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OBSERVAR

LA CIUDAD
AVE/2021

F OT OGR A F I A : F ot oci cl o
-OB SERVAR L A C IU DAD-

OBSERVAR LA CIUDAD
EL O R I GEN

Observar, como sinónimo de ver, implica distinguir, notar, vislumbrar,


percatarse, curiosear, presenciar, examinar, desentrañar. Inspeccionar, para
conocer la ciudad.
Conocer la ciudad, es adentrarse en las complejas relaciones establecidas
entre procesos sociales y estructuras espaciales, para comprender la serie
de razones encaminadas a construir las grandes aglomeraciones urbanas
actuales.
De ello se trata este trabajo, como resultado de una ardua tarea cotidiana
llevada a cabo como docente de la catedra de Urbanismo 1, de la carrera de
Arquitectura, de la Universidad Nacional de Asunción, Paraguay.
En este marco, lo que a continuación se desarrolla, pretender ser un
respetuoso agradecimiento, a los demás docentes y auxiliares de la catedra,
quienes, con absoluta generosidad, han aportado en la formación y
consolidación del saber en este grupo humano.
Así mismo elevar el reconocimiento a los numerosos estudiantes, por haber
permitido que en estos años, aprendamos y crescamos juntos.
Para ellos va este aporte.

Prof. Arq. Anne von Eckartsberg

Asunción 2021
-OB SERVAR L A C IU DAD-

VISIONES

La ciudad es un organismo extraordinariamente complejo producido por la


sociedad que la habita y es, sin duda una de las magníficas creaciones del
género humano, una creación, artística anónima y colectiva.
Desde la antigüedad hasta la ciudad de hoy, en cada uno de los momentos
de la vida urbana, en cada una de las realizaciones físicas que cada sociedad
construyo, pueden leerse claramente los valores, creencias y modos de vida
de quienes la habitaron, entender la economía, las creencias populares y
religiosas, la cultura, los conflictos, “su complejidad”, “La ciudad es la expresión
de la sociedad que la construye y habita. La ciudad es un palimpsesto”
Arq. Cesar Naselli.

En la Observación, se destacan siete visiones principales:


PRIMERA VISION sobre: El fenómeno Urbano
SEGUNDA VISION sobre: La evolución del pensamiento
TERCERA VISION sobre: La ciudad y el sistema urbano
CUARTA VISION sobre: El Espacio Urbano, como espacio colectivo
QUINTA VISION sobre: La Morfología urbana, como el contenedor de la vida
en ciudad
SEXTA VISION sobre: La imagen de la ciudad y la valoración apreciativa como
producto de la misma
SEPTIMA VISION sobre: La Renovación urbana, mecanismo que nos permiten
actuar sobre la ciudad
Estas visiones permiten comprender la vida de la ciudad, al poner de
manifiesto la diversidad de componentes y su lógica estructural.
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PRIMERA VISIÓN
EL FEN O M EN O UR B A N O

“Hace ya más de quince años que el geógrafo Georges Chabot empleó por
primera vez la expresión fenómeno urbano para caracterizar el prodigioso
desarrollo de las ciudades en la época contemporánea”. Este vocablo,
subraya el aspecto proteiforme de las ciudades, su proliferación anárquica
e inquietante, la variedad de disciplinas que abarcan, la importancia
económica y social que revisten como cuadro de vida para más de mil
millones de seres humanos.; El fenómeno urbano abarca en efecto realidades
múltiples y heterogéneas y puede ser estudiado con varios enfoques y con
preocupaciones muy diferentes por el arquitecto, el urbanista, el geógrafo,
economista.

URBANISMO ≠ URBANIZACIÓN

Conviene distinguir entre urbanismo y urbanización. El urbanismo podría


definirse brevemente como la ciencia de las ordenaciones urbanas, lo que
comprende «igualmente los trabajos de los constructores como los planos
de las ciudades o las formas urbanas características de cada época». La
significación del urbanismo es, por tanto, bastante ambigua; puesto que
el término designa del mismo modo una acción que va desde la simple
operación de limpieza pública a la ordenación completa de vastos conjuntos
urbanos, como una reflexión sobre su funcionamiento y sobre la racionalidad
de las decisiones a tomar concernientes a su evolución, o como una cierta
concepción estética o arquitectural de las ciudades. La urbanización tiene
un sentido más preciso: este término designa a la vez los diversos procesos
mediante los cuales una población se estructura en conjuntos urbanos y el
estudio científico sistemático de estos mismos conjuntos y de sus relaciones.
El geógrafo Philippe Pinchemel señala bien esta oposición cuando escribe:
«Mientras que el urbanismo clasifica los diferentes tipos de ordenación del
espacio urbano, estableciendo los principios de la organización urbana, la
urbanización clasifica los tipos de ciudad, de conocimientos, de estructuras
urbanas y por consecuencia intenta precisar los mecanismos del fenómeno
urbano». (…)

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LA URBANIZACIÓN CONTEMPORÁNEA
La urbanización acelerada que conoce el mundo contemporáneo hace de
día en día más necesaria una planificación del crecimiento urbano.

Población Urbana por Continentes


Fuente: “Perspectivas Mundiales de
Urbanizacion” (ONU 2014)

LA EX P L O S IÓ N U R B AN A
El crecimiento de las ciudades, ya grande en la época de la revolución industrial,
se ha acelerado sensiblemente en el siglo XX. Mientras que la población
mundial aumentaba el doble entre 1900 y 1950, la población urbanizada en
las ciudades de más de 20.000 habitantes crecía en el mismo tiempo en un
240 por 100 o sea casi cinco veces más, y este ritmo sigue aun acelerándose
en la mayoría de los países desde el fin de la Segunda Guerra mundial.

1. Las c a u sa s d e l c re c i mie n t o u r b an o

a) El crecimiento demográfico debe ser citado entre las primeras causas de la


urbanización. Los porcentajes medios de crecimiento anual de la población
mundial alcanzan valores elevados desde el boom demográfico de la
postguerra, sobrepasando a menudo el 1 por 100 en los países desarrollados
de raza blanca y del 2 al 3 por 100 con los países en vía de desarrollo. En la
medida en que este flujo de población se combina la mayor parte de las
veces con un éxodo agrícola y rural, resulta de ello una aceleración sensible
del crecimiento urbano.
b) El éxodo agrícola (partida de los trabajadores activos que dejan la
agricultura) y el éxodo rural (partida de los habitantes de las zonas rurales)
contribuyen, como en los primeros tiempos de la industrialización, a reforzar
el crecimiento urbano. Es notable además que en la época de la revolución
industrial la productividad del trabajo en la agricultura era demasiado débil,

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comparativamente a los elevados rendimientos en la industria, lo que explicaba


en parte la marcha de los campesinos. Parece, al contrario, que en nuestros días
es la productividad agrícola demasiado elevada para una población campesina
excedentaria, lo que impide un crecimiento suficiente de la renta de los agricultores
y precipita el éxodo agrícola. De este modo causas opuestas pueden producir
efectos comparables. Hay que añadir también el poder de atracción que en todo
tiempo ha ejercitado la ciudad sobre las masas campesinas, fascinación reforzada
aún más con los modernos medios de información y de comunicación.
c) La mejora de los transportes, la facilidad de comunicaciones y el acortamiento
de las distancias juegan igualmente un papel importante, al mismo tiempo como
causa y como consecuencia de la urbanización: «La segunda revolución urbana,
la de mitad del siglo XX, es la resultante del automóvil». El automóvil, al liberar al
trabajador de la obligación de residir en la proximidad de su lugar de trabajo,
«incita a la dispersión y el alejamiento, allí donde los terrenos son menos caros, la
naturaleza más próxima...». La ciudad prolifera y «una oleada de bloques sumerge
el espacio rural».
d) Finalmente es preciso mencionar la elevación general de las rentas como
causa que permite y fomenta la urbanización. Rentas más importantes suscitan
necesidades crecientes de espacio para el hábitat, tienen demanda de ocios en
constante aumento, equipos culturales diversificados, cuya implantación no es
rentable más que en las aglomeraciones urbanas de cierta talla.

2. Las i mp l i c a c i o ne s d e l c r e c im ie n t o u r b an o
Uno de los trazos más marcados de la urbanización contemporánea es el
prodigioso consumo de espacio que implica la extensión de las ciudades. Resulta,
pues, que entre dos ciudades próximas, el tejido urbano acaba por cubrir el medio
rural intersticial: se asiste entonces a la formación de un continuum urbano, a la
fusión de comunas que se yuxtaponían (como a la creación de «conurbaciones»)
(Lille-Roubaix-Tourcoing), a la aparición de verdaderas «nebulosas urbanas».
Esta extensión desmesurada del paisaje no existe sin plantear graves problemas
de orden económico y financiero, así como orden psicosociológico. Los Primeros
se refieren a la teoría de los valores territoriales, al precio del suelo urbano en
constante aumento y, más generalmente al costo de urbanización.
La extensión de las ciudades impone a los ciudadanos el recorrer largas distancias
para tomar contacto con la naturaleza y el campo. De aquí la amplitud de las

Conurbación de Randstad. Es el caso de


Róterdam-Ámsterdam, en los Países Bajos.

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migraciones de ocio que precipitan a los ciudadanos a las carreteras cada fin
de semana. Y también el desarrollo considerable de residencias secundarias, lo
que constituye una manera de exportación del fenómeno de la urbanización.
Otro aspecto del fenómeno es la proliferación anárquica de los suburbios;
con sus consecuencias diversas, ya se trate de la multiplicación de estructuras
uniformes carentes de gusto o de la aparición de estas perturbaciones
psicopatológicas ligadas a la vida en los grandes conjuntos y conocidas bajo
el nombre de «claustrofobia». Estas perturbaciones han sido probablemente
exageradas; sin embargo, no deja de ser cierto que el ciudadano tiene un
fuerte deseo de espacio, de verdor y de soledad, y que quiere encontrar en
los campos estas «estructuras de silencio».
Examinando los hechos, la urbanización parece desarrollarse la mayoría de
las veces de una manera anárquica. A despecho de loables esfuerzos para
encauzar el fenómeno a través de un conjunto de normas (legislación sobre
el permiso de construcción, voto de la ley de orientación urbana y territorial,
planes de ordenación y de urbanismo, etc.). Por tanto, los comienzos de la
planificación urbana y los estudios para la creación de nuevas ciudades
despiertan la esperanza de que la urbanización será un día dominada.
3. La r e no v a c i ó n u rb a n a
El crecimiento urbano va unido a menudo a un desinterés por el centro en
beneficio de la periferia. Este fenómeno tiene varias explicaciones: los centros
de las ciudades datan, al menos en la mayoría de los países europeos,
de varios siglos. Están cada vez menos adaptados a las condiciones de la
vida moderna (comodidad de acceso y de circulación, estacionamiento
de automóviles, grandes superficies de venta...). Además, hay que tener
en cuenta las preferencias de los ciudadanos por los espacios verdes de
las afueras. De aquí la necesidad de estudios previos a las operaciones de
renovación de los centros urbanos, a fin de remodelar su fisonomía y de
conferirles nuevas funciones, mejor adaptadas a las exigencias modernas.
Estos estudios de renovación son siempre delicados en Ia medida en que
intentan recortar el tejido urbano en sus partes vivas mas densas y más
costosas. Más problemático aparece todavía el salvamento de ciudades
antiguas amenazadas de asfixia.

Halles de Paris: Halles en 1863. Centro: Halles se convirtió en el corazón de la capital,


Propuesta del concurso de 1967 (Marot). El con una ciudad subterránea de diferentes
sector todavía incluía Les Halles y Beaubourg niveles.
como actuación única.
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4. La c re a c i ó n d e c i u d ad e s n u e v as

Como escribe Pierre Merlin, la noción de ciudad nueva es ambigua: Brasilia,


la orgullosa creación de Niemeyer, acampada en pleno desierto tropical;
Chandigarh, construida según los pianos de Le Corbusier, en Pendjab; Inuvik, la
estación polar canadiense enteramente edificada sobre pilares; las ciudades
nuevas que nacen en Israel, en Hungría, en Kazakhstan, no tienen en común
más que el hecho de haber sido creadas de una vez, como lo fueron antes
Versalles y La Roche-sur-Yon. Es naturalmente la experiencia de las New Towns
británicas, inspiradas en el ideal de las ciudades-jardín de Patrick Geddes y
de Ebenezer Howard, la que sirve aquí de referencia al planificador urbano.
La idea consiste en descongestionar las grandes metrópolis implantando
nuevos centros suficientemente alejados para vencer las principales fuerzas
centrípetas y evitar los conocidos inconvenientes de las comunas-dormitorios»
en la periferia inmediata de los grandes centros.
La historia del fenómeno urbano —ya se trate de la historia de las formas
urbanas (urbanismo) o de la historia de las fuerzas que han empujado a las
poblaciones a aglomerarse en las ciudades (urbanización) — es inseparable
de la historia general de las civilizaciones. Pero el rasgo más notable de la
evolución contemporánea es sin duda la toma de conciencia de la necesidad
de un dominio progresivo del fenómeno urbano.

Las tres ciudades, Chandigarh (izq.), Brasilia (centro) e Islamabad (der.)


según los planos originales de sus autores, Le Corbusier, Costa y Doxiadis.

BIBLIOGRAFÍA:
PIERRE-HENRI Derycke La economía Urbana. Capítulo 1. El Fenómeno Urbano. Instituto de
Estudios de Administración local.

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SEGUNDA VISIÓN
L A E V O L UC I Ó N D EL P EN S A MI EN T O
SINTE S IS D E L A E V O L UC I Ó N DE LA C I U DA D Y DE L
PENS AM I E NTO V INC U LA DO A S U M A T E RI A LI Z A C I ÓN
Discrepan investigadores y críticos sobre cuál sea el origen y la esencia misma
de la arquitectura:
EL MENHIR, LA CUEVA O LA CABANA.

Alineamientos de Carnac, Francia.

LA CUEVA: es la arquitectura como cobijo. Es la necesidad de habitar, de


cobijarse, de guarecerse. Arquitectura muda, sin significación, ni capacidad
de transmisión. Es una necesidad materializada en la propia tierra, las cavernas
que la naturaleza ofrecía como refugio.
LA CABAÑA: cuando al comienzo del Neolítico remite el clima glacial y el
hombre puede salir de la cueva y volcar su actividad hacia el exterior, los
nuevos métodos de obtención de recursos cambian su forma de vida.
El incremento de producción de víveres fue suficiente para eximir a algunas
personas de tener que consagrarse a la tierra y la capacitó para prestar
atención a otras tareas. Aparecen entonces las primeras manifestaciones
edilicias ideadas por el hombre, viviendas, cuadras, murallas, sistemas
constructivos indiferenciados que crean espacios variables en forma y
superficie y que llevan a algunos críticos a sostener que la principal aportación
del periodo Neolítico es la creación de la arquitectura, con una concepción
eminentemente funcionalista del hábitat.
Cabe referirse aquí a los CASTROS CELTAS, poblados fortificados construidos en
el primer milenio a C.

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• CIV I L IZ AC I Ó N E G IP C I A
EGIPTO: laboratorio arquitectónico.
La singularidad del fenómeno egipcio, lo hace a Egipto un verdadero
laboratorio arquitectónico. Apenas se encontrará otro país cuya estructura
sea tan simple y regular y ésta estructura geográfica facilita la abstracción y el
simbolismo de los conceptos fundamentales.
LAS NOCIONES DE ORIENTACION Y ORTOGONALIDAD LA HORIZONTAL Y LA
VERTICAL.
Se puede definir como eje mayor al curso del Nilo, que marca un eje
fluido, unidireccional, constante, que va desde las fuentes del Nilo hasta su
desembocadura: eje de gran importancia porque está ligado al proceso de la
vida que depende de él.

Antiguo Egipto. Mapa.

Junto a él, la clara organización del tiempo en jornadas determina la aparición


de un eje menor definido por el curso diario del sol, el cual – por su proximidad
a los trópicos – sale y se pone todos los días por el mismo sitio.
Esta permanencia como lógica constituye un proceso normal para los egipcios
y determina un eje transversal cuyos extremos son el este o levante y el oeste
o poniente. El este está ligado a la vida y el oeste está relacionado con la
muerte, creándose una dualidad y un simbolismo que hizo dedicar la margen
oriental del territorio a los vivos, mientras que la occidental quedaba reservada
a los muertos.
El Nilo y el Sol como eje mayor y menor, unidos son elementos fundamentales
de la naturaleza egipcia establecen una estructura espacial simple y traen
como resultado la orientación.
Por otra parte, la conjunción de estos dos ejes produce una consecuencia
fundamental, pues de su combinación surge una estructura espacial simple:
la retícula – la cuadrícula cuando ambos ejes se cortan perpendicularmente
– que a su vez define un plano: el plano horizontal que es el origen de la
arquitectura que se refiere a él como elemento orientado. Toda la arquitectura
parte del concepto de plano horizontal y se basa en la distinción de este y el
resto del espacio.
Pero hay otro elemento: la directriz vertical, que tiene también un origen vital.
La dirección vertical es resultado de la relación del plano horizontal en el que
estamos con la bóveda celeste; o sea, de la realidad con el infinito.
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• CIV I L IZ AC I Ó N G R I E G A
a) APORTACIONES GRIEGAS
En Egipto y en la Antigüedad re-clásica en general, tanto el hombre como las
cosas que lo rodeaban eran considerados como seres naturales que formaban
parte del cosmos.
Pero en la Grecia clásica del siglo V a C. la consideración filosófica cambia, se
dejan de lado los problemas cosmológicos y se centra sobre el hombre y sobre lo
humano.
Se considera a la ciudad como un agregado de elementos y autónomos. La
organización política griega no va más allá de la Polis, que es la vez la Ciudad y el
Estado – la Ciudad – estado– pues es el resultado de una decisión personal de vivir
políticamente, la cual se materializa en un espacio civil: el ágora.
Para Aristóteles, la Polis debe conservar cierta medida, como cada cosa de
este mundo y su tamaño ideal será “lo bastante pequeña para que todos los
ciudadanos puedan hablar y ser oídos en el ágora, y lo bastante grande para
poder guerrear con la Polis vecina”
En tanto que la acrópolis es el recinto amurallado de una ciudad griega, que
se constituía en la zona más alta y donde se emplazaban los templos y edificios
públicos más importantes, es decir está constituida por masas que articulan el
espacio, en donde el ágora es ante todo un espacio – una habitación exterior –
y los edificios sirven como fachadas para encerrarlo y darle forma. El verdadero
núcleo civil de la Polis, como espacio urbano es el ágora.
La civilización griega se expresa siempre al aire libre, puede entonces decirse
que la historia de la arquitectura clásica griega es esencialmente una historia
urbanística.
b) DE LA POLIS A LA CIVITAS
En Grecia, la Ciudad por excelencia es la ciudad mediterránea clásica donde el
elemento fundamental es la plaza.
“La urbe es, ante todo, esto: plazuela, ágora lugar para la conversación, la
disputa la elocuencia, la política”.

En el año 480 a. C., Hipodamo


de Mileto concibió la distribución
regular del espacio interior
de la ciudad de Mileto, con
calles rectas que se cortaban
perpendicularmente (plano
ortogonal). La ciudad se hallaba
rodeada de murallas, encerrando
en el espacio interior áreas de
cultivo.

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La Ciudad clásica es la ciudad política: la ciudad que va de la Polis griega a la


CIVITAS romana.
Los griegos conciben la Ciudad como un área de dimensiones finitas, abarcable
óptica y políticamente. Exceptuando acrópolis y ágoras, las ciudades de la
Grecia clásica eran un enjambre de células irregulares. Sin embargo, a través
del tiempo los griegos desarrollaron un concepto urbano general cuyas ideas
de diseño provenían de una larga experiencia y observación, y cuyos principios
fueron afirmados por Hipodamo de Mileto, vivió en Atenas en el siglo V a.C.
Citado por Aristóteles como creador del urbanismo.
Hipodamo propone unos trazados de calles regulares a lo largo de unos patrones
reticulares cuya inspiración deriva probablemente de Babilonia. Interpolando
plazas abiertas en la disposición en parilla, en el centro de la retícula sitúa el
ágora, espacio excluido del tráfico viario. Al igual que en la Polis clásica, en
la ciudad hipodámica faltan los ejes dominantes, y la posición de los edificios
principales está determinada por el espacio circundante. En el siglo V a.C. la
retícula ortogonal se convierte en norma para la planificación de la Ciudad.
La victoria de Queronea (338 a.C.) señala el fin de la Ciudad – Estado. La muerte
de Alejandro Magno y de Aristóteles, casi simultáneas, abre el mundo clásico
al mestizaje cultural del período helenístico que culmina urbanísticamente en la
Civitas romana.

•CIV IL IZ AC I Ó N R O M ANA
Para la trama y forma urbana los romanos buscan trazados regulares
geométricos o si esto no es posible, incluyen en las ciudades espléndidas
composiciones arquitectónicas, cuyo mejor ejemplo lo constituye la ciudad de
Roma.
Como principios urbanísticos los romanos enuncian: - la traza regular, - el límite
o limitación de la ciudad, - la preeminencia del viario y – la regularidad de las
manzanas o cuadras. La aplicación de estos principios fue imposible en Roma,
pero sí una y otra vez en las ciudades de la colonización, donde se destaca la
consolidación de los campamentos militares como la aportación más original y
regular de todas.

. En Roma, el desarrollo del imperio y la


influencia helenística, provocaron un
mayor grado de urbanización. El plano de
la ciudad se configura a partir de dos ejes
que se cortan en ángulo recto: el cardo
(orientación norte-sur) y el decumano
(orientación oeste-este). En el punto central
se localizan el pretorio, el foro y los templos.

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La Civitas romana, es de forma cuadrada o rectangular, rodeada


generalmente de murallas, y con una puerta en el centro de cada lado
correspondiente a sus dos calles principales, el cardo longitudinal y el
decumano transversal, que se cruzan en ángulo recto y dividen la ciudad
en cuatro cuartos o cuarteles. En su encuentro suelen situarse los elementos
ciudadanos principales.
Enfatizando los trazados viarios como estructurantes urbanos, puede decirse
que una Ciudad colonial romana, es un sistema reticular de calles cercadas
por un muro, pues primero se construye el recinto y se trazan las calles y solo
después se construyen los edificios públicos y privados, que se tratan como
elementos subordinados a la trama viaria, más que como composiciones
monumentales.
Aunque el carácter puramente utilitario, en el proceso de consolidación de la
ciuadad romana se destacan las infraestructuras urbanísticas. Aparecen así
los faros romanos, los acueductos, la red de calzadas que obliga a construir un
sinnúmero de puentes. Estas infraestructuras vinculan directamente realidad
urbana y realidad territorial e incrementan la proyección del urbanismo
romano en el Medievo.

• EL M E D IO E V O

Ante el derrumbamiento del Imperio Romano año 410, debía sustituirse la


Roma pagana por un nuevo Imperio espiritual. Frente a la ciudad de los
hombres, surge la ciudad de Dios: la Civitas DEI.
Este concepto idealista y platónico tendría influencia en todo el mundo
Occidental a lo largo de toda la Edad Media.
Pero la Civitas-Dei no está concentrada en un lugar concreto, sino dispersa
en todo el mundo cristiano. Y en él cobra singular importancia la jerarquía
organizativa de la realidad territorial; donde el Imperio, los reinos cristianos, las
comarcas y finís terraes vienen a formar parte de sistemas feudales y urbanos
complejos e interrelacionados.
El efecto más evidente de la crisis económica y política tras la caída del
Imperio romano había sido la ruina de las ciudades y la dispersión de sus
habitantes. La vida urbana se interrumpe y solo con posterioridad al año mil
surge una nueva vida civil, las ciudades vuelven a desarrollarse, aumentan su
población, su industria y su comercio. Todo ello cambia de manera radical
el sistema urbanístico.El sistema feudal – dominado completamente por la
organización agraria – el burgo es poco más que una fortaleza construida
por los señores feudales para vigilar las comarcas. Sin embargo, a partir del
siglo XI el incremento de la actividad comercial da lugar a la creación de
nuevos barrios o burgos nuevos, cuya composición poblacional (artesanos y
comerciantes) se diferencia del burgo antiguo (nobleza y clero) con el que
no tarda en enfrentarse, dando lugar al surgimiento de la verdadera ciudad
medieval.

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Ciudad medieval cristiana.

La ciudad medieval es una ciudad cerrada – aunque sus relaciones económicas


y políticas puedan extenderse a escala regional o mundial – que se desarrolla
fundamentalmente en los siglos XII y XIII, cuando los burgos acaban por
convertirse en lugares independientes con estatuto o fuero propio en los que vive
y predomina la burguesía sector de la sociedad feudal no relacionada con la
tierra.
La aspiración a realizar la Ciudad de Dios sobre la tierra, tiene en el monasterio su
primera expresión medieval. Siendo los monasterios verdaderos centros urbanos
de colonización poseedores de grandes propiedades de cuya explotación
vive la comunidad. Todo ello implica una serie de actividades que reflejan
en la distribución de sus edificios la complejidad de la diferenciación de la
organización monástica.
Debe destacarse, además, la importancia religiosa que adquieren las
peregrinaciones – a Jerusalén o La Meca en Oriente y a Roma o Compostela en
Occidente – y la importancia cultural de sus itinerarios. Pero no solo el Monasterio
es la imagen de la CIVITAS-DEI. A partir del año mil se extiende progresivamente
el concepto de Ciudad de Dios a la totalidad del medio urbano medieval,
entendiéndose la Ciudad medieval como Civitas Dei dispersa sobre la tierra.
La Ciudad medieval es una población y un lugar limitado por una muralla. Pero
muralla no es sino una separación geométrica entre dos recintos el adentro: lo
urbano y el afuera. A su vez este límite tiene unos puntos de conexión entre el
adentro y el afuera que son las puertas puntos singulares donde se concentran
los intercambios entre ambos – los mercados, las ferias – cuyo carácter singular
obliga a modificar y rectificar las tramas viarias.
Los caminos exteriores y las vías interiores son elementos definidores o
caracterizadores de la ciudad medieval, en cuanto definen la red viaria muchas
veces irregular, pero siempre organizada formando un sistema unitario en el que
las plazas no son recintos independientes de las calles sino ensanchamientos
muy relacionados con ellas y en donde lo público y lo privado no forman zonas
separadas, sino que se aúnan en un espacio común – complejo y unitario – en
el que se exhiben todos los edificios constituyendo un verdadero entramado
orgánico.

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Las ciudades medievales presentan una variedad extraordinaria y aunque


cada Ciudad posee fisonomía y carácter propios pueden agruparse conforme
a ciertos tipos generales: - por su origen: ciudades de nueva fundación y
ciudades de base histórica.
La mayoría de las ciudades de base histórica se forman sobre:
1. Asentamientos romanos, apoyándose en la planta cuadriculada y
englobando luego los burgos periféricos hasta formar organismos mixtilíneos
que deforman la regularidad del entramado original, son las denominadas
ciudades episcopales de base romana.
2. Otras se apoyan en monasterios o abadías que son las ciudades monásticas.
El origen de todas las ciudades de nueva fundación se vincula directamente
al renacimiento comercial, asumiendo como directrices para su desarrollo
urbano, las infraestructuras de la nueva economía de intercambio mercantil o
cultural, son las ciudades comerciales y universitarias.
Es pues en estos siglos del Medievo cuando se cristaliza la estructura urbana
europea.

• LA AL TE R NATI V A I S L ÁM I C A
Si las Civitas Dei cristiana, surge en la polémica con la Civitas romanas; la
ciudad sagrada frente a la ciudad profana, su verdadero contraste que
aparece en el mismo periodo de tiempo es la Medina musulmana, en la que
paradójicamente, el carácter sagrado llega a su límite.
Entendida como alternativa urbana, la Ciudad islámica o Medina musulmana
aparece soñada y aun descripta en el Corán, pero en su tránsito del ideal a la
realidad asimila las estructuras urbanas anteriores.

Ciudad medieval musulmana.

En la medina musulmana la relación entre los espacios públicos y privados


está en función del carácter centrípeto e introvertido de la vivienda
islámica, que confiere un carácter urbano secundario al trazado viario.
Tanto los barrios como los edificios públicos aparecen entendidos como
organismos mixtos e interrelacionados de modo asimétrico y quebrado.
En todo momento se destaca la concentración urbana musulmana frente a
la dispersión o continuum urbano cristiano medieval. La Medina es un oasis
edificado en medio del desierto, donde se cuida y se valora el equilibrio de
la habitación humana construida con el agua y la vegetación. Siendo este
equilibrio el que define el carácter propio de la arquitectura musulmana.

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• EL GÓ TIC O
El planteamiento científico se impone frente al planteamiento intrahistórico
que se constituye en un pequeño laboratorio en el norte de Francia.
Como si se tratase de una perfecta ecuación algebraica o de un
silogismo claro y brillante, aparece la catedral gótica del siglo XIII
que se constituye en el paradigma del estilo de toda la Edad Media.
La arquitectura gótica no es solo de carácter religioso. Con el establecimiento
de un cierto equilibrio entre centro religioso y centro profano, se da lugar al
auge de las construcciones ciudadanas como los palacios comunales,
el mercado y sus distintas variantes y la plaza como espacio cívico.
Con la toma de Constantinopla por los turcos en 1453 (siglo XV), la desaparición
del feudalismo y el nacimiento de las monarquías, se da por finalizado este
periodo y se abre paso al Renacimiento y a la nueva Edad el Humanismo.

• LA E D AD D E L HU M ANI S M O – E L RE N A C I M I E N T O
El clacismo propone la vuelta a una estructura simple de conocimiento. La
nueva arquitectura se basará en dos premisas fundamentales: la primera el
uso exclusivo de figuras geométricas elementales y de relaciones matemáticas
simples; y la segunda la reutilización de los órdenes clásicos de la tradición
greco-romana.
En 1414 se descubre el tratado De architectura de Vitruvio que permite
fundamentar las nuevas ideas renacentistas de Ciudad y la imagen del mundo
y sus formas urbanas.

Sforzinda Palmanova
Ciudades Ideales.
Sforzina y Palmanova, ambas con radios concentricos y las distincion de un centro libre como
espacio publico

La tratadística va directamente ligada al tema de la Ciudad – ideal del


Renacimiento creación más intelectual que real, que viene a ser consecuencia
del pensamiento utópico renacentista.
La ciudad ideal renacentista es el corolario arquitectónico de la utopía, y
como tal es una ciudad en la mente.

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En el tránsito entre la Ciudad ideal y la Ciudad real se destaca el carácter


realista que asume el Renacimiento al reafirmar el carácter concreto de
la vida y del desarrollo ciudadano. La conjunción en una misma obra
arquitectónica de la escala humana y la escala monumental conlleva y
determina la aparición de un concepto de origen teatral el concepto de
escenografía; que aparecen con Miguel Ángel.
Se presentan así, una nueva concepción barroca de la arquitectura en la
que la pieza autónoma renacentista deja de ser el centro de la arquitectura y
pasa a configurarse como un elemento de un conjunto: el conjunto solar o del
sistema urbano.
La conjunción en una misma obra arquitectónica de la escala humana y la
escala monumental conlleva y determina la aparición de un concepto de
origen teatral el concepto de escenografía; que aparecen con Miguel Ángel.
Se presentan así, una nueva concepción barroca de la arquitectura en la
que la pieza autónoma renacentista deja de ser el centro de la arquitectura y
pasa a configurarse como un elemento de un conjunto: el conjunto solar o del
sistema urbano.

• EL BAR R O C O
El Barroco propugna una arquitectura eminentemente ciudadana.
La Capital barroca tiene como elementos propios no solo el gran templo
congregacional y el oratorio, ni tampoco solo el palazzo urbano y el hotel,
sino que las experiencias de las obras mayores, de los nodos urbanísticos
cualificados se transfieren en términos más modestos a los logros urbanos de los
constructores anónimos de viviendas.
Pero el Barroco atiende también a elementos no edificatorios para conformar
el territorio a espacios urbanos como la calle, el paseo, la escalinata, o el
nuevo concepto de plaza barroca, con modelos tan singulares como las
plazas Navona, de Spagna o del Popolo de Roma o con otros tipos, tan
definidos como la plaza mayor española y la plaza real francesa.
Y sobre todo, a espacios que forman parte de lo que puede llamarse
arquitectura vegetal en contraposición a la arquitectura pétrea, una
arquitectura que tiene al árbol y la vegetación como elementos primarios en
la definición y construcción del espacio: como paseo, como jardín o como
parque.

Desde Piazza del Popolo parten tres calles


rectas, que forman el célebre tridente: dos
de ellas (Corso y Ripetta) siguen el mismo
trazado que tenían en época antigua y la
tercera (Via del Babuino)

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

Por otra parte, en el tránsito de la Imagen del mundo y de la Forma urbana


a la construcción de la ciudad, la empresa de mayor trascendencia será
la representada por la ciudad americana y las leyes de Indias, primera
legislación urbanística que conoce el mundo.

• CIU D AD HI S P ANO AME RI C A N A


Frente a la individualidad de las plazas barrocas, la plaza de la ciudad
hispanoamericana es un gran marco neutral para el diálogo, e incluso plazas
esplendidas, no son sino soberbios pretextos urbanos que permiten el juego
conecto y magnífico de los volúmenes edificados de la catedral, la audiencia
y el palacio virreal.
La retícula hipodámica asumida por las Leyes de Indias como instrumento
práctico para facilitar la planificación y la construcción del Nuevo Mundo.
- Corresponde también a éste periodo la definición o planteos de alternancia
funcional como la ciudad comercial: Génova, la Ciudad y la Ciudadela. La
ciudad universitaria Londres.
La función defensiva corresponde a la Ciudad del siglo XV y XVI y el dominio
de las Ciudadelas, en donde se utiliza a la arquitectura como medio de ese
dominio.

• CIU D AD FU NC I O NAL
Corresponde también a este periodo la definición o planteos de alternancia
funcional como la ciudad comercial: Génova, la Ciudad y Ciudadela. La
Ciudad Universitaria de Londres.
La función defensiva corresponde a la ciudad del siglo XV y XVI y el dominio
de las Ciudadelas, en donde se utiliza a la arquitectura como medio a ese
dominio.

• LA R E V O L U C IO N IND US T RI A L
El inicio de la Revolución francesa en 1789 separa habitualmente la Edad del
Humanismo de la Edad Contemporánea.
La Independencia norteamericana (1775-83), la Revolución Francesa (1789),
las revoluciones españolas (1812) y la Emancipación de la América española
(1810-24) son todas partes de un mismo fenómeno general: la revolución
social que supone el fin de los antiguos regímenes y pone de manifiesto una
aceleración social que se incrementará a lo largo del siglo XIX.
Esta revolución de carácter político, pero de origen social, llevó a reformas
económicas, políticas, sociales, ideológicas, tecnológicas, estéticas que
acaban originando un nuevo tipo de Ciudad: La Ciudad industrial del siglo XIX
que viene generada en primer lugar por el aumento demográfico; debido a
la fuerte migración del campo a la ciudad, concentrándose este incremento
poblacional en las ciudades, que reclaman nuevos alojamientos, nuevos
equipamientos y nuevos servicios urbanos.

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

Esta situación de revolución demográfica y económica lleva al planteamiento


de expansión física de las ciudades, expresada en el interior de las mismas,
con la ocupación de vacíos urbanos o la elevación de las alturas edificadas
que al verse saturada fuerza una expansión hacia el exterior de dos modos
distintos: expansión espontánea en forma de suburbios próximos a la población
y la expansión planificada en forma de ensanches y planes urbanísticos.
Los contrastes entre los barrios burgueses, las áreas fabriles y los asentamientos
del proletariado, hacen de la Ciudad del siglo XIX, una ciudad- dual. Estas
contradicciones provocan la revisión desde dentro de las ciudades. Esta
revisión produce intervenciones sobre la ciudad histórica que conllevan
rupturas en el tejido preexistente. En ocasiones la reforma interior y la expansión
exterior van unidas, pero otras veces son hechos independientes dando lugar
a los ensanches.

Esquema de los percements efectuados por Haussmann; en blanco las


calles ya existentes, en negro las abiertas durante el Segundo Imperio, en
cuadrícula los nuevos barrios, en rayado las zonas verdes.

Las expansiones y actuaciones urbanísticas encuentran su mejor reflejo en el


París de Haussmann (1853-69). Éste enfoca el crecimiento y remodelación,
tanto a través del trazado urbano como de los equipamientos. El trazado
organizado por un nuevo sistema vial de grandes bulevares que conjuga
arterias radiales y anulares, aprovechando vías existentes y creando otras
nuevas, tanto en zonas de expansión urbana como rompiendo el tejido
histórico. Además, plantea la división administrativa de la Ciudad en barrios,
distritos y núcleos y cada distrito con los correspondientes equipamientos
urbano: prefecturas, escuelas, templos, mercados, etc. Los equipamientos
urbanos y sus edificios se emplazan en parcelas especiales, pues busca
despejar las obras singulares aislándolas y convirtiéndolas en objetos
monumentales con respecto al tejido residencial, utiliza las Ordenanzas como
sistema de control de la edificación que obligan a los edificios privados a
armonizar con sus vecinos y articularse con ellos con criterio de unidad. Es
evidente también la relación entre las infraestructuras técnicas y la nueva
Ciudad, que tiene como ejemplo paradigmático la iluminación urbana,
haciendo de París la villa luminosa por excelencia.

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

Plan Cerdá de reforma y ensanche de la ciudad de Barcelona de 1859

Los ensanches tienen como ejemplo paradigmático al Plan Cerdá (1859)


para Barcelona con una modernidad extrema. En la Teoría General de la
Urbanización, Cerdá imagina de dentro a fuera, define como elemento
primario: la manzana, pues la agrupación de éstas determina el barrio, y éstos
a su vez el sector de Ciudad, nucleados por sus correspondientes centros
de barrios y de distritos. La Ciudad será la suma de estos sectores urbanos
vertebrados linealmente por una gran vía y equipados convenientemente a
escala metropolitana. Y ésta Ciudad ideal, Cerdá la concretiza sobre el llano
de Barcelona, que tiene como únicos límites de su desarrollo, los elementos
naturales: la sierra, el mar, el río Montjuic y posee una organización policéntrica
con barrios distintos que gozan de autonomía entre sí y con la Barcelona
histórica.
Precisamente ésta vinculación a la memoria de la Ciudad, lleva a Cerdá a
personalizar la regularidad de la trama viaria ordinaria singularizando algunas
grandes avenidas ortogonales o diagonales, en una relación con su historia,
con su territorio y con el mundo.
Por su parte la Ciudad americana del siglo XIX desarrolla los supuestos
hipodámicos de construcción en damero, que afrontan en su esquematismo
y en su regularidad el extraordinario incremento demográfico. El ejemplo
más emblemático está en la isla de Manhattan en Nueva York que con una
superficie parecida a la del ensanche de Barcelona, aparece recorrida por
una decena de grandes avenidas longitudinales atravesadas por 150 calles
transversales uniformemente separadas entre sí, definiendo un millar de
manzanas iguales que permiten todas las posibilidades urbanas imaginables y
hace realidad la utopía hipodámica.

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

En 1889 se publica en Viena La construcción de la Ciudad según principios


artísticos de Camilo Sitte y se inician los preparativos de la Exposición
Universal de Chicago en 1893 y ambos acontecimientos señalan el punto de
arranque de esta nueva visión urbana que complementa monumentalidad
y pintoresquismo y propone conjuntamente la dignificación de la Ciudad: la
ciudad como obra de arte.
Se arraiga la idea de considerar las poblaciones como organismos vivos,
complejos, irregulares y pintorescos, organismos jerarquizados y segregativos,
diferenciados y diferentes a la vez. Herencia cultural y monumental que está
presente en la ciudad Moderna.

• ALT ER NATI V AS U R B AN A S
La aportación científica de Cerdá en su Teoría general de la Urbanización,
con el manifiesto: urbanizar el campo, ruralizar la Ciudad, da origen a las
alternativas rururbanas al finalizar el siglo XIX.
Aunque no sea la primera de ellas, la más conocida es la Ciudad Jardín de
Ebenezer Howard, militante socialista que pretende sintetizar las propuestas
utópicas y científicas, con el movimiento Art & Crafts – artes u el hacer con
destreza – dentro del concepto histórico del centro urbano anglosajón.
Elabora y concreta el modelo de dos Ciudades-jardín próximas a Londres,
Letchworth (1903) y Welwyn (1920).
Junto a ella se destaca la Ciudad lineal propuesta en 1882 por Arturo Soria y
materializada experimentalmente en los alrededores de Madrid a partir de
1894, en la que paralelamente a la desurbanización se vuelve a imaginar la
Ciudad en función de la máquina, la circulación y los transportes.

Ciudad lineal, modelo de organización de la ciudad ideado por el geómetra, urbanista y


teósofo español Arturo Soria.

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

Últimas utopías del siglo XIX, la Ciudad Lineal y la Ciudad Jardín son a su vez
punto de enlace con el nuevo urbanismo que se manifiesta en el siglo XX,
síntesis de planeamiento y de construcción de la Ciudad. Así entendida la
herencia rururbana está presente en los orígenes del Movimiento Moderno.

Esquema de la Ciudad Jardín propuesta por el


británico Ebenezer Howard

• EL M O V I M I E NTO M O D E RN O
A comienzos del siglo XX los cambios culturales y científicos ponen en crisis los
preceptos de los siglos XVIII y XIX.
La teoría de la relatividad de Einstein, el principio de indeterminación de
Heisenberg, la nueva descomposición atómica de los cuerpos, la crisis de las
geometrías euclídeas, etc., quiebran la sensación de progreso indefinido y
abren una nueva etapa cultural y, por ende, arquitectónica.
Etapa de dudas, pero a su vez de afirmación de nuevos modelos universales,
tanto en la ciencia, como en la técnica, en lo socio-político y en la
arquitectura da lugar al Movimiento Moderno.
Las principales elaboraciones teóricas sobre la arquitectura y el urbanismo
funcionalista tienen su epicentro en la reunión celebrada en 1928 en Suiza;
donde se afirma expresamente que: “el urbanismo no debe determinarse por
consideraciones de orden estético, sino por datos o preocupaciones de orden
funcional”
Se adoptan así varias conclusiones fundamentales, la primera es la de
constituir una serie de Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna: los
CIAM.

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

El planteamiento urbanístico se desplaza de la Ciudad a los ciudadanos


en cuya vida se distinguen tres funciones urbanas: la función residencial; el
habitar o la vivienda; la función laboral, el trabajo o negocio y la función
terciaria, el ocio o esparcimiento. Se separan lo que son funciones urbanas
de lo que son solo medios para su realización, y en su estudio se les aplican
una serie de procedimientos de intervención o métodos operativos que
establecen el vínculo entre las diversas funciones urbanas. Estos métodos
son tres: la legislación que se convierte en la clave del urbanismo en cuanto
planeamiento, la zonificación sectorial y el estudio de las comunicaciones: las
circulaciones y el tráfico urbano que para algunos es considerado como la
cuarta función.
El segundo CIAM se desarrolla en Alemania en 1929 y estudia la vivienda
mínima y en el tercero en Bélgica en 1930, las agrupaciones de viviendas.
El cuarto Congreso sobre la ciudad moderna debió realizarse en Rusia en
1931, pero se realiza en 1933 en un crucero que recorre el Mediterráneo,
publicándose sus conclusiones con el nombre de Carta de Atenas, documento
que consta de 95 puntos doctrinales y programáticos en los que tras analizar el
estado crítico de la ciudad actual, se proponen las soluciones urbanísticas de
acuerdo con la metodología ya establecida en el primer CIAM. El quinto CIAM
celebrado en Francia en 1936 estudia las relaciones entre vivienda y ocio.
La Guerra Mundial interrumpe este plan de trabajo de modo que a su término
deben revisarse los temas y el estado de la cuestión, lo que se realiza en
el sexto (1947) y octavo (1951) CIAM, celebrados en Inglaterra, en tanto el
séptimo CIAM realizado en Italia en 1949 relaciona el área metropolitana y el
zentrum, definiendo este como el corazón de la Ciudad, el elemento singular
que le da sentido de conjunto.
El noveno CIAM en Francia en 1953 viene a suponer la primera crisis a los
planteamientos desarrollados desde el primer CIAM, al analizar los ejemplos
construidos por el Movimiento Moderno y los defectos de su aplicación. Son
críticas particulares, no globales, pero conllevan el encargo de organizar el
CIAM X en 1956 a un equipo que adopta este nombre, el TEAM X, y prepara el
Congreso en Yugoslavia, donde se critica la sectorización de las actividades y
usos y se proponen unos nuevos principios-guías como elementos necesarios
para corregir las aplicaciones defectuosas y obtener nuevas relaciones
funcionales de célula, de claustro, de grupos, etc.
Finalmente, en 1959 en Holanda se desarrolla el denominado congreso
de disolución. A partir de aquí termina la historia canónica del Movimiento
Moderno y va a comenzar la crisis disciplinar de los sesenta.
El esplendor del Movimiento Moderno va ligado a su crisis. Los postulados de
que la CIUDAD estará puesta en contraste con el paisaje y con claros límites,
generalmente definidos por un cinturón o vía parque de circunvalación.

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

Las unidades residenciales, comerciales e industriales, estarán zonificadas


racionalmente, el centro urbano será morfológicamente singular y visible y la
vialidad jerarquizada que organizará el total, con áreas residenciales uniformes
con la incorporación de súper-cuadras o súper-manzanas, no son invalidados,
pero su aplicación no da los resultados esperados. Se critica sí la rigidez
de las funciones urbanas, el crecimiento desordenado y los problemas de
articulación en la trama, llegando a reformular los planteamientos de Ciudad,
basándose en la recuperación del barrio, la idea del claustro, la relación del
edificio con el entorno, etc.

• PLAN TE AM I E NTO S C O N T E M P O RA N E O S
Por diversas razones, se afirma que el periodo estrictamente contemporáneo
arranca de los años inmediatamente anteriores a 1970 donde la muerte de los
grandes maestros – Le Corbusier en 1965, Gropius y Mies en 1969, las barricadas
de mayo del 68 en los bulevares de París, suponen el no retorno a la idea del
Movimiento Moderno.
La trivialización de la modernidad en la práctica arquitectónica u urbanística
provoca reacciones y crisis y lleva consigo la búsqueda de nuevos postulados.
Dentro de ésta búsqueda aparece en 1959 la personalidad de Louis Kahn,
quien con un claro significado revisionista plantea la forma y la memoria como
alternativas arquitectónicas. En primer lugar, denuncia el error de separar la
forma y la función: La forma no sigue a la función, sino que está presente a la
vez que la función en el proceso de proyecto.
En segundo lugar, defiende la memoria como base de la arquitectura: Surge
la historia como elemento de proyectación.
Surgen a partir de las 60 nuevas formulaciones de la Ciudad que plantean
su recuperación a partir de la valoración y estudio de la ciudad histórica
Christopher Alexander llega a la conclusión de que el problema de la ciudad
se encuentra en que tenemos una visión muy simple de ella y se aplican
esquemas organizativos “en árbol” propios de estructuras sencillas. Pero la
Ciudad es una estructura mucho más flexible, compleja e interrelacionada: la
ciudad no es un árbol, es un semiretículo.

Esquema del modelo del semi-retículo y del árbol

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

La lectura direccional del territorio de la arquitectura para encontrar


la identidad disciplinar de ésta, viene planteada por Aldo Rossi en La
arquitectura de la Ciudad de 1967. Plantea que es la Ciudad quien da sentido
a las arquitecturas concretas, éstas cobran carácter y razón de ser en términos
de Ciudad. Recupera el tema de la forma urbana y el de las pre-existencias
en la Historia. Concibe la Ciudad como arquitectura, lo que al analizar la
estructura de los hechos urbanos lleva a la recuperación del concepto de
tipo. La tipología edificatoria determina la forma urbana y los elementos de la
Ciudad.
Los más radicales renuncian públicamente al Movimiento Moderno que
consideran como un error histórico. Así se encuentran los hermanos Rob y
Leon Krier que buscan la recuperación de la forma histórica. A partir del
estudio de la ciudad de Stuttgart, Rob Krier elabora una tipología de espacios
urbanos basada en la secuencia y combinación de configuraciones históricas,
subrayando la importancia de la morfología urbana.
Esta influencia llega a España y tiene a Ricardo Bofill como mejor paradigma
en sus propuestas para diversas ciudades francesas e incluso para la ciudad
de la Coruña, España en 1987. Esta nueva arquitectura de la ciudad tiene sus
mejores ejemplos en los años 70 y 80 en la obra del portugués Álvaro Siza o
de los españoles Francisco Sáenz de Oiza, Rafael Moneo y Oriol Bohigas y en
Inglaterra surge la utopía tecnológica cuyo representante paradigmático es el
grupo británico Archigram, que propone ciudades móviles o ambulantes que
se desplazan en el territorio, ciudades cambiantes, etc.
En todas sus propuestas la técnica es el elemento fundamental y generador de
las formas.
Surgen con este pensamiento las propuestas de Yona Friedman con la ciudad
espacial y móvil, o el nuevo Tokio de Kenzo Tange.
En los años 80, los nuevos principios de diseño se presentan como
paradigmáticos en el Parque de la Villette de Bernard Tschumi que plantea el
Parque del siglo XXI que consta con tres contenidos diferenciables: recorridos,
zonas verdes y equipamientos que no están en composición, sino que plantea

Parque de la Villette de Bernard Tschumi


Axonometría: línea, puntos y superficies

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

la deconstrucción por superposición de sus tramas concebidas y desarrolladas


independientemente.
Porque la deconstrucción no es lenguaje y menos un lenguaje unívoco; es que
la deconstrucción se presenta como la destrucción de los modelos universales,
pero también como la última metodología posible al final del siglo XX. Al inicio
XXI, si algo parece tener de universal la arquitectura es la positiva valoración
de la Metrópolis, como agrupación de múltiples formas de funciones,
conexiones y sistemas de intercambio, pero a la vez como sistema físico en
continua transformación en todas sus escalas de diseño.
Aparece una renovada atención hacia la ciudad histórica, entendida
como acrópolis y corazón de la ciudad, cuyo centro debe ser evidencia y
personificación física de ella. Como complemento a la centralidad urbana,
se plantea un multicentrismo y una nueva política de equipamientos que
pretende la recualificación de los nuevos usos metropolitanos y el cambio
espacial de la Ciudad.
Ejemplo paradigmático de hoy, es el París contemporáneo, que evitando
enfrentarse sectorialmente a la expansión, se plantea la unificación de las tres
funciones urbanas tradicionales en una única función urbana: la función de
capitalidad y potenciar ésta dentro de los límites claros del histórico París.
Remarcando la función de capitalidad se suceden una serie de obras de
reforma interior que expulsan antiguas funciones y actividades poco idóneas
para la capitalidad y las sustituyen por equipamientos y edificios singulares
más adecuados. Todas éstas actuaciones urbanas se manifiestan en el
denominado París de Mitterrand y en sus arquitecturas de prestigio, como el
nuevo Louvre, el remate arquitectónico de La Defense, el nuevo sentido de
Los Campos Eliseos, los equipamientos de Bastille y Orsay, o la ciudad de las
Ciencias y la gran Biblioteca de Europa, todos ellos edificios símbolos de una
ciudad que se ha convertido en capital de Europa, cuyos ecos metropolitanos
se reflejan enseguida en los restantes países europeos, en España con
Barcelona, Madrid, Sevilla, Valencia, y en la nueva Berlín Capital de Alemania.

•EL D ES AFÍ O D E L A C O N T E M P O RA N E I DA D
“La solución a la ciudad, no puede ser más que consecuencia de la propia
solución del hombre” piensa Chueca.
Así pues, no nos queda sino recurrir nuevamente a nuestros orígenes.
La idea del territorio de la arquitectura como marco histórico de definición de
su actividad, que va de la Ciudad al diseño elemental, y a la vez entender la
idea de Ciudad como resumen y límite superior de la arquitectura.
Las ideas del orden, del tipo y del método como instrumentos de control.
La idea de la escala arquitectónica con la que se construye la Ciudad
contemporánea, se puede decir que sigue predominando la escala humana
en la construcción del hábitat.
Las ideas de la geometría y la forma arquitectónica y la profundización en su
concepto permiten recuperar la idea lingüística.
Finalmente, la idea de la arquitectura como proceso, como experiencia y
como construcción continúan con el mismo valor universal que entenderlas y
ligarlas a nuestra propia experiencia.

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

1. RICHARD ROGERS: premio PRITZKER 2007


La ciudad sostenible es:
- Una ciudad justa, donde la justicia, los alimentos, el cobijo, la educación,
la sanidad y las posibilidades se distribuyan debidamente y donde todos sus
habitantes se sientan partícipes de su gobierno.- Una ciudad bella, donde
el arte, la arquitectura y el paisaje fomenten la imaginación y remuevan el
espíritu.
- Una ciudad creativa, donde la amplitud de miras y la experimentación
movilicen todo el potencial de sus recursos humanos y perita una más rápida
capacidad de respuesta ante los cambios.
- Una ciudad ecológica, que minimice su impacto ecológico, donde la
relación entre espacio construido y paisaje sea equilibrada y donde las
infraestructuras utilicen los recursos de manera segura y eficiente.
- Una ciudad que favorezca el contacto, donde el espacio público induzca a
la vida comunitaria y a la movilidad de sus habitantes y donde la información
se intercambie tanto de manera personal como informáticamente.
- Una ciudad compacta y policéntrica, que proteja el campo de alrededor,
centre e integre a las comunidades en el seno de vecindarios y optimice su
proximidad.
- Una ciudad diversa, en la cual el grado de diversidad de actividades
solapadas anime, inspire y promueva una comunidad humana vital y
dinámica.
2. SALVADOR RUEDA: URBANISMO ECOLOGICO.
- La ciudad, un barrio, un nuevo desarrollo, un edificio o una casa son
ecosistemas. Un sistema es un conjunto de elementos físico-químicos que
interaccionan.
Si entre los elementos hay organismos biológicos, al sistema lo llamamos
ecosistema.
- El urbanismo ecológico se distingue, por el sistema de restricciones
(indicadores y condicionantes) y sus características.

Hacer Ciudad y no urbanización es una premisa


básica del Urbanismo Ecológico.

•EL CONTE X TO
El primer conjunto de restricciones del urbanismo ecológico viene determinado
por el contexto.
La idea del sistema es omnicomprensiva, de hecho, fuera de los sistemas no
hay nada.
Esta amplitud, obliga a aproximaciones holísticas (sistémicas) tanto del análisis
como de la intervención.

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

•LA EFI C I E NC IA D E L S I S T E M A U RBA N O


- El principio de eficiencia en la ecología académica se verifica en la
expresión, “Maximizar la Entropía en términos de Información”.
En el urbanismo ecológico la competitividad entre territorios no puede estar
basada en el consumo de recursos, sino que debe apoyarse en una estrategia
basada en la información y el conocimiento.
- Aumentar la eficiencia del sistema urbano es la condición necesaria para
la formulación del urbanismo ecológico, la condición suficiente se logra
desarrollando escenarios de máxima habitabilidad para las personas y al
organismo que viven en él.

• HABI TAB I L ID AD U R B AN A
La Habitabilidad urbana, es un constructo que está ligado a la optimización
de las condiciones de la vida urbana de personas y organismos vivos y a la
capacidad de relación entre ellos y el medio en el que se desarrollan confort e
interacción son dos aspectos inseparables en el urbanismo ecológico.
El confort hace referencia a la característica del lugar: espacio público,
residencia, equipamientos, etc.
La interacción hace referencia a la condición social de los humanos y de
buena parte de los seres vivos (sustancial también para los sistemas urbanos), y
hace énfasis en la cohesión social y a la diversidad biológica.

• HABI TAB I L ID AD Y E S P A C I O P U BLI C O


En la ciudad y el lugar principal de reunión y el lugar de encuentro es el
espacio público.
Es el lugar simbólico en que, ciudad, democracia y política se encuentran.
El espacio público marca los límites de la idea de ciudad. Donde no está el
espacio público, puede hablarse de urbanización, pero difícilmente de ciudad

• LA C O M P AC I D AD
La compacidad es aquello que manifiesta la calidad de compacto. El edificio
compacto se refiere a una masa muy unida; un agregado cuyos elementos
constituyentes están muy poco o nada separado los unos de los otros.
La compacidad en el ámbito urbano expresa la idea de proximidad de los
componentes que conforman la ciudad, es decir, la reunión en un espacio
más o menos limitado de los usos y las funciones urbanas.
La compacidad, por tanto, facilita el contacto, el intercambio y la
comunicación, que son, como se sabe, la esencia de la ciudad.
Potencia la probabilidad de contactos y con ellos potencia la relación entre
los elementos del sistema urbano.

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

TERCERA VISIÓN
L A C IU DA D Y EL S I S T EMA UR B A N O
LA C IU D AD
“La Ciudad y el Lenguaje son las dos Magníficas creaciones
de la Humanidad”
“La ciudad es un artificio creado por el hombre. Tiene dos
componentes esenciales”
La Urbis: El espacio físico –Compuesto por las viviendas, las calles, las plazas, los
barrios, los edificios, los monumentos, etc.-, que tiene una forma y le sirve de
continente al otro elemento esencial:
La Civis: La substancia de la vida de la ciudad, integrado por el conjunto de
relaciones sociales y personales en las cuales tiene su origen la civilización.
La ciudad es un fenómeno histórico, es un hecho cultural, es un proceso social,
es un ámbito político, es un interés económico, es un diseño arquitectónico, es
un texto simbólico, es una estructura funcional.
Siempre fue observada y su análisis es evolutivo, así para:
- Leon Batista Alberti, en 1485
La ciudad es como una casa grande, y viceversa, la casa es una pequeña
ciudad. Las cosas públicas pertenecen a todos los ciudadanos; es sabido que
la importancia y la razón de hacer una Ciudad deben ser ellas.
- Andrea Palladio, en 1570
Al elegir al sitio para la construcción de la villa se han de hacer todas aquellas
consideraciones que se tomaron para elegir el sitio de la Ciudad: Puesto que
la ciudad no es otra cosa que una casa grande y, al contrario, la casa una
ciudad pequeña.

Dibujo de Le Corbusier sobre la


zonificación del espacio.

- Le Corbusier, en 1925
La ciudad es un instrumento de trabajo. Es la afirmación de un hombre sobre la
naturaleza. Es un acto humano contra la naturaleza, un organismo humano de
protección y trabajo. Es una creación.

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

- Aldo Rossi, en 1966


La ciudad está entre el elemento natural y el artificial, objeto de naturaleza
y de cultura. La ciudad es por si misma objeto de historia, es el texto de la
historia.

Aldo Rossi y su Ciudad Análoga de 1976

- Italo Calvino, en Ciudades Invisibles de 1983


Las Ciudades son memoria, deseo, signos, cambios, ojos, nombres.
- Cesar Naselli, en 1991
La ciudad aparece no como una maquina o un dispositivo de habitar
socialmente sino como un lugar personalizado de una comunidad, donde la
expresión de su experiencia y de su recuerdo son los rasgos fundamentales de
su identidad. Las ciudades de los hombres son el testimonio de que existieron,
su huella visible en el espacio – tiempo.
- Alvaro Arrese, en 1993
La ciudad es el equipamiento de recintos más complejos ideado por el
hombre. En su seno, los edificios deben atender simultáneamente solicitaciones
diversas, originadas por una doble demanda de acoger las actividades de
sus moradores, y moldear y definir con las construcciones vecinas el espacio
público urbano. Esta doble solicitación es la expresión en la ciudad del par
interioridad – volumen.
En realidad, la ciudad es todo lo enunciado y aún más. La postura
contemporánea ha abandonado el análisis urbano y el urbanismo que
consideraban a la ciudad como una forma física, un artefacto rígido, estático,
producido por el hombre. Hoy se sabe que una acción cualquiera sobre
alguna parte de la ciudad tiene múltiples repercusiones sobre el resto.
Es así que actualmente tanto el análisis científico como el planeamiento
urbano actuales, tratan a la ciudad como un sistema espacial. Sistema que
experimenta un continuo movimiento; está sujeto a cambios.

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

• EL C O NJU NTO D E L AS A C T I VI DA DE S U RBA N A S Y LA S


RELAC IO NE S Q U E M ANTI E N E N E N T RE S I , C ON S T I T U Y E E L
SIST EMA U R B ANO .
El sistema se visualiza al observar el comportamiento dinámico – derivado de
las interrelaciones – de sus distintos componentes.
1- El componente FISICO-ESPACIAL, constituido por el espacio disponible y sus
características físico geográficas (topografía, hidrografía, vegetación, clima,
etc.) más lo construido en él por el hombre. Alberga las actividades originadas
en el componente socio económico.
2- El componente SOCIO-ECONOMICO, constituido por la población con sus
características particulares socio culturales, económicas, y que desarrolla
ciertas actividades para subsistir como comunidad concentrada en un
cierto espacio; requiere una cierta organización espacial – funcional para
el desarrollo de sus actividades, por lo que construye un medio artificial para
adaptar el espacio geográfico a sus necesidades.
3- El componente POLITICO-INSTITUCIONAL, constituido por el aparato u
organización político administrativa que la propia sociedad se haya dado
para la consecución de sus fines; regula mediante obras públicas, normas,
tasas, etc., la demanda derivada del componente socio económico y la
oferta construida que caracteriza al componente físico espacial.
Las actividades de la ciudad tienen vinculaciones con otras actividades
situadas fuera de la misma. El sistema urbano y su estructura espacial no
pueden considerarse en forma aislada, sino que deben ser analizados en el
contexto general, en que la ciudad está inmersa en un sistema más amplio de
escala supraurbana (Sistema de ciudades, definidas en rango y tamaño).
No se trata de ignorar la individualidad que representa cada área urbana,
sino de poner énfasis en las relaciones que cada asentamiento urbano y sus
características mantienen con el resto de los elementos del sistema.
Para que exista una red urbana es preciso que tengan lugar un cierto número
de interrelaciones y que estas generen a su vez lazos funcionales permanentes
entre los diversos asentamientos urbanos y entre estos y el medio rural. El
concepto de función hace referencia precisamente a las actividades que
justifican la presencia de una ciudad.

Sistemas urbanos: Mapa de una


región mostrando el tamaño y la
localización de ciudades.

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

• MOD E L O S U R B ANO S DE ORGA N I Z A C I ÓN T E RRI T O RI A L


Una de las consecuencias del desbordamiento físico y funcional de las áreas
urbanas sobre el territorio son las nuevas formas de organización para las que
el concepto de ciudad es insuficiente.
Patrick Geddes, en 1950 a la vista de lo que estaba sucediendo en torno
a las grandes capitales, es quien se preocupa por dar un nuevo nombre a
los conjuntos de ciudades que se iban yuxtaponiendo físicamente como
consecuencia del crecimiento espacial.
Después de desechar términos como constelación y aglomerado lo define
como Conurbación, y que sirve para denominar todas aquellas situaciones
en las que el crecimiento espacial de las ciudades, llega a formar una gran
extensión edificada, en la que la continuidad física es un aspecto fundamental
que no impide; sin embargo, diferenciar las distintas ciudades que forman
parte del aglomerado.
- Conurbación: Es el fenómeno producido por el desarrollo y crecimiento
urbano de varios centros de población vecinos que llegan a conformar una
región homogénea de complementación urbana, en:
*Emplazamiento geográfico.
*Situación económica.
*Identidad social.
Al iniciarse el proceso de conurbación de centros poblados se presenta una
dependencia de actividades que limita su independencia e incluso acelera
las posibilidades de fusionarse físicamente. Cuando hay una fusión física esta
es producto del fenómeno de expansión de una ciudad a la periferia, se van
anexando localidades administrativamente independientes, conformándose
todos los asentamientos en un área urbana de mayor extensión que la original
de la ciudad preeminente, haciendo parecer a los demás centros menores
como áreas sub urbanas.
Décadas después (1961) se hablaría de “Nebulosas” para definir los espacios
de fuerte concentración urbana resultante del crecimiento incontrolado, por
expansión de varias ciudades que forman un espacio difuso y carente de
estructura. Para definir esta región urbana se recurre al término de Megalópolis,
que será muy utilizado para denominar a otras grandes conurbaciones.
El concepto de área metropolitana es más complejo, aunque en la práctica
muchas veces sería perfectamente intercambiable con el de conurbación.
- Área Metropolitana: Define un área geográfica continua, generalmente
perteneciente a circunscripciones administrativas diferentes en las que
se forma una gran aglomeración humana, que constituye un importante
mercado de trabajo suficientemente diversificado, con una fuerte relaciones
de dependencia entre los distintos núcleos que la integran y que ejerce
además una clara posición preponderante y de dominio dentro del sistema de
ciudades.

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

El fenómeno se inicia y se desarrolla normalmente bajo la influencia de una


sola ciudad, que a través de sus fuerzas de irradiación afecta a algunos
núcleos próximos contagiándoles su carácter urbano. La expresión área
metropolitana suele tener además un carácter administrativo, ya que se refiere
al conjunto urbano formado por varias circunscripciones distintas.
Cuando se habla de un área geográfica continua, la continuidad debe
entenderse en un sentido funcional; no se refiere a la sucesión ininterrumpida
de superficies edificadas, sino que alude a la presencia contigua de los
demás elementos del carácter metropolitano: diversificación económica,
interdependencia y modo de vida.

Área Metropolitana de Asunción.

La referencia a una gran aglomeración humana viene obligada por cuanto


que para que exista un amplio y diversificado mercado de trabajo es
necesaria una importante masa de población, tanto en el núcleo central
como en el conjunto de área.
Con la consideración de la diversificación del mercado de trabajo como
atributo metropolitano lo que se busca es una garantía de potencial
económico.
Las funciones de producción (función=actividad) tiende a concentrarse en las
grandes ciudades como consecuencia de las numerosas ventajas que ello les
comporta.
Pero con todo, la interdependencia o interrelación de las diferentes ciudades
que componen el área es considerada como la principal característica del
fenómeno metropolitano.
La mayor parte de las funciones dominantes, las más especializadas y de
mayor capacidad de innovación: entes directivos y de decisión de la industria
y de los servicios, centros de información, universidades y otros equipamientos
que requieren grandes umbrales de demanda, principales nudos de transporte
y comunicación, etc., se localizan en la ciudad central o metrópolis (ciudad
madre) que origina el fenómeno y ello hace que el resto de los núcleos se
encuentren en franca situación de dependencia aun cuando pueda haber
también complementariedad entre todos.

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Para algunos autores la extensión del área de influencia o de dominio


comercial y de servicios es lo que permite determinar la importancia del
fenómeno metropolitano.
Algunos estudiosos han querido establecer unos límites espaciales a la
expansión del área metropolitana, fundamentados en la distancia máxima
de desplazamiento cotidiano entre el núcleo central y el resto del área, en
concreto los desplazamientos de domicilio-trabajo.
La ciudad central, aun cuando reúne una buena parte de la actividad y de
los servicios, difunde centralidad hacia los núcleos periféricos del área, con
lo que estos, además de ganar capacidad de atracción van a ser también
generadores de efectos difusores, propiciando la ampliación geográfica del
área metropolitana.
Debemos entender, después de todo lo dicho. Que el hecho urbano no
termina con su masa edificada, ni tampoco con el espacio metropolitano; hay
además un territorio mucho más extenso sobre el que, con unas intensidades y
unas frecuencias menores, también se intercambian determinadas actividades
que tienen su origen o su destino en los centros urbanos. Además de la
formación de conurbaciones y de áreas metropolitanas, el desarrollo del
proceso de urbanización ha dado lugar a otra forma de organización menos
intensa pero claramente perceptible, aparece así el concepto de región
urbana.
El concepto de “región urbana” no parte de aspectos puramente fisonómicos,
sino que se sustenta en la existencia de espacios funcionales y delimitados
como ámbitos de las numerosas interrelaciones que se producen entre los
asentamientos humanos. Se trata de un espacio heterogéneo, de fragmentos
interdependientes organizados por una ciudad de la que depende.
La región urbana o espacio común va a definirse por una serie de
interrelaciones económicas, culturales, administrativas, etc. y sobre todo por la
presencia de una ciudad dominante que es la generadora y organizadora de
ese espacio mediante diversas e intensas formas de influencia.
El hecho de que a veces se utilice la denominación de “región metropolitana”,
no solo sirve para expresar que el elemento organizador de la región es un
área metropolitana, sobre todo pone de manifiesto que las distintas formas de
organización urbana no son más que diferentes grados de evolución de un
mismo fenómeno: la urbanización del territorio.

BIBLIOGRAFIA
YUJNOVSKY, O., La estructura interna de la ciudad. Ed. SIAP. 1971.
MAZON, T., Introducción a la planificación urbana. Ed. AGUACLARA. 1997.
NOGUERA ESTEBAN. J., Elementos de la ordenación urbana.
Publicaciones Colegio Oficial de Arq. De Cataluña. 1984.

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CUARTA VISIÓN
E L ES P A C I O UR B A N O , C O MO
ES P A C I O C O L EC T I VO

D EFINI C I Ó N D E “E S P A C I O U RBA N O”
La comprensión de “espacio urbano”, prescindiendo de criterios estéticos,
exige la consideración, en cuanto tal espacio urbano, de todo tipo de espacio
intermedio entre edificios (…).
La definición geométrica de este espacio depende de la diversa
disposición de las fachadas de las casas. Sólo a través de una lectura de
sus características geométricas y cualidades estéticas accedemos a la
consciencia experimental del espacio exterior o espacio urbano.
En esta visión, la polaridad espacio interior-espacio exterior se presenta
conjuntamente, ya que ambos se rigen (tanto funcional como formalmente)
por unas leyes muy parecidas. Él espacio interior, protegido contra las
inclemencias del tiempo y molestias del medio ambiente, se suele considerar
como símbolo de privacidad; y él espacio exterior, por su parte, como espacio
de movimiento y actividad, libre y abierto son zonas públicas.

Ciudad de Brasilia

La calle y la plaza son los dos elementos básicos. En relación con la categoría
de «espacios interiores», corresponden a los pasillos y habitaciones. Ambos
conjuntos de formas espaciales presentan las mismas características
geométricas; se distinguen únicamente en las dimensiones de sus desarrollos
de pared y en la especificidad de sus características funcionales y de
circulación.

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

• LA P L AZ A
Seguramente la plaza es la primera cremación humana de un espacio
urbano. Resulta de la agrupación de casas alrededor de un espacio libre.
Dicha disposición permite un máximo de control público en el espacio interior,
permitiendo, además, una fácil accesibilidad para la defensa frente al exterior,
al tiempo que una mínima parte de superficie exterior a proteger. Dicha forma
—el patio— se convirtió muchas veces en portador de un contenido simbólico,
y se aplicó, por consiguiente, a la construcción de templos (ágora, forum,
claustro, patio de mezquita).

La Plaza

La plaza aparece en el momento en que se agrupan casas alrededor de un


espacio libre. Este importante espacio urbano es, seguramente, el primero que
creó el hombre. La plaza tradicional invita a detenerse y a reposar. En ella, los
niños juegan alegres y es posible sentarse, tomar el sol y conversar. Practicar
estas actividades en la calle es más difícil porque es un espacio mucho más
lineal y dinámico.
En otras épocas, la disposición de la plaza permitía también un fácil acceso
para la defensa frente a las agresiones del exterior. Y en numerosas ocasiones,
precisamente por su forma, se convirtió en portadora de un contenido
simbólico. Las viviendas con patio interior (el atrio) recordaban la formación
espacial que acabo de comentar.
En la actualidad, las plazas de mercado, las destinadas a desfiles, las de
ayuntamientos, iglesias, etc., que se han mantenido como eran en la Edad
Media, han perdido muchas de sus funciones y su carga simbólica original.

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En los gobiernos locales, ilusionados con la evolución de sus municipios,


también muchos arquitectos y urbanistas lamentamos la pérdida de símbolos
en nuestras ciudades; pero tenemos la esperanza de que ciertos planes
urbanísticos, así como muchas de las obras de arquitectura de gran dimensión
artística que se están realizando en algunas de esas plazas podrán, algún día,
si no sustituir, al menos compensar aquellas pérdidas.
En la actualidad es muy difícil encontrar plazas modernas que puedan
compararse a los espléndidos espacios de la Grande Place de Bruselas,
la Place Vendome de París, la Plaza Mayor de Madrid, la Plaza Real de
Barcelona, la Piazza Navona de Roma, la Plaza Mayor de Salamanca o la
Plaza de las Monjas de Huelva. Todas estas plazas nos llegan a la memoria
como portadoras de una globalidad artística única, pero de algunas
recordarnos más su arquitectura; de otras, en cambio, sus portales y su
luz; de muchas otras, sus esculturas; y no podemos olvidar los elementos
naturales. A este tipo de espacios —tan útiles como simbólicos y que tanto
nos seducen— habría que atribuirles nuevas funciones y conseguir que gocen
de una correcta situación dentro de la estructura urbana. En ellos deberían
desempeñarse actividades culturales, comerciales y lúdicas, para lo cual
habría que ubicar en los edificios que los rodean oficinas públicas de la
Administración, locales para la juventud, espacios para exposiciones, salas de
teatro y de conciertos, cafés, tiendas, restaurantes y bares. Y en las plazas más
populares y cercanas a las estaciones de autobuses y ferrocarriles habría que
construir modernas instalaciones donde se pudiesen practicar, tanto de día
como de noche, actividades tecnológicas propias del siglo XXI.
En la ciudad donde vivimos, absortos por nuestra actividad laboral que es
el trabajo, sólo usamos estos espacios durante los fines de semana y los días
festivos. Sin embargo, en un mundo globalizado en el que todos somos viajeros
y durante algunos días del año hacernos de turistas en otras ciudades (donde
andamos prácticamente todo el día), agradecemos la existencia de estos
espacios.
Las plazas significan contraste y pausa; con ellas la ciudad sigue su camino y
continúa respirando.”

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

• LA C AL L E
Es el resultado del crecimiento en superficie de una localidad después de,
haber rodeado densamente la plaza central con casas. La calle organiza
la distribución de terrenos y comunica cada una de las parcelas. Tiene un
carácter más utilitario que el de la plaza. La plaza, debido a su amplitud,
predispone, más que la calle, a detenerse. Mientras que la calle, dada su
estrechez, crea por sí sola un ambiente de tráfico y rapidez. En la calle, la
arquitectura sólo se percibe de forma casual. La planificación de los trazados
de las calles, tal como se conservan en nuestras ciudades, respondía a
funciones muy distintas. Se construyeron a escala del hombre o del caballo o
del carruaje. La calle solo sirve para conducir el tráfico rodado; ahora bien,
tanto hoy como ayer, las calles pueden aprovecharse como espacio “visible”
y de circulación. Sólo muy pocas veces la calle aparece como espacio
aislado e independiente, como, por ejemplo, en los pueblos lineales. La
mayoría de las veces forma parte de una estructura reticulada. La variedad de
espacios que resulta de dicha red es inagotable, como puede comprobarse
fácilmente en nuestras antiguas ciudades

La Calle

“CALLES”: De entre todos los espacios públicos que conforman la ciudad, la


calle es uno de los más vitales y provoca efectos importantísimos. Las calles
sirven para conectar entre sí las diversas partes de la ciudad, y desde ellas
entramos a los edificios donde vivimos y trabajamos. Diseñada en el pasado
a escala del hombre, del carro, del caballo y de la carroza, hoy su diseño
tiene mucho que ver con el automóvil. Antiguamente las calles eran el único
sistema de circulación; carruajes y peatones transitaban por ellas mezclados.
Hoy, el movimiento motorizado ha impuesto sistemas separados. Los peatones
podemos, pasear y conversar por las aceras y accedemos a las tiendas para
comprar mientras los coches circulan por la calzada. Tanto si utilizamos los
transportes públicos, privados o si simplemente nos desplazamos en calidad de
peatones, el resultado final es que nos trasladamos de un sitio a otro y tenemos
acceso a todo lo edificado.

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Las carreteras y los caminos del espacio rural que circundan la urbe
penetran en ella y conectan con las calles diseminadas por toda la
ciudad. La calle es por excelencia un elemento urbano conector. Desde
las calles captamos las distintas perspectivas de la ciudad, su forma, sus
colores, sus olores y sus ruidos y también comprobamos cómo cambian
de personalidad los diversos barrios que atravesamos.
La calle es un espacio artificial porque se identifica como algo muy
distinto del espacio natural; constituye el hueco del espacio urbano
y su subsuelo proporciona el lugar para los servicios de agua, gas,
electricidad, red de alcantarillado... Su variedad (estrechas, anchas,
largas...) es infinita.
A partir del siglo XIX entendemos la calle en una triple versión: espacio
que sirve para definir la forma urbana, espacio de circulación y espacio
para canalizar servicios. Los significados de la palabra calle denotan:
espacio púbico, pavimento y tránsito. Cuando en un plano analizamos
el trazado de las calles de cualquier ciudad, enseguida se nos presentan
dos hechos: la lógica del trazado de calles en los tejidos modernos y la
existencia de tejidos antiguos más complejos con trazados que ponen
de manifiesto los conflictos que han presidido su formación.
En función de las características específicas de cada calle pueden
alejarse o acercarse determinadas partes de la ciudad; según su
tamaño generarán una circulación más rápida o más lenta. La calle
puede ser un factor positivo si su diseño contribuye a mejorar una
determinada parte de la ciudad; pero si no es así, se puede convertir en
su enemiga.
El elemento urbano que ha tenido más influencia sobre el crecimiento y
la forma de las ciudades modernas ha sido sin duda la calle. En general
podernos decir que las redes viarias son la espina dorsal de la forma
urbana e influyen de manera decisiva en la calidad de vida de sus
habitantes.
Las calles comerciales de nuestras ciudades, además de cumplir con
los cometidos más generales —conexión y ocio—, son muy importantes
por su singularidad y su diversidad multicolor, pero no olvidemos que
un exceso en su anchura también puede ser perjudicial. Normalmente,
en las calles comerciales más estrechas los dos lados son igual de
interesantes ya que el peatón, con sus curiosas maniobras de zigzag,
domina todos los escaparates. Insistiendo con el Paseo de Gracia,
yo diría que parte de su éxito radica en la superficie de las aceras
destinadas a peatones, no solamente deben una circulación cómoda
sin ningún tipo de barrera arquitectónica, sino que además estarán bien
orientadas al sol y en ellas se pueden instalar bancos y farolas y plantar
árboles.
El elemento urbano que ha tenido más influencia sobre el crecimiento y
la forma de las ciudades modernas ha sido sin duda la calle. En general

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

podernos decir que las redes viarias son la espina dorsal de la forma
urbana e influyen de manera decisiva en la calidad de vida de sus
habitantes.
En la acera -que es el espacio urbano a través del cual entramos
en los espacios privados (oficinas, casas, tiendas...) — circulamos y
conversamos, y es el equivalente a lo que la calzada representa para
los vehículos. Los que vivimos y trabajamos en una ciudad mediterránea
tradicional, cuando salimos de la oficina para tomar café en el bar de la
esquina, lo primero que pisamos es la acera de nuestra calle. La acera
es en definitiva el primer elemento público con el que nos topamos al
salir de los espacios de orden particular.
La orientación es otro factor importante. Las calles orientadas en el
norte-sur son más cómodas que las orientadas en el eje este-oeste ya
que en éstas, en determinadas épocas del año, por la tarde el sol nos
deslumbra cuando su luz nos llega de frente.
Nuestras urbes van creciendo y muchas de sus zonas antiguas son
rehabilitadas. Con las calles pasa lo mismo. En Barcelona hemos
cambiado varias veces los sentidos de circulación de los coches, así
como la anchura de algunas aceras, y los resultados en general han
sido positivos.

• FU NC I O NE S C AR AC TE R Í S T I C A S DE E S P A C I O S U RBA N O S
Las actividades de una ciudad transcurren en zonas públicas y privadas.
En ambas zonas el comportamiento humano es muy parecido. Esto
explica la, gran influencia que en todas las épocas han tenido las
edificaciones de las áreas públicas sobre las casas privadas.
Se podría concluir diciendo que se da una suerte de ritual social por
el que se produce una identidad perfecta entre el individuo y la
colectividad. Interesan aquí, en primer lugar, aquellas actividades
ciudadanas que se realizan al aire libre: es decir, las actividades
humanas que transcurren fuera de la intimidad de la vivienda y
que requieren un espacio urbano público, como, por ejemplo, las
actividades que se desarrollan para llegar al lugar de trabajo, para
comprar, para ofrecer mercancías, las diversiones, la recreación, el
deporte, etc. El transporte motorizado supone una forma de movimiento
cualitativamente diverso del movimiento de un peatón o de un vehículo
que circula a velocidad moderada, un carruaje, por ejemplo
El automóvil, en su actual grado de desarrollo, desplaza al hombre
como usuario del espacio callejero.

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• EL ESP AC IO D E L A P L AZ A
Las plazas públicas han caído en descrédito. Las plazas de mercado, las
destinadas a desfiles, las de iglesias, de ayuntamientos, etc., tal como se
han conservado desde la Edad Media, han perdido sus funciones y su
simbólico original. Con frecuencia su supervivencia se debe únicamente
a las iniciativas de los conservadores de monumentos nacionales.

Plaza de San Marcos, Venecia Italia

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

•T IPOL O G Í A D E L O S E S P A C I O S U RBA N O S
Al presentar una tipología de espacio urbano, las formas espaciales y
sus derivados deberán clasificarse en tres grupos espaciales, basados
en un cuadrado, en un círculo o en un triángulo Sin embargo, también
la escala de un espacio urbano permanece en sus características
geométricas.

• T IPO D E E S P AC I O S Y S U S C O M BI N A C I O N E S
En resumen, el orden morfológico
de espacios urbanos es el
siguiente:
Sobre las tres figuraciones
establecidas —cuadrado, círculo
y triángulo actúan los procesos
de transformaciones, tales como
doblar, dividir, sumar, penetrar,
superponer, mesclar y diferenciar.
Los procesos de transformación
de todos los tipos de espacios
pueden producir figuraciones
geométricamente regulares e
irregulares.
La variedad de las posibles
secciones de casas inflige al
mismo tiempo en la calidad
espacial de todas estas fases de
transformación. En principio todas
las secciones: pueden aplicarse
para estas formas espaciales.

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

Todas las formas de espacio tienen las características de “cerrada “y


“abierta”, lo que quiere decir: Espacios con una edificación marginal
cerrada o calada.
Por último de los tres tipos de espacios y sus variaciones puede
componerse cualquier número de formas mixtas. El diferenciar la escala
es de especial importancia para todas las formas del espacio, al igual
que es importante el efecto que causan las distintas arquitecturas del
espacio urbano.
El “teclado” que acaba de explicarse permite “repensar” todos los
procesos de creación.

• COL E C C IÓ N M O R FO L Ó G I C A DE E S P A C I O S U RBA N O S
“Simple deformación geométrica de una planta cuadrada y ejemplos
de distintas embocaduras de calles.
El que trabaja y estudia en el tema de “Espacio urbano”, muy pronto se
dará cuenta de las innumerables posibilidades de formar un espacio, tal
como lo demuestran con mayor claridad nuestras antiguas ciudades.
La colección de formas de espacio, que se presentan en este contexto,
está ordenada sólo según las características geométricas de las plantas
que hacen referencia a los espacios, y que no pretende ser completa.
Tan sólo quiere ofrecer la riqueza de formas espaciales que la historia
del urbanismo ha conservado; además quiere aconsejarle que aprenda
algo de estos modelos, para sus propios proyectos.

BIBLIOGRAFÍA:
KRIER, Rob. EL espacio Urbano. Editorial GG, S.A. 1981. Capítulo 1. “Los Elementos tipológicos y
morfológicos de la Definición de Espacio Urbano”.
QUEROL PIERA, Jordi. Bienvenidos al Urbanismo. Ed. Viena. España 2003. “Calles, Plazas. Plazas
Medievales, del Renacimiento y Barroco”.

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•ASU N C I Ó N
VI ALIDAD URBA N A

TITULO III
CAPITULO VII
Áreas Verdes
Art. 79º Definir como Áreas Verdes - Recreativas Públicas: a aquellas
partes del territorio urbano, caracterizado por ser de propiedad y uso
público destinados al esparcimiento, recreación, al encuentro social, al
relax y a la práctica de deportes, equipados adecuadamente para el
efecto.
Art. 80º Clasificar a las Áreas Verdes - Recreativas Públicas: según su
umbral de uso en:
De uso diario: Ej.: plaza de barrio y paseos amenos.
De uso ocasional: Ej.: parques, jardines, complejos deportivos y
balnearios.
Art. 81º Establecer como superficie mínima 1.500 m2. y máxima 21.000
m2. (2.1 hás.) para plazas.
Art. 82º Determinar como radio de acción máxima para plaza 700 m.
Art. 83º Permitir los siguientes usos e instalaciones en las plazas:
Juegos infantiles, asientos.
Bustos, monumentos alegóricos, monolitos, fuentes.
Canchas deportivas, teatro y espectáculos al aire libre.
Exposiciones, competencias de carácter deportivo o cultural.
Servicios higiénicos.
Construcciones de carácter provisorio para venta o exposiciones de
libros, artesania, cuadros, flores, comidas, golosinas o cualquier otro
rubro de actividad compatible con la función de recreación.
Art. 84º Las construcciones de carácter provisorio (Stand-Kioscos) se
regirán por la Ordenanza respectiva.
Art. 85º Establecer como radio de influencia de parques, jardines,
complejos deportivos y balnearios una dimensión de 1.800 m.
Art. 86º Permitir los siguientes usos e instalaciones en los Parques y
Jardines:
Juegos infantiles.
Museos, bibliotecas.
Servicios higiénicos.
Planetario, acuario, zoológico, jardines botánicos.

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

Exposiciones, competencias de carácter deportivo o cultural.


Parrillas.
Construcciones de carácter provisorio para venta o exposición de libros,
artesanía, cuadros, flores, comidas, golosinas o cualquier otro rubro de
actividad compatible con la función de recreación.
Estacionamiento.
Área de camping y picnic.
Art. 87º Las construcciones de carácter provisorio (Stand, Kioscos) se
regirán por la Ordenanza respectiva.
PARAGRAFO UNICO:
Investigación, planificación y desarrollo de áreas potenciales.
Art. 88º Encomendar a la Intendencia Municipal la detectación de
áreas potenciales para la instalación de plazas en los barrios Obrero,
Tacumbú, Roberto L. Pettit, Gral. Díaz, San Vicente, Pettirossi, Ciudad
Nueva, Pinozá, Vista Alegre, Nazareth, Hipódromo, San Pablo, Terminal,
Gral. Caballero, Mburicaó, Recoleta, Tembetary, Mcal. López, Las
Mercedes, Jara, Bella Vista, Virgen del Huerto, Virgen de la Asunción,
Santa Rosa, Villa Morra, Santo Domingo, Cañada Ybyray, Tablada
Nueva.
Art. 89º Encomendar a la Intendencia Municipal el estudio de utilización
para parques, a modo de cubrir las necesidades de los barrios citados
precedentemente, de las siguientes áreas: zonas aledañas al Arroyo
Mburicaó, Salamanca, Ex-Aviación Civil, Hipódromo, Bañado Sur,
Bañado Norte y Banco San Miguel, zonas aledañas al Banco Central.
Art. 90º Encomendar a la Intendencia Municipal el estudio de
recuperación de las plazas ocupadas y la detectación de espacios
urbanos potenciales para uso público.

TITULO IV
SERVICIOS DE INFRAESTRUCTURA
CAPITULO I
Red Vial
Art. 221º El sistema de la Red Vial Metropolitana se comprende del:
a) Sistema arterial Metropolitana.
b) Sistema arterial Municipal a ser definido por los Planes Reguladores de
cada municipio componente.
Art. 222º El sistema Arterial Metropolitana comprende aquellas vías
definidas como tales en el Plan Director de Asunción y su área
Metropolitana, y que cumplen la función de penetración, contorno e
interconexión entre todos los municipios del área Metropolitana.

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Art. 223º El sistema Arterial Municipal de Asunción comprende toda la


trama vial de la ciudad y está compuesto a su vez por:
Red Vial Principal.
1. De penetración.
2. De circunvalación.
3. De Interconectoras.
Red Vial Secundaria
1. Colectoras.
2. Paralelas.
Red Vial Terciaria
1. Locales.
2. Peatonales.
Art. 224º Definir como Red Vial Principal, a aquellas que permiten
el acceso y salida al centro de la ciudad, y que estén destinadas
a proveer el movimiento de grandes volúmenes de tráfico entre
las diferentes zonas de la ciudad, así como a las principales vías de
penetración metropolitana.
Art. 225º Definir como avenidas de penetración, a aquellas que permiten
el acceso y salida al Micro - centro y demás zonas de la ciudad.
Art. 226º Definir como avenida de Circunvalación a aquellas
que permite la travesía de la ciudad evitando internarse en ella,
descongestionando las vías de penetración y ordenando el tráfico. Estas
vías deberán tener relación con los demás componentes del Sistema
Arterial Principal y Secundario Metropolitano.
Art. 227º Definir como avenidas interconectoras a aquellas vías
destinadas a establecer una comunicación directa entre las avenidas
de penetración. Estas vías deberán tener relación con los demás
componentes del sistema arterial principal y secundario.
Art. 228º Definir como Red Vial Secundaria, a las vías que cumplen
la función primordial de dar acceso y servir de apoyo a la Red Vial
Principal, así como suministrar el acceso a las propiedades colindantes.
Art. 229º Definir como calles colectoras, a aquellas cuyo fin es encauzar
el tráfico rápido de una zona urbana, conduciendo a las vías principales
y al mismo tiempo servir a las propiedades colindantes. Se incluyen
dentro de las calles colectoras a aquellas calles paralelas a las avenidas
de penetración.
Art. 230º Definir como Red Vial Terciaria, a aquellas vías que sirven para
dar acceso a las propiedades colindantes, y no forman parte de la Red
Vial Primaria y Secundaria, pudiendo ser también peatonales.
Art. 231º Definir como calles locales, a aquellas vías que forman parte

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

de la red vial terciaria, cuyo fin es encauzar el tránsito de acceso a las


propiedades colindantes.
Art. 232º Definir como calles peatonales, a aquellas vías cuyo fin
principal es el uso para el tránsito peatonal y en caso eventual permitir
el acceso de vehículos.
Art. 233º Determinar como avenidas de penetración, a las siguientes
vías:
1. Avenida Artigas
2. Avenida España, Aviadores del Chaco.
3. Avenida Mcal. López
4. Avenida Eusebio Ayala
5. Avenida Fdo. de la Mora
6. Avenida José F. Bogado
7. Avenida Guido Boggiani.
Para las construcciones que se realicen sobre la Avda. Eusebio Ayala,
en toda su extensión, se establece un retiro de 17,50 m. desde el eje
de la artería, permitiéndose la construcción de hasta dos niveles de
edificación como máximo. Sobre este basamento y con un retiro de 25
m. del eje de la Avda. se permiten la elevación del edificio de acuerdo
a las posibilidades del coeficiente de la zona.
Establecer el ancho entre líneas de edificación para la Avda. España
y Aviadores del Chaco e/ Brasil y Avda. Madame Lynch de la siguiente
manera:
Tramo Brasil - Perú: 32 m.
Tramo Perú - Gral. Santos 32 m.
Tramo Gral. Santos - Brasilia 32 m.
Tramo Brasilia - Sacramento 34 m.
Tramo Sacramento - San Martín 35 m.
Tramo San Martín - Madame Lynch 44 m
Art. 234º Determinar como avenidas de circunvalación a las siguientes
vías:
1. Avenida Defensores del Chaco.
2. Avenida Madame Lynch.
3. Avenida Primer Presidente.
4. Avenida Costanera.
Art. 235º Determinar como avenidas interconectoras, a las siguientes
vías:

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1. Avenida De la Victoria.
2. Avenida San Martín, República Argentina.
3. Avenida Choferes del Chaco, Médicos del Chaco.
4. Avenida Santísimo Sacramento.
5. Avenida Brasilia.
6. Avenida Kubistcheck.
7. Avenida Bruno Guggiari.
8. Avenida Gral. Santos - Juan D. Perón.
9. Avenida Venezuela.
10. Avenida Perú.
Art. 236º Encomendar a la Intendencia Municipal la definición de las
vías, correspondientes a la
Red Vial Secundaria y Terciaria.

Accesos y Avenidas. Ciudad de Asunción

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QUINTA VISIÓN
L A M O R F O L O GÍ A UR B A N A , C O M O EL
C O N TE N E D OR D E L A VI D A EN C I UD A D

LA IM P O R TANC I A D E LA M ORF O LO G Í A
Su interés ha aumentado a partir de los años 60 y 70; desde estudios
preocupados por la forma urbana a los que se interesan por la producción
social del entorno, por la percepción del paisaje, por su calidad y por
enfoques prospectivos que combinan aspectos físicos y sociales, utilizando
técnicas cualitativas y cuantitativas que van desde descripciones subjetivas al
empleo sistemático del análisis factorial.
La morfología proporciona la imagen visual de la ciudad y desde el punto
de vista del significado constituye, según Albert Levy (1965), el «continente»
(la sustancia física) frente al «contenido» (la sustancia social); dicho, en
otros términos, la morfología es «el lenguaje espacial a través del cual se
manifiesta el contenido», ya que refleja estilos de vida, modelos y condiciones
de organización socioeconómica que se han sucedido a través del tiempo.
El paisaje puede ser, así, considerado como una estructura significante,
que encierra, además, una fuerte carga de simbolismo en relación con las
intenciones de los «productores» de la ciudad y con el contexto social de la
construcción.
El paisaje de la ciudad, ante todo producto social, es también resultado
del entorno geográfico (emplazamiento y situación); muestra la huella
del pasado histórico, a través de características de estilo, de trazado y de
funciones relacionadas con las distintas fases de crecimiento, y exterioriza las
condiciones sociales, culturales, económicas, tecnológicas, valores simbólicos,
de naturaleza cambiante, que han intervenido en su construcción. Todo ello
permite identificar regiones morfológicas dentro de la ciudad.
• COM P O NE NTE S D E L A M ORF O LO G Í A .
• EL EN TO R NO NATU R AL
Los primeros componentes de la morfología son el emplazamiento
y la situación, que hacen referencia a las condiciones naturales del
espacio físico sobre el que se construye y organiza la ciudad; explican
las razones que dieron lugar a la fundación de la ciudad e imponen
importantes condicionantes a su desarrollo.
El emplazamiento es el espacio concreto y material sobre el que la
ciudad se asienta; es el conjunto de hechos físicos (geología, relieve,
clima, hidrología, suelos y vegetación) que constituyen el marco y
soporte de la ciudad. Condicionan, en buena medida, el paisaje y
el crecimiento espacial, proporcionan elementos de vida material y
posibilidades de expansión: abastecimiento de agua, naturaleza del
suelo, materiales de construcción.

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Las características del emplazamiento guardan relación con su adecuación


a las necesidades que justificaron su fundación (defensa, comercio, control
de una ruta). Así, los emplazamientos en colinas responden a una función
militar o de control del territorio (ciudades antiguas o medievales), al deseo
de evitar inundaciones en zonas próximas a ríos, al afán de gozar de mejores
condiciones climáticas, o a la necesidad de escapar de la insalubridad de las
zonas costeras y pantanosas.
Los numerosos emplazamientos junto a ríos se deben a sus ventajas para los
flujos de personas y mercancías, por lo tanto para el comercio y la función
militar en el pasado, y para el conjunto de las actividades productivas en el
presente. Los asentamientos concretos se efectúan en lugares privilegiados,
como vados, revalorizados por la construcción de un puente, estuarios, islas
fluviales que facilitaban el tendido de puentes y la comunicación entre las dos
orillas, confluencia de ríos.
También abundan los emplazamientos en relieves costeros: penínsulas,
promontorios rocosos, islas (Manhattan)…, para ciudades especializadas en la
función militar, defensiva, comercial o de control de rutas estratégicas.
Sin embargo, el valor del emplazamiento es contingente; tiene sentido en
un contexto histórico y varía con el paso del tiempo por los cambios de
circunstancias económicas, sociales, políticas y tecnológicas. En general, la
evolución de las ciudades a partir del siglo XIX ha convertido en inadecuado
los primitivos emplazamientos para hacer frente a las necesidades de suelo
y de crecimiento poblacional. Casi todas ellas fueron creadas para acoger
reducidos efectivos y desempeñar funciones especializadas que son sustituidas
por otras o por un conjunto de ellas. Con frecuencia ha habido que buscar
nuevos asentamientos para los ensanches, produciendo desdoblamientos
(la ciudad antigua y la moderna), y ha sido preciso recurrir a las modernas
tecnologías para superar los obstáculos que los primitivos emplazamientos
proporcionaban a la expansión de la ciudad: perforación de túneles o tendido
de puentes. No obstante, los emplazamientos primitivos conservan una fuerte
carga emocional dentro del conjunto de las aglomeraciones actuales y suelen
constituir el soporte de la imagen mental que los habitantes tienen de su
ciudad.
Por último, hay que tener en cuenta que el primitivo asentamiento dirige la
expansión de la ciudad, al impedir muchas veces su crecimiento en unas
direcciones y permitirlo sólo en otras.
La situación hace referencia a las condiciones generales del entorno
más amplio de la ciudad: ríos, montañas, núcleos de población, vías de
comunicación y espacios económicos. Se define como la posición de la
ciudad con relación a los grandes conjuntos geográficos, físicos y económicos,
en un contexto regional, cuya importancia es cambiante en función de
circunstancias históricas, vicisitudes económicas y azar.

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En el pasado, la situación de las ciudades venía definida por diferentes razones:


Unas veces era el deseo de dominar, por motivos de tipo político, económico y
estratégico-militar, las rutas más importantes que facilitaban los desplazamientos
de los hombres, de las mercancías y situaciones en ejes de comunicaciones.
Otras veces era el anhelo de aprovechar los intercambios entre regiones de
economías distintas y complementarias, y las ventajas derivadas del contacto
de sistemas de circulación diferentes, como sucede en las variadas situaciones
de fachada marítima: de frente de costa; de estuario, de delta, como. En
todos estos casos, a las ventajas de complementariedad entre espacios,
economías y sistemas de circulación diferentes, se añaden las de accesibilidad
y las que resultan de los procesos de ruptura de carga. En el presente, los
progresos realizados en los modos y sistemas de transporte y los avances de
las nuevas tecnologías, aplicados a la planificación urbana, han permitido
aumentar la independencia de la ciudad respecto a su entorno inmediato e
incrementar la carga de voluntarismo en el factor situación. Así, se hace posible
la fundación de nuevas ciudades para aprovechar recursos energéticos y
mineros, lejos de los centros demográficos y económicos tradicionales.También
se crean ciudades por razones políticas, que buscan a la vez el desarrollo de
áreas deprimidas, la redistribución nacional de la población y ventajas de
centralidad. Incluso las más recientes tecnologías, basadas en la utilización de
la energía nuclear, la energía solar y el aprovechamiento de los mares, abren
inmensas posibilidades para colonizar las regiones selváticas anecúmene y
situar en ellas nuevas ciudades.
Hoy, se piensa en la construcción de ciudades sobre islas artificiales en la
plataforma continental, para explotar yacimientos submarinos de petróleo y
carbón, así como en la creación de ciudades dotadas de un microclima dentro
de las regiones árticas y antárticas para aprovechar sus recursos.

Manhattan (Nueva York)

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• EN EL E M P L AZ AM IE NTO
El plano es el resultado de la combinación sobre el espacio de la ciudad,
a través del tiempo, de superficies libres (calles, parques y jardines, plazas,
lugares de aparcamiento, etc.) y de superficies construidas. Es la expresión de
una «geometría constructiva» que tiene por corolarios dos nociones: la de fases
sucesivas de realización y la de una organización de formas.
El estudio del plano se efectúa desde enfoques que podemos considerar
tradicionales e innovadores. Entre los primeros, destacan los que se preocupan
por la forma y han dado lugar a una terminología y clasificaciones en uso, que
van desde las más sencillas, que incluyen tres o cuatro categorías de planos
(ortogonales, radio concéntricos e irregulares), a las más complejas, que
intentan incluir todas las formas posibles.
- Los planos en cuadrícula o damero
Se caracterizan por la disposición ortogonal de sus vías; las calles se cortan en
ángulo recto. Estos modelos han sido utilizados desde la antigüedad a nuestros
días en lugares muy distintos, sobre todo para fundar ciudades y acometer
ensanches de población, por su sencillez de trazado, comodidad de reparto
de lotes, igualdad de circunstancias para todas las parcelas y facilidades
para proseguir la expansión de la ciudad. Sus principales inconvenientes son
la proliferación de intersecciones que dificultan la circulación y propician los
accidentes de tráfico, y el alargamiento de las distancias, al cortarse las calles
en ángulo recto. Para solucionar estos problemas, en casi todas partes, ha
habido que abrir vías diagonales.
Este tipo de plano alcanzó una gran difusión en la antigüedad grecorromana
y fue muy utilizado por las ciudades fortaleza de la Edad Media. Los españoles
lo llevaron a América a partir del siglo XVI; su uso se generalizó también en
América del Norte, siguiendo las disposiciones del gobierno de 1788 para la
colonización de tierras nuevas y la ordenación del plano de Nueva York de
1811.En España, fue adoptado sistemáticamente en los ensanches del siglo
pasado (Barcelona, Madrid…).

Planos de ciudades romanas. Según J. M. Houston.

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- El plano radioconcéntrico:
Organiza la trama urbana a base de vías radiales que parten del centro y cortan
perpendicularmente a otras dispuestas en círculos concéntricos. Estos planos existieron
desde la antigüedad en Oriente y aparecen en Europa occidental con las invasiones
bárbaras, atribuyéndose su origen generalmente a la influencia de campos de carros
nómadas formados en círculos o en óvalos. En la Edad Media, se desarrollan en torno
a elementos centrales: castillos, iglesias o mezquitas, a menudo de forma inorgánica
lo que les da a veces aspecto laberíntico.
La mayor ventaja de los planos radioconcéntricos es la facilidad de acceso al centro,
a través de arterias radiales que refuerzan el poder de atracción del interior sobre
toda la ciudad. Por el contrario, sus principales inconvenientes son la irregularidad de
las parcelas, con el consiguiente perjuicio para la edificación, y el alargamiento de las
distancias, al tener que seguir la circulación, arcos de círculo en lugar de líneas rectas.

Szeged (Hungría).

- Los planos irregulares


Responden a un crecimiento espontáneo y orgánico, no preconcebido. El
modelo más característico corresponde a la ciudad musulmana, de espacios
compartimentados, social y funcionalmente: juderías y arrabales extramuros;
todos con sus muros, funcionando como ciudades dentro de la ciudad. Las
calles son tortuosas y de desigual anchura, muchas sin salida y cubiertas, como
resultado de la apropiación de los espacios públicos por los particulares, siendo
la calle lo que queda tras la ocupación espontánea del suelo. También abundan
las plazas privadas que se cierran por una puerta.

Sevilla.

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- Los planos Complejos:


Combina en su clasificación la forma y el carácter planificado o no de la
ciudad. Se Parte de dos grandes categorías: ciudades homogéneas (de
estructura unificada), y ciudades heterogéneas (de estructura compleja).
Las ciudades homogéneas incluyen: por un lado, ciudades planificadas,
con planos rectangulares (lineal, diagonal, paralelo, damero) y planos
radioconcéntricos (estrella y circular); por otro, ciudades no planificadas o de
crecimiento natural, con ciudades fortaleza, ciudades con planos en forma de
estrella y ciudades con planos irregulares.
Las ciudades heterogéneas incluyen: ciudades replanificadas, polinucleares, en
forma de red, y ciudades esféricas (concéntricas y radiales).
Otros estudios abordan el análisis del plano a través de la historia de la ciudad.
Parten de la idea de que el plano actual es fruto de un proceso de expansión
a lo largo del tiempo en el que se han sucedido etapas de crecimiento y
de estancamiento, con formas específicas de ordenar el espacio. Mientras
en el mundo romano se generalizó el plano ortogonal, en la Edad Media
predominaron los planos irregulares y radioconcéntricos. El plano es considerado
como un conjunto de piezas yuxtapuestas que responden a diferentes épocas.

Emplazamiento del centro


histórico de Venecia.

Enfoques más recientes interpretan el plano en términos de análisis de redes;


a partir del plano como red lineal, consideran que puede ser estudiado
desde cualquiera de las técnicas empleadas para realizar el análisis
dimensional de una red. De este modo, las distintas áreas del plano pueden ser
individualizadas y comparadas entre sí con el uso de ciertas medidas, como
las de densidad de las calles, agrupación lineal casual y no casual, ángulo
común en el que se cortan las vías.
De todas ellas, la medida más sencilla es la de densidad de calles, que resulta
de dividir su longitud total por la superficie del área urbana considerada dentro
del plano.
Desde planteamientos que intentan superar el análisis historicista, se sostiene
que el plano y sus elementos son producto de la influencia de multitud de
variables o factores que actúan conjuntamente.

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En cualquier caso, el plano es una estructura de sucesión que define un proceso


de movimiento continuo, es propio de cada ciudad. Nadie ha podido realizar
una ciudad según un modelo estándar, porque cada ciudad lleva, entre otras, las
huellas de su emplazamiento, de sus instancias dirigentes, de su población. Por eso
es preciso tener en cuenta, en cada caso, los factores de tipo material, político,
religioso-cultural y económico que intervienen en la configuración del plano.

Viena: sistema de calles construidas en


torno a la ciudad vieja de 1859 a 1872,
en la zona de las antiguas fortificaciones.
Influencia de la muralla sobre el plano.

Los factores políticos, relacionados con el afán de destacar el poder de la


autoridad, han actuado, sobre todo, en las capitales; se materializan en la
creación de planos regulares y conjuntos monumentales que, en los siglos XVII y
XVIII, combinan principios del urbanismo clásico (la línea recta, la perspectiva y la
uniformidad) con efectos escenográficos barrocos para destacar el palacio del
príncipe, como expresión del absolutismo y centralismo de la época. Esos mismos
principios, unidos a preocupaciones funcionales, se utilizan también para ordenar
espacios urbanos de las principales capitales europeas desde el siglo naturaleza
bajo la esfera cósmica o la totalidad de la conciencia interior, el cuadrado
expresa la conciencia de la realidad exterior, la organización de la materia
terrestre.
Planos circulares y cuadrados, las dos formas más simples y más utilizadas de
ciudad, corresponden, pues, en su origen, a una fuerte carga simbólica, teniendo
en cuenta que los planos circulares aparecen en una etapa más primitiva, dentro
de la Prehistoria, en la que el hombre proyecta imágenes interiores, en tanto que
los planos cuadrados surgen como expresión de una nueva civilización en la que
el hombre realiza un esfuerzo de organización espacial.
Por último, la incidencia de los factores de tipo económico ha sido siempre
decisiva en la configuración del plano, puesto que el crecimiento de la ciudad es
ante todo producto de fuerzas económicas.
El plano se convierte de este modo en una manifestación de la personalidad
de cada ciudad, da una visión de la organización de sus funciones urbanas en
un momento dado, da cuenta de la influencia de la economía en la eficacia
de las comunicaciones, revela sus condicionantes, potencialidades, sucesivas
transformaciones en el tiempo y los conflictos de intereses existentes entre los
distintos agentes sociales. En definitiva, el plano es la representación sintética de
una concepción política, económica, social y estética de la ciudad.

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Hoy se utilizan todos los tipos de planos geométricos (rectangulares, circulares,


radio concéntricos, sobre ejes o en estrella), pero el excesivo y rápido
crecimiento de las ciudades impone la yuxtaposición y la sobreimposición a la
ordenación general; con frecuencia los planos de las ciudades se convierten
en una trama compleja de organizaciones preexistentes en la que sólo
destacan los ejes principales más o menos acabados. El espacio urbano se
hace asimétrico y se conviene en un verdadero palimpsesto, donde el trazado
de las calles más importantes constituye a menudo la única muestra de
crecimiento y transformación.

• LA C O NS TR U C C I Ó N U RBA N A
Entramado, tipología de los edificios y volumen, que resulta de la superficie
y altura edificada, integran la construcción urbana, como otro de los
componentes esenciales del paisaje de la ciudad.
Las características de la construcción son producto de las condiciones
económicas, sociales, políticas y tecnológicas predominantes en el tiempo
a través de ciclos de distinta actividad; su significado social no es estático
sino cambiante, ya que responde a intereses y símbolos particulares
que son modificados cuando los valores colectivos se transforman
en respuesta a cambios en estilos de vida, modos de organización
socioeconómica y concepción del poder. Por eso, su análisis se ha efectuado
predominantemente desde planteamientos historicistas, que relacionan estilo
arquitectónico, trazado y función con las fases específicas de crecimiento,
o desde enfoques que tenían en cuenta esos puntos de vista pero que
se interesaban más por la identificación de regiones morfológicas dentro
de la ciudad, en unos casos, desde aproximaciones subjetivas, y en otros,
incorporando las técnicas del análisis multivariado.
Hoy, se da cada vez más valor a los contenidos simbólicos y significados
sociales de la construcción, a través de aproximaciones que distinguen
diferentes niveles de significación y queso preocupan por el entorno
construido, como medio de comunicación o como reflejo de la
superestructura económica procedente del modo dominante de producción.
También adquieren desarrollo creciente formas de análisis que se interesan por
la calidad del entorno construido.

• EL EN TR AM AD O U R B AN O
- El entramado es la forma en que se ordenan y agrupan los edificios dentro
de la ciudad: en orden cerrado o en orden abierto, según la época y las
tendencias urbanísticas imperantes.
- En el entramado u orden cerrado, los edificios se sitúan unos al lado de otros,
de manera continua, dando lugar a su vez a:
Edificación compacta. Corresponde a los recintos de origen medieval. En
ellos, las casas se agrupaban buscando el máximo aprovechamiento del
suelo dentro del espacio delimitado por la muralla, que servía de defensa y
de garantía del status jurídico de los ciudadanos. Aparte de calles, plazas y
pequeños jardines, los únicos huecos estaban constituidos por patios interiores
y caños de separación entre los frentes.

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Edificación en manzanas. Las casas se organizan en torno a un gran patio


central, de disposición más o menos regular, continuo o fragmentado,
cuadrado o rectangular. Las manzanas pueden ser cerradas, cuando todos
sus frentes están ocupados por edificios, o abiertas, cuando uno de los frentes
queda sin construir, en comunicación con el hueco central.

. Orden cerrado: edificación


en manzanas. Ensanche de
Barcelona (Ildefonso Cerdá)

- El entramado abierto:
Los edificios se disponen de manera aislada o adosada, dejando espacios
libres entre ello. A esta ordenación corresponden las áreas del tipo ciudad-
jardín y las integradas por bloques o torres de viviendas multifamiliares.
Los barrios ciudad jardín están formados por viviendas unifamiliares, rodeadas
de pequeño huerto o jardín. Su origen se encuentra en los postulados
higienistas y en el paternalismo patronal del siglo pasado que llevaron a la
temprana construcción de alojamientos de esta naturaleza para obreros
cerca de la fábrica o de la mina. El inglés Ebenezer Howard (1889) fue
su principal teórico a finales del siglo pasado. En la actualidad, las áreas
residenciales de viviendas unifamiliares ocupan la mayor parte de la superficie
urbana de las ciudades.
Por su parte, la edificación de viviendas multifamiliares en bloques aislados
o torres, también denominada «Open planning», concentra en altura
la superficie residencial para disponer de amplios espacios libres para
equipamientos colectivos, jardines o aparcamientos. Su origen se encuentra
en las corrientes funcionalistas que aparecen en Europa tras la Primera

. Londres. Unidad residencial Barbican.


Construcción en bloques y torres.

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Guerra Mundial, en torno a Walter Groppius, fundador en 1919 de la Bauhaus,


con tempranas aplicaciones en barrios construidos en los años veinte en
Frankfurt y en Berlín, y en la influencia de Le Corbusier, que, desde esos mismos
planteamientos, propugnó la concentración en altura de las viviendas para
ampliar la superficie dedicada a uso peatonal y zona verde. De esta manera,
mediante el aumento de espacios libres y de zonas verdes se pretendía
prolongar la naturaleza por el interior de la ciudad.
El triunfo definitivo, a nivel teórico, de este modelo de ordenación urbana se
produjo con la publicación de la carta de Atenas en 1943, que recogía las
principales formulaciones de Le Corbusier y las conclusiones de los primeros
Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna sobre las ventajas de la
zonificación y de la concentración de las viviendas en altura. Las necesidades
de reconstrucción tras la Segunda Guerra Mundial, el triunfo del modelo
de ciudad concentrada en los países socialistas, frente a las tesis anteriores
mantenidas por los desurbanistas antiguos, y la necesidad de atender el
espectacular déficit de viviendas en los países del Tercer Mundo, inmersos en
un proceso de verdadera explosión urbana, han generalizado este tipo de
entramado por todo el planeta.

• CARAC TE R ÍS TIC AS D E LA E DI F I C A C I ÓN
Uno de los elementos que mejor definían en el pasado el paisaje de
las ciudades era la edificación. Arquitectura, naturaleza y color de los
materiales, formas y tipos de cubiertas, dimensiones de las ventanas, número
de plantas guardaban relación con las condiciones del medio natural e
influencias culturales, en parte procedentes de la adaptación de la vivienda
rural a las necesidades de la vida urbana. Hoy, la similitud de las técnicas
de construcción y el uso de materiales industriales (ladrillo, cemento,
prefabricados, placas de fibrocemento, etc.) contribuyen a borrar esas
diferencias.
Sin embargo, dentro de la tendencia creciente a la unificación, en las
ciudades existen tipologías de edificación que contribuyen a su diferenciación
interna desde el punto de vista morfológico:
- Edificación tradicional. Corresponde a los centros históricos, donde se hacen
presentes las huellas de los estilos y tendencias arquitectónicas del pasado,
así como la influencia del contexto cultural y por medio natural a través de la
forma y de los materiales.
- Edificación individual. Vinculada a los modelos de ciudad-jardín, su
expansión actual se relaciona con la generalización del automóvil privado
como medio de transporte y con comportamientos sociales, entre ellos de
tipo rururbano, del hombre actual. La organización de las áreas residenciales
de viviendas unifamiliares varía según el tamaño de las parcelas, construcción
a cargo de particulares o de inmobiliarias, construcción exenta o adosada,
disposición geométrica o jerarquizada por viario, nivel social de los residentes
que se manifiesta en las dimensiones, materiales y aspectos de las casas.
- Edificación en altura. Encierra una gran diversidad en relación con la
densidad de ocupación del suelo, antigüedad y finalidad funcional,
diferenciándose edificios destinados a viviendas multifamiliares, a oficinas, a
mezcla de usos. Desde el punto de vista de la forma y la altura, la clasificación
más sencilla es la que distingue bloques, torres y rascacielos.

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Los bloques son edificios de forma rectangular y de varias plantas; pueden ser
laminares o de doble crujía, cuando no tienen patios interiores y cada vivienda
da a dos fachadas, o de triple crujía, cuando existen pequeños patios o
huecos interiores que separan viviendas en cada fachada.
Las torres se caracterizan por su mayor altura; aparecen aisladas o agrupadas
en pequeño número. Dentro de ellas figuran los rascacielos, definidos en
algunos países como construcciones de más de 28 m, aunque alcanzan más
de 100 pisos y 409 m.
Aunque el rascacielos es una construcción característica del centro de
las ciudades americanas, hoy proliferan en las áreas centrales de todas
las metrópolis. La mayoría están ocupados por oficinas y actividades que
requieren localizaciones centrales, aunque algunos poseen apartamentos en
los pisos más altos Para una clientela de rentas elevada que busca las ventajas
del Centro, escapando del ruido y de la contaminación, a la vez que disfrutar
de amplias vistas.
- Edificación en precario. En todas las ciudades, pero de manera muy especial
en las del Tercer Mundo, existen barrios ilegales, de alojamientos inestables
sobre emplazamientos marginales, a menudo peligrosos (cauces de ríos,
laderas de montañas, vecindad a instalaciones industriales), Los asentamientos
en precario reflejan la incapacidad de la economía de mercado y de las
políticas de Estado para proporcionar alojamiento digno y servicios públicos
adecuados a los habitantes de las ciudades en el Tercer Mundo, inmersos en
procesos de explosión e implosión urbana. La gravedad del problema se pone
aún más de manifiesto si tenemos en cuenta, como señala Castells (1986),
que, en estas ciudades, no hay correlación entre marginalidad residencial,
ocupacional, cultural y política, sólo superposición parcial.
- «Mobile home». Un fenómeno reciente en el paisaje de las ciudades
norteamericanas, en particular en las de mediano y pequeño tamaño,
es la aparición de barrios de caravanas o «mobile borne». Se localizan en
las periferias, a veces en asentamientos dispersos y casi siempre en áreas
especialmente acondicionadas para acoger a estas viviendas móviles, los
«mobile home park», que disponen de una completa infraestructura y de toda
clase de servicios. La mayoría de las veces, estos espacios constituyen núcleos
aislados de alta densidad junto a usos del suelo no residenciales.
- Edificación modular. También en muchas ciudades, pero sobre todo
norteamericanas, surgen áreas residenciales enteras integradas por viviendas
modulares, por viviendas cuyos elementos se construyen en una fábrica y se
montan in-situ. Su bajo coste, rapidez y facilidad de construcción, las convierte
en alternativa de alojamiento para los sectores de población de menores
niveles de renta.

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• LOS U S O S D E L S U E L O T A M BI É N C O N F I GU RA N E L P A I S A J E
U RBAN O
Constituyen el tercer elemento de la morfología, puesto que los usos del
suelo expresan las diferentes utilizaciones del espacio en función de las
necesidades y actividades de la población que vive y trabaja en la ciudad.
Edificios residenciales, fábricas, jardines, equipamientos colectivos de distinta
naturaleza, configuran el aspecto externo de las distintas áreas de la ciudad.
Los usos del suelo son el elemento más dinámico y cambiante de todos los
que integran la morfología, debido a las transformaciones continuas que
experimentan las funciones urbanas para sustitución de unas por otras. Ello
se debe a la existencia de fuerzas centrífugas y centrípetas que se oponen
entre sí y actúan constantemente en la construcción de la ciudad, aunque
con intensidad variable, según la naturaleza de las funciones y el impacto de
fuerzas sociales, económicas, políticas y culturales que cambian a través del
tiempo.
Las fuerzas centrífugas resultan de condiciones de repulsión de los centros
urbanos para ciertas funciones y de atracción de las zonas suburbanas para
otras. Estas fuerzas han favorecido el desplazamiento de grupos sociales
de rentas altas hacia la periferia durante las dos últimas décadas y han
impulsado el traslado de instalaciones industriales a nuevas localizaciones
periurbanas, a la vez que la actividad comercial adquiría progresivamente
mayor importancia en los bordes de la ciudad, como consecuencia de
la implantación de grandes superficies comerciales para atender las
necesidades de la creciente población suburbana.
Entre las condiciones de repulsión del centro figurar los altos precios del suelo
y de los alquileres, los elevados impuestos, la fuerte congestión del tráfico,
los mayores costes de los transportes, la dificultad de obtener espacio para
una posible ampliación de la empresa o negocio, las quejas de los residentes
sobre actividades industriales molestas, la existencia de prohibiciones y trabas
legales impuestas por las normas y ordenanzas urbanísticas, y la degradación
material, deterioro social y envejecimiento de muchas áreas residenciales del
interior. Por el contrario, las periferias ofrecen abundancia de suelo a precio
relativamente barato, ventajas generales de localización y facilidades de
accesibilidad, sobre todo para el transporte por carretera.
Por su parte, las fuerzas centrípetas atraen al centro a grupos de población
de comportamiento <urbanitas> y favorecen las tradicionales localizaciones
centrales del comercio de calidad y del terciario de dirección, gestión y
finanzas.
Estas fuerzas son el resultado de ventajas espaciales y sociales del centro entre
las que figuran: la pervivencia de condiciones favorables de accesibilidad en
casos de existencia de un río o de proximidad a un puerto, la posición central
respecto al conjunto de la ciudad y de su área de influencia, el <magnetismo
funcional> del centro, que alude a la conveniencia para algunas actividades
de localizarse cerca unas de otras, y el <prestigio funcional> de calles
especializadas en determinadas actividades (modas, joyerías, espectáculos...).
A todo ello, se añaden las preferencias de muchos ciudadanos por residir en
el centro por diversos motivos: afán de liberación de los controles familiares y
sociales habituales, deseo de movilidad y promoción, facilidad de relaciones

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sociales mundanas, anonimato frente a las restricciones que imponen el


grupo familiar o social en las áreas residenciales de la periferia o en las áreas
rurales, rapidez y facilidad de acceso a los principales servicios de la ciudad,
proximidad a los centros de diversión y de cultura.
La repercusión de los usos del suelo en la morfología y diferenciación interna
de la ciudad se efectúa también a través de la densidad de ocupación de
cada uno de esos usos, entendiendo por esa densidad el número de personas
que viven o trabajan por unidad de superficie. Con relación a ello, hay que
tener en cuenta que la densidad o aprovechamiento de los usos del suelo
difiere de unos a otros, aproximadamente la densidad residencial y comercial
es el doble que la industrial. Además, la densidad de cada uno de los usos no
es estática, ni a nivel de la ciudad en general ni a nivel de las distintas áreas
urbanas, sino que es un fenómeno cambiante a través del tiempo.
El principal factor de cambio de densidad es la mayor o menor disponibilidad
de suelo urbano; así, puede ocurrir:
- Que se produzcan modificaciones mínimas de densidad. Es lo característico
de ciudades que crecen lentamente por expansión, anexionándose sólo los
terrenos necesarios para la ampliación de los diversos usos del suelo.
- Que se produzca un aumento de la densidad. Sucede cuando la ciudad
no puede aumentar su superficie, lo que obliga a una intensificación de la
ocupación del suelo.
- Que disminuya la densidad. Se produce cuando la ciudad dispone de suelo
urbano utilizable en abundancia, lo que permite disponer de amplias parcelas
para los diferentes usos.
Otros factores de cambio son las modificaciones en los modos y técnicas de
producción, la variación en los estilos de vida de los habitantes de la ciudad
y las transformaciones en las preferencias residenciales de los ciudadanos.
Así, los usos residenciales e industriales han sido los más afectados a partir
de los años cincuenta, con manifestaciones en el descenso de la densidad
residencial en las áreas centrales por la preferencia creciente de sus
habitantes por los espacios suburbanos, y en el descenso de la densidad de
ocupación de los usos industriales, al trasladarse las industrias a la periferia e
instalarse en ella las de nueva creación. En cambio, la densidad comercial
ha permanecido estacionada; sólo en algunas ciudades ha habido un ligero
descenso de densidad por la creación de grandes superficies comerciales en
la zona suburbana.

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SEXTA VISIÓN
L A IM A G EN D E L A C I UD A D Y L A
V A L O R AC I Ó N A P R EC I A T I VA C O M O
P R O D UC T O D E L A MI S M A
La ciudad no es sólo un hecho objetivo, formado por el paisaje, funciones
urbanas y características de población, sino que fundamentalmente es
un espacio vivido, sentido, valorado y percibido de forma diferente por los
individuos, a través de representaciones mentales y de impresiones individuales
y colectivas.
El interés de este estudio de la ciudad, deriva de la importancia de la
percepción del entorno en la formación de la imagen del medio real y del
hecho constatado de que es la imagen la que influye sobre el comportamiento
de los individuos y no directamente el medio sobre la conducta, como se
afirmaba desde el análisis tradicional de las relaciones medio-hombre y desde la
teoría del estímulo-respuesta. De este modo, las imágenes mentales determinan
el significado y el simbolismo de las distintas partes de la ciudad; condicionan la
actuación de los ciudadanos ante cuestiones concretas, como la elección de
área residencial para vivir dentro de sus posibilidades económicas, los lugares
de compra, los centros de trabajo y los espacios de ocio.
Las personas actúan dentro de un conocimiento condicionado por la
complejidad del proceso de percibir, sentir y pensar, por el volumen y calidad
de la información, por sus experiencias personales, por la cultura y por las
distintas etapas dentro del ciclo de vida. De ahí, que el comportamiento de los
hombres exija la elaboración de un modelo mental del medio real.
La imagen que determina la decisión y el comportamiento, se elabora a partir
de la información obtenida del medio real; esa información llega al organismo
humano a través de los receptores de la percepción y es filtrada por el sistema
de valores individuales y colectivos.
La imagen individual se forja también a partir del espacio personal, el entorno
que mejor conoce (la habitación, el mobiliario, el propio hogar); a través de los
desplazamientos habituales hacia los lugares de trabajo, centros de compra,
de diversión y de relación, que proporcionan información sobre localizaciones,
conexiones entre lugares y áreas, características de la construcción, significados
socioeconómicos y culturales de las áreas que recorre.
A ello se añade la información que el individuo recibe a través de los medios de
comunicación de masas y de los contactos personales. La percepción mental
de los lugares más distantes y de los lugares que se visitan ocasionalmente se
forja sobre una información fragmentada, indirecta y esporádica, en la que,
con frecuencia, intervienen prejuicios o estereotipos mentales.

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En todos los estudios, las imágenes mentales aparecen, pues, como-resultado


de mecanismos fisiológicos y psicológicos de percepción, y de un proceso en
el que las experiencias personales y los sistemas de valores filtran el cúmulo de
estímulos del entorno a los que el cerebro está constantemente sometido; se
produce, así, una visión parcial, simplificada y, a menudo, distorsionada de la
realidad.

. Etapas en la elaboración de un mapa mental, según P. Gould y R. Whke (1974).

Por otra parte, aunque cada persona vive en su propio mundo y percibe
d espacio de forma diferente, en razón de los mecanismos señalados, con
respuestas distintas de cada individuo a estímulos idénticos del medio real,
ciertos aspectos de las imágenes son compartidos por grandes grupos, a causa
de semejanzas de socialización y de experiencias comunes sobre el entorno
urbano. De este modo, se habla de imágenes colectivas del territorio que son
objeto de interés y análisis por la geografía urbana. Teniendo en cuenta las
representaciones mentales de los ciudadanos sobre el espacio que habitan,
la manera en que sus imágenes se relacionan con el espacio euclidiano y las
aportaciones realizadas sobre la percepción del medio, la imagen de la ciudad
se aborda desde diferentes enfoques:
Desde planteamientos estructurales o descriptivos, que analizan los elementos
que permiten la organización mental o cognitiva del espacio y son necesarios
para que el ciudadano pueda orientarse dentro del entorno urbano.
Desde enfoques apreciativos, que reflejan sentimientos de las personas acerca
del entorno en su dimensión evaluativa y preferencial con vistas a la toma de
decisión y el comportamiento.

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

• LA IM AG E N V IS U AL D E LA C I U DA D
Según Kevin Lynch (1960), la imagen mental de la ciudad se elabora y
organiza a partir de cinco elementos singulares del paisaje: sendas, bordes,
distritos, nodos e hitos. La claridad o <legibilidad> de las ciudades, variable
de unas a otras, depende de la existencia de esos elementos y de la facilidad
con que pueden reconocerse. Sendas son las vías o caminos que sigue
cualquier observador normalmente, ocasionalmente o potencialmente;
pueden ser calles, senderos, lineas de transito, canales o vias férreas. Para
muchas personas, las sendas son elementos principales de la ciudad. Nodos,
son puntos estratégicos de la ciudad: lugares de confluencia de circulación o
de ruptura de transporte, como plazas o estaciones de ferrocarril. En los nodos,
predominan los usos intensivos del suelo, se concentran actividades centrales y
, a menudo, encierran un valor simbólico que representa la personalidad de la
ciudad o del barrio.
Barrios. Constituyen espacios urbanos bien diferenciados mentalmente por el
observador, gracias a la existencia de rasgos peculiares dentro del conjunto
de la ciudad. Bien identificados desde el interior por las personas que residen
en ellos, también son utilizados como elementos de referencia desde el exterior
por el resto de los ciudadanos.
Hitos. Son elementos del paisaje fácilmente visibles, que la mayoría de los
habitantes de la ciudad utilizan como puntos de referencia y guía: la torre de
una iglesia, el edificio del ayuntamiento, un monumento, un accidente de
relieve. En general, los hitos son claves de identidad que el observador utiliza
selectivamente entre una multitud de posibilidades.
Bordes. Son elementos lineales no utilizados como sendas que separan
espacios diferenciados morfológica o socialmente. En unos casos, son límites
físicos, como líneas de ferrocarril, murallas, ríos, frentes de costa, contacto de
suelos de usos urbanos y rurales; en otros, son límites percibidos, como áreas
residenciales de características sociales concretas , o zonas de miedo.

Todos estos elementos actúan como puntos de referencia para la organización


de las actividades, facilitan la movilidad dentro de la ciudad y proporcionan
seguridad emocional a sus habitantes. Superpuestos unos a otros, estos
componentes integran el mapa mental de la ciudad, teniendo en cuenta
que la intensidad con que son percibidos y el número de ellos que los
individuos reconocen, varían según las características morfológicas de los
espacios urbanos y según factores personales, entre los que sobresalen:
grado de conocimiento de la ciudad, tiempo de residencia en ella, distancia
de la vivienda al lugar de trabajo, formas de desplazamiento utilizadas
habitualmente, nivel de rentas y estado dentro del ciclo familiar y de vida. Así,
los mapas mentales de cualquier ciudad, elaborados a partir de encuestas
individuales, muestran considerables diferencias según la composición de los
grupos de población. Se pone, pues, de manifiesto la existencia de diferentes
mundos urbanos en el interior de la ciudad.

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Según Appleyard (1970), los mapas cognitivos que los individuos elaboran,
pueden ser clasificados en dos grandes tipos de acuerdo con su precisión y
tipo de elemento enfatizado: secuenciales, aquellos que destacan elementos
lineales por donde se circula, como carreteras o calles, en definitiva, sendas;
y estructurales, aquellos que valoran más componentes espaciales, como
construcciones singulares, hitos y barrios.
La riqueza de los mapas mentales guarda también relación con la edad, los
grupos sociales, la familiaridad con el medio vivido y el estilo de vida. Así, las
personas de comportamiento “localista”, que apenas salen del barrio, tienen
una visión más fragmentada y elemental de la realidad que los individuos
“cosmopolitas”. A ello hay que añadir la tendencia general de las personas a
conocer mejor y sobrevalorar afectivamente su propio entorno, al tiempo que
estructuran el mapa mental de la ciudad alrededor del barrio en que residen o
del centro urbano.

• LA D I S TANC I A C O G NI T I VA
Otro de los elementos fundamentales de la imagen mental de la ciudad es
la distancia cognitiva, ya que es la base sobre la que las personas organizan
su información espacial del entorno. Pero, además, la distancia percibida
determina comportamientos como: quedarse o moverse, dónde ir, qué
camino seguir, qué medios de transportes utilizar.
La distancia cognitiva resulta de una variedad de mecanismos que incluyen:
la percepción por el cerebro, de la separación que existe en el espacio entre
objetos visibles, modelos de uso del territorio, configuración del medio físico
e impacto de las representaciones simbólicas del entorno, como mapas y
señales de carreteras.
El interés del tema, con vistas a los problemas de organización y
funcionamiento de la ciudad a partir de la percepción y comportamiento de
los individuos, ha llevado a la elaboración de numerosos estudios que ponen
de manifiesto la existencia de importantes desajustes entre la distancia mental
y la distancia física o temporal en un espacio no necesariamente geométrico:

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

- En general, las personas tienden a considerar mayor la distancia percibida


que la distancia objetiva, al margen del tamaño de la ciudad y del modo
de transporte utilizado, aunque esa sobrestimación disminuye conforme
aumenta la distancia física. El desajuste se explica por la manera que tienen
los individuos de organizar mentalmente sus itinerarios: a base de puntos de
referencia, que compartimentan en segmentos las distancias kilométricas, las
distancias se perciben tanto más largas cuantos menos segmentos hay entre el
punto de partida y el punto de llegada.
- Las imágenes personales y la distancia cognoscitiva estimada dependen
de la legibilidad de la ciudad, del número y tipo de estímulos del entorno
que las personas encuentran a lo largo de las sendas que normalmente usan,
del trazado de las calles, de la forma y estructura de la ciudad, bien sea
concéntrica o sectorial.
La distancia cognoscitiva guarda relación con la orientación respecto al
centro, a partir de cuyo espacio se organiza el funcionamiento de la ciudad.
Así, trabajos muestran que se perciben más cortos los trayectos efectuados
hacia el centro que los que se realizan desde él hacia la periferia.
- La percepción de la distancia se relaciona, con el grado de utilidad o de
atracción del punto de origen y destino de los desplazamientos. Numerosos
estudios muestran cómo se perciben más cortas las distancias hacia parques,
librerías, lugares de ocio, centros comerciales, la propia vivienda, que cuando
se realizan hacia aparcamientos o intercambiadores de transportes. De modo
semejante, se tiende a considerar menos distantes del punto de partida los
barrios de categoría social alta que los barrios de rentas bajas.
- Existen importantes deformaciones en la apreciación de las distancias
según las diferentes horas del día. Así, se perciben más largos los trayectos
efectuados durante horas de la tarde que los que se realizan durante la
mañana.
Todas estas consideraciones obligan a ir más allá de la simple relación
temporal entre dos puntos cuando se trata de analizar la representación
mental de las distancias; se hace necesario incorporar los sistemas de
significación simbólicos, los componentes afectivos y emocionales de los
desplazamientos, y su dimensión temporal con relación al periodo del día en
que se efectúan.

• V ALO R AC IÓ N AP R E C I A T I VA DE LA C I U DA D
Tan importantes como los aspectos estructurales o descriptivos de las
imágenes mentales son los aspectos valorativos o apreciativos, puesto que
los comportamientos de las personas dependen no sólo de la percepción y
localización referencia] de los elementos del paisaje sino de cómo son sentidos
e interpretados. Un nodo o un barrio específico, por ejemplo, puede provocar
sentimientos contrapuestos de atracción o repulsa, de calma o inquietud,
que mueven a comportamientos distintos. Además, hay que tener en cuenta
la importancia que deriva del hecho de que también organismos oficiales,
empresas, instituciones privadas valoran desigualmente las distintas áreas
urbanas para establecer servicios o efectuar inversiones.

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Dentro de estos aspectos de la imagen, se incluyen, dos dimensiones que


aparecen estrechamente relacionadas: una dimensión evaluativa, y otra,
preferencial. La primera hace referencia a la valoración del medio real por los
individuos con vistas a adoptar un determinado comportamiento. La segunda,
la dimensión preferencial, alude a la mayor o menor estimabilidad que
generan los elementos del paisaje o las áreas urbanas en las personas.
Teniendo en cuenta los componentes apreciativos de la imagen mental, la
geografía urbana de las representaciones cognitivas resulta muy variada, pero
en la percepción de todas las ciudades cabe señalar algunas tendencias
comunes:
- Las áreas urbanas son valoradas en función del conocimiento que se tiene
de ellas, y de los criterios y fines que impulsan a la acción.
Así, los individuos tienden a valorar las áreas residenciales por la calidad de
vida que pueden ofrecer cuando se trata de buscar vivienda, pero esas
mismas áreas son valoradas en función de su mayor o menor seguridad,
cuando hay que desplazarse por ellas a altas horas de la noche.
— Las preferencias residenciales son decididas, entre otras razones, por
variables físicas, sociales y de localización, que convierten a la imagen mental
en un verdadero reflejo de las características del espacio objetivo. Dentro de
estas variables figuran: aspectos estéticos, referentes a fisonomía del barrio,
limpieza, colorido, espaciosidad; aspectos de vecindario, con atención a
amabilidad, ayuda, seguridad; aspectos relacionados con el ruido ambiental;
aspectos de localización, accesibilidad y movilidad; aspectos de seguridad
frente a peligros de tráfico y de seguridad de la población y de defensa de
la propiedad frente al robo; aspectos referidos a molestias como falta de
intimidad, incidencia de vendedores ambulantes, presencia de perros.
— Ciertos barrios, identificados con el peligro de robos, atracos, drogadicción
o prostitución, se configuran como verdaderos puntos negros en el mapa
mental de la ciudad, de tal modo que, en cualquier gran ciudad, cabe
observar auténticos mapas mentales del temor. En muchos casos, esas
imágenes dependen de las distintas horas del día; por ejemplo, los parques,
percibidos como lugares seguros durante las horas del día, se convierten en
peligrosos durante la noche.
— Determinadas áreas son valoradas por una carga simbólica que se ha
desarrollado en un contexto cultural y se hace presente en el subconsciente
de las personas.
Es el caso de los centros históricos, que representan la herencia cultural y la
memoria colectiva de la ciudad; o el caso de los barrios administrativos y de
negocios, que reflejan los valores autoritarios de las instituciones y organismos
de poder político y económico que albergan, a través de sus construcciones,
del comportamiento y signos externos de sus usuarios. A otro nivel, también
se puede incluir dentro de estas consideraciones, el simbolismo sentimental
que encierran para las personas los barrios en los que han vivido durante su
infancia.

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• EL SENTI D O D E L L U G AR DE LA I M A GE N M E N T A L DE LA
CIU D AD
La existencia de estrechas relaciones entre los individuos y el medio, que se
reflejan en la percepción colectiva del entorno y en el comportamiento de los
ciudadanos, suscita el interés por el “sentido de lugar”, incorporando aspectos
de imaginabilidad, elementos simbólicos y, sobre todo, lazos de unión de la
persona con el lugar en que vive.
La mayoría de las personas sienten una vinculación estrecha con el propio
barrio, con el área residencial que mentalmente “reconocen” e identifican
con ellos mismos. Es un sentimiento de unión con el lugar en que se vive, que
procede de la influencia del entorno inmediato físico y social en el temprano
desarrollo psicológico y social del individuo; arranca de la propia experiencia
y se relaciona con las ideas de familiaridad y territorialidad que crean vínculos
de afinidad e identidad con los vecinos, con la mayoría de la población
que ha vivido o vive en una misma área durante cierto tiempo. Todo ello es
potenciado, además, por la fuerte relación entre «sentido del lugar» y «espacio
actividad», representado éste por el entorno más próximo a la vivienda, que
es donde se compra, donde se convive con los vecinos, donde se acude a los
oficios religiosos, etc.
De modo claro, diferentes estudios muestran cómo el «sentido de lugar»
varía en el espacio y en el tiempo, se modifica y cambia de unas personas a
otras. Depende de multitud de variables, como el rango socioeconómico, el
contexto cultural, la edad, la etapa dentro del ciclo de vida, el marco vital, el
carácter localista o cosmopolita de las personas, el tiempo de residencia en
el barrio, la participación en redes sociales locales, la realidad política, etc.
Por eso es mejor hablar de «sentidos del lugar», en plural, que de «sentido del
lugar, los sentimientos de las personas y de los grupos de población hacia unos
mismos lugares no tienen por qué coincidir.
Se reconoce a partir de un estudio realizado, 6 «sentidos del lugar», «sentido
del lugar social», como escenario de encuentro y contactos con familiares,
amigos y vecinos; sentido del lugar apático», para aquellas personas carentes
de afecto al territorio; «sentido del lugar instrumental», según el cual el barrio
en que se vive, se concibe fundamentalmente como medio para lograr un
fin entre los que figuran servicios, mercancías, accesibilidad...; «sentido del
lugar nostálgico», dominado por un sentimiento que se apoya en situaciones
vivenciales o emocionales, aspectos o acontecimientos del pasado; «sentido
del lugar como escenario» en el que transcurren las vidas de las personas y
los grupos; «sentido del lugar arraigado», que deriva de un sentimiento de
familiaridad e identificación con el medio en que se reside.
Por otra parte, según ese mismo estudio, cada uno de los sentidos de lugar
se asocia con características específicas de los individuos o con rasgos
peculiares de ciertos grupos: el «sentido del lugar social» parece más intenso
en las mujeres que en los hombres; el «sentido de lugar apático» se muestra
más fuerte en personas de comportamiento cosmopolita, en personas de
baja cualificación socioprofesional y, muy a menudo, en individuos en paro; el
sentido de lugar nostálgico corresponde, sobre todo, a ancianos, jubilados y
viudos.

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SEPTIMA VISIÓN
L A R EN O VA C I Ó N UR B A N A,
M E CAN I S MO Q UE N O S P ER M I T E N
A C T UA R S O B R E L A C I UD A D

LA C IU D AD E XI S TE NTE.
La ciudad concreta que recibimos, es el resultado de la sedimentación
de muchas otras ciudades que le han precedido sobre el mismo solar.
Crecimientos y transformaciones son procesos que se repiten desde tiempos
pasados y que para la ciudad en estudio pueden ser grandes innovaciones,
o simples reiteraciones de algo que vuelve a suceder. Por ello, cuando nos
queremos plantear el tema de la renovación urbana, se nos ocurre pensar
quizás esta renovación sea lo mismo que antes hemos llamado crecimiento o
desarrollo, pero con una conciencia más viva de las preexistencias.
Las necesidades de reestructuración que el crecimiento plantea, tiene varias
soluciones que con mayor o menor fortuna van dando configuración a la
ciudad que hemos recibido. Entre 1.852 y 1.870, bajo la infatigable guía del
prefecto Haussmann, se realiza la transformación de París que será más tarde
imitada en muchas ciudades europeas. Se construye un sistema articulado de
servicios públicos, desde los mercados generales, hasta los cuarteles, desde
los ministerios a los hospitales, los grandes parques urbanos, se instalan las
redes técnicas, luz, alcantarillado, necesarias para una metrópolis y se abren
nuevas calles, he aquí la innovación. Se construye la gran red viaria para unir
las grandes estaciones ferroviarias con los puntos más importantes del centro
y al este con los distintos barrios periféricos: pero todo ello se realiza cortando
el tejido urbano existente prolongando y ampliando ejes ya existentes o muy
a menudo, trazando otros nuevos, de modo que se sobrepone a los antiguos
barrios una red de infraestructura a mayor escala. En resumen, no se trata
de una simple suma de partes nuevas a la ciudad, sino de una auténtica y
verdadera conquista de la ciudad antigua.
El movimiento Moderno parte de consideraciones teóricas tan distintas de la
ciudad heredada que, en sus principios, el problema de los centros históricos
no entra en sus planteamientos, prefiriendo pensar solo en modelos de ciudad
completa, o en saneamientos de ciudades a base de su total sustitución. Sin
embargo, para las ciudades de desarrollo tardío e industrialización reciente,
este Movimiento representa la ideología de sus periferias, aunque sea a veces
difícil reconstruir el hilo conductor que pudiera existir entre dichas periferias y el
Plan Voisin o Ville Radieuse.
La nueva ciudad rompe los moldes formales de la ciudad tradicional. De
constituir un «sólido continuo», pasa a concebirse como un «vacío continuo»
que soporta los elementos construidos. La racionalización de la vivienda,
supone la inversión de la lógica emblemática del «desde fuera hacia adentro»
que se cambia por la de «desde dentro hacia afuera».

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

• ARQU I TE C TU R A P AR A LA RE N O VA C I ÓN DE LA C I U DA D
En los últimos años hemos asistido a un renovado interés por el problema de
la ciudad como permanencia histórica, entendida toda ella como parte
de esa historia. Buscamos, una vez más, el comprender su razón de ser y de
aparecer, estudiando los elementos que han intervenido en el mecanismo de
su constitución, interesándonos por todos ellos y valorándolos. La justificación
de esta actitud, tiene un primer elemento a considerar es la crisis de la
construcción, presente desde 1.973. Su encarecimiento (materiales y coste de
trabajo) ha coincidido con la perdida de velocidad del proceso urbanístico,
consecuencia de la crisis eco-nómica existente. Este «proceso urbanizador»
se desarrolla entre los años 1950-1970, y significa en nuestro sistema
económico, la reinversión sistematice del ahorro común, en el mecanismo
construcción/urbanización. Esto supuso, respecto a la ciudad, la potenciación
de los factores ligados a la gran dimensión: la congestión, carencia de
servicios, la contaminación, la despreocupación por el espacio público, el
desaprovechamiento de los recursos, etc.
Pero a partir de la crisis económica, el ritmo de crecimiento de las grandes
ciudades se ralentiza, cuando no se produce incluso un franco retroceso.
Es en éste ambiente de crecimiento cero, cuando se plantea el tema
de la «renovación urbana». En su con-texto situamos problemas como, el
tratamiento de los cascos históricos, o la recomodelación de barrios de la
postguerra.
No es casualidad que esta conciencia por la renovación urbana se haya
despertado en Europa, donde la cultura es totalmente urbana y en cuyas
ciudades se concentra todo el pasado, tanto social y humano, como cultural
y artístico. Por ello se ha manifestado enseguida la voluntad de preservar los
centros históricos y hacer de ellos el punto de partida que interrumpa la crisis
urbanística.

Renovación urbana en Paris. Los grandes trabajos de Haussman: en negro las nuevas calles, en
cuadricula los nuevos barrios, en rayado los nuevos parques. L.BENEVOLO “El diseño de la ciudad”.

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

Con ello se pretende considerar a estos núcleos, no solo como un notable


bien cultural, sino también como un bien económico y como base de la
estructura portante del territorio. Se conseguir así, el esquema del proceso de
renovación urbana que, partiendo del centro histórico, debe también abarcar
sucesivamente la extrema periferia, donde existe una residencia relativamente
reciente, pero degradada y una condición urbana inaceptable.
El estudio del problema de la renovación urbana y de la cualificación de
la ciudad existente, ha producido la configuración de unas corrientes en
«arquitectura urbana» que a pesar de su reciente concreción, podemos
esquematizar aquí. Por una parte, la denominada corriente italiana, que trata
de constituir a una disciplina autónoma, construyendo conceptos específicos
tipo edificatorio, morfología urbana, monumento o emergencia, arquitectura
de la ciudad... etc. que se encuadran en la consideración prioritaria de
«permanencias» y sedimentaciones históricas. Por otra, la corriente francesa,
que conjuga el anterior con la herencia cultural y sus manifestaciones en la
forma de la ciudad, al tiempo que intenta poner de acuerdo los estudios
ideológicos y formales, con el campo de la producción real de la arquitectura.
A estas dos corrientes se añade la experiencia urbanística, recogida hasta
ahora en este terreno de la problemática urbana y que se concreta en: a)
las ideas de salvaguardia cultural del patrimonio edificado, b) las ideas de su
rentabilización como inversión económicamente racional y, sobre todo c) las
ideas de la salvaguardia social, como auténtico norte legitimador de cualquier
propuesta urbanística de renovación. La permanencia de las clases populares
y de las actividades productivas ligadas a esas clases en los tejidos centrales,
se convierte en un principio de política urbana que se plasmará en intentos de
rentabilizar el centro, como lugar de vivienda social y oponerse así a la opción
del crecimiento suburbano indefinido y a la segregación social del espacio,
producto del libre funcionamiento de la lógica de la renta diferencial.
Todos los movimientos teóricos y de política urbana anteriores van
decantándose en síntesis y temas de extraordinario interés:
- Una nueva comprensión de la ciudad existente y tradicional, desde la óptica
de la renovación de la ciudad. Se trata de la concepción de la ciudad
como un todo, como una continuidad edificada, en la que cada parte es
indispensable para dicha continuidad de ambientes, de la que recibe y a la
que dota de significado.
- Una nueva concepción del monumento histórico, del contenedor formal y
del equipamiento colectivo. Los elementos fundamentalmente públicos, son
concebidos como catalizadores del crecimiento urbano, superando la visión
de los mismos como catalizadores de la imagen de la ciudad solamente. Son
además concebidos como auténticos condensadores sociales, combinación
de un contenedor arquitectónico adaptable en el tiempo, una escena urbana
significativa y un uso o sucesión de usos característicos.
- Una nueva concepción de la ciudad como construcción y por tanto como
gestión. Si pensamos en la ciudad como una realidad de edificios, haciendo
ciudad, la lógica conduce a la manera de hacerse estas piezas de la ciudad
misma.

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• LA R E HAB I L ITAC I Ó N DE C E N T ROS H I S T Ó RI C OS


A partir de la segunda mitad del siglo XX se toma conciencia del deterioro que
se estaba produciendo en los barrios históricos de las ciudades. Se empezó a
considerar el centro histórico como un bien cultural y a promoverse su conservación.
Los métodos empleados han sido:
- Planeamientos especiales.
- Investigaciones tipológicas.
- Propuestas de adaptación de los nuevos programas, a los tipos preexistentes.
- Conservación de la población.
Y es que este punto de partida significa reconocer que en la ciudad hay dos
dimensiones: la del «contenido», y la del «continente» y es necesario tenerlo muy
presente en los momentos en que se plantea un lema en el que el continente sube
de valor por su interés histórico o artístico.

Reedificación de espacios entre bloques en la colonia de Salud y Ahorro. Madrid. Arq.:


Antonio Velez Catrain y Pedro Casariego. Estado inicial y propuesta de tratamiento.
Revista ON n°41.

Los procesos que generalmente se han producido en estas actuaciones se han


venido concretando en las siguientes operaciones: Degradación, Renovación,
Restauración y Rehabilitación. Trataremos de explicarlas:
Degradación: Es la actuación negativa, el no hacer nada, lo que suele conducir a
la paulatina degradación de los contenedores físicos. Esto va acompañado de una
paralela degradación de los contenidos, al desaparecer los usos o ser sustituidos los
grupos sociales por otros más débiles.
Renovación: Equivale a la descalificación de lo existente y su condena para ofrecer
una nueva oferta. Como continuidad histórica, representa la destrucción de lo
preexistente., exceptuando aquellas emergencias monumentales.
Restauración: Solemos entender por restauración la conservación y vuelta al origen
de los contenedores, sin una gran preocupación por los contenidos. Es muchas
veces objeto de la atención oficial, pero se presta a la sustitución sofisticada de las
funciones. Es indudable que es un primer paso para evitar la degradación.
Rehabilitación: Entendernos por tal la conservación integral de contenedores y
contenidos. No solo de los ambientes, sino también de los componentes sociales.
Es un proceso creativo en el que se ordenan y compensan todos los valores, los
estéticos e históricos, al lado de los de mercado, bien público e interés del conjunto.

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Como síntesis de las anteriores ideas podemos incluir en este apartado un


posible resumen de algunos objetivos y problemáticas que suelen presidir las
rehabilitaciones de centros históricos:
1) Recalificar estructuralmente el centro histórico, en la organización general
de la ciudad.
2) Eliminar o corregir el carácter monocéntrico de la dudad históricas,
mediante una verdadera estructura de los distintos sistemas de asentamientos.
3) Contener o canalizar el proceso de tercerización de los centros históricos.
4) Descentralizar las funciones de direccionalidad y clasificar estas funciones
en compatibles e incompatibles.
5) Luchar contra las tendencias seleccionadoras de actividades en beneficio
de un interés más general, sin especializaciones ni parcelaciones exclusivistas.
6) Profundizar en el conocimiento y conservación de las tipológicas
edificatorias, estableciendo categorías de intervención sobre la edificación.
7) Tutelar los «valores históricos» de la ciudad, considerando como tales, no
solo los edificios y monumentos, sino su configuración urbana como ambientes
de propiedad ciudadana.
8) Utilizar el patrimonio arquitectónico a escala urbana y territorial.
9) Adecuar los servicios de los sectores interiores.
10) Sustraer la actividad edificatoria del centro histórico de la especulación
del suelo, por la definición de una estructura física controlada en sus aspectos
cuantitativos y en su organización formal y de gestión.
11) Frenar la expulsión de las clases populares, facilitando su permanencia con
operaciones de saneamiento controladas en todos sus efectos.
12) Subvencionar a propietarios e inquilinos para la modernización de sus
viviendas.
13) Favorecer la participación de la población en la elección de alternativas.

• RED E FI NIC IÓ N D E L E S P A C I O U RBA N O


La pérdida de calidad del espacio urbano en el Urbanismo del siglo XX,
consecuencia de los planteamientos del Movimiento Moderno y de su
desprecio por todo lo «histórico», es algo evidente a los ojos de cualquier
persona que se fije en nuestras ciudades modernas y las compare con aquellas
otras de siglos anteriores. La riqueza «espacial» que nuestros antepasados
imprimieron en sus ciudades y cuyos restos vemos peligrar en los centros
históricos, es algo a reconsiderar.
Es evidente que existe la necesidad de una redefinición del espacio urbano y
para ello es necesario la consideración de los elementos que lo conforman y
como estos se interrelacionan entre sí.
La comprensión de «espacio urbano», prescindiendo de criterios estéticos,
exige la consideración, en cuanto tal espacio urbano, de todo tipo de espacio
intermedio entre edificios. Por otra parte, la definición geométrica de este
espacio, depende de la diversa disposición de las fachadas de las casas.
Solo a través de una lectura de sus características geométricas y cualidades

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

estéticas accedernos a la consciencia experimental del espacio exterior en


tanto que espacio urbano.
Volviendo a su definición geométrica, es importante el reconquistar las
condiciones dimensionales y de escala de los espacios que al estar al servicio
de unos edificios con vocación de objetos monumentales, no previeron sus
características intrínsecas, derivadas de su propia funciónLa redefinición de
la «calle» pasa por su consideración como zona pública de movimiento y por
tanto de encuentro. Solo puede funcionar como «espacio urbano» cuando se
integra en un sistema ordenado en el que tiene posibilidades el m6vi-miento
peatonal.

• CAMP O S D E AC TU AC I Ó N
¿Cuáles son los campos de actuación, áreas o temas de mayor interés y
demanda para la Proyectación Ambiental?
Las complejas interrelaciones entre factores ambientales a considerar (los
grandes temas) y las modalidades de actuación, se comienzan a definir uno o
varios Campos de Actuación.
La interacción (enfoque sistémico, multivariado), es aquí la clave. Se evidencia
así la insuficiencia de un accionar sólo sectorial -una sola modalidad y un solo
factor-, pues no advirtiendo su concatenación con todos el otro puede ser
ineficaz el proyecto, o incluso contraproducente.
Vale la pena redondear esta terna, aclarando sucintamente qué
significan estas modalidades de actuación que signan el cómo intervenir
proyectualmente.
- Regeneración: se refiere a un sistema o subsistema (natural o artificial) tan
alterado que debe ser reconstruido: un tejido urbano destruido; un sistema
de riego agotado, etc. Ha sido quizás el campo de actuación más discutido
en la evolución de las ciencias ecológicas de los últimos decenios, pues se
suponía que no era posible dar nueva vida (casi como crear vida artificial)
a un eco-sistema cuyos procesos genéticos estaban muy depredados. Pero
precisamente ha sido la evolución de la ciencia la que demostró que la vida
se conserva aún en sus mínimas partes, y así cómo es posible la fecundación
“in-vitro”, quizás condenable moralmente, pero demostrada genéticamente,
es posible regenerar un ecosistema a partir de mínimos componentes del
mismo.
- Recuperación: se refiere a situaciones ecosistémicas en grado de
degradación pero que pueden aún ser salvadas: recuperación de zonas
históricas urbanas, huertas periurbanas acorraladas por el crecimiento urbano
pero aún vivas, etc. Es un campo de actuación ya consagrado, quizás el
más popular en sus prácticas técnicas y en sus prácticas sociales, debido a
la alta presión que están ejerciendo los movimientos ecologistas, así como los
movimientos populares urbanos, para que se recuperen zonas degradadas.
Una práctica muy consagrada en este sentido es la recuperación de Centros
Históricos, mediante acciones de conservación que incluyen también fuertes
medidas de renovación (nuevos espacios) y/o reciclaje (nuevos usos y/o
adecuaciones espaciales). En el patrimonio arquitectónico esta práctica
comenzó hace un siglo y medio, desde las investigaciones de Violet-le-Duc
sobre las Catedrales góticas y la recuperación de Notre Dame de París.

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-OB SERVAR L A C IU DAD-

- Conservación: cuando se puede accionar para mantener el buen estado


actual de algo valioso: una catedral, el buen manejo del riego en una cuenca,
la fauna íctica de un lago, etc. Es la práctica más consagrada, a la cual se ha
dedicado la Convención Mundial del Patrimonio, de Unesco, con centenares
de casos ejemplares tanto de patrimonio natural cuanto cultural.
Se trata sin embargo de una aspiración quimérica, porque los ecosistemas
siempre están en proceso de alteración y requieren por lo tanto de
actuaciones que en parte también pueden ser de regeneración o
recuperación, y aún de innovación.
- Innovación: cuando es necesario intervenir para ampliar o modificar
las condiciones de cualquier sistema: una ampliación urbana, el
aprovechamiento turístico de una zona deprimida, etc. Este es otro campo
de actuación muy transgresor, pues implica de alguna manera que es posible
generar vida sobre nuevas bases. No es nuevo para nada en el ámbito de las
otras ciencias sociales y de la construcción, y menos aún para el arte. Una Ley
puede innovarse, un edificio o una ciudad pueden crearse, una música o una
pintura con más razón aún, aunque en todos los casos sobre datos o patrones
anteriores que generan su vinculación histórica y contextual. Sin entrar en más
profundas discusiones, sí es fácil demostrar que en todo sistema ambiental
hay factores no sólo naturales sino sociales y/ o construidos que inciden en
su situación, y por lo tanto es innegable que siempre hay espacio para la
innovación.
- Monitoreo y manejo sostenido: las acciones dinámicas, que permiten el
seguimiento de cualquiera de las actuaciones mencionadas. Debe ir siempre
de complemento de cualquier modalidad de actuación. Siempre se ha
hecho este tipo de seguimientos y ajustes, durante milenios de historia antes
del productivismo industrial. Estamos proponiendo entonces (y por suerte ya
se viene exigiendo desde hace décadas) la responsabilidad del monitoreo y
el manejo responsable de todo el ciclo ecosistémico de cualquier ambiente,
como exige una sociedad de flujos cíclicos.

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