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Sermon Dominical 31.03.2024 - 1 Juan 2.28 Al 3.3 - Parte 2 v.29
Sermon Dominical 31.03.2024 - 1 Juan 2.28 Al 3.3 - Parte 2 v.29
Características de la Esperanza
La Esperanza encuentra su inicio en el Dios inmutable, es un regalo
de la gracia divina, se revela en la Biblia, es razonable y justificable,
esta asegurada por la resurrección corporal de Jesucristo, se
confirma y activa en los creyentes por medio del Espíritu Santo, es
la fuente de mayor gozo y bendición, los defiende contra los ataques
de Satanás, también se confirma a través de las pruebas, y elimina el
temor a la muerte.
Introducción:
En el relato de Mateo del Sermón del Monte, Jesús cerró esta poderosa
prédica exhortando a sus oyentes 7:13-14: “Entrad por la puerta estrecha;
porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición,
y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y
angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”.
Así como ilustran las referencias a dos puertas, dos caminos, dos destinos,
y dos grupos, Toda persona se encuentra con las siguientes opciones a
elegir, entre cielo e infierno, entre salvación y condenación; entre la única
religión verdadera y la falsa en innumerables formas.
Cuando Adán y Eva pecaron (Génesis 3), la justicia no podía pasarla por
alto. Su crimen no nos parece tan grave. Pero considérenlo desde el punto
de vista del cielo. El gran Señor Dios Todopoderoso, soberano, Señor de
los ejércitos, digno de toda adoración y alabanza, había sido desafiado. Él
había hecho al ser humano para Su propio propósito y deleite. Dios les dio
un mandamiento: no coman de un árbol específico del jardín en el que los
puso. Si lo hacían, morirían. Dios les mostró sus opciones y les informó de
las consecuencias.
Para que Dios pasara por alto o excusara la traición no sería justo. Puesto
que Dios es justo, no puede crear una regla, establecer el castigo y luego no
cumplirla cuando la regla se rompe.
Ya que Dios también es amor, tenía una forma de satisfacer la justicia sin
destruir a los seres humanos. La justicia requería la pena de muerte, así que
alguien tenía que morir. Se trajo un sustituto para satisfacer las demandas
de la justicia. Se mató a un animal inocente para cubrir a Adán y Eva,
sirviendo como protección no sólo para su cuerpo, sino también para su
pecado (Génesis 3:21).
Miles de años después, se cumplió la justicia de una vez por todas, ya que
Dios envió a Su propio Hijo al mundo para ser nuestro sustituto (2
Corintios 5:21 “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado,
para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.”).
Así que Jesús llegó a ser el Cordero que Dios sacrificó en el altar de la
justicia.
Juan 1:29 “…He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del
mundo.”
Cristo "murió por los pecados de una vez para siempre, el justo por
los injustos, para llevarnos a Dios" (1 Pedro 3:18).
Ya que la justicia ha sido satisfecha, Dios declara " Inocente" a todos los
que están en Cristo, los que invocan Su nombre.
Salmo 33:18-22 “18 He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen, Sobre
los que esperan en su misericordia, 19 Para librar sus almas de la muerte, Y
para darles vida en tiempo de hambre.20 Nuestra alma espera a Jehová;
Nuestra ayuda y nuestro escudo es él. 21 Por tanto, en él se alegrará nuestro
corazón, Porque en su santo nombre hemos confiado.22 Sea tu misericordia,
oh Jehová, sobre nosotros, Según esperamos en ti.”
Del mismo modo, todos los que profesan ser salvos pero que no
manifiestan ningún fruto tangible de justicia prueban que realmente no
fueron perdonados y que tienen una vana esperanza.
Santiago 2:26 “Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así
también la fe sin obras está muerta.” (Contexto: v.21-25 Santiago
compara la fe viva con lo que acaba de describir como fe muerta
(v.14-20), al hacerlo da dos ejemplos vivientes de la fe viva,
Abraham “padre de todos los creyentes”Romanos 4:11 y Rahab)
Compara la fe muerta, que se profesa pero no tiene obras, con
un cuerpo sin espíritu. Ambos son inútiles, carentes del poder
que da la vida.
El apóstol Juan afirma en primer lugar que los creyentes que saben que
Dios es justo pueden reconocer también que todo el que hace
justicia refleja la vida del Señor, es nacido de él.
Cuando nos esforzamos por ser justos por nuestras propias mediciones
humanas, sistemáticamente nos olvidamos de la medición de Dios: la
perfección. Para Dios, algo menos que perfección, es una balanza
desequilibrada.
Entonces, como hijos de Dios, podemos ver claramente para luchar contra
la injusticia que nos rodea con una actitud misericordiosa. Miqueas 6:8
“Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti:
solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.”
2 Pedro 3:11 “11 Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo
no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir,”
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