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Capítulo II

EL DOMINIO

El Dominio o Propiedad es el eje fundamental del libro segundo del Código


Civil. En torno a él gira no solamente este cuerpo legal sino buena parte de la legis-
lación ecuatoriana; por ello, es importante realizar un estudio exhaustivo de este
instituto jurídico.
Previamente a ello, es necesaria la siguiente precisión: el tema, concepto y
noción de dominio no solamente es importante en las ciencias jurídicas, lo es en
otras ciencias y disciplinas. Más conocido como propiedad, término del que es sinó-
nimo, sin embargo, cuando es abordado por los juristas, se prefiere llamarlo
Dominio, dándole así connotación legal, implicando que su desarrollo o lo que de
él se diga se lo hace desde el punto de vista jurídico. A pesar de lo indicado, en ade-
lante, autorizados por la Ley que considera a los términos Dominio y Propiedad
como sinónimos, nos referiremos al mismo concepto o noción indistintamente con
uno u otro término.

1. CONCEPTO

El artículo 599 del Código Civil contiene la siguiente definición de Dominio:


"El Dominio, que se llama también propiedad, es un derecho real en una cosa cor-
poral, para gozar y disponer de ella, conforme a las disposiciones de la leyes y res-
petando el derecho ajeno, sea individual o social". Examinemos éste concepto, inte-
grado por cinco elementos:
a) "...se llama también propiedad...", es decir, los términos "dominio" y "pro-
piedad" son sinónimos, sin embargo, la noción definida es la de "dominio" y
deberemos preferir, como se dijo antes, hablar de dominio cuando desde el
punto de vista jurídico se haga alusión a la propiedad.
b) "...es un derecho real....", por "derecho" se ha de entender al privilegio, al
poder que un sujeto tiene sobre otra persona o sobre una cosa y que ha sido
legitimado por la sociedad a través de la Ley. Por otro lado, al hablar de las
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distintas clases de cosas, examinamos que éstas pueden ser corporales e incor-
porales. A estas últimas se las llama también derechos y pueden ser reales y
personales, según tengan relación a una cosa corporal o a otra persona, según
el beneficio que proviene de ese privilegio o poder, provenga de una cosa cor-
poral o de la acción u omisión de otra persona. El Dominio, entonces es un
"derecho", es decir, un privilegio o poder que una persona, eI dueño, el titu-
lar del derecho, tiene y del que puede beneficiarse; y, por ser "real" recae
sobre una cosa, por ende, el poder que da tal derecho se ejerce sobre un obje-
to y el beneficio o privilegio que supone el derecho proviene de la cosa sobre
la que recae el "derecho real".
c) "...sobre una cosa corporal...", como se dijo en el numeral anterior, el
Dominio, por ser un derecho real, recae o se refiere a cosas y no a personas;
por lo que el elemento que analizamos parece reiterar el elemento anterior,
es decir, el carácter real del derecho; sin embargo, la expresión "corporal"
parece que excluye las cosas incorporales o los propios derechos y por tanto
sería un "derecho" solo sobre cosas corporales. Para esclarecer la duda, debe-
mos leer el siguiente artículo del Código, el art. 600, que señala que sobre las
cosas incorporales hay también una especie de dominio. Entonces, queda
claro que el dominio es un derecho real sobre todo tipo de cosas, tanto cor-
porales como incorporales, pero que, debido a la naturaleza propia de las
cosas incorporales, el derecho de dominio que recae sobre ellas es especial,
pero dominio al fin.
d) "...para gozar y disponer de ella..." El objeto material y finalidades, el con-
tenido mismo del derecho es el que aquí se señala. Qué es lo que el dueño
puede hacer con la cosa, de qué acción suya provendrá el beneficio que supo-
ne el derecho, para qué es el mismo, que permite al dueño simplemente "gozar
y disponer". De estas dos acciones, gozar y disponer, provendrá el beneficio,
el provecho que nace de la titularidad del derecho. Las palabras gozar y dis-
poner son comprehensivas de todo aquello que el dueño puede hacer con la
cosa. En ellas está incluido todo lo que la persona tiene como privilegio res-
pecto de la cosa de la cual es su dueña. Más adelante, al estudiar las faculta-
des del dominio, se volverá sobre este elemento del concepto y se analizará
con más amplitud el contenido del mismo.
e) "...de acuerdo a las disposiciones de las leyes y respetando el derecho ajeno,
individual o social..." En este último elemento se contienen las limitaciones
intrínsecas del derecho de dominio. No es un derecho que no admita restric-
ciones y estas provienen de la Ley, pues su ejercicio, el goce y disposición de
la cosa, han de hacerse de acuerdo a la ley, en la forma que ella ha previsto;
y, del derecho ajeno, sea este individual o social. Bien se sabe que todo dere-
cho termina donde empieza otro derecho, la existencia misma de un derecho
supone el respeto al derecho ajeno y el dominio, no es la excepción, por tanto,
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en este elemento se evidencia el alcance limitado del derecho que estudiamos


y que proviene de su esencia y del carácter social de la legislación)

1 2. EVOLUCIÓN Y ANTECEDENTES HISTÓRICOS

La noción de la propiedad es connatural al hombre. Desde que existe, en una


u otra medida, ha existido la noción de propiedad. Basta preguntarnos a nosotros
mismos si hemos sentido que tenemos poder sobre una u otra cosa, si nos sentimos
ligados de ejercer poder sobre las cosas que llamamos nuestras, si percibimos que
respecto a aquello que sabemos propio no admitimos que ninguna otra persona
tenga cualquier clase de pretensión sobre ella.
A lo largo de la historia, el hombre en su relación con las cosas ha tenido algún
grado de pretensión sobre ellas. Incluso cuando el hombre era nómada y en las cul-
turas que actualmente lo son, es notorio el apego a las cosas, ciertamente solo a
aquellas que les permite satisfacer sus necesidades y sobre ellas no consiente que
ningún otro "nómada" se "apropie". Cuando el hombre se vuelve sedentario, una de
las características de su nuevo estado es la ampliación de aquella rudimentaria y ele-
mental noción de propiedad a las cosas que hoy llamamos inmuebles: el territorio
pasa a ser un elemento de aprovechamiento exclusivo de un individuo o de una tribu
y repele a cualquier otra que la pretenda, acción que denota el sentimiento de que se
siente a las cosas que están en ese territorio como propias.
En los distintos estadios por los que ha atravesado la civilización, se puede
apreciar que está presente la noción de propiedad, en distintas medidas y con dife-
rente alcance, pero propiedad al fin. En el esclavismo, la propiedad tiene la más
exagerada manifestación, llegando incluso a permitirla no solo sobre las cosas sino
también sobre las personas y es precisamente este alcance la característica de esa

. LEY DE DESARROLLO AGRARIO:


Art. 24.- Garantía de la Propiedad.- El Estado garantiza la propiedad de la tierra conforme a lo esta-
blecido en los artículos 267 y 269 de la Constitución Política de la República (de 1998)-
El aprovechamiento y trabajo de la tierra puede hacerse en forma individual, familiar, cooperativa,
asociativa, comunal, autogestionaria o societaria, mientras cumpla su función social.
Art. 25.- Función Social.- La tierra cumple su función social cuando está en producción y explota-
ción, se conservan adecuadamente los recursos naturales renovables y se brinda protección al eco-
sistema, se garantiza la alimentación para todos los ecuatorianos y se generan excedentes para la
exportación. La función social deberá traducirse en una elevación y redistribución de ingresos que
permitan a toda la población compartir los beneficios de la riqueza y el desarrollo.
LEY DE PATRIMONIO CULTURAL:
Art. 11.- La declaración que confiere el carácter de bien perteneciente al Patrimonio Cultural del
Estado constante en el art. 7 de esta Ley o formulado por el Instituto de Patrimonio Cultural, no
priva a su propietario de ejercer los derechos de dominio de dicho bien, con las limitaciones que
establece la presente Ley.
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sociedad. Más tarde, en la Edad Media, la propiedad ya no alcanza a la vida de otras


personas, los siervos, pero sí a su trabajo. En el mercantilismo y en las civilizacio-
nes industriales, incluso en las actuales capitalistas, la propiedad es el sustento del
sistema. El socialismo no ha renegado de la propiedad, pero la ha dividido en pri-
vada y estatal, a la privada con ámbito en las cosas de consumo y a la estatal para
los llamados bienes de producción. El comunismo, concebía la abolición de la pro-
piedad, quizás por ello, que supuso la existencia de un hombre distinto al histórico,
que no llegó a existir sino en la teoría.
A fin de confirmar las apreciaciones anteriores, se recomienda la lectura de las
constituciones socialistas y de sus códigos civiles. Ahí se encontrará que la propie-
dad existe, clasificada en aquella que recae sobre bienes de consumo y que pode-
mos llamarla privada y cuya extensión es limitada incluso en su duración, ya que
no se puede transferir por causa de muerte; y, aquella que recae sobre los bienes de
producción y sobre la cual no puede existir otro dueño que no sea el Estado.

3. ALCANCE

Tal es la trascendencia de la propiedad en cualquier sociedad, que ha sido


materia de atención en la economía, la política, la religión, la sociología, incluso es
uno de los temas más apasionantes de la moral y la ética. En este campo, cada per-
sona, precisamente porque reconoce que existe la propiedad, tiene su propia posi-
ción y pensamiento y no dudará de ella sino del alcance que deba tener.
Probablemente mientras más propiedades tenga una persona, más defensora de un
amplio alcance tendrá. A menos propiedades, la persona entenderá de una manera
más relativa y limitada su alcance. Cada uno de nosotros tiene su propio criterio y
concepto de hasta dónde debe llegar la propiedad y no es este el lugar y el tiempo
para ampliar esa discusión.
En la legislación ecuatoriana la propiedad es legítima
2 y la sociedad debe res-
petarla pero está sujeta a cumplir su función socia1, es decir, existe para que se ejer-

2. Juicio No. 329-97 CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.- PRIMERA SALA DE LO CIVIL Y MER-
CANTIL.- Quito, a 09 de diciembre de 1998; SEGUNDO: Al analizar las normas de derecho que
los recurrentes han mencionado como infringidas, se observa que el artículo 63 de la Constitución
Política vigente a la época de interposición del recurso, cuyo tenor literal disponía: "La propiedad,
en cualesquiera de sus formas, constituye un derecho que el Estado reconoce y garantiza para la
organización de su economía, mientras cumpla su función social_ Ésta deberá traducirse en una ele-
vación y redistribución del ingreso, que permita a toda la población compartir los beneficios de la
riqueza y el desarrollo", no ha sido violentado en ninguna manera por parte del tribunal ad quem,
ya que si bien el Estado garantiza el derecho de propiedad, mientras cumpla con la función social,
es indudable que la intervención del 1ER AC declarando la reversión del inmueble al dominio del
Estado y su posterior adjudicación a Rafael Benito Illescas se ha realizado en cumplimiento de esta
función social de la propiedad, con apego al marco normativo vigente en la República, de donde
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za sin dañar a los demás; si no se ejerce, se extingue, si daña a los demás, también
puede extinguirse, perdiendo en uno y otro caso legitimidad y garantía legal. Sin
perjuicio de lo dicho, y siendo la población ecuatoriana mayoritariamente cristiana,
bien vale la pena reconocer el alcance que esta doctrina tiene de la propiedad. A
despecho del proceso de acumulación de riquezas por parte de la Iglesia Católica,
especialmente en la Colonia y de la que abundante cuenta ha dado la historia, así
como de aquellos que encuentran en el evangelio manifestaciones más que suficien-
tes de que Jesucristo repudió la propiedad privada ("más fácil es que pase un ele-
fante por el ojo de una aguja que un rico entre al cielo...; "vende todo lo que tie-
nes, dalo a los pobres y sígueme", etc.) y con esa base sostener que el primer comu-
nista de la historia fue Jesucristo. El Concilio Vaticano Segundo ha precisado el
alcance que según la doctrina debe tener la propiedad y que en resumen puede con-
cretarse en que se considera legítima la propiedad privada hasta el límite en que per-
mita satisfacer las necesidades de la persona dueña de ellas; en el exceso, es ilegí-
ti ma, no es cristiana, entendiendo las necesidades según el estado y condición de las
personas, es decir, no hay una medida única, ella es variable en función de la con-
dición y estado de la persona. Pero, aunque para algunos aquello de "estado y con-
dición" permite romper el límite puesto a la legitimidad de la propiedad, es bastan-
te claro que el genuino sentido de la doctrina es el de que, cuando una persona es
dueña de una cosa que otra la necesita más, no es legítima la propiedad de quien
menos la necesita. Por cierto, la dureza del principio de legitimidad cristiana de la
propiedad también se relativiza con el argumento de la necesidad futura: hoy no
necesito una cosa, pero mañana la puedo necesitar, ergo, es legítimo que me perte-
nezca, En fin, cada cual dará a la propiedad el alcance que más conforme le parez-
ca a su pensamiento, pero lo que no podemos negar es que ella existe y es consus-
tancial al hombre.

4. NORMA DE JERARQUÍA SUPERIOR

La Constitución Política de la República de 1998 provee sustento a la propie-


dad en sus distintas formas. Desde su parte dogmática la considera como uno de los
derechos civiles que el Estado reconoce y garantiza, así lo expresa el artículo 23,
numeral 23? No solamente es un derecho civil, también es un derecho económico
y por ello, la sección primera del capítulo cuarto del título tercero se dedica íntegra-

aparece que en esta causa de ningún modo se vulnera la garantía constitucional invocada.
3. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE 1998:
Art. 23.- Sin perjuicio de los derechos establecidos en esta Constitución y en los instrumentos inter-
nacionales vigentes, el Estado reconocerá y garantizará a las personas los siguientes:
23. El derecho a la propiedad, en los términos que señala la ley.
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mente a ella (arts. 30 a 34), 4 pero al tiempo que la garantiza en cualquiera de sus
formas, condiciona esa garantía al cumplimiento de su función social, establecien-
do además, que ella puede terminar por razones o necesidades de orden social, al
permitir la expropiación y prohibir la confiscación. También la considera intangible
cuando está ligada a la cultura (art. 64). La estimula para los trabajadores, para la
vivienda, para ambos géneros y para la familia. También la considera como un dere-
cho que puede ser colectivo, en el caso de las tierras comunitarias y sobre los cono-
cimientos ancestrales (art. 84, numerales 2 y 9).5
Pero al tratar del sistema económico la destaca como fundamento del desen-
volvimiento social, declarándola uno de los objetivos de la economía (art. 242)6
cuya organización supone la coexistencia de la propiedad pública, privada, mixta,
comunitaria o de autogestión (art. 245 y 246). La propiedad pública es definida
como inalienable, cuando se refiere a los recursos naturales no renovables. La
garantiza especialmente si recae sobre la tierra en producción, sobre todo pequeñas
parcelas aunque prohibe su acaparamiento (arts. 267 y 269).7

4. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE 1998:


Art. 30.- La propiedad, en cualquiera de sus formas y mientras cumpla su función social, constitu-
ye un derecho que el Estado reconocerá y garantizará para la organización de la economía.
Deberá procurar el incremento y la redistribución del ingreso, y permitir el acceso de la población
a los beneficios de la riqueza y el desarrollo.
Se reconocerá y garantizará la propiedad intelectual, en los términos previstos en la ley y de con-
formidad con los convenios y tratados vigentes.
5. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE 1998:
Art. 84.- El Estado reconocerá y garantizará a los pueblos indígenas, de conformidad con esta
Constitución y la ley, el respeto al orden público y a los derechos humanos, los siguientes derechos
colectivos:
2. Conservar la propiedad imprescriptible de las tierras comunitarias, que serán inalienables, inem-
bargables e indivisibles, salvo la facultad del Estado para declarar su utilidad pública. Estas tierras
estarán exentas del pago del impuesto predial.
3. Mantener la posesión ancestral de las tierras comunitarias y a obtener su adjudicación gratuita,
conforme a la ley.
8. A no ser desplazados, como pueblos, de sus tierras.
9. A la propiedad intelectual colectiva de sus conocimientos ancestrales; a su valoración, uso y des-
arrollo conforme a la ley.
6. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE 1998:
Art. 242.- La organización y el funcionamiento de la economía responderán a los principios de efi-
ciencia, solidaridad, sustentabilidad y calidad, a fin de asegurar a los habitantes una existencia
digna e iguales derechos y oportunidades para acceder al trabajo, a los bienes y servicios; y a la
propiedad de los medios de producción.
7. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE 1998:
Art. 267.- El Estado garantizará la propiedad de la tierra en producción y estimulará a la empresa
agrícola. El sector público deberá crear y mantener la infraestructura necesaria para el fomento de
la producción agropecuaria.
Tomará las medidas necesarias para erradicar la pobreza rural, garantizando a través de medidas
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La Constitución de Montecristi tiene similares prescripciones entre otras en


los Artículos 66 numeral 26 y 321.
La propiedad, además de su jerarquía constitucional, constituye un derecho
humano s y esa categoría asegura que la misma sea considerada en el evento de cual-
quier cambio constitucional?

5. FACULTADES

Después de las consideraciones más bien de carácter general sobre la propie-


dad o dominio, continuemos el examen jurídico propiamente dicho del instituto.
Para la mejor comprensión del concepto, es menester profundizar sobre su conte-
nido y objeto material que, habíamos dicho ya, consiste en gozar y disponer de la
cosa.

redistributivas, el acceso de los pobres a los recursos productivos.


Proscribirá el acaparamiento de la tierra y el latifundio. Se estimulará la producción comunitaria y
cooperativa, mediante la integración de unidades de producción.
Art. 269.- La pequeña propiedad agraria, así como la microempresa agropecuaria, gozarán de espe-
cial protección del Estado, de conformidad con la ley.
S. En el juicio ordinario (Recurso de casación) No. 62-2003
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.- PRIMERA SALA DE LO CIVIL Y MERCANTIL.- Quito,
21 de noviembre de 2003; ... SEGUNDO: La recurrente dice que el fallo de última instancia infrin-
ge el artículo 30 de la Constitución Política de la República, "pues la sentencia deja sin protección
el derecho de propiedad que la norma suprema garantiza y reconoce". Al respecto se anota: El dere-
cho de propiedad, "en los términos que señala la ley", está garantizado tanto por la Constitución
Política de la República, artículos 23 No. 23 y No. 30, como en la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, artículo 17 y en otros instrumentos internacionales como la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, artículo XXIII, y la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, artículo 21, pero tanto en el texto constitucional como en los instrumen-
tos internacionales este derecho no es absoluto, sino que se halla subordinado al interés social y su
ejercicio está sometido a las disposiciones de la ley; el que la sentencia no sea del agrado de la recu-
rrente de modo alguno significa que el tribunal de última instancia le haya negado el derecho a la
propiedad, individual y colectivamente, ni que les haya privado arbitrariamente de su propiedad.
Este criterio lo ha sostenido la Sala en su Resolución No. 147 de 11 de julio del 2002, publicada
en el Registro Oficial 663 de 16 de septiembre del mismo año. En consecuencia, no basta con ale-
gar que se ha violado, in genere, este derecho fundamental, sino que debe puntualizarse la disposi-
ción legal que regula el ejercicio del mismo y que ha sido transgredido así como la forma en que
ello ha ocurrido, lo que no se ha dado cumplimiento en la especie, por lo que el cargo resulta huér-
fano de sustento."
9. CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS "PACTO DE SAN JOSÉ":
Art. 21.- Derecho a la propiedad privada.-
1.Toda persona tiene derecho al uso y goce de sus bienes. La ley puede subordinar tal uso y goce
al interés social.
2. Ninguna persona puede ser privada de sus bienes, excepto mediante el pago de indemnización
justa, por razones de utilidad pública o de interés social y en los casos y según las formas estable-
cidas por la ley.
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Aunque el concepto ha limitado a los verbos gozar y disponer las facultades


que proceden del dominio, en la doctrina y la práctica se habla más bien de tres
facultades: usar, gozar y disponer. Y no solamente en éstas, la propia ley desdobla
la facultad de gozar en la de usar, forma limitada de gozar y la de gozar propiamen-
te dicha que, incluyendo al uso, es más amplia y general. Por ello, conviene anali-
zar a cada una de las facultades, considerando que son tres.

Uso

La facultad de Usar –o usar una cosa– consiste en servirse de ella, directa y


personalmente y de acuerdo a la naturaleza de la cosa. Esta forma de aprovecha-
miento supone la tenencia de la cosa, a fm de que el sujeto tenedor de ella pueda
obtener el beneficio que de ella naturalmente puede provenir. Así, cuando nos trans-
portamos en un vehículo, estamos obteniendo el beneficio, el servicio, que esa cosa
puede dar, del provecho que naturalmente se origina en un vehículo, es decir, aque-
llo para lo que fue hecho, transportar personas. Del mismo modo, cuando una pren-
da de vestir es aprovechada por una persona, vale decir, la persona la lleva puesta,
obtiene un beneficio directo y personal al protegerse, lucirse y abrigarse con esa
prenda; el servicio que la persona obtiene de la cosa está, además, conforme a la
naturaleza de la cosa que ha sido hecha para eso: para con ella vestirse. Cuando una
persona habita en una casa, en realidad está usando la casa, pues está obteniendo el
beneficio que naturalmente proviene de la casa, cual es el de morar en ella. Como
veremos más adelante al hablar del derecho de uso, cuando se refiere a una casa,
toma el nombre de derecho de habitación.
El carácter personal del uso se extiende no solo al servicio que una persona,
el usuario, obtiene de la cosa, sino al que la familia y personas que habitualmente
viven con ella puedan obtener de la cosa en uso.
El uso de una cosa ha sido visto también como una forma limitada de gozar de
ella. En la medida en que el aprovechamiento de una cosa no solo se puede hacer en
la forma indicada sino también de otras formas, el restringirse el goce a una sola
forma de hacerlo, deviene en limitación a la facultad de gozar y por ende al dominio.

Goce

El Gozar de una cosa, o la facultad de gozar de ella, consiste en obtener todos


los provechos, todos los beneficios, todas las utilidades que directa o indirectamen-
te, de manera personal o por intermedio de terceras personas, ya sea de acuerdo a
la naturaleza de la cosa o de forma ajena a ella, puedan provenir de la cosa. Si toma-
mos los ejemplos anteriores, una persona puede obtener beneficios de un vehículo,
de la ropa o de la casa, no solo en la forma arriba indicada, sino también arrendan-
do o prestando dichas cosas, en cuyo caso obtendrá un canon, un precio, una renta
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o la simple gratitud de la persona que usa, con lo cual, quien la ha entregado para
que otro la use obtiene un beneficio no precisamente conforme a su naturaleza, ni
en forma directa y personal. De la misma manera, cuando una suma de dinero, un
capital es puesto a intereses, estos devienen en una suerte de aumento no natural de
las especies monetarias que constituyen ese capital, pues como es obvio, ni los
billetes, ni las casas, ni los carros se han hecho para que produzcan físicamente
otros billetes, pero de hecho los producen, constituyéndose así en un provecho,
aumento o utilidad que proviene de aquellas cosas.
El Goce o usufructo, ya se ha dicho, incluye el uso de modo que toda forma
en que una persona obtenga un beneficio de la cosa, ya sea directa o indirectamen-
te, ya sea por sí mismo o por otras personas, ya sea el beneficio originado en la
naturaleza de la cosa o no, esa persona está gozando de ella.
El conjunto de servicios, beneficios o provechos que pueden originarse en una
cosa, se denomina "frutos" y como se verá más adelante, ellos pueden ser naturales
o civiles. La persona que percibe esos frutos es quien goza de la cosa que los pro-
duce, quien usufructúa —percibe frutos— es la que tiene el goce de la cosa.
La facultad de gozar, llamada también de usufructuar una cosa, y la facultad
de usar una cosa —que como ya se dijo puede estar incluida en la de gozar— pueden
constituir un derecho independiente del dominio, una relación de poder entre una
persona y una cosa, cuando la persona titular de esas facultades o derechos no es el
dueño de la cosa que se usa o goza. En otras palabras, las facultades de usar y gozar
pueden separarse del dominio, son separables del dominio, pueden corresponder a
una persona distinta del dueño, caso en el cual quien las tiene, en realidad tiene un
derecho distinto al del dominio. Generalmente el uso y goce de una cosa lo tiene el
dueño de ella, pero como se ha visto, si se separan, el dueño queda únicamente con
la facultad de disponer de la cosa, ese derecho de dominio se llamará "nuda" pro-
piedad, o nudo dominio —nudo o nuda como sinónimos de simple, mera, prístina o
elemental propiedad— y supone la coexistencia de dos derechos reales sobre la
misma cosa: el derecho de propiedad o dominio —nudo— y el derecho real de uso o
goce, derechos de uso o de usufructo. En este caso, en el que se han separado las
facultades de uso y o goce, el dominio queda de cierto modo limitado, gravado, res-
tringido, por lo que deviene esta separación en una forma de limitar el dominio.

Disposición

La facultad de disposición consiste en terminar el derecho de dominio, ya sea


acabando con el derecho mismo, como cuando se enajena o ya sea terminando la
cosa sobre la que recae el dominio, como cuando se destruye o consume la cosa.
Esta facultad, que es inseparable del dominio y que siempre la tendrá el dueño, con-
siste en la posibilidad de poner fin al derecho de dominio, en acabar con él o con la
cosa en la que recae lo que implica terminar el derecho pues no puede existir un
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derecho real si no existe una cosa sobre la que recaiga el mismo. El dueño pone fin
a su derecho de dominio cuando enajena, ya sea vendiendo, transfiriendo, donando
su derecho o ya sea acabando con la cosa misma, corno cuando se la destruye con-
sumiéndola o de cualquier forma en que ella termine. Así, esta facultad solo se la
ejerce una sola vez, pues al ejercerla se termina el derecho. Si se trata de alimentos,
por ejemplo, si ellos con consumidos, se termina con el derecho al no existir ya la
cosa sobre la que se pueda ejercer el dominio; si la cosa es donada o transferida,
quien la dona o transfiere la pierde y con esa pérdida se extingue el derecho sobre
ella, aunque surja el mismo derecho pero con otro titular.

6. CARACTERÍSTICAS

En la doctrina al Derecho de Dominio se le reconocen tres caracteres jurídi-


cos: Absoluto, Exclusivo y Perpetuo. La propiedad, entonces, se caracteriza por ser,
al menos en la doctrina jurídica, poseedora de estas características. Examinemos
con alguna detención estas señales del Dominio.

Absoluto

Por absoluto se entiende a aquello que no reconoce límite, aquello que es


total. Al decir que el Dominio es Absoluto se afirma que este derecho permite a su
titular, a su dueño, hacer con la cosa todo aquello que esté en su voluntad, nada le
estaría prohibido, todo le estaría permitido hacer o incluso no hacer respecto de la
cosa.

Exclusivo

Por Exclusivo se entiende que este derecho compete únicamente al titular del
mismo, es decir al dueño, al propietario, es al único que le está permitido decidir
sobre la cosa, con exclusión de cualquier otra persona. Nadie que no sea el dueño
tiene autoridad y poder sobre la cosa. Todos los beneficios que procedan de la cosa,
son para el dueño, nadie más puede obtener algún provecho de la cosa; solamente
el dueño puede disponer o acabar la cosa, nadie más puede hacerlo.

Perpetuo

Por Perpetuo se ha de entender que solamente el dueño es quien puede poner


fin o término al derecho. No corresponde, al menos jurídicamente, la palabra "per-
petuo" como sinónimo de no tener principio ni fin, sobre todo fin, en el tiempo. Por
Perpetuo hemos de entender que es un derecho que, una vez que existe, no puede
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terminar, no se acaba, sino y solamente por la voluntad del dueño, únicamente cuan-
do el dueño quiera se terminará el derecho, es de duración indefinida y únicamen-
te cuando el dueño muera o sea su voluntad ha de terminar el derecho.

Relatividad de los caracteres

Aunque así, como absoluto, exclusivo y perpetuo, se concibe al derecho de


dominio, aunque el sentimiento del dueño, el "animus domine", tenga ese alcance, y
ciertamente que nosotros, cuando nos sabemos y sentimos dueños de una cosa, cre-
emos que en virtud de ese derecho somos los únicos que podemos disponer y deci-
dir sobre la cosa, que nadie más puede obtener un beneficio de esa cosa y que nadie
ni nada, que no sea nuestra voluntad, puede desapropiamos, es decir, poner termino
y acabar con el derecho; no obstante el propio concepto que trae el art. 599 del
Código nos dice que este derecho existe y se ejerce "de conformidad con las dispo-
siciones de la leyes y respetando el derecho ajeno, sea individual o social", lo cual
implica limitaciones y restricciones al derecho mismo y a su forma de ejercerlo.
El carácter social que constitucional y legalmente tiene el derecho de propie-
dad, conlleva a reconocer que en realidad el derecho de dominio no es totalmente
absoluto, exclusivo y perpetuo. Pruebas al canto: la Ley, reconoce y garantiza a la
propiedad mientras cumpla su función social, mientras no afecte al derecho de otras
personas; así, el dueño, aunque tiene un derecho absoluto, hay algunas "cosas" que
no puede hacer con la cosa que le pertenece, hay algunas conductas que el dueño
no puede tener con la cosa, por más dueño absoluto que sea de la misma, por ejem-
plo, si es dueño de un animal, que es una cosa, no puede sacrificarlo innecesaria-
mente; no puede, si es dueño de un terreno agrícola, no explotarlo o explotarlo de
manera irracional; si es dueño de un inmueble en un barrio residencial, no puede
destinarlo a una industria, etc., es decir, su derecho, si bien le permite hacer lo que
quiera con la cosa, hay "cosas" que no puede hacer; en conclusión, el carácter abso-
luto del dominio es "relativo".10

10. CÓDIGO AERONÁUTICO:


Art. 5.- Nadie puede, en razón de un derecho de propiedad, oponerse al sobrevuelo de una aeronave.
Si la aeronave en vuelo causare daños a los bienes de terceros en la superficie, éstos tendrán dere-
cho a la indemnización correspondiente, de conformidad con lo que se establece en este Código.
Art. 37.- Las construcciones e instalaciones en los terrenos adyacentes o inmediatos a los aeródro-
mos y aeropuertos, comprendidos dentro de la zona de protección y seguridad, están sujetas a las
restricciones, limitaciones y servidumbres aeronáuticas. En estas zonas no podrán efectuarse plan-
taciones de árboles, instalaciones o construcciones que obstaculicen la navegación aérea.
La autoridad competente reglamentará la aplicación de esta disposición.
CÓDIGO DE COMERCIO:
Art. 736.- Toda persona con capacidad legal para adquirir puede ser propietaria de nave ecuatoria-
na; pero para hacerla navegar, debe previamente cumplir las prescripciones de la Ley sobre natu-
ralización y arqueo de buques.
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También es relativo el que el derecho sea exclusivo. Si por exclusivo se


entiende que únicamente el dueño pueda beneficiarse de la totalidad de productos
y utilidades de la cosa, cómo entender que una parte de ellos se deba destinar o los
deba percibir una persona, distinta del dueño, sin ser dueño, como es el Estado, en
el caso de los impuestos sobre la propiedad o el patrimonio. Si una persona es dueña

LEY DE RÉGIMEN MUNICIPAL:


Art. 14.- Son funciones primordiales del municipio, sin perjuicio de las demás que le atribuye esta
Ley, las siguientes:.. 6a.- Control de construcciones;
Art. 146.- En materia de planeamiento y urbanismo a la administración municipal le compete:... e)
Formular los planes reguladores de desarrollo físico cantonal y los planes reguladores de desarro-
llo urbano;
e) Proceder a la zonificación; estudiar y prever las posibilidades de crecimiento, y determinar las
zonas de expansión;
f) Conceder licencias para parcelaciones y reestructuraciones parcelarias, e informar sobre las peti-
ciones que reciba del Instituto Nacional de Desarrollo Agrario de modo previo a la aprobación de
lotizaciones y de parcelaciones de tipo agrícola y semiurbano, informe que lo emitirá en base de
las inspecciones que el departamento técnico municipal efectúe del respectivo sector y de acuerdo
al plan general de desarrollo urbano del cantón, a fin de que tales lotizaciones o parcelaciones se
ejecuten con sujeción a las normas que faciliten la instalación de elementales servicios de infraes-
tructura y la observancia de lo dispuesto en las respectivas ordenanzas o regulaciones;
h) Vigilar que en las carreteras del cantón y en las zonas urbanas o rurales, se proteja el paisaje,
evitando la construcción de muros, avisos comerciales o cualquier otro elemento que obste su belle-
za y preservar retiros adecuados. La administración podrá ordenar el derrocamiento de cualesquie-
ra de estas construcciones o el retiro de los anuncios e impedimentos o hacerlo por su cuenta, a
costa del propietario;
i) Tramitar el permiso a que se refiere el art. 615 del Código Civil, previa delineación y compro-
miso escrito del propietario del predio, de respetar la línea de fábrica y las demás condiciones esta-
blecidas por la Dirección de Obras Públicas Municipales o la oficina técnica correspondiente, cuan-
do se trate de calles, plazas o parques;
k) Reglamentar, previa la aprobación del concejo, el tipo de construcción de edificios y la clase de
materiales que deben emplearse, así como también el ornato de las poblaciones y el aseo e higiene
de las mismas;
1) Aprobar los planos de toda clase de construcciones, las que, sin este requisito, no podrán llevar-
se a cabo.
La demolición de edificios construidos en contravención a las ordenanzas locales vigentes al tiem-
po de su edificación no dará derecho a indemnización alguna. Para proceder a la demolición, la
municipalidad regulará el procedimiento administrativo a seguir. De la resolución administrativa
habrá recurso para ante el concejo municipal correspondiente, recurso que deberá interponerse den-
tro del término de tres días, contado desde la fecha de la respectiva notificación. La resolución
administrativa del concejo en esta materia, causará ejecutoria administrativa.
La municipalidad podrá oponerse a la reparación o reconstrucción de edificios de las ciudades,
cuando estime que puede detener el progreso urbanístico, aunque no se opongan al plan regulador
respectivo. De la resolución dictada al respecto se podrá recurrir ante el consejo provincial, el que
resolverá, en definitiva, dentro de treinta días; y,
m) Vigilar la estabilidad de los edificios y conminar a la demolición por medio de multas, cuando
según informe de peritos amenace ruina.
En caso de peligro inminente, tomará las precauciones que convengan por cuenta del dueño y acu-
dirá al comisario municipal para que, previa resolución administrativa, ordene la demolición.
67

de un inmueble, si bien ella es la que percibe los frutos del mismo, una parte de
ellos debe destinarlos a pagar el impuesto predial, es decir, una persona que no es
el dueño, el Municipio, que percibe una parte de esos productos, a título de impues-
to. Respecto de los bienes muebles, una parte del valor del mismo pertenece al esta-
do en el evento de que sea transferido." En conclusión, el carácter exclusivo es en
verdad relativo. 12
Lo mismo ocurre con el carácter perpetuo del dominio. Si el Estado o alguna
Entidad Pública necesita de un inmueble para cumplir sus fines, por ejemplo ampliar

11. LEY DE RÉGIMEN TRIBUTARIO INTERNO:


Art. 52.- Objeto del impuesto.- Establécese el impuesto al valor agregado (IVA), que grava al valor
de la transferencia de dominio o a la importación de bienes muebles de naturaleza corporal, en
todas sus etapas de comercialización, y al valor de los servicios prestados, en la forma y en las con-
diciones que prevé esta Ley.
Art. 53.- Concepto de transferencia.- Para efectos de este impuesto, se considera transferencia:
1.Todo acto o contrato realizado por personas naturales o sociedades que tenga por objeto transfe-
rir el dominio de bienes muebles de naturaleza corporal, aun cuando la transferencia se efectúe a
título gratuito, independientemente de su designación o de las condiciones que pacten las partes;
2. La venta de bienes muebles de naturaleza corporal que hayan sido recibidos en consignación y
el arrendamiento de éstos con opción de compraventa, incluido el arrendamiento mercantil, bajo
todas sus modalidades; y,
3. El uso o consumo personal, por parte del sujeto pasivo del impuesto, de los bienes muebles de
naturaleza corporal que sean objeto de su producción o venta.
Art. 61.- Hecho generador.- El IVA se causa en el momento en que se realiza el acto o se suscribe
el contrato que tenga por objeto transferir el dominio de los bienes o la prestación de los servicios,
hecho por el cual se debe emitir obligatoriamente la respectiva factura, nota o boleta de venta.
En el caso de los contratos en que se realice la transferencia de bienes o la prestación de servicios
por etapas, avance de obras o trabajos y en general aquellos que adopten la forma de tracto sucesi-
vo, el impuesto al valor agregado –IVA– se causará al cumplirse las condiciones para cada perío-
do, fase o etapa, momento en el cual debe emitirse el correspondiente comprobante de venta.
En el caso de introducción de mercaderías al territorio nacional, el impuesto se causa en el momen-
to de su despacho por la aduana.
12. Art. 303.– Sin perjuicio de otros tributos que se hayan creado o que se crearen para la financiación
municipal, se considerarán impuestos municipales los siguientes:
1.- El impuesto sobre la propiedad urbana;
2.- El impuesto sobre la propiedad rural;
3.- El impuesto de alcabalas;
4.- El impuesto sobre los vehículos;
5.- El impuesto de matrículas y patentes;
6.- El impuesto a los espectáculos públicos;
7.- El impuesto a las utilidades en la compraventa de bienes inmuebles y plusvalía de los mismos;
y,
8.- El impuesto al juego.
Art. 383.- En las zonas comprendidas dentro del perímetro urbano, la municipalidad cobrará por el
permiso de edificación, ampliación o reparación de edificios y por concepto de estudios de planos,
inspección de la construcción o aprobación final de la misma, la tasa cuya alícuota se establece en
el artículo siguiente. Los planos se presentaran de conformidad con lo que se determina en la res-
pectiva ordenanza reglamentaria.
68

una calle o construir una carretera, puede "expropiar" ese inmueble, declarándolo de
utilidad pública y ocupándolo inmediatamente y para ello no se ha requerido de la
voluntad del dueño, ni que este se muera para terminar así con el derecho de domi-
nio, Lo mismo ocurre con los dueños de bienes muebles que no conservan debida-
mente aquellos calificados como "patrimonio cultura.1", 13 pueden dejar de ser suyos
y pasar a ser del Estado, sin el concurso de la voluntad del dueño; igual ocurre con
la "requisición" en casos de emergencia o con los "decomisos" de bienes con los
que se especula o cornete contrabando, el dueño los pierde, deja de ser dueño, sin
que para ello se haya requerido de su voluntad, aun contra ella, termina el derecho
de dominio. Entonces, el carácter de perpetuo del derecho de dominio es en verdad
relativo.
En conclusión, los caracteres del dominio son relativos: el dominio se caracte-
riza por ser relativamente absoluto, relativamente exclusivo y relativamente perpetuo.

Expropiación

Corno se mencionó en el punto anterior, son varias las formas cómo la legis-
lación ha relativizado los caracteres doctrinarios del derecho de dominio y uno de
ellos, de singular importancia, es la expropiación, acto de poder en virtud del cual
el Estado o alguna de sus instituciones extingue el dominio particular sobre bienes
inmuebles sin que el que fue dueño pueda oponerse, sino tan solo obtener un justa
compensación.
Por otro lado, toda expropiación tiene que tener un objeto al que se destinará
el bien adquirido de este modo y el Código de Procedimiento Civil, al tratar del jui-
cio de expropiación determina que si en el plazo de seis meses el inmueble no se ha
destinado al objeto para el que fue expropiado, su anterior dueño puede readquirir-
lo. Debido a la riqueza de la jurisprudencia, dejamos que ella ilustre y desarrolle el
tema en los siguientes casos. 14

13. LEY DE PATRIMONIO CULTURAL:


Art. 12.- Toda transferencia de dominio de los objetos pertenecientes al Patrimonio Cultural del
Estado, sea a título gratuito u oneroso, se hará con autorización del Instituto de Patrimonio
Cultural; tampoco se podrá cambiar de sitio tales objetos sin permiso del Instituto. En uno u otro
caso, atento a las necesidades de conservar el Patrimonio, podrá negarse la autorización solicitada.
El Instituto reglamentará el comercio dentro del País de los bienes del Patrimonio Cultural. Por el
incumplimiento de sus disposiciones impondrá sanciones, y demandará ante el juez competente la
nulidad de las transferencias que se realizaren sin esta autorización.
14. LEY DE CONTRATACIÓN PÚBLICA:
Art. 36.- Procedimiento.- Cuando la más alta autoridad del respectivo organismo o entidad del sec-
tor público haya resuelto adquirir un determinado bien inmueble procederá a la declaratoria de uti-
lidad pública o de interés social de acuerdo con la ley.
Perfeccionada la declaratoria de utilidad pública o de interés social, se buscará un acuerdo directo
entre las partes, por el lapso máximo de noventa días.
69

Para este acuerdo, el precio se fijará, tanto para bienes ubicados en el sector urbano como en el sec-
tor rural, en función del avalúo realizado por la Dirección Nacional de Avalúos y Catastros, que
considerará los precios comerciales de la zona. El precio que se convenga no podrá exceder del diez
por ciento sobre dicho avalúo.
El acuerdo y la correspondiente transferencia de dominio, se formalizarán en la respectiva escritu-
ra pública, que se inscribirá en el Registro de la Propiedad.
En el supuesto de que no sea posible un acuerdo directo entre la entidad adquirente y los dueños
del inmueble, se procederá al juicio de expropiación, conforme el trámite previsto en el Código de
Procedimiento Civil. El Juez que tramite este juicio no está obligado a sujetarse al avalúo estable-
cido por la Dirección Nacional de Avalúos y Catastros.
La adquisición de bienes inmuebles en el extranjero por parte del Estado o entidades del sector
público ecuatoriano se someterá al Reglamento Especial.
Para la transferencia de dominio de bienes inmuebles entre entidades del sector público no se
requerirá de declaratoria de utilidad pública o interés social ni, en el caso de donación, de insinua-
ción judicial. Se la podrá realizar por compraventa, permuta, donación, compensación de cuentas,
traslado de partidas presupuestarias o de activos.
LEY DE DASARROLLO AGRARIO:
Art. 37.- Atribuciones del INDA,- El Instituto Nacional de Desarrollo Agrario tendrá las siguientes
atribuciones .... e) Declarar la expropiación de tierras que estén incursas en las causales estableci-
das en el artículo 32 (43) de la presente Ley;
Art. 43.- Causales.- Las tierras rústicas de dominio privado solo podrán ser expropiadas en los
siguientes casos:
a) Cuando sean explotadas mediante sistemas precarios de trabajo o formas no contempladas en
esta Ley como lícitas;
b) Cuando para su explotación se empleen prácticas, incluyendo uso de tecnologías no aptas, que
atenten gravemente contra la conservación de los recursos naturales renovables. En este caso, debe-
rá ser el Director Ejecutivo del INDA, quien declare la expropiación, luego de fenecido el plazo
que debe conceder para que se rectifiquen dichas prácticas, el que será de hasta dos años calenda-
rio y, en ningún caso, menor a un año;
c) Cuando las tierras aptas para la explotación agraria se hayan mantenido inexplotadas por más de
dos años consecutivos y siempre que no estuvieren en áreas protegidas, de reserva ecológica, cons-
tituyan bosques protectores o sufran inundaciones u otros casos fortuitos que hicieren imposible su
cultivo o aprovechamiento; y,
d) Cuando el predio esté sujeto a gran presión demográfica, siempre y cuando se incumpla por parte
de sus propietarios los enunciados establecidos en los artículos 19, 20 y 21 de esta Ley. La expro-
piación por esta causal solo podrá hacerse cuando existan informes previos favorables y concor-
dantes del Ministerio de Agricultura y Ganadería y de la Oficina de Planificación de la Presidencia
de la República (ODEPLAN).
Existe gran presión demográfica cuando la población del área rural colindante al predio, depen-
diendo de la agricultura para su manutención, no puede lograr la satisfacción de sus necesidades
básicas, sino mediante el acceso al mismo.
Para la aplicación de esta causal el INDA, a petición de la organización interesada y previa la zoni-
ficación de las áreas en que esta causal es aplicable, le solicitará al MAG y ala ODEPLAN el estu-
dio correspondiente para determinar si se cumplen las condiciones establecidas en el literal d) de
este artículo. No podrán ejercer el derecho de petición para la aplicación de esta causal las perso-
nas naturales y jurídicas que no estén dedicadas a la agricultura.
Art. 44.- Declaratoria de Expropiación.- Corresponde a los Directores Distritales Central,
Occidental, Austral y Centro Oriental del INDA, con sedes en las ciudades de Quito, Guayaquil,
70

Cuenca y Riobarnba, respectivamente, declarar la expropiación de las tierras que estén incursas en
las causales de expropiación establecidas en el artículo anterior.
Las resoluciones de estos Directores Distritales podrán impugnarse ante el Director Ejecutivo del
INDA, sin perjuicio de la acción contencioso administrativa.
El precio a pagarse será el del avalúo comercial actualizado practicado por el INDA, a menos que
exista acuerdo entre el INDA y el afectado, de conformidad con lo que dispone el artículo 36 de la
Ley de Contratación Pública. Si el afectado estuviese en desacuerdo respecto al precio, la contro-
versia se ventilará ante los jueces comunes competentes, conforme a las normas establecidas en el
Código de Procedimiento Civil.
El precio antes mencionado deberá pagarse en dinero efectivo, sin cuyo pago el INDA no podrá
tomar posesión de las tierras.
El Estado, dentro del presupuesto anual del Instituto asignará los fondos necesarios para el pago de
expropiaciones.
De conformidad con el Derecho de Petición establecido en la Constitución, cualquier persona natu-
ral o jurídica podrá pedir al INDA que inicie un trámite de expropiación o denunciarle la existen-
cia de un predio que esté incurso en alguna causal de las establecidas en el artículo anterior, adjun-
tando los presupuestos de hecho y las razones jurídicas que estime pertinentes. Sin embargo, el trá-
mite administrativo para la expropiación no tendrá como parte sino a quienes tengan título de pro-
piedad de dicho predio. Las resoluciones de los Directores Distritales subirán obligatoriamente en
consulta al Director Ejecutivo del INDA.
No podrá iniciarse nuevo trámite administrativo de expropiación sobre un predio sino después de
cinco años de concluido el anterior.
FALLOS DE CASACIÓN:
- 16-IV-96 (Expediente No. 46, Segunda Sala, RO. 1.005, 7-VIII-96)
...CUARTA.- En principio y generalmente, todos los derechos y las acciones correlativas son sus-
ceptibles de extinguirse por el modo de la prescripción. Sin embargo, no pueden prescribirse las
acciones de partición, mientras dure la indivisión; las de deslinde; las de ciertas servidumbres, y
otras que las leyes excluyen. La acción reivindicatoria no prescribe por el abandono de la cosa, la
que siempre podrá ser recuperada por el dueño en virtud del derecho de persecución de que se halla
investido el dominio, sino cuando el poseedor la haya adquirido por prescripción. En la especie, la
prescripción comenzada por el Municipio de Quito en el año de 1964, se interrumpió en el año de
1976, antes de que se cumpliera el plazo señalado por la Ley para que opere, por haber reconocido
dominio ajeno, al decretar la expropiación por utilidad pública con el carácter de urgente y ocupa-
ción inmediata, del área de ocho mil cuatrocientos cincuenta metros cuadrados. Consecuentemente,
ni aun concediendo a la excepción de 'prescripción de la acción y del derecho', la extensión de com-
prender la prescripción adquisitiva de dominio, alcance que, desde luego, técnica y jurídicamente
su texto no tolera, tal excepción tenía que necesaria e ineludiblemente ser rechazada, toda vez que
resulta contradictorio que se pueda adquirir por usucapión lo que durante el decurso del plazo de
esta, se adquiere por expropiación. Sobre el exceso del terreno, tampoco procede la adquisición por
prescripción, porque no habiendo los accionantes acreditado con los títulos que obran de autos, el
dominio sobre el saldo no expropiado, y no existiendo en el Ecuador bienes inmuebles res nullius
o de nadie, por tratarse de urbanos, son de propiedad municipal, y mal puede el Municipio adquirir
por prescripción lo que le pertenece por disposición de la Ley. QUINTO.- No solo por las razones
manifestadas en la sentencia de primera instancia confirmada por la de segundo nivel, sino tam-
bién por los fundamentos jurídicos que, a continuación, se precisarán, no procede la acción reivin-
dicatoria deducida con el carácter de principal, y cuya desestimación es de previa necesidad, para
examinar la acción subsidiaria. Al respecto, sintetizando tautológicamente la opinión doctrinaria
mayoritaria, se observa: a).- La expropiación es una institución de derecho público, distinta o
71

diversa de la compraventa de derecho privado. Por lo mismo, no es científicamente aceptable apli-


car libremente o intercambiar arbitrariamente, los regímenes legales que regulan al instituto cxpro-
piatorio y al instituto de la compraventa; b).- La compraventa es un negocio jurídico bilateral y
voluntario, mientras que la expropiación por declaración de utilidad pública es un acto unilateral
de poder, jure imperii, por el cual el Estado, o las entidades del sector público, actuando y obran-
do como poder público, adquiere el dominio de la cosa expropiada sin necesitar del consentimien-
to del propietario. Como lo expresa Salvat –Tratado de Derecho Civil Argentino, Derecho Reales,
t. II, p. 69– con apoyo en la jurisprudencia de su país, en la expropiación 'no hay transmisión del
dominio al expropiador, sino transferencia del bien de que éste se incauta en el ejercicio de su
poder soberano', a lo que agrega Oyhanarte –La Expropiación, t. VIII, pp. 26 a 27– `si resulta la
incorporación de un bien del sector de la economía privada al de la economía pública el Estado
desecha la compraventa (procedimiento de derecho privado) y opta por la expropiación (procedi-
miento de derecho público), su opción produce un efecto jurídico que va mucho más allá de las
simples alteraciones procesales_ Significa una transformación radical, sustantiva. La declaración
de utilidad de un bien determinado ... funciona como un verdadero acto-condición. A partir del
instante en que acaece este acto-condición, el objeto expropiado y los derechos de los sujetos de
la relación expropiatoria quedan adscritos a un reglamento o estatuto público'. Y, por último,
Bartolomé Fiorini, en su Manual de Derecho Administrativo, t. p. 870 (sic), va más lejos, al sos-
tener que: ,.. no es el Código Civil la fuente del instituto expropiatorio creado en la Constitución,
que otorga al Estado la prerrogativa para dejar sin efecto algo que declaró con carácter inviolable
perpetuo. El codificador fue consecuente con su posición, porque en ningún capítulo regló el ins-
tituto expropiatorio. El precio en una compra es un elemento producido en el mercado y también
producto del acuerdo; en la expropiación la indemnización responde a pautas impuestas por el
legislador y por mandato de la Constitución'. El dominio del bien lo adquiere el atado o la perti-
nente entidad del sector público cuando queda perfecto como tal ese acto de imperio, es decir, cuan-
do se aprueba por el respectivo Ministerio, mediante el correspondiente Acuerdo, la declaración de
utilidad pública para proceder a la expropiación inmobiliaria de que se trate, salvo que se hubiere
intentado reclamación en la vía administrativa. El juicio de expropiación, reglado en la Sección
19a. del Título II, Libro II, del Código de Procedimiento Civil, solo tiene por objeto determinar la
cantidad que debe pagarse por concepto del precio de la cosa expropiada por causa de utilidad
pública, cuando expropiante y expropiado no han llegado a un avenimiento extrajudicial al respec-
to. Se sustenta en el principio de derecho constitucional, universalmente consagrado, de que nadie
puede ser privado de un bien por razón de expropiación sin previa justa indemnización, y sin que
el pago de ésta condicione la adquisición ya operada. ni pueda traducirse en un lucro para el expro-
piador o para el expropiado. Por consiguiente, no procede la acción reivindicatoria de los accionan-
tes contra la demandada, aunque éste no haya pagado el precio, mientras el acto de expropiación
no haya sido revocado por la respectiva entidad del sector público, o anulado en la vía administra-
tiva, toda vez que, no se concibe ni como hipótesis de cátedra que quien ha dejado de ser dueño
por expropiación pueda reivindicar contra el propietario expropiador. SEXTA.- No procediendo la
acción principal de reivindicación, debe entrarse a examinar la subsidiaria de pago del precio de la
cosa expropiada. Al respecto se observa: a).- El Acuerdo Ministerial No. 659, por el cual se apro-
bó 'la declaratoria de utilidad pública, con el carácter de expropiación y ocupación urgente' resuel-
ta por el 1. Concejo de Quito, en sesión de 26 de agosto de 1976, fue dictado el 23 de septiembre
de 1976. No apareciendo de autos que la declaratoria de utilidad pública para la expropiación, haya
sido materia de discusión en la vía administrativa, se entiende que desde la fecha de ese Acuerdo
Ministerial, empezó a correr y a computarse el plazo de prescripción, porque desde ese momento
nació o quedó expedita la acción para exigir del Municipio de Quito el pago del precio de la cosa
expropiada; b).- La demanda fue citada al Alcalde y Procurador Síndico Municipal, el 4 de sep-
72

tiembre de 1986, acto de comunicación procesal que interrumpió el curso de la prescripción, con-
forme a lo dispuesto en el art. 101 numeral 2o. del Código de Procedimiento Civil; e).- No habien-
do señalado la Ley un plazo especial de prescripción de ese derecho creditorio, la pretensión del
pago del precio o de la indemnización, prescribe en diez años, conforme al Art. 2439 del Código
Civil; plazo que no se había cumplido a la fecha de la citación de la demanda. Por consiguiente, no
procede la excepción de prescripción para el pago del precio o indemnización debida por el
Municipio de Quito a L.V., Comandante H.V., C.V., M.V., EN. y G.V.
(Resolución No. 248-2001, Registro Oficial 380 de 31 de julio del 2001)
"CUARTO: Sobre la naturaleza del acto expropiatorio, esta Sala, en su Resolución No. 520-99 de
18 de octubre de 1999, publicada en el Registro Oficial 334 de 8 de diciembre de 1999, se pronun-
ció en el siguiente sentido: "...las adquisiciones de bienes inmuebles por parte de los organismos
y entidades del sector público, entre los que se halla el Municipio del Distrito Metropolitano de
Quito, no son discrecionales sino que están regladas por la Ley de Contratación Pública, en su artí-
culo 42 (36 de la Codificación publicada en el Registro Oficial 272 de 2 de febrero del 2001); este
artículo establece puntualmente el proceso a seguirse para la expropiación de inmuebles. El proce-
so de expropiación contiene dos elementos indispensables: 1. La declaratoria de utilidad pública y
2. La indemnización o compensación. El primer paso a seguirse es la declaratoria de utilidad públi-
ca. Por la declaratoria de utilidad pública las entidades y organismos del sector público ejercen un
poder político que la Constitución y la Ley consagran, mediante el cual logran coactivamente la
adquisición de bienes pertenecientes a personas particulares. No se trata de un acuerdo de volunta-
des para la transferencia del dominio en que el dueño del bien puede oponerse. En la declaratoria
de utilidad pública el órgano del poder público decide la transferencia de dominio de un bien de
dominio privado al patrimonio de un organismo o entidad del sector público. Firme este acto admi-
nistrativo, solo el mismo organismo o entidad del sector público puede dejarlo sin efecto; el inte-
resado también puede impugnarlo por la vía contencioso administrativa. Declarada la utilidad
pública del bien, el monto a pagarse por la justa compensación puede hacerse mediante dos proce-
dimientos: 1,- Por acuerdo de las partes y 2.- De no haber acuerdo de las partes, mediante juicio de
expropiación ante el juez de lo civil. El juicio de expropiación, por supuesto, no es para que el juez
decida la transferencia del dominio, porque no es de su potestad, sino exclusivamente para que
determine la cantidad que debe pagarse por concepto de justa compensación (arts. 793 y 803 del
Código de Procedimiento Civil). En este juicio se contempla además la forma en que se ha de docu-
mentar la transferencia de dominio: protocolización de la sentencia en una notaría pública y su ins-
cripción en el registro de la propiedad (art. 804 del Código de Procedimiento Civil). El mismo
alcance tiene el acuerdo de las partes (art. 42, inciso cuarto, de la Ley de Contratación Pública); b)
El acuerdo de las partes para fijar el monto de la indemnización o compensación no significa que
el proceso de expropiación ha salido del ámbito del derecho público para pasar al ámbito del dere-
cho privado; por el contrario, dicho acuerdo no hace desaparecer la naturaleza jurídico de instituto
público que tiene el proceso de expropiación; sin perjuicio de las normas de derecho privado en
cuanto corresponda, conforme a los principios generales aplicables a toda actividad administrativa,
y lo dispuesto por el artículo 4 del Código Civil. Dicho acuerdo no tiene, pues, otra finalidad que
el de economía procesal, ahorrar el juicio de expropiación." El fallo citado continúa: "En la doctri-
na, acerca de la naturaleza jurídica de la expropiación, hay dos tesis: la una, para la cual la expro-
piación no es sino una compraventa forzada impuesta por la justicia a los particulares en beneficio
de la colectividad, para el bien común. El precio está constituido por el valor que debe pagarse al
expropiado. La otra, sostiene que la expropiación no es sino un acto de autoridad, en virtud del cual
un bien declarado de utilidad pública pasa de mano del particular a manos del organismo expropia-
dor, previo el pago de la justa indemnización o compensación. Esta Sala, por lo motivos expuestos
en los considerandos anteriores, se inclina por esta segunda tesis." Ampliando lo antes expresado,
73

se transcribirá lo que al respecto dice el autor argentino Roberto Dromi, quien sintetiza de la
siguiente manera las teorías propuestas sobre la naturaleza jurídica de la institución: "Tres son las
concepciones que al respecto se han sustentado. 3.1. Institución privatista.- La expropiación es una
compraventa forzosa regida por el derecho privado... La Corte Suprema (CSJN, Fallos, 238:335)
entiende que el Código Civil es inaplicable para regir lo atinente a la expropiación.„ Por su origen
—un acto estatal que califica la utilidad pública—, procedimientos —judicial y extrajudicial— y fina-
lidad —la satisfacción del bien comunitario—, la expropiación no puede ser materia del derecho pri-
vado. 32. Institución mixta.- Un sector de la doctrina y algunos pronunciamientos de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación hasta 1957, consideraron la expropiación como un instituto
mixto, regido en parte por el derecho privado y en parte por el derecho público. La Corte Suprema
dijo ... que «la expropiación es, sin duda, una institución de derecho administrativo, pero la etapa
última tendiente a obtener ante los jueces la fijación del precio o valor de la cosa expropiada pre-
senta los caracteres de una causa civil»... 3.3. Institución publicista.- la expropiación es un institu-
to homogéneo, regido en todas sus etapas por el derecho público y, más concretamente, por el dere-
cho administrativo; por ello la legislación puede ser tanto nacional como local... En ella nada hay
de privado, pues el Estado, al expropiar, ejerce una competencia otorgada por la Constitución y la
indemnización no es un precio, sino la compensación económica que, por mandato constitucional,
corresponde al propietario del bien afectado a la utilidad pública..." (Derecho Administrativo, 4a,
edición actualizada, Ediciones Ciudad Argentina, Buenos Aires, 1995, pp. 589-590. La Sala com-
parte la tesis de que la expropiación es una institución pública, o publicista según la expresión de
Dromi (más aún a partir de la promulgación de la Ley para la Promoción de la Inversión y la
Participación Ciudadana, Registro Oficial 144 suplemento de 18 de agosto del 2000, cuyo artículo
16 sustituyó al artículo 38 de la Ley de Modernización del Estado, Privatizaciones y Prestación de
Servicios Públicos por parte de la Iniciativa Privada y de la derogatoria de la Ley No. 77 en virtud
de lo que dispuso el artículo 100 de la Ley No. 2000-4 promulgada en el Registro Oficial No. 34
suplemento de 13 de marzo del 2000), en que el juicio de expropiación es simplemente d meca-
nismo previsto por el legislador para que se proceda a la determinación de la compensación eco-
nómica o, en palabras de la Constitución Política de la República, artículo 33, "la previa justa valo-
ración, pago e indemnización que posibilita el que las instituciones del Estado, para fines de orden
social determinados en la ley, mediante los procedimientos y en los plazos que señalen las normas
procesales, procedan a expropiar los bienes que pertenezcan al sector privado."
Resolución No, 474-02, publicada en el Registro Oficial No. 666 de 19 de septiembre de 2002;
TERCERO: La impugnación del fallo de último nivel consta de tres partes: a) que en la transac-
ción se ha renunciado al derecho a la readquisición conferido por el artículo 865 del Código de
Procedimiento Civil, pero que esta disposición legal no confiere ningún derecho de readquisición
ya que es relativa al juicio de competencia; b) que la renuncia se introdujo a la transacción con pos-
terioridad a su suscripción por el padre de las recurrentes y antecesor en el derecho y sin conoci-
miento del mismo, por lo que carece de validez y eficacia, y, e) que la renuncia a la readquisición
es inconstitucional. En este considerando se analizará la primera parte de la impugnación. La trans-
acción a la que se hace mención (fojas 60 a 61 del cuaderno de primer nivel) se presentó ante el
señor juez a quo el 3 de abril de 1986, quien en providencia de 14 de mayo de 1986 (fs. 63) dispo-
ne que junto con la sentencia respectiva, se protocolice el acta transaccional celebrada entre las par-
tes. A la época en que se presentó ante el juzgado la transacción celebrada entre la I. Municipalidad
de Azogues y Efrain Lizardo Guillén Quinteros, se hallaba en vigencia la codificación del Código
de Procedimiento Civil realizada por la Comisión Legislativa Permanente que se publicó en el
Suplemento al Registro Oficial No. 1202 de 20 de agosto de 1960, cuyo artículo 865 disponía: "Si
la cosa expropiada no se destinare al objeto que motivó la expropiación, dentro de un período de
seis meses, contados desde que se hizo la última notificación de la sentencia, o no se iniciaren los
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trabajos dentro del mismo plazo, el dueño anterior puede readquirirla, consignando el valor que se
pagó por la expropiación, ante el mismo juez y el mismo proceso. La providencia que acepte la
readquisición, se protocolizará e inscribirá, para que sirva de título." Esta norma legal, con el
mismo texto, pasó a ser el artículo 815 en la codificación del Código de Procedimiento Civil,
actualmente en vigencia, publicada en el suplemento al Registro Oficial 687 de 18 de junio de
1987; es de lógica elemental que, cuando se invoca una disposición legal para fundamentar un dere-
cho, su modificación o su extinción, será la vigente a la época en que tal nacimiento, modificación
o extinción se produjo, y si posteriormente varía la identificación numérica, no por ello ha desapa-
recido el sustento del derecho, su modificación o extinción, sino que bastará con indicar la nueva
numeración concordante con la original, como ha ocurrido en la especie. Por lo tanto, el tribunal
de última instancia no ha aplicado indebidamente el artículo 815 de la codificación vigente del
Código de Procedimiento Civil vigente, concordándolo con el 865 de la codificación que regía a la
época en que el acuerdo transaccional se produjo y en la que se fundó la renuncia del derecho a
pedir la readquisición, por parte del dueño, del inmueble expropiado. El tribunal ad quem no ha
aplicado en momento alguno el artículo 865 de la vigente codificación del Código de
Procedimiento Civil.- No existe, en consecuencia, el vicio acusado de indebida aplicación del artí-
culo 865 del Código de Procedimiento Civil.... QUINTO: Por último, se analizará el cargo de que
el fallo de última instancia ha inaplicado el No. 23 del artículo 23 de la Constitución Política de la
República y el No. 9 del artículo 24 ibídem. La primera de las normas antes citadas dice: "Sin per-
juicio de los derechos establecidos en esta Constitución y en los instrumentos internacionales
vigentes, el Estado reconocerá y garantizara a las personas los siguientes:... 23. El derecho a la pro-
piedad, en los términos que señala la ley;" por su parte, el No. 9 del artículo 24 de la Constitución
dice: "Nadie podrá ser obligado a declarar en juicio penal contra su cónyuge o parientes hasta den-
tro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad, ni compelido a declarar en contra
de sí mismo, en asuntos que puedan ocasionar su responsabilidad penal. Serán admisibles las decla-
raciones voluntarias de quienes resulten víctimas de un delito o las de los parientes de éstas, con
independencia del grado de parentesco. Estas personas, además, podrán plantear y proseguir la
acción penal correspondiente;..." La protección constitucional al derecho de propiedad se halla
encuadrada en las prescripciones de la ley, la cual, en consecuencia, puede establecer límites y con-
dicionamientos al mismo y a su ejercicio, ya que no es un derecho absoluto. Nuestro ordenamien-
to legal, en consonancia con la norma constitucional, ha establecido que el titular de un derecho
conferido por las leyes puede renunciar al mismo, con tal que solo mire al interés del renunciante,
y que no esté prohibida su renuncia, conforme lo establece el artículo 11 del Código Civil. No se
halla prohibida en disposición legal alguna la renuncia del derecho de readquisición que el artícu-
lo 815 de la vigente codificación del Código de Procedimiento Civil reconoce a favor del propie-
tario de un bien expropiado, y este derecho mira tan solo al interés del mismo. De otra parte, la
norma del artículo 24 No. 9 de la Constitución Política de la República establece una de las garan-
tías del debido proceso que es aplicable exclusivamente al ámbito penal. La aplicación extensiva
que las recurrentes pretenden se haga al campo contractual, va contra el claro tenor literal de la
Carta Fundamental y es huérfana de todo sustento, que demuestra falta de seriedad de las recurren-
tes en la proposición de su recurso. No cabe hacer, a la ligera, afirmaciones gratuitas de inconsti-
tucionalidad de una ley o de una resolución judicial, porque ello demuestra una actitud irresponsa-
ble de menosprecio a la Constitución Política de la República, lo cual es reprochable.-"
Gaceta Judicial Serie XVI, No. 12 pp. 3023 a 3025: Dentro del juicio de expropiación No. 579-95:
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. PR/MERA SALA DE LO CIVIL Y MERCANTIL.- Quito,
13 de abril de 1998,... TERCERO: Respecto de la afirmación del recurrente de que ni la senten-
cia que está ejecutándose ni la ley reconocen intereses por el retardo en el pago de la indemniza-
ción expropiatoria., que en la especie la obligación la creó el Juez de primera instancia, con la
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aprobación de la Sala mediante el auto materia del recurso y que, según la ley, el efecto del retar-
do en el pago de la indemnización no es el reconocimiento de interés alguno, sino el expresamen-
te previsto por el art. 814 del Código de Procedimiento Civil, se anota: este artículo dispone: "Si
transcurrieren tres meses desde la última notificación de la sentencia y no se consignare el precio
determinado en la misma, el Juez a solicitud de parte, declarará sin lugar la expropiación. Será de
cargo del demandante el pago de las costas". La norma antes transcrita es una disposición especial
que establece un derecho para el demandado y que nace en el evento de que, habiendo transcurri-
do el plazo señalado en ella, la institución expropiadora no haya consignado el precio, dando paso
a un efecto resolutorio por incumplimiento, lo que será declarado por el Juez de la causa en el
mismo proceso. Pero en este precepto legal no hay expresión alguna que permita llegar a la con-
clusión de que se excluyen otros efectos que pertenecen a cualquier obligación bilateral, esto es,
de conformidad con lo que dispone el artículo 1532 del Código Civil, el derecho alternativo que
corresponde al acreedor de exigir el cumplimiento o la resolución por incumplimiento y, en ambos
casos, adicionalmente, la indemnización de perjuicios, en el evento de que el deudor incurra en
mora, efectos que se producirán no acogiéndose el acreedor a lo que dispone el artículo 814 del
Código de Procedimiento Civil. El deber de la entidad expropiatoria de pagar la justa indemniza-
ción compensatoria es correspondiente a la adquisición que realiza de la propiedad del bien.
Estamos frente a un negocio bilateral en el cual se entiende incorporada la condición resolutoria
de no cumplirse por una de las partes las obligaciones emergentes del mismo, de manera que la
otra parte que ha cumplido puede pedir la resolución o, a su arbitrio, el cumplimiento del contra-
to, con indemnización de perjuicios, al tenor de lo que dispone el ya citado artículo 1532 del
Código Civil. El derecho a pedir la resolución no es excluyente del otro, a exigir el cumplimien-
to, sino que uno y otro son alternativos, de modo que realizada la elección del uno, se extingue el
derecho al otro, y en ambos casos se tiene adicionalmente el derecho a ser indemnizado de los per-
juicios resultantes de la mora del deudor. Pretender que en caso de que la entidad expropiadora no
pague la justa indemnización compensatoria únicamente cabría que quien ha sufrido la privación
de lo suyo pueda reclamar que se lo devuelva, conduciría a situaciones de extrema injusticia e
inclusive de grave conflicto social, como en los casos en que se haya procedido a la expropiación
con carácter de urgente y con ocupación inmediata, y en el bien expropiado se hayan realizado
obras para el servicio público, corno la dotación de agua potable a una población, ya que de dejar-
se sin efecto la expropiación la persona a cuyo patrimonio regresa el bien expropiado debería pagar
el valor de tales obras, que pueden alcanzar montos elevados y sin que ella de modo alguno con-
sentido en la ejecución de tales obras, y que el conglomerado social que se beneficiaba del servi-
cio público se vea privado del mismo. CUARTO.- Si la obligación es de pagar una suma de dine-
ro, tal como ocurre en el caso de que deba satisfacerse el valor de un bien expropiado, en el even-
to de que el deudor caiga en mora se halla obligado a indemnizar al acreedor de los perjuicios que
le ocasiona por la mora y, si el acreedor lo solicita, la indemnización de perjuicios por la mora con-
sistirá en el pago de los intereses, de conformidad con las reglas que se contienen en el artículo
1602 del Código Civil, según las cuales si no se ha pactado intereses empiezan a deberse los inte-
reses legales. En nuestro sistema jurídico, y podernos afirmar que es un principio de derecho uni-
versal consagrado en las legislaciones positivas de todos los pueblos, toda obligación conlleva de
manera intrínseca y vincular la responsabilidad civil del deudor, que conduce al cumplimiento de
la obligación y que, en caso contrario, da derecho al acreedor para pedir la indemnización del per-
juicio sufrido por el incumplimiento. Como ya se ha dicho tal obligación, en el caso de las obliga-
ciones dinerarias se concreta en los intereses, entendido que el acreedor no tiene necesidad de jus-
tificar perjuicios cuando solo cobra intereses; en tal caso, basta el hecho de la mora, hecho que está
demostrado en autos_ Los intereses moratorios no son una obligación diferente sino que son, en
relación con el tiempo de la mora, el desarrollo cuantitativo, consubstancial e ineludible de la
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misma obligación dineraria que, en la especie, es el precio del inmueble expropiado a título de
justa indemnización compensatoria...."
RESOLUCIÓN No.- 271-2001 Registro Oficial No. 418 de 24.09.2001
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, PRIMERA SALA DE LO CIVIL Y MERCANTIL, Quito julio
19 de 2001. Las 10H00. PRIMERO... es prioritario dilucidar en que consiste la "justa valoración"
a que se refiere el artículo 33 de la Constitución Política del Ecuador, o el "justo precio" a que se
refiere el Código de Procedimiento Civil, en el juicio de expropiación: Valoración, según el
Diccionario de la Lengua Española, es la acción y efecto de valorar; y valorar es señalar el precio
de una cosa. A su vez, la acepción de precio es el valor pecuniario en que se estime una cosa. En
definitiva se puede utilizar las expresiones "justa valoración" o "justo precio" con el mismo alcan-
ce y significado. Ni el Código de Procedimiento Civil ni ningún otro cuerpo legal establece precios
tasados de los inmuebles expropiados; corresponde, por tanto, al juez determinar en sentencia cual
es el justo precio que pagará la entidad expropiada por el bien expropiado, esto lo hace con susten-
tación en los medíos de prueba aportados al proceso, valorados de acuerdo con las reglas de la sana
crítica. Son, particularmente, medios de prueba para el objeto: El avalúo catastral del predio de los
dos años anteriores (art. 797, ordinal 3ero, del Código de Procedimiento Civil); los documentos que
se acompañan a la demanda (art. 801); el avalúo establecido por la Dirección de Avalúos y Catastros
(art. 36 de la Ley de Contratación Pública y el art. 61 Reglamento de esta Ley), y, en forma relevan-
te, el informe pericial sobre el avalúo del inmueble (art. 799, 801 y 802). Si bien el avalúo pericial
es relevante, el juez no está obligado a aceptarlo contra su convicción, si de otros medios de prueba
encuentra que ese avalúo no es el justo; en vista de que bien puede suceder en la práctica que el peri-
to, por favorecer ya sea a la entidad expropiante o ya sea al particular expropiado, exagere o dismi-
nuya irrazonablemente el verdadero precio de un inmueble.... TERCERO.- Es necesario enfatizar
que en el recurso de casación interpuesto no se ataca a la sentencia porque el justo precio del inmue-
ble expropiado se haya sustentado en el avalúo realizado por el perito , sino porque ese avalúo no se
lo ha indexado; en otras palabras, para la recurrente justo precio sería el avalúo realizado por el peri-
to 1. Max Tapia L. indexado a la fecha en que se efectúe el pago. Indexación significa actualizar el
valor de una suma determinada que ha sufrido un desequilibrio por efectos de la depreciación mone-
taria o de la inflación, se trata de corregir la desigualdad de los valores alterados a través del tiem-
po por la depreciación monetaria o devaluación.- En la legislación y jurisprudencia de algunos paí-
ses extranjeros se contempla la indexación como un mecanismo de justa reparación sufrida por el
acreedor debido al incumplimiento en el pago de prestaciones numerarias; pero nuestro ordenamien-
to legal no ha previsto la indexación ni hay fallo alguno de la Corte Suprema de Justicia que lo admi-
ta. Al respecto, esta Sala en la sentencia dictada en la resolución No- 12- 2001, publicado en el R.O.
No.- 288 del 20 de marzo del 2001, dijo: "De acuerdo con la razón histórica y la razón económica
inferida de la investigación de los hechos y el transcurso del tiempo, los bienes presentes son en
todos los casos de más valor que los bienes futuros de igual clase y cantidad. A estos hechos histó-
ricos hay que agregar el fenómeno monetario de la devaluación nominal de la moneda, que conoci-
do desde siempre en el Ecuador tenía proporciones manejables; en estos últimos tiempos, desafor-
tunadamente, ha llegado a alcanzar elevaciones inimaginables. Para contrarrestar esta situación de
dramática inestabilidad, las autoridades del Estado, encargadas de la conducción política de regular
los aspectos macro económicos del país establecieron como un mecanismo, para compensar las pér-
didas sufridas por los acreedores dinerarios por la inflación y devaluación monetaria, la movilidad
de las tasas de interés.- Los intereses se convirtieron así en un elemento de compensación por la dis-
minución del valor adquisitivo y de cambio de la moneda en el futuro de los hechos económicos. De
esta manera, las autoridades monetarias, de acuerdo con las circunstancias del momento, iban
aumentando o disminuyendo las tasas de interés; pero llegó un momento en que las medidas fisca-
les y monetarias fueron rebasadas largamente por la crisis económica que sufrió el país. Por esta
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razón, el Congreso Nacional expidió la Ley No.- 2000.4 publicada en el Suplemento del Registro
Oficial No.- 34 de 13 de marzo del 2000, en que se establece el "desagio" y otras normas para la
aplicación del sistema monetario para la transformación económica del Ecuador. En virtud de estas
normas, todas las obligaciones en sucres pendientes de pago deberán pagarse en dólares de los
Estados Unidos de América, a la relación fijada por el artículo 1 de la Ley de Régimen Monetario y
Banco del Estado, que es la de veinticinco mil sucres por cada dólar. Las tasas de interés serán las
que estaban vigentes hasta el 06 de enero del 2000, y desde esa fecha en adelante las tasas fijadas
en el artículo 6 de la Ley citada, en armonía con el artículo 10 de la misma" . Es indudable que por
la hiperinflación sufrida por el país se ocasionaron daños irreparables a la generalidad de sus habi-
tantes; pero este es un padecimiento que tenemos que superarlo todos con el principio de solidari-
dad, que es el valor de los "sacrificios compartidos". Si se acepta la indexación en el pago de pres-
taciones debidas por el Estado a los particulares, tendría que aplicarse también, por el principio de
generalidad, a todos los otros casos de deudas de los particulares, con consecuencias económicas
impredecibles; de ahí, que no proceda admitirse la indexación reclamada por la recurrente.-CUAR-
TO.- El artículo 53 de la Constitución Política del Estado preceptúa que las instituciones del Estado
por concepto del bien expropiado deben pagar la justa valoración e indemnización. Por esta razón,
este Tribunal ha resuelto en otros casos de expropiación, que si la entidad expropiante no paga a su
tiempo el precio del bien expropiado, está obligada a reconocer los intereses legales desde la fecha
de la mora hasta la solución del justo precio determinado en la sentencia. En el caso sub lite, la
Dirección Nacional de Aviación Civil estaba obligada a cumplir inmediatamente el pago de la suma
de dinero determinada como justo precio en la sentencia dictada por el Juez Undécimo de lo Civil
de Pichincha el 20 de mayo de 1999, notificada al día siguiente, en vista de que dicho fallo, de acuer-
do con lo previsto en el inciso primero del artículo 803 del Código de Procedimiento Civil, era sus-
ceptible de apelación únicamente en el efecto devolutivo. La Dirección Nacional de Aviación Civil,
al incumplir esa obligación dineraria, incurrió en mora y, consiguientemente, debe indemnizar los
perjuicios sufridos por el acreedor con el pago de los intereses legales correspondientes. QUINTO.-
... La confiscación que prohibe el artículo 33 de la Constitución es el despojo absoluto del patrimo-
nio de una persona por parte del Estado o de sus instituciones, que da por resultado la perdida total
de los bienes confiscados sin resarcimiento alguno. Esto no sucede en el presente caso en que en la
sentencia está determinando el justo precio, como se explica en los considerandos precedentes.- De
otro lado, la expropiación inmediata del predio expropiado está prevista expresamente en el artícu-
lo 808 del Código de Procedimiento Civil. Esta norma no contraría el artículo 33 de la Constitución,
porque para esa ocupación la entidad expropiante debe acompañar el precio, que según el artículo
61 de la Ley de Contratación Pública es el señalado en el avalúo de la Dirección Nacional de Avalúos
y Catastros. En principio, se presume que este avalúo es el justo precio, corno se infiere del artícu-
lo 36 de la Ley de Contratación Pública y el artículo 61 de se Reglamento. El avalúo de la DINAC,
no obstante que es emitido por una institución profesional y sería, puede perfectamente no ser acep-
tado por el particular expropiado y desvirtuar aquella presunción con otros medios de prueba apor-
tados al proceso, particularmente con el avalúo pericial. Por esta razón el segundo inciso del artícu-
lo 82 del Código de Procedimiento Civil, en concordancia con el artículo 42 de la Ley de
Contratación Pública, dispone que para fijar el precio el juez no está obligado a sujetarse al avalúo
de la DINAC...."
Juicio No. 118-99
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.- PRIMERA SALA DE LO CIVIL Y MERCANTIL.- Quito,
25 de febrero del 2000; las 08h:30.- TERCERO: Los recurrentes alegan que se ha inaplicado el
artículo 33 de la Constitución Política de la República, el cual dice: "Para fines de orden social
determinados en la ley, las instituciones del Estado, mediante el procedimiento y en los plazos que
señalen las normas procesales, podrán expropiar, previa justa valoración, pago e indemnización,
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los bienes que pertenezcan al sector privado. Se prohíbe toda confiscación". Esta norma, que
actualmente se halla ubicada en la sección primera, de la propiedad, del capítulo 4, de los dere-
chos económicos, sociales y culturales, del título III, de los derechos, garantías y deberes, no es
nueva en nuestro ordenamiento constitucional; así, desde el año de 1979 aparece (si bien con una
redacción un tanto diferente) en el artículo 47 que formaba parte de la sección II, de los sectores
de la economía, del título de la economía, y en esta forma se mantuvo hasta la codificación
del año 1997 en que correspondía al artículo 62 , pero hoy en día ha tomado un relieve especial
ya que forma parte de las garantías a uno de los derechos básicos de la persona y fundamento de
todo el sistema de economía social de mercado, cual es el derecho de propiedad. En efecto, el artí-
culo 30 de la Constitución Política vigente dice que "la propiedad, en cualquiera de sus formas y
mientras cumpla su función social, constituye un derecho que el Estado reconocerá y garantizará
para la organización de la economía. Deberá procurar el incremento y la redistribución del ingre-
so, y permitir el acceso de la población a los beneficios de la riqueza y el desarrollo. Se recono-
cerá y garantizará la propiedad intelectual, en los términos previstos en la ley y de conformidad
con los convenios y tratados vigentes." Cierto es que este derecho no es absoluto, sino que tiene
un límite preciso, esto es, mientras cumpla su función social, lo cual obliga en los casos concre-
tos a realizar el análisis del alcance de esta limitación. En lo que dice relación con los casos de
expropiación de los bienes que pertenecen al sector privado, la función social de la propiedad se
cumple mediante la colaboración con el Estado y sus organismos en el logro del bien común al
aceptar el ser privados de tales bienes, pero el pretender que todo el peso de esta colaboración sea
soportada exclusivamente por un determinado propietario a quien se le está expropiando sus bien-
es sería inequitativo: todo el cuerpo social es el que ha de compartir ese peso, lo cual se cumple
mediante la distribución del costo de la expropiación y es por ello que el artículo 33 de la
Constitución Política de la República, sabiamente ha dispuesto que previamente a la expropiación
se realice una "justa valoración, pago e indemnización". De no procederse así, la entidad pública
expropiante realmente estaría expoliando al particular, despojándole con inequidad, lo cual cons-
tituiría una forma encubierta de confiscación, que se halla expresamente prohibido por la misma
norma constitucional y constituye una de las garantías de los derechos fundamentales de la perso-
na. Por lo mismo, de no existir el acuerdo entre la entidad expropiante y el particular dueño del
bien expropiado, le corresponde al juez realizar la "justa valoración" para ordenar el "pago e
indemnización" imperativamente ordenado por la Constitución Política del Estado. De lo antes
señalado, se deduce que la correcta interpretación del artículo 33 de la Constitución Política del
Estado es exactamente la contraria de la que pretende hacer la entidad recurrente ya que el pre-
tender pagar a quien se expropia una propiedad un precio irrisorio por ella, totalmente inferior a
la justa valoración e indemnización correspondiente, constituye una violación a la norma consti-
tucional contenida en el citado artículo 33, y constituye una manera de realizar una oculta confis-
cación, razón por la cual la interpretación del artículo 254 de la Ley de Régimen Municipal no
puede realizarse en una forma servilmente literal, pues aquello conduciría inexorablemente a piso-
tear las garantías constitucionales entre las cuales se encuentra el derecho a la propiedad. Además,
la autoridad pública no puede propiciar, mediante estas actuaciones, la violación de la ley. El pre-
cio que la entidad expropiante ha de cancelar al propietario, en realidad es el valor de la indem-
nización a que tiene derecho por el daño que sufre al ser privado del bien de su propiedad; y si
bien este precio que en realidad constituye una indemnización, no es ni puede ser fuente de enri-
quecimiento, debe ser suficiente para que el dueño del bien inmueble expropiado pueda reponer-
lo por otro de equivalentes características, tales como superficie, calidad del terreno, dotación de
servicios, configuración física, etc., pues de lo contrario se estaría propiciando un empobrecimien-
to injusto, y en consecuencia, un abuso por parte de la autoridad, mediante un procedimiento de
oculta confiscación antes que una expropiación en los términos señalados por la Constitución. Es
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7. MODALIDADES

Al derecho de dominio generalmente lo encontramos como la relación de


poder que una persona tiene sobre una cosa. Esta forma o modo de ver al dominio
es la más común y frecuente: una persona es dueña de una cosa. Sin embargo, no
solo así se presenta el dominio, a veces se lo halla de otros modos o maneras, por
ejemplo, como la relación de varias personas con una cosa, como cuando varias per-
sonas son dueñas o condueñas de una misma cosa; o como la relación de varias per-
sonas con varias cosas, como cuando se forma una sociedad, o, finalmente como
una combinación de estas modalidades.
El dominio, entonces, se puede hallar de distintos modos o maneras, de varias
modalidades, se puede hallar ya como la relación de un solo sujeto con un solo obje-
to, en cuyo caso podríamos decir que se trata del dominio típico o no sujeto a moda-
lidades o se puede hallar bajo alguna de las siguientes modalidades: Comunidad,
Sociedad o Propiedad Horizontal.

verdad que todos los habitantes de la República estamos en el deber de colaborar con el Estado y
sus entidades en el logro del bien común, pero ello no implica que sea lícito expoliarles; el ser pri-
vado de un bien, y el tener que afrontar un juicio de larga duración es en sí mismo un gran sacri-
ficio, no puede extremarse la situación pretendiendo colocarle en situación de extremo empobre-
cimiento mediante el pago de un precio vil. Esta Sala, en su Resolución No. 505-99, dictada el 6
de octubre de 1999 en el proceso de casación No. 58-99 y publicada en el Registro Oficial No.
333 de 7 de diciembre de 1999, estableció que "La justa compensación es aquella que cubre o
repara mediante el pago de una suma de dinero el perjuicio de la pérdida de la cosa que significa
para el expropiado, en la medida que tal resultado pueda alcanzarse. El monto del pago de dicha
suma de dinero ha de fijarse, por ende, tomando en cuenta el daño económico que el expropiado
sufre, al momento de iniciarse el proceso de expropiación, y nada más que este daño, es decir la
compensación no puede servir para enriquecer al propietario. Esto supone que la apreciación del
monto de la justa compensación ha de hacerse analizando todas las circunstancias de cada caso,
tales como el avalúo catastral, el precio en que el dueño adquirió el predio, el destino que va a
darse al predio expropiado, el valor venal; c) La fijación de la justa compensación es una potes-
tad del juez o tribunal de instancia. Por tratarse de un asunto que requiere de operaciones de carác-
ter técnico es necesario que se cuente con la colaboración de peritos en la materia, de allí que el
artículo 799 del Código de Procedimiento Civil, dispone que el juez nombrará perito o peritos
para el avalúo del fundo, y el último inciso del artículo 801 añade que el juez «podrá establecer
el precio justo según el dictamen del perito o peritos». La decisión del juez, por consiguiente, no
ha de basarse solo en el avalúo pericial sino también en los otros medios de prueba incorporados
al proceso y en sus propios conocimientos y experiencia, que en conjunto le lleven a formar su
convicción; convicción que por cierto no puede ser reformada o modificada por el Tribunal de
Casación". A lo anterior ha de añadirse que, en épocas de acelerada depreciación del valor del
dinero, se ha de tomar en cuenta este factor, a fin de que quien se ve obligado a soportar la pérdi-
da de su propiedad, reciba en compensación una cantidad de dinero que en su quantum equivalga
al valor que el bien tenía a la época en que fue privado del mismo, por lo que debe incorporar el
monto de la pérdida del poder adquisitivo por todo el tiempo de la demora en el pago, salvo que
ella sea imputable a hecho o culpa del propietario...."
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Comunidad o copropiedad

Esta es una modalidad de la propiedad en la que varios sujetos son dueños de


un mismo objeto. Si varias personas son dueñas de una sola cosa, —como ocurre
cuando dos personas compran "a medias" una cosa— significa que hay "unidad" o
singularidad de objeto y "pluralidad" de sujetos. En estos casos, existe también
igualdad de pretensiones jurídicas y "llamamiento simultaneo" a ejercer el dominio.
Por igualdad de pretensiones se ha de entender el hecho cierto de que todos
y cada uno de los distintos sujetos, que se llaman condueños, o comuneros, tienen
la misma pretensión, la de dueño, todos ellos sienten y piensan lo mismo respecto
de la cosa, es decir tienen la misma pretensión jurídica. También existe "llamamien-
to simultáneo" de la Ley a ejercer el dominio, es decir, al mismo tiempo, todos los
sujetos están llamados a ejercer el dominio, no existe un orden en el tiempo para
ejercer de dueños.
La Comunidad puede originarse en distintos hechos o circunstancias. Puede
originarse en la Ley, en el Testamento, en el Contrato o incluso fortuitamente. Si
nace de la Ley, se llama "legal" o "Comunidad Legal" y es el caso de la "sociedad
conyugal" que se origina en la disposición legal según la cual, por el hecho del
matrimonio, los conyugues son copropietarios, entre otros, de los bienes que se
adquieran durante el estado de matrimonio o de los frutos de los bienes propios de
cada uno de ellos y que se devenguen durante el matrimonio. Puede originarse en
el testamento y entonces se llamará "testamentaria" o "Comunidad Testamentaria"
y ocurre cuando una persona, al testar, dispone que un determinado bien sea adqui-
rido a su muerte por dos o más personas. Puede también originarse en el Contrato
o Convenio, y se llamará "convencional" o "Comunidad Voluntaria" como cuando
dos o más personas compran un bien, en partes iguales o en proporciones determi-
nadas, un tercio cada una, un quinto cada una o un porcentaje o alícuota cada una.
Finalmente, la comunidad puede nacer fortuitamente, casualmente, por un hecho
ajeno a la voluntad de una persona y entonces se llama a esa comunidad "forzosa"
y es precisamente lo que ocurre cuando por la compra de un terreno vecino que
tiene un cerramiento, este deviene en común o medianero.
La Comunidad se administra, es decir, se ejerce el dominio de la cosa en
común, por la voluntad y en la forma que determine la mayoría de los comuneros o
copropietarios y a falta de ese acuerdo será un Juez quien disponga lo pertinente.
La Ley concibe a esta modalidad de la propiedad como un estado temporal de
la propiedad y que está llamada a no durar más del tiempo que los comuneros quie-
ran que exista; por eso, salvo acuerdo cuya duración no puede exceder de cinco
años, cualquiera de los condueños puede pedir la partición de la cosa que tiene en
común o en comunidad con otra u otras personas. La partición es la forma de ter-
minar con la comunidad o copropiedad y tiene lugar mediante la división de la cosa
común. Si la cosa no es divisible, previamente se la convertirá en una cosa divisi-
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ble como es el dinero, por medio de una subasta en la que el precio se divide entre
los distintos comuneros a prorrata, es decir, en proporción, a su derecho en la cosa
antes de la división. 15

Sociedad

Esta es una modalidad de la propiedad en la que existen pluralidad de sujetos


y pluralidad de objetos. Si dos o mas personas ponen en común varias cosas, cada
uno su aporte, ciertamente que existe pluralidad de sujetos y pluralidad de objetos
(los distintos aportes de cada socio, que así se llama a cada uno de los sujetos). Esta
modalidad tiene origen únicamente contractual, es decir, solo se origina en la volun-
tad de las personas. Respecto a la forma en que se ejerce el dominio y se adminis-
tra el conjunto de aportes, también se rige por la voluntad de los socios, general-
mente será por medio de un representante o apoderado de los socios, llámese
Gerente, Presidente o Administrador. Siendo el objetivo de esta forma de propiedad
el obtener beneficios de la unión de las cosas, los socios dejan de ser dueños de los
aportes que pasan a pertenecer a la sociedad y aquellos pasan a serlo de una porción
del conjunto, ya sean acciones, participaciones o aportes.
Existen muchas y muy variadas clases de sociedad: civiles, mercantiles, anó-
nimas, limitadas, en comandita, en nombre colectivo, etc., pero no es este el lugar
para hablar de ellas y nos baste con saber que, cualquiera sea su especie, la socie-
dad en el derecho patrimonial es una modalidad de la propiedad en la que existen
pluralidad tanto de sujetos como de objetos.

Propiedad horizontal

Recordemos que la propiedad se presenta, ya de forma pura y simple, diga-


mos, como la relación de un sujeto y un objeto, o de ciertas maneras o modalida-
des; pues bien, una de estas modalidades es la combinación de la propiedad pura y
simple y una de esas modalidades: la comunidad o copropiedad. La propiedad hori-

15. 26-1-54 (G..1. S. V111, No. 6, pp. 525-6)


"6o. El condominio es un derecho de dominio en común de varias personas en lo que se ha llega-
do a llamar jurídicamente la parte espiritual de una cosa no dividida materialmente; es un dominio
participado por cuotas o partes, en el cual el sujeto del dominio no es una persona particular, sino
la comunidad de personas. El condómino tiene derecho de dominio sobre una cuota, pero no tiene
una porción o parte singularizada de la cosa, y, así la cuota no tiene sino un objeto susceptible de
singularizarse al cesar la comunidad, o sea, cuando, entre otros casos, la partición material se veri-
fica. Y siendo esto así, no existe un interés parcial, concreto y definido en parte alguna señalada y
material del territorio de 'Manzanar que pueda alegar ninguno de los condóminos individualmen-
te considerados, y, por tanto, si este interés ni siquiera puede existir concretamente, menos puede
ser contrapuesto al interés de otra persona."
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zontal es una modalidad combinada en la que existen al mismo tiempo, coexisten,


la propiedad no sujeta a modalidades como la copropiedad o comunidad; es decir,
al mismo tiempo que una persona es dueña exclusiva de una cosa, es también, con
otras personas, copropietario o condueña de otra cosa. Esta modalidad se presenta
únicamente en bienes inmuebles cuyas distintas partes puedan tener un acceso inde-
pendiente a la vía pública, así, un edificio destinado a contener varias viviendas,
puede someterse a esta modalidad de la propiedad, de modo tal que cada una de las
personas al tiempo que es dueño exclusivo –propiedad no sujeta a modalidad, pro-
piedad pura y simple– de un departamento, es también y al mismo tiempo copro-
pietaria con los demás dueños de departamentos del terreno en que se levanta el edi-
ficio, la cubierta o techo del mismo, sus entradas, escaleras, etc., es decir, copropie-
tario de lo que la ley de la materia llama bienes comunes.
Esta modalidad de la propiedad, aunque se rige por una Ley Especial, la de
Propiedad Horizontal y por las normas reglamentarias, especialmente Ordenanzas
Municipales que establecen los requisitos para que un inmueble pueda someterse a
esta modalidad, está sujeta a las normas elementales del art. 895 del Código Civi1. 16
Para terminar con esta modalidad, es necesario precisar que, solo se origina
en la voluntad del dueño del inmueble y nunca en la ley ni en el testamento ni casual
o fortuitamente y ha de cumplir algunos requisitos .17

16. la.- Todos los propietarios deben contribuir a la conservación y reparo de las paredes maestras, del
techo y de todas las partes que sirven para la solidez de todo el edificio, o para la comodidad de
todos los habitantes de la casa, cada uno en proporción del valor del piso o vivienda que le perte-
nece. Si los sótanos o las buhardillas no pertenecieren al mismo dueño, se hará una estimación par-
ticular de ellos, y se obrará del mismo modo para fijar la contribución que les toque en la reparti-
ción general de los gastos comunes;
2a.- El dueño de cada piso tendrá a su cargo la conservación y reparación del suelo o pavimento de
su vivienda; mas al dueño del piso que está debajo es a quien corresponde hacer, si quiere, en su
techo, los adornos que crea útiles a su habitación;
3a.- Cada uno de los propietarios puede hacer por su cuenta, en su respectiva habitación, las obras
que quisiere, con tal que no cause perjuicio a los otros, en cuanto a la comodidad o a la solidez;
4a.- Las escaleras, cuyo uso sea común a los dueños de varios pisos, serán construidas y reparadas
por todos ellos; y las demás lo serán por solo el dueño del piso a quien sirvan exclusivamente;
5a.- En cuanto a los gravámenes y contribuciones que graviten sobre toda la casa, si el modo del
pago no estuviere arreglado de antemano en los títulos o en otro documento posterior, cada propie-
tario contribuirá al pago, en la misma forma y proporción que al de los gastos de las paredes maes-
tras, o del techo y de las demás cosas que fueren comunes; pero cada uno tendrá que pagar por sí
solo los impuestos que no recayeren sobre toda la casa sino sobre la parte que exclusivamente le
pertenezca; y,
6a.- En caso de arruinarse la casa, por vejez, incendio, inundación, huracán, terremoto u otro acci-
dente, si se resistiere alguno de los dueños a levantarla, podrán los demás obligarle a que les ceda
sus derechos, o contribuya a la reedificación, la cual se hará entonces, con respecto a cada piso, en
las proporciones que quedan establecidas.
17. 31-V1 1 1-2000 (Expediente No. 334-2000, Primera Sala, R.O. 202,13-X1-2000)
OCTAVO.- Ni actores ni demandados han incorporado a los autos el testimonio certificado con
83

8. SOBRE LOS MODOS DE ADQUIRIR EL DOMINIO

Una vez que se conoce sobre qué cosas recae el dominio –los bienes–, qué es,
para qué sirve –sus facultades–, sus características y modalidades, es oportuno estu-
diar cómo se lo adquiere. Para ello es necesario empezar por saber que es un modo
o manera de adquirir este derecho.

Concepto

Por "modo" de adquirir el dominio se entiende el hecho al que la ley le atri-


buye la virtud de generar el derecho. Aquellas circunstancias que tienen como con-
secuencia el nacimiento del derecho de dominio, se conoce de manera general como
modo .18

razón de su inscripción en el pertinente registro, de la escritura pública contentiva tanto de la decla-


ración de constitución del régimen de la propiedad horizontal sobre el inmueble en el cual se halla
situado el departamento prometido en venta, como de la copia certificada de la declaratoria muni-
cipal del régimen de la propiedad horizontal, de los planos aprobados, el cuadro de alícuotas y el
reglamento interno, formalidad substancial para que pueda enajenarse un local o piso separadamen-
te del resto del edificio del cual forma parte, bajo el régimen de la propiedad horizontal, ya que de
esta manera ingresa al comercio humano cada uno de los locales como inmuebles independientes,
conforme lo ha declarado esta Sala en sus resoluciones: No. 173-2000 de 12 de abril del 2000, dic-
tada en el proceso de casación No. 7-99; la dictada en el proceso de casación No. 141-99 y publi-
cada en el R.O. No. 332 de 3 de diciembre de 1999; la 562-98 dictada en el proceso de casación
No. 1131-95, publicada en el R.O. No. 58 de 30 de octubre de 1998; finalmente, la dictada median-
te Resolución No. 234-2000 de 23 de mayo del 2000 y publicada en el R.O. No. 109 de 29 de junio
del 2000, por lo que no es posible aceptar la acción principal de cumplimiento ya que, de confor-
midad con lo que dispone el artículo 19, inciso segundo de la Ley de Propiedad Horizontal, ni los
notarios pueden autorizar ninguna escritura pública sobre constitución o traspaso de la propiedad
de un piso o departamento, ni los registradores de la propiedad inscribirán tales escrituras si no se
inserta en ellas la copia auténtica de la correspondiente declaratoria municipal y del Reglamento de
Copropiedad de que tratan los artículos 11 y 12 de dicha ley. Esta imposibilidad de cumplir en natu-
raleza la obligación es imputable en forma inmediata y directa a los demandados ya que ellos no
han acreditado en lo más mínimo que hayan realizado todos los actos posibles conducentes a alcan-
zar la inscripción de esta declaratoria en el Registro de la Propiedad ni obra del proceso prueba
alguna que brinde una explicación razonable a esta omisión ni que los promitentes vendedores
hayan realizado gestión alguna para subsanar la situación, como era su deber jurídico. Esta pasivi-
dad de los promitentes vendedores ha conducido forzosamente a la imposibilidad de cumplir en
naturaleza el contrato de promesa de venta celebrado. Por lo tanto, al no ser posible el cumplimien-
to por causa imputable a una de las partes mientras la otra estuvo presta a hacerlo, cabe declarar la
resolución que ha sido demandada en forma subsidiaria, y que por tener este carácter no puede ser
considerada contradictoria ni incompatible. Además, al ser imputable a los demandados la imposi-
bilidad del cumplimiento, ellos deben responder de los daños y perjuicios causados a la parte pro-
mitente compradora.
HL CÓDIGO DE DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO:
Art. 117.- Las reglas generales sobre propiedad y modos de adquirirla o enajenarla entre vivos,
84

Clases

Hay varios hechos con los que se adquiere el derecho de dominio. Según la
taxativa enumeración de la propia ley, son cinco los hechos que dan lugar al domi-
nio, los modos de adquirirlo son: la Ocupación, la Accesión, la Tradición, la
Sucesión por Causa de Muerte y la Prescripción. Brevemente y sin perjuicio de vol-
ver sobre cada uno de ellos, veamos en que consisten: La Ocupación es el modo por
el que se adquieren las cosas que no tienen dueño; por la Accesión el dueño de una
cosa principal se hace dueño de lo que le es accesorio, de lo que produce o se junta
a la principal; en la Tradición, el dueño anterior transfiere, traslada al nuevo dueño
el dominio de la cosa; por la Sucesión a Causa de Muerte, habiendo quedado la cosa
sin dueño por haber fallecido, la ley llama a las personas que deben adquirir el
dominio de aquellas cosas, llamados herederos o sucesores; y, por la Prescripción,
se adquiere el dominio de cosas ajenas, cuyo dueño no ha ejercido el dominio,
habiéndolo hecho el poseedor que será quien adquiera ese dominio que se extingue.
A estos modos se los clasifica, en la doctrina en modos originarios y modos
derivativos. Los modos originarios son aquellos en los que el dominio que se
adquiere no proviene de otro dominio anterior, y son aquellos en los que el domi-
nio es "nuevo", es decir, no está ligado ni depende, es independiente de cualquier
otro dominio. A esta clase de modos pertenecen la Ocupación —en la que no existe
dominio anterior—, la Sucesión por Causa de Muerte —en la que tampoco existe el

incluso las aplicables al tesoro oculto, así como las que rigen las aguas de dominio público y pri-
vado y sus aprovechamientos son de orden público internacional.
Art. 140.- Se aplica el derecho local a los modos de adquirir respecto de los cuales no haya en este
Código, disposiciones en contrario.
- 22-V-91 (G..f. S. XV, No. 11, p. 3157)
"A través de esta demanda, el actor pretende adquirir el dominio del 50% que pertenece al deman-
dado en el inmueble de propiedad de ambos, sin reparar, acaso, en que el dominio solo puede
adquirirse mediante un modo: ocupación, accesión, tradición, sucesión por causa de muerte, y, pre-
scripción; . Así como es indispensable un título traslativo de dominio. Oigamos a Alessandri a
través de la versión de Antonio Vodanovic: (pp. 241 y siguientes) `La teoría tradicional, que tiene
sus orígenes en el derecho romano y que fue ampliada y desarrollada por los intérpretes de la edad
media, exige para la adquisición y transmisión de los derechos reales un título o causa remota de
adquisición y un modo de adquirir o causa próxima. Y, desde este punto de vista, el título es de
hecho que da posibilidad o vocación para adquirir el dominio u otro derecho real; y el modo de
adquirir es el hecho idóneo para producir en concreto la adquisición del derecho a favor de una per-
sona. El comprador, por ejemplo, llega a ser dueño de la cosa comprada en virtud del contrato (títu-
lo) y de la tradición de esa cosa que le hace el vendedor dueño (modo de adquirir); el mero contra-
to solo da al comprador la posibilidad para adquirir el dominio, pero esa posibilidad se actualiza
merced al modo de adquirir llamado tradición' .- 'En muchos países, al igual que en Chile, se
mantiene con gran fuerza la teoría del titulo y el modo de adquirir. En una u otra forma la consagran
los derechos de Austria, Holanda y Suiza. En estos regímenes, tratándose de bienes raíces, el modo
es sustituido por la inscripción o, como en el nuestro, se estima realizado por ella. Buena parte de
la doctrina contemporánea estima ésta como la solución más correcta'."
85

dueño anterior por haber fallecido, y no existe por tanto relación real entre el here-
dero o nuevo dueño y la cosa que se adquiere– y la Prescripción en la que a causa
de no haberse ejercido, se extingue el dominio, para dar lugar al dominio que se
adquiere por este modo.
Los modos Derivativos son aquellos en los que el dominio que se adquiere
proviene de otro dominio, anterior; al punto que el dominio precedente es la causa
eficiente que da lugar a que se adquiera el dominio; a esta clase corresponden la
Accesión –en la que el dominio sobre la cosa principal es el hecho que da lugar a
que se adquiera el dominio sobre la cosa accesoria– y la Tradición, en la que el
dominio que se adquiere es exactamente el dominio que existía en el anterior dueño
y sobre la misma cosa, es decir, el dominio que sale del patrimonio de quien entre-
ga la cosa es el dominio que entra en el patrimonio del que la adquiere.

La ley como modo de adquirir dominio

Si bien la Ley ha enumerado taxativamente cuales son los modos de adquirir


el dominio, no es menos cierto, y hay que reconocerlo, que la Ley misma es tam-
bién otro modo de adquirir. La Ley Suprema, la Constitución dispone que los recur-
sos naturales pertenecen al patrimonio del Estado, distintas leyes como el propio
Código Civil en el art. 624 dispone que el Estado sea el dueño de todas las tierras
que no tienen otro dueño, la Ley de Hidrocarburos establece la propiedad de los
mismos para el Estado, y así en muchas otras leyes se "hace" adquirir al Estado el
dominio de ciertos bienes, por tanto, la Ley misma, su ministerio, su disposición, es
también otro modo de adquirir el dominio. Si no fuese así, cabe la pregunta sin res-
puesta: por cuál de los modos enunciados por la Ley el Estado adquirió el petróleo:
ciertamente no por ocupación, ni por accesión, ni por tradición, ni en sucesión algu-
na, ni por prescripción.
Pero no solo el Estado adquiere el dominio de ciertas cosas por el ministerio
de la Ley. También los particulares adquieren ciertos bienes por disposición legal.
Así, el cónyuge adquiere el dominio de la mitad de los frutos de los bienes del otro
cónyuge, el padre o la madre adquieren el dominio de los frutos de los bienes de los
hijos, sin que en estos casos se pueda encontrar cuál de los modos previstos por la
Ley es aquel por el que tales personas han adquirido el dominio de aquellos bienes.
Luego de estas necesarias precisiones, es tiempo de analizar en detalle cada
uno de los modos enumerados por la ley, con la advertencia de que no se lo hará
con la Sucesión por Causa de Muerte, pues ella es materia de otro libro en el pro-
pio Código.

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