoy en día ha sido traducido a innumerables idiomas. Las traducciones se
consideran versiones del original, nunca equivalentes al mismo, con un valor puramente
didáctico, educativo.

Creencias del islam


El islam cree en la existencia de un único dios, Alá, creador, sustentador y soberano del
Universo, el cual se ha revelado a distintos profetas desde el inicio de los tiempos,
siendo uno de ellos incluso Jesús de Nazaret. De hecho, las cualidades que los
musulmanes le atribuyen a Dios no son muy distintas de las que judíos y cristianos
proponen, aunque con diferencias considerables.

Por ejemplo, el Dios del islam es único e indivisible, a diferencia del dogma de la
trinidad cristiano. Además es irrepresentable, por lo que no permite el culto a imágenes
o representaciones, como sí hace el cristianismo (al menos el católico, con su santoral).
Además, su texto sagrado, el Corán, es el único no tergiversado a lo largo de los años.

Por otro lado, el islam cree en la existencia de los ángeles, que son criaturas divinas que
sirven de intermediario entre la humanidad y el creador, y que jamás desobedecen sus
mandatos.

También cree en la predestinación, y en que la voluntad de Alá está detrás de todo lo


que ocurre, perjudicial o beneficioso, ya que aquello que él no desee que ocurra, no
podría ocurrir.

En último lugar, el islam cree en una vida luego de la muerte, así como en un juicio ante
Alá, en el que a cada persona le será entregado por los ángeles un libro con sus obras
terrenales o con sus pecados. Esto ocurrirá el Día de la Resurrección o yawn-al
Qiyämah.

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