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LA VOCACIÓN TURÍSTICA DEL TERRITORIO
Miguel Seguí Llinàs
y Jaume Servera Nicolau

Los valores del clima 3.1


Los valores del paisaje como recurso turístico 3.2
Los valores históricos y culturales 3.3
Otros valores 3.4
Conclusión 3.5
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62 Parte I: El turismo y el territorio

Cualquier espacio geográfico es potencialmente Barcelona se estén produciendo inundaciones, mien-


susceptible de convertirse en un destino turístico. No tras que en Palma de Mallorca no haya precipitado
obstante, no todos presentan ni pueden presentar el una gota; y, a escala más local, puede ocurrir que en
desarrollo de una oferta turística competente, ni tam- algún sistema montañoso se den condiciones meteo-
poco la demanda se reparte aleatoriamente y de for- rológicas inestables, mientras que en los valles colin-
ma indiscriminada. dantes el tiempo se caracterice por su estabilidad. En
Así pues, amén de los distinos recursos de que dis- definitiva, se puede observar cómo a cada uno de
ponga un lugar, el desarrollo del fenómeno turístico estos lugares, en un mismo día y en el mismo espa-
queda sujeto, por una parte, a la existencia de dota- cio temporal, le corresponde un tipo de tiempo atmós-
ciones en infraestructuras y equipamientos que con- ferico totalmente diferente.
figuren una oferta y, por otra, a una demanda sujeta En segundo lugar, y de mayor utilidad como varia-
básicamente a unas leyes de mercado y a modas tem- ble para explicar la localización, distribución e inten-
porales. De esto se colige que la vocación turística de sidad del fenómeno turístico mundial, está el clima.
un territorio no es algo intrínseco del espacio, sino Este concepto intenta regionalizar el espacio terrestre
que está sujeta a las leyes de la demanda y de la ofer- a partir del comportamiento cíclico anual de la suce-
ta establecidas por las pautas sociales. Por consi- sión diaria de los diferentes tipos de tiempos en los
guiente, la potencialidad de un área, apoyada en una distintos lugares del planeta. Para caracterizar una
serie de recursos geoturísticos estables, puede variar región climática se contemplan todos y cada uno de
sustancialmente en una escala temporal reducida si los agentes meteorológicos (precipitación, tempera-
cambian las pautas y los comportamientos de la socie- tura, presión atmosférica, humedad, vientos, etc.) esta-
dad. En este capítulo se analizarán los valores y ele- bleciendo sus condiciones medias a lo largo de un
mentos del espacio que pueden contribuir o justificar período igual o superior a treinta años, incluyendo
que el hombre, a su libre arbitrio, asigne una voca- las extremas absolutas, medias y frecuencias de las
ción turística concreta al territorio. desviaciones. Además, también se relaciona la forma
en que los factores geográficos (latitud, altitud, dis-
tribución de los océanos y continentes y situación de
3.1. Los valores del clima las corrientes marinas) y astronómicos (básicamente
los relacionados con los movimientos de la Tierra)
Por la importancia intrínseca que tiene el clima en interfieren en los aspectos meteorológicos. En defini-
el desarrollo turístico de un territorio, se ha conside- tiva, se podría afirmar que el clima es la síntesis del
rado oportuno iniciar este punto con una generaliza- tiempo meteorológico de un lugar.
da explicación. En primer lugar, y respecto a la impli- La Climatología atiende al estudio de los diferen-
cación que la atmósfera tiene sobre la superficie tes climas del mundo. Es la ciencia encargada de expli-
terrestre, hay que considerar su comportamiento en car las regiones climáticas, sus variaciones tempora-
cada uno de los momentos presentes, con lo que se les y espaciales y la influencia de los climas en la vida
está haciendo referencia a un concepto más objetivo de la Tierra. A partir de aquí, y como resultado de la
que el de clima: el tiempo meteorológico. La lluvia, dinámica de los factores astronómicos implicados, se
la nieve, el viento, el granizo, la humedad, etc., son establece la división de la Tierra en cuatro grandes
agentes atmosféricos que, por sí solos, no explican las franjas climáticas en cada uno de los hemisferios, dis-
características climáticas de ningún lugar, pero sí que tribuidas en el sentido de los paralelos. No obstante,
pueden explicar el tiempo meteorológico de un espa- en cada una de estas franjas se pueden establecer a su
cio concreto y en un momento dado: llueve, hace frío, vez otras subclasificaciones climáticas en función de
nieva, está nublado, etc., son calificativos de diferen- factores netamente geográficos, como por ejemplo
tes tipos de tiempo atmosférico. Por la propia expe- sucede con el clima mediterráneo generado por las
riencia y percepción, se observa que el tiempo pre- condiciones ambientales de la cuenca del mismo nom-
senta una gran variabilidad tanto espacial como bre en el interior de la franja templada. De hecho, la
temporal, es decir, puede ser que el mismo día y a la clasificación climática puede ser todo lo exhaustiva
misma hora esté nevando en Nueva York con tem- que se quiera, llegando hasta la definición de micro-
peraturas por debajo de los 0 °C y que en Madrid luz- climas determinados por condiciones muy particula-
ca el sol con temperaturas más agradables, o que en res de un espacio concreto y reducido, como puede
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Capítulo 3: La vocación turística del territorio 63

ser el clima urbano, el de fondo de algunos valles o el senta un papel secundario. Es, por ejemplo, el caso del
del interior de las cuevas. Así pues, la clasificación de turismo urbano, tanto cultural como de negocios, que
los climas dependerá, aparte de los factores ya men- generalmente es indiferente a las condiciones climáti-
cionados, de la escala a que se analice el fenómeno. cas y meteorológicas ya que gran parte de las activi-
Esta diversidad climática mundial, junto con la dades se realizan en lugares cubiertos (museos, edifi-
reciente evolución geológica, han sido los factores que cios singulares, parques, ferias, centros de convenciones,
han asentado las bases para el desarrollo de los con- etc.). En otras ocasiones el clima puede llegar a ejercer
trastes paisajísticos y humanos que encontramos actual- una limitación temporal, como por ejemplo la marca-
mente en el mundo. Los paisajes desérticos como el de da estacionalidad climática responsable de la paralela
la Antártida o el del Sáhara, contrastan con las zonas estacionalidad turística que se produce en el área medi-
con vegetación de las selvas tropicales húmedas o los terránea.
bosques de coníferas de media-alta montaña de lati- Por tanto, las características climáticas de un lugar
tudes intermedias. El hombre, como integrante de la no determinan de manera absoluta su posible trans-
bioesfera terrestre, también se ha visto condicionado, formación turística, sino que ofrecen una serie de posi-
en gran medida, por estos factores ambientales, hecho bilidades de uso cuyo aprovechamiento dependerá
que ha contribuido a la heterogénea riqueza cultural en última instancia de una decisión humana motiva-
de la humanidad. Es, pues, lícito y justo pensar en el da por modas, capacidades técnicas, decisiones de
importante papel que juega el clima en el desarrollo inversión, etc. Así, algunos lugares del mundo con
de cualquier actividad humana, y no lo es menos en el condiciones climáticas muy inhóspitas han acabado
del fenómeno turístico desde su aparición (figura 3.1). desarrollando una infraestructura como plataforma
de apoyo a modalidades turísticas muy específicas;
es el caso del Nepal, que se ha convertido en el pun-
3.1.1. El clima como factor geoturístico to de partida de numerosas expediciones hacia las
cimas más altas del mundo, o de zonas del Magreb,
El clima es uno de los elementos fundamentales que constituyen el punto de partida para realizar
en la configuración del paisaje, tanto del natural como incursiones en el desierto del Sáhara.
del humanizado. Por tanto, no cabe duda de que en Incluso, como se ha apuntado en un párrafo ante-
el momento de determinar la vocación turística de un rior, en el caso de la fabricación de nieve artificial el
territorio representa un papel trascendental e inne- hombre es capaz de adecuar la oferta turística de un
gable. Otra cuestión es el grado o la importancia que territorio, en lo relativo a las características climáti-
pueda tener en el desarrollo turístico de un territorio cas, a las exigencias de la demanda. No obstante, esta
concreto en un momento determinado. capacidad de adaptación antrópica de las condicio-
De hecho, aunque el clima sea un factor turístico de nes del clima de un lugar a las exigencias turísticas es
primer orden, no por ello determina por sí mismo la limitada. Así, resulta impensable que las playas de
transformación turística de un territorio, pues hay latitudes superiores a los 60º puedan ser objeto de un
muchas zonas de la Tierra que por sus condiciones cli- interés turístico de sol y playa como lo son las cari-
máticas serían susceptibles de ser explotadas, y sin beñas o mediterráneas, dado que las diferencias entre
embargo están al margen del turismo por otros moti- unas y otras no están en la calidad genética de las
vos. Por ejemplo, existen territorios que presentan con- morfologías playeras sino en aspectos climáticos en
diciones climáticas idóneas para la práctica de depor- los cuales la intervención humana es imposible.
tes de nieve, pero se encuentran inexplotados porque En definitiva, como hemos podido ver, el clima
su posición geográfica les mantiene alejados de los prin- no tiene un papel determinante ni excluyente en el
cipales centros de emisión; mientras que hay estacio- desarrollo turístico del territorio, ya que para cada
nes invernales con una mejor situación respecto a los tipo de clima diferente que caracteriza el planeta se
centros de emisión pero que necesitan forzar las con- podría establecer una oferta y una demanda. Así
diciones climáticas mediante la creación de nieve arti- pues, este factor es uno más entre los recursos geo-
ficial con la finalidad de satisfacer a la demanda. turísticos que definen la vocación turística de un espa-
Además, mientras que para algunas actividades cio, cuya transformación y desarrollo se presenta más
como las ligadas a la playa el clima puede ser un fac- dependiente y sujeta a variables de carácter econó-
tor altamente limitador, en otras ocasiones sólo repre- mico y humano. Sólo juega un papel determinante
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Parte I: El turismo y el territorio

Trópico de Cáncer

Ecuador

Trópico de Capricornio

Regiones áridas
5 000 km
Clima
oceánico Desierto Clima tropical
continental de con inviernos
Clima Desierto diferenciados Clima tropical
inviernos rudos
Altas Clima polar continental tropical húmedo
y subpolar Desierto Clima tropical
montañas Clima
mediterráneo con estación seca
mediterráneo
ZONA FRÍA Z O N A T E M P L A DA ZONA CALIENTE

FIGURA 3.1. Mosaico climático mundial. Fuente: Mesplier y Bloc-Duraffour (2000).


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Capítulo 3: La vocación turística del territorio 65

en la tipología de turismo que un territorio puede pueden alterar la temperatura estable de 36,5 °C del
acoger, y en función de esta tipología, en la estacio- cuerpo humano, provocando una pérdida del confort.
nalidad a la que se puede ver sometida.
Diferentes autores han intentado modelizar y sim-
plificar la realidad a partir de la percepción del con- 3.1.2. Índices climático-turísticos
fort que el cuerpo humano puede sentir en los difren-
tes ámbitos climáticos. Sin embargo, ésta es una Muchos de los autores que han abordado el pro-
aproximación muy simplista a la valoración turística blema de la climatología en materia de turismo han
del clima, ya que en ocasiones prevalecen en la elec- centrado sus esfuerzos en la búsqueda de un índice cli-
ción individual otros aspectos que superan la sensa- mático, que asocie todas aquellas variables meteoro-
ción de confort, en pro de actividades recreativas y de lógicas que se consideran como las más decisivas para
ocio que requieren condiciones climáticas duras e dar plena satisfacción a una actividad turística concreta
incluso extremas. Un modelo que ha tenido en cuen- (Besancenot, 1991). El resultado de este proceso de
ta ambas variables, es decir, confort climático y acti- investigación ha dado como resultado una larga lista
vidades recreativas, es la carta bioclimática (figura 3.2) de índices con puntos de partida y resultados total-
realizada por Terjung (1966, cit. en Burton, 1997), que mente diferentes (véase Besancenot, 1991). No obstante,
recientemente ha sido adoptada por Boniface y Coo- si la intencionalidad y las hipótesis de estos trabajos
per (1987, cit. en Callizo, 1991). Este modelo se fun- son atractivas, la experiencia cotidiana ha demostrado
damenta en los dos elementos climáticos, la tempera- que no siempre dan resultados plenamente satisfacto-
tura y la humedad, que directamente son los que rios para cualquier lugar del mundo.

Actividades restringidas
al aire libre

Humedad relativa %
Temperatura °C 10 20 30 40 50 60 70 80 90 Temperatura °C
50 50
Ocio de playa +3
y natación probable insolación
calor seco +4
40 2 +3 40
Deportes de +2 Temperatura del
cálido asfixiante cuerpo humano
baja intensidad +1 +2 +3
30 sofocante +2 30
+1
0 +1
Poco apto para 20 tibio demasiado seco ZONA ÓPTIMA 0 20 Adecuado para la
natación y ocio bochornoso mayoría de actividades
pasivo –1 –1 –1
10 fresco demasiado seco 10
Poco apto para frío y
golf, tenis y –2 –2 crudo –2 húmedo
ocio acuático Temperatura de
0 0 congelación

–10 muy frío –3 –10

Límite de la
–20 –20 práctica de esquí

–30 frío extremo –4 –30

Límite de actividades
–40 –40 al aire libre (ropa ártica)
10 20 30 40 50 60 70 80 90
Humedad relativa %

FIGURA 3.2. Carta bioclimática del ocio a partir de Terjung (1966) y Boniface y Cooper (1987).
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66 Parte I: El turismo y el territorio

A)  Índice de Marchand (1986) Probabilidad


0,99
Este autor utiliza por primera vez para establecer 0,97
0,95 Estación buena
la potencialidad climático-turística de un territorio el 0,90
balance entre las precipitaciones P y la evapotranspi- 0,80
0,70 Estación
ración potencial ETP, es decir, la pérdida teórica de 0,60
Rosslare
bastante buena
agua que un territorio, por sus condiciones ambien- 0,50
0,40 Estación
tales, debería sufrir tanto por evaporación directa 0,30 mediocre
0,20
como por la transpiración de las plantas. En realidad 0,10 Claremorris Estación mala
no se trata de un índice nuevo, sino que ya había sido 0,05
0,03
utilizado frecuentemente en el ámbito de la agrono- 0,01
mía y la hidrología. Su interés para el turismo radica E F M A M J J A S O N D
en que el cálculo de la diferencia entre pluviometría FIGURA 3.3. Probabilidad de tener P-ETP negativo en dos
y evapotranspiración pontencial implica cuatro fac- estaciones meteorológicas de Irlanda en el período 1958-
tores básicos en la percepción humana del clima, y 1975. Fuente: Marchand (1986).
muy importantes a su vez para el turismo:
— Además, en un clima oceánico muy húmedo
— Pluviometría, con una valoración negativa, ya como el de Irlanda, la posibilidad de que en
que su presencia limita determinadas activida- algunos meses la diferencia entre precipitacio-
des. nes y evapotranspiración sea negativa puede
— Temperatura, con una valoración positiva, ya ser un dato muy significativo para el turismo.
que permite o no la estancia en un lugar. Sin embargo, trasladado a un clima seco como
— Insolación, con una percepción positiva, pues por ejemplo el Mediterráneo, donde durante
posibilita actividades como el bronceado, etc. muchos meses se producirá esa circunstancia,
— Viento, con una percepción positiva, pues ayu- se convierte en un indicador mediocre que no
da a despejar la nubosidad, salvo en exceso. tiene en cuenta aspectos tan importantes como
por ejemplo las diferencias de temperatura.
Así pues, la diferencia entre la P-ETP permite la
comparación de las posibilidades climático-turísticas A diferencia de Marchand, que trasladó a la cli-
de diferentes lugares y en diferentes momentos. De matología turística un índice concebido con otros
esta manera, una probabilidad superior a 0,75 de tener fines, la creciente preocupación por el fenómeno turís-
un resultado P-ETP negativo, lo que conlleva un défi- tico ha llevado a la mayor parte de los investigado-
cit hídrico, define una estación o una temporada como res a desarrollar modelos específicos para este cam-
buena; cuando ésta se sitúa entre el 0,50 y 0,75 se cali- po: Poulter, Davis, Hughes, Flocas o Clausse, Guérout,
fica la estación como bastante buena; si se establece etc. (véase Besancenot, 1991). Generalmente todos pre-
entre un 0,25 y un 0,50 entonces la estación es regu- sentan una formulación común, en tanto en cuanto
lar; y finalmente, si el resultado es inferior a 0,25, cons- utilizan los mismos parámetros: la insolación y la tem-
tituye una estación mala. peratura como elementos positivos, y las precipita-
J. P. Marchand (1986, cit. en Callizo, 1991) aplicó este ciones como factor negativo.
índice a diferentes regiones de Irlanda con unos resul-
tados satisfactorios (figura 3.3). Ahora bien, su aplica-
ción generalizada presenta ciertos inconvenientes: B)  Índice de Poulter

— Por una parte, el cálculo de la ETP, según la fór- A partir de la hipótesis de que el potencial turísti-
mula de Penman, resulta largo y complicado, co será más elevado cuanto mayores sean la insolación
como advierte Besancenot (1991). Además, no y la temperatura y menores las precipitaciones, R. M.
todas las estaciones meteorológicas disponen Poulter (1962) propuso, para Gran Bretaña, la siguien-
de la batería de datos necesarios, hecho que te formulación para establecer la calidad Is de una esta-
reduce la posibilidad de la obtención de la infor- ción estival (desde el punto de vista climático se entien-
mación a un pequeño número de estaciones. den los meses completos de junio, julio y agosto):
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Capítulo 3: La vocación turística del territorio 67

Is = 18 T + 0,167 I – 0,2 P + 320 Id = 18 Tx + 0,217 I – 0,276 P + 320

siendo: mientras que G. H. Hughes (1967) lo reformula:

T = Temperatura media del trimestre estival (ºC). Ih = Tx + 0,045 I – 0,2Pr


I = Duración acumulada de insolación en el mis-
mo período (horas). siendo para ambos índices:
P = Precipitaciones del mismo período (mm).
Tx = Temperatura máxima media del trimestre
estival (ºC).
C)  Índice de Flocas I = Insolación total en el mismo período (horas).
P = Precipitación total del mismo período (mm).
Este investigador griego utilizó el mismo índice Pr = N.° de días de precipitación superior a 0,25
de Poulter anteriormente descrito, pero modificó las mm.
constantes con el fin de adaptarlo a las características
climáticas del sur de Europa, concretamente del cli-
ma mediterráneo en Grecia (figura 3.4). Si se compa-
ran ambos indicadores puede verse cómo disminuye
el peso de la insolación, dado que ésta es general-
mente muy alta en el Mediterráneo; mientras que
aumenta la importancia negativa de las precipitacio-
nes, dado que al no ser un fenómeno habitual en la
temporada estival su presencia será muy negativa-
mente valorada por los turistas.

Is’= 18 T + 0,106 I – 0,303 P + 320

Is'
410
390
370
350
330
310

1890 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980

FIGURA 3.4. Variabilidad del potencial climático-turístico del


verano en Atenas. Período 1898-1973. Fuente: Flocas (1986).

D)  Índices de Davis y Hughes FIGURA 3.5. Potencial climático-turístico de Gran Bretaña.


Período 1916-1950. Fuente: Davis (1968).
Al igual que en el caso anterior, se trata de varian-
tes del inicial índice de Poulter. Pero estos autores,
además de cambiar los coeficientes de multiplicación, E)  Índice Clausse y Guérout
modifican también el modo de medición de las varia-
bles (figura 3.5). Así, para N. E. Davis (1968, cit. en En Francia, R. Clausse y A. Guérout (1955, en Calli-
Callizo, 1991) el índice queda del siguiente modo: zo, 1991) construyeron un índice parecido a los ana-
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Capítulo 3: La vocación turística del territorio 69

índices anteriormente descritos. No obstante, el incre-


mento del número de variables que propone respecto 60
a los demás le da una mayor complejidad a la fase de 55
recogida de datos, pero al mismo tiempo los resulta-
50
dos obtenidos ofrecen una mejor caracterización y selec-
tividad de las estaciones analizadas. Por otra parte, la 45
implicación de una variable de carácter netamente oce- 40
anográfico, como es la temperatura media mensual del 35
agua del mar, hace de este índice un instrumento espe-
30
cialmente efectivo para su aplicación a espacios lito-
rales. 25
La formulación del índice climático-marino ICM 20
de Sarraméa es la siguiente: 15

ICM = (T + Te + I) – (N + Nv + Nk + Ng + Nn) 10
5
siendo: 0
E F M A M J J A S O N D
T = Temperatura media mensual (ºC).
Te = Temperatura media mensual del agua de Bastia Cannes Sète
mar (ºC). Biarritz Deauville Brest
I = Insolación media diaria (horas al mes/n.°
de días). FIGURA 3.7. Aplicación del índice climático-marino en seis ciu-
N = N.° mensual de días de lluvia. dades turísticas del litoral francés. Fuente: J. Sarraméa (1980).
Nv = N.° mensual de días de viento > 16 m/s.
Nk = N.° mensual de días de niebla. más refinado y solvente de los hasta ahora plante-
Ng = N.° mensual de días de helada. dos (Callizo, 1991). Se presenta como la suma pon-
Nn = N.° mensual de días de nieve. derada de los cinco índices anteriormente expues-
tos. Su formulación es la siguiente:
Obviamente, tal y como está concebido este índi-
ce, a mayor puntuación obtenida más favorable será ICT = (8.CId) + (2.CIa) + (4.R) + (4.S) + (2.W)
la estación para el turismo litoral, situando el autor
en 20 el mínimo de confortabilidad para el desarro- siendo:
llo turístico. Sarraméa aplicó el ICM a seis ciudades
del litoral francés estableciendo una evolución inter- CId = Subíndice de confort a la hora más calurosa.
mensual para cada una de ellas, tal y como se puede Este índice se elabora a partir de la combinación de la
observar en la figura 3.7. Los resultados que obtuvo temperatura máxima con la humedad mínima. La
evidenciaron la mayor vocación turística de la facha- obtención del valor de CId se realiza a partir de un ába-
da mediterránea frente al litoral atlántico; con esta- co (figura 3.8) propuesto por el mismo autor, de mane-
ciones como la de Brest (Bretaña), que en ningún ra que una media de la temperatura máxima de 28 ºC
momento supera el citado umbral mínimo de 20, y y una humedad relativa mínima del 30% determinan
otras como Bastia (Córcega) que lo sobrepasan duran- un valor de 5 como el guarismo más optimo del índi-
te la mayor parte del año. ce. A partir de aquí, la misma temperatura con una
humedad relativa mínima del 40% ya sitúa el índice en
el guarismo de 4,5. Es importante, a la hora de estable-
G)  Índice planetario de Mieczkowski cer este subíndice, tener la precaución de hacerlo a par-
tir de los registros recogidos en la hora más calurosa,
El índice climático turístico ITC propuesto por ya que representa un peso del 40% del valor del ICT.
el geógrafo Z. Mieczkowski (1983, 1985, en Callizo, CIa = Subíndice de confort medio. Este índice se cal-
1991) es desde el punto de vista metodológico el cula de la misma manera que el anterior, no obstante,
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70 Parte I: El turismo y el territorio

0 100%
90%
1 80%
2 70%
3 60% Humedad relativa
4 50%
CId 40%
5
30%
4
3 20%
2,5
2 10%
1,5
0 1
–2 –1
0%
–20 –15 –10 –5 0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50

Temperatura °C

FIGURA 3.8. Ábaco propuesto para la obtención del subíndice CId, para la fórmula de Z. Mieczkowski.

las variables a combinar son la temperatura media y la S = Subíndice de insolación. Igual que el índice
humedad relativa media de las venticuatro horas. anterior, se obtiene a partir de la tabla propuesta por
R = Subíndice pluviométrico. Se obtiene a partir el autor (cuadro 3.2), donde el índice tiene un valor 0
de la tabla propuesta por el mismo autor (cuadro cuando la insolación diaria es igual o menor de una
3.1), donde el índice tiene un valor 0 cuando la pre- hora. A medida que el tiempo de insolación se incre-
cipitación media mensual se encuentra en el inter- menta el índice obtiene un valor más elevado.
valo de 150,0-209,9 mm. A partir de este intervalo, W = Subíndice anemométrico. El valor de éste se
el índice obtiene un valor positivo o negativo inver- deduce, igual que en los casos anteriores, a partir de
samente proporcional al registro de precipitación la propuesta ponderada hecha por el autor (cuadro
media mensual. 3.3) de la velocidad del viento para tres contextos tér-
micos diferenciados.
Como se puede apreciar, en cada una de las tablas
CUADRO 3.1
de los subíndices propuestos por Z. Mieczkowski el
Tabla para la obtención del subíndice pluviométrico R,
para la fórmula de Z. Mieczkowski valor máximo teórico que cada una de las variables

R Precipitaciones
medias mensuales CUADRO 3.2
Tabla para la obtención del subíndice de insolación S,
5,0 < o = 14,9 mm para la fórmula de Z. Mieczkowski
4,5 15,0-29,9 mm
4,0 30,0-44,9 mm S Insolación diaria
3,5 45,0-59,9 mm
3,0 60,0-74,9 mm 5,0 > o = 10 h
2,5 75,0-89,9 mm 4,5 9-10 h
2,0 90,0-104,9 mm 4,0 8-9 h
1,5 105,0-119,9 mm 3,5 7-8 h
1,0 120,0-134,9 mm 3,0 6-7 h
0,5 135,0-149,9 mm 2,5 5-6 h
0 150,0-209,9 mm 2,0 4-5 h
–1 210,0-269,9 mm 1,5 3-4 h
–2 270,0-329,9 mm 1,0 2-3 h
–1* 0,5 1-2 h
0 <o=1h
* Para cada incremento de 60 mm de precipitación.
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Capítulo 3: La vocación turística del territorio 71

CUADRO 3.3
Tabla para la obtención del subíndice anenométrico W,
para la fórmula de Z. Mieczkowski

Velocidad del viento W “normal” W “alisio” W “tórrido”

<0,8 m/s 5,0 2,0 2,0


0,8-1,5 m/s 4,5 2,5 1,5
1,6-2,5 m/s 4,0 3,0 1,0
2,6-3,3 m/s 3,5 4,0 0,5
3,4-5,4 m/s 3,0 5,0 0
5,5-6,7 m/s 2,5 4,0 0
6,8-7,9 m/s 2,0 3,0 0
8,0-10,7 m/s 1,0 2,0 0
>10,7 m/s 0 0 0

FIGURA 3.9. Condiciones climático-turísticas a partir de la aplicación del ICT para el mes de enero. Fuente: Z. Mieczkowski (1985).
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72 Parte I: El turismo y el territorio

del ICT puede alcanzar es 5. De esta manera, el índi- que podemos definir desde paisajes netamente huma-
ce climático-turístico global desarrollado por este nizados como los urbanos, con todos los elementos
autor presenta su máximo valor en el guarismo 100. que componen las ciudades, hasta los cada vez más
Así pues, la situación que presentaría las condiciones escasos paisajes absolutamente naturales, es decir, sin
climático-turísticas más favorables vendría dada por ninguna intervención humana. Entre estos dos extre-
la siguiente formulación: mos la lista de tipos de paisaje puede ser todo lo
extensa y compleja que se desee, con lo que para ana-
ICT = (8.5) + (2.5) + (4.5) + (4.5) + (2.5) = 100 lizar su influencia en la vocación turística del territo-
rio se ha realizado una clasificación en grandes gru-
con lo que las diferentes potencialidades turísticas pos de acuerdo a las demandas propias de las
quedan establecidas por el autor de acuerdo la principales modalidades turísticas.
siguiente escala:

ICT = > o = 80 potencialidad excelente 3.2.1. El litoral


ICT = 79-60 potencialidad muy buena
ICT = 59-40 potencialidad aceptable No cabe ninguna duda de que el litoral es el pai-
ICT = < o =40 potencialidad desfavorable saje que el ser humano más ha valorado en cuanto a
su vocación turística. Este hecho tiene una fácil expli-
Cabe remarcar que un ICT inferior a un valor 10 cación: es el espacio que presenta un paisaje más com-
no sólo es desfavorable, sino que presenta unas con- pleto, tanto natural como cultural. En él se combinan
diciones climáticas inadmisibles para un turismo la homogeneidad del mar abierto con la heterogenei-
estándar e incluso de una cierta especialización. La dad de la costa (topografía, clima, vegetación, hábi-
aplicación de este índice para el globo en el mes de tat), composición que ofrece al desarrollo turístico un
enero queda reflejado en la figura 3.9. importante contenido estético y unas condiciones que
dan un alto grado de posibilidad de satisfacción al
sujeto turista, al permitir una enorme cantidad de acti-
3.2. Los valores del paisaje como recurso vidades recreativas. A todo esto, a escala planetaria,
turístico hay que añadir la magnitud y la diversidad cualita-
tiva que implica la totalidad de litoral que constitu-
J. Nogué (1992) define el paisaje como el aspecto yen los bordes continentales y la infinidad de islas.
visible y perceptible del espacio, de donde se deriva El litoral es un concepto amplio que, en muchas
que la mayor parte de las acepciones de este término ocasiones, se viene utilizando de forma indiscrimi-
impliquen necesariamente la existencia de un obser- nada para hacer referencia al espacio geográfico de
vador; de alguien (un turista, por ejemplo), que con- transición entre el continente y una masa de agua. No
templa y analiza una porción de espacio. Por tanto, obstante, se trata de un espacio complejo, tanto des-
el paisaje se convierte en un concepto muy apropia- de el punto de vista natural como humano. Esta com-
do para abordar la vocación turística del territorio, ya plejidad ha provocado que para abordar aquí su estu-
que se sitúa a medio camino entre los fenómenos físi- dio se haya zonificado, de manera que los fenómenos
cos y los humanos; e implica al observador y la valo- que en él se desarrollan puedan ser más fácilmente
ración que éste hace de los elementos objetivos que acotados. Dado que se trata de analizar el valor del
percibe del territorio. litoral como un recurso geoturístico, se va a realizar
Es frecuente asimilar el paisaje geográfico con el una primera división de este espacio: la zona de cos-
espacio natural, virgen, no transformado por el hom- ta y la zona sumergida del litoral.
bre; pero también existe el paisaje cultural, donde la Cabe aclarar antes de continuar que en este pun-
presencia y la actividad humana han provocado la to se va a considerar litoral a todos los espacios que
modificación del territorio (cultivos, ciudades, etc.) constituyen una transición hacia el mar o hacia zonas
en mayor o menor medida. A partir de aquí, la esca- lagunares de una magnitud lo suficientemente impor-
la de observación de un paisaje (natural o cultural) se tante como para ofrecer, desde el punto de vista turís-
convierte en un instrumento de clasificación todo lo tico, unas posibilidades de desarrollo iguales o pare-
sutil y refinado que el observador quiera, de manera cidas a las de las grandes masas de aguas marinas.
cap.03:cap.03 17/06/09 11:08 Página 73

Capítulo 3: La vocación turística del territorio 73

A)  La costa masas, los espacios litorales que más vocación turís-
tica presentan.
La costa, término que en ocasiones puede ser sus- Las costas de erosión, que generalmente presen-
tituido por ribera, es la zona continental que limita tan morfologías de acantilado, normalmente apare-
fisicamente con la masa de agua, y lo hace a partir de cen en litorales más abiertos. Son el resultado de la
la línea de costa. Hacia el interior, según sea su tipo- insistencia y permanente golpeo del oleaje que, jun-
logía, abarca una franja más o menos amplia cuyo lími- to con la litología, disposición estructural y evolución
te puede establecerse en el punto donde llegan los efec- morfogenética de los materiales que las conforman
tos directos provenientes de las masas marinas. dan una multitud de formas de erosión. Así pues esta
Este espacio fronterizo, pero continuo desde el pun- tipología de costa acantilada, al contrario de las de
to de vista dinámico, puede dividirse en dos tipos en acumulación, no favorece el desarrollo de infraes-
función de la relación que se establece entre el mun- tructuras turísticas, por lo que su valor a partir del
do terrenal y el marino: costas de acumulación y cos- objetivo de establecer su vocación turística es bajo.
tas de erosión, lo que no descarta la posibilidad de que No obstante, estos espacios litorales pueden dar
en ocasiones sea la combinación a la vez de los dos lugar a paisajes verdaderamente espectaculares, que
procesos. Cabe señalar que tanto una tipología como por su configuración natural constituyen un recurso
la otra ofrecen al desarrollo turístico diferentes posi- paisajístico muy importante, como complemento al
bilidades, que son las que marcarán al hombre las pau- desarrollo de zonas turísticas cercanas a ellos. Algunos
tas para la valoración de la vocación turística real de ejemplos conocidos, entre muchísimos más, son los de
estos territorios. En este sentido, hay que citar que los la costa de Dover al sur de Inglaterra o la de Zakinthos
factores geonaturales más valorados para la práctica en el litoral occidental de Grecia. También en este tipo
del ocio y recreo costeros son, aparte evidentemente de costa de erosión podemos encontrar ejemplos don-
de unas condiciones climáticas favorables de la zona, de, a su condición de litoral, se le sumen otros aspectos
las características geomorfológicas, la frecuencia e naturales que dan como resultado un importante atrac-
intensidad del oleaje, la nitidez y limpieza de las aguas tivo paisajístico y turístico, suma de la vegetación natu-
y la magnitud de los procesos mareales. ral, de las morfologías cársticas y de su propia condi-
Las costas de acumulación, generalmente asocia- ción de bahía, como ocurre en Phangnga, en Tailandia.
das a un tipo de costa baja, son complejas y muy En esta línea, y aunque con un carácter más espe-
diversas: playas (que pueden ser de limos, arena o cífico, puede suceder que a partir de sus formaciones
cantos), manglares, arrecifes, etc. Esta tipologia de geológicas y geomorfológicas un litoral ofrezca encla-
costa, y preferentemente las que presentan acumula- ves concretos que constituyan un verdadero centro
ciones tipo playa arenosa, han sido desde los inicios de interés como oferta complementaria a las activi-
del movimiento turístico a finales del xvIII y princi- dades turísticas. Es el caso de the Giant’s Gauseway,
pios del xIx uno de los valores geoturísticos que más en la zona septentrional de Irlanda del Norte, donde
han pesado en la localización de los grandes centros unas coladas volcánicas, erosionadas por el mar en la
turísticos litorales. Las razones por las que son pre- actual línea de costa, dan unas formas hexagonales
feridas para la ocupación y desarrollo turístico se pue- que ofrecen un paisaje entre lo real y lo fantástico.
den establecer a partir de un doble aspecto: en primer Dentro de las limitaciones naturales que los acanti-
lugar, son territorios de fácil accesibilidad, cuya topo- lados ponen al desarrollo turístico, cabe remarcar una
grafía no ofrece dificultades a la instalación de las serie de excepciones localizadas en mares relativamente
infraestructuras necesarias tanto para la oferta bási- cerrados, donde el oleaje es menos enérgico y se com-
ca como para la complementaria; en segundo lugar, binan las formas erosivas con pequeños sectores de acu-
la misma morfología playera, normalmente localiza- mulación. Un ejemplo paradigmático de este tipo de
da en zonas resguardadas, presenta amplias superfi- litoral lo constituyen las calas de las Islas Baleares en el
cies con sedimentos arenosos agradables al tacto, así centro del Mediterráneo occcidental. La combinación
como una batimetría cercana poco profunda que ofre- de acantilados medios con numerosos entrantes estre-
ce, normalmente, aguas transparentes, limpias, cáli- chos, normalmente con una penetración tierra adentro
das y tranquilas, favorables a la actividad del baño. superior a su anchura que en el fondo presenta una pla-
Así pues, en conjunto, estos litorales son aún, en la ya de arena, ha permitido un fuerte desarrollo turísti-
actualidad y a partir de un concepto de turismo de co en los alrededores de estas formas litorales.
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74 Parte I: El turismo y el territorio

B)  La zona sumergida del litoral de tener unas interesantes playas arenosas presentan


una temperatura demasiado baja de las aguas como
En general, esta zona del litoral, por su propia para ser atractivas para el baño. Un caso menos extre-
naturaleza y cuando se presenta asociada a costas con mo es el de las Islas Canarias, que son afectadas por
desarrollo turístico, juega un papel fundamental en una corriente de carácter frío que suaviza las condi-
la forma de oferta complementaria. De hecho, cuan- ciones de temperatura e incluso de aridez del archi-
do en el punto anterior hemos citado los factores que piélago que le corresponderían por su latitud, hecho
caracterizan la idoneidad de las aguas para un desa- que ha permitido en parte su actual grado de desa-
rrollo turístico, también nos hemos referido al mar rrollo turístico. Como hemos visto, tanto un fenó-
como elemento integrado dentro del paisaje litoral, meno como el otro constituyen un factor altamente
por lo que su valoración es conjunta. A partir de aquí, importante en la explicación de la localización de los
únicamente cabe añadir a nivel paisajístico el pro- grandes centros turísticos litorales.
piamente sumergido, que es un recurso más dentro Finalmente, en el principio de este apartado hemos
de la amalgama de todos los que presentan estos espa- hecho referencia específica a las masas de agua con-
cios litorales. tinentales de los lagos. Éstos no presentan importan-
Por su fama, su espectacularidad y su riqueza de tes diferencias respecto a las pautas de valoración que
vida marina, en este tipo de paisaje submarino lla- hemos expuesto para las riberas marinas. De hecho,
man la atención los arrecifes coralinos. En torno a ellos hay formaciones como el lago Leman en Suiza, el Bala-
se justifica en cierta manera el desarrollo turístico de ton en Hungría, Maggiore y Como en Italia, que pre-
determinados litorales, tales como el de las Antillas sentan un modelo general de balneario con activida-
Mayores en el Caribe o la costa este de Australia, cono- des de navegación y otros deportes náuticos, que no
cida por la Gran Barrera Coralina. difieren prácticamente de los modelos marinos. De
Una vez analizado el valor geoturístico intrínse- todos modos, hay que tener en cuenta la menor o nula
co de esta zona, cabe hacer una pequeña pero impor- influencia que tienen sobre estas costas fenómenos
tante observación de gran significación para el desa- como el oleaje, las mareas o las corrientes marinas
rrollo del turismo. El mar, como fluido, tiene la anteriormente citadas, lo que puede hacerlas en con-
particularidad de calentarse o enfriarse más lenta- junto menos atractivas para algunas actividades (sub-
mente que las masas continentales, hecho que pro- marinismo, natación en aguas cristalinas, etc.), con-
voca tierra adentro y a nivel térmico unos efectos ter- servando su paralelismo con relación a otras (vela,
morreguladores, de manera que puede suavizar las esquí acuático, toma de sol, etc.).
temperaturas máximas y mínimas en una importan-
te franja más o menos amplia de las costas.
Por otra parte, y en esta misma línea del efecto 3.2.2. La montaña
termorregulador del mar, también hay que citar que
la propia dinámica de las masas marinas tiene la La variedad de paisajes de montaña y de motiva-
capacidad de desplazar importantes contingentes de ciones para su visita obliga a clasificarla en alta y media,
agua que mantienen, entre otras propiedades, las con- debido a la complejidad de estructuras, formas y atrac-
diciones térmicas imperantes en el lugar donde se tivos que ofrece. Hay montañas que son un símbolo en
originaron. Estamos hablando de las corrientes mari- sí mismas por su altitud, como el Everest o el Mont-
nas, que pueden ser tan importantes como para cam- Blanc, pero también otras, de mucha menor enverga-
biar sustancialmente no sólo las características de las dura, se han transformado en hitos turísticos a nivel
aguas litorales, sino la mismas condiciones climáti- mundial, como el Pan de Azúcar en Río de Janeiro.
cas de las costas que bañan. En función de su origen En origen, el turismo de montaña surgió, a través
y su recorrido, estas corrientes pueden ser cálidas o de la hidroterapia, por la contemplación de los agres-
frías, de manera que sus efectos pueden favorecer o tes escenarios naturales de las montañas y bosques que
no las condiciones para que un litoral presente unas rodeaban las estaciones termales y que les daban su
características idóneas para el desarrollo del turis- encanto característico. Estos lugares, tradicionalmente
mo. Un ejemplo interesante, entre otros, lo constitu- inaccesibles, han visto poco a poco facilitado su acceso
ye la corriente fría de Benguela que baña la costa para grupos, cada vez menos limitados, gracias a las
atlántica de Sudáfrica y la de Namibia, que a pesar infraestructuras y las facilidades puestas al servicio de
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Capítulo 3: La vocación turística del territorio 75

los nuevos usuarios. Para facilitar su uso, o bien para La alta montaña es el símbolo de esta búsqueda
mitigar el pánico a este espacio agreste, se han habili- de la altitud a que el ser humano parece obligarse cada
tado una serie de accesos e instalaciones que hacen vez más. Pero esta tendencia se apoya en una multi-
mucho más “civilizado” el espacio de montaña: mira- tud de motivaciones: deseos de escalar las cúspides
dores, circuitos de senderos, refugios, funiculares, tele- más altas y más difíciles de la Tierra, construir esta-
féricos, sky lift o poma lift. El conjunto de todos ellos hace ciones de deportes de invierno cada vez a mayor alti-
que la supuesta realidad agreste del paisaje de monta- tud para disfrutar de un período más largo de nieve
ña sea cada vez menos salvaje y natural, frente a la ima- esquiable, instalar teleféricos sobre cumbres difícil-
gen que de ella pretenden presentar los folletos turísti- mente asequibles (Aiguille du Midi en los Alpes) para
cos que promocionan este tipo de actividades. facilitar la accesibilidad de una masa de turistas que
Todo paisaje es un elemento activo, y así, unas mon- no podrían hacerlo por sus propios medios, etc.
tañas cubiertas de nieve forman, al mismo tiempo, el En la alta montaña podemos encontrar actividades
decorado que nos gusta contemplar y el espacio nece- diferentes según la estación del año. En invierno se ha
sario para la práctica de los deportes de invierno. Para impuesto el esquí alpino como actividad preponde-
los fines turísticos será tan importante el espacio natu- rante. Esta nueva moda del siglo xx que empezó en
ral como el humanizado. El paisaje natural porque res- los antiguos núcleos de población agrícola de la mon-
ponderá a esta necesidad de encuentro con la natura- taña, alpina especialmente, hoy va ocupando con esta-
leza, con todo lo puro, lo intacto; mientras que el medio ciones integrales (Knafou, 1978) cada vez más altas los
humanizado representará el encuentro con el pasado, antiguos prados de montaña. En verano, por el con-
las tradiciones, lo folclórico. El paisaje montañoso, y trario, son la escalada de las paredes más verticales,
especialmente su topografía, ofrece a los turistas una la ascensión a las cimas más elevadas, el trekking, el
serie de elementos que satisfacen sus necesidades: relie- esquí en los glaciares, etc., las ocupaciones primor-
ve, naturaleza, color de las rocas, la vegetación, las diales del turista, además de las tradicionales curas de
corrientes de agua; y éste será precisamente su valor aire y los sanatorios.
turístico. Pero no debemos olvidar que la percepción Las estaciones de esquí son los agentes que cau-
de la montaña tiene un valor ambivalente, pues mien- san los impactos más importantes que se producen
tras será un desafío atractivo para unos, para otros será actualmente en la alta montaña, principalmente las
un elemento de riesgo y originará sensaciones más o denominadas integrales o de tercera generación, que
menos fuertes de miedo y, por tanto, de rechazo. fueron realizadas mayoritariamente desde los años
Otro elemento que se debe tener también en cuen- sesenta y se corresponden cronológica y conceptual-
ta es el descenso general de las temperaturas que se mente con la aparición del turismo de masas de sol y
produce con la altitud. Esto ha hecho que en las zonas playa. El paisaje en este caso es secundario, y sólo sir-
cálidas las montañas se conviertan en áreas de vera- ve como decorado complementario a la promoción
neo o de segunda residencia al amparo de las riguro- de la estación de esquí, pues lo que interesa de ver-
sas temperaturas estivales, fenómeno que se puede dad es la cantidad y calidad del dominio esquiable.
convertir en masivo cuando el sistema montañoso Lo importante para el turista es, además, la disposi-
está en las cercanías de una gran ciudad, como suce- ción de las pistas al pie de los apartamentos, cuya
de en el Guadarrama respecto a Madrid, o en las capi- estructura y forma nada tiene que ver con las carac-
tales de América Central, como San José. terísticas arquitectónicas tradicionales del lugar, sino
que son implantaciones de carácter urbano en medio
de parajes montañosos.
A)  La alta montaña Pero el impacto, tanto físico como humano, de las
estaciones de esquí, es muy variable, y está directa-
En primer lugar, hay que reseñar que los concep- mente relacionado con el proceso y las formas de
tos de alta y media montaña son difíciles de definir, implantación. Así, las surgidas de una planificación
ya que en su diferenciación influye tanto la latitud fuerte y muy voluntarista, como el denominado Plan
como la altitud. Por eso, cuando se citen en este tra- Neige francés que dio origen a las arriba citadas esta-
bajo debe tenerse en cuenta que se está haciendo refe- ciones integrales, han provocado un fuerte impacto
rencia a ellos en el contexto de las latitudes medias ambiental claramente perceptible sobre todo en la
de los climas templados. época de deshielo (destrucción de pastos, deforesta-
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76 Parte I: El turismo y el territorio

ción, potenciación de la erosión, contaminación por rior al de la alta montaña. También se puede distin-
deficiente depuración, etc.), así como una total desa- guir entre el interés turístico invernal y estival.
parición de las formas de vida y producción tradi- En cuanto a las posibilidades que ofrece la monta-
cionales. Por el contrario, las estaciones de la zona ña media durante el invierno destaca también en el
austríaca del Tirol fueron surgiendo poco a poco, y esquí. Pero en este nivel se practica básicamente el esquí
en gran medida a partir de iniciativas locales, con lo de fondo, mucho más respetuoso con el medio y apo-
que los impactos tanto ambientales como sociales han yado generalmente en los núcleos de población ya exis-
sido mucho más moderados. tentes, con lo que no provoca una alteración en el sis-
En cuanto a la utilización del paisaje, las estacio- tema de poblamiento y puede incluso servir para la
nes de esquí podemos clasificarlas en dos tipos: las conservación de las tipologías arquitectónicas tradicio-
que se reducen a las pistas de nieve y un uso exclusi- nales; así como generar riqueza para la población local
vo para el esquí, como ocurre con muchas de las de contribuyendo de este modo a frenar la desertización
tercera generación de los Alpes franceses, o bien las de la montaña. El trazado del espacio deportivo tam-
que combinan la utilización de las pistas con la valo- bién es mucho más integrado, ya que no necesita la
ración de otros recursos paisajísticos, como Chamo- construcción de grandes pistas ni exige la deforestación
nix, Cortina d’Ampezzo o Panticosa. De todos modos, total o parcial de amplias áreas. Sus itinerarios suelen
muchas estaciones dedicadas exclusivamente al esquí recorrer tanto espacios humanizados (caminos, cam-
intentan, con mayor o menor éxito, ofrecer una serie pos de cultivo, pastos) como senderos por el bosque, y
de actividades de contacto con la naturaleza para la es precisamente la contemplación de éste, así como el
estación estival, de forma que resulte más rentable la disfrute de los paisajes, su atractivo principal.
inversión y la compra de los apartamentos al ofre- Pero las posibilidades turísticas más importantes
cerse dos temporadas turísticas. de la media montaña se apoyan en el denominado
En cuanto a las actividades de verano son, segura- ecoturismo (Cazes, 1992). Se trata de un conjunto muy
mente, menos impactantes, y se basan mucho más en variado de actividades que pueden ir desde la sim-
la observación y el aprovechamiento del paisaje como ple contemplación o estancia en la naturaleza hasta
elemento motivador. El alpinismo se siente atraído por la realización de itinerarios por diversos medios (sen-
las chimeneas, brechas, agujas, crestas o glaciares, en derismo, rutas hípicas, fluviales, cicloturismo, esquí
general por todo aquello que suponga un reto o un obs- de fondo, etc.), pero que en ningún caso requieren la
táculo a la ascensión. En cuanto al senderismo u otras construcción de infraestructuras pesadas, por lo que
formas de tránsito reposado, se basan principalmente su impacto, salvo que se den frecuentaciones excesi-
en el goce de la contemplación de la naturaleza a tra- vas, es mínimo. El acercamiento a la naturaleza y la
vés del contacto directo. contemplación de determinados elementos (zonas
Posiblemente sean las formas glaciares que apa- forestales, relieve, formaciones cársticas, etc.) es la
recen sobre los modelados alpinos las que ejercen una motivación de estas modalidades turísticas, que pue-
mayor atracción y tienen más capacidad de evocación den llegar a convertirse en masivas cuando el paisa-
sobre los actuales turistas. Así, por ejemplo, el Hima- je presenta determinados niveles de espectacularidad,
laya, especialmente a través del Nepal, se ha trans- como puede ser el caso de las cascadas (Iguazú) de
formado en un centro de atracción a nivel mundial, las gargantas encajadas (Cares), o de saltos de agua
los Alpes y los Andes lo son a nivel continental, y los (Salto del Ángel).
Pirineos y los Picos de Europa lo ejercen a nivel de la Si en las proximidades de una montaña media se
península Ibérica. encuentra un importante núcleo urbano, una gran ciu-
dad o un área densamente poblada, ésta se puede
transformar casi en una zona verde y de ocio de pro-
B)  La montaña media ximidad, muy adecuada para los fines de semana o
períodos cortos de vacaciones, como ocurre por ejem-
El paisaje posee un alto valor turístico en el caso plo con el Guadarrama con respecto a Madrid o la
de la montaña media. La mayoría de las actividades Selva Negra con respecto a Stuttgart. En este caso, y
que se desarrollan en este nivel se basan en el uso y a pesar de que las actividades realizadas sean respe-
contemplación de los espacios naturales que ésta ofre- tuosas con el medio natural, pueden darse graves pro-
ce, aunque su grado de humanización es muy supe- blemas ambientales por la excesiva frecuentación.
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Capítulo 3: La vocación turística del territorio 77

C)  Los volcanes lapiaces o de las dolinas, se une el hecho de que son


las formas internas que ofrecen mayores atractivos.
Las zonas volcánicas tienen un atractivo especial Las profundas simas, cavernas y corrientes subterrá-
desde el punto de vista turístico, pues al interés que neas atraen a los grupos amantes de la espeleología
ofrecen como montañas propiamente dichas se le aña- (vercors, Grazalema, Antequera o la Serra de Tra-
de el misterio que provocan como zonas de contacto muntana en Mallorca, por no hablar de la región de
entre la altura y la profundidad de la Tierra. El vol- Karst, en la antigua Yugoslavia, que ha dado origen
cán, junto a todas las manifestaciones del vulcanismo al término geomorfológico de carst), mientras que una
(fumarolas, géiseres), pone en contacto al hombre con larga serie de cuevas decoradas con estalactitas y esta-
el fuego del interior de la Tierra, y a pesar de las catás- lagmitas y fácilmente accesibles han sido desde anti-
trofes y muertes creadas por su existencia (Pompeya guo uno de los focos tradicionales de atracción turís-
y Herculano, Mont Pelée, Krakatoa, etc.) son siempre tica (Porto Cristo, Artá, Nerja, Aracena).
un atractivo turístico considerable: vesubio, Etna, Tei- Aunque no pueden considerarse cuevas o simas,
de, Fuji Yama. hay otras formaciones geológicas que también dis-
El volcán puede haber originado con el tiempo una frutan de un fuerte atractivo turístico por su morfo-
zona vegetal muy rica a su alrededor debido a la fer- logía especial; se trata de los cañones, cuyo prototipo
tilidad de este tipo de suelos; pero puede conservar más emblemático es el Gran Cañón del Colorado.
también una amplia zona desértica, especialmente en Estas formaciones escarpadas, dificilmente recorri-
climas secos, que permite ver petrificadas las corrien- bles en su conjunto, ofrecen desde la cima de sus pre-
tes de lava, con sus cordones entrelazados según la cipicios unos puntos de mira extraordinarios, gene-
orografía y sus paredes de basalto, originando espa- rando una serie de instalaciones turísticas para acoger
cios protegidos muy atractivos como el del Teide, el flujo de visitantes de la zona.
Timanfaya o La Garrotxa, todos en España. En otros
lugares será toda una región la que esté marcada por
el vulcanismo, como L’Auvergne, en Francia; en oca- 3.2.3. La vegetación y la fauna
siones puede generar espacios míticos, como la isla de
Santorini, en Grecia, base del sueño de la Atlántida; o, La vegetación por sí sola, y el bosque como ele-
finalmente, transformarse en grandes zonas turísticas mento paradigmático de ésta, no suele constituir un
convencionales al margen de su origen volcánico, pero elemento de atracción turística, salvo en raras excep-
apoyadas en él como elemento diferencial paisajísti- ciones como ocurre en algunos parques de Estados
co, caso de las islas Hawái o de las Canarias. Unidos y Canadá o en la región amazónica. Pero sí
forma una parte muy importante del paisaje y, por
tanto, de la potencialidad turística de un lugar. A
D)  El interior de la Tierra pesar de la gran superficie que la cubierta forestal
ocupa en todos los continentes, su importancia turís-
El interior de la Tierra siempre ha representado tica es mucho menor que el litoral y la montaña, los
para el hombre un regreso a los orígenes, un contac- cuales, ocupando extensiones muy inferiores son
to con la madre-tierra, símbolo de muerte y de ferti- atractivos para una gran masa de turistas. Solamente
lidad al mismo tiempo. Desde la Prehistoria, las cue- podemos reseñar un papel de primer orden en los
vas han tenido esta doble función: lugar de espacios naturales cercanos a las grandes ciudades,
enterramiento y por tanto lugar de regreso a los orí- dado que en verano se convierten en un elemento
genes, y sitio de refugio de las fuerzas telúricas don- moderador del clima que hace más agradable la
de pitonisas, sacerdotes y dioses han buscado su estancia al aire libre.
morada. Es normal, por lo tanto, que estos lugares La presencia o ausencia de vegetación interviene
tengan una fuerte atracción para ciertas personas y de una manera importante en la construcción de las
adquieran así un valor turístico potencial. imágenes sobre un medio determinado, como pode-
Las áreas de formaciones cársticas, producto de la mos observar al hablar de la Amazonia o del desier-
disolución de la roca caliza, son las más representati- to del Sáhara; creando, en principio, una imagen turís-
vas de esta tipología. Al encanto que ofrece la obser- tica positiva la existencia de una abundante
vación de formaciones tan espectaculares como los vegetación, y negativa las zonas áridas o yermas. Esta
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78 Parte I: El turismo y el territorio

valoración positiva de las masas boscosas no ha sido vación de importantes especies cinegéticas. El peli-
así en todos los tiempos y en todas las culturas. El gro más grave que corren son los incendios foresta-
bosque ha sido considerado tradicionalmente como les, muy frecuentes en estas zonas climáticas nor-
una zona insegura, peligrosa, donde es posible per- malmente como consecuencia de la acción humana,
derse y donde viven algunos seres fantásticos o mito- que producen unas zonas con vegetación degradada,
lógicos. Incluso, en los momentos de la Ilustración se como la maquia o la garriga, algunas veces realmen-
consideró que era un estorbo para la civilización, pues te inaccesibles.
era un espacio no aprovechable desde el punto de vis- La selva ecuatorial ha sido siempre un elemento
ta agrícola y, por consiguiente, opuesto al progreso. repulsivo para el hombre de los países desarrollados
Por el contrario, para muchos pueblos que habitan la por la gran cantidad de peligros que encarna, la difi-
selva amazónica o algunas selvas ecuatoriales africa- cultad de recorrerla y el clima húmedo que impera,
nas y de Nueva Guinea el bosque es su medio de vida, por lo que su valor turístico ha sido considerado nulo
su mundo y protección, y, por tanto, su elemento vital. hasta tiempos muy recientes. Sin embargo, actual-
El bosque por antonomasia, para el turista del nor- mente, y con el desarrollo del turismo de aventura
te, es el de coníferas o el caducifolio de las zonas tem- puesto de moda en los países occidentales, se han ini-
pladas. Ya hemos hablado de su importancia al refe- ciado expediciones para contemplar la maravilla de
rirnos a la montaña media, y son muy tenidos en sus bellezas, tanto en la flora como en la fauna, apro-
cuenta a la hora de hacer una valoración de un pai- vechando los cursos de los ríos como vía fácil de acce-
saje en las zonas templadas. Estos bosques son utili- so. Dos puntos destacan en el crecimiento de este tipo
zados mayoritariamente como zonas de recreo en las de turismo: Iquitos y Manaos, en Perú y Brasil res-
proximidades de las grandes urbes del mundo desa- pectivamente.
rrollado, pero como áreas para las escapadas de fin En cuanto a la sabana, de menor dificultad que la
de semana o de vacaciones cortas más que como selva, ha sido desde tiempo atrás un lugar de fuerte
zonas con posibilidades turísticas de temporada. atracción para una minoría que gozaba con la con-
De todos modos, el llamado turismo verde sigue templación de sus maravillosos paisajes, y especial-
jugando un papel secundario en relación al turismo mente de su riqueza fáunica. Los safaris han sido siem-
de masas de sol y playa o de estaciones de esquí. Uno pre un atractivo, llevado con profusión al cine, que ya
de los mayores peligros que corren estas masas fores- llamó la atención a los primeros colonos y cazadores
tales es el de las llamadas lluvias ácidas, que pueden desde el siglo xIx. Hoy, las fuertes protestas y la deli-
provocar su destrucción, especialmente de aquellas mitación de espacios para proteger los animales, fru-
situadas cerca de las zonas industriales, como está to del triunfo de las ideas conservacionistas y ecolo-
sucediendo en la Selva Negra, con la pérdida de valor gistas, han conseguido la declaración de amplísimos
turístico que comporta para la zona. parques nacionales en los cuales los safaris, ahora sólo
Además de su importancia paisajística, especial- fotográficos, siguen siendo un fuerte atractivo, como
mente a través del senderismo, este bosque tiene un demuestra el caso de Kenia. No obstante, numerosos
importante valor como zona de caza. Las actividades cotos de caza africanos, por ejemplo en Sudáfrica o
cinegéticas, generalmente poco consideradas en el aná- Zimbabue, siguen siendo el destino de un turismo de
lisis del turismo, están sirviendo para fomentar los flu- gran poder adquisitivo que busca en la caza de los
jos fuera de la temporada alta y hacia lugares que, de grandes mamíferos africanos una vuelta a los oríge-
otro modo, habrían quedado al margen de este sector. nes de la exploración de este continente en el siglo xIx.
Los bosques mediterráneos, de encinas y pinos Las zonas húmedas y pantanosas, tradicional-
principalmente, constituyen un elemento muy apre- mente inhóspitas para el hombre debido a la presen-
ciado del paisaje, siendo frecuentados tanto por la cia durante siglos de enfermedades (paludismo),
población local como la turística en todas las épocas sufrieron en Europa a lo largo del siglo xIx una cam-
del año, aunque en menor medida durante el verano, paña de desecación y transformación en zonas agrí-
salvo en el litoral. También son utilizados para la caza, colas. Con el abandono de la agricultura menos ren-
dado que una de las formas más habituales de explo- table, muchas de estas áreas se han convertido en
tación, en grandes fincas que combinan la agricultu- espacios naturales protegidos muy frecuentados por
ra con la ganadería y la silvicultura (las dehesas del las aves migratorias, y por ello han recibido la cata-
oeste de la península Ibérica) ha permitido la conser- logación como zonas protegidas.
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Capítulo 3: La vocación turística del territorio 79

Estos lugares, numerosos en la mayoría de países, 3.3. Los valores históricos y culturales
aunque muchos de pequeño tamaño, tienen un fuer-
te atractivo para un turismo de cercanías. Son menos Son muchas las reflexiones que se han hecho sobre
numerosas las zonas con una fuerza de atracción a las motivaciones que impulsan a la gente a viajar. Evi-
nivel nacional, y mucho menos como centros de atrac- dentemente, las respuestas a esta pregunta han sido
ción mundial: dentro de este grupo podemos clasifi- múltiples (véase Pearce, 1988), desde el descanso o la
car el Parque Nacional de Doñana, en España, y el evasión de un ambiente que se considera banal has-
Pantanal, en Brasil. La mayoría de estos espacios, ta el interés por lo diferente, por el otro. De ahí la uti-
especialmente a nivel regional, disponen además de lización de conceptos como búsqueda y huida para
unos servicios didácticos dirigidos en su mayor par- referirse a las motivaciones turísticas, que aunque
te a un público estudiantil, aunque también a los cien- parezcan contrapuestos vienen a significar lo mismo.
tíficos y turistas en general, que aumenta su frecuen- Son en realidad las dos caras de la misma moneda.
tación y les da un carácter pedagógico distinto a su Esta búsqueda del otro, este deseo de conocer dife-
uso turístico. rentes culturas o costumbres va a ser uno de los
Un caso especial, dentro de la cobertura vegetal impulsos más poderosos para salir de nuestro mun-
como atractivo turístico, es el de las islas y playas tro- do banal y encontrar lo distinto, con lo que se con-
picales, en las que su fuerte imagen turística está pre- vierte en una de las razones originarias del viaje.
cisamente basada en la presencia de una franja lito- Como afirma A. Meistersheim (1991), este deseo de
ral de cocoteros junto a la playa. Imagen que ha alteridad, cuando está en el centro de la búsqueda del
originado el estereotipo más difundido de unas vaca- “cambio de aires”, se transforma también en producto
ciones paradisíacas, hasta tal punto que incluso otros para una nueva actividad económica: el turismo.
lugares no tropicales la utilizan como imagen-señue- Los viajeros de siglos pasados, gente culta, viajaban
lo para vender su producto. Es, seguramente, el caso a la vez para perderse un poco y para jugar a encontrar
más claro de asociación de una masa vegetal como referencias culturales insólitas: otra vez este contraste
complemento a unos valores del litoral para el turis- entre huida y búsqueda. También el turista actual, que
mo balneario junto al mar. viaja simplemente para cambiar de aires, para dejar su
Una variante opuesta sería la utilización como vida de rutina cotidiana, descubre al otro como si lo
atractivo de la ausencia de cobertura vegetal. Si se ha estuviera mirando desde lejos. Por el contrario, el emi-
dicho que los paisajes áridos o yermos tenían una valo- grante que regresa a su país de vacaciones tiene su pun-
ración generalmente negativa, debemos reconocer que to de vista mediatizado por la experiencia y el conoci-
en la actualidad, con el desarrollo, todavía minorita- miento previos, no puede mirar como un turista pues
rio pero cada vez con más auge del turismo de aven- se considera en cierta medida parte integrante de la
tura, se ha visto crecer el interés por estos lugares comunidad local o, al menos, con raíces en el lugar. Pero
inhóspitos. Estos desiertos pueden ser cálidos, como todos ellos se acaban construyendo una representación
es el caso del Sáhara, o fríos como ocurre con Groen- de sí mismos formada al observar al otro, como un refle-
landia o la Antártida. Cada día son más frecuentes las jo o reverso de la sociedad contemplada.
ofertas para adentrarse en el Sáhara con vehículos todo Pero este contacto con el otro, esta búsqueda de
terreno (coches o motos), actividad seguramente alteridad, no es siempre positiva, ni tan siquiera neu-
fomentada por los rallyes (París-Dakar, Granada- tra, dado que el turismo promueve la restauración y
Dakar). Estas expediciones se organizan normalmen- la preservación de los atributos culturales y patrimo-
te en las estaciones intermedias, y vuelven a tener niales de un lugar, pero también puede suponer su
como puntos de partida y llegada las antiguas ciuda- recreación ficticia. Por tanto, no es neutral en su actuar,
des desde donde partían las caravanas, con lo que se sino que promueve, artificialmente, una revitaliza-
han revitalizado unas rutas usadas durante siglos ción de las características del otro; pero una revitali-
por la población autóctona. En el caso de las zonas zación que puede ser falsa, nociva, ya que transfor-
frías, la Antártida es el ejemplo clásico de destino don- ma un elemento cultural propio en un espectáculo,
de realizar, durante el verano austral, un crucero hacia en una pieza de museo o, peor aún, en mercancía.
las últimas tierras vírgenes del planeta, con el fin de Lo curioso es que con el turismo no sólo se produce
observar una fauna y un medio desconocido hasta la el contacto con otra cultura, con el autóctono, sino que
actualidad salvo para contados científicos. el turista descubre a su vez a los que en principio son
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80 Parte I: El turismo y el territorio

sus iguales: otros turistas. Como señala J.-D. Urbain estaciones de esquí, otra parte importante se interesa
(1991) no sólo es que el turista pueda considerar infe- cada vez más por el arte y la cultura en todas sus mani-
rior y menospreciar al autóctono, sino que este des- festaciones. Los viajeros del siglo xIx fueron seduci-
precio se manifiesta también cuando se encuentra con- dos desde un principio por los monumentos y los res-
frontado con otros turistas que se le parecen, aunque tos arqueológicos que encontraban a lo largo de su
sólo sea por hablar el mismo idioma. Cuanto más se viaje; convirtiendo el Grand Tour en un recorrido en
ve el turista reflejado en otro turista, en su forma de busca de las ciudades de arte y de restos de la Anti-
actuar, de pensar o de reaccionar, más le detesta, por- güedad clásica, a los que valoraban influidos por las
que ve en él los defectos que cree sólo pueden causar ideas románticas de la época. Buena parte de ellos,
los turistas de masas, y que jamás provocará uno mis- además, los dibujaban en sus cuadernos de notas o los
mo; pues ningún turista se considera a sí mismo un añadían a sus diarios, que luego dieron lugar a una de
miembro del turismo de masas, sino que cada uno se las más interesantes literaturas de viaje.
cree especial. Así, muchas campañas publicitarias, A medida que ha avanzado el siglo xx siempre ha
sobre todo las dirigidas a un público de alto nivel, o habido una corriente interesada por el patrimonio,
al menos considerado culto, se basan en ofrecer la especialmente en Europa, donde tan abundante es su
oportunidad de no ser como los demás, de poder ver presencia. Pero esta potencialidad turística del patri-
lo que los otros aún no han visto, lo que aún no está monio ha atravesado altibajos en función de la valo-
“contaminado”, como si fuese posible aislarse de las ración social de la cultura. En la actualidad, en Euro-
personas y de las cosas y verlas como dioses, por enci- pa, después de unos años de estancamiento, esta
ma y sin interferir en su evolución. potencialidad se ha visto reforzada y relanzada debi-
Dentro de toda esta compleja dialéctica es donde do sobre todo a la proliferación de las vacaciones cor-
debemos situar el llamado turismo cultural, que bus- tas, puentes o largos fines de semana que favorecen el
ca otra cosa que sol y playa o realizar actividades turismo de cercanías, y que han puesto en el centro de
deportivas. El turista interesado por los hombres, su atención del turista innumerables ciudades, grandes
cultura, sus costumbres, su forma de vida, se consi- o pequeñas, con un gran valor histórico-artístico. Reva-
dera un turista superior, “no contaminado” y que “no lorización turística del patrimonio cultural que se ha
contamina”, cuando se ha visto que puede llegar a ser visto favorecida, además, por la creciente tendencia a
tan peligroso como el turismo de masas. la restauración de los edificios con un cierto valor artís-
Pero a pesar del hincapié que se ha hecho en los tico y a la recuperación de cascos antiguos; y de mane-
peligros, es obvio que esta búsqueda de la alteridad ra general por los intentos de recuperación de la ciu-
no tiene por qué conllevar efectos necesariamente dad como lugar para la convivencia, que conllevan la
negativos, sobre todo cuando se valora la diferencia revitalización del espacio público, de las calles peato-
como forma de enriquecimiento y no de confronta- nales, de los jardines, etc. Si a todo ello le añadimos la
ción. El turista ilustrado e inquieto de hoy busca las proliferación de festivales de música, danza o cine y
culturas mejor preservadas como elemento nuevo y todo tipo de animación relacionada con la cultura, se
de descubrimiento, así como las antiguas civilizacio- entiende el gran desarrollo que está alcanzando actual-
nes o monumentos como un medio de transportarse mente este tipo de modalidad turística.
y conocer épocas y formas de vida que le producen Una de las razones del éxito de determinados des-
admiración. Pero lo cierto es que hasta el propio con- tinos, al igual que sucede con los espacios naturales,
cepto de turismo cultural se encuentra en proceso de ha sido el contar con algún distintivo oficial que ava-
redefinición, puesto que, desde esta óptica de descu- le, cara al turista potencial, su calidad patrimonial.
brir lo distinto y de buscar el enriquecimiento perso- Así, el obtener una calificación como la de Patrimo-
nal, prácticamente a cualquier modalidad turística nio de la Humanidad otorgada por la UNESCO, la de
podría aplicársele el calificativo de cultural. monumento histórico-artístico, bien de interés cultu-
ral, etc., es considerado por la administración como
un primer peldaño para poner en marcha o potenciar
3.3.1. Valores del patrimonio histórico-artístico un destino como recurso turístico cultural.
El atractivo histórico-artístico más antiguo que se
Aunque una gran masa de turistas se sienta atraí- está potenciando turísticamente son los restos prehis-
da por el litoral con sol y playa o por la montaña y las tóricos, escasamente valorados hasta tiempos recien-
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Capítulo 3: La vocación turística del territorio 81

tes por el desconocimiento general de estas civiliza- cios y mezquitas son de una gran suntuosidad, aun-
ciones. Algunos de estos restos son en la actualidad que hayan aprovechado materiales de otras cons-
centros de atracción a nivel continental, y así, en Euro- trucciones y a veces considerados pobres, como la
pa, pueden citarse los alineamientos de Carnac, el escayola o la cerámica. La Alhambra de Granada, la
templo-cromlech de Stonehenge o las cuevas de Alta- mezquita de Córdoba o la Giralda de Sevilla son
mira, junto con multitud de poblados, cuevas, dól- algunos atractivos turísticos que han hecho mun-
menes, etc. esparcidos por todo el continente. dialmente conocidas a estas ciudades andaluzas. En
Las grandes culturas de la Antigüedad han repre- el actual mundo árabe, Kairouan en Túnez, Marra-
sentado siempre un fuerte atractivo, especialmente kech o Fez en Marruecos , Jerusalén o El Cairo son
desde su revalorización a partir del Renacimiento. ciudades que atraen muchos turistas gracias a su
Así, algunos de sus restos, como el Coliseo, el Parte- riqueza patrimonial.
nón o las pirámides de Egipto, se convirtieron en los Los palacios y jardines son otros de los grandes
grandes focos de atracción de las primeras peregri- atractivos de muchas ciudades europeas, que refleja-
naciones turísticas del Grand Tour, y hoy día siguen ron así sus momentos de esplendor económico y
concitando la atención de millones de viajeros. poder político: versalles o Fontainebleu, en Francia,
La imagen de la Edad Media ha quedado repre- son famosos en el mundo entero; pero también el Pala-
sentada por la multitud de castillos que poblaron cio Real de Madrid o los palacios y jardines de Aran-
Europa, las grandes abadías y, especialmente, por las juez y La Granja de San Ildefonso en España; y el Bel-
catedrales, que se han transformado en todo un sím- vedere o el palacio de Schönbrunn en viena.
bolo de la época e incluso en el prototipo del templo Por la acumulación de edificios religiosos, palacios
cristiano: Notre Dame de París, Chartres o Reims, en y obras de arte en general, una serie de ciudades se han
Francia; Burgos, León o Santiago en España; York, transformado en grandes destinos turísticos. Algunas,
Salisbury o la abadía de Westminster en Inglaterra; casi todas en Europa, tienen ya una larga tradición y
Colonia o Friburgo en Alemania, son solamente algu- son conocidas desde hace siglos como centros de arte,
nos ejemplos de estos edificios religiosos convertidos como por ejemplo venecia, Florencia, San Petersburgo
en todo un símbolo para muchas ciudades europeas. y, en menor medida, Brujas, Sevilla, York o Cracovia.
En otros continentes son las culturas encontradas Pero este mayor aprovechamiento de los recursos cul-
por los descubridores europeos las que aportan actual- turales europeos se explica no por su mayor riqueza,
mente al imaginario turístico unas obras ni tan siquie- sino por su mayor valoración y cercanía a los centros
ra imaginadas entonces por la sociedad europea. En de demanda, dado que numerosas ciudades de Asia,
América, los restos de las civilizaciones azteca (Tenoch- África y América tienen también patrimonios compa-
titlán), maya (Chichén-Itzá) o inca (Machu-Pichu), así rables para ser clasificadas dentro de este grupo, y a
como las misteriosas esculturas de la isla de Pascua, medida que sean más conocidas y mejor divulgadas
son algunos de los recursos culturales más demanda- sus riquezas tendrán una mayor valoración.
dos. De hecho, la búsqueda de lo exótico, considerando Pero no sólo tienen interés turístico las grandes
como tal aquellas civilizaciones y formas de vida que ciudades de arte con repercusión mundial. Multitud
se consideran radicalmente ajenas a los patrones cul- de pequeños núcleos, muchos de ellos con ambicio-
turales propios, ha sido siempre un imán para el turis- sos programas de restauración o conservados en su
mo. Así, y aunque la relación del mundo occidental estado original, tienen o pueden tener un fuerte atrac-
con Asia es mucho más antigua que con América, tivo a nivel regional o nacional; generando una inte-
determinados países asiáticos (desde la India a Japón) resante actividad turística a su alrededor hasta el pun-
han sido considerados, antes por los viajeros y ahora to de convertirse en centros de servicios revitalizados
por los turistas, como el paradigma del exotismo. económica y humanamente, e incluso iniciando algu-
Como resultado de ellos, ciertas manifestaciones cul- nos de ellos una atracción a nivel internacional. Pode-
turales o monumentales como La Gran Muralla chi- mos destacar Toledo, Santiago, Cáceres o Ávila en
na, el Taj Mahal de la India o los templos de Angkor España, como también Bath o Lincoln en Inglaterra,
de Camboya tienen un fuerte atractivo para el ciuda- o Colmar o Pérouges en Francia, y así en todos los
dano de cualquier país desarrollado actual. países europeos. Pero este fenómeno no es exclusivo
Una cultura que ha sobresalido especialmente europeo, sino que se repite en los otros continentes,
por su riqueza arquitectónica es la árabe. Sus pala- un ejemplo de lo cual podía ser Parati, en Brasil.
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82 Parte I: El turismo y el territorio

Las posibilidades de atractivo turístico no se limi- silia, inaugurada en 1958 y declarada capital en 1960,
tan únicamente a las grandes construcciones, ya que fruto del urbanismo de Lucio Costa y de la creativi-
otra creación que funciona como atractivo son los par- dad arquitectónica de Oscar Niemeyer; o más recien-
ques y jardines. En la mayor parte de los casos están temente con la ciudad de Bilbao merced a un solo edi-
asociados a grandes conjuntos palaciegos, algunos de ficio: el museo Guggenheim.
los cuales ya han sido citados, que si antes tenían un
exclusivo uso privativo hoy muchos están abiertos al
público. Pero también podríamos englobar como 3.3.2. Valores religiosos e ideológicos
riqueza de interés turístico los parques públicos que
se han formado en las grandes ciudades actuales, Por lo poco que conocemos de las culturas primi-
famosos gracias a los medios de comunicación o al tivas, parece que ya existían ciertos lugares con un
cine: Central Park de Nueva York , Hyde Park en Lon- fuerte atractivo mágico que atraían a los pobladores
dres o el Bois de Boulogne y el de vincennes en París. de las zonas cercanas (Stonehenge, las cuevas con pin-
Con el paso del tiempo, las actividades industria- turas rupestres), y lo mismo se repite en las culturas
les y portuarias han ido cambiando, y las zonas urba- antiguas (Egipto, Mesopotamia), en las pre-colombi-
nas a ellas dedicadas se fueron degradando a medi- nas y en las primitivas africanas. Con el paso del tiem-
da que perdían funcionalidad. Su sustitución por po, y dentro de las culturas clásicas, ya tenemos más
nuevas zonas urbanas modernas ha conseguido trans- fuentes de información, y así conocemos el fuerte
formar unos espacios míseros, ennegrecidos y poco atractivo que ejercía Delfos sobre todo el mundo helé-
valorizados, en centros activos comerciales y de ocio nico. A medida que las grandes religiones han ido
para satisfacción tanto de las necesidades urbanas tomando importancia, empezando por las orientales,
como de los turistas, caso de las rehabilitaciones de algunos lugares se han transformado en grandes focos
los obsoletos frentes portuarios de multitud de ciu- de atracción de peregrinos, pudiendo acoger a miles
dades: Londres, Sidney, San Francisco, etc. de personas diarias como ocurre con los grandes cen-
Pero también podemos encontrar, recuperadas tros religiosos del hinduismo (Benarés o Badrinath,
como atractivo cultural y turístico, antiguas fábricas. en las fuentes del Ganges).
Estos “castillos de la industria”, según denominación De todos modos, serán las dos grandes religiones
de Dewailly y Flament (1993) , han pasado a conver- monoteístas, la cristiana y la islámica, las que fomen-
tirse también en patrimonio, puesto que son testigos tarán las grandes peregrinaciones a los lugares san-
de formas de producción y de vida históricas. De este tos. La religión islámica tiene un gran centro de pere-
modo, muchos antiguos centros industriales, que como grinación, cuya visita está establecida además como
Manchester o Lille estaban perdiendo vitalidad, han precepto religioso: La Meca, ciudad destinada a la
encontrado en la terciarización, vía turismo, una for- acogida de los millones de musulmanes que la visi-
ma de compensar la decadencia del sector secundario. tan anualmente. Dentro de la religión cristiana, la Igle-
Este último fenómeno de recuperación de espa- sia católica es la que ha desarrollado más las peregri-
cios industriales es una clara muestra de que, en la naciones, apareciendo multitud de destinos que
actualidad, el concepto de patrimonio va evolucio- ofrecen un fuerte atractivo sobre sus fieles: Roma,
nando, y que los atractivos turísticos pueden ser otros principalmente, como sede del vaticano. Pero otros
que una catedral o un palacio. Un edificio de oficinas muchos centros religiosos han tenido una fuerte atrac-
o viviendas puede transformarse en el símbolo turís- ción desde hace siglos, como sucede con Santiago de
tico más poderoso de una ciudad, como sucede con Compostela, que a partir del famoso Camino de San-
el Empire State Building de Nueva York, que cumple tiago, y desde la Edad Media, ha generado un gran
una función similar a la de la Torre Eiffel en París. desarrollo artístico y cultural desde el centro de Euro-
Observando esta evolución del concepto de recur- pa hasta su basílica. Otros lugares, como Lourdes o
so turístico cultural, es difícil precisar cuál es la poten- Fátima, tienen también una radiación internacional y
cialidad de un lugar en cuanto a su patrimonio, de tal son ciudades que han crecido gracias a los servicios
manera que cualquier ciudad moderna puede aspi- prestados para acoger a los peregrinos, hasta tal pun-
rar a convertirse en un centro turístico de primer to que Lourdes es, tras París, la segunda ciudad fran-
orden al mismo nivel que otra cargada de historia, de cesa por su capacidad hotelera (Dewailly y Flament,
arte y de siglos. Así ha ocurrido, por ejemplo, con Bra- 1993). Finalmente, hay santuarios que tienen sólo una
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Capítulo 3: La vocación turística del territorio 83

radiación nacional, como es el caso de Guadalupe en tad el Portugal republicano” (cit. en Callizo, 1991). Es
México o de Czestochowa en Polonia, y otros a nivel de suponer que su peso fuese mínimo en las ansias
regional como Montserrat para Cataluña. Pero, en de visitar España, y que la crisis de aquellos años se
conjunto, mueven a millones de peregrinos que acu- debiese casi exclusivamente al aumento de los pre-
den a ellos en busca de salud espiritual, como otros cios del petróleo, pero indica la importancia ideoló-
millones de enfermos acuden en busca de salud a los gica de los regímenes políticos para las personas con
balnearios. ciertas tendencias políticas.
Un caso especial lo constituye la ciudad santa por Otro aspecto a tener en cuenta es la inestabilidad
excelencia, Jerusalén, centro de las tres grandes reli- de ciertos países, o el radicalismo que impera en ellos.
giones monoteístas (judía, cristiana e islámica), que Pero en estos casos la desaparición del turismo está
si no ha alcanzado un mayor desarrollo como desti- motivada más bien por la inseguridad que se origina
no ha sido por los problemas políticos que sufre. Pero que por motivos ideológicos. Este fenómeno ha fre-
no por ello ha perdido un ápice de su potencialidad nado mucho la frecuentación turística de Argelia o
como centro de atracción religioso a nivel mundial. Irán, y es utilizado por movimientos radicales para
Actualmente está alcanzando también importan- evitar la presencia del turismo en determinados paí-
cia el que podríamos denominar turismo ideológico. ses, alegando que es una fuente de alienación; aun-
El poder de las ideas atrae a la gente, y ciertos luga- que en el fondo utilizan estos atentados contra los
res tienen una carga ideológica positiva que mueve a turistas como una manera de crearle problemas eco-
muchas personas a visitarlos, mientras que otros la nómicos a los gobiernos que intentan derribar. Así
tienen negativa y, por tanto, tienden a ser evitados. ocurrió, por ejemplo, en Egipto en 1996, o con el terro-
Pudiendo haber al mismo tiempo lugares que resul- rismo kurdo en Turquía; e incluso podemos incluir
tan atractivos para las personas de una cierta ideolo- en esta categoría los atentados de bandas terroristas
gía y repulsivos para la gente de ideas distintas. en algunas playas españolas a finales de los noventa.
Entre los lugares que tienen una carga ideológica Otro aspecto a considerar es el fuerte atractivo
positiva para ciertos grupos tenemos a los antiguos que representan para las personas afectadas o sus
países denominados comunistas, especialmente del descendientes algunos hechos históricos ocurridos
Este europeo, que fueron un atractivo para algunos en ciertos lugares, transformándose con el tiempo en
turistas occidentales a pesar de las dificultades que una especie de centros de peregrinación y referente
ponían a ser visitados. Así, tenemos que el partido para determinadas ideologías, religiones (Muro de
SPD alemán organizó tres veces un tren especial a la las Lamentaciones en Jerusalén) o razas. Los ejem-
Unión Soviética, un viaje a Nicaragua en 1987 y un plos son muy variados, así tenemos la impronta del
“crucero político” por el Mediteráneo con escala en nazismo (Nuremberg o multitud de campos de con-
Albania (Dewailly y Flament, 1993). Por el contrario, centración como Auswitch, Dachau, etc.), las playas
estos mismos países sufrieron una auténtica invasión del desembarco en Normandía o los lugares en que
turística por parte de otro público cuando cayó el Estados Unidos ha jugado un papel decisivo, como
comunismo, transformándose algunos de ellos en Hiroshima o Guadalcanal, por hacer referencia sola-
grandes destinos, como ha ocurrido con la Repúbli- mente a los efectos de la Segunda Guerra Mundial.
ca Checa, Praga especialmente, y con Hungría. Un También debemos resaltar el fuerte atractivo que la
hecho parecido está ocurriendo con Cuba, que está isla de Gorée (frente a las costas de Dakar, en Sene-
conociendo un importante crecimiento turístico recien- gal), desde donde eran embarcados los esclavos, tie-
te, especialmente de parte de europeos y canadien- ne para los millones de negros americanos que son
ses, mientras que, por el contrario, son muy minori- sus descendientes, y que encuentran en este enclave
tarios los estadounidenses a pesar de la cercanía. el símbolo de sus raíces africanas.
La importancia para ciertas personas de la ideo-
logía predominante en un país también puede frenar
sus deseos de visitarlo. Un hecho llamativo en este 3.3.3. Valores culturales-folclóricos
sentido puede ser el cartel colgado de la estación de
Austerlitz, en París, poco tiempo después de la por- Pero además de los ya vistos, otros muchos valo-
tuguesa Revolución de los Claveles, que decía lo res culturales, étnicos y folklóricos son atractivos que
siguiente: “Franceses, evitad la España de Franco; visi- impulsan al viaje. Aprender un idioma, degustar una
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84 Parte I: El turismo y el territorio

cocina, presenciar un acontecimiento deportivo pue- • Acontecimientos deportivos. Los deportes tradi-


den ser otros tantos elementos que impulsen flujos cionales necesitan unas instalaciones adecua-
turísticos. Dentro de este grupo se pueden incluir: das para su desarrollo, por lo que marcan el
espacio físico. Estos estadios estarán en rela-
• Estudio de idiomas. A finales del siglo xx el mun- ción con la importancia de los acontecimientos
do se ha vuelto pequeño gracias a las facilida- que tienen lugar en ellos, y van del pequeño
des de los medios de comunicación, con lo que campo de fútbol de cualquier pueblo a los gran-
ha aumentado la necesidad de aprender idio- des estadios capaces de acoger unos Juegos
mas para poder intercambiar opiniones y esta- Olímpicos o unos Campeonatos Mundiales. El
blecer contacto con los demás. Un idioma se ha deporte interesa hoy día a una gran masa de
transformado en la lengua internacional: el población que es capaz de desplazarse para
inglés, y por esto el Reino Unido y Estados Uni- seguir a su equipo favorito o para asistir a las
dos principalmente, pero también Irlanda, Aus- grandes finales. Arrastra masas, por lo que en
tralia y otros países se han visto elegidos como las ciudades en que ocurren estos aconteci-
centros receptores de una multitud de estu- mientos se genera una fuerte frecuentación
diantes interesados en aprender esta lengua. turística que puede ser ocasional, si es un acon-
Lo mismo ocurre con otros idiomas de alcance tecimiento extraordinario (Juegos Olímpicos
mundial como el español o el francés, y en de Barcelona de 1992) o frecuente si ocurre
menor medida el alemán, ruso, etc. Antiguos periódicamente (circuito automovilístico de Le
centros culturales de estos países y universi- Mans). De ahí el interés, por motivos econó-
dades de larga tradición (Oxford, Cambridge, micos, que se genera entre diferentes ciudades
Salamanca, etc.) han visto reforzado su papel, para poder ser la sede de unos de estos acon-
especialmente en la época de las vacaciones tecimientos, lo que ocurre constantemente a la
escolares, para organizar cursillos intensivos hora de elegir las sedes de los Juegos Olímpi-
que son el atractivo para miles de estudiantes cos o de los Campeonatos Mundiales de los
de todos los países. Las estancias en familias deportes de masas.
también han conocido un fuerte crecimiento en Algunos deportes recientes, denominados
los últimos tiempos. californianos, como la plancha a vela, el sur-
• Fiestas populares o de carnavales. Algunas fiestas fing, ala delta, etc., no precisan de instalacio-
que empezaron siendo locales han visto incre- nes, pero no por ello dejan de atraer a una
mentado su poder de atracción, superando pri- multitud de curiosos cuando se realizan gran-
mero las fronteras regionales y luego las nacio- des demostraciones; aunque por el momento
nales. Es difícil establecer una categoría de estos los generadores de grandes movimientos de
acontecimientos, pues unos atraen más a un tipo masas sean los deportes de competición tra-
de personas y otros a otras, pero entre las gran- dicionales (fútbol, baloncesto, rugby, natación,
des fiestas de Carnaval debemos destacar espe- carreras de motos y de coches, etc.).
cialmente a las de Río de Janeiro y, en menor • La gastronomía. La comida y la bebida son uno
escala, en Europa, las de Niza, venecia Cádiz y de los elementos con mayor poder atractivo,
Santa Cruz de Tenerife. Entre las fiestas popu- especialmente hacia las ciudades. Los platos tra-
lares las hay de todo tipo y basadas en aconte- dicionales y ciertas bebidas, como el vino, la cer-
cimientos muy dispares. Unas sirven de lazo de veza o la sidra son capaces de atraer a un fuerte
identificación de una comunidad local o de una contingente de visitantes hacia un determinado
región, mientras que otras se han transformado lugar reputado por sus restaurantes o sus bode-
en un espectáculo, en un atractivo para gentes gas. Así, regiones como el País vasco español o
de dispar nacionalidad y cultura. Todos los paí- ciudades como Lyon son grandes centros de aco-
ses tienen varias fiestas de este tipo, y sólo gida de los más apreciados gourmets. También
vamos a hacer mención de las españolas más las bebidas cuentan con regiones especializadas
conocidas, como los Sanfermines de Pamplona, de fama mundial, como Borgoña, Champagne,
las Fallas de valencia, la Feria de Abril de Sevi- La Rioja o Burdeos con el vino. Es muy habitual
lla o la romería al Rocío. la creación de fiestas y rutas específicas en las
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Capítulo 3: La vocación turística del territorio 85

principales zonas con denominación de origen, ejemplo claro lo constituyen los Museos al aire
que atraen a muchos aficionados hacia sus bode- libre de Estocolmo y Oslo, basados en dar a
gas para realizar degustaciones y abastecer sus conocer la herencia rural de estas ciudades.
bodegas personales (Fiestas de Jerez, Montilla-
Moriles, Málaga, Ribera del Duero, Penedés, en
España, o la Côte du Rhône, Alsacia y otras 3.4. Otros valores
muchas en Francia, Italia, Alemania, etc.). La cer-
veza es otra bebida que genera toda una tradi- Además de los valores turísticos que aporta el cli-
ción y una cocina especializada (choucroute, sal- ma, el paisaje, la historia o la cultura, hay otros ele-
chichas, etc.) a su alrededor, así como sus fiestas, mentos que también son capaces de aportar una
la más célebre de las cuales es la de Múnich. potencialidad turística a un determinado lugar. Entre
• Festivales. Algunas ciudades han conseguido los principales se puede citar:
desarrollar unos Festivales artísticos que por
su variedad, calidad y riqueza alcanzada con — El termalismo. De honda tradición desde el
los años se transforman en centro de atracción siglo xIx, el hombre ha buscado la salud alre-
para los amantes de los espectáculos que se lle- dedor de las fuentes de aguas termales desde
van a cabo (teatro, música, danza, ópera, cine). tiempos muy antiguos. Fueron principalmen-
Europa es un continente rico en este tipo de te los romanos quienes nos dejaron unas ricas
acontecimientos, y varias ciudades han hecho muestras arquitectónicas derivadas del uso
de ellos su atractivo turístico. Así ocurre con masivo que hicieron de las propiedades cura-
los Festivales de Avignon, Bayreuth, Salzbur- tivas de las aguas termales, como nos lo mues-
go, venecia, Cannes o San Sebastián, y con tran restos tan alejados los unos de los otros
muchos otros a menor escala. Un fenómeno dis- como Pamukkale en Turquía o Bath en el Rei-
tinto ocurre con los festivales de música moder- no Unido. Este poder curativo que emana del
na, especialmente de rock, que consiguen reu- interior de la Tierra, esta curación de los males
nir durante algunos días a miles de aficionados, del cuerpo y del espíritu que podían aportar
pero que suelen desarrollarse de forma espo- estas aguas encontró en el movimiento román-
rádica y en grandes espacios abiertos, y no tico el mejor aliado para iniciar una expansión
necesariamente en una ciudad. extraordinaria, primero a partir de los anti-
• Los toros. Un caso de difícil clasificación son los guos centros, ya conocidos desde la Antigüe-
toros, pues no pueden ser considerados como dad, que se fueron ampliando posteriormen-
deporte ni como fiesta popular. Pero la reali- te con otros. En el siglo xIx , la gente que
dad es que mueven a miles de personas hacia frecuentaba los balnearios disponía de mucho
los festivales taurinos más reconocidos (San Isi- tiempo libre, lo que favorecía las relaciones
dro en Madrid, San Fermín en Pamplona) o sociales, y de ahí nacieron estas preciosas ciu-
durante toda la temporada como ocurre con la dades residenciales alrededor de una fuente
Maestranza de Sevilla y multitud de ciudades termal. En el xx conocen una crisis por el cam-
en Hispanoamérica (México, Bogotá, etc.), bio de costumbres y la aparición masiva del
incluso fuera de la zona hispana como el Fes- turismo de sol y playa, pero a partir de los
tival de Nîmes en Francia. A pesar de sus años setenta las antiguas estaciones termales
detractores, siguen funcionando como un ele- han conocido un nuevo auge, debido a la apa-
mento folclórico interesante para multitud de rición de nuevas fórmulas curativas, como la
turistas además de para los aficionados habi- talasoterapia, las curas de adelgazamiento o
tuales. las antiestrés. De todos modos, algunas esta-
• Los ecomuseos. Cada vez está más extendido el ciones balnearias siempre han disfrutado de
deseo de conservar las tradiciones populares, una merecida reputación (vichy, Baden-Baden)
formas de vida, artesanía, etc., lo que está gene- que ninguna crisis ha hecho fracasar.
rado una serie de establecimientos que acogen — Los parques temáticos. En la actualidad es posi-
estas muestras y que se han revelado como cen- ble que un lugar no disponga de ninguna
tros de interés para multitud de curiosos. Un potencialidad turística especial en el campo cli-
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86 Parte I: El turismo y el territorio

mático, paisajístico, artístico o histórico; y en 3.5. Conclusión


cambio, por la acción expresa del hombre, se
transforme en un gran centro turístico inter- Es difícil establecer la vocación turística de un terri-
nacional, como ocurre con los parques temáti- torio. La realidad es que una serie de lugares y de
cos. Estos grandes complejos artificiales cuen- espacios geográficos reciben una gran afluencia turís-
tan ya con una cierta tradición, aunque en tica mientras que otros apenas son recorridos por una
Europa han aparecido con retraso respecto a minoría de personas. A través de estas líneas se ha
Estados Unidos y se han desarrollado más en querido reflejar los aspectos más valorados en la
Europa del Norte que del Sur, tal vez por cues- actualidad como atractivo turístico, pero teniendo en
tiones culturales o de costumbres. El ejemplo cuenta que los gustos de la sociedad van evolucio-
por antonomasia lo constituyen los complejos nando, y lo que representa un fuerte atractivo en un
construidos por Walt Disney (Disneylandia, momento dado, al cabo de los años puede ser un obs-
Disneyworld, Tokio Disneyland, Eurodisney), táculo. Incluso el propio uso turístico puede degra-
transformados en grandes centros turísticos a dar esos recurso generando su propia crisis.
nivel mundial y que con su fuerza de atracción Existen una serie de posibilidades tanto climáti-
han revolucionado completamente la frecuen- cas como de paisaje, de patrimonio cultural o histó-
tación turística de la zona donde se han implan- ricos, pero el hombre es capaz de crear otras nuevas
tado. En España dos ejemplos de este tipo de que no se corresponden con ninguna de estas venta-
instalaciones lo constituyen Port Aventura y jas que podríamos denominar heredadas. Hay, por
Terra Mítica (figura 3.10). tanto, una serie de factores naturales que constituyen
Los parques temáticos en cifras

TERRA MÍTICA PORT AVENTURA

Media diaria de visitantes 10.000 20.000


Inversión en el complejo 48.000 mill. de ptas. 50.000 mill. de ptas.

Principales accionistas en % Generalitat V. 14,86 Acesa 7 La Caixa


40
CAM Anheuser
55 Cajas, 15 Busch
bancos y 16
accionistas
privados 15 Bancaja
37
y Caja de
Universal Studios
Valencia
Recreation Group
Superficie del complejo 105 ha. 116 ha.
Facturación 15 - 16 mil mill. de ptas.(1) 16.064 mill. de ptas.
Nº de trabajadores (agosto) 2.000 3.000
Precio de la entrada
Adultos 4.600 4.600
Niños y jubilados 3.300 3.400
N.º de atracciones 30 31
Restaurantes 80 75
Tiendas 21 23
Espectáculos 3 20
Fecha de inauguración 31-7-2000 1-5-1995
(1) Previsión
Fuente: El País. Datos aportados por Terra Mítica y Port Aventura.
FIGURA 3.10. Los parques temáticos en cifras. Fuente: El País (citado en Mesplier y Bloc-Duraffour, 2000).
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Capítulo 3: La vocación turística del territorio 87

la gran ventaja de ciertas zonas sobre otras, pero la Por todo ello podemos concluir que no existen
evolución tecnológica permite al hombre modificar lugares predeterminados a ser destinos turísticos. Las
los inconvenientes que aparecen en otras regiones y condiciones naturales o el patrimonio cultural here-
transformar los elementos positivos, como ocurre con dado no son más que posibilidades, que sólo serán
los centros temáticos con clima tropical construidos aprovechadas turísticamente si existe una acción
en los países nórdicos. Finalmente, ciertas personas humana encaminada a ello. Así, encontramos regio-
tienen un deseo tal de aventura que el atractivo turís- nes con indudables potencialidades que por motivos
tico de una zona reside precisamente en las duras con- sociales, culturales, técnicos o económicos no han
diciones de existencia que han de soportar, como ocu- podido o querido desarrollarse, mientras que otras
rre con las áreas desérticas, selváticas, de montaña o con menos recursos han sabido construir y vender
polares, lo que permite afirmar que cualquier lugar productos atractivos y convertirse en un gran desti-
puede ser potencialmente un destino turístico. no turístico.

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