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El punto de partida binario de este reportaje ya debería ser erróneo: ¿en pleno

2023 todavía estamos dividiendo a los grupos de música por el género de sus
componentes? El tema sería irrelevante en un mundo ideal, pero los datos nos dan
otra perspectiva. Si observamos las listas oficiales de los 100 discos más
escuchados en España en los últimos tres años, el total de grupos femeninos que
aparecen es: cero en 2020, cero en 2021 y cero en 2022.

Tan solo las solistas Rosalía y Aitana figuran entre las diez primeras en los dos
últimos años, y en 2020 había que bajar hasta el puesto 15 hasta encontrar a Vanesa
Martín. En los carteles de los festivales sí se ve cierta presencia en la parte
alta: Cariño, Ginebras, Shego, Bala... pero solo Tanxugueiras aparecen como cabeza
de cartel en alguno de ellos. En las listas de mejores discos, según los medios
especializados en 2022, apenas podemos ver a la citadas Cariño y a Magia Bruta, en
Rockdelux, a Cariño y Tanxugueiras en Mondosonoro, Adiós Amores en Jenesaispop, y
ninguno en Efe Eme.

Pero, paradójicamente, la situación es bastante más alentadora si se observa desde


otro punto de vista. En una época en que, por el abaratamiendo de la tecnología, el
encarecimiento de los alquileres de los locales de ensayo y todas las dificultades
económicas que conlleva intentar salir a tocar en directo con una banda –todo ello
agravado por el parón pandémico- se puede pensar que hay en España más grupos
femeninos que nunca de pop y rock. Eso ocurre especialmente en el entorno
independiente, donde, en los últimos años han aflorado bandas reconocidas
internacionalmente como Hinds, Mourn, Melenas, Cariño -que habrían llegado a tocar
en el festival de Coachella de no ser cancelado por la covid-, Bala o Agoraphobia.

La cantante Rosalía, durante un concierto en el recinto Trui Son Fusteret, situado


en Palma de Mallorca, como parte de su gira mundial 'Motomami Tour'
Listas de los mejores discos: ¿ha cambiado el canon?
Habría que sumar a ello los nombres de Las Odio, Rayo, Ginebras, Shego, Magia
Bruta, Viuda, Uniforms, Adiós Amores, Tarta Relena, Lisasinson, Pipiolas, The Crab
Apples, Hickeys, Fillas de Cassandra, Las Dianas y Las Petunias, entre otras
muchas. El caso de Tanxugueiras, un fenómeno reciente por el impacto televisivo del
Benidorm Fest, se podría englobar también dentro del pop, aunque ellas provienen de
la cultura tradicional de las pandereteiras, agrupaciones fundamentalmente
femeninas y que ya vivieron una renovación popular en los años noventa con Leilía.

Mejores condiciones climáticas para la visibilidad


Anabel Vélez: "Yo creo que siempre ha habido grupos de chicas, lo que pasa es que
ahora tienen más visibilidad"
"Yo creo que siempre ha habido grupos de chicas, lo que pasa es que ahora tienen
más visibilidad, les prestan más atención los medios de comunicación y la industria
incluso los busca y apoya más, pero eso sucede sobre todo en el indie, a escala
minoritaria", apunta Anabel Vélez, periodista musical y autora de los libros
Rockeras. Las protagonistas de la historia del rock (Robinbook, 2016) y Mujeres del
rock. Su historia (Robinbook, 2018).

Añade la escritora que "ahora hay muchas más mujeres reivindicando su papel en la
industria, y asociaciones como MIM, que están luchando por tener ese espacio que
siempre han merecido. Los festivales también están apostando más por ellas. Aún no
está la cosa igualada, pero sí ha habido cambios en los carteles porque la gente lo
pide, se queja, y eso al final tiene su efecto".

Tina, de Las Grecas, en una sesión fotográfica.


De Pan Bendito al éxito fugaz: la historia poco conocida de Tina de Las Grecas
Joan Vich fue el descubridor de Hinds y es el actual mánager de Melenas y Adiós
Amores. Antes de eso, fue uno de los organizadores del Ladyfest Madrid y trabajó en
el Festival Internacional de Benicássim desde su primera edición. Él coincide de
pleno con lo que dice Anabel Vélez. "Pienso que, precisamente, esa mayor
visibilidad puede ser la razón de que estén saliendo más grupos", añade. "Por eso
es importante seguir trabajando en cuotas y en aumentar la presencia femenina en
carteles y programaciones: porque eso es lo que provoca el gusanillo y aporta el
refuerzo psicológico que anima a las chicas que empiezan a confiar en que tienen
posibilidades y no necesitan a nadie, a ningún hombre, para salir adelante".

En el Ladyfest madrileño, que duró entre 2012 y 2014, también estaba Ágata Ahora,
guitarrista de Las Odio y Rayo y, anteriormente, de grupos más subterráneos como
Agnes. "Queríamos crear una oferta cultural que nos apelara más, un espacio que
todavía no existía en Madrid, en el que se reprodujeran dinámicas feministas
condenando cualquier tipo de discriminación, en el que pudiéramos sentirnos seguras
y explorar nuestra sexualidad, crear la realidad que estábamos buscando y que no
teníamos en nuestro contexto mas inmediato", recuerda la artista, quien
posteriormente inició el fanzine y colectivo Sisterhood. "Fue una manera de unir a
mucha gente con inquietudes muy parecidas, las componentes de Las Odio, por
ejemplo, nos conocimos allí".

Grupo Rayo
Fotografía del grupo Rayo. — Cedida
"Yo creo que sí hay muchas mas mujeres haciendo música -expone ella- y que se debe
también a una evolución social. Hay más creadoras de contenido y de discurso, en
general, y ese es un avance conseguido gracias al movimiento feminista, que ha
tenido más cabida en los medios de comunicación. Hay más sensibilidad a la hora de
programar y buscar este tipo de proyectos, y todo eso ha llevado a más chavalas a
hacer música".

Imagen de S Curro.
S Curro: "Tengo vocación de antagonista"
Ágata Ahora: "Hay un techo de cristal ahí que te impide llegar a ser cabeza de
cartel"
No obstante, Ágata, que ha tocado con sus dos bandas en bastantes festivales de
ámbito nacional, matiza los logros. "La realidad es que las cotas más altas de
éxito todavía las copan los hombres. Hay un techo de cristal ahí que te impide
llegar a ser cabeza de cartel". Por otro lado, opina que "la capacidad
transformadora se ha visto también mermada porque al hacerte mainstream hay una
moderación del discurso, las cosas más subversivas se pierden por el camino". Todo
lo que ella ha hecho en sus grupos y colectivos, argumenta, "buscaba introducir
referentes que nos faltaban en la escena española, y un discurso feminista, un
funcionamiento mucho más horizontal y otra organización, intentando que los temas
que nos preocupan quedaran reflejados en letras y mensajes".

"Hay una mayor democratización de la música, ahora es más fácil que todo el mundo
pueda hacerlo, incluida una panda de chicas", añade María Talaverano, del grupo
Cariño, y que también graba en solitario bajo el nombre de Valverdina.
Recientemente ha creado junto a la artista y promotora queer Hanna Plum Ternura una
agencia de contratación y representación. "Intentamos romper con los moldes de la
industria de la música en España, con los contratos abusivos y los porcentajes de
lobos que tienen y darle una vuelta a eso, y obviamente impulsar a bandas en las
que creemos como Las Petunias. Estamos muy ilusionadas por ejercer ese madrinazgo",
afirma.

"También Internet ha ayudado mucho a visibilizar estas cuestiones y darnos


herramientas", apunta Isabel Fernández Reviriego, que comenzó en los años noventa
con Electrobikinis, después formó Charades, el proyecto en solitario Aries y, en la
actualidad, Magia Bruta.

Alma María Vaesken.


Alma María Vaesken: "Han sido 60 años en los que hemos marcado a una generación
entera"

La importancia de los referentes


Anabel Vélez: "La historia se ha encargado de borrar a muchas mujeres músicas de un
plumazo"
Todas las personas entrevistadas coinciden de lleno en que el contar con referentes
es aspecto fundamental para conseguir que haya más chicas tocando instrumentos y
formando grupos. "Antes había muchos jovencitos que veían a los Beatles y a los
Ramones y decían: ¡Oh, pues yo también puedo hacer eso, y también hay otras mujeres
que ven reflejo en las que abrieron camino. Si tú no ves a chicas tocando la
batería piensas: Si no las hay será porque no se puede. Es como en las carreras
técnicas, tú piensas que no puedes ser ingeniera espacial porque casi todos son
hombres", argumenta Anabel Vélez. Pero la escritora también apunta que ha habido un
silenciamiento de esos referentes. "La historia se ha encargado de borrar a muchas
mujeres músicas de un plumazo, como Sister Rosetta Tharpe (cantante y guitarrista
eléctrica que fue precursora del rock and roll en EEUU en los años 30 y 40 del
siglo pasado). Ella tuvo muchísimo éxito en su época, pero fue obviada
completamente por la historiografía oficial. El canon y la tradición siempre fueron
pasados de un hombre a otro, pero ahora se está revisando esa historia".

"Esto es extrapolable a un montón de campos y disciplinas, y se debe al


patriarcado. Además, las chicas que toman la iniciativa y se animan a tocar padecen
un escrutinio que no sufren los grupos formados por hombres", sugiere Isabel
Fernández.

Grupo magia bruta


Imagen del grupo Magia Bruta. — Cedida
"Yo fui adolescente en los años noventa, y coincidí con la explosión de las Riot
grrrls, que fueron unos referentes muy fuertes tanto musical como ideológicamente.
Asimismo, muchos grupos coetáneos que me encantaban como Fugazi, Nirvana o Nation
of Ulysses eran feministas. También vi a Björk en la época de Homogenic y, en el
cine, el directo de Portishead. Recuerdo buscar mujeres en todas las artes. Desde
pequeña, cuando veía a una mujer inspiradora haciendo cosas, sentía una especie de
magia y fascinación. Un poco antes de tocar en grupos, tenía amigos en el mundo del
skate, mi novio patinaba, y recuerdo pasar tardes sentada en el skatepark
sintiéndome incómoda por estar de espectadora. Siendo una chavala, quería hacer
cosas y ser un elemento activo y generador, no sólo admirar lo que hacían ellos",
añade.

4/12/22 Una imagen de la actuación de Moura.


Diego Veiga, de Moura: "Para el territorio que ocupamos, los gallegos tenemos una
inmensa cultura tradicional"
"En nuestra sociedad, nosotras tenemos un papel mucho más secundario, menos
protagonista, sobre todo en el ámbito público. La generación del discurso y la
creatividad no se potencian en las mujeres, o no se premia tanto. Por eso hay
muchas menos chicas que se han sentido apeladas a ser las creadoras del discurso",
completa Ágata Ahora.

No había referentes españoles para ninguna de estas dos artistas antes de empezar
con la música. Por aquí apenas se recuerda a dúos de música ligera como Pili y Mili
en los años sesenta. En los setenta aparecieron otros dúos de gran influencia, como
Vainica Doble y Las Grecas (recientemente versionadas tanto por Rayo como por Viuda
y hasta por Rosalía), en los ochenta estuvieron las efímeras Vulpes, cuyo caso
daría para un reportaje paralelo y, en los ámbitos más populares, no podemos
olvidar el impacto de Baccara, Azúcar Moreno, Papá Levante o Las Ketchup, por
ejemplo.

Pero fue también en los años noventa cuando se produjo la primera explosión de
grupos femeninos dentro del entorno indie, con Nosoträsh y Undershakers, o incluso
con bandas mixtas pero de claro liderazgo femenino, desde nombres de éxito como
Dover a formaciones de culto como Hello Cuca. Isabel Fernández, de hecho, incide en
ello para denunciar la existencia de "un revisionismo machista brutal".

Nega y Toni, de Los Chikos del Maíz, posan para 'Público'.


Los Chikos del Maíz: "La nostalgia es reaccionaria y la memoria, revolucionaria"
Según la artista bilbaína, ahora se pone el foco en los nuevos grupos pero se obvia
los logros de las formaciones de su generación y la posterior. Ella cita,
concretamente, a Las Bestias, Las Pussycats, B-Violet, Deviot, La Nube, Pili
Perkins, Les Biscuit Salés, Sybil Vane, Las Solex, Las Sweet Nothings, Lascivos,
Aias, Les Sueques, Me & the Bees... "y lo que se llamó tontipop estaba repleto de
chicas: Juniper Moon, Meteosat, los Fresones Rebeldes... Muchas editaron sus discos
internacionalmente y algunas son grupos de culto. Parece que no hubiesen existido y
hay que volver a picar piedra". María Talaverano, de hecho, reconoce que sus
referentes a la hora de montar Cariño vienen de ahí, y cita expresamente a
Nosoträsh y Juniper Moon.

Fotografía del grupo Cariño.


Fotografía del grupo Cariño. — Neelam Khan Vela / CEDIDA POR EL GRUPO
Muchas de las bandas citadas, por cierto, provienen del sello independiente
madrileño Elefant Records, que se fundó en 1989. Sus responsables, Montse Santalla
y Luis Calvo, tienen un punto de vista un tanto diferente sobre todo esto. "En
nuestro pequeño universo no vemos tantos cambios. Si analizamos estos 34 años que
llevamos y pensamos en todos los grupos que han formado parte del sello, creemos
que la parte femenina gana por goleada. A nivel compositivo y de liderazgo, Elefant
siempre ha sido una gran excepción en este sentido", exponen al unísono por correo
electrónico.

Pero también conceden gran importancia de los referentes: "Si ves a alguien que te
gusta y con quien te identificas, por sus letras o lo que sea, te puede animar a
pensar que tú también puedes hacerlo, y en ese sentido puede que muchas chicas
estén expresando con su música cómo se sienten ante determinadas cosas en esta
sociedad. Eso las une y las motiva a hacer lo mismo y tocar en un grupo".

07/12/2022 - Representants d'Actua Cultura al Palau de la Generalitat per reunir-se


amb el president Aragonès i les conselleres Garriga (Cultura) i Mas (Economia).
¿Será el 2023 un buen año para la cultura en Catalunya?
Para Luis y Montse hay otro factor más a tener en cuenta: "No nos gustaría hacer
diferencias entre sexos, pero realmente sí hay una nueva escena. Creemos que la
pandemia también desató el talento escondido de muchas personas, y que estamos ante
una generación muy tocada a nivel mental, más comprometida, con un futuro más
complicado y que por todo eso sufre mucho más que los que crecimos en los años
ochenta, que éramos más despreocupados y solo pensábamos en pasarlo bien. Entonces
todo eso también provoca que muchas personas tengan la necesidad de expresar sus
sentimientos. Notamos mucha diferencia, no tanto a nivel musical, pero sobre todo
de las letras de las canciones en estos últimos años, y una diferencia en general
para mejor", aseguran.

El enemigo en casa
"Nosotras os bailamos/ las chicas se divierten/ Nosotras os bailamos/ las chicas se
divierten/ Los chicos guitarristas/ desbordan los carteles/ Ellos son artistas/
tienen lo que quieren/ Indi español, indi español/ Yo no soy la novia/ no soy la
amiga/ No soy la prima/ ni la vecina/ Deja de buscarme/ no estoy en la lista/ Mira
mi pulsera/ ¡¡Yo soy la artista!!/ indie español/ indi español" (Indiespañol. Las
Odio, 2016).

"Mira, chico, no me des problemas/ No te sientas ofendido, no quiero ligar contigo/


Solo vengo a cantar, me da igual que seas tú el que organiza el festival/ Dime
chico que debo sonreír/ Qué gran consejo, si no fuera por ti/ ¡Ay! Si no fuera por
ti/ El día que yo explote/ bailarán conmigo los ángeles/ Sonarán las trompetas/
Cambiaré tus mierdas por diamantes/ Noto cómo me estás mirando/ Analizas todo lo
que hago/ Parece que nunca hayas visto/ A una tía actuando/ No me digas dónde poner
el jack/ Ya he escuchado bastante/ Déjame trabajar/ No tengo nada que demostrar"
(Mira, chico. Lisasinson, 2023).

La gran mayoría de las voces consultadas coinciden en que no hay un discurso de


base muy diferente entre un grupo femenino y otro masculino. Ágata hablaba de
implicaciones políticas asociadas al feminismo, y María Talaverano alude a que se
da "otra energía" al tocar con chicas, pero en lo que todas están de acuerdo es que
es en la percepción externa y en el trato donde se sigue produciendo el mayor
sesgo. Al hilo de la canción de Las Odio aquí citada, su guitarrista afirma que,
aunque las hayan teatralizado en la letra en cierto modo, son todo vivencias
reales.

Grupo las odio


Fotografía del grupo Las Odio. — Cedida
En cuanto al tema de Lisasinson, los responsables de Elefant Records lo citan
explícitamente para remarcar el problema. "Creemos que es interesante analizarlo,
estamos en 2023 y aún sigue pasando esto, así que imagínate cuando íbamos de gira
con grupos como Nosoträsh, Camera Obscura, Niza, Heavenly... Muchas peleas desde el
primer día que nos metimos en este mundo fueron con técnicos de sonido por el trato
hacia las chicas de nuestros grupos, y sobre todo con las vocalistas. Ven a las
chicas como si estuviesen de adorno, y eso nos da vergüenza y enfada muchísimo. Hay
tres tíos en un grupo y dos chicas y tratan a los chicos de una manera diferente, y
en nuestro caso la mayoría de esas chicas a las que desprecian son las que escriben
y componen las canciones y son el talento del grupo. Sin ellas no existiría el
proyecto, ellos son totalmente sustituibles y ellas no, sin ellas no habría nada",
sostienen.

María Talaverano: "La única diferencia que notamos por ser chicas es cómo nos
tratan en el exterior"
La componente de Cariño secunda la idea. "La única diferencia que notamos por ser
chicas es cómo nos tratan en el exterior. Ahora siento que nos respetan más, pero
antes, por ejemplo, cuando había que pagar venían al técnico de sonido por ser un
hombre, o en las pruebas se pensaban que no sabíamos conectar nuestro equipo",
remarca María Talaverano.

En cuanto a Isabel Fernández, se retrotrae a la época en que montó Electrobikinis


junto a su amiga del colegio Miren Iza (que posteriormente grabaría como Tulsa), la
guitarrista Janire Salvador y un batería, Asier Gurruchaga. Era justo la época
bisagra entre los noventa y los dos mil.

"Al ser tres chicas y un chico tan jóvenes, al principio te prestan atención: con
nuestra primera maqueta nos llamaron de varios sellos de Madrid, firmamos por
Subterfuge y empezamos a girar y a hacer mucha promo y esas cosas que hacía la
compañía de meterte en series y anuncios. Las dificultades fueron el machismo y la
condescendencia con la que se nos trataba. He necesitado la perspectiva del tiempo
para darme cuenta, porque entonces me sentía insegura y me culpaba. Han pasado dos
décadas y nunca hemos dejado de tocar y hacer discos, yo trabajo haciendo bandas
sonoras, Miren hasta ha estado nominada a los Grammy Latinos. Quiero decir, que lo
que sentíamos eran amor y pasión sinceras por la música y muchos hombres no nos
respetaron y nos cuestionaron sólo por ser chavalas", concluye la artista.

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