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El espíritu de religiosidad

Hoy veremos al espíritu enemigo más opositor y uno de los más peligrosos para la obra de Cristo sobre la tierra: el
espíritu de religiosidad. Cuando Jesús el Salvador vino a la tierra fue este espíritu el que más se le opuso y el que más se
levantaba en contra de Jesús.

Génesis 4:1-12 TLA


Caín y Abel
“El hombre tuvo relaciones sexuales con su mujer Eva, y ella quedó embarazada y tuvo un hijo. Lo llamó Caín porque
dijo: «¡Gracias a Dios he tenido un varoncito!» Después volvió a tener otro hijo, que se llamó Abel. Caín se dedicó a
cultivar la tierra, mientras que Abel fue pastor de ovejas. Pasó el tiempo, y un día Caín le presentó a Dios una ofrenda de
los frutos que cultivaba. Por su parte Abel escogió las primeras crías más gordas de sus ovejas, y se las llevó a Dios como
ofrenda. Dios recibió con mucho agrado la ofrenda de Abel, 5 pero no recibió con el mismo gusto la ofrenda de Caín.
Esto le molestó mucho a Caín, y en su cara se le veía lo enojado que estaba. Entonces Dios le preguntó a Caín:
«¿Por qué estás tan triste y enojado? Si haces lo correcto, siempre te aceptaré con agrado, pero si haces lo malo, el pecado
está listo para atacarte como un león. ¡No te dejes dominar por él!»
Un día, Caín invitó a su hermano. Cuando llegaron al campo, Caín golpeó a su hermano y lo mató.
Más tarde, Dios le preguntó a Caín:
—¿Dónde está tu hermano?
Y Caín le respondió:
—No lo sé. ¡No tengo por qué cuidarlo!
Entonces Dios le dijo:
—¿Por qué has matado a tu hermano? ¡Desde la tierra la sangre de tu hermano pide venganza! ¡Esto no puede dejarse sin
castigo! Maldito serás, y la tierra que cultives no te producirá nada, pues has matado a tu hermano y esa misma tierra se
bebió su sangre. Por eso andarás por la tierra como un vagabundo, que no tiene donde vivir.”

1.CARACTERÍSTICAS DE UNA PERSONA RELIGIOSA:


a. Cree en Dios
Caín creía en Dios, pero no lo llegaba a entender, no alcanzaba a tener una relación estrecha con Él, pero reconocía la
existencia de “Un ser superior”. El religioso tiene tendencia a cumplir ciertas tradiciones o enseñanzas religiosas
aprendidas, pero nunca se pregunta cómo surgieron, le genera mucho rechazo la verdadera obra de Dios, porque lo que
hace es hacer las cosas por superstición o costumbre y no por devoción, entonces “borra con el codo lo que escribe con la
mano” y eso produce que la gente se desencante con Dios.

Romanos 2:21-24 TLA


“Pero, ¿cómo pueden enseñar a otros, si ustedes mismos no aprenden primero? ¿Cómo pueden enseñar que no se debe
robar, si ustedes mismos roban? Dicen que todos deben ser fieles en el matrimonio, pero ustedes mismos son infieles.
Odian a los ídolos, pero roban en los templos de esos ídolos. Están orgullosos de tener la Biblia, pero no la obedecen, y
son una vergüenza para Dios.”
Tiene razón la Biblia cuando dice: «La gente de otros países habla mal de Dios, por culpa de ustedes mismos.»

El religioso se convence de que haciendo algunas cosas religiosas va a conformar a Dios, a pesar de hacer cosas malas.
Pero no engaña a Dios, ni engaña a la gente por mucho tiempo, en realidad no engaña a nadie.
Hay un pensamiento filosófico que se llama deísmo, que nace con los filósofos griegos. Ellos pensaban como muchos
piensan, creen en “un ser superior”, pero nunca se rinden a Dios ni lo conocen, dicen dios está muy ocupado por allí para
ocuparse de mí; o sea tienen sus conceptos y nunca le invitan a venir a sus corazones. El Religioso cumple con algunas
cosas de su “religión” pero otras demuestran desorden y confusión.
La realidad es que, al no tener comunión con Dios, no cambia cosas profundas y se muestra como una persona que cree
pero que no contribuye positivamente en los planes del Señor.
Los fariseos y los escribas eran súper religiosos, pero no tenían discernimiento espiritual, no tenían comunión con el
Espíritu Santo. Conocían las Sagradas Escrituras, pero no conocían al que la inspiró.
Jesús les dijo una memorable frase; “misericordia quiero y no sacrificios”. El religioso hacía sacrificios de animales, pero
no conocía el amor de Dios ni practicaba la misericordia.

Génesis 4:7. TLA


“Si haces lo correcto, siempre te aceptaré con agrado, pero si haces lo malo, el pecado está listo para atacarte como un
león. ¡No te dejes dominar por él!»

Por eso podemos decir que el religioso tiene graves conflictos en su interior sin solucionar.
Es por esto que no tiene paz; es por esto que critica, ataca, y como Caín, guarda odio en su corazón, guarda envidia hacia
los posibles competidores, sobre todo a los que tienen éxito.

Dice la Biblia que Caín guardaba odio en su corazón de tal manera que mató a su hermano. Así es el religioso, tiene
tremendos sentimientos que le llevan a hablar mal, aun a odiar a aquellos que tienen éxito en el campo espiritual. El
religioso no conoce la misericordia, por eso ataca y critica. Jesús les decía que no conocían la misericordia, eran puro
sacrificio en el templo, pero no conocían el amor.

1° Juan 2:9-11 TLA


“Si alguno dice que vive en la luz, pero odia a otro miembro de la iglesia, en realidad vive en una gran oscuridad. El que
ama a los demás, vive bajo la brillante luz de Dios y no causa ningún problema a los de su iglesia. Pero el que odia a otro
cristiano, vive en la oscuridad y no sabe a dónde va, porque la oscuridad lo ha dejado ciego.”

El religioso se pone como juez de quien no piensa como él, llama falso profeta a quien se le ocurre y dice, como lo hacían
con Jesús: ¡eso es del diablo! Porque básicamente tienen tan poca misericordia que Dios no hace milagros a través de
ellos, entonces cuando los demás son usados sobrenaturalmente llegan a decir que no es de Dios, sino el diablo usando a
esa gente.
El mismo Pilato sabía que por envidia habían entregado a Jesús. “El religioso envidioso es un ser muy peligroso”. Creo
que cualquiera puede tener conflictos, pero lo importante es sanarlos, porque tenemos todas las posibilidades para hacerlo.
Una persona que cree en Dios pero que no tiene sanidad interior puede hacer gravísimo daño a los intereses de Dios.

Mateo 23:27.
“Qué mal les va a ir! Aparentan ser gente buena y honrada, pero en realidad son hipócritas y malvados. Son como una
tumba pintada de blanco, que por fuera se ve limpia, pero que por dentro está llena de huesos y de suciedad.”

b. El religioso no tiene frutos verdaderos


Mateo 7:15-20 TLA
El árbol y su fruto
“¡Cuídense de los profetas mentirosos, que dicen que hablan de parte de Dios! Se presentan ante ustedes tan inofensivos
como una oveja, pero en realidad son tan peligrosos como un lobo feroz. Ustedes los podrán reconocer, pues no hacen
nada bueno. Son como las espinas, que sólo te hieren. El árbol bueno sólo produce frutos buenos y el árbol malo sólo
produce frutos malos. El árbol que no da buenos frutos se corta y se quema. Así que ustedes reconocerán a esos
mentirosos por el mal que hacen.”

El religioso tiene apariencia de piedad, pero no tiene frutos para ayudar a los demás. Aparentemente ama mucho a Dios,
pero no a su prójimo. Por eso Dios no lo puede usar para sanar a la gente, ni tampoco para liberar. Sencillamente porque
no tienen misericordia.
El religioso no fluye en lo sobrenatural, pero critica a todos los que llevan liberación a la gente, y genera sospechas hacia
las personas que tienen un estilo distinto o que tienen estrategias diferentes para ganar a la gente para Cristo.
Es bueno tener siempre presente: “…a éstos evita” (2° Timoteo 3:5). Como lo identificó nuestro Señor, este espíritu
religioso es “…la levadura de los fariseos y saduceos” (Mateo 16:6) y de la cual Jesús advirtió a sus discípulos que se
guardasen.

El Espíritu religioso, hace que todo en apariencia pareciera estar bien, pero cuando se utiliza el discernimiento de espíritu,
uno ve la realidad, que es la carencia o ausencia de la poderosa obra del Espíritu Santo.

2. LA NATURALEZA DEL ESPÍRITU RELIGIOSO


Un espíritu religioso es un demonio que busca sustituir la comunión y el poder del Espíritu Santo en la vida del creyente.
Su objetivo principal consiste en hacer que entre los miembros de la iglesia haya: “Dirán que aman y respetan a Dios,
pero con su conducta demostrarán lo contrario.” (2° Timoteo 3:5).

El Gran Engaño
Una de las características más engañosas del espíritu religioso se fundamenta en el celo por Dios. Tenemos la tendencia a
pensar que el celo por Dios no puede ser malo, pero eso depende de la causa por la que seamos celosos por Él. Como bien
dice Pablo “Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia”

Romanos 10:2 – 4 TLA


“Estoy seguro de que ellos tienen muchos deseos de servir a Dios, pero no saben cómo hacerlo. No comprenden que sólo
Dios nos puede declarar inocentes. Por eso han tratado de hacer algo para que Dios los acepte. En realidad, han rechazado
la manera en que Dios quiere aceptarlos. Dios ya no nos acepta por obedecer la ley; ahora sólo acepta a los que confían en
Cristo. Con Cristo, la ley llegó a su cumplimiento.”

Nadie en el mundo oraba más, ayunaba más, leía tanto las Escrituras, ni tenía una mayor esperanza en la venida del
Mesías que los fariseos; pero a su vez fueron los mayores y más grandes oponentes de Dios y de su Mesías cuando Jesús
estaba en la tierra.

Es posible discernir nuestros frutos y no descansar hasta lograrlos, pero el espíritu religioso ha procurado apagar todo
avivamiento y todo mover del Espíritu de Dios, y esto es porque no le interesa el avivamiento, ni la salvación de la gente.

3.LOS CIMIENTOS DEL ESPÍRITU RELIGIOSO.

Filipenses 3: 1 – 10 TLA
“Además, hermanos, alégrense de estar unidos al Señor. A mí no me molesta repetirles lo que ya les había escrito, y a
ustedes les hace bien que lo repita.
¡Cuídense de esa gente despreciable y malvada, que los quiere circuncidar! Los verdaderos circuncidados somos nosotros,
los que guiados por el Espíritu adoramos a Dios y estamos orgullosos de pertenecer a Jesucristo. Nosotros no creemos que
podamos hacer nada para salvarnos. Si la salvación dependiera de la circuncisión, yo podría sentirme más orgulloso que
cualquiera: 5 me circuncidaron a los ocho días de nacido, pertenezco a la nación de Israel, y soy de la tribu de Benjamín;
¡soy más hebreo[b] que muchos hebreos! En cuanto a cumplir la ley, pertenecí al grupo de los fariseos. Tanto me
preocupaba por cumplir la ley que perseguía a los miembros de la iglesia. ¡Nadie puede culparme de no haber cumplido la
ley! Pero, gracias a lo que Cristo hizo por mí, ahora pienso que no vale la pena lo que antes consideré de valor. Todo eso
lo he dejado a un lado, y lo considero basura, con tal de llegar a conocer bien a Cristo, pues no hay mejor conocimiento. Y
quiero que Dios me acepte, no por haber obedecido la ley, sino por confiar en Cristo, pues así es como Dios quiere
aceptarnos. Por eso, lo único que deseo es conocer a Cristo; es decir, sentir el poder de su resurrección, sufrir como él
sufrió, y aun morir como él murió,”

Como casi todas las fortalezas del enemigo, el espíritu religioso levanta su obra sobre dos cimientos básicos: temor y
orgullo. El espíritu religioso busca hacer que sirvamos al Señor a fin de obtener su agrado. Por tanto, el espíritu religioso
basa su relación con Dios sobre una disciplina personal, en vez de cimentarla en la fe del sacrificio de Cristo.
El orgullo y el temor causan graves daños a la vida espiritual del creyente, y su liberación por regla general, es un proceso
bastante largo. Esta es la razón para que el mismo Señor le haya dado a Jezabel tiempo para arrepentirse.

Apocalipsis 2:20-21. TLA


’Pero hay algo que no me gusta de ti, y es que has dejado que Jezabel siga engañando a mis servidores. Esa mujer anda
diciendo que yo la envié, y les ha dicho a mis servidores que pueden comer de lo que se ofrece a dioses falsos, y los
anima a serme infieles. Yo le he dado tiempo para que vuelva a obedecerme, pero no ha querido hacerlo, ni ha dejado de
creer en dioses falsos.”

El Señor concedió a la mujer “Jezabel” tiempo para arrepentirse, reprendió a la iglesia de Tiatira por tolerar a esa mujer
(Apocalipsis 2:20). Podemos ser pacientes con quienes tienen espíritus religiosos y darles tiempo para que se arrepientan,
pero no debemos tolerarles en medio nuestro, mientras estamos en la espera.

Un espíritu religioso se fundamenta en el orgullo y se evidencia por el perfeccionismo.

El perfeccionista ve todo como blanco o como negro. Esto conduce a graves desilusiones cuando nos lo imponemos a
nosotros mismos, o fijamos estos parámetros para los demás.

La gracia verdadera, auténtica y genuina, imparte una verdad que da libertad y muestra el camino para salir del pecado, o
para llegar a niveles más altos de madurez espiritual.
El individuo con un espíritu religioso por lo general puede indicar precisamente todos los defectos en los demás, pero no
los propios, es capaz de indicar todos los problemas con gran seguridad, pero usualmente no ofrece soluciones, y son solo
observaciones negativas.
1ª Juan 4:18 TLA
“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el
que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.”

Echemos fuera el temor conociendo el perfecto amor de Dios. ¡Confiemos en Él y Él hará!

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