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HACINAMIENTO CARCELARIO

Violación de la dignidad humana con el hacinamiento carcelario

Luis Emilio Velazco Garnica


Diego Andres Varon Torres

RESUMEN

El hacinamiento carcelario es un problema que aqueja a toda la población


carcelaria creando así problemas tanto físico como psicológicos como estrés,
diferentes intentos de suicidio en estas personas, la desolación que se siente dentro
de un sitio de estos en donde la sobrepoblación se ha aumentado en mas de la
mitad de la capacidad, es decir en donde una celda común u ordinariamente son
dos reclusos muchas veces hay mas de diez en una misma celda.

Abstract

Prison overcrowding is a problem that afflicts the entire prison population, thus
creating both physical and psychological problems such as stress, different suicide
attempts in these people, the desolation felt within one of these places where
overcrowding has increased in more than half the capacity, that is to say, where a
common or ordinarily cell is two inmates, many times there are more than ten in the
same cell.


Trabajo de investigación para recibir título de Especialización en Derecho Penal de la Universidad Libre de
Colombia

Abogado, especialista en Derecho Laboral de la Universidad La Gran Colombia, estudiante de la
Especialización en Derecho Penal de la Universidad Libre, email: josem-caceresu@unilibre.edu.co.

Abogado titulado de la Universidad de Boyacá, conciliador en derecho, alumno de posgrado en
especialización derecho penal de la Universidad Libre de Colombia, correo electrónico:
abogado.diegovaron@gmail.com.
Palabras claves: dignidad humana, estado de cosas inconstitucionales,
hacinamiento carcelario, problemas mentales, derechos humanos.

Introducción

El acto legislativo 01 de 1991, consagra dentro de un estado social de


derecho después de muchas luchas sociales por el reconocimiento de éste como
pilar fundamental y por eso se instituyo y adiciono en el preámbulo de ésta en su
artículo 1° en donde además de incluir lo antes dicho nos presenta una
característica de estos tipos de organización que tiene que ser fundadas en el
respeto por la dignidad humana en todo su esplendor, así mismo en su articulado
sin despegarse de los principios fundamentales en su artículo 5° en donde trata de
la no discriminación y el respeto por el prójimo y la primacía de los derechos
inalienables dando acercamiento aún más a la dignidad humana adicionando así
mismo en su articulado en los derechos fundamentales la prohibición de la
“desaparición forzada, a torturas ni a tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes” (Const., 1991, art, 12) así como la prohibición de la servidumbre y la
esclavitud, siendo todos estos los factores que van en contra de la dignidad humana.

Por otro lado tenemos en el Código Penal militar nos indica de igual manera
que como todos los derechos este derecho en especial se basa exclusivamente en
el respeto por la dignidad humana y que decir del Código Penitenciario que su
artículo 5 habla sobre el respeto por la dignidad humana y es base para esta
investigación que en los centros de reclusión se respetará la dignidad humana en
todo su rigor así como las garantías constitucionales y por sobre todo esto el respeto
por los derechos humanos.
Como si fuese poco en el ámbito internacional tenemos de igual manera en
mención la dignidad humana como lo hace el Pacto internacional del derechos
civiles y políticos en donde de manera abstracta indicándonos sobre la prohibición
de la tortura y los tratos crueles inhumanos y degradantes nos da a recordar la
importancia de la dignidad humana como un todo dentro del marco de la legalidad
y el respeto por los demás pero lo más importante dentro de esta declaración se
encuentra el artículo 10 “Toda persona privada de libertad será tratada
humanamente y con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano”
(Unidas, 1976), a su vez la Convención Americana sobre Derechos Humanos en
su articulado es muy clara al instruir sobre la importancia de la integridad personal
y el respeto por el mínimo de derechos que las personas recluidas y que siguiendo
la línea de la legalidad, ningún procesado puede estar compartiendo sitio con las
personas condenadas, cosa que no se ha cumplido en todo el territorio nacional
cuya capacidad para albergar los reclusos y personas condenadas se ha
sobrepasado en un 52% para el año 2019 y que lejos está de ser resuelto éste
problema que se ha convertido en un problema de políticas públicas y que ha sido
la bandera ya sea de candidatos a la alcaldía o la gobernación e inclusión de
personas que aspiran a la presidencia dado que se necesitas políticas serias y de
compromiso con esta población la cual se ha visto afectada tanto es su integridad
física como emocional y mental por el encierro y por el poco espacio que les depara
el destino dentro de estos sitos tenebrosos y oscuros y tan reducidos de espacio.

Así mismo El presente trabajo de investigación busca analizar la situación


que se presenta en Colombia frente al hacinamiento carcelario, concretamente la
vulneración de la dignidad humana de las personas que se encuentran privadas de
la libertad. En la presente investigación se analizará si existe aplicación de los
precedentes jurisprudenciales de las cortes, especialmente aquellos que están
encaminados a la protección de los derechos que tienen los reclusos; si bien es
cierto que la privación de la libertad se ha hecho desde la perspectiva legal y en
cumplimiento de la norma, no por ello quienes han sido condenados o quienes están
esperando una sentencia, pierden los derechos propios del ser humano.
De igual forma se busca revisar el estado de cosas inconstitucionales, puesto
que debido a las diferentes situaciones a las que se enfrentan los reclusos, se
generan en ellos afectaciones tanto en la salud mental, como física. Razón por la
cual es muy común encontrar que mediante acciones de tutelas los privados de la
libertad buscan que se les respete sus derechos. En este sentido es necesario que
los órganos de control en especial la defensoría y demás instituciones encargadas
de vigilar los establecimientos carcelarios, sean garantes del cumplimiento de los
derechos que tienen los penados.

DIGNIDAD HUMANA

En el marco del Código de procedimiento penal en su artículo primero reza


lo siguiente: “DIGNIDAD HUMANA. Los intervinientes en el proceso penal serán
tratados con el respeto debido a la dignidad humana”. Como se puede observar,
nuestro ordenamiento jurídico en el campo penal tiene como pilar el respecto de la
dignidad humana. Por ello se hace necesario estudiar, si el hacinamiento
presentado en los establecimientos penitenciarios en Colombia viola el principio de
la dignidad humana, que además tiene un respaldo constitucional en el artículo
primero de la carta magna, donde se funda que Colombia es un estado social de
derecho encaminado al respeto de la dignidad humana.

Desde el plano internacional se han fijado una protección especial para las
personas privadas de la libertad, protección de los derechos como, la dignidad
humana, el debido proceso, la integridad personal entre otros. Para efectos de
nuestro análisis traeremos a colación el principio de trato humano, el cual se
desarrolla en cómo se debe tratar las personas que han sido privadas de la libertad,
privación que se ha dado con el respeto de las garantías legales y constitucionales
propias del estado parte, para ello nos permitimos citar el mencionado principio
acogido por la Organización de los Estados Americanos, OEA.
Dicho principio contempla lo siguiente:

“Principio I

Trato humano

“Toda persona privada de libertad que esté sujeta a la jurisdicción de


cualquiera de los Estados Miembros de la Organización de los Estados
Americanos será tratada humanamente, con irrestricto respeto a su dignidad
inherente, a sus derechos y garantías fundamentales, y con estricto apego a
los instrumentos internacionales sobre derechos humanos”.

“En particular, y tomando en cuenta la posición especial de garante


de los Estados frente a las personas privadas de la libertad, se les respetará
y garantizará su vida e integridad personal, y se asegurará condiciones
mínimas que sean compatibles con su dignidad”.

“Se les protegerá contra todo tipo de amenazas y actos de tortura,


ejecución, desaparición forzada, tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes, violencia sexual, castigos corporales, castigos colectivos,
intervención forzada o tratamiento coercitivo, métodos que tengan como
finalidad anular la personalidad o disminuir la capacidad física o mental de la
persona”. (humanos, 2008)

En concordancia con lo anterior, debemos recordar que la dignidad humana


es un derecho propio del ser humano, esto quiero le pertenece por la simple
condición humana, es propio del ser, es inembargable, intransferible, inviolable e
inalienable, y sin importar distinciones de raza, sexo o credo se justifica la
vulneración de dicho derecho.
Para la corte constitucional es necesario hacer ciertas distinciones en cuanto
a la dignidad humana, por ello es importante traer a contexto una síntesis
jurisprudencial que nos permita dilucidar la posición de la corte frente a este
derecho, es así que, en la sentencia, T – 881 del año 2002 nos aclara que la
dignidad humana como expresión normativa debe ser tomada desde dos planos,
por una parte, a partir de su objeto de concreto de protección y por otra a partir de
su funcionalidad normativa.

“Una síntesis de la configuración jurisprudencial del referente o del contenido


de la expresión “dignidad humana” como entidad normativa, puede presentarse de
dos maneras: a partir de su objeto concreto de protección y a partir de su
funcionalidad normativa. Al tener como punto de vista el objeto de protección del
enunciado normativo “dignidad humana”, la Sala ha identificado a lo largo de la
jurisprudencia de la Corte, tres lineamientos claros y diferenciables: (i) La dignidad
humana entendida como autonomía o como posibilidad de diseñar un plan vital y de
determinarse según sus características (vivir como quiera). (ii) La dignidad humana
entendida como ciertas condiciones materiales concretas de existencia (vivir bien).
Y (iii) la dignidad humana entendida como intangibilidad de los bienes no
patrimoniales, integridad física e integridad moral (vivir sin humillaciones). De otro
lado, al tener como punto de vista la funcionalidad, del enunciado normativo
“dignidad humana”, la Sala ha identificado tres lineamientos: (i) la dignidad humana
entendida como principio fundante del ordenamiento jurídico y por tanto del Estado,
y en este sentido la dignidad como valor. (ii) La dignidad humana entendida como
principio constitucional. Y (iii) la dignidad humana entendida como derecho
fundamental autónomo”. (CORTE CONSTITUCIONAL, 2002)

De la anterior síntesis de la Corte se puede extraer el rol que tiene el estado


en la protección de la dignidad humana de sus conciudadanos, de igual forma debe
permitir un desarrollo autónomo de la persona, también debe garantizar que, en el
desarrollo de esta autonomía, la persona no se vea enfrentada a tratos degradantes
que afecten su desarrollo personal, físico y psicológico, encaminados a generar
daños irreversibles en la persona.

Es importante señalar que dentro del ordenamiento jurídico colombiano


existe el código penitenciario y carcelario expedido mediante la ley 65 de 1993, y
que en su artículo 5, el cual fue modificado por el artículo 4 de la ley 1709 de 2014,
regula el respeto a la dignidad humana. “... (En los establecimientos de reclusión
prevalecerá el respeto a la dignidad humana, a las garantías constitucionales y a
los Derechos Humanos universalmente reconocidos. Se prohíbe toda forma de
violencia síquica, física o moral.)”, este precepto legal hace una exigencia bastante
clara, frente a quienes están a cargo del cuidado de los reclusos, ya que no se
puede menoscabar los derechos de los internos justificando que han perdido todo
derecho desde el momento de fueron condenados o privados de la libertad.

HACINAMIENTO CARCELARIO

Para hacer un contexto más claro de la situación traeremos el caso de unos


ciudadanos que mediante acción de tutela solicitan condiciones más dignas en el
centro penitenciario de Yopal. Refieren en los hechos que las celdas que han sido
hechas para recluir a 3 internos son utilizadas para 7, ocasionando así que las
condiciones de convivencias entre los internos se tornan bastante delicadas, de
igual forma refieren que por la ubicación de geográfica, las olas de calor son
bastante insoportables y al existir una tasa de sobrepoblación carcelaria, causa que
las condiciones de vida en ese lugar sean intolerables. Refieren los internos que
deben dormir al lado del sanitario o cuando pueden en hamacas, esto con el fin
buscar conciliar el sueño, frente a las condiciones de los patios, la cual es difícil
estar en total tranquilidad, pues por las condiciones del lugar escasamente como
actividad física pueden caminar. Este caso solo es el reflejo de la situación que viven
los internos en los diferentes centros carcelarios, para el año 2017 fue aportada una
información del centro carcelario de Yopal, información donde el centro
penitenciario refleja en nivel de sobrepoblación al cual se ven enfrentados, dicha
dato aportado es el siguiente.

Indicó que el centro de reclusión está conformado por “6 patios con una
capacidad real para albergar 918. La población privada de la libertad asciende a un
total de 1378, presentándose sobrecupo de 460 internos que corresponde al 52%
de hacinamiento”. Allegó, igualmente la siguiente relación: (CORTE
CONSTITUCIONAL, 2017)

La gráfica anterior solo es un vivo ejemplo de la situación actual que se


presenta en las cárceles de Colombia, es por ello que se hace de vital importancia
que desde la política criminal se tomen acciones reales que permitan dar una
solución más clara y contundente a esta situación, pero ello es importante cambiar
la percepción que hay en la ciudadanía, que para que haya justicia necesariamente
se tiene que privar de la libertad, pues el sentido de la norma no es privar
ciudadanos que solo salen con ganas de seguir delinquiendo, el sentido normativo
debe estar enfocado en una verdadera resocialización de las personas que por
circunstancias algunas provocadas, otras ajenas a su voluntad, se vieron
involucradas en situaciones que los llevaron a afrontar un proceso penal, en virtud
del artículo 4 de la ley 599 de 2000 que fija las funciones de la pena, encontramos
dos funciones enfocadas o dirigidas al penado las cuales son la reinserción social y
la protección al condenado, esta última función va dirigida a quienes se encuentran
purgando una pena, de allí la responsabilidad que tiene el estado de salvaguardar
la vida y los derechos de los reclusos.

A la luz de los órganos internacionales se encuentran “las reglas mínimas


para el tratamiento de los reclusos” (ONU, 1996), estas fueron adoptadas por el
primer congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento
del Delincuente, celebrado en Ginebra en 1955, y aprobadas por el Consejo
Económico y Social en sus resoluciones 663C (XXIV) de 31 de julio de 1957 y 2076
(LXII) de 13 de mayo de 1977 (ONU, 1996)

Entre las reglas podemos destacar su principio fundamental el cual está


encaminado en lo siguiente:

“1) Las reglas que siguen deben ser aplicadas imparcialmente. No se


debe hacer diferencias de trato fundadas en prejuicios, principalmente de
raza, color, sexo, lengua, religión, opinión política o cualquier otra opinión, de
origen nacional o social, fortuna, nacimiento u otra situación cualquiera. 2)
Por el contrario, importa respetar las creencias religiosas y los preceptos
morales del grupo al que pertenezca el recluso”. (ONU, 1996)
El principio nos invita a una aplicación de la norma de una manera imparcial,
es decir que las decisiones deben ser objetivas, dichas decisiones no pueden estar
fundadas en motivos distintos de juzgar y castigar la conducta previamente descrita
como delito, es decir que se encuentre tipificada, esto en concordancia con el
principio de legalidad.

De igual forma las reglas hacen una invitación a los estados que los reclusos
deben estar separado según su edad y sexo, que se le debe garantizar un lugar
donde puedan descansar en las noches, garantizar la higiene personal puesto que
esto contribuye a la salud de los penados de igual forma garantizar una alimentación
de buena calidad, que le permitan a los reclusos afrontar su estadía en los centros
carcelarios, también se le debe permitir espacios realizar ejercicios físicos que le
permitan estar activos, disponer de lugares que contribuyan con la educación de los
penados, ya que al ser educados tiene una mayor probabilidad de regresar a la vida
en comunidad y ser un actor generador de paz, en cuanto los servicios médicos, se
les debe estar en constante revisión respecto al estados de salud de los penados,
de igual manera garantizar la asistencia médica eficaz y oportuna en cualquier
eventualidad que se llegase a requerir, para la ONU estas reglas deberían ser un
ejemplo a seguir en el momento que se esté tratando con personal privado de la
libertad.

Subrogados Penales como solución al hacinamiento carcelario

Los subrogados penales son medidas de sustitutivas que permiten


reemplazar las penas de prisión y arresto, tal como lo regla el artículo 36 de la ley
599 de 2000, de igual forma se hace necesario cumplir con ciertos requisitos que
exige la norma, para el caso de la prisión domiciliaria que contempla el artículo 38
de la ley 599 de 2000, este un mecanismo a través del cual se le permite a quien ha
sido condenado con pena privativa de la libertad en establecimiento penitenciario,
que cumpla dicha sentencia en su lugar de domicilio, para ello debe cumplir los
siguientes requisitos contemplados en el artículo 38B del código penal,

ARTÍCULO 38B. “REQUISITOS PARA CONCEDER LA PRISIÓN


DOMICILIARIA. Artículo adicionado por el artículo 23 de la Ley 1709 de 2014. El
nuevo texto es el siguiente: Son requisitos para conceder la prisión domiciliaria”:

1. Que la sentencia se imponga por conducta punible cuya pena mínima


prevista en la ley sea de ocho (8) años de prisión o menos.

2. “Que no se trate de uno de los delitos incluidos en el inciso 2o del


artículo 68A de la Ley 599 de 2000.

3. Que se demuestre el arraigo familiar y social del condenado.

En todo caso corresponde al juez de conocimiento, que imponga la medida,


establecer con todos los elementos de prueba allegados a la actuación la existencia
o inexistencia del arraigo.

4. Que se garantice mediante caución el cumplimiento de las siguientes


obligaciones:

a) No cambiar de residencia sin autorización, previa del funcionario judicial;

b) Que dentro del término que fije el juez sean reparados los daños
ocasionados con el delito. El pago de la indemnización debe asegurarse mediante
garantía personal, real, bancaria o mediante acuerdo con la víctima, salvo que
demuestre insolvencia;

c) Comparecer personalmente ante la autoridad judicial que vigile el


cumplimiento de la pena cuando fuere requerido para ello;

d) Permitir la entrada a la residencia de los servidores públicos encargados


de realizar la vigilancia del cumplimiento de la reclusión. Además, deberá cumplir
las condiciones de seguridad que le hayan sido impuestas en la sentencia, las
contenidas en los reglamentos del INPEC para el cumplimiento de la prisión
domiciliaria y las adicionales que impusiera el Juez de Ejecución de Penas y
Medidas de seguridad”.
Este mecanismo es traído a colación puesto que de ser aplicado permitiría
una disminución considerable de la población carcelaria, contribuyendo de este
modo a la disminución del hacinamiento carcelario, esta afirmación se hace sin
desconocer que en los casos que la ley lo prohíba ya será una decisión única del
juez según sea el caso, por ejemplo es entendible que no se pueda otorgar una
prisión domiciliaria en los delitos donde la víctima resida en el mismo domicilio del
condenado, sin embargo si se cumple con el requisito del arraigo, y pueda aportar
las pruebas que el condenado no va evadir la justicia, se debe entrar analizar la
posibilidad de conceder este mecanismos en domicilio distinto al habitual que tenga
el procesado.

Otro mecanismo por revisar es el contemplado en el artículo 63 de la ley 599,


donde consagra la suspensión de la ejecución de la pena, a continuación, se trae la
norma al tenor literal,

“ARTÍCULO 63. SUSPENSIÓN DE LA EJECUCIÓN DE LA PENA. <Artículo


modificado por el artículo 29 de la Ley 1709 de 2014. El nuevo texto es el siguiente:>
La ejecución de la pena privativa de la libertad impuesta en sentencia de primera,
segunda o única instancia, se suspenderá por un período de dos (2) a cinco (5)
años, de oficio o a petición del interesado, siempre que concurran los siguientes
requisitos”:

1. “Que la pena impuesta sea de prisión que no exceda de cuatro (4) años.

2. Si la persona condenada carece de antecedentes penales y no se trata de


uno de los delitos contenidos el inciso 2o del artículo 68A de la Ley 599 de 2000, el
juez de conocimiento concederá la medida con base solamente en el requisito
objetivo señalado en el numeral 1 de este artículo.

3. Si la persona condenada tiene antecedentes penales por delito doloso


dentro de los cinco (5) años anteriores, el juez podrá conceder la medida cuando
los antecedentes personales, sociales y familiares del sentenciado sean indicativos
de que no existe necesidad de ejecución de la pena.
La suspensión de la ejecución de la pena privativa de la libertad no será
extensiva a la responsabilidad civil derivada de la conducta punible.

El juez podrá exigir el cumplimiento de las penas no privativas de la libertad


accesorias a esta. En todo caso cuando se trate de lo dispuesto en el inciso final del
artículo 122 de la Constitución Política se exigirá su cumplimiento”. (LEY 599 DE
2000)

Con relación al artículo anterior, el mecanismo de suspensión condicional de


la pena puede ser concebido a petición de la parte o de oficio, es decir si el
procesado o su defensor hace dicha solicitud o el juez oficiosamente puede
conceder dicho subrogado, siempre que el condenado cumpla con los requisitos
descritos en la norma anteriormente citada.

Por otra parte, como el tema de análisis es el hacinamiento y su contribución


a la afectación de la dignidad humana, es importante tomar la suspensión
condicional convirtiéndola en una herramienta eficaz, para ello es necesario crear
conciencia de las consecuencias que se generan al privar de la libertad a una
persona, ya que si bien es cierto es decisión del juez conceder, este no se puede
apartar de la voluntad del legislador y volver la aplicación del mecanismo una forma
discrecional.

Por último, se analizará la libertad condicional,

“ARTÍCULO 64. LIBERTAD CONDICIONAL. <Artículo modificado por


el artículo 30 de la Ley 1709 de 2014. El nuevo texto es el siguiente:> <Aparte
subrayado CONDICIONALMENTE exequible> El juez, previa valoración de
la conducta punible, concederá la libertad condicional a la persona
condenada a pena privativa de la libertad cuando haya cumplido con los
siguientes requisitos”:

1. “Que la persona haya cumplido las tres quintas (3/5) partes de la


pena.

2. Que su adecuado desempeño y comportamiento durante el


tratamiento penitenciario en el centro de reclusión permita suponer
fundadamente que no existe necesidad de continuar la ejecución de la pena.

3. Que demuestre arraigo familiar y social.

Corresponde al juez competente para conceder la libertad condicional


establecer, con todos los elementos de prueba allegados a la actuación, la
existencia o inexistencia del arraigo.

En todo caso su concesión estará supeditada a la reparación a la


víctima o al aseguramiento del pago de la indemnización mediante garantía
personal, real, bancaria o acuerdo de pago, salvo que se demuestre
insolvencia del condenado.

El tiempo que falte para el cumplimiento de la pena se tendrá como


periodo de prueba. Cuando este sea inferior a tres años, el juez podrá
aumentarlo hasta en otro tanto igual, de considerarlo necesario”. (Ley 1709
de 2014)

Respecto a este subrogado de la libertad condicional, la Corte Constitucional


refiere que tiene doble significado, en primer lugar, un significado moral, en cuanto
que estimula al condenado que ha dado muestra de su readaptación, y, en segundo
lugar, una in significado social, porque motiva a los demás reclusos a seguir el
mismo ejemplo, con lo cual se logra la finalidad rehabilitadora de la pena.

Consecuencias físicas y mentales del hacinamiento


El hacinamiento en Colombia aparte de que se ha convertido en un problema
de política pública también se ha convertido en un problema de salubridad dentro
de las cárceles, dado que se encuentran en una sobrepoblación donde los internos
de éstas viven problemas de salud tanto físicos como psicológicas.

Si de por sí para algunos internos deben soportar las duras condenas


recibidas por parte del aparato judicial, ya sea por falta de defensa técnica o porque
la justicia cometió errores como los son la privación injusta de la libertad, cosa que
ya es juzgada por la jurisdicción de lo contencioso administrativo en el marco del
derecho a la reparación directa por errores judiciales, tienen que soportar estas
condenas largas sin haber cometido delitos y otros tanto que son privados de la
libertad en sitios donde la capacidad para albergar esta población se ha desbordado
en muchos casos hasta en un 50%.

Problemas psicológicos

teniendo en cuenta como Máxima autoridad en temas de salud la


organización Mundial de la Salud una frase que fue lema para esta organización
“aunemos esfuerzos para prevenir el suicidio” se conmemoró el 10 de octubre de
2019 el día internacional de la salud mental, esto fue un objetivo propuesto por esta
organización y un esfuerzo por prevenir tantos suicidios como sea posible a raíz de
los problemas mentales y psicológicos que puedan presentar los distintos sectores
de la población.

Así mismo realizó un llamado de atención a todas las naciones sobre esta
problemática ya que está afectando a millones de personas y que “es la segunda
causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años y que cobra cerca de 800.000
vidas al año, es decir que cada 40 segundos una persona se quita la vida en algún
lugar del planeta” (López, 2019, pg. 7), esto en condiciones normales donde los
jóvenes están a sus anchas gozando la vida y en libertad donde pueden salir a dar
sus paseos, jugar, divertirse, ejercer su derecho a la lúdica y esparcimiento y
crecimiento personal, ahora Pongámoslo en el marco del cumplimiento de una pena
en las cárceles de Colombia donde como veremos.

“En 2017, el Laboratorio de Psicología Jurídica de la Universidad Nacional de


Colombia (unal) presentó el “Informe nacional de prisiones”, desarrollado en el
marco del contrato interadministrativo 490 suscrito con el Ministerio de Justicia y del
Derecho. En él se pueden evaluar como críticos diversos indicadores que tienen
una incidencia directa sobre la salud mental de las personas privadas de la libertad.
Por ejemplo, el hacinamiento registrado ese año fue del 47 % –hoy supera el 52 %–
, sobrepasando en algunos establecimientos el 100 %, y al calcular por número de
camas (espacio físico destinado para poner un colchón), el de reclusos lo supera en
un 66 %; la tasa de suicidios pasó de 9,05 en 2016 a 10,34 en 2017, mientras la de
homicidio pasó de 25,63 en 2016 a 27,58 en 2017; el tiempo promedio de
permanencia en celda fue estimado en 9 horas, y el de aislamiento en 28 días. Si
se revisan los indicadores de atención en salud, solo el 12 % de los internos tuvo
examen de ingreso, y el porcentaje de reclusos que habían recibido atención
primaria en salud fue del 25,7 %, en la cárcel de Riohacha solo el 14 %.” (López,
2019, pg. 7)

cómo se puede evidenciar se presente un aumento en el hacinamiento en las


cárceles de Colombia que ha pasado de un 47% el cual es algo menos de la mitad
de sobrepoblación a estar en 2019 en un 52%, es decir en un aumento de 5 puntos
porcentuales lo cual es un aumento considerable teniendo en cuenta que el margen
es de dos (2) años, así mismo teniendo en cuenta todos los errores que ha tenido
el ministerio de justicia en cuanto a la contratación se evidencia que hay un solo
psicólogo por cada 1.000 reclusos, lo que se traduce en una insuficiente atención
de estas personas teniendo en cuenta que esta población son las que más
necesitan de este servicio por lo que muchas veces solo ven una hora de sol al día
en diferentes cárceles de Máxima seguridad del territorio nacional.

Por ejemplo en la cárcel de Combita - Boyacá en la unidad de tratamiento


especial, es el lugar donde llegan los internos más difíciles y más violentos que
pueden estar en un cárcel, en estas instalaciones pueden albergar 32 presos en
celdas de concreto completamente aislados del resto del mundo, en donde se han
visto intentos de suicidio por parte de estas personas con cualquier cosa que se
encuentren o que ellos mismos fabriquen haciéndose cortaduras en las venas, en
el cuerpo y demás, por causas de la ansiedad que sienten al saber que tienen que
vivir en este estrecho espacio, haciendo de un infierno dentro de otro infierno.

la corte constitucional mediante la sentencia T - 857 del 2013 pone de


presente que todas las personas recluidas en centro penitenciarios y carcelarios
tienen derecho y así lo refiere la CIDH ha instituido dentro de su jurisprudencia los
deberes de los estados con relación a la obligatoriedad del cumplimiento mínimo de
los estándares de calidad de los reclusos dentro de los penales.

“Las personas recluidas en centros carcelarios tienen derecho a acceder a


los servicios de salud que requieran sin enfrentar barreras administrativas y sin que
se les exija demostrar falta de capacidad económica, pues esta se infiere
directamente de la especial sujeción y la suspensión y restricción de sus derechos
fundamentales. En ese marco, la Corte ha amparado diversas facetas del derecho
como el derecho al diagnóstico, la continuidad en la prestación del servicio; y, en
términos generales, el derecho a acceder a los servicios que requieran para
alcanzar el máximo nivel posible de salud en condiciones de eficiencia, calidad y
oportunidad”. (Sentencia T-857/2013)
En esta referida sentencia la Corte Constitucional indica muy claramente que
sin importar su condición socioeconómica y que sin mediar barrera ya sea de tipo
administrativas u operacionales dentro de los penales las personas privadas de la
libertad deben gozar del derecho integró a la salud y la integridad personal como
pilar fundamental para la protección del mínimo vital y del respeto por la dignidad
humana, que en últimas es el objeto de este artículo.

La Corte Constitucional, al estudiar las condiciones de reclusión de los


internos en la Cárcel Modelo de Bogotá D.C. y Nacional de Bellavista de Medellín,
en especial las condiciones de hacinamiento, declaró mediante sentencia T-153 de
1998 que la situación de los establecimientos penitenciarios y carcelarios del país
configuraba un estado de cosas inconstitucional, principalmente debido a la
situación de indignidad en la cual se encontraban los internos. El fin perseguido con
la declaratoria del estado de cosas inconstitucional estaba dirigido a buscar un
remedio al problema carcelario y penitenciario del país que lamentablemente aún
genera violaciones generales y sistemáticas de los derechos fundamentales, en
tanto afecta una multitud de personas en estado de reclusión y tiene origen en un
problema de naturaleza estructural que para solucionarse exige la acción
mancomunada de distintas entidades.” (Sentencia T -857-13).

Aquí vemos como ya se estaba hablando de un estado de cosas


inconstitucionales dentro del marco del cumplimiento de las penas de los reclusos
en las cárceles de Colombia y cómo este estado de cosas inconstitucionales venía
afectando gravemente el derecho a la dignidad de las personas por cuanto no tenían
un sitio donde vivir de manera transitoria pero cómoda dada las circunstancias que
lo llevaron a estar allí.

dicho fallo reiteró que sin importar las condiciones de las personas las cuales
habitaban allí en los centros de reclusión y que están por supuesto privadas de la
libertad deben garantizarse un mínimo de protección de derechos los cuales por
estar en sujeción especial del estado por estar éste a cargo con más veras se
debería ver reflejado esta protección,

CONCLUSIONES

1. La privación de la libertad como respuesta a la infracción a una norma que


tipifica una conducta humana, nace como una respuesta de ejemplarizar a
una sociedad, pero en el afán de alcanzar los objetivos del legislador se ha
dejado a un lado los derechos propios del ser humano, pues si bien es cierto
se hace una restricción a la libertad de la persona, también es necesario
señalar que existe una obligación que recae sobre el estado, dicha obligación
consiste en respetar los derechos mínimos del ser humano.

2. Los penados ven comprometida su integridad personal al estar privados de


la libertad, toda vez que están sometidos a todo tipo de comportamientos por
parte de sus compañeros de celda, cuando están en una, pues la
sobrepoblación de personas en los centros carcelarios dificulta
considerablemente que la rea tenga un trato dignificado por parte de quienes
lo están custodiando.

3. El hacinamiento carcelario ha sido reconocido como una falla que se


presenta a la hora de hacer eficaz el cumplimiento de la pena, desdibujando
así, las funciones propias de la pena, tales como la resocialización, función
que recae directamente sobre el penado.

4. Se propone la aplicación de los subrogados penales, como una posible


solución al hacinamiento carcelario, esta consideración se hace al realizar un
análisis en el ordenamiento jurídico y encontrar diferentes mecanismos que
pueden garantizar un cumplimiento de la pena, sin la necesidad de trasgredir
los derechos propios de los penados.
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