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Nombre: Isaac Soria

Curso: 1ero BGU

Fecha: 1-4-2024

Lucrecia Maldonado

Biografía

Escritora ecuatoriana nacida en Quito en 1962. Realizó todos sus estudios en su ciudad
natal. Se graduó como profesora de enseñanza media, con la especialización de Lengua
y Literatura, en la PUCE de Quito.

Su trayectoria literaria se caracteriza por una notable producción en los géneros del
cuento, la novela y la literatura juvenil, donde explora temáticas sociales, existenciales y
de género con una voz narrativa singular. De su experiencia laboral, ha trabajado en el
campo de la educación y la comunicación, tanto en educación formal como en
educación popular, así como también en producción radiofónica.

Maldonado creció en el seno de una familia de clase media profesional en Quito. Desde
temprana edad, mostró un profundo interés por la lectura, lo que la impulsó a desarrollar
su propio talento literario. Realizó sus estudios en su ciudad natal, graduándose como
Licenciada en Literatura por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.

Su estilo narrativo se distingue por su sensibilidad, profundidad y capacidad para


conectar con las emociones del lector. Sus historias exploran diversos temas, desde la
complejidad de las relaciones humanas hasta la crítica social y la búsqueda de la
identidad individual.

Entre sus obras más reconocidas se encuentran:

 No es el amor quien muere (cuento, 1994)


 Salvo el calvario (novela, 2005) - Ganadora del Premio Nacional de Literatura
Aurelio Espinosa Pólit
 Las mujeres no tienen la culpa (cuentos, 2010)
 Yo soy el miedo (novela juvenil, 2014)
 El cielo en las manos (novela, 2018)
El argumento de la historia narra la vida de Andrés, un adolescente que cae en el oscuro
mundo de las drogas. A través de un intenso y conmovedor monólogo, Andrés relata sus
vivencias, desde sus primeros encuentros con las sustancias adictivas hasta su descenso
a las profundidades de la dependencia.

La novela nos transporta a un escenario que abarca realismo y crudeza frente a las
consecuencias de la drogadicción y vida de excesos que llevaba Andrés, tanto física
como emocionalmente. Se describe su declive físico, el abandono de sus estudios, las
relaciones familiares fracturadas, y la pérdida de sus sueños y aspiraciones.

En esta obra también se nos detalla como Andrés se adentra con lentitud en las drogas,
existiendo carencia de atención y apoyo familiar, la presión del grupo y la búsqueda de
aceptación social.

La autora en esta narración no juzga a Andrés, sino que expresa su historia con
compasión y comprensión, invitando a través de una descripción detallada al lector a
reflexionar sobre las complejas causas y el impacto de la drogadicción en la vida de los
jóvenes.

A pesar de la oscuridad que rodea la vida de Andrés, la novela también ofrece un


mensaje de esperanza. La luz del sol que sale al final de la historia simboliza la
posibilidad de redención y recuperación. La novela termina con una nota de optimismo,
sugiriendo que incluso en las situaciones más difíciles, siempre existe la posibilidad de
un nuevo comienzo.

"Mamá, ya salió el sol" es una novela poderosa y conmovedora que nos confronta con la
dura realidad de la drogadicción en la juventud.

La historia comienza con Andrés en un centro de rehabilitación para drogadictos,


reflexionando sobre cómo llegó hasta allí. A medida que avanza el relato, nos
remontamos a su pasado, presenciando sus primeros encuentros con las drogas, la
progresiva dependencia y la inevitable degradación física, emocional y social que esta le
ocasiona.

En su momento de lucidez, Daniel pide ayuda para poder superar esta dependencia, un
sorpresivo día, su madre toma la decisión de enviarlo a un centro de rehabilitación
donde el tiempo transcurre lentamente. En ese lugar el esta sumido en la mas absoluta
soledad, rememora todo el doloroso pasado, cuestiona su entorno familiar y siente en
carne viva su triste, trágica y solitaria existencia.
Daniel, decide cambiar una vez que ha tocado fondo, quiere rebostucer su voluntad y
con mucha paciencia y dedicación, va renovando su forma de ver, sentir, sentir y actuar
en el mundo, su joven y convulsionado mundo.

Andrés describe con crudeza los efectos de las drogas en su cuerpo el deterioro físico, la
pérdida de apetito, el insomnio y las constantes recaídas. También expone el impacto
negativo en sus estudios, abandonando por completo su formación académica. Sus
relaciones familiares se fracturan, la comunicación con sus padres se vuelve tensa y
distante, y las peleas y reproches son cada vez más frecuentes.

A lo largo de la historia, se vislumbra un joven con sueños y aspiraciones, capaz de


sentir amor, arrepentimiento y un profundo deseo de salir de su situación.

La obra nos invita a reflexionar sobre la importancia de brindar apoyo y comprensión a


las personas que luchan contra la adicción. Andrés no es juzgado ni moralizado, sino
que se presenta como un ser humano vulnerable que necesita ayuda para salir de su
situación.

La autora nos recuerda que la adolescencia es una etapa de la vida especialmente


vulnerable, en la que los jóvenes son más susceptibles a las presiones sociales, la
búsqueda de identidad y la experimentación con riesgos.

A pesar de la oscuridad que rodea la historia, la novela ofrece un mensaje de esperanza.


La luz del sol que sale al final simboliza la posibilidad de redención y recuperación para
Andrés.

La obra nos invita a reflexionar sobre la importancia de la prevención de la


drogadicción. Es fundamental crear entornos familiares y sociales saludables, brindar
educación y oportunidades a los jóvenes, y promover una cultura de diálogo y
comprensión.

La novela no solo aborda el tema de la drogadicción, sino que también critica la falta de
oportunidades para los jóvenes y la disfuncionalidad familiar en algunos sectores de la
sociedad.

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