Está en la página 1de 7

"El Arte de Amar" de Erich Fromm

Libro escrito por el psicoanalista y filósofo Erich Fromm, publicado por primera vez en 1956. En
este libro, Fromm explora y analiza el concepto del amor desde una perspectiva psicológica y
filosófica, ofreciendo una visión profunda y provocativa sobre lo que implica amar de manera
auténtica y saludable. A continuación, se presenta un resumen detallado del libro:

1. Introducción: La Crisis del Amor Fromm comienza destacando la paradoja de la sociedad


moderna: a pesar de los avances tecnológicos y materiales, las personas parecen estar
experimentando una crisis en sus relaciones amorosas. Argumenta que el amor es un arte
que requiere esfuerzo y aprendizaje, pero la sociedad no educa a las personas en cómo
amar.

2. El Amor como Respuesta a la Existencia Humana: Fromm sostiene que el amor es una
necesidad fundamental en la vida humana, junto con la necesidad de sentirnos unidos a
otros seres humanos. Explica cómo, desde el nacimiento, los seres humanos dependen de
los demás para sobrevivir y cómo esta necesidad de unión y conexión persiste a lo largo de
la vida.

¿El campo AT en el amor? La vivencia de la separatidad provoca angustia; es, por cierto, la
fuente de toda angustia. Estar separado significa estar aislado, sin posibilidad alguna para
utilizar mis poderes humanos. Por otra parte, produce vergüenza y un sentimiento de
culpa. El relato bíblico de Adán y Eva expresa esa experiencia de culpa y vergüenza en la
separatidad. Después de haber comido Adán y Eva del fruto del «árbol del conocimiento
del bien y del mal», después de haber desobedecido (el bien y el mal no existen si no hay
libertad para desobedecer)

El hombre -de todas las edades y culturas- enfrenta la solución de un problema que es
siempre el mismo: el problema de cómo superar la separatidad, cómo lograr la unión,
cómo
trascender la propia vida individual y encontrar compensación. Las respuestas dependen,
en cierta medida, del grado de individualización alcanzado por el individuo.

Las formas de alcanzar tal objetivo de superar la separatidad, a lo largo de la historia de la


humanidad, consistió en:

i. Diversas clases de estados orgiásticos. Estos pueden tener la forma de un trance


autoinducido, a veces con la ayuda de drogas. No obstante, el acto sexual sin amor
nunca elimina el abismo que existe entre dos seres humanos, excepto en forma
momentánea.

ii. La unión basada en la conformidad con el grupo, sus costumbres, prácticas y


creencias. En la sociedad capitalista contemporánea, el significado del término
igualdad se ha transformado. Por él se entiende la igualdad de los autómatas, de
hombres que han perdido su individualidad. Hoy en día, igualdad significa
«identidad» antes que «unidad». La sociedad contemporánea predica el ideal de la
igualdad no individualizada, porque necesita átomos humanos, todos idénticos,
para hacerlos funcionar en masa, suavemente, sin fricción; todos obedecen las
mismas órdenes, y no obstante, todos están convencidos de que siguen sus propios
deseos. Así como la moderna producción en masa requiere la estandarización de
los productos, así el proceso social requiere la estandarización del hombre, y esa
estandarización es llamada «igualdad». (…) La frecuencia del alcoholismo, la
afición a las drogas, la sexualidad compulsiva y el suicidio en la sociedad occidental
con temporánea constituyen los síntomas de ese fracaso relativo de la
conformidad tipo rebaño.

iii. La unión que reside en la actividad creadora. La unidad alcanzada por medio del
trabajo productivo no es interpersonal; la que se logra en la fusión orgiástica es
transitoria; la proporcionada por la conformidad es sólo pseudounidad. La solución
plena está en el logro de la unión interpersonal, la fusión con otra persona, en el
amor. Ese deseo de fusión interpersonal es el impulso más poderoso que existe en
el hombre. Constituye su pasión más fundamental, la fuerza que sostiene a la raza
humana, al clan, a la familia y a la sociedad.

Conformidad con el
Estados orgiásticos Actividad creadora
grupo

iv. Unión simbiótica: Formas inmaduras de amar. La forma pasiva de la unión


simbiótica es la sumisión, o, para usar un término clínico, el masoquismo. La activa
es la dominación o también conocido como el sadismo.

v. El amor maduro significa unión a condición de preservar la propia integridad, la


propia individualidad. El amor es un poder activo en el hombre; un poder que
atraviesa las barreras que separan al hombre de sus semejantes y lo une a los
demás; el amor lo capacita para superar su sentimiento de aislamiento y
separatidad, y no obstante le permite ser él mismo, mantener su integridad. En el
amor se da la paradoja de dos seres que se convierten en uno y, no obstante,
siguen siendo dos.

El amor
maduro

Unión
simbióti
ca

Sumusión
Domin
ación

El amor es una actividad, no un afecto pasivo; es un «estar continuado», no un «súbito


arranque». En el sentido más general, puede describirse el carácter activo del amor
afirmando que amar es fundamentalmente dar, no recibir. ¿Qué le da una persona a
otra? Da de sí misma, de lo más precioso que tiene, de su propia vida.
Además del elemento de dar, el carácter activo del amor se vuelve evidente en el hecho de
que implica ciertos elementos básicos, comunes a todas las formas del amor. Esos
elementos son: cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento.

RESPONSA
CUIDADO BILIDAD

CONOCIMI
RESPETO
ENTO

Cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento son mutuamente interdependientes.


Constituyen un síndrome de actitudes que se encuentran en la persona madura; esto es, en
la persona que desarrolla productivamente sus propios poderes, que sólo desea poseer los
que ha ganado con su trabajo, que ha renunciado a los sueños narcisistas de
omnisapiencia y omnipotencia, que ha adquirido humildad basada en esa fuerza interior
que sólo la genuina actividad productiva puede proporcionar.

El amor es la penetración activa en la otra persona, en la que la unión satisface mi deseo


de conocer. Pero por encima de la necesidad universal, existencial, de unión, surge otra
más específica y de orden biológico: el deseo de unión entre los polos masculino y
femenino. La polaridad masculino-femenina es también la base de la creatividad
interpersonal.

3. El amor entre Padres e Hijos: Fromm plantea que el amor infantil sigue el principio: «Amo
porque me aman.» El amor maduro obedece al principio: «Me aman porque amo.» El
amor inmaduro dice: «Te amo porque te necesito.» El amor maduro dice: «Te necesito
porque te amo.»

Un examen más profundo puede mostrar que ciertos tipos de neurosis, las obsesivas, por
ejemplo, se desarrollan especialmente sobre la base de un apego unilateral al padre,
mientras que otras, como la histeria, el alcoholismo, la incapacidad de autoafirmarse y de
enfrentar la vida en forma realista, y las depresiones, son el resultado de una relación
centrada en la madre.

4. Los Objetos Amorosos: El amor no es esencialmente una relación con una persona
específica; es una actitud, una orientación del carácter que determina el tipo de relación
de una persona con el mundo como totalidad, no con un «objeto» amoroso.

a. El Amor Materno y el Amor Fraterno: El autor distingue entre dos formas principales
de amor: el amor materno, que es incondicional y orientado hacia el cuidado y la
protección, y el amor fraterno, que es amor entre iguales y se basa en el respeto y la
preocupación por el bienestar mutuo. El amor de la madre a la vida es tan contagioso
como su ansiedad.
b. El Amor Erótico: Fromm explora el amor erótico, que es una forma de amor que
involucra la atracción sexual y el deseo. Destaca la importancia de equilibrar el amor
erótico con otras formas de amor, ya que el amor erótico por sí solo puede ser
superficial y fugaz.

c. El Amor como Acto de Voluntad: El autor argumenta que el amor es una elección
consciente y un acto de voluntad. Amar implica esfuerzo, atención y compromiso.
Fromm enfatiza que amar no es simplemente un sentimiento pasivo, sino una acción
activa. El amor es exclusivamente un acto de la voluntad y un compromiso.

d. El Desafío de Amar a Uno Mismo: Fromm subraya la importancia de amarse a uno


mismo antes de poder amar a los demás de manera saludable. Explora cómo la falta
de autoestima y autoaceptación puede obstaculizar la capacidad de amar. La idea
expresada en el bíblico «Ama a tu prójimo como a ti mismo», implica que el respeto
por la propia integridad y unicidad, el amor y la comprensión del propio sí mismo, no
pueden separarse del respeto, el amor y la comprensión del otro individuo. El amor a
sí mismo está inseparablemente ligado al amor a cualquier otro ser.

a. Amar a Dios: El autor discute cómo el amor a Dios, en un contexto religioso o


espiritual, puede ser una forma poderosa de amor que trasciende las relaciones
humanas. Sin embargo, advierte contra el amor a Dios como una evasión de la
responsabilidad de amar a los demás. Plantea un versus entre la lógica occidental de
entender a Dios (lógica aristotélica) y la lógica oriental (lógica paradójica). Aquí se
recuerda la propuesta de Sócrates y de Jesús acerca de la posibilidad de alcanzar una
vida eterna en un reino en los cielos tras la práctica de una serie de mandamientos
propios de sus respectivas doctrinas. En la visión oriental, dicho reino no existe y el
sentido de la vida es el que el propio hombre le da, dado que el hombre está
complemente solo, salvo en la medida en que ayuda a otro. Es por ello que Nietzsche
plantea la muerte de Dios como concepto al que se añora llegar, dándole mayor
importancia al hecho de vivir esta vida tal cual es (amor fati).

La lógica paradójica tiene en Heráclito su primera manifestación filosófica en el


pensamiento occidental. Heráclito afirma que el conflicto entre los opuestos es la base
de toda existencia. «Ellos no comprenden», dice «que el Uno total, divergente en sí
mismo, es idéntico a sí mismo: armonía de tensiones opuestas, como en el arco y en la
lira». O aun con mayor claridad: «Nos bañamos en el mismo río y, sin embargo, no en
el mismo; somos nosotros y no somos nosotros». O bien: «Uno y lo mismo se
manifiesta en las cosas como vivo y muerto, despierto y dormido, joven y viejo». En la
filosofía de Lao Tsé la misma idea exprésase en una forma más poética. Un ejemplo
característico del pensamiento paradójico taoísta es el siguiente: «La gravedad es la
raíz de la liviandad; la quietud es la rectora del movimiento». O bien: «El Tao en su
curso regular no hace nada y, por lo tanto, no hay nada que no haga». O bien: «Mis
palabras son muy fáciles de conocer y muy fáciles de practicar; pero no hay nadie en el
mundo capaz de conocerlas y practicarlas».

En el pensamiento taoísta, así como en el pensamiento indio y socrático, el nivel más


alto al que puede conducirnos el pensamiento es conocer lo que no conocemos:
«Conocer y, no obstante [pensar] que no conocemos es el más alto [logro]; no conocer
[y sin embargo pensar] que conocemos es una enfermedad». Que el Dios supremo no
pueda nombrarse no es sino una consecuencia de esa filosofía. La realidad final, lo Uno
fundamental, no puede encerrarse en palabras o en pensamientos. Como dice Lao Tsé,
«El Tao que puede ser hallado, no es el Tao permanente y estable. El nombre que
puede nombrarse no es el nombre permanente y estable». O, en una formulación
distinta: «Lo miramos y no lo vemos, y lo llamamos el `Ecuable'. Lo escuchamos y no lo
oímos, y lo llamamos el `Inaudible'. Tratamos de captarlo, y no logramos hacerlo, y lo
nombramos el `Sutil'. Con estas tres cualidades no puede
ser sujeto de descripción; y por eso las fundimos y obtenemos El Uno». Y aun otra
formulación de la misma idea: «El que conoce [el Tao] no (necesita) hablar (sobre él);
el que está [siempre dispuesto a] hablar sobre él no lo conoce»».

Por lo tanto, lo más importante es la forma correcta de vivir. Toda la vida, cada acción,
banal o importante, se dedica al conocimiento de Dios, pero no a un conocimiento por
medio del pensamiento correcto, sino de la acción correcta. Las religiones orientales
constituyen una clara ilustración de ese concepto. Tanto en el brahmanismo como en
el budismo y el taoísmo, la finalidad fundamental de la religión no es la creencia
correcta, sino la acción correcta (Fromm agrega como ejemplo a la religión judía
debido a sus pocos cismas por temas de creencia y la frase de Marx acerca del rol de la
filosofía en la vida el cual no es de interpretación sino de transformación).

5. El Significado del Amor en la Vida Moderna: Fromm analiza cómo la sociedad moderna y
el consumismo pueden influir negativamente en la forma en que las personas
experimentan y practican el amor. Argumenta que el individualismo y la búsqueda de la
satisfacción instantánea pueden socavar el amor auténtico.

Nuestra civilización ofrece muchos paliativos que ayudan a la gente a ignorar


conscientemente esa soledad: en primer término, la estricta rutina del trabajo
burocratizado y mecánico, que ayuda a la gente a no tomar conciencia de sus deseos
humanos más fundamentales, del anhelo de trascendencia y unidad.

El hombre moderno está actualmente muy cerca de la imagen que Huxley describe en Un
mundo feliz: bien alimentado, bien vestido, sexualmente satisfecho, y no obstante sin yo,
sin contacto alguno, salvo el más superficial, con sus semejantes, guiado por los lemas que
Huxley formula tan sucintamente, tales como: «Cuando el individuo siente, la comunidad
tambalea»; o «Nunca dejes para mañana la diversión que puedes conseguir hoy», o, como
afirmación final: «Todo el mundo es feliz hoy en día.» La felicidad del hombre moderno
consiste en «divertirse». Divertirse significa la satisfacción de consumir y asimilar artículos,
espectáculos, comida, bebidas, cigarrillos, gente, conferencias, libros, películas; todo se
consume, se traga. El mundo es un enorme objeto de nuestro apetito, una gran manzana,
una gran botella, un enorme pecho; todos succionamos, los eternamente expectantes, los
esperanzados -y los eternamente desilusionados-. Nuestro carácter está equipado para
intercambiar y recibir, para traficar y consumir; todo, tanto los objetos materiales, como
los espirituales, se convierten en objeto de intercambio y de consumo.

Otro aspecto del amor sentimental es la «abstractificación» del amor en términos de


tiempo. Una pareja puede sentirse hondamente conmovida por los recuerdos de su
pasado amoroso, aunque no haya experimentado amor alguno cuando ese pasado era
presente, o por las fantasías de su amor futuro. ¿Cuántas parejas comprometidas o recién
casadas sueñan con una dicha amorosa que se hará realidad en el futuro, pese a que en el
momento en que viven han comenzado ya a aburrirse mutuamente? Esa tendencia
coincide con una característica actitud general del hombre moderno. Ese vive en el pasado
o en el futuro, pero no en el presente. Recuerda sentimentalmente su infancia y a su
madre -o hace planes de felicidad futura-. Sea que el amor se experimente
substitutivamente, participando en las experiencias ficticias de los demás, o que se
traslade del presente al pasado o al futuro, tal forma abstracta y enajenada del amor sirve
como opio que alivia el dolor de la realidad, la soledad y la separación del individuo.

Fromm critica al matrimonio y lo declara en crisis en la sociedad moderna. El argumento


común de los padres en tal situación es que no pueden separarse para no privar a los hijos
de las ventajas de un hogar unido. Cualquier estudio detallado demostraría, empero, que
la atmósfera de tensión e infelicidad dentro de la «familia unida» es más nociva para los
niños que una ruptura franca, que les enseña, por lo menos, que el hombre es capaz de
poner fin a una situación intolerable por medio de una decisión valiente. Debemos
mencionar aquí otro error muy frecuente: la ilusión de que el amor significa
necesariamente la ausencia de conflicto. Así como la gente cree que el dolor y la tristeza
deben evitarse en todas las circunstancias, supone también que el amor significa la
ausencia de todo conflicto.

Reflexiona el autor finalmente en este capítulo que el amor sólo es posible cuando dos
personas se comunican entre sí desde el centro de sus existencias, por lo tanto, cuando
cada una de ellas se experimenta a sí misma desde el centro de su existencia. Sólo en esa
«experiencia central» está la realidad humana, sólo allí hay vida, sólo allí está la base del
amor. Experimentado en esa forma, el amor es un desafío constante; no un lugar de
reposo, sino un moverse, crecer, trabajar juntos; que haya armonía o conflicto, alegría o
tristeza, es secundario con respecto al hecho fundamental de que dos seres se
experimentan desde la esencia de su existencia, de que son el uno con el otro al ser uno
consigo mismo y no al huir de sí mismos.

Sólo hay una prueba de la presencia de amor: la hondura de la relación y la vitalidad y la


fuerza de cada una de las personas implicadas; es por tales frutos por los que se
reconoce al amor.

6. La Práctica de Amar:

Un último punto debe señalarse con respecto a las condiciones generales para aprender un
arte. No se empieza por aprender el arte directamente, sino en forma indirecta.

En lo que respecta al arte de amar, ello significa que quien aspire a convertirse en un maestro
debe comenzar por practicar la disciplina, la concentración y la paciencia a través de todas las
fases de su vida.
Es esencial que la disciplina no se practique como una regla impuesta desde
afuera, sino que se convierta en una expresión de la propia voluntad.

7. Conclusiones: Fromm concluye el libro reiterando que el amor es un arte que requiere
práctica y desarrollo. Hace un llamado a la educación y la reflexión sobre el amor como
una forma de superar la crisis del amor en la sociedad moderna.

En resumen, "El Arte de Amar" de Erich Fromm es un libro que explora el concepto del
amor desde una perspectiva psicológica y filosófica, destacando la importancia del
esfuerzo consciente, el compromiso y el aprendizaje constante en la práctica del amor
auténtico y saludable. El libro ofrece una visión provocativa sobre cómo el amor puede
enriquecer nuestras vidas y superar la alienación y la soledad en la sociedad moderna.

Aquí están las ideas principales del libro:


i. El Amor como una Habilidad: Fromm plantea que el amor es una habilidad que se
puede aprender y perfeccionar a lo largo de la vida. No es simplemente un
sentimiento pasivo, sino un acto de voluntad y compromiso activo.
ii. El Amor Maduro: El autor aboga por el amor maduro, que implica un profundo
respeto por la individualidad del otro, un compromiso duradero y la capacidad de
dar y recibir sin condiciones.
iii. Amor y Libertad: Fromm explora cómo el amor y la libertad están interconectados.
Argumenta que el amor verdadero no implica limitar la libertad del otro, sino
apoyar su desarrollo personal.
iv. La Soledad y la Búsqueda del Amor: El ser humano experimenta una profunda
soledad, y el amor surge como respuesta a esta soledad. El amor proporciona una
sensación de pertenencia y conexión con el mundo.
v. El Amor como un Arte Activo: Fromm destaca que el amor es un proceso continuo
que requiere atención y esfuerzo constantes. Requiere cuidado, conocimiento y
responsabilidad hacia el otro.
vi. El Amor Fraternal: El autor propone el "amor fraternal" como una forma de amor
que puede extenderse a toda la humanidad. Este tipo de amor implica respeto y
cuidado por todos los seres humanos.
vii. La Importancia de la Comunicación: Fromm enfatiza la necesidad de una
comunicación efectiva en las relaciones amorosas. La comunicación abierta y
honesta es esencial para comprender las necesidades y deseos del otro.
viii. La Superación de la Envidia: Fromm advierte sobre la envidia y los celos como
destructores del amor. Sugiere que el amor maduro implica superar estos
sentimientos y centrarse en el crecimiento y la felicidad del otro.
ix. El Materialismo y el Consumismo: Fromm critica la obsesión contemporánea con
la posesión material y el consumismo, argumentando que socavan la capacidad de
amar de manera auténtica.
x. La Importancia del Desarrollo Personal: El desarrollo personal y el amor están
interrelacionados. Fromm argumenta que las personas que están en proceso de
crecimiento personal son más capaces de amar de manera saludable.
xi. El Desarrollo de la Empatía: La empatía es esencial para el amor. Fromm insta a las
personas a comprender las necesidades y deseos del otro, lo que requiere la
capacidad de ponerse en el lugar del otro.
xii. La Unión sin Fusión: Fromm defiende la idea de que dos individuos pueden
mantener su independencia y aún así experimentar una unión profunda en el
amor. La fusión completa puede ser dañina.

En resumen, "El Arte de Amar" es un libro que promueve el amor maduro, responsable y
respetuoso como una habilidad que se puede cultivar a lo largo de la vida. Fromm enfatiza la
importancia de la voluntad, el conocimiento y el compromiso en las relaciones amorosas, y
argumenta que el amor auténtico es un proceso activo y consciente.

También podría gustarte