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EVALUACIÓN Y DIAGNÓSTICO DE LOS TRASTORNOS DEL NEURODESARROLLO (Trabajo Final)
EVALUACIÓN Y DIAGNÓSTICO DE LOS TRASTORNOS DEL NEURODESARROLLO (Trabajo Final)
CURSO:
DOCENTE:
ESTUDIANTES:
TACNA – PERÚ
2024
1
Índice
Resumen 3
Introducción 4
Capítulo I: Marco teórico 5
1.1. Evaluación 5
1.1.1. Tipos de evaluación 5
1.2. Diagnóstico 6
1.2.1. Tipos de diagnóstico 7
1.3. Trastornos del neurodesarrollo 8
1.3.1. Características de los trastornos del neurodesarrollo 9
1.3.2. Epidemiología de los trastornos del neurodesarrollo 9
1.3.3. Comorbilidades de los trastornos del neurodesarrollo 9
1.3.4. Los trastornos del neurodesarrollo en el Perú 10
1.4. Clasificación de los trastornos del neurodesarrollo 11
1.4.1. Discapacidad intelectual 11
1.4.2. Trastorno de la comunicación 13
1.4.3. Trastorno del espectro autista 16
1.4.4. Trastorno por déficit de atención con hiperactividad 18
1.4.5. Trastorno específico del aprendizaje 18
1.4.6. Trastornos motores 20
1.4.7. Otros trastornos del neurodesarrollo 21
Capítulo II: Evaluación de los trastornos del neurodesarrollo 22
2.1. Observación 22
2.2 .Entrevista clínica 22
2.3. Historia clínica 23
2.4. Estudios complementarios 23
2.4.1. Pruebas genéticas 23
2.4.2. Electroencefalograma 23
2.4.3. Resonancia magnética 24
2.4.4. Tomografía computarizada 24
2.5. Instrumentos de Evaluación 24
2.5.1. Evaluación del coeficiente intelectual (CI) 25
2.5.2. Evaluación de la memoria 25
2.5.3. Evaluaciones de la atención 27
2.5.4. Evaluaciones del lenguaje 27
2.5.5. Evaluaciones de habilidades visoespaciales 28
2.5.6. Evaluaciones de funciones ejecutivas 28
Capítulo III: Diagnóstico de los trastornos del neurodesarrollo 30
3.1. Criterios diagnósticos de los trastornos del neurodesarrollo según el dsm-5 30
3.1.1. Discapacidad intelectual 30
2
Resumen
Abstract
Introducción
Los trastornos del neurodesarrollo son afecciones que afectan el desarrollo del sistema
nervioso y pueden tener un impacto significativo en el funcionamiento cognitivo, emocional
y conductual de los individuos. Estos trastornos, que incluyen el trastorno del espectro autista
(TEA), el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el trastorno del
aprendizaje y otros, presentan una variedad de manifestaciones clínicas y requieren una
evaluación y diagnóstico precisos para guiar intervenciones efectivas.
Además de que se destacarán las últimas investigaciones y avances en este campo, así
como las implicaciones para la práctica clínica y futuras direcciones de investigación. Este
trabajo de investigación tiene como objetivo proporcionar una visión integral y actualizada de
la evaluación y diagnóstico de los trastornos del neurodesarrollo, con el fin de mejorar la
comprensión y el manejo de estas condiciones clínicas complejas.
5
1.1. Evaluación
1.2. Diagnóstico
Estos son algunos de los tipos de diagnóstico más comunes en psicología, cada uno
con sus propias técnicas y enfoques específicos. Es importante seleccionar el tipo de
diagnóstico adecuado según las necesidades y características del individuo evaluado.
8
Es importante tener en cuenta que los trastornos del neurodesarrollo pueden presentar
una amplia gama de síntomas y gravedad, y pueden afectar diferentes áreas de la vida de una
persona. Además, estos trastornos pueden ser el resultado de una combinación de factores
genéticos, biológicos y ambientales. La evaluación, el diagnóstico temprano y el tratamiento
adecuado pueden ayudar a las personas a gestionar y superar los desafíos asociados con los
trastornos del neurodesarrollo.
1.3.2.2. Sexo y género. Algunos trastornos del neurodesarrollo pueden tener una
prevalencia diferencial según el sexo y el género. Por ejemplo, el TEA es más común en
niños que en niñas, con una proporción estimada de 4 niños por cada niña afectada. En
contraste, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) tiende a ser más
común en niños que en niñas, aunque la diferencia de género no es tan marcada.
Los trastornos del neurodesarrollo, como el trastorno del espectro autista (TEA), el
trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el trastorno del aprendizaje, entre
otros, pueden coexistir con una variedad de otras condiciones médicas y psicológicas. Estas
comorbilidades pueden afectar significativamente el curso y el manejo de los trastornos del
neurodesarrollo (Hawkz, Constantino; 2020). Algunas comorbilidades comunes incluyen:
10
1.3.3.1. Trastornos del estado de ánimo. Muchas personas con trastornos del
neurodesarrollo también experimentan trastornos del estado de ánimo, como depresión y
trastorno bipolar. Los síntomas depresivos pueden surgir como resultado de dificultades
sociales o de comunicación asociadas con los trastornos del neurodesarrollo, mientras que el
trastorno bipolar puede presentarse con cambios en el estado de ánimo y la irritabilidad.
1.3.3.3. Trastornos del sueño. Los trastornos del sueño, como el insomnio y la apnea
del sueño, son frecuentes en personas con trastornos del neurodesarrollo. Estos trastornos
pueden afectar negativamente la calidad de vida y el funcionamiento diurno de la persona.
1.3.3.5. Trastornos del procesamiento sensorial. Muchas personas con trastornos del
neurodesarrollo experimentan dificultades en el procesamiento sensorial, lo que puede
manifestarse como hipersensibilidad o hiposensibilidad a estímulos sensoriales como el
sonido, la luz, el tacto o el olfato.
1.3.3.6. Trastornos del desarrollo motor. Algunos individuos con trastornos del
neurodesarrollo pueden presentar dificultades en el desarrollo motor, como la coordinación
motora deficiente o la torpeza, que pueden afectar su capacidad para participar en actividades
físicas o tareas diarias.
Recientemente se aprobaron en nuestro país dos leyes para proteger a las personas con
trastornos del neurodesarrollo. Ley 3095/2017 para personas con Trastorno por Déficit de
Atención e Hiperactividad (TDAH) y Ley N° 30150 para personas con Trastorno del
Espectro Autista (TEA). Esto último dio origen al Plan Nacional de Personas con TEA
2019-2021, que tiene como objetivo la detección, diagnóstico precoz, intervención temprana,
protección de la salud, educación integral,formación profesional e integración profesional y
social de personas con trastorno del espectro autista.
En el Perú, el mayor número de los casos suelen ser sobre el trastorno del espectro
autista, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, trastornos de aprendizaje y la
discapacidad intelectual.
11
La mayoría de los peruanos cree que estas condiciones no existen, pero su incidencia
está aumentando. En todo el mundo, el TEA afecta a 1 de cada 160 niños y el TDAH afecta
entre el 5 y el 10% de los niños en edad escolar. Sin embargo, según el Centro para el Control
y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., 1 de cada 68 niños de 8 años padece este
trastorno. En Perú, 15 625 personas tienen TEA.
Con la aprobación de las leyes antes mencionadas, vemos un creciente interés por
parte de los Ministerios de Salud, Educación y Desarrollo e Inclusión Social. Detrás de este
éxito están los esfuerzos de muchos padres para garantizar que sus seres queridos reciban un
tratamiento oportuno. De lo contrario, pueden empeorar su deficiencia clínica; y esto
conducirá a una mayor dependencia y restricciones a su integración social y educativa, que es
otro de sus objetivos. Además, los gastos que soportan las familias también se convierten en
un problema que el Estado debe afrontar (Cahuana, 2023).
Este tipo de trastorno abarca desde leves retrasos en la adquisición del lenguaje hasta
los trastornos del lenguaje expresivo o mixtos, del lenguaje receptivo expresivo, el trastorno
fonológico y el tartamudeo, que consiguen remitir de forma espontánea o persistir hasta la
adolescencia y edad adulta.
Sadock (2015) menciona que el retraso del lenguaje es uno de los retrasos del
desarrollo más habituales en los primeros años de la infancia, y afecta hasta
aproximadamente el 7% de los niños de 5 años. Para la comunicación de manera efectiva, los
niños deben dominar múltiples aspectos del lenguaje, emplear palabras y el habla, y
expresarse en su lengua materna.
1.4.2.1. Trastorno del lenguaje. Tellez (2016) de acuerdo con el DSM-5, el trastorno
del lenguaje es un desorden del neurodesarrollo que forma parte de la categoría más general
de trastornos de la comunicación, el cual incluye además a los de la articulación del habla, de
la fluidez (tartamudeo) y de la comunicación social (pragmática).
Los déficits del lenguaje expresivo se observan cuando un niño muestra un déficit
selectivo en el desarrollo del lenguaje expresivo relacionado con las habilidades receptivas
del lenguaje y con el funcionamiento intelectual no verbal. Aunque el uso del lenguaje
depende tanto de las capacidades expresivas como de las receptivas, el grado de deficiencia
en un individuo concreto puede ser elevado en un área, y estar prácticamente sin alterar en
otra.
Sadock (2015) menciona que es probable que las causas específicas de los
componentes expresivos del trastorno del lenguaje sean multifactoriales.
Los resultados de los estudios de RM sugieren que los trastornos del lenguaje se
asocian a una reducción de la asimetría normal entre las partes izquierda y derecha del
cerebro en las regiones perisilvianas y del plano temporal. Las pruebas demuestran que los
trastornos del lenguaje son más comunes en determinadas familias, y varios estudios con
gemelos revelan un grado significativo de concordancia entre gemelos monocigóticos.
También se han postulado factores ambientales y educativos que pueden contribuir al
desarrollo de trastornos del lenguaje.
1.4.2.3. Déficits mixtos del lenguaje receptivo – expresivo. Los niños con déficits
mixtos del lenguaje receptivo-expresivo muestran una alteración de las habilidades de
discriminación de los sonidos, deficiencias en el procesamiento de la audición o poca
memoria para las secuencias de sonidos. Estos niños presentan alteraciones de las habilidades
de expresión y recepción (entendimiento y comprensión) del lenguaje oral (Sadock, 2015).
Los problemas expresivos pueden ser similares a los de los niños que solo tienen
trastorno del lenguaje expresivo, que se caracteriza por una limitación del vocabulario y el
empleo de frases simples y breves.
Los niños con problemas del lenguaje receptivo pueden presentar déficits adicionales
en las habilidades básicas del procesamiento auditivo, como la diferenciación de sonidos,
cambios rápidos de sonidos, asociaciones entre sonidos y símbolos, y el recuerdo de
secuencias de sonidos.
Con toda probabilidad, los trastornos del lenguaje tienen múltiples determinantes,
incluidos factores genéticos, anomalías cerebrales evolutivas, influencias ambientales,
15
inmadurez del desarrollo del sistema nervioso y alteraciones del procesamiento auditivo en el
cerebro.
1.4.2.4. Trastorno fonológico. Los niños con trastorno fonológico muestran dificultad
para producir los sonidos del habla correctamente, debido a la omisión de sonidos, su
distorsión o una pronunciación atípica. Las alteraciones del habla típicas de este trastorno
incluyen la omisión de los últimos sonidos de la palabra, o la sustitución de un sonido por
otro. Las distorsiones de los sonidos pueden producirse cuando el niño deja escapar
demasiado aire por los lados de la boca al pronunciar sonidos como /ch/, o produciendo
sonidos como /s/ o /z/ protruyendo la lengua (Sadock, 2015).
Los errores de fonema también pueden deberse a una interrupción del flujo de aire en
lugar de emitir un flujo constante, lo que impide la pronunciación de la palabra completa. Los
niños con un trastorno fonológico pueden parecer más pequeños debido a sus dificultades
para pronunciar correctamente los fonemas.
Los comportamientos asociados, como los guiños de los ojos, las muecas faciales, las
sacudidas de la cabeza y los movimientos corporales anómalos, pueden observarse antes o
durante la interrupción del habla.
Las pruebas tienden a indicar que la causa del tartamudeo es multifactorial, e incluye
factores genéticos, neurofisiológicos y psicológicos que predisponen al niño a tener una
fluidez escasa del habla.
adolescente integrase los gestos, el lenguaje y el contexto social de una interacción dada para
inferir correctamente su significado.
1.4.3.1.2. Atención. Existen diversos tipos de atención conjunta, entre ellos el inicio
de la atención conjunta (señalar o mostrar) y el responder a la atención conjunta (seguir una
mirada o el gesto de señalar de otra persona); ambos se desarrollan en los primeros meses de
vida y se pueden observar alterados desde finales del primer año de vida en niños con TEA,
17
sin embargo, los problemas para responder a la atención conjunta pueden volverse menos
evidentes conforme avanza el desarrollo, mientras que los déficit en el inicio de la atención
conjunta tienden a ser más persistentes y por lo tanto de mayor valor diagnóstico (Charman,
2003; Mundy et al., 2009).
Otro aspecto de la atención que suele ser deficiente en los TEA es la capacidad para
cambiar o alternar el foco atencional, en especial para “desengancharse” de un foco de
atención; en estas situaciones se observa que los individuos con autismo son más lentos y
menos precisos.
1.4.3.1.4. Lenguaje. Los individuos con TEA muestran deficiencias en las tres esferas
del lenguaje: contenido, forma y uso, no obstante, al igual que en los otros dominios, la
variabilidad es amplia y puede ir desde una falta total de desarrollo del lenguaje verbal hasta
un manejo avanzado de vocabulario. Parte de la variabilidad en la habilidad lingüística se ha
asociado al tipo de autismo; los sujetos que presentan autismo clásico son los que tienden a
estar en el rango inferior de habilidades del lenguaje y las personas con Asperger son quienes
suelen presentar mejores capacidades lingüísticas (sin llegar a la normalidad en todas las
esferas, en especial la pragmática) (Wolf & Paterson, 2010).
Investigadores que han estudiado el ADN de más de 150 pares de hermanos con
trastorno del espectro autista encontraron evidencias de que dos regiones localizadas en los
cromosomas 2 y 7 contenían genes que podían contribuir al trastorno, y se ha propuesto
también la relación de otros genes, en los cromosomas 16 y 17.
Las comorbilidades más frecuentes asociadas con el TME incluyen trastorno por tics,
TDAH, trastorno obsesivo-compulsivo, trastornos del lenguaje, del aprendizaje, del sueño y
trastorno del desarrollo de la coordinación. El pronóstico del TME varía ampliamente, ya que
algunos estudios indican una mejora significativa en la mayoría de los pacientes a medida que
envejecen (Freeman et al., 2010), mientras que otros informan que el TME persiste en edades
avanzadas (Harris et al., 2008; Wolf & Singer, 2008).
2.1. Observación
Por otro lado, la observación clínica siempre debe tener un propósito específico, ya
sea para comprender mejor la situación del paciente, plantear hipótesis o complementar
información existente. Este proceso también sirve como marco teórico para diseñar la acción
médica, incluyendo la indicación de tratamientos, procedimientos de investigación e incluso
la evaluación del pronóstico.
La entrevista clínica inicial tiene como objetivo informar al paciente sobre el proceso
de evaluación, la naturaleza de esta y cómo se llevará a cabo. Durante esta entrevista se
recopila información relevante para el diagnóstico, la intervención/rehabilitación o la
derivación a programas especiales, y precede a la aplicación de pruebas neuropsicológicas. Es
crucial que esta entrevista proporcione la información necesaria para desarrollar hipótesis,
seleccionar y aplicar pruebas adecuadas, obtener una evaluación válida del paciente y diseñar
intervenciones efectivas.
23
2.4.2. Electroencefalograma
importante destacar que el EEG por sí solo no diagnostica trastornos del neurodesarrollo
como el autismo (Mas, 2013).
Esta herramienta puede ser utilizada en individuos desde los 16 hasta los 89 años y 11 meses
de edad. Consiste en siete pruebas diferentes: Memoria lógica, Pares de palabras, Diseños,
Reproducción visual, Suma espacial, Span de símbolos y el Test breve para la evaluación del
estado cognitivo (Brief cognitive status exam, BCSE).
Las seis primeras pruebas son esenciales y deben aplicarse para calcular las
puntuaciones de los diversos índices. El BCSE, opcional, no influye en el cómputo de las
puntuaciones y proporciona una evaluación rápida del estado cognitivo del individuo. Estas
pruebas se agrupan en dos baterías: la Batería para adultos (para edades de 16 a 69 años) y la
Batería para mayores (para edades de 65 a 89 años). La WMS-IV permite obtener cinco
Índices: Índice de memoria auditiva, Índice de memoria visual, Índice de memoria inmediata,
Índice de memoria demorada e Índice de memoria de trabajo visual (solo en la Batería para
adultos), además de tres puntuaciones de comparación entre índices (Amador, 2015).
Este test se realiza de forma individual y está dirigido a niños a partir de los 4 años
hasta adultos mayores. Consiste en la reproducción de un dibujo geométrico complejo a
mano, inicialmente copiado durante un tiempo variable. Luego, se solicita al evaluado que
reproduzca la figura sin la ayuda del dibujo modelo, lo que evalúa su capacidad de recordar
información no verbal. Para llevar a cabo la prueba se necesitan láminas, hojas blancas y
lápices de colores variados. Durante la evaluación, el participante debe completar dos tareas:
copiar la figura y luego reproducirla. Se les indica tanto a niños como adultos que la copia no
27
necesita ser exacta, pero que es importante prestar atención a los detalles y proporciones
(Ispache, 2018).
Además, este test se utiliza principalmente en entornos clínicos y escolares. Puede ser
útil en niños con dificultades en la lectura o problemas de lenguaje, así como en personas con
autismo, psicosis, discapacidad intelectual o retraimiento.
Posteriormente se debe especificar el nivel de gravedad que puede ser leve, moderado,
grave o profundo. La gravedad se evalúa en base al nivel de adaptación funcional, lo cual
determina el grado de apoyo requerido. Se tiene en cuenta el dominio conceptual, el dominio
social y el dominio práctico.
Se aplica a aquellos individuos que no alcanzan los hitos esperados en varios aspectos
del desarrollo intelectual y a quienes no se les puede evaluar de manera sistemática debido a
su edad, lo que incluye a niños demasiado pequeños para participar en pruebas
estandarizadas. Esta categoría debe ser revisada en un período posterior para una evaluación
más precisa.
3.1.2.1. Trastorno del lenguaje. Este trastorno cuenta con los siguientes criterios
diagnósticos establecidos en el DSM-5:
C. El inicio de los síntomas se produce en las primeras fases del período de desarrollo.
32
3.1.2.2. Trastorno fonológico. Este trastorno cuenta con los siguientes criterios
diagnósticos establecidos en el DSM-5:
C. El inicio de los síntomas se produce en las primeras fases del período de desarrollo.
C. El inicio de los síntomas se produce en las primeras fases del período de desarrollo.
(Nota: Los casos de inicio más tardío se diagnostican como 307.0 [F98.5] trastorno de la
fluidez de inicio en el adulto).
C. Los síntomas comienzan en las primeras fases del período de desarrollo (pero las
deficiencias pueden no manifestarse totalmente hasta que la necesidad de comunicación
social supera las capacidades limitadas).
C. Los síntomas deben estar presentes en las primeras fases del desarrollo y causar
deterioro en áreas importantes del funcionamiento.
Nota: Los síntomas no son sólo una manifestación del comportamiento de oposición,
desafío, hostilidad o fracaso en la comprensión de tareas o instrucciones. Para adolescentes
mayores y adultos (a partir de los 17 años de edad), se requiere un mínimo de cinco síntomas.
Nota: Los síntomas no son sólo una manifestación del comportamiento de oposición,
desafío, hostilidad o fracaso para comprender tareas o instrucciones. Para adolescentes
mayores y adultos (a partir de 17 años de edad), se requiere un mínimo de cinco síntomas.
a. Con frecuencia juguetea con o golpea las manos o los pies o se retuerce en el
asiento.
b. Con frecuencia se levanta en situaciones en que se espera que permanezca sentado
(p. ej., se levanta en la clase, en la oficina o en otro lugar de trabajo, o en otras situaciones
que requieren mantenerse en su lugar).
c. Con frecuencia corretea o trepa en situaciones en las que no resulta apropiado.
(Nota: En adolescentes o adultos, puede limitarse a estar inquieto.)
36
Especificar si:
Especificar si:
● Leve: Pocos o ningún síntoma están presentes más que los necesarios para el
diagnóstico, y los síntomas sólo producen deterioro mínimo del funcionamiento social
o laboral.
● Moderado: Síntomas o deterioros funcionales presentes entre "leve" y "grave".
● Grave: Presencia de muchos síntomas aparte de los necesarios para el diagnóstico o
de varios síntomas particularmente graves, o los síntomas producen deterioro notable
del funcionamiento social o laboral.
Esta categoría se utiliza cuando el clínico decide no especificar la razón por la cual no
se cumplen los criterios del trastorno por déficit de atención/hiperactividad o de un trastorno
específico del neurodesarrollo, y abarca situaciones donde la información disponible no es
suficiente para hacer un diagnóstico más específico.
● Lectura de palabras imprecisa o lenta y con esfuerzo (p. ej., lee palabras sueltas en
voz alta incorrectamente o con lentitud y vacilación, con frecuencia adivina palabras,
dificultad para expresar bien las palabras).
● Dificultad para comprender el significado de lo que lee (p. ej. puede leer un texto con
precisión pero no comprende la oración, las relaciones, las inferencias o el sentido
profundo de lo que lee).
● Dificultades ortográficas (p. ej., puede añadir, omitir o sustituir vocales o
consonantes).
38
● Dificultades con la expresión escrita (p. ej., hace múltiples errores gramaticales o de
puntuación en una oración, organiza mal el párrafo, la expresión escrita de ideas no es
clara).
● Dificultades para dominar el sentido numérico, los datos numéricos o el cálculo (p.
ej., comprende mal los números, su magnitud y sus relaciones, cuenta con los dedos
para sumar números de un solo dígito en lugar de recordar la operación matemática
como hacen sus iguales, se pierde en el cálculo aritmético y puede intercambiar los
procedimientos).
● Dificultades con el razonamiento matemático (p. ej., tiene gran dificultad para aplicar
los conceptos, hechos u operaciones matemáticas para resolver problemas
cuantitativos).
Se han de cumplir los cuatro criterios diagnósticos basándose en una síntesis clínica
de la historia del individuo, informes escolares y evaluación psicoeducativa.
3.1.6.1. Trastorno del desarrollo de la coordinación. Este trastorno cuenta con los
siguientes criterios diagnósticos establecidos en el DSM-5:
Especificar si:
Especificar si:
3.1.6.3.1. Trastorno de la Tourette. Este trastorno cuenta con los siguientes criterios
diagnósticos establecidos en el DSM-5:
A. Los tics motores múltiples y uno o más tics vocales han estado presentes en algún
momento durante la enfermedad, aunque no necesariamente de forma concurrente.
40
D. El trastorno no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej.,
cocaína) o a otra afección médica (p. ej., enfermedad de Huntington, encefalitis posvírica).
A. Los tics motores o vocales únicos o múltiples han estado presentes durante la
enfermedad, pero no ambos a la vez.
D. El trastorno no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej.,
cocaína) o a otra afección médica (p. ej., enfermedad de Huntington, encefalitis posvírica).
Especificar si:
3.1.6.3.3. Trastorno de tics transitorio. Este trastorno cuenta con los siguientes
criterios diagnósticos establecidos en el DSM-5:
B. Los tics han estado presentes durante menos de un año desde la aparición del
primer tic.
D. El trastorno no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej.,
cocaína) o a otra afección médica (p. ej., enfermedad de Huntington, encefalitis posvírica).
Una presentación que se puede especificar utilizando "otro especificado" es, por
ejemplo, la siguiente:
Los niños con trastornos del espectro autista suelen tener una discapacidad más
pronunciada en las relaciones sociales y el lenguaje en comparación con otros niños con la
misma discapacidad intelectual. Por otro lado, la discapacidad intelectual se caracteriza por
comenzar antes de los 18 años.
3.2.2.4. Regresión del lenguaje. La pérdida del habla y del lenguaje en niños menores
de 3 años puede indicar un trastorno del espectro autista con regresión del desarrollo o una
condición neurológica específica, como el síndrome de Landau-Kleffner. En niños mayores
de 3 años, la pérdida del lenguaje puede ser un síntoma de crisis epilépticas, por lo que se
requiere una evaluación diagnóstica para descartar la epilepsia (incluyendo
electroencefalogramas normales y durante el sueño).
ser específicas para el aprendizaje, sino para su aplicación. Sin embargo, la coincidencia de
ambos trastornos es posible.
Conclusiones
1. En conclusión, la evaluación y el diagnóstico de los trastornos del neurodesarrollo son
procesos críticos que requieren una atención cuidadosa y especializada. A lo largo de
esta exploración, hemos comprendido la importancia de estos procesos en el abordaje
de condiciones que afectan el desarrollo cognitivo, emocional y conductual de niños y
adolescentes. Es fundamental reconocer que la evaluación y el diagnóstico no solo
son pasos iniciales en la comprensión de los trastornos del neurodesarrollo, sino que
también establecen la base para el diseño de planes de intervención individualizados y
efectivos. Un diagnóstico preciso y temprano permite a los niños y sus familias
acceder a servicios y apoyos necesarios, lo que puede mejorar significativamente el
pronóstico a largo plazo y promover un desarrollo óptimo. La colaboración
interdisciplinaria entre profesionales de la salud, educadores, padres y cuidadores es
esencial para garantizar una evaluación integral y una atención coordinada.
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