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T4: DESCARTES.

CONTEXTO.
Descartes fue un filósofo francés del siglo XVII (1596-1650), que inauguró la filosofía moderna. El
Renacimiento había supuesto la aparición del sujeto autónomo, que iría generando el proceso de
secularización en todos los aspectos de la vida. Además, la nueva ciencia (Física y Astronomía) empezaba a
posibilitar el dominio de la naturaleza. Respecto a la religión, el cristianismo se fragmenta con la Reforma
protestante, creando una división religiosa en Europa entre protestantes y católicos. Es la época del arte
barroco, que intenta evocar emociones para reflejar el drama de la vida.
Descartes nace en la Haye, en una familia de la baja nobleza. Estudió en el colegio jesuita, donde fue muy
apreciado por sus dotes intelectuales. Con 18 años fue a la Universidad a estudiar Derecho y Medicina; y
en 1629 se trasladó a Países Bajos a dedicarse al estudio. Finalmente, murió de una neumonía en 1650 en
Estocolmo.

Respecto a su obra filosófica, las más relevantes son: “Reglas para la dirección del espíritu”, “Discurso
del método” (que iba acompañado de tres ensayos científicos, “Las meditaciones metafísicas”, “Los
principios de filosofía” y “Las pasiones del alma”. En el Discurso aparecen, de modo sencillo, todos los
grandes temas de la época: la crítica a la vieja filosofía, la importancia de la nueva ciencia y el valor del
método matemático, Dios o la duda. Las Meditaciones y Los Principios son obras más técnicas, escritas en
latín para el mundo académico y culto.

Respecto a su proyecto filosófico, Descartes elabora una filosofía que busca seguridad. Lo cual le lleva a
reflexionar sobre el problema del conocimiento; especialmente, de qué modo podemos estar seguros de
que hemos conocido la verdad. Descartes pretende poner los fundamentos de la nueva ciencia y la nueva
imagen del hombre desde un nuevo punto de partida: la razón. Así, la razón y el método para usarla, son el
tema central de su filosofía.
Pretende establecer un nuevo método de búsqueda de la verdad que reemplace el silogismo de
Aristóteles. Además, Descartes recibe influencia del método matemático-analítico: basándose en el orden y
la medida.

Respecto a su corriente filosófica, Descartes inaugura el racionalismo. Sus características básicas son:
- Confianza plena en la razón humana como única fuente válida de conocimiento.
- Afirmación de la existencia de ideas innatas formadas por la razón a partir de sí mismas.
- La convicción de la correspondencia entre el ámbito del pensamiento y el ámbito de la realidad.
- La plena autonomía de la razón.

Finalmente, debemos mencionar la influencia de la filosofía de Descartes, tanto la recibida como la


ejercida. Por un lado, los nuevos métodos experimentales y matemáticos ejercerán una gran influencia en
su pensamiento. Por otro lado, frente al teocentrismo medieval surge el antropocentrismo, que concibe al
ser humano como el centro del universo. En este contexto surge la filosofía cartesiana, en un momento en
el que el pensamiento aristotélico está en crisis. Aun así, de Aristóteles toma la idea de sustancia, una de
las ideas clave de su filosofía.
La convicción cartesiana de que la razón autónoma es la única guía posible para el hombre determinará
el carácter racionalista de toda la filosofía moderna. Ahora bien, el modo concreto de Descartes dará
lugar al racionalismo moderno (Spinoza, Leibniz). El planteamiento cartesiano del conocimiento dará
origen al Idealismo (Hegel, Fichte). Por tanto, la filosofía cartesiana tiene como continuadores a los
pensadores racionalistas continentales. Y, por otra parte, el empirismo inglés del siglo XVIII (Locke,
Berkeley y Hume) rechazan que sea la razón la fuente del conocimiento y niegan la existencia de ideas
innatas, afirmando que todos nuestros conocimientos proceden de la experiencia sensible y negando el
poder ilimitado de la razón. Por su parte, Kant realizará una síntesis entre el racionalismo y el
empirismo. Está de acuerdo con el empirismo en que la experiencia sensible es el límite del conocimiento
y con el racionalismo en que en la razón existen conceptos a priori que no derivan de la experiencia.
NOCIONES.
1. Duda y certeza.
Duda y certeza son dos estados mentales respecto a la verdad. En la certeza se está seguro de que se
posee la verdad, mientras que en la duda, el sujeto no sabe si es verdadero o falso su contenido mental.
Para fundar la filosofía Descartes se basa en evidencias absolutas. Elige el camino de la duda: dudar de
todo para ver si queda algo que resista toda duda. La duda cartesiana es metódica, a diferencia de los
pensadores escépticos que “dudan por dudar”, Descartes duda voluntariamente para encontrar una
verdad cierta. También es universal, ya que se extiende a la totalidad del conocimiento recibido hasta
ahora. Finalmente, es una duda teorética, que se extiende solo al plano de la teoría.
La duda metódica abarca los siguientes niveles:
- Duda de los sentidos: si los sentidos nos han engañado algunas veces, podemos suponer que nos
engañan siempre. Por tanto, consideraremos provisionalmente falsos todos los datos que procedan de los
sentidos.
- Duda de la realidad exterior: a veces hemos tenido sueños tan intensos que nos parecen reales. No
podemos, pues, distinguir la vigilia del sueño, por lo que podemos dudar de la existencia de un mundo
exterior al pensamiento.
- Duda de la Razón: a veces nos equivocamos en razonamientos sencillos. Podemos suponer la existencia
de un genio maligno que nos quiera engañar, lo cual es una metáfora para expresar la duda sobre la
propia Razón.
Llevada hasta el extremo, la duda parece conducirnos al escepticismo. Pero en la duda, Descartes
encuentra algo que resiste toda duda: estoy dudando. Estar dudando equivale a estar pensando, y por
tanto, a la existencia. Así, Descartes concluye: “Pienso, luego existo”. Este conocimiento es indudable y
cierto, y de ahí deriva el criterio de certeza: todas las cosas que percibimos con claridad son verdaderas.

2. Alma y cuerpo (res cogitans y res extensa)


Para Descartes, la sustancia es lo que existe en sí misma y no necesita de ninguna otra cosa para existir.
En sentido literal, solo Dios sería sustancia. Todo lo demás es creado por Dios, por lo que depende de Él.
Descartes establece una concepción de la realidad en la que diferencia entre tres tipos de sustancias en
función del atributo que las define: la sustancia infinita sería Dios, cuyo atributo es la infinitud; la
sustancia pensante es el ser humano, caracterizado por contener diferentes ideas; y la sustancia extensa
sería el mundo material, caracterizado por tener figura y movimiento.
Descartes entiende el mundo material distinguiendo entre cualidades primarias (como la figura) que
pueden ser cuantificadas y las cualidades secundarias (como el sabor) que no son cuantificables y
dependen de los sentidos. Mientras que captamos las características primarias con claridad y distinción,
las secundarias son confusas. En el fondo Descartes defiende abiertamente el mecanicismo: lo real
material es materia en movimiento.
Esta concepción mecanicista la traslada a la antropología. Defiende el dualismo antropológico: el ser
humano está compuesto por dos realidades: la sustancia pensante (alma) y la sustancia extensa (cuerpo).
Al alma accedemos de forma inmediata, mientras que al cuerpo accedemos a través del pensamiento. En
la sustancia pensante radica la libertad humana, mientras que en la sustancia extensa nos sometemos a
las leyes mecánicas.

3. Pensamiento e ideas.
Para Descartes, el pensamiento (cogito) es el acto de pensar. El pensamiento abarca una serie variada de
operaciones como afirmar, negar o imaginar. a
En el pensamiento lo que tenemos son ideas. Según Descartes, lo que conocemos directamente no son
las cosas sino las ideas que tenemos acerca de las cosas reales. Si tales ideas corresponden o no a cosas
exteriores, es decir, si son representaciones de tales cosas es algo que habrá que demostrar.
Las ideas tienen una realidad subjetiva: son contenidos de la mente que las capta. Por otro lado, las
ideas tienen una realidad objetiva: una realidad diferente a la de la mente. Así, no todas las ideas tienen
el mismo grado de realidad. Por ejemplo, las ideas que representan a sustancias (una mesa) son más
reales que las que representan accidentes (el color verde); y la idea que representa a una sustancia
infinita tiene más realidad que las que representan sustancias finitas.
Además, Descartes diferencia entre ideas adventicias, que nos llegan desde los sentidos- la idea de
pizarra-; las ideas facticias, construidas por la imaginación mediante la combinación de ideas
adventicias- la idea de centauro-; y las ideas innatas, construidas por la razón en sí misma- la idea de
Dios-, que son claras y distintas, por lo que son la base del sistema cartesiano.

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