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TEMA4: EL BARROCO. LA PROSA DEL SIGLO XVII.

1.- MARCO HISTÓRICO-SOCIAL

El siglo XVII está marcado por la decadencia, política y social. Gobiernan los llamados
Austrias menores: Felipe III, Felipe IV, y Carlos II. Su reinado coincide con la pérdida del
poder del rey en favor de validos: consejeros como el Conde Duque de Olivares, que
gobiernan en beneficio propio. España pierde su dominio en Europa y Portugal se
independiza.
A esta pérdida de poder político se une el ocaso de la economía, que desaprovecha la
riqueza del Nuevo Mundo. La expulsión de los judíos y moriscos intensifican el descenso
demográfico; el abandono del campo hace que las ciudades se pueblen de personas
desocupadas, vagabundos y mendigos, panorama que ya reflejaba el Lazarillo.
2.- MARCO CULTURAL.
A. La cultura barroca.
Con la palabra Barroco se designa la cultura del siglo XVII. Se relaciona con la
Contrarreforma, por ello tiene un definido carácter religioso. La iglesia reafirmó su doctrina,
defendió sus tradiciones y reformó sus costumbres, para defenderse de los protestantes.
Predomina el tono pesimista y desengañado que deriva de la crisis general, supone el
abandono definitivo de los ideales renacentistas. El hombre barroco reflexiona sobre la
fugacidad de la vida y la presencia constante de la muerte. Destacan los temas que aluden
al desengaño o la apariencia, como la muerte, las ruinas, la vida como sueño…
No todos responden de la misma forma ante esta decadencia. Se definen tres posturas:
- La evasión de la realidad, con contenidos heredados del Renacimiento: se cultivan
formas que buscan la Belleza; y la prosa pastoril o cortesana.
- El enfrentamiento, la rebeldía y el inconformismo.
- El conformismo, que se percibe en la mayor parte de las obras teatrales.
B. El arte barroco.
Sin embargo, el arte es brillante y variado. Es un arte de propaganda monárquica o
religiosa. Su objetivo es provocar admiración, sorpresa: sustituye el ideal renacentista de
elegancia, sencillez, equilibrio y naturalidad, por el gusto por el dinamismo, lo difícil y
artificioso.
Es una época de contrastes sociales y artísticos. El hombre vive con
amargura, pero también es una época de fiestas cortesanas, celebraciones
religiosas y espectáculos populares. Se puede entender al Barroco como
una evolución del arte renacentista (mismos temas, métrica, recursos…)
pero llevado al extremo. El arte barroco presenta una realidad exagerada,
irreal: o la idealiza y embellece, o la degrada hasta lo más bajo y grosero.
Combina lo culto con lo popular; el idealismo embellecedor junto a un
descarnado realismo; el pesimismo, el tono angustiado, con la actitud
El Barroco fue una era de divertida y burlesca; la religiosidad con el tono sensual y burlesco; los temas
contrastes extremos
considerables. serios y los tópicos clásicos con el gusto por lo intrascendente o trivial (p. ej.
El enano Sebastián de Morra, el tratamiento burlesco de los mitos o los tópicos).
de Velázquez.

C. Tendencias estilísticas.
El estilo más característico de la época es el conceptismo, que tiende a una gran
complicación (dificultad) conceptual: condensa el pensamiento (expresar mucho con pocas
palabras), buscando sorprender mediante el ingenio,
con los más variados juegos de palabras:
- Dilogías: uso en una frase de palabras con
doble sentido; pueden ser homófonos (honda/onda) y
homógrafos. Ej.: “La nariz, casi tan roma como la del
Santo Padre” (roma tiene doble sentido: por un lado, significa
que nariz chata, aplastada; por otro, dice que es tan Roma como la
ciudad donde reside el Papa).
- Paronomasias. Uso de parónimos; ej.: “Oh,
gran río, gran rey de Andalucía”. El arte del Barroco tiene abundancia excesiva de
adornos. En esta literatura predominan elementos
- Oxímoron: Uso, en el mismo sintagma, de dos excesivamente decorativos (metáforas, cultismos).
términos opuestos. Ej.: “Es hielo abrasador, es fuego
helado”.
- Otras, como: las metáforas originales, ingeniosas (a una gruta la llama Góngora:
“Formidable bostezo de la tierra”); paradojas (unión de dos ideas aparentemente
contradictorias; p.ej.: “el avaro, en sus riquezas pobre”); antítesis, paralelismos…
Se denomina culteranismo o gongorismo al estilo de Luis de Góngora y sus seguidores.
Abunda el léxico sensorial y colorista (con un contraste básico entre el blanco y el rojo), se
incorporan numerosos cultismos léxicos y sintácticos (la sintaxis se complica con la
acumulación de hipérbatos, referencias mitológicas y se rinde culto a la belleza. Si Góngora
es la figura representativa del estilo culterano, la del conceptismo es Francisco de Quevedo.

3.- LA PROSA.

3. A. Panorama general.

Desaparecieron algunos géneros narrativos y surgieron otros: así, la


prosa satírica, moral y doctrinal, alcanzó gran apogeo. Cabe distinguir dos
tendencias:
A) Prosa narrativa. Desaparece la novela pastoril y de caballerías;
aparecen la novela satírica (sátira de costumbres) y la novela filosófico-
alegórica. La novela picaresca evoluciona y alcanza gran esplendor.
B) Prosa crítica y doctrinal: prosa satírica, moral, política, o de crítica
literaria. Como oposición a la
idealización del
Renacimiento, esta época
3. B. La novela picaresca. enfoca de forma crítica o
alegre todo tipo de asuntos
Continuó la estructura novelesca del Lazarillo: incluidos en los géneros
- Relato autobiográfico de un protagonista de origen humilde. poéticos “serios”:
costumbres, oficios, tipos
- Explicación de una situación de deshonor aceptada por el personaje. humanos (la mujer…), mitos,
- La lucha por la supervivencia es el motor del pícaro (tema del hambre). etc.

Se consagra con la publicación del “Guzmán de Alfarache”, de Mateo Alemán, que añadió
nuevos rasgos:
- La intención moralizadora: en medio de la acción se insertan discursos moralizantes, que
provoca un proceso de “desnovelización” (la novela adquiere características de otros
géneros).
- La amargura y el sarcasmo, provocados por el pesimismo barroco, refleja una imagen
despiadada de la realidad.
- El realismo del Lazarillo se transforma en una deformación de la realidad.
Este proceso culmina en la Vida del Buscón llamado Pablos, de Quevedo, que acumula
recursos retóricos típicos del Barroco: hipérboles, juegos de palabras como antítesis,
dilogías…

4. Miguel de Cervantes.

4.1. Vida. [preguntas cortas y concretas]

La vida de Miguel de Cervantes Saavedra transcurrió entre dos épocas: la renacentista y


la barroca. Creció y se educó en el ambiente del humanismo renacentista, pero presenció
las primeras señales de la decadencia política y económica del siglo XVI. Su obra refleja ese
período de transición y crisis.

Nació en Alcalá de Henares (1547) en el seno de una familia de vida deambulante en la


que abundaban los problemas. En 1569 marcha a Italia como secretario del cardenal
Aquaviva, posiblemente huyendo a causa de herir a un hombre en un duelo. Se alistó como
soldado, y participó en la batalla naval de Lepanto (1571), donde perdió la movilidad del
brazo izquierdo. Permanece como militar en diversos lugares italianos. A su vuelta a España
en la galera Sol, en 1575 es apresado junto a su hermano Rodrigo por los corsarios turcos
frente a las costas de Valencia, y conducido a Argel. Allí está cautivo durante cinco años.

Rescatado, vuelve a España. Parece que tiene amores con una mujer casada y nace de
ellos una hija natural, Isabel Saavedra, aunque existe la sospecha de que ésta fue hija de
una hermana soltera de Cervantes. En 1584 se casa con Catalina de Salazar, natural de
Esquivias, donde vivirá durante tres años, pues marcha de allí dejando a su mujer, e inicia
un largo periodo de estancia en Andalucía como recaudador de impuestos, requisando
alimentos para el ejército y acumulando problemas: fue excomulgado y encarcelado dos
veces en Sevilla.

Marcha a vivir a Valladolid, donde residía la Corte, en compañía de su mujer, su hija, sus
dos hermanas y la hija natural de una de ellas. Allí vuelve a conocer la prisión por un oscuro
asunto relacionado con la muerte de un hombre en la puerta de su casa. Sus años finales
en Madrid se complican por problemas familiares: nueva prisión, desavenencias con su
supuesta hija, dificultades económicas. Murió en Madrid el 23 de abril de 1616.

4.2. Temas y sentido de El Quijote.

El propósito inicial de Cervantes es desterrar el gusto por las novelas de caballerías. A


este propósito se une el de resumir la narrativa de la época. Por un lado, presenta varios
elementos de la narrativa anterior, pero ofrece elementos originales:

- Los libros de caballerías narraban historias de ambientación medieval: el


protagonista era un caballero que, por amor de una dama, se veía empujado
a protagonizar aventuras y hazañas extraordinarias. El protagonista del
Quijote es un personaje viejo, hidalgo y pobre, mientras que los caballeros
andantes eran jóvenes, vigorosos y nobles. Representa la realidad
inmediata, no el mundo remoto de la caballería.

- Mantiene el tema del amor cortés, mediante la relación de vasallaje y la


espiritualización: la amada es un cúmulo de perfecciones; el caballero se Dulcinea del Toboso,
siente ligado a ella por una relación de vasallaje. de Charles R. Leslie.

- Recrea el tema de la locura (ej. Erasmo de Rotterdam: Elogio de la locura). Identifica el


heroísmo con la locura, el más lamentable de los estados.
- Fusiona lo real y lo ideal, transformando la realidad: los venteros se convierten en nobles
señores, los molinos, en gigantes, etc. Es, por un lado, el retrato de la sociedad de la época;
por otro, presenta el inicio del declive del poder político de España a través de un hidalgo
que trata de cambiar su vida mediocre por otra propia del esplendor de tiempos pasados.

4.3. Técnicas narrativas.

Entre las principales aportaciones de Cervantes se encuentran diferentes técnicas


narrativas en la construcción del relato, que lo convierten en la primera novela moderna.
1.- La multiplicidad de narradores. Inventa un historiador moro autor de la obra (Cide
Hamete Benengeli), que sería el autor de la obra. Un “morisco aljamiado”, traductor del texto
árabe. Un segundo autor, Cervantes, que aparece en la obra. Y un narrador omnisciente, un
primer autor, que aparece como investigador que recoge datos sobre la historia de don
Quijote en archivos de la Mancha, que conoce previamente la obra porque ha leído el
manuscrito de Cide Hamete. Se dirige al lector (“Tú, lector, pues eres prudente, juzga lo que
te pareciere”), y frecuentemente aparece juzgando los sucesos y comportamientos de los
personajes. Además, en las historias intercaladas, cada personaje es el narrador de su
propia historia.
2.- El contrapunto: desarrollo simultáneo de dos acciones que, sin tener relación, se
desarrollan a la vez: el argumento salta continuamente de las acciones de un personaje a
las de un segundo. [Por ejemplo: cuando Sancho es nombrado gobernador de la ínsula
Barataria, el argumento se divide en dos hilos: uno que seguirá a Sancho en la ínsula y el
otro que acompañará a don Quijote en el palacio de los Duques.]
3. El perspectivismo, que podemos definir como el uso de diferentes puntos de vista
ante una misma realidad: la realidad no está definida por el narrador, sino que el relato ofrece
las impresiones de cada personaje nos da del mundo. [Un claro ejemplo aparece en el
tratamiento del “baciyelmo”: “…así, eso que a ti te parece bacía de barbero me parece a mí
el yelmo de Mambrino, y a otro le parecerá otra cosa”. Ya en el capítulo I de la primera parte,
declara que existen diversos autores de la historia, que no acaban de ponerse de acuerdo
sobre el nombre del caballero: “…al cabo se vino a llamar «don Quijote»; de donde, como
queda dicho, tomaron ocasión los autores desta tan verdadera historia que sin duda se debía
de llamar «Quijada» , y no «Quesada», como otros quisieron decir…”. En las innumerables
aventuras, amo y escudero defienden puntos de vista distintos.]
4.- La metanarración: Cervantes va aclarando a lo largo de la novela las dificultades que
le plantea su elaboración. Al mismo tiempo, encontramos la crítica literaria o el análisis de la
obra dentro de la obra. [Así, en la segunda parte, los personajes han leído la primera y hablan
sobre ella. Escuchamos a Sancho poner en conocimiento de Don Quijote, que sus hazañas
ya están en libros “…anoche llegó el hijo de Bartolomé Carrasco, que viene de estudiar de
Salamanca… y yéndole yo a dar la bienvenida me dijo que andaba ya en libros la historia de
vuestra merced, con nombre del Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha…”.] Son
constantes las referencias y comparaciones con los libros de caballerías.

ANTOLOGÍA Y ACTIVIDADES.
ANTOLOGÍA Y ACTIVIDADES.
TEXTO 1 Y 2.
La novela picaresca alcanzó con el Buscón de Quevedo una de sus cotas más altas,
por su visión distorsionada y caricaturesca de la realidad y por su lenguaje,
tremendamente elaborado. Lee los textos y realiza las actividades.

Determinó, pues, don Alonso de poner a su hijo en pupilaje1; lo uno por apartarlo de su
regalo, y lo otro por ahorrar de cuidado. Supo que había en Segovia un licenciado Cabra,
que tenía por oficio el criar hijos de caballeros, y envió allá al suyo, y a mí para que le
acompañase y sirviese.
Entramos, primer domingo después de Cuaresma, en poder de la hambre viva, porque tal
lacería2 no admite encarecimiento. Él era un clérigo cerbatana, largo3 solo en el talle, una
cabeza pequeña, pelo bermejo (no hay más que decir para quien sabe el refrán 4, los ojos
avecindados en el cogote, que parecía que miraba por cuévanos 5, tan hundidos y oscuros,
que era buen sitio el suyo para tiendas de mercaderes 6; la nariz, entre Roma y Francia7,
porque se le había comido de unas búas8 de resfriado, que aun no fueran de vicio porque
cuestan dinero; las barbas descoloridas de miedo de la boca vecina, que, de pura hambre,
parecía que amenazaba a comérselas; los dientes, le faltaban no sé cuántos, y pienso que
por holgazanes y vagabundos se los habían desterrado; el gaznate largo como de avestruz,
con una nuez tan salida que parecía que se iba a buscar de comer forzado de la necesidad;
los brazos secos, las manos como un manojo de sarmientos cada uno. Mirado de medio
abajo, parecía tenedor o compás, con dos piernas largas y flacas. Su andar muy espacioso;
si se descomponía algo, le sonaban los huesos como tablillas de San Lázaro9. La habla
ética10; la barba grande, que nunca se la cortaba por no gastar, y él decía que era tanto el
asco que le daba ver la mano del barbero por su cara, que antes se dejaría matar que tal
permitiese; cortábale los cabellos un muchacho de nosotros. Traía un bonete los días de sol,
ratonado11 con mil gateras y guarniciones de grasa; era cosa que fue de paño, con los fondos
en caspa. La sotana, según decían algunos, era milagrosa, porque no se sabía de qué color
era. Unos, viéndola tan sin pelo, la tenía por de cuero de rana; otros decían que era ilusión;
desde cerca parecía negra, y desde lejos entre azul. Llevábala sin ceñidor; no traía cuello ni
puños. Parecía, con los cabellos largos y la sotana mísera y corta, lacayuelo 12 de la muerte.
Cada zapato podía ser tumba de un filisteo13. Pues su aposento, aun arañas no había en él.
Conjuraba los ratones de miedo que no le royesen algunos mendrugos que guardaba. La
cama tenía en el suelo, y dormía siempre de un lado por no gastar las sábanas. Al fin, él era
archipobre y protomiseria14.
1 Pupilaje: Internado para jóvenes. 2 Lacería: Miseria, pobreza. 3 Cerbatana: Alto y largo como las cerbatanas; largo, jugando con
el doble sentido (dilogía) de la palabra: alargado, y generoso. 4 El refrán dice: “Ni perrro ni gato de aquella color”, porque de pelo
rojizo era, según la tradición, Judas en traidor 5 Cuévano: Cesto grande y hondo. 6 Expresión habitual entre los satíricos barrocos:
alude a la costumbre de los comerciantes judíos de instalar sus tiendas en lugares oscuros para que los compradores no vieran los
defectos del género que vendían. 7 Entre Roma y Francia: Juego de palabras con el doble sentido de Roma, la capital italiana, y nariz
roma o chata. Por otra parte, cuando habla de que la nariz está en Francia se refiere a la sífilis, una enfermedad de transmisión sexual
que, en España se llamaba el «mal francés». Esta enfermedad, en sus últimos estadios solía manifestarse con bultos y tumores por la
cara; el licenciado Cabra tenía estos tumores en la nariz, pero no eran por el «mal francés», que se contagiaba fundamentalmente a
través del trato con prostitutas y, por tanto, pagando, sino por catarros mal curados. 8 Búas: Bubas, úlceras o pústulas de la piel,
suelen tener origen sifilítico, cuando proceden del vicio. 9 Tablillas de San Lázaro: Eran tres tablillas unidad por un cordel que hacían
sonar para pedir limosna para los leprosos del Hospital de San Lázaro. 10 Ética: Hética, tísica; enferma, débil. 11 Juego de palabras
entre ratonado, como roído por los ratones; y gateras, agujeros por donde pasan los gatos. 12 Lacayo: Criado. 13 Los filisteos,
según la Biblia, eran de gran estatura y corpulentos. 14 El prefijo griego «archi» significa «superior» y en este caso, «muy»; y
«protomiseria», formado por el prefijo griego «proto» que significa «superioridad», para denotar la condición de primero en algún
orden, especialmente temporal.
A Señala las metáforas, las hipérboles, y los juegos de palabras más importantes del
texto.
TEXTO 3 .

Lee los siguientes fragmentos en los que se evidencia la multiplicidad de narradores


de El Quijote, y el juego de perspectivas narrativas a las que esta técnica da lugar.
Luego, resuelve las actividades.
a. Autores hay que dicen que la primera aventura que le avino fue la de Puerto Lápice; otros
dicen que la de los molinos de viento; pero lo que yo he podido averiguar en este caso, y lo
que he hallado escrito en los anales de la Mancha, es que él anduvo todo aquel día y, al
anochecer, su rocín y él se hallaron cansados y muertos de hambre. Quijote, I, cap. 2.
b. Venía, pues, como se ha dicho, don Quijote contra el cauto vizcaíno con la espada en alto,
con determinación de abrirle por medio, y el vizcaíno le aguardaba asimismo levantada la
espada y aforrado con su almohada, y todos los circunstantes estaban temerosos y colgados
de lo que había de suceder de aquellos tamaños golpes con que se amenazaban. […] Pero
está el daño de todo esto que en este punto y término deja pendiente el autor de esta historia
esta batalla, disculpándose que no halló más escrito de estas hazañas de don Quijote, de
las que deja referidas. Bien es verdad que el segundo autor de esta obra no quiso creer que
esta tan curiosa historia estuviese entregada a las leyes del olvido, ni que hubiesen sido tan
poco curiosos los ingenios de la Mancha, que no tuviesen en sus archivos o en sus
escritorios algunos papeles que de este famoso caballero tratasen; y así, con esta
imaginación, no se desesperó de hallar el fin de esta apacible historia, el cual, siéndole el
cielo favorable, le halló del modo que se contará en la segunda parte. Quijote, I, cap. 8
c. Estando yo un día en Alcaná de Toledo, llegó un muchacho a vender unos cartapacios y
papeles viejos a un sedero; y como yo soy aficionado a leer aunque sean los papeles rotos
de las calles, llevado de esta mi natural inclinación tomé un cartapacio de los que el
muchacho vendía y vile con caracteres que conocí ser arábigos. Y puesto que aunque los
conocía no los sabía leer, anduve mirando si parecía por allí algún morisco aljamiado que
los leyese, y no fue muy dificultoso hallar intérprete semejante, pues aunque le buscara de
otra y mejor y más antigua lengua le hallara. En fin, la suerte me deparó uno, que diciéndole
mi deseo y poniéndole el libro en las manos, le abrió por medio y leyendo un poco en él, se
comenzó a reír. […] Con esta imaginación, le di priesa que leyese el principio, y haciéndolo
así, volviendo de improviso el arábigo en castellano, dijo que decía: Historia de don Quijote
de la Mancha, escrita por Cide Hamete Benengeli, historiador arábigo. […] Aparteme luego
con el morisco por el claustro de la iglesia mayor, y roguele que me volviese aquellos
cartapacios, todos los que trataban de don Quijote, en lengua castellana, sin quitarles ni
añadirles nada, ofreciéndole la paga que él quisiese. […] Otras algunas menudencias había
que advertir, pero todas son de poca importancia y que no hacen al caso a la verdadera
relación de la historia, que ninguna es tan mala como sea verdadera. Quijote, I, 9
d. Cuenta el sabio Cide Hamete Benengeli que, así como don Quijote se despidió de sus
huéspedes y de todos los que se hallaron en el entierro del pastor Grisóstomo, él y su
escudero se entraron por el mismo bosque donde vieron que se había entrado la pastora
Marcela; y habiendo andado más de dos horas por él, buscándola por todas partes, sin poder
hallarla, vinieron a parar a un prado lleno de fresca yerba, junto al cual corría un arroyo
apacible y fresco. Quijote, I, 15
e. Es tan clara, que no hay cosa que dificultar en ella: los niños la manosean, los mozos la
leen, los hombres la entienden y los viejos la celebran; y, finalmente, esta trillada y tan leída
y tan sabida de todo género de gentes, que apenas han visto algún rocín flaco, cuando dicen:
«Allí va Rocinante». Quijote, II, 3
B) Identifica a todos los narradores que aparecen en estos textos.
C) ¿Quién narra el texto B? ¿A cuántos narradores menciona?
D) ¿En qué texto aparece la técnica del manuscrito encontrado?

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