Las utopías consisten en la descripción de una sociedad o cualquier

elemento imaginario y perfecto, que son desarrollos pero solo quedan en la

imaginación o simplemente no se reflejan en el mundo real. Lo que realiza una

proyección humana de un mundo idealizado dentro de una comunidad ficticia, que

está organizada políticamente, culturalmente y económicamente y realizan un

contraste de numerosas características de la sociedad.

Así mismo podemos ver desarrollos urbanísticos que fueron creados y

pensados de la manera más correcta posible según su autor, con elementos que

no vemos hoy en día y aunque todo es irrealizable son simplemente la visión del

autor y el reflejo de como sueña en este caso el urbanismo.

Dentro del socialismo utópico, surgido entre los siglos XVII y XIX, se crea

una voluntad por crear comunidades “ideales”, que poseen características que

tuvieron como fin la equidad y democracia dentro de la sociedad. La utopía urbana

tuvo sus inicios gracias al capitalismo industrial; por lo tanto, los ideales se

encaminaban a la evolución urbana y no a la revolución, destacando la

importancia de la naturaleza y construyendo una sociedad ideal, perfecta, que

buscaba dejar a un lado las injusticias y la desigualdad.

Las utopistas en lo que se refiere a la arquitectura, nace ya que los

hombres de la cultura del siglo XIX están animados por una profunda

desconfianza hacia la ciudad industrial, y no conciben la posibilidad de restituir

orden y armonía en ciudades. Por otro lado, las utopías urbanas de este siglo,

intentaban crear construcciones que dieran una solución a la desigualdad

originada por la industrialización, provocando un desplazamiento forzado del

campo a la ciudad, sin embargo, gracias a la consolidación tan rápido que se

formó, la realidad de la época configura el espacio social y modifica lo urbano, lo

que dejó como consecuencia la difícil realización de las utopías creadas para la

época. Provocando, que la ciudad ideal se quedará en una simple imagen literaria.

Los modelos urbanísticos creados en estos siglos, fueron la fuente que

influyó a los modelos de ciudad que vemos en la actualidad, recogiendo

características de la modernidad; estos procesos creativos han generado

construcciones que buscan mejorar la sociedad en la que han sido creados. Los

sistemas urbanos del siglo XIX viendo cómo se agotaban el modelo de

crecimiento urbano indefinido, se multiplicaban los problemas de carácter

económico, social o medioambiental, y se comenzaban a ensayar algunas

soluciones, entre utópicas

La actualidad en la que vivimos, en donde las nuevas ideas son las que marcan un

cambio y diferencia entre lo que ya tenemos y las modificaciones que son

aplicables a eso para que cada vez sea mucho mejor.

En nuestro caso la oportunidad de pensar en construir una mejor ciudad, no

necesariamente mediante mejores o más atrevidos diseños, sino mediante la

mejora de las características de la arquitectura y urbanismo con los que

planificamos nuestras ciudades, la utopía muestra como piensan desde su criterio

un arquitecto o urbanista la planificación perfecta de una ciudad y esto nos puede

contribuir para forjar estas ideas nuevas que hagan mucho mejor estas diciplinas y

por ende el resultado obtenido por medio de ellas.

A lo largo de la historia van apareciendo varias propuestas urbanas utópicas entre

estas las nacidas en el socialismo utópico y de sus creadores los denominados

socialistas utópicos, los cuales ofrecieron mediante sus utopías soluciones a los

problemas sociales que surgieron en la época y mediante esto plasmar como

soñaban una sociedad diferente que llegara tener todo lo que faltaba y era

necesario para mejorar la calidad de vida, proponiendo principalmente nuevos

modelos de la sociedad y aspectos para su funcionamiento, entre estos aspectos

la organización de las ciudades, ideas que para la época eran imposibles por la

manera en que se regia el poder, pero estudiarlas actualmente nos lleva pensar

que muchos de esos pensamientos y planificaciones pudieron y pueden contribuir

a mejorar, que lo que antes era imposible pero con todo el desarrollo que ha

tenido el mundo hoy sea realizable y esto mismo puede pasar con las utopías que

puedan surgir actualmente.

Le Corbusier, o Charles-Edouard Jeanneret, "el líder parisino de la revolución en

la arquitectura moderna", era un francés que tenía ideas completamente diferentes

de lo que deparaba el futuro de la ciudad. Puso una fe correspondiente en la

organización y argumentó que las ciudades simplemente no eran lo

suficientemente densas. Su idea de la Ciudad Radiante podría verse como el

pensamiento moderno de la ciudad de hoy. Propuso que los rascacielos

geométricamente dispuestos de vidrio y acero surgirían de parques, jardines y

autopistas
La élite vivía en lujosos apartamentos de gran altura, mientras que sus

subordinados vivían en las afueras (suburbios). Todo suena extrañamente familiar

para la ciudad con la que estamos familiarizados hoy. Si bien la mayoría de la

gente puede argumentar que la idea de que la ciudad no es lo suficientemente

densa, el concepto de organización hace de esta una de las estructuras más

ideales para planificar las ciudades del futuro. Los tres planificadores llegaron a

sus propias conclusiones al estudiar ciudades anteriores y cómo llegaron al

desarrollo.

Los antiguos griegos tenían sus propias ideas de la ciudad a través de la polis. La

polis estaba comprometida con la acrópolis, la muralla circundante, el ágora, los

distritos residenciales, las áreas de ocio y culturales, el recinto religioso, el puerto

y un distrito industrial. Todos estos se convirtieron en partes importantes de las

ciudades que siguieron, pero posiblemente la pieza más importante serían los

programas públicos de la ciudad. Los gobernantes griegos notaron que, para

mantener a la gente bajo control, tenían que idear formas de entretenerlos.

Este entretenimiento se ofreció en forma de espectáculos, obras de teatro,

batallas, conciertos o, en general, en un espacio de reunión al aire libre (estadio).

Es por eso que el espacio verde es la principal preocupación cuando se trata de

planificación de la ciudad. Debe haber puntos donde podamos permitir un

descanso en el tejido urbano de nuestras ciudades y colocar zonas públicas donde

las personas puedan entretenerse a sí mismas y a los demás. La industrialización

que tuvo lugar en el siglo XIX creó varios problemas para la utopía moderna.

Un aumento de la población, un aumento de los bienes y servicios, la

redistribución de la población, el desarrollo de los medios de comunicación, una

mayor movilidad y el surgimiento de la ideología predominante estimularon la idea

de desarrollar un cambio en las compras, la vida doméstica, el entretenimiento, el

ocio, la circulación, y la vida en la calle. Fue un punto de inflexión desde que se

introdujeron nuevas tecnologías y nuevas técnicas sobre cómo fabricar materiales

y distribuirlos. Hoy en día, hay críticas sobre el camino hacia el que se dirigen las

ciudades futuras.

Desde la década de 1960, ha habido escepticismo hacia las aspiraciones utópicas

de principios del siglo XX. Algunos dicen que las ciudades utópicas se están

volviendo más grandes, más densas y cada vez más desconectadas que nunca

por lo cual se plantea una solución a esto en el cual se busca crear una

arquitectura que emergiera igualmente de un único entorno continuo. La

desconexión asociada con la arquitectura moderna de hoy es un resultado directo

de la Revolución Industrial y los beneficios que obtuvimos de ella.

A lo largo del tiempo se ha perdido la correlación directa entre el hombre y la

naturaleza por lo que se trata de abordar ese problema volviendo a lo básico del
diseño de la ciudad, el bloque cuadrado. Es un testimonio de que la arquitectura

es el centro de las relaciones de tecnología, santidad, utilitarismo. Es así que se

logra un continuo aprendizaje que nos permite tener una mejor comprensión de la

tierra que nos rodea, que parece que hemos perdido.

Una ciudad que revitaliza las cosas que están mal con ella, a la vez que las

convierte en factores positivos, es una ciudad totalmente personalizable, dirigida y

construida por y para sus habitantes. Si alguna vez se necesita más espacio en

una casa, los ciudadanos simplemente construyen más habitaciones en la parte

superior de sus casas. Esto toca todos los aspectos de los sistemas

descentralizados y su influencia en el individualismo asociado con la arquitectura

del futuro. La utopía urbana es una idea que está constantemente en un estado de

cambio. A medida que las necesidades crecen y se desarrollan, hay nuevas cosas

que necesitan.