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Contenido
-Título
-Tabla de contenido
-Problema, variables e hipótesis
-Metodología: área de estudio, muestreo,
análisis y recuperación de datos
-Referencias
-Apéndice
Guión de presentacion

Colegio Ensigna

-Buenos días compañeros de grupo, el día de hoy venimos a


presentarles uno de los temas más interesantes y misteriosos de
la historia, el Imperio Romano, pero más específicamente, sus 3
fases

()El imperio Romano fue tan solo la última de las fases de


organización política en Roma, siendo este el orden

Monarquía
República
Imperio

Y trataremos cada uno por

La Monarquía romana (latín: Regnum Romanum) fue el periodo


más antiguo de la historia de la Antigua Roma durante el cual el
Estado romano estuvo gobernado por reyes. Tradicionalmente
comenzó con la propia fundación de la ciudad de Roma por
Rómulo el 21 de abril del año 753 a. C. y terminó con la expulsión
del último rey en el año 509 a. C., lo que dio paso a la
instauración de la República romana. La historiografía moderna
ha puesto en duda muchas veces estas fechas aportando
pruebas arqueológicas o aduciendo razones históricas y
lingüísticas.
-Los orígenes de la monarquía son imprecisos ya que apenas
poseemos fuentes fiables, pero lo que sí podemos afirmar es que
el poder estaba distribuido entre el rey, el Senado y las
Asambleas por curias.

+ El rey

Había sido elegido por coaptación, es decir, el rey anterior había


elegido al posterior sin seguir ningún tipo de reglamento.

+ El Senado

Formado por los representantes de las familias más destacadas


(fuerzas sociales del momento).

+ Asambleas

Que a partir de ahora serían “Asambleas por curias”, reunían a


todos los ciudadanos varones.

República romana (en latín: Rēs pūblica Populī Rōmānī, Rōma o


Senātus Populusque Rōmānus) fue un periodo de la historia de
Roma caracterizado por el régimen republicano como forma de
estado, que se extiende desde el 509 a. C., cuando se puso fin a la
monarquía romana con la expulsión del último rey, Lucio
Tarquinio el Soberbio, hasta el 27 a. C., fecha en que tuvo su inicio
el Imperio romano con la designación de Octaviano como
princeps y Augusto.

La República romana consolidó su poder en el centro de Italia


durante el siglo v a. C. y, entre los siglos iv y iii a. C., se impuso
como potencia dominante de la península itálica, sometiendo y
unificando a los demás pueblos itálicos.[3][4] y enfrentándose a
las polis griegas del sur de la península.[5] En la segunda mitad
del siglo iii a. C. proyectó su poder fuera de Italia, lo que la llevó a
una serie de enfrentamientos con las otras grandes potencias
del Mediterráneo, en los que derrotó a Cartago y Macedonia,
anexionándose sus territorios.
El Imperio romano fue el periodo de la civilización romana posterior a la
República y caracterizado por una forma de gobierno autocrática. En su
apogeo controló un territorio que abarcaba desde el océano Atlántico al
oeste hasta las orillas del mar Caspio y Rojo al este, y desde el desierto del
Sahara al sur hasta las orillas de los ríos Rin y Danubio y la frontera con
Caledonia al norte. Debido a su extensión y duración, las instituciones y la
cultura romana tuvieron una influencia profunda y duradera en el
desarrollo del lenguaje, la religión, la arquitectura, la literatura y las leyes
en el territorio que gobernaba.

Durante los tres siglos anteriores al ascenso de César Augusto, Roma


pasó de ser uno de los tantos Estados de la península itálica a unificar
toda la región y expandirse más allá de sus límites. Durante esta etapa
republicana su principal competidora fue Cartago, cuya expansión por la
cuenca sur y oeste del Mediterráneo occidental rivalizaba con la de Roma.
La República se hizo con el control indiscutible del Mediterráneo en el
siglo ii a. C., cuando conquistó Cartago y Grecia.
Los dominios de Roma se hicieron tan extensos que el Senado fue cada
vez más incapaz de ejercer autoridad fuera de la capital. Asimismo, el
empoderamiento del ejército reveló la importancia que tenía el poseer
control sobre las tropas para obtener réditos políticos. Así fue como
surgieron personajes ambiciosos cuyo objetivo principal era el poder. Este
fue el caso de Julio César, quien no solo amplió los dominios de Roma
conquistando la Galia, sino que desafió la autoridad del Senado romano.
El sistema político del Imperio surgió tras las guerras civiles que siguieron
a la muerte de Julio César. Tras la guerra civil que lo enfrentó a Pompeyo
y al Senado, César se hizo con el poder absoluto y se nombró dictador
vitalicio. En respuesta varios miembros del Senado orquestaron su
asesinato, lo que supondría el restablecimiento de la República. El
precedente no pasó inadvertido para el sobrino e hijo adoptivo de César,
Octavio, quien se convirtió años más tarde en el primer emperador tras
derrotar la alianza entre su antiguo aliado Marco Antonio y la reina
egipcia Cleopatra VII. Octavio mantuvo todas las formas republicanas de
gobierno, pero en la práctica gobernó como un autócrata. En el año 27 a.
C. el Senado le otorgó formalmente el poder supremo, representado en
su nuevo título de Augusto, convirtiéndolo efectivamente en el primer
emperador romano.
La caída del Imperio romano de Occidente (también conocida como
la caída del Imperio romano o la caída de Roma) se refiere al hecho
de la pérdida de autoridad sobre su vasto territorio del Imperio
romano de Occidente que quedó dividido en numerosas entidades
políticas sucesoras. Tradicionalmente, de acuerdo con el criterio del
historiador del siglo xviii Edward Gibbon, se sitúa su final en el año
476 d.C., coincidiendo con la deposición del último emperador
romano de Occidente, Rómulo Augústulo, a manos de Odoacro,
aunque fue el resultado de un largo proceso en el que hubo otros
muchos hitos significativos.

La pérdida de control político centralizado sobre el occidente y el


poder reducido de Oriente son universalmente reconocidos. Como
una marca conveniente del final del imperio occidental, se ha
utilizado el año 476 desde Gibbon, pero otros hitos incluyen la crisis
del siglo iii, la invasión del Rin en 406 (o 405), el saqueo de Roma en
el año 410, la muerte de Julio Nepote en el 480 y la caída de
Constantinopla en 1453.[2] Pero el nombre de «decadencia» se ha
empleado para cubrir un período de tiempo mucho más amplio que
los cien años a partir de 376. Gibbon comenzó su historia en el 98 y
Theodor Mommsen consideró toda la época imperial como indigna
de incluirla en su obra Historia de Roma, por la que recibió el Premio
Nobel de Literatura. Arnold J. Toynbee y James Burke sostienen que
toda la era imperial fue un decaimiento constante de las
instituciones fundadas en tiempos de la república.

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