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Dialnet CiudadCineYComunicacion 5862469
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Lorente
DOI: http://dx.doi.org/10.15304/ricd.1.4.3294
[ Data de recepción: 29 de abril de 2016
Data de aceptación: 13 de junio de 2016 ]
Resumen
La ciudad es el objeto de una doble producción. Como objeto físico es el resultado
de la intervención de disciplinas como el urbanismo, la arquitectura o la economía,
las cuales generan en la ciudad constantes procesos de construcción, destrucción y
transformación. Pero la ciudad es también un horizonte de sentido, el resultado de
un imaginario que la ciudadanía proyecta sobre el espacio urbano construido. Y en
la medida en que esta búsqueda y atribución de sentido se torna reflexiva, el sujeto
urbano se construye a sí mismo como ciudadano en relación con los demás, con la
diferencia y la alteridad.
Este trabajo trata de dar cuenta del modo en que el cine ha pensado y expresado los
procesos de intervención, las transformaciones y sentidos de la regeneración urbana
en las ciudades contemporáneas.
Abstract
The city is the subject of a double production. As a physical object is the result of
the intervention of disciplines such as urban planning, architecture or economics.
These interventions generate constant processes of construction, destruction and
transformation in the city. But the city is also an horizon of meaning, the result of an
imaginary that citizenship projects on the built urban space. And when this search
and attribution of meaning becomes reflexive, the urban subject constructs himself
as a citizen in relationship with others, with the difference and otherness.
This paper attempts to account for the way the film has thought and expressed the
intervention processes, transformations and urban regeneration meanings in con-
temporary cities.
Palabras clave
cine, imaginario, ciudad, regeneración urbana
Keywords
Cinema, imaginary, city, urban regeneration
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© 2015. Revista Internacional de Comunicación y Desarrollo, 4, 107-118, ISSN e2386-3730
Ciudad, cine y comunicación: escenarios de regeneración urbana
Sumario
1. Introducción
2. La ciudad como espacio de comunicación
3. Regeneración urbana y nuevos imaginarios fílmicos
4. La impugnación fílmica del pretexto verosímil
5. Conclusiones
Contents
1. Introduction
2. The city as a space for communication
3. Urban regeneration and new filmic imaginary
4. The filmic challenge of credible pretext
5. Conclusions
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ma construida del pensamiento urbano que (Lorente, Antolín y Fernández, 2007). De esta
denominamos ciudad. Toda película es un forma, las ciudades de oportunidad exhiben
artefacto comunicativo y un proyecto de senti- complejas arquitecturas tecnificadas, museos
do sustentados por una estrategia discursiva de arte contemporáneo y sofisticadas infraes-
destinada a poner en circulación ese encuen- tructuras de comunicaciones, donde antes
tro entre la forma fílmica y la forma construi- ocultaban espacios urbanos degradados y
da, y con él la significación. espacios industriales obsoletos.
Se trata en consecuencia de pensar la ciu- La mirada fílmica se postula como una for-
dad como un objeto, lugar de encuentro orga- ma del decir en el cine, como un discurso que
nizado de formas y de sustancias, de alguna opera entre lo visible y lo visual. Y es que, en
manera preformadas (Fabbri, 2004) por el la imagen cinematográfica, lo visible, la ima-
dispositivo urbano, y las películas que toman gen efectivamente encuadrada y proyectada,
a su cargo la representación de ese objeto y no se confunde con lo visual compuesto por
que acuden a ese encuentro con el fin de po- un amplio reservorio de saberes, intuiciones,
nerlo en escena con sus propias materias y emociones y expectativas que, desde el pun-
formas expresivas. to de vista del espectador, acechan desde el
Por esta razón, el cine al mismo tiempo fuera-de-campo a la espera de poder irrum-
que proyecta la imagen de la ciudad, proyec- pir en el marco visual. La vista que ofrece
ta también un imaginario, una red de valo- la ventana cinematográfica ya no ofrece un
res institucionalizados e intersubjetivamente mundo visible finito, limitado y clausurado,
compartidos acerca de lo que una sociedad, sino un dispositivo al mismo tiempo estético y
un colectivo o un determinado sujeto conside- sensible, político e ideológico que interpela y
ra qué es una ciudad y busca compartirlo con moviliza la competencia y el archivo visual del
otro sujeto, así mismo socialmente construi- espectador.
do, que denominamos espectador. Y ese en- La ciudad proyectada por el cine es tam-
cuentro cambiante entre una forma particular bién un proyecto de ciudad, una forma de
de manipular los materiales expresivos de la pensar y de construir en lo simbólico la ciu-
imagen y el imaginario urbano produce la di- dad. Las primeras imágenes urbanas, Sortie
versidad de miradas fílmicas sobre la ciudad. de l´usine Lumière à Lyon (Lumière, 1895) ya
La mirada fílmica, más allá de una forma ofrecían un imaginario de la ciudad moderna
particular de representación, representa una al escenificar una prosaica salida de obreros
estrategia del discurso fílmico que acude al bajo la forma de un espectáculo social similar
encuentro con la forma de la ciudad construi- a la salida de la iglesia o de una celebración.
da con el propósito de participar en lo que Pero, lo que los hermanos Lumière celebran
Jacques Rancière denomina un “reparto po- en esta pionera película urbana es la transfor-
lítico de lo sensible” (Rancière, 2014), una mación de la ciudad tradicional, con su skyli-
forma de organizar y disponer lo que accede ne de construcciones tradicionales entre las
al campo visual y al mismo tiempo diseccio- que despuntaban las cúpulas de las iglesias,
narlo, relegando fuera-de-campo aquellos por un nuevo escenario social, el de las fábri-
imaginarios urbanos concurrentes o disen- cas, estaciones de ferrocarril, vías de circula-
suales con la forma hegemónica de pensar y ción y chimeneas cuyo humo sumerge en una
de construir la ciudad en una época o en un espesa niebla los espacios y arquitecturas de
espacio discursivo determinado. Estos imagi- la ciudad histórica. Y si estas imágenes res-
narios disensuales con el proyecto de la me- ponden a un cambiante imaginario industrial
trópolis moderna, productiva y cosmopolita, tomado desde un punto de vista fijo, similar
constituyen la ciudad obscena, la ciudad de la al de un espectador estático que observa la
exclusión, de los arrabales, del suburbio y de escena, pronto descubrieron los Lumière que
los espacios periurbanos que el capitalismo lo propio de la ciudad moderna era la circula-
industrial y la máquina cinematográfica cohe- ción y el movimiento, por lo que no tardaron
rente con él desplazan hacia un vasto espa- en instalar la cámara en todo tipo de vehícu-
cio fuera-de-escena. Paradójicamente, estos los y movientes con el fin de ofrecer una vista
mismos espacios urbanos segregados serán en movimiento de sus calles y espacios pú-
los espacios de oportunidad de la ciudades blicos coherente con el imaginario urbano al
globales postindustriales y los nuevos esce- que la máquina fílmica servía. La imagen fíl-
narios del imaginario fílmico postmoderno mica transita por estos espacios, transforma
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la vista en una visita y el paisaje urbano en un el modo de pensar las tensiones y conflictos
recorrido, en un paseo o en una incursión, del que han reconfigurado la ciudad moderna y
mismo modo que el flâneur de Baudelaire se postindustrial bajo el imaginario de ciudades
adentraba en la ciudad en busca de imáge- segregadas, fragmentadas y en proceso de
nes que le sorprendan. disgregación. El cinematógrafo, a la vez que
La máquina de la visión cinematográfica elogiaba la gran ciudad moderna e industrial
se homologa así con la máquina urbana, con impulsó ideológicamente las migraciones del
los vehículos que transitan la ciudad, pero campo a la ciudad “para introducir en el pri-
también con la máquina productiva que ali- mero, los valores urbanos, productivos y con-
menta el crecimiento desmesurado de la ciu- sumidores, de la segunda” (González Reque-
dad industrial. En algunas de las primeras pe- na, 1988, p.13), de la misma manera en que,
lículas de los Lumière puede apreciarse este en su forma contemporánea, ha contribuido
movimiento sincronizado entre la máquina activamente también a la producción de un
urbana y la máquina cinematográfica bajo la imaginario global de ciudades dispuestas
forma paradigmática de un tren llegando a la para el consumo visual, turístico y comercial
ciudad. Pero en ellas, el tren no es el tema de de sus nuevos espacios emblemáticos.
la representación, sino una experiencia visual, La ciudad dual de los años 20, segrega-
un modo de descubrir la ciudad y su sentido da en espacios de ocio y producción puesta
productivo a través de una secuencia de imá- en escena en Metropolis (Lang, 1927) o en
genes que atraviesa los cinturones urbanos espacios rurales y urbanos, como Sunrise: A
hasta llegar a la estación central, en el cora- song of Two Humans (Murnau, 1927) o La al-
zón de la ciudad. Estas imágenes establecen dea maldita (Rey, 1930); las ciudades-collage
una relación inédita entre el centro y la perife- resultantes de la planificación urbana basada
ria, entre la urbe y el suburbio, entre lo urbano en los usos y funciones, como Impressionen
y lo rural similar a la experimentada por las vom alten marseiller Hafen (Moholy-Nagy,
masas de trabajadores que accedían por pri- 1929), Berlin Alexanderplatz (Jutzi, 1931) o
mera vez a la ciudad. Esas imágenes operan La ciudad y el campo (Velo y Mantilla, 1934),
en un espacio inefable, el de la expansión pe- cohabitan la ciudad segregada, resultante de
riurbana, más allá de los inciertos confines de la exclusión y la desigualdad, como ponen
la ciudad, donde se despliega un vasto terri- en escena Rien que les heures (Cavalcanti,
torio todavía por significar. Tras el primer tra- 1926), La coquille et le clergyman (Dulac,
velling urbano que constituye la totalidad del 1928) o M (Lang, 1931).
filme Panorama de l’arrivée en gare de Perra- Las distopías urbanas posbélicas y los
che pris du train (Lumière, 1896), y a lo largo nuevos realismos tuvieron también su con-
de la historia del cine, muchos otros trenes ci- tinuidad en el cine de la modernidad de los
nematográficos, reales o simulados, recorren años sesenta y setenta, el cual advertía en las
ese incierto territorio imaginario, como ocurre ciudades reconstruidas la forma fría y el bri-
en las denominadas sinfonías urbanas de en- llo de los espacios creados ex novo, como en
treguerras, entre ellas Berlin. Die Sinfonie der Play Time (Tati, 1967), carentes de historia,
Grosstadt (Ruttmann, 1927), Lisboa, crónica de memoria y de un tejido social que los dota-
anecdótica (Leitão de Barros, 1930) o A Bronx ra de sentido ciudadano. Por su parte, los rea-
Morning (Leyda, 1931). El cine de postguerra lizadores de las nuevas olas cinematográficas
tampoco será ajeno a estas experiencias vi- toman la ciudad como un espacio ambivalen-
suales como forma de hablar y pensar la ciu- te (París vu par..., Chabrol, Douchet, Godard,
dad, tal y como puede apreciarse en los nue- Pollet, Rohmer y Rouch, 1965), en el que al
vos realismos de Berlin Express (Tourneur, tiempo que se realizan en ella formas inéditas
1948), Europa´51 (Rossellini, 1952), Rocco de apropiación ciudadana y de realización del
e i suoi fratelli (Visconti, 1960) o en nuestro nuevo sujeto urbano, adquieren formas labe-
país, Surcos (Nieves Conde, 1951). rínticas y hojaldradas, lugares propicios para
Pero la tensión entre aquellas partes de derivas, pérdidas y erráticas deambulaciones
la ciudad que acceden al campo visual de la en los que los encuentros casuales, azarosos
representación fílmica y aquellas otras relega- y frecuentemente traumáticos abren grietas
das al fuera-de-campo, no se agota en el mero en la experiencia urbana por las que se cue-
juego de las formas expresivas, sino que se la el pasado negado, reprimido o paralizado,
proyecta sobre la forma del contenido, sobre como un imaginario de la ciudad colapsada
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transitan las fronteras disciplinares entre for- que la ciudad del filme se confunde con la
mas y estrategias de representación, ya sean ciudad construida, para desplegar la sombra
literarias, plásticas o fílmicas, al tiempo que de la sospecha sobre la convención de que
cuestionan sus convenciones, entre ellas, la la ciudad filmada sea conforme a la ciudad
propia figura autoral. Algunas de estas prácti- empírica. Por esta razón, el filme apenas ex-
cas, como el cine-ensayo, el cine poético o el hibe ciudad alguna, ni tramas urbanas, ni
falso documental, además de interrogar y se- espacios públicos, ni arquitecturas, sino que
ñalar las convenciones y censuras genéricas, habla de la ciudad a través de lo simbólico,
tratan de desbordarlas planteando nuevos de sus puertas o más bien, de sus puertos.
abordajes, precarios, fragmentarios, polémi- Habla de la ciudad contemporánea desde el
cos y disensuales. Como resultado de estas tráfico marítimo para erigir un nuevo interpre-
prácticas fílmicas, el objeto nostálgico de lo tante urbano, el contenedor. Y homologa ese
real se torna huidizo, ambiguo y subjetivo, contendor simbólico con otros contenedores
confrontándose abiertamente con la preten- más prosaicos, como los centros comercia-
dida objetividad de la imagen documental. les, los museos o las arquitecturas de diseño,
The Forgotten Space (2010), es un film- otros tantos operadores simbólicos que ope-
ensayo codirigido por el realizador Allan Seku- ran como reificadores o transformadores de
la y el teórico del cine Noël Burch que si algo las ciudades en proceso de regeneración en
documenta es un interrogante, no exento de objetos con valor de cambio y plusvalía.
inquietud, acerca del destino de las ciudades Pero el contenedor de The Forgotten Spa-
contemporáneas resultantes de los últimos ce es también el propio filme que navega evi-
procesos de regeneración urbana. Pese a que tando las procelosas aguas del verosímil do-
el filme renuncia a la representación explícita cumental para establecer relaciones inéditas
de la ciudad, aborda ésta como el nodo de entre la forma fílmica y la forma ideológica de
una intrincada red global de transporte marí- lo urbano. Estas nuevas relaciones extrañan
timo de mercancías, de la que los contenedo- la convención documental para situar al es-
res estandarizados (TIR) son su operador en pectador ante un juego de espejos en el que
el registro simbólico. él mismo se ve involucrado. Ese espectador
El contenedor TIR es un modelo concep- extrañado con el que el filme se dispone a dia-
tual que sirve tanto para la interpretación del logar, actúa a partir de ese momento en un
flujo del capital global, como para entender espacio social, el espacio del que nunca han
las últimas transformaciones urbanas en la salido ni el signo, ni el discurso, ni las prácti-
medida en que la regeneración urbana ha cas fílmicas, un espacio crítico abierto a múl-
provocado una intensa fragmentación del te- tiples posibles y futuros contingentes.
rritorio transformando los paquetes urbanos Otra película que aborda la transformación
resultantes en contenedores de oportunida- urbana de la ciudad china de Chengdu bajo el
des. pretexto documental es 24 City, del realizador
El film-ensayo tiene la particularidad de Jia Zhang-ke, quien pone también el foco de
alejarse de la pretensión de visibilidad, de dar atención en la deconstrucción del verosímil
a ver lo visible en la ciudad, para dirigir la mi- documental, pero ahora desde la perspectiva
rada hacia lo visual, esto es, hacia el modo en del trabajo de la forma fílmica. 24 City trata
que se han educado histórica y socialmente del desmantelamiento de un complejo urba-
las formas de ver. En este sentido, este tipo nístico-industrial destinado a la fabricación de
de cine introduce un desvío respecto de los componentes para el ejército y su demolición
criterios de objetividad y verosimilitud del do- para la construcción de un complejo urbanís-
cumental clásico, para poner el énfasis en la tico de lujo. El filme aborda la temática de la
forma del contenido, en la organización de las transformación urbana desde un tratamiento
ideas que median entre la representación y aparentemente documental, pero apelando a
el mundo. El contenedor TIR adquiere enton- la vez a la competencia intertextual del espec-
ces la función de un interpretante a través del tador para apreciar en la puesta en escena la
cual se trata de asociar la invisibilidad de la labilidad de los umbrales sobre los que des-
economía global con sus efectos insidiosos cansa la doxa documental y los presupuestos
en la regeneración urbana, con la fragmenta- de objetividad y verosimilitud.
ción y segregación del tejido urbano y social. 24 City se interesa por el desplazamien-
The Forgotten Space impugna la idea de to de tres generaciones de trabajadores del
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lugar al que hace más de medio siglo habían ideológica, del desarraigo y el nomadismo la-
sido convocados junto con sus familias, para boral global corre paralela a la deriva de una
contribuir a la nueva política productiva del forma expresiva plagada de grietas e inters-
país. Jia Zhang-ke entrevista a estos traba- ticios, de falsedad y ocultación, por las que
jadores y a sus familias desplazadas por la asoma también la ruina de la representación.
nueva modernidad, pero entretejiendo sus re- Los nómadas del mundo documentado, los
latos con recreaciones ficcionales para poner trabajadores y familias desplazadas se con-
en escena la ruina de la utopía moderna y a funden con los nómadas de la ficción, las
la vez la ruina de un relato hecho con jirones actrices que transitan por los filmes, provo-
y fragmentos de unos personajes tratados cando también un nomadismo en la lectura,
como juguetes rotos. un nomadismo espectatorial que adquiere la
Como advierte Umberto Eco, para la se- forma de una ironía intertextual.
miótica, “un signo es cualquier cosa que pue- La distancia irónica, lejos de ser ociosa,
da considerarse como substituto de cualquier provoca un desbordamiento de las restric-
otra cosa […], y por lo tanto, todo aquello que ciones del género documental, un ensancha-
sirve para mentir” (2000, p. 21) dando pie miento del horizonte del decir que se aleja de
a todo tipo de narrativas falsificadoras que la inmediatez de lo dicho. El espacio abierto
adoptando las convenciones discursivas del por el gesto irónico entre la expresión y el
verosímil introducen la inquietante idea de contenido se revela así como un espacio dis-
que lo dicho no corresponde con el decir, puesto para la actuación del espectador, para
y de que lo que la imagen muestra, pese a el establecimiento de lecturas y asociaciones
estar cubierto con todas las apariencias de inéditas entre la experiencia fílmica y la expe-
lo real, bien podría no ser otra cosa que un riencia del mundo. Un espacio en el que se
juego, una ironía o una perversión, dejando quiebra la ilusión y la identificación del es-
a la deriva cualquier proyecto de sentido y de pectador, al tiempo que identifica en el propio
lectura. Lo verosímil es algo que no es pre- gesto una actitud reflexiva, una advertencia
cisamente lo verdadero. Está allí en el lugar dirigida hacia la torsión infligida a la forma por
de lo verdadero, se parece a lo verdadero sin parte de la instancia de la enunciación.
serlo, con el objeto de significarlo. Este es pre- El falso documental produce un pliegue
cisamente el terreno en el que se mueve 24 en el discurso que desbarata la linealidad del
City, el de el falso documental o fake, una es- relato fílmico, su progresión dramática, gene-
trategia discursiva cuya finalidad no es tanto rando un vaivén, un movimiento de ida y vuel-
la de confundir o engañar al espectador como ta en el interior del propio film que conduce
alertarle, mediante un extrañamiento preven- hacia el momento en que se establecen las
tivo, frente a la confianza en la verosimilitud convenciones veridictorias y documentales
de las imágenes en tanto que repertorio cul- para violentarlas y extrañarlas con incursio-
turalmente organizado de convenciones y nes ficcionales. Y mediante ese mismo gesto,
de prescripciones que denominamos docu- el falso documental trata también de llamar
mentales. Esta es la “potencia de lo falso” la atención acerca de la intencionalidad de
que señala Gilles Deleuze (1989, p.178), su la figura que opera tales violencias en el film.
potencia artística y creadora, en el momen- Una vez rarificadas y sometidas a sospecha,
to en que la descripción cristalina y transpa- la lectura de las imágenes del mundo solo
rente de la imagen documental, asentada en puede sostenerse mediante la búsqueda de
un encuentro indiscernible entre lo real y lo un pretexto que, sin embargo, el filme no lle-
imaginario, da paso a la narración falsificante ga a explicitar. El espectador extrañado, como
que presenta alternativas indecidibles entre en el teatro épico brechtiano, es interpelado
lo verdadero y lo falso. para que proceda a la búsqueda del gestus
Con el fin de reconstruir el imaginario del social, para que vea a través del cine otras
proceso de transformación urbana, 24 City posibilidades de abordaje de una realidad
establece un diálogo fílmico entre un grupo compleja, poliédrica e inconsistente. Frente
de mujeres y el espectador, entre las que éste a la idea falaz de un mundo, el urbano, rela-
puede reconocer, a través de sus propias ex- tándose a sí mismo a través de las imágenes
periencias fílmicas previas, a las actrices que documentales, el falso documental llama la
actuaban en conocidas películas de ficción. atención acerca de la mediación de toda una
De esta forma, la poética de la ruina social e serie de estrategias discursivas que al mismo
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Estos relatos fílmicos se proponen sendas es- bajo el imaginario de la ciudad productiva e
trategias para una impugnación de la realidad industrial, la ciudad dual, fragmentada y des-
urbana autosuficiente y de las imágenes que igual o la ciudad de las oportunidades.
se presentan como testimonio bruto de haber En segundo lugar, aborda la ciudad como
estado allí, ante los acontecimientos, ajenas un campo de maniobras discursivas a través
a los juegos del relato documental. Impugnan de las cuales produce un extrañamiento ante
la falacia de que esas imágenes estarían en la aparente inmediatez referencial de las imá-
connivencia directa con el referente y con el genes documentales.
significante, pero a costa de expulsar el sig- Este desmontaje del realismo referencial
nificado. El desmontaje irónico y crítico de la de las imágenes toma lo visible como estra-
ilusión referencial las imágenes documenta- tegia para acercarse a lo invisible, cuestiona
les conduce a una sospecha paralela acerca aquello que ha quedado desplazado, exclui-
del significado de las mismas, hacia una in- do o fuera-de-escena para reformularlo a tra-
dagación acerca de los significados despla-
vés del ensayo de una mirada reflexiva, que
zados fuera de la escena de la regeneración
se interroga sobre lo que nos mira en lo que
urbana. Como señala Roland Barthes “la ex-
miramos, en el mundo como espejo de las in-
pulsión misma de lo significado en provecho
quietudes, de las obsesiones y del deseo del
del referente llega a ser el significado mismo
espectador. Nuevos imaginarios y operadores
del realismo: produce un efecto de realidad
fundamento de ese verosímil inconfesado” simbólicos de la ciudad en transformación
(1970, p.100), que las imágenes y el relato de toman posiciones en la estrategia del discur-
estas tres películas tratan de impugnar. so fílmico, abriendo fisuras en la aparente
naturalidad de las imágenes, creando zonas
5. CONCLUSIONES de confusión entre la realidad y la ficción
que sólo la experiencia y la competencia del
El cine piensa e imagina la ciudad en espectador pueden interpretar, poniendo en
transformación realizando un doble ejercicio cuestión el propio edificio fílmico mediante
formal. En primer lugar, como forma que pien- una diégesis precaria, transitable hacia uno
sa la ciudad en transformación, pone en es- y otro lado, entre lo representado y la repre-
cena las tensiones y conflictos que de manera sentación de los imaginarios de la ciudad en
insidiosa alimentan la regeneración urbana proceso de regeneración.
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NOTAS BIOGRÁFICAS
José Ignacio Lorente Bilbao es doctor en Ciencias de la Información por la Universidad del País Vasco. Profesor Titular del
Departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad. Autor, entre otras publicaciones, de Los suelos de la danza. Autoet-
nografías escenificadas de Frederick Wiseman, en Ausart alditzkaria (2015); Correspondencias fílmicas en la ciudad expandida:
Guerín-Mekas, en Ausart alditzkaria (2014); Representaciones y memoria de la ciudad, en Bidebarrieta (2007) o La ciudad en
el cine, en Bidebarrieta (2005).
Contacto: eneko.lorente@ehu.eus
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