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Contenido

1 ¿Que son los seminarios de vida en el Espíritu? .................................................................................... 3


2 ¿Qué no son los seminarios de vida en el Espíritu? .............................................................................. 3
3 Etapas ............................................................................................................................................................ 3
4 Metodología .................................................................................................................................................. 6
5 Modalidades .................................................................................................................................................. 7
6 Temática ........................................................................................................................................................ 8
6.1 Tema 1: Introductorio. ............................................................................................................................ 8
6.2 Tema 2: El amor de Dios ....................................................................................................................... 13
6.3 Tema 3: El Pecado y la Salvación .......................................................................................................... 15
6.4 Tema 4: Vida Nueva .............................................................................................................................. 21
6.4.1 EL HOMBRE VIEJO Y EL HOMBRE NUEVO ....................................................................... 23
6.4.2 LA LEY PERFECTA DE LA LIBERTAD ................................................................................. 23
6.5 Tema 5: Fe y Conversión ....................................................................................................................... 26
6.6 Tema 6: Acto Penitencial. ..................................................................................................................... 30
6.7 Tema 7: Don de Dios ............................................................................................................................. 32
6.8 Tema 8: Efusión del Espíritu Santo ....................................................................................................... 38
6.9 CRECIMIENTO: ...................................................................................................................................... 46
6.9.1 EL RIN DE LA VIDA CRISTIANA ...................................................................................................... 46
6.9.2 LA TRANSFORMACION EN CRISTO ................................................................................................ 52
6.9.3 LA VIRGEN MARIA, MADRE DE DIOS............................................................................................. 55

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1 ¿Que son los seminarios de vida en el Espíritu?
El Seminario de Vida en el Espíritu es una experiencia de evangelización. En él se proclama
el amor de Dios, se anuncia de modo claro e inequívoco a Jesús y se invita a los cristianos a
llevar una vida nueva, dinamizada por la presencia del Espíritu Santo. El Seminario de Vida
en el Espíritu pretende que los cristianos puedan vivir plenamente la vida abundante que da
Jesús (Jn 10,10).

Se suele denominar “vida en el Espíritu” a la vida cristiana para aludir el papel fundamental
que en ella desempeña el Espíritu Santo, y para indicar que quienes tratan de vivirla ya no
pueden transitar por las rutas del pecado y de la carne, sino por las de la gracia y de la
justicia. En esta experiencia espiritual ocupan un lugar primordial “el bautismo en el Espíritu
Santo”, llamado también “la efusión del Espíritu”, “La liberación del Espíritu” o la “Renovación
en el Espíritu”, que es como un darse cuenta de la extraordinaria gracia que Dios hace al
hombre, al querer vivir en nuestros corazones como en su templo, entrega libre que el
hombre hace para que sea Dios quien le guíe y le conduzca en todo, y respuesta que da
Dios al derramar su amor en nuestros corazones y al renovarnos cada día, haciéndonos
crecer en su gracia y en su conocimiento.

El seminario de vida en el Espíritu desea lograr que cada cristiano viva la vida abundante
mediante la presentación y la vivencia de los siguientes objetivos:

1. El descubrimiento progresivo de Dios.


2. La aceptación personal de Jesucristo.
3. La apertura a la acción carismática del Espíritu Santo.
4. El compromiso del cristiano con el hombre y con el mundo.
5. La formación de la comunidad cristiana.

2 ¿Qué no son los seminarios de vida en el Espíritu?


1. No son jornadas de catequesis o de crecimiento en la fe
2. Aunque se comunican las verdades esenciales de la fe, no son cursos teológicos
3. Aunque provocan experiencias de conversión y de liberación, no son retiros de sanación
4. Aunque se invoca permanentemente al Espíritu Santo, no son talleres de oración.

3 Etapas
I.- ETAPA PRE SEMINARIO

1. PLANIFICACIÓN
 Presentar al Párroco la intención de realizar un SIVE en determinada fecha, para
contar con su apoyo, presencia y motivación de las persona de su parte al SIVE.
 Organizar los diferentes equipos de trabajo por carismas o los llamados ministerios en
algunos países y entre ellos hablamos de:
 Acogida  Animación
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 Predica y
Testimonios
 Oración
 Música
 Decoración
 Liturgia
 Recursos
 Movilización

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2. EVANGELIZACIÒN
 Promover un Plan de Evangelización continúa (a tiempo y a destiempo y aun con
contratiempo), sistematizada en los diferentes ambientes (trabajo, parques,
instituciones educativas, familia, velorios, cumpleaños, etc.)
 EVANGELIZADORES CON ESPIRITU
 Pastoreo de los Evangelizados.
 Publicidad del SIVE a través de todos los medios posibles (hojas volantes,
poster, mantas, radio, TV, Internet, perifoneo, visiteo casa a casa e invitación,
tomarle el número de teléfono para llamarles, etc.)
3. ORGANIZACIÒN DE SEMINARIO
 Con profunda Oración, Ayuno, Confesión para lograr los mejores frutos.
 Realizar el Programa del SIVE manteniendo el esquema del anuncio del
Kerigma.

Nota: Incluir los temas del Kerigma:


 Amor de Dios,
 Pecado y Salvación,
 Fe y conversión,
 Vida nueva o Señorío de Jesús,
 Promesa del Espíritu Santo (frutos, carismas),
 Crecimiento Espiritual (Formación en Comunidad)
 Transformación en Cristo (Ser Otro Cristo)

 Otros temas como Virgen María, Sacramentos, Catecismo de la Iglesia, La RCC,


objetivos del ICCRS etc. Son formativos y se dejan para retiros de crecimiento
posterior.
 Asignación de responsabilidades: Charlistas, Ministerios de intercesión, Música,
Logística, decoración, correo del ES entre otros.

4 Preparación espiritual de los Servidores con:


 confesión,
 oración continua,
 sacrificios de amor,
 tiempo de oración con Jesús eucaristía de ser posible

II.
ETAPA DURANTE SIVE
DESARROLLO DEL SIVE
Puntualidad del Equipo Organizador.
Salón decorado lo mejor posible.
Realizar inscripciones para que queden registrados los Hermanos y sus datos
principales para facilitar su seguimiento.
 Permanencia del equipo de servidores durante el retiro con amor y entrega.
 Desarrollo del programa previsto.

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 Tener lista la organización de los grupos de compartir después de cada
predicación para fortalecer el tema, conocer a los hermanos nuevos y permitirles
un espacio de desarrollo, de dialogo
 Acto penitencial. (Buscar el apoyo de los sacerdotes)
 Momento de Efusión del ES. El bautismo en el E.S. es una gracia que:
- Renueva y actualiza las gracias ya recibidas.
- Libera de obstáculos cadenas y ataduras
- Es un principio de vida nueva
- Fuente de dones carismas y frutos
- Es el inicio de un nuevo caminar (grupos de oración)
 Oración continúa a lo largo de todo el SIVE.
 SIRVIENDO CON AMOR Y HUMILDAD

III. ETAPA POST SIVE

 FORMACIÒN DE NUEVOS GRUPOS DE ORACIÒN O INSERCION DE LOS


PARTICIPANTES A LOS GRUPOS YA EXITENTES.

 Los pastores o responsables asignados a cada GO deberán formar a los


hermanos en los diferentes Carismas, así como también se darán un programa
esquematizado con temas esenciales como: Sagradas Escrituras, Eclesiología,
Oración, Renovación Carismática Católica, La Vida en Comunidad.

 PERSEVERANCIA EN LOS CURSOS DE CRECIMIENTOS.

4 Metodología
El propósito del Seminario de la Vida en el Espíritu es suscitar una experiencia
de Dios Padre que ama, de Jesucristo que salva, y del espíritu santo que
transforma al ser humano. La manera como el señor ha inspirado a los
creadores de este seminario para lograr este objetivo es a través de:

1. Impartir temas sobre el anuncio de la salvación, de manera clara y sencilla.


2. Compartir en pequeños grupos sobre los textos bíblicos que fundamentan los
temas que se imparten.

3. Dar testimonios, bien seleccionados, de personas que han experimentado una


fuerte transformación en su vida, por escuchar el evangelio.

4. Dedicar momentos personalizados de oración para los participantes del


seminario.

5. Suscitar el deseo de los participantes para vivir una profunda reconciliación


sacramental, y vincularse de una manera activa a la vida eclesial.

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Por eso, la metodología de los Seminarios de Vida en el Espíritu debe estar
atenta a facilitar el encuentro personal de los participantes con Dios, y la
participación grupal, de modo que derriben barreras personales y se abran para
descubrir la acción de Dios en la acción evangelizadora de la iglesia,
representada en el equipo de trabajo. Una detallada y muy bien elaborada
descripción de lo que ha de ser la metodología de los Seminarios de Vida en el
Espíritu se halla en: “Los Seminarios de Vida en el Espíritu, manual del equipo”.
Comunidad la palabra de Dios, Ann Arbor, Michigan. U.S.A. Servant books,
Michigan, 1984.

“Cómo dar los Seminarios de vida en el Espíritu. Metodología”. P. Diego


Jaramillo Cuartas, Corporación Centro Carismático Minuto de Dios. Bogotá,
Colombia, 2011.

5 Modalidades
1.-Modalidad de las siete semanas: el seminario se desarrolla durante siete u
ocho semanas (si se deja el primer encuentro exclusivamente para la
introducción). Por lo general se realiza en sesiones nocturnas, semanales, de
dos horas cada una. Esta modalidad privilegia los grupos pequeños, el
seguimiento personalizado de cada uno de los participantes, para que haya una
mayor asimilación de los contenidos, y tiene la opción de hacer ponerse al día
de aquellos que por un motivo u otro, se han perdido de algunos de los temas.

2.-Modalidad del fin de semana: el seminario se realiza durante un fin de


semana, ya sea interno, o semi-interno, en un ambiente de retiro. Esta
modalidad privilegia una experiencia continua e impactante para los asistentes.
Es más flexible para el número de participantes, puede ser para grupos
pequeños o grupos grandes. Se recomienda que se realicen completas las
jornadas de sábado y domingo, y cuando se pueda, aprovechar el viernes en la
noche para hacer la introducción.

3.-Modalidad de la semana: es menos recomendable, pero podría funcionar para


casos especiales de experiencias misioneras parroquiales. Consiste en reunir a
los participantes durante toda una semana, en las noches, para compartir, de
manera intensiva, el contenido y las vivencias del seminario. Esto requiere
asegurar por lo menos siete jornadas ininterrumpidas de trabajo.

La debilidad de esta modalidad es que existe el peligro de perder la ventaja de


asimilación que ofrece la primera modalidad, o la ventaja de una impactante
experiencia que ofrece la segunda modalidad.

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6 Temática
6.1 Tema 1: Introductorio.
BIENVENIDA A LOS HERMANOS:

¿Qué es un SVE?

SVE no es un retiro, propiamente lo que se llama un retiro, SVE es una serie de


conferencias, charlas que nos ayudan a tomar conciencia sobre una verdad
determinada, nos ayudan a mejorar nuestras vidas, SVE es un evento en que las
charlas, conferencias y predicas están encaminadas nos ayudan a vivir la vida en el
Espíritu, el Espíritu de Dios va tomar conciencia de una vida espiritual.

En esta charla introductoria todo lo que acontece alrededor viene de Dios, porque
para eso han venido, ustedes van a tener tentaciones, satanás va a tratar de sacar
a alguien, satanás va a tratar de tocar sus partes más débiles, el enemigo va a
tratar de conquistar, deben de hacer un esfuerzo por estar hasta el final del SVE,
requiere de un esfuerzo de nuestra parte

1. Un estilo de vida donde el centro de vida soy YO es el centro (casa, carro,


deporte, estudio, licor, familia,) personas que no quieren a Dios para nada Dios,
Dios es un estorbo, y creen que estar en eso, es para los incultos, los que no
tenían formación, que viven en la pobreza, como pensaba San Agustín, prisionero
de su arrogancia, era una persona sumamente inteligente pensaba que no
necesitaba de Dios, hasta que tuvo un encuentro con Dios, después lloraba
diciendo que tarde te conocí Señor, había sido preso de su arrogancia que existía
en su corazón.

2. En el mundo moderno o desarrollado El número de personas q no creen en Dios,


buscan estar bien consigo misma, Otro estilo de vida es donde tienen a Dios
como una alternativa, el YO sigue siendo el centro, ( la casa el carro, deportes y
Dios) Dios no es relevante solo cuando tiene problemas y acuden a El cuando
tienen problemas, expresan su fe solo cuando van al templo, cuando van al grupo
de oración, sin que alcancen un tipo de madurez sin que haya un proceso de
crecimiento es una persona conformista. Muchos de nosotros estamos
representados en ese estilo de vida y nos cuesta creerlo. Dios es una alternativa,
como una cuenta bancaria cuando tengo problema voy al banco, expresan su fe

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sólo cuando van al templo, Buscan sentirse bien consigo mismo. No han tomado el
camino correcto

Ej. Si yo quiero salir de una isla a Managua, necesito conocer los medios
necesarios para hacerlo. Si quieres madurar en la fe necesitas conocer los medios
necesarios para hacerlo y aferrarte a ellos.
3. Tercer estilo de vida. El yo no es el centro, el centro es Dios, El domina la
existencia, aparece el YO al margen, cuando es así, todo funciona bien, el
propósito de los SVE es sacarte a ti de ese centro, de ese estilo de vida y que
reconozcas el amor a Dios sobre todas las cosas, SVE tiene como propósito que tu
llegues a amar a Dios sobre todas las cosa y al prójimo como a ti mismo, Dios debe
ocupar el lugar más importante en la vida, los razonamientos no los hagas solo con
la mente sino con el corazón, descubrir las cosas ocultas que no habías
descubierto.

 Se van a proclamar, dar a conocer las verdades fundamentales, columnas en las q


se fundamenta nuestra fe, es necesario que descubras, despiertes, reconozcas
algunas cosas que estaban ocultas, para ti.

1. Dios te ama
2. Somos pecadores
3. Jesús es la solución
4. Fe y conversión
Don de Dios, bautismo en el ES, desbordado del amor del ES

1ª VERDAD: DIOS NOS AMA: El quiere que nuestra vida sea plena y feliz. Nos
dice el
Señor en Juan 10:10: "YO VINE PARA QUE ELLOS PUEDAN TENER VIDA Y LA
TENGAN EN ABUNDANCIA

2ª VERDAD: SOMOS PECADORES. Una persona es pecadora y por el pecado se


separa de Dios y no puede conocer su amor ni menos compartirlo.

3ª VERDAD: JESÚS VINO A SALVARNOS. Ese cambio de vida que necesitamos


se realiza en nosotros a través de Cristo. Dios nos ama tanto envió a su HIJO para
rescatarnos y hacernos nuevamente sus Hijos e hijas

4: TIENES QUE ACEPTAR A JESUCRISTO EN TU VIDA COMO SEÑOR Y


SALVADOR Y ENTONCES RECIBIRÁS EL REGALO DEL ESPÍRITU SANTO QUE
NOS DA EL PODER DE VIVIR ESTA VIDA NUEVA. Aceptar a Cristo en nuestras
vidas es más que creer que El es Dios y que murió por la humanidad, y más que
hacer buenas obras y seguir su enseñanza moral: significa entrar en una relación
personal con El en la que recibimos su amor y le damos nuestra vida.
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El SVE es el primer paso que caracteriza a la experiencia de la Renovación, y
consiste en lograr un encuentro personal con Jesús vivo y resucitado, lo que llevará
a una fuerte y clara adhesión a Él

El SVE es una experiencia de evangelización. En él se proclama el amor de Dios,


se anuncia de modo claro e inequívoco a Jesús y se invita a los cristianos a llevar
una vida nueva, dinamizada por la presencia del Espíritu Santo. El SVE pretende
que los cristianos puedan vivir plenamente la vida abundante que da Jesús (Jn
10,10).

Se suele denominar “vida en el Espíritu” a la vida cristiana para indicar el papel


fundamental que en ella desempeña el Espíritu Santo, y para indicar que quienes
tratan de vivirla ya no pueden transitar por las rutas del pecado y de la carne, sino
por las de la gracia y de la justicia. En esta experiencia espiritual ocupan un lugar
primordial “el bautismo en el Espíritu Santo”, llamado también “la efusión del
Espíritu”, “La liberación del Espíritu” o la “Renovación en el Espíritu”, que es como
un darse cuenta de la extraordinaria gracia que Dios hace al hombre, al querer vivir
en nuestros corazones como en su templo, entrega libre que el hombre hace para
que sea Dios quien le guíe y le conduzca en todo, y respuesta que da Dios al
derramar su amor en nuestros corazones y al renovarnos cada día, haciéndonos
crecer en su gracia y en su conocimiento.

“Jesucristo murió, resucitó y fue glorificado por el Padre en el cielo, y Él nos envía
el Espíritu Santo para liberarnos de nuestro pecado y suprimir sus consecuencias,
permitiéndonos así vivir la verdadera vida de hijos de Dios”.

Historia de la Renovación Carismática

La Renovación Carismática Católica nace 1967, cuando un grupo de estudiantes y


dos profesores laicos de la Universidad de Duquesne, en Estados Unidos,
decidieron orar juntos para pedir el bautismo en el Espíritu Santo.

En América Latina, Centroamérica y Estados Unidos (hermanos de habla hispana)


la Renovación Carismática ha tenido gran acogida, debido en parte a las
particulares características festivas y espontáneas.

Más que un movimiento de la iglesia, somos la iglesia en movimiento somos una


corriente de gracia que busca renovar la espiritualidad a través de la oración
comunitaria y multitudinaria. La Renovación Carismática Católica es una corriente
de gracia suscitada por el Espíritu Santo, reconocida como movimiento eclesial que
por medio del Bautismo en el Espíritu Santo lleva a un encuentro personal con
Jesús, para vivir la experiencia de la Cultura de Pentecostés.

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OBJETIVOS DE LA RCC

A. Transmitir y ayudar a que cada persona tenga una experiencia profunda del amor
personal e incondicional que Dios tiene para cada uno de sus hijos, porque es
nuestro Padre.
B. Promover una conversión personal, madura y continua a Jesucristo, Nuestro
Salvador, Señor y Mesías.
C. Propiciar una apertura decisiva hacia la persona del Espíritu Santo, su presencia y
su poder.
D. Fomentar la recepción y el uso de los dones y carismas del Espíritu Santo.
E. Animar la obra de la evangelización en el poder del Espíritu Santo.
F. Impulsar el crecimiento progresivo en santidad, con los Frutos y Virtudes del
Espíritu Santo.

Promueve con el poder del Espíritu Santo, la oración, la vida sacramental, el


testimonio de vida, y una formación permanente, que conduce a la conversión y a
la santidad, acogiéndose a la poderosa intercesión de María Santísima.

LA RCC EN NICARAGUA

La renovación carismática está presente en todo el país, a través de ciudades,


municipios, comarcas, barrios, dando vida a la iglesia a través de centenares
grupos de oración diseminados a lo largo y ancho del país.

La RCC nace en Nicaragua en 1972, y el gran protagonista es el ES. Y nace por la


oración constante de un grupo de personas que pedían que el movimiento existiese
en el país.

Ejes del Movimiento de la RCC

 Cristológico
 Mariológico
 Neumatológico. Movidos por el ES
 Obediente a la Jerarquía de la iglesia

Organización

En Nicaragua existe presencia de RCC en las diócesis de León, Estelí, Jinotega,


Juigalpa, Matagalpa, Granada, vicariato apostólico de Bluefields, hoy diócesis de
Siuna y en la arquidiócesis metropolitana de Managua, organizados en
comunidades eclesiales los cuales se componen por grupos de oración, que nos
hace multiplicarnos en miles de hermanos renovados por el ES.

Cada diócesis debe contar con un asesor espiritual que es nombrado por los
obispos responsables de las diócesis

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En Centroamérica existe un consejo centroamericano (CONCCACE) que está
integrado por el coordinador y asesor espiritual de la RCC de cada país
Centroamérica, cada dos años se realiza el Encuentro Carismático Católico
Centroamericano (ENCCACEN) el cual une a los líderes adultos y juveniles de los
países centroamericanos.

En Latinoamérica el Consejo Latinoamericano (CONCCLAT) se encuentra


integrado por los coordinadores y asesores espirituales de cada país miembro del
continente americano. Se realiza cada dos años el Encuentro Latinoamericano
(ECCLA) el cual se va rotando cada país. Estados Unidos Católicos de habla
hispana y Canadá.

A nivel internacional la RCC está representada a través del ICCRS con sede en
Roma.

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6.2 Tema 2: El amor de Dios
Introducción

Hay una de las grandes verdades del creyente, de toda persona que es la que nos
ayuda a mantener este vínculo y esta comunión con Dios, saber cuál es la intención
que tiene Dios para mi propia vida y va a marcar el horizonte de toda mi acción en los
acontecimientos que me toca desarrollar día a día, esta gran verdad es que Dios me ha
pensado y me ha querido para mi felicidad para que tenga una vida plena, una vida
feliz

Experimentar el amor personal e incondicional de Dios Padre.

a- Dios te ama de manera personal: Isaías 43,1 y 6; Jeremías 31,3 y Salmo 103,13.

Dios te ama de manera personal, conforme tu necesidad de ser amado. No te ama por
lo bueno que seas; te ama, porque El es tu Padre; eres su hijo, le perteneces.

El quiere lo mejor para ti, te llama por tu nombre. Te ama de manera personal,
individual, insustituible, no intercambiable por nadie.

Dios ama a todos los hombres y mujeres, pero también ama a cada uno de manera
personal, como cada uno necesita ser amado. Si tu fueras el único habitante de todo el
universo, Dios no podría amarte ya más de lo que, te ama, porque te ama con todo el
amor de un Dios Poderoso. Dios no nos ama por lo que nosotros hacemos, sino por lo
que Él es: "Cual la ternura de un padre para con sus hijos, así de tierno es Dios para
quienes le buscan." Sal. 103:13.

Estas palabras hoy te las dice el Señor: Tú eres mi hijo amado en quien tengo mis
complacencias.

El te llamó desde el vientre materno; es más, desde antes que tú nacieras, más aún
desde antes de la creación, El te eligió y hoy te dice: Te amo.

b- Dios te ama de manera incondicional, porque El es amor: 1 Juan 4,8.

Dios no te pone ninguna condición para amarte, El te ama porque El es amor. Y te ama
como eres: no importa lo que hayas sido o seas en el presente y ni tienes que
aparentar algo diferente a lo que eres. Te ama con tus cualidades y defectos; pero
tanto te ama que no te dejará así, sino que te dará vida nueva.

Te ama incondicionalmente como eres: hombre, mujer, joven, adulto, pobre, rico, culto,
ignorante, de ciudad o de campo, etc. Por lo que eres, no por lo que tienes o sabes
hacer: eres su hijo.

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¿Podría una madre olvidarse del hijo de sus entrañas? Pues yo de ti nunca me podré
olvidar." Is. 49:15.

Dios no te pone ninguna condición para amarte. El te ama precisamente como tú eres
en estos momentos:
.:.. No importa lo que haya sido o sea, en el presente: pecados, vicios, o defectos Dios
te ama Incondicionalmente, porque su amor no cambia. Incluso, todo fracaso, problema
y hasta pecado en tu vida es ahora una oportunidad para que experimente el amor de
Dios que es siempre fiel
.:. Dios que es todopoderoso y que hace todo lo que quiere con su fuerza y
omnipotencia hay algo, que no puede hacer - dejarte de amar. Hermano hoy déjate
amar por el Señor.

c- Dios tomo la iniciativa: Isaías 55,8-9.

Dios fue quien tomo la iniciativa: El nos amó primero. Y su amor es inmenso (no tiene
medida) y tiene un propósito maravilloso para ti. Tu vida puede ser llena de ese amor y
tomar otro sentido, pero no te presiona, pues respeta tu libertad.

Hemos dicho que su amor es incondicional, no obstante, lo único que te pide es que te
dejes amar por El.

Dios te ama, lo único que te pide es que creas en su amor, que creas en El, confíes en
su plan, más que en el tuyo. No se trata de que nosotros Intentemos llegar a EL, Es El
quien quiere llegar a nosotros.

No se trata de que nosotros lo alcancemos a El, sino de que nos dejemos alcanzar por
EL antes de que nosotros comenzáramos a buscarlo, El ya nos andaba buscando. El
tomó la Iniciativa.

¡Haz un alto, ahora! Y dile que quieres experimentar ese gran amor que tiene por ti:
déjate alcanzar, déjate abrazar, déjate amar por El. Antes que tú lo buscaras, El ya te
había encontrado.

Preguntas para el Pastoreo:

¿Qué concepto tienes de Dios?, ¿Crees que Dios te ama?, ¿Lo has experimentado en
tu vida?

Experiencia del amor personal e incondicional de Dios

Se hace una oración de sanación de recuerdos implorando el amor de Dios sobre esos
vacío y hueco en cada etapa de la vida.

Juan 3, 16 El amor de Dios no tiene fronteras.

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6.3 Tema 3: El Pecado y la Salvación
Objetivo: Alcanzar el convencimiento del pecado que nos separa de Dios y reconocer a
Jesucristo como única solución.

Romanos 3, 23 Por que todos pecaron, todos están privados de la manifestación de


Dios.

Lo que impide que en nuestro mundo se manifieste el amor de Dios y se realice su plan
de felicidad, paz y unión se llama PECADO. El pecado es la causa de todos los males
que aquejan a la humanidad.

Dios ha hecho caer un diluvio de amor sobre nosotros, pero nosotros estamos bajo un
cristal irrompible, que no nos permite ver llover; pero nosotros no nos mojamos en el
Agua Viva del Amor de Dios. El pecado es ese impedimento que no nos permite
experimentar el amor de Dios.

Concupiscencia: Es la naturaleza humana de la inclinación al mal.

Desde que en el paraíso Satanás engañó a nuestros primeros padres haciéndoles


creer que por sus propias fuerzas podían alcanzar su felicidad y realización humana
comenzó todo el desastre en que vivimos:

El problema que tenemos es que somos pecadores y por tanto, estamos alejados del
amor de Dios.

Lo peor es que no podemos evitarlo, porque el pecado no es algo que podamos


impedir que entre a nosotros, sino algo que sale del fondo de nuestro propio ser;
Mateo 9, 2 – 8 Allí le llevaron un paralítico, tendido en una camilla. Al ver Jesús la fe
de esos hombres, dijo al paralítico: «¡Animo, hijo; tus pecados quedan perdonados!”»
Algunos maestros de la ley pensaron: « ¡Qué manera de burlarse de Dios!» Pero
Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: « ¿Por qué piensan mal? ¿Qué es más
fácil: decir “Quedan perdonados tus pecados” o “Levántate y anda”? Sepan, pues que
el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados.» Entonces dijo
al paralítico: «Levántate, toma tu camilla y vete a casa,» Y el paralítico se levantó y se
fue a su casa. La gente, al ver esto, quedó muy impresionada y alabó a Dios por haber
dado tal poder a los hombres.

La libertad nuestra cuesta algo. Jesús tuvo que morir para que vivamos. Dios nos
amó tanto que mando a su Hijo, quién murió voluntariamente por nosotros,
escuchemos lo que el apóstol Pablo nos dice:

Romanos 5; 6 – 8 Fíjense cómo Cristo murió por los pecadores, cuando llegó el
momento, en un tiempo en que no servíamos para nada. Difícilmente aceptaríamos
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morir por una persona buena; tratándose de una persona muy buena, tal vez alguien se
atrevería a sacrificar su vida. Pero Dios dejó constancia del amor que nos tiene: Cristo
murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores. ¡Que prueba más grande de
amor de Dios por nosotros!

Fuimos hechos por y para el amor. Sin embargo nuestro problema comienza cuando
nos alejamos de la fuente del amor, para seguir nuestros propios caminos.

Quien se aparta de la vida, no puede encontrar sino muerte. La peor enfermedad del
hombre se llama pecado, porque todo el que comete pecado es un esclavo (Juan 8,34),
cuya consecuencia lógica es la muerte (Rom 6,23), ya que todo aquel que siembra en
la carne, cosecha, corrupción y muerte (Gál 6,7).

El pecado es como una coraza que no nos permite experimentar el amor de Dios.
Básicamente consiste en creernos más a nosotros mismos y nuestros medios, que a
los caminos de Dios.

Es una rebeldía que nos lleva a independizarnos de Dios, y por tanto a no experimentar
su amor salvífico, pues nos separa de los demás y divide nuestro interior.

Más que hacer cosas malas o prohibidas, se trata de una actitud de rebeldía frente a
Dios, alejándonos de su presencia y de sus caminos. “Porque todos pecaron y están
privados de la gloria de Dios" (Rom 3,23).

En cuanto a Adán y Eva, que nos representan a cada uno de nosotros, se alejaron de
Dios, experimentaron su desnudez y fueron expulsados del paraíso, que simboliza la
felicidad a la cual Dios nos había llamado. El pecado es el origen de todos los males
que aquejan a la humanidad.

NO PODEMOS SALVARNOS POR NOSOTROS MISMOS.

No podemos salvarnos por nuestras propias posibilidades y obras buenas. Nadie se


puede justificar por sí mismo. Se trata de una sombra, de la cual es imposible
separarse por las fuerzas humanas.

El ser humano está profundamente incapacitado para alcanzar la vida eterna. Herido
por el pecado, no puede retornar al paraíso perdido. El hombre no se puede redimir por
sus propios medios.

El pecado es un gran obstáculo, pero el peor problema es no admitirlo. Quien no lo


admite, no puede experimentar el perdón.

Pero el que lo reconoce, se dispone a recibir la salvación, como lo podemos ver en


estos dos casos del evangelio.

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Un fariseo y un publicano subieron al templo a orar. El fariseo, puesto de pie al frente,
comenzó a jactarse de todas sus buenas obras, declarándose mejor que el publicano
que estaba arrodillado en la parte posterior del templo, el cual se confesaba pecador y
solicitaba la clemencia divina. Jesús afirmaba que éste, y no el fariseo que no sólo se
sentía bueno sino mejor que el otro, fue justificado por Dios.

El ladrón crucificado al lado izquierdo de Jesús quería su salvación, pero en ningún


momento reconoció su pecado. Se quería aprovechar de Jesús, pero sin aceptar que
era pecador y merecedor de la muerte.

No se trata de sentirse acusado de los pecados cometidos, sino de tener la absoluta


conciencia de la propia incapacidad para salvarse. Los hechos muestran la verdad de
lo que decimos.

No hay peor cosa que caminar sin avanzar, y esas son las sendas de la perdición. Son
laberintos sin salida, que cuanto más buscas, más te desesperas y te hundes en las
arenas movedizas de tus propias limitaciones. Qué razón tiene Dios cuando se queja:
"Me han abandonado a mí, la fuente de agua viva para excavarse, pozos agrietados
que no retienen agua" (Jer. 2,13).

Cada día estoy más maravillado de lo que el Espíritu Santo puede hacer en nuestras
vidas, por el poder de la sangre preciosa de nuestro Señor Jesucristo. El Señor se
manifiesta en múltiple formas cuando decidimos ponernos en sus manos.

Nuestro Dios se muestra maravilloso con los pecadores que están dispuestos no a
pagar por su pecado, sino que se abren para ser perdonados por el amor infinito de
Dios.

El pecado es el origen de todos los males que aquejan al mundo. Sin embargo el
principal problema es no reconocerlo, porque entonces no buscamos la salvación,
puesto que no creemos necesitarla. Por eso Jesús aclara a todos los que se creen
buenos:" Si fueseis ciegos, no tendríais culpa; pero ustedes dicen “vemos” y esa es la
prueba de sus pecados. (Jn 9,41).

Así como el hijo pródigo entró dentro de sí, reconoció el amor de su padre y decidió
regresar donde él, lo único que Dios está esperando es que reconozcamos nuestro
pecado, sin excusas ni justificaciones, para perdonárnoslo. Que simplemente le
digamos:

“Pequé contra ti y quiero regresar otra vez a tu casa:..".

Quien se reconoce necesitado de salvación está a la puerta de encontrarla. Así como


sólo se puede encender una vela si está apagada, así también sólo puede brillar la luz
de la salvación en quien reconoce que está en la oscuridad del pecado y que necesita
esa luz.

17
Para concluir, diríamos que sólo hay un pecado que Dios no puede perdonar: el que
nosotros no reconocemos y queremos excusar, el pecado cuyo precio queremos pagar
nosotros mismos con una buena obra. El único pecado que Dios no perdona es aquel
del cual nosotros no le pedimos perdón.

Sólo basta confesarnos pecadores delante de Dios, para experimentar el perdón


salvífico. Aceptar que somos incapaces de salvarnos por nosotros mismos, y
entregarnos como estamos en las manos de Dios, que no quiere la muerte del pecador.

L A S A L V A C I O N E N C R I S T O J E S U S

Nuestro Dios sale al encuentro del hombre para redimirlo. Él está mucho más
interesado en salvarnos, que nosotros mismos.

Como ya entregó a su propio hijo, no está dispuesto a que se desaproveche su sangre


preciosa, y entonces busca al hombre para traerlo a la cruz de Cristo Jesús, donde ha
realizado, de una vez para siempre la salvación del hombre.

La causa del sufrimiento del mundo entero está en el corazón del hombre. La falta de
amor es origen de todos los problemas.

Jesús ha venido a salvar al hombre completo. Él es la única alternativa cuando las


puertas se cierran. Solo Él puede hacer lo que resulta imposible para los hombres.
Cuando alguien ha llegado al límite de sus posibilidades y ya no tiene solución su
problema, siempre queda una: La persona de Jesús.

El señor además de sanarnos del pecado nos da fuerzas para vencerlo. Cambia el
corazón del hombre y nos hace desear las cosas de arriba en vez de las de la tierra.

Si recurrimos con Fe a Él, él transforma nuestra vida, pues el vino para eso para que
tuviéramos vida y la tengamos en abundancia. Dios no quiere que sus hijos vivan
atados a las esclavitudes de este mundo. Para ello nos envía la fuerza del Espíritu
Santo, para que seamos en Él, más que vencedores en las batallas y luchas de este
mundo.

Como el hombre por su pecado era incapaz de retornar al paraíso perdido, Dios tomó
la iniciativa y vino al hombre: " Tanto amó Dios al mundo que dio a su único hijo, para
que quien crea en Él no perezca sino que tenga vida eterna." (Juan 3, 16)

Y lo más maravilloso es que no lo envió a los justos y buenos, sino a los que
estábamos enemistados con Él a causa de nuestro pecado: " El Hijo del hombre ha
venido a buscar lo que estaba perdido" (Lucas 19, 10).

Esta es la buena noticia para todos los hombres: tenemos un buen pastor, capaz de
dejar noventa y nueve ovejas e ir a buscar la oveja perdida.
18
Quien viene a Él, no es echado fuera, ni condenado, sino que obtendrá la luz de la
vida, porque Él es el camino, la verdad y la vida. En vez de castigarnos, ha pagado la
deuda que teníamos por motivos de nuestra rebeldía. Ahora ya estamos en paz con
Dios, pues nuestra cuenta fue saldada por la muerte y resurrección de Cristo Jesús. Él
pagó en la cruz el precio de nuestro pecado, y nos alcanzó el perdón de Dios por su
sangre preciosa. Por su muerte y resurrección, somos libres del pecado y de la muerte.
Ya no pesa ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús. Murió no solo por
ti, sino en vez de ti. El salario del pecado es la muerte (Romanos 6,23).

Jesús asumió esa muerte que cada uno de nosotros merecía por su pecado, pagando
con su propia vida.

Sin embargo, Jesús no fue enviado solamente a librarnos del nudo del pecado, sino
ante todo para comunicarnos la vida de Dios, para que viviéramos como hijos y
herederos de todas las bendiciones celestiales. “Yo he venido para que tengan vida y la
tengan en abundancia" (Juan 10,10).

Al tercer día Dios resucitó a Jesús de entre los muertos, para nunca más morir. ahora
como Pontífice soberano, ofrece su vida de resucitado a todos los que crean en Él. Ha
sido glorificado por Dios, lleno de Espíritu Santo y constituido Señor. Lleno de poder en
el cielo y en la tierra, para que a su Nombre se doble toda rodilla y se sometan las
potestades celestiales.

Jesús posibilita la salvación en cada ámbito de la vida humana. No existe una sola
persona que no pueda ser salvada. Su sangre preciosa alcanza para todas las
situaciones. Los tres casos siguientes del evangelio representan de alguna forma
diferentes necesidades de la humanidad.

En la mujer adúltera Jesús no le hace alusión de su pasado, tampoco la condena, ni


ella por su parte se siente condenada. Para ella hay un porvenir totalmente nuevo y
abierto: " Vete y no peques más”. Su perdón la capacita para nunca más pecar.

El Rico Zaqueo, que cambia su vida. Al que nada le faltaba excepto estatura, para el
llegó la salvación.

Le hizo ver que el hombre no puede satisfacerse con las riquezas de este mundo, que
hay otra cosa más trascendental que las cosa que podemos tocar o contar: El Reino de
los cielos. Zaqueo fue liberado de la codicia y comenzó a vivir en justicia y paz con
todos los demás.

El ladrón arrepentido, lo habían condenado por ladrón y asesino el mismo se


consideraba reo de muerte, pero recurrió a Jesús que estaba sufriendo el mismo
suplicio, y Jesús le dio la vida para siempre, le reconcilió con Dios para la vida eterna.

En conclusión, podemos proclamar la buena noticia de que hace dos mil años, gracias
a la muerte de Cristo Jesús, es posible experimentar la vida en abundancia. Sin
19
embargo, no se trata de una solución más, sino la única: " No hay salvación en ningún
otro, pues no se nos ha dado a los hombres ningún otro nombre debajo del cielo para
salvarnos" (hechos 4,12).

En la cruz dio su vida por nosotros y en su resurrección nos ha dado su vida a


nosotros. El misterio de nuestra salvación ha sido ya sellado hace más dos mil años en
el calvario y en la tumba vacía de las afueras de Jerusalén. Gracias a Él y por Él,
podemos vivir en la vida nueva de un hijo y de un heredero de Dios. A quienes
estábamos muertos nos repite: " Dios, rico en misericordia, por el inmenso con que nos
amo, nos dio vida juntamente con Cristo (pues habéis sido salvados por pura gracia)
cuando estábamos muertos por el pecado, nos resucitó y nos hizo sentar con Él en los
cielos con Cristo Jesús (efesios 2,4-6).

Hermano no te engañes creyendo en otras salvaciones, solamente Cristo es la


salvación y solamente a través de Él llegaremos al PADRE. No pierdas esta
oportunidad que Cristo mismo hoy te está brindando de llevarte al reino celestial.

Dios ya realizó lo que a Él le correspondía: posibilitar la salvación, que para nosotros


era humanamente imposible. Ahora nos corresponde a nosotros aceptar y responder a
esta propuesta divina. Así como en el camino por el desierto, cuando el pueblo de Dios
se vio atacado por las serpientes, Moisés labró una serpiente de bronce y la colocó en
un mástil, para que quien la viera, no muriera por la mordedura de las víboras, así
también quien acepta que Jesús Salvador ya pagó el precio de su redención, se
expone a los rayos de su salvación que dimanan de su muerte y su resurrección.

20
6.4 Tema 4: Vida Nueva
Objetivo: Presentar a Jesús, muerto resucitado y Glorificado como la única solución
para el mundo y para cada individuo, quien nos ofrece una vida nueva.

Efesios: 4, 22 – 24 22Se les pidió despojarse del hombre viejo al que sus pasiones van
destruyendo, pues así fue su conducta anterior 23y renovarse por el espíritu desde
dentro. 24Revístanse, pues, del hombre nuevo, el hombre según Dios que él crea en la
verdadera justicia y santidad.

Toda sabiduría perfecta que cambia al hombre, que le hace nuevo, que le convierte, es
un don que viene de lo alto (St. 1,17); y aquí estamos para recibir esa gracia, esa
sabiduría, y en definitiva el amor de Dios.

Y esto no solamente en la línea de perdonar tus pecados o llenar tus carencias e


impotencias, sino en la de experimentar una vida nueva que viene de lo alto, para ser
una criatura nueva.

JESÚS LLAMA A UNA VIDA NUEVA

La vida nueva que Jesús trae a los hombres es una renovación interior en la que el
hombre, debe despojarse de todo obstáculo para acercarse más a Dios.

Jesucristo es el Salvador. Para salvarse es necesaria una vida moral buena y una
ayuda divina. Jesús no expone su doctrina moral en el orden con que la estudiamos en
los libros. Sus enseñanzas surgen en discursos muy variados y como respuesta a
cuestiones que le plantean. A pesar de este modo de enseñar, su doctrina moral es
concreta y clara.

El encuentro con el llamado joven rico es muy significativo de la nueva moral cristiana:

«Cuando salía para ponerse en camino, vino uno corriendo y, arrodillado ante él, le
preguntó: Maestro bueno, ¿qué he de hacer para conseguir la vida eterna? Jesús le
dijo:

¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino uno, Dios: Ya conoces los
mandamientos, tu los cumples?

Él respondió: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi adolescencia. Y Jesús,


fijando en él su mirada, le dijo: Una cosa te falta: anda, vende cuanto tienes y dáselo a
los pobres, y tendrás un tesoro en el Cielo; luego ven y sígueme.
Pero él, con el rostro afligido por estas palabras, se marchó triste, pues tenía muchas
posesiones- (Mc. 10, 17-22).

21
2da. de Corintios 5; 17 17toda persona que está en Cristo en una creación nueva. Lo
antiguo ha pasado, lo nuevo ha llegado.

Por tanto hermano ya eres una nueva criatura, ya no debe importarte tu pasado, como
te lo dice el mismo Jesús hoy ha llegado la salvación a tu vida, la nueva vida ha llegado
para ti. Ya eres un hombre nuevo, ya no debe importante el pasado, hoy lo que importa
es que Cristo está con nosotros y nosotros con Él.

Fijémonos detenidamente en este diálogo. El joven pregunta: «Maestro bueno, ¿qué he


de hacer para alcanzar la vida eterna?». La pregunta es claramente moral. El joven
quiere saber qué acciones son buenas y conducen a la salvación.

JESÚS DA TRES RESPUESTAS A ESTA PREGUNTA:

1.ª ¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. En esta primera
respuesta indica que el único ser absolutamente bueno es Dios.

2.ª San Mateo dice en la segunda respuesta: «Si quieres entrar en la vida eterna
guarda los mandamientos» (Mt. 19, 17).

San Marcos es todavía más explícito: «Ya sabes los mandamientos: no matarás, no
adulterarás, no robarás, no levantarás falso testimonio, no harás daño a nadie, honra a
tu padre y a tu madre» (Mc. 10, 19).

Jesús hace referencia a los diez mandamientos revelados a Moisés, recogidos en el


Éxodo y en el Deuteronomio.

Estos mandamientos fueron revelados para que todos fácilmente y sin error pudieran
conocer el bien moral imprescindible.

Es de notar que Jesús hace referencia primero a los mandamientos que afectan al
prójimo, es decir, desde el cuarto al octavo, sin referirse a los más importantes que son
el primero, segundo y tercero, y los más interiores que son el noveno y el décimo.

Esto no es una ausencia, porque la mayor parte de la predicación de Jesús hace


referencia al amor de Dios y a la rectitud de corazón. Sin embargo, no hay amor de
Dios si hay ofensa al prójimo, y estos mandamientos marcan el mínimo imprescindible
en el amor a Dios.

3.ª La tercera parte es la más importante: «Si quieres ser perfecto ve, vende cuanto
tienes, dalo a los pobres y tendrás un tesoro en los cielos, y ven, y sígueme». (Mt. 19,
21).

San Marcos dice casi las mismas palabras con un añadido: «Una sola cosa te falta»
(Mc. 10, 21). Es el desprendimiento, la generosidad y el seguimiento de Jesús. Es
decir, la imitación más cercana posible de la vida de Jesús.
22
Es conocida la reacción de aquel joven, que se marchó triste porque era rico y estaba
apegado a sus riquezas.

EL SEGUIMIENTO DE JESÚS De un modo similar al del joven rico, Jesús llamó a sus
Apóstoles diciéndoles: -Sígueme.. Los evangelistas narran que «al instante dejaron las
redes y le siguieron». Así sucede tanto con los que eran pescadores, como en Mateo el
publicano y los demás.

¿En qué consiste este seguimiento? Todos los pasajes que hablan de «seguimiento»
indican una gran exigencia pues deberán: «abandonar todo» (Lc, 5, 11; Mc, 1, 18).

Por ejemplo: familia, casa, posesiones, dinero, riquezas. El «seguimiento» que Jesús
pide a los discípulos más próximos es de una entrega plena.

Esta entrega hará que sean introducidos en la intimidad del Maestro y vivan una vida
nueva.

El discípulo recibe esta llamada: «El que quiera venir en pos de Mí, niéguese a sí
mismo, tome su cruz y sígame» (Mc, 8, 34).

6.4.1 EL HOMBRE VIEJO Y EL HOMBRE NUEVO

La vida nueva que Jesús trae a los hombres es más que una doctrina moral, es una
renovación interior en la que el hombre debe despojarse de todo aquello que sea
obstáculo para acercarse más a Dios y al prójimo.

Se trata de una renovación espiritual, realizándose en el cristiano una -justicia y


santidad verdaderas.. Esta renovación requerirá lucha, oración, esfuerzo; pero se
realizará, ante todo, por la acción de la gracia de Dios en el alma.

Como insiste San Pablo a los colosenses, deberán «despojarse del hombre viejo y
revestirse del nuevo».

Revestirse del hombre nuevo será arrancar el mal que exista en la propia vida moral e
identificarse con Cristo, teniendo sus mismos sentimientos, conducta, pensamientos y
obras, dentro de lo posible: «No soy yo ya el que vivo, sino que vive en mi Cristo. (Gal.
2, 20).

6.4.2 LA LEY PERFECTA DE LA LIBERTAD

La liberación que nos trae el Evangelio de Jesús es profunda, total, definitiva, afecta al
hombre en su propio corazón.
Cristo vino a anunciar los mandamientos que liberan: sed pobres, sed pacíficos, sed
misericordiosos, sed limpios de corazón, haced obra de paz, dejaos perseguir por la
justicia. Entrad así desde ahora en el Reino de Dios.
23
El Sermón de la Montaña, programa evangélico de Jesús, es una brecha abierta en la
dureza del corazón humano, cerrado en su propio egoísmo.

Ciertamente, un programa que, por sí mismo, nadie puede cumplir. Pero la conversión
del corazón es anunciada gratuitamente, como don del Espíritu.

Si esta conversión comienza a ser un hecho, entonces es que el Reino de Dios está
ahora cerca (Mt. 4, 17).

Ya la Ley del Antiguo Testamento insiste más en las cosas buenas que se deben
realizar, que en las malas que hay que evitar.

Pero la vida moral cristiana es claramente una ley de libertad. El cristiano puede
«participar en la libertad de gloria de los hijos de Dios». (Rom. 8, 21), porque con la
gracia que mereció Cristo en la Cruz, puede liberarse de la esclavitud del pecado.

Es posible así alcanzar «la ley perfecta, la de libertad» de que habla el Apóstol
Santiago (Sant. 1, 25). «No temáis: Yo he vencido al mundo.»

No se trata de recibir de nuevo el sacramento del bautismo que ya has recibido e


imprime carácter; pero un día te van a imponer las manos para que se dé en ti una
nueva efusión del Espíritu Santo.

Y con esto vas a tomar conciencia de esta vida que ya estaba en ti, pero que estaba
sepultada bajo tus pecados, o bajo las cenizas de tu materialismo, a pesar de tus
buenas intenciones.

Ésta es la razón de que te sientas insatisfecho y apático, y tengas aún muchos


miedos, y creas que Jesucristo no es algo real, o que su poder en ti no funciona.

Realmente, si no has tomado conciencia de tu bautismo, de que tienes el Espíritu


Santo, es casi como si no lo tuvieras.

No te motiva, no te da vida, no estás en un proceso de crecimiento, sigues instalado, y


crees que el cristianismo sólo vale para la otra vida.

El Señor al traerte aquí quiere que tú nazcas y tomes conciencia de que es un ser vivo,
que ha resucitado, que te quiere, que estos días va a pensar mucho en ti.

Él quiere que te enteres de todo esto, y disfrutes este amor, y valores el don y el
carisma que quiere obrar dentro de ti. Y a la vez quiere enviarte a trasmitir un mensaje
de vida al mundo.
Juan 14, 15 - 18 15Si ustedes me aman, guardaran mis mandamientos 16y yo rogaré al
padre y les dará otro Protector que permanecerá siempre con ustedes. 17El espíritu de
verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conocen. Pero
24
ustedes lo conocen, porque está con ustedes y permanecerá en ustedes. 18No los
dejará huérfanos, sino que volverá a ustedes.

Jesús nos sustituye él toma nuestro puesto de condenado a muerte y murió en lugar
nuestro. Sobre nosotros pesaba la pena de muerte como consecuencia del pecado,
pero Jesús muere en nuestro lugar.

Hebreos 9, 14 Pero con toda seguridad La sangre de Cristo, que se ofreció a Dios por
el Espíritu Eterno como victima sin mancha, purificará nuestra conciencia de las obras
de muerte, para que sirvamos al Dios vivo.

Jesús era inocente, no estaba enlodado por el pecado, por eso fue capaz de limpiarnos
y purificarnos.

Veamos lo que nos dice Isaías 53, 4 – 5 4Sin embargo, eran nuestras dolencias las
que él llevaba, eran nuestros dolores los que le pesaban. Nosotros lo creíamos
azotado por Dios, castigado y humillado, 5y eran nuestras faltas por las que era
aplastado. El soporto el castigo que nos trae la paz y por sus llagas hemos sido
sanados.

De esta forma Jesús dio muerte al pecado y a la muerte en su cruz, regalándolos con
ello la vida nueva.

Jeremías 18, 1 -6: 1Aquí viene una palabra que Yahvé dirigió a Jeremías: 2 “Levántate
y baja a la casa del que trabaja la greda; allí te haré oír mis palabras”. 3Baje, pues,
donde el alfarero que estaba haciendo un trabajo al torno. 4Pero el cántaro que estaba
haciendo le salió mal, mientras amoldaba la greda. Lo volvió entonces a empezar,
transformándolo en otro cántaro a su gusto. 5Yahvé entonces me dirigió esta palabra:
6“ yo puedo hacer lo mismo contigo, pueblo de Israel; como el barro en la mano del

alfarero, así eres tú en mi mano.

Ezequiel 36, 26 -27: 26Les daré un corazón nuevo y pondré dentro de ustedes un
espíritu nuevo. Quitare de su carne ese corazón de piedra y les daré un corazón de
carne. 27Pondré dentro de ustedes mi Espíritu y haré que caminen según mis
mandamientos, que observen mis leyes y que las pongan en práctica.
Historia de Zaqueo (Lucas 19; 1 – 10)

25
6.5 Tema 5: Fe y Conversión
Jesús ya nos salvó y nos dio una Vida Nueva. Ustedes se preguntarán porque
no experimentamos esta salvación en nuestras vidas. La respuesta está en la
aceptación. Lo que debemos hacer es aceptar la salvación que Jesús ha ganado
para nosotros.

Entonces ¿Qué debemos hacer para vivir la vida de Jesús? Pedro ya nos dio la
respuesta la mañana de Pentecostés, cuando les habló a la multitud: “crean en
Jesús, conviértanse de sus pecados, y entonces podrán vivir la vida del Hijo de
Dios resucitado”.

Fe y conversión es lo único que nosotros necesitamos para vivir la vida de Dios


traída por Jesús.

A) LA FE

Es un SI a la presencia y a la acción salvadora de Dios a través de Jesús. Es un


SI que se da una vez y se renueva permanentemente.
Es el medio necesario para conectarse con la salvación, pues por ella habita
Cristo en nuestro corazón (Ef 3,17).

Su palabra nos dice en Carta a los Romanos 10,9-10:

“Porque si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón


que Dios lo resucito de entre los muertos, serás salvado. Con el corazón se cree
para alcanzar la justicia, y con la boca se confiesa para obtener la salvación”.

Cuando Pablo nos habla de boca y corazón se está refiriendo a lo más externo y
a lo más íntimo y profundo del hombre. La fe nos lleva a actuar conforme a lo
que creemos, cambiando nuestra forma de vivir. De otra manera no es fe, sino
sentimiento, ideología o creencia.

La fe es la certeza de que Dios va a actuar conforme a las promesas de Cristo,


que va a actuar conforme al plan que tiene pensado para cada uno de nosotros.
Por lo tanto, la fe no es creer en algo, sino en alguien. Es una decisión total del
hombre que envuelve todo su ser y compromete toda su persona.

La fe se vive en cada circunstancia de nuestra vida, y de esa manera es posible


experimentar en cada momento la salvación de Jesús.

Testimonio

“El justo vivirá por la fe” (Rom. 1, 17). Es decir vamos caminando de fe en fe,
dando sucesivos pasos. Un paso no nos lleva hasta la meta, pero sí nos acerca.

26
Por lo tanto es necesario que hoy demos un primer paso en fe manifestando que
creemos en Dios y su plan de salvación sobre nosotros.

Expresión de Fe

Vamos a manifestar nuestra fe en Dios y su obra salvífica a través de Jesucristo.


Se responde: Sí, yo creo.

¿Crees que Dios te creó por amor y te ama como Padre?


¿Crees que el ama a todos los hombres, especialmente a los pobres y a los
pecadores?
¿Crees que El tiene un plan de felicidad, paz y justicia para todos los hombres?
¿Crees que tanto amó Dios al mundo que le envió a su Hijo único, no para
condenarlo sino para salvarlo?
¿Crees que en su muerte en la cruz murió también el pecado?
¿Crees que resucitó y está vivo para siempre?
¿Crees que es la única respuesta y solución efectiva para los problemas del
mundo?
¿Crees que hoy y aquí, Jesús puede dar sentido a tu vida?

B) LA CONVERSION

“Jesús comenzó a proclamar: Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está


cerca”. Mt 4,17

La forma más concreta como se manifiesta la fe es mediante la conversión.

Siempre se ha dicho que la conversión es un cambio de vida, pero esto no


quiere decir que se reduce a un cambio de conducta. El cambio de conducta es
consecuencia del cambio de vida, y la conversión es mucho más profunda que
un simple cambio de conducta. La conversión es un cambio de corazón.

La conversión es cambio total: dar la espalda, dejar atrás, abandonar todo lo que
es incompatible con Dios y su plan de amor para nosotros; es romper con el
pecado y los ídolos y rechazar a Satanás.
La conversión es ante todo envolverse a Dios, buscar su Rostro, reconociendo
su presencia que nos hace un llamado personal.
El pecado, Satanás y sus obras, y los resentimientos son los obstáculos para la
presencia y acción salvadora de Dios; el rechazo y la liberación de ellos son la
condición y el fruto de la salvación.

El convertirse incluye varios pasos:

1) Reconocimiento del pecado

27
Su palabra dice en Evangelio según San Juan 16,8:

“Y cuando él venga, probará al mundo dónde está el pecado, dónde la está la


justicia y cuál es el juicio.”

La conversión es obra del Espíritu Santo en nosotros; sólo El puede darnos un


corazón nuevo para volver a Dios.

2) Arrepentimiento

Su palabra nos dice en 2 Cor 7, 9-10:

“Ahora me regocijo, no porque ustedes se hayan puesto tristes, sino porque esa
tristeza fue motivo de arrepentimiento. Ustedes, en efecto, han experimentado la
tristeza que proviene de Dios, de manera que nosotros no le hemos hecho
ningún daño. Esa tristeza produce un arrepentimiento que lleva a la salvación y
no se debe lamentar; en cambio, la tristeza del mundo produce la muerte. ”

El arrepentimiento es un dolor de corazón y detestar el pecado cometido, con el


propósito de no pecar en adelante. Es retorno al hogar, vuelta a casa,
reencuentro con el Padre.

3) Confesión del pecado

Su palabra nos dice en 1 Juan 1,9:

“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos y


purificarnos de toda maldad.”

Necesitamos reconocer y confesar explícitamente nuestros pecados ante Dios.


Necesitamos hacer una renuncia explícita a Satanás y a todas sus obras.
Acercarnos al sacramento de la reconciliación.

4) Reparación y reconciliación

El arrepentimiento para restaurar la unión de amor con Dios, exige resarcir los
daños causados y reconciliarse con el hermano.

Renuncia

La verdadera y total dependencia de Dios nos obliga a renunciar a todo aquello


que nos ha encadenado al pecado. Respondemos: ¡Sí, renuncio!

1. ¿Renuncias a Satanás?
2. ¿A todas sus obras y seducciones?
3. ¿Al ocultismo, esoterismo y toda superstición?
28
4. ¿A la magia, curanderismo y hechicería?
5. ¿A la lectura de las cartas, café y mano?
6. ¿Al espiritismo, astrología y horóscopos?
7. ¿A adquirir poder y control sobre ti u otros, al margen de Dios?
8. ¿Al uso de amuletos, fetiches y talismanes?
9. ¿Al conocimiento del futuro, al margen de Dios?
10.¿Renuncias a todo egoísmo, lujuria y maldad?
11.¿Renuncias a odios y resentimientos?
12.¿Renuncias completamente y para siempre a todo esto?

Conclusión

“Yo estoy junto a la puerta y llamo: si alguien oye mi vos y me abre, entraré en
su casa y cenaremos juntos”. Apocalipsis 3,20

Tienes a la puerta la gran oportunidad de tu vida. No la dejes pasar de largo.


Dale a Jesús la oportunidad de manifestarte todo lo que él es y tiene para ti.
De alguna manera digámosle a Jesús que lo invitamos a vivir en nuestro
corazón, que entre a formar parte de nuestra vida, que sea él, el centro de
nuestra existencia.

29
6.6 Tema 6: Acto Penitencial.
980. "Por medio del sacramento de la Penitencia, el bautizado puede
reconciliarse con Dios y con la Iglesia: Los padres tuvieron razón en llamar a la
penitencia 'un bautismo laborioso'. Para los que han caído después del
Bautismo, es necesario para la salvación este sacramento de la Penitencia,
como lo es el Bautismo para quienes aún no han sido regenerados.
1422. "'Los que se acercan al sacramento de la Penitencia obtienen de la
misericordia de Dios el perdón de los pecados cometidos contra Él y, al mismo
tiempo, se reconcilian con la Iglesia, a la que ofendieron con sus pecados. Ella
les mueve a conversión con su amor, su ejemplo y sus oraciones'."

1424. "Es llamado sacramento de la confesión porque la declaración o


manifestación, la confesión de los pecados ante el sacerdote, es un elemento
esencial de este sacramento. En un sentido profundo este sacramento es
también una 'confesión', reconocimiento y alabanza de la santidad de Dios y de
su misericordia para con el hombre pecador.

Se le llama sacramento del perdón porque, por la absolución sacramental del


sacerdote, Dios concede al penitente 'el perdón y la paz'. Se le denomina
sacramento de Reconciliación porque otorga al pecador el amor de Dios que
reconcilia: 'Dejaos reconciliar con Dios' [2Co 5,20 .]. El que vive del amor
misericordioso de Dios está pronto a responder a la llamada del Señor: 'Ve
primero a reconciliarte con tu hermano' [Mt 5,24 .]."

Joel 2, 12 – 17, 12 Dice Yahvé “Vuelvan a mí con todo corazón, con ayuno, con
llantos y con lamentos.”

13 Rasguen su corazón, y no sus vestidos, y vuelvan a Yahvé su Dios, por que


él es bondadoso y compasivo; le cuesta enojarse, y grande es su misericordia;
envía la desgracia, pero luego perdona.

14¡Quién sabe si volverá atrás y nos perdonará y hará producir de nuevo a


nuestros campos, de los cuales sacaremos las ofrendas para Yahvé!

15Toquen la trompeta en Sión, promulguen un ayuno sagrado y llamen a


consejo.

16Ccongreguen al pueblo, reúnan a los ancianos y que todos se purifiquen.


Traigan también a los pequeños y a los niños de pecho, y que los recién
casados dejen su cama.

17En el patio del santuario lloren los sacerdotes ministros de Yahvé y digan:
“¡Yahvé, perdona a tu pueblo, y no lo entregues al desprecio y a la burla de las
naciones! ¿Acaso permitirás que los paganos digan: dónde está tu Dios?

30
Ezequiel 36, 22 – 30 El Corazón nuevo, por el corazón de carne...

Salmo 51, Ten piedad de mí, Dios, en tu bondad, por tu gran corazón, borra mi
falta. Que mi alma quede limpia de malicia, purifícame de mi pecado. ...

Juan 15, 12 – 17, 12Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como
yo los he amado. 13No hay amor más grande que dar la vida por sus amigos,
14y son ustedes mis amigos si cumplen lo que les mando. 15Ya no les llamo
servidores, porque un servidor no sabe lo que hace su patrón. Los llamo
amigos, porque les he dado a conocer todo lo que aprendí de mi Padre.
16Ustedes no me eligieron a mí; he sido yo quién los eligió a ustedes y los
preparé para que vayan y den fruto, y ese fruto permanezca. Así es como el
Padre les concederá todo lo que le pidan en mi Nombre. 17Amense los unos a
los otros: esto es lo que les mando.

31
6.7 Tema 7: Don de Dios

La fe no consiste en creer en Dios, pues hasta Satanás cree


en El, sino hacer lo que Dios dice. Solamente miremos el
ejemplo de la fe de María cuando Dios le propone su plan de
salvación, ella responde: “Yo no sé cómo pueda suceder esto,
pero yo creo, ¡cuenta conmigo!” Es esta fe la que abrió la
puerta de la salvación para el mundo entero.

Para recibir los dones del Señor no se abren las manos, lo


que debemos abrir es nuestro corazón, como nos dice el
Señor en su palabra (Juan 1, 12)

Juan 1, 12 Pero a todos los que lo recibieron les dio


capacidad para ser hijos de Dios. Al creer en su nombre.

La fe es creer en la promesa de salvación, confiando en Dios que siempre cumple sus


promesas de salvación, por lo tanto debemos de entregarlos sin límites a Él.

Como nos dice Heb. 11, 1 La fe es como aferrarse a lo que se espera, es la certeza de
cosas que no se pueden ver.

La fe nos lleva a actuar conforme a lo que creemos. Si verdaderamente creemos que


Jesús pasó de la muerte a la vida, subámonos a la barca de Jesús que es su cruz
salvadora para morir con El al pecado y resucitar con El a la vida nueva.

Hermano si tu experimentas en tu vida y crees en Jesús, ya tú serás una persona


diferente y es Cristo el que te hará cambiar, de tu corazón ya saldrán esos Ríos de
Agua Vida que dice la escritura pues, porque dentro de ti ya no habrá más odio, rencor,
resentimientos y malos pensamientos.

Este día el Señor quiere prepararte. No tengas miedo, ni preguntes como te va


preparar. Lo importante no es querer saber, como lo hará, lo importante es entregarse
al Señor que El sí sabe cómo hacerlo. Solamente entrégate a las manos del Señor, y
Él lo hará todo.

Hermano la oportunidad que hoy te brinda el Señor, no importa si eres rico o pobre, alto
o bajo, negro o blanco, atiende al llamado del Señor y no el del mundo, escucha el
llamado del Señor y tu vida será diferente.

La palabra de vida de Dios va a prepararnos. No permitamos que Satanás nos


confunda. Si los sentimos confundidos, digámosle a Satanás que salga de nuestros
corazones, digámosle que somos de Jesús y que Jesús es nuestro Señor.

32
El demonio nos dirá que no somos dignos de ser bautizados en el Espíritu Santo, es
correcto. No somos dignos, pero Dios va a bautizarlos no porque lo merezcamos, sino
porque Él nos ama, porque Jesucristo murió por nosotros. Por tanto debemos confiar
en las promesas de Dios que podemos comenzar una nueva vida en El Espíritu

Que mejor dicha se nos presenta que Dios está íntimamente ligado a nosotros, es Dios
mismo quien te promete rescatarte de la esclavitud (drogas, vicios, licor, chismografía,
blasfemias, etc.), todo solamente a cambio que cumplas sus mandamientos.

Jesús ha venido a traer vida en abundancia, Pero Jesús murió y resucitó hace más de
dos mil años, por lo que es lógica la pregunta: ¿Cómo se hace presente la salvación de
Jesús en el día de hoy?.

El Espíritu Santo es quien hace efectiva dicha salvación, haciendo presente a Jesús. El
espíritu toca los corazones para que se abran a la Palabra de la verdad. Él mismo llega
al interior de cada persona, para convencerla de ser pecadora y necesitada de
salvación; y no es nadie sino el Espíritu Santo quien hace presente hoy a Jesús como
el único Salvador y Señor.

El Espíritu Santo hace nuevas todas las cosas al cambiar nuestros corazones de piedra
por corazones de carne. Él nos hace criaturas nuevas y comienza a instaurar en este
mundo el reino de Dios.

El corazón del hombre sólo puede ser renovado por Dios, su creador. Nosotros
podemos mudar las apariencias y hasta las formas externas de vida. Podríamos incluso
cambiar de moral, pero el único que transforma el interior del hombre para hacerlo
criatura nueva, es Dios mismo a través de su Espíritu Santo. Por eso una de las últimas
palabras de Jesús en este mundo a sus discípulos, fue ésta: " Os conviene que yo me
vaya; porque sino me voy, el defensor no vendrá a vosotros; y si me voy, os lo enviaré;
cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, os guiará a la verdad completa" (Jn 16,7; 13
– 16 y 26).

Se trata de un regalo gratuito, que no cuesta nada, porque Jesús ya pagó con su propia
sangre para conseguirlo para nosotros. Para beber del agua del Espíritu que brota del
costado de Jesús necesitamos dos cosas: tener sed e ir a la fuente de la vida:

“El que tenga sed, que venga a mí; pues el que cree en mi tendrá de beber. Eso lo dijo
refiriéndose al Espíritu Santo que habrían de recibir los que creyeran en Él". (Jn 7, 39).

El don del Espíritu es una promesa formal de Jesús que dijo: “ El cielo y la tierra
pasarán, pero mis palabras no pasarán". Por tanto, estaba garantizando que no podía
fallar.

Cincuenta días después de su muerte y resurrección, una vez que hubo ascendido al
cielo, cumplió la promesa que tantas veces había hecho a los suyos: " Al llegar el día
de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar, de repente un ruido del cielo,
33
como de un viento impetuoso llenó toda la casa donde estaban. Se les aparecieron
como lenguas de fuego, que se repartían y se posaban sobre cada uno de ellos.

Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en lenguas extrañas,
según el Espíritu les movía expresarse”. (He 2,1-4).

Pentecostés es el cumplimiento de la promesa del Padre. Los apóstoles ahora ya


cuentan con el abogado y Maestro que les revela la verdad completa. Poseen el
Espíritu de filiación que los libera del temor y los hace hijos y herederos de todas las
bendiciones celestiales (Rom 8,17). Gracias al Espíritu Santo pueden llamar Abba a
Dios y Señor a Jesús de Nazaret (Rom 8,15).

Cuando Pedro proclamó la victoria de Cristo Jesús sobre la muerte, la gente se quedó
admirada y preguntaba que debía hacer para participar de esa vida en abundancia.

El apóstol respondió: " Arrepentíos, y que cada uno de vosotros se bautice en el


nombre de Jesucristo para el perdón de vuestros pecados; entonces recibiréis el
Espíritu Santo. Porque la promesa es para vosotros y vuestros hijos, y también para
todos los extranjeros que llame el Señor Dios nuestro" (hech 2,38-39).

Jesús es el Mesías, lleno de Espíritu Santo, que es capaz de compartir su Espíritu con
cada persona: Cuando la samaritana bebió del agua que salta hasta la vida eterna,
inmediatamente cambió su vida. Si antes dudaba sobre la identidad de Jesús, en
cuanto probó el agua viva corrió a su pueblo para testificar que acababa de encontrar al
Mesías. El único que nos hace identificar y aceptar a Jesús como el Mesías prometido,
es el Espíritu Santo.

El evangelio hace presente el poder del Espíritu, que es capaz de cambiar el mundo.

La ciudad de Corinto era tristemente famosa por sus depravaciones morales.


Favorecida por su centro comercial con dos puertos, importaba y exportaba toda clase
de maldad y de pecado. Sin embargo, un día llegó Pablo de Tarso, débil, tímido y
tembloroso, pero con la manifestación del Espíritu, para lavar, justificar y santificar a
quienes creyeron en la buena nueva de la salvación y cambiar por completo aquella
situación. Sólo el Espíritu renueva la faz de la tierra.

En resumen, la vida en abundancia que Cristo vino a traer hace más de dos mil años,
sólo se hace presente gracias al Espíritu Santo, que es derramado en los creyentes
que han aceptado a Jesús como Salvador y lo han confesado como Señor de toda su
vida.

Sólo el Espíritu Santo es quien puede producir en nosotros la vida nueva, pues es Él y
solo Él quien nos hace nacer de nuevo, para transformarnos en criaturas nuevas en
Cristo Jesús. Nadie puede ir a Jesús sino es por el Padre, que da el Espíritu Santo para
conocer a Jesús no sólo en la cabeza, sino en la vida y con el Corazón.

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La efusión del Espíritu es la puerta más maravillosa que se le puede presentar a un ser
humano, pues es muestra clara del amor de Dios. ¿Qué debemos hacer para recibir
este don?

Basta con creer en Jesús y reconocer que tenemos sed de esa agua viva que se llama
Espíritu Santo. Por tanto, acerquémonos con fe y pidámosle que nos llene tanto de
espíritu Santo, que nos inunde por dentro y por fuera; como un bautismo que nos
sumerja, o mejor dicho que seamos sumergidos en Él.

De acuerdo a la necesidad de cada uno, así se le dará. A quien más necesite, más se
dará.

Hermanos la fe es el enchufe que nos concede a la fuente de Salvación, nos lleva a


tener un encuentro personal con Cristo Jesús, como nuestro Salvador, como los dice la
palabra de Dios en efesios 3,17 Que Cristo habite en sus corazones por la fe, que
estén arraigados en el amor y en El puedan edificarse.

Es que ciertamente Dios nos ama tanto que si creemos en Él nos da el poder de llegar
a ser hijos de Dios y si somos hijos somos herederos del reino, por lo tanto debemos
de vivir y experimentar nuestra fe para lograr la salvación.

Jesús nos dice: Juan 7, 37 – 38. 37El último día de la fiesta, que era el mas solemne,
Jesús, puesto en pie exclamó con voz potente “Si alguien tiene sed, que venga a mi y
beba. 38Pues el que crea en mí tendrá de beber. Lo dice la Escritura: De él corazón
que cree en mi, brotarán ríos de agua viva.

Romanos 11, 29 29Por que Dios no se arrepiente de su llamado ni de sus dones.

Dios no tiene nada de que arrepentirse, pues solo cosas buenas no da, Él lo tiene
todo, somos nosotros los que todo lo necesitamos, por tanto somos nosotros quien
debemos arrepentirnos y cambiar el destino equivocado de nuestra vidas y recibir a
Cristo como único y verdadero Salvador.

Santiago 1, 17 17Son las cosas buenas y los dones perfectos los que proceden de lo
alto y descienden del Padre que es la luz; allí no retornan las noches ni pasan las
sombras.

Juan 8, 12 12Jesús les habló de nuevo diciendo: “Yo soy la luz del mundo. El que me
sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá luz y vida”

Cristo mismo te lo dice hermano El es la luz del mundo, pues déjate iluminar por esa
luz maravillosa y ya no vallas recorriendo los caminos de tiniebla que te deja el mundo,
ilumina tu vida con la luz de Cristo y de ahora en adelante déjate iluminar por la luz
maravillosa de Cristo que ya te ha dicho, yo soy la luz del mundo, y por lo tanto de tu
vida.

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Juan 14, 6, 6Jesús contestó: “Yo soy el Camino, la Verdad, y la Vida. Nadie va al
Padre sino por mí.

No busques una experiencia, ni mucha emoción, algunos sentirán mucho, otros poco,
lo que tú debes pedir es El Espíritu Santo, no una experiencia.

Cuando comiences una nueva relación con El Espíritu Santo, vas a tener la nueva
experiencia de su presencia. El moverá tu vida de una nueva manera. Pídele al Señor
dones y él te los concederá, aun cuando no los comprendas confía en el Señor, que
sus dones son verdaderos y de mucho valor. No pongas obstáculos en el camino del
Señor, ábrete a todos los dones. Ten paciencia porque el cariño del Padre te envuelve.
El hijo fue enviado a salvarte. Pon tu vida en Sus manos y ten confianza.

1ra. de Corintios 15, 45, 45Esta escrito que el primer Adán era hombre dotado de
alimento y vida; el último Adán, en cambio, será Espíritu que da vida.

CIC- 2652. "El Espíritu Santo es el 'agua viva' que, en el corazón orante, “brota
para vida eterna” [Jn 4,14 .]. Pero el que beba del agua que yo le daré nunca
volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en un chorro que
salta hasta la vida eterna. El es quien nos enseña a recogerla en la misma
Fuente: Cristo. Pues bien, en la vida cristiana hay manantiales donde Cristo nos
espera para darnos a beber el Espíritu Santo."

Romanos 8, 2 2En Cristo Jesús la ley del Espíritu de Vida te ha liberado de la ley del
Pecado y de la Muerte.

Salmo 104, 30 30Si envías tu espíritu son creados y así renuevas la faz de la tierra.

Juan 6, 63 63El espíritu es el que da vida, la carne no sirve para nada. Las palabras
que les he dicho son Espíritu y vida.

Por ello hermano no te dejes llevar por las pasiones de la carne, déjate guiar y conducir
por el Espíritu Santo, el mejor guía y conductor que cristo nos regaló.

Juan 16, 7 7Pero es verdad lo que les digo: les conviene que Yo me vaya, porque
mientras Yo no me vaya, el protector no vendrá a ustedes. Yo me voy y es para
enviárselos.

Juan 20, 22 22Dicho ésto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo”.

1ra. de Corintios 6, 11 11Tal fue el caso de alguno de ustedes, pero han sido lavados,
han sido santificados y rehabilitados por el nombre de Cristo Jesús, el Señor, y por El
Espíritu de Nuestro Dios.

Gálatas 4; 7 7De modo que ya no eres esclavo, sino hijo, siendo hijo Dios te da la
herencia.
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Querido hermano si Dios nos acepta como hijos, por qué rechazarlo, mira que él nos
libera de la esclavitud, y nos llama hijos, por lo tanto como hijos habremos de heredar
el reino que nos tiene preparados y por lo cual pago y murió nuestro Señor Jesucristo.

Romanos 8, 14 – 17 14Todos aquellos a los que guía el espíritu de Dios son hijos e
hijas de Dios. 15Entonces no vuelvan al miedo, ustedes no recibieron un espíritu de
esclavos, sino un espíritu propio de los hijos que nos permite gritar: ¡Abba!, o sea:
¡Papá! 16El espíritu asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. 17Siendo
hijos, son también herederos; la herencia de Dios será nuestra y la compartiremos con
Cristo. Y si hemos sufrido con Él, estaremos con El también en la Gloria.

Romanos 8, 23 23Y también nosotros aunque ya tengamos el espíritu como un anticipo


de los que hemos de recibir gemimos en nuestro interior mientras esperamos nuestros
derechos de hijos y la redención de nuestro cuerpo.

Efesios 1, 13 – 14 13También ustedes, al escuchar la palabra de la verdad, el


Evangelio que los Salva, creyeron en él, quedando sellados con el Espíritu Santo
prometido, 14que es el anticipo de nuestra herencia. Por él va liberando al pueblo que
hizo suyo, para que al fin sea alabado su Gloria.

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6.8 Tema 8: Efusión del Espíritu Santo

Lectura: "Yo los he bautizado con agua, pero Él los bautizará con Espíritu Santo".
Marcos 1,8.

Pienso que todos los que estamos aquí recibimos un día el bautismo, y muchos la
confirmación. Son los dos grandes sacramentos de iniciación a la vida cristiana. Pero a
veces nos pasa con ellos como los regalos, que vienen primorosamente envueltos y
mientras no rompemos el papel, no sabemos qué hay dentro, ni podemos disfrutar de
ello.

Hay mucha gente que ha recibido el gran regalo de estos dos sacramentos, pero no los
ha estrenado todavía. Es necesario abrir el regalo, y dejar ver lo que hay dentro.

Para eso estamos aquí en este momento. Este sencillo acto de efusión del Espíritu que
vamos a hacer inmediatamente, tiene como objetivo romper ese papel, abrir el regalo.

No vamos a recibir un nuevo sacramento. Son siete los que tiene la Iglesia, y cada uno
de ellos tiene su tiempo y su momento.

Aquí vamos a actualizar esos sacramentos, a hacerlos conscientes, a dejar que actúen
con plenitud en nosotros, a descubrir el tesoro que llevamos dentro.

Estamos pues, plenamente, dentro de la espiritualidad del bautismo, y ella nos va a


servir para prepararnos a fondo.

1.- UNA BOTELLA EN EL MAR

En algunos lugares, a esta pequeña ceremonia que vamos a realizar dentro de unos
momentos, la llaman "bautismo en el Espíritu". Y es que bautizarse significa
sumergirse, ser bañado totalmente por el agua.

De un barco que se hundía en alta mar, se decía que había quedado bautizado.

Del mismo modo, cada uno de los que estamos aquí, tenemos que ser bautizados o
sumergidos hasta lo profundo del agua del Espíritu.

Sin embargo, a veces no nos hundimos. ¿Por qué? Imagina una botella flotando en el
agua del mar. No se hunde, porque no entra el agua en ella.

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Y ¿por qué no entra?, porque tiene el tapón, tiene un corcho puesto. Por eso, aunque
esté rodeada de agua, ésta no puede penetrar en ella.

Ése puede ser nuestro caso. A veces tenemos el tapón puesto, y no puede entrar en
nosotros ni el propio Espíritu Santo.

Ese tapón puede ser algún pecado actual no rechazado, pero también pueden ser
heridas, complejos, traumas, resentimientos del pasado.

Por eso, antes de la efusión es necesario hacer una buena confesión, y a través de
ella, una entrega total a Dios de nuestro pasado, presente y futuro, para que Jesús se
haga el Señor de todo ello.

A veces no es tan fácil la entrega de muchas de nuestras tendencias porque, aunque


sean pecaminosas, o seamos conscientes de que no son buenas, tal vez nos hayan
dado vida.

También el odio, o los deseos de venganza, o la avaricia, o la lujuria, dan motivaciones


para vivir. Entregarlos produce la sensación de quedarse en el vacío o la muerte.
Necesitamos actuar con mucha fe y sinceridad en un caso de estos. El Señor puede
penetrar poquito a poco.

Es como esas pequeñas grietas que se abren a veces en la pared de un pantano.

Apenas se cuela por ella una gotita de agua, pero el agua es tan penetrante que, poco
a poco, va haciéndose hueco, hasta que se derrumba toda la pared.

2.- LA INTERCESIÓN DE LA COMUNIDAD

No se trata, pues, de repetir nuestro bautismo, sino de actualizarlo, dándole toda la


apertura y eficacia que el Espíritu quiera darle, sin impedimentos por nuestra parte.

A la mayoría de nosotros nos bautizaron siendo niños, y entonces fueron los padres y
padrinos los que dieron el sí, los que renunciaron al mal, los que se comprometieron en
nuestro lugar.

Hoy lo podemos hacer nosotros, plenamente conscientes. También la confirmación,


para muchos de nosotros tuvo lugar en época muy temprana.

En todo caso, se hace imprescindible actualizar muchas veces en la vida las gracias de
esos sacramentos. Hoy estamos ante la gran ocasión. La Renovación carismática nos
atestigua la enorme eficacia de este sencillo acto.

Son muchos millones de personas las que a lo largo del mundo refieren su conversión,
o un incremento cualitativo de su vida espiritual, a este momento, a esta efusión del
Espíritu.
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Como dijimos en otra ocasión, uno no sabe bien qué admirar más: si la sencillez de la
ceremonia, o su eficacia. Lo cierto es que son una nube los testigos que pueden avalar
estas consideraciones.

¿En qué consiste este acto? Viene a ser una oración de intercesión, en la que una
comunidad cristiana ora por los hermanos, imponiéndoles las manos, para que reciban
la fuerza del Espíritu.

Sabemos que el único intercesor ante Dios Padre es Jesucristo. En Él hemos sido
bendecidos todos. Pero Cristo es la cabeza, y nunca actúa sin su Cuerpo que es la
Iglesia, en este caso nuestra comunidad.

Por eso, dentro de un momento cuando oremos por vosotros, es una comunidad visible
la que ora, animada y motivada por el Espíritu de Jesucristo, que es el verdadero
protagonista.

Interceder por una persona significa recomendarla, enchufarla, hacerla significativa


delante de aquél que puede conceder el don.

Dios no necesita ninguna recomendación, porque Él nos amó primero, incluso antes de
nacer, pero es por medio de Jesucristo por quien nos viene, después del pecado, la
amistad con Dios y la gracia del Espíritu de adopción.

Los hermanos nos van a transmitir ese amor, esa predilección, y ese perdón de Dios
que nos viene por Jesucristo.

3.- IMPOSICIÓN DE MANOS

El gesto externo más llamativo es la imposición de manos. No es un gesto programado


para hacer más bello el espectáculo.

Es un gesto bíblico, de hondo significado, por medio del cual y unido a la oración de los
hermanos, la palabra que habéis recibido se hace "sacramento", se hace gracia, se
realiza y fructifica en el corazón de cada persona.

Este gesto viene constatado en la Biblia desde la época de los patriarcas. Jesús lo
utilizaba para transmitir una bendición, para bendecir a un niño, para curar a los
enfermos. (Mt 19,13-15) (Mc 5,23) (Mc 7,32)

Los apóstoles lo utilizaron igualmente, para transmitir cargos y carismas, para curar a
los enfermos y, en definitiva, para difundir diversas gracias de Dios. La Iglesia lo sigue
utilizando actualmente en varios sacramentos.

Las manos tienen un lenguaje propio, pero expresan los deseos del corazón. La
primera condición para que este gesto sea eficaz es el amor.

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La persona que va a imponer las manos tiene que estar inundada del mismo amor, de
la misma compasión que Jesucristo. Este amor es más bien un acto de la voluntad que
un sentimiento corporal; por eso, hay que orar al Señor para que nos dé ese amor.

En las cosas del Señor, fuera de la caridad no sucede nada. También es importante
que el que impone las manos tenga fe, crea en el poder y eficacia de lo que está
haciendo. Por eso, es conveniente que esta imposición la hagan hermanos que ya han
recibido la efusión, que ya han experimentado ese poder en sí mismos.

Pídele a Dios fe en lo que te van a hacer, aunque de momento no experimentes nada.


La experiencia es bonita siempre, pero nadie sabe si en un momento dado le es
conveniente tenerla.

Por eso, vivirlo desde la fe, y el Señor a su tiempo os revelará su poder y su presencia.
En segundo lugar, no os cerréis a nada.

A Dios no se le ponen condiciones. Nos quiere más que lo que nos queremos a
nosotros mismos. No excluyas ningún don, ningún carisma, ninguna gracia.

No digas por ejemplo: lo acepto todo con tal que Dios no me obligue a perdonar a tal
persona. De este modo te cierras y no vas a sacar ningún provecho de esta efusión.

En tercer lugar, acéptate cómo eres y cómo estás. Aunque seas muy pobre y muy
pecador, aunque tu vida esté llena de culpas, aunque no te sientas digno. Sé, en este
momento, humilde y sencillo, y di: "Señor, aquí me tienes". Una gotita del fuego del
Espíritu es suficiente para consumir en un momento las culpas del mundo entero.

4.- EFECTOS DE LA EFUSIÓN

Hablando desde la experiencia de miles de personas, a quienes hemos oído de viva


voz compartir su testimonio, podemos señalar una serie de efectos que produce la
efusión, si bien en cada uno se dan de distinta manera, con acentos diferentes y a
veces en tiempos muy dispares. Lo que sí me atrevo a decir, es que apenas quedará
alguna persona, a no ser que esté muy bloqueada, en la que no se pueda detectar
alguno de los efectos siguientes:

La sintonía del Espíritu. Hay cosas que el Señor emite sólo en una determinada
frecuencia de onda, y sólo los que sintonizan con esa frecuencia son capaces de captar
dicha emisión. Esto no se aprende ni en la universidad, ni en las escuelas de teología.
Dios no es una ecuación matemática, ni una conclusión científica.

Al Dios vivo, Padre de nuestro Señor Jesucristo, sólo lo conocemos por revelación. Al
que le es dado entender ésto, al que le son abiertos los ojos por el Espíritu, entra en la
dimensión de una sabiduría distinta, misteriosa, escondida, reservada por Dios para los
que Él quiere.

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Poco a poco, la mayoría de ustedes se darán cuenta que habéis entrado en esa
dimensión, porque experimentaréis un gusto nuevo y un conocimiento nuevo de las
cosas de Dios.

El problema aquí es que el que está en la nueva onda, sabe que está, pero el que no lo
está, no sabe que no lo está. Entonces te encontrarás con la dolorosa imposibilidad de
comunicar ciertas cosas que para ti van a ser claras como la luz del sol.

El toque de gratuidad. Aunque hayas sido una persona muy entregada a la oración, al
servicio de los pobres, o a cualquier otro compromiso, después de la efusión descubres
que te faltaba una chispita de gratuidad.

Has trabajado y te has afanado demasiado desde ti mismo. Con la llegada de la


gratuidad se realiza en ti una operación de desplazamiento de tu yo, que pasa de
ocupar el centro a posiciones más periféricas de tu ser.

El centro lo va a ocupar Jesucristo, que empieza a crecer, mientras que tú menguas.


Poco a poco se va haciendo el protagonista de todas tus obras buenas.

Sin darte cuenta vas a usar un nuevo lenguaje, se te va a cambiar la cara y a relajar el
gesto. Percibirás que se serenan tus prisas y agobios, y se suavizan todos los pesos y
obligaciones de tus compromisos.

Tu rigidez se va a ablandar, el malhumor no te dominará, y podrás convivir mejor con tu


pobreza y la de los demás. Sentirás que no eres el salvador del mundo, y te servirá de
alivio.

La experiencia de un Jesús vivo. Desde el momento que sientes que algo está
sucediendo en ti, identificas al Espíritu de Jesucristo como el autor de todas estas
maravillas. Para esto te ayuda la larga experiencia de la Iglesia.

Y entonces te das cuentas de que Jesús no sólo vive y ha resucitado, sino que te
quiere, que está contigo, y te lo va mostrando en muchos detalles.

De ahí nace en ti la necesidad del testimonio, el afán de que muchos, sobre todo los
más allegados a ti, experimenten lo mismo. Y tratarás de comunicarlo a mucha gente, y
a veces te pasarás, e incluso aunque no te pases, experimentarás los primeros
síntomas de rechazo, que en tu inocencia te asombrarán.

La alabanza como forma de oración. Hasta ahora has sido, tal vez, una persona
honrada y un cristiano practicante, pero no conocías la oración de alabanza.

Lo tuyo era pedir, sobre todo en los momentos duros de la vida. Pero ahora conoces a
un Dios distinto: "al Dios que ha hecho tanto por mí" (Sal. 57,3). Y te sale del alma
darle gracias, bendecidle, alabarle. Y esto no sólo en los momentos y en las cosas que

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te vayan bien, sino aun en los momentos de pérdida o de fracaso, porque ya has
experimentado que Dios está contigo, y no te va a fallar.

Este don de la oración de alabanza se potencia enormemente, si Dios a la vez te ha


hecho el regalo de orar en lenguas, cosa que muchas veces acaece en la efusión del
Espíritu. Si esto te sucede, dichoso tú, pues el Señor ha tenido gran misericordia
contigo.

Inteligencia de la Palabra de Dios. Es otro de los efectos de la efusión que suele


asombrar a muchas personas.

Es el gusto nuevo y la inteligencia de muchos pasajes de la Biblia que hasta ahora han
estado cerrados para ellas. Y no es una inteligencia racional o erudita, sino que es un
conocimiento ungido, una revelación de sentidos ocultos, un gozarse en entrar en la
misma experiencia de los que la escribieron. Comienza para muchos a ser el libro de
cabecera, y su lectura poco a poco se va haciendo alimento imprescindible.

Descubrimiento y necesidad de la comunidad. En el cristianismo ordinario y


corriente apenas echamos de menos y nos abrimos a la necesidad de una comunidad.
Los deseos de fraternidad se quedan alicortos, y si alguno se sobrepasa al darte la paz
en la misa, o en alguna forma de compartir, te parece una cosa extraña.

Desde la efusión, por el contrario, estarás deseando reunirte con los hermanos,
compartir la amistad y las cosas de Dios. Entra en tu vida una motivación nueva hacia
los demás, que al final te llevará a un descubrimiento vivencial de la Iglesia.

Capacidad de compartir la fe. Hasta ahora jamás has pensado que podrías pasarte
ratos y ratos hablando de Dios sin aburrirte y sin que te resulte pesado, al contrario,
con gran gozo de tu parte.

Éste es otro de los grandes efectos de la efusión. Realiza como una reconversión de
valores. Relativas cosas hasta ahora muy importantes para ti que pierden su jugo, y
empiezas a disfrutar de otras nuevas. Lo mismo te pasará con las amistades. Poco a
poco irás experimentando la vaciedad y él sin sentido de las aficiones y gustos que
compartías antes con algunas personas, y buscarás algo o alguien que te llene más.

Experiencia de sanación. Difícilmente quedará alguno de los que reciban la efusión


sin experimentar algún tipo de sanación. A veces son resentimientos, heridas,
carencias o violencias del pasado.

Otras veces las relaciones con alguna persona, deterioradas por algún suceso actual o
antiguo. A veces será una iluminación sobre alguna cosa oculta que no estaba en tu
consciente, y que por lo tanto no imaginabas que te podría estar haciendo daño. En fin,
puede experimentarse cualquier tipo de sanación física.

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Irrupción de carismas. Al empezar el Espíritu a ejercer un protagonismo nuevo y
poderoso en ti, lo hace según su forma connatural de actuar. Y una de las cosas que el
Espíritu derrama para construcción de la comunidad, son los diversos carismas.

Te puedes encontrar a ti mismo orando en lenguas, cantando con una unción nueva,
con una nueva valentía para hablar y dar testimonio, con una gran necesidad de orar
sobre otras personas.

Tal vez te viene el deseo ungido de alguna proclamación profética, o un carisma de


conocimiento para penetrar en tu pasado o en el de otras personas.

Frutos del Espíritu. Muchas personas perciben la presencia del Señor en la efusión,
simplemente con una vivencia sorprendente de alguno de los frutos del Espíritu.
Algunos sienten una gran paz, otros una alegría nueva, una caridad viva y extraña para
la gente de su casa o comunidad, a otros su pesimismo y frustración latente se les
transforma en un gozo y esperanza radiantes.

A veces alguien percibe nuevas motivaciones para abordar las pobrezas,


enfermedades y fracasos de la vida, bien personales, bien de otras personas queridas.

Finalmente uno experimenta la fuerza poderosa y santa que dirige la historia del
mundo, de la Iglesia, o la suya personal, y percibe la indestructible confianza en el
poder y protección del Señor: "He aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta
el fin del mundo" (Mt. 28,20).

5.- CRISTIANISMO NORMAL

Alguien podrá preguntar: ¿significa todo esto entrar en un cristianismo extraordinario,


de élite, reservado a unos cuantos privilegiados? Tal vez, pero esto no es debido a
ningún mérito previo, ni a ningún comportamiento digno de tal premio, ni creo que las
obras de Dios que se realizan siempre en la sobreabundancia, signifiquen desdoro o
menosprecio para nadie. El último designio de Dios es inescrutable para el hombre.

Sin embargo, yo más bien creo que el cristianismo al que te introduce la efusión del
Espíritu, no sólo no es algo extraordinario, sino más bien debería considerarse el
cristianismo normal. Pues no creo que nadie considere normal no superar nunca los
criterios de la razón en nuestras relaciones con Dios.

No creo que sea normal lo que les sucede hoy a la mayoría de los cristianos, y a
nosotros nos ha sucedido tantos años, de no tener apenas experiencia personal de que
Jesús está vivo, no conocer ni practicar jamás la oración de alabanza, no saber que
existe la oración en lenguas, no leer casi nunca la Palabra de Dios.

No creo que sean normales esas relaciones frías y estereotipadas de los fieles en
nuestras iglesias, la forma anodina de darse la paz, la incapacidad para abrirse y
compartir la fe.
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No creo que sea normal el complejo religioso que embarga a tantos, el ocultamiento
vergonzante de cualquier signo religioso en público, hasta el simple signarse con la
cruz.

No creo que sea normal el rechazo de cualquier carisma un poco llamativo, sobre todo
los de sanación; la permanente sospecha de escapismo, emocionalismo y fanatismo de
todo lo que no esté comandado por un legalismo frío y abstracto, y unas costumbres
aún más inhibidoras de cualquier espontaneidad.

En fin, no creo que sea normal la poca experiencia de los frutos del Espíritu Santo en
tantos cristianos, dominados por la culpabilidad, y apresados por los temores, la falta
de confianza, y una fe inoperante en los sucesos concretos de su historia personal.

Leyendo a los santos Padres uno se queda admirado de la significación del bautismo
en otras épocas. Nos asombramos cuando le llaman: Nuevo Nacimiento, Iluminación,
Fuente de Vida y de Dones, Triunfo sobre el viejo Pecado, Blanca Vestidura, Baño de
Regeneración y Renovación.

Dice San Hilario: "A nosotros los renacidos por el bautismo, se nos concede un gran
gozo, ya que experimentamos en nuestro interior las primicias del Espíritu Santo,
cuando penetra en nosotros la inteligencia de los misterios, la inspiración de la
profecía, la palabra de conocimiento, la firmeza de la esperanza, los carismas de
sanación y el dominio sobre los demonios sometidos.

Estos dones nos penetran como llovizna y, recibidos, proliferan en multiplicidad de


frutos" (Sobre el Salmo 65). ¿Qué pasa con nuestro bautismo? ¿Es que ha perdido su
eficacia? Al principio de la Iglesia bautizaban a los que se convertían; ahora hay que
convertir a los bautizados. Demos gracias a Dios porque la Renovación no sólo no nos
transforma en extraterrestres, sino que nos hace saborear y vivir el cristianismo normal
y fecundo, que en otros tiempos menos acomplejados que los nuestros, fue aliento,
vida y consuelo para tantos seres humanos

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6.9 CRECIMIENTO:

6.9.1 EL RIN DE LA VIDA CRISTIANA

En el seguimiento de Cristo debemos ejercitarnos para robustecernos practicando


estos 4 pasos, porque si nos faltara alguno de ellos nuestra vida sería incierta.

A. ORACION

ORAR: Recordemos que cuando oramos hablamos a Dios, y cuando leemos la S.


Biblia es Dios quien nos habla a nosotros.

EN EL LIBRO SAGRADO, EL PADRE QUE ESTÁ EN LOS CIELOS SALE


AMOROSAMENTE AL ENCUENTRO DE SUS HIJOS.

Es tan grande el poder y la fuerza de la Palabra de Dios, que constituye el sustento y


el vigor de la Iglesia, el alimento del alma, la firmeza de la fe para los cristianos, y la
fuente perenne de donde podemos ir a renovar nuestra vida espiritual.

Recordemos aquellas divinas palabras: "LA PALABRA DE DIOS ES VIVA Y EFICAZ,


Y PENETRA HASTA LO MÁS PROFUNDO DEL ALMA. (Hebr. 4, 12)
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En efecto, la palabra de Dios es viva y eficaz, más penetrante que espada
de doble filo y penetra hasta donde se divide el alma y el espíritu, los
huesos y los tuétanos, haciendo un discernimiento de los deseos y los
pensamientos más íntimos.

Jesús nos enseñó con su ejemplo a orar siempre:

1. Oró en el Huerto (Mt. 26, 38 – 39)

Y les dijo: siento una tristeza de muerte. Quédense aquí conmigo y


permanezcan despiertos, fue un poco mas adelante y, postrándose hasta
tocar la tierra con su cara, oro así: Padre, si es posible, que esta copa se
aleje de mí. Pero no se haga lo que yo quiero sino lo que quieres tú.

2. Oro en la Transfiguración (Mt. 17, 1 – 3)

Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro a Santiago y a su


hermano Juan, y los llevó aparte a un monte alto. A la vista de ellos su
aspecto cambió completamente: su cara brillaba como el sol y su ropa se
volvió blanca como la luz. Enseguida vieron a Moisés y Elías hablando
con Jesús.

3. Oró al Padre (Jn. 17: 21)

Que todos sean uno, como tú, Padre, estas en mí y yo en ti, que ellos
también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que me has
enviado.

4. Oró en el Calvario, (Lc. 23, 34)

Padre perdónales por que no saben lo que hacen

CARACTERÍSTICAS DE LA ORACIÓN:

1. Sencilla (De Hijo a Padre) Mc. 1, 35

De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, Jesús se levantó,


salió y se fue a un lugar solitario, ahí se puso a orar.

2. Humilde (1ra. de Pedro 5, 7- 9)

Depositen en él todas sus preocupaciones pues él cuida de ustedes sean


sabios y estén vigilantes, porque su enemigo, el diablo, ronda como el
león rugiente buscando a quién devorar. Resistan firmes en la fe,

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sabiendo que nuestros hermanos en este mundo se encuentran con
persecuciones semejantes.

3. Llena de Fe (St 1, 6 Mc. 11, 22 – 23)


(St. 1, 1, 6) Pero hay que pedir con fe, sin vacilar, porque el que vacila se
parece a las olas del mar que estar a la merced del viento.

(Mc. 11, 22 – 23) Jesús respondió: tengan fe en Dios. Yo les aseguro que
el que diga a ese cerro: ¡levántate de ahí y arrójate al mar! Si no duda en
su corazón y cree que sucederá como dice, se le concederá.

(Mt. 9; 18 – 23 y 25) caso de la niña

4. Perseverante (San Lucas 18, 1)

Jesús les mostró con un ejemplo que debían orar siempre, sin
desanimarse jamás.

B. ESTUDIO

El estudio de La Escritura y la vida de los santos nos permitirán conocer mejor a Dios
y así amarlo de mejor manera (Efesios 3, 18 -19) Igualmente nos enseña que los
santos son dignos de imitarse.

(Efesios 3, 18 –19 Que sean capaces de comprender, con todos los


creyentes cuan ancho, y cuan largo, y alto y profundo es, en una
palabra, que conozcan este amor de Cristo que separa todo
conocimiento. En fin, que queden colmados hasta recibir toda la
plenitud de Dios.

¿Qué condiciones son necesarias para leer la S. Biblia? Las condiciones son seis:

1ª) ORAR:

Nadie comprenderá bien la Biblia si no ora al Señor pidiéndole que le ilumine y


que le haga entender bien esos consejos Divinos.

2ª) LEER DESPACIO:

En la lectura como en la comida, lo que aprovecha no es la cantidad sino lo bien


que se digiera. Lo que aprovecha no es leer muchas páginas a la vez, sino
pensar en lo que se lee.

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3ª) LEER CON HUMILDAD:

O sea no para parecer sabio o para poder decir que si hemos leído, etc. sino
para amar más a Dios y al prójimo, para hacer lo que a Dios le agrada y para
abstenerse de todo lo que le pueda disgustar al Señor.

4ª) NO DEJAR PASAR UN DÍA SIN LEER UN PÁRRAFO DE LA BIBLIA:

Porque el enemigo del alma es muy astuto y cada día nos pondrá alguna excusa
para no leer el Libro Santo. Hoy "estoy cansado", mañana "no tengo tiempo", al
otro día "estoy sin ganas de leer", al siguiente "no se entiende", y así pasan los
días y al final del año no habremos leído nada y nos quedaremos sin aumentar
nuestro amor a Dios, sin romper con nuestros pecados y sin progresar en
nuestra vida espiritual. Por eso pase lo que pase no hay que dejar pasar un día
sin leer la S. Biblia.

5ª) LEER LAS EXPLICACIONES O PEDIRLAS:

Hay páginas de la Biblia que no se entienden fácilmente. Entonces hay que leer
las notas explicativas que trae, o pedirle a algún sacerdote o religioso que nos
explique ese pasaje. Lo harán seguramente con gusto y con provecho para
nosotros.

6ª) QUÉ DEBEMOS ESTUDIAR PARA ALIMENTAR NUESTRA FE:

1. La Biblia
2. La vida de los Santos
3. El catecismo Católico
4. Encíclicas del Papa
5. Cartas pastorales de los obispos
6. Cualquier de los textos aprobados por los obispos.

EL DEPÓSITO DE NUESTRA FE TIENE TRES FUENTES QUE SON:

La Sagrada Escritura, Magisterio y la Sagrada Tradición.

C. COMUNIDAD

Es la unidad del pueblo de Dios que se une para alabar y bendecir al Señor y alegrarse
en su presencia. Debemos imitar a las primeras comunidades (Hechos de Los
Apóstoles 2, 42 – 47)

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(Hch 2, 42 – 47) Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la
convivencia, a la fracción del pan y a las oraciones. Toda la gente sentía un
santo temor ya que los prodigios y señales milagrosas se multiplicaban por
medio de los apóstoles. Todos los que habían creído vivían unidos; compartían
todo cuanto tenían, vendían sus bines y propiedades y repetían después el
dinero entre todos según las necesidades de cada uno. Todos los días se
reunían en el templo con entusiasmo partían el pan en sus casas y compartían
sus comidas con alegría y con gran sencillez de corazón. Alababan a Dios y se
ganaban la simpatía de todo el pueblo; y el señor agregaba cada día a la
comunidad a los que quería salvar.

Ejemplos:

 Una regla o vara se parte con facilidad, pero si ponemos varias, ya no es fácil
romperlas. Nos demuestra que nuestras comunidades siempre tienen que ir
creciendo e irnos fortaleciendo y permanecer siempre con esa unidad de cristiano
que nos enseñó nuestro Señor Jesucristo.

 Un carbón encendido si se separa de los demás se apaga. Igualmente tú mi querido


hermano si te alejas de Cristo serás una luz apagada pues únicamente la Luz del
mundo es Cristo. (Jn 8, 12)

 (Jn 8, 12) Jesús les hablo de nuevo diciendo: yo soy la luz del mundo. El que me
sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá luz y vida.

 Todo reino dividido perece: (Mc. 3, 24 – 26) por ello nosotros siempre tenemos que
estar unidos en nuestras comunidades por medio del amor de Cristo.

(Mc 3, 24 – 26) ¡Cómo puede Satanás echar a Satanás! Si una nación esta con
luchas internas, esa nación no podrá mantenerse en pie. Y si una familia esta con
divisiones internas, esta familia no podrá subsistir. De igual modo, si Satanás lucha
contra sí mismo y está dividido, no pude subsistir, y pronto llegará su fin.

D. SERVICIO

Los hombres debemos imitar a Jesús que no vino a ser Servido, sino a servir. (Jn. 13,
4 – 5)

(Jn. 13, 4 – 5) Entonces se levantó de la mesa, se quitó el manto y se ató una


toalla a la cintura. Echó agua en un recipiente y se puso a lavar los pies de los
discípulos, y luego se los secaba con la toalla que se había atado.

El Espíritu Santo da dones para ponerlos al servicio de los demás (Ef. 4; 11)

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(Ef 4, 11) Y ¿Dónde están los dones? Unos son apóstoles, otros profetas,
otros evangelistas, otros pastores y maestros.

“El hombre que no vive para servir no sirve para vivir”

María corrió con premura santa a servir a su prima Isabel (San Lucas 1, 39 – 40)

(Lc 1, 39 – 40) Por entonces María tomó su decisión y se fue, sin más demora, a
una ciudad ubicada en los cerros de Judá. Entró en la casa de Zacarías y
saludó a Isabel.

Podemos observar que María es el verdadero ejemplo de servicio, ella nos enseña a
nosotros a llevar siempre a Cristo con nosotros y donde quiera que vayamos.

Siempre hay una oportunidad de darnos a los demás:

Visitando a los enfermos, a los presos, a los huérfanos, a las vidas, etc.

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6.9.2 LA TRANSFORMACION EN CRISTO

OBJETIVO

Suplicar al Espíritu Santo la gracia de ser como otro Cristo

Por la caridad de Dios el cristiano queda convertido en otro hombre. De hijo de


este mundo, en hijo de Dios.

Por eso el mundo no nos conoce (1ra. Jn 3, 1) somos extraños a su modo de ver y
sentir.

No quiere decir que yo haya alcanzado ya todo, ni que ya sea perfecto, prosigo
adelante con la esperanza de alcanzar aquello, para lo cual Cristo Jesús me
alcanzo primero (Filipenses 3, 12)
Nuestro comportamiento ha dejado ya de ser de unos pobres esclavos, pues no
recibisteis un espíritu de esclavos, para volver al temor, sino un espíritu de hijos
adoptivos que nos hace exclamar Abba “Padre” (Rm. 8, 15)

ENSEÑANZA

Los hombres fuimos creados a imagen y semejanza de Dios (Gén. 1, 27).


Perdimos ese parecido por culpa de Adán, pero lo recuperamos por el amor de
Cristo, que se hizo semejante en todo a nosotros, menos en el pecado (Heb. 2,
17) para que volviésemos a ser semejantes al Creador.

La meta de los cristianos es acoger al Señor y permitirle que more en nuestro


corazón y nos transforme en Él, de modo que podamos exclamar: "Ya no vivo yo,
es Cristo quien vive en mí" (Gál. 2, 20).

Realizar esa afirmación del Apóstol es una gracia para cualquier persona. "Ese es
el ideal y la meta que traspasa e invade a la Renovación Carismática Católica, y el
programa de vida de quienes se someten a la guía del Espíritu Santo",

Jesús quiere morar en sus discípulos. Él habló de venir con el Padre y con el
Espíritu Paráclito, para hacer su morada en nosotros, y puede realizarlo si nuestra
mente piensa en Él, si nuestro corazón lo ama, si nuestra memoria lo evoca, si
nuestros deseos lo anhelan, si nuestros actos se realizan de acuerdo con su
voluntad.

El hombre que se compromete con ese ideal se va transformando en Jesucristo:


piensa como pensó Jesús (1 Cor. 2, 16), ama como el Señor amó (Jn. 13, 34; 15,

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12; 1 Jn. 2, 6; Ef. 5, 2), perdona, acoge y sirve como Él lo hizo (Col. 3, 13; Rom.
15, 7; Mt. 20, 27-28).

Los cristianos hablan de imitar a Jesucristo y de comportarse en cada momento


como lo haría Jesús. Esa manera de expresarse se encuentra en la Biblia y en los
escritos espirituales.

Pero otro modo de hablar, más intenso y comprometido, que también se lee en la
Biblia, es el que nos lleva a recordar que los bautizados formamos con Jesucristo
un mismo cuerpo, del cual somos miembros, y que Él nos puede usar como
instrumentos para realizar su obra: nuestras palabras le permiten seguir
anunciando su evangelio, nuestros actos le posibilitan expresar su misericordia
ante el sufrimiento de los hombres, nuestros sentimientos prolongan los suyos
impregnados de amor y obediencia hacia su Padre, y nuestros dolores completan
lo que faltó a su pasión.

También nuestra oración de alabanza y de súplica debe unirse a la de Jesús, y


haciéndose expresión de la plegaria del Hijo de Dios, llegar hasta el corazón del
Padre. Eso lo expresa la liturgia cuando, en la anáfora eucarística, exclama:

"Por Cristo, con Él y en Él, se te dé, oh Padre, todo honor y toda gloria". En esa
frase cada preposición tiene un sentido especial: "Por" alude a Cristo mediador, a
través del cual llegamos a Dios. "Con" se refiere a Jesús nuestro hermano,
solidario con nosotros en nuestras súplicas. "En" recuerda nuestra unión con
Jesucristo, con quien formamos un solo cuerpo.

III. María, modelo de la transformación en Cristo


La mujer que realizó de modo perfecto la unión con Jesús y la transformación en
Él fue María, su madre: ella lo llevó nueve meses en sus entrañas, lo acogió recién
nacido, lo acompañó desde el pesebre hasta el Calvario, conservó en su corazón
todo lo que a Él atañía y estuvo siempre llena de su amor.

A. TRANSFIGURACIÓN:

Seis días después Jesús, invitó a parte a Pedro, Santiago y Juan, (Mc. 9, 2) y los
llevó a ellos solos secretamente a un cero muy alto. Allí cambio de aspecto
delante de ellos.

Sus ropas se volvieron resplandecientes, tan blancas como nadie en el mundo


sería capaz de blanquearlas de tal modo. (Mc. 9, 3)

Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús (Mc. 9, 5): maestro que bueno que estamos
aquí, levantemos tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

En realidad Pedro no sabía lo que decía, porque estaba deslumbrado. En eso se


formó una nube que los cubrió con su sombra y desde la nube llegaron estas

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palabras: “Este es mi hijo amado, escúchenlo” y de pronto miraron a su alrededor,
no vieron ya a nadie, solo Jesús estaba con ellos.

Al igual que Moisés que había subido a encontrar la gloria de Dios en El Sinaí,
también estos discípulos la encontraron en este cerro.

La nube que los cubría es la misma que en varios episodios bíblicos indica y
oculta al mismo tiempo la presencia misteriosa de Dios (Ex. 19 y 1Re. 8, 10)

B. SIGNOS EXTERIORES:

La nube luminosa, la luz, la ropa brillante, y la voz del padre son signos exteriores
que indican algo del misterio de Jesús.

Esto es lo que esperaban ansiosamente los apóstoles del Padre. Un Reino de


Dios, una edad de oro, un mundo de justicia bajado del cielo a la tierra.

Pero no para prepararnos un paraíso aquí en la tierra, más bien nos ofrece sufrir
con su hijo para ser transformados por Él en la presente vida de una forma
misteriosa.

Unos pescadores deciden seguir a Jesús: Simón y Andrés, Santiago y Juan.


Dejaron todo por seguir a Jesús (Mt. 4, 18 –22)

El Paralítico: cuatro hombres querían acercarlo a Jesús, pero la gente no se


apartabas para darle paso. Entonces lo subieron por el techo y lo pusieron
delante de Jesús. Jesús se dio cuenta que tenían fe en Él y dijo al paralítico: “Tus
pecados están perdonados”

Jesús llama a un pecador (Leví Mateo) Jesús se paseaba por la orilla del lago,
cuando vio al recaudador de impuestos Leví, en su caseta de recaudador de
impuestos.

Jesús le dijo: ven, sígueme, Leví se levantó y fue con Jesús, y Jesús estaba
invitado a comer en casa de Leví.

Exodo 3, 5 Sácate las sandalias, Dios ordena a Moisés sacarse las sandalias igual
a nosotros nos ordena sacarnos todo aquello que sea nocivo para recibirle y nos
transforme.

Exodo 34, 29 – 33, Moisés baja del monte con las tablas y su cara estaba
radiante, igual nos dirá a nosotros el señor baja de tu orgullo, soberbia, vanidad,
pecado, etc. Y yo haré irradiar tu cara, tu cuerpo transformándote íntegramente
con mi Espíritu Santo.

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6.9.3 LA VIRGEN MARIA, MADRE DE DIOS

María, es la Mujer con la cual se abre la promesa en la NUEVA alianza, como los
dice El Génesis 3, 15 Haré que haya enemistad entre tí y la mujer, entre tu
descendencia y la suya. Ella te pisará la cabeza mientras tú herirás su talón.

Con lo cual cierra Simeón la antigua profecía, que nos narra Lucas 2, 25 – 35

La virgen María es la mujer que mayor contacto ha tenido en la historia con la


Santísima Trinidad. El Padre la eligió entre todas las mujeres, El Espíritu Santo
engendró al Hijo de Dios en sus entrañas y la Segunda Persona tomó carne y
sangre en su vientre.

Si por Eva entró el pecado en el mundo, por la Virgen María entró la salvación.

¿Por qué María es centro de ataques hoy en día? Desde el Génesis 12, 13 -
18 fue profetizada la “enemistad entre la Mujer y el demonio” También está escrito
que éste le hará la guerra a la descendencia de la Mujer. Esta es la razón por la
cual María es centro de controversia.

La Iglesia es gran defensora de la Virgen María, pues es nuestra Madre, ya que


la recibimos de Jesús en la Cruz, como los narra Juan 19, 25 – 27 25Cerca de la
Cruz de Jesús estaba su madre,, con María, la hermana de su madre, esposa de
Cleofás, y María de Magdalena. 26Jesús al ver a la Madre y junto a ella al
discípulo que más quería, dijo a la Madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo.” 27Después
dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu madre.” Y desde aquel momento el discípulo se
la llevó a su casa.

Juan representa a toda la HUMANIDAD, además la gran promesa (Génesis 3, 15)


dice que quienes vencerán a la descendencia de la serpiente será la
descendencia de la Mujer. Nosotros somos los hijos de la Mujer, somos su
descendencia, y esta mujer es la Virgen María.

Si el pueblo de Israel son los hijos en la fe de Abraham, nosotros somos los hijos
en la fe de María, la primera que aceptó a Cristo como Señor y salvador, la
primera que recibió la unción del Espíritu Santo, como lo vemos en Lucas 1, 34
María entonces dijo al ángel: “¿Cómo puede ser esto, si yo soy virgen?” Contestó
el ángel: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá
con su sombra; por eso el niño santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios.

«Salve, Señora, Reina Santa Madre de Dios, María, que eres Virgen hecha Iglesia
y elegida por el Santísimo Padre del cielo, a la cual consagró Él con su santísimo

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amado Hijo y el Espíritu Santo Paráclito, en la cual estuvo y está toda la plenitud
de la gracia y todo bien»

«No ha nacido en el mundo ninguna semejante a ti entre las mujeres, hija y


esclava del altísimo el Padre celestial, Madre de nuestro Santísimo Señor
Jesucristo, esposa del Espíritu Santo.

«El misterio de la maternidad divina eleva a María sobre todas las demás criaturas
y la coloca en una relación vital única con la santísima Trinidad. María lo recibió
todo de Dios.

«Puesto que la encarnación del Hijo de Dios constituía el fundamento de toda la


vida espiritual debemos seguir las huellas del Verbo encarnado, debemos
mostrar un amor agradecido a la mujer que no sólo nos trajo a Dios en forma
humana, sino que hizo "hermano nuestro al Señor de la majestad, nuestro Señor
Jesucristo"»

San Francisco de Asís veía en María, por su condición de madre, la prolongación


de la misericordia, del amor y de la omnipotencia de Jesús, su hijo y redentor
nuestro. Ambos, como diría la teología posterior, fueron predestinados en un
mismo decreto por el Padre para consumar la misma obra: la redención del género
humano.

¿Por qué la Iglesia llama a María madre de Dios? Como es de todos conocido
Isabel, sintiéndose llena del Espíritu Santo, dijo: “¿De dónde a mí que la madre de
mi Señor venga a Mí? Pues bien, Isabel habló bajo la unción de Espíritu Santo,
pues fue el mismo Espíritu Santo quién llamó a María, Madre de Dios, Leer Lucas
1, 39 - 45
En el evangelio de San Lucas 1, 39 – 45 39Por entonces María tomó su decisión y
se
fue, sin mas demora, a una ciudad ubicada en los ceros de Judá. 40Entró en la
casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41Al oír Isabel su saludo, el niño dio salto en
su vientre. Isabel se llenó del Espíritu Santo 42y exclamó en alta voz: “!Bendita tú
eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! 43 ¿Cómo he merecido yo
que venga a mí la madre de mi Señor? 44Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el
niño saltó de alegría en mis entrañas. 45 ¡Dichosa tu por haber creído que se
cumplirán las promesas del Señor!”

Como podemos observar Isabel es ensalzada. Y María se humilló hasta hacerse


“esclava” Lucas 1, 38 Dijo María: “Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí tal
como has dicho.”

¿Porque la Iglesia llama a María Reina? Pero Jesús la ensalza a lo opuesto que
es Reina. ¿Lógico, verdad? Además, miremos lo que nos dice la palabra de Dios
en 1 Reyes 19, Entró Betsabé a ver al rey Salomón para hablarle a favor de
Adonías. Se levantó el rey para recibirla y se postró ante ella; se sentó después

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en su trono y pusieron un trono para la madre del rey, la cual se sentó a su
derecha.

Dice que en el reino de David la madre del Rey se siente a la derecha de éste.
Jesús es Rey, Juan 18, 37Pilato le preguntó: “Entonces, ¿tú eres rey?” Jesús
respondió: “Tú lo has dicho: yo soy Rey. Yo doy testimonio de la verdad, y para
esto he nacido y he venido al mundo. Todo el que está del lado de la verdad
escucha mi voz.

Pues Jesús es heredero del reino de David Lucas 1, 32 Será grande y justamente
será llamado Hijo del altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su antepasado
David. Por lo tanto, el lugar de María es un trono a la derecha de su Hijo que es
Rey de Reyes.

Los católicos adoran a María? No, la iglesia no se cansa de proclamar que


nosotros honramos a María, como lo hizo Jesús y la proclamamos bendita,
cumpliendo la profecía bíblica que nos narra Lucas 1, 48 Por que se fijó en su
humilde esclava, y desde ahora todas las generaciones me llamarán feliz.

Pues bien la adoración pertenece única y exclusivamente a Dios y María es


criatura de Dios.

¿Porque los católicos rezamos a la Virgen María? En Juan 2, 1 – 12 (Bodas


de Caná) María demostró indiscutiblemente su poder de intersección. Cristo es el
único intercesor, pero ante Jesús, María intercede por nosotros.

¿Por qué los católicos rezamos el Rosario? Bien la oración más bíblica es el
Rosario, pues todos los misterios están en la Biblia, el Padre nuestro está en la
Biblia, al igual que la primera parte del Ave María. El Rosario es una oración más
bíblica que muchas que se hacen o que están impresas. En cuanto a la
repetición, nos dice Marcos 14, 39 Y se alejó de nuevo a orar repitiendo las
mismas palabras. Pues bien Jesús repetía muchas veces la misma oración, por
tanto el Rosario es una meditación en una oración.

¿Porque la Iglesia dice que María fue llevada al Cielo en cuerpo y alma? Esto no
aparece en la Biblia. La asunción de María no está bíblicamente expresada, pero
forma parte de la tradición de la Iglesia. Muchos se preguntan porque no parece n
la Biblia. Responderemos que tampoco Martín Lutero aparece en la Biblia y sin
embargo existió. Son hechos que sucedieron después de concluidos los libros
que integran el Evangelio; sin embargo aunque no aparece en la Biblia, la
asunción de María tampoco lo contradice y es que antes de María Enoc y Elías
fueron llevados en cuerpo y alma al cielo.

Miremos la historia en Génesis 5, 24 Enoc anduvo con Dios hasta que Dios se lo
llevó: sencillamente desapareció. Hebreos 11, 5. 2Reyes todo el capítulo 2
(Elías)

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Una vez que hayamos leído estos pasajes bíblicos comprenderemos, que María
siendo la madre de Dios porque no gozar de este privilegio.

Hay quienes niegan de las apariciones de María: Pues bien María tiene la
misión de anunciar la segunda venida de Cristo. (Apocalipsis 12) En sus
apariciones María no trae al mundo mensajes propios, trae el mensaje evangélico
de conversión, arrepentimiento y retorno a las Escrituras.

El Demonio no puede predicar la conversión a Jesús, y además, los frutos de paz,


conversión y alegría que se observan en las personas que asisten a estos
eventos. Por lo tanto no puede venir del Maligno. Dice la Escritura que atribuir al
Demonio las obras de Dios es pecado contra el Espíritu Santo, y este no se
perdona. Mateo 12, 22 -32

Para concluir hermanos y hermanas veamos los que nos dice la palabra de Dios
en la 2da. Carta a Timoteo: 2, 23 – 24 23Pero evita las cuestiones tontas e
inútiles, pues sabes que originan peleas. 24Un servidor del Señor no debe de ser
peleador, sino comprensivo con todos, buen pedagogo, paciente en las
incomprensiones.

Pues la Biblia es para edificación y no para discusión. Ama a María y Ella te


llevará a Jesús, a quién tanto buscas, porque ella lo conoce muy bien, lo
llevó en su seno nueve meses, lo alimentó, lo cuidó y guió durante 30 años.
Pues nadie conoce mejor a Jesús como Ella, nadie le da gloria a Dios
quitándole honra a María. Y es que la honra de María es la Gloria de Dios.

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