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EL PERDÓN DE PECADOS

I. INTRODUCCIÓN

En uno de los estudios básicos que hicimos anteriormente, “Equipados para la batalla” vimos algunas
cosas acerca del perdón de pecados, que fue indispensable que Dios nos otorgara para hacer
posible la Salvación, el Nuevo Nacimiento, la Comunión con Dios y muchas otras cosas más.
En este estudio vamos a ampliar un poco más el asunto del perdón de pecados, y comenzaremos
repasando brevemente lo que ya fue enseñado:

A. EL PERDÓN DE DIOS TUVO UN COSTO.


Aunque el perdón de Dios es total y completamente gratis para nosotros, debemos saber que
conseguirlo tuvo un altísimo costo; la muerte de Jesucristo en la cruz.
Isaías 53:5
“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz
fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.”

B. ESTE PERDÓN ES RECIBIDO AL MOMENTO DEL NACIMIENTO ESPIRITUAL.


Jesucristo muere por los pecados del mundo, lo cual quiere decir que hay una provisión o solución de
Dios para el pecador y para hacer efectivo este perdón es necesario creer en Jesucristo como Señor
y Salvador.
Hechos 10:43
“De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de
pecados por su nombre.”

C. EL PERDÓN RECIBIDO ES TOTAL


Esto quiere decir que incluye todos los pecados, pasados, presentes y aun aquellos que cometeremos
en el futuro.
Hebreos 10:17-18
“17 añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. 18 Pues donde hay remisión
de éstos, no hay más ofrenda por el pecado.”
Es tan completo este perdón que Dios, dice su palabra, se olvida de los pecados y de las transgresiones
que hemos cometido, pues de otra manera no podíamos haber sido aceptados y salvados. Dios se
olvida porque los pecados ya fueron pagados por Cristo en la cruz.

D. PERDÓN PARA HACER POSIBLE LAS RELACIONES.


El perdón que hemos recibido de parte de Dios nos permite relacionarnos con Él para que Él pueda
bendecirnos…

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Hebreos 10:19-22
“19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de
Jesucristo, 20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, 21 y
teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22 acerquémonos con corazón sincero, en plena
certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.”
La razón por la cual podemos acercarnos confiadamente a Dios no es nuestro comportamiento, sino su
sacrificio en la cruz.

E. EL PERDÓN NO ES UNA LICENCIA PARA PECAR.


Cuando en la Escritura se nos enseña acerca del perdón de Dios, la intención en ningún momento es
darnos libertad para pecar. Todo lo contrario, es darnos libertad para no pecar:
1 Juan 2:1-2
“1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos
para con el Padre, a Jesucristo el justo. 2 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por
los nuestros, sino también por los de todo el mundo.”

F. EL PERDÓN DE DIOS NO EXCLUYE SU TRATAMIENTO DE AMOR.


Una vez que hemos nacido de nuevo por la fe en Jesucristo, nuestros pecados han sido perdonados
por Dios y hemos sido aceptados en el reino de Cristo. Ahora debemos dejar de pecar porque
desagrada y ofende a Dios y porque el pecado destruye nuestra vida y los planes de Dios para ella.
Dios nos ayuda en este proceso de varias maneras, una de esas son las difíciles situaciones que
permite en nuestra vida, que vienen con el propósito de cambiar nuestras malas actitudes presentes,
esas actitudes son las que producen los pecados que nos impiden disfrutar del amor de Dios.
Por esta razón el amor de Dios para nosotros incluye la disciplina con el propósito de corregir el pecado.
Hebreos 12:6
“Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.”

G. EL PERDÓN LO DISFRUTAMOS TANTO COMO LO DAMOS.


La forma en que perdonamos a los demás muestra la forma en que hemos aprendido a recibir el
perdón de Dios.
Marcos 11:25-26
“25 Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que
está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. 26 Porque si vosotros no perdonáis,
tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.”
Si todos los que hemos nacido de nuevo ya hemos sido perdonados por Dios, entonces esto quiere decir
que todo el que ha nacido de Dios toma la decisión de perdonar a los demás.

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II. EL PECADO

La primera referencia que tenemos acerca del pecado la encontramos en el libro de Génesis cap. 3 donde
se narra cómo el hombre desconfió de Dios y comió del árbol prohibido. Nos cuenta la Escritura:
Génesis 3:1
“Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual
dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?”
Este hecho que trajo tan malas consecuencias comenzó cuando Satanás intervino y a través de una
pregunta colocó duda acerca de la orden que había sido dada por Dios. Ante esto la mujer contestó:
Génesis 3:2-3
“2 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; 3 pero del fruto
del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.”
Sin embargo al revisar la respuesta y compararla con la prohibición, no consta que Dios les haya prohibido
tocar el árbol, es decir, parece que la mujer añadió algo que Dios no había dicho. ¿Con qué intención?
Es posible que la pregunta de Satanás haya colocado duda en el corazón de Eva respecto de lo bueno
de la prohibición hecha por Dios, y por eso cuando contesta, añade descuidadamente algo que Dios
no había dicho, como queriendo magnificar el error de Dios al hacer la prohibición. Al oír esta respuesta
Satanás dando un golpe mortal a la confianza que el hombre debía tener en Dios; Aseguró:
Génesis 3:4-5
“4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; 5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él,
serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.”
Satanás, contradice radicalmente lo dicho por el Señor diciendo “no moriréis” y además da a entender
“que Dios sabe” que comer del árbol “es algo bueno”, pero que Dios no lo revela para que el hombre
no pueda disfrutar de ese privilegio.
Es decir, Satanás hace creer que él, si revela la verdad acerca de que comer del árbol lejos de
producir muerte va a producir algo muy bueno. Ser como Dios, teniendo el conocimiento de lo
bueno y lo malo para dirigir la vida del hombre.
Esto que Satanás logró en ese lugar y en ese tiempo sigue siendo la razón por la cual los hombres en
lugar de buscar la dirección de Dios para vivir la vida, son dirigidos por su propio conocimiento del
bien y del mal. Es como si el hombre siguiera comiendo del “árbol de la ciencia del bien y del mal”
aunque este ya no exista de forma física en la tierra, todo esto se muestra por la rebeldía del hombre
al no aceptar el gobierno de Dios en su vida.
Aunque el pasaje no lo menciona, si enseña de una forma clara, que en realidad lo que sucedió fue que
el hombre dejo de confiar en Dios, en lo bueno de la orden dada por Dios, para confiar en Satanás y
en lo que le dijo que era una verdad de Dios, que Dios no quería revelar. Satanás siempre atacará al
hombre colocando duda en lo que Dios ha dicho para que el hombre no confíe en Dios sino en él.
En la actualidad hay muchos declarando en nombre de Dios “verdades” que no son de Dios, y a
través de ellas están guiando a los hombres a vivir en continua desobediencia a Dios. (Dios quiere
que seas rico, próspero, de éxito, etc.)
Cuando el hombre confía en lo dicho por Satanás, automáticamente está desconfiado de Dios, y de
lo bueno de los mandatos de Dios. El siguiente paso después de esto es una vida de contínua
desobediencia a Dios, con la convicción, (allí esta lo grabe), de estar haciendo lo correcto. Por eso
nos cuenta la Escritura:

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Génesis 3:6
“Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable
para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como
ella.”
Su confianza en las palabras de Satanás (qué es lo mismo que confiar en Satanás) le hizo ver cómo
bueno, agradable y codiciable lo que en realidad era todo lo contrario.
Toda la maldad, la injusticia, el dolor y el sufrimiento que los hombres experimentan se originaron
en este acto de desobediencia. Pero este acto de desobediencia fue la consecuencia normal de
desconfiar de Dios para confiar en Satanás.

III. TODO PECADO SE ORIGINA EN LA DESCONFIANZA HACIA


DIOS
Para la mayoría que la gente el pecado tiene que ver con hacer algo malo. Otros además de esto, creen
que el pecado es también dejar de hacer algo bueno. Otros un poco más cerca de la verdad identifican
el pecado como actos de desobediencia a los mandatos dados por Dios.
Sin embargo es importantísimo que entendamos que la Escritura nos muestra como el origen de toda
desobediencia a Dios es la falta de confianza en Dios. Los siguientes pasajes nos muestran la
gravedad de no confiar en Dios:
Juan 3:17-18
“17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo
por él. 18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no
ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.”
Hebreos 11:6
“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que
le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”
Hebreos 3:12
“Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse
del Dios vivo;”
El Señor Jesús dijo refiriéndose a la acción del Espíritu Santo:
Juan 16:8-9
“8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. 9 De pecado, por cuanto
no creen en mí;”
Para los hombres es muchísimo más fácil reconocer que actos de maldad o de desobediencia son pecado,
que reconocer que la falta de confianza en Dios es pecado.
En la Escritura encontramos ejemplos, como el del joven rico quien manifestó ser muy obediente a los
mandamientos de Dios pero no confío en Jesús. Por lo tanto si su actitud hacia Jesús no cambio toda
su obediencia a los mandamientos de Dios no le sirvió de nada, pues su falta de confianza lo condenará.
También en la Escritura encontramos las “obras muertas” que son todas aquellas cosas que los
hombres hacen, aun para Dios, pero sin confiar en Dios. Es necesario dejar de hacer estas obras
muertas para poder servir a Dios.
Hebreos 9:14
“¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a
Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?”
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IV. TODA DESOBEDIENCIA ES EVIDENCIA DE LA FALTA DE
CONFIANZA EN DIOS

Sin embargo aunque la evaluación que Dios hace del pecado está basada en la confianza o desconfianza
que el hombre tenga hacia él, también es cierto que toda desobediencia consciente a los
mandamientos de Dios es una evidencia de la falta de fe. Por lo tanto es pecado.
Santiago 2:17-18
“17 Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. 18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo
tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.”
También es pecado la falta de confianza que sentimos en medio de ciertas circunstancias a través
de las cuales Dios está probando nuestra fe. La dificultad para dar gracias es una evidencia de ello.
1 Tesalonicenses 5:18
“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”
Si no podemos dar gracias sintiéndonos agradecidos, debemos más bien pedir perdón por nuestra
falta de confianza.

V. LA IMPORTANCIA DE LA CONFESIÓN

Aunque hemos sido perdonados por Dios, la verdad es que no tenemos ni idea de cuánto nos ha
perdonado, porque no somos conscientes de cuán pecadores somos, lo cual nos impide en primer lugar,
apreciar la grandeza de su amor.
Lucas 7:47
“Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a
quien se le perdona poco, poco ama.”
Por otro lado esta falta de conciencia de cuán pecadores somos, también nos impide ser trasformados,
ya que el primer paso indispensable para poder mejorar, es el de reconocer nuestros errores. (Pecados)
Proverbios 28:13
“El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará
misericordia.”
Por eso es indispensable que cada vez que Dios nos muestre que hemos pecado (a través de su
palabra, los cristianos, o el Espíritu Santo) debemos pedirle perdón a Dios y a quien hayamos ofendido.
En ese orden.
1 Juan 1:9
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos
de toda maldad.”
¿Por qué es fiel y justo Dios? Es fiel porque cumple con su promesa de perdonar y es también justo
porque El ya pagó por eso.
Además promete limpiar de toda maldad. Por eso la confesión se convierte en el requisito
indispensable para trasformar nuestras vidas, proceso que se detiene cuando dejamos de confesar
nuestros pecados.
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VI. LAS DISCULPAS MÁS COMUNES

Génesis 3:7
“Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron
hojas de higuera, y se hicieron delantales.”
Al descubrir su pecado el hombre se inventa la religión, que está basada en lo que el hombre puede
hacer para cubrir o solucionar su pecado. Pero eso no es aceptado por Dios que en su misericordia
vemos que:
Génesis 3:21
“Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.”
Lo que el hombre hace por remediar su pecado es religión, lo que Cristo hace por solucionar el
pecado es el cristianismo.
Sin embargo el hombre es absolutamente consciente de su pecado.
Génesis 3:8-10
“8 Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se
escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. 9 Mas Jehová Dios llamó al
hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? 10 Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque
estaba desnudo; y me escondí.”
Dios confronta al hombre con su pecado y aparecen las disculpas.
Génesis 3:11-13
“11 Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé
no comieses? 12 Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo
comí. 13 Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente
me engañó, y comí.”
Por todo lo anterior el problema más grave que podemos tener con el pecado es el de no reconocerlo.
1 Juan 1:10
“Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.”
Aunque toda infracción a los principios de Dios contemplados en su palabra son pecado. La verdad
realmente es que, NO HACER LA VOLUNTAD DE DIOS ES PECADO. Lo cual va mucho más allá de
simplemente cumplir sus principios.
Es una necedad no confesar los pecados a Dios cuando EL ya los conoce. Sin embargo los hombres
no sólo no los confesamos, nos disculpamos de diferente manera y hasta llegamos a creer que en
realidad esos pecados no son pecados.
Algunas de las disculpas más comunes son:

A. CUANDO HAY IGNORANCIA.


Si usted mata a alguien con un revólver porque no sabía que estaba cargado; ¿Hay daño? ¿Hay culpa?
Si usted le da un remedio a alguien y lo intoxica y se muere, porque no era el adecuado y usted no lo sabía;
¿Hay daño? ¿Hay culpa?
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Hay culpa “involuntaria”, pero hay culpa. Que no es igual de grave a cuando hay culpa “voluntaria”, con
premeditación y alevosía, pero hay culpa. Entonces si hay culpa, es porque hubo daño y si hubo daño
tiene que haber pena. Y alguien tiene que pagar.
Números 15:27-29
“27 Si una persona pecare por yerro, ofrecerá una cabra de un año para expiación. 28 Y el sacerdote hará
expiación por la persona que haya pecado por yerro; cuando pecare por yerro delante de Jehová, la
reconciliará, y le será perdonado. 29 El nacido entre los hijos de Israel, y el extranjero que habitare entre
ellos, una misma ley tendréis para el que hiciere algo por yerro.”
Levítico 22:14 - Biblia Reina Valera 1960
“Y el que por yerro comiere cosa sagrada, añadirá a ella una quinta parte, y la dará al sacerdote con
la cosa sagrada.”
En otra versión dice:
Levítico 22:14 - Biblia Nueva Traducción Viviente
“Si una de esas personas come de las ofrendas sagradas sin darse cuenta, deberá pagarle al sacerdote
por lo que comió, más un veinte por ciento adicional.”
No solamente debía devolver lo que se comió, debía pagar un 20% más por su culpa.
También en el Nuevo Testamento dice con toda claridad que el siervo, que sin conocer la voluntad de Dios,
hizo cosas dignas de azotes, será azotado.
No nos engañemos, aun cuando hay ignorancia hay culpa. Es más, muchas veces pensamos, que
nuestra ignorancia es perdonada, porque teníamos buena intención. Y a veces así contestamos; “no
era mi intención”. Por supuesto, es bueno dar la aclaración, pero eso no nos disculpa.

B. CUANDO HAY BUENA INTENCIÓN.


El rey David tenía buena intención cuando quiso transportar el arca, pero lo hizo de acuerdo a lo que vio,
a la lógica del mundo, a lo que le pareció práctico. Y como consecuencia un amigo suyo murió. ¿Porque?
1 Crónicas 15:12-13
“12 y les dijo: Vosotros que sois los principales padres de las familias de los levitas, santificaos, vosotros y
vuestros hermanos, y pasad el arca de Jehová Dios de Israel al lugar que le he preparado; 13 pues por no
haberlo hecho así vosotros la primera vez, Jehová nuestro Dios nos quebrantó, por cuanto no le
buscamos según su ordenanza.”
¿De qué sirven nuestras buenas intenciones si no hacemos lo correcto o de la forma correcta?
Romanos 10:1-3
“1 Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación.
2 Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. 3 Porque

ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia
de Dios;”
Tienen buenas intenciones pero no están usando el método correcto para salvarse; por lo cual se
van a condenar.

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C. NO PUSE CUIDADO.
Pasa caminando por al lado y lo pisa. El pisado reclama y el otro contesta, “es que no puse cuidado”
como si eso lo disculpara. Y peor aún, lo sigue haciendo, y sigue contestando igual; “es que no puse
cuidado”.
Pero si usted estacionando su automóvil choca a otro, porque no puso cuidado: ¿Quién paga el daño?
Pero creemos que con decir, “no fue intencional” el asunto quedará arreglado. Pero no, es más, si fuera
intencional, si el que nos está haciendo algo malo lo estuviera haciendo intencionalmente; ¿cuál sería
nuestra reacción? La Escritura dice del que hace el mal intencionalmente:
Números 15:30-31 - Biblia Reina Valera 1960
“30 Mas la persona que hiciere algo con soberbia, así el natural como el extranjero, ultraja a Jehová;
esa persona será cortada de en medio de su pueblo. 31 Por cuanto tuvo en poco la palabra de Jehová,
y menospreció su mandamiento, enteramente será cortada esa persona; su iniquidad caerá sobre ella.”
En otra versión bíblica dice:
Números 15:30-31 - Biblia Dios habla hoy
“30 Pero si una persona peca voluntariamente, ya sea israelita o extranjera, me ofende a mí. Por lo
tanto, esa persona será eliminada de entre su gente, 31 pues despreció mi palabra y no cumplió mis
órdenes; será eliminada del todo y cargará con su maldad.”

1. No ponemos cuidado a lo que hacemos.


Levítico 5: 3 - Biblia Dios habla hoy
“Si alguien toca alguna impureza humana, cualquier cosa que lo pueda dejar impuro, pero no se da
cuenta en ese momento, si después se da cuenta será culpable.”
Si usted pisa excremento con culpa o sin ella, igual queda oliendo feo.

2. No ponemos cuidado a lo que oímos.


1 Samuel 15:22
“Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca
a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar
atención que la grosura de los carneros.”
Aún a veces nos pasa que por estar pensando en lo que deseamos, malinterpretamos lo que nos
dicen acomodándolo a nuestro gusto.
Marcos 4:24-25
“24 Les dijo también: Mirad lo que oís; porque con la medida con que medís, os será medido, y aun se
os añadirá a vosotros los que oís. 25 Porque al que tiene, se le dará; y al que no tiene, aun lo que tiene
se le quitará.”
Mateo 12:42
“La reina del Sur se levantará en el juicio con esta generación, y la condenará; porque ella vino de los
fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y he aquí más que Salomón en este lugar.”
Jesús les reclama que la reina del Sur vino desde muy lejos para escuchar las palabras del rey
Salomón, sin embargo teniendo al Salvador delante de ellos, no lo estaban escuchando.

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Mateo 13:16-17
“16 Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen. 17 Porque de
cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que
oís, y no lo oyeron.”
¿Qué tanto apreciamos lo que Dios nos enseña a través de su palabra?; ¿Que tanto apreciamos
los mensajes que escuchamos en la iglesia?; ¿Qué tanto apreciamos los Estudios de la palabra
de Dios que recibimos? A veces pareciera que algunos no aprecian lo que están recibiendo, pues
continuamente y con gran facilidad se distraen.
Cuando por no poner cuidado a lo que hacemos y a lo que oímos, no hacemos las cosas bien, o
hacemos cosas que no debimos hacer, entonces estamos pecando.

D. SE ME OLVIDÓ.
Génesis 40:23
“Y el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que le olvidó.”
El copero se olvidó y José siguió en la cárcel, el pueblo se olvidó de Dios y buscó otros dioses.
¿Qué pasa cuando usted se olvida de pagar las cuentas de los servicios? ¿Qué pasa si no paga los
créditos con los bancos? ¿Qué pasa cuando olvida sus compromisos? ¿Qué pasa cuando se le
olvida amar a los demás?
Cuando aún por olvido no hacemos lo que debemos hacer hay daño, y si hay daño hay culpa.
Salmos 137:5-6
“5 Si me olvido de ti, oh Jerusalén, que mi mano derecha se olvide de cómo tocar el arpa. 6 Que la
lengua se me pegue al paladar si dejo de recordarte, si no hago de Jerusalén mi mayor alegría.”
En otras palabras, si me olvido debo ser castigado. Y los israelitas no se olvidaron de Jerusalén, y
allí están, y nunca más serán sacados de allí. Porque consideran a Jerusalén tan importante para
ellos que es su mayor alegría.
La verdad es que normalmente olvidamos lo que no consideramos importante. ¿Es nuestra relación
con Dios importante?
Salmos 50:22-23
“22 Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios, No sea que os despedace, y no haya quien os
libre. 23 El que sacrifica alabanza me honrará; Y al que ordenare su camino, Le mostraré la salvación
de Dios.”
Y como todo en nuestra vida debe ser hecho en el Señor, todo es importante y no hay disculpa para
olvidar nada.
Colosenses 3:23-24
“23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; 24 sabiendo
que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.”

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E. ÉL FUE PRIMERO.
Cuando decimos que el otro fue primero usamos esta disculpa de varias formas:
1. Justificando nuestra venganza.
Romanos 12:18-21
“18 Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. 19 No os
venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está:
Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. 20 Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de
comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su
cabeza. 21 No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.”
2. Justificando nuestra actuación.
Mateo 6:7-8
“7 Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería
serán oídos. 8 No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas
tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.”
¿Usted porque hizo eso? Y respondemos: “Fulano también lo hizo”

F. ES QUE ME MOLESTÓ.
Santiago 1:19-20
“19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para
airarse; 20 porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.”
Caín se molestó tanto que mató a su hermano porque su ofrenda no fue aceptada como la de Abel. Sin
embargo su molestia no justificó su pecado y por ello recibió la consecuencia. Lea Génesis 4:3-12

G. NO HAY QUE SER EXAGERADOS.


Aún a veces habiendo conocimiento somos capaces de decir cosas como; “A Dios no le importa”; “No
seamos tan legalistas”; “Exagerados”, etc. Y ante esta disculpa Dios dice:
Salmos 50:21
“Estas cosas hiciste, y yo he callado; Pensabas que de cierto sería yo como tú; Pero te reprenderé,
y las pondré delante de tus ojos.”
Dios no es como lo imaginamos, además nuestra ignorancia respecto de cómo es Él no nos
disculpa.

H. ES LA ÚLTIMA VEZ.
Pero entre más se comete un pecado, más adicción habrá al pecado, lo cual hará más difícil dejarlo, a
no ser que la disciplina de Dios nos ayude.
Salmos 119:67
“Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; Mas ahora guardo tu palabra.”

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I. ES QUE NO PUEDO DEJARLO.
Si eso crees, eso vivirás, pero si crees en lo que Dios dice en su palabra, entonces entenderás que
aunque realmente tú no puedes, Jesucristo en ti sí puede hacer esos cambios.
Juan 11:40
“Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?”
Filipenses 4:13
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”
Filipenses 2:13
“porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.”
Judas 1:24-25
“24 Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su
gloria con gran alegría, 25 al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y
potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.”
1 Juan 3:9
“Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece
en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.”

J. OTRAS
Seguramente habrá más de estas malas estrategias, escusas, porque no confesar nuestros pecados
es algo que daña grandemente nuestra vida espiritual. En cambio, el confesar los pecados y
apartarnos de ellos, va a traer grandes bendiciones a nuestra vida espiritual, pues éste es el proceso
normal.
Proverbios 28:13
“El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará
misericordia.”
1 Juan 1:9
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos
de toda maldad.”

VII. ¿COMO CONFESAR NUESTROS PECADOS?


A. De corazón. Lo cual quiere decir que no es un formalismo sino el resultado de un verdadero
reconocimiento de la ofensa y el daño que hemos hecho. También es bueno no minimizarlo para
tratar de hacerlo menos grave. No, al pecado hay que llamarlo como lo que es y no olvidar que se
origina en la falta de confianza en Dios lo cual por supuesto es muy ofensivo.
B. Haciendo restitución, si es necesario y si es posible.
C. Deseando no cometerlo más. Si no hay un deseo genuino de no cometerlo más, la confesión no
será válida.
D. Aceptando el perdón. La misma palabra que habla de mis pecados, habla también del perdón.

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VIII. RESULTADOS
A. PERDONANDO
Cuando de manera genuina hemos confesado y recibido el perdón de Dios, el resultado será que
también perdonaremos:
Mateo 6:12-15
“12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. 13 Y
no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos
los siglos. Amén. 14 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros
vuestro Padre celestial; 15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre
os perdonará vuestras ofensas.”
Marcos 11:25-26
“25 Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que
está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. 26 Porque si vosotros no perdonáis,
tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.”
Cuando no somos capaces de perdonar de corazón es simplemente porque no hemos confesado
genuinamente nuestros pecados y tampoco hemos recibido el perdón de Dios en nuestro corazón.
Esto nos impide perdonar.
Mateo 18:32-35
“32 Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me
rogaste. 33 ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de
ti? 34 Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. 35 Así
también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su
hermano sus ofensas.”

B. DEBEMOS PERDONAR COMO DIOS NOS PERDONA


1. Dios perdona cuantas veces la persona peque y se arrepienta.
Mateo 18:21-22
“21 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque
contra mí? ¿Hasta siete? 22 Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete”
2. Dios olvida.
No es cuento, cuando hay perdón, hay verdadero olvido, no hay que fingir olvidar... la frase “yo
perdono pero no olvido” es una confirmación de que cuando no hay perdón la gente se sigue
acordando de lo que le hicieron... y les afecta. El olvido viene porque hay paz en el corazón, cuando
no olvidamos, es porque no hemos perdonando genuinamente y el resentimiento que hay
guardado en nuestro corazón continuamente nos recuerda la falta o faltas cometidas, colocando
una actitud de rechazo en lugar de aceptación.
Jeremías 31:34
“Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque
todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque
perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.”
3. Dios restaura la relación.
Cuando el perdón es genuino, la relación entre dos personas que se han perdonado debe mejorar.

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IX. RECOMENDACIONES

A. Acepte el perdón de Dios por todos sus pecados, pasados, presentes, y futuros. (No porque esté
pensando cometerlos)
Si es necesario, si tiene dudas de que Dios no le haya perdonado algún pecado, confiésalos y acepte
el perdón de Dios, recuerde que la misma palabra de Dios que le muestra a usted que ha pecado, esa
misma palabra es la que le dice que Dios ya le ha perdonado.
B. Cada vez que cometa pecados, confiésalos a Dios. No haga listas largas.
C. Haga una lista de las personas que no ha perdonado y perdónelas.
Aunque la Escritura dice que debemos perdonar si nos piden perdón, delante de Dios hágalo así no
lo hagan. Esto mantendrá bien su corazón ante Dios y el día que le pidan perdón, si lo hacen,
será más fácil restaurar la relación.
D. Haga una lista de las personas que le gustaría que también tuvieran a Cristo en su vida, para
recibir su perdón y una nueva oportunidad para la vida. Ore por ellos y cuando tenga la
oportunidad invítelos, o compártales de Cristo.

X. ALGUNAS CONSIDERACIONES RESPECTO DEL PECADO

A. DIFERENCIA ENTRE PECAR, O PRACTICAR EL PECADO.


1 Juan 3: 7-9
“7 Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. 8 El que practica el pecado
es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para
deshacer las obras del diablo. 9 Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la
simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.”
Según el diccionario la palabra “practicar” significa “realizar de forma habitual o continuada
determinada acción o actividad.” ¿Qué es “practicar el pecado”? Pues es pecar de forma habitual y
contínua sin tener el más mínimo arrepentimiento por ello. Esto es lo que hacen los que no son hijos
de Dios.
Todos los cristianos pecamos, pero no practicamos el pecado, pues el pecado genera un estorbo
en nuestra comunión con Dios y no deseamos vivir así, por lo cual el verdadero cristiano desecha
el pecado y lo combate. Pero… ¿Qué pasa cuando el cristiano comete un pecado? Pues Dios nos
dice que debemos hacer en tal caso:
1 Juan 1:9
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos
de toda maldad.”
Si cometemos algún pecado, debemos confesarlo a Dios con verdadero arrepentimiento y Él nos perdonará
y nos limpiará de tal pecado.

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Como hemos estudiado antes, el cristiano puede llegar a cometer algún pecado y Dios lo perdona, pero
no tiene una licencia para pecar, pues si piensa así, el tal no es cristiano.
1 Juan 2:1
“1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado
tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 2 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y
no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.”
Así que una cosa es pecar y después de pecar a arrepentirse y pedir perdón con el deseo de no volver a
pecar y otra muy diferente es pecar conscientes de que estamos pecando y con la intención de no
cambiar. Eso es practicar el pecado. Y según estos versos el que practica el pecado es del diablo
por lo tanto no ha nacido espiritualmente. Su fe en Jesucristo es falsa, no ha recibido la justificación
y si muere irá a condenación.

B. PECADO DE MUERTE.
1 Juan 5:16-17
“16 Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto
es para los que cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo
que se pida. 17 Toda injusticia es pecado; pero hay pecado no de muerte.”
El pecado de muerte es aquel pecado por el cual Dios disciplina con la muerte física. En estos casos
el creyente no pierde su salvación (esta no se puede perder) sin embargo la decisión de Dios de
disciplinar con la muerte física puede tener varias posibles razones.
1. Es la forma en que Dios muestra a su iglesia lo grave del pecado.
2. Es la forma en que Dios protege a su iglesia de la contaminación del pecado.
3. La forma en que Dios limpia su nombre en medio de la iglesia.
Ejemplos bíblicos:
1 Corintios 5:1-5
“1 De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los
gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre. 2 Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais
más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal
acción? 3 Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he
juzgado al que tal cosa ha hecho. 4 En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi
espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, 5 el tal sea entregado a Satanás para destrucción de
la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.”
Hechos 5:1-5, 11
“1 Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, 2 y sustrajo del precio,
sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los apóstoles. 3 Y dijo Pedro:
Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del
precio de la heredad? 4 Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por
qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. 5 Al oír Ananías estas
palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron.
11 Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas.”

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C. LA BLASFEMIA CONTRA EL ESPÍRITU SANTO.
Cuando se habla de pecado se toca un tema que merece su debida atención. Es muy importante traer luz
sobre este tema, pues se genera mucha confusión sobre todo cuando se habla del pecado imperdonable
que es la blasfemia contra el Espíritu Santo. Jesús dijo:
Marcos 3:28-30
“28 De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las
blasfemias cualesquiera que sean; 29 pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene
jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno. 30 Porque ellos habían dicho: Tiene espíritu
inmundo.”
Jesús afirmó lo siguiente:
1. Todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias cualesquiera
que sean.
2. Cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio
eterno.
Para comenzar debemos entender que es “blasfemar o blasfemia”. Básicamente “blasfemar o blasfemia”
es la acción de decir palabras o expresiones injuriosas contra alguien o algo sagrado.
Para profundizar un poco más en cuanto a qué es la blasfemia contra el Espíritu Santo veamos estos
detalles que nos da la Escritura en Mateo.
Mateo 12:31-32
“31 Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra
el Espíritu no les será perdonada. 32 A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre,
le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo
ni en el venidero.”
Según las palabras de Jesús en Mateo 12:31-32 el pecado que no será perdonado que nombra el verso
31 es “La blasfemia contra el Espíritu Santo” y el en verso 32 es “Hablar contra el Espíritu Santo”.
Como vemos en el verso 31 “nombra el pecado” y en el verso 32 “explica cómo se comete este pecado”.
Más adelante estaremos analizado más en detalle este pecado imperdonable, pero veamos antes el
contexto que nos dice.
Cuando Jesús está dando esta advertencia, ¿A quién les está hablando? Y la respuesta según el
contexto la advertencia está dirigida a los escribas y fariseos.
Marcos 3:22
“Pero los escribas que habían venido de Jerusalén decían que tenía a Beelzebú, y que por el príncipe
de los demonios echaba fuera los demonios.”
Mateo 12:24
“Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de
los demonios.”
Y la razón de la advertencia lo aclara la Escritura en el en el verso 30 de Marcos 3:
Marcos 3:30
“Porque ellos habían dicho: Tiene espíritu inmundo.”
Estos escribas y fariseos “estaban diciendo intencionalmente” que Jesús echaba los demonios de las
personas por el príncipe de los demonios llamado Beelzebú, que en definitiva se refiere al mismo Satanás.
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Sin embargo la Escritura afirma claramente que Jesús hacía todas las cosas por el Espíritu Santo
que estaba en él. Veamos algunas citas que afirman esto:
Lucas 3:21-22 El Espíritu Santo desciende sobre Jesús.
“21 Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo
se abrió, 22 y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz
del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.”
Lucas 4:1 Jesús estaba lleno del Espíritu Santo.
“Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto”
Lucas 4:14-15 El poder del Espíritu Santo estaba en él.
“14 Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de
alrededor. 15 Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos.”
Mateo 12:15-18 Jesús sanaba a todos porque el Espíritu Santo estaba en él.
“15 Sabiendo esto Jesús, se apartó de allí; y le siguió mucha gente, y sanaba a todos, 16 y les encargaba
rigurosamente que no le descubriesen; 17 para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando
dijo: 18 He aquí mi siervo, a quien he escogido; Mi Amado, en quien se agrada mi alma; Pondré mi
Espíritu sobre él, Y a los gentiles anunciará juicio.”
Colosenses 2:9 La plenitud de Dios estaba en él porque él es Dios.
“Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad”
Como vemos claramente Jesús estaba totalmente lleno de la presencia y el poder del Espíritu Santo.
Por esta razón Jesús da tan dura advertencia a los escribas y fariseos del pecado imperdonable.
En definitiva ¿Qué es la blasfemia contra el Espíritu Santo?
La blasfemia contra el Espíritu Santo es hablar intencionalmente atribuyendo a Satanás las obras
del Espíritu Santo.
Aclaración: Blasfemar no es lo mismo que ofender al Espíritu Santo, porque ofendemos al Espíritu
Santo cuando le desobedecemos y lo contristamos y cuando hacemos cosas que no son la voluntad de
Dios y no escuchamos la voz del Espíritu Santo o si la escuchamos y aun así decidimos no obedecerle.
Esto es ofender al Espíritu Santo y todo esto es perdonado, pero la blasfemia contra el Espíritu
Santo no es perdonada nunca.
Veamos ahora algunas preguntas interesantes:
¿Puede un cristiano, nacido de nuevo, blasfemar contra el Espíritu Santo?
Un cristiano nacido de nuevo tiene al Espíritu Santo en su vida, por lo tanto es guiado por el Espíritu
Santo y a causa de ello nunca podrá blasfemar contra el Espíritu Santo que lo dirige.
Romanos 5:5
“y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones
por el Espíritu Santo que nos fue dado.”
1 Corintios 2:12
“Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que
sepamos lo que Dios nos ha concedido,”
2 Timoteo 1:14
“Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros.”

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Efesios 1:13
“En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y
habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,”
Romanos 8:9
“Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en
vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.”
1 Corintios 3:16
“¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?”
1 Corintios 6:17
“Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él.”
1 Juan 4:13
“En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu.”
1 Corintios 12:13
“Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean
esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.”
Romanos 8:14
“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.”
1 Corintios 12:3
“Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y
nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.”

¿Puede un inconverso blasfemar contra el Espíritu Santo y después convertirse a Dios y ser salvo?
Si el inconverso nunca fue expuesto al evangelio de salvación, no sabe quién es realmente Jesús y mucho
menos el Espíritu Santo, es difícilmente probable que blasfeme contra el Espíritu Santo y lo más seguro es
que cometa una ignorancia y no una blasfemia.
Ahora si el inconverso fue expuesto al Evangelio de Cristo y habiendo escuchado el mensaje de salvación
blasfemare contra el Espíritu Santo, este pecado no tiene perdón de Dios, por lo tanto se condenará.
Hebreos 10:26-29
“26 Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad,
ya no queda más sacrificio por los pecados, 27 sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor
de fuego que ha de devorar a los adversarios. 28 El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos
o de tres testigos muere irremisiblemente. 29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que
pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e
hiciere afrenta al Espíritu de gracia?”
Hay personas que pueden recabar muchísima información sobre el cristianismo, pero como no creen,
nunca nacen de nuevo, y estas son generalmente las personas que pueden tener por inmunda la
sangre de Cristo, pisotear al Hijo de Dios y blasfemar contra el Espíritu Santo en cualquier momento
de sus vidas.

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