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Cotignola, Mariela Lorena

Población con problemas en


el empleo. Abordaje
teórico-metodológico

Tesis presentada para la obtención del grado de


Licenciada en Sociología

Director: Suárez, María Josefa

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Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad
Nacional de La Plata, que procura la reunión, el registro, la difusión y
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Cita sugerida
Cotignola, M. (2006) Población con problemas en el empleo.
Abordaje teórico-metodológico [en línea]. Trabajo final de grado.
Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y
Ciencias de la Educación. Disponible en:
http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.564/te.564.pdf

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA
FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA
LICENCIATURA EN SOCIOLOGÍA

Trabajo Final:

Población con problemas en el empleo.

Abordaje teórico – metodológico.

Marzo 2006

Director: María Josefa Suárez


Alumno: Mariela L. Cotignola
Legajo: 51.188/9
E- mail: marielacotignola@yahoo.com.ar
wym@sinectis.com.ar
Resumen

El mercado de trabajo de la Argentina actual es heterogéneo y fragmentado, donde se

conjuga la falta de trabajo con un fuerte deterioro en el tipo y la calidad de la inserción

laboral de las ocupaciones existentes.

Este trabajo se propone abordar los problemas en torno al empleo. En primer lugar se

recorren los desarrollos teóricos que se han ocupado de explicar algunos aspectos del

problema, más específicamente los referidos a la informalidad y la precarización

laboral. Dada la dificultad para dar cuenta del fenómeno en su totalidad se presenta la

necesidad de encontrar un indicador que englobe al conjunto de las manifestaciones

del deterioro en la calidad del empleo. Para lo cual se construye una categoría ad hoc:

población con problemas en el empleo.

El objeto de este trabajo es proponer una metodología que permita estudiar a dicha

población. Se realiza una delimitación conceptual de la categoría a partir de los

atributos que la componen y se define una tipología de subgrupos de población con

problemas en el empleo.

Finalmente se hace una aproximación empírica a través de la Base Usuaria de la

Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que permite ver las características y la

magnitud de la población con problemas en el empleo en el Gran La Plata durante el

primer semestre de 2005.

Términos claves

Mercado de trabajo – Inserción laboral - Informalidad – Precariedad – Empleo pleno-

Población con problemas en el empleo –

2
Índice

Presentación.....................................................................................................................4

Análisis desde diversas perspectivas teóricas................................................................5

Informalidad...........................................................................................................9

Precariedad...........................................................................................................19

Definición y caracterización de la población con problemas en el empleo

Algunos antecedentes..........................................................................................27

Precisiones conceptuales.....................................................................................33

Delimitación metodológica de los subgrupos......................................................35

La fuente de información estadística...................................................................40

Definición operacional de los subgrupos............................................................43

Mercado de trabajo y población con problemas en el empleo en el Gran La Plata

Principales indicadores........................................................................................46

Tamaño y composición de la población con problemas en el empleo................49

A modo de conclusión...................................................................................................55

Bibliografía....................................................................................................................58

3
Presentación

El trabajo ha sido el motor y sostén de la sociedad moderna. Ha constituido el eje en

torno al cual se han estructurado las relaciones entre los distintos sujetos sociales. El

trabajo es el soporte privilegiado de inscripción de las personas en la estructura social.

(Lo Vuolo, Barbeito, Pautassi, R Enríquez: 1999) Al mismo tiempo el trabajo o su

ausencia y las relaciones que se estructuran a través de él pueden formar redes de

sociabilización que permiten la realización plena de las personas o confinarlas a la

exclusión o la marginalidad.

En la mayoría de los países capitalistas occidentales se viene experimentando desde la

década del setenta un creciente deterioro de la situación laboral de amplios sectores de

la población. La crisis del petróleo, la implementación de políticas neoliberales que

impulsan la retirada del Estado, la flexibilización de las leyes laborales y la

globalización de la producción son algunos de los factores que han contribuido a

acrecentar las desigualdades en las relaciones en torno al trabajo.

En toda América latina y en la Argentina en particular, el problema del empleo ha

atravesado varias fases. Estas fases han sido acompañadas por diferentes desarrollos

teóricos que han intentado explicarlas. 1 En la actualidad confluyen múltiples

problemas en el empleo, unos referidos al tipo de inserción y otros a la calidad de la

relación laboral.

Y este es el punto que interesa desarrollar en este trabajo: en una sociedad con grandes

sectores excluidos y/o desempleados el tener una ocupación no garantiza una

inserción social plena. Existe una fuerte correlación entre el lugar que las personas

ocupan en la división del trabajo y su participación en las “redes de sociabilidad” y los

1
Esta idea de fases no implica únicamente desarrollos sucesivos sino más bien fases sucesivas de
agregación, es decir que los problemas en torno al empleo se fueron haciendo cada vez más importantes
en magnitud y complejidad.

4
sistemas de protección social. (Lo Vuolo, Barbeito, Pautassi, R. Enríquez: 2000) El

deterioro en la calidad de los empleos, la inestabilidad, la falta de protección social

por parte del Estado también someten a los individuos a situaciones de vulnerabilidad

social. El universo de los ocupados, aquella población que tiene una ocupación, no es

un conjunto homogéneo sino que en él confluyen múltiples y heterogéneas situaciones

laborales.

En este trabajo, dada la necesidad de encontrar un indicador que englobe al conjunto

de las manifestaciones del deterioro en la calidad del empleo, se propone la

construcción de una categoría ad hoc: población con problemas en el empleo. El

objeto de este trabajo es desarrollar una metodología para estudiar a dicha población.

Aquí se hace, en una primera instancia, un acercamiento a la población con problemas

en el empleo desde lo conceptual, revisando aquellas categorías que se han utilizado

para comprender y explicar las múltiples modalidades de inserción laboral. En la

segunda parte se expondrá una propuesta metodológica de abordaje de la población

con problemas en el empleo: partiendo de una delimitación conceptual de la misma a

partir de los atributos que la componen, se construirán subgrupos poblacionales según

dimensiones específicas, para luego operacionalizar la tipología y realizar a modo de

ejemplo una aproximación empírica al fenómeno en el Gran La Plata a través de la

Base Usuaria de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH).

Análisis desde diversas perspectivas teóricas

El mercado de trabajo es el espacio en el que se produce el intercambio de la fuerza de

trabajo. Supone, por un lado, la existencia de trabajadores libres separados de la

propiedad de los medios de producción que se ven obligados a vender su fuerza de

trabajo y, por otro, la existencia de trabajo acumulado bajo la forma de capital.

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Siempre el trabajo ha estado subordinado al capital. En los últimos dos siglos esta

relación sólo fue menos desigual durante la vigencia de la llamada sociedad salarial en

la segunda postguerra. La sociedad salarial estuvo caracterizada por la vigencia de

regímenes que promovían el pleno empleo, la promoción social y la estabilidad. El

trabajo era central y hegemónico en la producción industrial y había una clase obrera

poderosa y en franco ascenso social y político.

Puede afirmarse que este modelo de “bienestar social” tendía a la homogeneidad de

las condiciones sociales de la mayor parte de la sociedad. Se trataba de una sociedad

estructurada en torno al trabajo, no sólo por estar constituida mayoritariamente por

trabajadores asalariados sino, además, porque los sistemas de protección y los

derechos (seguridad social) estaban asociados a la condición de trabajador. El trabajo

daba el acceso al ejercicio pleno de los derechos y la garantía de quedar a salvo de la

pobreza.

Desde los años 70 comenzó la progresiva desaparición del modelo de “bienestar

social” y de los beneficios que había instaurado para los trabajadores. Este fin del

modelo se produjo por varios factores que dieron origen a las características actuales

del mundo del trabajo.

Algunos de los factores más destacados fueron: la crisis de acumulación que atravesó

el modelo de Bienestar; la expulsión de mano de obra por la incorporación de nuevas

tecnologías en los procesos de producción; la pérdida de centralidad de la producción

industrial y el crecimiento de los servicios; la internacionalización de la economía; los

cambios en la naturaleza del empleo a consecuencia de la flexibilización de los

mercados de trabajo y la desarticulación del peso político de los trabajadores.

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Como consecuencia de lo dicho anteriormente hoy el mercado de trabajo es

heterogéneo y segmentado. La sociedad actual parece ya no estar centrada en la

relación salarial.

El problema actual del empleo remite a pensar en el doble significado del trabajo: el

trabajo como medio de reproducción de la fuerza de trabajo y el trabajo como forma

de inserción social. Esto implica que la carencia de trabajo o el deterioro de su calidad

genera situaciones de exclusión, pérdida de los lazos de integración y de los soportes

intersubjetivos como producto del desmantelamiento de los vínculos asociativos y

corporativos fundados en el trabajo asalariado (Salvia:2003)

¿Qué cambió? Cuando las personas que antes se insertaban socialmente a través del

trabajo pierden su ocupación o desmejoran su situación laboral, las redes de

socialización que los contenían se deterioran o se pierden. En Argentina

específicamente estas redes dependen de la situación de empleo.

El proceso general de desestabilización de la condición salarial (operado en las

últimas cuatro décadas) ha implicado el desmoronamiento de las protecciones ligadas

al trabajo y el aumento de la vulnerabilidad y de la exclusión. (Castel: 2000; 255)

Cabe aclarar que poner el acento en la población ocupada no agota la problemática de

la inserción sociolaboral ya que se deja fuera a quienes están desocupados. Es

conocida la estrecha vinculación que existe entre la falta de ocupación y la exclusión

pero ello no implica que la sola actividad laboral garantice la inexistencia de

privaciones materiales. En este sentido lo que se propone este trabajo es estudiar qué

tipo de inserción laboral tienen aquellos que poseen una ocupación.

Los problemas en torno al trabajo no son nuevos y han sido abordados a partir de

distintas categorías y desde distintas corrientes. Diversas perspectivas que ponen el

7
acento en el sector informal y la precarización han intentado explicar alguna parte del

fenómeno.

La construcción e instauración de las categorías sector informal y precarización han

surgido a la par del modelo de desarrollo productivo hegemónico. En los 70 – 80 la

preocupación teórica se orientaba, principalmente, a analizar cómo el sector moderno de

la economía no podía absorber los “excedentes de población” y éstos encontraban

refugio en el sector informal. En los 90 el capital, para conservar sus tasas de ganancia,

necesita disponer de una mano de obra flexible, entonces a un amplio sector informal se

le suman los empleos precarizados. En el 2000 la precarización avanza, el sector

informal se mantiene (deja de tener un comportamiento procíclico) y la desocupación

aumenta.

En la actualidad la magnitud y la generalización de los problemas en torno al empleo

hacen que no pueda ser abordado desde una sola perspectiva.

Existen distintas categorías que intentan conceptualizar y medir algún aspecto de la

problemática en torno al empleo. Pero ninguna de estas categorías puede abarcar a

toda la población con problemas en el empleo.

Si se utiliza la categoría precarización laboral se puede ver el deterioro en la calidad

del empleo de los asalariados pero quedan fuera los trabajadores por cuentapropia y su

tipo de inserción.

Por su parte, el concepto sector informal (simplificando las diferencias entre las

perspectivas) refiere a las características del sistema productivo y, junto con él, a

aquellas unidades de producción que por sus características están fuera del sector

formal- moderno de la economía. Pero por definición esta categoría no da cuenta de

los trabajadores desprotegidos en el sector formal.

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Mientras que la categoría sector informal refiere a una porción de las unidades

productivas y el concepto precarización a la calidad de la relación salarial, la

población con problemas en el empleo, categoría que se propone en este trabajo,

concentra a todas aquellas personas que no alcanzan una inserción laboral plena ya sea

por estar desprotegidas, no tener seguridad en su trabajo o recibir ingresos

insuficientes. Este conjunto de personas con problemas en el empleo trasciende el

sector en el que se hallan insertas, la clasificación de la escala de la unidad productiva

y la categoría ocupacional en la que se inscriben.

Entonces se necesita rescatar de cada categoría aspectos que permitan describir y

explicar algunas de las múltiples y endebles formas de inserción laboral.

A continuación se recuperan los desarrollos teóricos precedentes en torno a las

categorías de informalidad y precarización, para luego abordar a la población con

problemas en el empleo en su conjunto.

Informalidad

Interpretaciones clásicas

La categoría informalidad apareció en las ciencias sociales latinoamericanas al

intentar explicar el crecimiento y la persistencia de amplios sectores de la población

que no lograban incorporarse a los nuevos espacios de integración social, económica y

territorial generados por los procesos de urbanización y modernización de mediados

de siglo veinte (Carpio, J. y Novacovsky, I: 2000).

La problemática de la informalidad ha sido abordada desde distintas corrientes

teóricas. Pueden diferenciarse claramente tres líneas de interpretación clásicas en la

conceptualización y descripción de la economía informal y desarrollos posteriores que

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las reelaboran. Desde cada una de ellas se pueden explicar rasgos característicos del

fenómeno. Cada enfoque privilegia una diferencia respecto al sector formal.

A continuación se brinda una síntesis de los principales supuestos de las corrientes

clásicas que se han ocupado del tema: la corriente del sector informal urbano (SIU), la

corriente neoliberal y la regulacionista.

Sector informal urbano (SIU)

El sector informal como categoría analítica es introducida por la Organización

Internacional del Trabajo (OIT) a partir de estudios antropológicos realizados en

Kenia a principios de los años setenta. Luego el concepto es reelaborado por el

Programa Regional del Empleo para América Latina y el Caribe de la OIT (PREALC)

en función de la especificidad latinoamericana.

Esta corriente parte de concebir al desarrollo económico en América Latina como

signado por una heterogeneidad estructural, donde se ha desarrollado un sector

productivo moderno que es incapaz de incorporar la fuerza de trabajo que se dirige al

mercado en busca de empleo. Llegado un cierto punto del desarrollo productivo no hay

un incremento de la oferta de empleo en relación con la demanda, y ésta genera un

excedente laboral que se vuelca al sector informal en busca de algún ingreso que le

permita sobrevivir.

La actividad informal es considerada una manera de producir presidida por una lógica

propia de subsistencia y es caracterizada por sus rasgos negativos: baja productividad,

bajos ingresos, baja escala de producción, trabajo intensivo y facilidad de ingreso y

egreso.

El sector informal implica para esta corriente trabajo no registrado. Pero esta

característica no es central en su definición. Su énfasis está más bien puesto en la

10
situación de pobreza por la que atraviesan quienes se insertan en el sector. De hecho

hay una identificación de los informales como “trabajadores pobres” (Tokman: 1999).

Para Tokman tanto el trabajo ilegal como la precariedad, fenómenos importantes en el

mundo laboral de la postguerra, no constituyen exclusivamente informalidad.

La OIT en 1991 define al sector informal como “las muy pequeñas unidades de

producción y distribución de bienes y servicios, situadas en las zonas urbanas de los

países en desarrollo; dichas unidades pertenecen casi siempre a productores

independientes y trabajadores independientes que a veces emplean a miembros de la

familia o a algunos asalariados o aprendices. Estas unidades disponen de muy poco o

de ningún capital; utilizan técnicas rudimentarias y mano de obra escasamente

calificada, por lo que su productividad es reducida; quienes trabajan en ellas suelen

obtener ingresos muy bajos e irregulares, y su empleo es sumamente inestable.”

(Citado por Pok: 2004)

Los sectores formal e informal constituyen segmentos diferenciados en el mercado de

trabajo pero se relacionan entre sí. Entre ellos no hay dualidad sino interrelación. El

sector informal y el resto de la economía establecen relaciones funcionales.

La informalidad es asociada con niveles de ingresos bajos y el nivel promedio de

ingresos actúa como variable de ajuste. Al interior de la informalidad las fluctuaciones

se absorben principalmente mediante el ajuste de los niveles de ingreso y no tanto por

mayor desempleo.

Por tanto, la unidad de producción es su unidad de análisis. El enfoque sustentado por

el PREALC define cuatro categorías ocupacionales como informales:

- los patrones de microempresas;

- los asalariados de microempresas;

- los trabajadores independientes,

11
- los trabajadores familiares no remunerados.

Cabe aclarar que no consideran al trabajo doméstico como informal por tratarse de

trabajo realizado en hogares, no en establecimientos.

En síntesis, sostienen que la economía informal es una manera de producir relacionada

con un desarrollo productivo heterogéneo propio de los países periféricos y su

difusión se relaciona con las condiciones de pobreza de la población, dando origen a

un mercado de trabajo segmentado.

Enfoque neoliberal

Desde la corriente que se ha denominado neoliberal Hernando De Soto (1987)

describe al sector informal como un sector no regulado, producto del exceso de

regulación de la economía como consecuencia de la presencia excesiva y distorsiva

del Estado.

Desde este enfoque la informalidad se presenta como resultante directa de la excesiva

intervención y control del Estado sobre la actividad económica. Los sujetos en vista

de la “presión” legal eligen las actividades ilegales. Esta corriente afirma que existe

una elección racional de los sujetos de mantenerse fuera del marco normativo.

“La informalidad no es tampoco un sector preciso ni estático de la sociedad, sino una

zona de penumbra que tiene una larga frontera con el mundo legal y donde los

individuos se refugian cuando los costos de cumplir las leyes exceden a sus

beneficios.” (De Soto: 1987;12 citado por Saraví:1996)

Esta corriente hace una identificación entre informalidad e ilegalidad. De Soto intenta

cuantificar el peso del sector informal en su conjunto. Más que delimitar tamaños de

empresas que puedan ser consideradas informales se ocupa de todas aquellas

actividades consideradas ilegales.

12
Los emprendimientos informales representan la irrupción de genuinas fuerzas del

mercado en una economía constreñida por las regulaciones estatales y se considera a

las leyes e instituciones legales como las que impiden la legalización de estas

actividades.

Esta crítica al marco regulatorio que constriñe la posibilidad de desarrollo de estas

actividades se enmarca en una concepción más general que promueve la retirada del

Estado de las actividades que pueden ser desempeñadas por particulares y dejar en

libertad a las fuerzas del mercado. La intervención del Estado es un obstáculo para el

desarrollo que se puede generar con un funcionamiento más libre del mercado.

Esta interpretación reconoce como unidad de análisis a cualquier actividad extralegal:

acceso extra legal al suelo, a la vivienda, transporte, etc.

Enfoque regulacionista

En el enfoque regulacionista (Castells, Portes, Walton) el plano de análisis es más

bien estructural. Presenta al sector informal como característico de una determinada

fase de acumulación del capitalismo. Analiza el fenómeno más en el contexto mundial

que como un emergente específico de los países periféricos. El desarrollo de la

economía informal es un proceso universal, heterogéneo y corta transversalmente toda

la estructura social. (Castells y Portes:1995)

Los regulacionistas, contraponiéndose al enfoque del SIU, plantean que la economía

informal no se define por ser un conjunto de actividades de sobrevivencia

desempeñada por gente desposeída ubicada en los márgenes de la sociedad dado que,

según estos autores, está demostrado el dinamismo económico de estas actividades

informales y un nivel de ingresos relativamente alto.

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“La informalidad no es un eufemismo de la pobreza. Es una forma específica de

relaciones de producción, mientras que la pobreza es un atributo ligado al proceso de

distribución.” (Castells y Portes:1995; 235)

El concepto economía informal resulta útil para los autores de esta corriente al referir

una forma específica de producción generadora de ingreso. Portes y Castels discuten

con los teóricos de la marginalidad afirmando que la economía informal representa

una tendencia social nueva en vez de ser sólo el retraso de relaciones de producción

tradicionales.

Para ellos, es la propia lógica de acumulación del sector formal la que determina la

existencia del sector informal. La economía informal es considerada como una forma

de vinculación entre el capital y trabajo que es consecuencia de la organización a

escala global de la reestructuración del sistema capitalista.

Al igual que en el enfoque neoliberal, la corriente regulacionista hace foco en el

carácter no regulado del trabajo más que en una forma de producir. Pero la forma de

utilización de la mano de obra del sector informal es considerada como algo funcional

al sector formal de la economía. Algunas de sus manifestaciones son la

subcontratación y los contratos ocasionales - que son vistos como producto del

funcionamiento propio del sector formal-.

Según el enfoque regulacionista las actividades informales son consideradas procesos

productivos no regulados. Contribuyen a la reproducción del sistema capitalista al

posibilitar la producción y reproducción de la fuerza de trabajo.

Las actividades informales son actividades económicas vinculadas al sistema

productivo cuya ilegalidad radica en el incumplimiento de la legislación laboral. Estas

actividades son parte del sistema, como una nueva forma que adquiere la acumulación

de capital.

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Una parte importante de los establecimientos más pequeños nacen o se mudan a la

economía informal gracias a su baja visibilidad, la facilidad de desplazamiento y a la

posibilidad de convertirse en empresas totalmente subterráneas.

Castels y Portes describen las características especiales que tiene la fuerza de trabajo

empleada en las actividades informales. Implican trabajo degradado y su

vulnerabilidad no se produce aleatoriamente. “La economía informal evoluciona a lo

largo de las fronteras de las luchas sociales, incorporando a quienes son demasiado

débiles para defenderse a sí mismos, rechazando a los que resultan demasiado

conflictivos, y promoviendo a aquellos con energía y recursos hacia un empresariado

subordinado” (Portes: 1995; 257). Inmigrantes, indocumentados, minorías étnicas,

mujeres y jóvenes, todos aquellos sujetos de discriminación son candidatos

potenciales para el trabajo en casa, de tiempo parcial y como reemplazos temporales.

Dado que la economía informal no deriva de las características intrínsecas de las

actividades, sino de la definición social de la intervención del Estado, los límites de la

economía informal variarán sustancialmente en diferentes contextos y circunstancias

históricas.

Las fronteras móviles de la economía informal serán determinadas por la dinámica de

las luchas sociales y de la negociación política propias del cambiante conflicto entre el

capital y el trabajo, aunque no están reducidos a él. La crisis estructural del los 70

planteó que debían buscarse alternativas al modelo normativo de organización

económica vigente hasta entonces: la informalidad es una de esas alternativas .

“El sector informal incluye a todas las actividades redituables que no están reguladas

por el Estado en entornos sociales en los que sí están reguladas actividades similares.”

(Portes: 2000; 27) Portes diferencia actividades ilegales, informales y formales. Lo

15
que diferencia al sector formal del informal no es el carácter del producto final sino la

manera en que ese producto es producido o intercambiado.

Realiza una clasificación funcional de las actividades informales según su objetivo:

- Economía informal de subsistencia: busca la supervivencia del individuo y /o del

grupo familiar

- Economía informal de explotación dependiente: persigue una mayor flexibilidad

gerencial y menores costos laborales por medio de contrataciones no registradas y de

subcontrataciones de emprendimientos informales.

- Economía informal de crecimiento: buscan la acumulación de capital de empresas

pequeñas por medio de la movilización de sus relaciones solidarias, generando mayor

flexibilidad y costos más bajos.

Estas actividades no son mutuamente excluyentes. Pueden coexistir en los mismos

entornos urbanos y representar cosas diferentes según las intenciones de los actores

económicos. Un trabajo representa subsistencia para el trabajador y puede ser

apropiado como recurso de flexibilidad para la empresa formal que lo contrata.

Desarrollos más recientes

La pluralidad de definiciones acerca de la informalidad y la falta de acuerdo en torno a

los alcances del concepto produjo que en desarrollos más recientes se repiense la

categoría. Por un lado se buscaron puntos de contacto entre el enfoque tradicional de

la OIT – PREALC y el enfoque regulacionista. Por otro lado, se revisó la utilidad del

concepto informalidad en función de los cambios ocurridos en los años noventa en

América latina. En estas líneas se encuentran los trabajos de Tokman (2000) y Pérez

Sáinz (2000) respectivamente.

16
Víctor Tokman (2000) analiza la informalidad en una doble perspectiva: desde la

lógica de sobrevivencia y desde la lógica de la descentralización productiva. En la

primera sigue la línea conceptual de la tradición OIT – PREALC y con la segunda

incorpora dimensiones de la corriente regulacionista.

Reconoce como informales a aquellas empresas modernas que en busca de

recomponer sus márgenes de ganancia descentralizan la producción reduciendo el

costo laboral vía evasión regulatoria y/o acompañados de procesos de flexibilización

laboral.

Tokman sigue considerando que la lógica de sobrevivencia es un determinante en el

desarrollo de la actividad informal, pero que también se está percibiendo una mezcla

entre esto y lo que agrega la descentralización de la producción.

Pérez Sáinz (2000) señala que los cambios que se han producido en América Latina

por la aplicación de programas de ajuste estructural y por la creciente inserción en el

proceso globalizador se reflejan en el mercado laboral dando como resultado la

configuración de escenarios de neoinformalidad.

Describe tres escenarios de neoinformalidad a los que llama: economías de la pobreza;

informalidad subordinada y aglomeraciones de pequeñas empresas dinámicas. Aborda

los tres escenarios a partir de tres casos concretos localizados en Nicaragua, Honduras

y Costa Rica respectivamente. Las características principales de cada uno son las

siguientes:

- La constitución de una economía de la pobreza se halla inscrita en un proceso

general de exclusión. Si bien este proceso supone la prolongación previa de la

informalidad de subsistencia, tiene características nuevas. La génesis del

excedente estructural de la fuerza de trabajo no responde a los mismos

mecanismos que los existentes en el proceso de modernización anterior, dado

17
que la nueva dinámica acumulativa no conlleva siempre un sesgo tecnológico

intensivo en capital. Hay una incorporación a este ámbito informal de los

denominados “nuevos pobres”, antiguos asalariados formales. Se trata de una

fuerza laboral expulsada del sector público que se ha visto forzada a la

informalidad producto de los efectos excluyentes provocados por la aplicación

de programas de ajuste estructural. En estos emprendimientos se ve ausencia

de racionalidad empresaria y no existe separación de los gastos del negocio y

de los gastos del hogar. Así se articula la lógica económica propia del

establecimiento con la lógica de subsistencia de la unidad familiar. Estos

establecimientos disponen de escaso capital, muy baja productividad y falta de

dinamismo por parte de la demanda generada a partir del consumo se los

sectores populares. Su potencialidad de crecimiento es limitada. Para los

individuos insertos en las llamadas economías de la pobreza su actividad es un

mero medio para susbsistir.

- Informalidad subordinada: es producto de los procesos de deslocalización

productiva desarrollados ante los imperativos de flexibilización, los que llevan

a que ciertos componentes del producto sean elaborados fuera de la empresas.

Constituyen estrategias de externalización de la producción. Los cambios en

los mercados producto de la globalización han implicado para la producción

transable requerimientos que exceden sus capacidades productivas suponiendo,

de esta forma, la necesidad de subcontratación. Este proceso deslocalizador

permite controlar una fuerza laboral que no puede ser incorporada al mercado

de trabajo en establecimientos fuera de sus hogares (especialmente mujeres).

La subcontratación hace que la inserción sea mediada y frágil e implique alta

18
precariedad laboral. Se sigue como estrategia de control de la fuerza laboral su

atomización y aislamiento.

- Las aglomeraciones de pequeñas empresas dinámicas están constituidas por

unidades productivas próximas social y territorialmente. Su dinámica se ve

influenciada por la movilización de capital social (cultura artesanal, redes y

solidaridad entre los productores). Estas empresas que están mayormente

dedicadas a la producción artesanal han logrado insertarse en la dinámica de la

globalización a partir de redes locales. Los procesos de trabajo se organizan de

manera artesanal.

El primero de los escenarios es el que nuclea a la mayor parte de la población

informal, ya que representa la prolongación de la informalidad de subsistencia que,

históricamente, ha sido la modalidad que ha concentrado la mayoría de la fuerza

de trabajo que no logra insertarse en el mercado formal. Las actividades

informales propias de las economías de la pobreza constituyen actividades

desarrolladas por pobres para pobres. (Pérez Sainz: 2000)

Precariedad

Los trabajos en torno a la precariedad laboral se vienen desarrollando desde la década

del 80, pero es desde fines de los 90 hasta la actualidad cuando éstos se han

multiplicado a la par del crecimiento del problema de la precarización. Algunos

planteos de los teóricos que se han ocupado del sector informal ya contenían en

germen la idea de precariedad laboral. (Pok: 2004)

Varios autores (Galín: 1990, Salvia: 2000; 2003; 2004) coinciden en que, si bien las

perspectivas que han analizado el trabajo precario son diversas, todos los trabajos

19
señalan como características salientes de la precarización al menos alguna de estas

cualidades: inestabilidad, incertidumbre, inseguridad y desprotección.

Pedro Galín y Marta Novick (1990) en una compilación de trabajos sobre la

precarización señalan que en la mayoría de los estudios el empleo precario es definido

de manera residual respecto al empleo típico. El empleo típico es caracterizado por ser

de tiempo completo, para un solo e identificable empleador, por tiempo

indeterminado, realizado en el domicilio del empleador, generalmente protegido por la

legislación laboral y la seguridad social. Entonces, son definidos como precarios los

empleos que se apartan de alguna de dichas características por deterioro o ausencia.

Pero el concepto de empleo típico no es una categoría abstracta, en este sentido es

importante señalar que tanto este concepto como el de empleo precario no pueden

tomarse recortados de su momento histórico, político y económico.

Silvana Tissera (1999) advierte que no debe ser analizado sólo coyunturalmente el

proceso de desprotección que atraviesa la sociedad actual, sino que es necesario tomar

la dimensión histórica que explica la constitución misma del trabajo asalariado. El

concepto de “empleo típico”, dice, se encuentra caracterizado por un tipo de

relaciones laborales donde el consumo de fuerza de trabajo está enmarcado por la

existencia del Estado de Bienestar propio del anterior modelo de acumulación, y que

encuentra su legitimación en relaciones sociales específicas en el proceso de

construcción histórica del mercado de trabajo. (Tissera: 1999) 2

2
En este punto cabe señalar el rol determinante que ha tenido el cambio en el papel del Estado y de la
legislación laboral producido en la Argentina en los noventa. Momento en el que en consonancia con las
recetas neoliberales, que decían que para mejorar la competitividad de las empresas se debían bajar los
costos laborales, se sancionaron una serie de leyes que flexibilizaron las relaciones laborales.
Con las leyes de flexibilización laboral se posibilita la introducción de cambios en la organización del
trabajo al interior de las empresas y se introducen diversas formas de contratación en contraste con el
sistema clásico, que establecía contratos por tiempo indeterminado con garantías implícitas y barreras
contra despidos. Los nuevos contratos incluyen períodos de prueba que pueden ser extendidos o no por el

20
La diversidad y discontinuidad en las formas de producción actuales tenderían a

reemplazar entonces el paradigma del empleo homogéneo y estable. (Salvia: 2003)

Pero no se trata de un fenómeno singular sino de una gama compleja y heterogénea.

(Lindenboim en Pok: 2004)

Desde distintas perspectivas se han realizado abordajes relacionados con la calidad del

empleo. La discusión teórica en torno a la precariedad laboral se ha centrado

fundamentalmente en las dimensiones o los indicadores elegidos para caracterizarla y

cuantificarla. La precarización es analizada por los autores revisados en relación con

las nociones de exclusión, inserción y vulnerabilidad social. En términos generales

comparten desde dónde es mirada pero difieren en los indicadores elegidos para

cuantificarla.

A continuación se describen algunas de las interpretaciones más recientes sobre la

precariedad intentando mostrar su relación con otros fenómenos más estructurales y

especificando en qué dimensiones ponen el acento para caracterizarla.

Lindenboim (2000) analiza la precariedad como una situación generadora de

exclusión3 . Dice que la inseguridad en el empleo y, por lo tanto, la incertidumbre

acerca de los ingresos presentes y futuros, pueden mirarse como una forma de

exclusión. Inseguridad e incertidumbre, a su vez, delimitan las dimensiones básicas a

partir de las cuales identifica a los empleos precarios. La precariedad, en este sentido,

conduce a los trabajadores a situaciones típicas de exclusión social.

empleador según su conveniencia, sin obligación de contratación ni pago de indemnización luego de


concluida la prueba. Se impuso la utilización de contratos de locación de obra o servicio donde los
aportes a la seguridad social quedan a cargo del trabajador y no ya de la empresa, donde una tarea
legalmente independiente encubre una relación de dependencia.

3
Exclusión entendida como la incapacidad de las sociedades de integrar a todos sus miembros,
particularmente en el sistema económico y en los beneficios sociales básicos. (Lindenboim: 2000)

21
Para él la noción de precariedad remite a la relación entablada entre trabajadores y

empleadores. Por lo tanto, su universo de análisis será el de los trabajadores

asalariados. En la delimitación que hace de la categoría no incluye a trabajadores por

cuenta propia ni a subocupados. Esto no implica, para el autor, que no pueda pensarse

en la situación de inestabilidad de quienes no son empleados; típicamente, los

trabajadores por cuenta propia. Pero destaca que la esencia de la problemática es

diferente: mientras que la inestabilidad de los trabajadores por cuenta propia se deriva

directamente de las vicisitudes de su actividad económica, en el caso de los

asalariados esa inestabilidad es fruto del tipo de contratación que tenga y puede

observarse incluso en empresas dinámicas y en crecimiento.

Entiende que la problemática de la subocupación también puede analizarse como un

fenómeno que presenta particularidades en sí mismo y es diferenciable de la

precariedad. Por ello, este atributo tampoco forma parte de los que dan lugar a la

definición de precariedad.

Lindenboim reduce la categoría de trabajadores precarios a asalariados a los que no se

les realizan descuentos jubilatorios. Aunque reconoce que en este recorte está

subestimando el alcance real de la precariedad. Al considerar sólo los descuentos

jubilatorios como indicador de precariedad no puede dar cuenta de los múltiples y

crecientes niveles de inseguridad e incertidumbre, dada la complejidad que ha

alcanzado el proceso de precarización de las relaciones laborales.

Según Agustín Salvia el concepto de precariedad laboral expresa un estado de

subordinación del trabajo frente al capital. En distintos trabajos analiza la crisis del

empleo y la fragmentación social que atraviesa la sociedad Argentina actual. Pero la

inscribe en un proceso más estructural propio de la metamorfosis que ha sufrido la

sociedad salarial, de pleno empleo y niveles aceptables de integración a una sociedad

22
fragmentada, dominada por el desempleo estructural, la atomización de los lazos

sociales y la polarización social.

Para él “la clave interpretativa del fenómeno de desempleo, precariedad y la

flexibilización laboral no sólo son efectos de marginalidad o exclusión, sino las

formas en que el fenómeno expresa y reproduce las relaciones de fuerza que

intervienen en la puja de la distribución del ingreso y de poder entre los actores

sociales.” (Salvia: 2003; 4)

Para operacionalizar el concepto de precariedad laboral en tanto fenómeno que expresa

un estado de subordinación del trabajo frente al capital, deberían considerarse al menos

los siguientes ejes analíticos en donde se objetivan actualmente las relaciones de fuerza

y lucha social: a) cambios en la legislación laboral y en las relaciones formales capital-

trabajo; b) cambios en las regulaciones laborales y en las formas de intervención estatal,

y c) debilidad de la representación sindical y creciente poder de los grupos económicos.

(Salvia y Tissera: 2000)

Silvana Tissera (1999), en el mismo sentido, reflexiona sobre las diferentes modalidades

de exclusión de la fuerza de trabajo, expresadas en las características específicas que

asume el trabajo precario y su vinculación con la desocupación en el marco del contexto

histórico, económico y social determinado. La precariedad laboral no es un fenómeno

que se evidencia de forma aislada a la desocupación, sino que son dos formas

conjugadas que impactan, generan y se retroalimentan en diferentes situaciones

heterogéneas de exclusión y vulnerabilidad socio-laboral.

Tissera define la precariedad laboral desde sus manifestaciones:

- en lo económico, se manifiesta a través de bajos ingresos, suspensiones, despidos,

reducción del salario, intensificación laboral para una mayor productividad, extensión o

reducción de las horas de trabajo, polifuncionalidad en las tareas, etc.;

23
- en lo jurídico, se manifiesta a través de nuevos tipos de contratación que legalizan

modalidades precarias de inserción/relación laboral, como ser: reducción o pérdida de

beneficios sociales adquiridos históricamente, empleo a tiempo parcial y empleo

temporario. Por otra parte, el no cumplimiento de las leyes: en el caso del trabajo

clandestino, fraudulento y falta de medidas de seguridad e higiene en cuanto al medio

ambiente de trabajo.

Tanto el aspecto económico como el jurídico son complementarios y confluyen en un

proceso dinámico que institucionaliza, legitima, extiende y legaliza situaciones

precarias de hecho. Más aún, el impacto que producen estas situaciones de inestabilidad,

desprotección e inseguridad socio-laboral y que posicionan a la fuerza de trabajo en un

lugar desfavorable se traduce en la intermitencia entre situaciones de ocupación ­

desocupación - subocupación crecientes según las diferentes condiciones planteadas en

el mercado de trabajo.

Específicamente aborda la precariedad laboral desde una de sus dimensiones: la

protección laboral y la seguridad social. Es decir, en cuanto a uno de sus aspectos

específicos, el acceso diferencial a una cobertura social, distinguiendo diversos niveles

o grados de expresión de la misma.

Cynthia Pok y Andrea Lorenzetti (2004) en un intento de construir e “intercalar” un

concepto genérico ante la multiplicidad de enfoques y desarrollos sobre el tema

proponen identificar a la precariedad laboral como una “inserción laboral endeble” en la

producción social de bienes y servicios. Dicha inserción endeble está referida a las

características ocupacionales que impulsan o al menos facilitan la exclusión del

trabajador del marco de su ocupación. Se expresa en la participación intermitente en la

actividad laboral y en la disolución del modelo de asalariado socialmente vigente.

Asimismo, se refleja en la existencia de condiciones contractuales que no garantizan la

24
permanencia de la relación de dependencia (contratos de tiempo parcial, eventual y

demás modalidades restringidas, no sujeción a la percepción de indemnización por

despido, etc.) así como el desempeño en ocupaciones en vías de desaparición o de

carácter redundante en términos de las necesidades del aparato productivo. Está

concepción, entonces, centra el concepto de precariedad en la naturaleza endeble de la

inserción, la cual es en principio y por definición, independiente del carácter “legal” de

la misma.

Cabe rescatar la diferencia que hacen del concepto de precarización del de

flexibilización. La flexibilización (en el campo de la normativa vinculada a la

protección del trabajador) conduce a situaciones de precariedad laboral en tanto y en

cuanto vulnerabilice el lazo que une al trabajador con su puesto de trabajo, volviendo

endeble su inserción laboral. Así, aunque frecuentemente son utilizados indistintamente

para designar el proceso global de deterioro de la situación del empleo, los conceptos de

precariedad y de flexibilización están formulados en niveles distintos, siendo el primero

más inclusivo que el segundo y, en todo caso, el segundo un caso del primero. (Pok,

Lorenzetti: 2004; 12.)

Para Lo Vuolo y sus colaboradores del CIEP 4 la precariedad laboral supone fragilidad

en la inserción social (Lo Vuolo, Barbeito, Pautassi, R Enríquez: 1999; 226).

Citando a Castel afirman que pueden identificarse “zonas” de cohesión social: “De esa

forma, la asociación trabajo estable / inserción relacional sólida, caracteriza una zona de

integración. A la inversa, la ausencia de participación en actividades productivas y el

aislamiento relacional conjugan sus efectos negativos para producir la exclusión, o

mejor dicho, como trataré de mostrar, la desafiliación. La vulnerabilidad social es una

4
CIEP: Centro Interdisciplinario para el Estudio de Políticas Públicas. www.ciepp.org.ar

25
zona intermedia, inestable, que conjuga la precariedad del trabajo con la fragilidad de

los soportes de proximidad.”(Lo Vuolo, Barbeito, Pautassi, R Enríquez: 1999; 215)

En este sentido afirman que “... el trabajo es el soporte privilegiado de inscripción de las

personas en la estructura social”. De acuerdo con Castels afirman que la relación de

trabajo es el elemento que cruza todas las zonas de cohesión social y cuya metamorfosis

repercute como onda expansiva en todas ellas. Por lo que existiría una fuerte correlación

entre el lugar que las personas ocupan en la división del trabajo y su participación en las

“redes de sociabilidad” y los sistemas de protección social que cubren a los individuos

enfrentados a los imprevistos de la existencia.

Señalan que Castels no se preocupa tanto por ubicar a los individuos en las distintas

zonas, sino por clarificar los procesos que les hacen transitar de una a otra. 5

Corina R Enríquez (2000), al igual que Lo Vuolo, caracteriza al empleo pleno como

aquel que cumple con las siguientes condiciones:

- Seguridad en el mercado de trabajo: oportunidades adecuadas de empleo

garantizadas por políticas del Estado.

- Seguridad en el empleo: protección contra despidos arbitrarios, regulación de

condiciones de contratación, etc.

- Seguridad en el puesto de trabajo: demarcación de actividades y calificaciones

requeridas.

- Seguridad en las condiciones de trabajo: regulación de seguridad y salud, del

trabajo nocturno, protección contra accidentes y enfermedades.

- Seguridad en la reproducción de las habilidades: oportunidades de capacitación

laboral.

- Seguridad en el ingreso: salarios mínimos, seguridad social, etc.

26
- Seguridad de representación: sindicalización, derecho a huelga, etc.

Tomando como parámetro esta caracterización de empleo pleno pueden identificarse

distintos grados de precariedad según la carencia de los elementos que caracterizan

dicha plenitud. Existiría así una gradación de situaciones laborales con una referencia

máxima en el empleo pleno hasta una mínima en el desempleo absoluto, con una

heterogénea franja intermedia donde vastos sectores de la población transitan por

diversas instancias de precariedad.

Las distintas formas o expresiones de la precariedad laboral no constituyen

compartimientos estancos sino que, por el contrario, representan un conjunto de

situaciones con fronteras móviles, espacios por donde las personas “circulan”

acomodándose a las incompatibilidades entre los niveles de la oferta y la demanda de

trabajo (Lo Vuolo: 1999).

Definición y caracterización de la población con problemas en el

empleo

Algunos antecedentes

Como se vio en los apartados anteriores si para pensar la problemática del empleo se

apela solo a las categorías informalidad o precarización, aunque cada una hecha luz

sobre algún aspecto relevante de la problemática, la visión del problema es parcial.

Los planteos referidos al sector informal brindan herramientas para caracterizar las

unidades productivas y ponen en evidencia la heterogeneidad de la estructura

productiva. Pero también permite a partir de los análisis hechos del mercado laboral

5
Retomado también por Tissera cuando analiza el fenómeno de la precarización en relación con la
desocupación haciendo hincapié en el constante tránsito entre una y otra. (Tissera: 1999)

27
rescatar todas aquellas formas de inserción propias de las estrategias de supervivencia

que no se enmarcan dentro del circuito productivo dominante, que aunque son

funcionales a él lo único que motiva su existencia es el logro de la supervivencia del

propio trabajador y de su familia.

Las inserciones laborales informales que tienen por objetivo la supervivencia implican

situaciones de alta vulnerabilidad social en la que los individuos y sus familias se

encuentran sometidos a carencias o procesos de inhabilitación que atentan contra la

capacidad de subsistencia y de logro de una calidad de vida satisfactoria, de acuerdo

con los estándares históricos establecidos. (Carpio y Novacovsky: 2000; 12)

Al retomar los desarrollos teóricos en torno a la informalidad lo que se intenta es

rescatar aquellas actividades informales que tienen por objetivo lograr la subsistencia

del individuo y su grupo familiar por medio de la producción directa de dicha

subsistencia o bien por la venta de bienes y servicios en el mercado (Portes: 2000)

En estas estrategias laborales de subsistencia están presentes todos los atributos que

muestran el deterioro de las condiciones laborales: son trabajos desprotegidos,

inestables, con subutilización de la fuerza de trabajo y con salarios por debajo de los

niveles de subsistencia.

Las actividades propias de las economías de la pobreza son desarrolladas por la fuerza

laboral expulsada del sistema productivo. Son actividades en las que no existe

separación entre los gastos para la realización de la actividad laboral y los gastos para

la reproducción de la unidad doméstica (Monza: 2000; 84). Se trata por lo general de

actividades informales desarrolladas por pobres para pobres, asociadas a niveles de

ingresos bajos.

Cuando comenzó a utilizarse el concepto sector informal el corte entre lo formal y lo

informal guardaba una correspondencia biunívoca con el corte entre formas típicas de

28
ocupación (asociadas a condiciones de estabilidad, adecuada cobertura de beneficios

sociales e ingresos relativamente altos y crecientes) y el resto. Más recientemente la

inestabilidad en el puesto de trabajo (ocupaciones temporarias, períodos de prueba,

menores costos de despidos, reestructuración de las plantas de personal, etc), así como

el pobre usufructo de beneficios sociales (crisis del sistema previsional, aumento del

trabajo clandestino, formas extremas de flexibilización laboral, etc) y el

congelamiento o deterioro de las remuneraciones (al menos, en forma relativa al

importante aumento de la productividad) han dejado de ser características del sector

informal y se han difundido con bastante amplitud en el segmento que se tiende a

identificar como formal. (Monza: 2000)

Con respecto a la precariedad laboral, si bien es asociada por la mayoría de los autores

analizados al deterioro de la relación salarial, afectando a los trabajadores en relación

de dependencia, los aspectos que la definen pueden ser reconocidos también en el

resto de las categorías ocupacionales.

Como antecedentes de esta idea de rescatar aspectos de las conceptualizaciones sobre

la informalidad y la precarización laboral para poder cuantificar, describir y tipificar

inserciones laborales endebles pueden citarse los trabajos de: Cynthia Pok y Andrea

Lorenzetti (2004); Corina Rodríguez Enriquez (2001), Agustín Salvia(2005). 6

Cynthia Pok y Andrea Lorenzetti (2004) analizan el recorrido teórico desde la

categoría de marginalidad, pasando por el sector informal hasta llegar a la

precarización laboral. Las autoras señalan que la valoración de la informalidad (como

categoría analítica) no implica limitarse al tratamiento del sector informal, sino que,

muy por el contrario, recuperando la perspectiva de la precariedad laboral, ampliar la

frontera conceptual, para rescatar todas las modalidades de inserción informal – no

29
forzosamente ligadas al sector informal- pero que contengan algunas de sus

características. (Pok y Lorenzetti: 2004; 13)

En este sentido, construyen agrupamientos vinculados a la informalidad con el objeto

de identificar y cuantificar la intersección entre la población vinculada al sector

informal y aquella que no ligadas al sector informal comparten algunas de sus

características. (Pok y Lorenzetti: 2004; 25)

Aunque su objeto de estudio son los trabajadores informales no se limitan a aquellos

trabajadores insertos en unidades productivas informales sino que incorporan la

noción de empleo informal. Lo que llaman empleo informal puede asimilarse al

concepto de precariedad. Con él incorporan las franjas de trabajadores caracterizados

por no estar sujetos a la legislación laboral nacional independientemente del sector

formal o informal en que se desempeñan. (Pok y Lorenzetti: 2004; 10)

Su análisis está dirigido a caracterizar a la población involucrada en las distintas

modalidades de la informalidad, por lo que construyen una tipología de trabajadores

informales combinando las características de las unidades económicas (escala de

reproducción) y aspectos relacionados con la inserción laboral de los trabajadores (la

categoría ocupacional, la protección social).

Así, dentro del universo de trabajadores informales diferencian conceptualmente

varios tipos según categoría ocupacional:

- Trabajadores independientes por cuenta propia o que contratan fuerza de trabajo 7 ,

que desarrollan una actividad económica de complejidad mediana o baja y que no

alcanzan a retener un margen de ganancia suficiente para la reproducción de la unidad

doméstica.

6
Se los incorpora además como antecedente, por utilizar como fuente de datos la Encuesta permanente de
Hogares. La misma que será utilizada como base empírica para el desarrollo de este trabajo.
7
Se excluyen aquellos cuya actividad es de alta complejidad.

30
- Trabajadores familiares que desarrollan una actividad económica en unidades

económicas pequeñas7 .

?-Trabajadores asalariados que se desempeñan en unidades económicas pequeñas,

medianas y grandes en condiciones de precariedad laboral desde el punto de vista de

su registración formal.

?- Trabajadores asalariados que se desempeñan en carácter de registrados, pero en

condiciones de precariedad laboral desde el punto de vista de la continuidad de su

inserción.

Dado que su objetivo es cuantificar y tipificar la informalidad y, como ya se dijo en

varios pasajes de este trabajo, la conceptualización del sector informal refiere a las

características de las unidades productivas, necesitan caracterizar dichas unidades, por

lo cual infieren la capacidad de reproducción de la unidad económica a partir del

salario percibido por el trabajador. 8

Corina Rodríguez Enríquez (2000) construye indicadores de precariedad laboral como

estimación de la zona de vulnerabilidad social. La zona de vulnerabilidad social es

entendida en tanto zona intermedia entre la integración y la desafiliación en la que se

conjuga la precariedad laboral con fragilidad de los soportes de proximidad. Según

ella pueden identificarse distintos grados de precariedad. Para identificar los

estándares ocupacionales de los trabajadores no plenos considera cuatro criterios

principales: la categoría ocupacional, la duración de la jornada de trabajo, el

cumplimiento de las normas legales asociadas al contrato de trabajo, y la calificación

de la tarea

A partir de lo cual, distingue dentro de los ocupados no plenos a:

8
Esto también se ve condicionado por la fuente que se utiliza (EPH), la cual no permite, sino
indirectamente, la estimación de las escalas de producción.

31
- Asalariados sin beneficios sociales.

- Cuentapropias semi o no calificados.

- Trabajadores sin remuneración

- Servicio doméstico

- Subocupados demandantes

Agustín Salvia (2005), por su parte, realiza una clasificación de la población

económicamente activa marcando la desigual estructura de oportunidades a la que se

ven sometidas las personas.

“En el mundo actual, las personas participan de los procesos de ocupación,

precarización y desocupación situados en diferentes espacios económicos, campos

culturales y relaciones sociales, lo cual implica la existencia de muy diferentes

estructuras de opciones, posibilidades de acceso a recursos y capacidades de realizar

logros de derechos humanos a partir del trabajo” (Salvia: 2005)

En su clasificación de oportunidades y riesgos ocupacionales no diferencia por

categoría ocupacional sino que la clasificación la realiza teniendo en cuenta la

subutilización y desprotección de la fuerza de trabajo y la percepción de ingresos

sobre el nivel de subsistencia.

Describe un continuo dentro de la población económicamente activa que va del

empleo pleno al desaliento laboral:

Empleo Pleno: Ocupados autónomos o en relación de dependencia con trabajo estable,

de tipo registrado y con aportes a la seguridad social, que no desean trabajar más

horas ni buscan otro empleo, y con ingresos totales superiores a la canasta familiar de

indigencia.

32
Empleo Parcial: Ocupados autónomos o en relación de dependencia con igual

característica que los anteriores pero demandantes de empleo y/o con deseo de trabajar

más horas (agregado de la subocupación más allá de la categoría ocupacional).

Empleo Precario: Ocupados autónomos o en relación de dependencia en puestos

inestables, irregulares o sin beneficios sociales pero con ingresos laborales totales

superiores a la canasta familiar de indigencia.

Trabajo de Indigencia: Ocupados autónomos o en relación de dependencia con

ingresos laborales totales inferiores a la canasta familiar de indigencia, en su mayoría

inestables, irregulares y sin beneficios sociales.

Planes de Empleo: Ocupados en relación de dependencia del sector público que no

realizan aportes de seguridad social que reciben ingresos totales menores a la canasta

familiar de indigencia.

También realiza una clasificación de los desocupados en: Desaliento Laboral;

Desempleo Estructural; Desempleo Reciente, Nuevos Trabajadores.

Precisiones conceptuales

Los problemas en el empleo son múltiples y se manifiestan en todas las categorías

ocupacionales. Para conceptualizarlos, en este trabajo se diferenciaran cuatro atributos

que describen una inserción laboral endeble: desprotección/ilegalidad por parte de las

instituciones de la seguridad social y de las normas jurídicas9 ; inestabilidad e

incertidumbre en la continuidad laboral; subutilización de la fuerza de trabajo y bajos

9
Los seguros sociales consolidados por los estados de Bienestar permitieron extender la protección de los
trabajadores ante situaciones de infortunio, contingencia o riesgo, brindando cobertura de salud,
estableciendo normas de higiene y seguridad en el trabajo, garantizando el ingreso en caso de pérdida
temporal del mismo durante la etapa activa (cobertura por desempleo) y asegurando ingresos durante la
etapa pasiva (sistema de jubilaciones y pensiones). (Roca y Romero: 2000)

33
salarios. Estas dimensiones remiten a ausencia o a insuficiencia en los atributos que

conforman el empleo pleno.

La población con problemas en el empleo será definida de acuerdo a las

características o atributos de las ocupaciones. Estas características están referidas a la

calidad, al tipo de inserción y a las condiciones de reproducción de la unidad familiar.

En este sentido, el foco de atención no es distinguir las unidades económicas en

función de su escala de producción sino detectar problemas laborales a partir de

determinados atributos que den cuenta de la calidad de la inserción y de las

necesidades para la reproducción de la fuerza de trabajo de la unidad familiar.

Los aspectos tenidos en cuenta para detectar problemas en la inserción laboral son:

- La falta de protección: por parte de las instituciones de la seguridad social

(seguro de desempleo, asignaciones familiares, obras sociales); de las normas

generales que regulan las relaciones laborales (indemnización por despido sin

causa, horarios, vacaciones); en las condiciones de trabajo (condiciones de

seguridad y salud, protección contra accidentes, etc)

- La inestabilidad laboral: es un fenómeno que pasó de ser marginal, propio de

algunas actividades informales y de trabajo “en negro” a ser legitimado por la

legislación. 10 Los trabajos inestables por un lado implican alta rotación en los

puestos de trabajo y en la mayoría de los casos alternancia con períodos de

desocupación. En todos los casos esto provoca situaciones de incertidumbre

10
Desde el Estado se legitiman formalmente situaciones de precariedad laboral con la sanción de
leyes de flexibilización (contratos atípicos – “basura”). Su implementación también genera, como
efecto indirecto un aumento del trabajo sin contrato: por legitimación legal del cuestionamiento al
contrato por tiempo indefinido y por el desaliento en la inspección del trabajo y la aplicación de
sanciones. (Tokman, 2000: 64)

34
respecto de la continuidad de la relación laboral y de la consecución de los

ingresos futuros.

- La subutilización horaria de la fuerza de trabajo: en tanto el trabajo

representa para el trabajador una reducción de su jornada laboral ante la que

demanda trabajar más horas o realizar otra actividad además de la que tiene.

Por esto puede ser considerada la subocupación como una forma parcial de

desocupación.

- La insuficiencia de los ingresos para la satisfacción de las necesidades del

trabajador y de su unidad familiar. El ingreso, aunque no es el único factor

que determina una situación de pobreza, es un elemento imprescindible para

salir de ella. (Lo Vuolo: 2000) Es a través de la venta de fuerza de trabajo la

única forma en que la mayoría de la población puede adquirir los medios

necesarios para la satisfacción de las necesidades. Si los ingresos monetarios

por trabajo son insuficientes deterioran la capacidad reproductiva de la unidad

familiar y con ella de la fuerza de trabajo. Por tanto, es considerado un

problema en el empleo el no contar con ingresos suficientes para la

reproducción de la unidad familiar por encima del nivel de pobreza.

Se puede decir entonces que “la población con problemas en el empleo” está

constituida por trabajadores desprotegidos, inestables, cuya fuerza de trabajo está

subutilizada y que reciben ingresos insuficientes para su propia reproducción social

y la de su unidad familiar.

Delimitación metodológica de los subgrupos

Con el objeto de identificar y estimar el tamaño de la población con problemas en el

empleo y dar cuenta de los subgrupos que la componen se construyó una tipología a

35
ser aplicada en el estudio del mercado laboral utilizando como fuente la Base Usuaria

de la Encuesta Permanente de Hogares. (ver apartado La fuente de información

estadística).

Para la construcción de la tipología se combinan las siguientes dimensiones:

- la categoría ocupacional;

- la cobertura de la seguridad social y protección de derechos;

- el tiempo de permanencia en la ocupación;

- la duración de la jornada de trabajo;

- los ingresos laborales percibidos.

La categoría ocupacional11 especifica el tipo de relación salarial, la dependencia o no

frente al capital y la posesión o no de los medios de producción para la realización de

la actividad laboral.

11
La categoría ocupacional permite medir, describir y explicar las relaciones sociales de producción.
Sus modalidades adquieren su especificidad en relación con el uso de la fuerza de trabajo. Con la
categoría ocupacional se sostiene la tradicional discriminación entre los que compran fuerza de trabajo
(patrones), los que usan su propia fuerza (cuenta propia) y los que venden su fuerza de trabajo en el
mercado (asalariados).
- Los patrones son aquellos que trabajan sin relación de dependencia, es decir, que siendo únicos
dueños o socios activos de una empresa establecen las condiciones y formas de trabajo. Aportan al
proceso de producción los instrumentos, maquinarias o instalaciones necesarias y emplean como
mínimo a una persona asalariada.
- Se considera asalariado a toda persona que trabaja en relación de dependencia, es decir que las
formas y condiciones organizativas de la producción le son dadas y también los instrumentos
instalaciones o maquinarias, aportando ellos su fuerza de trabajo.
- Se denomina como trabajadores por cuenta propia a aquellos que desarrollan su actividad
utilizando para ello sólo su propio trabajo personal, es decir que, no emplean personal asalariado y
usan sus propias maquinarias, instalaciones o instrumental.
- Por último, se consideran trabajadores familiares sin remuneración a las personas ocupadas en un
establecimiento económico dirigido por una persona de su familia que puede vivir o no en el mismo
hogar y que no reciben pago en dinero o en especie por su trabajo.
(La nueva Encuesta Permanente de Hogares de Argentina. 2003)

36
La cobertura social implica el acceso o no a la seguridad social: cobertura en salud,

aportes jubilatorios, vacaciones, aguinaldo, asignaciones familiares.

El tiempo de permanencia en la ocupación y la duración de la jornada laboral permiten

evaluar la calidad del puesto de trabajo, su estabilidad y el uso que se hace de la

fuerza de trabajo.

Los ingresos laborales son tenidos en cuenta en tanto posibilitador de la reproducción

de la unidad familiar12 a la que cada trabajador pertenece. Su consideración es de

suma importancia al permitir discriminar dentro de la población con problemas en el

empleo entre aquellos trabajos que no permiten al trabajador lograr el mínimo

necesario para la subsistencia de su unidad familiar, de aquellos que si bien acceden a

los recursos mínimos para asegurar la subsistencia no superan el nivel de pobreza.

A partir de la combinación de los atributos antes mencionados se construyeron cinco

subgrupos dentro de la población con problemas en el empleo que se detallan a

continuación.

Empleo precario asalariado: constituido por trabajadores en relación de

dependencia que no gozan de la protección de las instituciones de la seguridad social;

cuyo puesto de trabajo tiene carácter inestable; que son subocupados involuntarios y/o

que por su trabajo perciben ingresos que no les permiten superar el nivel de pobreza

de su hogar pero se hallan por encima del nivel de subsistencia. Comprende:

- Trabajadores asalariados sin cobertura social o con cobertura parcial de

vacaciones, aguinaldo, días pagos por enfermedad, aportes jubilatorios y obra

social.

12
Cabe aclarar que los ingresos monetarios son el recurso central pero no el único utilizado para la
reproducción de la unidad doméstica.

37
- Trabajadores asalariados en empleos inestables, que realizan su tarea por un

período menor a un año.

- Trabajadores asalariados que trabajan menos de 35 hs semanales por causas

involuntarias, están dispuestos a trabajar más horas y están en la búsqueda de

otra ocupación.

- Trabajadores asalariados cuyos ingresos no alcanzan a cubrir la Canasta Básica

Total (CBT) de su hogar pero que superan la Canasta Básica Alimentaria


13
(CBA).

Empleo precario cuenta propia: Trabajadores por cuenta propia que no cuentan

con capital productivo para la realización de la tarea (maquinaria, local, equipo o

vehículo); que están subocupados involuntariamente; que no tienen cobertura de obra

social ni realizan aportes jubilatorios y/o que por su trabajo perciben ingresos que no

les permiten superar el nivel de pobreza de su hogar pero se hallan por encima del

nivel de subsistencia. Comprende:

- Trabajadores por cuenta propia sin obra social.

- Trabajadores por cuenta propia sin máquina, equipo, local o vehículo para la

realización de la tarea.

- Trabajadores por cuenta propia que trabajan menos de 35 hs semanales por

causas involuntarias, están dispuestos a trabajar más horas y están en la

búsqueda de otra ocupación.

- Trabajadores por cuenta propia cuyos ingresos no alcanzan a cubrir con sus

ingresos la CBT de su hogar pero que superan la CBA.

13
La metodología seguida en este trabajo para el tratamiento de la variable ingreso se desarrolla en el
apartado Definición operacional de los subgrupos ( páginas 44 y 45 específicamente).

38
Trabajos de subsistencia 14 : Trabajadores asalariados, cuentapropistas, servicio

doméstico e independientes (patrones) que emplean fuerza de trabajo: que reciben por

su trabajo ingresos por debajo del nivel de indigencia de su hogar que no les permiten

alcanzar la reproducción social de su unidad familiar. Son trabajos en los que están

presentes, además, el resto de los factores considerados para caracterizar los

problemas en el empleo (desprotección, inestabilidad y subutilización de la fuerza de

trabajo). Comprende:

- Trabajadores asalariados sin cobertura social o con cobertura parcial de

vacaciones, aguinaldo, días pagos por enfermedad, aportes jubilatorios y obra

social, cuyos ingresos no cubren la CBA de su hogar.

- Trabajadores asalariados en empleos inestables, que realizan su tarea por un

período menor a un año, cuyos ingresos no cubren la CBA de su hogar.

- Trabajadores asalariados que trabajan menos de 35 hs semanales por causas

involuntarias, están dispuestos a trabajar más horas y están en la búsqueda de

otra ocupación, cuyos ingresos no cubren la CBA de su hogar.

- Trabajadores por cuenta propia sin obra social, cuyos ingresos no superan la

CBA de su hogar.

- Trabajadores por cuenta propia sin máquina, equipo, local o vehículo para la

realización de la tarea, cuyos ingresos no superan la CBA de su hogar.

- Trabajadores por cuenta propia que trabajan menos de 35 hs semanales por

causas involuntarias, están dispuestos a trabajar más horas y están en la

búsqueda de otra ocupación, cuyos ingresos no superan la CBA de su hogar.

14
En esta categoría se intenta aglutinar aquellos puestos de trabajo que no se originan en los
requerimientos del sistema sino en las necesidades del trabajador y su familia. Son trabajadores que al
no poder insertarse en el mercado de trabajo formal desarrollan algún tipo de actividad que les provea
los medios de subsistencia.

39
- Empleado doméstica cuyos ingresos no cubren la CBA de su hogar.

Servicio doméstico 15 : Trabajadores de servicio doméstico cuyos ingresos superan el

nivel de subsistencia. Al tratarse de una actividad de baja calificación, bajos salarios,

alta rotación y escasa o ninguna cobertura social, presentan todos los atributos que

definen los problemas en el empleo. Comprende:

- Trabajadores del servicio doméstico con ingresos superiores a la CBA de su

hogar.

Beneficiarios de Plan de Empleo: Trabajadores que se declaran como ocupados al

realizar una contraprestación laboral por recibir un subsidio como ingreso. Comprende:

- Trabajadores que declaran que su trabajo es un plan de empleo.

La fuente de información estadística

La Encuesta Permanente de Hogares (EPH) es la principal fuente de información

periódica utilizada en los estudios realizados sobre mercado de trabajo en la Argentina.

Es un programa nacional de producción sistemática y permanente de indicadores

sociales que lleva a cabo el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC)

conjuntamente con las Direcciones Provinciales de Estadística (DPE).

El objetivo principal de la EPH es la caracterización socio-económica de la población.

En función de sus objetivos generales la EPH intenta caracterizar a la población desde el

punto de vista demográfico (características demográficas básicas), en términos de su

inserción en la producción social de bienes y servicios (características ocupaciones y de

migraciones) y en términos de su participación en la distribución del producto social

(características habitacionales, educaciones y de ingresos).

15
Se los incorpora como subgrupo diferenciado dadas las dificultades conceptuales y metodológicas de su
tratamiento: la dificultad en la determinación de la categoría ocupacional, con condiciones equiparables a
una inserción asalariada pero donde la unidad empleadora no es una organización productiva. (Pok, 2004)

40
En su modalidad original se ha venido aplicando en Argentina desde 1973, mediante la

medición puntual de dos ondas anuales (mayo y octubre). A partir de 2003, la EPH pasa

a ser un relevamiento continuo que produce datos con frecuencia trimestral y semestral.

La reformulación abarcó aspectos temáticos, muestrales y organizativos.

A efectos del siguiente trabajo se detallan sólo algunos de los cambios realizados en la

reformulación de la EPH, particularmente los referidos a la medición del mercado de

trabajo.

La mejora en la medición se basó, por ejemplo, en: recuperar formas ocultas de

ocupación ( trabajo irregular, changas, actividades no reconocidas habitualmente como

trabajo por la población) y formas ocultas de desempleo (captando modalidades

formales e informales de búsqueda de ocupación).

También se profundizó la captación de modalidades especiales promovidas (planes de

empleo, pasantías, etc.), condiciones de trabajo (lugar de trabajo, jornada, turnos, etc.),

situación de cobertura social, etc. (EPH. Cambios Metodológicos, 15 de diciembre de

2003)

La dimensión categoría ocupacional supuso un replanteo conceptual y metodológico. El

cambio fundamental que la reformulación introduce en el tratamiento de la categoría

ocupacional es la incorporación de una batería de indicadores que ajusta la medición

tradicional. En la nueva versión es posible enriquecer las categorías tradicionales,

vulneradas en su capacidad de discriminar frente a los cambios en el mercado de

trabajo. Esta nueva forma de medición permite una más amplia diferenciación interna

de las categorías centrales y posibilita reclasificar a grupos específicos de ocupados.

En cuanto a las modalidades de inserción de la fuerza de trabajo asalariada la

reformulación contempla las siguientes dimensiones: temporalidad (permite determinar

si el trabajo tiene tiempo de finalización o su duración es indeterminada); formalización

41
(tratada a través de la percepción de beneficios sociales y con la incorporación de las

formas de pago); formas de contratación promovidas (planes de empleo, período de

prueba). La articulación de estas dimensiones y criterios da lugar a una multiplicidad de

formas concretas que permiten cualificar la inserción laboral de los trabajadores

dependientes.

Las categorías ocupacionales clásicas son enriquecidas con el abordaje de dimensiones

complementarias. Para el trabajo independiente, se utilizan como dimensiones

complementarias: la continuidad en la compra de fuerza de trabajo, la tenencia de

capital productivo y el uso de capital fijo. Para el trabajo asalariado se toman en cuenta

como dimensiones complementarias: la existencia de pago y el tipo de unidad que

utiliza su fuerza de trabajo.

Otra de las innovaciones fue el tratamiento de los denominados trabajadores

familiares sin remuneración, que han presentado históricamente una importante

heterogeneidad interna. Al conjunto de aquellos que se reconocen como trabajadores

familiares se los reclasifica como familiares sin pago, asalariados o cuentapropistas

según los siguientes indicadores: cobro de salario y retiro de dinero de la unidad

económica.

Por su parte, las personas ocupadas en el servicio doméstico reciben un

tratamiento particularizado asumiendo conceptualmente los atributos del empleo

asalariado. Esta decisión supone un cambio con la clasificación habitual para este grupo

de población dado que el servicio doméstico en la encuesta puntual podía ser tanto

asalariado como cuentapropista. Sin embargo, en la reformulación, para mantener la

comparabilidad con la captación anterior se registra como ítem específico la cantidad de

hogares para los que trabaja.

42
La articulación de las nuevas dimensiones puestas en juego permite el recorte de una

gran diversidad de grupos específicos de categoría ocupacional, lo que supone un

avance cualitativo en las posibilidades analíticas de esta significativa variable.

En ese sentido, la reformulación de la categoría ocupacional permite identificar los

subgrupos específicos al interior de cada categoría. (INDEC, 2003)

Definición operacional de los subgrupos

A partir de las atributos antes mencionados que definen la población con problemas

en el empleo (falta de protección, inestabilidad, subutilización e insuficiencia de

ingresos) y considerando las características de la fuente de información (EPH) que se

utilizará para estudiar dicha población, se delimitan cinco subgrupos de población en

su interior.

A continuación se especifican los pasos seguidos para definir y operacionalizar los

subgrupos y así lograr identificar y estimar el tamaño de la población con problemas

en el empleo.

En primer lugar se diferencia el universo de población ocupada por categoría

ocupacional. Según el tipo de relación laboral propio de cada categoría ocupacional se

delimita la presencia de los atributos considerados para identificar a la población con

problemas en el empleo:

Para los asalariados:

- La falta de cobertura social o la cobertura parcial: obra social, descuento

jubilatorio, de vacaciones, aguinaldo, días pagos por enfermedad. (Base

Usuaria de EPH: preg. pp07g1 a preg. pp7g_59 )

43
- La subutilización involuntaria: identificado por la búsqueda activa de trabajar

más horas o de una ocupación adicional de quienes trabajan menos de 35 hs

semanales. (Base Usuaria de EPH: preg. pp03i, preg. pp03j, preg. pp02E_Tot)

- La inestabilidad generada por empleos con tiempo de finalización menor a un

año: tipo changa, trabajo transitorio, con contrato por tarea u obra, suplencia,

período de prueba, beca, pasantía o aprendizaje. (Base Usuaria de EPH: preg.

pp07c, preg. pp07d, preg. pp07e)

Para los trabajadores por cuenta propia:

- Desprotección social por no tener cobertura de obra social. (Base Usuaria de

EPH: preg. ch08)

- El no contar con capital productivo disponible para la realización de la tarea:

sin máquinas o equipos propios, alquilados o prestados; sin local o puesto fijo

propio, alquilado o prestado; o, sin vehículo propio, alquilado o prestado.

(Base Usuaria de EPH: preg. pp05c_1, preg. pp05c_2, preg. pp05c_3)

- La subutilización involuntaria: identificado por la búsqueda activa de trabajar

más horas o de una ocupación adicional de quienes trabajan menos de 35 hs

semanales. (Base Usuaria de EPH: preg. pp03i, preg. pp03j, preg. pp02E_Tot)

Para determinar la insuficiencia o no de los ingresos laborales para la reproducción de

la unidad familiar se adoptó la metodología utilizada por el INDEC para el cálculo de

la Línea de Pobreza y Indigencia. El procedimiento parte de utilizar una Canasta

Básica de Alimentos (CBA) y ampliarla con la inclusión de bienes y servicios no

alimentarios (vestimenta, transporte, educación,salud, etc) con el fin de obtener el

valor de la Canasta Básica Total (CBT).

44
El valor de las canastas permite estimar los recursos monetarios necesarios para que el

hogar pueda satisfacer –por medio de la compra de bienes y servicios- un conjunto de

necesidades alimentarias (CBA) y no alimentarias (CBT) consideradas esenciales.

El proceso consiste en calcular para cada hogar la cantidad de unidades adulto

equivalentes que la componen utilizando una Tabla de Necesidades energéticas y

unidades consumidoras según sexo y edad. Se parte de utilizar como referencia una

canasta básica de alimentos de costo mínimo (CBA) determinada en función de los

hábitos de consumo de la población definida como población de referencia en base a

los resultados de la Encuesta de Gastos e Ingresos de los hogares 1985/86.

Una vez establecidos los componentes de la CBA para una unidad adulto equivalente

se los valoriza con los precios relevados por el Índice de Precios al Consumidor (IPC)

para cada período de medición.

La composición de cada hogar en adultos equivalentes determina un valor de la CBA

y de la CBT específica para ese hogar.

En este trabajo esta metodología se utilizará para comparar los recursos monetarios

requeridos para la reproducción de la unidad familiar con los ingresos percibidos por

el trabajador. Esto permitirá identificar aquellos trabajadores que con sus ingresos no

logran superar el nivel de indigencia de su hogar.

De esta forma, se delimitaron los trabajos de subsistencia teniendo en cuenta las

características antes dichas de los trabajadores asalariados y cuenta propia pero cuyos

ingresos laborales no les permiten cubrir la canasta básica alimentaria correspondiente

a su hogar.

Por último se diferencia como categorías específicas el subgrupo servicio doméstico y

el de beneficiarios de planes de empleo. El primero, conformado por aquellos

trabajadores de servicio doméstico cuyos ingresos superan el nivel de subsistencia de

45
su hogar. (Base Usuaria de EPH: preg. pp04b1) Y el segundo, conformado por todos

aquellos ocupados que declaran recibir por su trabajo un plan de empleo. (Base

Usuaria de EPH: preg. pp07e)

Mercado de trabajo y población con problemas de empleo en el Gran

La Plata

En este apartado se realiza una aproximación empírica a la problemática del mercado

laboral en el Gran La Plata, poniendo especial atención en la magnitud y las

características de la población con problemas en el empleo. Se utiliza cómo fuente los

datos provenientes de la Base Usuaria de la Encuesta Permanente de Hogares

suministrada por el INDEC.

Principales indicadores

A continuación se sintetizan algunos de los rasgos salientes y tendencias generales del

mercado de trabajo del Gran La Plata de los últimos diez años de modo de caracterizar

la situación laboral de la región y contextualizar el abordaje de la población con

problemas en el empleo. 16

A partir de 1995 el mercado de trabajo del Gran La Plata presenta dos tendencias

predominantes:

- Un crecimiento constante de la Tasa de Actividad, que pasa de un 39 % en octubre de

1994 a un 42 % en octubre de 1995. En octubre de 2000 alcanza un pico de 45,6 %

16
Para un análisis más completo del mercado de trabajo en el Gran La Plata ver: Adriani, Suárez, y
Alvariz (2004) y Adriani, Suárez, Alvariz y Cotignola (2005)

46
mientras que en los años siguientes disminuye pero se mantiene en valores cercanos al

42 %. Estos niveles de la Tasa de Actividad son superiores a la media del país.

- Una Tasa de Empleo que osciló durante los últimos diez años entre el 34 % y el 38 %,

un nivel también relativamente alto si se lo compara con la tasa de empleo nacional.

Durante los años 2003 y 2004 estas tendencias se acentúan. La Tasa de Actividad en el

primer semestre de 2004 llega al tope de 48,8 %. En el primer semestre de 2005 se

observa una disminución de 1.4 puntos de la PEA, que representan catorce mil personas

menos en el mercado de trabajo.

Gráfico Nº 1. Indicadores del mercado de trabajo. Gran La Plata 2003 / 2005.

60,0

50,0

40,0

30,0

20,0

10,0

0,0
1° Sem. 2003 2° Sem. 2003 1° Sem. 2004 2° Sem. 2004 1° Sem. 2005

Actividad 45,9 48,7 48,8 48,6 47,2


Empleo 37,9 41,6 40,8 42,8 41,2
Desocupación 17,4 14,5 16,4 12,0 12,8
Subocupación 11,8 16,1 13,1 13,9 13,6

Fuente: Elaboración propia en base a datos de EPH, INDEC.

En los últimos tres años se produce un aumento de la población ocupada: de 269.000

personas (37,9%) en el primer semestre de 2003 a 292.000 personas (41,2%) en el

primer semestre de 2005. Cabe destacar que el nivel de ocupación creció entre el primer

y segundo semestre del 2003 pero a partir de allí se produjo un relativo amesetamiento

47
en la generación de puestos de trabajo. El aumento de la tasa de empleo estuvo

influenciado por el crecimiento de los planes de empleo transitorio, implementados a

partir de junio de 2002.

La desocupación muestra una tendencia descendente (de 17,4% en el 1° semestre 2003

a 12,8% en el 1° semestre 2005) pero su comportamiento es fluctuante. En el Gran La

Plata, la Tasa de Desocupación ha registrado desde 1995 niveles superiores a la media

nacional, con un máximo histórico de 22,1% en mayo de 2002.

Un aumento creciente de la subocupación empezó a evidenciarse en mayo del 2001,

cuando la tasa alcanzó un 17, 4 % superando la tasa nacional. Los empleos de jornada

parcial, de menos de 35 horas semanales, se estabilizaron alrededor del 13% durante

2004 y 2005. El mercado de trabajo regional se ha caracterizado históricamente por

registrar altas tasas de subocupación producto de la fuerte presencia de empleos

públicos y servicios de diverso tipo.

En conclusión se puede señalar que la tendencia más significativa que se observa es la

disminución de la población desocupada, particularmente durante el último año. Al

mismo tiempo, la tasa de empleo se mantiene en torno al 42% desde el segundo

semestre de 2003, y se ha estabilizado en esos niveles.

En síntesis, el mercado de trabajo del Gran La Plata mantiene actualmente una alta tasa

de actividad y de empleo, y aunque se percibe una disminución de la tasa de

desocupación, conserva un alto nivel de subutilización de la fuerza de trabajo. A partir

de estas características generales se hace necesario poner en evidencia el tipo y la

calidad del empleo en la región, haciendo hincapié en la población con problemas en el

empleo.

48
Tamaño y composición de la población con problemas en el empleo

En los párrafos siguientes se presentan algunos resultados obtenidos del análisis

realizado de la calidad de la inserción laboral de la población ocupada en el Gran La

Plata en el primer semestre de 2005, desde la metodología propuesta en este trabajo. 17

Si se consideran los aspectos que deterioran las relaciones laborales se observa que: el

46,9% de la población ocupada son trabajadores que no tienen protección del sistema de

seguridad social, el 33,7% recibe por su trabajo ingresos inferiores a la Canasta Básica

Total (CBT) de su hogar, el 28,6 % están insertas en puestos de trabajo de carácter

inestables y el 21,9 % constituyen fuerza de trabajo subutilizada.

Pero la perspectiva cambia si se toma como unidad de análisis el conjunto de la

población que se definió y recortó en este trabajo: la población con problemas en el

empleo, todos aquellos subgrupos que tienen como común denominador algún tipo de

deterioro en su inserción laboral, representa nada menos que el 63,4 % de los ocupados.

Esto equivale a decir que en el Gran La Plata durante el primer semestre de 2005 se

registran alrededor de 185.000 personas que en sus trabajos están desprotegidos, no

tienen estabilidad, están subutilizados y/o reciben ingresos insuficientes.

Si se toman nuevamente los cuatro aspectos elegidos que deterioran la ocupación se

observa que los trabajadores están afectados de distintas maneras y con distinta

intensidad por los problemas en el empleo. Mientras que un 34,9% de la población con

problemas en el empleo está afectado por sólo uno de los atributos que definen el

deterioro laboral, un 65,1 % está afectado por dos o más.

17
Se eligió para el análisis de la población con problemas en el empleo el primer semestre de 2005 por
ser el último período disponible de la Base Usuaria de la Encuesta Permanente de Hogares para el
Aglomerado Gran La Plata.

49
Cuadro Nº 1: Composición de la población económicamente activa.
% de los % de la
Categorías Personas
ocupados PEA
Población con empleos plenos 106.850 36,6 31,9

Empleo Precario
85.550 29,3 25,5
Asalariado
Empleo Precario
Población por Cuentapropia 34.978 12,0 10,4
Ocupados
con Trabajos de
292.216 40.975 14,0 12,2
PEA problemas subsistencia
335.056 en el empleo Servicio Doméstico 10.334 3,5 3,1
185.366
Beneficiarios de
13.529 4,6 4,0
Planes de empleo
Total 185.366 63,4 55,3

Desocupados 42.840 12,8


Población con problemas de empleo 228.206 68,1

Fuente: elaboración propia en base a datos procesados de la Base Usuaria de EPH, INDEC.
Aglomerado Gran La Plata, primer semestre de 2005.

Dentro del conjunto de la población económicamente activa (PEA) los problemas en el

empleo afectan a más de la mitad de dicha población (55%). Si a esta población se le

suma las personas que buscan trabajo (desocupados) la magnitud es alarmante: 7 de

cada 10 personas económicamente activas tienen problemas de empleo. Es decir, son

personas que no tienen ocupación y la buscan activamente o que aún teniéndola no

alcanzan una inserción laboral plena.

Al interior de la población con problemas en el empleo se puede diferenciar el peso de

cada uno de los subgrupos tipificados:

- El empleo precario asalariado representa el 46,2%: está constituido por 85.550

trabajadores en relación de dependencia que no gozan de la protección de las

instituciones de la seguridad social; su puesto de trabajo es de carácter inestable; son

subocupados involuntarios; y/o por su trabajo perciben ingresos que no les permiten

50
superar el nivel de pobreza de su hogar pero se hallan por encima del nivel de

subsistencia.

- El empleo precario cuenta propia representa el 18,9%: está constituido por 34.978

trabajadores independientes que no cuentan con capital productivo para la realización

de la tarea (maquinaria, local, equipo o vehículo); están subocupados

involuntariamente; no tienen cobertura de obra social ni realizan aportes jubilatorios;

y/o por su trabajo perciben ingresos que no les permiten superar el nivel de pobreza de

su hogar pero se hallan por encima del nivel de subsistencia.

- Los trabajos de subsistencia representan el 22 %: comprenden a 40.975 trabajadores

asalariados, cuentapropistas, servicio doméstico e independientes (patrones) que

emplean fuerza de trabajo, que reciben ingresos (por debajo del nivel de indigencia de

su hogar) que no les permiten alcanzar la reproducción social de su unidad familiar.

- Los trabajos de servicio doméstico representan el 5,6 %: comprenden a 10.334

trabajadores de servicio doméstico con empleos desprotegidos e inestables, aunque

sus ingresos superan el nivel de subsistencia.

- Los beneficiarios de Plan de Empleo representan el 7,3 %: comprenden a 13.529

trabajadores que se declaran como ocupados al realizar una contraprestación laboral

por recibir un subsidio como ingreso.

Una breve caracterización de la población con problemas en el empleo permite observar

que:

- La incidencia de los problemas en el empleo no presenta diferencias significativas

por sexo, ya que tanto en varones como en mujeres el deterioro laboral supera el 60%.

Las mujeres se ven afectadas en un 66,5% y los varones en un 61,1%.

51
- Seis de cada diez jefes de hogar ocupados tienen problemas en el empleo y

representan el 45,6 % de este grupo de población ocupada. El 50% se concentran

principalmente en los empleos precarios asalariados.

- De los cónyuges con problemas en el empleo (en su mayoría mujeres) el 39% tiene

empleos precarios asalariados y el 29% realiza trabajos de subsistencia. Los bajos

ingresos hacen que la mano de obra familiar complementaria se vuelque al mercado

laboral realizando actividades que permitan contribuir a la subsistencia de la unidad

familiar.

- El 80% de los ocupados menores de 25 años tienen problemas en el empleo, esto

pone en evidencia las serias dificultades de inserción laboral para quienes se

incorporan al mercado laboral. La obtención del primer trabajo significa para los

jóvenes, en su mayoría, aceptar condiciones laborales de desprotección, inestabilidad,

subutilización y bajos ingresos.

- Más de la mitad de la población con problemas en el empleo no completó el nivel

secundario (52.7%). El 92% de quienes no completaron el nivel primario tiene

problemas en su empleo mientras que el 38,8% de las personas que completaron el

nivel terciario o universitario están en esa situación de deterioro laboral.

Gráfico Nº 2. Población con problemas en el empleo según nivel de instrucción.

100%
Población con
80%
empleo pleno
60%
Población con
40% problemas en el
empleo
20%

0%
Sin Primario Secundario Terciario /
instrucción / completo / completo / Universitario
Primario Secundario Terciario completo
Incompleto incompleto incompleto

Fuente: elaboración propia en base a datos procesados de la Base Usuaria de EPH, INDEC.
Aglomerado Gran La Plata, primer semestre de 2005.

52
- El Estado aporta el 32% de los puestos del Aglomerado Gran La Plata. El 45,8 de los

ocupados en establecimientos públicos tiene problemas en el empleo. De esta

proporción los beneficiarios de planes de empleo aportan 6 puntos porcentuales.

- En el sector privado los problemas en el empleo afectan al 71 % de los ocupados.

- Si bien la proporción de población con problemas en el empleo es inversamente

proporcional al tamaño de la empresa puede verse que esta situación se presenta tanto

en los pequeños como en los grandes establecimientos. En las microempresas (de 1 a 5

personas) el 81 % de los ocupados tiene problemas en el empleo (casi la mitad son

cuentapropistas). En las empresas medianas (de 6 a 50 personas) la proporción es del

47,1 % y en las empresas grandes (de más de 50 personas) es de 47,7%.

Gráfico Nº 3. Población con problemas en el empleo según tamaño del

establecimiento donde trabajan.

100%

80% Población con


empleo pleno
60%
Población con
40% problemas en el
empleo
20%

0%
de 1 a 5 personas de 6 a 25 de 51 a 200
personas personas

Fuente: elaboración propia en base a datos procesados de la Base Usuaria de EPH, INDEC.
Aglomerado Gran La Plata, primer semestre de 2005.

- Los problemas en el empleo se manifiestan con mayor intensidad en la construcción

(94 %), en las actividades primarias (88 %) y en el comercio (64,6 %).

53
- El ingreso promedio de la población con problemas en el empleo es de $ 488,5 y

representa el 42% del ingreso promedio de los trabajadores en empleos plenos, que

alcanza los $1.153.

Cuadro Nº 2: Ingreso medio de la ocupación principal por categorías.

% respecto al ingreso
Categorías Ingreso promedio promedio de los
empleos plenos
Empleo precario asalariado $ 638 55,3%
Empleo precario cuenta propia $ 696 60,3%

Trabajos de subsistencia $ 235 20,3%

Servicio doméstico $ 391 33,9%

Planes de empleo $ 150 13,0%

Población con problemas en el empleo $ 489 42,4%

Empleos Plenos $ 1.154

Fuente: elaboración propia en base a datos procesados de la Base Usuaria de EPH, INDEC.
Aglomerado Gran La Plata, primer semestre de 2005.

- Las diferencias de ingresos también son importantes entre los subgrupos. Los ingresos

promedio de cada subgrupo en orden decreciente son los siguientes: $ 696 ganan los

trabajadores en empleos precarios por cuenta propia, $638 los asalariados en empleos

precarios, $391 los trabajadores del servicio doméstico, $ 234 los ocupados en empleos

de subsistencia y $ 150 los beneficiarios de planes de empleo.

En conclusión, los problemas en el empleo son padecidos por una parte muy importante

de la población. Prácticamente no hay pertenencia a un sector o rasgo social del

trabajador ocupado que sea suficiente para evitar los problemas en el empleo. Los hay

tanto en el sector privado como en el público, en las empresas pequeñas como en las

grandes.

54
Afecta por igual a hombres y mujeres, a jóvenes y adultos y a personas de todos los

niveles educativos. Aunque aquí hay que resaltar que la problemática es más aguda: el

80% de los jóvenes menores de 25 años y el 92% de los que no completaron el nivel

primario tienen problemas en el empleo.

Los problemas en el empleo cruzan toda la sociedad actual, aumentando la brecha, no

solo por ingreso, sino también de calidad de inserción laboral y social.

A modo de conclusión

La heterogeneidad y segmentación del mercado de trabajo actual motiva la revisión de

las categorías utilizadas en su análisis.

Las categorías informalidad y precarización surgieron para dar cuenta de “lo otro”, de

aquello que está por fuera de las características del modelo de desarrollo productivo

dominante. Hoy, las preguntas que surgen son: ¿Qué es lo predominante, lo típico, lo

pleno, en la fase actual del modelo de acumulación?. ¿Se está perfilando un nuevo tipo

de empleo?. ¿La inestabilidad, la inseguridad y la incertidumbre son sus características

constitutivas?

La magnitud y complejidad que han adquirido en la actualidad los problemas en torno

al empleo ponen en cuestión la idea misma de empleo pleno. El deterioro en las

condiciones laborales ha sido acompañada por el desmantelamiento de las

protecciones legales ligadas al trabajo. En el marco legal imperante en la Argentina

están presentes aspectos que legitiman la vulneración de lo que era considerado, en el

modelo de Bienestar, un empleo pleno.

La crisis del empleo – pleno – lleva a la intensificación del proceso de fragmentación

social que sufre la sociedad Argentina actual.

55
Este trabajo ha sido un intento de aproximación a la problemática del empleo y de la

población con problemas en el empleo y un comienzo en la indagación de estos

fenómenos en los niveles teórico y empírico.

La perspectiva que se adoptó permitió confirmar que hay diferentes tipos de deterioro

en las relaciones laborales y en los modos de inserción en el mercado de trabajo pero

que todos estos subgrupos pueden aglutinarse en una categoría: la de población con

problemas en el empleo.

Al analizar el mercado laboral del Gran La Plata lo que se encuentra es que el 63,4 %

de la población ocupada no obtiene por medio de su trabajo una inserción social plena.

O sea, que al menos seis de cada diez ocupados constituyen la población con

problemas en el empleo. Esta situación pone de manifiesto que el deterioro de la

inserción laboral ha dejado de ser un problema periférico para ser lo predominante en

el mercado de trabajo actual.

Los problemas en el empleo no son un fenómeno aislado al de la desocupación sino

que son formas conjugadas que impactan, generan y se retroalimentan en diferentes

situaciones heterogéneas de exclusión y vulnerabilidad social. La población con

problemas de empleo, es decir los desocupados más la población con problemas en el

empleo, alcanza el 68,1% de la población económicamente activa del Gran La Plata.

Ante la pregunta si hoy existe un tipo de empleo al que se le podría llamar empleo

pleno, desde este trabajo se puede responder: existen ocupaciones que por sus

características garantizan una serie de seguridades al trabajador, y esto los vuelve

trabajos satisfactorios. Pero estos trabajos no son los predominantes. Una gran parte

de las relaciones laborales del mercado actual están signadas por la inestabilidad, la

desprotección, la subutilización y los bajos salarios.

56
Conocer qué problemas afectan a los trabajadores y cómo inciden en su reproducción

y en su inserción social debe servir para pensar políticas que permitan revertir las

tendencias hoy predominantes en el mercado laboral, como así también para

reflexionar sobre las categorías utilizadas para explicarlos.

57
Bibliografía

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tendencias en el mercado de trabajo del Gran La Plata: la precarización laboral en el

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