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“AÑO DEL BUEN SERVICIO CIUDADANO”

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS


ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

CURSO : HISTORIA DEL DERECHO


DOCENTE : LUIS LEON PIÑA
CICLO : II “C”
ALUMNO
 CAICO RENGIFO BYRON DYLAR

TEMA :
 BIOGRAFIA DE EDUARDO J. COUTURE
 LOS MANDAMIENTOS

PUCALLPA – PERÚ
2017
DEDICATORIA

Primero y antes que nada, dar gracias a Dios , por estar conmingo en cada paso que
doy, por fortalecer nuestros corazones e iluminar nuestras mentes y por haber puesto
en nuestros caminos a aquellas personas que han sido nuestros soporte y compañía
durante nuestro periodo de estudio.
Un agradecimiento especial a nuestro profesor Luis Leon Piña, por la colaboración,
paciencia y apoyo que nos brinda.

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INDICE

CARATULA…….……………………………………………………………….…… PAG 01.

DEDICATORIA……………………………………………………………….……. PAG 02.

INDICE………………………………………………………………………..…….. PAG 03

VIDA DE EDUARDO J COUTURE…………………………………………………... PAG 04

LOS MANDAMIENTOS DEL ABOGADO…………………………………………… PAG 05

CONCLUSION…………………………………………………………………………. PAG 08

BIBLIOGRAFIA……………………………………………………………………….. PAG 09

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Eduardo Juan Couture Etcheverry (Montevideo, 24 de mayo de 19061 - 11 de mayo de
1956) fue un prestigioso abogado y profesor uruguayo, considerado el procesalista más
influyente del Derecho Continental en el siglo XX.2

Vida

Sus padres fueron don Eduardo Couture y doña Aurelia Etcheverry.

Tanto sus cursos primarios como secundarios los realizó en la capital uruguaya. En
1923 ingresó como estudiante a la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la
Universidad de la República, en Montevideo.

Producto de las modestas condiciones de su hogar, a los 15 años de edad asumió su


primer trabajo en el Centro Odontológico del Uruguay, institución a la que
permanecería vinculado hasta el día de su muerte.

Ya como estudiante de derecho, comenzó a colaborar en el estudio jurídico del abogado


Federico Escalada.

El 29 de diciembre de 1927, recibió el título de Doctor en Derecho y Ciencias Sociales.

Carrera Profesional y Académica

Ya abogado comenzó inmediatamente la carrera de profesor. El 16 de junio de 1931 fue


designado Profesor Agregado del Aula de Procedimiento Civil, al aprobarse su tesis "El
Divorcio por voluntad de la mujer. Su régimen Procesal". Designado luego Profesor
Encargado de Grupo, finalmente se le nombró Catedrático Titular de dicha asignatura
en 1936, cargo que desempeñó hasta el día de su muerte.

Rápidamente fue adquiriendo reconocimiento como uno de los más connotados


procesalistas de su época, a raíz de lo cual fue invitado a dar cursos y conferencias en
numerosas universidades de América y Europa; es así como viajó a ciudades tales como
París, Nueva York, Roma, Viena, Lima, Valparaíso, La Habana, São Paulo, etc. En
1955 dictó un curso de veinte lecciones en idioma inglés en la Universidad de Tulane,
de Nueva Orleans, Estados Unidos.

En reiteradas ocasiones fue llamado al cargo de Consejero en la Dirección de la


Facultad de Derecho de Montevideo y en 1953 fue electo Decano, cargo en cual fue
reelecto pocos meses antes de su muerte. Al asumir el Decanato de la Facultad de
Derecho, resolvió "cerrar" su estudio jurídico, señalando que no resultaba ético litigar
ostentando tal cargo. Fue también miembro activo del Consejo Central Universitario,
órgano rector de la Universidad de la República. Durante toda su carrera de abogado
alternó el ejercicio del profesorado con el desempeño activo de la abogacía contenciosa,
ante los tribunales civiles, penales e incluso militares; fue además asesor de numerosas
empresas e instituciones gremiales y comerciales.

Fue Presidente del Colegio de Abogados del Uruguay y miembro de los Colegios de
Abogados de varias ciudades latinoamericanas.

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LOS MANDAMIENTOS DEL ABOGADO

La genial obra del jurista uruguayo no es únicamente válida para abogados, sino para el
ejercicio de cualquier profesión o, incluso, para la vida misma. Tantas veces
reproducido, un portal jurídico que se precie de serlo, no puede dejar de tenerla en su
cabecera, siendo así del tenor literal siguiente:

I. Estudia. El Derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos


serás cada día un poco menos Abogado.

El derecho es una disciplina que regula a las personas que han cometido faltas a la
ley, las penas que son aplicadas están estipuladas en nuestras leyes que rigen, en los
códigos donde encontramos los procedimientos que se llevan a cabo en las
diferentes ramas que de esta se desprende, etc.

II. Piensa. El Derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando

El pensar es una capacidad de razonamiento que cada ser humanos posee por naturaleza,
nos ayuda a analizar detalladamente una situación compleja dentro de los roles de la
sociedad.

III. Trabaja. La Abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la Justicia.

Debemos trabajar porque es una ardua jornada de trabajo en el que la inteligencia del
abogado es una destreza que diariamente la encuentra por las normas, que rigen sus
sistemas, diversas situaciones sociales hacen que el abogado se enfrente a un reto diario
en el ejercicio de las actividades laborales inherentes a su profesión.

IV. Lucha. Tu deber es luchar por el Derecho, pero el día que encuentres en
conflicto el Derecho con la Justicia, lucha por la Justicia.

El luchar es nuestro deber cotidiano, luchar es la labor que él abogado tiene como
defensor de las leyes que en una forma indirecta es la base de las ideas que debe de
profanar un abogado en sus enseñanzas como litigante en alguna rama del derecho y en
sus diversas formas al referirse al deber ser de las normas que rigen a la sociedad como
un ente jurídico.

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V. Sé leal. Leal como tu cliente al que no puedes abandonar hasta que
comprendas que es indigno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando él
sea desleal contigo. Leal para con el Juez que ignora los hechos y debe
confiar en lo que tú le dices y que, en cuanto al Derecho, alguna que otra vez
debe confiar en el que tú le invocas.

El abogado de acuerdo con el autor Couture debe ser leal para con la confesión de sus
clientes, discreto, sabio, pero sobre todo saber qué hacer en determinada problemática
social. Es una virtud el saber comprender y entender a su cliente, sin divulgar lo
confesado por el mismo.

VI. Tolera. Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea
tolerada la tuya.

La tolerancia es la capacidad que cada persona tiene de saber escuchar y aceptar a los
demás, valorando las distintas formas de entender y posicionarse en la vida, esto lo
relacionamos en la vida de abogacía, que nos enseña a saber y aprender a tolerar a los
demás, saber escuchar y aceptar las opiniones que nos pueden ser de beneficio en el
caso que nos encontremos.

VII. Ten paciencia. El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su
colaboración.

Para criticar este mandamiento se toma en cuenta que la justicia no siempre se aplicará,
ya que cada procedimiento o juicio nunca se ha de basar en lo real si no en lo que las
partes ofrezcan con mayor prontitud, un ejemplo, de ellos son las pruebas, ya que la
mayoría de estas no son legales porque lamentablemente son compradas.

VIII. Ten fe. Ten fe en el Derecho, como el mejor instrumento para la convivencia
humana; en la Justicia, como destino normal del Derecho; en la Paz, como
substitutivo bondadoso de la Justicia; y sobre todo, ten fe en la Libertad, sin
la cual no hay Derecho, ni Justicia, ni Paz.

Todo los abogados que ejercen su profesión han olvidado este mandamiento, se guían
por el poder y la economía más nunca por la justicia, ya que esta no se aplica para quien
se la merece sino para quien tenga más dinero y poder.

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IX. Olvida. La Abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras
llenando tu alma de rencor llegaría un día en que la vida sería imposible para
ti. Concluido el combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.

La abogacía es un conflicto entre dos personas que al momento de estar en litigio dentro
de un juicio no solo deben pelear por sus intereses sino como una oportunidad para
demostrar su capacidad intelectual y conocimiento tanto empírico como teórico y
aplicarlo adecuadamente para hacer valer los derechos de cierta persona y así conseguir
justicia.

X. Ama tu profesión. Trata de considerar la Abogacía de tal manera que el día


que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti
proponerle que sea Abogado.

La profesión debemos de verla como una de las tantas profesiones que no solo deben
ejercerse, sino también sentirla para con orgullo podamos decirles con toda seguridad a
nuestros hijos que sigan el mismo ejemplo.

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CONCLUSION

Los mandamientos del abogado nos ayudan a reflexionar acerca de la vida práctica que
un abogado debe ejercer dentro de su campo laboral, para que en una larga trayectoria
profesional, la problemática social que enfrente en su camino, no deje consecuencias
que marquen la vida emocional del representante legal, resolviendo con satisfacción y
con los elementos de moral y conciencia, buscando ante todo la justicia y la razón antes
que el derecho consagrado en una norma jurídica emitida por cuerpo legislativo carente
de un estudio de campo y de sensibilidad humana.

Los mandamientos buscan proteger y salvaguardar la moral y la integridad física de un


abogado, imponiendo con ello un conjunto de valores que consagran la ética profesional
del individuo. Consiguiendo con ello que la aplicación de los derechos humanos sobre
pasen la rigidez de las leyes en la actualidad, ya que todo derecho es una ley, pero no
toda la ley consagra un derecho.

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BIBLIOGRAFIA

[1] J. Eduardo, «Los Mandamientos del Abogado,» Revista de la Escuela Nacional de


Jurisprudencia, vol. LII, nº 238, 2002.

Scarone, Arturo (1937). Uruguayos contemporáneos. Barreiro y Ramos. Consultado el


30 de mayo de 2016.

www.ligadelconsorcista.org. Consultado el 22 de abril de 2015.

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