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TÉCNICA NARRATIVA DE PERSPECTIVA MÚLTIPLE (CONTRAPUNTO)

El enfoque narrativo múltiple es una de las alternativas para la utilización de varios


narradores dentro del texto. En el enfoque narrativo múltiple, (también llamado
enfoque narrativo de perspectiva múltiple o multiperspectiva), la historia se cuenta
desde diferentes personajes que van alternándose en el texto y cada quien ofrece una
versión personal de los hechos.
Esta técnica consiste en que dos o más personajes se refieren a los mismos hechos,
pero desde distintos puntos de vista, interpretándolo de distinta manera, combinando
varios de los tipos de relación que tiene el narrador directamente con el relato y el
recurso literario y expresivo utilizado para contar la historia.
Se trata de una técnica moderna, desarrollada en el siglo XX por autores como
William Faulkner en Mientras yo agonizo. El libro está narrado mediante la técnica del
flujo de conciencia con 15 narradores en 59 capítulos. Es la historia de la muerte de Addie
Bundren, la mujer de un humilde granjero de Misisipi, y la búsqueda de la familia, noble
o egoísta, que quiere honrar su deseo de ser enterrada con su gente en el pueblo New Hope
de Jefferson. Relata la peripecia de una familia de blancos pobres, los Bundren, que
recorren los parajes rurales del Sur con el cadáver de la esposa y madre en un ataúd para
enterrarla en una parcela de su propiedad. Esta aventura tragicómica, en la que se
entremezcla un humor de tintes ácidos con la más arrolladora desolación, está narrada
mediante una sucesión de monólogos interiores de los diversos personajes: el patriarca
familiar, los hijos y la propia muerta, que habla al lector desde “el otro lado”, desde el más
allá. Y en este viaje con ecos grotescos de la Odisea homérica y de episodios bíblicos,
Faulkner introduce los temas y obsesiones que fecundan su literatura: la decadencia del
Sur, el viaje sacrificado con el cadáver, la culpa que atormenta a los personajes, la
transgresión y su castigo, el peso opresivo del pasado.
En el viaje, el niño favorito de Addie, Jewel, salva el cuerpo de su madre de una
inundación y de las llamas. Además, se van revelando los pensamientos de cada uno de los
Bundrens. Darl, el segundo mayor, demuestra dotes para averiguar el futuro e intenta
terminar con el viaje familiar.
Mediante el uso de esta técnica el escritor revela un universo, un suceso, una acción
desde diferentes perspectivas, tanto temporales como espaciales.
Tres tristes tigres, del cubano Guillermo Cabrera Infante, en la que se puede percibir
el talento del autor cuando presenta el asesinato de Trotski desde diferentes
perspectivas. Tres tristes tigres es, en palabras de su autor, “una galería de voces, casi
un museo del habla cubana, en la que generaciones por venir podrían oír hablar a sus
ancestros”. Una recreación nostálgica de La Habana de 1958, y en especial de su vida
nocturna. Un canto a la ciudad, que recrea y mitifica, rescribiendo la “historia” de la
cultura habanera.
El enfoque narrativo múltiple es una combinación de varios narradores dentro de una
novela o relato. En el enfoque narrativo múltiple, la historia se cuenta desde diferentes
personajes que van alternándose en el texto y ofrecen una versión personal de los hechos.
Los distintos narradores, que no tienen por qué tener el mismo conocimiento de lo que
se cuenta, narran los hechos por medio de su propia voz y ofrecen, como es lógico, puntos
de vista diferentes de lo ocurrido. A esta técnica narrativa también se la conoce también
como perspectiva múltiple o caleidoscopio.
En la novelística peruana hallamos esta técnica en La casa verde, relata la historia de
un ladrón y contrabandista llamado Fushia que se interna en las selvas peruanas al tratar de
huir de la justicia. No es un hombre de tener muchos amigos, pues nadie quiere involucrarse
con él por sus delitos; sin embargo, Aquilino fue uno de sus compañeros de aventuras en el
camino. Junto a Aquilno se dedicaban a traficar en medio de las tribus indígenas.
Fushio traficaba con pieles de res y con cauchos entre los habitantes de la tribu, aunque
cambó su rumbo para estacionarse Iquitos. En esta historia aparece de nuevo uno de los
primeros protectores de Bonifacia, Julio Reátegui, el cual también evade la justicia escapando
cuando se descubre que está involucrado en el tráfico ilícito de caucho y pieles de res.
Fushia sabía muy bien que a Don Julio lo estaba buscando la policía y como él se había
enamorado de su mujer, entonces decide dársela a cambio junto a un lote de víveres para
sobrevivir en la selva, todo esto a cambio de no delatarlo frente a las autoridades. Cuando Fushia
llega al Río Santiago, mantiene su actividad delictiva en el contrabando de cauchos y de pieles
sin medir las consecuencias, ni pensar que la justicia estaba tras él desde hace mucho tiempo.
Junto a Fushia aparece Adrián Nieves, que en la historia anterior también se convirtió en
fugitivo de la justicia. Pronto el delincuente se casó con Lalita y engendraron a un hijo, a cuyo
nombre responde como Aquilino, como una forma de homenajear a su fallecido amigo. Los
malos tratos de Fushia hacia su esposa no se hicieron esperar, ya que la golpeaba brutalmente
o mantenía relaciones sexuales con prostitutas frente a ella.
Las consecuencias de los actos para este delincuente no se hicieron esperar, pues enfermó
gravemente de lepra, causando que su virilidad y vida sexual se viniera a menos. Para colmo de
males, su aliento fue tan insoportable que no pudo acercarse a Lalita para besarla o hablar con
ella; todo era desde la distancia. La mujer harta de su estilo de vida decide escapar con Adrian
Nieves hacia la sierra para comenzar una nueva vida. Nieves le cuenta a Lalita sobre todo lo que
hizo El Sargento en el pasado.
Todo el mundo rechazó al enfermo Fushia y en su mente sólo permanecía el recuerdo de su
entrañable amigo Aquilino. Su amigo difunto le aconseja que se aleje de ese estilo de vida y del
contrabando para siempre, porque está empezando a pagar sus actos y todavía estaba a tiempo
de arrepentirse. Gracias a eso, toma su pequeña lanza para aventurarse al Amazonas. En el
transcurso del viaje, creyó conveniente en buscar ayuda en un centro de atención para leprosos.
Aquilino le relata que Lalita no permaneció mucho tiempo al lado de Adrián Nieves, porque
la policía logró arrestarlo después de mucho tiempo. No pasaron los meses cuando Lalita ya se
había casado por tercera vez, ahora con un guardia conocido por su gente como “El pesador”.
Con él tuvo varios hijos y a raíz de ello, su cuerpo perdió la esbelta figura que la caracterizaba.
Estos acontecimientos entristecieron más la vida de Fushia, que ahora contaba solamente con el
espíritu de Aquilino.
“Cuentos completos” de Onetti. El relato del escritor uruguayo cuenta la historia de
Jacob van Oppen, un excampeón de lucha libre, a través de tres narradores: el médico
(que le atiende tras la pelea), el narrador (un narrador omnisciente); y Orsini, apodado
“El príncipe”, manager de Jacob.
Ejemplo 1:
“La señorita Cora” de Julio Cortázar, El cuento comienza con las quejas de la madre de
Pablo, que se lamenta porque no la dejan dormir con su hijo en la clínica. Dice que él ha
entrado pálido y está asustado, y que su padre también está nervioso. Tienen que operarlo
de apendicitis. La madre considera que su hijo quiere estar pegado a ella, pero que en la
clínica actúa de “hombre grande”. Caracteriza a la enfermera Cora como una “mocosa”,
con “aires de vampiresa”, y como una “chiquilina de porquería”. Dice que le ha dicho a la
enfermera lo que piensa, y que su nene se ha puesto colorado. Quiere hablar con el doctor De
Luisi para que “ponga en su lugar a esa mocosa presumida”.
Luego la voz narradora pasa a Pablo, que se siente avergonzado frente a la enfermera por
los modos de su madre. Piensa que es lo suficientemente grande como para dormir solo, y
que la enfermera es simpática y muy joven. Se deduce que siente una atracción por ella y
quiere preguntarle el nombre, pero aparece otra enfermera, una señora mayor y arrugada,
que le toma la fiebre.
La madre vuelve a la clínica a visitar a Pablo y habla con el doctor De Luisi, que le cuenta
que van a operarlo a la mañana siguiente. Le confirma que el chico está bien. Ella se queja
con el doctor por la impertinencia de la enfermera Cora.
Pablo vuelve a narrar, y le dice a la madre que se vaya. Averigua, gracias a la enfermera
de la mañana, el nombre de Cora.
Comienza a narrar Cora. Está molesta por la madre de Pablo, y piensa en él como un
“nene de mamá”. Dice que se le nota en la cara que tiene miedo. Luego sigue narrando Pablo,
en una oración ambigua, porque la primera parte podría ser enunciada tanto por Cora como
por Pablo: "Y para peor me mira en los ojos, por qué no le puedo aguantar esa mirada si al
final no es más que una mujer, cuando saqué el termómetro de debajo de las frazadas y se lo
alcancé, ella me miraba y yo creo que se sonreía un poco, se me debe notar tanto que me
pongo colorado, es algo que no puedo evitar, es más fuerte que yo.". Pablo escucha a su
madre que le pide a Cora que lo traten bien.
Los narradores comienzan a alternarse con mayor velocidad y de maneras más abruptas.
Cora comienza a narrar y piensa que Pablo es bonito y le hace gracia verlo tan pudoroso. Le
pide que se baje el pantalón y le afeita la zona de la operación. Él habla con tanta vergüenza
que ella siente pena.
De nuevo narra Pablo: huele el pelo de la enfermera y aprecia el olor a shampoo de
almendras que tiene. Le pregunta si se llama Cora. Ella lo mira con aire burlón y le aclara,
marcando distancia, que se llama “señorita Cora”. Pablo piensa que lo dice para castigarlo.
Quiere poder decirle "Cora", a secas. Siente ganas de llorar. Ella le pide que se tranquilice y
le dice que la operación es muy sencilla.
Cuando vuelve a narrar Cora, se queja del exceso de confianza que ha tomado Pablo.
Luego, Pablo piensa que Cora está furiosa y sufre por eso.
Cuando Cora vuelve más tarde a la habitación, Pablo se hace el dormido de la vergüenza
que le da enfrentarla. Ella lo despierta y le pide que se baje el pantalón para darle una
inyección. Lo llama “mi joven admirador”. Cuando ella sale de la habitación, Pablo llora,
tapándose la boca, y la insulta, invadido por la vergüenza.
Pablo tiene inconvenientes para recibir la anestesia y el médico les cuenta a los padres que
la operación no ha salido del todo bien. El paciente no para de vomitar. Cora lo cuida y Pablo
le agarra la mano. Ella dice que él debe pensar que ella es su madre. A él le cuesta salir de la
anestesia. Cora comienza a encariñarse con Pablo. Piensa que es bonito. Le dice a Marcial,
su pareja, que no quiere que la bese en el trabajo. Sigue enojada con los destratos de la madre
de Pablo.
Pablo está muy débil: no quiere ni siquiera abrir los ojos. Le pide a Cora que lo tape con
otra frazada. De nuevo la mira y repara en su pelo precioso. Ella le pasa hielo por los labios
y le toma la temperatura. Él vuelve a llorar de la vergüenza.
El doctor Suárez entra a revisar al paciente y le dice a la familia que la recuperación será
más larga de lo planeado. Pablo no puede ni leer de lo débil que está. Tiene mucha fiebre.
Cora le pone colonia, lo peina y lo seca. Se siente desamparada frente a ese “chiquilín
pretencioso” (1996:562), y decide dejar de involucrarse de más con su paciente. El doctor
Suárez le dice al padre de Pablo que el cuadro no es nada sencillo. Cora entra a la habitación
y Pablo no la mira a los ojos. A las cinco y media lo buscan para hacer la segunda operación.
Marcial le dice a Cora que le ha pedido al doctor Suárez que la releven, así no tiene que
tratar más a Pablo. Cora se enoja y le dice que va a seguir cuidándolo.
Pablo sale muy débil de salud de la operación, y Cora lo sujeta y lo limpia después de
tantos vómitos. Pablo nota que la está confundiendo con su madre. Ella le moja los labios, le
pone colonia y le dice que la llame "Cora". Sin embargo, él la mira y le dice “señorita Cora”
(1996:563). Ella lo besa, y él le dice que quiere que entre su mamá. Pablo sigue vomitando,
hasta que finalmente muere.
Ejemplo 2:
Gabriel García Márquez “La hojarasca” El Padre, un anciano y medio ciego que lleva
el título de coronel dentro de la aldea, ha hecho una promesa de enterrar al recientemente
fallecido médico a pesar del consenso dentro de Macondo de que debería dejarlo pudrirse
dentro de la casa de la esquina donde él había vivido en completo aislamiento social durante
la última década.
La hija, Isabel, está obligada a acompañar a su padre por respeto a los valores
tradicionales, sabiendo que ella y su hijo estarán condenados a enfrentar la ira de sus
vecinos en Macondo. La narrativa del nieto, por otro lado, está más preocupada por el
misterio y la maravilla de la muerte.
Al igual que con muchas de sus historias, como El Amor en los tiempos del cólera y
Crónica de una muerte anunciada, Gabriel García Márquez presenta una escena
dramática para comenzar su narración y luego se mueve hacia atrás, reafirmando el
pasado que conducirá a la conclusión final.
Se descubre dentro de la narración que el centro de todo el conflicto (el difunto) es un
médico que llegó a Macondo con un pasado misterioso y sin un nombre claro.
La única gracia salvadora del hombre es una carta de recomendación del Coronel
Aureliano Buendía, uno de los personajes principales de los últimos Cien años de soledad.
Es esta carta la que conduce al extraño a la familia que sirve colectivamente como narrador
del drama que se desarrolla.
Ejemplo 3:
Mario Vargas Llosa “Los cachorros”. En este ejemplo observamos que se mezclan la
1ª y 3ª persona indistintamente. Todavía llevaban pantalón corto ese año aún no
fumábamos, entre todos los deportes preferían el fútbol, y estábamos aprendiendo a
correr olas, a zambullirnos desde el segundo trampolín del Terrazas, y eran traviesos,
lampiños, curiosos, muy añiles y voraces. Ese año cuando Cuéllar entró al colegio
Champagnat.
“¿Es verdad que viene un alumno nuevo, hermano? Si, ahora a callar. Los chicos
del Tercero A del colegio religioso Champagnat acogieron con interés al recién
llegado. ¿Cómo te llamas? Cuéllar. Ellos Choto, Chingolo, Mañuco y Lalo. Niños
bien los cinco, del barrio de Miraflores, donde se juega al tenis, se practica fulbito, se
corren las olas y las cosas no cuestan esfuerzo siempre que te las puedas costear.
Creció su tamaño y con él la afición por jugar al fútbol. Cuéllar era estudioso,
presentaba interés en las clases y prestaba atención. Un ejemplo para el resto. ¿Veis
cómo se puede ser buen deportista y aplicado en los estudios? Los hermanos le ponían
como modelo. Si sigue así, haremos de él un hombre de provecho.
Los otros cuatro le apreciaban, se había hecho un lugar en el grupo y jugaba bien
al fútbol. ¿Cómo lo has hecho?, le decía Lalo, y él: entrenando y viendo a los cracks
en el Estadio. Después de cada partido los chicos entraban al vestuario, pero ese día
sólo Lalo y Cuéllar se estaban duchando. Al colarse por la puerta Judas, el perro danés
del Colegio, los demás lograron escapar. Todos menos Cuéllar, todo gritos, dolor y
sangre. ¿Qué te pasó? Esa bestia de Judas se me echó encima. ¿Te mordió? Con todas
sus fuerzas. ¿Ya te has recuperado? Estoy mejor. Choto, Chingolo, Mañuco y Lalo se
apiadaban de su amigo, al que el danés había dejado castrado. No mucho tiempo
después comenzaron a llamarle “Pichulita” en el Colegio. También sus amigos,
Pichulita, se nos escapa, no lo hacemos con mala intención.
Llegó el tiempo de fumar, beber whisky y bailar con chicas. Pichulita, ¿por qué no
le caes a alguna hembrita? Todos tenemos enamorada: Lalo le cayó a Chabuca y le
dijo que sí, Choto a Fina, Mañuco a Pusy y Chingolo a la China. ¿No te gustan las
mujeres? Sí le gustaban. Entonces, ¿cuál es el problema? Yo no quiero tener
enamorada, prefiero la libertad. Pichulita no era sincero, todos estaban de acuerdo en
que no decía la verdad.
Comenzó a llamar la atención. Conducía a toda velocidad, corría las olas más
grandes y andaba con malas compañías. Es un temerario, Cuéllar. Se ha separado
del grupo, nunca viene con nosotros. Ya no tiene edad de andar con mocosos, ni de
pasarse las noches bebiendo en garitos y haciendo locuras. Si no cambia tendrá mal
final, decían sus amigos, los que antes eran cachorros y que pronto se convertirán en
hombres hechos y derechos, los que seguirán recorriendo el cómodo camino que les fue
marcado sin mirar hacia los lados ni plantearse cualquier otra posibilidad,
envejeciendo en su burbuja de bienestar y criando en el exclusivo barrio de
Miraflores a sus propios cachorros -la nueva generación que tomará el relevo- en las
mismas leyes no escritas e idénticas doctrinas.”
RESUMEN DE LOS CACHORROS
Los cachorros es un relato escrito en un lenguaje coloquial, el de un muchacho
recordando su adolescencia, sus amigos, las novias, el colegio, los juegos, los bailes, los
paseos; el eje del lenguaje reside en un cambio de pronombres que el autor realiza casi
a línea seguida, (se narra en primera persona, para protagonistas ajenos, y en seguida
con un nosotros envolvente, como manejando a la vez dos cámaras y operando en un
panel la selección de la imagen apropiada); el otro eje, el de la historia, es simple y
brutal: un perro ataca a un muchacho mientras se ducha en los baños del colegio
después de un juego de fútbol y le mutila el sexo; a partir de allí, toda la angustia, toda
la clemencia soterradas son posibles, en un juego de malabares múltiples que Vargas
Llosa comienza a dibujar en un aire ciego y tenso, los niños crecen, comienza la
adolescencia, el amor, el encuentro con la pareja predestinada y en la carne del
muchacho mutilado la soledad y el desamparo comienzan a derramarse como una
ponzoña.
Ésta es la historia de Pichula Cuéllar que se mata al fin un día en un accidente de
automóvil, lejos ya de sus amigos, todos casados y con hijos y él un solitario, a cuyo
entierro asisten los viejos camaradas en un acto que es ya de pura condescendencia
social y se dicen “pobre, pobrecito”, cuánto sufrió, qué vida tuvo”, cuando todos “eran
hombres hechos y derechos y ya teníamos todos mujer, carro, hijos y amantes” y ya
han logrado su acomodo final, mientras queda atrás el mundo compartido de
futbolitos, helados, la playa, primeras borracheras, aventuras sexuales, tandas de cine.
El relato describe una trayectoria circunferencial y al fin se encuentra a sí mismo;
partiendo de una exposición ágil y clara, va ensanchando su propia tensión hasta
explotar, captando y capturando un ambiente, comunicando al lector un sedimento de
nostalgia, y al cerrar el trazo estamos dentro, sin salida posible.
Los cachorros aparejado con lo que podría llamarse un relato fotográfico de Xavier
Miserachs, un artista absolutamente compenetrado del ambiente y de los alcances de
la narración, que en una serie de fotografías va ilustrando la narración paso a paso,
mejor que lo que podría conseguirse con dibujos o con láminas, pues para una realidad
de esta clase, la fotografía es la mejor respuesta, la más apropiada descripción paralela,
en el caso de que conviniéramos que el relato necesita apoyarse en esta
correspondencia de imágenes.
La obra "Los cachorros" relata la vida de Cuellar, un joven normal que sufre un
serio incidente en su niñez. Se exponen las consecuencias en él, en su familia, y en su
grupo de amigos. A la vez también se cuenta la historia de los pitucos, la clase alta en
la ciudad de Miraflores, Lima.
Cuellar es un niño feliz e integrado a un grupo de amigos, se destaca en los estudios
y le gusta el fútbol. Sus compañeros lo quieren mucho porque es buena gente, que les
ayuda en las tareas.
Sus padres son bastante estrictos, no le permiten ir a jugar al fútbol después de la
salida del colegio, aunque él se muere por ir. De todas formas, en cuarto año lo integran
al equipo de fútbol y sus padres le dan la libertad para entrenar con sus amigos.
Cuellar, luego de un entrenamiento es mordido, de la manera más increíble y más
espantosa por Judas, el perro del colegio, en los genitales provocándole una castración
inesperada, ya que había destrozado completamente los testículos, de manera más
horrible. Hecho que lo marcará para toda la vida. Será motivo de los comentarios
más graciosos, las burlas inesperadas..."¿Dónde lo había mordido…? Ahí pues…, y
se muñequeaban a veces…, ¿En la pichulita…?, …sí, dice era coloradito, chiquito, el
cabezoncito…, ¿Cómo manicito…? y se reían a carcajadas todos los días. Pasó a ser
motivo de las burlas más increíbles, la desgracia de Cuellar".
Luego del accidente Cuellar sigue teniendo una infancia feliz. Siendo todavía un
niño no puede ver las consecuencias del accidente. Es más, obtiene ventajas. Sus padres
ya no son tan estrictos, y descuida los estudios.
Sus compañeros en un principio lo envidiaban, por que como niños solo ven las
ventajas, pero al poco tiempo de su accidente apareció el primer síntoma de su
discriminación, Cuellar se transforma en "Pichula Cuellar". Pero los verdaderos
problemas comienzan en la adolescencia, cuando el tema principal pasa a ser; las
chicas.
Para su desgracia Cuellar se enamora de Teresita, una niña que llega al pueblo de
Miraflores;
..."Miraba a Teresita y se le caía la baba". Pero en realidad sabe que no tiene sentido
ponerse de novio, por lo tanto, comienza una larga etapa de sufrimiento. Cuellar y
Teresita son conscientes de que se gustan, pero él no se decide a proponerle noviazgo.
Entre tanto, otro muchacho de Miraflores la conquista. Y de aquí en adelante comienza
el fin de Cuellar. La desgracia del muchacho en lo sentimental, la frustración…
Consciente de que jamás podrá ser como sus amigos, que ya estaban con pareja. Sin
posibilidades de curarse, la vida de "Pichula Cuellar" carece de sentido y comienza a
vivir al límite de la desesperación...
Cuellar, un niño que llega al colegio religioso Champagnat, situado en el exclusivo
barrio limeño de Miraflores, debe integrarse en el grupo de la sociedad miraflorina. En
un principio, destaca por su aplicación académica y deportiva con lo que se granjea la
amistad, el respeto y el reconocimiento del resto de los alumnos, entrando a formar
parte de un grupo de cuatro chicos (Lalo, Chingolo, Mañuco y Choto). Pronto, Judas,
el perro del colegio lo ataca tras un entrenamiento de fútbol, lo que provoca la
castración del muchacho. A partir de ahí, todo cambia: la actitud de sus padres hacia
él, de los profesores y de los compañeros, que le imponen el apodo despectivo, vulgar
y gracioso: “Pichulita”. Cuellar intenta demostrar su virilidad a través de los deportes
y de actitudes consideradas «machistas». Paulatinamente, el protagonista asume una
castración irreversible, separándose del grupo y reaccionando con manifestaciones
violentas e impropias, que termina con un desgraciado final. El resto del grupo cumple
con las normas sociales; los amigos se casan, se acomodan en una vida burguesa y
tienen hijos que iniciarán de nuevo el ciclo vital dentro de la clase alta limeña.
Temas: Los cachorros se suele relacionar con La ciudad y los perros por lo que
atañe a los argumentos tratados (la adolescencia y la juventud, los problemas de
adaptación, la sociedad fiera que castiga al que no sigue sus reglas). Sin embargo, si
en La ciudad y los perros el concepto de "perro" alude al hombre-animal que se
deja arrastrar por el instinto, en Los cachorros, el "cachorro" se refiere al
adolescente inmaduro que se conforma con las reglas del grupo.
La narración aborda diferentes temas: el machismo y la violencia, la hipocresía, el
uso del lenguaje vulgar propio de los pitucos, la moral de las apariencias, el fracaso, la
frustración y la muerte. Entre ellos destacan dos argumentos fundamentales: la
castración y la crítica a la sociedad burguesa.
La castración. -Es el eje temático del protagonista que sufre el ataque sistemático del
grupo que irá destruyendo psicológicamente con el correr de los días. El colegio crea
un ambiente y una mentalidad que se proyecta en el mundo exterior, en la ciudad,
marcando las pautas del comportamiento. Mordido por el perro Judas, su virilidad
quedará destruida, arrastrando hasta el final de la historia su condición de castrado.
El nombre del perro está cargado de simbolismo y se vincula a una larga tradición
literaria de diversos significados, cuyo origen se encuentra en la Biblia. Judas es el
promotor de la desgracia del protagonista que es sacrificado como Jesús. Judas es el
traidor de Jesús. La figura del danés con sus rasgos característicos (los ladridos, el
encierro en la jaula) también se parece al mítico “guardián del Hades o Infierno”. “La
salida de Judas de la jaula y su agresión alegorizan la liberación del instinto animal que
posee el hombre”. No es un hecho casual que, después del accidente, el perro
desaparezca y su lugar lo ocupen una pareja de “conejitos blancos”. El color blanco
simboliza la indeseada virginidad que el futuro aguarda a Cuéllar.
La sociedad burguesa. -Los cachorros es también una crítica a la presión que
la sociedad burguesa ejerce sobre un individuo diferente. La sociedad limeña es el otro
gran protagonista del libro, un personaje grupal y colectivo, que marca las directrices
de la trama. Una sociedad conservadora, caduca y rancia, donde lo esencial son las
apariencias y el conformismo, ya que la diferencia supone la alienación a la que
condenan al protagonista. Las características de la sociedad limeña, tan cerrada,
asentada en unas férreas relaciones de casta, son la frivolidad, la violencia y el
machismo, que se consideran como los elementos rectores de la formación del hombre,
y la hipocresía, que practican, tanto el propio Cuéllar, como inútil forma de
integración y de salvación, como sus compañeros. Dentro de esta sociedad, se pueden
diferenciar varios grupos que muestran distintas actitudes respecto al protagonista. La
pandilla de amigos que, al cesar su rebeldía juvenil, se apartan de él. Los padres del
chico, que no facilitan el camino a su propio hijo, no le incitan a la autorreflexión, ni
reflexionan ellos, tan solo se compadecen, e intentan ocultar el problema. Sin embargo,
hay también una crítica personal del protagonista muy fuerte, lo que realmente le
causa infelicidad. Cuéllar no se acepta, mantiene en completo silencio su problema,
intenta seguir los cánones del grupo, que nunca podrá seguir plenamente por su
castración y por su falta de reflexión y conocimiento de sí mismo.
Estilo. -Los cachorros tienen seis capítulos que abarcan unos veinticinco años, desde
que Cuéllar llega al colegio. El protagonista va pasando por todas las fases de la vida:
infancia, adolescencia, juventud y madurez (a la que nunca llega psicológicamente).
Siguiendo las pautas de La ciudad y los perros y La casa verde, Vargas Llosa continúa
su experimentalismo. Lo más destacable en la lectura de esta obra es la velocidad
narrativa, su viveza, la impresión de que el relato se desborda, cae fluidamente. Destaca
la acumulación narrativa: todo es posible dentro de una misma frase: diálogo,
narración, descripción, sonidos, fantasías, pensamientos etc. Esto se ve claro con uno
de sus recursos estilísticos más utilizados, el estilo indirecto libre. El intento del autor
consiste en buscar la velocidad, el desconcierto y una dimensión oral muy viva; por
esta razón emplea diferentes procedimientos lingüísticos como la supresión de los
nexos y de las marcas que introducen los diálogos ("dijo", "preguntó", "respondió",
"observó" etc.). Se señala también el uso frecuente de onomatopeyas, en particular en
la primera parte de la obra, y la abundancia de diminutivos. A veces el relato está
basado en un diálogo donde hay una serie de preguntas que los personajes se hacen
alternativamente. Otras veces resulta ser, más que un diálogo, un monólogo angustiado
porque solamente se oyen las preguntas. La ausencia de respuestas hace aún más
patente el aislamiento de Cuéllar.
En Los cachorros Vargas Llosa intensifica la concepción de un punto de vista
colectivo y coral. Nunca sabemos quién es el narrador, puesto que hay un juego
continuo entre la primera persona narrativa y la narración omnisciente:
Lo vieron pasar uno, dos, y al tercer tumbo lo vieron, lo adivinamos meter la cabeza,
impulsarse con un brazo para pescar la corriente, poner el cuerpo duro y patalear.
Entonces volvíamos a nuestras casas, y se duchaban y acicalábamos.
La primera persona narrativa representa la voz de uno de “los cachorros”, pero, no
se puede saber cuál, todos ellos forman una unidad. Puede parecer incluso que ese
“nosotros” incluya al lector, que se ve forzado a compartir solo una visión limitada, una
visión que siempre coincide con la de la voz colectiva y nunca con la de Cuéllar, dado
que se encuentra marginado del grupo. La inclusión del lector como parte de la
narración se consigue también por la lengua utilizada: jerga colegial, juvenil, local. Se
crea intimidad con el uso de diminutivos, y la lengua infantil usada, por ejemplo, por
Teresita.
Período literario proteiforme. -El relato se construye siguiendo una fórmula que
Vargas Llosa denomina "período literario proteiforme". Se trata de un período
proteiforme, pero perfectamente ensamblado, en que la frase pasa sinuosamente da
una u otra persona en un contexto totalmente fluido, sin que el sentido de secuencia de
la narración y del párrafo se rompan, sin que el monólogo o el diálogo se distancien del
discurso, interrumpiendo la relación descriptiva.
«Este procedimiento consiste en expresar simultáneamente la realidad objetiva y la
subjetiva en una misma frase, mediante combinaciones rítmicas.
La complejidad de este recurso es muy sugerente. Desde la primera línea de la
historia, el lector se halla envuelto en un nuevo mundo que se expresa mediante un
lenguaje que no sólo no respeta los consagrados límites gramaticales de la sintaxis, sino
que los aniquila creando nuevas perspectivas lingüísticas de expresividad narrativa,
sin que por eso el hilo de la acción se vuelva incoherente.
ROLAND BARTHES, LA PERSPECTIVA MÚLTIPLE
La figura de Roland Barthes es fundamental para la cultura contemporánea.
Ensayista, escritor, semiólogo e investigador, su pensamiento quedó plasmado en
textos que proponen un nuevo abordaje de las artes como objeto de análisis. Desde una
óptica desestabilizadora, Barthes se aleja de las limitaciones académicas y las desafía.
El semiólogo y escritor Oscar Steimberg revisa la importancia del pensador, a treinta
años de su desaparición.
Roland Barthes fue uno de los intelectuales más importantes del siglo XX. Su
influencia a partir del Saussure, que ha influido e influye poderosamente sobre otras
disciplinas: Estructuralismo (antropología): un enfoque antropológico que
entendiendo en gran medida a la cultura humana como una especie de lenguaje (o
basada en el lenguaje) efectúa sus análisis de un modo semejante al estructuralismo
lingüístico; su representante más destacado es Claude Lévi-Strauss." estructuralismo
propuso la perspectiva para un nuevo abordaje del arte y la cultura. “Hay en la
estructura barthesiana varias fundaciones. Posiblemente para muchos, el primer texto
que expresa la definición de Barthes desde una lectura múltiple como pensador,
investigador o ensayista inscripto en el estructuralismo sea ‘Mitologías’. Pero leído en
confrontación con textos confluyentes, como los de Levi-Strauss, es como si Barthes
hubiera elegido siempre el momento en que el choque con distintos objetos de la
investigación, la lectura o la expectación fuera de una importancia tal que determinara
siempre una visión de los bordes de la categoría analítica empleada”, señala a
InfoUniversidades Oscar Steimberg, escritor, semiólogo y especialista en la obra de
Barthes.
Barthes se destacó como analista literario porque encontró una manera particular
de ponerse en contacto con sus objetos de análisis. Trabajos como “Mitologías”, “El
grado cero de la escritura”, “Ensayos críticos” o “El placer del texto”, entre otros,
dan cuenta de la preocupación de Barthes por una perspectiva de análisis diferente
por la que cualquier fenómeno puede tener una pluralidad de sentidos.
“Barthes enseñó los modos de encontrar motivos para la propia búsqueda de
lecturas que no estuvieran condicionadas por la repetición de gustos que se hubieran
vuelto conocidos y de fácil comunicación. Él prefirió siempre una vía singular de
entrada a la configuración de la palabra, antes que el de una clasificación de sentidos
prefijados”, señala Steimberg.
Inscripto inicialmente en el estructuralismo fundado por Claude Levi-Strauss,
Barthes fue más allá de la literatura y pensó el análisis estructural más como un hacer,
una actividad, que como un saber. Como semiólogo, se acercó a diversos fenómenos de
la cultura, desde el Citroën a la lucha libre, los fideos Panzani o la fotografía, su
original perspectiva semiológica incorpora elementos de Saussure o de Sartre bajo su
sistema analítico. Para Oscar Steimberg, “Barthes no sólo le propone una provisión de
saberes al lector, sino también un goce que permitirá nuevos ingresos a las prácticas
de la cultura, en diálogos y recorridos no restringidos a los géneros elevados de las
artes o la literatura. Su emoción de pensador vibró, tal vez más que con cualquier otra
cosa, en sus trabajos sobre la fotografía o en ‘All except you’, el libro sobre los dibujos
de Saul Steinberg”.
En esos desplazamientos, en 1972 Barthes fue invitado a dirigir un número de la
revista francesa “Communications”. Allí, el investigador manifestó su pensamiento
acerca del escenario de la actividad académica: “Barthes resolvió producir un número
no definido temáticamente, sino dedicado a las producciones de jóvenes investigadores.
No se trataba de perspectivas en relación a un tema sino del problema, de los modos,
tiempos, posibilidades y trabas puestas por la cultura a esa producción desde el espacio
y el tiempo. En la presentación habla del empobrecimiento que surge de la observancia
permanente de la disciplina académica, contraria a los efectos de toda sorpresa de
escritura, y se felicitaba del debilitamiento, entonces ya contemporáneo, de estas
obediencias”.
A treinta años de la desaparición de Barthes, su vigencia teórica reside en la tarea del
semiólogo de entender el complejo sistema que hace que las artes y los productos
culturales signifiquen para el mundo. La perspectiva barthesiana es desestabilizadora
porque explora los bordes, se aleja de las limitaciones académicas y las desafía. Como
concluye Steimberg, “sobre la extensión de su vigencia puede decirse que ocurrió un
‘accidente’ revelador: al llegar el siglo XXI, a veinte años de la muerte de Barthes
(efectos que continúan aún hoy, a treinta) se publican libros constituidos a partir de
apuntes de clase y textos inéditos conexos. La actualidad de esas producciones es una
de las más intensas tomas de partido actuales sobre la evolución del estilo de época.
Pueden leerse en ellas los modos en que Barthes trataba de despertar en sus alumnos
una articulación entre la insistencia en un proyecto personal y el desarrollo de una
atención periférica a zonas de la cultura que podían no percibirse, como efecto de una
elección analítica inconmovible. Allí, se inmiscuyen pedidos del maestro, como el de
volver a ordenar los temas de un trabajo en curso por orden alfabético, atendiendo a
ese orden que por principio no tiene sentido y obliga a volver a los bordes y a sus
agujeros temáticos”.
EL BOOM LATINOAMERICANO
El "Boom" latinoamericano fue un fenómeno editorial y literario que surgió entre los
años 1960 y 1970, cuando el trabajo de un grupo de cuentistas latinoamericanos
relativamente jóvenes fue ampliamente distribuido por todo el mundo.
Los autores más representativos del "Boom" son Gabriel García Márquez de
Colombia, Mario Vargas Llosa de Perú, Julio Cortázar de Argentina y Carlos Fuentes
de México. Estos escritores desafiaron los convencionalismos establecidos en la
literatura latinoamericana a través de obras experimentales de marcado carácter
político, debido a la situación general de América Latina en la década de 1960.
El éxito repentino de los autores del "Boom" fue en gran parte debido al hecho de
que sus obras se encuentran entre las primeras novelas de América Latina que se
publicaron en Europa, concretamente por las editoriales de Barcelona (España). De
hecho, según Frederick M. Nunn, "los novelistas latinoamericanos se hicieron
mundialmente famosos a través de sus escritos y su defensa de la acción política y social
y porque muchos de ellos tuvieron la fortuna de llegar a los mercados y las audiencias
de más allá de América Latina a través de la traducción y los viajes y a veces a través
del exilio".
PANORAMA HISTÓRICO Y CULTURAL
Por sus consecuencias sociales y políticas en la vida de Hispanoamérica, dos
acontecimientos deben ser tenidos en cuenta: la Segunda Guerra Mundial y la
Revolución cubana.
Es necesario destacar que más que la Segunda Guerra Mundial en sí, todos aquellos
hechos aterradores y sangrientos dejaron una secuela en la sociedad, que trascendió
hasta nuestro continente e incidió en el desarrollo de sus ideas y de su literatura a corto
y largo plazo. Entre estas están:
La división radical del mundo en dos grandes corrientes económicas e
ideológicas la capitalista y la comunista.
Como consecuencia de lo anterior, se dieron los tenebrosos años de la
denominada Guerra
Fría entre las dos grandes potencias del mundo: a capitalista y la comunista.
El afianzamiento del poderío económico estadounidense tras su triunfo y el de
los aliados en la Segunda Guerra Mundial.
PANORAMA LITERARIO
Los escritores del Boom latinoamericano quisieron ser los herederos de los legados
de grandes autores europeos. Algunos de los principales que retomaron los escritores
latinoamericanos de la narrativa universal fueron:
LA TÉCNICA DEL MONÓLOGO INTERIOR
Consiste en reproducir el pensamiento libre del personaje, tal como sucede en la
realidad: asociando desordenadamente ideas, recuerdos, emociones, etc. Puede ser
incoherente y salta de un asunto a otro sin consistencia ni nexos lógicos.
LA PERSPECTIVA MÚLTIPLE
La narración puede ser asumida por diferentes narradores que presentan su punto
de vistas sobre lo que ocurre.
Los experimentos con el tiempo
Los hechos no se presentan en orden cronológico, sino que los personajes pueden
saltar del presente al pasado (cuando recuerdan) o al futuro (cuando imaginan) y,
luego, regresar de nuevo al presente. El año 1962 fue crucial para la difusión
internacional de la narrativa hispanoamericana. Ese año, en el cual Alejo Carpentier
publicó El siglo de las luces, se daba a conocer un joven narrador peruano, Mario
Vargas Llosa, con la novela La ciudad y los perros y, a la vez aparecía La muerte de
Artemio Cruz, novela experimental con la que el mexicano Carlos Fuentes, confirmaba
su talento innovador.
INFLUENCIAS LITERARIAS
El auge de la literatura latinoamericana comenzó con los escritores José Martí,
Rubén Darío y José Asunción Silva, cuyas obras presentan desviaciones modernistas
con respecto a los cánones literarios del viejo continente. Los escritores modernistas
europeos como James Joyce también influyeron en los novelistas del Boom, al igual que
los escritores latinoamericanos del movimiento de Vanguardia. Elizabeth Coonrod
Martínez sostiene que los escritores de la Vanguardia y sus novelas de carácter
innovador y desafiante fueron los "verdaderos precursores" del "Boom". En
1950, cuando París y Nueva York eran los núcleos más importantes de la literatura
mundial, la presencia de los novelistas hispanoamericanos era tolerada en el panorama
literario, pero de una manera marginal; más tarde, hacia 1975, eran aclamados como
grandes figuras. Además de ser un fenómeno editorial, el "Boom" introdujo una serie
de innovaciones estéticas y estilísticas en la literatura mundial. Con el éxito del
"Boom", las obras de una generación anterior de escritores fueron asequibles para un
público nuevo y ampliado. Estos precursores fueron Jorge Luis Borges, Miguel Ángel
Asturias, Alejo Carpentier, Juan Carlos Onetti y Juan Rulfo.
FACTORES CULTURALES
Algunos factores que influyeron en el surgimiento y desarrollo del Boom narrativo
hispanoamericano fueron:
1. El auge editorial. Aumento significativo de las editoriales que apoyaron a los
escritores que comenzaron a dar a conocer sus obras. Se publicaron por lo menos
durante los cinco primeros años del Boom treinta obras de narrativa, entre cuentos y
novelas.
2. Un nuevo público lector. Durante los años del Boom, las primeras ediciones de
novelas como
Cien años de soledad y Rayuela, superaron los 20.000 ejemplares. Esto significó que
el pueblo latinoamericano comenzara a adquirir una mayor conciencia literaria
debido al auge de la actividad cultural de las universidades.
CARACTERÍSTICAS
Ambientar sus obras en espacios urbanos. Narrativa urbana.
Renovar el lenguaje literario. En muchas obras el lenguaje es el protagonista. Esta
característica se manifiesta en la preocupación por la estructura de la novela (empleo de
diferentes narradores y rechazo de la narración cronológica), juego con el lenguaje.
Indagar temas universales. Los escritores abandonan los temas regionales y
exploran asuntos que interesan a todas las personas, independientemente del lugar que
habitan.
Rechazar la moral basada en el maniqueísmo En las naciones no hay diferencias
tajantes entre los personajes buenos y malos. Se prefieren los personajes ambiguos y
menos idealizados.
TEMAS
REALISMO MÁGICO
Puede considerarse un movimiento literario particular latinoamericano, cuyos
orígenes se relacionan con la propia identidad del continente.
La narrativa describe cosas irreales como si fueran reales y cotidianas y las cosas
cotidianas como si fuesen irreales; se renueva el lenguaje y las técnicas narrativas y las
historias, que pueden estar basadas en sucesos de la vida real, incorporan elementos
extraños, fantásticos o legendarios, pueblos mitificados, espacios y lugares fruto de la
especulación y personajes que, como pueden existir, también pueden ser irreales o
fruto híbrido y mestizo entre lo verdadero, lo imaginario y lo inexistente, que hace
difícil separarlos.
LO REAL MARAVILLOSO
Tiene sus raíces en las culturas de ciertas zonas de América Latina, raíces indígenas
y africanas. Resalta los elementos extraordinarios de nuestra cultura, haciendo natural
lo que en otras culturas sería mágico, sobrenatural o inverosímil.
La historia de América Latina
De manera persistente y con el afán de conocer nuestros orígenes y posibilidades
para el futuro, la narrativa del Boom, busca los hechos fundamentales de nuestra
historia y de nuestra raza. La muerte de Artemio Cruz, es una muestra de ello.
La vida de ciudad (Urbano)
Este tema es una expresión interesante de ese hombre latinoamericano, en parte
campesino, en parte urbano, que ve en la ciudad un nuevo espacio para sobrevivir. El
cosmopolitismo de Julio Cortázar en Rayuela, es un modelo de esta temática.
GÉNEROS
Se dieron en el género narrativo, especialmente el cuento, la novela y el ensayo.
El cuento. La obra que recopila los cuentos más destacados del Boom es El Llano
en Llamas, de Juan Rulfo, en la que se abordan y se representan la mayoría de los temas
que caracterizan este movimiento. Otra muestra son los libros de Julio Cortázar como
Casa Tomada, Carta a una señorita en París.
La novela. Este tipo de narrativa ha sido considerado como uno de los ejes de este
movimiento. Cabe mencionar, entre otros a Gabriel García Márquez (colombiano),
Mario Vargas Llosa (peruano), Julio Cortázar (argentino) y Carlos Fuentes
(mexicano).
El ensayo. Surgió como cuestionamiento a los conflictos sociales y literarios
de la época. PRECURSORES:
Son aquellos escritores que forjaron la nueva narrativa latinoamericana (realismo
mágico, cuento fantástico, cuento metafísico y crítica a la realidad social):
Cuba: Alejo Carpentier
Guatemala: Miguel Ángel Asturias
Argentina: Jorge Luis Borges y
Ernesto Sábato México: Juan Rulfo
y Juan José Arreola Uruguay: Juan
Carlos Onetti
Venezuela: Arturo Uslar Pietri
PANORAMA
REPRESENTANTES DEL BOOM LATINOAMERICANO
El género literario más trabajado fue la narrativa corta en novela y cuento.
Argentina: Julio Cortázar
Brasil: Jorge Amado
Chile: José Donoso
Colombia: Gabriel García Márquez
Cuba: José Lezama Lima
México: Carlos Fuentes
Paraguay: Augusto Roa Bastos
Perú: Mario Vargas Llosa
CAPERUCITA FEROZ
Carlos Rengifo. Lima 1964
Convenía tener limpia la casa, levantarse temprano, no llegar pasadas las diez de la noche. El
cuarto en el que habitaban era pequeño, pero entraba la luz lo suficiente como para verse las
caras. Ella se adelantaba con las tazas de té y servía con mucho recato; la abuela la dejaba hacer
observándola desde un rincón. Aplastada en la cama, simplemente dirigía los movimientos. Que
se hiciera la loca, no era problema de nadie. Al fin y al cabo, estaba en su derecho. Las manos
frágiles que alguna vez le sirvieron para lavar ropa y manipular ollas ajenas, ahora tenían otro
propósito: acopiar mercancía. Y solía hacerlo todos los viernes por la mañana solamente, apenas
abría los ojos, sorbiendo el té caliente que ella le alcanzaba.
- Esto se lo llevas al Manotas. —Dijo, una vez armado el paquete con los envoltorios que
ocultaba debajo del colchón viejo.
- Será por la tarde, porque ahorita me voy con la China a la playa. —Dijo ella.
- ¡No me jodas carajo! —Estalló la abuela como una diabla —. Primero haz el mandado y
después te puedes ir a la mismísima si quieres.
- Pero tú me dijiste... —Se quejó ella.
- ¡Nada! Necesito ese billete al toque. —La abuela escupió hacia un costado. -Ni que te fueras
a la punta del cerro, carajo.
Ella sabía que era inútil discutir, de modo que cogió el paquete y, antes de ir donde el
Manotas, fue a buscar a la China. Eran uña y mugre, las únicas que compartían todo, hasta
enamorado en sexto grado de primaria. En vez de tocar la puerta, le silbó bajo su ventana. La
China apareció con el cabello alborotado.
-Estamos piñas —Dijo ella. -Mi abuela de miércoles quiere que le haga ahorita su recado, así
que iremos a bañarnos más tarde.
-Okey, pasas por mí. —Dijo la China.
Ella asintió. La abuela siempre le malograba los planes. Emprendió la marcha sin muchas
ganas, internándose en un pasaje que desembocaba en el conjunto de casas que iniciaba el
verdadero camino hacia la vivienda del Manotas. Era buen cliente, pagaba sin chistar, no se
hacía problemas porque sabía que en los colegios del barrio duplicaría su inversión. Para hacer
más entretenido el trayecto, ella cogió al vuelo una tonada de Héctor Lavoe y fue cantando en su
interior mientras atravesaba el vecindario. Se entretuvo con los perros desnutridos que le salían
al paso moviendo la cola, con los letreros de ofertas colgados en tenduchas y quioscos; a mitad
del recorrido, sintió que alguien la seguía; un tramo más allá, el negro Cortijo se le acercó.
- ¿Y tu abuela?
- En mi casa.
- ¿Y qué haces por acá?
- Vagando.
- Vas donde el Manotas, ¿no?
- Sí.
- Dile de mi parte a ese huevón que me pague lo que me debe, antes que le saque la mugre.
- Dígaselo usted; no soy su recadera.
El negro Cortijo la zarandeó a su regalada gana, a la pobre muchacha.
-Mocosa de mierda, no te hagas la pendeja conmigo carajo, ¿ah? ¡Ten cuidado!
Ella sabía de sus malas mañas, de sus tropelías, de sus andanzas del canalla; cada vez que lo
veía por la calle, se mantenía a buen recaudo. Estaba consciente de lo que era capaz, de lo que le
había hecho a la China, por eso lo detestaba, le guardaba rencor, a veces hasta miedo.
-Aunque, ahora que lo pienso, me has dado una buena idea – dijo el negro Cortijo, soltándola.
Ella se tocó el brazo adolorido y continuó andando. Menos mal que tenía el paquete bien
oculto, porque de lo contrario seguramente el negro Cortijo se lo hubiera quitado. Avanzó otro
largo trecho, cruzó calles sin pavimentar, subió una pequeña pendiente entre basuras, rebasó
quioscos, talleres, una tapicería. Vio a unos palomillas que le miraban de reojo. Al término de
un cementerio de ómnibus, taxis y combis herrumbrosos, se metió por un callejón que conducía
finalmente a la casa del Manotas. Tocó la puerta de calamina desesperadamente; nadie
respondió. Cuando iba a tocar de nuevo, el negro Cortijo le abrió y, ante su sorpresa, la metió a
empellones dentro de la vivienda.
-Bien, haz tu entrega ahora —Dijo el negro Cortijo.
Ella vio a su alrededor y notó un desorden excesivo, fuera de lo común.
- ¿Y el Manotas?
- Salió; me ha encargado que reciba su pedido.
- No es cierto —Dijo ella. -¿Dónde está?
- Será mejor que me des el paquete de una vez... —El negro Cortijo comenzó a impacientarse.
- ¡No!, quiero ver al Manotas —Dijo ella.
- ¡El paquete, carajo!
Ella siguió negando con la cabeza, hasta que el negro Cortijo se le fue encima. Empezó a
palparla, a meter su mano bajo la vestimenta, en busca del ansiado paquete. Cuando lo encontró,
sonrió satisfecho, mirándolo por ambos lados, sopesándolo, y sin soltar a la mensajera.
-Ahí lo tiene, ¿no? Ahora suélteme —Dijo ella.
Pero el negro Cortijo no la soltó. Estaban tan pegados, sentía tan cerca el calor de su cuerpo,
que se arrebató. A la fuerza, la volteó, le bajó las prendas de un solo tirón y la redujo sin piedad,
babeándole al oído mientras ella chillaba con desesperación, aterrada con lo que estaba pasando.
Un miedo infinito la colmó en aquel momento, sollozando por el terrible peso que la lastimaba;
sin embargo, aun estando así sometida, la idea de luchar, de acumular valor y energía, no se
apartó de su mente. De modo que cuando él aflojó un poco y descuidó la presión sobre los brazos
entumecidos, ella, que había estado viendo qué objeto contundente tenía al alcance de la mano,
cogió la plancha arrumada entre cachivaches y, de un certero golpe de media vuelta, la estampó
en la cabeza del negro Cortijo. Como si un rayo le hubiera caído del cielo, éste no tuvo tiempo
de reaccionar, ni siquiera de saber qué pasaba, yendo a parar de bruces, los ojos en blanco,
contra el piso, como un carnero degollado. Ella entonces comenzó a gritar, a tocarse
nerviosamente el cuerpo. Corrió hacia la cocina, volvió con un cuchillo filudo, miró al hombre
tirado boca arriba con la bragueta abierta y, sin vacilación alguna, le cercenó el pene y los
testículos con la crueldad macabra. La sangre que brotó con el primer corte no la amilanó en
absoluto; al contrario, le infundió más valor para seguir adelante. Luego bajó sus pantalones, le
dio vuelta y, mientras lo insultaba, mientras lo escupía y lo pateaba sin cesar, fue introduciendo
un palo de escoba entre sus piernas.
-Esto es por mí y por la China. ¡Maldito!, ¡desgraciado!, ¡mal nacido! —dijo ella.
La sangre fluía a borbotones, se veía un charco de sangre espantoso. No podía saber con
certeza si la oía el negro, pero tampoco le importó. Antes de abandonar la vivienda, recogió el
paquete, se arregló la ropa y birló aun el dinero hurtado a algún transeúnte indefenso, que el
negro Cortijo tenía guardado en uno de los bolsillos de su pantalón. Compilación: Mg. Antonio Remón
Tenorio.
ACTIVIDAD N° 7 – 2021
A.-Después de leer atentamente, responde a las siguientes preguntas:
1.-Cuente la historia con tus propias palabras
2.-Anote los personajes principales con sus virtudes y antivalores.
3.-Anote los temas o problemas que plantea el autor.
4.-¿Por qué existe tanta delincuencia y mucha violencia en nuestro país?
5.-¿Por qué la gente se dedica al negocio de las drogas?
6.-¿Por qué ciertas personas actúan como desquiciados mentales en la sociedad peruana?
7.-¿Por qué la gente utiliza palabras vulgares en su vida diaria?
8.-¿Te gustó la narración? ¿Por qué?
9.-¿Cree usted que esta historia se dé en la vida real? ¿Por qué?
10.-Haz un comentario crítico – valorativo de la narración.
A.-Escuchar y ver el vídeo o leer el poema adjunto de: “NO CULPES A NADIE” de Pablo
Neruda, de nacionalidad chilena y hacer un comentario valorativo.
LINKS DEL POEMA: NO CULPES A NADIE
https://www.youtube.com/watch?v=AmvVUSc03Ts
https://www.youtube.com/watch?v=Zjy2g9Sd1j8
https://www.youtube.com/watch?v=B30bOeZ0qcg
https://www.youtube.com/watch?v=GBmOygc22IY

NO CULPES A NADIE Pablo Neruda


No culpes a nadie, nunca te quejes de nada, ni de nadie,
porque fundamentalmente tú has hecho tu vida.
Acepta la responsabilidad de edificarte a ti mismo
y el valor de acusarte en el fracaso,
para volver a empezar otra vez corrigiéndote.
El triunfo del verdadero hombre surge de
las cenizas de su error.

No te quejes del ambiente o de quienes te rodean,


hay quienes en tu mismo ambiente supieron vencer
las adversidades con tenacidad y valentía.
Las circunstancias son buenas o malas
según la voluntad o la fortaleza de tu corazón.
Aprende a convertir toda situación difícil
en un arma para luchar.

No te quejes de tu pobreza, de tu soledad o de tu suerte


enfréntala con valor y acepta que de una u otra manera
son el resultado de tus actos y la prueba que has de ganar.
No te amargues de tu propio fracaso, ni se lo cargues a otro,
acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño.

Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar


y que ninguno es tan terrible para claudicar.
Deja ya de engañarte, eres la causa de ti mismo,
de tu necesidad, de tu dolor, de tu fracaso.

Si tú has sido el ignorante, el irresponsable,


tú, únicamente tú, nadie pudo haber sido tú.
No olvides que la causa de tu presente es tu pasado,
así como la causa de tu futuro será tu presente.

Aprende de los fuertes, de los valientes, de los audaces,


imita a los enérgicos, a los vencedores,
a quienes no aceptan situaciones,
A quienes vencieron a pesar de todo.
Piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo
y tus problemas sin alimento morirán pronto.

Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande,


que el más grande de los obstáculos.

Mírate en el espejo de ti mismo.


Comienza a ser sincero contigo mismo,
reconociéndote por tu valor, por tu voluntad,
por tu debilidad para justificarte.
Recuerda que dentro de ti hay una fuerza
reconociéndote a ti mismo más libre y más fuerte,
dejarás de ser un títere de las circunstancias,
porque tú mismo eres tu destino.

Levántate y mira el sol por las mañanas


y respira la luz del amanecer.
Tú eres parte de la fuerza de tu vida.
Ahora despiértate, camina y lucha.
Decídete de una vez y triunfarás en la vida.
Nunca pienses en la suerte,
porque la suerte es el pretexto de los fracasados.

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