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E d itores:

D iego A .Barrado y Jordi Calabuig

A . A rtigues, I. C respo, M .ª M . G arcía, M .ª J. Lago


J. C . Llurdés, R. N avalón, G . K . Priestley, M . Seguí, J. Servera
M .ª P. Such, F. J. T orres, C . V ázquez, M . V ila, M .ª J. V iñals
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Revisión estadística: Asensio Martínez Agraz

Cartografía: Julio López-Davalillo

Ilustraciones: Luis M.ª Bilbao

Diseño de cubierta: Manuel Gracia

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ISBN: 978-84-773885-6-2
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Impreso en España - Printed in Spain


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LA VOCACIÓN TURÍSTICA DEL TERRITORIO
Miguel Seguí Llinàs
y Jaume Servera Nicolau

Los valores del clima 3.1


Los valores del paisaje como recurso turístico 3.2
Los valores históricos y culturales 3.3
Otros valores 3.4
Conclusión 3.5
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62 Parte I: El turismo y el territorio

Cualquier espacio geográfico es potencialmente Barcelona se estén produciendo inundaciones, mien-


susceptible de convertirse en un destino turístico. No tras que en Palma de Mallorca no haya precipitado
obstante, no todos presentan ni pueden presentar el una gota; y, a escala más local, puede ocurrir que en
desarrollo de una oferta turística competente, ni tam- algún sistema montañoso se den condiciones meteo-
poco la demanda se reparte aleatoriamente y de for- rológicas inestables, mientras que en los valles colin-
ma indiscriminada. dantes el tiempo se caracterice por su estabilidad. En
Así pues, amén de los distinos recursos de que dis- definitiva, se puede observar cómo a cada uno de
ponga un lugar, el desarrollo del fenómeno turístico estos lugares, en un mismo día y en el mismo espa-
queda sujeto, por una parte, a la existencia de dota- cio temporal, le corresponde un tipo de tiempo atmós-
ciones en infraestructuras y equipamientos que con- ferico totalmente diferente.
figuren una oferta y, por otra, a una demanda sujeta En segundo lugar, y de mayor utilidad como varia-
básicamente a unas leyes de mercado y a modas tem- ble para explicar la localización, distribución e inten-
porales. De esto se colige que la vocación turística de sidad del fenómeno turístico mundial, está el clima.
un territorio no es algo intrínseco del espacio, sino Este concepto intenta regionalizar el espacio terrestre
que está sujeta a las leyes de la demanda y de la ofer- a partir del comportamiento cíclico anual de la suce-
ta establecidas por las pautas sociales. Por consi- sión diaria de los diferentes tipos de tiempos en los
guiente, la potencialidad de un área, apoyada en una distintos lugares del planeta. Para caracterizar una
serie de recursos geoturísticos estables, puede variar región climática se contemplan todos y cada uno de
sustancialmente en una escala temporal reducida si los agentes meteorológicos (precipitación, tempera-
cambian las pautas y los comportamientos de la socie- tura, presión atmosférica, humedad, vientos, etc.) esta-
dad. En este capítulo se analizarán los valores y ele- bleciendo sus condiciones medias a lo largo de un
mentos del espacio que pueden contribuir o justificar período igual o superior a treinta años, incluyendo
que el hombre, a su libre arbitrio, asigne una voca- las extremas absolutas, medias y frecuencias de las
ción turística concreta al territorio. desviaciones. Además, también se relaciona la forma
en que los factores geográficos (latitud, altitud, dis-
tribución de los océanos y continentes y situación de
3.1. Los valores del clima las corrientes marinas) y astronómicos (básicamente
los relacionados con los movimientos de la Tierra)
Por la importancia intrínseca que tiene el clima en interfieren en los aspectos meteorológicos. En defini-
el desarrollo turístico de un territorio, se ha conside- tiva, se podría afirmar que el clima es la síntesis del
rado oportuno iniciar este punto con una generaliza- tiempo meteorológico de un lugar.
da explicación. En primer lugar, y respecto a la impli- La Climatología atiende al estudio de los diferen-
cación que la atmósfera tiene sobre la superficie tes climas del mundo. Es la ciencia encargada de expli-
terrestre, hay que considerar su comportamiento en car las regiones climáticas, sus variaciones tempora-
cada uno de los momentos presentes, con lo que se les y espaciales y la influencia de los climas en la vida
está haciendo referencia a un concepto más objetivo de la Tierra. A partir de aquí, y como resultado de la
que el de clima: el tiempo meteorológico. La lluvia, dinámica de los factores astronómicos implicados, se
la nieve, el viento, el granizo, la humedad, etc., son establece la división de la Tierra en cuatro grandes
agentes atmosféricos que, por sí solos, no explican las franjas climáticas en cada uno de los hemisferios, dis-
características climáticas de ningún lugar, pero sí que tribuidas en el sentido de los paralelos. No obstante,
pueden explicar el tiempo meteorológico de un espa- en cada una de estas franjas se pueden establecer a su
cio concreto y en un momento dado: llueve, hace frío, vez otras subclasificaciones climáticas en función de
nieva, está nublado, etc., son calificativos de diferen- factores netamente geográficos, como por ejemplo
tes tipos de tiempo atmosférico. Por la propia expe- sucede con el clima mediterráneo generado por las
riencia y percepción, se observa que el tiempo pre- condiciones ambientales de la cuenca del mismo nom-
senta una gran variabilidad tanto espacial como bre en el interior de la franja templada. De hecho, la
temporal, es decir, puede ser que el mismo día y a la clasificación climática puede ser todo lo exhaustiva
misma hora esté nevando en Nueva York con tem- que se quiera, llegando hasta la definición de micro-
peraturas por debajo de los 0 °C y que en Madrid luz- climas determinados por condiciones muy particula-
ca el sol con temperaturas más agradables, o que en res de un espacio concreto y reducido, como puede
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Capítulo 3: La vocación turística del territorio 63

ser el clima urbano, el de fondo de algunos valles o el senta un papel secundario. Es, por ejemplo, el caso del
del interior de las cuevas. Así pues, la clasificación de turismo urbano, tanto cultural como de negocios, que
los climas dependerá, aparte de los factores ya men- generalmente es indiferente a las condiciones climáti-
cionados, de la escala a que se analice el fenómeno. cas y meteorológicas ya que gran parte de las activi-
Esta diversidad climática mundial, junto con la dades se realizan en lugares cubiertos (museos, edifi-
reciente evolución geológica, han sido los factores que cios singulares, parques, ferias, centros de convenciones,
han asentado las bases para el desarrollo de los con- etc.). En otras ocasiones el clima puede llegar a ejercer
trastes paisajísticos y humanos que encontramos actual- una limitación temporal, como por ejemplo la marca-
mente en el mundo. Los paisajes desérticos como el de da estacionalidad climática responsable de la paralela
la Antártida o el del Sáhara, contrastan con las zonas estacionalidad turística que se produce en el área medi-
con vegetación de las selvas tropicales húmedas o los terránea.
bosques de coníferas de media-alta montaña de lati- Por tanto, las características climáticas de un lugar
tudes intermedias. El hombre, como integrante de la no determinan de manera absoluta su posible trans-
bioesfera terrestre, también se ha visto condicionado, formación turística, sino que ofrecen una serie de posi-
en gran medida, por estos factores ambientales, hecho bilidades de uso cuyo aprovechamiento dependerá
que ha contribuido a la heterogénea riqueza cultural en última instancia de una decisión humana motiva-
de la humanidad. Es, pues, lícito y justo pensar en el da por modas, capacidades técnicas, decisiones de
importante papel que juega el clima en el desarrollo inversión, etc. Así, algunos lugares del mundo con
de cualquier actividad humana, y no lo es menos en el condiciones climáticas muy inhóspitas han acabado
del fenómeno turístico desde su aparición (figura 3.1). desarrollando una infraestructura como plataforma
de apoyo a modalidades turísticas muy específicas;
es el caso del Nepal, que se ha convertido en el pun-
3.1.1. El clima como factor geoturístico to de partida de numerosas expediciones hacia las
cimas más altas del mundo, o de zonas del Magreb,
El clima es uno de los elementos fundamentales que constituyen el punto de partida para realizar
en la configuración del paisaje, tanto del natural como incursiones en el desierto del Sáhara.
del humanizado. Por tanto, no cabe duda de que en Incluso, como se ha apuntado en un párrafo ante-
el momento de determinar la vocación turística de un rior, en el caso de la fabricación de nieve artificial el
territorio representa un papel trascendental e inne- hombre es capaz de adecuar la oferta turística de un
gable. Otra cuestión es el grado o la importancia que territorio, en lo relativo a las características climáti-
pueda tener en el desarrollo turístico de un territorio cas, a las exigencias de la demanda. No obstante, esta
concreto en un momento determinado. capacidad de adaptación antrópica de las condicio-
De hecho, aunque el clima sea un factor turístico de nes del clima de un lugar a las exigencias turísticas es
primer orden, no por ello determina por sí mismo la limitada. Así, resulta impensable que las playas de
transformación turística de un territorio, pues hay latitudes superiores a los 60º puedan ser objeto de un
muchas zonas de la Tierra que por sus condiciones cli- interés turístico de sol y playa como lo son las cari-
máticas serían susceptibles de ser explotadas, y sin beñas o mediterráneas, dado que las diferencias entre
embargo están al margen del turismo por otros moti- unas y otras no están en la calidad genética de las
vos. Por ejemplo, existen territorios que presentan con- morfologías playeras sino en aspectos climáticos en
diciones climáticas idóneas para la práctica de depor- los cuales la intervención humana es imposible.
tes de nieve, pero se encuentran inexplotados porque En definitiva, como hemos podido ver, el clima
su posición geográfica les mantiene alejados de los prin- no tiene un papel determinante ni excluyente en el
cipales centros de emisión; mientras que hay estacio- desarrollo turístico del territorio, ya que para cada
nes invernales con una mejor situación respecto a los tipo de clima diferente que caracteriza el planeta se
centros de emisión pero que necesitan forzar las con- podría establecer una oferta y una demanda. Así
diciones climáticas mediante la creación de nieve arti- pues, este factor es uno más entre los recursos geo-
ficial con la finalidad de satisfacer a la demanda. turísticos que definen la vocación turística de un espa-
Además, mientras que para algunas actividades cio, cuya transformación y desarrollo se presenta más
como las ligadas a la playa el clima puede ser un fac- dependiente y sujeta a variables de carácter econó-
tor altamente limitador, en otras ocasiones sólo repre- mico y humano. Sólo juega un papel determinante
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Parte I: El turismo y el territorio

Trópico de Cáncer

Ecuador

Trópico de Capricornio

Regiones áridas
5 000 km
Clima
oceánico Desierto Clima tropical
continental de con inviernos
Clima Desierto diferenciados Clima tropical
inviernos rudos
Altas Clima polar continental tropical húmedo
y subpolar Desierto Clima tropical
montañas Clima
mediterráneo con estación seca
mediterráneo
ZONA FRÍA Z O N A T E M P L A DA ZONA CALIENTE

FIGURA 3.1. Mosaico climático mundial. Fuente: Mesplier y Bloc-Duraffour (2000).


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72 Parte I: El turismo y el territorio

del ICT puede alcanzar es 5. De esta manera, el índi- que podemos definir desde paisajes netamente huma-
ce climático-turístico global desarrollado por este nizados como los urbanos, con todos los elementos
autor presenta su máximo valor en el guarismo 100. que componen las ciudades, hasta los cada vez más
Así pues, la situación que presentaría las condiciones escasos paisajes absolutamente naturales, es decir, sin
climático-turísticas más favorables vendría dada por ninguna intervención humana. Entre estos dos extre-
la siguiente formulación: mos la lista de tipos de paisaje puede ser todo lo
extensa y compleja que se desee, con lo que para ana-
ICT = (8.5) + (2.5) + (4.5) + (4.5) + (2.5) = 100 lizar su influencia en la vocación turística del territo-
rio se ha realizado una clasificación en grandes gru-
con lo que las diferentes potencialidades turísticas pos de acuerdo a las demandas propias de las
quedan establecidas por el autor de acuerdo la principales modalidades turísticas.
siguiente escala:

ICT = > o = 80 potencialidad excelente 3.2.1. El litoral


ICT = 79-60 potencialidad muy buena
ICT = 59-40 potencialidad aceptable No cabe ninguna duda de que el litoral es el pai-
ICT = < o =40 potencialidad desfavorable saje que el ser humano más ha valorado en cuanto a
su vocación turística. Este hecho tiene una fácil expli-
Cabe remarcar que un ICT inferior a un valor 10 cación: es el espacio que presenta un paisaje más com-
no sólo es desfavorable, sino que presenta unas con- pleto, tanto natural como cultural. En él se combinan
diciones climáticas inadmisibles para un turismo la homogeneidad del mar abierto con la heterogenei-
estándar e incluso de una cierta especialización. La dad de la costa (topografía, clima, vegetación, hábi-
aplicación de este índice para el globo en el mes de tat), composición que ofrece al desarrollo turístico un
enero queda reflejado en la figura 3.9. importante contenido estético y unas condiciones que
dan un alto grado de posibilidad de satisfacción al
sujeto turista, al permitir una enorme cantidad de acti-
3.2. Los valores del paisaje como recurso vidades recreativas. A todo esto, a escala planetaria,
turístico hay que añadir la magnitud y la diversidad cualita-
tiva que implica la totalidad de litoral que constitu-
J. Nogué (1992) define el paisaje como el aspecto yen los bordes continentales y la infinidad de islas.
visible y perceptible del espacio, de donde se deriva El litoral es un concepto amplio que, en muchas
que la mayor parte de las acepciones de este término ocasiones, se viene utilizando de forma indiscrimi-
impliquen necesariamente la existencia de un obser- nada para hacer referencia al espacio geográfico de
vador; de alguien (un turista, por ejemplo), que con- transición entre el continente y una masa de agua. No
templa y analiza una porción de espacio. Por tanto, obstante, se trata de un espacio complejo, tanto des-
el paisaje se convierte en un concepto muy apropia- de el punto de vista natural como humano. Esta com-
do para abordar la vocación turística del territorio, ya plejidad ha provocado que para abordar aquí su estu-
que se sitúa a medio camino entre los fenómenos físi- dio se haya zonificado, de manera que los fenómenos
cos y los humanos; e implica al observador y la valo- que en él se desarrollan puedan ser más fácilmente
ración que éste hace de los elementos objetivos que acotados. Dado que se trata de analizar el valor del
percibe del territorio. litoral como un recurso geoturístico, se va a realizar
Es frecuente asimilar el paisaje geográfico con el una primera división de este espacio: la zona de cos-
espacio natural, virgen, no transformado por el hom- ta y la zona sumergida del litoral.
bre; pero también existe el paisaje cultural, donde la Cabe aclarar antes de continuar que en este pun-
presencia y la actividad humana han provocado la to se va a considerar litoral a todos los espacios que
modificación del territorio (cultivos, ciudades, etc.) constituyen una transición hacia el mar o hacia zonas
en mayor o menor medida. A partir de aquí, la esca- lagunares de una magnitud lo suficientemente impor-
la de observación de un paisaje (natural o cultural) se tante como para ofrecer, desde el punto de vista turís-
convierte en un instrumento de clasificación todo lo tico, unas posibilidades de desarrollo iguales o pare-
sutil y refinado que el observador quiera, de manera cidas a las de las grandes masas de aguas marinas.
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Capítulo 3: La vocación turística del territorio 73

A) La costa masas, los espacios litorales que más vocación turís-


tica presentan.
La costa, término que en ocasiones puede ser sus- Las costas de erosión, que generalmente presen-
tituido por ribera, es la zona continental que limita tan morfologías de acantilado, normalmente apare-
fisicamente con la masa de agua, y lo hace a partir de cen en litorales más abiertos. Son el resultado de la
la línea de costa. Hacia el interior, según sea su tipo- insistencia y permanente golpeo del oleaje que, jun-
logía, abarca una franja más o menos amplia cuyo lími- to con la litología, disposición estructural y evolución
te puede establecerse en el punto donde llegan los efec- morfogenética de los materiales que las conforman
tos directos provenientes de las masas marinas. dan una multitud de formas de erosión. Así pues esta
Este espacio fronterizo, pero continuo desde el pun- tipología de costa acantilada, al contrario de las de
to de vista dinámico, puede dividirse en dos tipos en acumulación, no favorece el desarrollo de infraes-
función de la relación que se establece entre el mun- tructuras turísticas, por lo que su valor a partir del
do terrenal y el marino: costas de acumulación y cos- objetivo de establecer su vocación turística es bajo.
tas de erosión, lo que no descarta la posibilidad de que No obstante, estos espacios litorales pueden dar
en ocasiones sea la combinación a la vez de los dos lugar a paisajes verdaderamente espectaculares, que
procesos. Cabe señalar que tanto una tipología como por su configuración natural constituyen un recurso
la otra ofrecen al desarrollo turístico diferentes posi- paisajístico muy importante, como complemento al
bilidades, que son las que marcarán al hombre las pau- desarrollo de zonas turísticas cercanas a ellos. Algunos
tas para la valoración de la vocación turística real de ejemplos conocidos, entre muchísimos más, son los de
estos territorios. En este sentido, hay que citar que los la costa de Dover al sur de Inglaterra o la de Zakinthos
factores geonaturales más valorados para la práctica en el litoral occidental de Grecia. También en este tipo
del ocio y recreo costeros son, aparte evidentemente de costa de erosión podemos encontrar ejemplos don-
de unas condiciones climáticas favorables de la zona, de, a su condición de litoral, se le sumen otros aspectos
las características geomorfológicas, la frecuencia e naturales que dan como resultado un importante atrac-
intensidad del oleaje, la nitidez y limpieza de las aguas tivo paisajístico y turístico, suma de la vegetación natu-
y la magnitud de los procesos mareales. ral, de las morfologías cársticas y de su propia condi-
Las costas de acumulación, generalmente asocia- ción de bahía, como ocurre en Phangnga, en Tailandia.
das a un tipo de costa baja, son complejas y muy En esta línea, y aunque con un carácter más espe-
diversas: playas (que pueden ser de limos, arena o cífico, puede suceder que a partir de sus formaciones
cantos), manglares, arrecifes, etc. Esta tipologia de geológicas y geomorfológicas un litoral ofrezca encla-
costa, y preferentemente las que presentan acumula- ves concretos que constituyan un verdadero centro
ciones tipo playa arenosa, han sido desde los inicios de interés como oferta complementaria a las activi-
del movimiento turístico a finales del xvIII y princi- dades turísticas. Es el caso de the Giant’s Gauseway,
pios del xIx uno de los valores geoturísticos que más en la zona septentrional de Irlanda del Norte, donde
han pesado en la localización de los grandes centros unas coladas volcánicas, erosionadas por el mar en la
turísticos litorales. Las razones por las que son pre- actual línea de costa, dan unas formas hexagonales
feridas para la ocupación y desarrollo turístico se pue- que ofrecen un paisaje entre lo real y lo fantástico.
den establecer a partir de un doble aspecto: en primer Dentro de las limitaciones naturales que los acanti-
lugar, son territorios de fácil accesibilidad, cuya topo- lados ponen al desarrollo turístico, cabe remarcar una
grafía no ofrece dificultades a la instalación de las serie de excepciones localizadas en mares relativamente
infraestructuras necesarias tanto para la oferta bási- cerrados, donde el oleaje es menos enérgico y se com-
ca como para la complementaria; en segundo lugar, binan las formas erosivas con pequeños sectores de acu-
la misma morfología playera, normalmente localiza- mulación. Un ejemplo paradigmático de este tipo de
da en zonas resguardadas, presenta amplias superfi- litoral lo constituyen las calas de las Islas Baleares en el
cies con sedimentos arenosos agradables al tacto, así centro del Mediterráneo occcidental. La combinación
como una batimetría cercana poco profunda que ofre- de acantilados medios con numerosos entrantes estre-
ce, normalmente, aguas transparentes, limpias, cáli- chos, normalmente con una penetración tierra adentro
das y tranquilas, favorables a la actividad del baño. superior a su anchura que en el fondo presenta una pla-
Así pues, en conjunto, estos litorales son aún, en la ya de arena, ha permitido un fuerte desarrollo turísti-
actualidad y a partir de un concepto de turismo de co en los alrededores de estas formas litorales.
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74 Parte I: El turismo y el territorio

B) La zona sumergida del litoral de tener unas interesantes playas arenosas presentan
una temperatura demasiado baja de las aguas como
En general, esta zona del litoral, por su propia para ser atractivas para el baño. Un caso menos extre-
naturaleza y cuando se presenta asociada a costas con mo es el de las Islas Canarias, que son afectadas por
desarrollo turístico, juega un papel fundamental en una corriente de carácter frío que suaviza las condi-
la forma de oferta complementaria. De hecho, cuan- ciones de temperatura e incluso de aridez del archi-
do en el punto anterior hemos citado los factores que piélago que le corresponderían por su latitud, hecho
caracterizan la idoneidad de las aguas para un desa- que ha permitido en parte su actual grado de desa-
rrollo turístico, también nos hemos referido al mar rrollo turístico. Como hemos visto, tanto un fenó-
como elemento integrado dentro del paisaje litoral, meno como el otro constituyen un factor altamente
por lo que su valoración es conjunta. A partir de aquí, importante en la explicación de la localización de los
únicamente cabe añadir a nivel paisajístico el pro- grandes centros turísticos litorales.
piamente sumergido, que es un recurso más dentro Finalmente, en el principio de este apartado hemos
de la amalgama de todos los que presentan estos espa- hecho referencia específica a las masas de agua con-
cios litorales. tinentales de los lagos. Éstos no presentan importan-
Por su fama, su espectacularidad y su riqueza de tes diferencias respecto a las pautas de valoración que
vida marina, en este tipo de paisaje submarino lla- hemos expuesto para las riberas marinas. De hecho,
man la atención los arrecifes coralinos. En torno a ellos hay formaciones como el lago Leman en Suiza, el Bala-
se justifica en cierta manera el desarrollo turístico de ton en Hungría, Maggiore y Como en Italia, que pre-
determinados litorales, tales como el de las Antillas sentan un modelo general de balneario con activida-
Mayores en el Caribe o la costa este de Australia, cono- des de navegación y otros deportes náuticos, que no
cida por la Gran Barrera Coralina. difieren prácticamente de los modelos marinos. De
Una vez analizado el valor geoturístico intrínse- todos modos, hay que tener en cuenta la menor o nula
co de esta zona, cabe hacer una pequeña pero impor- influencia que tienen sobre estas costas fenómenos
tante observación de gran significación para el desa- como el oleaje, las mareas o las corrientes marinas
rrollo del turismo. El mar, como fluido, tiene la anteriormente citadas, lo que puede hacerlas en con-
particularidad de calentarse o enfriarse más lenta- junto menos atractivas para algunas actividades (sub-
mente que las masas continentales, hecho que pro- marinismo, natación en aguas cristalinas, etc.), con-
voca tierra adentro y a nivel térmico unos efectos ter- servando su paralelismo con relación a otras (vela,
morreguladores, de manera que puede suavizar las esquí acuático, toma de sol, etc.).
temperaturas máximas y mínimas en una importan-
te franja más o menos amplia de las costas.
Por otra parte, y en esta misma línea del efecto 3.2.2. La montaña
termorregulador del mar, también hay que citar que
la propia dinámica de las masas marinas tiene la La variedad de paisajes de montaña y de motiva-
capacidad de desplazar importantes contingentes de ciones para su visita obliga a clasificarla en alta y media,
agua que mantienen, entre otras propiedades, las con- debido a la complejidad de estructuras, formas y atrac-
diciones térmicas imperantes en el lugar donde se tivos que ofrece. Hay montañas que son un símbolo en
originaron. Estamos hablando de las corrientes mari- sí mismas por su altitud, como el Everest o el Mont-
nas, que pueden ser tan importantes como para cam- Blanc, pero también otras, de mucha menor enverga-
biar sustancialmente no sólo las características de las dura, se han transformado en hitos turísticos a nivel
aguas litorales, sino la mismas condiciones climáti- mundial, como el Pan de Azúcar en Río de Janeiro.
cas de las costas que bañan. En función de su origen En origen, el turismo de montaña surgió, a través
y su recorrido, estas corrientes pueden ser cálidas o de la hidroterapia, por la contemplación de los agres-
frías, de manera que sus efectos pueden favorecer o tes escenarios naturales de las montañas y bosques que
no las condiciones para que un litoral presente unas rodeaban las estaciones termales y que les daban su
características idóneas para el desarrollo del turis- encanto característico. Estos lugares, tradicionalmente
mo. Un ejemplo interesante, entre otros, lo constitu- inaccesibles, han visto poco a poco facilitado su acceso
ye la corriente fría de Benguela que baña la costa para grupos, cada vez menos limitados, gracias a las
atlántica de Sudáfrica y la de Namibia, que a pesar infraestructuras y las facilidades puestas al servicio de
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Capítulo 3: La vocación turística del territorio 75

los nuevos usuarios. Para facilitar su uso, o bien para La alta montaña es el símbolo de esta búsqueda
mitigar el pánico a este espacio agreste, se han habili- de la altitud a que el ser humano parece obligarse cada
tado una serie de accesos e instalaciones que hacen vez más. Pero esta tendencia se apoya en una multi-
mucho más “civilizado” el espacio de montaña: mira- tud de motivaciones: deseos de escalar las cúspides
dores, circuitos de senderos, refugios, funiculares, tele- más altas y más difíciles de la Tierra, construir esta-
féricos, sky lift o poma lift. El conjunto de todos ellos hace ciones de deportes de invierno cada vez a mayor alti-
que la supuesta realidad agreste del paisaje de monta- tud para disfrutar de un período más largo de nieve
ña sea cada vez menos salvaje y natural, frente a la ima- esquiable, instalar teleféricos sobre cumbres difícil-
gen que de ella pretenden presentar los folletos turísti- mente asequibles (Aiguille du Midi en los Alpes) para
cos que promocionan este tipo de actividades. facilitar la accesibilidad de una masa de turistas que
Todo paisaje es un elemento activo, y así, unas mon- no podrían hacerlo por sus propios medios, etc.
tañas cubiertas de nieve forman, al mismo tiempo, el En la alta montaña podemos encontrar actividades
decorado que nos gusta contemplar y el espacio nece- diferentes según la estación del año. En invierno se ha
sario para la práctica de los deportes de invierno. Para impuesto el esquí alpino como actividad preponde-
los fines turísticos será tan importante el espacio natu- rante. Esta nueva moda del siglo xx que empezó en
ral como el humanizado. El paisaje natural porque res- los antiguos núcleos de población agrícola de la mon-
ponderá a esta necesidad de encuentro con la natura- taña, alpina especialmente, hoy va ocupando con esta-
leza, con todo lo puro, lo intacto; mientras que el medio ciones integrales (Knafou, 1978) cada vez más altas los
humanizado representará el encuentro con el pasado, antiguos prados de montaña. En verano, por el con-
las tradiciones, lo folclórico. El paisaje montañoso, y trario, son la escalada de las paredes más verticales,
especialmente su topografía, ofrece a los turistas una la ascensión a las cimas más elevadas, el trekking, el
serie de elementos que satisfacen sus necesidades: relie- esquí en los glaciares, etc., las ocupaciones primor-
ve, naturaleza, color de las rocas, la vegetación, las diales del turista, además de las tradicionales curas de
corrientes de agua; y éste será precisamente su valor aire y los sanatorios.
turístico. Pero no debemos olvidar que la percepción Las estaciones de esquí son los agentes que cau-
de la montaña tiene un valor ambivalente, pues mien- san los impactos más importantes que se producen
tras será un desafío atractivo para unos, para otros será actualmente en la alta montaña, principalmente las
un elemento de riesgo y originará sensaciones más o denominadas integrales o de tercera generación, que
menos fuertes de miedo y, por tanto, de rechazo. fueron realizadas mayoritariamente desde los años
Otro elemento que se debe tener también en cuen- sesenta y se corresponden cronológica y conceptual-
ta es el descenso general de las temperaturas que se mente con la aparición del turismo de masas de sol y
produce con la altitud. Esto ha hecho que en las zonas playa. El paisaje en este caso es secundario, y sólo sir-
cálidas las montañas se conviertan en áreas de vera- ve como decorado complementario a la promoción
neo o de segunda residencia al amparo de las riguro- de la estación de esquí, pues lo que interesa de ver-
sas temperaturas estivales, fenómeno que se puede dad es la cantidad y calidad del dominio esquiable.
convertir en masivo cuando el sistema montañoso Lo importante para el turista es, además, la disposi-
está en las cercanías de una gran ciudad, como suce- ción de las pistas al pie de los apartamentos, cuya
de en el Guadarrama respecto a Madrid, o en las capi- estructura y forma nada tiene que ver con las carac-
tales de América Central, como San José. terísticas arquitectónicas tradicionales del lugar, sino
que son implantaciones de carácter urbano en medio
de parajes montañosos.
A) La alta montaña Pero el impacto, tanto físico como humano, de las
estaciones de esquí, es muy variable, y está directa-
En primer lugar, hay que reseñar que los concep- mente relacionado con el proceso y las formas de
tos de alta y media montaña son difíciles de definir, implantación. Así, las surgidas de una planificación
ya que en su diferenciación influye tanto la latitud fuerte y muy voluntarista, como el denominado Plan
como la altitud. Por eso, cuando se citen en este tra- Neige francés que dio origen a las arriba citadas esta-
bajo debe tenerse en cuenta que se está haciendo refe- ciones integrales, han provocado un fuerte impacto
rencia a ellos en el contexto de las latitudes medias ambiental claramente perceptible sobre todo en la
de los climas templados. época de deshielo (destrucción de pastos, deforesta-
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76 Parte I: El turismo y el territorio

ción, potenciación de la erosión, contaminación por rior al de la alta montaña. También se puede distin-
deficiente depuración, etc.), así como una total desa- guir entre el interés turístico invernal y estival.
parición de las formas de vida y producción tradi- En cuanto a las posibilidades que ofrece la monta-
cionales. Por el contrario, las estaciones de la zona ña media durante el invierno destaca también en el
austríaca del Tirol fueron surgiendo poco a poco, y esquí. Pero en este nivel se practica básicamente el esquí
en gran medida a partir de iniciativas locales, con lo de fondo, mucho más respetuoso con el medio y apo-
que los impactos tanto ambientales como sociales han yado generalmente en los núcleos de población ya exis-
sido mucho más moderados. tentes, con lo que no provoca una alteración en el sis-
En cuanto a la utilización del paisaje, las estacio- tema de poblamiento y puede incluso servir para la
nes de esquí podemos clasificarlas en dos tipos: las conservación de las tipologías arquitectónicas tradicio-
que se reducen a las pistas de nieve y un uso exclusi- nales; así como generar riqueza para la población local
vo para el esquí, como ocurre con muchas de las de contribuyendo de este modo a frenar la desertización
tercera generación de los Alpes franceses, o bien las de la montaña. El trazado del espacio deportivo tam-
que combinan la utilización de las pistas con la valo- bién es mucho más integrado, ya que no necesita la
ración de otros recursos paisajísticos, como Chamo- construcción de grandes pistas ni exige la deforestación
nix, Cortina d’Ampezzo o Panticosa. De todos modos, total o parcial de amplias áreas. Sus itinerarios suelen
muchas estaciones dedicadas exclusivamente al esquí recorrer tanto espacios humanizados (caminos, cam-
intentan, con mayor o menor éxito, ofrecer una serie pos de cultivo, pastos) como senderos por el bosque, y
de actividades de contacto con la naturaleza para la es precisamente la contemplación de éste, así como el
estación estival, de forma que resulte más rentable la disfrute de los paisajes, su atractivo principal.
inversión y la compra de los apartamentos al ofre- Pero las posibilidades turísticas más importantes
cerse dos temporadas turísticas. de la media montaña se apoyan en el denominado
En cuanto a las actividades de verano son, segura- ecoturismo (Cazes, 1992). Se trata de un conjunto muy
mente, menos impactantes, y se basan mucho más en variado de actividades que pueden ir desde la sim-
la observación y el aprovechamiento del paisaje como ple contemplación o estancia en la naturaleza hasta
elemento motivador. El alpinismo se siente atraído por la realización de itinerarios por diversos medios (sen-
las chimeneas, brechas, agujas, crestas o glaciares, en derismo, rutas hípicas, fluviales, cicloturismo, esquí
general por todo aquello que suponga un reto o un obs- de fondo, etc.), pero que en ningún caso requieren la
táculo a la ascensión. En cuanto al senderismo u otras construcción de infraestructuras pesadas, por lo que
formas de tránsito reposado, se basan principalmente su impacto, salvo que se den frecuentaciones excesi-
en el goce de la contemplación de la naturaleza a tra- vas, es mínimo. El acercamiento a la naturaleza y la
vés del contacto directo. contemplación de determinados elementos (zonas
Posiblemente sean las formas glaciares que apa- forestales, relieve, formaciones cársticas, etc.) es la
recen sobre los modelados alpinos las que ejercen una motivación de estas modalidades turísticas, que pue-
mayor atracción y tienen más capacidad de evocación den llegar a convertirse en masivas cuando el paisa-
sobre los actuales turistas. Así, por ejemplo, el Hima- je presenta determinados niveles de espectacularidad,
laya, especialmente a través del Nepal, se ha trans- como puede ser el caso de las cascadas (Iguazú) de
formado en un centro de atracción a nivel mundial, las gargantas encajadas (Cares), o de saltos de agua
los Alpes y los Andes lo son a nivel continental, y los (Salto del Ángel).
Pirineos y los Picos de Europa lo ejercen a nivel de la Si en las proximidades de una montaña media se
península Ibérica. encuentra un importante núcleo urbano, una gran ciu-
dad o un área densamente poblada, ésta se puede
transformar casi en una zona verde y de ocio de pro-
B) La montaña media ximidad, muy adecuada para los fines de semana o
períodos cortos de vacaciones, como ocurre por ejem-
El paisaje posee un alto valor turístico en el caso plo con el Guadarrama con respecto a Madrid o la
de la montaña media. La mayoría de las actividades Selva Negra con respecto a Stuttgart. En este caso, y
que se desarrollan en este nivel se basan en el uso y a pesar de que las actividades realizadas sean respe-
contemplación de los espacios naturales que ésta ofre- tuosas con el medio natural, pueden darse graves pro-
ce, aunque su grado de humanización es muy supe- blemas ambientales por la excesiva frecuentación.
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Capítulo 3: La vocación turística del territorio 77

C) Los volcanes lapiaces o de las dolinas, se une el hecho de que son


las formas internas que ofrecen mayores atractivos.
Las zonas volcánicas tienen un atractivo especial Las profundas simas, cavernas y corrientes subterrá-
desde el punto de vista turístico, pues al interés que neas atraen a los grupos amantes de la espeleología
ofrecen como montañas propiamente dichas se le aña- (vercors, Grazalema, Antequera o la Serra de Tra-
de el misterio que provocan como zonas de contacto muntana en Mallorca, por no hablar de la región de
entre la altura y la profundidad de la Tierra. El vol- Karst, en la antigua Yugoslavia, que ha dado origen
cán, junto a todas las manifestaciones del vulcanismo al término geomorfológico de carst), mientras que una
(fumarolas, géiseres), pone en contacto al hombre con larga serie de cuevas decoradas con estalactitas y esta-
el fuego del interior de la Tierra, y a pesar de las catás- lagmitas y fácilmente accesibles han sido desde anti-
trofes y muertes creadas por su existencia (Pompeya guo uno de los focos tradicionales de atracción turís-
y Herculano, Mont Pelée, Krakatoa, etc.) son siempre tica (Porto Cristo, Artá, Nerja, Aracena).
un atractivo turístico considerable: vesubio, Etna, Tei- Aunque no pueden considerarse cuevas o simas,
de, Fuji Yama. hay otras formaciones geológicas que también dis-
El volcán puede haber originado con el tiempo una frutan de un fuerte atractivo turístico por su morfo-
zona vegetal muy rica a su alrededor debido a la fer- logía especial; se trata de los cañones, cuyo prototipo
tilidad de este tipo de suelos; pero puede conservar más emblemático es el Gran Cañón del Colorado.
también una amplia zona desértica, especialmente en Estas formaciones escarpadas, dificilmente recorri-
climas secos, que permite ver petrificadas las corrien- bles en su conjunto, ofrecen desde la cima de sus pre-
tes de lava, con sus cordones entrelazados según la cipicios unos puntos de mira extraordinarios, gene-
orografía y sus paredes de basalto, originando espa- rando una serie de instalaciones turísticas para acoger
cios protegidos muy atractivos como el del Teide, el flujo de visitantes de la zona.
Timanfaya o La Garrotxa, todos en España. En otros
lugares será toda una región la que esté marcada por
el vulcanismo, como L’Auvergne, en Francia; en oca- 3.2.3. La vegetación y la fauna
siones puede generar espacios míticos, como la isla de
Santorini, en Grecia, base del sueño de la Atlántida; o, La vegetación por sí sola, y el bosque como ele-
finalmente, transformarse en grandes zonas turísticas mento paradigmático de ésta, no suele constituir un
convencionales al margen de su origen volcánico, pero elemento de atracción turística, salvo en raras excep-
apoyadas en él como elemento diferencial paisajísti- ciones como ocurre en algunos parques de Estados
co, caso de las islas Hawái o de las Canarias. Unidos y Canadá o en la región amazónica. Pero sí
forma una parte muy importante del paisaje y, por
tanto, de la potencialidad turística de un lugar. A
D) El interior de la Tierra pesar de la gran superficie que la cubierta forestal
ocupa en todos los continentes, su importancia turís-
El interior de la Tierra siempre ha representado tica es mucho menor que el litoral y la montaña, los
para el hombre un regreso a los orígenes, un contac- cuales, ocupando extensiones muy inferiores son
to con la madre-tierra, símbolo de muerte y de ferti- atractivos para una gran masa de turistas. Solamente
lidad al mismo tiempo. Desde la Prehistoria, las cue- podemos reseñar un papel de primer orden en los
vas han tenido esta doble función: lugar de espacios naturales cercanos a las grandes ciudades,
enterramiento y por tanto lugar de regreso a los orí- dado que en verano se convierten en un elemento
genes, y sitio de refugio de las fuerzas telúricas don- moderador del clima que hace más agradable la
de pitonisas, sacerdotes y dioses han buscado su estancia al aire libre.
morada. Es normal, por lo tanto, que estos lugares La presencia o ausencia de vegetación interviene
tengan una fuerte atracción para ciertas personas y de una manera importante en la construcción de las
adquieran así un valor turístico potencial. imágenes sobre un medio determinado, como pode-
Las áreas de formaciones cársticas, producto de la mos observar al hablar de la Amazonia o del desier-
disolución de la roca caliza, son las más representati- to del Sáhara; creando, en principio, una imagen turís-
vas de esta tipología. Al encanto que ofrece la obser- tica positiva la existencia de una abundante
vación de formaciones tan espectaculares como los vegetación, y negativa las zonas áridas o yermas. Esta

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