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LA INSTRUCCIÓN A VIVIR EN SANTIDAD: APRENDAMOS A MARCAR LA DIFERENCIA

2 Corintios 6:14-18

INTRODUCCIÓN:

¿Te has preguntado por qué hay tanta presión sobre los hijos de Dios de vivir una vida diferente a la de
los que nos son creyentes?

¿Qué sucede si me identifico más con los incrédulos que con los creyentes?

¿En verdad Dios quiere que yo me aparte de todos y de todo?

I. LA CONTRARIEDAD Y LA DISCORDANCIA.

Los hermanos de Corinto, así como todos los cristianos en el mundo, estaban expuestos a la influencia,
pecaminosas que existen en el mundo. Estas influencias podían dañar su comprensión de la fe, su forma
de vivir y la manera de consagrarse a Dios.

La vulnerabilidad de los cristianos a la mala influencia es algo que Dios menciona constantemente, a
Pedro le dijo: Velen y oren para que no cedan ante la tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero el
cuerpo es débil». (Marcos 14:38 NTV)

A los Romanos les escribió diciendo: No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien
dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces
aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta. (Romanos
12:2 NTV)

Pero aquí en 2 Corintios 6:14-18 podemos ver por qué debemos velar para no entrar en la tentación y
ser seducidos a apartarnos de Dios siguiendo las conductas y costumbres del mundo.

Lo que Dios quiere que veamos es que existe una contrariedad y una discordancia completa entre el
llamado de los hijos de Dios y los incrédulos.

CONTRARIEDAD: Oposición que tiene una cosa con otra.


DISCORDANCIA: Falta de correspondencia o armonía entre los dos cosas o personas.

Quisiera que veamos rápidamente la contrariedad y la discordancia entre el llamado de los hijos de Dios
y los incrédulos:

No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque…

Primera Contrariedad y Discordancia: ¿Qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia?

 Justicia es: La justicia en la Biblia no es simplemente un acto externo, sino una cualidad del
carácter de Dios que se refleja en la vida del creyente. Es la rectitud que viene de vivir en
conformidad con la voluntad de Dios (Miqueas 6:8).
 Injusticia es: La injusticia es la violación de la ley de Dios, es todo acto o pensamiento que está
en contra de Su voluntad y naturaleza santa (1 Juan 3:4).

Contrariedad: La justicia y la injusticia son esencialmente incompatibles. Mientras que la justicia


busca la voluntad de Dios y la santidad, la injusticia se opone activamente a ella (Amós 5:24).
Discordancia: No hay armonía posible entre la justicia y la injusticia. La justicia busca la luz y la
verdad, mientras que la injusticia busca las tinieblas y el engaño (Efesios 5:11).

Segunda Contrariedad y Discordancia: ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?

 Luz significa o representa: La luz es un símbolo de la verdad, la pureza y la santidad. Representa


la revelación de Dios que ilumina nuestras vidas y nos guía en Su camino (Salmo 119:105).
 Tinieblas significa o representa: Las tinieblas simbolizan la ignorancia espiritual, el pecado y la
separación de Dios. Son el resultado de vivir apartados de la verdad y la voluntad de Dios (Juan
3:19).

Contrariedad: La luz y las tinieblas no solo son opuestas, sino que son irreconciliables. La luz revela y
disipa las tinieblas (Juan 1:5).

Discordancia: No puede haber ninguna forma de armonía entre la luz y las tinieblas. La luz expone
las obras de las tinieblas (Efesios 5:13).

Tercera Contrariedad y Discordancia: ¿Y qué concordia Cristo con Belial?

 Cristo es: Cristo es el Hijo de Dios, la encarnación de la verdad y el amor divino. Él vino a destruir
las obras del diablo y a reconciliar a la humanidad con Dios (1 Juan 3:8).
 Belial es: Belial es un término que se refiere a Satanás o el diablo, el adversario de Dios y de todo
lo que es bueno y santo (Apocalipsis 12:9).

Contrariedad: Cristo y Belial son opuestos en naturaleza y propósito. Mientras Cristo trae vida y
redención, Belial busca destruir y engañar (Juan 10:10).

Discordancia: No puede haber ninguna forma de acuerdo o armonía entre Cristo y Belial. Son fuerzas
en conflicto eterno (Mateo 12:30).

Cuarta Contrariedad y Discordancia: ¿O qué parte el creyente con el incrédulo?

 El creyente: El creyente ha sido transformado por la gracia de Dios y vive en una nueva identidad
en Cristo. Su vida está caracterizada por la fe, la esperanza y el amor (Gálatas 2:20).
 El incrédulo: El incrédulo vive en la incredulidad y la separación de Dios. Su vida está guiada por
la carne y las pasiones mundanas (Efesios 2:12).

Contrariedad: La naturaleza espiritual del creyente y del incrédulo es radicalmente diferente.


Mientras uno está en Cristo, el otro está en el mundo (1 Juan 4:4).

Discordancia: No hay armonía posible entre el creyente y el incrédulo en términos de fe, valores y
práctica de vida (2 Corintios 6:14).

Quinta Contrariedad y Discordancia: ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos?

 El templo de Dios: El templo de Dios es el lugar de morada del Espíritu Santo en los creyentes. Es
un espacio de adoración y comunión con Dios (1 Corintios 6:19).
 Los ídolos: Los ídolos son falsos dioses o cualquier cosa que se coloca por encima de Dios en
adoración o importancia (1 Corintios 10:19-20).

Contrariedad: El templo de Dios y los ídolos representan lealtades y adoraciones opuestas. Mientras
uno es dedicado al Dios verdadero, el otro es una falsificación (1 Juan 5:21).
Discordancia: No puede haber armonía entre el verdadero Dios y los ídolos. La adoración a ídolos es
una abominación ante el Señor (Éxodo 20:3-5).

Algo que debemos tener muy en claro, la Biblia es clara en enseñar la separación entre los hijos de
Dios y los incrédulos. Pero esta separación no es para aislar o excluir, sino para mantener la santidad,
la pureza y la fidelidad a Dios en nuestras vidas.

Como creyentes, estamos llamados a vivir de manera digna del llamado de Dios, separándonos del
mundo y viviendo en obediencia a Su Palabra (1 Pedro 1:15-16).

II. LA REALIDAD ESPIRITUAL DEL CRISTIANO

UNA PREGUNTA: ¿Has creído y aceptado que desde que entregaste tu vida a Cristo, te convertiste en su
morada, en su templo? Esta es una realidad que no solo debe ser entendida intelectualmente, sino
experimentada y vivida diariamente.

2 Corintios 6:16 ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el
templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Dios, Y ellos serán
mi pueblo.

El apóstol Pablo nos enseña que los creyentes son el templo del Dios viviente. Esta es una verdad
profunda que revela la cercanía y la intimidad que Dios desea tener con Su pueblo. Los creyentes no son
simplemente seguidores externos de Dios, sino que son habitados por el Espíritu Santo, convirtiéndolos
en moradas de Dios en la tierra (1 Corintios 3:16).

Esto significa que la presencia de Dios mora en cada creyente, transformando su vida, guiándolo en la
verdad y fortaleciéndolo para vivir de acuerdo con Su voluntad (Romanos 8:9-11).

A. Qué significa cuando dice: “Habitaré y andaré entre ellos”:

 La frase "Habitaré y andaré entre ellos" refleja la promesa de Dios de vivir en íntima
comunión con Su pueblo. No es una presencia distante o pasiva, sino activa y cercana. Dios
no solo habita en el creyente, sino que también camina con él, guía sus pasos y lo acompaña
en cada momento de su vida (Deuteronomio 31:6).

Esta realidad revela la relación personal y dinámica que Dios desea tener con nosotros, donde Él es
nuestro Pastor que nos guía, nuestro Padre que nos cuida y nuestro Amigo que camina a nuestro lado
(Salmo 23:1; Juan 15:15).

B. Qué implicación tiene cuando dice: “Y seré su Dios y ellos serán mi pueblo”:

 La declaración "Y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo" establece la relación pactal entre
Dios y Su pueblo. Es una expresión de la alianza divina, donde Dios se compromete a ser
nuestro Dios y nosotros Su pueblo.

 Para Dios ser nuestro Dios: Implica que Él nos cuidará, nos protegerá, nos guiará y nos bendecirá
con Su amor, gracia y misericordia (Jeremías 32:38-40).
 Para nosotros ser Su pueblo: Significa que nos comprometemos a amarlo, obedecerlo y seguirlo
en fidelidad. Es vivir en una relación de amor, confianza y sumisión a Su voluntad (1 Pedro 2:9-
10).
Esta relación pactal nos llama a vivir en una comunión constante con Dios, a confiar en Su provisión y a
responder con gratitud y obediencia a Su llamado. Es una invitación a vivir nuestra vida en la tierra como
ciudadanos del cielo, reflejando el carácter y el amor de Dios en todo lo que hacemos (Filipenses 3:20-
21).
¿Puedes ahora comprender la increíble bendición que reside en ti? Dios te ha hecho especial para Él y
quiere tener una relación especial contigo y quiere usarte de manera especial para Su reino.

III. LA INSTRUCCIÓN EXPRESA Y LA PROMESA IMPRESA

2 Corintios 6:17-18
17 Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo
os recibiré,
18 Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.

Las palabras de Pablo, son tomadas de Isa_52:11 y 2Sa_7:14, es una convinación que afirman el deseo de
Dios de mantener una relación exclusiva y amorosa con su pueblo.

Pero en boca de Pablo, nos presenta una instrucción clara y una promesa poderosa que reflejan el deseo
de Dios de mantener una relación exclusiva y amorosa con Su pueblo.

Ya vimos que existe una Contrariedad y una disonancia entre el llamado de los hijos de Dios y los
incrédulos, ahora Pablo cita las Escrituras para recordar la importancia de apartarse del mundo y vivir en
santidad para Dios.

¿Qué busca Dios al pedir a sus hijos apartarse del mundo?

Dios nos llama a apartarnos del mundo y no tocar lo inmundo para protegernos de la contaminación
espiritual y moral que puede afectar nuestra relación con Él (Santiago 4:4; 1 Juan 2:15-17).

Esta instrucción no es un mandato de aislamiento, sino una llamada a vivir de manera diferente,
reflejando la santidad y el carácter de Dios en medio de un mundo caído (1 Pedro 1:15-16).

¿Acaso Dios nos pide alejar de las personas que no son de la fe?

La instrucción de apartarnos del mundo no significa que debemos evitar por completo a las personas que
no comparten nuestra fe. Más bien, significa que debemos mantener una distancia espiritual y moral,
evitando participar en actividades y comportamientos que son contrarios a la voluntad de Dios (1
Corintios 5:9-11).

Nuestra relación con los incrédulos debe ser una oportunidad para compartir el amor de Cristo y el
Evangelio, no para ser influenciados por el mundo (Mateo 5:13-16).

Es posible que algunos judíos hayan malinterpretado la instrucción de apartarse del mundo, llevándola a
extremos que resultaron en un aislamiento legalista y exclusivista. Sin embargo, el llamado de Dios
siempre ha sido a una separación basada en la santidad y el amor, no en el legalismo o el orgullo
(Miqueas 6:8; Lucas 15:1-7).

¿Cómo ganaremos a las personas para Cristo si nos alejamos de ellos?

Ganar a las personas para Cristo requiere un equilibrio entre la separación del mundo y el compromiso
con el mundo.
Debemos apartarnos de lo que es pecaminoso y contrario a la voluntad de Dios, pero también debemos
estar dispuestos a involucrarnos con las personas, mostrarles amor y compartir el Evangelio con ellas (1
Corintios 9:19-23).

La clave está en vivir una vida que refleje la luz de Cristo, atraiga a otros hacia Él y les muestre el amor
transformador de Dios (Mateo 5:14-16; Juan 13:34-35).

Cuando vivimos de esta manera, nuestra separación del mundo no nos aleja de las personas, sino que
nos capacita para ser instrumentos efectivos en las manos de Dios para alcanzar a los perdidos y llevarlos
al conocimiento salvador de Jesucristo.

IV. LA TAREA DE LOS HIJOS DE DIOS

Ahora, que Pablo ha explicado las contrariedades y discordancias entre los creyentes y los incrédulos y
les hace mención de las promesas y bendiciones que tenemos, ahora se toma la responsabilidad de
hacer una exhortación.

2 Corintios 7:1 Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda
contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.

En primera ¿Cuáles son esa “tales promesas”? la promesa de que Dios morará entre nosotros, la
promesa de que nos recibirán, y la promesa que será nuestro Padre (6.16-18),

Estas promesas son más que suficientes para motivarnos y alentarnos en nuestra búsqueda de pureza y
santidad. Cada una de ellas nos muestran el increíble amor y la gracia de Dios hacia nosotros, y nos
proporcionan una base sólida para vivir buscando una vida que honre y glorifique a Dios en todo lo que
hacemos.

Veamos cuál es la tarea del cristiano en esta exhortación que hace el apóstol Pablo:

Primera tarea: “Limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu”

Esta exhortación es una llamada profunda y significativa a la purificación total de nuestra vida,
abarcando tanto los aspectos físicos como espirituales.

 En el Antiguo Testamento, Dios instruyó a Israel a mantenerse separado de las impurezas y


contaminaciones del mundo que los rodeaba. Por ejemplo, en Levítico 11:44-45, Dios les
dice:

"Porque yo soy el Señor vuestro Dios; vosotros os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy
santo. No contaminéis, pues, vuestras personas con ningún animal que se arrastre sobre la
tierra."

Esta instrucción tenía como propósito proteger la identidad y la santidad del pueblo de Israel,
recordándoles que eran un pueblo apartado para Dios y llamados a reflejar Su santidad en medio de las
naciones.

Para los judíos la separación de la impureza física tenía un significado espiritual profundo, señalando la
necesidad de mantener una relación pura y santa con Dios.

 En el Nuevo Testamento: Confesión y purificación en Cristo


En el Nuevo Testamento, la llamada a la pureza es aún más profunda, porque la pureza no es externa,
sino interna. Jesús dijo:

Marcos 7:21-23 RV1960


21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios,
las fornicaciones, los homicidios,
22 los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la
soberbia, la insensatez.
23 Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.

La pureza espiritual es vital para mantener una relación íntima y saludable con Dios. Santiago 4:8 nos
anima diciendo: "Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Limpiad las manos, pecadores; y purificad
los corazones, vosotros de doble ánimo."

La contaminación de carne y espíritu implica sacar de nuestro corazón y desarraigar de nuestras


actitudes todo aquello que peca contra Dios y contra nuestro prójimo.

1 Juan 1:9 nos dice: "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros
pecados, y limpiarnos de toda maldad."

Esta purificación no se logra por nuestros propios esfuerzos, sino a través del sacrificio de Cristo en la
cruz y nuestra fe en Él. Al confesar nuestros pecados, reconocemos nuestra necesidad de redención y
nos acercamos a Dios en arrepentimiento, permitiendo que Su gracia y misericordia nos restauren y nos
purifiquen de toda injusticia.

Segunda tarea: “Perfeccionando la santidad en el temor de Dios”

La santidad es un tema central en la vida del creyente, y está estrechamente relacionada con nuestra
relación con Dios y nuestra identidad como hijos e hijas suyos. 1 Pedro 1:15-16 nos dice:

"Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de
vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo."

Aquí, la llamada a la santidad se fundamenta en la naturaleza misma de Dios, quien es santo por
excelencia. La santidad no se trata solo de evitar el pecado, sino también de crecer en la semejanza de
Cristo, reflejando su carácter y amor en nuestras vidas. Es un llamado a vivir de manera diferente, en
conformidad con la voluntad de Dios y en amor hacia Él y hacia nuestro prójimo.

 El proceso de santificación

El proceso de santificación es continuo y requiere nuestra participación activa. Filipenses 2:12-13 nos
dice:

"Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente,
sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor;
porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad."

En este pasaje, vemos que nuestra santificación es un esfuerzo conjunto entre nosotros y el Espíritu
Santo que mora en nosotros. Mientras nos esforzamos por obedecer y crecer en santidad, es Dios quien
obra en nosotros, capacitándonos y guiándonos en nuestro camino de transformación y conformación a
la imagen de Cristo.
Perfeccionar la santidad en el temor de Dios también implica una actitud de reverencia y respeto hacia
Él. El temor de Dios no se trata de un miedo paralizante, sino de un profundo respeto y reverencia hacia
Su majestad, poder y santidad. Proverbios 9:10 nos dice:

"El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la


inteligencia."

Este temor santo nos impulsa a vivir de manera que honremos a Dios en todas nuestras acciones,
palabras y pensamientos. Nos motiva a tomar decisiones que reflejen nuestro amor y devoción hacia Él,
buscando siempre agradarle y glorificarle en todo lo que hacemos.

CONCLUSIÓN:

¿Ahora puedes comprender porqué Dios nos llama a vivir en santidad?

¿Vivir apartados del mundo no es apartarse de las personas, sino del pecado?

Recordemos que la santidad es un llamado imperativo, Dios nos llama a “ser santos porque Él es Santo”.
Como hijos de Dios tenemos este compromiso con Él.

¿Qué harás acciones harás para responder positivamente al llamado a la santidad que Dios te hace como
su hijo que eres?

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