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Investigación solicitada en Deontología


Realizada 24/04/2024
Jose Baudilio López Goicochea civ:7207872
Jgoicochea2010@gmail.com
DEONTOLOGIA TEMA V FECHA 27/02/2024
El ABOGADO Y SUS DEBERES PROFESIONALES

Un abogado en Venezuela es un profesional universitario en el área del derecho


que ofrece asesoramiento jurídico y puede representar y defender a las partes en
procesos judiciales o administrativos.
Los abogados deben estar licenciados o graduados en derecho y deben tener
sensibilidad social para entender dónde comienza y dónde termina el derecho de
cada quien. También deben tener las destrezas metodológicas necesarias para
adquirir constantemente los conocimientos científicos, técnicos, morales y éticos
necesarios para poder cumplir con su rol en la sociedad.
Los abogados deben proteger los derechos de sus clientes y defender la causa de
la justicia, apoyando los derechos humanos y las libertades fundamentales
reconocidos por el derecho nacional e internacional. Deben actuar con libertad y
diligencia, de conformidad con la ley y las reglas y normas.
Los abogados tienen la obligación de llevar a término la defensa en su integridad,
gozando de plena libertad a utilizar los medios de defensa, siempre que sean
legítimos y hayan sido obtenidos lícitamente, y no tiendan como fin exclusivo a
dilatar injustificadamente los pleitos.
Los abogados están capacitados para explicar e interpretar la ley para su cliente,
manejar asuntos legales, y para comparecer ante los tribunales. La labor del
abogado consiste no sólo en asesorar a sus clientes, sino también en redactar y
preparar las escrituras que documentan la voluntad de su cliente.

Según el último aparte del artículo N.º 253 Constitucional, CITA A LOS
ABOGADOS
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¿Qué significa la palabra abogado y su origen?

“Abogado procede del latín advocatus, letrado que defiende o acusa a alguno en
juicio; del verbo abogar, lat. advocare: llamar a otro en su ayuda y defensa.
Abogacía es el acto de abogardos forman parte del sistema de justicia
venezolano.” ¿Quién creó el abogado?
La profesión del abogado tiene su origen en los oradores de Grecia y Roma.
Gradualmente, el enfoque de la profesión fue cambiando gradualmente de la
retórica al derecho.
¿Qué es un abogado en la Biblia?
¿Qué dice la Biblia sobre el derecho y los abogados?
El “abogado” viene a ser un escriba, apelando a la habilidad de estos profesionales
en escribir y difundir las escrituras. Su uso es equiparable con la palabra “doctor”,
que en estos textos antiguos se usa para catalogar a un hombre especializado en
la interpretación y aplicación de las Leyes de Moisés.
¿Quién es el padre de los abogados?
Los tratadistas coinciden en señalar a Pericles, gran estadista y militar, como el
primer abogado profesional, dadas sus altísimas virtudes oratorias. En un principio,
quienes tenían necesidad de dirimir alguna litis, según la ley decretada por Solón,
debían defender su causa en forma personal, sin asesoramiento legal.
¿Quién fue Pericles?
fue un importante jurista, magistrado, general, político y orador ateniense en los
momentos de la edad de oro de la ciudad

Fomentó las artes y las letras y dio a Atenas un esplendor que no se repitió a lo
largo de su historia. Realizó también grandes obras públicas y mejoró la calidad de
vida de los ciudadanos de Atenas.
El abogado tiene el deber de ofrecer al cliente el concurso de la cultura y de la
técnica que posee; aplicarlas con rectitud de conciencia y esmero en la defensa;
ser prudente en el consejo, sereno en la acción, y proceder con lealtad,
colaborando con el Juez, en el triunfo de la Justicia.
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Los abogados tienen muchos deberes profesionales.


entre ellos:
Cooperar con la Administración de Justicia, asesorando, conciliando y defendiendo
los intereses que le sean confiados
Proteger los derechos de sus clientes y defender la causa de la justicia
Apoyar los derechos humanos y las libertades fundamentales reconocidos por el
derecho nacional e internacional
Actuar con libertad y diligencia, de conformidad con la ley y las reglas y normas
Llevar a término la defensa en su integridad, gozando de plena libertad a utilizar
los medios de defensa, siempre que sean legítimos y hayan sido obtenidos
lícitamente, y no tiendan como fin exclusivo a dilatar injustificadamente los pleitos
Obrar con honradez y buena fe
No aconsejar actos fraudulentos, afirmar o negar con falsedad, hacer citas
inexactas o tendenciosas, ni realizar acto alguno que estorbe la buena y expedita
administración de justicia
Defender diligentemente y con estricto apego a las normas morales, los derechos
de su cliente
Luchar por la justicia.

Saber que cuando se vulnera el derecho de uno solo, se agravia y pone en


peligro el derecho de todos.
Fuerza interior del abogado
La fuerza interior es una fuerza que se encuentra en nosotros mismos y que nos
ayuda a enfrentar las injusticias que se nos presentan. El ejercicio de la abogacía
es una profesión libre e independiente que asegura la efectividad del derecho
fundamental de defensa y asistencia letrada. Los abogados deben obrar con
probidad y buena fe, y actuar con libertad y diligencia, de conformidad con la ley y
las reglas y normas. Un buen abogado debe actuar con honestidad, respeto y
responsabilidad hacia sus clientes y colegas.
El ejercicio de la abogacía tiene muchas experiencias satisfactorias, además tiene
su buena carga de momentos duros y hasta dolorosos.
El Alma de la Toga” de Ángel Ossorio es el segundo, titulado “La Fuerza Interior”, el 4
cual es una carta de apoyo y reflexión para todo profesional que ejerce y vive del
derecho, sobre todo cuando se encuentra en horas bajas. Por ello, en esta entrada
intentaré hacer justicia a Ossorio, explicando las principales ideas que he podido
obtener de sus enseñanzas.
Lo primero que deja en claro Ossorio es que debemos estar conscientes que no
podemos esperar encontrar fuerza en factores externos, sino en nosotros mismos,
para afrontar lo que puede considerarse como “el peso de la injusticia”. Debemos
como abogados litigantes estar conscientes que nuestra actividad está llena de
tensiones que emanan del transcurso inexorable de los términos, las constantes
confrontaciones en las salas de audiencias con otros colegas, el desgaste de sacar
adelante un despacho, entre otras, lo cual influye de manera indiscutida en nuestra
salud física y mental. Ante esto, debemos acudir a nuestro interior como fuente de
la fortaleza, ya que, en definitiva, la voluntad de salir adelante proviene de nosotros
mismos.
El autor apunta que estamos expuestos a varias injusticias, en las decisiones
judiciales injustas; con “el cliente desagradecido o insensato; injusticia a toda hora
en la crítica apasionada o ciega; injusticia posible siempre en lo que, con graciosa
causticidad llamaba don Francisco Silvela “el majestuoso y respetable azar de la
justicia humana””; ante esto, la recomendación del mismo Ossorio es, “fiar en sí,
vivir la vida propia vida, seguir los dictados que uno mismo imponga…, y
desatender los demás”, frase que no puedo evitar armonizar con aquella que la
escritora Harper Lee puso en boca de su genial personaje Atticus Finch: “Antes de
poder vivir con otras personas tengo que vivir conmigo mismo. La única cosa que
no se rige por la regla de la mayoría es la propia conciencia”.

Siempre he considerado que la profesión del médico y del abogado tienen varias
cosas en común; sin embargo, a pesar de esto, por algún motivo, el abogado no
goza de la misma percepción de reconocimiento que la del médico, sobre todo
porque muchas veces se endilga al abogado la conducta del cliente, más aún
cuando pesa sobre el defendido una suerte de prejuzgamiento en el que se aplica
un in dubio contra el reo, es decir, en caso de duda, la persona es culpable.
Ossorio relata de manera acertada todas las ideas que surgen en el abogado al
momento de considerar asumir alguna defensa, desde aquellas que advierten al
profesional que no tome la decisión hasta empaparse de todo al asunto; hasta las
que sin falta surgen sobre el rédito económico que puede obtener; para que al final
se escuche el comentario infaltable de los terceros, entre los que encontramos a
esos que alaban el desempeño del abogado, los que lo critican, pasando por los
que se escandalizan porque piensan que el abogado realiza algo inmoral a 5
defender a una persona, a lo que Ossorio nos recomienda: “En cuanto nos
detengamos cinco minutos a oír el vocerío, estamos perdidos. Al cabo de ellos no
sabremos lo que es ética ni dónde reside el sentido común”.

Escribiendo estas líneas no puedo dejar de tener presente un caso que


se ha popularizado en la plataforma Youtube, del colega argentino
Francisco Oneto. Conocí de la existencia del abogado Oneto, a raíz de una
entrevista en la que se le pregunta sobre una acusación de abuso sexual cometida
supuestamente por el actor Juan Dartés, a la actriz Thelma Fardín, cuando ésta
era aún menor de edad. El abogado Oneto es entrevistado vía remota en un
programa transmitido en vivo, por parte de un panel bastante agresivo, en donde
incluso se llega a cuestionar de su ética por estar defendiendo al acusado -a pesar
de que en un inicio el abogado Oneto señaló que no era defensor de Juan Dartés-.
El abogado Oneto en esta entrevista (y en otras que encontramos en redes
sociales), fue capaz de señalar unas verdades trascendentales en el ejercicio de la
profesión: (1) para todos los casos aplica la presunción de inocencia; (2) el papel
de la prensa no puede ser el de crear prejuzgamientos; (3) el abogado tiene
derecho a escoger a quiénes defiende; y, (4) los profesionales merecemos respeto.
Así que, si el abogado Oneto lee estas líneas, gracias por eso.

Me parece pertinente terminar estas líneas con la frase con la que Ossorio
empieza el capítulo al que aludo en esta entrada: “El hombre, cualquiera que sea
su oficio, debe fiar principalmente en sí. La fuerza que en sí mismo no halle no la
encontrará en parte alguna”.

De esta forma estimado colega, si algún momento sientes que necesitas encontrar
una fuente para recargar las baterías del esfuerzo y confianza, acude al segundo
capítulo de “El Alma de la Toga”.

Los abogados enfrentan muchas dificultades, como:


Estrés
Los abogados deben lidiar con el estrés de cumplir con plazos, la presión de los 6
clientes, trabajar largas horas, estudiar leyes y reglas que cambian
constantemente.
Precariedad laboral
Los abogados pueden ser falsos autónomos, trabajar largas jornadas y no recibir
salarios dignos.
Captación de clientes
Los abogados pueden tener dificultades para captar clientes.
Gestión documental
Los abogados deben trabajar con documentos en muchos formatos, como papel y
Word.
Preparar facturas
Los abogados pueden tener dificultades para preparar facturas oportunas y
mantener un registro preciso de su tiempo facturable.
Negociar acuerdos justos
Los abogados deben equilibrar los intereses del cliente con la búsqueda de
resultados justos y equitativos.
Falta de feedback
Los jefes pueden estar demasiado ocupados y estresados por sus propios
negocios y casos, lo que puede resultar en una falta de feedback para los jóvenes
abogados.
Incumplimiento de pago de clientes
Los clientes pueden incumplir el pago, lo que puede afectar el flujo de efectivo de
la empresa.
Los abogados deben tener habilidades esenciales como:
Gran capacidad de comunicación
Pensamiento analítico
Investigación jurídica
Habilidades de negociación
Capacidad de redacción
Adaptabilidad 7

Conducta ética
Trabajo en equipo

ABOGACIA ARTE O CIENCIA


La carrera de abogacía se considera una ciencia social y humanística, y el derecho
es considerado una ciencia práctica que puede ser también un arte.
El derecho es una ciencia porque es un conjunto de conocimientos organizados
sobre fenómenos sociales que tienen implicancias jurídicas. Es una ciencia
práctica que define lo que es justo en las relaciones interhumanas, especialmente
en casos concretos.
El derecho es también considerado un arte porque saca provecho de la belleza de
la justicia. En el arte se compromete el corazón y la sensibilidad, por lo que en el
derecho se necesita utilizar un lenguaje bello.
La abogacía es considerada un arte y se encuentra inserta dentro de los estudios
de las ciencias sociales jurídicas.

El derecho es un arte que saca provecho a la belleza de la justicia. En el arte se


compromete el corazón, la sensibilidad, de donde surge la necesidad de que en el
derecho se utilice un lenguaje bello, pues no es suficiente con que sea claro,
directo, sencillo.

Un abogado profesional liberal e independiente es un abogado que presta


sus servicios a la sociedad en interés público y actúa con libertad e independencia.
El abogado independiente debe ser honesto consigo mismo, guardar la ética y la
compostura que un hombre de Ley debe preservar.
La independencia del abogado le permite rechazar las instrucciones que, en contra
de sus propios criterios profesionales, pretendan imponerle su cliente, sus
compañeros de despacho, los otros profesionales con los que colabore o cualquier
otra persona, entidad o corriente de opinión.
El abogado independiente debe ser independiente de su cliente, ya que también 8
debe, como abogado, merecer la confianza de tribunales y terceros, confianza que
no sería factible si el profesional no gozara de independencia frente a su propio
cliente.
El abogado independiente tiene la obligación moral de trabajar y esforzarse de
manera correcta e idónea.

LA DEONTOLOGIA EN LA PROFESION DEL DERECHO

La deontología consiste en un desarrollo de los principios morales, partiendo de la


existencia de normas jurídicas, hábitos, usos, costumbres, situaciones
socioeconómicas del profesional, etc. d) El código deontológico regula la conducta
del profesional en su campo y prevé sanciones por su incumplimiento.
Principios Básicos sobre la Función de los Abogados
Acceso a la asistencia letrada y a los servicios jurídicos.
Salvaguardias especiales en asuntos penales.
Competencia y preparación.
Obligaciones y responsabilidades.
Garantías para el ejercicio de la profesión.
Libertad de expresión y asociación.

Derechos y privilegios de los abogados

Los abogados tienen los siguientes derechos y privilegios:


Defender la causa de la justicia y proteger los derechos de sus clientes
Apoyar los derechos humanos y las libertades fundamentales reconocidos por el
derecho nacional e internacional
Actuar con libertad y diligencia, de conformidad con la ley y las reglas y normas
Llevar a término la defensa en su integridad, gozando de plena libertad a utilizar
los medios de defensa, siempre que sean legítimos y hayan sido obtenidos
lícitamente, y no tiendan como fin exclusivo a dilatar injustificadamente los pleitos
Comunicarse con sus clientes de manera confidencial, gracias al privilegio 9
abogado-cliente

Los abogados desempeñan una labor fundamental en nuestro Estado de Derecho,


pues son los profesionales que asesoran en derecho a la ciudadanía, propician la
resolución extrajudicial de los conflictos y, en su caso, defienden en sede judicial
los derechos e intereses de sus clientes.

Los abogados en Venezuela tienen algunos privilegios, como el de promover la


celebración de congresos jurídicos, mantener un servicio de bibliografía y
publicaciones jurídicas, y mantener un intercambio cultural con organismos
profesionales y escuelas universitarias de derecho.
Sin embargo, los abogados en Venezuela también tienen algunas limitaciones,
como la de no poder ejercer la abogacía en asuntos judiciales contenciosos ni
realizar gestiones profesionales directas o indirectas ante la Administración Pública
o ante empresas en las cuales tenga participación mayoritaria el Estado
Venezolano.
Los abogados en Venezuela también están frecuentemente sometidos a acosos,
intimidaciones, e incluso, a sanciones penales. Las abogadas y los abogados que
actúan en casos de alto perfil, particularmente en casos con contenido político o
que involucran violaciones a los derechos humanos, están especialmente en
riesgo.

MORAL INDIVIDUAL DEL ABOGADO


La conducta de un abogado en Venezuela debe caracterizarse por la honradez y la
franqueza. El abogado debe actuar con irreprochable dignidad, cuidar de su honor
y evitar cualquier cosa que pueda afectar su independencia económica,
comprometer su decoro o disminuir la consideración general que debe siempre
merecer.
El abogado debe obrar con probidad y buena fe, y no debe aconsejar actos
dolosos o afirmar o negar con falsedad, hacer citas inexactas, mutiladas o
maliciosas, ni realizar acto alguno que estorbe la buena y expedita administración
de justicia.
El abogado debe actuar en beneficio del cliente, cumpliendo las leyes y 10
manteniendo la confidencialidad. Un buen abogado debe actuar con honestidad,
respeto y responsabilidad hacia sus clientes y colegas.
El Código de Ética Profesional del Abogado Venezolano es de obligatorio
cumplimiento para todos aquellos que tengan las capacidades académicas para
ejercer la profesión.

El Abogado hará respetar su independencia frente a los poderes públicos, los


magistrados y demás autoridades administrativas frente a las cuales ejerza su
ministerio, y actuará siempre conforme a su conciencia, rechazando todo lo que
contraríe a la justicia y a la libertad de la defensa.

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