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AVALUACIÓ i PSICOPATOLOGIA en ADULTS (2022-23)

Article 2: Ormel, J., Hollon, S. D., Kessler, R. C., Cuijpers, P., & Monroe, S. M. (2022). More treatment but
no less depression: The treatment-prevalence paradox. Clinical Psychology Review, 91, 102111.

Resum realitzat per Foix Inglà, Adrià Mulero, Xènia Muñoz i Adelaida Ortiz

Los tratamientos para la depresión han mejorado y se han hecho más accesibles para la
población desde la década de 1980. Sin embargo, la prevalencia de la depresión no se ha
reducido. Esta “paradoja tratamiento-prevalencia” (“treatment-prevalencia paradox”, TPP),
hay más tratamientos, pero no menos depresión, tiene siete posibles explicaciones:

1. ¿No se observa reducción de la prevalencia de la depresión porque ha aumentado el


diagnóstico de falsos positivos?

La falta de indicadores fisiológicos en la depresión y la mayor predisposición por parte de las


personas a reconocer síntomas emocionales, junto con un uso indulgente de los criterios
diagnósticos, ha podido provocar el incremento de “falsos positivos”, es decir, de
diagnósticos de depresión en personas que en realidad no la sufren. Los estudios de validez
desmienten esta posible explicación.

2. ¿Ha aumentado la incidencia de la depresión (hay más casos nuevos) y ello ha


compensado la disminución en la prevalencia debida al tratamiento?

Esta segunda explicación comporta que hay nuevos factores causales, más factores de riesgo
individuales y/o sociales que provocan depresión. El artículo concluye que no existe un
aumento en los factores de riesgo personales (los factores de riesgo medioambientales no
pudieron estudiarse), por lo que no se considera una explicación asumible.

3. ¿Los ensayos clínicos sobre-estiman la eficacia de los tratamientos en la fase aguda de la


depresión?

Cuando se ajustan los datos de los ensayos clínicos, los tratamientos, en efecto, no resultan
tan eficaces como parecería. Sin embargo, la Clinical Practice Guidelines on Depression indica
que tanto la medicación como los tratamientos psicológicos con validación empírica son
eficaces y se recomienda que se siga con el tratamiento durante 6-9 meses después de la
remisión. La combinación de psicoterapia y psicofármacos es la vía de actuación más eficaz,
aunque se desconocen los efectos a largo plazo de los tratamientos y cómo afectarían estos a
la prevalencia general.

4. ¿Es poco significativa la eficacia de las intervenciones para prevenir la depresión o


mantener la remisión obtenida?

Muchos de los pacientes que responden bien al tratamiento en la fase aguda de la depresión
no mantienen después sus beneficios clínicos. No obstante, tanto la medicación de
mantenimiento como la psicoterapia preventiva han demostrado tener efectos en la
población general, aunque el grado de causalidad no se ha podido evaluar empíricamente.
5. La eficacia de los tratamientos para la depresión se establece a partir de ensayos clínicos. Estos
ensayos clínicos, ¿incluyen a pacientes equivalentes a los de la población general? Las
terapias farmacológicas y psicológicas de los ensayos clínicos, ¿son equivalentes a las
terapias que se realizan en la práctica clínica real?

La respuesta es no. Los ensayos clínicos incluyen a pacientes con mejor pronóstico y aplican
los tratamientos de manera óptima. En la práctica clínica real, el acceso a tratamiento, ya no
óptimo, sino con estándares mínimos es muy limitado. Además, solo el 22% de los pacientes
que necesitan psicoterapia la reciben. Tanto el tratamiento farmacológico como
psicoterapéutico evaluados en los ensayos clínicos, una vez aplicados al “mundo real”, no
tienen la misma efectividad.

6. ¿Varía la eficacia de los tratamientos en función de los diferentes subtipos de depresión?

La mayoría de las personas que tienen depresión y la superan, no vuelven a sufrirla. Pero hay
pacientes que sufren depresión de manera crónica, lo que dificultaría que la prevalencia del
trastorno disminuya.

7. ¿Pueden ser contraproducentes los tratamientos?

Actualmente no disponemos de información como para concluir que el tratamiento sea


contraproducente. Se ha planteado que tanto la psicoterapia como los psicofármacos
pueden ser contraproducentes si no van acompañados de ejercicio físico, actividades
placenteras, etc. Por otro lado, puede reaparecer la sintomatología al terminar el
tratamiento farmacológico o si éste se administra frecuentemente (debido a que se pierde
sensibilidad al fármaco).

Conclusiones
Sabemos que los tratamientos de la depresión -cuando se aplican en las condiciones de la
práctica clínica real- no son tan eficaces como prometen los ensayos clínicos. Ninguna de las
explicaciones planteadas sobre la “paradoja tratamiento-prevalencia” es suficientemente
convincente por sí misma. Sin embargo, los autores del artículo plantean que la mejor
comprensión de los factores que predisponen a la reincidencia extrema, es decir, a formar
parte del reducido subgrupo mencionado en la “Explicación 6”, junto con más investigación
sobre los efectos contraproducentes del tratamiento, serán aspectos determinantes para
reducir la prevalencia global de la depresión.

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