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2023 todavía estamos dividiendo a los grupos de música por el género de sus
componentes? El tema sería irrelevante en un mundo ideal, pero los datos nos dan
otra perspectiva. Si observamos las listas oficiales de los 100 discos más
escuchados en España en los últimos tres años, el total de grupos femeninos que
aparecen es: cero en 2020, cero en 2021 y cero en 2022.
Tan solo las solistas Rosalía y Aitana figuran entre las diez primeras en los dos
últimos años, y en 2020 había que bajar hasta el puesto 15 hasta encontrar a Vanesa
Martín. En los carteles de los festivales sí se ve cierta presencia en la parte
alta: Cariño, Ginebras, Shego, Bala... pero solo Tanxugueiras aparecen como cabeza
de cartel en alguno de ellos. En las listas de mejores discos, según los medios
especializados en 2022, apenas podemos ver a la citadas Cariño y a Magia Bruta, en
Rockdelux, a Cariño y Tanxugueiras en Mondosonoro, Adiós Amores en Jenesaispop, y
ninguno en Efe Eme.
Añade la escritora que "ahora hay muchas más mujeres reivindicando su papel en la
industria, y asociaciones como MIM, que están luchando por tener ese espacio que
siempre han merecido. Los festivales también están apostando más por ellas. Aún no
está la cosa igualada, pero sí ha habido cambios en los carteles porque la gente lo
pide, se queja, y eso al final tiene su efecto".
En el Ladyfest madrileño, que duró entre 2012 y 2014, también estaba Ágata Ahora,
guitarrista de Las Odio y Rayo y, anteriormente, de grupos más subterráneos como
Agnes. "Queríamos crear una oferta cultural que nos apelara más, un espacio que
todavía no existía en Madrid, en el que se reprodujeran dinámicas feministas
condenando cualquier tipo de discriminación, en el que pudiéramos sentirnos seguras
y explorar nuestra sexualidad, crear la realidad que estábamos buscando y que no
teníamos en nuestro contexto mas inmediato", recuerda la artista, quien
posteriormente inició el fanzine y colectivo Sisterhood. "Fue una manera de unir a
mucha gente con inquietudes muy parecidas, las componentes de Las Odio, por
ejemplo, nos conocimos allí".
Grupo Rayo
Fotografía del grupo Rayo. — Cedida
"Yo creo que sí hay muchas mas mujeres haciendo música -expone ella- y que se debe
también a una evolución social. Hay más creadoras de contenido y de discurso, en
general, y ese es un avance conseguido gracias al movimiento feminista, que ha
tenido más cabida en los medios de comunicación. Hay más sensibilidad a la hora de
programar y buscar este tipo de proyectos, y todo eso ha llevado a más chavalas a
hacer música".
Imagen de S Curro.
S Curro: "Tengo vocación de antagonista"
Ágata Ahora: "Hay un techo de cristal ahí que te impide llegar a ser cabeza de
cartel"
No obstante, Ágata, que ha tocado con sus dos bandas en bastantes festivales de
ámbito nacional, matiza los logros. "La realidad es que las cotas más altas de
éxito todavía las copan los hombres. Hay un techo de cristal ahí que te impide
llegar a ser cabeza de cartel". Por otro lado, opina que "la capacidad
transformadora se ha visto también mermada porque al hacerte mainstream hay una
moderación del discurso, las cosas más subversivas se pierden por el camino". Todo
lo que ella ha hecho en sus grupos y colectivos, argumenta, "buscaba introducir
referentes que nos faltaban en la escena española, y un discurso feminista, un
funcionamiento mucho más horizontal y otra organización, intentando que los temas
que nos preocupan quedaran reflejados en letras y mensajes".
"Hay una mayor democratización de la música, ahora es más fácil que todo el mundo
pueda hacerlo, incluida una panda de chicas", añade María Talaverano, del grupo
Cariño, y que también graba en solitario bajo el nombre de Valverdina.
Recientemente ha creado junto a la artista y promotora queer Hanna Plum Ternura una
agencia de contratación y representación. "Intentamos romper con los moldes de la
industria de la música en España, con los contratos abusivos y los porcentajes de
lobos que tienen y darle una vuelta a eso, y obviamente impulsar a bandas en las
que creemos como Las Petunias. Estamos muy ilusionadas por ejercer ese madrinazgo",
afirma.
No había referentes españoles para ninguna de estas dos artistas antes de empezar
con la música. Por aquí apenas se recuerda a dúos de música ligera como Pili y Mili
en los años sesenta. En los setenta aparecieron otros dúos de gran influencia, como
Vainica Doble y Las Grecas (recientemente versionadas tanto por Rayo como por Viuda
y hasta por Rosalía), en los ochenta estuvieron las efímeras Vulpes, cuyo caso
daría para un reportaje paralelo y, en los ámbitos más populares, no podemos
olvidar el impacto de Baccara, Azúcar Moreno, Papá Levante o Las Ketchup, por
ejemplo.
Pero fue también en los años noventa cuando se produjo la primera explosión de
grupos femeninos dentro del entorno indie, con Nosoträsh y Undershakers, o incluso
con bandas mixtas pero de claro liderazgo femenino, desde nombres de éxito como
Dover a formaciones de culto como Hello Cuca. Isabel Fernández, de hecho, incide en
ello para denunciar la existencia de "un revisionismo machista brutal".
Pero también conceden gran importancia de los referentes: "Si ves a alguien que te
gusta y con quien te identificas, por sus letras o lo que sea, te puede animar a
pensar que tú también puedes hacerlo, y en ese sentido puede que muchas chicas
estén expresando con su música cómo se sienten ante determinadas cosas en esta
sociedad. Eso las une y las motiva a hacer lo mismo y tocar en un grupo".
El enemigo en casa
"Nosotras os bailamos/ las chicas se divierten/ Nosotras os bailamos/ las chicas se
divierten/ Los chicos guitarristas/ desbordan los carteles/ Ellos son artistas/
tienen lo que quieren/ Indi español, indi español/ Yo no soy la novia/ no soy la
amiga/ No soy la prima/ ni la vecina/ Deja de buscarme/ no estoy en la lista/ Mira
mi pulsera/ ¡¡Yo soy la artista!!/ indie español/ indi español" (Indiespañol. Las
Odio, 2016).
María Talaverano: "La única diferencia que notamos por ser chicas es cómo nos
tratan en el exterior"
La componente de Cariño secunda la idea. "La única diferencia que notamos por ser
chicas es cómo nos tratan en el exterior. Ahora siento que nos respetan más, pero
antes, por ejemplo, cuando había que pagar venían al técnico de sonido por ser un
hombre, o en las pruebas se pensaban que no sabíamos conectar nuestro equipo",
remarca María Talaverano.
"Al ser tres chicas y un chico tan jóvenes, al principio te prestan atención: con
nuestra primera maqueta nos llamaron de varios sellos de Madrid, firmamos por
Subterfuge y empezamos a girar y a hacer mucha promo y esas cosas que hacía la
compañía de meterte en series y anuncios. Las dificultades fueron el machismo y la
condescendencia con la que se nos trataba. He necesitado la perspectiva del tiempo
para darme cuenta, porque entonces me sentía insegura y me culpaba. Han pasado dos
décadas y nunca hemos dejado de tocar y hacer discos, yo trabajo haciendo bandas
sonoras, Miren hasta ha estado nominada a los Grammy Latinos. Quiero decir, que lo
que sentíamos eran amor y pasión sinceras por la música y muchos hombres no nos
respetaron y nos cuestionaron sólo por ser chavalas", concluye la artista.